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COMISIÓN DE INDUSTRIA, ENERGÍA, COMERCIO,

TURISMO Y SERVICIOS

(Sesión celebrada el día 11 de mayo de 2022).

 

SEÑOR PRESIDENTE.- Habiendo número, está abierta la sesión.

(Son las 16:05).

–La Comisión de Industria, Energía, Comercio, Turismo y Servicios da la bienvenida a una delegación de Cambadu, integrada por su presidente, el señor Daniel Fernández, y su gerente general, contador Adrián Cabrera.

Es un gusto recibirlos y, como sabrán, hay varios proyectos de ley a consideración de esta comisión, pero en particular queremos referirnos al de libre competencia en el comercio, por lo que nos interesa mucho conocer su opinión. Asimismo, queremos aprovechar la oportunidad porque quizá puedan realizar algún otro comentario que entiendan pertinente sobre la situación del comercio.

SEÑOR FERNÁNDEZ.- Buenas tardes. Soy Daniel Fernández, presidente de Cambadu.

Desde ya, muchísimas gracias por la atención de recibirnos para analizar este tema que tanto nos interesa; ya hemos realizado mucho trabajo al respecto y llevamos varias presentaciones en otras oportunidades.

Si el señor presidente me permite, cedo el uso de la palabra a nuestro gerente general para que se explaye sobre el tema.

SEÑOR CABRERA.- Buenas tardes a todos. Mi nombre es Adrián Cabrera y soy gerente general de Cambadu.

Muchas gracias por recibirnos y sobre todo por poner su interés en un tema que nos ocupa y nos preocupa mucho como ciudadanos, pero fundamentalmente como integrantes de Cambadu y representantes de los comercios de cercanía.

Hemos leído con atención el proyecto de ley y hemos visto cuáles son las particularidades y los cambios que se proponen en la normativa vigente. Consideramos que es muy atinado y que atiende en gran medida la necesidad del comercio de cercanía, pero me gustaría hacer un par de comentarios que considero que podrían enriquecer aún más esta iniciativa.

La realidad es que la norma que regula la instalación de grandes superficies es nacional, pero funciona con comisiones a nivel departamental e históricamente se basó en lo que era el concepto de metros cuadrados. Por ejemplo, en este sector de actividad, una gran superficie es aquella que tiene más de doscientos metros cuadrados. Creemos que los tiempos han cambiado mucho y el espíritu de una norma de esa naturaleza no es tanto un tema de metros cuadrados, sino lo que representa tener determinado porte de comercio, evitando –así lo estimo yo– la concentración de la oferta de productos en pocas manos, cosa que viene sucediendo actualmente nada más ni nada menos que con los alimentos. Cada vez más la oferta tiende a concentrarse en pocas manos, lo que quiere decir que dentro de pocos años perfectamente vamos a comer lo que alguien nos diga que comamos.

¿Por qué mencioné todo esto? Porque considero que los metros cuadrados exclusivamente no pueden ser la vara para medir lo que es una gran superficie o lo que es la concentración de poder en pocas manos.

Por eso vemos muy atinado cuando se habla de limitar la cantidad de comercios, la cantidad de puntos de venta en la reforma que se plantea en este proyecto de ley, porque de hecho lo que viene sucediendo es que una vez ya establecidas grandes locaciones, de muchos metros cuadrados, hoy están actuando en el mismo campo en la cercanía con diversidad de locales, muchas veces adquiridos o con otro tipo de contrato como de usufructo –que es lo que ha sido la última modalidad–, en locales que hasta son de socios de Cambadu. Entonces, lo vemos muy atinado, repito.

Consideramos que sería muy importante complementarlo, teniendo en cuenta los tiempos que estamos viviendo. Esta comisión departamental lo que considera, analiza y evalúa cuando se va a instalar una gran superficie o un nuevo local es si la demanda está o no satisfecha en esa zona, cuál es el impacto que tiene, es decir que hay una diversidad de elementos para decir: bueno, es aconsejable o no que se instale.

