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N.º 6 - TOMO 99 - 14 DE AGOSTO DE 2019

REPÚBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY

DIARIO DE SESIONES

DE LA

ASAMBLEA GENERAL

QUINTO PERÍODO DE LA XLVIII LEGISLATURA

6.ª SESIÓN

PRESIDE LA SEÑORA LUCÍA TOPOLANSKY Presidente

ACTÚAN EN SECRETARÍA: LOS SECRETARIOS JOSÉ PEDRO MONTERO Y VIRGINIA ORTIZ

SUMARIO

1) Texto de la citación

2) Asistencia

3) Homenaje a la exlegisladora Daniela Payssé

4) Levantamiento de la sesión

1) TEXTO DE LA CITACIÓN

«Montevideo, 8 de agosto de 2019

La ASAMBLEA GENERAL se reunirá en sesión extraordinaria el próximo miércoles 14 de agosto, a las 13:30 horas, con motivo de rendir homenaje a la exlegisladora Daniela Payssé.

 Virginia Ortiz Secretaria - José Pedro Montero Secretario».

2) ASISTENCIA

ASISTEN: los señores senadores Carmen Asiaín, Patricia Ayala, Carlos Baráibar, Carlos Camy, José Carlos Cardoso, Charles Carrera Leal, Armando Castaingdebat, Juan Castillo, Germán Coutinho, Leonardo de León , Alejandro Drapper, Cecilia Eguiluz, Antonio Gallicchio, Jorge Gandini, Daniel Garín, Pablo Iturralde, Sandra Lazo, Daniel López Villalba, Rubén Martínez Huelmo, Pablo Mieres, Constanza Moreira, Marcos Otheguy, Yerú Pardiñas, Ivonne Passada, Jorge Saravia, Miguel Vassallo y Mónica Xavier, y los señores representantes Auro Acosta, José Luis Acosta, María Dolores Álvarez López, Raúl Amaro Vaz, Saúl Aristimuño, Elisabeth Arrieta, Alfredo Asti, Claudia Azambuya, Gabriela Barreiro, Julio Battistoni, Sonia Berriel, Graciela Bianchi Poli, Marcelo Bistolfi Zunini, Irene Caballero, Daniel Caggiani, Felipe Carballo, Andrés Carrasco, Alba Carvallo Sena, Sonia Cayetano, Richard Charamelo, Roberto Chiazzaro, Gonzalo Civila, María Luisa Conde, Catalina Correa Almeida, Claudia de los Santos, Darcy de los Santos, Óscar de los Santos, Bettiana Díaz Rey, Wilson Aparicio Ezquerra, Guillermo Facello, Alfredo Fratti, Lilián Galán, Luis Gallo Cantera, Pablo González, Sebastián González, Óscar Groba, Claudia Hugo, Diego Reynaldo Irazábal Tidemann, Nelson Larzábal, Martín Lema, José Carlos Mahía, Graciela Matiauda, Aníbal Méndez, Constante Mendiondo, Jorge Meroni, Orquídea Minetti, Wilma Moraes, Julio Naumov, Amin Niffouri, Gonzalo Novales, Gerardo Núñez Fallabrino, Flor Olivera, Óscar Olmos, Ope Pasquet, Mariela Pelegrín, Gustavo Penadés, Grisel Pereyra, Susana Pereyra, Darío Pérez, Paula Pérez Lacués, Ernesto Pitetta, Iván Posada, Jorge Pozzi, Luis Puig, Daniel Radío, Valentina Rapela, Nibia Reisch, Carlos Reutor, Silvio Ríos Ferreira, Conrado Rodríguez, Edgardo Rodríguez Álvez, Eduardo Rubio, José Luis Satdjian, Jorge Schusman, Washington Silvera, Laura Tassano, Martín Tierno, Javier Umpiérrez, Carlos Varela Nestier, Walter Verri, Stella Viel, Nicolás Viera, Óscar Viera, Tabaré Viera, José Yurramendi y Alejandro Zavala.

FALTAN: con licencia, los señores senadores Verónica Alonso, José Amorín Batlle, Carol Aviaga, Guillermo Besozzi, Pedro Bordaberry, Álvaro Delgado, Luis Alberto Heber, Jorge Larrañaga, Rafael Michelini y Daisy Tourné, y los señores representantes Fernando Amado, Gerardo Amarilla, Mario Ayala Barrios, Ruben Bacigalupe, Cecilia Bottino, Germán Cardoso, Álvaro Dastugue, Walter de León, Benjamín Irazábal, Omar Lafluf Hebeich, Cristina Lustemberg, Enzo Malán Castro, Susana Montaner, Manuela Mutti, Juan José Olaizola, Nicolás Olivera, Adrián Peña, Daniel Peña Fernández, Carlos Rodríguez Gálvez, Nelson Rodríguez Servetto, Edmundo Roselli, Federico Ruiz, Sebastián Sabini, Mercedes Santalla y Hermes Toledo Antúnez; con aviso, los señores senadores Daniel Bianchi, Javier García y Walkiria Olano, y los señores representantes Pablo Abdala, Sebastián Andújar, José Andrés Arocena, Fitzgerald Cantero, Mario García, Rodrigo Goñi Reyes, Tabaré Laca, Gloria Rodríguez, Alejandro Sánchez y Alejo Umpiérrez, y sin aviso, el señor representante Napoleón Adolfo Gardiol Faedo.

3) HOMENAJE A LA EXLEGISLADORA DANIELA PAYSSÉ

SEÑORA PRESIDENTE.- Habiendo número, está abierta la sesión.

(Son las 13:44).

–La Asamblea General ha sido convocada en sesión extraordinaria para rendir homenaje a la señora exlegisladora Daniela Payssé.

Tiene la palabra la señora legisladora Claudia Hugo.

SEÑORA HUGO.- Señora presidenta, señores legisladores: en nombre de mis compañeros de Asamblea Uruguay, agradezco al Cuerpo y a la bancada del Frente Amplio por habernos permitido rendir este pequeño pero sentido homenaje a una enorme compañera como lo fue nuestra querida Daniela Payssé.

Quiero saludar a su familia, aquí presente, y a todos los compañeros que nos están acompañando.

Daniela Payssé nació en Montevideo, el 17 de octubre de 1946. Provenía de una familia de tradición blanca. Desde joven desplegó una intensa actividad político-partidaria; adhirió al Frente Amplio desde su fundación, en 1971.

Hacia el final de la dictadura intensificó su militancia social y política como frenteamplista independiente, y se integró a Asamblea Uruguay en 1994, año de su fundación.

