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Carátula

 

COMISIÓN DE GANADERÍA, AGRICULTURA Y PESCA

(Sesión celebrada el día 12 de mayo de 2022).

 

SEÑOR PRESIDENTE.- Habiendo número, está abierta la sesión.

(Son las 14:03).

–El primer punto del orden del día es la carpeta n.º 671/2022, distribuido n.° 932/2022, que contiene el proyecto de ley por el que se declara Capital Nacional del Girasol la ciudad de San Javier, departamento de Río Negro.

                En consideración.             

Si no se hace uso de la palabra, se va a votar.

(Se vota).

                –6 en 6. Afirmativa. UNANIMIDAD.

SEÑOR MAHÍA.- Proponemos como miembro informante al señor senador Da silva.

SEÑOR PRESIDENTE.- Si no se hace uso de la palabra, se va a votar.

(Se vota).

                –6 en 6. Afirmativa. UNANIMIDAD.

                Muchas gracias.

                Le vamos a hacer llegar a la comisión la invitación para el aniversario de San Javier. Nuestra idea era votar este proyecto de ley antes de la nueva edición de la Fiesta del Girasol que se celebra en San Javier, pero ya pasó, aunque todavía estamos a tiempo para su aprobación en la Cámara de Representantes. San Javier es una ciudad que nos une a todos.

                Como se indica en el segundo punto del orden del día, corresponde recibir especialmente invitadas a las autoridades del Banco de la República Oriental del Uruguay a fin de informar sobre las líneas de crédito para la compra de campo y de ganado.

(Ingresa a sala la delegación del Banco de la República Oriental del Uruguay).

                –La Comisión de Ganadería, Agricultura y Pesca tiene el gusto de recibir al Directorio del Banco de la República Oriental del Uruguay, integrado por el presidente, economista Salvador Ferrer; el vicepresidente, doctor Alejandro Lafluf; el segundo vicepresidente, contador Max Sapolinski; los directores, contador Pablo Sitjar y doctor Leandro Francolino, y el subgerente general del Área Comercial, señor Gustavo Gomila, para tratar varios temas relacionados con el organismo.

 El Banco República ha tenido una actitud muy cercana al sector agropecuario en diferentes ámbitos, y la comisión específicamente quiere informarse sobre las líneas de crédito para la compra de inmuebles rurales y ganado. En lo personal, me gustaría incluir también alguna otra línea de crédito que a criterio del banco sea bueno comentar.

Las comparecencias ante el Parlamento nacional sirven como caja de resonancia y, por lo tanto, puede ser una oportunidad para hacer una buena publicidad gratuita.

SEÑOR FERRER.- Me ahorro las presentaciones de quienes me acompañan porque el señor presidente recién las hizo.

Es un placer acompañarlos y señalo que, según entendí, el planteo que nos están haciendo está enfocado en las soluciones que estamos instrumentando con el sector agropecuario, en particular lo referente a la compra de campos de largo plazo, pero hice unos apuntes porque pretendo efectuar un repaso general para dar un contexto a lo que estamos haciendo y por qué trabajamos en esa línea.

Pretendo repasar rápidamente la relevancia que tiene el sector agropecuario, algunas cifras básicas en lo que hace al financiamiento de ese sector, en particular a nivel del sector bancario y especialmente en lo que tiene que ver con el Banco República. Además, dejaremos planteada nuestra visión y alguna inquietud que tengamos al respecto. Por supuesto, estamos abiertos a recibir las consultas que los señores miembros de la comisión quieran realizar en el momento en que lo dispongan.

Ni que hablar que Uruguay es un país agroindustrial exportador. Sin duda, es un motor relevante de la economía y, por razones obvias, el Banco País tiene un foco muy especial en el sector. Esto es algo que fue así desde los inicios de la institución. Recordemos que el Banco República nació con vocación de Banco País, como nos gusta llamarle a veces más marketineramente en los tiempos actuales.

A partir de su creación se pretendía que fuera una institución que, sobre la base de la confianza de sus depositantes, pudiera canalizar el ahorro en beneficio del desarrollo económico del país. Desde el inicio se hizo hincapié en la importancia del sector agropecuario y en la presencia territorial del banco en todo el país mandatando al directorio inicial a constituir sucursales en los diecinueve departamentos en el primer año de vida. De alguna forma, eso ha trascendido en el tiempo y es parte de lo que guía el accionar de este directorio.

                El sector agropecuario tiene una característica que me interesa resaltar. En los últimos años ha habido un proceso de profesionalización muy importante; ya no hablamos solamente de productores rurales, sino, de alguna forma, de empresarios agropecuarios. Esto lo considero relevante para la transformación que el sector ha tenido.

                Sobre el financiamiento del sector bancario al sector agropecuario mencionaré brevemente cifras redondas a marzo de 2022.

El sector bancario tiene USD 3.700:000.000 en lo que respecta al sector agropecuario y la agroindustria; es el 35 % del financiamiento de la banca a empresas.

En el caso del Banco República es algo más de USD 1.400:000.000 que están hoy en el sector; es decir, más del 50 % del crédito corporativo o del que se otorga a las empresas de dicho banco. Si revisamos la evolución, podremos ver que allá por 2016 hubo un pico un poco superior a esta cifra y después hubo un estancamiento durante los últimos cinco años con algunas señales de crecimiento, inclusive en la pandemia y en estos últimos tiempos.

                Revisando por destino, el sector agropecuario concentra el 65 % de todo ese crédito y la agroindustria el 35 % restante. Es importante resaltarlo porque cuando hablamos del sector de alguna forma pensamos en el sector primario y la industria relacionada.

Para el caso del Banco República en particular, el peso del sector primario es quizás un poco mayor, algo más del 70 %. 

                No los quiero aburrir con muchos números, pero, a modo de repaso, quiero mencionar algunos datos referidos a los principales sectores tomadores. La cadena cárnica –es decir, la industria frigorífica y la ganadería pura sin lechería, entre otros rubros– concentra alrededor de USD 1.100:000.000. El siguiente sector en peso relativo lo llamamos explotaciones mixtas, que incluye los sectores ganadero y agropecuario, y concentra USD 500:000.000. La cadena forestal –es decir, la forestación y la industria forestal– concentra USD 450:000.000. El sector lácteo concentra USD 400:000.000. El sector arrocero concentra USD 220:000.000 y el sector de las oleaginosas concentra USD 200:000.000. Esos son los principales sectores demandantes de crédito. No es casualidad que en esta lista estén los principales rubros de exportación del país.

                El Banco República es un jugador muy relevante en muchos de esos sectores, y asociado a ese rol de banco de desarrollo y de Banco País ha ponderado de manera importante algunos sectores que han enfrentado más dificultades en algunos momentos, como pueden ser los sectores lácteo, frutícola, hortícola y textil. En estos sectores, el Banco República representa las dos terceras partes de sus créditos; o sea que tiene un peso relativo bien importante.

                Hay otros sectores en los que tenemos cifras más promedio, como puede ser el arrocero y el vitivinícola, y los servicios agropecuarios en general. Estos sectores concentran aproximadamente el 50 %.

                Por otra parte, los sectores en los que el Banco República tiene una participación relativa, quizás un poco menor, es en donde hay una competencia más agresiva de la banca privada, que son los sectores más dinámicos. Entonces, en la cadena cárnica, en la industria frigorífica y en el sector forestal la participación del banco es quizás menor a la que nos gustaría tener.

                Asimismo, con respecto a la oferta de productos y el financiamiento del banco para el sector, en los últimos tiempos hemos insistido bastante con el siguiente mensaje: «Con tu banco, el campo crece» o «Las mejores soluciones para el agro están en tu banco». Hemos venido insistiendo bastante en lo que es la oferta de productos. Traje  información al respecto para que así puedan ver la batería de productos y la herramienta de marketing que usamos. Estamos convencidos de que a nivel del banco existen soluciones para todas las necesidades del sector agropecuario; de no haberlas, estamos, por supuesto, dispuestos a desarrollarlas. 

                Hemos sido autocríticos, así que quizá no somos tan buenos desde un punto de vista marketinero, es decir, en difundir las campañas. Esto es parte de lo que hemos estado trabajando. Sin ir más lejos, la semana pasada, lanzamos el préstamo Agua para tu Parcela, una idea que el presidente de la comisión me planteó hace un tiempo y se trabajó en el banco. En realidad, lo que hicimos fue presentar al público soluciones que ya existían de una manera adecuada, que se puedan entender. Asimismo, ajustamos alguna condición en determinada tasa promocional y extendimos ciertos plazos; esto es algo que puede ser atractivo para que realmente llegue a quien lo necesite. 

El Banco República está en condiciones de financiar todo lo que sea necesario y viable, dentro del marco regulatorio en el que trabajamos; hay regulaciones con las cuales tenemos que cumplir. Estamos dispuestos a apoyar todo aquello que permita producir más, mejorar la productividad y ser más eficientes; estamos dispuestos a analizar todos los proyectos que tengan perspectivas positivas dentro del marco regulatorio legal con el que nos toca cumplir. En definitiva, cualquier proyecto que tenga viabilidad encontrará eco para su financiamiento en el Banco República.

