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N.º 4 - TOMO 623 - 22 DE MARZO DE 2022

REPÚBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY

DIARIO DE SESIONES

DE LA

CÁMARA DE SENADORES

TERCER PERÍODO ORDINARIO DE LA XLIX LEGISLATURA

4.ª SESIÓN EXTRAORDINARIA

PRESIDE BEATRIZ ARGIMÓN Presidenta

ACTÚAN EN SECRETARÍA GUSTAVO SÁNCHEZ PIÑEIRO, Y LOS PROSECRETARIOS VICTORIA VERA Y ADRIÁN JURI

SUMARIO

1) Texto de la citación

2) Asistencia

3) Asuntos entrados

4) Pedido de informes

– Varios señores senadores solicitan se curse un pedido de informes con destino al Ministerio del Interior, relacionado con el tratamiento de las denuncias por abuso policial en el Ministerio del Interior.

• Oportunamente fue tramitado.

5) Inasistencias anteriores

– Por Secretaría se da cuenta de las inasistencias registradas a la anterior convocatoria.

6) Solicitudes de licencia e integración del Cuerpo

– El Senado concede las licencias solicitadas por los señores senadores Lazo, Astori, Carrera, Nane, Coutinho, Lozano y Botana.

– Quedan convocados los señores senadores Barrera, Curutchet, García, Russi, Cardoso e Iturralde.

– Presta la promesa de estilo el señor Eduardo Lust, luego de lo cual se lo declara investido de su cargo de senador.

7) Régimen de trabajo

• Por moción de los señores senadores Sanguinetti, Camy, Kechichian y Manini Ríos, el Senado resuelve declarar urgentes y considerar las carpetas n.os 660/2022 y 661/2022.

8) Carne vacuna fresca, congelada o enfriada del corte asado de diez a trece costillas

– Proyecto de ley por el que se exoneran del IVA sus enajenaciones por un plazo de treinta días contados a partir de su promulgación.

• Aprobado. Se comunicará a la Cámara de Representantes.

9) Programa Oportunidad Laboral

– Proyecto de ley por el que se extiende su vigencia.

• Aprobado. Se comunicará a la Cámara de Representantes.

10) Levantamiento de la sesión

1) TEXTO DE LA CITACIÓN

«Montevideo, 21 de marzo de 2022

La CÁMARA DE SENADORES se reunirá en sesión extraordinaria mañana martes 22 de marzo, a las 11:00, a fin de dar cuenta de los asuntos entrados.

Victoria Vera Prosecretaria - Gustavo Sánchez Piñeiro Secretario».

2) ASISTENCIA

ASISTEN: los señores senadores Andrade, Asiaín, Barrera, Batlle, Bergara, Bianchi, Caggiani, Camy, Cardoso, Curutchet, Da Silva, Della Ventura, Domenech, Gandini, García, Iturralde, Kechichian, Lanz, Lust, Manini Ríos, Niffouri, Olesker, Penadés, Rodríguez, Rubio, Russi, Sabini, Sánchez, Sanguinetti y Sartori.

FALTAN: con licencia, los señores senadores Astori, Botana, Carrera, Coutinho, Lazo, Lozano y Nane.

3) ASUNTOS ENTRADOS

SEÑORA PRESIDENTA.- Habiendo número, está abierta la sesión.

(Son las 11:10).

(Se incorpora la nómina de asuntos entrados remitida al Cuerpo de Taquígrafos por parte de la Secretaría del Senado).

«La Presidencia de la Asamblea General remite mensajes del Poder Ejecutivo a los que acompañan los siguientes proyectos de ley:

• por el que se exoneran del impuesto al valor agregado, por un plazo de treinta días, las enajenaciones de carne vacuna fresca, congelada o enfriada del corte asado de diez a trece costillas. (Carpeta n.º 660/2022).

A LA COMISIÓN DE HACIENDA.

• Por el que se extiende la vigencia del Programa Oportunidad Laboral creado por la Ley n.º 19952, de 20 de mayo de 2021.

A LA COMISIÓN DE ASUNTOS LABORALES Y SEGURIDAD SOCIAL.

Asimismo, remite copia del oficio MNP n.º 013/2022 y del informe “Las garantías en los primeros momentos de la detención. Recomendaciones para un abordaje preventivo de la tortura y/o malos tratos en las dependencias policiales”, remitidos por la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo.

OPORTUNAMENTE FUE REMITIDA A LA COMISIÓN DE CONSTITUCIÓN Y LEGISLACIÓN.

La Suprema Corte de Justicia remite respuesta a un pedido de informes del señor senador Raúl Lozano, relacionado con delitos de lesa humanidad. (Asunto 153519).

OPORTUNAMENTE FUE REMITIDA AL SEÑOR SENADOR RAÚL LOZANO.

La Junta Departamental de Durazno remite copia de la versión taquigráfica de las palabras pronunciadas por el señor edil Martín Vidalín, relacionadas con la instalación de cajeros automáticos en las localidades de Blanquillo y de San Jorge.

OPORTUNAMENTE FUE REMITIDA AL SEÑOR SENADOR DA SILVA.

La Junta Departamental de Paysandú remite copia de una moción presentada por los señores ediles Carina Texeira y Pedro Braga, relacionada con “Paysandú, forestación y futuro”.

TÉNGASE PRESENTE».

4) PEDIDO DE INFORMES

(Pedido de informes consignado en la nómina de asuntos entrados).

«Los señores senadores Marina Arismendi, Graciela Barrera, Mario Bergara, Daniel Caggiani, Charles Carrera, Amanda Della Ventura, Liliam Kechichian, Sandra Lazo, José Carlos Mahía, Silvia Nane, Daniel Olesker, Enrique Rubio y Sebastián Sabini solicitan, de conformidad con lo establecido en el artículo 118 de la Constitución de la república, se curse un pedido de informes con destino al Ministerio del Interior, relacionado con el tratamiento de las denuncias por abuso policial en el Ministerio del Interior. (Asunto 153890).

OPORTUNAMENTE FUE TRAMITADO».

(Texto del pedido de informes).

5) INASISTENCIAS ANTERIORES

SEÑORA PRESIDENTA.- Dando cumplimiento a lo que establece el artículo 49 del Reglamento de la Cámara de Senadores, dese cuenta de las inasistencias a las anteriores convocatorias.

(Se da de las siguientes).

SEÑOR SECRETARIO (Gustavo Sánchez Piñeiro).- A la sesión ordinaria del 16 de marzo faltaron con aviso los señores senadores Botana y Lanz.

6) SOLICITUDES DE LICENCIA E INTEGRACIÓN DEL CUERPO

SEÑORA PRESIDENTA.- Léase una solicitud de licencia.

(Se lee).

SEÑOR SECRETARIO (Gustavo Sánchez Piñeiro).- «Montevideo, 21 de marzo de 2022

Señora presidenta de la Cámara de Senadores

Beatriz Argimón

De mi mayor consideración:

A través de la presente solicito al Cuerpo me conceda licencia, al amparo del artículo 1.° de la Ley n.º 17827, el día 22 de marzo de 2022.

Sin otro particular, saludo a usted muy atentamente.

Sandra Lazo. Senadora».

SEÑORA PRESIDENTA.- Se va a votar si se concede la licencia solicitada.

(Se vota).

–18 en 18. Afirmativa. UNANIMIDAD.

Se comunica que los señores Manuela Mutti, Gabriel Frugoni, Lauro Meléndez, Eneida de León, Yamandú Orsi, Marcos Otheguy y Lucía Etcheverry han presentado nota de desistimiento informando que por esta vez no aceptan la convocatoria a integrar el Cuerpo, por lo que queda convocada la señora Graciela Barrera, quien ya ha prestado la promesa de estilo.

Léase otra solicitud de licencia.

(Se lee).

SEÑOR SECRETARIO (Gustavo Sánchez Piñeiro).- «Montevideo, 22 de marzo de 2022

Señora presidenta de la Cámara de Senadores

Beatriz Argimón

De mi mayor consideración:

A través de la presente solicito al Cuerpo me conceda licencia, por motivos de prevención de salud, por el día de la fecha.

Sin otro particular, saludo a usted muy atentamente.

Danilo Astori. Senador».

SEÑORA PRESIDENTA.- Se va a votar si se concede la licencia solicitada.

(Se vota).

–18 en 18. Afirmativa. UNANIMIDAD.

Se comunica que los señores José Carlos Mahía y Elena Ponte han presentado nota de desistimiento informando que por esta vez no aceptan la convocatoria a integrar el Cuerpo, por lo que queda convocado el señor Oscar Curutchet, quien ya ha prestado la promesa de estilo.

Léase otra solicitud de licencia.

(Se lee).

SEÑOR SECRETARIO (Gustavo Sánchez Piñeiro).- «Montevideo, 21 de marzo de 2022

Señora presidenta de la Cámara de Senadores

Beatriz Argimón

De mi mayor consideración:

A través de la presente solicito al Cuerpo me conceda licencia, al amparo del artículo 1.º de la Ley n.º 17827, de 14 de setiembre de 2004, por motivos personales, por el día 22 de marzo.

Sin otro particular, saludo a la señora presidenta muy atentamente.

Charles Carrera Leal. Senador».

SEÑORA PRESIDENTA.- Se va a votar si se concede la licencia solicitada.

(Se vota).

–20 en 22. Afirmativa.

Se comunica que el señor Daniel Garín ha presentado nota de desistimiento informando que por esta vez no acepta la convocatoria a integrar el Cuerpo, por lo que queda convocada la señora Graciela García, quien ya ha prestado la promesa de estilo.

Léase otra solicitud de licencia.

(Se lee).

SEÑOR SECRETARIO (Gustavo Sánchez Piñeiro).- «Montevideo, 21 de marzo de 2022

Señora presidenta de la Cámara de Senadores

Beatriz Argimón

De mi mayor consideración:

A través de la presente solicito al Cuerpo me conceda licencia, al amparo del artículo 1.º de la Ley n.º 17827, de 14 de setiembre de 2004, por motivos personales, el día 22 de marzo de 2022.

Sin otro particular, saludo a usted muy atentamente.

Silvia Nane. Senadora».

SEÑORA PRESIDENTA.- Se va a votar si se concede la licencia solicitada.

(Se vota).

–22 en 23. Afirmativa.

Queda convocado el señor Uruguay Russi, quien ya ha prestado la promesa de estilo.

Léase otra solicitud de licencia.

(Se lee).

SEÑOR SECRETARIO (Gustavo Sánchez Piñeiro).- «Montevideo, 21 de marzo de 2022

Señora presidenta de la Cámara de Senadores

Beatriz Argimón

De mi mayor consideración:

A través de la presente solicito al Cuerpo me conceda licencia, al amparo del artículo 1.º de la Ley n.º 17827, de 14 de setiembre de 2004, por motivos particulares, el día 22 de marzo del corriente año.

Sin otro particular, saludo a usted muy atentamente.

Germán Coutinho. Senador».

SEÑORA PRESIDENTA.- Se va a votar si se concede la licencia solicitada.

(Se vota).

–23 en 23. Afirmativa. UNANIMIDAD.

Queda convocado el señor Germán Cardoso, quien ya ha prestado la promesa de estilo.

Léase otra solicitud de licencia.

(Se lee).

SEÑOR SECRETARIO (Gustavo Sánchez Piñeiro).- «Montevideo, 21 de marzo de 2022

Señora presidenta de la Cámara de Senadores

Beatriz Argimón

De mi mayor consideración:

A través de la presente solicito al Cuerpo se conceda licencia al suscrito para la sesión extraordinaria del día 22 de marzo del corriente, al amparo del artículo 1.º de la Ley n.º 17827, de 14 de setiembre de 2004, por motivo de haber sido designado en misión oficial conforme la Resolución de la Secretaría del Senado n.º 134/022, de fecha 23 de febrero del corriente.

Sin otro particular, saludo a usted muy atentamente.

Raúl Lozano Bonet. Senador».

SEÑORA PRESIDENTA.- Se va a votar si se concede la licencia solicitada.

(Se vota).

–25 en 25. Afirmativa. UNANIMIDAD.

Se comunica que la señora Araceli Desiderio ha presentado nota de desistimiento informando que por esta vez no acepta la convocatoria a integrar el Cuerpo, por lo que queda convocado el señor Eduardo Lust, a quien se invita a pasar al hemiciclo a los efectos de que preste la promesa de estilo.

(Ingresa a sala el señor Eduardo Lust).

–Se invita al Senado y a la barra a ponerse de pie.

Señor Eduardo Lust: ¿Promete usted por su honor desempeñar debidamente el cargo de senador y obrar en todo conforme a la Constitución de la república?

SEÑOR LUST.- Sí, juro.

SEÑORA PRESIDENTA.- ¿Promete usted guardar secreto en todos los casos en que sea ordenado por la cámara o por la Asamblea General?

SEÑOR LUST.- Sí, juro.

SEÑORA PRESIDENTA.- Queda usted investido del cargo de senador.

(Aplausos en la sala y en la barra).

–Léase otra solicitud de licencia.

(Se lee).

SEÑOR SECRETARIO (Gustavo Sánchez Piñeiro).- «Montevideo, 21 de marzo de 2022

Señora presidenta de la Cámara de Senadores

Beatriz Argimón

De mi mayor consideración:

A través de la presente solicito al Cuerpo me conceda licencia, al amparo del artículo 1.º de la Ley n.º 17827, de 14 de setiembre de 2004, por el día 22 de marzo de 2022, por motivos personales.

Sin otro particular, saludo a usted muy atentamente.

Sergio Botana. Senador».

SEÑORA PRESIDENTA.- Se va a votar si se concede la licencia solicitada.

(Se vota).

–26 en 27. Afirmativa.

Se comunica que los señores Enrique Antía, Rodrigo Blás, Elena Lancaster, Magdalena Zumarán y María de Lima han presentado nota de desistimiento informando que por esta vez no aceptan la convocatoria a integrar el Cuerpo, por lo que queda convocado el señor Pablo Iturralde, quien ya ha prestado la promesa de estilo.

7) RÉGIMEN DE TRABAJO

SEÑORA PRESIDENTA.- Léase una moción llegada a la Mesa.

(Se lee).

SEÑOR SECRETARIO (Gustavo Sánchez Piñeiro).- «Mocionamos para que se declaren urgentes y se consideren de inmediato las siguientes carpetas:

n.º 660/2022: proyecto de ley por el que se exoneran del impuesto al valor agregado, por un plazo de treinta días, las enajenaciones de carne vacuna fresca, congelada o enfriada del corte asado de diez a trece costillas;

n.º 661/2022: proyecto de ley por el que se extiende la vigencia del Programa Oportunidad Laboral creado por la Ley n.º 19952, de fecha 20 de mayo de 2021». (Firman los señores senadores Camy, Kechichian, Sanguinetti y Manini Ríos).

SEÑORA PRESIDENTA.- Se va a votar el trámite solicitado.

(Se vota).

–26 en 26. Afirmativa. UNANIMIDAD.

8) CARNE VACUNA FRESCA, CONGELADA O ENFRIADA DEL CORTE ASADO DE DIEZ A TRECE COSTILLAS

SEÑORA PRESIDENTA.- De acuerdo con lo resuelto, se pasa a considerar el primer asunto cuya urgencia acaba de ser votada: «Proyecto de ley por el que se exoneran del impuesto al valor agregado, por un plazo de treinta días, las enajenaciones de carne vacuna fresca, congelada o enfriada del corte asado de diez a trece costillas. (Carp. n.º 660/2022 - rep. n.° 422/2022)».

SEÑORA PRESIDENTA.- En discusión general.

SEÑOR DA SILVA.- Pido la palabra.

SEÑORA PRESIDENTA.- Tiene la palabra el señor senador Da Silva.

