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N.º 40 - TOMO 573 - 8 DE NOVIEMBRE DE 2017

REPÚBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY

DIARIO DE SESIONES

DE LA

CÁMARA DE SENADORES

TERCER PERÍODO DE LA XLVIII LEGISLATURA

40.ª SESIÓN ORDINARIA

PRESIDE LA SEÑORA LUCÍA TOPOLANSKY Presidente

ACTÚAN EN SECRETARÍA: LOS TITULARES, JOSÉ PEDRO MONTERO Y HEBERT PAGUAS

SUMARIO

1) Texto de la citación

2) Asistencia

3) Asuntos entrados

4) Inasistencias anteriores

– Por secretaría se da cuenta de que no se registraron inasistencias a la última convocatoria.

5) Solicitud de licencia e integración del Cuerpo

– El Senado concede la licencia solicitada por el señor senador De León.

– Queda convocado el señor senador Aristimuño.

6) A cuarenta y cinco años de la tragedia de los Andes

– Exposición del señor senador Mieres por el término de treinta minutos.

– Manifestaciones de varios señores senadores.

– Proyecto de minuta de comunicación a la Intendencia y a la Junta Departamental de Montevideo solicitando proceder a designar un espacio público de la ciudad de Montevideo en homenaje a los protagonistas del «Milagro de los Andes».

Aprobado. Se comunicará a la Intendencia y a la Junta Departamental de Montevideo.

7) Operación Antarkos XXXIV

– Proyecto de ley por el que se autoriza la salida del país de un buque de la Armada nacional con su plana mayor y tripulación.

• Aprobado. Se comunicará a la Cámara de Representantes.

 8) Operación Esnal II

– Proyecto de ley por el que se autoriza la salida del país de un buque de la Armada nacional con su plana mayor, tripulación y alumnos aspirantes.

• Aprobado. Se comunicará a la Cámara de Representantes.

9) Terminal fluviomarítima

– Proyecto de ley por el que se enajenan dos padrones ubicados en el predio con frente a la rambla Costanera Sur de Montevideo, conocido como Predio Mauá.

• Por moción de la señora senadora Tourné, el Senado resuelve que este asunto se mantenga en el orden del día de la próxima sesión.

10) Prórroga de la hora de finalización de la sesión

• Por moción de la señora senadora Tourné, el Senado resuelve prorrogar la hora de finalización de la sesión hasta culminar la discusión del tema en consideración.

11) Levantamiento de la sesión

1) TEXTO DE LA CITACIÓN

«Montevideo, 3 de noviembre de 2017

La CÁMARA DE SENADORES se reunirá en sesión ordinaria mañana miércoles 8 de noviembre, a las 09:30, a fin de informarse de los asuntos entrados y considerar el siguiente

Orden del día

1.º) Exposición del señor senador Pablo Mieres, por el término de treinta minutos, en homenaje, a los protagonistas de la tragedia de los Andes, al cumplirse cuarenta y cinco años del accidente aéreo.

Carp. n.º 913/2017

Discusión general y particular de los siguientes proyectos de ley:

2.º) por el que se autoriza la salida del país del buque ROU 04 General Artigas, su plana mayor y tripulación, con la finalidad de realizar la campaña antártica Operación Antarkos XXXIV entre el 15 de noviembre de 2017 y el 30 de marzo de 2018, efectuando escala en el puerto de Punta Arenas de la República de Chile;

Carp. n.º 929/2017 - rep. n.º 536/17

3.º) por el que se autoriza la salida del país del buque ROU 01 Uruguay, su plana mayor, tripulación y alumnos aspirantes de la Escuela Naval, con la finalidad de realizar la Operación Esnal II, entre el 12 y el 22 de diciembre de 2017, efectuando escala en el puerto de Itajaí, República Federativa del Brasil;

Carp. n.º 927/2017 - rep. n.º 535/17

4.º) por el que se autoriza al Poder Ejecutivo a enajenar los padrones n.os 6177 y 7751, ubicados en el predio con frente a la rambla Costanera Sur de Montevideo, conocido como Predio Mauá, con el fin de construir una terminal fluviomarítima;

Carp. n.º 754/2017 - rep. n.º 493/17

5.º) por el que se aprueba el Acuerdo de cooperación en materia de defensa entre la República Oriental del Uruguay y el Reino de España, suscrito en la ciudad de Montevideo, República Oriental del Uruguay, el 26 de marzo de 2015;

Carp. n.º 822/2017 - rep. n.º 513/17

6.º) por el que se aprueba el Acuerdo entre el Gobierno de la República Oriental del Uruguay y el Gobierno de la Federación de Rusia sobre cooperación en materia de defensa, suscrito en la ciudad de Moscú, Federación de Rusia, el 16 de febrero de 2017.

Carp. n.º 843/2017 - rep. n.º 514/17

 Hebert Paguas Secretario - José Pedro Montero Secretario».

2) ASISTENCIA

ASISTEN: los señores senadores Alonso, Amorín, Aristimuño, Asiaín, Ayala, Besozzi, Bianchi, Bordaberry, Camy, Carámbula, Cardoso, Carrera, Coutinho, Delgado, García (Javier), Garín, Heber, Lacalle Pou, Larrañaga, Martínez Huelmo, Michelini, Mieres, Moreira, Mujica, Otheguy, Passada, Payssé, Pintado, Tourné y Xavier.

FALTAN: con licencia, los señores senadores Aviaga y De León.

3) ASUNTOS ENTRADOS

SEÑORA PRESIDENTE.- Habiendo número, está abierta la sesión.

(Son las 09:39).

–Dese cuenta de los asuntos entrados.

(Se da de los siguientes).

SEÑOR SECRETARIO (Hebert Paguas).- «El Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente remite respuesta a un pedido de informes solicitado por la señora senadora Viviana Pesce el día 11 de octubre de 2016, relacionado con la situación habitacional de las personas que residen a lo largo de la rambla portuaria.

–OPORTUNAMENTE FUE ENTREGADA A LA SEÑORA PESCE.

La Junta Departamental de Tacuarembó remite copia de una resolución relacionada con el proyecto de ley sobre empleo para personas con discapacidades, en el ámbito privado, actualmente a estudio de la Comisión de Asuntos Laborales y Seguridad Social.

–TÉNGASE PRESENTE».

4) INASISTENCIAS ANTERIORES

SEÑORA PRESIDENTE.- Dando cumplimiento a lo que establece el artículo 53 del Reglamento de la Cámara de Senadores, dese cuenta de las inasistencias a las anteriores convocatorias.

(Se da de lo siguiente).

SEÑOR SECRETARIO (José Pedro Montero).- En la sesión ordinaria del 7 de noviembre no se registraron inasistencias.

5) SOLICITUD DE LICENCIA E INTEGRACIÓN DEL CUERPO

SEÑORA PRESIDENTE.- Léase una solicitud de licencia.

(Se lee).

SEÑOR SECRETARIO (José Pedro Montero).- «Montevideo, 7 de noviembre de 2017

Señora presidenta de la

Cámara de Senadores

Lucía Topolansky

De mi mayor consideración:

A través de la presente, solicito al Cuerpo me conceda licencia al amparo del artículo 1.º de la Ley n.º 17827, de 14 de setiembre de 2004, por razones personales, el día 8 de noviembre de 2017.

Sin otro particular, saludo a la señora presidenta muy atentamente.

Leonardo de León. Senador».

SEÑORA PRESIDENTE.- Se va a votar si se concede la licencia solicitada.

(Se vota).

–15 en 15. Afirmativa. UNANIMIDAD.

Se comunica que los señores Julio Calzada, Beatriz Ramírez, Felipe Carballo y Cristina Lustemberg han presentado nota de desistimiento, informando que por esta vez no aceptan la convocatoria a integrar el Cuerpo, por lo que queda convocado el señor Saúl Aristimuño, a quien ya se ha tomado la promesa de estilo.

6) A CUARENTA Y CINCO AÑOS DE LA TRAGEDIA DE LOS ANDES

SEÑORA PRESIDENTE.- El Senado ingresa al orden del día con la consideración del asunto que figura en primer término: «Exposición del señor senador Pablo Mieres, por el término de treinta minutos, en homenaje a los protagonistas de la tragedia de los Andes, al cumplirse cuarenta y cinco años del accidente aéreo. (Carp. n.º 913/2017)».

Tiene la palabra el señor senador Mieres.

SEÑOR MIERES.- Muchas gracias, señora presidenta.

«Vengo de un avión que cayó en las montañas. Soy uruguayo. Llevamos diez días caminando. Tengo un amigo allá arriba que está herido. En el avión hay todavía catorce heridos».

Con esta nota escrita en un papel arrugado y lanzado envolviendo una piedra desde un lado al otro de un río en las estribaciones de la cordillera, comenzó el último capítulo de uno de los episodios más asombrosos de la historia contemporánea, no solo de nuestro país sino a escala mundial.

Un grupo de dieciséis jóvenes había sobrevivido a un accidente aéreo y a múltiples privaciones y adversidades en medio de la montaña nevada, soportando temperaturas impensadas y enfrentando la muerte de numerosos amigos que se fue sucediendo de forma tan horrible como cotidiana. Sin embargo, setenta y dos días después de aquel accidente aparecían milagrosamente, saliendo por sus propios medios de adentro de la cordillera.

Se están cumpliendo cuarenta y cinco años de aquellos episodios que quedaron grabados en nuestra memoria por siempre. Del 13 de octubre al 21 de diciembre de 1972 los protagonistas de esta tragedia estuvieron perdidos en el medio de la cordillera de los Andes y, como decía Roberto Canessa en el libro La sociedad de la nieve: «¿Qué fuimos? Un grupo de jóvenes desgraciados. ¿Qué somos? Un grupo de hombres adultos buscando un sentido a una gran tragedia que nos sucedió».

Una historia que sigue repicando una y otra vez por su excepcionalidad, por su sorprendente desenlace y, sobre todo, porque fue una tragedia que engendró y sigue engendrando vida. Porque es la historia de la prevalencia de valores esenciales, de la apuesta a la vida, a la solidaridad, al valor de la amistad, al esfuerzo colectivo, a la superación de la total adversidad. Porque si algo hubo en esta tragedia fue el espanto absoluto, la vivencia de las situaciones más tremendas y terribles que tenga que vivir un ser humano.

Por eso, este es un homenaje a los protagonistas de la tragedia de los Andes. Es un homenaje a todos ellos, a los cuarenta y cinco integrantes de aquel vuelo.

Es un homenaje a los que murieron en el accidente aéreo, como el personal de la Fuerza Aérea que integraba la tripulación de ese vuelo –y aprovechamos para saludar la presencia en la barra, en representación de la Fuerza Aérea, del coronel aviador Alberto de Medina–: el piloto, Julio César Ferradás; el copiloto, Dante Lagurara; el navegante, Ramón Saúl Martínez; el sobrecargo, Ovidio Ramírez, y el mecánico, Carlos Roque, quien sobrevivió al accidente, pero falleció luego en el alud.

Es un homenaje a los integrantes de la delegación que murieron en el accidente y a los que fueron muriendo luego, a consecuencia de las heridas recibidas: Eugenia Dolgay de Parrado, Fernando Vázquez, Francisco Nicola, Esther Horta de Nicola, Carlos Valeta, Francisco Abal, Susana Parrado, Gastón Costemalle, Alexis Hounié, Guido Magri, Felipe Maquirriain, Graciela Mariani, Julio Martínez-Lamas y Daniel Shaw.

Es un homenaje a los que fallecieron en el inesperado y horrendo alud del 29 de octubre, donde perdieron la vida Marcelo Pérez del Castillo, Liliana Navarro de Methol, Enrique Platero, Gustavo Nicolich, Daniel Maspons, Juan Carlos Menéndez y Diego Storm.

Es un homenaje a los tres que fallecieron después del alud y antes del rescate: Arturo Nogueira, Rafael Echevarren y Numa Turcatti.

Es un homenaje a los que sobrevivieron contra toda esperanza, los dieciséis sobrevivientes: Pedro Algorta, Roberto Canessa, Alfredo Pancho Delgado, Daniel Fernández Strauch, Roberto François, Roy Harley, José Luis Coche Inciarte, Álvaro Mangino, Javier Methol, Carlos Páez Rodríguez, Fernando Nando Parrado, Ramón Moncho Sabella, Adolfo Fito Strauch, Eduardo Strauch, Antonio Tintín Vizintín y Gustavo Zerbino.

Y, por supuesto, es un homenaje también al arriero chileno, Sergio Catalán, que con su generosidad y respuesta completó el milagro. Saludamos en particular a sus hijas, que nos acompañan en esta sesión en nombre de su padre, que por su edad no ha podido estar presente físicamente, pero lo está a través de ellas.

Este es un homenaje a todos ellos: a los que están y a los que quedaron allá en la montaña; es un homenaje a los que sobrevivieron y a los que viven en ellos, y también a los familiares de los fallecidos, a sus madres, hermanos y hermanas, que a través de la Biblioteca Nuestros Hijos perpetúan la memoria de los que no lograron regresar.

Agradecemos también la presencia de muchos de los sobrevivientes, así como de los familiares de los que quedaron allá arriba.

Queremos dejar constancia de que, por razones ajenas a su voluntad, algunos de los sobrevivientes no están hoy presentes, entre ellos Nando Parrado y Pedro Algorta, quienes nos han hecho llegar su saludo y su pena por no estar presentes hoy en esta sesión.

En el día de hoy, el Senado de la república, con el apoyo de todas las bancadas y ciertamente interpretando el sentir de todos los uruguayos, homenajea a un conjunto de compatriotas que han escrito una historia asombrosa, que se convirtió en una referencia a escala mundial. National Geographic la ha incluido como una de las historias más relevantes de sobrevivencia humana. De los cuarenta y cinco accidentes aéreos ocurridos en la cordillera hasta ese momento y de los treinta y cuatro sucedidos en los Andes chilenos, jamás hubo sobrevivientes. Por eso, unos días después del accidente, cesó la búsqueda por parte de la aviación chilena y se los dio por muertos, razón por la cual esta historia se convierte en excepcional.

Pero lo que hace diferente a este acontecimiento no es solo que se trata de una experiencia de sobrevivencia impactante y asombrosa; es sustancialmente lo que ello expresa sobre la esencia del ser humano y sus sentimientos más hondos. Es lo que esta historia nos cuenta sobre la experiencia límite entre la vida y la muerte. Es lo que esta historia indica sobre la trascendencia de nuestra experiencia vital, sobre la capacidad de los seres humanos de vivir en el límite de sus fuerzas.

Confieso que me resultó muy difícil seleccionar aquellos aspectos que destacan de la peripecia vivida. Son tantos los hechos que otorgan significación a lo vivido, que podríamos pasar horas señalando uno u otro de los episodios, de las anécdotas y de los tremendos aspectos que estuvieron presentes allí, en esa terrible experiencia.

Es la sociedad de la nieve, como bien la definió uno de los más cercanos intérpretes de lo ocurrido en los Andes, Pablo Vierci, en el libro que lleva ese nombre. Un grupo de jóvenes, que integra un equipo de rubgy de nuestro país, se va de paseo a Chile a participar en una serie de encuentros deportivos, y se encuentra repentinamente en el medio de una montaña nevada, rodeado de un horror difícilmente imaginable para quienes no lo hemos vivido: amigos fallecidos, heridos, agonizantes; aislados del mundo, sin abrigo, perdidos en la montaña, en el medio de una inmensidad blanca y helada, sin sus familias, sus casas, sus comodidades, sus afectos; en una enorme incertidumbre, soportando el frío más atroz, sin recursos para guarecerse y sin vestimenta apropiada para el rigor de la nieve.

Allí empieza a construirse la sociedad de la nieve, un grupo humano que poco a poco se va organizando para sobrevivir. Son impresionantes los testimonios que muestran cómo cada uno de los muchachos va asumiendo diferentes tareas; cómo los que estudiaban Medicina se tienen que enfrentar con situaciones tremendas y asumen las decisiones que entienden más apropiadas para tratar a los heridos como pueden; cómo los que estudiaban Ingeniería organizan el hábitat y ensayan creativamente fórmulas para aprovechar los materiales del fuselaje del avión para construir una especie de vivienda donde refugiarse; cómo los que lideraban el equipo asumen la responsabilidad de organizar el grupo y tomar decisiones; y cómo los que tenían más fortaleza física se convierten en los que salen a recorrer el entorno y luego protagonizan las varias expediciones que debieron emprender.

Una sociedad en pequeño, que permitió desarrollar la convivencia en las peores condiciones posibles. Como dijo Coche Inciarte: «Todo el equipo funcionó como un organismo nuevo y muy eficaz. Los tres primos Strauch se transformaron en referentes que tranquilizaban, coordinaban y cuidaban a todos por igual. Pero todos fueron, en su medida, fundamentales. Los quebrados fundían agua».

«Fuimos costureras del saco de dormir, madres, padres, enfermeros».

Sin embargo, la sucesión de adversidades no tuvo piedad con aquel grupo de jóvenes perdidos en la montaña. Cuando parecía que lo peor ya había pasado, llegó aquel alud terrible que se llevó la vida de ocho personas más. Después, casi enseguida, llegó la noticia de que la búsqueda del avión había cesado, lo que aumentó la decepción y el riesgo de bajar los brazos.

Es fantástico leer los testimonios de los sobrevivientes mostrando cómo ante cada golpe que, como se define en el libro de Vierci, representaba una nueva muerte, también nacía del fondo del alma el canto a la vida, la reivindicación de lo positivo, del salir adelante. Como Carlitos Páez, quien anunciaba cada cumpleaños con alegría y, ante la pregunta casi irónica de si pensaba festejarlo, respondía convencido: «En la medida que estamos con vida, vale la pena».

Y como dijo Moncho Sabella: «De tanto convivir con la muerte, intentábamos rescatar lo mejor de cada uno, dejando de lado las debilidades o imperfecciones que traíamos, de las que nos íbamos despojando gradualmente, para morirnos bien. Y cuando alguien hacía una macana, se la marcabas y el tipo la reconocía en el acto. Se enmendaba en el acto, porque él sentía lo mismo que tú».