En el año 1995 dio sus primeros pasos en Asamblea Uruguay, como delegada ante la Mesa Política y el Plenario Nacional del Frente Amplio; más adelante nos representó también en el Secretariado Ejecutivo. Además, integró la Unidad Temática de los Derechos de las Ciudadanas del Frente Amplio.

En el año 2000 comenzó su carrera parlamentaria como diputada suplente. Luego, fue electa diputada titular para el período 2005-2010, durante el cual integró y presidió la Comisión Especial para el Seguimiento de la Situación Carcelaria de la Asamblea General; asimismo, integró la Comisión de Derechos Humanos, fue delegada de sector en la Comisión de Presupuestos e integró y presidió la Comisión Especial de Género y Equidad de la Cámara de Diputados.

También formó parte de la delegación del Grupo de Trabajo del Programa de Naciones Unidas sobre instituciones nacionales de derechos humanos; representó a la Comisión Especial de Género y Equidad en la Mesa de Trabajo sobre Mujeres Privadas de Libertad; fue miembro del Grupo Parlamentario por los Derechos de Niños, Niñas, Adolescentes y Jóvenes, y representó a la Comisión de Derechos Humanos en la Comisión de Refugiados.

En el año 2009, nuevamente fue electa diputada titular para el período 2010-2015. En ese lapso, integró y presidió la Comisión de Derechos Humanos y la Comisión Especial de Género y Equidad. También formó parte, en representación de la Bancada Bicameral Femenina, de la comisión que estudió la implementación de los dispositivos electrónicos para la protección de las personas que sufren violencia doméstica, y presidió la Comisión de Derechos Humanos y Peticiones de esta Asamblea General en el proceso de elección de los miembros del Consejo Directivo de la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo.

En marzo de 2013 fue electa 1.ª vicepresidenta de la Cámara de Representantes.

En enero de 2014 presentó, en Ginebra, junto a la delegación del Poder Ejecutivo, en nombre del Estado uruguayo, el informe del Examen Periódico Universal.

Fue activa participante de la Bancada Bicameral Femenina y de la Red de Mujeres Políticas del Uruguay.

En nuestro sector, Daniela tuvo una trayectoria como dirigente y legisladora que se caracterizó por su intensidad y su compromiso.

Su participación territorial se centró en la Coordinadora M del Frente Amplio, primero como militante de base y, luego, como legisladora referente.

En estos tiempos de campaña electoral, se extraña su presencia, los sábados, en la feria de Villa Biarritz y en la esquina de 21 de Setiembre y Ellauri, con su bandera de Asamblea Uruguay y su mesita, conversando con la gente y entregando su lista. Se te extraña, Daniela.

También asumió responsabilidades en varios departamentos del interior del país, en los que desarrolló su actividad política siempre vinculada a las necesidades y aspiraciones de la gente.

Su trabajo estuvo caracterizado por una gran sensibilidad social, por su entrega y responsabilidad, por su espíritu frenteamplista y de unidad, y por su gran capacidad de diálogo, tanto con la sociedad como dentro del sistema político.

No es casualidad que esta mujer sensibilizada por la situación de los más débiles y vulnerables haya embanderado su actividad legislativa con temas que implican un gran compromiso social y sensibilidad humana.

La lucha por la igualdad y la conquista de derechos para las mujeres fue uno de sus principales desvelos. Desde su banca trabajó activamente por la aprobación de la Ley de violencia hacia las mujeres basada en género, la reforma de la ley electoral y también la Ley Integral para Personas Trans, entre muchas otras. Fue muy activa participante de la Bancada Bicameral Femenina y de la Red de Mujeres Políticas del Uruguay.

Quienes compartimos tiempo con Daniela sabemos lo importante que era la política para su vida, pero ante todo estaba su familia, su gran familia. Daniela fue una madre y abuela entrañable, siempre dando cariño y apoyo a sus hijos: Rodrigo, María José, Magdalena, María Eugenia, Facundo y Nani; y a sus nietos: Tatiana, Florencia, Benito, Felipe, Tomás, Santiago, Paulina, Faustina y la pequeña Lola.

Daniela era una militante política de todos los días, de todas las horas. Frenteamplista desde el primer momento, se identificó con el objetivo de la renovación de la izquierda en unidad, que sintetizó la plataforma con la que Asamblea Uruguay se fundó en 1994.

Fue consecuentemente una seregnista. Su definición ideológica y política dentro del Frente Amplio fue esa: por encima de todo, el seregnismo, con todo lo que implica esta definición en la izquierda y en el sistema político uruguayo. ¡Vaya si la propia trayectoria política de Daniela la legitimaba para reivindicar con orgullo esa identificación: ser seregnista!

En la conmemoración de los cien años del nacimiento del líder histórico del Frente Amplio, el querido general Seregni, en la sesión de la Asamblea General del 13 de diciembre de 2016, Daniela realizó una exposición. Al tiempo de rendir tributo al homenajeado, expresó cabalmente su propia identidad como política. Fue una intervención que podría elegirse para explicar a las nuevas generaciones quién fue aquel militar patriota y constitucionalista, referente de la democracia uruguaya y líder político excepcional.

Refiriéndose a él, Daniela dijo que fue «[…] una de las personas que más admiré y que más ha influido en el camino político que he tomado». Al comienzo, eligió, para sintetizar, una frase de Fernando Butazzoni sobre el general: «Hombre libre que estuvo preso durante diez años, militar que fue acusado de traidor por los traidores, figura de estatura internacional y a la vez afable vecino, apasionado conocedor de la historia y sus sorpresas, gran pintor, lector voraz, incansable militante».

Los derechos de la mujer eran uno de los centros de sus preocupaciones. En una intervención en el Senado, el 8 de marzo de 2017, en el Día Internacional de la Mujer, Daniela se identificaba plenamente con la lucha de las mujeres pioneras y con los avances históricos de esa empresa. Valoró que en 2010 Naciones Unidas decidiera que era imperioso contar con una agenda especial que tratara los temas de género, por lo que creó ONU Mujeres. En esa instancia, dijo Daniela: «[…] no fue porque se encapricharon sus integrantes, sino porque la realidad del mundo, de las regiones y de las culturas hacía imperiosa esa decisión. […] Si aterrizo el porqué de Naciones Unidas en mi país,» es «[…] porque queremos avanzar en derechos, en igualdad de derechos».