SEÑOR DA SILVA.- Señora presidenta: hoy el mundo está atravesando una nueva convulsión. A fines del 2019 comenzó una convulsión sanitaria, y hoy el mundo está viviendo una convulsión de la misma significación y gravedad, como es la inflacionaria. Aunque nos parezca mentira, en Europa hay una guerra, una invasión de Rusia a Ucrania, que trae consecuencias absolutamente impredecibles. En el mundo, señora presidenta, el pavor hoy no son los CTI…

(Interrupción del señor senador Sabini).

–¿Sucede algo, señor senador?

SEÑORA PRESIDENTA.- Se recuerda a los señores senadores que deben dirigirse a la Mesa.

El senador Sabini estaba consultando qué carpeta está en consideración y le informamos que es la n.º 660/2022.

Puede continuar el señor senador Da Silva.

SEÑOR DA SILVA.- Señora presidenta: hoy en el mundo se está viviendo con una preocupación sustantiva algo más importante que lo sanitario. Hoy el mundo está teniendo hambruna debido a que, después de muchísimo tiempo, hay una guerra entre dos potencias de las más poderosas, de las más ricas en recursos naturales de nuestro planeta. Rusia y Ucrania no son países cualesquiera, señora presidenta. Sobre esos suelos está casi el 20 % o 25 % de la producción mundial de trigo. Hoy se están viendo trigales abandonados e incendiados por el paso de la guerra. Nadie puede imaginar que en esas tierras, en quince o veinte días, se pueda plantar maíz o girasol. Ese es el contexto en el que hoy el Senado de la república tiene que debatir este proyecto. Los Gobiernos le temen mucho más al hambre de su pueblo que al combate de la situación sanitaria; las grandes potencias le temen más al hambre que al combate de la situación sanitaria. Y en este rincón del planeta estamos asistiendo a consecuencias lógicas de esa escalada inflacionaria que hoy está sufriendo el mundo.

Esto sucede con una diferencia, señora presidenta, y es que nosotros somos proveedores de alimentos; nosotros producimos comida para cincuenta millones de personas y es uno de los orgullos más sólidos que tenemos como nación. Esa producción y ese orgullo tienen cara, alma; son personas, es el campo uruguayo que desde el 2020, pese a todas las incertidumbres, no ha dejado de producir, no ha especulado. Producir es un sacramento para la mujer y el hombre del campo de este país, y gracias a ello su coraje se ha visto premiado en 2020 con producciones récords de trigo y con una cosecha de soja por delante, cuyos resultados, si Dios quiere, van a pulular a lo largo y ancho del interior del país. A la vez, mientras hoy estamos cómodamente sentados en el Senado de la república, hay cientos de tractores sembrando praderas, realizando verdeos, fertilizando campos por USD 1000 la tonelada de fósforo, previendo la fertilización de nitrógeno por USD 1000 la tonelada de urea, para continuar con ese sacramento que, gracias a Dios, hoy tiene un precio en el kilo de carne de exportación que permite bajar ese riesgo. El raigrás, la avena y las praderas en las que hoy el hombre y la mujer de campo están plantando, con un incremento de costos de un 30 % o 40 %, no hacen otra cosa que explicar el orgullo que debe tener este Senado de contar con esa gente. Se trabaja a cielo abierto, sin especular, para lograr batir todo tipo de récords de exportaciones. Hoy estamos batiendo récords de exportaciones porque hace cuatro años productores uruguayos tuvieron el coraje de entorar una vaca, recriar el ternero y engordarlo, pese a todo lo que han pasado, con tres sequías consecutivas.

Nos enfrentamos, entonces, a dos realidades. Una de ellas tiene que ver con el riesgo que le implica al país más agropecuario del planeta el incremento del costo sustantivo de los fertilizantes, el aumento de costos de todo tipo que tiene cualquier hombre y mujer de campo a la hora de producir, a la hora de plantar el trigo, de sembrar la pradera. La otra realidad es la inflación. En ese contexto, señora presidenta, llega este proyecto de ley que, si bien podría proponer alguna otra solución, básicamente atiende la necesidad de la proteína animal característica del pueblo uruguayo y que tiene que ver con el récord de consumo de carne vacuna que el Uruguay ostenta con orgullo. Fundamentalmente, se atiende el corte más popular de la carne vacuna que tanto nos gusta a los uruguayos, que es el asado de diez a trece costillas. Nosotros vamos a hacer un sacrificio fiscal para poder ofrecer a la población, en cuarenta y ocho horas, asado de verdad, el propio asado que está acostumbrada a comer, a $ 230 el kilo en la góndola de los supermercados y las carnicerías. Ese es el objetivo de este proyecto de ley. Se trata de un millón y medio de toneladas de asado a $ 230 el kilo, sin hacer distinciones por el poder adquisitivo de la gente. Este Gobierno no plantea, señora presidenta, lo del asado para pobres –que se parecía muy poco a un asado–, sino que hace el sacrificio fiscal para que todos los uruguayos puedan acceder, a $ 230 el kilo, al asado al que están acostumbrados a comer. Naturalmente, señora presidenta, si a algún señor senador le gusta comer el asado de feedlot de novillo cuatro dientes, ese producto no va a estar a $ 230 el kilo. No estamos hablando de ese asado gourmet. Nos estamos refiriendo al asado típico que el uruguayo come y que de un millón y medio de toneladas se va a transformar en tres millones de porciones de asado. Es ese producto el que se va a poner en las vidrieras de los distribuidores a $ 230 el kilo.

No es, señora presidenta, la primera vez que se hace esto. El antecedente es de agosto de 2007, oportunidad en la que Gobiernos anteriores, en vez de exonerar y asegurar el asado de verdad, el de diez a trece costillas, le sacaron el IVA también a la falda. Esa medida derivó, naturalmente, en esa distinción que consideramos lamentable: disponer de un corte para la gente humilde a la que le mentían diciéndole que era asado, cuando era cualquier otra cosa menos el corte al que estamos acostumbrados.

Aquí se exonera el asado en la planchada –repito: el asado en la planchada–, la manta de asado en la planchada. Acá no hay posibilidad, señora presidenta, de que los distribuidores o los carniceros puedan hacer otra cosa que vender el corte de asado vacuno de diez a trece costillas. Para nosotros es una diferencia sustancial, sustantiva, que va acompañada de otras medidas, tales como el congelamiento del precio del resto de los cortes. Se trata de medidas que se están estudiando y que tienen como objetivo abatir la inflación a través de renuncias fiscales, por ejemplo, en lo referente a las harinas. También se intenta bajar la inflación a través de la apertura parcial de la importación de pollos y el compromiso de congelar el precio de los huevos, que constituyen otro tipo de fuente proteica. Pese a que han sufrido por la mortandad de casi medio millón de gallinas, esos productores agropecuarios están comprometidos con el congelamiento de precios. Digo esto, señora presidenta, porque hemos visto un oportunismo ramplón en los últimos momentos de la campaña del referéndum que hace al cuestionamiento del precio de los alimentos, culpando al pobre productor rural que, en infinitas ocasiones, ha demostrado resiliencia. Los ignorantes han hablado del precio del tomate cuando no tienen la más pálida idea de lo que ha sufrido esa planta durante la sequía que se vivió desde el 15 de diciembre hasta el inicio de las lluvias tropicales del 16 de enero. A su vez, gente que no tiene ni idea de dónde queda San Bautista ha hablado del precio de los huevos. No han ido a solidarizarse con todos esos fasoneros que perdieron medio millón de gallinas ponedoras.

Es por eso, señora presidenta, que nosotros, con infinito orgullo, vamos a estar acompañando este proyecto de ley y el conjunto de medidas que el Gobierno va a estar tomando en los próximos días para intentar abatir los embates inflacionarios que todo el mundo padece. Lo haremos a través de la renuncia fiscal, de la promoción del esfuerzo y del trabajo de toda la gente que produce en este país.

Muchísimas gracias.

SEÑOR OLESKER.- Pido la palabra.

SEÑORA PRESIDENTA.- Tiene la palabra el señor senador.

SEÑOR OLESKER.- Quiero fundamentar este proyecto de ley que se nos acaba de entregar, y voy a hacerlo con base en siete puntos.

Primero quiero comentar la manera en que hay que analizar esta iniciativa; segundo, voy a considerar algunos precios seleccionados; tercero, aludiré a la inflación reciente; cuarto, haré referencia a su impacto sobre el futuro; quinto, mencionaré las causas de esta disparada inflacionaria –en la exposición de motivos están planteadas, a nuestro juicio, de manera equivocada–, y sexto, voy a plantear directamente cómo trabajar este tema, para culminar en el análisis de la quita del IVA al asado.

Es claro que en los últimos meses hemos sido testigos de subas importantes de los precios de varios productos relevantes de la canasta familiar en los hogares uruguayos. Al respecto, la exposición de motivos –lo mencionaré en otro punto– le da una importancia relevante a la coyuntura internacional, particularmente a la guerra entre Rusia y Ucrania. Voy a demostrar, con datos, que en mayo de 2021, cuando comenzó el crecimiento de la inflación anualizada, no había guerra –creo– entre Rusia y Ucrania.

Entonces, mi análisis va a contener tres bloques: precios seleccionados, inflación y su impacto sobre los ingresos. Esta situación se ha comparado con medidas que se tomaron por otros Gobiernos –no voy a entrar en eso porque estamos analizando las medidas que envía este Gobierno–, aunque hay una diferencia sustancial: siempre que hubo disparada inflacionaria –¡siempre!–, en los últimos quince años, el salario creció más. Entonces, no importa si la inflación es 15 % o 3 %; lo que nos parece relevante es si el salario es más o menos que ese 15 % o 3 %.

En cuanto al segundo punto, es decir, los precios seleccionados, hace poco se dieron a conocer varios informes. La página web precios.uy, del Ministerio de Economía y Finanzas, es un excelente diseño informático –el senador Bergara asiente porque fue quien la construyó–, que por suerte se ha mantenido. En ese sitio se siguen mostrando los precios, por lo que podemos analizar, lugar por lugar del territorio nacional, cuáles eran los precios a febrero de 2020 y cuáles son a febrero de 2022. En el cuadro se puede ver que el aceite de girasol está un 60 % por encima; el jabón de tocador, un 46 %; el arroz blanco, un 37 %; los huevos –de los que hablaba el senador preopinante–, un 22 %; la carne picada –de todas las carnes es la que más creció, aunque no figura en el proyecto–, un 30,9 %; la nafta, un 36 %, y el supergás, un 29 %. En fin, podríamos seguir. Es decir, una parte relevante, que puede llegar a ser prácticamente el 20 % o el 30 % del consumo de alimentos, creció por encima del 30 % o del 20 %. O sea que la inflación acumulada de rubros muy sensibles en la canasta familiar, en dos años –y no al otro día de iniciada la guerra entre Rusia y Ucrania–, en los últimos veinticuatro meses, creció muy por encima de los ingresos de los hogares.

Además de este fenómeno de dos años, en tercer lugar, tenemos una inflación reciente muy fuerte. En los últimos doce meses la inflación se ubicó en 8,85 % y viene mostrando una tendencia creciente. Se aleja del rango meta definido, que según la ley de presupuesto bajaba, pues de ubicarse entre 3 % y 7 %, pasaba de 4 % a fijarse en 6 %. Es decir, bajamos el rango meta, pero nos alejamos de él –este es un problema importante de la política pública–, y en varios meses del 2020 se ubicó por encima del 10 %. Hay una especie de mito de los economistas –no me incluyo entre ellos– en cuanto a que si la inflación llega a dos dígitos sucede algo terrible. En todo caso, es un mito que está en la conciencia de la política pública y fue una realidad en varios meses del 2020. Como se observa en el gráfico –después lo haré llegar a los señores senadores–, desde mayo de 2021 la inflación anualizada crece. Quiere decir que no compartimos, como dice la exposición de motivos, que diversos factores, entre los que se destaca el impacto en la economía generado por el conflicto entre Rusia y Ucrania, hayan incidido en el aumento de precios. ¡No es verdad! El aumento de los precios que, reitero, viene desde febrero de 2020, pero que ha tenido una continuidad sin cambio de crecimiento de la inflación anualizada desde mayo de 2021, es bastante anterior a esto y se debe básicamente a la política económica. No compartimos la segunda parte de la exposición de motivos que señala «seguramente esta situación habrá de revertirse», porque consideramos que si no se adoptan medidas de política pública esto no se va a revertir, sino que probablemente se agudizará. Por lo tanto, tampoco creemos que la medida adoptada tan solo por un mes tenga un efecto sobre la inflación. La tendencia es que siga creciendo, porque ahora sí están empezando a operar efectos de una coyuntura geopolítica internacional, pero sobre un horizonte muy alto al que habían llegado los niveles inflacionarios. Es claro que la invasión de Rusia a Ucrania incrementa las presiones sobre algunos productos, básicamente el trigo y otros alimentos.

Quiero referirme al cuarto punto que planteaba al principio: los efectos de la inflación. Nosotros no nos enamoramos de los resultados ni de las variables; no decimos que nos juzguen por la variable a o por la variable b. No creemos que la inflación o el déficit fiscal sean relevantes si no se integran en una política más general de mejora del bienestar de la gente. No es un drama que la inflación sea un poco más alta –como dije al principio, Uruguay ya tuvo niveles de inflación de esta naturaleza–; lo que importa de verdad cuando se analiza la inflación es la comparación con lo que sucede con los ingresos corrientes de los hogares, y en Uruguay las tres cuartas partes de los hogares viven de un salario o de una jubilación como ingreso principal. Luego tenemos un porcentaje adicional de ingresos por cuenta propia, y finalmente hay un 4 % o 5 % de ingresos por rentas o por actividades patronales. Quiere decir que el 95 % de los hogares tienen como ingreso principal un salario, una jubilación o son cuentapropistas, y eso es lo que hay que comparar con la inflación. ¿Qué ha pasado? Lo que ha sucedido es que los salarios y las pasividades reales, el ingreso y el consumo de los hogares, han venido cayendo durante dos años consecutivos, y me adelanto a decir que seguramente sean tres.

En este otro gráfico que también voy a entregar podrán observar tres barras: una grande, que es la inflación de los alimentos; una mediana, que es la inflación común, y una chiquitita, que representa los salarios. Esto es lo que ha sucedido en estos veinticuatro meses: la inflación aumentó 18,8 %; los alimentos 22 %, y apenas un 13,5 % los salarios. Se podrían haber agregado las tarifas públicas, la electricidad, la nafta, el gasoil, el supergás –hubiera quedado una gráfica más difícil de mirar– y los bienes de higiene personal y del hogar, que también se dispararon. Pero en este cuarto punto sobre el efecto de la inflación siempre hay que recordar que las cifras promedio son promedios. En los hogares uruguayos los alimentos pesan un 25 % en el consumo, pero en los de menos ingresos pesan un 30 %, un 33 % o un 35 %, y en el primer decil, es decir, en el de los más pobres, pueden llegar hasta un 40 %. Entonces, que los alimentos aumenten más que los ingresos medios, significa que les pega más a los hogares que, en proporción –por las dudas de que alguien crea que compran más alimentos que los ricos–, consumen más alimentos en su canasta familiar. Entonces, la no regulación que ha habido del precio de los alimentos ha sido muy importante.

Quiero hacer referencia al impacto sobre el futuro, y este es mi quinto punto.

El Gobierno se comprometió, en el presupuesto quinquenal y en el consejo de salarios en el que les bajó el salario a los trabajadores, a que en 2022 empezaba la recuperación. Ese fue un compromiso que asumió y que, además, está escrito. ¿Qué hizo para ello? En enero dio a los trabajadores públicos un aumento de 5,8 % de acuerdo con la inflación estimada y un 1,2 % de crecimiento. Es decir, concedió una recuperación ‒a nuestro juicio baja, podría haber sido más alta‒, pero para que resulte tal, la inflación tiene que ser 5,8 % en el 2022 porque, si no, no hay recuperación; es algo bastante sencillo de entender.