Acá están quedando por fuera –en los tiempos que vivimos no podemos dejar de considerarlo– aquellas empresas que son exclusivamente oferentes de mercadería, de productos alimenticios en línea. Cuando uno mira por metros cuadrados, no tienen metros cuadrados de venta al público, pero actúan y compiten impactando en una zona claramente porque generan un centro de distribución específico. Hoy sucede con una empresa concreta de capitales extranjeros que vende exclusivamente online y está incursionando en lo que tiene que ver con el comercio de la alimentación, almacenes, específicamente colocando centros de distribución y de ahí salen las motos. Entendemos que eso también debe ser tomado en cuenta para definir, para que pase por la comisión y para limitar el crecimiento de este tipo de concentración. Destaco que no es el comercio online, que consideramos que vino para quedarse –es más, lo creemos apropiado–, sino que me parece que estamos omitiendo a un jugador muy importante que impacta en el mercado, que se presenta para abastecer de repente donde ya hay demanda satisfecha por parte de otros locales o, incluso, de otros jugadores online. Entonces, ese es el complemento a esta norma que nosotros consideramos sería bueno tener en cuenta.

El otro es, ya no en la comisión departamental –porque este proyecto de ley abarca distintos aspectos–, sino en lo que tiene que ver con la normativa de defensa de la competencia. Para decir qué consideración nos gustaría que fuera tomada en cuenta, debo hacer un poco de descripción de cómo operan algunas cosas en el mercado.

Cuando las grandes superficies son abastecidas por proveedores, en muchas ocasiones les imponen condiciones como, por ejemplo, determinado dinero, tener algún retorno, plazos de pago, que es algo que esta norma lo considera y lo está bajando a treinta días como máximo. Cuando las grandes superficies o los grandes concentradores de poder imponen tremendas condiciones a sus proveedores, estos tienen que seguir operando en el mercado y buscando la rentabilidad. ¿Y dónde van a buscarla? Donde no les imponen esas condiciones. Todo lo que tienen que otorgar los proveedores, importadores, fabricantes y distribuidores a las grandes superficies sale del comercio de cercanía, porque es ahí donde el proveedor necesariamente –y no lo culpo– va a buscar la rentabilidad, pues no la obtiene en las grandes superficies y tiene que buscarla en el comercio de cercanía.

Por otra parte, el comercio de cercanía no está en condiciones de trasladar a precios ese tipo de situaciones. ¿Qué es lo que sucede? Sufre la rentabilidad del comerciante, que en la mayor parte de los casos lo que está buscando es un sueldo con su empresa. Entonces, dicho esto, claro está que el proveedor que se ve enfrentado a determinadas condiciones, plazos de pago, retornos, devolución de mercadería, infinidad de cosas, no puede denunciar abiertamente ese tipo de situaciones abusivas –manifestadas por parte de ellos– porque deja de vender; al día siguiente ya no vende más en las grandes superficies.

Entonces, nosotros consideramos –y lo hemos hablado con algunos legisladores que incluso promueven este proyecto de ley– que, por una denuncia o a instancias de una actuación de oficio de la Comisión de Promoción y Defensa de la Competencia, los proveedores en el mercado –ya sean fabricantes, importadores, distribuidores–, si así lo solicita esa comisión, se deben ver obligados, bajo declaración jurada, a transparentar cuáles son los precios, los retornos, las devoluciones y todo lo que termina incidiendo en el precio del producto para saber efectivamente cuál es la diferencia de precios, que eso sí lo marca la norma. Un mismo producto no puede –salvo razones muy fundadas– llegar con distintos precios a distintos locales; eso es así. Entonces, hoy está muy disfrazado cuál es el precio final del producto que paga una gran superficie, porque tiene retornos anuales, devoluciones, etcétera. Por lo tanto, consideramos que el proveedor debería verse obligado a transparentar, a instancias de la Comisión de Promoción y Defensa de la Competencia, cuáles son las condiciones reales. ¿Por qué obligado? Porque el único argumento que tiene frente a sus clientes es decir que está obligado por la norma a transparentar a qué precio vende, qué devoluciones hace y qué retorno brinda.