También recordó que, décadas atrás, en el ámbito parlamentario donde estaba participando no existían baños de mujeres y tampoco había normas que contemplaran el embarazo de las legisladoras. Celebró que la Bancada Bicameral Femenina fuera una realidad, porque «solas, las pocas legisladoras que estábamos acá adentro, hubiéramos sido incapaces de llevar adelante un ámbito de encuentro por encima de las diferencias partidarias». Y agregó: «¡[...] vamos a cumplir! Vamos a aprobar la ley marco de violencia hacia las mujeres basada en género y vamos a trabajar porfiadamente para que se alcance la mayoría necesaria para la reforma de la ley electoral a fin de hacer posible […] la participación política de las mujeres». Y cumplió.

Hoy me pregunto cómo recordar a Daniela. La voy a recordar como una mujer política firme en sus convicciones, que daba sus batallas hasta el final, sin pedir tregua, pero siempre con respeto y privilegiando el diálogo, como bien aprendió de su admirado general Líber Seregni.

Fue una trabajadora incansable al servicio de sus convicciones, a las que dedicó tiempo y paciencia para tratar de convertirlas en realidades. Para Daniela no había frustraciones, porque no se frustra quien es superado en la discrepancia, sino el que deja de luchar por aquello de lo que está convencido.

La recordaré como una mujer preocupada por entender al que piensa diferente y al que sufre, pero, por sobre todas las cosas, la recordaré como una querida compañera y entrañable amiga.

El vacío que nos dejó Daniela es muy difícil de llenar, pero la mejor forma que tenemos de rendirle hoy un homenaje es haciendo lo que ella hubiera intentado: dar lo mejor de nosotros para lograr resultados dignos de lo que ella representó.

Querida Daniela: tus compañeros del Frente Amplio y de Asamblea Uruguay hoy, nuevamente, nos comprometemos con eso.

Muchas gracias.

(Aplausos en la sala y en la barra).

SEÑORA PRESIDENTE.- Tiene la palabra el señor legislador Miguel Vassallo.

SEÑOR VASSALLO.- Señora presidenta: agradezco la posibilidad de complementar brevemente la semblanza de Daniela Payssé desde el ángulo del Senado y de los compañeros de Asamblea Uruguay en el Senado.

En las elecciones de 2014 Daniela fue elegida senadora, siempre por la lista 2121 de nuestro sector Asamblea Uruguay, dentro del lema Frente Amplio. Las primeras palabras que ella pronunció cuando ingresó al Senado fueron: «Señor presidente: es la primera vez que me toca hablar en esta cámara; una cámara que no tiene Comisión de Derechos Humanos. En los diez años que estuve en la Cámara de Representantes integré dicha comisión y creo que es un tema de gran relevancia». Así se presentó, con unas pocas palabras que la definen, que la muestran con su coherencia y su consistencia en el trabajo parlamentario y en su labor social de toda la vida. De entrada, desde el primer día, sin dejar de ser amable, pero siendo clara, reivindicó lo que percibió como una falta en el Cuerpo en el que iba a participar.

Poco después, llegaría el tiempo de las propuestas y, precisamente, fue en el tema de los derechos humanos en su más amplia acepción en que tanto trabajaría y aportaría.

En otra intervención como senadora informó sobre la presentación de Uruguay ante el Comité de los Derechos del Niño, en Ginebra –en enero de 2015–, e hizo un señalamiento que llevaba implícito otro reclamo al Cuerpo en el que comenzaba a actuar, y luego se pondría manos a la obra. En esa oportunidad, dijo: «En nuestra legislación no existe la responsabilidad de las personas jurídicas y el comité está preocupado porque hay muchas personas jurídicas vinculadas al tema de la pornografía infantil».

Como ha señalado la señora legisladora Claudia Hugo, Daniela Payssé actuó en el Senado y en la Cámara de Representantes, donde estuvo más tiempo, y trabajó en múltiples temas vinculados con los derechos humanos. Pero su actuación también trascendió las fronteras de nuestro país. En su carácter de parlamentaria, concurrió en representación del Poder Legislativo a numerosos foros internacionales, tanto regionales como mundiales, teniendo una labor sumamente destacada, asumiendo las tareas que restaban por hacer y defendiendo los logros obtenidos en tantos aspectos vinculados con los derechos de las personas, sobre todo, de las más vulnerables.

Fue una incansable luchadora por los derechos humanos. Tuvo un papel preponderante en la creación de la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo y una importante vinculación con los mecanismos de protección y vigilancia del sistema de privación de libertad, a través de su involucramiento en la Comisión de Seguimiento del Sistema Carcelario –de la Asamblea General–, en la Comisión Especial de Seguridad y Convivencia –de la Cámara de Representantes– y en las tareas del comisionado parlamentario para el sistema penitenciario.

Su compromiso con la reforma del sistema penal la condujo a tener una participación absolutamente relevante en la reformulación de la Fiscalía General de la Nación y su nueva inserción institucional como servicio descentralizado, así como en la reforma del Código del Proceso Penal, que supuso el establecimiento de un proceso acusatorio y adversarial moderno y mucho más garantista que el que regía con anterioridad a su aprobación. También llevó adelante la expresión legislativa de los acuerdos interpartidarios logrados en las reuniones de la Torre Ejecutiva que fueron oportunamente convocadas por el presidente de la república.

Como se ha dicho, tuvo un papel destacado en la agenda de derechos, con distintas facetas. Su tarea fue muy importante en la aprobación de leyes como las de matrimonio igualitario, de derechos de las personas trans, de protección contra la violencia de género y de tipificación del femicidio, por nombrar solamente algunas.

En el tratamiento de la Ley de Presupuesto quinquenal del período 2014-2020, la actuación de nuestra querida compañera Daniela en los ámbitos relativos al presupuesto y las finanzas de la nación implicó, desde mi punto de vista, uno de los compromisos laborales e intelectuales de mayor entrega hacia su país. Sin ser uno de los temas que más la motivaran, asumió su compromiso con el gobierno que recién iniciaba, integrando y presidiendo, nada menos que la Comisión de Presupuestos integrada con la de Hacienda, a propósito de la discusión de la rendición de cuentas y del presupuesto quinquenal. Además, fue miembro informante del proyecto que luego se transformaría en una de las leyes fundamentales de esta Administración.

Voy a destacar dos puntos particulares con respecto a lo expresado anteriormente.

El primero es que al culminar la tarea de la Comisión Daniela, como su presidenta, recibió la felicitación de todas las bancadas. Parlamentarios de distintos sectores hicieron referencia a su ecuanimidad, a su intención de generar armonía en todas las actuaciones y un ambiente cordial de trabajo y respeto de todas las visiones allí representadas. Daniela recordaba ese detalle particular con especial alegría y afecto hacia sus compañeros parlamentarios de los diversos sectores.