Si en los dos primeros meses del año la inflación fue de 3,3 %, es difícil pensar que en diez meses va a ser de 2,5 % para llegar a 5,8 %. Los analistas dicen que va a ser 7,5 %, otros informes hablan de 7,7 %; no importa, va a ser más de 7 %, eso está cantado, asegurado. Por lo tanto, si la inflación va a ser más de 7 %, el 1,2 % de crecimiento se va a transformar en recuperación de inflación y, por lo tanto, en 2022 no va a haber recuperación del salario real de los trabajadores públicos, aunque seguramente de algunos trabajadores privados sí, porque sectores con mucha fuerza sindical lograron correctivos en el correr del año y aumentos mayores a la inflación esperada. En el 2023 es casi seguro que haya pérdida salarial por tercer año consecutivo y, en el mejor de los mundos, el salario real quedará estancado, pero no va a haber crecimiento del salario real, como se había prometido, y eso es producto de la disparada inflacionaria que tenemos ahora.

Es medio extraño que se insistiera con fijar como inflación esperada el 5,8 % el 1.° de enero de 2022 ‒esta fue una propuesta que se hizo efectiva ese día‒ cuando, como se ve en la gráfica de desarrollo inflacionario que mostré, en noviembre y diciembre ya se sabía que el 5,8 % era una falsa estimación. Entonces, creo que hubo una decisión consciente de dar un aumento con una recuperación que iba a ser absorbida, por lo que no iba a haber recuperación del salario real. Estamos hablando de los trabajadores públicos, a los que se les dio un 1,2 % por encima de esa inflación esperada irreal, y de los trabajadores privados sin problemas, a los que se les permitió una recuperación pequeña en los próximos dos años, pero hay un segmento importante de los consejos de salarios, llamado «sectores con problemas», que no solo no tuvo recuperación, sino que en 2022 tuvo un ajuste único de 3 %. Es decir, si la inflación era 5,8 %, igual ya perdían 2,8 %; ahora van a perder cinco puntos, que sumados a los cuatro que perdieron, implican que su poder de compra va a estar un 10 % por debajo del que tenían al inicio de este período de gobierno.

Antes de ir al último punto, quiero hablar de las causas de la disparada inflacionaria. Ya mostré que no es un problema de la guerra, y obviamente no lo es de mercado. ¿Qué dicen las teorías económicas sobre la inflación? Que puede haber cuatro causas de inflación: demanda, costos, inflación importada o puja distributiva, es decir, luchas de mercado entre los grandes oligopolios. La inflación de demanda yo la descartaría. En principio no habría ninguna razón para pensar que las góndolas se llenaron de gente que ahora decide superconsumir; esa no es la realidad. El consumo de los hogares bajó en 2021, al igual que el ingreso, que también había bajado en 2020. Por lo tanto, no hay justificación para que hablemos de inflación de demanda. ¿Puede ser inflación de costos? Tampoco, porque los costos salariales no han aumentado. Algunos costos tarifarios aumentaron, pero en algunos casos hubo subvenciones a las empresas, sobre todo a las exportadoras. Entonces, también descartaría la inflación de costos. Hay un componente de inflación importada, eso es obvio, porque hay precios que crecen. Generalmente se calcula que es un 30 % el efecto que tiene la inflación importada sobre la nacional y el resto es puja distributiva: es el impacto que tienen los sectores con mayor poder de mercado para remarcar precios y tener un plusvalor extraordinario, del que se apropian a partir de esa capacidad de remarcar precios. Todos sabemos cuáles son esos oligopolios productivos, de importadores, de cadenas de distribución y de comercialización, que se ponen a consideración.

Como comenté, tuvimos un crecimiento de precios muy importante y ahora viene este proyecto de ley para quitar el IVA al asado.

Si ustedes miran este tercer y último grafico que traje, se observa la evolución del precio del asado. Quiere decir que ya venía creciendo en su precio desde noviembre de 2020, según dice el INE en sus estadísticas. En una columna figura el precio promedio del asado de tira, mes a mes, desde noviembre de 2020. En setiembre y octubre había caído y desde noviembre de 2020 viene creciendo, con un mayor crecimiento –según muestra el gráfico– en la segunda mitad de esta serie. Insisto: desde noviembre de 2020 viene creciendo y la verdad es que pensar en alguna medida en marzo de 2022 parece, por lo menos, tardío.

Por eso definimos esta medida, que votaremos –porque, como dice el dicho popular, «cualquier monedita sirve» para mejorar el gasto–, como tardía e insuficiente. Lo de «tardía» ya lo demostré y no voy a insistir en cosas que ya dije a lo largo de mi exposición. Es tardía porque el precio del asado empezó a crecer en noviembre de 2020, porque la inflación anualizada no deja de crecer desde mayo de 2021, porque en noviembre de 2021 ya se sabía que en enero o en febrero habría un impacto de precios como siempre hay en todos los primeros trimestres del año respecto a la inflación del resto del año. Por lo tanto, se podría haber pensado antes en una medida de estas.

Además, es de escaso impacto. El INE nos dice que el asado de tira –hay otros cortes– pondera 0,7 % en la canasta de consumo en los hogares. Si ponemos ese valor en un 1 %, en tanto puede tener un efecto indirecto en otros productos, y hacemos una rebaja de un 10 %, significa un 9,09 %. Este es el lío que tiene la gente, porque le dicen «te rebajo el IVA», pero como ve que es 18,03 % se pregunta «cómo puede ser si el IVA es 21 %». Claro, es digamos sobre el precio final: 9,09 %. Así que, si pesaba un 10 % y lo rebajo un 9,09 %, me va a implicar un 0,09 % de menos costo en la vida de las personas. Alguien podrá decir: «comerá más asado y no comerá pulpón, entonces el efecto será mayor», porque también hay un efecto de sustitución cuando bajan los precios. Sí, puede ser. Capaz que no es un 0,09 %, sino 0,1 %, 0,2 % o 0,3 %; concedo hasta 0,5 % de rebaja en el costo de las personas, o sea marginal y, además, por un mes. No entendemos mucho la justificación de que sea tan solo por un mes y renovable solo una vez.

Culmino diciendo que esto es una medida marginal después de una disparada de precios y por lo tanto tardía, que no tendrá casi efecto en el nivel de vida de los hogares. Seguramente se tendría que haber encarado medidas antes. Creemos que hubo una alta improvisación en este tema. Los acuerdos de precios se podrían haber establecido en octubre o en noviembre. Sobre eso también tenemos experiencia. No quiero discutir las experiencias comparadas, pero hicimos dos veces un acuerdo de precios bastante más amplio que un solo producto y bastante más largo que un mes, con bastante éxito.

Así que termino diciendo que votaremos este proyecto de ley tardío y marginal, pero teniendo claro que se podría haber hecho otra cosa. Se podría haber hecho algo para más productos, por más tiempo, y sobre todo antes, cuando los bolsillos se empezaron a vaciar.

Gracias.

SEÑOR DOMENECH.- Pido la palabra.

SEÑORA PRESIDENTA.- Tiene la palabra el señor senador.

SEÑOR DOMENECH.- Gracias, señora presidenta.

Adam Smith, en La riqueza de las naciones, dice que a la economía la mueve el afán de lucro que, a veces, difícilmente puede ser moderado y se encuentra limitado por la competencia, y la oferta y la demanda.

Nosotros respetamos la opinión de Adam Smith y del liberalismo económico, pero siempre nos hemos afiliado –y lo digo en lo personal, lo que no quiere decir que represente el pensamiento de Cabildo Abierto, aunque creo que mi posición es absolutamente compatible con la de mi partido– al principio nacional socialcristiano, como en el antiguo herrerismo lo manifestó en alguna oportunidad el recordado y querido Mario Heber. En ese sentido, hacemos notar que estos tres principios que señala Adam Smith deben estar sometidos a una regla moral, que es la conmutatividad de los cambios, tal como lo sostuvo León XIII en Rerum Novarum, hace casi 150 años, y más recientemente Juan Pablo II, en Centesimus Annus.

Hay una regla moral que debe presidir todas las acciones del hombre en lo social y en ese sentido entendemos que este instrumento que es el Estado no debe estar ausente en circunstancias que pueden ser dramáticas para la sociedad.

Es verdad que hoy en día vivimos una alteración de los precios, que se ha agudizado con motivo del conflicto entre Rusia y Ucrania, pero también es cierto que Uruguay es un tomador de precios de los productos que importa y exporta; es un tomador de precios cuya independencia se ha agudizado en los últimos años porque somos principalmente generadores de productos agropecuarios, es decir, carne, granos, lácteos y ahora celulosa. Además, las técnicas modernas requieren una gran cantidad de insumos –incluso en la ganadería, porque actualmente hay una gran parte que no es solamente a pasto natural, sino que la carne se genera sobre la base de praderas artificiales y cultivos anuales, ya sea de verano o de invierno– que proporciona la industria química que el Uruguay no maneja.

Antiguamente, todas las labores agrarias se realizaban con base en procedimientos de orden mecánico, pero hoy –como es sabido y notorio– se utilizan fungicidas, insecticidas y sobre todo herbicidas, que deben ser los agroquímicos más consumidos en el país y en el mundo.

Esta dependencia que tenemos desde el punto de vista tecnológico no es meramente casual, sino algo que los grandes centros de poder mundial seguramente han estudiado, porque es evidente que en el mundo hay naciones que se reservan los desarrollos intelectuales en materia científica y, también, los mercados industriales.

Los países como los nuestros –particularmente en Hispanoamérica– parecerían estar condenados a ser meros suministradores de materias primas, cuyos precios no fijamos; como dije antes, somos altamente dependientes de la industria química y, por tanto, del petróleo.

¿Qué puede hacer el Uruguay en ese aspecto? Tiene que procurar desarrollar la ciencia y la tecnología. Siempre me pregunto por qué nos resignamos a un Uruguay de praderas naturales meramente estivales y no hemos conseguido desarrollar las especies perennes y de leguminosas que también componen mínimamente nuestra pradera natural y que podrían sustituir, quizás, a las leguminosas y gramíneas importadas que solemos utilizar, como la festuca y el lotus, entre otros.

En concreto, estamos ante una situación de alteración de los precios a nivel mundial y esto repercute, indefectiblemente, en los precios de los productos de la canasta familiar, entre otros, porque este es el tema que hoy nos preocupa.

Nosotros vamos a acompañar este proyecto de ley; no obstante, no escapa a nuestra inteligencia que en la mesa de las familias de menor poder adquisitivo de nuestro país quizá no es el asado lo que predomina, sino la carne picada, la falda, la aguja y la paleta. Como señala el dicho popular, muchas veces a situaciones y a males excepcionales, también soluciones excepcionales.

Creo que Uruguay no puede olvidar su historia. Por ejemplo, cabe recordar que durante los primeros meses del gobierno de Luis Conrado Batlle Berres se aprobó la Ley de Subsistencias, que autorizaba al Poder Ejecutivo a regular, con carácter general y temporal, en todo el país o particularmente en uno o varios departamentos, los precios de los artículos de primera necesidad. Nosotros conocimos Subsistencias en una época en que no había grandes superficies ni supermercados, y a través de ella se hacía llegar, a los menos favorecidos de nuestra sociedad, harina, aceite, fideos, arroz y tantos otros insumos que son tan corrientes en la cocina de nuestros compatriotas.

No sabemos si esta circunstancia es meramente pasajera o si perdurará en el tiempo, pero me parece que el país no puede olvidar sus experiencias y, aunque más no sea temporalmente, debe recurrir a estas políticas que tuvieron largo arraigo en el país, porque yo recuerdo que Subsistencias, creada en 1947, existió hasta siendo yo relativamente joven.

Tampoco podemos olvidar que el país tiene otras experiencias como la Ley n.º 13720, por la que se crea la Coprin, que entre otras cosas señalaba que esa comisión podía fijar precios máximos a los bienes y servicios manifiestamente esenciales o convenientes para el consumo popular.

Para culminar esta breve intervención, quiero señalar que durante el primer gobierno del doctor Tabaré Vázquez se creó una defensa de la libre competencia en el comercio que, según creo, generó más expectativas que los frutos que realmente ha dado hasta el presente. En su artículo 2.º, la ley prohíbe el abuso de posición dominante, así como todas las prácticas, conductas o recomendaciones individuales o concertadas que tengan por efecto u objeto restringir, limitar, obstaculizar, distorsionar o impedir la competencia actual o futura en el mercado relevante.

Nosotros creemos que el mercado no siempre funciona perfectamente, como quizás lo pensaba Adam Smith. Hay una regla moral que debe presidir la acción de los Gobiernos y creo que, como señalaron los santos padres, debe aplicarse ese principio de conmutatividad en las prestaciones, aunque muchas veces la codicia de los particulares impide que se aplique. No estoy diciendo que se atendrá a un riguroso control de precios, pero quizás en algunos aspectos tengamos que rever algunas conductas extremadamente liberales que han dejado a nuestro pueblo como la gallina en el gallinero con el zorro libre.

Durante el año pasado integramos la Comisión de Industria, Energía, Comercio, Turismo y Servicios. En su seno recibimos a la Cámara de Industrias del Uruguay, que formuló denuncias –hoy en día se requiere mucho coraje para criticar la acción de las grandes superficies y los supermercados– que creo deben ser estudiadas, porque hay abusos que, incluso, han existido antes de esta escalada de precios que parece estar en ciernes y ojalá se frene y desaparezca.

Pienso que la codicia y la avaricia son malas consejeras. Considero que es un imperativo moral de este Gobierno –el que nosotros también integramos y apoyamos– estudiar mecanismos que, en definitiva, favorezcan a la industria nacional y le permitan acceder a la producción de artículos de consumo popular a precios razonables, estudiando las estructuras de precios que quizás hagan que el Estado deba realizar algún sacrificio, aunque sea temporal. Además, pienso que es necesario generar una situación de equilibrio entre la industria nacional y esas grandes superficies y supermercados que hoy en día son la puerta de salida de los artículos de primera necesidad que consume nuestra población.

Nosotros vamos a acompañar este proyecto de ley, pero lo haremos con estas afirmaciones que estamos realizando y diciendo que entendemos que no solo el asado, sino también la paleta, la aguja, la carne picada, los fideos y el arroz deben llegar a la mesa de nuestros compatriotas a precios adecuados.

Por otra parte, olvidaba mencionar el tema del IVA personalizado –que no es ninguna experiencia novedosa en el país, porque, de alguna manera, la tarjeta del Mides es una forma de IVA personalizado–, que también es parte de la preocupación de Cabildo Abierto por esta situación particular que se está dando.

Señora presidenta: en concreto, apoyamos este proyecto de ley que envía el Poder Ejecutivo, pero con las precisiones que acabamos de hacer.

Muchas gracias.

SEÑOR RUBIO.- Pido la palabra.

SEÑORA PRESIDENTA.- Tiene la palabra el señor senador.

SEÑOR RUBIO.- Señora presidenta: brevemente y a modo de fundamento, quiero expresar que apoyamos este proyecto de ley. Nos parece positivo, aunque extraordinariamente limitado en lo que tiene que ver con el alcance de los productos y el tiempo.

Queremos decir que para fundamentarlo no es necesario cambiar la historia. En realidad, durante 2007 y 2008 el doctor Tabaré Vázquez –estoy manifestando esto porque estoy implicado– me encomendó, como director de la OPP, que negociara acuerdos de precios con las grandes superficies, con Cambadu y con los sectores productivos. Después de terminar, el balance que hicimos fue que se había logrado el objetivo con una canasta muy importante de productos. En aquel momento nos sentimos muy agradecidos con los sectores que colaboraron.