En estos tiempos, desde este directorio hemos trabajado mucho para tratar de poner a disposición de nuestros clientes mejores soluciones y condiciones de financiamiento. Puedo resaltar que hay dos líneas en las cuales hemos insistido en dos características fundamentales, en plazos y tasas, por supuesto que con las garantías adecuadas a cada tipo de negocio y las seguimos revisando de forma permanente.

En el material que hemos traído hay muchas alternativas, pero voy a mencionar algunas solo para dar una idea, aunque estaré encantado de profundizar en cualquiera de ellas; además, está presente nuestro experto, el gerente comercial, que conoce muy bien todo el sector.

Por ejemplo, si pensamos en el agro en sí mismo, tenemos soluciones que van desde el financiamiento del cultivo y la siembra hasta la cosecha, atendiendo a las necesidades de cada sector con los plazos que sean necesarios de acuerdo con el ciclo del cultivo.

A su vez, en todo lo que tiene que ver con la comercialización del sector, en general proveemos muy buenas soluciones para que el productor pueda elegir cuál es el mejor momento para comercializar. Además, normalmente utilizamos como garantía los propios bienes, ya sea en forma de warrants o bajo prenda de los productos. 

Si repasamos la ganadería, podremos ver que hay soluciones de todo tipo para la alimentación animal, la compra de ganado o el engorde. En cuanto a la lechería, ni que hablar que hay una amplia lista de soluciones, algunas muy tradicionales e históricas, como por ejemplo el programa Tambo Joven, que ha sido bien ponderado por el sector y a muchos tamberos jóvenes les ha permitido continuar con la actividad de sus padres. Es un financiamiento que funciona desde hace mucho tiempo y se hace a largo plazo –por ejemplo, a dieciocho años–, financiando hasta el 80 % de los proyectos.

En los últimos años hemos impulsado en el sector lechero un producto especial para la expansión del sector que incluso lo llamamos «anticíclico» y le agregamos alguna novedad, por ejemplo, que el repago se pueda hacer en base a una cantidad fija de litros de leche, de tal modo que si el precio sube el productor puede pagar su endeudamiento en menos tiempo, pero si las circunstancias del mercado juegan en contra, pueden alargarse los plazos. Es así como hemos llegado hasta a diez años de plazo en ese producto, sobre todo cuando tiene que ver con tratamientos de efluentes y demás en los tambos, aspectos en los que se necesitan inversiones a largo plazo.

En cuanto al préstamo Agua para tu Parcela –antes mencionado–, que fuera anunciado recientemente, podemos decir que apunta a mejorar de manera estructural lo que es el tambo –sobre todo el más tradicional que se basa en las pasturas–, ayudando a mejorar la productividad de la vaca que de esta forma dará más leche por día. Los agrónomos del banco han dicho que, en realidad, para producir cada litro leche se precisa el consumo de cuatro litros y medio de agua, lo que deja en evidencia que es necesario contar con el agua a disposición para que la vaca sea más productiva. 

En este caso, estamos financiando hasta el 80 % de las inversiones necesarias para construir el pozo y todo lo que sea preciso para poner el agua en la parcela. Para ello definimos una cifra de hasta USD 20.000, porque entendemos que para el pequeño y el mediano productor satisface perfectamente esta necesidad. Los plazos generales son de hasta seis años, pero se pueden extender hasta diez años para todo aquel que justifique con su proyecto que necesita un mayor plazo de pago. Asimismo, se presta en la moneda que el productor lo necesite o la que se acompase con su flujo de ingresos, y con tasas bonificadas. Como decía, hemos realizado pequeños ajustes para poder ser mejores desde el punto de vista marketinero y que el dinero llegue a quien lo necesite. Lo cierto es que las soluciones presentadas están generando muy buena receptividad.

Por su parte, para el sector forestal –un sector dinámico– también tenemos alternativas de financiamiento interesantes. En este caso acompañamos con financiamientos a largo plazo lo que es el bosque de rendimiento particular, llegando hasta doce años, con diez años de gracia. ¿Por qué? Porque los flujos empiezan a generarse en el momento en que el productor comienza a cortar los árboles. 

Son productos que ya están en funcionamiento desde hace un buen tiempo e insistimos en hacerlos llegar a quienes los necesitan.

Por otra parte, independientemente del sector, tenemos alternativas para el financiamiento a corto plazo del capital de trabajo. En ese sentido, destacaría el famoso agrocrédito o la famosa chequera del agrocrédito, como la conocen nuestros productores rurales. Es un producto muy sencillo con el que el empresario o el productor rural activa el crédito al momento de la compra de insumos o de lo que esté adquiriendo; se firma el cheque y empieza a correr el crédito del banco. Es un producto fácil; seguramente haya que trabajar y modernizarlo, pero tiene un alcance muy importante. También está el fideicomiso ganadero, que nos permite utilizar el propio ganado para tomar endeudamiento; es una herramienta de garantía razonable y fácil de utilizar e implementar. A eso debemos sumarle lo que llamamos el crédito exprés, por el que otorgamos en plazos muy breves –forma parte de las críticas que, obviamente, a veces recibimos, por la velocidad de la ejecución de nuestros productos– hasta USD 70.0000 contra muy pocos requisitos, básicamente con sustento en la garantía del fideicomiso ganadero.

                Por otro lado, las necesidades para las inversiones en el mediano plazo –financiamiento de inversiones, mejoras de equipos– también tienen respuesta de parte del banco. En este caso, sí tenemos que pensar en financiamientos de mediano y largo plazo –ya me voy a referir a eso–, porque parte importante de lo que hemos aprendido es que el financiamiento a corto plazo es para financiar el capital de trabajo, la producción; las inversiones tienen que financiarse con estructuras de largo plazo.

                Dentro de ese capítulo quizás podamos destacar lo vinculado a la compra de campos, que fue lo que generó esta convocatoria. La novedad más importante en ese sentido quizás sea el tema de los plazos. Nosotros anunciamos financiamiento de hasta el 70 % de la inversión en hasta cinco años. Incluso, hicimos un programa de inversión para pequeñas y medianas empresas llegando hasta veinte años de plazo. Esta es una novedad porque en el mercado no existían estos plazos de financiamiento para la compra de campos.

                Cuando hablamos de pequeños y medianos productores –a efectos de tener una dimensión de cómo los definimos a los efectos de este tipo de financiamiento–, nos referimos a productores que puedan comprar hasta 200 hectáreas índice Coneat 100, en promedio, para tener parámetro de referencia. Estamos ofreciendo dos años de gracia para el repago del capital y quince o hasta veinte años de plazo para los más pequeños. Con esto, de alguna forma, ajustamos nuestra oferta para atender de forma adecuada los negocios de sectores que no necesariamente son de alta rentabilidad. ¿Por qué insistimos en estas alternativas? Por lo que decía hace un momento: es importante entender que el financiamiento de inversiones de largo plazo de activos fijos, como puede ser la compra de campos, necesita financiamiento de largo plazo.

                Creo que la crisis del 2002 dejó varias lecciones, tanto para los bancos como para los clientes. Todos aprendimos mucho en aquel momento, pero particularmente destacaría dos cosas. La primera es el calce de los flujos de moneda. Hoy no existe de forma generalizada en el sector bancario descalce en el financiamiento; el deudor, el cliente, el productor, el empresario se endeuda en la moneda en la que sus flujos están nominados, en la que reciben sus ingresos. Previamente al 2002 eso no era así y fue parte importante de los desbarajustes que tuvimos.

                El segundo tema importante es el de los plazos. Hasta el 2002 la banca financiaba todo a cortísimo plazo y era estándar que quien se metía en un proyecto, construía galpones y compraba maquinaria –para lo que necesitaba un repago en diez años–, lo financiara con créditos a tres o a seis meses. Cuando se dio la corrida de depósitos del 2002 y los bancos tuvieron que salir a recuperar los créditos –porque la única forma de repagar los depósitos que se iban era recuperando el crédito otorgado– se encontraron con que vencían en noventa o ciento ochenta días. El pago razonable de las empresas era, de repente, en diez años, pero estaba documentado un crédito a ciento ochenta días. Esa fue otra muy fuerte lección aprendida y hoy eso está funcionando adecuadamente, y esto que estamos haciendo con la extensión de plazos tiende ayudar en ese sentido.

                ¿Por qué le damos tanta importancia y nos vamos a tan largo plazo con el repago de la inversión en tierras? Si uno lo piensa en base a la renta que se obtiene, ve que no es tan fácil comprar campo y repagarlo. Yo miraba datos del año pasado de productores de la Fucrea y los niveles de rentabilidad iban en promedio del 3 % al 5 % y algunos un poco más; hablamos de ganaderos, de agricultores, del sector lechero, etcétera. Hoy estamos en un mundo de tasas de interés bajas; se vienen corrigiendo, pero todavía históricamente es así. De repente puede financiarse por debajo de ese 3 % o 5 % o niveles similares, pero ¿cómo hace uno para pagar el capital y la renta de un proyecto que solamente se repaga con lo que el campo produce?

SEÑOR BOTANA.- Con eso tampoco hay manera igual.

SEÑOR FERRER.- Bueno, lo que estamos haciendo es financiar hasta el 70 %, porque eso es lo que nos da la tranquilidad de que hay una garantía por detrás, que es el campo, y es lo que permite al banco tomar el desafío de financiar de esa manera.