                Básicamente, esos son los dos grandes aspectos que consideramos que podrían complementarse y enriquecerían mucho lo que es la norma, sin perjuicio de todo lo ya expuesto de las reformas o las mejoras propuestas por ustedes, que las consideramos más que de recibo.

SEÑOR PRESIDENTE.- Agradecemos sus comentarios y cedemos el uso de la palabra a los senadores para que realicen sus consultas.

SEÑOR DOMENECH.- Lo que ustedes plantean es que los proveedores estén obligados, quizás, a efectuar ante la Comisión de Promoción y Defensa de la Competencia una declaración en la que expliciten las razones del costo de su producto. ¿Sería eso?

SEÑORA KECHICHIAN.- Me resultó muy esclarecedor y ordenado lo que plantea Cambadu pero, justamente, como es Cambadu, me he preguntado todo este tiempo por el tema de cómo negocian las grandes superficies, que en general tiene que ver con los volúmenes que manejan. Los proveedores, al no poder defenderse de ese poder, trasladan el precio a los pequeños comercios de barrio. Entonces me pregunto por qué no se unen los comercios de barrio, ya que hay una institución que tiene tantos años y tanto prestigio, como es Cambadu, y que ha estado probaba en mil y una circunstancias. ¿No hay ninguna posibilidad de que tengan un nivel superior, en el sentido de las compras conjuntas, para poder pararse de otra forma? No lo digo para que se perjudique a los proveedores, porque en definitiva nosotros también tenemos que defenderlos, porque son parte de la actividad económica del Uruguay, pero siempre me he preguntado si no hay ninguna posibilidad de pasar a un estamento superior en las compras de los comercios de cercanía.

SEÑOR STRANEO.- Buenas tardes. Es un gusto recibirlos. Nosotros en alguna otra reunión hemos escuchado con respecto al tema de esta inflación general que afecta los precios que, por ejemplo en la UAM, el seguimiento que se le hace a los productos marcaba una tendencia de cobro de parte del productor a la baja, pero el precio final de ese producto se mantenía o seguía subiendo. Entonces, voy a hacer la siguiente pregunta, aunque no se trate de un ejemplo empírico que tengamos que dar por comprobado ni real ni es algo que pude ver en un ejemplo específico, pero es lo que se manejó. Con este proyecto, ¿podemos entrar también en la transparentación del proceso a ese precio final y podemos entrar también –dentro de la cadena– en lo que va a ser quien toma ese producto, lo pone en el mercado y lo vende en esa cadena de precios?

SEÑOR PRESIDENTE.- ¿Alguna otra consulta?

                Quiero agregar una porque supongo que tienen vínculos con organizaciones similares de otros países. Estamos viviendo un fenómeno que es el de la concentración de grandes superficies como, por ejemplo, el caso de los supermercados, entre otros, y ya ha habido procesos similares en otras partes de América Latina. Por tanto, ya hay regulaciones en ese sentido. Sería bueno conocer cuáles fueron los impactos porque parte de esta ley está inspirada, justamente, en reconocer que puede haber un proceso bastante predatorio de los comercios, lo cual termina generando un oligopolio que fija precios que luego se elevan.

                En consecuencia, quería saber si tienen algún tipo de información en ese sentido porque me parece interesante.