En segundo lugar, quiero decir que en la media hora previa de la sesión anterior manifesté que se estaba produciendo un fenómeno de aumentos de precios muy importante desfasado del incremento de ingresos. En una bancada de fines del año pasado manifesté que íbamos a ingresar en un fenómeno que en el pasado se había denominado «carestía» y algunos miembros jóvenes de nuestra bancada me miraron con asombro porque, en realidad, nunca habían oído esa palabra. Reitero: esta es una realidad y se veía a fines del año pasado. Por eso hicimos una exposición en esa media hora previa en la que dijimos que, si comparábamos febrero con febrero, se veía que el incremento había sido muy importante. En realidad, el incremento de febrero a febrero fue preguerra. Es relevante tener en cuenta este aspecto porque se profundiza con la guerra. Es preguerra porque, en realidad, de febrero a febrero el IPC subió un 18,8 %, o sea, casi un 19 % y el salario promedio, un 3,5 %. Además, es preguerra porque en febrero hubo una inflación del 1,47 %, es decir casi 1,5 %, y las dos terceras partes –esto es lo más preocupante– de este incremento de los precios, o sea del IPC durante febrero de 2022, se explican por la suba de los alimentos y los artículos escolares.

Entonces, este es un problema que viene de atrás y va a coexistir con nosotros. Es un problema que afecta a toda la sociedad uruguaya y los datos son absolutamente innegables.

Me parece que el Poder Ejecutivo y el sistema político deberán colaborar para que este fenómeno baje en relación con el resto de los precios, a los efectos de que se estabilice en algún punto o, de lo contrario, sea compensado con un incremento de los ingresos, porque lo sufren los sectores medios y populares de nuestro país, cuya canasta está integrada con alimentos en una proporción mucho mayor que el promedio.

Por lo tanto, es un problema clave para los uruguayos y quizás haya que apelar a políticas redistributivas a fin de compensar. Observando la recaudación de 2021, encontré que había crecido de una manera muy importante. Esto es positivo para el país, pero me llamó extraordinariamente la atención un dato: ¿por qué había subido en un 22 % el IVA a las importaciones durante 2021? Seguí investigando y había subido fundamentalmente por la importación de autos cero kilómetros de alta gama. Eso cierra con el incremento de los depósitos que hubo en el país por encima de los USD 250.000 y fuera de él. Por lo tanto, creo que este es un problema no solo de precios, sino también de redistribución social.

En ese entendido, respaldamos el proyecto de ley, pero hacemos estos señalamientos porque esta historia, lamentablemente, continuará.

Muchas gracias, señora presidenta.

SEÑOR SABINI.- Pido la palabra.

SEÑORA PRESIDENTA.- Tiene la palabra el señor senador.

SEÑOR SABINI.- Lo primero que quiero señalar es que no me parece bueno –y creo que en el futuro es algo que deberíamos revisar– que se trate un proyecto de ley de este tipo sin que pase por la comisión porque, en definitiva, en esos ámbitos los legisladores podemos hacer consultas sobre dudas que tenemos, convocar a las autoridades y también hacer modificaciones. En este caso, el tratamiento sobre tablas es mucho más difícil de realizar. Quizás esto tenga que ver con el momento electoral que estamos viviendo…

(Interrupción de la senadora Bianchi).

–… –no lo sé–, pero creo que no es una buena práctica, señora presidenta.

Quería señalar eso.

Lo segundo que deseo manifestar es que tengo enormes dudas en cuanto a si efectivamente lo que se establece aquí es lo que va a ocurrir. Por ejemplo, si el 1.º de Mayo vamos a hacer el típico asado pagándolo a $ 230 el kilo. Tengo dudas porque, en realidad, lo que establece el proyecto de ley es que la rebaja se va a dar en la cadena, no al consumidor. Creo que la mejor forma de hacerlo sería utilizando el instrumento de la inclusión financiera, o sea, hacer la rebaja al consumidor en el momento en que realiza la compra y no hacerlo en la cadena porque después va a ser muy difícil controlar si efectivamente el corte se hizo donde establece este proyecto de ley.

Además, como bien decían nuestros compañeros de bancada, el problema del alza de precios de los alimentos no proviene únicamente del conflicto entre Rusia y Ucrania.

SEÑORA BIANCHI.- ¡Invasión!

SEÑOR SABINI.- De hecho, el año pasado los alimentos aumentaron un 20 %; el IPC general aumentó un 10 %, pero los alimentos lo hicieron un 20 %, con lo cual el impacto en los bolsillos de las familias –sobre todo de las más vulnerables, que son las que gastan una mayor parte de sus ingresos en alimentos– es muy preocupante.

Por supuesto, si bien vamos a votar este proyecto de ley, en lo personal considero que no es verdad que vaya a resolver el problema de las proteínas; no lo va a resolver porque el peso que tiene el asado de tira en las comidas familiares es relativamente marginal. Como mucho, habrá un alivio los fines de semana, pero, claramente, el asado no es la principal ingesta de proteína animal.

Además, aquí se comparó, un poco despectivamente –digámoslo así– este asado con el «asado del Pepe». Fíjense que era muy distinto lo que ocurría en aquel momento porque, en realidad, lo que estaba pasando era que la cadena productiva estaba vendiendo a un precio más caro al mercado interno que al mercado externo, es decir, el asado se comercializaba a $ 58 al exterior mientras que a las carnicerías se lo vendían a $ 85, y por eso intervino el Gobierno en aquel momento, lo que, por otra parte, fue un éxito porque se acabó el «asado del Pepe».

Acá se ha dicho que el asado de ahora es un buen corte. Bueno, me parece que el propio presidente del Instituto Nacional de Carnes desmiente eso. Él mismo dijo en San José que ahora se cobra la parte buena a un precio más caro, y la que tiene menos carne –repito: la que tiene menos carne–, a un precio menor. Entonces, no es una manta, sino un asado de baja calidad, que tiene menos carne, más hueso y más grasa.

Por eso nosotros entendemos que esto no va a ser, ni cerca, una solución.

Ahora, nos gustaría que se explicara cómo se va a controlar esto porque con el mecanismo que aquí se establece parecería que el control va a ser muy difícil de hacer. Y ya que hay senadores que quieren darnos clases de cómo producir huevos, puedo decir, señora presidenta, que tuve la suerte de ser productor de huevos y de tener gallinas ponedoras y doble pechuga, así que cuando quieran discutimos el tema de los huevos, pero ahora estamos discutiendo sobre la carne.

También tuve una vaca –una sola– y marchó.

SEÑOR DA SILVA.- ¿Y chanchos?

SEÑOR SABINI.- Chanchos también tuve, pero esto lo digo porque acá nadie puede venir a dar clases a nadie, señora presidenta.

Digo, además, que salíamos a vender los huevos puerta a puerta, pero, en todo caso, si no hubiera sido productor, también podría hablar del tema, como cualquier legislador puede hacerlo acá y decir lo que le parezca de cualquier asunto.

Entonces, hay agravios que me parece que no corresponden, así que cada uno ubíquese en su lugar y, en todo caso, demos el debate en torno al proyecto de ley, que es sobre lo que estamos discutiendo. Y al respecto señalo que nos gustaría que desde la bancada oficialista se nos respondieran estas consultas, estas dudas, ya que no tuvimos la posibilidad de recibir a las autoridades en la comisión.

Muchas gracias.

SEÑOR BERGARA.- Pido la palabra.

SEÑORA PRESIDENTA.- Tiene la palabra el señor senador.

SEÑOR BERGARA.- Señora presidenta: como ya adelantaron algunos compañeros de bancada, nosotros vamos a acompañar este proyecto de ley porque, como decía el señor senador Olesker, «cualquier monedita sirve». También nos da la impresión de que esto no llega ni a monedita, porque es de una dimensión ínfima, totalmente ínfima.

Estamos escuchando una argumentación que arranca con la inestabilidad mundial, la guerra entre Rusia y Ucrania, la inflación a nivel global, las hambrunas, las tecnologías de producción agropecuarias y el hambre que está pasando la gente, aun con los resabios de la pandemia; cuando uno oye argumentaciones de esta envergadura, que culminan con que vamos a abordar el tema rebajando el IVA al asado de tira por un mes, tal parece que acá hay un desnivel, un desequilibrio, una diferencia de mundos. Pongámosle a este proyecto de ley la humildad de la dimensión que tiene, que es realmente ínfima.

Hacía bien nuestro compañero Daniel Olesker en dar números, dado que esto pesa en la canasta familiar menos de un 1 %, y el impacto de la rebaja del IVA no va a llegar ni al 0,5 %. Además, ¿piensan que la gente que más necesita, la más vulnerable, come asado de tira? ¿Vamos a incorporar el asado de tira en las ollas populares?

Entonces, esto va a tener un impacto ínfimo, que se refleja en lo que ha trascendido –aunque no viene en la fundamentación del proyecto–: que la renuncia fiscal está en el entorno de un millón y algo de dólares. ¿Alguien puede pensar que con esa renuncia fiscal tan ínfima se puede tener algún impacto sobre los precios de la economía o el bienestar de las familias?

También se ponía el foco en la necesidad de que esto opere y se controle. El propio señor ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca planteó serias dudas en cuanto a la capacidad de discriminar los pagos del IVA en función de estos productos y, por lo tanto, sobre la capacidad de hacer efectiva esta rebaja en su traslado al precio al consumidor, el que pagan las familias. Eso queda aún más claro con lo que recién señalaba el señor senador Sabini sobre los dichos del presidente del INAC. Acá se ponía énfasis en que ahora sí se rebajaba el IVA del asado de verdad; sin embargo, el presidente del INAC dijo que «al asado se le saca la punta de baja calidad, se la vende como parte del acuerdo y el resto sale con otro precio. Se cobra la parte buena a un precio más caro y la que menos carne tiene, a menor precio». O sea, no se trata del asado de verdad, sino que es la punta mala del asado la que se va a vender a un menor precio.

Vean lo absurdo de esto: la rebaja no viene por el lado de rebajar el precio al productor, sino que vendría por la exoneración del IVA, o sea que es un sacrificio del Estado. Encima, con esto se genera la duda de si algún intermediario no terminará apropiándose de esa rebaja del IVA, porque con esta lógica de vender barato el asado malo y vender caro el asado bueno, ni siquiera se está trasladando al consumidor esta ventaja tributaria.

Vuelvo al punto inicial. Esto no llega a ser ni una aspirina, no llega a tener saliencia, no es ni una monedita de ayuda, pero aun así, aun con esa dimensión, vamos a apoyarlo. Pero, entonces, no hagamos fundamentaciones grandilocuentes de algo que tiene esta dimensión, ya que carece de la profundidad que deben tener las medidas que apunten seriamente a mejorar el bienestar de la gente y a que los precios de la economía no se disparen. La gente que está yendo al almacén, a la tienda o al supermercado en estos días está viendo, no que los precios están subiendo, sino que están saltando.

Si con esto se quiere dar una señal, esta señal es muy débil. Busquemos más, sigamos trabajando, y ojalá que desde el Gobierno vengan propuestas que tengan una profundidad y una dimensión que nos permitan avizorar un efecto real en los precios y en la canasta familiar de los hogares uruguayos.

Gracias, señora presidenta.

SEÑOR DA SILVA.- Pido la palabra para una aclaración.

SEÑORA PRESIDENTA.- Tiene la palabra el señor senador.

SEÑOR DA SILVA.- Nuevamente se ha intentado relativizar una medida que lo único que hace es generar beneficios a la población; se está tratando de desvirtuar la realidad.

He escuchado mucho tartamudeo, ¡mucho tartamudeo!, en los meses de enero y febrero, de los popes de la economía del Frente Amplio, cuando la señora ministra Arbeleche anunció un crecimiento de 4,5 %. Hubo mucho tartamudeo, y nos han querido dar clases de economía los que dejaron fundido este país. El tartamudeo que escuché en enero y febrero con el crecimiento de la economía lo voy a escuchar el jueves; voy a escuchar las gárgaras del tartamudeo el jueves, cuando en este país…

SEÑORA PRESIDENTA.- Solicito al señor senador que se centre en la aclaración que quería hacer.

SEÑOR DA SILVA.- Estoy aclarando porque se está relativizando…

(Interrupciones).

SEÑORA PRESIDENTA.- Acabo de pedirle, señor senador, que concrete la aclaración que quería hacer.

SEÑOR DA SILVA.- La aclaración será dada por la realidad cuando en las góndolas de este país aparezca un asado de verdad a $ 230 el kilo. Esa es la única realidad.

Aclaro que yo respeto todo lo que hace el conjunto de los senadores; lo respeto todo y, en particular, respeto mucho la visión que se tiene solo desde las oficinas públicas, pero mi visión es otra. Por eso quizás, señora presidenta, uno ande con los pies más sobre la propia realidad que arde en la calle. Pero dejemos de relativizar, señora presidenta, la veracidad de…

(Interrupciones).

–Dentro de cuarenta y ocho horas –hoy es martes, ¿no?–, el jueves, me voy a acordar de lo que se dijo acá.

SEÑORA PRESIDENTA.- Le voy a solicitar que vaya redondeando, señor senador.

SEÑOR DA SILVA.- He finalizado.

Gracias, señora presidenta.

(Interrupciones).

SEÑOR MANINI RÍOS.- Pido la palabra.

SEÑORA PRESIDENTA.- Tiene la palabra el señor senador.

SEÑOR MANINI RÍOS.- Quiero reafirmar los conceptos vertidos por el senador Domenech.

Claramente, estamos en una situación excepcional. La realidad que están viviendo el Uruguay, la región y el mundo no es normal, y ante situaciones excepcionales se requieren medidas excepcionales.

Por supuesto que nosotros no vamos a interferir en las estimaciones económicas ni en las políticas respectivas del equipo económico, pues está tratando de enderezar una situación que encontró bastante complicada en marzo del 2020, a la que se sumaron la pandemia y, ahora, las consecuencias de esta guerra en Europa. No obstante, tenemos la visión de que estas medidas quedan cortas. Por supuesto que vamos a votarlas porque creemos que es un paso que se da, pero consideramos que hay que profundizar en estas medidas. En ese sentido, estamos haciendo propuestas sobre otros productos cárnicos –como, por ejemplo, la aguja, la falda, la carne picada, algún corte de pollo– y, fundamentalmente, sobre una canasta básica de distintos productos ‒para ello no se precisa ley‒, en acuerdo con las grandes superficies que, en este momento, tienen que retribuir en algo al Estado todos los beneficios que les ha dado a lo largo de los años y durante muchos períodos, no solo en este Gobierno, sino también, y aún más, en anteriores. Hace poco vimos, por ejemplo, a un importante empresario anunciar, con bombos y platillos, que se le concederán permisos para treinta nuevos supermercados. Creemos que todos esos beneficios que el Estado les da o les ha dado deben ser retribuidos, en este momento excepcional que estamos viviendo, con una canasta de productos determinados. Todos sabemos bien cuáles son los productos básicos que se consumen y, sobre todo, los que consumen aquellos más postergados de nuestra sociedad. Dicha canasta deberá tener un tope máximo de precio, lo que, tal vez, solamente le quite la ganancia a esa gran superficie, pero nada más. Nadie les está pidiendo a esas grandes superficies que donen nada ni que pierdan dinero, pero debe haber una veintena de productos con un tope máximo en el que esas grandes superficies no tengan ganancia y el pueblo uruguayo, sobre todo los más humildes, puedan sobrevivir y salir adelante en esta situación de excepción. Creemos también que el tiempo a considerar deberá ser, al menos, hasta que pase el invierno, es decir, de aquí a seis meses.

Esa es nuestra posición.

No obstante, vamos a acompañar este proyecto de ley porque entendemos que va en el camino correcto, aunque, repetimos, debe ser complementado con otras disposiciones que estaremos proponiendo en las próximas horas.

Muchas gracias, señora presidenta.

SEÑOR SABINI.- Pido la palabra para una aclaración.

SEÑORA PRESIDENTA.- Tiene la palabra el señor senador.

SEÑOR SABINI.- El miembro informante sui géneris que tenemos –porque no hay informe– no respondió las preguntas que hicimos.

Entonces, lo que quiero preguntar a la bancada oficialista es cómo se llega al precio de $ 230. Nosotros tenemos un asado que cuesta $ 350 el kilo y, si le sacamos el IVA, pasaría a costar $ 318. Díganme si estoy equivocado. Por ende, le pregunto, ya que no respondió ninguna de las preguntas que hicimos, cómo se llega a esos $ 230.