Lo segundo que quiero destacar es que Daniela siempre intentó asumir una actitud de traductora en temas vinculados a recursos presupuestales, financieros y económicos, puesto que generalmente se explican y describen a partir de términos, teorías, ideas y conceptos técnicos que, en muchas ocasiones, poseen una complejidad notoria. Ella trataba de explicar dichos conceptos de un modo en que todos quienes la escucharan comprendieran de qué se trataba e incorporaran esas nociones, de forma que pudieran entender las nociones presupuestales, los artículos presentados que afectan la vida diaria, la cotidianeidad y el futuro de todas las proyecciones familiares que los ciudadanos hacen respecto de sí mismos y de los suyos.

En definitiva, actuaba construyendo y explicando la economía del país, siempre pensando en los que tienen menos, en los más desfavorecidos y en cómo la gestión del gobierno y del Parlamento podía mejorar su situación.

En el último año, realizó trabajos muy destacados en distintos temas.

Hace poco más de un año, trabajó activamente en la creación de los sitios de la memoria histórica del pasado reciente y en la prevención y el combate de la explotación y la trata de personas.

En agosto del año pasado, trabajó en las modificaciones del Código del Proceso Penal y en los derechos y las obligaciones inherentes a la ciudadanía. Inclusive, más cerca en el tiempo, en octubre pasado, trabajó en la Ley Integral para Personas Trans, en la equidad de género, en los principios de igualdad entre el hombre y la mujer –entre otros temas vinculados con el salario–, en la generación de nuevos puestos de trabajo, en la promoción del trabajo para personas con discapacidad, y demás.

Su trabajo y su persona nos son entrañables. Su ausencia nos deja un vacío que hemos tratado de cubrir con una presencia que naturalmente no es la misma, pero trata de continuar con el seguimiento y la lucha por los temas principales que Daniela asumió a lo largo de todo este tiempo.

Esperemos estar a la altura de las enseñanzas, de la trayectoria y de los postulados que la compañera senadora Daniela Payssé nos dejó en el recuerdo.

Muchas gracias, señores parlamentarios.

(Aplausos en la sala y en la barra).

SEÑORA PRESIDENTE.- Tiene la palabra el señor legislador Eduardo Rubio.

SEÑOR RUBIO.- Señora presidenta: brevemente, queremos sumarnos a este merecido homenaje a la senadora Daniela Payssé.

Conocí a la senadora Payssé hace muchos años, como militante y delegada de la Coordinadora M, en los plenarios del Frente Amplio del que formábamos parte. Compartimos largas, agitadas y, a veces, un poco tediosas sesiones de la Mesa Política. Tuve siempre una alta consideración por la calidad humana de la senadora Payssé, más allá de las diferencias que –sobre todo en la etapa de la Mesa Política y más recientemente– eran más que las coincidencias.

El debate político que siempre mantuvo la senadora Payssé era el de una persona firme, consecuente con la defensa de sus ideas, y con una pasión militante que habla bien del ser humano que dedica su tiempo y su energía a pelear por lo que cree.

Por eso, en nombre de nuestra fuerza política, con estas muy breves palabras queremos reflejar un sentido reconocimiento a la trayectoria de un ser humano que, además de sus cualidades personales, dedicó su energía a pelear por mejorar el mundo en los términos en que ella creía que era posible.

Era esto cuanto queríamos decir, señora presidenta.

(Aplausos en la sala y en la barra).

SEÑORA PRESIDENTE.-Tiene la palabra la señora legisladora Mónica Xavier.

SEÑORA XAVIER.- Gracias, señora presidenta.

Saludo a la familia de Daniela, a las autoridades del Frente Amplio, de Asamblea Uruguay, a la representación de los diferentes sectores de la Mesa Política del Frente Amplio, a su equipo de trabajo, y a todas las personas que en el día de hoy están, como todos nosotros, homenajeando a una mujer que fue una legisladora ejemplar.

Recordamos su profunda convicción republicana, sus valores democráticos, su defensa de los derechos humanos y, en particular, siempre el pensamiento sobre los más vulnerados, las niñas, los niños, los adolescentes.

Daniela era una de esas trabajadoras incansables. No había hora en la que uno no la encontrara como si recién hubiera empezado la jornada de trabajo, sabiendo a ciencia cierta que ya había recorrido las sedes partidarias y las comisiones de trabajo. Iba y venía con la convicción de ser una luchadora incansable por las causas justas. Era una mujer que sabía defender sus ideas e hizo de la ética un apostolado.

Daniela era de esa clase de personas que comprendieron y encarnaron fielmente el espíritu frenteamplista.

Fue una legisladora comprometida con mejorar las condiciones de las mujeres –como han dicho la diputada Claudia Hugo y el senador Miguel Vasallo– en las diferentes responsabilidades que asumió. Yo solo quiero recordar dos para poner un ejemplo: la ley de cuotas y el proyecto sobre paridad.

Era integrante activa de nuestra Bancada Bicameral Femenina, de la Red de Mujeres Políticas, de la Unidad Temática por los Derechos de las Ciudadanas del Frente Amplio.

Daniela fue una compañera con la que siempre se podía contar. Difícilmente, había algún espacio, tanto en lo legislativo como en lo político-partidario, en que no pudiéramos contar con Daniela para la tarea. Todas quienes hemos integrado en estos años la Bancada Bicameral Femenina damos fe de todos los temas en los que ella terminaba ocupándose al dividir las tareas que siempre abordábamos. Y acá también quiero elegir dos: la implementación de los dispositivos electrónicos para la protección de las personas, en general las mujeres, que sufrimos violencia de género, y la Mesa de Trabajo sobre Mujeres Privadas de Libertad, temas difíciles que necesitaban de alguien con mucho compromiso. También participó del grupo para elaborar el proyecto sobre violencia de género.

Hay un capítulo especial que llevaba intenso trabajo, mucho estudio y horas dedicadas. Me refiero a la participación de Daniela en nombre de nuestro Parlamento en los exámenes periódicos universales del Comité de los Derechos del Niño, demostrando esfuerzo, dedicación y compromiso en tratar de que el Estado rindiera cuentas de la mejor forma ante esos organismos. Cuando regresaba nos instigaba a que levantáramos esas observaciones. ¡Qué contenta se sentiría hoy de saber que ciertas observaciones ya fueron levantadas por el Estado uruguayo!