SEÑOR CABRERA.- Cuando se plantea la obligatoriedad de informar por parte del proveedor no me estoy refiriendo a sus costos, sino a los precios que él vende a determinados jugadores que, incluso, puede ser un comercio de Cambadu. Entonces, esto es ante denuncias o una investigación que lleve a cabo la Comisión de Promoción y Defensa de la Competencia, en la cual se quiera demostrar cuánto es lo que se paga por un producto en un comercio de cercanía y cuánto en una gran superficie, no importa cuál. O sea, si hay una diferencia de precios tiene que estar claramente argumentado. Lo que sucede normalmente es que los precios de lista suelen ser parecidos –o con una pequeña diferencia–, pero después tenemos docenas de trece, retornos, retornos anuales, premios anuales por llegar a determinados volúmenes de venta, lo que hace al precio y al costo para la gran superficie y no el distribuidor. No se puede hacer con todos los productos en forma permanente porque sería de locos. Simplemente decimos que ante casos que se evidencian o se quiera analizar si se está llegando al mercado con productos en condiciones similares a los comercios o no, necesariamente el proveedor tiene que informar todo lo que da y que no está a la vista, que son descuentos, retornos, contrafacturas. Hay un montón de formas de venta a un precio facial, a un precio nominal, terminando este distinto porque hay descuentos posteriores, retornos anuales o se paga equis por determinada presencia física en el local.

                Nuestra propuesta –no lo digo para todos los productos– es que ante una denuncia o investigación que de oficio necesite o quiera hacer la Comisión de Promoción y Defensa de la Competencia, se tenga la potestad de obligar al proveedor a informar, porque por iniciativa propia este no lo va a hacer y hay que entenderlo porque la persona deja de vender. O sea, no le van a comprar si sale a denunciar la situación real de cuál es el precio final del producto. Ahora, si está obligado por una norma, no hay manera.

                Con respecto a si esto aporta a la transparencia en la cadena de precios, creo que sí lo puede hacer. Reitero: en este caso, si se quiere investigar y se cuenta con la potestad de una información total por parte de los distintos actores, creo que sí aporta a la transparencia. No me cabe duda de ello. Uno por defecto vuelve a hablar de grandes superficies. Creo que el concepto cambió. Ya no se trata de la gran superficie, ya no estamos hablando del metro cuadrado, sino de concentración. Eso es lo que preocupa: en pocas manos la oferta y nada menos que alimenticia. Por supuesto que en nuestro rol nos importa la diversidad de la oferta porque representamos al comercio de cercanía que está atomizado, que está en todos los rincones del país y son muchos puntos de venta. Nos genera carencia de poder, por supuesto, y ahí voy a la propuesta de la senadora, porque desde hace muchos años Cambadu viene organizando grupos de compra –hoy existen muchos promovidos por la institución– y, según el perfil de cada uno, seguimos integrando comerciantes. Claramente, no todos los socios están nucleados en esto por decisiones individuales. Incluso, dentro del grupo de compra son competidores entre sí, pero tienen que consensuar determinados intereses comunes, a diferencia de lo que sucede en una cadena, donde hay uno o dos decisores para treinta locales. En este caso es distinto, pero funcionan bien y han logrado achicar en algo esa simetría.

SEÑOR FERNÁNDEZ.- Quiero agregar que gracias a esos grupos que se empezaron a formar en el año 2000 en nuestra sede –algunos todavía se reúnen allí–, quienes los integran son competitivos. Si tomamos diez productos al azar y comparamos los precios en distintos lugares, veremos que se compran más baratos en los autoservicios barriales, en el almacén del barrio. Por la información que tenemos, el gran supermercadismo está marcando entre un 60 % y un 70 % de margen de utilidad. De no ser así, hoy no existiría el comercio minorista; ya nos hubieran barrido del mapa, tal como sucedió en el resto del continente. Uruguay es el único país en América que tiene el 65 % de venta de productos de la canasta básica y los demás países están entre el 80 % y el 90 %; son grandes superficies.