                Es cierto, además, que no es tan fácil decir: «De la nada quiero ser productor rural. Voy al banco, pido un crédito a quince o veinte años». No es fácil. Sin duda, esto funciona muy bien para aquellos que están buscando expandir su producción, que tienen cien hectáreas y van por otras cincuenta más del vecino, porque es una oportunidad interesante, pero ya tienen un negocio que genera cierta renta; van por una renta adicional y quizás por mejorar su productividad a un mejor nivel de lo que es la renta estándar. Esto no es una solución para que cualquiera, de la nada, se pueda transformar en productor rural porque hay un financiamiento, sino que es para acompañar el desarrollo del sector y no, reitero, para inventar nuevos productores.

                Como dije, antes no existían estos plazos en la banca uruguaya. Cuando uno hablaba de más de ocho años, tradicionalmente ya era pensar en largo plazo; nosotros estamos desafiando un poco esto y permítaseme insistir en por qué lo hacemos. Porque para financiar activos de largo plazo se necesita financiamiento a largo plazo.

                Voy a mencionar algunos diferenciales adicionales que tiene el Banco República como potencial para trabajar con el sector. Realmente se trata de diferenciales que vienen ayudando mucho en este reposicionamiento que queremos que tenga el sector agropecuario. El primero es el cuerpo técnico agropecuario. El Banco República cuenta con un equipo de técnicos agropecuarios que no tiene ninguna otra institución –al menos, institución bancaria– y eso nos permite una cercanía, un conocimiento de la situación, de los clientes, de la producción y de cada realidad. Ese es un gran apoyo para el cliente y para el desarrollo de negocios para el banco. En síntesis, es un diferencial significativo.

                El segundo diferencial significativo que voy a mencionar es la presencia territorial del banco. Desde la carta orgánica fundacional estamos en todos los departamentos y hoy, a través de ciento treinta sucursales, hemos logrado estar en cuanto rincón del país hemos podido, lo que también es parte importante de esta presencia. Además, hemos hecho alguna cosa para ajustar ese modelo de negocio generando, a través de la gerencia comercial, gerencias regionales, gerencias departamentales –que hemos reinstaurado o que no existían– para que haya referentes departamentales que, desde el punto de vista del negocio, conozcan la problemática y que ayuden a llegar mejor. Como decía al principio, quizás no somos tan buenos desde el punto de vista marketinero y nos cuesta a veces hacer llegar el mensaje a todos lados, pero hemos armado equipos para que estas cosas trasciendan y lleguen.

                No quería dejar pasar la oportunidad de repasar los titulares de algunas cosas recientes que hemos tenido en cuanto a la problemática del sector. Hace un par de años nos enfocamos muy fuerte en resolver la problemática del sector arrocero, un sector que tenía un endeudamiento histórico de muchos años y hoy enfrenta una coyuntura mucho más favorable, con una situación saneada desde el punto de vista del endeudamiento.

                Nos ha tocado enfrentar por dos veranos consecutivos la emergencia hídrica y hemos dado apoyo a sectores ganaderos y lecheros, en particular, pero también a todo tipo de sectores que han tenido dificultades en ese sentido. Como mencionaba, lanzamos el crédito anticíclico para el sector lechero, que no ha tenido todo el éxito esperado; creo que la herramienta es fundamental, pero algo no estamos haciendo del todo bien para que llegue a todos los jugadores. Hemos trabajado y resuelto algunos casos complejos emblemáticos y mencionaría en especial el caso de Citrícola Salteña, que tenía un potencial de terminar muy mal y hoy está encaminado. Asimismo, la industria láctea tiene varias industrias con dificultades. Calcar fue una de las últimas con la que logramos un acuerdo entre los acreedores para permitir una salida que la mantenga funcionando, pero hay muchos casos para seguir monitoreando. Como dijimos, anunciamos recientemente lo del agua en la parcela, pero me gustaría insistir en algo que mencionamos, que es el ajuste de plazos y de tasas. Estas decisiones que hemos tomado como Banco País han generado repercusiones positivas en el mercado y han llegado a los clientes. Quizás no son tan positivas como quisiéramos para el balance del Banco República, es decir, no estamos creciendo como nos gustaría en el sector. ¿Por qué? Porque tenemos competencia; los competidores también han despertado y se han puesto agresivos en el financiamiento y en las condiciones de plazos y tasas. Diría que estamos cumpliendo ese rol de Banco País; me gustaría ser más efectivo en cumplirlo de forma directa, pero seguro que los empresarios agropecuarios se están viendo beneficiados de esa actitud del Banco República.

                Por último, quiero mencionar algunas conclusiones.

                Seguimos revisando de forma permanente la capacidad de ir al largo plazo más allá del sector agropecuario, es decir, para todos aquellos que necesiten financiarse en esas condiciones. Lo mencionamos para la compra de campo, lo hemos hecho para el sector forestal y para la floricultura, que en algunos casos también precisa plazos largos. Todo aquello que sea inversión estructural seguramente necesita financiamiento a largo plazo y ahí podemos estar.

                Adecuamos las tasas; hemos sido agresivos en materia de tasa de interés en un contexto internacional en el que trabajar con tasas bajas no es favorable para la banca. Eso ha ayudado mucho al mercado. Trabajamos y seguimos haciéndolo para mejorar sistemas de garantía. El fideicomiso ganadero que mencionaba es un instrumento de garantía muy importante para poder llegar a más clientes. Se ha venido haciendo práctica corriente la cesión de flujos para que los bancos podamos financiar contra flujos que los deudores nos pueden ceder y estamos trabajando –y ojalá podamos tener avances a corto plazo– en el tema de seguros agrícolas, en el que el Banco de Seguros del Estado y las compañías privadas de seguro están poniendo el foco y el Ministerio de  Ganadería, Agricultura y Pesca tiene muchas esperanzas en poder desarrollarlo.

                A su vez, quiero hacer una mención especial del sistema de garantías en los dos últimos años –durante la pandemia–, que permitió a todo el sector de pymes pasar una tormenta complicada. El Siga –Sistema Nacional de Garantías– ya existía antes de la pandemia, pero el Poder Ejecutivo lo reforzó y la banca lo utilizó de forma relevante. Estoy hablando del Banco República y de la banca en general; es algo que hoy, sin duda, podemos decir que funcionó bien, porque la morosidad ha bajado y permitió llegar a aquellos clientes que tenían dificultades de liquidez pero una vida económica por delante. Hubo garantías que les permitieron tomar crédito y superar una tormenta que no sabíamos cuánto iba a durar. Pongo esto como un pilar importante porque seguro hay cosas para trabajar, que exceden lo que podemos hacer desde la banca y que quizás necesiten alguna ley para generar garantías adicionales. Pienso en casos en los que a todos nos gustaría trabajar para dar soluciones, como por ejemplo el de la vitivinicultura. Estamos revisando lo vinculado a la reconversión varietal que se necesita, que implica unos USD 25.000 o USD 30.000 por hectárea, en campos en los que quizás tienen un valor por hectárea de USD 8000. Entonces, hay que buscar una forma de tener un sistema de garantías que permita llegar con más efectividad para ayudar a estos sectores. Este es un ejemplo, pero seguramente haya otros similares que ahora no tengo presentes en los que se pueda trabajar y a los que seguramente se puede ayudar, más allá del alcance del banco.

                Otro tema importante para considerar en estos tiempos complejos es que la pandemia primero y luego la guerra han configurado un combo que ha disparado el precio de los commodities, algo favorable para nuestra industria agroexportadora pero que tiene otras repercusiones como, por ejemplo, el incremento de los costos de los insumos de todo tipo. Sea cual fuere el rubro que miremos, seguro va a necesitar más plata para producir lo mismo. Entonces, desde el punto de vista del banco estamos pensando en poner creatividad para apoyar al cliente que antes financiaba con determinada plata y hoy va a precisar más cantidad de dinero para hacer lo mismo. Es algo que tenemos presente y le estamos poniendo mucho foco.

                Como les decía al comienzo, el banco está para atender todas las necesidades del sector. Creemos que es una institución que tiene recursos que la hacen conocedora del sector y que poniendo creatividad podremos generar nuevas soluciones.

                Si bien la citación nos llegó desde la Comisión de Ganadería, Agricultura y Pesca para hablar del sector agropecuario, aclaro que no es el único sector al que atiende el banco. Es un sector muy crítico y relevante, pero el banco está para trabajar en todos los sectores del quehacer nacional. Más allá del agro, están la industria, los comercios, los servicios, y el banco está para jugar un rol en todas las actividades. En todas pretendemos ofrecer soluciones y financiamiento de acuerdo con las necesidades de cada uno y de la forma más competitiva.

                Les dejo el mensaje de pensar en qué garantías se puede trabajar para potenciar la actividad. Por supuesto que estamos abiertos a evacuar dudas y consultas. Seguramente tenemos que seguir mejorando, pero estamos trabajando para tratar de dar apoyo importante a todo lo que es la producción.