Algunas compañeras me recordaban un episodio de hace un tiempo, cuando Daniela participó en el Encuentro Nacional de la Red de Escuelas Asociadas de la Unesco. Su consigna era: Educación para la Paz al Parlamento, una cultura de paz. Participaron jóvenes y niños y ella lo presidió en este mismo recinto del Parlamento. Fue muy enriquecedor para cada uno de nosotros escuchar las sugerencias de los niños y jóvenes, con la frescura con que ellos ven los problemas de manera intransferible.

Daniela era una de esas legisladoras que se extraña en campaña electoral. También se la extraña en cada una de las ferias, haciendo actividades proselitistas o estando entre la gente; era de las que se paraba a escuchar a quien tuviera un planteo que realizar. Daniela era una más, como debe ser.

Fue una orgullosa militante, fundadora frenteamplista, siempre con su bandera de tres colores en los hombros, y supo defenderla con pasión.

Todos los grupos de trabajo –como decíamos– contaban con Daniela como una militante de fierro.

Yo empecé saludando a la familia, y tengo que terminar diciendo que Daniela era una gran madre, una gran abuela, orgullosa de su familia, a la que disfrutaba y de la que nos hacía compartir a todos sus alegrías, y también sus preocupaciones cada vez que alguno tenía una dificultad. Todos sabíamos quiénes eran los hijos e hijas de Daniela, sus nietos, qué temas eran prioritarios en el día a día.

Daniela fue un ser generoso en el más amplio sentido. Merece nuestro reconocimiento, el de todas y todos.

La muerte no borrará su legado. Estará siempre entre nosotros. Creo que uno no puede decir que la extraña; algunas de nosotras, alguno de nosotros, sentimos que Daniela va a entrar, en cualquier momento, en el plenario, en las comisiones, a decirnos que hay que apurar el trámite legislativo, que es necesario convocar a más gente para que nos venga a dar explicaciones sobre tal o cual proyecto. Para nosotros será un recuerdo y un legado eterno.

Gracias, señora presidenta.

(Aplausos en la sala y en la barra).

SEÑORA PRESIDENTE.- Tiene la palabra el señor legislador José Carlos Cardoso.

SEÑOR CARDOSO.- Señora presidenta: vaya mi saludo a la familia en esta jornada de recuerdo, de reconocimiento y de valoración a quien queríamos mucho, con quien sin compartir el mismo camino en política siempre coincidimos en nuestro trabajo parlamentario, ese trabajo que nos hizo comprometer a los dos con la tarea, sabiendo que era nuestra vocación de vida, que nosotros nos debíamos, y nos debemos, a nuestros representados, que la relación con la gente es un elemento sustancial, y Daniela lo tenía absolutamente claro. Sus convicciones y su trabajo permanente, no importa derecha ni izquierda, ahí lo que estaba en juego era la capacidad de coordinar, de entender a la gente, de hacer lo que los políticos sabemos hacer bien y que Daniela tenía muy enraizado en sí misma: representar a la gente, escucharla, traer su voz al Parlamento, hacer sentir su pensamiento y decir lo que pensamos, en la discrepancia o en el acierto, pero esa es la forma de representar a los ciudadanos.

El trabajo de Daniela a lo largo de su vida fue, sin duda, muy relevante, muy comprometido. Realmente, hizo sentir su trabajo, y para eso tenía vocación y sensibilidad. La gran herramienta de Daniela era su sensibilidad con los temas; eso la acercaba a la gente y la hacía representarla; lo que ella decía era en representación de la gente; lo que la gente quería decir, Daniela lo traía al Parlamento, lo reflejaba en el Parlamento. Ese era su mayor desafío en la vida: ser representante de la gente, hacer lo que la gente le pedía.

Entonces, a Daniela la recuerdo con mucho cariño porque nos entendíamos muy bien, a pesar de nuestras diferencias políticas que, por supuesto, teníamos y las hacíamos sentir, porque no las escondíamos, sino que las expresábamos.

Daniela siempre será un enorme recuerdo, de alguien que no pensaba como nosotros y que era una gran mujer.

(Aplausos en la sala y en la barra).

SEÑORA PRESIDENTE.- Tiene la palabra la señora legisladora Constanza Moreira.

SEÑORA MOREIRA.- Señora presidenta: empiezo por saludar a la familia de Daniela.

Compartí cuatro intensos años de actividad legislativa con Daniela –así la voy a llamar– y dos intensas comisiones: la de Presupuesto y la de Constitución y Legislación.

Ahora que están de moda los legisladores cero faltas debo decir que Daniela era una legisladora cero faltas; nos reíamos de eso. No faltaba nunca y era muy difícil que entrara algún suplente por ella.

Daniela sabía exactamente de qué trataba cada proyecto de ley que se presentaba en cada comisión, en cada momento; lo había leído, lo había estudiado, tenía opinión, y eso no es fácil; son muchos proyectos de ley, muchas comisiones.

En cuanto al trabajo parlamentario, hay quienes hacen una labor más política, más de coordinación; ella era una gran legisladora. Le gustaban las leyes; sabía de eso. Se dedicaba, estudiaba, recibía asesoramiento.

Personalmente, lo que más recuerdo de Daniela no es, sin embargo, esa labor de legisladora, sino los viajes cortitos desde la sede del Frente hasta el Parlamento, cuando salíamos del Secretariado. Peleábamos mucho, pero en esos momentos no peleaba, porque manejaba yo, y chismeábamos de lo lindo y nos reíamos mucho.

También quiero destacar el sentido del humor de Daniela –mordaz, fino, vitriólico– y la capacidad que teníamos de reírnos de nosotras mismas.

Daniela era una trabajadora incansable, militante de todas las horas, y quiero decir a su favor que era militante de todas las tareas, de las grandes y de las chicas; todas le quedaban bien. No decía: «Esto no; me queda chico». Se encargaba tanto del último comité como del proyecto que defendía con mayor vehemencia, lo que reflejaba su cualidad moral, su cualidad ética; le quedaban bien todas las tareas.

También quiero agregar –porque cuando hablamos de las mujeres decimos que son trabajadoras, honestas, solidarias– que era una mujer inteligente, lúcida, viva, despierta; era todo eso también.

Y lo que más me gustaba de ella era su carácter de discutidora incansable; todos recuerdan lo que era entrar en discusión con Daniela Payssé: llegaba hasta el final. Se le decía: «Ya está, Daniela; ya está», pero seguía.

Era una combatiente y una parlamentaria porque le encantaba parlar. Las mujeres muchas veces somos poco audibles, pero en este Parlamento Daniela hacía honor al buen debate y se hacía escuchar. En el debate parlamentario con la oposición siempre teníamos en Daniela a una combatiente de primera.