Después de que cesó la búsqueda, la única alternativa era salir por sí mismos; increíble, impresionante, imposible. Sin embargo, así lo hicieron. La idea de cooperación, de distribución de tareas y de solidaridad volvió a aparecer para asumir que los elegidos para la expedición, Nando Parrado, Roberto Canessa y Antonio Vizintín, debían prepararse y para ello tenían que ahorrar energías y alimentarse de manera especial. Es así que el 12 de diciembre, exactamente dos meses después de que habían salido de viaje, los tres iniciaban una expedición que diez días más tarde los volvería al mundo. Tuvieron la inteligencia y la capacidad de asumir que los tres no llegarían, por lo que a cierta altura Vizintín regresó al lugar donde esperaban los demás. Hay que imaginarse lo que debe haber sido ese regreso solitario, dejando atrás a Parrado y a Canessa, y lejos del resto.

Fuerza, voluntad y una enorme fe para convertir lo imposible en posible.

El camino realizado por Nando y Roberto desde el fuselaje hasta el encuentro con el arriero fue otro ejemplo de osadía, voluntad y extremo amor a la vida. Es difícil creer que dos jóvenes mal vestidos y mal alimentados, sin conocimientos de alpinismo y sin instrumentos apropiados, hayan podido superar los accidentes geográficos a los que se enfrentaron antes de alcanzar la civilización.

En su libro, Nando Parrado describe el extenso trayecto que tuvieron que recorrer, él y Roberto, para salir de la cordillera. Al leer sobre las características geográficas y las enormes dificultades que enfrentaron, aumenta la admiración por la capacidad de superar adversidades. Cuando después de un enorme esfuerzo llegan a lo alto de un pico nevado esperando ver al otro lado la civilización y el verde, y sin embargo se encontraron con la continuidad interminable de legiones de montañas cubiertas de nieve, dice Nando Parrado: «En ese momento, todos mis sueños, mis suposiciones y mis esperanzas se evaporaron en el aire enrarecido de los Andes. […] Ya estaba muerto. […] Desesperado, sentí la intensa y repentina necesidad de notar el cariño de mi madre y de mi hermana, el abrazo afectuoso y fuerte de mi padre. El amor por mi padre se intensificó en mi corazón y me di cuenta de que, a pesar de lo irremediable de mi situación, su recuerdo me llenaba de alegría. Me asombró que las montañas, a pesar de todo su poder, no fueran más fuertes que el apego por mi padre. No podían acabar con mi capacidad de amar. […] Tampoco se trataba del coraje, ni de la fe, ni de la voluntad humana, sino de lo contrario a la muerte: el amor».

Esta historia es única porque está plena de valores, donde la solidaridad, el apoyo recíproco, la amistad, la valoración del otro, la esperanza, la fe, la voluntad y el amor predominaron de una manera contundente. Superaron lo peor, que es la pérdida de esperanza, la tentación de bajar los brazos y de resignarse. Es un ejemplo del valor del esfuerzo y de luchar contra toda evidencia. Sin estos valores, todo habría terminado, como era lógico esperar de cualquier accidente aéreo. Por eso esta es una epopeya, un canto a la vida, una reivindicación de lo más esencial de nuestra condición humana. Por eso ha sido inmortalizada en diversas obras que le mostraron a un mundo atónito y asombrado lo que había sido capaz de hacer ese pequeño grupo de jóvenes uruguayos. Libros, películas y documentales que se han sucedido en estos años –además de conferencias, invitaciones y homenajes diversos en distintas partes del mundo– indican con fuerza que se trata de un episodio único y de un enorme valor humano.

Esta hazaña, por los valores que representa, es motivo de orgullo para nuestro país. Y por el enorme valor pedagógico que conlleva para la construcción del carácter y de las convicciones de las nuevas generaciones, debería incorporarse a los contenidos de nuestro sistema educativo. Además, es una historia que está emparentada con las cuestiones más fuertes de nuestro ser nacional. Las principales referencias que han marcado y construido nuestra identidad nacional tienen como factor común la capacidad de sobreponerse a la adversidad, la capacidad de construir un éxito contra toda evidencia. Nunca se ha de esperar más que cuando todo parece perdido.

Nuestra historia, la historia de nuestro país, es la historia de la capacidad de superar situaciones en las que estamos en inferioridad de condiciones. Hacer posible lo imposible. Es la lucha de Artigas contra el centralismo porteño y el Imperio portugués. Nuestra historia es la historia del chico contra el grande; es la concepción positiva de la «garra charrúa», entendida como fuerza interior que permite seguir adelante, aunque parezca inútil, aunque parezca imposible alcanzar el éxito; es el esfuerzo, la fuerza de voluntad, la tenacidad y la profunda fe, más allá de todo cálculo racional. No resignarse, no rendirse, no aflojar, es una parte sustancial del legado de la tragedia.

Nuestra sociedad vivió con sorpresa y enorme tristeza la noticia del accidente aéreo de octubre de 1972. Durante varios días el tema estuvo presente en los medios de comunicación; sin embargo, con el transcurrir de los días y la sensación de que ya nada se podía hacer, la noticia se fue apagando, y en aquel Uruguay que vivía un tiempo convulsionado, que se acercaba de manera cada vez más rauda a la noche autoritaria, desapareció de la agenda. Sin embargo, muchos de los familiares nunca bajaron los brazos. Viajaron a Chile y recurrieron a todo tipo de esfuerzos para saber qué había pasado y si había sobrevivientes. Recuerdo, en particular, a Carlos Páez Vilaró quien, debido a su notoriedad pública, fue uno de los referentes más visibles, pero ciertamente no el único de esa búsqueda que tuvo la misma fe, el mismo tesón y la misma esperanza que simultáneamente mantenían en pie a los muchachos en la montaña. Había como una especie de nexo espiritual entre ellos allá y los familiares y amigos acá.

Sin embargo, la búsqueda terminó y, tristemente, no había indicios del avión ni de ninguno de sus pasajeros. Cuando casi nadie en nuestro país esperaba nada, surgió esa noticia impactante y sorprendente: habían aparecido sobrevivientes, dos meses y medio después. Todavía recuerdo –como seguramente muchos de nosotros– la noticia en la televisión. No dábamos crédito a lo que se informaba.

Indudablemente, aquella Navidad fue diferente para todos los uruguayos. Fue un shock de alegría y esperanza en un país que se despeñaba por el camino de la intolerancia, la represión y la oscuridad. Era una señal sorprendente que no terminábamos de entender. Nuestra historia nos enfrentaba a un nuevo episodio excepcional.

El tiempo transcurrió, y la verdad es que el impacto de la tragedia de los Andes fue mucho mayor en el mundo que en nuestro país. El primer libro fue escrito por un británico, y tuvo tanto impacto en el país como en el mundo. Los sobrevivientes fueron convirtiéndose en figuras de prestigio y fama mundial, pero en nuestro país eso demoró bastante ya que no tuvieron la misma trascendencia en una primera etapa. Quizás porque vivíamos en dictadura y no era posible, ni se hubiera aceptado, que se utilizara la hazaña para vanagloriar la infamia. Quizás porque también es parte de nuestra cultura una cierta dificultad para destacar el valor del éxito o aceptar la excepcionalidad de algunos de nuestros compatriotas, ese sentido extraño que hace que simultáneamente nuestro fuerte sentimiento de igualdad, que es parte de nuestro patrimonio cultural, tiene una contracara negativa que se expresa en la reticencia de aplaudir el éxito y reconocer con estridencia los logros de otros. Quizás porque esta hazaña tiene vinculación directa con un deporte como el rugby, que en aquellos tiempos era mucho más de élite que hoy en día. Pero es imposible obviar que, justamente, el hecho de que se tratara de un equipo de rugby es también parte de la explicación de la hazaña. La filosofía que promueve este deporte está en línea directa con los valores que se vivieron allá arriba en la montaña: el valor de lo colectivo, la distribución de funciones, el trabajo en equipo, la importancia del esfuerzo y de la responsabilidad. No hay duda de que haber sido un equipo de rugby había aportado su granito de arena al resultado final de la tremenda historia.

Quizás también el hecho de que el episodio haya sido protagonizado por un grupo de jóvenes de un colegio católico, en un país laico y secular, haya sido otro componente que contribuyó a que el reconocimiento no tuviera en nuestro país el enorme impacto que tuvo en el mundo. Lo cierto es que esa vinculación con la formación cristiana, más allá de que no todos los sobrevivientes sean creyentes, influyó en el cultivo de valores sustanciales que acompañaron todo el proceso y que tienen relación directa con la filosofía cristina y con aquella rotunda frase de Jesús: «No hay amor más grande que dar la vida por los amigos».

Lo que es verdad es que, durante cierto tiempo, los protagonistas de la tragedia tuvieron más reconocimiento internacional que en nuestra pequeña aldea. Pero desde hace ya unos cuantos años se puede afirmar que nuestro país resignificó y valoró de manera adecuada y creciente la real magnitud de esa hazaña.

Al comienzo dijimos que es una tragedia que engendró vida y que sigue engendrando vida. Todos sabemos hasta qué punto el éxito alcanzado y la salvación de los dieciséis sobrevivientes es el resultado del aporte de todos: de los que pudieron salvarse y de los que murieron allá arriba. Sabemos de qué manera, con respeto y un sentimiento profundo de amor al prójimo, las opciones tomadas permitieron que la tragedia engendrara vida. Todavía recuerdo –seguramente, todos los harán– la conferencia de prensa que brindaron los sobrevivientes en el salón de actos del colegio Stella Maris, el 28 de diciembre, recién regresados de Chile. Las palabras de Pancho Delgado fueron tan sentidas, tan profundas e impactantes que no dejaron espacio a ninguna pregunta.

Desde una mirada de fe que, sin embargo, puede ser absolutamente comprendida con independencia de la fe religiosa, Pancho Delgado dijo: «La Biblia nos dice que en la Última Cena Jesús compartió su Cuerpo y su Sangre con sus discípulos. En ese momento, nos pareció que si Dios existiera, y si Él estaba cerca de nosotros, nuestra única oportunidad de sobrevivir era compartir el mismo tipo de comunión que él (Jesús) había compartido con sus discípulos al tomar el cuerpo y la sangre. También hicimos un pacto en el grupo que si alguien muere, podríamos usar su cuerpo para sobrevivir». Igual que en aquel día, nada más para agregar.

Como dijo Gustavo Zerbino: «Lo primero que aprendimos en la montaña es a decir la verdad: cuando nos rescataron, nos pidieron que negáramos que habíamos comido los cuerpos de los muertos. Nosotros éramos jovencitos y se arrimó gente prestigiosa, con mucho peso, que sus razones tendría, y nos dijo: “Escóndanlo”. Pero ¿por qué? Si lo que había aflorado allá arriba era el respeto a la vida, el respeto a la muerte, si lo que afloró en ese infierno fue el afecto, el único antídoto que conseguía disolver parte de ese dolor. ¿Cómo íbamos a bajar a la vida y lo primero que diríamos sería una mentira?».

Este episodio ha seguido engendrando vida hasta el día de hoy. Engendra vida la tarea permanente de los familiares de muchos de los que fallecieron, a través de la tarea de la Biblioteca Nuestros Hijos, constituida en homenaje a los que no volvieron. Engendra vida la tarea de promoción de valores que varios de los sobrevivientes desarrollan en conferencias y reflexiones que destacan y promueven los valores más profundos de la dignidad humana. Engendra vida el Grupo Re-Viven, que integran ciudadanos anónimos uruguayos y de otras partes del mundo, que promueve la difusión y el valor de esta historia de las maneras más diversas.

A lo largo y ancho del mundo los sobrevivientes de los Andes expresan sus diferentes miradas sobre lo que representó esa experiencia tan única, pero también están presentes en los diferentes ámbitos de nuestra sociedad. Van a donde los llaman para trasmitir su experiencia con generosidad y para promover la importancia de la solidaridad, de conocerse a uno mismo, de la fe y de la esperanza. En los pueblos, en las escuelas, en las organizaciones más variadas, muchos de los sobrevivientes de aquella tragedia honran la vida trasmitiendo la vivencia profunda de lo que vivieron allá arriba, cuando transcurrían las horas más oscuras.

Hoy, cada uno de ellos, en cada intervención, en cada conferencia y en cada charla, convoca a vivir la vida en plenitud, con generosidad, celebrando la solidaridad y apostando al futuro.

Esta es una historia que debe formar parte de lo más importante y sublime de nuestra vida en sociedad. Es un canto a la vida desde lo más hondo del horror y de la muerte. Es una reivindicación de lo más esencial de nuestra naturaleza humana. Por eso, señora presidenta, este pedazo tan profundo de nuestra historia comunitaria, tan propio de nuestra identidad nacional, debe ser parte de la formación de nuestros niños y jóvenes; debe ser parte de nuestra educación en valores. Por lo tanto, debe integrarse a los programas educativos de nuestro país, porque, señora presidenta, los valores son, a la hora de la verdad y como esta historia cuenta, lo más importante de nuestra vida y lo que debemos dejar a nuestros semejantes.

Muchas gracias.

(Aplausos en la sala y en la barra).

SEÑORA PRESIDENTE.- Continuando con el homenaje, tiene la palabra el señor senador Bordaberry.

SEÑOR BORDABERRY.- Gracias, señora presidenta.

Hago mías las palabras del señor senador Mieres en el saludo a todos los que hoy nos acompañan.

¿Por qué recordar? ¿Por qué homenajear? ¿Por qué estamos acá? ¿Por qué este acierto del señor senador Mieres de convocar a esta sesión del Senado y hacer un alto en nuestro trabajo? Porque los grandes actos, los hechos que nos marcan, sirven como ejemplo para nosotros y para las generaciones que vienen atrás.

Esto no es solamente un homenaje, señora presidenta, a los protagonistas que sobrevivieron y a los que no pudieron volver, sino también un destaque a un modelo del que se sacan enseñanzas, del que se aprende. Se tiene la impresión, cuando se estudia la historia, de que los grandes héroes se pasaban todo el día haciendo grandes cosas: de que San Martín se pasaba cruzando los Andes, de que Bolívar se despertaba y decía: «Voy a ver qué país de América libero hoy», pero nos olvidamos de que los grandes héroes, aun esos que nos marca la historia, fueron seres humanos como nosotros, que en momentos supremos tuvieron claro cómo proceder.

De ahí la necesidad de recordar, de homenajear estos hechos, porque nos sirven de ejemplo a todos nosotros y a los que vienen atrás. Las sociedades, los países y las naciones se van formando por este tipo de ejemplos y acciones de quienes, enfrentados a determinadas circunstancias, reaccionan de una forma excepcional, como es este caso. De ahí quizás también que estos sobrevivientes hoy sean más ejemplo fuera del país que dentro; quizás porque los vemos tan de carne y hueso, tan cercanos –hacen knock-on, como hacemos nosotros; se enojan; competimos–, no nos damos cuenta de que esos héroes son seres como todos pero que ante la adversidad reaccionaron de una forma distinta.

Y tan son ejemplos, que los convocan hoy de todo el mundo para dar charlas motivacionales. Es más: la selección de Colombia está en el Campeonato Mundial de Fútbol porque convocó a uno de ellos, antes del último partido, para que les diera una charla motivacional. Hoy, lamentablemente, los héroes son esos deportistas que hacen un gol en la hora o atajan un penal y no los que llevan a cabo estas como la que estamos recordando en este homenaje.

¿Cómo agregar una perspectiva distinta a este hecho? ¿Cómo hacerlo? Yo creo que es buceando en las causas, en algunos de los motivos que –desde mi perspectiva– marcaron estas reacciones, que marcaron estas acciones, que marcaron cómo se salió de esa situación extrema.

Dice Jorge Luis Borges, en el cuento El atroz redentor Lazarus Morell, que hace referencia a los esclavos del Misisipi, que la causa de esa historia es el pedido que hizo fray Bartolomé de las Casas a Carlos V para que lo autorizara a importar negros esclavos del África con el fin de sustituir a los indios en las minas antillanas. Y dice que a partir de ese pedido sucedieron un montón de hechos como, por ejemplo, la Guerra de Secesión en Estados Unidos; y, me animaría a decir, el arte de Carlos Páez Vilaró y sus candombes, porque esa migración de africanos, forzada, tremenda, a América, ¡vaya si fue la causa de muchos hechos posteriores!

En Japón se habla del efecto mariposa: de algo que aconteció hace mucho tiempo y que, si no hubiera tenido lugar ese aleteo de la mariposa, las cosas quizá no hubieran sido las mismas.

¿Y cuáles son, a mi juicio, algunos de esos aleteos de mariposa, de las causas de lo que se vivió? El primero –puede verse la foto que se exhibe en la pantalla– se remonta a 1823, a un colegio en un pueblo que se llamaba –y se llama– Rugby, a orillas del río Avon, en el condado de Warwickshire, ubicado en el medio oeste de Inglaterra. Allí había una escuela en la que se jugaba al fútbol, pero un día, en un partido durante el recreo, cuenta la historia que uno de los alumnos, William Webb Ellis, con fina desobediencia a las reglas del juego del fútbol –«fina desobediencia»–, en vez de patear la pelota, la tomó con sus manos, salió corriendo hacia el arco contrario y se zambulló. Rivales y compañeros corrieron detrás de él y no lo pudieron parar. Y ahí nació el juego del rugby. Dicen que el arco de esa cancha de fútbol estaba hecho con árboles que, si bien cruzaban sus ramas como travesaño, estas seguían hacia arriba –de ahí viene la «H» de la meta– y que, de tanto zambullirse sobre la pelota al anotar, esta empezó a quedar ovalada y no redonda.

El rugby, al igual que el fútbol, provenía del juego de hurling, que había sido importado por los romanos cuando estos conquistaron la Britania. Lo cierto es que ese juego, esa «fina desobediencia» de las reglas del fútbol de William Webb Ellis, fue evolucionando, pero siempre –siempre– tuvo determinados valores, valores que todos quienes lo practicamos, lo practicaron y lo practican comparten y se han formado con ellos. El trabajo en equipo es uno de esos valores; es impensable, en un deporte de quince jugadores por lado, que no haya trabajo en equipo, y más cuando tienen diferentes físicos. Unos empujan, otros saltan, otros corren, otros pasan; unos son rápidos, otros son lentos.

Hay un dicho maorí que expresa que el rugby es un deporte en el que catorce compañeros se esfuerzan para que el decimoquinto anote, pero cuando empieza la jugada ninguno de ellos sabe quién va a anotar, y todos deben esforzarse para ello.

Otro de los valores del rugby es el respeto por las decisiones del capitán. Decide uno y los demás cumplen, aun pensando que no es lo correcto. No hay forma alguna de lograr éxito en un equipo si no se tiene ese valor del respeto por las decisiones del capitán.