SEÑORA PRESIDENTA.- Si le parece, señor senador, lo dejamos para el final por si surge alguna otra pregunta.

SEÑORA KECHICHIAN.- Pido la palabra para una aclaración.

SEÑORA PRESIDENTA.- Tiene la palabra la señora senadora.

SEÑORA KECHICHIAN.- Señora presidenta: acabamos de escuchar al senador Manini Ríos decir que ellos tienen una propuesta en el sentido de incorporar nuevos cortes. Simplemente, queremos saber si esa propuesta ha llegado a la Mesa, porque nosotros, como coordinadores de la bancada del Frente Amplio, no la conocemos.

SEÑORA PRESIDENTA.- No, no ha llegado ninguna propuesta a la Mesa.

SEÑOR LUST.- Pido la palabra.

SEÑORA PRESIDENTA.- Tiene la palabra el señor senador.

SEÑOR LUST.- Señora presidenta: como mi pasaje por aquí será efímero –acá no soy locatario–, ante todo quiero agradecer la calidez y el respeto con el que he sido recibido por todos los integrantes de este Cuerpo.

También quiero decir que estoy muy orgulloso de ser parte de la Cámara de Representantes, pero el Senado tiene la particularidad de que en todos los regímenes de gobierno –imperios, repúblicas y monarquías–, siempre, como Cuerpo, ha estado presente. Es decir que, si bien el Poder Legislativo es un órgano ciento por ciento democrático –porque todos quienes están acá tienen el voto del cuerpo electoral–, el Senado posee la particularidad de ser la institución legislativa que ha sobrevivido a todos los regímenes. Y como he dedicado buena parte de mi vida a su estudio, debo decir que el hecho de que hoy me encuentre acá –circunstancialmente o, digamos, por un rato–, en lo personal me produce una gran satisfacción. Por eso quería robar estos dos minutos para, simplemente, agradecer al Cuerpo y a quienes ahora son mis compañeros de cámara, así como a Cabildo Abierto en particular, la oportunidad que me han dado.

Digo, además, que cuando llegue el momento de la votación en particular voy a solicitar que se me conceda la palabra a fin de hacer alguna sugerencia, que ciertamente no cambiará el texto, el sentido ni el espíritu de la norma, pero sí corregirá un aspecto gramatical que, a mi juicio, puede sumar. De todas formas, ello será sometido a consideración del Cuerpo en su debido momento.

Muchas gracias.

SEÑORA PRESIDENTA.- En oportunidad de analizar el texto en la discusión particular, le concederemos la palabra.

SEÑOR DOMENECH.- Pido la palabra para una aclaración.

SEÑORA PRESIDENTA.- Tiene la palabra el señor senador.

SEÑOR DOMENECH.- Quiero aclarar algo, porque hoy mencioné a Luis Batlle Berres y no mencioné a Herrera, quien antes de morir dijo: «… Cuiden que no pongan impuestos a las clases necesitadas. Y se detuvo, conmovedoramente: “Cuidado con el kerosén, cuidado con el pan, con el boleto…”».

SEÑORA PRESIDENTA.- Gracias, señor senador. Si le parece, se adjuntará a sus palabras.

SEÑOR DOMENECH.- Gracias.

(Dialogados).

SEÑOR ANDRADE.- Pido la palabra.

SEÑORA PRESIDENTA.- Tiene la palabra el señor senador.

SEÑOR ANDRADE.- Señora presidenta: creo que estamos ante dos proyectos de ley –este es uno de ellos– que intentan atender una situación dramática con medidas absolutamente insuficientes. La situación dramática tiene que ver con una combinación doble: no solamente refiere al incremento de precios, que tiene múltiples factores, sino a un conjunto de medidas que han profundizado la desigualdad. La desigualdad no se genera sola, sino por la ausencia de políticas para amainarla.

El sector agropecuario ha tenido un año formidable; el país ha tenido un año formidable desde el punto de vista de sus exportaciones. Ha habido ganancias récords. Uno puede repasar sector por sector de la economía –como la carne, el trigo, la leche, el arroz– y, sin embargo, el resultado…

(Interrupciones).

–Señora presidenta, pido que no se me interrumpa. Acá falta escuela pública. Cuando uno habla, el otro escucha. ¡Falta escuela pública! Me refiero a un poquito de respeto para empezar a escucharnos entre legisladores y parece que, justamente, el miembro informante no lo tiene.

(Dialogados).

–Voy a pedir que se me ampare en el uso de la palabra.

SEÑORA PRESIDENTA.- Voy a pedir a todos que escuchen cuando hay un señor senador haciendo uso de la palabra. Eso sí, se lo vamos a pedir a todos.

Puede continuar el señor senador.

SEÑOR ANDRADE.- Entonces, durante ese año, en ese mismo sector hubo un crecimiento económico excepcional que coincidió con la pérdida de puestos de trabajo. Según datos del Banco de Previsión Social, arrancamos con 117.619 puestos de trabajo en los sectores agropecuario, de la forestación y de la pesca, y culminamos en noviembre de 2021 –último dato disponible; a veces el dato mata el relato– con 111.921 puestos de trabajo. Quiere decir que en el sector primario no se generaron mayores puestos de trabajo y, a su vez, se perdieron salarios, que ya de por sí estaban sumergidos.

Nosotros estamos cuestionando una política que tiene impacto, porque la carestía se siente en los bolsillos del pueblo trabajador que fue afectado. Cuando el discurso dice: «No nos metimos con el bolsillo del pueblo trabajador», parece ignorarse que en la inmensa mayoría del pueblo trabajador hay salarios y jubilaciones; justamente, en los salarios y jubilaciones es donde se ajustó la economía. En definitiva, este es el contexto en el que estamos discutiendo el incremento de todos –reitero: ¡todos!– los precios de la canasta familiar. Cualquiera que recorra una feria, que vaya a comprar un kilo de bizcochos –fui panadero durante años, pero dejo que otros hablen de pan sin problema– o un litro de aceite sabe de las enormes dificultades que existen. Lo que muchos de nuestros conciudadanos no se explican es cómo puede ser que se celebren datos económicos cuando la gente está viviendo peor o, por lo menos, cientos de miles de uruguayos están viviendo peor por una razón elemental: se deterioró la capacidad de consumo. Si esta es la problemática que queremos atender –parece razonable hacerlo porque, como se decía, el mercado no está asignando bien; nunca lo hace, eso es obra de la política– lo que deberíamos poner en consideración son políticas mucho más potentes para los sectores afectados –en particular, para los quintiles de más bajos ingresos, que son los que ven que los precios de los alimentos se han incrementado por encima de la inflación, como explicaba de manera excepcional el senador Olesker– o en un paquete de medidas que pueden ir desde el aumento del salario mínimo, el aumento de las prestaciones, las mejoras en las tarifas o las mejoras en el acceso a los subsidios básicos, pero nadie puede pensar que le cambiamos la vida a alguien con treinta días de rebaja del IVA en el precio de un corte de carne. La montaña no parió un ratón, sino algo más chico que un ratón. Entonces, deberíamos reconocer con honestidad que esta problemática continuará el jueves, luego de que Uruguay clasifique para participar en la Copa Mundial de Fútbol, para no generar una expectativa que es absolutamente desmedida.

Con el problema económico que hoy sufren cientos de miles de uruguayos –alcanza recorrer los barrios para encontrarlos– no podemos hacer alharaca de que les estamos dando respuesta a los comerciantes y a los pequeños bolicheros. Me sumo a lo expresado sobre el impacto que generan algunas de esas transnacionales, no solamente en términos de afectación de los pequeños bolicheros, sino también de las relaciones laborales. Denunciábamos la política arbitraria de despidos que está aplicando la misma multinacional que también denunciaba acá un senador preopinante. Pero, ¡fíjese qué interesante, señora presidenta! El aumento neto de los derivados financieros pasó de 27:000.000 en el primer trimestre de 2020 a 808:000.000 en el primer trimestre de 2021. Acá se discutió este tema y se dijo que se gobernaba para la banca, pero parece que estos datos no nos conmueven. Los movimientos de los agentes residentes de la economía local con el exterior –los activos de cartera de inversiones, es decir, todas las transacciones que no implican participación de las empresas del exterior–, en el primer trimestre del año pasado se incrementaron en USD 3.239:000.000. ¡Hay sectores que la están haciendo a paladas!, y eso es parte de lo que tenemos que discutir. ¡Es difícil pensar en una economía que atienda y dé respuesta a los sectores más castigados por el aumento de precios por la especulación, si no tenemos en cuenta que hay otros sectores! Claro, ¡es muy difícil!

Bien decía el senador Olesker que tuvimos una rebaja salarial homogénea, salvo en los lugares en que los sindicatos la frenaron. En algunos de esos casos, como en la industria frigorífica, nacieron abogados a rolete en la correspondiente cámara, algunos fundamentando en términos económicos que las plataformas que pedían los trabajadores eran imposibles. Sin embargo, esas empresas, después de culminada la negociación, ¡le otorgaron lo que pedían a aquellos trabajadores que no habían hecho paro como una medida de discriminación repugnante! Ante esto, tuvimos silencio. ¡Estas cosas también pasaron en el Uruguay durante estos meses!

Vamos a aprobar este proyecto de ley porque, por las señales que hemos tenido, nos parece que el Estado debe intervenir, pero no podemos subirnos al relato de que estamos atendiendo el drama y la angustia de cientos de miles de familias que hoy tienen gigantescas dificultades para llegar a fin de mes con una medida tan minúscula.

Dado que hay preocupación por parte de varios señores senadores en ampliar la canasta de rubros a los que hay que atender –por lo menos en la retórica de acá adentro–, esperamos trabajar en iniciativas concretas –no de apuro, dos días antes de una elección para quitar toda suspicacia– para atender el drama de miles de uruguayos, en un país que produce treinta millones de alimentos y que, según la cátedra de Alimentación, tiene veintinueve uruguayos cada cien en la inseguridad alimentaria. ¡Esa situación es inaceptable para Uruguay! Por lo tanto, debemos pensar en políticas mucho más profundas que esta.

Muchas gracias.

SEÑORA BIANCHI.- Pido la palabra.

SEÑORA PRESIDENTA.- Tiene la palabra la señora senadora.

SEÑORA BIANCHI.- Señora presidente: se nos pidió humildad y, por supuesto, la tenemos, pero todos debemos tenerla cuando se hacen estos análisis. No tiene nada que ver con ser o no pasional cuando se dicen las cosas. Uno puede ser sumamente soberbio –lo he dicho otras veces en esta sala– con un tono de voz suave, o puede ser muy humilde con un tono de voz pasional. El tema pasa por otro lado.

Sinceramente, no sé cómo se llega a los $ 230. Si lo dijera, mentiría. Confío en quienes tomaron las decisiones y, por lo tanto, honestamente, no me voy a poner a discutir eso, pero sí me parece que falta humildad en reconocer algunas cosas.

En primer lugar, a nadie –repito: a nadie; y si se interpretó así aclaro que no le enmiendo la plana a nadie porque no soy quién, y porque conozco al equipo económico y al presidente de la república– jamás se le pasó por la cabeza que esto podía solucionar el problema que tenemos y que venimos arrastrando desde antes de la pandemia. Tenemos un presidente que no pasa facturas, pero todos sabemos en la situación en que encontramos al país. En consecuencia: ¡humildad para todos!

En segundo término, sí hay una variable de ajuste –que en lo personal lamento profundamente– que es el referéndum, pero para tirios y troyanos. Si somos humildes y vamos a poner todo sobre la mesa, sabemos que influye en todos. No nos responsabilicen a nosotros y tampoco vamos a responsabilizar a la oposición en el día de hoy, pero sí la responsabilizamos de cómo se han posicionado o parado como uruguayos frente a las situaciones gravísimas que Uruguay empezó a vivir antes de 2019, porque ya veníamos con una economía en recesión.

Por suerte, tengo las cifras que me dan los que saben y puedo entenderlas –no se necesita ser Einstein para ser economista–, pero no puedo desarrollarlas como hace el señor senador Olesker que, dicho sea de paso, no me gusta cómo lo hace porque no sé qué propuesta de economía quiere. El señor senador sabe que lo aprecio mucho y lo respeto enormemente desde el punto de vista intelectual, pero tenemos posiciones diferentes.

Acá están las cifras, que con toda honestidad y humildad ofrecemos, porque además fueron públicas y notorias. La señora ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche, es una persona que explica las cosas muy bien y es muy humilde. Siempre celebro tener una ministra de Economía y Finanzas que entiende que los ciudadanos no tenemos por qué saber de todo y, reitero, nos explica las cosas con una enorme humildad; tiene un gran espíritu de trabajo y, aunque es mujer y tiene hijos, está siempre al pie del cañón. Está acá su presentación Situación y perspectivas macroeconómicas del Uruguay y fue el resultado de cómo se manejó la pandemia.

En consecuencia, con un espíritu enormemente positivo –aunque me indigna– sí responsabilizo a la oposición de dos cosas. En primer lugar, de no haber usado –en el buen sentido– o tomado la pandemia como variable de ajuste; es como si la pandemia no hubiera existido en el mundo. Eso lo vivimos desde que empezaron los caceroleos a los dos días de haber estallado la pandemia y de haberse decretado la emergencia sanitaria por parte del Gobierno. Yo dije acá que fue una guerra. Hay gente que es muy graciosa y otros que son muy ordinarios, pero veo todas esas cosas que hacen en YouTube; no voy a nombrar a nadie porque es darle visibilidad. Sí fue una guerra biológica y lo sigue siendo el tema que tenemos con la covid. Es como un déjà vu. Al principio de nuestro Gobierno, sobre todo cuando se nos atacó al comenzar el tratamiento de la LUC, dije: «Esto era una guerra, señores, y ni siquiera los países desarrollados saben cómo enfrentarla». Hoy hay rebrotes en países muy desarrollados, y nosotros seguimos con nuestro estilo, a la uruguaya, con la libertad responsable, con un presidente que lidera. Los palos en la rueda, mejor dicho –me corrijo; voy a usar una expresión que no se vincule a la campaña del referéndum–, los inconvenientes y las críticas exacerbadas, estar permanentemente citando a los ministros, hablar de las muertes evitables y de homicidas, todo lo que se nos dijo –también lo hizo el Sindicato Médico del Uruguay cuando señaló que iban a colapsar los CTI–, y nosotros siempre de atrás, tratando de resolver todo. ¡Y lo hicimos muy bien! No lo decimos nosotros, sino grandes consultoras internacionales. Estamos entre los diez mejores países del mundo en la administración de la pandemia y entre los cinco mejores con respecto a la vacunación.

¿Se acuerda, señora presidente, cuando se dijo que las vacunas eran truchas? ¿Se acuerda cuando se dijo que las vacunas no iban a aparecer? ¿Se acuerda cuando algunos líderes de la oposición –que ahora no están en el Senado– dijeron que no íbamos a llegar a vacunar a tiempo, que íbamos a ser los últimos de América Latina? Eso afectó muchísimo algo que todos reconocemos como fundamental, que es el estado de ánimo de la gente. Lo que necesitábamos, independientemente de a quién hubiéramos votado, era que todos nos encolumnáramos para tratar de salir de esa situación. No se dio y fue peor: nos metieron en un referéndum dificilísimo, que además la oposición sabe que 135 artículos

(Interrupciones).

–Sabe usted que no soy cultora de la literalidad; en consecuencia, todo tiene una base de razonamiento. La literalidad –lo reitero porque parece que no se entiende– es algo que no me caracteriza porque me gusta llegar a las conclusiones por un proceso de razonamiento lógico, ya que, de lo contrario, no se entiende o son monosílabos.

Esto es el Senado de la república y sería bueno que lo recordáramos.