Entre los temas que más le gustaban estaba el Código de la Niñez y la Adolescencia –¡cómo discutimos!–, los derechos humanos –sin duda– y las instituciones carcelarias.

No sé cómo habrá sido con el resto, pero yo no tenía una relación fácil con Daniela, y sobre seguridad discutimos, más o menos, uno de cada dos días de los que nos vimos. Sin embargo, la extraño, y la muerte de Daniela fue inimaginable, porque estaba tan viva, tan despierta, que todavía no salimos del marasmo. También, cuando ella muere, recordamos a Susana Dalmás –¿cómo no recordarla?–, y aunque la muerte siempre es una sorpresa, como decía Mario Benedetti, me pregunto –nos preguntamos–: ¿es tan tóxica la política para las mujeres? También recuerdo a Berta, que trabajó acá, en la Cámara de Diputados. No sé; habrá que averiguarlo, y tendremos como deber lograr que la política sea más amigable, más amable, menos tóxica, que nos haga vivir y no morir, que nos haga ser plenos.

En nombre de Daniela, también es un deber, para el sistema político y para todo el Frente Amplio, tener muchas, muchísimas mujeres, muchísimas Danielas, combatientes, seguras, decididas, enérgicas, para estos y los años que vendrán.

Gracias, Daniela, por todo.

(Aplausos en la sala y en la barra).

SEÑORA PRESIDENTE.- Tiene la palabra el señor legislador Gonzalo Novales.

SEÑOR NOVALES.- Señora presidenta: yo no voy a hablar con la razón, por eso no tengo nada preparado, nada escrito, ningún detalle; voy a hablar con el corazón.

Antes que nada, quiero dar mi más sentido pésame a la querida familia de Daniela; a las autoridades de la fuerza de gobierno y, particularmente, a su agrupación política, Asamblea Uruguay; mis más sentidas condolencias.

¿Por qué me vi en la obligación de hablar? Porque conocí a Daniela cuando ingresé a la cámara, en el año 2005. Compartimos diez años en la Comisión de Derechos Humanos y trabajamos juntos hasta 2010 en la Comisión Especial para el Seguimiento de la Situación Carcelaria. Ahora que oigo a las personas que con tanta razón y exactitud hablan de ella, me asombro y digo: ¡cuántos avances legales en derechos humanos se lograron entre 2005 y 2010! Y, seguramente, el ochenta o noventa por ciento de esas iniciativas se debieron a Daniela Payssé.

¡Cómo trabajó! Estaba siempre al tanto de todo, enterada de todo. Nunca faltó; nunca llegó tarde. Era una persona absolutamente responsable y seria. Resultaba difícil disentir con ella, pero era una persona con mucha nobleza.

Realmente, me sorprendió su fallecimiento y me dolió mucho.

A pesar de lo que se pueda creer, en el ámbito político se discuten muchas ideologías y cuestiones políticas, pero, gracias a Dios, somos muchos –diría que la mayoría– los que no solo defendemos una posición política, filosófica e ideológica, sino que también desarrollamos lazos de afecto, de respeto y de reconocimiento que no tienen nada que ver con los partidos políticos ni con la gente a la que representamos. Yo destaco esa sensación de profundo respeto, de afecto por la actividad política de Daniela.

No quiero extenderme en cuestiones personales, pero sí agregaré que a Daniela la conocí en 2005 y puedo decir que desde el punto de vista legislativo y parlamentario fue una mujer brillante, que dio ejemplo, que se hizo respetar por su seriedad y por su compromiso.

Como dije, no quería hablar con la razón, sino con el corazón. Reitero mi sentimiento de profunda consternación por la falta de una persona tan importante y valiosa como Daniela Payssé.

Gracias, señora presidenta.

(Aplausos en la sala y en la barra).

SEÑORA PRESIDENTE.- Tiene la palabra la legisladora Patricia Ayala.

SEÑORA AYALA.- Señora presidenta: mis compañeros legisladores del MPP delegaron en mí la participación en esta instancia.

El legado de Daniela estuvo presente en todos los discursos realizados hasta ahora. Yo quiero referirme a ella desde mi experiencia de vida en el transitar juntas en este período.

Quiero decirte, Daniela, que yo te extraño.

Y deseo compartir con ustedes, resumidamente, la imagen que ella dejó en mí, y lo haré utilizando las letras de su nombre.

Sin duda, Daniela ha sido una dedica compañera en esta ruta de construcción de la sociedad en la que queremos y merecemos vivir todas y todos. Fue una abejita en todo el trabajo que realizó, siempre, a lo largo de su vida; necesaria militante en todos los frentes y todas las horas; inquieta, siempre activa, aportando y construyendo colectivamente, hasta en las partidas de truco de los asados de la bancada –una gran jugadora en todos los planos–; esencialmente frenteamplista, laboriosa y, sobre todo, mujer de acuerdos.

Deseo recordarla así, y me comprometo a continuar ese camino de búsqueda y conquista de la igualdad de género por la que mucho trabajó esta gran compañera y militante incansable.

Quiero decirte, Daniela, que tu corazón tuvo una falla técnica, pero en nuestra fuerza política latirá con toda su fuerza y con todas sus ganas.

Gracias por tu entrega y compromiso. ¡Hasta siempre, compañera! ¡Fuerte va mi abrazo, nuestro abrazo donde te encuentres!

Gracias.

(Aplausos en la sala y en la barra).

SEÑORA PRESIDENTE.- Continuando con el homenaje, tiene la palabra el legislador Conrado Rodríguez.

SEÑOR RODRÍGUEZ.- Señora presidenta: adherimos a este homenaje en nombre de la bancada del Partido Colorado, pero permítanme mis compañeros diputados de esta bancada hacerlo también desde lo más íntimo de mi ser.

Yo conocí a Daniela cuando aproximadamente tenía nueve años de edad. Fui compañero de su hijo Facundo en las lides deportivas, en un cuadro de básquetbol. La conocí desde ese entonces y siempre nos tuvimos un mutuo cariño enorme. Cada domingo acompañaba a su hijo y se la podía ver en las gradas de la cancha. Varias veces me tocó la circunstancia de volver a mi casa con ella y Facundo. Como dije, le tengo un enorme cariño desde entonces.