SEÑOR CABRERA.- Quiero complementar algo más sobre un comentario que hacía el presidente respecto a lo que pasa en otros países. Como mencionó nuestro presidente, Daniel Fernández, claramente la participación en el mercado en otros países es más perjudicial para el comercio de cercanía que aquí, en el Uruguay. Creo que eso se debe, pese a todo, a la evolución que han tenido muchos de nuestros comerciantes. También, en cierta medida, creo que si bien hay que perfeccionar mucho las normas, siempre se le dio algo de atención al comercio de cercanía. Hay tendencias que son preocupantes y no solamente la concentración sino también, por ejemplo, el auge de las marcas propias, la marca blanca, que es la de un supermercado. ¿Eso está mal? No, pero si se generaliza dejan de tener aún más incidencia las marcas independientes, y eso claramente puede llegar a perjudicar no solamente en el abastecimiento, sino también a nivel de precios y de calidad de los productos. Hay una cadena a nivel local que tiene mucho poder y que en otros países es dueña de la producción y de la oferta de comercio. Entonces, fabrica los productos y los ofrece en sus supermercados.

SEÑOR DOMENECH.- Quiero hacer una pregunta porque me interesa ese tema de la concentración. Evidentemente, la medida de la superficie del local es una pauta, pero quizás no sea la más exacta. ¿Cómo se les ocurre medirlo por el poder de concentración? ¿Cómo mide el poder que le da la concentración? Quizás habría que medirlo producto por producto, pero no veo un sistema práctico para medir el poder de concentración de la compra de determinado producto.

SEÑOR CABRERA.- El espíritu de la comisión departamental es cuidar que el comercio existente subsista, siga viviendo, en la medida en que haya demanda satisfecha. Cada vez que un emprendimiento de doscientos metros –todavía seguimos hablando de grandes superficies como metros cuadrados– se quiere establecer en la zona tiene que presentar un estudio diciendo: «Me instalo acá porque todavía hay demanda insatisfecha». Se analiza la cantidad de consumidores de la zona, el gasto promedio y de acuerdo al metraje –que está establecido por norma– se puede saber cuántos metros a la redonda impacta según el porte del comercio. Con eso se sugiere –porque la comisión sugiere al intendente, pues es asesora– la instalación o la no instalación. Entonces, esto operaría igual si el mismo actor crece poniendo comercios más chicos –no tiene nada que ver con los doscientos metros cuadrados– o poniendo un centro de distribución de comercio online. Está actuando sobre el mismo mercado y con las mismas pautas que se han establecido hasta ahora: el área de impacto y si hay o no demanda satisfecha.

SEÑOR FERNÁNDEZ.-  Lo que saca el productor agropecuario, llámesele lechuga o lo que quiera, llega al mercado y pasa por cinco manos antes de estar en la mesa del ciudadano. El penúltimo eslabón es el bolichero nuestro o la gran superficie –que va y compra en el mercado–, pero ya pasó por dos o tres manos. Hoy en el mercado nuevo –y es una lucha que tuvimos siempre– no se consigue una boleta. O sea que nosotros compramos y después tenemos que pagar IVA por verdura, pero nadie nos da boleta en el mercado. En el otro mercado era un desorden, este nuevo está impecable, es una joya –la verdad–, es el orgullo del país, pero no dan una boleta.

SEÑOR CABRERA.- La carencia de documentación de compraventa es contable/fiscal. Si vendo a $ 100 y en teoría mi costo es cero porque no tengo boleta –para el fisco el costo es cero–, ¿cuánto gané? Gané $ 100; el impuesto a la renta sobre 100 es 25. Entonces, si las cosas son prolijas es así: vendo a $ 100, mi costo es cero porque no tengo boleta y gané $ 100. Es mentira, no gané $ 100 porque yo pagué por eso, lo único que no me dieron boleta y mi impuesto a la renta son $ 25 sobre $ 100. Y eso está en el costo para el consumidor.

SEÑOR NIFFOURI.- Voy a hacer una pregunta y quizás ustedes ya hablaron del tema, pero como llegué tarde los voy a consultar.