Otros valores son: el árbitro siempre tiene razón y el de enfrente nunca es un enemigo –quizás este sea el más importante– sino un adversario al que se respeta.

El segundo efecto mariposa nos lleva a otro pueblo de las islas británicas, a Callan, en el condado de Kilkenny, Irlanda, allá por el 1700. Ahí, en medio de durísimas persecuciones a los católicos, en una granja, nace, en 1762, Edmundo Ignacio Rice. Fue un beato y pedagogo irlandés que dedicó su vida a educar a los niños pobres y fundó los Hermanos Cristianos, los Christian Brothers. En el año 1996 fue beatificado por Juan Pablo II.

En 1950 un grupo de familias católicas de Uruguay se reunió para procurar la llegada a Uruguay de los Hermanos Cristianos para crear un colegio basado en los valores de Edmundo Ignacio Rice. En 1955 llegaron los hermanos Doorley y Ryan, que eligieron la primera sede del colegio en la rambla y Puyol. Al poco tiempo, Doorley fue sustituido por el hermano Patrick Kelly –creo que por ahí hay una calle que lo recuerda–y, como el colegio estaba ubicado frente al mar, el hermano Kelly, que era muy devoto de la Virgen, encomendó el colegio a su protección y le llamó Stella Maris. En 1961, el colegio se mudó a su actual ubicación, en la calle Máximo Tajes.

A los valores cristianos que ese colegio impartió siempre, le sumó el del deporte, en especial, el rugby; allí se empezaban a encontrar el rugby y los valores cristianos. La visión actual del colegio es la de promover el trabajo en equipo y buscar la excelencia, la solidaridad, el liderazgo transformador, los valores evangélicos y la espiritualidad.

He conocido –y conozco– muy de cerca a muchos integrantes de ese colegio. Es más: tengo muchos amigos exalumnos. Los conocí, justamente, a través del deporte –el rugby–, compitiendo con ellos desde muy joven. Digo que competía con ellos porque en el rugby no se compite contra alguien sino con alguien, con el adversario circunstancial que nos obliga a esforzarnos y a ser mejores si queremos triunfar.

Aquí hago un alto, porque todo esto –el trabajo de equipo, los valores, el respeto hasta por la propia naturaleza, el poder convivir con ella y sacarle beneficios para sobrevivir– se va a manifestar después en la lucha tremenda que tuvieron contra la adversidad en la montaña.

Pido disculpas por esta pequeña desviación personal, pero creo que implica congratularse por haber podido compartir una cancha, un tiempo, con quienes protagonizaron esta epopeya, como bien la definió el señor senador Mieres.

El tercer efecto mariposa es el Uruguay. Así como aquellos valores cristianos y del rugby de Edmundo Ignacio Rice y de los Christian Brothers y del Rubgy Union indudablemente influyeron en cómo se reaccionó, también la esencia del uruguayo tuvo mucho que ver. Este país, pequeño en su extensión territorial, siempre se caracterizó por el hecho de que los orientales sacan fuerzas en la adversidad, en lugares en los que otros, por lo general, no pueden hacerlo. Algunos le llaman garra y otros, sencillamente, rebeldía. Lo cierto es que ese espíritu de rebeldía, de esfuerzo de los orientales, se sumó a los valores mencionados.

El cuarto efecto mariposa ocurre en un pequeño lugar de la cordillera de los Andes, que no es donde cayó el avión. Tiene lugar en una casa humilde, con un patio con horno de greda, un parronal techado y gallinas que andan caminando por ahí y picoteando aquí y allá. Esa casa está en la precordillera de San Fernando, y ahí vivía un hincha del club de fútbol Colo-Colo; sus hijas me dicen que hoy está acá. En una de las paredes de esa casa se puede observar una imagen del papa con la frase «Todo tuyo, María» –de vuelta está Stella Maris ahí–, lo que revela que en esa casa también están los valores morales y la fe católica de quienes la habitan.

Su morador es don Sergio Catalán, un arriero que recorre montes y quebradas llevando ganado. Dice don Sergio que el invierno del año 1972 fue de los más duros que se recuerda, que cayó mucha nieve.

En octubre de ese mismo año 1972, un grupo de deportistas y familiares del equipo de rugby del Old Christians Club se trasladó a Chile en un avión de la Fuerza Aérea. Lo que sucedió es bien conocido: el accidente, la caída del avión en la cordillera de los Andes –entre Mendoza y Santiago–, los amigos que perdieron la vida, lo que tuvieron que enfrentar los sobrevivientes, la dura –creo que durísima; no debe haber algo más duro que esto– prueba de vida que tuvieron que afrontar y cómo lograron superarla. Soportaron temperaturas bajo cero, falta de alimentos, muerte de amigos y familiares, desazón ante la falta de noticias o ante la noticia de que los habían dejado de buscar, y una decisión extrema y suprema para sobrevivir. No voy a insistir en esto porque se han escrito varios libros –que todos hemos leído–, se han hecho películas –que todos hemos visto–, se han dado conferencias y se han publicado cientos de artículos.

Lo que todos los uruguayos leemos y escuchamos sobre lo que ocurrió en la cordillera nos produce admiración y orgullo por la forma en que reaccionaron en ese momento y por la forma en que lo hicieron después. En más de una entrevista han dicho: «No somos héroes». Y lo repiten una y otra vez cuando recuerdan esos momentos en los que la vida, Dios, los puso a prueba. ¿Cómo sucedió? ¿Por qué sucedió? Supongo que se lo preguntarán, y es difícil responderlo. Quizás solo Dios tiene la respuesta.

Lo que sí creo es que para enfrentarlo, para superarlo y hasta para vivir después del retorno, fueron fundamentales esos valores construidos durante tanto tiempo. Esos valores forjaron su personalidad y los ayudaron a reaccionar como lo hicieron; los de Edmundo Ignacio Rice y los de los Hermanos Cristianos –de solidaridad, de trabajo en equipo, de excelencia que encomendaban a Stella Maris– que llegaron a Uruguay en la década de 1950; los del rugby, fruto de esa fina desobediencia de Webb Ellis –de trabajo en equipo, de esfuerzo compartido, de liderazgo y de respeto por el rival, en este caso el más temible de todos: la montaña–; y los que compartimos los uruguayos: de garra y de no rendirse nunca ante la adversidad. Esa conjunción de formación y valores que recibieron, sumados a los valores personales que evidentemente todos ellos tienen, fueron los que les permitieron salir adelante. También fue ese colegio consagrado a Stella Maris, que se cruzó con un hogar también consagrado a María, el de ese arriero humilde, trabajador, que vivía en la precordillera de San Fernando, que leyó el mensaje más conmovedor de todos –«Vengo de un avión que cayó en las montañas»– y que reaccionó rápidamente y no dudó, lo que permitió el rescate.

Esos valores, además, se manifestaron el día después, muy especialmente por parte de las madres de los que sobrevivieron y de los que no sobrevivieron. Esos valores, que sirvieron para que algunos pasaran esa dura prueba de la montaña, se siguen aplicando hasta el día de hoy. Vaya mi recuerdo muy especial para ellos, para los familiares de los que quedaron en la montaña, que eligieron la mejor forma de homenajearlos y de recordarlos: ayudando a otros con esos mismos valores evangélicos de solidaridad. La Biblioteca Nuestros Hijos, que trabaja por los demás, es el lugar que encontraron donde mitigar el dolor y homenajear y recordar en el trabajo solidario a quienes quieren, porque los siguen queriendo; ejemplo que se vio también cuando la tragedia, el año pasado, del avión que transportaba integrantes de un club de fútbol brasileño en la carta que enviaron a sus familiares.

Entre los familiares de los sobrevivientes de los Andes había uno que se destacaba, Carlos Páez Vilaró, por ser un artista extraordinario. Quizás por su notoriedad tenía más posibilidades de seguir buscando en el propio país donde había ocurrido el accidente, y quizás así lo sintió. Tuve la gracia de Dios de gozar de su amistad, que hoy continúo con su hijo.

La historia de Carlos padre también es conocida: se fue a Chile y no paró de buscar el avión. Al dejar Uruguay le prometió a Madelón –su mujer– y a sus hijas que volvería con Carlitos Miguel, su hijo. Durante semanas –que se transformaron en meses– Carlos buscó y buscó. Cerca de la Navidad, se ve que dudó y decidió volver a Uruguay –su relato es impactante–, pero no había encontrado a Carlitos Miguel, aunque le había prometido a su mujer y a sus hijas que lo haría. Entonces, se le ocurrió comprar un perrito y traerlo. ¡Qué tiempos aquellos! En lugar de declararlo, lo metió en un bolso y se subió al avión con el perrito de contrabando. ¡Qué tiempos! ¡Imagínense hoy subirse a un avión con un perro y no declararlo, cuando no se puede subir con una cruz, con un collar! Cuando el avión estaba por despegar hacia Uruguay suben los carabineros y preguntan: «¿Quién es Carlos Páez Vilaró?». En ese momento, Carlos padre pensó que lo habían descubierto llevando un perro. Entonces, se para y cuando va a dar explicaciones, le dicen: «Apareció el avión. Hay sobrevivientes».

Siempre hemos visto estos hechos desde la óptica de los protagonistas, pero imaginemos la situación desde la óptica de los familiares que estaban acá, esperándolos.

En el camino, a Carlos le dicen que habían aparecido sobrevivientes pero que no sabían cuántos ni quiénes eran. Cuando llega a las oficinas le informan que le van a dar una lista. En aquel entonces, Carlos Páez tenía amistad con Thomas Friedman, un periodista de radio Carve, y arregla para leer la lista al aire: quería que todos los padres se enteraran al mismo tiempo de quiénes habían sobrevivido y quiénes no; no quería ventajas. Entonces, cuando le dieron la lista puso una hoja en blanco arriba de la que tenía escrito los nombres y fue dejando de a uno al descubierto para leerlos, y durante la transmisión empezó a leer los nombres. Friedman le pidió que repitiera los nombres y él los iba leyendo uno a uno. Cuando llega al de su hijo, con voz quebrada dice: «Carlos Páez, mi hijo. ¡Mi hijo!». Todo el país lo estaba escuchando.

Creo que la mejor forma de terminar mi exposición, señora presidenta, es escuchando la voz de Carlos Páez, en su relato con Friedman, leyendo la lista de nombres. Aclaro que esta fue la segunda transmisión –no la primera–, porque le pidieron que la repitiera.

Como bien decía el señor senador Mieres, ¡que esta vivencia sea enseñada como ejemplo de valores y de superación frente a la adversidad!

(Se emite audio de la transmisión en la que Carlos Páez Vilaró lee la lista de los sobrevivientes de la tragedia).

–Muchas gracias, señora presidenta.

(Aplausos en la sala y en la barra).

SEÑOR HEBER.- Pido la palabra.

SEÑORA PRESIDENTE.- Tiene la palabra el señor senador.

SEÑOR HEBER.- Gracias, señora presidenta.

En primera instancia, quiero felicitar la iniciativa del señor senador Mieres porque quizás ha sido una gran omisión que el Parlamento uruguayo no haya hecho esto antes. En mis reflexiones me gustaría remarcar parte del análisis que hizo el señor senador Mieres y agradecer la presencia en las barras de los familiares de sobrevivientes y de fallecidos en esa tragedia –como se le llama habitualmente–, aunque me gusta más referirlo como el milagro de los Andes. La tragedia –que existió, naturalmente– es parte del milagro; es muy difícil separarlos, pero para mí, insisto, fue un milagro.

Personalmente tuve una vivencia muy especial con respecto a este acontecimiento –perdonen que haga reflexiones de carácter particular en este homenaje, pero no puedo dejar de hacerlo– porque mi madre era íntima amiga de Madelón Rodríguez, madre de Carlos Páez, y vivimos esos setenta y dos días de incertidumbre diaria de una manera muy pasional –porque mi madre era una persona muy pasional–, llegando a grados de irracionalidad importantes, lo que generaba discusiones en mi casa sobre si estaban vivos o no. Fue quizás, con catorce años, la primera vez que uno cree que lo posible es lo imposible, cuando a uno le cae la ficha y puede cuestionar la falta de lógica y la fe ciega de una madre, como muchos de los que quedaron allá y de los que vinieron. Seguramente, habrán tenido esa instancia de fe ciega y siguieron creyendo que estaban vivos. Pasaban los días y uno era testigo de esa persistencia, de esa fe, de esa tozudez, de esa falta de racionalidad para explicarnos –sobre todo a muchachos como yo en aquel entonces, con catorce años– que podía existir vida en donde se nos decía que no la había.

Vivimos esos días con la pasión que había en nuestra casa a raíz de la amistad de nuestra madre con Madelón –hasta el día de hoy la recordamos como una mujer fuerte, con voluntad y con un sentido de fe y de creencia que parecía rayar en la locura–, y después los descreídos, quienes de alguna manera no habíamos tenido fe, hasta vergüenza sentimos cuando ocurrió el milagro.

El señor senador Mieres señalaba la falta de repercusión que tuvo ese hecho en la sociedad de entonces, el no reconocimiento de la epopeya y la heroicidad. Recuerdo que en aquella conferencia que se dio en el Old Christians Club, con mis pocos años quedé bastante indignado por la actitud de los periodistas que buscaban, con morbo, generar una noticia destacando cómo habían sobrevivido y no el hecho de que habían sobrevivido. Fue la indignación de un adolescente que me marcó, que me generó un sello al darme cuenta de que a veces lo imposible es posible y de que la fe, la voluntad, el tesón, el ejemplo y los valores que mostraron aquellos muchachos –estos hombres de hoy– siguen siendo algo que en su momento no se dimensionó en su justa medida. Es cierto que, muchas veces, en el mundo se le daba mucha más jerarquía y destaque a una noticia que en el Uruguay. Quizás tengamos que analizarlo.

Se decía que vivíamos en un país convulsionado; lo era. Había enfrentamientos; estábamos viviendo en un país violento, dividido y con grietas que se manifestaron en aquel momento. Había prejuicios de carácter social y, producto de que esos muchachos eran de una sociedad de clase alta o de clase media alta y habían protagonizado esa epopeya, a ese acto heroico no se le dio en su momento la trascendencia que debió tener. No lo digo como un reproche a quienes hoy estamos aquí, sino a una sociedad pacata que muchas veces puso el acento –lo reitero– en cómo se sobrevivió y no tanto en la fuerza, en las ganas, en la fe o en la voluntad que mostraron esos muchachos de veintipico de años para cruzar la cordillera de los Andes y sobrevivir en las circunstancias más inhóspitas. Hasta el día de hoy sigue siendo motivo de atracción en el mundo entero, sobre todo para las nuevas generaciones; es motivo de charlas con nuestros hijos, que nos preguntan cómo sucedió, y también es motivo de análisis en las mesas familiares, en las conversaciones de entrecasa, ¡producto de que fue un acto heroico! ¡Son héroes! ¡Fueron héroes! Así lo debemos tomar porque esta epopeya, esta sobrevivencia, este milagro sucedió con gente de un equipo de rugby de un pequeño país que está en el sur del mundo. Tienen razón los señores senadores Mieres y Bordaberry cuando afirman que la formación del sentido de equipo, que les permitió generar entre ellos esa cadena humana para poder salir adelante, es parte integrante del milagro. ¡Claro que sí!

Me gusta mucho el libro La sociedad de la nieve porque incluye, naturalmente, a los que quedaron en la montaña. ¡Sigue siendo para mí algo muy emocionante, desde el aspecto visual y auditivo, recordar esos tiempos porque los viví con mucha intensidad! La grabación que hoy nos trae el señor senador Bordaberry en donde se escucha la voz de Carlos Páez Vilaró –en su momento me pareció escucharla mucho mejor que hoy– es algo tan emocionante que hizo llorar al Uruguay. En esa narración se daba lectura a una lista de aquellos que habían sobrevivido, pero otros veían que el nombre de sus hijos no estaba. ¡Yo me imagino lo que debe haber sido eso! La escuché en radio Carve –reitero, mucho mejor de lo que la escuché en el día de hoy–, y cuando se le quiebra la voz a Carlos Páez Vilaró y tiene que hacer un esfuerzo para retomar la lectura después de decir «Carlos Páez, mi hijo», creo que no solo el Uruguay, sino la humanidad lloró frente a la tragedia y frente al milagro.

Mi hermano hizo la travesía a caballo para ir al lugar donde está la cruz que los recuerda a todos –yo no he ido– y me cuenta que cuando se llega allí y se la ve llena de rosarios, de medallas y de recuerdos, ¡se respira vida! Me lo contó él, no lo viví yo. Dice que estar ahí, mirar el lugar y recordar el milagro les generó, a él y a todos los que fueron en aquel momento, una sensación de que ahí no había muerte sino vida. Y esto para nosotros es lo esencial de este homenaje.

Hay que homenajearlos por haber forjado esos valores que, como decía el senador Bordaberry, siguen hoy generando conferencias motivacionales, en todas partes del mundo y en los lugares más increíbles –empresas, equipos de fútbol, partidos políticos–, para gente que necesita tener estos ejemplos de vida para poder saber la fuerza humana que hay cuando existe voluntad, fe y ganas de seguir adelante.

Mi amigo Carlos Páez me regaló la oportunidad de llevar este tipo de charlas al departamento de Rivera, en una jornada en la que el teatro se llenó y quedó gente afuera –nunca antes se había llenado tanto–, porque muchos jóvenes querían ver en estos hechos ejemplos a seguir, porque la gente joven quiere ver en la vida ejemplos a seguir.

Los sobrevivientes y quienes no sobrevivieron son un ejemplo de heroicidad, son un ejemplo de vida, son un milagro andante. A mí, señora presidenta, la narración de los hechos o el recuerdo de esos momentos me resultan muy emocionantes. He leído todos los libros, he visto todas las películas y sigo viviendo estos hechos como cuando tenía catorce años, producto de la emoción que genera la capacidad del ser humano de salir adelante frente a circunstancias adversas y de ver el acto de heroicidad que naturalmente significó la fuerza de Fernando Parrado y de Roberto Canessa, que cruzaron a pie los Andes cuando, a pocos kilómetros, del otro lado, estaba la vida. Parecería que el destino les puso la tarea de hacer más heroica la caminata para que fuera más heroico el reconocimiento de una epopeya, de una instancia que es increíble hasta el día de hoy. ¡Es increíble haber sobrevivido y es increíble haber cruzado a pie los Andes como lo hicieron esos muchachos, hoy hombres!