SEÑOR DOMENECH.- Creemos que algunas empresas estatales y paradigmáticamente el Banco República ocupan un lugar estratégico en la economía del país. En el pasado habíamos observado un cierto retiro del Banco República de algunas actividades, particularmente notamos un retroceso en la actividad agropecuaria, que es una de las actividades a las que nos hemos dedicado en la esfera privada; por esa razón, vivimos con mucha alegría este proyecto. Las cooperativas de la zona de Colonia Valdense nos han planteado, particularmente por parte de la gerencia de Sofoval, que con mucha frecuencia le llegaban productores que enfrentaban una situación de sucesión y a veces uno de los sucesores quería continuar con la actividad agropecuaria pero no tenía forma alguna de adquirir el campo de los que no estaban interesados en continuar, sobre todo, en el ramo de la lechería.

                La verdad es que nos conmovió que el Banco República abriera estas líneas de crédito para la compra de campo. Honestamente, mirando el folleto que nos alcanzaron veo que el plazo de repago es un poco más corto para la lechería que para otras actividades agropecuarias y no sé a qué responde.

SEÑOR FERRER.- No se trata de que haya plazos más cortos para la lechería. El programa Tambo Joven existe desde hace muchos años y tiene un plazo de dieciocho años. Cuando se desarrolló fue muy innovador y permitió a muchos jóvenes  mantenerse en el sector. Hemos tenido varias reuniones con gremios lecheros y siempre la gran preocupación es que hoy el productor de edad tiene que dar paso a las nuevas generaciones pero a estas les cuesta involucrarse en un nuevo negocio tan sacrificado. Ese producto durante muchos años tuvo ese plazo, pero hoy tenemos soluciones para el sector lechero en las que llegamos a diez años para la inversión nacional, aunque cuando hablamos de que hay compra de campo a quince o veinte años es para cualquier sector.

SEÑOR DOMENECH.- Es decir que esta línea no es exclusiva para la compra de campo.

                La verdad es que me congratulo de que el Banco República haya abierto estas líneas de crédito, porque realmente es una situación dramática, sobre todo para las nuevas generaciones de productores. Me gusta más la palabra «productor» que «empresario», porque mucha gente en el campo no tiene vocación empresarial, sino que es el medio en el nació y en el que adquirió las destrezas que le permiten defenderse en la vida. Además, hay una relación muy particular –quizás la gente de ciudad no lo comprenda– del hombre con la naturaleza, con los animales y con los vegetales, que solo el que ha vivido en el medio rural y ha desempeñado actividad agropecuaria es capaz de sentirla. Me llama la atención que muchas veces la gente se queja de las moscas y del olor a bosta, como se dice vulgarmente. Eso es parte de la naturaleza y un sector muy importante de la población ha nacido allí, desarrolla su vida y tiene las destrezas necesarias para defenderse en ella. Si esa gente de la ciudad se trasladara al medio rural, estaría en una situación de franca desventaja.

                Entonces, la presencia del Banco República –que, entiendo, es una de las empresas de mayor valor estratégico en el Uruguay– es algo que en el interior de la república y, particularmente, en la agropecuaria, se mira con mucha alegría.

                De manera que yo tenía mucho interés en que ustedes vinieran, porque me parece importante que la dirección del Banco República conozca el interés que tenemos –por lo menos algunos sectores políticos– en sostener esta institución, que es fundamental para defender los intereses del país y de sectores que han sido vitales para el desarrollo del Uruguay.

                En otro orden de cosas, les quiero preguntar por el tema de las tasas de interés en el crédito agropecuario. ¿Cómo lo están manejando en este momento, en el que se observa que a nivel internacional hay determinadas subas? Uno ve que en situaciones de crisis, como sucedió con la quiebra de Lehman Brothers, en general se tiende a bajar las tasas de interés. ¿Qué política está desarrollando el Banco República en un aspecto que es tan sensible, tan importante? También quiero saber cómo se maneja el banco en este sentido en la competencia que, incluso, debe tener con la banca privada.

SEÑOR MAHÍA.- Por nuestra parte también damos la bienvenida a la delegación.

Por supuesto que compartimos que el Banco República es una empresa pública estratégica para el desarrollo del país. Creo que tiene un rol histórico y actual muy importante para el desarrollo del Uruguay; nosotros siempre lo hemos concebido y analizado en esos términos, e intentamos proyectarlo en esa dirección durante años.

Voy a ser concreto en la pregunta. Quiero saber si se puede informar, en líneas generales, cuál es el estado de endeudamiento del sector de los pequeños o microproductores o empresarios rurales, como se les quiera llamar. Más allá de eso, me interesa saber cuáles son las líneas que ha desarrollado el banco en los últimos tiempos para estimular a ese sector de pequeños productores o microempresarios rurales, que, como ustedes sabrán, en una importante proporción están en el departamento de Canelones. Además, este ha sido uno de los sectores a los que les ha costado más históricamente dar un salto cualitativo hacia adelante, y creemos que tiene que estar dentro de las prioridades estratégicas del banco.

Por eso, queremos saber en concreto cuáles son las medidas que se han tomado y si pueden señalar cuáles son las que tienen en perspectiva desarrollar en el futuro.

SEÑOR BOTANA.- Me parece que tenemos un directorio que está cerca de la producción y que se está preocupando por generar respuestas adecuadas a las demandas reales del sector. Creo que esta es una muy buena cosa que hay que destacar porque en la historia del banco hemos visto de todo. Hemos visto un banco preocupado por lo productivo pocas veces, y durante muchos siglos en la historia hemos visto un banco preocupado por los bancarios, por su balance y por sus finanzas.

                Desde este punto de vista, considero que estamos ante un directorio que está trabajando muy bien, y eso hay que saludarlo.

                Voy a plantear dos aspectos importantes que son generales para el interior de la república.

                En primer lugar, de las ciento treinta sucursales, hay veintisiete, si no me equivoco, que siguen con régimen de horario limitado, y la pandemia ya pasó. Incluso algunos días no hay atención. Quizás, al haber pasado la pandemia, ya estamos en condiciones de volver al servicio normal en esos lugares.

                El gerente del banco en una localidad es mucho más que el oficinista que atiende detrás de un mostrador. Es la referencia. Es el hombre que aconseja, en general, a toda la economía de una zona. Sería bueno, incluso, que volviéramos a tener al gerente viviendo en el lugar, que es algo que, lamentablemente, se ha venido perdiendo. Tal vez la facilidad de desplazamiento nos ha generado esa enorme pérdida en el interior de la república, pero creo que sería importante ir revisando esa situación.

                El otro aspecto que quería plantear es que aprobamos un proyecto de ley para que el 20 % de la publicidad pública se haga en medios del interior. En el caso del banco, como es un organismo que está en competencia, el porcentaje debe ser del 10 % por lo menos. Ahora escuchábamos al presidente decir que algunos productos ofrecidos no tienen la demanda que se esperaba, por lo que tal vez habría que pensar si la agencia está haciendo la publicidad en el lugar adecuado. Esa es una contribución que me parece que debemos hacer.

                También enviamos una minuta de comunicación en algún momento pidiendo una baja de la tasa por los créditos del fideicomiso de la UAM, y el directorio nos hizo saber que es muy difícil de instrumentar en la manera en que nosotros lo pedimos. Lo quiero recordar porque esa baja de costos a los operadores de la UAM, a los productores que sí están presentes, sería importante. En este momento hay un 40 % de morosidad o de gente que tiene algún tipo de retraso en el pago de las cuotas, y esa es una situación que en alguna medida obedece al alto costo que tienen. Obviamente esto no es causado por el banco, pero lo que habíamos pedido en su momento era si el banco podía hacer una contribución a bajar ese costo, por más que eso no va a resolver el tema.

                El tema de la tierra fue muy bien abordado por el presidente, así como el tema de las hectáreas para la reconversión de viñedos.

                Por otra parte, en la última rendición de cuentas se votó un aporte del Ministerio de Economía y Finanzas para que la banca otorgara créditos productivos a los colonos con tasas cero. Quizás se podría hablar con el Ministerio de Economía y Finanzas para activar ese crédito, que tiene como finalidad movilizar cientos de miles de hectáreas en el país de un modo productivo.

                Finalmente, quiero decir que hay algo que me tiene preocupado. Es cierto que estamos teniendo buena suerte con los precios de los commodities, pero también, como dice el presidente, hemos tenido crecimiento en los costos. Y va a llegar el momento en el que va a venir la baja de precios y va a haber habido una plantación con costos más altos. Siempre sucede esto. Dios quiera que demore mucho. Pero tal vez podríamos prever ese barquinazo que va a dar la economía, porque todos sabemos cómo la situación desencadena crisis en el sector. Esto, insisto, es algo que se da siempre, pero es especialmente preocupante en este momento, donde la plantación en el país es mayor. Hoy se está plantando mucho más, gracias a los precios y gracias al crédito, y se está haciendo en mayor extensión del territorio.

Por lo tanto, el problema podría ser importante. Es un riesgo real. Dios quiera no suceda, pero me parece que hay que estar prevenidos porque, de lo contrario, después la acción de recuperación de créditos va a traer consecuencias complicadas para el sistema productivo todo.

                Muchas gracias, señor presidente.

SEÑOR SÁNCHEZ.- Voy a ser muy breve.