Pregunto, con todo respeto, qué hubiera sido, por ejemplo, si en nuestro país se hubiera podido enfrentar la pandemia entre todos –obviamente con las diferencias que existen, ¡claro que sí!–, si lo hubiéramos hecho con otra colaboración. ¿Qué hubiera sido del país si no hubiéramos tenido una campaña electoral inesperada que, además, cuesta muchos millones de dólares?

Entonces, señora presidente, ni una cosa ni la otra. Nadie dice que este proyecto de ley vaya a resolver el problema de las personas vulnerables, y si alguien lo entendió así, ratifico que no. Si alguien piensa que un presidente que tiene un 55 % de aprobación de su gestión necesita un proyecto de ley como este a dos días del referéndum, es que no está leyendo lo que la gente piensa.

(Murmullos en sala).

–Todo el mundo pide que se lo ampare en el uso de la palabra y voy a pedir lo mismo.

SEÑORA PRESIDENTA.- Pido a los señores senadores que hagan silencio.

SEÑORA BIANCHI.- Cuando me toca estar en su lugar, señora presidente, amparo a todo el mundo en el uso de la palabra, así que le agradezco muchísimo. No me gusta que la gente hable, así sea de mi partido o de la coalición.

Me hice una planilla Excel para explicar la LUC; en realidad no se habló de la ley, pero sí de toda la situación económica. No estamos en una situación económica de catástrofe.

SEÑORA PRESIDENTA.- Estoy siguiendo todo su razonamiento y lo que le voy a pedir es que se remita al tema que tenemos a consideración.

SEÑORA BIANCHI.- Tengo veintiún minutos y diecinueve segundos todavía.

Acá se dijo que la gente tiene hambre; acá se habló de niveles de marginalidad –perdón, no sé si fue esa la palabra que se utilizó– ¡y eso hay que contestarlo! Los indicadores de consumo están mejorando. Antes se nos decía que Uruguay estaba bien porque se vendían muchos autos cero kilómetros y la gente se iba de turismo. Sí. Estamos viviendo en una situación bastante normal en lo que refiere a la realidad del país. En consecuencia, no voy a permitir –en este tono con el que estoy hablando– que se pretenda utilizar un proyecto de ley que simplemente busca que se permita el acceso a un producto a determinada cantidad de personas –no sé cuántas y creo que nadie lo sabe–, cuando en realidad no es una medida aislada. ¡No lo voy a aceptar! A eso iba, señora presidente.

De junio a diciembre tenemos un PBI de 4,5 %, alcanzando el nivel de la prepandemia; superamos los niveles de la prepandemia en cuanto a récords de producción de bienes en dólares y de producción industrial; alcanzamos un 80 % de los puestos de trabajo perdidos en el 2020, y 48.500 puestos en el 2021; 80 % de las personas salieron del seguro de desempleo porque fueron recontratados en el 2021; 50.000 personas salieron de la situación de pobreza, y aunque tampoco coincido con que solo se midan los niveles de ingreso, si lo usaron durante un período de quince años de bonanza económica lo puedo usar yo en un período de crisis.

En el 2019 había 42.965 niños menores de seis años en situación de pobreza; ahora tenemos menos cantidad: 38.911. ¿Nos gusta? No, pero pasamos la pandemia, con muchos inconvenientes y sin colaboración.

Por otro lado, tenemos 57 % de transferencias sociales en 2020 y 25 % en 2021, alcanzando a más de un millón de personas, de manera de mitigar la pandemia. Hubo 11.000 créditos garantizados por USD 378:000.000; se apoyó a 9000 empresas, de las cuales el 99 % son micro-, pequeñas y medianas empresas; USD 3.000:000.000 se usaron para incentivos; hubo más de 7000 empleos por proyectos presentados; el egreso del Fondo Solidario COVID-19 en 2020 fue de 727:000.000, y en 2021 de 426:000.000 –total: 1.153:000.000– y ahora ya estamos alcanzando los 2.000:000.000. En cuanto a la distribución de egresos del fondo covid y las medidas económicas de empleo, se gastaron 412:000.000; las medidas de apoyo social fueron por 293:000.000; las medidas sanitarias alcanzaron los 448:000.000. Estos son números. Siempre digo que los números no se militan, sino que se respetan. El déficit fue de 4,2 %, cuando el proyectado en la rendición de cuentas era de 4,9 %. O sea, hemos mejorado nuestras proyecciones. No quiero ser malinterpretada en el sentido que pretendo dar a la intervención, pero fui diputada en los cinco años pasados y no le embocaron a un solo indicador; siempre se pasaron de todo.

El resultado fiscal estructural fue de -2,6 %, cuando la rendición de cuentas previó -3,2 %. El tope de gasto, variación real, egresos primarios y BPS fue 2,3 %. La variación real fue de 1,7 %. El tope de endeudamiento fue de 2.990:000.000, cuando el límite legal era de 2.300:000.000 más la cláusula de salvaguardia del 30 %. Y el endeudamiento neto en el 2021 fue de 2.563:000.000; o sea, 427:000.000 menos. No necesito pasar por la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración para entender que son USD 400:000.000 menos.

Por otra parte, tenemos la regla fiscal –que resulta que cuando estábamos discutiendo la LUC no era una regla fiscal, pero ahora sí lo es–, en la que se cumplieron los tres pilares: la deuda neta –en porcentaje del PBI– al fin de cada período fue de 56,3 % en el 2020, con una deuda bruta de 51,4 %; y de 51,1 % en el 2021, con una deuda bruta de 59,6 %.

En cuanto a los gastos e intereses –en porcentaje del PBI–, en 2020 fue de 2,8 % y en 2021 de 2,3 %, o sea, menos que el quinquenio anterior.

Sobre la evolución de la calificación crediticia de la agencia Fitch Ratings, entre los países con perspectiva negativa prepandemia –reitero: con perspectiva negativa prepandemia–, solo Uruguay, en diciembre de 2021, aumentó la perspectiva crediticia. El riesgo país a febrero de 2022 fue de 136 puntos; menos que el de Argentina, México, Colombia, Brasil, Panamá, Perú y Chile.

La proyección para el 2022 –y como venimos cumpliendo incluso mejor de lo proyectado yo confío en que este equipo económico pueda cumplir– es de un crecimiento del PBI real de 3,8 %; 40.000 nuevos empleos; 400:000.000 para el fondo covid; resultado fiscal, -3,1 %; egresos primarios, 2,2 % tope, más 2,1 % –miren que entiendo lo que quiere decir cada cosa; lo escribo para no equivocarme, porque yo soy humilde y sé cuáles son mis limitaciones intelectuales–; resultado fiscal estructural, 2,4 %; tope de endeudamiento neto, 2.100:000.000. La verdad es que no los quiero seguir aburriendo.

Entonces, seguimos necesitando, señora presidente, que la gente confíe, que la gente tenga el espíritu emprendedor que este país debe estimular. Nosotros seguimos necesitando que pensemos en el siglo XXI y no en medidas del siglo XX ni en medidas de la década de los sesenta. ¡Por supuesto que nosotros tenemos discrepancias dentro de la coalición! ¡Por cierto que sí, y las respetamos! Nosotros no tenemos unidad de acción; acá cada uno puede pensar y proponer lo que quiere, porque tenemos ciertas diferencias, excepto en lo que hace al documento Compromiso por el País. Ahora bien, que quede claro que lo que nosotros no vamos a hacer, señora presidente, es populismo –se habla de populismo de derecha o de izquierda; no hay populismo de izquierda o de derecha, lo que hay es populismo– con medidas que nos conviertan, por ejemplo –si no quieren ir muy lejos–, en la Argentina.

En consecuencia, señora presidente, ubiquemos este proyecto en lo que es. Es esto y nada más. Si quieren adjudicar intenciones, adjudiquen intenciones; no hay cosa peor que juzgar a los demás por debilidades propias. Pero no olviden, señora presidente –y con esto termino–, que nosotros no tuvimos casi quince años de bonanza económica. Yo no creo en Dios; soy absolutamente atea –si eso es posible–, pero que la suerte existe, existe, y no la tuvimos. Además, ¿por qué es «suerte»? Y si quieren ponerla entre comillas, la ponemos. Porque somos un país dependiente y, a pesar de la bonanza económica, no perdimos ni un ápice de país dependiente; es más: la profundizamos en muchos rubros.

Hay una cosa, señora presidente, que me duele mucho: no hay una guerra entre Rusia y Ucrania. Me podrán decir que está fuera de tema, pero también se habló de eso y si se dice tengo derecho a contestar; algún día los colegas entenderán cómo son los debates en el Senado, y si a alguien no le gusta ser legislador se puede dedicar a otra cosa. Se dijo varias veces por parte de la oposición –además, lo dieron a conocer en una declaración– que lo que hay es una guerra entre Rusia y Ucrania. ¡No! Lo que está viviendo el mundo –y por primera vez se está viendo por celular– es una invasión de una potencia totalitaria sobre Ucrania, que está matando a niños, a jóvenes, a ancianos. ¡Uno no puede creer que la humanidad haya aprendido tan poco!

Como nosotros aprendimos bastante, solamente pedimos menos agresividad en las medidas. Nosotros, en realidad, hacemos hincapié en las medidas, de la misma manera que pretendimos defender los artículos de la LUC. Queremos que se nos dé un poco más de tiempo, que se nos deje gobernar y que no se nos subestime –porque no lo merece nadie: ni la oposición ni el oficialismo– al grado de que podamos creer que este proyecto de ley es solución a nada de fondo. ¡Falta mucho para que el Uruguay resuelva las cosas de fondo!, entre otras cosas, recuperar la educación, que es lo único que nos va a permitir ser un país del siglo XXI a través de la ciencia y la tecnología.

Gracias, señora presidente.

SEÑOR ANDRADE.- Pido la palabra para una aclaración.

SEÑORA PRESIDENTA.- Tiene la palabra el señor senador.

SEÑOR ANDRADE.- Señora presidenta: en primer lugar, celebro que tengamos un consenso respecto a que no estamos resolviendo los problemas de fondo ni acercándonos a resolverlos.

En segundo término, el dato de que la inseguridad alimentaria grave en el Uruguay es de un 6,4 % y la inseguridad alimentaria moderada es de un 23,2 % es de la Escuela de Nutrición, referido a la FAO. Este problema no nace en marzo de 2020; es un problema estructural complejo. En todo caso, teniendo esta problemática como punto de partida, lo que sí decimos es que la carestía de los alimentos y el poco crecimiento de los salarios mínimos la profundizan. Digo esto para intentar entendernos en lo que queremos discutir y para poder pensar soluciones que realmente atiendan lo grave que sería que nos parezcamos a América Latina, donde este problema trepa al 40 %.

Gracias, presidenta.

(Dialogados).

SEÑORA BIANCHI.- Pido la palabra para una aclaración.

SEÑORA PRESIDENTA.- Hacer una aclaración de una aclaración no es posible de acuerdo con el Reglamento.

SEÑORA BIANCHI.- Entonces, pido la palabra para contestar una alusión.

SEÑORA PRESIDENTA.- Tiene la palabra la señora senadora.

SEÑORA BIANCHI.- Los senadores que hicieron el Reglamento tuvieron en cuenta todas las posibilidades.

Puedo tener muchas cosas en común con el senador Andrade y también con muchos miembros de la oposición, pero tengo muchas discrepancias en cómo llegamos a las transformaciones. Ahora bien, no pueden tildarnos de no tener sensibilidad. El propio senador Andrade, con su honestidad intelectual, sabe que yo lo respeto mucho y que las discusiones que tenemos son de dos personas que se aprecian.

Vuelvo a decir lo mismo: a comienzos del siglo XX José Batlle y Ordóñez tuvo cincuenta años de bonanza económica y el país fue lo que fue. La actual oposición tuvo casi quince años de bonanza económica. Entonces, la pregunta es qué pasó. Y no voy a recordar dónde se despilfarró la plata. Yo recuerdo solamente –porque me duele– lo que sucedió en la educación. Si hoy tuviéramos una educación de calidad, podríamos tener niveles de empleo realmente importantes, que es lo que más nos dicen todos, desde los empresarios internos a las agencias internacionales o consultores en educación, muchos de ellos incluso de la confianza de la oposición y que yo sigo muchísimo, porque si hablan en serio de educación los sigo. El gran problema que tenemos es el desastre que hay en la educación. ¿Qué pasó con los USD 2.000:000.000 por año que se destinaron a la educación en estos quince años del Gobierno del Frente Amplio? Eso es lo que necesitamos para salir adelante y ni eso tenemos.

Gracias, señora presidente.

SEÑORA DELLA VENTURA.- Pido la palabra.

SEÑORA PRESIDENTA.- Tiene la palabra la señora senadora.

SEÑORA DELLA VENTURA.- Señora presidenta: realmente hemos escuchado hablar de muy diferentes temas, pero trataremos de centrarnos en el que nos atañe.

Nosotros vamos a votar en forma afirmativa este proyecto de ley porque, aunque sea algo muy minúsculo dentro de la totalidad de los productos de la canasta básica, se aporta algo. Y todo lo que sea algo, aunque sea minúsculo, lo vamos a acompañar, pensando en que a algunas personas va a beneficiar.

Entre todas las intervenciones se han demostrado diferentes cosas. Por un lado, el incremento de precios no tiene que ver, justamente, con la supuesta invasión a Ucrania, que lógicamente no compartimos, porque somos pacifistas y ninguna guerra nos parece bien. De todos modos, queríamos dejar constancia de que no vimos ni escuchamos en su momento igual preocupación, por ejemplo, cuando –con la excusa de que tenía armas atómicas– se invadió Irak por parte de otra potencia que no era Rusia. Queríamos dejar esa constancia porque aquí se hizo referencia a la guerra, pero a veces las invasiones son condenadas de acuerdo con quién las lleva adelante, pero no con un criterio general.

Para hacer referencia concretamente al tema que nos reúne en el día de hoy, debo decir que también se comprobó que no existe una política distributiva que se aplique para beneficiar a quienes menos tienen, sino que, por el contrario, quienes se están beneficiando –de acuerdo con los números– son los sectores más pudientes. El mundo de maravillas que nos plantea quien me antecedió en el uso de la palabra no se condice con la realidad. Cualquiera que ande por la calle y converse con la gente sabe que las personas están peor y que se está afectando mucho el poder de compra de los sectores más postergados.

También quedó aquí expresado que no hay garantías de que se pueda controlar, realmente, que la rebaja del precio de este asado llegue al consumidor y no quede en otras partes, como intermediarios u otros sectores. Ese control seguramente no se va a efectuar. Veremos, entonces, cómo se va a aplicar este descuento del IVA.

Además, esta medida no tiene relación con la gran pérdida de salarios y de jubilaciones que viene dándose en estos años y que están sufriendo los trabajadores y jubilados.

Por otra parte, los productos fundamentales de la canasta para un hogar son muchos más, evidentemente, que este asado.

Consideramos que este tipo de medidas podrían haberse tomado antes, porque sabemos que los números venían viéndose, como expresó el señor senador Olesker, desde hace bastantes meses. Entonces, ante el hecho de que esto se dé ahora y en principio solo por un mes, no podemos más que pensar que las dos medidas que se van a tomar hoy aquí –y que vamos a apoyar– están vinculadas a lo que va a ocurrir el próximo domingo y, seguramente, serán anunciadas con mucha pompa en la conferencia de prensa de mañana. Queremos que se nos permita pensar esto.

Por último, señora presidenta, en ese mundo diferente al real se ha mencionado la baja de la pobreza con énfasis en los niños manifestada por la ministra Arbeleche. Sin embargo, los economistas y quienes saben de esto han demostrado que en ese descenso anunciado por la ministra se tomaron parámetros que tenían que ver con la franja etaria de los niños, pero que en el conjunto de niños y adolescentes no es real. En realidad, la pobreza ha aumentado en esos sectores etarios.

Gracias, señora presidenta.

SEÑOR CAGGIANI.- Pido la palabra.

SEÑORA PRESIDENTA.- Tiene la palabra el señor senador.