Todos los uruguayos seguimos sus vidas. Cada vez que hay un programa de televisión o una instancia relacionada con este hecho, lo miro con la misma atención que, vuelvo a decir, cuando tenía catorce años. Pero la difusión que hay de lo que fue ese acto heroico –que, reitero, lo fue en su momento y sigue siendo ejemplar al día de hoy– es para nosotros un norte a seguir. El país tiene en este ejemplo un norte a seguir. Y es bueno que sigan dando conferencias para mostrar lo que, de alguna manera, significó esa instancia.

De todas las fotos que he visto, de todos los episodios, hay una que para mí, señora presidenta, es la más representativa, la que más me gusta: la actual. La última foto que vi es una en la que están todos ellos: los sobrevivientes, con sus hijos y sus nietos. Esa foto es la que genera la afirmación de que la vida triunfa sobre la muerte, de que incluso aquellos que murieron y quedaron en la montaña son parte de esa vida, ¡hicieron posible esa vida!, ¡hicieron posible esa foto! Y esa foto es la que todavía me sigue poniendo la piel de gallina al sostener que este tipo de actos, no reconocidos en su debida dimensión en el Uruguay –aunque hoy, con la iniciativa del senador Mieres, se cumple con ese debe que tenía el Parlamento nacional con quienes fueron protagonistas de esos hechos–, siguen siendo ejemplo del orgullo nacional más trascendente que en los últimos años hemos tenido. Señora presidenta: cuando salimos al exterior y nos preguntan de dónde venimos, muchas veces nos hacen referencia al milagro de los Andes. Y cuando señalamos que tenemos amistad con muchos de ellos, que nos conocemos, nos manifiestan el interés de poder saber más, en forma directa, de lo que fueron esos momentos.

Para nosotros, señora presidenta, el mejor ejemplo es la vida. Hoy el Senado de la república homenajea el milagro de los Andes, que es parte de la tragedia. No importa –como importó entonces– cómo salieron adelante, sino que lo importante es que salieron adelante, que vencieron la muerte y que hoy están acá para ser ejemplo de todos nosotros de que es factible hacer posible lo imposible.

Muchas gracias.

(Aplausos en la sala y en la barra).

SEÑOR MICHELINI.- Pido la palabra.

SEÑORA PRESIDENTE.- Tiene la palabra el señor senador.

SEÑOR MICHELINI.- Señora presidenta: cuando la señora senadora Tourné me pidió que hiciera uso de la palabra en esta instancia, quizás inconscientemente le contesté que sí sin darme cuenta de que, tal vez, no iba a estar a la altura de las circunstancias, que me iban a golpear el pecho una serie de interrogantes –una tras otra– y que en más de una oportunidad se me iban a llenar los ojos de lágrimas.

¿Homenaje?, me pregunté. ¿Tragedia? ¿Milagro? ¿Proeza? ¿Épica? ¿Hay alguna forma de describir lo que esos uruguayos vivieron en los Andes? Quizá sea un poco de todo y ninguna palabra pueda definirlo. Para mis adentros empecé a llamarlo caleidoscopio porque cada vez que lo observo es distinto. ¿Cómo es la mirada de aquel que falleció en el propio accidente, en esos últimos segundos de esa noche terrible? ¿Cómo es la mirada del mecánico adulto, que sobrevivió y después murió en el alud? ¿Cómo es la mirada de los más jóvenes? ¿Cómo es la mirada de los familiares o del arriero? Me pregunto cómo miró la realidad cada uno de los sobrevivientes, cómo se cuestionó y qué se preguntó: ¿por qué yo?, ¿por qué a mí?, ¿por qué en estas circunstancias? Y cada vez que uno mira el caleidoscopio, es diferente.

Si uno viera la película y no supiera que es real, pensaría que es una ficción armada por un excepcional libretista de Hollywood, que hace tan real lo que fue real, tan trágico, tan milagroso, tanta proeza y tanta épica metidas en una misma circunstancia.

Cuando la tragedia ya se había asumido, se dieron otras tragedias: el alud y la noticia de que ya no los buscaban más, que estaban desamparados frente al mundo, que ya no existían, que los habían dado por perdidos. Es muy fuerte eso; tan fuerte como que el alud se llevara al que estaba a tu lado, que podía ser un familiar, pero que también podría haber sido uno mismo. Repito: es un caleidoscopio, una tragedia tras tragedia, porque según cómo se lo mire, la realidad es diferente.

Me gustaba cómo Carlos Páez Vilaró le sacaba dramatismo a la situación cuando conversábamos, no sé si era porque se trataba de mí. Yo admiraba su insistencia, su permanencia en Chile, su tenacidad en la búsqueda. Él me decía: «Lo que no sabe el mundo es que yo estoy acá porque Madelón me mandó» y así le quitaba todo heroísmo a su propia actitud y al amor que le tenía a su hijo. No quería soltar esa cuerda invisible que lo mantenía vivo en su corazón. Son víctimas; todos son víctimas: los que murieron en el accidente, los que murieron en el alud, los que murieron por gangrena. Son víctimas todos, también los que sobrevivieron porque por más que hayan moldeado su carácter, llevan apretadas en su corazón las mismas preguntas que tuvieron aquella noche: ¿por qué a nosotros?, ¿por qué a mí?, ¿por qué yo?, ¿por qué uno vive y por qué otro muere? Esas interrogantes los golpean permanentemente en sus almas. Fue una experiencia que no se le desea a nadie.

Esa tragedia tras tragedia me hace acordar a muchas cosas que pasaron en la Dictadura, porque cuando uno pensaba que ya no iban a suceder más tragedias, volvía a enterarse de que algún amigo, algún compañero, algún conocido había caído o había desaparecido y ya no se sabía dónde estaba. Ese mismo corazón apretado también lo llevan los cientos de torturados que hubo en Uruguay, alguno de ellos presente en este recinto, que estuvieron cara a cara con la muerte. A veces el canto de un pájaro una mañana o un soldado que se apiadaba y le daba un poco más de agua en el momento en que no lo estaban torturando, le permitía volver a creer en la vida. Creo que fue un acto de supervivencia extremo y no hay que avergonzarse de que unos hayan dado la vida por otros, que de alguna forma uno tomara para su sobrevivencia la vida de otro.

Algunos relatos de la Segunda Guerra Mundial cuentan que cuando el ejército nazi era toda una potencia y estaba batiéndose con el ejército soviético en retirada, un soldado que había sido herido en una pierna y que no podía trasladarse, sabiéndose muerto pedía la metralleta para cubrir a sus compañeros que estaban en retirada y así tratar de demorar algunos segundos o minutos el avance incontenible del ejército nazi en esos primeros años. Es la sobrevivencia. Esa sobrevivencia habla bien del hecho de que entre la vida y la muerte hayan elegido la vida. Una vez que uno acepta que quienes no están, ya no están, hay que seguir luchando por la vida. Ante la tragedia no hay que seguir generando más tragedia y, entonces, como unos murieron, que todos mueran. Eso habla muy bien de ellos.

Entre tantas interrogantes pensé por qué hacíamos un homenaje a los cuarenta y cinco años y no a los cincuenta, si todos los uruguayos ponemos los ceros alrededor. Sin embargo, creo que hizo bien el señor senador Mieres en su iniciativa. La señora presidenta sabe que no soy generoso con los halagos, pero creo que hizo bien el senador Mieres porque la sociedad uruguaya de este tema no habla y tenemos que decirlo. Y no habla bien de la sociedad uruguaya que no se hable de este tema.

Hay otros casos de uruguayos que son excepcionalmente reconocidos en el exterior –algunos están vivos, pero no voy a nombrarlos; voy a hablar de los fallecidos–, pero en Uruguay no hablamos de ellos, hablamos a medias o en un círculo de culto. Eso pasa con Mario Benedetti y a veces me rompe el corazón porque mi padre tuvo una enorme amistad con él. Cuando viajo al exterior me hablan maravillas de su poesía, pero el reconocimiento local nunca termina de llegar. Somos como somos y la sociedad uruguaya tiene algunas de esas cosas. De otros temas tampoco hablamos y creo que hay que hacerlo; por eso fue buena la iniciativa del señor senador Mieres invitándonos a empezar a hablar. Habrá sido por el momento; habrá sido por las circunstancias; habrá sido por los hechos de sobrevivencia; habrá sido porque se imaginaba que eran de un sector social, no lo sé, pero no es justo que, además de haber sido víctimas de la tragedia, del alud, de las dificultades, de la nieve, del frío y del hambre, no haya un reconocimiento al valor que tuvieron.

Creo que este recordatorio, que arranca con esta iniciativa, nos permitirá construir ese relato, reconciliarnos entre todos con esos hechos y decir que hubo sobrevivencia. Es muy difícil que cada uno de los aquí presentes, ante esa misma circunstancia, hubiera hecho algo diferente a lo que ellos hicieron. ¡Está bien pelear por la vida, a pesar de las tragedias que a cada uno le ha tocado vivir! Y digo esto sin plantear una heroicidad desde mi perspectiva, señora presidenta, y le pido disculpas a la coordinadora, señora senadora Tourné, si no estoy a la altura de las circunstancias. Por supuesto, a los que han vivido esta tragedia les ha moldeado el carácter –¡vaya si lo ha hecho!–, dan testimonio de vida y pueden compartir su experiencia, pero nadie quisiera esa tragedia para sus hijos. Ellos mismos llevan en el corazón las interrogantes de por qué no pudieron ser más, por qué no salieron antes o por qué no fueron hacia Argentina y no hacia Chile. No quisiera estar en su situación, pero admiro como la viven, con la cabeza alta.

La coordinadora, señora senadora Tourné, me indica que habría una iniciativa para crear un espacio público, y considero que está muy bien. Quisiera decir que pienso que ese espacio público tendría que empezar por los que no volvieron. Entiendo que la forma de construir este relato es empezar por los que no volvieron, por los que no están, por los que no lo pueden contar, quizás porque esa es mi insistencia permanente respecto a otras tragedias mucho más relacionadas con la política, con los avatares, las represiones y las tragedias cometidas por la Dictadura. Pienso en aquellos que no están, en aquellos que no volvieron, en aquellos que no han visto que, paso a paso, la sociedad uruguaya se va reconciliando y construyendo un futuro democrático, un futuro en paz y que, a pesar de las diferencias que tenemos todos los partidos políticos, va generando algo mucho mejor para nuestros hijos y para las futuras generaciones. Por eso entiendo que todos debemos impulsar la construcción de ese espacio público, que debe empezar por aquellos –las circunstancia eligieron a unos y no a otros– que no volvieron, por aquellos que todavía están en nuestro corazón y por aquellos que, aun habiéndose salvado, después terminaron bajo el alud. Debe ser por todos ellos, porque no hay forma más heroica del ser humano que pensar, no en uno, sino en los que no están.

Muchas gracias.

(Aplausos en la sala y en la barra).

SEÑORA PRESIDENTE.- La presidencia del Senado adhiere al homenaje desarrollado en la mañana de hoy, saluda a los sobrevivientes y a todos los que nos han acompañado en esta sesión.

Léase una moción llegada a la mesa.

(Se lee).

SEÑOR SECRETARIO (José Pedro Montero).- «Los abajo firmantes, senadores de la república, mocionamos se apruebe la siguiente minuta de comunicación a la Intendencia de Montevideo y la Junta Departamental:

A los 45 años del denominado “Milagro de los Andes”, protagonizado por jóvenes deportistas uruguayos, se solicita proceder a designar un espacio público de la ciudad de Montevideo en homenaje a los protagonistas del “Milagro de los Andes”». (Firman los señores senadores Mieres, Bordaberry, Mujica, Tourné y Delgado).

SEÑORA PRESIDENTE.- En discusión.

Si no se hace uso de la palabra, se va a votar.

(Se vota).

–29 en 29. Afirmativa. UNANIMIDAD.

Se comunicará a la Intendencia de Montevideo y a la Junta Departamental.

(Aplausos en la sala y en la barra).

La Mesa propone interrumpir la sesión por unos minutos para despedir a quienes nos visitan.

SEÑOR BORDABERRY.- Pido la palabra para una cuestión de orden.

SEÑORA PRESIDENTE.- Tiene la palabra el señor senador.

SEÑOR BORDABERRY.- Iba a solicitar un intermedio de quince minutos.

SEÑORA PRESIDENTE.- Al parecer, estamos coordinados.

Así se procederá.

El Senado pasa a cuarto intermedio por quince minutos.

(Así se hace. Son las 11:10).

(Vueltos a sala).

7) OPERACIÓN ANTARKOS XXXIV

SEÑORA PRESIDENTE.- Habiendo número, continúa la sesión.

(Son las 11:21).

–Se pasa a considerar el asunto que figura en segundo término del orden del día: «Proyecto de ley por el que se autoriza la salida del país del buque ROU 04 General Artigas, su plana mayor y tripulación, con la finalidad de realizar la campaña antártica Operación Antarkos XXXIV, entre el 15 de noviembre de 2017 y el 30 de marzo de 2018, efectuando escala en el puerto de Punta Arenas de la República de Chile. (Carp. n.º 929/2017 - rep. n.º 536/17)».

SEÑORA PRESIDENTE.- En discusión general.

Tiene la palabra el miembro informante, señor senador Martínez Huelmo.

SEÑOR MARTÍNEZ HUELMO.- Señora presidenta: el Poder Ejecutivo remite este proyecto de ley referido a la realización de la campaña antártica Operación Antarkos XXXIV, entre el 15 de noviembre de este año y el 30 de marzo del año próximo, efectuando escala en el puerto de Punta Arenas de la República de Chile.

Esta es una operación tradicional por parte de la Armada. La exposición de motivos ratifica una línea de acción importante cuando expresa que la Armada comprende en su jurisdicción el 70 % de los límites de la república en áreas fluviales y oceánicas, concentrando en lo fluvial el Río de la Plata, el río Uruguay, la laguna Merín, el río Negro, la hidrovía puerto Cáceres-puerto de Nueva Palmira y, en lo oceánico, Atlántico Sur y Antártida.

La importancia de estos ejercicios a los efectos de los antecedentes internacionales que implica el mantenimiento de nuestra presencia, ratificando las líneas de soberanía del país dentro de lo que son nuestras aguas y las aguas internacionales del Cono Sur, representa un tema conocido y tratado en infinidad de oportunidades por esta Cámara de Senadores y por el Parlamento nacional cada vez que se autoriza una misión de esta naturaleza.

La Operación Antarkos consiste en el sostenimiento logístico, fundamentalmente de la Base Artigas, por medio del reabastecimiento anual de materiales imprescindibles para la continuidad del Programa Nacional Antártico. Recordemos que Uruguay es un país importante dentro del Tratado Antártico y esta operación está focalizada e inmersa en todas sus actividades. Además, como bien dice el mensaje del Poder Ejecutivo, es de orden que durante la navegación hacia y desde la Antártida la unidad naval realice actividades de control de contaminación y preservación del medioambiente dentro del área operativa y, una vez arribado a la Base Artigas, la tripulación proporcione apoyo a la investigación científica que allí se desarrolla.

El mensaje del Poder Ejecutivo es muy completo y está en la línea de lo que el Parlamento siempre ha requerido al Ministerio de Defensa Nacional. Me parece que los señores senadores tienen líneas de razonamiento para concordar con este proyecto de ley, con sus antecedentes, a fin de autorizar la salida del país del buque ROU 04 General Artigas, su plana mayor y tripulación, compuesta de 140 efectivos, con la finalidad de realizar la campaña antártica Operación Antarkos XXXIV, entre el 15 de noviembre de 2017 y el 30 de marzo de 2018, efectuando escala en el puerto de Punta Arenas de la República de Chile.

Señora presidenta: al comienzo del artículo único del proyecto de ley se dice: «Autorizar» y la Secretaría de la comisión recomienda que, en lugar de esa palabra, se diga: «Autorízase».

Por todo lo expuesto, en nombre de la Comisión de Defensa Nacional recomiendo la aprobación de este proyecto de ley.

SEÑORA PRESIDENTE.- Si no se hace uso de la palabra, se va a votar en general el proyecto de ley.

(Se vota).

21 en 22. Afirmativa.

En discusión particular.

Léase el artículo único del proyecto de ley, con la corrección propuesta.

(Se lee).

SEÑOR SECRETARIO (José Pedro Montero).- «Artículo Único.- Autorízase la salida del país del buque ROU 04 “Gral. Artigas”, su Plana Mayor y Tripulación, compuesta de 140 (ciento cuarenta) efectivos, con la finalidad de realizar la Campaña Antártica “Operación ANTARKOS XXXIV”, entre el 15 de noviembre de 2017 y el 30 de marzo de 2018, efectuando escala en el puerto de Punta Arenas de la República de Chile».

SEÑORA PRESIDENTE.- En consideración.

Si no se hace uso de la palabra, se va a votar.

(Se vota).

–24 en 25. Afirmativa.

Queda aprobado el proyecto de ley, que se comunicará a la Cámara de Representantes.

(Texto del proyecto de ley aprobado).

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8) OPERACIÓN ESNAL II

SEÑORA PRESIDENTE.- Se pasa a considerar el asunto que figura en tercer término del orden del día: «Proyecto de ley por el que se autoriza la salida del país del buque ROU 01 Uruguay, su plana mayor, tripulación y alumnos aspirantes de la Escuela Naval, con la finalidad de realizar la Operación Esnal II, entre el 12 y el 22 de diciembre de 2017, efectuando escala en el puerto de Itajaí, República Federativa del Brasil. (Carp. n.º 927/2017 - rep. n.º 535/17)».

SEÑORA PRESIDENTE.- En discusión general.

Tiene la palabra el miembro informante, señor senador Martínez Huelmo.

SEÑOR MARTÍNEZ HUELMO.- Señora presidenta: la Comisión de Defensa Nacional, por unanimidad, recomienda la aprobación de este asunto, que tiene su urgencia porque este ejercicio se realizará entre el 12 y el 22 de diciembre próximo. Creo que es fundamental su autorización ya que se trata de un ejercicio conocido por el Parlamento, pues se hace anualmente. En esta oportunidad se realizará rumbo al norte de Brasil, hacia el puerto de Itajaí. Si bien tiene características diferentes a lo que votamos anteriormente, también está incluido en el plan de actividades internacionales. Hay que decir que la realización de estos viajes busca, fundamentalmente, el adiestramiento de los alumnos de la Escuela Naval a bordo de los buques de la Armada, con visitas a puertos extranjeros. Además, tiene como propósito consolidar en la práctica la formación profesional de las futuras generaciones de oficiales de la Armada, permitiendo aplicar los conocimientos teóricos adquiridos en la Escuela Naval, desarrollando habilidades y destrezas marineras, poniendo a prueba su vocación, etcétera.