                En primer lugar quiero saludar a la delegación del banco –vino el directorio en pleno, así que mucho les agradecemos–, que nos ha dado un buen informe sobre las líneas de crédito que se están llevando adelante. A todos nos alegra tener un Banco  República –el banco de todos los uruguayos– que esté pensando activamente e innovando permanentemente.

                Por otro lado, y en función de algunos comentarios realizados –no pretendo entrar en un debate, señor presidente–, simplemente voy a hacer algunas preguntas.

                Por lo que entendí de la presentación que se hizo, la participación del Banco República en el sector agropecuario ronda los USD 1.400:000.000. Me gustaría saber si esa cifra ha aumentado en los últimos dos años o se ha mantenido más o menos igual. Según mis cálculos, es aproximadamente el 37 % del crédito. Sería bueno, si esos elementos están en su poder, saber si ha habido un crecimiento en la participación del banco en los créditos al sector agropecuario o si se siguen manteniendo en el tiempo. Me parece que es relevante –más allá de las mejoras que se están planteando sobre los productos y la línea de crédito– conocer cuál ha sido la evolución y la participación del banco. Puedo compartir que el directorio está muy preocupado en participar y en estar cerca del sector agropecuario, pero me gustaría saber la evolución en ese sentido. Me parece que sería bueno y razonable.

                En segundo término, no me quedó claro si todas estas líneas de crédito, que son muy buenas, son nuevas o en realidad vienen de larga data. Creo que la enorme mayoría de las líneas de crédito que están aquí planteadas vienen de hace muchísimo tiempo. No sé si hay alguna nueva. Lo que sí entendí de la presentación que hizo la delegación del banco es que se han hecho algunas modificaciones a los plazos y a las tasas para mejorar los productos y la publicidad. Quizás hay alguna nueva; si es así, me gustaría identificarla, simplemente para conocerla más en profundidad.

                Por último, el Banco República tenía una línea de crédito en conjunto con el Instituto Nacional de Colonización, si mal no recuerdo desde 2018. Se otorgaba la posibilidad de que los colonos pudieran acceder a una línea de crédito a diez años y con tasa bonificada. En este caso el Instituto Nacional de Colonización era el garante del 50 % de los préstamos, lo que explicaba, justamente, la posibilidad de una política diferencial del banco hacia los colonos. Me gustaría saber si esa línea de crédito se mantiene, cómo ha sido su evolución, cómo ha funcionado y si han pensado en algunas mejoras. Esto está muy relacionado con lo que comentaba el señor senador Botana acerca de lo que votamos recientemente, con la posibilidad, incluso, de tasas cero para los colonos.

                Quería conocer, entonces, en qué está la implementación de esas dos líneas, que son específicas para ese sector en particular.

                Muchas gracias.

SEÑOR PRESIDENTE.- Me gustaría hacer alguna consideración, pero antes, por supuesto, quiero agradecer al directorio en pleno. Nosotros siempre destacamos el funcionamiento de este Directorio del Banco República como parte de una administración que heredó una situación compleja. Ojalá todos los organismos funcionaran como este directorio. Es algo que no nos cansamos de destacar. Creo que en el realismo uno sintetiza mucho el espíritu de este directorio.

                Las líneas de crédito son previsibles en ciertos casos y en otros hay que poner sensibilidad o establecer prioridades, atender a unos y desatender a otros. Creo que en lo que tiene que ver con lo que atiende esta comisión, los sectores más sensibles, más castigados desde que estamos en el Gobierno han tenido una atención muy buena. Y a algunos, producto de sus características propias, hay que encontrarles otra vuelta. El sector arrocero es un antes y un después, al igual que el sector lechero. Esa es la opinión que tienen los propios protagonistas sobre este directorio que, reitero, trabaja mancomunadamente.

                Las líneas de crédito con plazos cortos no existen, ahorcan y terminan siendo un problema. Alargar los plazos en actividades a cielo abierto, al aire libre, es parte del secreto de esta realidad.

                Quiero destacar algunas cosas en lo que tiene que ver con los créditos hacia los inmuebles rurales, en donde nuevamente hemos visto el realismo del Directorio del Banco República. ¿Por qué digo esto? Porque a todos acá no nos es ajeno que hay mucha gente que puede tener la expectativa de adquirir un pedazo de tierra a partir de escuchar los anuncios sobre los créditos para comprar campos. El realismo indica que la tierra deja entre un 2 % y un 5 % de rentabilidad a lo largo de su historia. Eso es y será siempre igual. Hay una relación directa entre el valor de la tierra y lo que se produce. Decir otra cosa es engañar a la gente y pensar que alguien pueda llegar a comprar un campo produciendo es iniciar un corral de ramas que este país ya conoce.

                Por eso, el realismo con que el presidente marca esa línea de compra de inmuebles rurales a mí me parece muy destacable. Hoy el punto Coneat en el Uruguay vale USD 40 la hectárea. Entonces, si tomamos 100 de Coneat, hablamos de USD 4000 la hectárea. Podemos hacer el cálculo que se quiera, pero si uno compra un campo de 100 de Coneat y paga la mitad, va a tener que pagar sobre la amortización de capital USD 133 por año, si lo tomara a quince años. USD 133 por año son rentabilidades que cualquier productor en este país quisiera asegurarse para los próximos quince años. Quizás este es un año excepcional. De manera que me parece que el realismo con el que el presidente explicó el crédito a los inmuebles rurales es digno de destacar.

                También destaco que este es un proceso de nacionalización de la tierra, porque las experiencias son múltiples. Esto es para productores uruguayos que quizás hoy, frente a la posible llegada de una buena cosecha, quieren capitalizar y entonces, en vez de comprar maquinaria nueva, adquieren parte del campo de un vecino. Ese proceso de nacionalización de la tierra no es solo en campos chicos. En los últimos meses en el Uruguay ha habido un proceso muy fuerte de nacionalización de la tierra, sobre todo en el sector lechero, donde grandes jugadores del extranjero dejaron paso a productores nacionales. Ese es un proceso que se ha dado en gran parte, según lo que se ha informado, por asistencia del Banco República.

SEÑOR SÁNCHEZ.- Perdón, me surgió la duda de si la línea de crédito de compra de campo para establecimientos es solo para nacionales.

SEÑOR FERRER.- Los clientes del banco son mayoritariamente locales, pero no hay ninguna predeterminación establecida al respecto.

SEÑOR PRESIDENTE.- La realidad es que, por suerte, el proceso de nacionalización de la tierra profunda se ha podido revertir porque los clientes del Banco República son, en su inmensa mayoría, de origen uruguayo.

Después, está el tema de los pedidos que siempre llegan. Estoy muy contento con el tema del agua en las parcelas porque son mejoras estructurales; son esos créditos que da gusto promocionar porque permiten lograr un litro más de leche por vaca por día, sobre todo para el tambero más chico que es el que aún no tiene el agua instalada en la parcela. Es hacia allí que debemos dirigirnos; son esos micro-Prenader que nos gusta promocionar.

Hay un trabajo de marketing que implica la charla con las comisiones de fomento y con las cooperativas que dará lugar a esa interiorización del banco con el productor, tema que imagino iremos viendo con el transcurso del tiempo.

En la ganadería existe un sector en el que el banco podría provocar un efecto revolucionario similar al del agua de la parcela, asumiendo que esta va a ir también relativamente con sencillez para los pastoreos rotativos. Me refiero –quiero que conste en la versión taquigráfica– a la promoción del incremento del procreo.

Uruguay tiene dos realidades. Por un lado, la puntera de la producción ganadera tiene tasas de procreo entre el 78 % y el 95 %, y por otro, nuestro país está sobrediagnosticado porque esas tasas de procreo no pasan el 50 %. Hay tecnologías que el banco podría financiar como, por ejemplo, el destete precoz y la inseminación artificial. Sobre todo, el destete precoz, ya que ese productor que fue diagnosticado puede fácilmente incrementar su producción de terneros en un 10 % o un 15 %. Hoy, un ternero en el mercado vale alrededor de USD 500. Imagínense lo que significa para un productor que produce sesenta o setenta terneros, que pueda producir diez o quince terneros más. Es como el tema del agua en la parcela. Ese es un pedido que, en lo personal, podríamos comenzar a analizar para el incremento del procreo. En el procreo hay que cuidar al toro y a la vaca, por lo tanto, hay mucha cosa para hacer al respecto que, lamentablemente o no, se arregla con comida y el estado corporal de la madre. Tal vez, podamos instrumentar este tema en el nuevo proceso del Banco República.

SEÑOR ANDRADE.- Quisiera saber si tienen la evolución del crédito con respecto a los nacionales.

SEÑOR DOMENECH.- Y la financiación de los cultivos de invierno.

SEÑOR FERRER.- Muchas gracias por las consultas realizadas; voy a tratar de responder la mayor parte de ellas.

                En primer lugar, quiero destacar la presencia de todo el directorio –al que no mencioné por no haberlo presentado, pero al que sí se refirieron varios señores senadores– con el que hemos trabajado normalmente en consenso, cosa que nos da mucha tranquilidad en el accionar y en la forma en que venimos haciendo las cosas. Todo lo que estamos comentando acá ha sido discutido internamente. Obviamente, estamos abiertos a cualquier comentario que deseen hacer los integrantes de la comisión.