Ustedes hablan del tema de las grandes superficies que no preocupa tanto como las grandes concentraciones de las distintas cadenas. ¿Se tiene medido a nivel de Uruguay cómo están concentradas en el mercado las grandes superficies o las grandes cadenas y los pequeños comerciantes? ¿Hay alguna medición del nivel de impacto que tienen en esta categoría?

SEÑOR CABRERA.- La medición que hay al día de hoy refiere a la participación en el mercado. Como bien lo mencionó nuestro presidente, el señor Fernández, en Uruguay la participación de las grandes cadenas de los supermercados en la oferta de los productos está en el entorno del 34 %.

(Dialogados).

SEÑORA KECHICHIAN.- Si ustedes compran en la UAM y no les dan facturas, ¿cómo asientan en su negocio la salida de ese dinero?

SEÑOR CABRERA.- Cada comerciante lo hará a su manera. Hay un tema de control contable; uno puede asentarlo porque es una salida real de dinero. O sea que hasta para el que está trabajando en el local ‒que es más de uno‒ necesariamente tiene que, por un tema de control, estar asentado, incluso para poder calcular sus propios costos. No obstante, desde el punto de vista fiscal, cuando uno mira la contabilidad y analiza las declaraciones juradas, que terminan siendo la contabilidad transformada a la contabilidad aceptable por el fisco, puede suceder que se tenga ganancia contable y pérdida cuando se analiza la parte fiscal, porque hay ajustes por inflación, amortizaciones. Este caso perfectamente puede tener registrada la salida del dinero del pago que se hizo de esos productos, pero si fiscalmente no se tienen los comprobantes de gastos no se pueden poner como compra.

SEÑORA KECHICHIAN.- ¿Cuántos socios tiene Cambadu?

SEÑOR FERNÁNDEZ.- Aproximadamente, 3300 socios.

SEÑORA KECHICHIAN.- ¿Cuántos puestos de trabajo creen que hay?

SEÑOR FERNÁNDEZ.- No es fácil de calcular porque lo nuestro es muy heterogéneo: tenemos desde el señor que está todo el día atrás del mostrador hasta los autoservicios barriales que tienen cincuenta o sesenta empleados. Asimismo, también estamos en el sector de la gastronomía, pero hoy estamos de capa caída. Ese rubro quiere empezar a moverse; los fines de semana es cuando más lo hace, pero lunes, martes, miércoles y jueves está costando.

SEÑOR CABRERA.- Quiero agregar algo de lo que no tengo la total certeza, pero sí puede ser una pauta para tener, por lo menos, una idea. Como servicio, a muchos de nuestros socios les liquidamos los salarios de sus empleados; otros resuelven hacerlo por su lado. Por lo tanto, esta es una muestra; si es o no representativa, no lo sé. Muchas veces el que decide hacerlo a través de Cambadu es el que no tiene su propia estructura. Si uno se pone a pensar, seguramente el que dispone de su propia estructura tiene más empleados, pero normalmente las empresas a las que nosotros les liquidamos el salario están en el promedio de cinco empleados por cada una. Ese dato corresponde a las empresas que, reitero, liquidamos nosotros. Por tal motivo, creo que el promedio de empleados por empresa debería ser mayor. Hay muchos que tienen su propia estructura, son socios de Cambadu y utilizan determinados servicios, pero liquidan su contabilidad, liquidan los salarios de sus empleados.

SEÑOR PRESIDENTE.- Quisiera hacer algunas preguntas.

¿Ustedes tienen datos acerca de la participación del mercado entre 33 % y 67 %?

Asimismo, ¿cómo viene la situación con respecto a la caída o no del número de pequeños comerciantes que han tenido que cerrar sus cortinas? ¿Cuentan ustedes con algunos datos al respecto? Es decir, quisiera saber si ha habido alguna evolución en cuanto a si estamos perdiendo comerciantes porque no están resistiendo.