Señora presidenta: obviamente todo esto está en consonancia con exigencias de la Organización Marítima Internacional, como radicar soberanía, vigilar los mares, todas actividades encomendadas por el Estado uruguayo a la Armada nacional. Hay que decir que estos viajes de instrucción también ofrecen una excelente oportunidad para que nuestra Armada sea una especie de embajadora –como sin ningún lugar a dudas lo es– en los puertos de destino, promoviendo la cooperación técnica y afianzando los lazos de amistad con los países o con los puertos a los que se arriba.

Asimismo, hay que señalar que durante la navegación las unidades navales –tal como expresé en el caso del proyecto anterior– realizarán actividades de control de las aguas jurisdiccionales de la nación, protección y preservación del medioambiente, salvaguarda de la vida humana en el mar, así como la búsqueda y rescate.

Antes de finalizar, quiero decir que todas estas misiones son muy importantes. Todos los señores senadores saben que el Uruguay tiene más superficie marina que terrestre y eso se debe, reitero, a la lucha que se hizo desde el Estado uruguayo para obtener la extensión a las 350 millas. Quisiéramos nosotros –estoy seguro de que también el resto de los senadores– que el Uruguay tuviera los recursos suficientes para poder contar con navíos de mejor calidad y con una buena navegación, porque es muy costoso sacar estos barcos del puerto. Precisaríamos una navegación que fuera más periódica y permanente, pero esto es lo que hoy se puede permitir el país y creo que es algo muy importante para la salvaguarda de la soberanía nacional.

Al igual que en el proyecto anterior, proponemos un cambio en la redacción. En el artículo único, en lugar de decirse «Autorizar», debe expresarse «Autorízase».

Era cuanto quería manifestar.

SEÑORA PRESIDENTE.- Si no se hace uso de la palabra, se va a votar en general el proyecto de ley.

(Se vota).

–25 en 25. Afirmativa. UNANIMIDAD.

En discusión particular.

Léase el artículo único del proyecto de ley con la corrección planteada por el señor senador Martínez Huelmo.

(Se lee).

SEÑOR SECRETARIO (José Pedro Montero).- «Artículo Único.- Autorízase la salida del país del buque ROU 01 “Uruguay”, su Plana Mayor, tripulación y Alumnos Aspirantes de la Escuela Naval, compuesta de 228 (doscientos veintiocho) efectivos, con la finalidad de realizar la operación ESNAL II, entre el 12 y el 22 de diciembre de 2017, efectuando escala en el Puerto de Itajaí, República Federativa del Brasil».

SEÑORA PRESIDENTE.- En consideración.

Si no se hace uso de la palabra, se va a votar.

(Se vota).

–26 en 26. Afirmativa. UNANIMIDAD.

Queda aprobado el proyecto de ley, que se comunicará a la Cámara de Representantes.

(Texto del proyecto de ley aprobado).

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9) TERMINAL FLUVIOMARÍTIMA

SEÑORA PRESIDENTE.- Se pasa a considerar el asunto que figura en cuarto término del orden del día: «Proyecto de ley por el que se autoriza al Poder Ejecutivo a enajenar los padrones n.os 6177 y 7751, ubicados en el predio con frente a la rambla Costanera Sur de Montevideo, conocido como Predio Mauá, con el fin de construir una terminal fluviomarítima. (Carp. n.º 754/2017 - rep. n.º 493/17)».

SEÑORA PRESIDENTE.- En discusión general.

Tiene la palabra el miembro informante, señor senador Carrera.

SEÑOR CARRERA.- Señora presidenta: la Comisión de Transporte y Obras Públicas trae a consideración al pleno de la cámara el proyecto de ley remitido por el Poder Ejecutivo relativo a la enajenación de los padrones urbanos números 7751 y 6177 de Montevideo, ubicados en el predio con frente a la rambla Costanera Sur de la ciudad.

El Ministro de Transporte y Obras Públicas, durante su comparecencia el 8 de marzo de este año informó a la comisión que el Poder Ejecutivo recibió y derivó a ese ministerio un proyecto de iniciativa privada para la construcción de una nueva terminal de ferris al lado del dique Mauá.

Esta iniciativa privada implicó recibir un anteproyecto, que fue consultado con la Administración Nacional de Puertos, el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente y la Intendencia de Montevideo, así como con los que son propietarios del predio, es decir, el Ministerio de Industria, Energía y Minería y el Ministerio de Educación y Cultura, que allí tiene un proyecto para construir el Museo del Tiempo.

Es claro que este proyecto requiere una inversión muy importante, pero incluso con esas facilidades no resulta una decisión menor llevar adelante este emprendimiento. Es claro, además, que esta autorización para proceder a la enajenación de los inmuebles en cuestión es parte de un proyecto mayor que será más que beneficioso, ya que la inversión privada que se promoverá incluye establecimientos comerciales, hotel, estacionamientos y espacio de uso público, todo lo cual resultará muy favorable para los vecinos de Montevideo, revitalizando dicha zona. Además, surge del proyecto que la inversión privada incluye un crecimiento de la zona costera hacia el Río de la Plata, ganando tierra al agua, lo cual brindará fuertes beneficios, ya que está planteado que la propiedad de dicha recuperación será a favor del Estado. Quiere decir que esa tierra recuperada, que resultará económicamente muy redituable, será propiedad del Estado y tendrá, eventualmente, un régimen de concesión con limitaciones temporales.

En cuanto a lo oportuno del proyecto, vale la pena destacar lo siguiente. La comisión tuvo a la vista un informe del ingeniero Franco, que es el director nacional de Topografía, en el que se estima que el valor aproximado de los terrenos es de USD 10:525.000, si se los pusiera en venta.

En cuanto a la estimación preliminar de las obras que serán en favor del Estado tenemos lo siguiente: USD 90:000.000 por las obras de abrigo, es decir, por la construcción de escolleras de 1300 metros; USD 20:000.000 por los muros de ribera y rellenos, con una longitud prevista con forma de frente de atraque de 400 metros y USD 10:000.000 para pavimentos. La estimación preliminar que se hace en base a la información disponible es de entre USD 100:000.000 y USD 150:000.000, montos que no incluyen las obras edilicias ni el acondicionamiento de los terrenos existentes. Esta información oportunamente había sido solicitada por el pleno de esta cámara. Por tanto, queda más que demostrado el beneficio que recibirá el Estado desde el punto de vista económico.

Además, en la comisión tuvimos la oportunidad de escuchar a otras autoridades. En ese sentido, deseo destacar la participación del señor intendente, quien nos informó acerca del proceso de transformación que está viviendo esa zona. Allí se están desarrollando varios proyectos. Por ejemplo, la obra de la nueva sede de la CAF, que, junto con este proyecto, tendrá un impacto muy positivo en la zona.

En cuanto al valor patrimonial, el proyecto respeta la propuesta del Museo del Tiempo y toda la zona del corredor, donde están representadas las artes, la historia y la muralla, lo que nos parece que debe estar en la dimensión y recuperación de una zona muy bella de Montevideo.

El intendente informó en la comisión que toda esa zona de Montevideo, es decir, esa parte de la rambla y el inicio por el lado sur de la Ciudad Vieja, está dentro de un plan director que comenzó hace un tiempo y que ha venido enriqueciéndose. El intendente nos expresó: «Como bien saben los señores senadores, una de las contrapartidas que la intendencia le pidió al edificio de la CAF fue la construcción de un teatro y un cine con tecnología de avanzada […] La idea es valorizar la zona».

El señor intendente también nos habló de la posibilidad de tener en la rambla sur –que hoy es solo un lugar de paso– una inversión que genere algo de calidad arquitectónica, además del uso que se plantea como terminal fluvial, y como contrapartida estaría el Museo del Tiempo, que contribuiría a esa visión global y a valorizar esa parte de la ciudad que hoy por hoy es nada más que un punto de paso.

(Murmullos en sala).

–En sí este proyecto referente al dique Mauá es compatible perfectamente con la visión de la Intendencia de Montevideo.

El alcalde del Municipio B, el señor Carlos Varela, acompañado por los concejales municipales Cosani y Robledo, representantes de la bancada del Frente Amplio, como también por el señor Ulloa, de la bancada del Partido Nacional, manifestó: «Creemos que este es un proyecto país y de impacto para el departamento de Montevideo. Como toda política pública, tiene un asiento territorial que, en este caso, es en el Municipio B de la ciudad de Montevideo. Se trata de una zona muy importante de nuestro municipio y también de toda la ciudad. […] El proyecto en sí mismo nos permitirá como municipio, y teniendo en cuenta la centralidad a la que estamos haciendo referencia, un desarrollo de muchísima importancia porque generaría un entrelazado entre la ciudad vieja o casco histórico y la ciudad nueva, que es algo realmente difícil».

Realmente es difícil hacer un informe con tanto barullo.

SEÑORA PRESIDENTE.- Pedimos a los señores senadores un poco de silencio, de manera de poder escuchar al miembro informante.

Puede continuar el señor senador Carrera.

SEÑOR CARRERA.- Gracias, señora presidenta.

El señor alcalde continúa expresando: «Proyectos de estas características –que se unen a otros proyectos territoriales de desarrollo local, como es el caso del Mercado Central, la nueva sede de la Corporación Andina de Fomento, el Banco de Desarrollo de América Latina, conjuntamente con el Teatro Solís, la Sala Verdi, la Sala Zitarrosa y el complejo del Sodre– generan un desarrollo cultural, social y turístico para la ciudad. Se está tratando de desarrollar la idea del barrio de las artes, con una centralidad y un atractivo propio como ciudad. […] Es un elemento adicional que nos podría permitir desarrollar la idea de otra vertiente cultural y además un patrimonio de nuestra nación e identidad propia.

Entonces, como Municipio debemos decir –sin tener una resolución formal del Gobierno municipal– que tenemos una impresión muy positiva del proyecto en su globalidad y por tanto nos interesa que se concrete. Podríamos seguir agregando cosas, por ejemplo, las plazas de estacionamiento que se prevé construir, los servicios anexos a la terminal fluvioportuaria, y otras actividades».

Por último, del trabajo de la comisión podemos destacar que se tuvo en cuenta que se deberían tomar ciertas garantías a los efectos de preservar el patrimonio del Estado y, en el caso de que la iniciativa privada no se concretase, establecer que esos padrones vuelvan a ser parte de su patrimonio. En este sentido, la comisión propuso una redacción –que los señores senadores tienen en sus mesas– para el artículo 6.º; luego el señor senador Pintado va a proponer alguna modificación al respecto.

Sin más, señora presidenta, considero que es un muy buen proyecto, que tendrá un impacto positivo en una zona muy bella de Montevideo y que los actores territoriales comparten y lo destacan.

Este proyecto de ley fue votado por la unanimidad de los integrantes de la comisión que participaron en esa jornada de trabajo. Asimismo, es un proyecto ajustado a nuestro ordenamiento jurídico y cumple con las normativas de la ley de reactivación económica.

Es cuanto tengo para informar.

SEÑOR PINTADO.- Pido la palabra.

SEÑORA PRESIDENTE.- Tiene la palabra el señor senador.

SEÑOR PINTADO.- Señora presidenta: compartimos lo expresado por el senador Carreras y como ya hicimos las consideraciones generales sobre este proyecto de ley en la sesión en que se empezó a discutir, no vamos a agregar más de lo que dijimos en esa oportunidad.

En comisión tuvimos la iniciativa, junto con la senadora Ayala, de agregar el artículo 6.º, cuyo propósito conceptual es asegurar al Estado que, si no se cumple con las obras, todos los padrones cedidos vuelven a su propiedad. Pero ahora queremos hacer una modificación a ese artículo, sobre la que hemos conversado con los senadores del Partido Nacional que integran la comisión y que aprobaron el proyecto de ley y este artículo. El artículo 6.º establece: «La enajenación a que refiere el artículo 1º solo podrá celebrarse bajo la condición resolutoria del cumplimiento de las obras» –estas obras son las que establece el artículo 1.º, los muelles y escolleras– «objeto de la licitación pública dentro del plazo que se indique en el pliego licitatorio o el contrato en que se estipule, resolviéndose de pleno derecho la enajenación en caso de incumplimiento y retornando al Estado la propiedad de los inmuebles…». Nosotros habíamos agregado «sin necesidad de intimación o requisitoria administrativa o judicial alguna», pero algunos asesores me han señalado que a veces mi voluntad no está dentro de la constitucionalidad y que con esto no estoy respetando ciertos derechos, por lo que alcanza con poner un punto en la palabra «inmuebles».

Simplemente, pedí la palabra para informar sobre esta modificación.

Muchas gracias.

SEÑOR BORDABERRY.- Pido la palabra.

SEÑORA PRESIDENTE.- Tiene la palabra el señor senador.

SEÑOR BORDABERRY.- Señora presidenta: no vamos a acompañar este proyecto, principalmente por dos órdenes de motivos.

El primero es una cuestión de política en general. Nosotros creemos en la libre competencia y en que tiene que haber competencia en la mayor cantidad de áreas de la economía posible, especialmente entre los privados. Todos sabemos que hay dos formas de evitar que haya competencia. La primera es estableciendo un monopolio desde el punto de vista legal; la Constitución marca el camino para hacerlo. La segunda es a través de los denominados monopolios de hecho o a partir del abuso de la posición dominante. En este caso, quien ha iniciado el trámite para la terminal fluviomarítima es, notoriamente, la empresa que brinda en exclusividad, o casi en exclusividad, el servicio de transporte de pasajeros entre Montevideo y Buenos Aires. A esa misma empresa le estamos dando la terminal del puerto de Montevideo. Entonces, si uno aspira a que siempre haya competencia, parece difícil que el día de mañana alguien quiera poner una competencia cuando resulta que el principal operador y su competidor va a ser el dueño de la terminal. Imaginemos todo lo que se puede hacer en ese caso en cuanto a demoras, servicios que se presten mal, etcétera.

Eso sí, estamos totalmente a favor de las concesiones. Es más, creo que en las dos concesiones más exitosas que tuvo el Uruguay en los últimos tiempos, que fueron las de las terminales del Aeropuerto Internacional de Carrasco y de Cuenca del Plata, tuvimos la enorme suerte de haber integrado los equipos en los momentos en que se hicieron los llamados. Y en esas oportunidades nos cuidamos de que los usuarios de las terminales no fueran sus dueños, es decir, que American Airlines o Iberia no fueran los dueños de la concesión del Aeropuerto Internacional de Carrasco. Evidentemente, eso hubiera sido una equivocación, porque lo que queríamos era que hubiera competencia en la prestación de los servicios aéreos y el dueño de una terminal está en una posición muy favorable para poner condiciones a los demás, fijar los horarios de llegada, tiempos, servicios, etcétera.

Por tanto, nos parece muy malo que el principal o el único prestador de servicios de transporte de pasajeros se quede por cincuenta años con la terminal. Me pregunto: ¿alguien le va a competir?

Tampoco se nos ha dicho –y ojalá lo supiéramos– si el Banco República va a volver a poner dinero en esta empresa. Esperemos que no, porque esto es muy sencillo: se consigue la terminal, se dice que se va a hacer la inversión y después se sale a pedir plata. En definitiva, se hace una obra con terrenos que son de los uruguayos, con eso se financia, la empresa le pide un préstamo al Banco República y se queda con el mercado. No me parece que sea el camino, y menos de esta forma. ¿Cuánto valen esos terrenos? ¿Alguien lo sabe? ¿Cuántos pisos se van a construir? ¿Cinco, ocho, diez, veinte? ¿Se van a hacer edificios de apartamentos para vender o no? ¿Alguien está en condiciones de asegurar que no va a ser así? ¿Van a hacer solo un hotel? No me parece que esto sea bueno. Insisto, sí creo que es buena la concesión y la obra, pero no me parece bueno que sea el usuario el que tenga el control, porque estará en una posición que no va a permitir que haya competidores.

El segundo orden de motivos por los cuales no vamos a acompañar este proyecto de ley son los antecedentes del señor que ha hecho este pedido al Estado. Lo digo con todo respeto, pero los antecedentes no me satisfacen, y no porque me lo contaron, sino por experiencia personal. No estoy diciendo que tenga un problema conmigo, sino que me tocó tratar con bastante asiduidad con esta empresa. Los conocí en 2000 o 2001, estando en el Ministerio de Turismo, y en aquel entonces venía gente a cada rato a quejarse del abuso de la posición dominante que esta empresa hacía. Vendía el paquete del hotel y el restaurante uruguayos con el pasaje y hacía publicidad en Argentina. Obviamente, el transportista tenía un peso enorme en cuanto a la venta del hotel de este lado, y el pasaje valía una cosa para el que estaba en el paquete de la empresa y otra para el que no. No miremos para otro lado en estos casos. Todos sabemos que si uno incluye el pasaje, el hotel y la comida, tiene una ventaja. Así, había vendido, en aquel entonces, una cantidad de noches de hotel uruguayas, las cobraba al contado e iba estirando los plazos de pago a los operadores turísticos de nuestro país. Tanto fue así, que varios vinieron a quejarse y me pedían que los ayudara a cobrar, porque hacían lo que muchas veces hacen las grandes superficies: venden contado y pagan a treinta días; un día, pagan a sesenta; un día, pagan a noventa, etcétera. Ahí hay un beneficio y dicen que es donde está el negocio. Ahora bien, si una gran superficie hace eso, de repente hay otra gran superficie a cinco cuadras que lleva adelante otra política. Pero acá no hay otra empresa que traslade pasajeros, y más aún, en ese momento era el que fijaba las condiciones. Recuerdo haber tenido discusiones grandes sobre este tema y sobre esa posición dominante. En algún momento hasta había evaluado hacer las denuncias correspondientes.

También en aquel entonces esta empresa tenía una fuerte deuda con la Administración Nacional de Puertos por la terminal vigente. Hubo que hacer acuerdos de todo tipo para tratar de que cumpliera. Eran momentos duros, pero no cumplía.

Recuerdo que en determinado momento, cuando la empresa les debía a los operadores turísticos uruguayos y a la Administración Nacional de Puertos, me invitó a la inauguración, en Montevideo, de una oficina que estaba abriendo en Madrid con una gran inversión, y yo no fui; me negué a hablar. ¿Cómo iba a ir a aprobar la apertura de una nueva oficina con inversión, cuando no se pagaban las cuentas locales? Recuerdo que se enojaron conmigo por eso.