                Voy a tratar de responder algunas preguntas de las que he ido tomando nota, como el manejo de la tasa de interés. Durante mucho tiempo hemos vivido en un mundo de tasas bajas, que no ha existido en toda la historia financiera. Hoy estamos con una corrección relevante. Si uno mira los dos últimos meses, las tasas han subido un 2 %. Es difícil predecir hasta dónde seguirá esto, pero lo cierto es que hay visiones encontradas al respecto.

                El banco trabaja en condiciones de mercado, no tiene libertad de fijar las tasas y debe entender dónde está el mercado. Hemos sido agresivos en tiempos que no es fácil serlo para la banca. Generar activos en un mundo de tasas bajas a tasas más bajas es desafiante, pero lo hicimos convencidos de que eran señales que teníamos que dar para ayudar. Me encantaría decir que estamos ganando otras operaciones, pero no es cierto. Hay competencia y creo que el gran beneficiado de todo esto es el que está del otro lado, el deudor del rubro que sea.

                Con respecto a lo que hemos hecho enfocados a las pequeñas y microempresas, el Banco República tiene el foco en todos los sectores. En particular, tenemos una empresa, que es República Microfinanzas, que tiene foco en lo que son los microempresarios. En plena pandemia duplicó su portafolio de USD 20:000.000 a USD 40:000.000. Estamos hablando de microcréditos. ¡Si habrá cumplido un rol muy importante! Es un actor muy relevante a la hora de ejecución de políticas públicas en programas como, por ejemplo, del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca y muchas de las emergencias agropecuarias, hídricas, etcétera, han sido muy bien manejadas a través de República Microfinanzas, que tiene una llegada muy especial, complementando lo que es el alcance del Banco República.

                Cuando hablamos de líneas y desarrollo no estamos pensando en grandes o pequeños; en realidad, sacamos líneas para llegar al universo de nuestros clientes. El Banco República es un banco universal que atiende todo tipo de sectores y de clientes,  no ha habido diferenciaciones en ese sentido.

SEÑOR LAFLUF.- Como no había sido mencionado en la presentación inicial, me parecía un punto relevante porque República Microfinanzas es un brazo importante para el Banco República, y a veces nos ha permitido mantener –sin perjuicio de lo expresado por el señor Ferrer– estrategias de dos niveles, es decir que República Microfinanzas le pega a todo un sector vulnerable, lo que nos ha posibilitado abordar –llámese sector lácteo, hortícola o apícola– la cuestión de los micro- y pequeños emprendimientos con una herramienta muy valiosa. He recorrido prácticamente todo el país para ver qué pasaba, qué grado de despliegue tenía República Microfinanzas. Eso es algo en lo que tenemos que seguir trabajando, porque cuando hicimos ese relevamiento –lo hice particularmente– vimos que había departamentos en los que ni siquiera teníamos asesor. Entonces, ese tipo de cuestiones fueron resueltas en departamentos enormes como Río Negro y Soriano, que tienen una penetración agropecuaria importante. De alguna manera fuimos tratando de fortalecer el hardware y el software, y en lo que hace a la penetración de las microfinanzas en todo el país ahora ya está toda la red. También hicimos una experiencia en San Carlos, donde estamos tratando de ver si la podemos replicar en los distintos municipios e intentar atar República Microfinanzas con las alcaldías, precisamente para generar una sinergia de los emprendedores, pero eso tiene distintas derivaciones. Simplemente para mencionarlo, República Microfinanzas, en materia de agro y de pequeños productores, es un instrumento que utilizamos bastante y todo el tiempo tratamos de trabajar coordinadamente con ellos para que las políticas también lleguen a esos sectores más vulnerables.

República Microfinanzas tiene otro tipo de abordaje. No es meramente financiero, sino que hay todo un acompañamiento con el asesor y se genera algo muy bueno que, a mi juicio, hay que seguir fomentando porque hay una potencialidad para República Microfinanzas con el respaldo del BROU porque la puede fondear en distintas monedas. El banco perfectamente puede solventar las políticas que desarrolla República Microfinanzas. Ahí tenemos una estructura –el hardware está totalmente armado– y, si la pensamos bien, podemos desarrollar estrategias a dos niveles para cubrir –como decía el senador Mahía– todo el sector de grandes, medianos y pequeños productores.

Quería simplemente hacer esta puntualización.

SEÑOR MAHÍA.- Entiendo que entre las líneas que viene implementando el banco están comprendidas las micro- y pequeñas empresas rurales en la política general que está desarrollando. Quiero saber si interpreté bien lo que se ha expresado.

SEÑOR LAFLUF.- Como expresaba el presidente del banco hay una unidad cada vez que hay una línea –no hay separación–, pero se trata de que los productos que salen para las grandes, medianas o pequeñas empresas de alguna manera puedan tener un espejo a nivel de microfinanzas. Se apunta a que esto no se diluya en microfinanzas porque es todo un sector muy vulnerable, con dificultades para el acceso, la formalidad, en fin, una cantidad de variables que se deben tener en cuenta y por eso hay un acompañamiento. Quiero señalar que incluso a veces las garantías funcionan distintas. El caso de los apicultores es paradigmático. Nos reunimos varias veces para tratar de apoyar al sector con una cantidad de productos para el leasing de los camiones porque necesitaban disponer de dos camionetas para la trashumancia ya que tienen dos cosechas. Cuando vimos lo que podía suceder, arriba quedaba bien contemplado y cerrado, pero abajo se trabajó mucho con República Microfinanzas precisamente para pequeños productores, apicultores, porque a veces tenían complicaciones con la tasa. La política es homogénea, los productos y las líneas lo son también, pero lo que hay que trabajar a veces en forma coordinada con República Microfinanzas es que esa línea llegue también a un sector donde existen productores con una situación complicada. Se está trabajando en eso.

SEÑOR PRESIDENTE.- Antes de ceder el uso de la palabra al presidente del banco, quiero señalar que cuando se habla de microfinanzas capaz que hoy en la producción agropecuaria se excede el tope de crédito que está pensado para ese producto y voy a poner un ejemplo. Un tambero familiar que ordeña treinta vacas por día va a un remate y le tiene que comprar al senador Sánchez –que es el que hace el remate de su producción– tres vacas. Esas tres vacas lecheras cuestan USD 8000 o USD 9000 y capaz que se desfasa, pero eso no es porque el Banco República no esté atendiendo a ese pequeño productor. Quizás el monto que pide para comprar ese ganado en un remate de Canelones, en Tala, se desfasa y no está concebido como microfinanzas. Lo mismo pasa cuando se trata de financiar una pradera. Cuando se habla de microfinanzas, con los montos de riesgo que hoy existen en el sector agropecuario parecería que hace ruido porque son distintos. Hoy hay que tener valor para producir.

SEÑOR FERRER.- Algunas consultas se referían a la cobertura y a la presencia territorial del banco, así como a la reanudación de otras coberturas una vez pasada la pandemia.

                Con respecto a ello, hoy no estamos con ningún tipo de cobertura inferior a causa de la pandemia.

En particular, quiero resaltar la actuación del banco en plena pandemia. Esto lo he dicho varias veces porque es un orgullo para mí que el personal del banco haya podido permanecer activo y que las casi ciento treinta sucursales ‒no digo todas porque hubo una época en la que cerraron los shoppings y, entonces, cerramos las sucursales que se encuentran allí‒ hayan estado abiertas. Esto es muy meritorio, representando un ejemplo en el sector público. Si bien tuvimos complicaciones, reitero que el banco se mantuvo operativo en casi todas sus sucursales. Asimismo, es cierto que antes de esto se tomó una decisión y se dispuso que hubiera ciertas sucursales que no operaran todos los días de la semana; hoy hemos vuelto a esa normalidad, es decir, a que haya sucursales que no operen todos los días de la semana.

                Los análisis que hemos hecho no justifican tomar otra decisión. Los equilibrios delicados que hay que manejar son estos: los costos del negocio y, a la vez, se lo tiene que hacer crecer. Hemos potenciado a todas aquellas sucursales que hemos visto con la capacidad de ir a más, incluso en algunas donde no tenían una operativa permanente. No obstante, por el momento, no vemos que vayamos a tener un ajuste en ese sentido.

                En referencia a la necesidad de presencia en el interior, el Banco República cumple con ese 10 % que la ley exige para los organismos en competencia y por supuesto que puede haber posibilidad de ir a más.

                Cuando decía que no éramos buenos no me refería a nuestras campañas de marketing o de publicidad ‒creo que el banco tiene un buen manejo de ello‒, sino a que no somos tan buenos en hacer llegar nuestras soluciones al productor necesitado. Pongo un ejemplo exitoso: nosotros enfocamos las soluciones al sector arrocero y nos dimos cuenta de que teníamos que trabajar con alrededor de quince sucursales. Es decir, había que trabajar en serio para que el productor entendiera y le quedara bien claro las soluciones. Hay que hacer entender a nuestros 3500 empleados hacia dónde estamos yendo y cómo estamos trabajando. Cuando son soluciones que se pueden enfocar en un determinado sector es más fácil trabajar porque sabemos cuáles son las sucursales relevantes, como para el caso del sector arrocero que son las que se encuentran en la zona este. Cuando son temas más genéricos hay que hacer llegar el mensaje a todos lados. Es en esto en lo que hay que trabajar; debemos trabajar internamente en poder comunicar mejor nuestras soluciones para que lleguen a quienes las necesitan. Entonces, lo que dije no fue criticando nuestro marketing ni cómo llegamos al público aunque, por supuesto, en el interior siempre hay oportunidad de llegar mejor.