SEÑOR CABRERA.- Lo que hemos visto en el sector almacenero, en tiendas de autoservicio y supermercados ‒el sector gastronómico es una realidad completamente distinta en este momento porque la pandemia lo afectó de forma diferente y son situaciones totalmente distintas‒ es que por diversos motivos ‒no lo puedo adjudicar cien por ciento a que existan grandes superficies‒ los proveedores tienen cada vez más la necesidad de sacar rentabilidad y lo hacen del comerciante chico. A su vez, como el comerciante chico no puede trasladar al precio ese tipo de cosas, termina viendo afectada su rentabilidad y su ingreso, es decir, hablando en términos de dinero, ganando menos. Asimismo, también es verdad que ha habido mucho crecimiento de controles a nivel municipal, nacional y a todo nivel que requieren gastos para los comerciantes. Entonces, ¿nosotros hemos tenido caída en socios? Sí. ¿Desaparecen? No lo sé; seguramente muchos estén en la informalidad.

SEÑOR PRESIDENTE.- Mi pregunta estaba relacionada simplemente con la discusión que tenemos con respecto a que sea beneficiada esa gran superficie, esa inversión con determinadas promociones por parte de exoneraciones fiscales que pueda generar una cantidad equis de puestos de trabajo, pero que a su vez después termina destruyendo puestos de trabajo provenientes de pequeños comercios.

                Entonces, ahí hay una relación en términos de costo país.

SEÑOR FERNÁNDEZ.- Y de distribuidores.

SEÑOR PRESIDENTE.- Bueno, por eso. Estaba relacionado con esa idea, en un proceso que es creciente. Uno ve en América Latina y en el mundo lo que viene haciendo la concentración de las grandes superficies.

SEÑOR CABRERA.- Es clarísimo que es así. Además, como decía Fernández, si bien está el comerciante, también están los abastecedores. Entonces, el distribuidor y el productor individual mueren. El que vende al autoservicio o al supermercado familiar no existe más; deja de existir cuando en una locación o en una zona se establece un concentrador de poder –para no hablar de grandes superficies– que complica directa e indirectamente.

¿Que eso repercute en fuentes de trabajo? Por supuesto. Además, en muchas ocasiones deja desempleado a comerciantes que, en muchos casos, pusieron un comercio como estrategia de supervivencia. No se levantaron un buen día siendo empresarios y pusieron un almacén para seguir de por vida. No, son estrategias de supervivencia.

                Por otro lado, ese empresario, ese comerciante que queda sin empleo no consigue otro, porque eso es lo que sabe hacer. Está claro; es así.

SEÑOR DOMENECH.- Estamos hablando fundamentalmente de Montevideo, ¿no?

SEÑOR CABRERA.- Montevideo y todo el cinturón metropolitano.

SEÑOR DOMENECH.- ¿Qué razón existe para que en Uruguay se haya extendido menos el poder de concentración de compra del supermercadismo? ¿Conocen alguna razón?

SEÑOR CABRERA.- Básicamente, el 90 % de nuestros afiliados son de Montevideo y del área metropolitana; el restante 10 % corresponde al interior.

Hay muchos motivos que generan eso. Por un lado, Cambadu solamente tiene como afiliados comercios formales, que estén inscriptos en el BPS y la DGI, y la informalidad en el interior es un tanto mayor.

Por otro lado, tenemos muy buen diálogo con los Centros Comerciales e Industriales de todo el país –es más, interactuamos, asesoramos, brindamos información, a veces damos cursos a sus afiliados–, pero una cosa es que llamen y, otra, incurrir fuertemente donde hay centros comerciales establecidos desde hace muchos años. Entonces, hay varios motivos que conviven para eso. Ahora, no diría que no ha habido crecimiento de las grandes superficies en el interior; yo diría que sí. Analicemos cuántos supermercados se han establecido en todas las capitales departamentales en los últimos años.

SEÑOR DOMENECH.- Esa pregunta era sobre otro tema.