Fue pasando el tiempo y ese cariño tan especial nunca se perdió. Siempre nos encontrábamos en el barrio, inclusive en actividades de militancia político-partidaria, en alguna esquina, en alguna feria, ella abrazada a la bandera de su partido político, de su Frente Amplio, y de su sector, Asamblea Uruguay; yo abrazado a mi bandera del Partido Colorado, a mi ideología, a la lucha permanente de mi familia por defender al batllismo. Esos encuentros eran inolvidables, porque nos confundíamos en un gran abrazo de cariño por todo lo que habíamos vivido –en mi caso particular, desde muy niño– y de respeto por lo que pensaba cada uno.

Sé que Daniela se puso muy contenta cuando se enteró de que yo había sido electo diputado en 2014. Así me lo dijo en varias ocasiones en las que nos encontramos en algún supermercado.

Ese respeto mutuo me hizo aquilatar su faceta política. Yo observaba a Daniela como a una persona realmente convencida de lo que planteaba, que defendía sus ideales con mucha vehemencia, coraje y convicción. Sé que en muchas ocasiones parecía que las cosas que defendía eran políticamente incorrectas. Pero había una Daniela férrea en su pensamiento, que lo expresaba con claridad y que estaba dispuesta, inclusive, a dar su vida por seguir llevando adelante ese ideal. Eso la convierte en una mujer admirable. Y desde que la conocí más cercanamente en la actividad política, pude aquilatar, precisamente, esa fortaleza.

Daniela impregnaba idealismo, convicción, vehemencia. Más allá de que cada uno defendiera su trinchera política o ideológica, era digna de elogio y de admiración.

En algunas circunstancias nos tocó estar juntos, a pesar de que yo estoy en la Cámara de Representantes y ella estaba en la Cámara de Senadores. Coincidimos en un congreso en Buenos Aires sobre la defensa de los derechos humanos. Como aquí se ha reafirmado, Daniela fue una gran defensora de los derechos humanos, no solo los de antes, sino también los de ahora y los del futuro. Ella luchó muchísimo por lograr una institucionalidad a favor de la defensa de los derechos humanos. Aquí se ha reseñado con total justicia toda la pelea y toda la lucha de Daniela a favor de esa institucionalidad.

Representó fielmente a su partido político y a su sector, pero también representó a todos los que abrazamos la vocación política. En este país netamente republicano fue una digna representante del Parlamento, y no es poca cosa, eso dice mucho. Su lucha, su energía, su amor inquebrantable por su familia van a estar siempre presentes.

En lo personal, le agradezco enormemente su cariño y sus consejos.

Al querido Facundo, mi amigo desde la infancia, y a sus hermanos, a los nietos y a todos los que por la vía de la sangre y del espíritu están unidos a ella les digo que no tengo ninguna duda de que van a continuar con su legado.

Les mando un abrazo fraterno.

(Aplausos en la sala y en la barra).

SEÑORA PRESIDENTE.- Tiene la palabra el señor legislador Daniel Radío.

SEÑOR RADÍO.- Señora presidenta: tengo que agradecer a mi partido que me haya designado para hacer uso de la palabra en este homenaje.

Daniela se fue de repente, sin avisarnos. Era una mujer política muy comprometida, seregnista de verdad, de esas a las que se les nota, de las que no necesitaban andar diciéndolo. Fue una mujer dispuesta a dar las más duras batallas, simplemente, porque era leal a sus convicciones y, además, porque era leal con las personas. Era leal con los suyos, con sus compañeros del Frente Amplio, y era frontal también en las discrepancias internas, me consta. Particularmente, era leal con sus compañeros y con el liderazgo de Asamblea Uruguay.

Era una legisladora perseverante y muy resolutiva. Pude comprobarlo personalmente, trabajando con ella en la Comisión Especial para el Seguimiento de la Situación Carcelaria durante la legislatura pasada; era difícil seguirle el ritmo de trabajo. Además, pude comprobar que tenía una especial preocupación por el tema de los derechos humanos. De hecho, jugó un rol muy importante en la génesis de la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo –como ya se mencionó– y en la difícil negociación que llevó a su definitiva conformación.

Todos nos quedamos con la impresión de que se fue demasiado temprano. Nos queda su testimonio, y también la convicción de que Daniela todavía tenía mucho para dar a la vida política de este país en momentos en los que se va a necesitar ese aporte, seguramente.

A toda su familia, a sus hijos, a sus compañeros del Frente Amplio –en particular, de Asamblea Uruguay–, les ofrecemos nuestro abrazo fraterno. Ustedes saben que compartimos el vacío que nos dejó y también la sensación de haber experimentado una pérdida muy importante. Pueden estar orgullosos de su legado.

Muchas gracias, señora presidenta.

(Aplausos en la sala y en la barra).

SEÑORA PRESIDENTE.- Para cerrar este homenaje, tiene la palabra el señor legislador Carlos Camy.

SEÑOR CAMY.- Señora presidenta: saludamos al señor presidente del Frente Amplio, doctor Javier Miranda, a la candidata a la vicepresidencia de ese partido político, la señora Graciela Villar y, a través de ellos, a toda la fuerza política que representó la señora senadora Daniela Payssé.

Saludamos especialmente al señor ministro Danilo Astori, jefe del sector político Asamblea Uruguay –al cual convencidamente pertenecía Daniela Payssé–, y a la señora ministra Liliam Kechichián, presentes hoy en el Parlamento.

Se han señalado los ribetes que destacaron a la exsenadora Payssé como legisladora, como parlamentaria y como mujer política. Se ha hecho hincapié, por parte de los distintos señores legisladores, en qué caracterizó su accionar en esta casa.

Fue reelecta más de una vez. Integró la Cámara de Representantes y la Cámara de Senadores. Fue 1.ª vicepresidenta de la Cámara de Representantes y, en ese tiempo, repetidamente, concentró su accionar político en comisiones donde se destacó por su trabajo: en la Comisión de Derechos Humanos, en la Comisión Especial de Género y Equidad, en la Comisión Especial para el Seguimiento de la Situación Carcelaria y, también, en el Senado de la república, en la Comisión de Presupuesto y en la de Constitución y Legislación. Todas estas representan –o por lo menos eso se supone desde el imaginario colectivo– grupos de comisiones distintas.

El hecho de pertenecer con convicción y de trabajar responsablemente en las primeras –en la de Derechos Humanos, en la de Género y Equidad, y en la Especial para el Seguimiento de la Situación Carcelaria– implica, sobre todas las cosas, sensibilidad; creo que no se puede asumir con convicción el trabajo en esas áreas si no se tiene esa característica. Seguramente, en la de Presupuesto y en la de Constitución y Legislación –por su propia definición– ponía en juego otras características más cercanas a la racionalidad, al estudio, a la dedicación desde el plano legislativo más que parlamentario. En estos cuatro años en que conocí y me relacioné en el Senado con Daniela Payssé percibí que concentraba esas dos características.