Lo siguiente pasó a fines de 2004. Se estaba por vencer el contrato de la terminal de Montevideo y me vinieron a ver para que lo extendiéramos. En aquel entonces se pagaba más o menos USD 700.000 por año y la empresa quería pagar USD 70.000. Acá muchas veces me dicen: «Lo que hizo su partido en el Gobierno». Puedo decir lo que yo hice mientras estuve en el Gobierno: me negué, señora presidenta. Para mí, terminaba preso. Estaban pagando USD 700.000 –además, en pleno período electoral– y la empresa quería que lo bajáramos a USD 70.000. Además, no podíamos hacerlo en un Gobierno que se estaba yendo. Recuerdo que el presidente Batlle estuvo de acuerdo en no hacerlo y el ministro de Transporte y Obras Públicas también. Nos parecía una locura. Después, el nuevo Gobierno lo hizo.

Cuando ayer discutíamos sobre el «voto Buquebus» y la necesidad de regular las empresas de transporte público, nos acordábamos de estas cosas, señora presidenta. Actuamos bien, defendiendo los intereses del Estado frente a esta empresa; no le bajamos el canon anual que pagaba, y después tuvimos que pagar pasajes más caros. Y bueno, son las formas de encarar las cosas en la vida, me parece.

Pasó el tiempo, me retiré de la política después de 2005 y retorné en 2009. Acá estaba el señor senador Moreira y nos pusimos a trabajar en el problema de Pluna. ¿Recuerdan los que fueron legisladores en el período pasado? Señora presidenta, usted era legisladora, ¿se acuerda de la cantidad de interpelaciones que tuvimos por Pluna? Era la Pluna de Campiani –¿lo recuerda?–, aquel empresario del que algún señor senador dijo: «A mí no me gusta Campiani». Yo hoy digo: «A mí no me gusta López Mena». Creo que todos tenemos el derecho a decir quién no nos gusta y quién nos gusta, y decirlo valientemente. A mí no me gusta López Mena. Y no me gusta, pese a que había decidido dejar atrás aquellas diferencias que habíamos mantenido por el abuso de posición dominante, por lo que nos tocó vivir con el señor senador Moreira. Recordará, señora presidenta, algunas de las incidencias en las que tratamos de colaborar.

Por ejemplo, en determinado momento vino un proyecto de ley sobre Pluna y nos dijeron que la empresa debía USD 3.500:000.000 en Brasil y que había que cerrarla rápidamente. Luego fueron quince y después parece que fueron tres, pero no USD 3.500:000.000. Entonces, el Gobierno de la época resuelve rematar los aviones de Pluna. Vino el ministro de Economía y Finanzas de la época, también debe haber venido el ministro de Transporte y Obras Públicas –que está hoy aquí–, y en ese momento se sacaron a remate los aviones con una base de USD 130:000.000. Y yo, que trato de ser prolijo –podremos coincidir o discrepar, señora presidenta, pero uno trata de ser prolijo y estudiar–, pregunté por qué se había fijado esa base. Me dijeron que era lo que Pluna debía al Estado uruguayo por la garantía. Entonces les contesté que hay un principio que establece que el valor de las cosas no está dado por lo que uno debe. A veces la garantía es mayor; a veces la garantía es menor. Le escribí un correo electrónico a un amigo que tengo en España y otro a un amigo que tengo en Italia, les pasé las características de los aviones y me respondieron que esos aviones no valían USD 130:000.000, sino que, con suerte, valían USD 80:000.000, pero además me dijeron que no había mercado en ese momento.

Este señor, de la empresa que ha pedido esto, tenía una aerolínea en ese momento. Entonces pensé: «Le voy a preguntar a él». Llamé y le dije: «Discúlpeme, usted que está en el mercado, ¿cuánto vale esto?». Y me contestó: «El que paga más de USD 80:000.000 está lavando dinero». Entonces, me tiré al agua. Cuando vino el ministro de Economía y Finanzas, le dije: «No ponga la base de USD 138:000.000. Ponga una base de USD 80:000.000 o no ponga base, porque es lo que vale». Me acusaron de todo: de que no quería defender al Uruguay y de no sé cuántas cosas más.

Se va a hacer el primer remate con este señor, y resulta que se suspende tres o cuatro días antes. Cuando me preguntan, digo que se suspende porque con una base de USD 138:000.000 no hay oferentes y que esos aviones no valían más de USD 80:000.000. Sin embargo, al rato, cuando se hace el segundo remate, se remata en
USD 138:000.000. Fue el famoso remate del caballero de la derecha, allá en el Prado. ¿Se acuerdan? En ese momento pensé: «¡Cómo le erré!». Me dijeron que valía USD 80:000.000 y se remató en USD 138:000.000. Entonces, fui a hablar con los que me habían dicho que valía USD 80:000.000. Hablo con mi amigo de Italia, y me dice: «No puede ser». Hablo con el de España, y también me dice: «No puede ser». «Sí, mirá, lo compró una empresa española», le respondo. Me pregunta: «¿Qué empresa?», y le contesto: «Cosmo». «Acá no la conoce nadie», me dice. «Bueno, averiguame», le digo.

Llamo al señor que también me había hablado de USD 80:000.000, el dueño de esta empresa, y me dice: «Sí, es una barbaridad, pero hay que trabajar para que los inversores se queden en el país». Me sonó raro. Averiguo más en España y me dicen: «Mire que la gente de Cosmo estuvo metida en un problema grave en Marbella». Terminó presa una actriz. ¿Se acuerda de Isabel Pantoja, señora presidenta? Fue presa, porque se había enganchado con el alcalde de Marbella y habían lavado dinero. ¿Y quién estaba metido? Uno de los fundadores de Cosmo.

Junté toda la información y la comuniqué. ¿Se acuerda, señora presidenta, que se la llevé a su despacho y al de la señora senadora Xavier? Fuimos con el señor senador Larrañaga, y creo que con el señor senador Heber y el señor senador Amorín. Y les dijimos: «No vamos a hacer ruido. Vamos a aportar. Miren que con Cosmo pueden tener un lío». En ese momento nadie sabía quién era Cosmo. Nosotros les llevamos la información y nos quedamos quietitos, tomando mate, como el que tira el anzuelo en la laguna y deja que se lleve la boya a ver si prende la tararira. ¡Para qué! ¿Quién era Cosmo? Era el señor al que ahora se le está dando estos terrenos en Montevideo por este proyecto de ley. Cuando le pregunté a este señor, a quien lo había representado –y nos había mentido a todos–, quién era Cosmo, me respondió: «No la conozco». Me dijo que no conocía a Cosmo.

Después de eso saltó todo, obviamente. Había negociado el aval con el Banco República, había estado metido; el representante de Cosmo era amigo del hijo, compañero de clase, y todas esas cosas que se saben, señora presidenta. «Poderoso caballero es don Dinero».

Hoy le estamos votando que le vamos a dar la terminal por cincuenta años. Hoy le estamos votando que le vamos a dar los terrenos más valiosos de Montevideo. ¿Y ustedes me piden que lo vote? En serio, estoy hablando con el corazón acá. No puedo votarlo, señora presidenta. Le soy bien franco. Podrán estar de acuerdo conmigo o no, pero creo que podrán coincidir en que tengo muy buenos motivos como para no votar este proyecto de ley. Seguimos con el mismo señor viniendo acá a pedir cosas. Terminaron procesados el ministro de Economía de la época y el presidente del Banco República en aquel caso y ¿vamos a darle los terrenos a este señor? Yo creo que no debería ser así. No deberíamos darle ese beneficio.

Por todo eso y con todo respeto –porque me parece que hoy aquí voy a ser minoría absoluta–, no voy a acompañar este proyecto de ley. Me parece que es inoportuno y, además, creo que es una paradoja del destino que este proyecto haya integrado dos veces el orden del día junto con el proyecto de financiación de los partidos políticos.

Quiero destacar que ha estado involucrado fuertemente con todos los Gobiernos –el de mi partido también–, pero cuando a mí me tocó integrar el Gobierno defendí los intereses del país y lo enfrenté. Me parece que no deberíamos aprobar este proyecto.

Creo que era el poeta español Francisco de Quevedo quien decía: «Poderoso caballero es don Dinero. […] Hace todo cuanto quiero».

Gracias.

SEÑOR PINTADO.- Pido la palabra para una aclaración.

SEÑORA PRESIDENTE.- Tiene la palabra el señor senador.

SEÑOR PINTADO.- Lo primero que quiero aclarar, señora presidenta, es que estamos discutiendo la aprobación de un proyecto de ley que refiere a la terminal fluviomarítima y a la enajenación de los padrones n.os 6177 y 7751, ubicados en el predio con frente a la rambla Costanera Sur de Montevideo, conocido como Predio Mauá. Lo digo porque cualquier oyente distraído puede pensar que estamos discutiendo otro tema.

Esta es una iniciativa que se enmarca dentro de una ley preexistente a los Gobiernos del Frente Amplio –la ley de iniciativa privada–, que incluye un proceso competitivo. No voy a negar –porque no quiero mentirme– que probablemente no haya mucha competencia, pero si la hubiera, quien presenta la iniciativa corre con la ventaja de beneficiarse con un porcentaje de entre el 5 % y el 20 % sobre el valor ofertado. Y, según mi humilde interpretación de la ley, el 20 % es excepcional porque es cuando el Estado plantea la necesidad.

Por lo tanto, la iniciativa tendrá algunos premios. Cuando nos correspondió hacerlo, establecimos entre un 5 % y un 10 %, pero nunca excediendo el 10 %. Esa es una de las cosas que quería señalar.

Lo segundo que quiero decir es que las obras planteadas se harán dentro de lo que marca la reglamentación y bajo las condiciones que la Intendencia de Montevideo establece respecto de la altura y el tipo de construcción. A su vez, si hay alguna excepcionalidad, tendrá que votarla la Junta Departamental por mayoría especialísima, al igual que ocurre en otros departamentos, donde a veces las alturas se resuelven excepcionalmente.

Además, hablo de mis antecedentes. A la empresa de la que se está hablando, nosotros no le renovamos el contrato –al que tenía derecho– para extenderse en la terminal de Montevideo. No se lo extendimos porque entendimos que había que entrar en un proceso competitivo. Pero como eso no ocurrió, la Administración Nacional de Puertos tuvo que asumir la administración, y lo hizo con muchas dificultades.

En Colonia se plantea una situación –muy criticada, por cierto– en la que el Estado, la Administración Nacional de Puertos, construyó una terminal. Vamos a decir la verdad, ese es el único lugar donde hay competencia. Existe en Colonia-Buenos Aires, donde están Buquebus y Colonia Express, que son las empresas que compiten entre sí. No hay competencia establecida puerto a puerto –no por voluntad del Gobierno– entre Montevideo y Buenos Aires ni la hubo en el momento en que conectaba Piriápolis con Buenos Aires. Tampoco hay competencia en la conexión Carmelo-Tigre. Quiere decir que el panorama es variado.

Estratégicamente, ¿en el puerto de Montevideo se precisa retirar la terminal fluviomarítima de ese predio? Sí. Un puerto multipropósito orientado a la producción debe tener capacidad para zonas especializadas dentro del puerto, con contenedores y graneles, y así se ha ido construyendo, siguiendo el plan maestro del puerto y las modificaciones que se hicieron en su momento con una ley que fue muy criticada por nosotros, pero la verdad es que dio buenos resultados. Vamos a decir la verdad.

Lo cierto es que precisa más espacio. Creo que hay que sacar la Armada de allí. El muelle pesquero tiene que ver con ordenar la pesca a fin de repartir racionalmente lo que hace cada puerto en su organización.

Ahora bien, ¿el Estado tiene dinero como para gastar no menos de entre USD 100:000.000 y USD 200:000.000 para construir una terminal fluviomarítima? No. Y si la hiciéramos, aquí se nos acusaría de que estamos gastando plata para que la misma empresa tenga todos los beneficios en una futura y supuesta competencia.

Entonces, la verdad es que estamos aplicando un principio de realidad, independientemente de que nos guste o no la persona; a eso no me voy a referir.

Lo último que quiero decir es que no en todos los casos el manejo de una terminal por parte de una empresa implica no competencia.

(Suena el timbre indicador del tiempo).

–Termino con esto, señora presidenta, citando dos ejemplos. Uno es el aeropuerto de Panamá, que está administrado por Copa. Esta empresa tiene un área muy importante, pero no evita que la competencia ingrese en términos competitivos. Otro es el de Catar, por nombrar solo dos. En Madrid existe una predominancia de Iberia, pero no está administrado por la compañía.

Por tanto, creo que mientras todo se haga dentro del principio de la legalidad y la conveniencia para el país, independientemente de lo mucho o poco que nos gusten las personas, no hay que declarar culpable a la gente si no hay pruebas de ello.

Gracias, señora presidenta.

SEÑOR MIERES.- Pido la palabra.

SEÑORA PRESIDENTE.- Tiene la palabra el señor senador.

SEÑOR MIERES.- Gracias, señora presidenta.

Nosotros no participamos del proceso de debate en la Comisión de Transporte y Obras Públicas porque no la integramos. Hemos estudiado el tema y, realmente, no vamos a acompañar este proyecto de ley. Nos parece que la ingeniería jurídica que se propone, por lo menos, llama la atención.

A nosotros nos parece muy bien que se busque la construcción de una terminal fluviomarítima, pero hay mecanismos alternativos. Lo que no parece evidente es la necesidad de la enajenación.

¿Cuál es el sentido de enajenar los bienes?, salvo que existan otros negocios que no están explícitos en esta discusión. En el llamado a licitación perfectamente podría acordarse la licitación para la construcción de la terminal fluviomarítima estableciendo un contrato de concesión por tantos años, sin la enajenación de los bienes inmuebles.

En este sentido, nosotros nos preguntamos si esa enajenación no es condición de un negocio mayor que no está explícito. De alguna manera, cuando se habla de que la Intendencia después verá si autoriza alturas y demás, nos llama más la atención, porque ¿qué quiere decir eso?

SEÑOR PINTADO.- ¿Me permite una interrupción, señor senador?

SEÑOR MIERES.- Con mucho gusto le concedo la interrupción al señor senador Pintado, a quien aludí indirectamente.

SEÑORA PRESIDENTE.- Puede interrumpir el señor senador.

SEÑOR PINTADO.- No dije que se plantean excepciones a las alturas existentes; lo que recordé fue la regla. En otros departamentos, cuando alguna Intendencia tiene que elevar los permisos de altura, tiene que remitirlo a la Junta Departamental. Fue lo único que comenté.

En las comparecencias a la comisión, nadie nos ha planteado que va a permitirse más de lo que puede construirse.

Gracias, señora presidenta.

SEÑORA PRESIDENTE.- Puede continuar el señor senador Mieres.

SEÑOR MIERES.- Si tuviéramos enfrente un proyecto para hacer un llamado a licitación para un contrato de construcción de la terminal fluviomarítima en la modalidad de concesión, no tendríamos problema. Pero aquí se trata de enajenación de bienes.

Fíjense que la mecánica es tan compleja, que al mismo tiempo se le otorga al Estado –como corresponde– la propiedad de las construcciones de la terminal. Entonces, vemos que la enajenación es un mecanismo demasiado complejo y no lo entendemos, salvo que existan –repito– otros proyectos que le den valor a la necesidad de tener los predios en propiedad. No nos gusta no conocer estas cosas y no las conocemos. Tampoco voy a hablar de los antecedentes de quien se sabe que es el único ofertante en esta licitación, aunque lo que sí está claro es que está litigando con el Estado en más de un caso. Por ejemplo, está recurriendo la decisión –de la que hablaba el senador Pintado– de no renovarle la concesión del espacio portuario, lo que me parece muy bien que no se haya hecho por las razones que recién se explicaron.

En síntesis, a nosotros no nos da garantías el procedimiento propuesto, nos llama la atención y no queremos ser parte de un voto favorable a un planteo que no terminamos de entender.

Muchas gracias.

SEÑOR LACALLE POU.- Pido la palabra.

SEÑORA PRESIDENTE.- Tiene la palabra el señor senador.

SEÑOR LACALLE POU.- Señora presidenta: es claro que yo podría suscribir el relato que hizo el señor senador Bordaberry, y le podrían agregar más ingredientes. También es clara la relación entre el Gobierno del Frente Amplio y López Mena; es pública y notoria. Fue criticada, fue motivo de una comisión investigadora, de una interpelación y de una denuncia penal. ¡Está claro!

Ahora bien, separemos la persona, el personaje, el empresario, del negocio. Para mí el emprendimiento es un buen emprendimiento; se podrá discutir –tal como hicimos en comisión– el tema de la enajenación. Obviamente que el modelo que sugiere el senador Pablo Mieres se ajusta más a lo que uno querría.

Nosotros pedimos que se nos informe cuál es el precio de estos predios y de cuánto se trata la inversión. Si, de alguna manera, el precio de los predios es similar al de la inversión más el resultado económico que va a tener el empresario, va de suyo que no hay que ejercer una prioridad, porque se presentaría mucha gente. Pero desde el momento en que se nos dice que el predio está en el entorno de USD 12:000.000 y USD 13:000.000 y la inversión supera los USD 120:000.000, no me parece que se le esté regalando a alguien el negocio. Me acota el señor senador Camy que el precio es de USD 10:000.000.

Por otra parte, ¿quién lo va a hacer, si no lo hace él? No es que haya una fila de gente en la rambla esperando para hacerse cargo de ese predio que está tirado. ¡Está claro! A mí López Mena no me gusta, pero no se trata de decir acá a quién le gusta menos López Mena o quién pertenece al club de fans contra López Mena –yo me haría socio–; no se trata de eso.

¿Por qué separé? Porque si nosotros partimos de la base de que el negocio es bueno para el país, después iremos a las condiciones que se ofrecen a quien va a ser el adjudicatario. Casi que no cabe la menor duda de quién va a ser: Juan Carlos López Mena, que –dicho sea de paso– es el que tiene la línea de transporte fluvial en Montevideo.