SEÑOR CAGGIANI.- Nosotros vamos a acompañar este proyecto, como lo adelantaron los compañeros senadores de la bancada del Frente Amplio.

En mi caso, soy uno de aquellos a quienes les había generado grandes expectativas los anuncios del señor presidente de la república acerca de las medidas que iba a tomar el Gobierno nacional en lo que respecta al incremento de precios de la canasta básica. Y soy también uno de los defraudados, por lo menos hasta ahora, en términos de lo que han sido las propuestas y las concreciones de esas propuestas.

En primer lugar, me siento defraudado por la forma. Lo señalaba el señor senador Sabini, pero me parece que corresponde insistir en el punto. Creo que se está instalando una forma de legislar –y desde el Frente Amplio lo vamos a expresar cada vez que corresponda– que consiste en enviar al Parlamento nacional, de manera exprés, la resolución de algunos temas que generalmente necesitan otro tipo de tratamiento. Me refiero a la necesidad de convocar a las autoridades correspondientes para despejar dudas, por lo menos de quienes estamos en la oposición en este momento. De hecho, el señor senador Sabini ha hecho una serie de consultas que no se han respondido. Creo que esa no es una buena señal, y me parece que cuando esto se hace de manera permanente erosiona el propio fundamento de este Parlamento. Nosotros venimos aquí a trabajar, todos somos muy responsables, tratamos de estudiar y de entender las situaciones, pero no tener espacios para discutir estos temas, más allá de la urgencia del propio proyecto de ley, es algo que no está bueno. En cierto sentido, la excepción se termina volviendo regla, y eso no es bueno para este Parlamento y menos para la Cámara de Senadores.

Por otra parte, creo que todos hemos dicho que compartimos el objetivo del proyecto. Y considero que es una buena señal del Gobierno reconocer que el incremento de precios desmedido de los principales productos de la canasta básica hoy es un problema para la población. De hecho, eso no sucedía hace un par de meses o no se tomaba públicamente, por lo menos, esa preocupación y se decía que tenía que ver con otros temas. De todas maneras, como bien dijeron mis compañeros –y el senador economista Olesker hizo una muy buena exposición sobre la composición del precio y la inflación nacional e internacional–, creo que el proyecto se queda corto. En mi barrio, parafraseando a un fuego artificial, sería como un «cohetito de vieja», porque intenta aplicar sobre un problema que es gigante y muy importante un instrumento que queda corto y que, sin duda, es complejo.

Además –como creo que también se ha dicho aquí por parte de los senadores de la bancada del Frente Amplio–, los impactos son muy reducidos en términos de lo que significa para el bolsillo de las familias que están sufriendo más el incremento desmedido de los precios, pero también en cuanto al esfuerzo que hace en este caso el Estado nacional para atender esta situación. Cuando uno mira eso, parece que los esfuerzos que se realizan están más preocupados por atender la situación fiscal del país que el bolsillo de la gente, y me parece que ese es un error desde el punto de vista, por lo menos, de la situación que se está viviendo hoy.

Ni que hablar del instrumento que se eligió y la forma. Tenemos dudas –y en ese sentido haber sido Gobierno nos significa tener alguna experiencia– de que la reducción del IVA se refleje en los precios de las carnicerías de cada uno de los barrios en donde vivimos, porque a veces los intermediarios terminan quedándose con una parte de la reducción impositiva y no se traslada al consumidor final. Quizás el senador Da Silva nos pueda despejar esa duda, porque creo que ese es un elemento importante.

Además, hay otros temas que nos preocupan. La situación del incremento de los precios en la economía es infernal. Puede haber explicaciones. El senador Da Silva hizo una muy buena exposición acerca de la crisis internacional. Pero de hecho lo que está sucediendo es que no hay medidas concretas del Gobierno que atiendan esa situación de manera adecuada. Es cierto que esta es una medida, pero es muy corta, muy concreta, muy específica, y tiene un impacto muy magro.

Ha habido informes de las más variadas instituciones. Puedo mencionar, por ejemplo, el del Instituto Cuesta Duarte. El senador Olesker hablaba sobre el sitio precios.uy. El incremento del precio del aceite de girasol es abismal, del 60 %: pasó de $ 73 a $ 116. El aumento del azúcar Bella Unión, la que producimos en Uruguay, ha sido de un 47 %: de $ 34 a $ 50. Hay muchos ejemplos y no me voy a detener en cada uno porque seguramente todos los conozcan. El que va a la feria sabe lo que está sucediendo, y no por culpa de los feriantes, que son los que terminan pagando el costo de los intermediarios, y menos de los productores que están cobrando igual o peor que antes.

Entonces, esta situación sin dudas está pegando en el bolsillo de la gente. No hay lugar a donde uno vaya, por ejemplo, a hacer fila para pagar algo, donde no se hable de esto y no se vea como un problema.

Nosotros entendemos que este proyecto es un avance en ese sentido, pero se queda muy corto. Lo vamos a apoyar, sin duda, como hemos acompañado cientos de proyectos que ha enviado el oficialismo de manera exprés al Senado y a la Cámara de Representantes, porque si alivia el bolsillo de la gente en algo, bienvenido sea. Ahora bien, lo cierto es que el incremento de los precios de la canasta básica no está asociado solamente a los vaivenes de la invasión de Rusia a Ucrania y al conflicto bélico; todos sabemos que es así. Hoy podemos tener nuevos coletazos y, sin duda, hay situaciones que hay que atender.

Cuando voy a la carnicería de mi barrio le digo en broma al carnicero que va a tener que contratar seguridad porque ahora, en vez de heladeras, va a precisar un cofre fort, ya que cada quince días aumenta el precio de la carne, y eso no tiene nada que ver con la situación que se está dando por el conflicto bélico, sino, entre otras cosas, con el incremento de las exportaciones a China. Todos sabemos que estamos exportando hasta de lo que uno se descuide. Ahí hay indicadores de las exportaciones que muestran como pasamos de 34 % en 2021 respecto al 2020 y al 2019. Hay rentas que se perciben por valores no solo en términos de volúmenes de exportaciones, sino por valores nuevos o superiores que se están recibiendo por parte de nuestro sector exportador que sería bueno que se vieran reflejados en el precio de la carne. Si acá discutimos el precio de paridad de los combustibles, ¿no sería bueno que discutiéramos el precio de paridad de importación de la carne, por lo menos para el consumo interno y para que los gurises y las personas que viven de un salario bastante magro no tuvieran que pagar los mismos precios que los exportadores? Creo que ahí hay elementos en los que podemos hincar el diente. No digo que sea la solución, incluso creo que es una broma en términos de planteo político, pero me parece que en realidad el esfuerzo se queda corto.

Nosotros somos de los que piensan que esta situación se va a seguir agravando si no tomamos grandes definiciones en este tema. No estamos tomando grandes definiciones. Seguramente todo se vea complejizado por los vaivenes de la política nacional doméstica; el 27 de marzo se va a realizar un referéndum que es muy importante, pero creo que después de eso debemos tomar el toro por las guampas y enfrentar esta situación que es sumamente grave y que está hablando nada más y nada menos que del problema de la alimentación de cientos de miles de uruguayos y que realmente merece un mensaje del sistema político de manera adecuada.

Muchas gracias.

SEÑOR DA SILVA.- Pido la palabra para una aclaración.

SEÑORA PRESIDENTA.- Tiene la palabra el señor senador.

SEÑOR DA SILVA.- Gracias, presidenta. En mi condición de miembro informante es mi obligación aclarar al señor senador Sabini sus dudas.

SEÑORA PRESIDENTA.- En realidad, señor senador, usted no es el miembro informante.

SEÑOR DA SILVA.- Póngale el rótulo que prefiera, señora presidenta, pero no me gusta dejar a un colega con dudas.

SEÑORA PRESIDENTA.- Se lo aclaro para que no sienta el peso de lo que significa ser miembro informante.

SEÑOR DA SILVA.- Cada uno que diluya el peso a su criterio.

Señora presidenta: seré breve porque no quiero dar una clase para explicar qué es una manta de asado. Las mantas de asado salen de los mataderos y de los frigoríficos a la planchada; hay dos tipos: una con pulpón y otra sin pulpón. Esto alimenta la esperanza de que los frigoríficos y los mataderos comercien la manta de asado como habitualmente se hace, con el pulpón de vacío de asado, lo que redundaría en que cada diez kilos de asado, ese pulpón podría quedar exonerado del IVA y de esa manera licuar su precio. Pero lo que está acordado con la cadena de frigoríficos, los distribuidores y los comerciantes, con toda esa cadena de valor, es que con la exoneración del IVA, más el aseguramiento del stock, se pueda tener un asado a $ 230 el kilo. Ese es un esfuerzo de toda la cadena que entiende la situación que se está viviendo, a sabiendas –como bien se dijo y de mí no salió esa palabra– que no va a solucionar el embate inflacionario sobre los alimentos. El acuerdo es un asado tradicional a $ 230 el kilo.

Podríamos extendernos mucho tiempo hablando de las diferentes calidades del asado, como por ejemplo de la dentición del novillo, ya que en el caso de que se tratara de asado de novillo, al incrementar la calidad, aumenta el precio. Podemos también decir que habitualmente el uruguayo come asado de vaca de invernada y no de novillo, y así extendernos hasta el fin de los días hablando de esto.

Ahora bien, el señor senador Sabini y el Senado de la república verán cómo, el día jueves, si se cumple el acuerdo de toda la cadena –que incluye a los carniceros, a los supermercados, a los distribuidores, a los abastos y a la industria–, el Uruguay podrá tener el kilo de asado a $ 230. Me refiero al asado de diez a trece costillas. El resto –las vicisitudes y la descriptiva a las que hacía referencia el señor senador– es harina de otro costal.

Nada más.

SEÑORA PRESIDENTA.- Muchas gracias.

Si no se hace uso de la palabra, se va a votar en general.

(Se vota).

–28 en 28. Afirmativa. UNANIMIDAD.

En discusión particular.

Léase el artículo único.

(Se lee).

SEÑOR SECRETARIO (Gustavo Sánchez Piñeiro).- «Artículo Único.- Exonérase del Impuesto al Valor Agregado, por un plazo de treinta días, contados a partir del día siguiente al de la promulgación de la presente Ley, a las enajenaciones de carne vacuna fresca, congelada o enfriada del corte asado de diez a trece costillas.

La exoneración se aplicará exclusivamente en la hipótesis en que el referido corte sea realizado en el frigorífico o matadero, y sean remitidos al consumo debidamente individualizados.

Facúltase al Poder Ejecutivo, a prorrogar por única vez, la exoneración prevista en la presente norma».

SEÑORA PRESIDENTA.- En consideración.

SEÑOR LUST.- Pido la palabra.

SEÑORA PRESIDENTA.- Tiene la palabra el señor senador.

SEÑOR LUST.- Señora presidenta: si me permite, quiero hacer el siguiente aporte.

Al final del primer párrafo del artículo único, habla del «corte asado de diez a trece costillas». Esta expresión está en singular porque es un tipo de corte. Luego, en el segundo párrafo se dice: «La exoneración se aplicará exclusivamente en la hipótesis…». La palabra «hipótesis» es una conjetura no jurídica, por cuanto sugiero cambiar esa expresión y establecer: «La exoneración se aplicará exclusivamente en el caso…». Se deberían sacar las palabras «la hipótesis en» y continuar: «que el referido corte» –sigue hablando en singular– «sea realizado en el frigorífico o matadero». Aquí se podría agregar «o planta habilitada», porque hay Gobiernos departamentales que tienen su abasto. Luego dice: «… y sean remitidos al consumo debidamente individualizados»; aquí habla en plural. En realidad, lo que se remitirá es el corte, en singular. Entonces, debería decir: «y sea remitido al consumo debidamente individualizado». ¿Qué es «remitido»? El corte de asado de diez a trece costillas. No cambia nada, pero creo que mejora el texto.

SEÑOR DA SILVA.- Pido la palabra.

SEÑORA PRESIDENTA.- Tiene la palabra el señor senador.

SEÑOR DA SILVA.- Señora presidenta: acabo de hacer la explicación por la cual hay que tomarlo en plural.

Cada planta frigorífica, abasto o matadero tiene una forma de entregar la manta de asado en la planchada. Hay algunos que lo hacen con el pulpón –créanme, señores senadores, que fue una discusión en la que vi una posibilidad de aprovechar el pulpón– y otras que van sin pulpón; eso depende de cada planta. Son dos cortes distintos: asado de diez a trece costillas con o sin pulpón. ¿Qué hace el carnicero cuando recibe el asado con pulpón? Se lo saca. Por eso la expresión está en plural. De otra manera incurriríamos en una innovación que después nos podría llegar a complicar.

En el caso de «la hipótesis», como usted es abogado, senador, si quiere cámbielo, pero los cortes son dos: lo que va en la plancha es la manta de asado con pulpón o sin pulpón.

SEÑORA PRESIDENTA.- Entonces dejamos lo de los cortes, pero tenemos el tema de qué hacer con lo de «la hipótesis».

(Dialogados).

–Un poco de orden, por favor.

El señor senador Lust ha hecho una apreciación. En principio, cuando habla de cortes, quedaría el plural. Luego, en el segundo párrafo, el senador prefiere, en virtud de un tema jurídico, que exprese «se aplicará exclusivamente en el caso que el referido corte sea realizado».

SEÑORA DELLA VENTURA.- Pido la palabra.

SEÑORA PRESIDENTA.- Tiene la palabra la señora senadora.

SEÑORA DELLA VENTURA.- Atendiendo a lo señalado por el señor senador Da Silva, en lugar de «el referido corte» debería decir «los referidos cortes» y luego continuaría igual.

SEÑORA PRESIDENTA.- Gracias, señora senadora.

Estamos en lo que propone el señor senador Lust sobre la expresión «la hipótesis».

SEÑOR DA SILVA.- Pido la palabra.

SEÑORA PRESIDENTA.- Tiene la palabra el señor senador Da Silva.

SEÑOR DA SILVA.- Creo que no deberíamos innovar al respecto y brevemente voy a tratar de dar una explicación.

En este país el asado no solo surge de las mantas de asado vendidas en la planchada, sino también de la media res. ¿Estamos de acuerdo, señora presidenta? Entonces, la gente compra la media res y después hace el corte; a partir de allí separa con un cuchillo la manta de asado y lo vende. Esa es la síntesis de «la hipótesis». Con esto quiero reafirmar que el compromiso de las 1500 toneladas es en el asado de manta que sale de la planta frigorífica –abasto, frigorífico de exportación, matadero municipal, lo que usted quiera imaginar–, pero en manta, y por eso lo de «la hipótesis». La señora presidenta se puede imaginar que por esta ley no se van a dejar de comercializar las medias reses a lo largo y ancho del país. El asado que sale de la media res no va a tener la exoneración porque no está debidamente identificado. No sé si soy claro.

Entonces, si en el texto dice «hipótesis» me parece que sería bueno no innovar, porque todavía que estamos legislando a la carrera, vamos a hacerlo mal.

SEÑORA PRESIDENTA.- Entonces, votamos el texto tal como fue enviado.

Si no se hace uso de la palabra, se va a votar el artículo único.

(Se vota).

–26 en 28. Afirmativa.

SEÑORA KECHICHIAN.- Pido la palabra para fundar el voto.

SEÑORA PRESIDENTA.- Tiene la palabra la señora senadora.

SEÑORA KECHICHIAN.- Gracias, señora presidenta.

Tal como han expresado muchos miembros de nuestra bancada, pienso que es una medida que debíamos votar, pero que es insuficiente porque es casi un saludo a la bandera para la realidad que hoy tiene la mesa de muchos trabajadores en el Uruguay. Además, creo que no se contestaron algunas preguntas.