                Asimismo, se mencionó el crédito a los colonos. Creo que hay mucho para trabajar en lo que respecta al Instituto Nacional de Colonización; deberíamos tener una reunión especial para hablar sobre este tema a fondo. Creo que el Instituto Nacional de Colonización puede ser uno de los recursos a utilizar, por ejemplo en el caso de las garantías de las que hablaba hoy, porque concentra una parte importante de capital que, seguramente, permita dar apoyo a colonos y expandir su producción. Se mencionó un programa de crédito que honestamente desconozco. No estoy poniendo en duda su existencia ni mucho menos.

SEÑOR FRANCOLINO.- Quiero acotar que, en realidad, el programa que lanzamos en setiembre de 2019 en el Prado se descontinuó en 2020 o 2021; tengo la fecha anotada por acá. Como veníamos a comisión, pedí el historial de productos para ver lo que mencionaba el senador Sánchez.

                En realidad, integré dos directorios –el anterior y el actual– y debía tener claro qué productos estaban vigentes o en oferta para el sector, cuál tenía algún matiz nuevo, cuál dejó de estar en oferta, etcétera, y ese que se ha mencionado se discontinuó por decisión del Instituto Nacional de Colonización, no del Banco República.

(Dialogados).

SEÑOR FERRER.- Es algo totalmente revisable. Estoy convencido de que hay muchas cosas para trabajar con el Instituto Nacional de Colonización. Desconozco el éxito que pueda haber tenido ese producto en el pasado, pero –como dije– es totalmente revisable.

SEÑOR BOTANA.- Sobre este tema específicamente, me permito agregar que en algún momento el presidente del Instituto Nacional de Colonización me dijo que estaban con un problema por la exigencia del banco de que se desafectara de dicho instituto la tierra que iba a estar en garantía. Eso había trabado la continuidad de este crédito. 

Me parece que es un tema que habría que revisar porque si el Instituto Nacional de Colonización dispone del patrimonio –cientos de miles de hectáreas–, dado el presupuesto que tiene, se podría...

(Interrupciones).

–Tal vez en el banco habría que repensar el tema.

Por otro lado, con respecto a las veintisiete sucursales, no se trata de si eso le rinde o no plata al banco. Es lo mismo que el mandato del primer año de funcionamiento del banco que hablaba de las diecinueve sucursales. Creo que donde esté el Banco República debe estar abierto porque, si no, para la comunidad es un mensaje horrible: «No servís ni para que el banco esté abierto. Dada la economía, nada vale la pena en este lugar».

Eso es lo feo del mensaje. Me parece que no debe de costar tanta plata y el mensaje sería mucho más lindo. Esa es mi preocupación.

(Dialogados).

SEÑOR SÁNCHEZ.- Me estoy dando cuenta de que hay una continuidad en muchas de las políticas del Banco República, más allá del cambio de gobierno, lo cual me parece muy bien porque las instituciones deben trascender los gobiernos.

Simplemente había preguntado por este producto de colonización por una preocupación particular que tenía, porque creía que era un producto muy bueno. De todas maneras, no es necesario que se extiendan ahora en el tema; en todo caso, después nos podrán enviar a la comisión la evaluación de este caso de crédito, cómo funcionó, qué problema hubo y qué se hizo para resolverlo.

Por otro lado, y sin ánimo de abrir el debate, en cuanto a lo que decía el señor senador Botana con respecto a la propiedad de la tierra del colono que solicitaba el préstamo, cabe destacar que justamente para ese problema se firmó el convenio. De esa forma, quien sale de garantía es el instituto y no el colono. En la Expo Prado 2019 se firmó dicho convenio para salvar la dificultad que tienen los colonos que no son propietarios –aunque los propietarios también lo padecen– a la hora de pedir un préstamo porque al ser arrendatarios no tienen qué hipotecar.

Me parece que lo interesante de todo esto es que nos puedan enviar la información a los efectos de seguir trabajando. Quizá después podamos consultar al Instituto Nacional de Colonización para saber más, porque la intención de mi pregunta estaba relacionada simplemente con la evolución de ese crédito para saber si había funcionado o no y, en todo caso, qué se podría mejorar.

SEÑOR PRESIDENTE.- A lo que ha dicho el señor senador Sánchez quiero agregar que si se usara el sentido común no sería necesario estudiar el caso a caso de la hipoteca del colono arrendatario. Creo que el Instituto Nacional de Colonización tiene suficiente cantidad de campo como para elegir dos o tres a hipotecar y generar el fondo necesario que pueda asistir a los colonos.

SEÑOR SÁNCHEZ.- El convenio es para eso.

SEÑOR PRESIDENTE.- Vamos a continuar con el tema.

SEÑOR SITJAR.- Muchas gracias, señor presidente. Todos lo compartimos en el directorio y nos consta que los servicios del banco están preocupados por el pequeño productor. Simplemente, cuando uno lo ve en la práctica y en la diaria –atendiendo los planteos que han hecho aquí– nos encontramos con dos bordes. Tenemos un banco que es comercial y, por lo tanto, compite con la banca privada, por lo que tiene que guardar ciertos parámetros; pero también es un banco de fomento. La parte relativa al fomento, en la práctica, por ciertas limitantes que voy a mencionar, es la que queda siempre relegada. Entonces, por un lado, tenemos restricciones presupuestarias que realmente nos impedirían decir: «Bueno, mañana vamos a abrir todas las sucursales que tiene el banco». El banco tiene una sucursal fantástica en el Cerro que está cerrada. Luego abrimos una nueva sucursal en el mismo barrio, pero la primera quedó cerrada; quizás podríamos atender esa. Eso ayudaría a la situación social, pero, presupuestalmente, no podemos. Claramente, si hacemos los cálculos de rentabilidad no va a dar; entonces esa es una decisión social que tiene que tomar el Estado y que trasciende al Banco República.

                En lo que tiene que ver con los créditos, las líneas están todas; todo está definido y no hay nada nuevo. Sí estamos tratando de empujar las cosas con nuestra impronta, pero están todas las líneas. Hay otra limitante que son las normativas regulatorias del Banco Central, que cada vez son un borde más. Ese cliente o productor que se encuentra entre colonización y el banco –como claramente explicó el senador Da Silva– no puede comprar un campo. Nosotros vimos situaciones en personas, principalmente en Paysandú, en la época de los incendios, que están en una colonia, quieren comprar un campo de cincuenta hectáreas y no hay manera de hacerlo porque están rodeadas de algo que vale USD 7000 o USD 8000 por hectárea. Esa familia, que tiene cincuenta ovejas, sale de ahí directamente para venir al cinturón de Montevideo.

                Entonces, si bien somos conscientes y sensibles, nos encontramos con doscientos contadores trabajando para la OPP y doscientos más trabajando para el Banco Central.

                Muchas gracias.

SEÑOR SAPOLINSKI.- Gracias, presidente.

                Me sumo al agradecimiento a la comisión por recibirnos. Simplemente, quiero hacer un breve aporte, aunque se fueron generando algunos elementos más en la discusión.

                Quiero retrotraerme un poco a un tema que me parece importante resaltar, más allá de la discusión que se ha generado sobre las líneas de créditos y demás. Hace un rato, algunos senadores nos plantearon la preocupación por ciertos aspectos del vínculo del banco con la presencia en el interior. Entiendo que esa preocupación es muy lógica por el objeto de esta comisión –prácticamente más del 90 % de la actividad del sector se desarrolla en el interior– y no solo por los créditos para la producción, sino por todos los elementos con ella vinculados, como la vida misma. Además, se nos plantearon algunos aspectos sobre los cambios que se podrían haber realizado en este tiempo con respecto a la presencia de las sucursales en materia de crédito. Cabe resaltar algunos conceptos que, a mi criterio, se han venido profundizando en los últimos tiempos, justamente, con respecto a la presencia del banco. Como bien dijo el senador Botana, el banco tiene alrededor de 130 sucursales en todo el país. Este directorio ha considerado importante la presencia territorial como un elemento de valor agregado de todo el banco con respecto a sus actividades. Incluso, está el concepto comercial, sin involucrarme –aunque también es importante para este tema– en la parte de fomento y desarrollo y en el aspecto social del banco que es el leitmotiv de su creación, de su vida y de su historia. En épocas en que, como es notorio, la banca privada cada vez tiene menos sucursales y una presencia no digo nula, pero sí cada vez más reducida en el interior de la república, en los últimos tiempos hemos apostado a mantener esa estructura por encima de todo. Si bien en algunas sucursales se mantienen horarios reducidos, creo que hemos asumido el compromiso de mantener la estructura de sucursales y de presencia en todo el país, cosa que me parece tiene la impronta del directorio actual. Incluso, hay algunas sucursales que han reforzado su presencia, como es el caso de la de Batlle Ordóñez, que volvió a sus horarios y ello implicó subir su categorización e, incluso, tener la presencia activa de un gerente, cosa que no ocurría antes, por tener una categoría menor. Esto se hizo en el entendido de que, como bien decía el senador Botana, la figura de un gerente o la presencia de una cara a la que puedan acceder los productores y la gente es importante en todo el país. Lo mismo pasó con las coordinaciones de toda el área corporativa; hace dos años, en gran parte del país, no se contaba con un coordinador. Sin ir más lejos, me parece que hace dos años, desde Artigas a Río Negro, no había ningún coordinador local; hoy en día hemos dispuesto que en cada departamento haya uno que sea un poco la cara visible del banco.