Obviamente, vamos a ponerle la lupa al negocio y a sus condiciones, hay que ponerle la lupa si se recurre al Banco República, donde la oposición tiene representantes. Yo no accedería a determinado tipo de financiamiento. Hay que poner la lupa en el cumplimiento del contrato y en los plazos; hay que establecer un plazo de cumplimiento y, si no cumple –como en el ludo–, se vuelve atrás para empezar de nuevo. Es obvio que muchos tenemos sospechas y suspicacias acerca de este negocio; no voy a decir que no. Sí, las tenemos. Es como la película Mi pasado me condena. El Frente Amplio es muy cercano a López Mena, obviamente. Pero yo voy a analizar este negocio, este procedimiento del que hoy termino siendo responsable y tengo que hacerme cargo porque voy a votar a favor.

Estas son, claramente, las razones por las que voy a votar este proyecto de ley, con la enorme tranquilidad de que no tengo relación, cercanía ni colaboración en campaña, ni nada que se le parezca, con esta persona. Está claro no solo a quién le pedimos sino también a quién no le pedimos que financie nuestras campañas, y nuestro proceder político.

SEÑOR BORDABERRY.- Pido la palabra para contestar una alusión.

SEÑORA PRESIDENTE.- Tiene la palabra.

SEÑOR BORDABERRY.- Creo que es un buen proyecto construir una terminal. ¡Cómo no lo va a ser! ¡Quién puede decir que no es un buen proyecto construir una terminal nueva! Sin duda, lo es. Tampoco hay duda de que las concesiones son buenas. Las dos cosas las dije de entrada. Nuestra doble objeción a este proyecto pasa por otro lado.

En primer lugar, se da el fortalecimiento de la posición de un actor del transporte que ya es dominante. Es claro que hoy el señor López Mena y su empresa dominan el transporte fluviomarítimo en el Río de la Plata, porque hay una pequeñísima competencia en Colonia y un absoluto monopolio desde hace tiempo en Montevideo. Además, siempre se ha dicho que compra las empresas que son la competencia. En realidad, si le damos la terminal, va a tener: el monopolio de los barcos, la terminal allá y la terminal acá. No queda nada; nunca se va a instalar nadie y nosotros y los operadores turísticos de Uruguay vamos a ser rehenes de una sola empresa en el transporte fluviomarítimo. Se podrá compartir o no, pero esa es una cuestión de estrategia. En lo personal, creo que siempre tiene que existir la posibilidad de que haya competencia. Reitero que esto se hizo así en el caso del Aeropuerto Internacional de Carrasco, pues se ponen esas exigencias que son lógicas.

La segunda objeción no es a la obra en sí, sino a los antecedentes, y no voy a volver a relatar de primera mano lo que fue una experiencia personal. Reitero: en el período pasado tuvimos larguísimas jornadas de trabajo por este tema con el senador Moreira, quien se sentaba al lado de donde hoy está la senadora Payssé.

Por último, es cierto que en el período pasado se puso fin a la concesión de la terminal de Montevideo, pero también es cierto que en el 2005, a los tres meses de instalado el nuevo Gobierno del Frente Amplio, se le prorrogó al señor López Mena, por el 10 % de lo que venía pagando. Además, no se le exigieron las obras que se le habían pedido al dársele la terminal en sí, que hubo que hacerla nueva. Está bien, cuando se venció la última prórroga no se le renovó.

Me parece que sería bueno que hubiera un poco más de transparencia en esto y se deje afuera al principal operador. De nuevo: sería bueno, ya que estamos hablando mucho de transparencia, cristalinidad y todo este tipo de cosas en el financiamiento de los partidos políticos, que se nos aclare si el señor López Mena a su vez colaboró o no con la campaña del Frente Amplio, si su empresa lo hizo o no lo hizo. Es muy fuerte que estemos votando una ley que beneficia a alguien que públicamente colaboró con el partido que llega a la mayoría. Si hablamos de transparencia y de toda la financiación de los partidos y ayer rechazamos una norma que prohíbe a los dueños del transporte público beneficiar a los partidos, sería bueno conocerlo también, de acuerdo con el artículo 97 del Reglamento.

Gracias.

SEÑOR MICHELINI.- Pido la palabra.

SEÑORA PRESIDENTE.- Tiene la palabra el señor senador.

SEÑOR MICHELINI.- Muy brevemente, señora presidenta.

El señor senador Bordaberry dice que no vota por un tema de competencia y demás. ¡Está perfecto! Cada uno es libre de votar por sí o por no cada uno de los proyectos de ley.

Después agrega un segundo argumento que, para mí, no califica. Si se tratara de otro empresario, ¿él votaría? No, porque su principal argumento es otro. Da la sensación de que su segundo argumento se convierte en el primero –esta es la impresión de quienes lo escuchamos– y que se considera a quien viene a invertir en Uruguay según la cara que tenga y esto no le hace bien al conjunto de los uruguayos.

Bien hace el señor senador Lacalle Pou en separar el personaje, de la empresa.

Y cuando el señor senador Bordaberry habla de beneficio, dudo que lo tenga. Más allá de que tenga o no una posición dominante –si la tiene, la seguirá teniendo–, me genera muchas dudas que esto sea un beneficio. La inversión que hace es multimillonaria y, sinceramente, no sé en cuánto tiempo la va a rescatar. Hay personas y empresarios en el mundo que a veces hacen inversiones para ganar dinero y, otras, porque creen que deben reinvertir en el negocio, pero no necesariamente porque sea rentable. Reitero que tengo muchas dudas de que al final del período, en la parte que está concesionada –si es que notoriamente llega a administrarla–, los números vayan a cerrar, incluso, con un crecimiento turístico superior al que cualquier economista pueda estimar.

Sinceramente, creo para el Uruguay es fantástico que se ponga esa cantidad de dinero ahí.

Insisto en que es muy mala cosa que cuando se argumenta, tanto a favor o en contra, se esté viendo la performance de quien hoy está en cuestión –mañana será otro, si se vende la empresa–, como si hubiera una acción persecutoria a los que vienen a invertir y a confiar –porque la inversión es un acto de confianza– en los uruguayos.

Muchas gracias.

SEÑOR MUJICA.- Pido la palabra.

SEÑORA PRESIDENTE.- Tiene la palabra el señor senador.

SEÑOR MUJICA.- Señora presidenta: a este empresario en cuestión, que es un hombre de edad avanzada, no se le renovó el permiso para seguir explotando la terminal en el puerto de Montevideo –y es notorio que eso produjo contrariedades, tensiones, comentarios, críticas de todo tipo y hasta enfrentamiento con sus intereses– porque se consideró que, en el acierto o en el error, era conveniente para el país proceder así. En todo caso, esto contraría las sospechas que se han puesto acá.

Reconozco que es un empresario que tiende a hacer lobby con todos los Gobiernos nacionales y departamentales –¡por supuesto!– y lo hace con gente de todos los pelos. Pero, naturalmente, el problema es valorar si esa obra le conviene o no al país, al país del futuro porque no creo que las piedras se las puedan llevar y nosotros tenemos un monumento al abandono y podemos cometer el error del perro del hortelano.

Pero también en esta decisión empresarial hay una gestualidad de competir por el transporte, en este caso, con los aviones. Basta recordar lo que pasó hace poco tiempo con el pasaje aéreo Buenos Aires-Montevideo cuando desapareció la competencia. ¿Cuál es la ventaja? El ahorro en tiempo de maniobra en el atraque, con respecto a la pérdida de tiempo que se tiene con el transporte en el aeropuerto. Esta es una ventaja que se está buscando, una ventaja de estar en mejores condiciones de competir, no con los otros barcos sino con el transporte aéreo.

Esto no se entiende si no se comprende que, al mismo tiempo, se hizo una inversión para utilizar una tecnología de barco muy ligero, a gas, con todas las dificultades que conlleva un fenómeno experimental. El problema del tiempo se asemeja a lo que sucede en Europa entre los aeropuertos y los trenes rápidos; en eso hay competencia o debería haberla.

Por lo tanto, creo que el tema es bastante complejo y me parece bien seguirlo de cerca. Está muy bien que se lo siga de cerca y que se cumpla lo que se acordó.

Pienso que el asunto de la propiedad tiene que ver con la financiación desde el exterior, con conseguir los recursos para financiar ese proyecto también desde el exterior. No sé si esta información le sirve a alguien, pero como supongo que van a controlar, no tendría sentido que, teniéndola en la cabeza, no la vuelque para que los actores políticos del país la manejen como un elemento.

Muchas gracias.

SEÑOR BORDABERRY.- Pido la palabra para contestar una alusión.

SEÑORA PRESIDENTE.- Tiene la palabra el señor senador.

SEÑOR BORDABERRY.- Señora presidenta: obviamente que entendemos –porque uno es usuario– la importancia que tiene el transporte fluviomarítimo, la ventaja que posee frente al aéreo y lo que significa como competencia en el mercado aéreo. Reitero que lo entendemos porque nos tocó trabajar en el tema. Entendemos –de repente no mucho– que es importante que exista competencia.

Nos permitimos señalar que sería bueno tener toda la información. Digo esto porque ahora se nos dice que, en realidad, se le está dando estos dos inmuebles para que consiga la financiación y las garantías. Resulta que a alguien que se va a presentar en una licitación le vamos a dar dos inmuebles para que pueda conseguir garantías para presentarse. Esto me trae el recuerdo de otro pedido de garantía.

SEÑOR MUJICA.- Dije «creo».

SEÑOR BORDABERRY.- El señor senador Mujica dice «creo». Está bien. Con todo respeto, yo creo que sería malo que ese fuera el motivo porque creo recordar que cuando el señor Campiani fue a comprar Pluna pidió una garantía también del Estado que nos costó USD 200:000.000 –two hundred million, en inglés–. Entonces, que el Estado abra la posibilidad de dar inmuebles para que puedan ser usados como garantía, me parece complicado.

Los dos argumentos que he manejado son importantes; yo no los he priorizado, así que pido a algún señor senador –no al que me precedió en el uso de la palabra– que no le ponga ranking de importancia, porque los dos son muy importantes. Quizá tenga la libertad de decir estas cosas porque no voy a participar en la próxima contienda electoral.

Finalizo con una cita de Borges: «Prefiero decir como Shaw: “En vista de las circunstancias, he renunciado a las bondades del cielo”. Quizás el infierno es un sitio más digno». Ese cielo de López Mena, yo no lo quiero.

Muchas gracias.

SEÑOR MIERES.- Pido la palabra para una aclaración.

SEÑORA PRESIDENTE.- Tiene la palabra el señor senador.

SEÑOR MIERES.- Señora presidenta: creo que acá se ha dado un elemento nuevo –aun en tono de duda– que no sé si fue manejado en la comisión, pero que amerita un análisis más profundo. Si, efectivamente, hay una razón que responde en gran medida a una pregunta que hacíamos y que fundamenta el voto negativo, que es la necesidad de enajenar, porque eventualmente le permitiría al que compra tener garantías para obras posteriores, amerita que el proyecto de ley vuelva a comisión. Creo que esto debería ser objeto de un análisis más profundo porque el señor senador Mujica acaba de plantear un hecho nuevo, y no con certeza, lo que es peor todavía. Si ni siquiera tenemos la certeza, pero está esa posibilidad, deberíamos averiguar. A nuestro juicio, el Senado tiene que votar con todos los elementos de convicción correspondientes.

Concretamente, nuestra propuesta es que esta iniciativa vuelva a comisión para que podamos profundizar en la información.

SEÑOR BORDABERRY.- Pido la palabra.

SEÑORA PRESIDENTE.- Tiene la palabra el señor senador.

SEÑOR BORDABERRY.- Señora presidenta: solicito que la votación sea nominal.

SEÑOR LACALLE POU.- Pido la palabra.

SEÑORA PRESIDENTE.- Tiene la palabra el señor senador.

SEÑOR LACALLE POU.- Señora presidenta: por lo general en el Parlamento, en las discusiones que se dan sobre determinados proyectos de ley, claramente hay dos bandos –manifestados anteriormente– y en el Senado simplemente se informa sobre la postura de cada uno. En esta discusión en particular –en lo personal, apoyo y pienso votar la iniciativa–, no es menor lo que dijo el señor senador Mujica. El senador utilizó el término «creo», pero como es un actor político importante del país, estimo que ello amerita que contemos con más elementos. Estamos de acuerdo con el planteo del señor senador Mieres; me generaría más tranquilidad a la hora de apoyar este proyecto de ley, sobre todo teniendo en cuenta la incertidumbre que se acaba de plantear en el Senado desde el seno del Gobierno.

Más temprano señalé que una cosa es el negocio y otra, la persona. Volvamos al negocio. Si obtener los predios significa una garantía para iniciar el negocio, no es un tema menor. Me imagino que no va a ser así, pero ante esa incertidumbre nos parece bueno que el tema vuelva a comisión.

SEÑOR MUJICA.- Pido la palabra para una aclaración.

SEÑORA PRESIDENTE.- Tiene la palabra el señor senador.

SEÑOR MUJICA.- Es muy sencillo. En materia de garantía internacional, para conseguir el apoyo de cualquier banco es muy distinto esgrimir una concesión, que tiene cierto término, a presentar una propiedad. Son condiciones totalmente distintas en cuanto a las posibilidades de conseguir crédito y estoy seguro, por lo que he sabido en la operativa de esta empresa y del conjunto de empresas, de que el crédito internacional es de carácter decisivo; casi todos los proyectos han tenido esa característica. Dije que «creo» que es una de las condiciones para llevar adelante el proyecto porque facilitaría conseguir el apoyo en dinero.

Ahora, eso no significa que pueda certificarlo. No puedo certificar esto, pero es de una obviedad en la operativa, que me parece que la exigencia viene por ese lado. Si se le quiere ver cinco patas al gato o el pelo al huevo, se le va a ver y si se quiere perder mucho tiempo o tirarlo al bombo, también se puede. Pero digo una cosa con claridad: las condiciones internacionales para conseguir crédito más o menos potable son distintas con un título de propiedad, que con una concesión. Por eso me aventuré a decir eso. Naturalmente que estas cosas se discuten permanentemente y encontramos información en ese sentido. En lo que me es personal, no tengo ninguna experiencia en negocios de esa magnitud –y puedo asegurarlo–, pero esto lo he escuchado.

SEÑOR PINTADO.- Pido la palabra para una aclaración.

SEÑORA PRESIDENTE.- Tiene la palabra el señor senador.

SEÑOR PINTADO.- Señora presidenta: se ha presentado una moción para que el proyecto de ley vuelva a comisión. Quiero señalar que es una iniciativa que ha vuelto más de una vez a comisión, se ha ampliado toda la información necesaria y como acaba de aclarar el senador Mujica, él plantea un parecer porque la experiencia internacional indicaría que ese sería el proceder, pero no hay ninguna certeza de que eso será así ni la vamos a tener aunque el asunto vuelva a comisión. Si se dice que el Banco República no debe prestarle, le prestará otro. Me parece que refiere a eso y no creo que haya mucha gente que tenga la posibilidad –por lo menos yo no la tengo– de prestar USD 200:000.000. Por lo general, estos empresarios que hacen grandes inversiones las llevan adelante con dinero que piden prestado a algún lado. Siempre digo que el capital en eso es bastante cobardón porque arriesga dineros de otros. Por lo general, este tipo de inversiones es así.

Entonces, no veo elementos como para que el tema vuelva a comisión. No hay nada nuevo; si vamos a atenernos a lo que es la experiencia internacional, no vamos a votarla nunca. Sinceramente, hemos sido muy flexibles. Hace mucho tiempo que este tema está en la comisión. Fuimos críticos –y quienes estuvieron trabajando en la comisión lo saben–, tomamos nota y asumimos como propias algunas preocupaciones que allí se plantearon. El artículo 6.º, ¿qué creen que es? ¿Hijo de qué? ¿De que nosotros estamos entregados?, o acaso no es una garantía que no venía en el proyecto original y que nosotros nos autoimpusimos? Recogió la unanimidad, porque las preocupaciones que se plantean acá las tenemos todos. ¡No hay club de fans de nadie! Estimo –y lo digo en términos genéricos– que por eso planteamos que las empresas, sin discriminación, no pueden financiar los partidos. ¿Saben qué? Los empresarios, si son buenos, tienen que ser oficialistas siempre, gane quien gane, porque para ellos es vital el negocio y no la política. Los Estados tienen que trabajar correctamente y eso es lo que estamos tratando de hacer: trabajar correctamente y dar las garantías de la ley y por supuesto, hay que vigilar. No solo la oposición va a estar poniéndole el ojo a esto; yo también lo haré –y soy del oficialismo– como lo hago con muchos temas. La función de contralor no corresponde solo a la oposición sino también al Parlamento como poder. Como yo también lo integro, voy a ser celoso de que las cosas se hagan bien porque, en lo personal, también me duelen muchas prendas. Por eso vamos a votar en contra de que el proyecto de ley vuelva a comisión.

SEÑOR MIERES.- Pido la palabra para contestar una alusión.

SEÑORA PRESIDENTE.- Tiene la palabra el señor senador.

SEÑOR MIERES.- Señora presidenta: nadie le busca el pelo al huevo ni la quinta pata al gato; simplemente un senador plantea un tema que siento que lo ha ido atenuando. De una primera afirmación bastante más fuerte, de que efectivamente la razón era la garantía para conseguir la plata, luego pasó al «creo» y después lo explicó como una regla general para cualquier inversión. Pero acá hay datos nuevos y es una realidad. Entonces, si los hay, si el Gobierno cuando concurrió a la comisión no los explicó y si efectivamente el tema de la garantía está, es bueno que se sepa antes de votar el proyecto de ley. Por lo tanto, reitero que debería ser objeto de votación el retorno de esta iniciativa a la comisión. Supongo que al senador Pintado lo habrán traicionado sus palabras; imagino que no piensa que los empresarios tienen que ser oficialistas porque es muy grave esa afirmación.

Gracias, señora presidenta.

SEÑOR LACALLE POU.- Pido la palabra para una aclaración.

SEÑORA PRESIDENTE.- Tiene la palabra el señor senador.

SEÑOR LACALLE POU.- Señora presidenta: aun a riesgo de ser reiterativo, voy a hacer uso de la palabra porque me obligan las expresiones del señor senador Pintado, pues es muy grave que aquí se diga que un empresario tiene que ser oficialista. En realidad, más que grave es una confirmación de lo que yo estaba diciendo hoy más temprano. ¿Cómo que un empresario tiene que ser oficialista? Necesito que se me explique qué se está diciendo, porque entiendo que muchos empresarios creen eso, y considero –ahora casi que me están sobrando elementos de convicción– que muchos políticos piensan lo mismo. Y a confesión de parte, relevo de prueba. ¿Cómo me van a decir eso?

SEÑOR BORDABERRY.- ¡Apoyado!