Por otra parte, se planteó claramente la falta de colaboración de la oposición y lo quiero desmentir categóricamente. La sesión de hoy es un nuevo ejemplo de que estamos dispuestos a acompañar todas y cada una de las propuestas para atender la pandemia, aun cuando los proyectos de ley lleguen en el mismo día. Por lo tanto, para nosotros es absolutamente inaceptable quedar callados ante la acusación de que la oposición no acompañó ni colaboró, porque no ha sido así. Incluso, muchos miembros del Gobierno han reconocido –más en el exterior que en el Uruguay– el comportamiento de la oposición como un valor institucional que debemos preservar entre todos.

Sí quiero dejar constancia de que estamos votando sin muchas respuestas. Una de las preguntas que formuló el señor senador Sabini, bien clarita, fue que si el precio del asado es de $ 350 el kilo y estamos votando bajar el IVA, no quedaría en $ 270. Pero nadie nos contestó. De cualquier manera, estamos acompañando el proyecto de ley y creo que el planteo del señor senador Lust es sobre el hipotético caso, que no me cierra, pero está bien, ya lo resolvimos.

Quería dejar constancia de esas dos cosas: de nuestra buena voluntad para atender un proyecto de ley que llega sin pasar por la comisión y de que lo estamos votando sin tener las respuestas necesarias en temas que a nosotros nos parecen centrales en una iniciativa de este tipo.

Muchas gracias.

SEÑOR PENADÉS.- Pido la palabra.

SEÑORA PRESIDENTA.- Tiene la palabra el señor senador.

SEÑOR PENADÉS.- Señora presidenta: solicito que se rectifique la votación en particular del proyecto de ley cuya larguísima discusión acaba de finalizar.

SEÑORA PRESIDENTA.- Se va a votar nuevamente el artículo único del proyecto de ley.

(Se vota).

–29 en 29. Afirmativa. UNANIMIDAD.

Queda aprobado el proyecto de ley, que se comunicará a la Cámara de Representantes.

(No se publica el texto del proyecto de ley aprobado por ser igual al considerado).

9) PROGRAMA OPORTUNIDAD LABORAL

SEÑORA PRESIDENTA.- Se pasa a considerar el segundo asunto cuya urgencia fue votada: «Proyecto de ley por el que se extiende la vigencia del Programa Oportunidad Laboral creado por la Ley n.º 19952, de fecha 20 de mayo de 2021. (Carp. n.º 661/2022 - rep. n.° 423/2022)».

SEÑORA PRESIDENTA.- En discusión general.

SEÑORA BIANCHI.- Pido la palabra.

SEÑORA PRESIDENTA.- Tiene la palabra la señora senadora.

SEÑORA BIANCHI.- Es un texto muy simple que, obviamente, está enmarcado en la Ley n.º 19952, de 20 de mayo de 2001, y que tiene como objetivo promover la inserción y reinserción en el mercado de trabajo de aquellas personas que se encontraran en clara situación de vulnerabilidad social.

Este programa, administrado por la Comisión Sectorial creada por el literal B) del artículo 230 de la Constitución, se valió para su implementación del rol fundamental de los Gobiernos departamentales, ya que ellos tuvieron a su cargo las fases comprendidas entre la inscripción y el sorteo de los beneficiarios, hasta la ejecución de las denominadas tareas de valor público.

Han surgido solicitudes de distintas intendencias –no importa de cuáles, porque, la verdad, no hace al fondo del asunto– y de personas que están recibiendo este beneficio, en el sentido de que se prorrogue.

El Poder Ejecutivo manejó datos generales que muestran una alta rotación de beneficiarios en los cupos, con un 23 % de renuncias, así como la representación de colectivos vulnerables –personas trans, 3 %; discapacidad, 4 %; afrodescendientes, 8 %–, el enfoque de género –55 % de mujeres–, la incorporación de jóvenes y jefas de hogar –51 % y 30 %, respectivamente–, la diversidad en niveles educativos y la participación de beneficiarios considerados en situación de desempleo estructural, que se sitúan en el 44 %. Estos son algunos de los impactos directos que tuvo la implementación del programa en los diferentes Gobiernos departamentales.

Por otra parte, se hicieron las evaluaciones correspondientes. Inicialmente, a través del artículo 5.º de la ley que se modifica por este proyecto, se estableció que la duración del programa sería de seis meses y que se desarrollaría de junio a noviembre de 2021. Posteriormente se consideró oportuno y necesario extenderlo hasta el mes de marzo del 2022, y esto se aprobó por Ley n.º 19997, de 18 de noviembre de 2021.

Ante la inminente finalización y en virtud de lo anterior, se envía a consideración de la Asamblea General –que es por donde ingresan los proyectos de ley–, la extensión de la duración del programa por el término de dos meses más, es decir, hasta mayo de 2022.

Hay dos o tres fundamentos fácticos de este proyecto que nos interesa tener en cuenta.

Los señores senadores recordarán que el máximo mensual nominal equivalía a $ 12.500 cuando fue estructurado por la ley. Lo que ahora se propone –y aclaro de antemano que nadie considera que sea suficiente– son $ 6250. Queda clarísimo que ni el Gobierno ni ninguno de los que estamos acá del oficialismo pensamos que sea suficiente, pero siempre es bueno, señora presidente, ver dos cosas fundamentales y no solamente tener una visión económica, a pesar de que claramente todos tenemos que parar la olla. Se va a tener en cuenta la evaluación, algo que es muy importante. O sea, se va a evaluar el compromiso de las personas beneficiarias del régimen anterior, con el monto anterior, y su desempeño en la actividad. La verdad es que esto es importante porque nosotros estamos tratando de establecer determinadas prestaciones con un reconocimiento al esfuerzo, lo que no quiere decir que en forma automática se traduzca en cifras numéricas, porque ya sabemos la situación en la que estamos y de la que estamos tratando de salir. Al respecto, no asumo ni imputo ningún tipo de responsabilidad a nadie.

Además de establecer que hayan cumplido con las obligaciones del programa, el referido monto se abonará por seis jornales efectivamente trabajados en la quincena; lo reitero porque ha habido mucha inasistencia y mucho abandono.

La otra cosa que es importante –y con esto termino, señora presidente– es la financiación, establecida en el artículo 3.º, que sustituye el artículo 12 de la Ley n.º 19952, de 20 de mayo de 2021, por el siguiente: «Las erogaciones derivadas de la aplicación de la presente ley, en particular en lo relativo a la prestación creada en el artículo 7º, serán atendidas con cargo al Fondo Solidario COVID-19, creado por la Ley Nº 19.874, de 8 de abril de 2020, hasta el 31 de marzo de 2022, sin perjuicio de los recursos que los Gobiernos Departamentales asignen.

Para los meses de abril y mayo de 2022, las erogaciones serán atendidas con cargo a los fondos remanentes del Programa Oportunidad Laboral, sin perjuicio de los recursos complementarios» –y se reitera– «que los Gobiernos Departamentales asignen en proporción a los jornales activos empleados en cada caso». Esto es el resultado de una labor conjunta con el Congreso de Intendentes que, todos sabemos, está integrado por intendentes de todos los partidos políticos.

Muchas gracias, señora presidente.

SEÑOR SABINI.- Pido la palabra.

SEÑORA PRESIDENTA.- Tiene la palabra el señor senador.

SEÑOR SABINI.- Señora presidenta: quiero dejar una constancia, porque cuando en una sesión se dice que la oposición no colabora, que no hemos colaborado durante la pandemia y uno mira, justamente, cómo ha funcionado este programa, se encuentra con que no es así –y queda claro–, ya que prácticamente la mitad de los beneficiarios son del área metropolitana, vale decir, correspondientes a dos intendencias gestionadas por el Frente Amplio. Las intendencias de Montevideo y de Canelones viabilizaron este programa poniendo equipamiento, materiales, insumos y capacitaciones; incluso, también se hizo un gran trabajo a nivel social con los participantes. Esto se señala en el propio mensaje y es una prueba muy fuerte de que estamos siendo parte de la solución y no del problema. Además, hay que decir que son dos intendencias que sufrieron recortes en sus presupuestos; por ejemplo, a nivel parlamentario se perdió el Fondo Metropolitano.

Hay que decir que esta extensión que se está dando aquí implica moneditas, ¿no?, porque la extensión que se votó para febrero y marzo pasó de doce días a seis días y por eso el pago pasó a ser de $ 6250. Por supuesto que va a haber una alta rotación, pero fíjense que, en su informe, el Congreso de Intendentes señala que los puestos de los jornales solidarios suponen, por ejemplo, en el departamento de Treinta y Tres, el 87 % de los nuevos cotizantes al Banco de Previsión Social; en Rocha, el 35 %; en Río Negro, el 53 %. Estamos hablando de que prácticamente en estos lugares no hay nuevos cotizantes que no sean de estas características, es decir, personas que en el mes trabajan seis días, generalmente en tareas que son de baja calificación, con una implementación que fue muy compleja.

Por ejemplo, para el caso de Canelones prácticamente estamos hablando de cuatro mil personas, es decir casi el mismo número que de funcionarios municipales. Además, no se incluyó el manejo de maquinaria porque, como ocurrió en algún caso, se podían suscitar accidentes.

Entonces, cuando se habla de que hay cierta reactivación –por supuesto que todos los que estamos acá la queremos– hay que saber que se trata de un trabajo de seis jornales en el mes.

Nosotros defendimos el programa Uruguay Trabaja, que es algo muy parecido a esto, solo que tenía un componente educativo superior. Creo que son importantes estos programas. Sin embargo, nos genera muchas dudas el funcionamiento actual y la salida, pues acá se dice que el 40 % de los que se fueron lo hicieron porque consiguieron un trabajo formal. ¿Y qué pasó con el otro 60 %? Todos vimos la lluvia de inscripciones que se dio con los jornales solidarios. El problema de trabajo que está instalado en la sociedad uruguaya en este momento es dramático. Está claro que nadie piensa que esto es una solución, pero el Gobierno tendría que poner más recursos, porque están dejando esta extensión en las espaldas de las intendencias, a las que además se les hicieron recortes.

La pregunta es cómo seguimos, señora presidenta, porque esas casi quince mil personas ni siquiera van a tener esas moneditas, pues en dos meses ya no van a tener más nada. Y por eso cuando se discutió este proyecto de ley nosotros hacíamos énfasis en el componente educativo.

En el 2006 tuve la posibilidad de participar a través de la Intendencia de Canelones en el programa Uruguay Trabaja. Generalmente trabajaron mujeres que decían: «Es la primera vez que trabajo y que me reconocen que puedo hacer algo». Y la mitad del tiempo tenía que ver con un componente educativo y de capacitación que le permitiera a la persona no solo hacer una experiencia laboral, sino también adquirir capacidades para poder insertarse en el mercado de trabajo. No se le puede pedir todo a un programa.

Lamentablemente, la extensión hizo que justamente creciera esa circulación de personas, porque si ya era difícil mantenerse con $ 12.000, hubo gente que directamente dijo que, por $ 6000, no. Estamos hablando de pocos pesos por día, por seis jornales en un mes. Realmente, quiero llamar la atención sobre este punto porque me parece que en este proyecto de ley los objetivos quedaron muy menguados.

Ahora bien, si uno ve las estadísticas resulta que creció el número de cotizantes. ¡Qué fantástico! No, de fantástico no tiene nada, es bastante trágico.

Dicho esto, por supuesto que nosotros vamos a acompañar el proyecto de ley, porque es un pedido del Congreso de Intendentes y, por lo tanto, todas las intendencias participaron de esta solicitud, pero quiero que quede meridianamente claro que los recursos que van a servir para sostener estos dos meses no provienen del Gobierno nacional, en todo caso es un remanente.

Hay que ver que algunas intendencias no llegaron a ejecutar el 70 % ni el 80 % del dinero que se envió porque en el proyecto original, que también se votó a las apuradas, no se estableció un mecanismo de contralor adecuado. Algunas intendencias hicieron llamados públicos y sorteos con todas las garantías, pero no sabemos cómo lo realizaron otras. Inclusive surgieron algunos casos, de público conocimiento, que sugieren que los controles «fallaron», y soy educado al referirme así.

De cualquier forma, creo que es importante que se vote este proyecto de ley y se extienda por dos meses más, aunque el problema es el día después y lo que pase con esta gente que, en definitiva, va a haber finalizado una experiencia que entendemos que, en muchos casos, no les dejará más que eso: la experiencia y no una mirada hacia el futuro.

Muchas gracias, señora presidenta.

SEÑOR DOMENECH.- Pido la palabra.

SEÑORA PRESIDENTA.- Tiene la palabra el señor senador.

SEÑOR DOMENECH.- Acompañamos este proyecto de ley con alegría, diría con entusiasmo, porque si hay algo que dignifica al hombre es el trabajo. Los que estamos en constante vinculación con trabajadores sabemos que el que gana el sustento por su esfuerzo personal es un ejemplo en su familia, en su barrio y en su colectividad en general; de alguna manera, cumple con el mandato bíblico: «Ganarás el pan con el sudor de tu frente».

Por cierto que este programa debe tener decenas de defectos, pero va en la línea que nosotros entendemos correcta, de generar a los compatriotas una oportunidad de dignificar su vida a través del trabajo; en su momento, vamos a presentar alguna iniciativa complementaria.

Creemos, además, que es importante que se tenga en cuenta, justamente, lo que yo hoy criticaba. Aquí está el Estado, en una situación en que es imprescindible la intervención del aparato estatal para permitir a algunas personas –seguramente, las menos favorecidas por nuestra sociedad– tener una oportunidad de trabajo. Entiendo que eso hay que destacarlo y considero que en este programa el Gobierno ha acertado, porque va en la línea que nosotros pretendemos. Obviamente, siempre se puede pedir un poquito más, pero creo que, como señala el dicho popular, no es momento de buscarle el pelo al huevo. Esto pone de manifiesto –porque ya hay una experiencia– que los uruguayos quieren trabajar, que no es cierto que «no agarran un pico o una pala ni en pedo», como se ha dicho en algún momento.

En definitiva, vamos a votar este proyecto de ley con absoluta tranquilidad de conciencia y esperamos que estas experiencias persistan en el tiempo.

Gracias, señora presidenta.

SEÑORA PRESIDENTA.- Si no se hace uso de la palabra, se va a votar en general el proyecto de ley.

(Se vota).

–29 en 29. Afirmativa. UNANIMIDAD.

En discusión particular.

SEÑOR PENADÉS.- Pido la palabra para una moción de orden.

SEÑORA PRESIDENTA.- Tiene la palabra el señor senador.

SEÑOR PENADÉS.- Formulo moción en el sentido de que se suprima la lectura del articulado y se vote en bloque.

SEÑORA PRESIDENTA.- Se va a votar la moción formulada.

(Se vota).

–30 en 30. Afirmativa. UNANIMIDAD.

En consideración el articulado.

Si no se hace uso de la palabra, se va a votar.

(Se vota).

–30 en 30. Afirmativa. UNANIMIDAD.

Queda aprobado el proyecto de ley, que se comunicará a la Cámara de Representantes.

(No se publica el texto del proyecto de ley aprobado por ser igual al considerado).

10) LEVANTAMIENTO DE LA SESIÓN

SEÑORA PRESIDENTA.- No habiendo más asuntos, se levanta la sesión.

(Así se hace a las 13:47, presidiendo la señora Argimón y estando presentes los señores senadores Andrade, Asiaín, Barrera, Batlle, Bergara, Bianchi, Caggiani, Camy, Cardoso, Curutchet, Da Silva, Della Ventura, Domenech, Gandini, García, Iturralde, Kechichian, Lanz, Lust, Manini Ríos, Niffouri, Olesker, Penadés, Rodríguez, Rubio, Russi, Sabini, Sánchez, Sanguinetti y Sartori).

BEATRIZ ARGIMÓN Presidenta

Gustavo Sánchez Piñeiro Secretario

Victoria Vera Prosecretaria

María Alcalde Directora general subrogante del Cuerpo de Taquígrafos

Control División Diario de Sesiones del Senado

Diseño División Imprenta del Senado

Linea del pie de página
Montevideo, Uruguay. Poder Legislativo.