Tenía el gesto austero, de apariencia adusta, severo y riguroso que la convertía, claramente, en una adversaria que trasladaba convicciones, que inspiraba respeto al debatir, pero también hacía gala de una gran sensibilidad, defendiendo causas relacionadas con los derechos humanos, la equidad, el género y la situación de quienes están privados de libertad.

En Daniela encontré a una mujer que reconozco que trabajó con dedicación, con convicción, con responsabilidad. Hablo de responsabilidad en el sentido de cumplimiento de la tarea, de compromiso con la actividad, de seriedad para su ejercicio, de dedicación con entrega, de consagración, de ocupación responsable, de firmeza en la expresión de la creencia, de principios e ideología definidos, de fe, de respeto en el relacionamiento con quien no pensaba igual, de debatir con firmeza, pero en el marco de la consideración y el decoro.

La conocí cuando asumí como senador de la república; no tuve el gusto antes. Con respecto a Daniela me marcaron tres hechos. Cuando en el Senado de la república me tocó la responsabilidad de presidir la Comisión de Constitución y Legislación –una comisión importante–, ella la integraba y creo que no faltó nunca y que siempre fue pródiga en términos de seguimiento, de responsabilidad, de discusión responsable, de ocupación de los temas.

Recuerdo que en la segunda o tercera sesión debimos adoptar alguna resolución de las habituales en el trabajo en comisión. Entonces, se me acercó y me dijo: «Mirá, Camy, no nos conocemos –nos vamos a conocer–, pero quiero que sepas que tengo palabra», y me hizo un planteo vinculado con las formalidades de trabajo; no era más que eso. Y bueno: cumplió. Cumplió.

En otra oportunidad –esto lo valoro mucho–, apasionados como somos todos al honrar nuestras ideas y defender lo que cada uno representa –justifico que así hay que actuar siempre–, en el pleno del Senado aludí a un estudio, que en aquel tiempo había sido publicado en los principales diarios del país, sobre la Encuesta Mundial de Valores, que se hace cada cinco años –y que, por suerte, aún nos mantiene en el mejor lugar en el ranking regional–, que marcaba reiteradamente un leve descenso de la confianza de los ciudadanos uruguayos en la democracia. Seguramente, la pasión con que lo manifesté dio lugar a algo que no quise decir. Un senador del Frente Amplio –en el marco legítimo de lo que, a veces, llamamos «chicana parlamentaria»– lo tomó precisamente para el lado que yo no quise señalar. Entonces, la senadora Payssé pidió la palabra y expresó: «Yo conozco al senador Camy y quiero decir que interpreté lo que él dijo. Creo que quiso manifestar lo que luego aclaró». Me pareció un gesto de lealtad que no siempre tenemos, fundamentalmente, cuando estamos en la fragua casi cotidiana del trabajo parlamentario, y mucho menos en tiempos preelectorales.

Para finalizar –quizás esto sea lo que más me interesa destacar, dirigiéndome a su familia, a sus hijos, a sus hijas, a sus nietos–, diré que realmente se dedicó a su tarea. Yo considero que dedicarse es atender, y le doy mucha importancia a eso. Ella se sentaba en el otro extremo del mismo anillo inferior de las bancas de senadores donde yo me ubico; por lo tanto, cada vez que hablaba, nos mirábamos directamente. En cuatro años, no recuerdo haber hablado ni una sola vez, no recuerdo haber observado ni una vez a la senadora Daniela Payssé sin que ella estuviera atendiendo, mirándome a los ojos, recostada en su mano –era la posición que le resultaba más cómoda–, siguiendo lo que yo señalaba.

Se fue de esta casa una legisladora responsable, dedicada, seria, con convicciones, adusta, adversaria de respetar; yo puedo dar fe de que era leal, por lo que señalé.

Inclinamos nuestra bandera de congoja, de consternación, de respeto sentido hacia Asamblea Uruguay y hacia el Frente Amplio como fuerza política.

En unas horas, en la Cámara de Diputados realizaremos un homenaje a nuestro querido compañero el diputado Jaime Trobo, y creo que es un buen mensaje que, a pocos días de una elección –en el marco de una región convulsionada políticamente–, el sistema político uruguayo, los partidos políticos –en una democracia de partidos– nos respetemos y seamos capaces de reconocer estas cosas que son ciertas. Tal vez tenga más valor hacerlo poco tiempo antes de una contienda que, seguramente, nos encontrará ganados por la pasión y el calor de la defensa de nuestras ideas.

Yo soy creyente: que haya paz en su tumba.

(Aplausos en la sala y en la barra).

SEÑORA PRESIDENTE.- Desde la Presidencia de la Asamblea General adherimos a las verdades, a los conceptos, a todo lo que en sala se dijo y a lo que faltó –porque siempre faltan algunas cosas– sobre nuestra querida compañera Daniela Payssé.

Léase un comunicado que ha llegado a la Mesa.

SEÑOR SECRETARIO (José Pedro Montero).- «La Bancada Bicameral Femenina se suma al homenaje a la estimada señora exlegisladora Daniela Payseé, quien estuvo desde la fundación de la bancada siempre participando activamente en ella y en todos los temas referentes a leyes, actividades y todo lo que significara mejorar la participación de las mujeres en las actividades sociales y políticas.

Secretaría de la Bancada Bicameral Femenina».

SEÑORA XAVIER.- Pido la palabra para una cuestión de orden.

SEÑORA PRESIDENTE.- Tiene la palabra la señora legisladora.

SEÑORA XAVIER.- Mociono para que la versión taquigráfica de las palabras que se han vertido en el día de hoy sea remitida a la familia de la señora senadora Payssé, al Frente Amplio y a Asamblea Uruguay.

Muchas gracias.

SEÑORA PRESIDENTE.- Se va a votar el trámite solicitado.

(Se vota).

–82 en 82. Afirmativa. UNANIMIDAD.

4) LEVANTAMIENTO DE LA SESIÓN

SEÑORA PRESIDENTE.- Se levanta la sesión.

(Así se hace. Son las 14:51).

(Aplausos en la sala y en la barra).

LUCÍA TOPOLANSKY Presidente

José Pedro Montero Secretario

Virginia Ortiz Secretaria

Mariel Arias Supervisora general del Cuerpo Técnico de Taquigrafía de la Cámara de Representantes

Control División Diario de Sesiones del Senado

Diseño División Imprenta del Senado

Linea del pie de página
Montevideo, Uruguay. Poder Legislativo.