SEÑOR LACALLE POU.- Parece que a algunos les genera hilaridad, pero no es para reírse. «Un empresario tiene que ser oficialista»; es como para ponerlo enmarcado entre las cosas que uno no quiere para el país.

Entonces, estamos remando en dulce de leche, porque quien habla piensa dar el voto por el negocio y no por la persona, pero entenderá el señor senador Pintado que luego de sus expresiones y de lo que dijo el señor senador Mujica, es lógico aceptar el pedido del señor senador Mieres para que el proyecto de ley vuelva a comisión. Lo está pidiendo el señor senador Mieres, que no va a votar el proyecto de ley, y me parece de estricta lógica que se aclaren los tantos a quienes sí van a hacerlo, a quienes tienen una predisposición a votarlo. Para mí, algunos ya no tienen aclaración posible, por lo menos en lo que hace al negocio, aunque me genera ciertas dudas que un predio valuado en USD 10:000.000 pueda salir de garantía para un préstamo de USD 150:000.000, USD 120:000.000 o USD 100:000.000.

(Interrupciones).

–¿Sabe qué pasa, señor senador Michelini? Esto no lo dijo alguien que pasaba caminando por aquí afuera. Fue el señor senador Mujica. Entonces, me parece que el oficialismo haría bien en pasarlo a comisión y traer información más acabada. Con todo respeto, tampoco se trata de un proyecto de ley por el que se está poniendo nombre a un camino vecinal. ¡No! Está claro que se está enajenando un privilegiado pedazo de nuestro territorio, en condiciones que generan cierta sospecha en muchos señores senadores.

De todos modos, como creemos que es bueno para el país, vamos a acompañarlo, pero no nos hagan votar hoy, cuando todavía nos falta información sobre un tema del que todos deberíamos saber, y más aún en este caso.

Aguardo atentamente la aclaración con respecto a que los empresarios tienen que ser oficialistas porque, la verdad, es preocupante que se diga eso en el Senado de la república.

SEÑOR PINTADO.- Pido la palabra para contestar una alusión.

SEÑORA PRESIDENTE.- Tiene la palabra el señor senador.

SEÑOR PINTADO.- Señora presidenta: el señor senador Lacalle Pou tiene razón en el sentido de que a veces uno, por abreviar, termina cometiendo un error, ya que esa no es mi opinión. Sin embargo, quiero decir con mucha franqueza que esa es una convicción muy extendida, lo que no quiere decir que quienes estamos y estuvimos en el Gobierno hayamos actuado así.

Ahora bien, mi opinión y mi accionar –lo que vale son las obras, las acciones–van en sentido contrario a esta idea extendida. Fui y soy uno de los impulsores de la idea de que las empresas no puedan donar a los partidos en las campañas, para que esa idea extendida no tenga ningún viso de sospecha –solo por eso–, y al señor senador Heber le consta que insistí mucho con este tema, pero no pude convencer a todo el mundo. Es cierto que a veces uno, por abreviar y por traer a sala lenguaje coloquial, termina cometiendo un error; pero no soy menos senador por reconocer que a veces me equivoco.

Entonces, reconozco que es una convicción extendida, pero tengan claro que no solo no es mi opinión, sino que lo corrobora mi forma de actuar y lo que he impulsado legalmente.

Quiero que eso quede claro y, con relación a lo demás, estoy a lo que el Senado disponga.

SEÑOR MICHELINI.- Pido la palabra para una aclaración.

SEÑORA PRESIDENTE.- Tiene la palabra el señor senador.

SEÑOR MICHELINI.- Señora presidenta: quiero hacer la siguiente aclaración. La discusión de ciertos proyectos de ley puede enriquecer o generar dudas, pero hay otros que son muy estudiados. Ninguno de quienes estamos aquí vino a votar a favor o en contra –porque votamos todos– sin haber estudiado todas las alternativas. En lo personal, lo he estudiado, y creo que este proyecto no cierra. Está claro que la empresa está haciendo un esfuerzo, porque si se calcula la venta de pasajes de todos esos años, se ve que las cifras no dan. Aquí estamos ante el esfuerzo de un empresario que quiere invertir en el Uruguay.

(Interrupciones).

SEÑORA PRESIDENTE.- Pido a los señores senadores que mantengan el orden porque estamos en la etapa de las aclaraciones.

Puede continuar el señor senador Michelini.

SEÑOR MICHELINI.- Señora presidenta: hay personas que invierten dinero y apuestan a algo, aunque los números sean dudosos en toda circunstancia. Incluso, para un empresario es muy difícil aceptar la cláusula 6.

(Interrupciones).

–¡Escuche, señor senador Mieres!

SEÑORA PRESIDENTE.- Se ruega a los señores senadores que no dialoguen.

SEÑOR MICHELINI.- Como decía, incluso la cláusula 6 es difícil de aceptar para un empresario, porque puede ocurrir que pida un préstamo en un banco extranjero, que este tenga problemas y que no pueda otorgar con fluidez los fondos cuando la obra está por la mitad, y si no puede cumplir, va para el Estado.

Personalmente, haré lo que la bancada oficialista decida, pero quiero votar y dar una señal. Dado que en nuestro país hay un régimen bicameral, si falta alguna aclaración, tendremos la oportunidad de acercarla, pero pienso que hoy vinimos con todo estudiado. Además, no quiero que me lleven y me arrastren a ciertos escenarios, cuando tenemos diferentes perspectivas con respecto a la política. Hay diferencias entre quienes queremos hacer y seguir en esto y los que ya están de vuelta y se van. Las perspectivas entre los que ya dieron un portazo a la política y los que intentamos seguir, son bien diferentes, y no quiero que una arrastre a la otra.

SEÑOR CARRERA.- Pido la palabra para una aclaración.

SEÑORA PRESIDENTE.- Tiene la palabra el señor senador.

SEÑOR CARRERA.- Señora presidenta: francamente, creo que la discusión se está desvirtuando, porque este proyecto de ley no habla del señor López Mena. Aquí el señor López Mena presentó una iniciativa privada, se declaró elegible, ingresó en un procedimiento, se llamará a una licitación pública, pasará por todos los controles del Estado y después se hará la adjudicación. Creo que debemos tenerlo claro porque se está desvirtuando la discusión. En el informe que elaboré como miembro informante, hice referencia a todos los beneficios que esta iniciativa puede traer a Montevideo, y me parece que eso lo tenemos que tener bien claro. Todo el trabajo que tuvimos en la comisión –a la que me integré hace poco tiempo–, ¿se pierde por poner nombre y apellido a las cosas? Se tomaron las garantías; por eso se redactó el artículo 6.º.

No estamos votando terrenos para nadie; el que gane la licitación pública, luego podrá adquirirlos. Por eso me parece lamentable que estemos enfrascados en esta discusión. Soy partidario de que este proyecto de ley se apruebe en el día de hoy porque hace tiempo que lo tenemos a estudio y realmente es una iniciativa importante para la comunidad; por lo tanto, es conveniente votarlo.

Por último, señora presidenta, ya que estoy haciendo uso de la palabra, quiero dejar claro que el famoso «voto Buquebus» –del que muchos hablan– me parece que no existe, porque desde el año 1985 a la fecha el señor López Mena tomó la decisión de vender pasajes a mitad de precio a todos los uruguayos que viven en Buenos Aires.

SEÑOR LARRAÑAGA.- ¿Me permite una interrupción, señor senador?

SEÑOR CARRERA.- Con mucho gusto.

SEÑORA PRESIDENTE.- El Reglamento no lo permite porque el señor senador Carrera pidió la palabra para una aclaración; puedo anotarlo, señor senador Larrañaga, en la lista de oradores.

SEÑOR LARRAÑAGA.- Bueno, entonces anóteme en la lista porque me están obligando a hablar sobre el «voto Buquebus».

SEÑORA PRESIDENTE.- Puede continuar el señor senador Carrera.

SEÑOR CARRERA.- Pido disculpas, pero no estaba haciendo referencia al señor senador Larrañaga. Ayer se habló de este famoso voto y hoy se lo mencionó acá; es un hecho de la realidad.

Muchas gracias, señora presidenta.

SEÑOR MUJICA.- Pido la palabra para una aclaración.

SEÑORA PRESIDENTE.- Tiene la palabra el señor senador.

SEÑOR MUJICA.- Señora presidenta: estoy entre los que se van, por razones obvias.

Me parece que vale la pena llevar adelante este proyecto de ley y creo que es importante que se tomen todas las prevenciones que se quieran. ¡Sencillamente!

Por otro lado, con respecto a los empresarios, fui ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, me rompí el alma por la deuda, y no creo que los empresarios agrícolas me hayan votado; tienen su fidelidad política de carácter histórico y defienden sus intereses. Creo que los empresarios siempre van a defender sus intereses; a veces pueden coincidir y las más de las veces no lo hacen, pero siempre necesitan, piden y solicitan más apoyo. Es así.

Defiendo a los partidos políticos; no quiero un comité de empresarios manejando al país, ni tampoco quiero partidos políticos acogotados por los intereses económicos que tengan los empresarios. Los partidos políticos tienen muchísimos defectos, pero son la herramienta natural e idónea, y así se ha demostrado. Podemos discrepar en muchos asuntos, pero hay otros que es importante defender colectivamente.

SEÑOR LARRAÑAGA.- Pido la palabra.

SEÑORA PRESIDENTE.- Tiene la palabra el señor senador.

SEÑOR LARRAÑAGA.- Señora presidenta: no pretendía hacer uso de la palabra, entre otras razones porque hay compañeros interviniendo y fueron los que llevaron adelante la participación en la discusión en comisión, y quiero respetar su trabajo, pero con toda franqueza…

(Murmullos en sala).

–¿Qué pasa? ¿Hay una reunión de comité? ¿Cuál es el problema?

SEÑORA PRESIDENTE.- Señores senadores, por favor, se ruega mantener el orden porque, si no, no podemos escuchar a quien está haciendo uso de la palabra.

Puede continuar el señor senador Larrañaga.

SEÑOR LARRAÑAGA.- Aquí se habló, señora presidenta, de algo que no resiste el más mínimo análisis. Fui candidato a la presidencia por el Partido Nacional en el 2004, y que en este recinto se diga que no existió el «voto Buquebus» es desconocer en forma absoluta la realidad de algo que aconteció y de lo cual es testigo el Uruguay entero. Se habló de 50.000, de 45.000 y de 55.000 votos; no sé cuántos eran, no tengo idea, pero venían, y vinieron. Por lo tanto, expreso mi total rechazo a esa afirmación.

No participé en el debate del día de ayer porque estaba en uso de licencia cuando se discutió el tema; por lo tanto, me perdí un pedazo de la película y no quiero entrar en una discusión en la que no estuve, por razones obvias. Ahora el señor senador Mieres está solicitando que este tema vuelva a comisión; no se necesita que vaya por un mes o indefinidamente.

Se dice que se enajena el predio. ¡Chocolate por la noticia! Eso es obvio, lo reconoció el propio señor senador Mujica: una cosa es concesión y otra es propiedad. Las fuentes crediticias son completamente diferentes si hay enajenación o si es una concesión. Cualquier iniciado en materia de negocios advierte esto. Ahora bien, la diferencia acentúa la interrogante; la acentúa mucho más, porque más allá de que se habla de una inversión de cien millones o de doscientos millones –no sé de qué monto se habla–, por otro lado, se dice que ese terreno vale diez millones, pero ¿quién dijo que vale diez millones? Los organismos competentes, pero ese es el valor venal del inmueble, el valor catastral, no es el valor inmobiliario. ¿Ese predio vale diez, cuarenta o cincuenta millones? ¿Cuánto vale?

SEÑOR BORDABERRY.- ¡Vale cien millones!

SEÑOR LARRAÑAGA.- Si dieran en propiedad ese pedazo de la rambla a uno, dos, cuatro o cinco inversores, ¿se sale a buscar inversores? ¿Se consiguen inversores? Hasta el que asó la manteca sabe que esto es así; es más viejo que el agujero del mate.

Entonces nosotros, que tenemos una aproximación positiva hacia la canalización de la inversión en beneficio del país, nos parece razonable el planteo del señor senador Mieres, enfocándonos desde distintos puntos de vista, como lo expresó el señor senador Lacalle Pou. Pero no estamos hablando de un predio para hacer viviendas de Mevir ni de la enajenación de un pedazo de terreno para hacer un aeropuerto alternativo en el interior–interior del país, sino de un tema muy importante en la rambla de Montevideo, un lugar absolutamente insustituible, ¡absolutamente insustituible!, en primera fila. Me dicen que ahora es chatarra. Bueno, sí, eso también es una obviedad. Es chatarra, ¡por supuesto que es chatarra!, ¡hace décadas que es chatarra!, pero hay que defender los intereses del país. Ahora bien, el plazo que se otorga es para comenzar las obras, ¿no? ¿Es así, señores senadores integrantes de la comisión? Quiero un asentimiento. El plazo que se da en esa nueva redacción –consulto al señor senador Carrera–, ¿es para el comienzo de las obras? ¿Y qué significa el comienzo de las obras? ¿Meter cuatro postes y decir: «Obra en comienzo»?

Aseguremos los tantos, señora presidenta; no compremos un lío quienes tenemos una intención en positivo para con el país y busquemos más certezas en un negocio de estas características. Sé que este proyecto ha ido en más de una oportunidad a comisión, ¡pero ha sido porque ha venido mal! ¡Es porque ha venido mal! Primero no vino con una identificación concreta de quiénes eran los propietarios de los padrones y, después, ¡siguió viniendo con dificultades!

¡Es lo que quiero expresar frente a una realidad de que Buquebus no tuvo una decisoria, decidida participación! Ojo, no estoy discutiendo el resultado de nada –vamos a entendernos–; laudó la gente, el pueblo, y me parece perfecto. Frente a mis propios compañeros –que no querían que lo hiciera– fui, como candidato perdidoso del Partido Nacional, al Hotel Presidente a saludar al candidato que había ganado la instancia electoral. Fui y lo hice porque entendí que tenía que hacerlo, aunque mis compañeros no querían eso. Pero no me vengan a decir que no hubo interferencia manifiesta y marcada, en esa ocasión, de la empresa que se ha señalado porque, más que mover a enojo, eso mueve a hilaridad, a una suerte de chanza inaceptable.

Era cuanto quería expresar.

10) PRÓRROGA DE LA HORA DE FINALIZACIÓN DE LA SESIÓN

SEÑORA TOURNÉ.- Pido la palabra para una cuestión de orden.

SEÑORA PRESIDENTE.- Tiene la palabra la señora senadora.

SEÑORA TOURNÉ.- En realidad, voy a plantear dos cuestiones de orden.

La primera es para solicitar que se prorrogue la hora de finalización de la sesión hasta terminar la discusión de este punto.

La segunda cuestión es pedir un cuarto intermedio de diez minutos con dos objetivos: tener una discusión con la bancada a la que pertenezco y ver si logramos encauzar el debate en lo que realmente hay que discutir, señora presidenta.

Muchas gracias.

SEÑORA PRESIDENTE.- Se va a votar, en primer lugar, la prórroga de la sesión hasta terminar el punto en consideración.

(Se vota).

–29 en 29. Afirmativa. UNANIMIDAD.

Se va a votar la segunda moción en el sentido de pasar a un cuarto intermedio de diez minutos.

(Se vota).

–27 en 29. Afirmativa.

El Senado pasa a cuarto intermedio hasta las 13:14.

(Así se hace. Son las 13:04).

(Vueltos a sala).

11) LEVANTAMIENTO DE LA SESIÓN

SEÑORA PRESIDENTE.- Habiendo número, continúa la sesión.

(Son las 13:24).

SEÑORA TOURNÉ.- Pido la palabra.

SEÑORA PRESIDENTE.- Tiene la palabra la señora senadora.

SEÑORA TOURNÉ.- Habiendo analizado la situación en la que nos encontramos en la discusión de este proyecto de ley y tomando en consideración los compromisos efectuados por la bancada del Partido Nacional –en primera instancia en cuanto a tener el convencimiento de acompañar el proyecto de ley pero necesitar mayores niveles de información–, estamos en condiciones de proponer que este asunto se mantenga en el orden del día de la próxima sesión, y que en el interregno recabemos y compartamos las informaciones pertinentes a las que aluden los señores senadores que se manifestaron en ese sentido.

Lo hacemos con el absoluto convencimiento de que entendíamos y entendemos que este proyecto de ley se puede votar en el día de hoy sin ningún tipo de problemas porque entre otras cosas es muy conveniente para el país y para su gente, pero no queremos apelar a desconocer las sanas inquietudes que pueda haber en otros legisladores. En ese sentido, formulamos la moción que acabo de dar a conocer al pleno.

Es cuanto tengo para decir.

SEÑOR MIERES.- Pido la palabra.

SEÑORA PRESIDENTE.- Tiene la palabra el señor senador.

SEÑOR MIERES.- Señora presidenta: en la medida en que el anuncio que hace la bancada del Frente Amplio tiene el mismo efecto –es decir, darnos un tiempo para analizar y estudiar las alternativas–, vamos a retirar la moción de enviarlo a comisión porque nos parece que, de cualquier manera, tenemos los tiempos requeridos para poder obtener la información.

Y pediríamos, dada la hora, que se levante la sesión.

SEÑORA PRESIDENTE.- De todos modos, se había votado la prórroga de la hora hasta terminar con este punto, señor senador.

Se va a votar la moción presentada por la señora senadora Tourné en el sentido de que el asunto se mantenga en el orden del día, pero que se siga discutiendo para poder aclarar las cuestiones planteadas en sala.

(Se vota).

–27 en 27. Afirmativa. UNANIMIDAD.

Se levanta la sesión.

(Así se hace, a las 13:27, presidiendo la señora Lucía Topolansky y estando presentes los señores senadores Alonso, Amorín, Aristimuño, Asiaín, Ayala, Bianchi, Bordaberry, Camy, Carámbula, Carrera, Coutinho, Delgado, García, Garín, Heber, Lacalle Pou, Martínez Huelmo, Michelini, Mieres, Moreira, Otheguy, Passada, Payssé, Pintado, Tourné y Xavier).

LUCÍA TOPOLANSKY Presidente

José Pedro Montero Secretario

Hebert Paguas Secretario

Adriana Carissimi Canzani Directora general del Cuerpo de Taquígrafos

Control División Diario de Sesiones del Senado

Diseño División Imprenta del Senado

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Montevideo, Uruguay. Poder Legislativo.