                Por último, consideramos la importancia de tener una presencia activa en el interior aunque, por supuesto, no podemos tener sucursales en la esquina de cada una de las casas de los uruguayos. En este sentido, por la característica de algunas localidades hemos impulsado la posibilidad de la instalación de cajeros; me refiero a localidades que no tenían ningún servicio financiero. Por decir algunos, hemos puesto cajeros en Mariscala –que fue el último–, en Villa Soriano, en Cebollatí, en Playa Fomento –Colonia–, en 18 de Mayo, en Progreso, en Ismael Cortinas y en algún otro lugar que no recuerdo ahora.

(Dialogados).

–Por la planificación que realizamos, el primer cajero fue instalado en Villa Soriano. Estuvimos presentes allí y cuando hablamos con los vecinos de la zona se nos expresó que no había prácticamente servicios financieros y que la corresponsalía del banco la realizaba una carnicería que, con todo respeto, no tenía las condiciones de dar los servicios necesarios. Estamos hablando de que la población viva más antigua del país, con más de 1500 habitantes, no tenía servicios financieros. Allí se nos expresó que lo que pasaba habitualmente era que, cuando las estancias de los alrededores de Villa Soriano pagaban a los trabajadores rurales, estos cobraban su salario y habitualmente se iban con sus cónyuges a Dolores para poder hacerse del dinero y, de paso, hacer las compras que necesitaban. El fin de esta historia era que los productores rurales se quedaban sin los trabajadores rurales el día que cobraban, los trabajadores rurales se quedaban sin el jornal y los comercios de Villa Soriano no vendían nada porque todo lo compraban en Dolores. Estos son esos pequeños aspectos de la economía diaria que de alguna manera redundan en la vida de cada uno de los habitantes del país. Son datos que tal vez no entran en el análisis de crédito que veníamos discutiendo –y creo que mis colegas ejemplificaron bien–, pero hacen un poco a la vida y al objetivo social que también tiene que cumplir el banco y que a ustedes les preocupa, sobre todo en el interior de la república.

SEÑOR FRANCOLINO.- Quiero referirme a una pregunta del senador Sánchez sobre el stock de créditos del banco al sector agropecuario y cómo había evolucionado en el tiempo. Si bien el presidente del banco dijo algo al comienzo de la exposición, tengo aquí los números y me gustaría dar más datos. Cuando nos convocaron vi que se hablaba de una especie de retiro del banco en el período o en el período anterior y me preocupé por conseguir los datos porque muchas veces no corresponden con la sensación. Realmente, este caso es así. Solamente voy a mencionar una serie de tiempo de la cuota de mercado del sector agropecuario en el crédito total del sector bancario que corresponde al Banco República. En el 2011, el porcentaje era del 40 %; en el 2016, también fue del 40 %, y a diciembre de 2021, del 37 %. Por lo tanto, la participación es casi constante y se ubica en casi el 40 %. Así fue antes y lo es ahora.

                Respecto al portafolio del propio banco –que también es un dato importante para saber qué participación tiene el peso relativo del sector en el total de créditos corporativos a empresas del banco–, en el 2011 el porcentaje era del 60 %, en 2016 se mantuvo ese porcentaje y hoy es del 59 %. En consecuencia, también es constante y si hubo un retiro no se nota en los números y puede ser una sensación. Los números no tienen dos interpretaciones, por lo que no hubo un retiro.

SEÑOR DOMENECH.- Quiero aclarar que cuando hablamos de retiro nos referíamos más que nada a la presencia del banco. Hoy el banco tiene otra actitud porque uno lo ve. El solo hecho de que haga llegar la publicidad de sus líneas, para la gente del interior es algo muy importante. También lo es que se abran las sucursales, se pongan cajeros y que haya personal del banco atendiendo detrás del mostrador, algo que en el interior del país se aprecia muchísimo porque, seamos francos, allí no hay el mismo manejo de la informática que en Montevideo. Entonces, eso sucede a nivel del banco y de muchas otras instituciones públicas. Por ejemplo, cuando se cerraron juzgados de paz en el interior, colegas nuestros hicieron una muy buena exposición en la comisión correspondiente porque allí la presencia del Estado es importante. Los servicios de justicia, los bancarios, de salud o de enseñanza, si no son prestados por el Estado, no hay quien los brinde.

SEÑOR FRANCOLINO.- Quiero hacer algunos comentarios adicionales. En el período anterior –y eso se ha mantenido en este período– no cerramos ninguna sucursal. El Banco República no ha cerrado sucursales en el interior, por los menos en los últimos diez años. Lo que sí hubo fue una apertura diferencial en localidades de algunos departamentos, cosa que este directorio ha mantenido. Reitero que en el período anterior y en el actual no se produjo ningún cierre de sucursales.

                También se hizo una pregunta sobre si esta oferta de productos era nueva o si ya existían en el pasado con perfiles específicos. Con relación a eso me interesa destacar que el banco tiene una serie de servicios altamente profesionalizados –quizás puedo hacer llegar la información a la comisión– que, ante demanda de los sectores, responde sin necesidad de que el directorio lo ordene. Por suerte, esa es una tradición que se mantiene desde que el banco tiene solvencia profesional. Por lo tanto, la oferta de productos responde a la necesidad del sector o surge de los propios servicios a medida que se la identifica.

                Lo que sí hubo en este período –lo resalto porque, como dijo el presidente, nosotros trabajamos en un muy buen clima, más allá de alguna diferencia estratégica que tenemos acerca de cuál debería ser el foco del banco– fue el alargamiento de los plazos del repago de las compras de inmuebles.

SEÑOR PRESIDENTE.- Es el secreto del éxito o no.

SEÑOR FRANCOLINO.- Habría que ver cómo se traduce eso en definitiva en la demanda, es decir, si al final del día importa un aumento en el stock de crédito del banco.

                Por último, me veo obligado a mencionar que el banco tuvo la posibilidad de hacer lo que hizo en pandemia gracias a las fortalezas que construyó. Es decir, el banco tiene un patrimonio de casi USD 2.000:000.000 que no cayó del cielo, sino que se debe en gran parte al trabajo de los servicios y a las direcciones de los últimos períodos.

SEÑOR FERRER.- Para concluir, como habrán visto, tenemos un directorio que funciona con diferentes opiniones, pero con consensos a la hora de actuar. Por supuesto que el banco tiene fortalezas que vienen desde hace mucho tiempo.

SEÑOR DOMENECH.- Desde 1896.

SEÑOR FERRER.- El año pasado celebramos los ciento veinticinco años del banco y ojalá vayamos por al menos otros tantos más.

                Nos queda pendiente alguna respuesta en cuanto a números. Por suerte el director Francolino tenía a mano algunas cifras. Es parte de lo bueno de tener un directorio con diferentes visiones.

Sí es verdad que tenemos una institución con capacidad de acción. El Banco República tiene un potencial de actuación fenomenal. Estoy convencido de que tenemos espacio para ir a mucho más.

                Repito que quedan pendientes algunas cifras que nos consultaron acerca de los créditos nacionales y extranjeros.

SEÑOR PRESIDENTE.- Nos las puede hacer llegar después con total tranquilidad.

SEÑOR FERRER.-             Lo que sí puedo señalar es algo que he sostenido en algunos ámbitos. Solemos decir que el Banco República es el 50 % del mercado. En los hechos lo es. No me quiero poner técnico con esto, pero cuando uno analiza el balance del banco y mira el lado pasivo y los depósitos en la banca, hoy el Banco República está en el 50 % o quizás más. Esos USD 2.000:000.000 de patrimonio que tiene como respaldo son más del 50 % del mercado. Sin embargo, cuando uno va al lado activo del balance, que es donde tenemos que generar negocios, estoy convencido de que tenemos para hacer mucho más. Eso es lo que nos desvela para hacer crecer el negocio, pero no por un objetivo de crecimiento de participación de mercado, sino por tener un banco que cumpla el rol para el cual fue creado.

                Entonces, en todas las líneas tenemos espacio para crecer de forma significativa y lo estamos haciendo. El sector agropecuario –como ya dije al comienzo– nos desvive por la relevancia que tiene para el país, y ahí nos va a tener trabajando, al igual que para cualquiera de los otros sectores, con el objetivo de que el banco pueda seguir cumpliendo con su rol.

Muchas gracias.

SEÑOR PRESIDENTE.- Agradecemos la completa exposición del Directorio del Banco República y, por supuesto, estamos a las órdenes para recibir esa información.

                Se levanta la sesión.

(Son las 15:44).

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Montevideo, Uruguay. Poder Legislativo.