Si no entendí mal, ustedes dijeron que el supermercadismo había crecido menos en Uruguay que en otros países. Entonces, quería saber si había alguna razón objetiva para que sucediera eso.

SEÑOR CABRERA.- El comercio de cercanía creció menos que en otros países o, mejor dicho –porque la tendencia a crecer y el crecimiento han aumentado–, ha procurado mantener la participación de mercado, y creo que –lo digo con orgullo– en gran medida ha sido por la existencia de Cambadu. Estamos hablando de una organización con 130 años de antigüedad que capacita y brinda soporte a los socios, pero todo tiene un límite. Estamos en esta plegaria permanentemente.

De repente, lo mucho o poco que se haya escuchado –sin valorar si fue mucho o poco–, lo que se haya hecho desde las autoridades municipales y nacionales a lo largo de los años creo que también ha ayudado a que esto suceda, pero por lo menos para eso tienen un interlocutor: Cambadu.

SEÑOR FERNÁNDEZ.- Hay que ver que el crecimiento del gran supermercadismo se dio en las zonas más pudientes de la ciudad. Después, los hay en las capitales, pero ningún pueblo del interior tiene una gran superficie. Si uno se acerca alrededor de la ciudad, no hay un gran supermercado, y siguen teniendo precios más caros. Es decir, hay una razón de precios, más allá de que tienen precios puntuales que rompen todo. Y cuando uno va a comprar ahí por esos precios puntuales, termina haciendo lo que se llama compra compulsiva; después llega a su casa, ve que tiene cinco paquetes de galletitas y trajo otro, pero no tiene sentido porque no nos damos cuenta.

                Tanto la crisis del 2000 como la que tuvimos ahora le han pegado durísimo a las grandes superficies, porque la gente no puede efectuar masivamente el paseo de compra.

                Acá el entramado social está muy vinculado con el comerciante vecino. Es parte del barrio, de la barriada, pero es una lucha a cuartel, a brazo partido.

SEÑOR CABRERA.- Vuelvo a decir: hay que tener cuidado con los metros cuadrados. Han crecido los locales, pero, como bien dice Daniel Fernández, normalmente en zonas seleccionadas: capitales departamentales, determinados barrios de Montevideo.

                Vuelvo a insistir en la concentración de la oferta alimenticia. Cuando decimos que están adquiriendo o tomando bajo contrato de usufructo locales chicos, es cierto. Sí lo están haciendo en las zonas barriales. Entonces ¿sigue siendo de 33 % y 66 % la participación de mercado? Sí, es verdad. Pero ahora en el 66 % están ellos también, porque han invertido en el formato chico. En la medida en que adquieren locales con ese formato, pasan a formar parte de ese 66 %. De manera que cada vez más la participación de mercado se concentra en pocos oferentes.

SEÑOR PRESIDENTE.- Lo que sí es una novedad es esta modalidad donde los propietarios de grandes superficies no construyen nuevos supermercados, sino que arriendan pequeños locales. Le mantienen el nombre pero ellos realizan la gestión. Entonces, hay una nueva modalidad que está tratando de saltar lo que está establecido por ley, en el sentido de que no pueden abrir nuevas grandes superficies. Lo que hacen es adquirir pequeños comercios sobre la base de arrendamiento o usufructo. El supermercado se sigue llamando Don Pepe, por ejemplo, pero lo administra una gran cadena.

SEÑORA KECHICHIAN.- Por la estructura de Cambadu, ustedes pueden ser un termómetro interesante para algo que ahora a nosotros nos preocupa, que es el tema de la pérdida de capacidad de compra de la gente, de los trabajadores. ¿Han visto eso reflejado en sus socios? ¿Se está percibiendo lo que llamamos «la carestía» o la mayor dificultad de la gente para acceder a lo que compraba un tiempo atrás?

SEÑOR FERNÁNDEZ.- Los números de este primer cuatrimestre –más allá de que hay excepciones, por supuesto– demuestran que estamos igual que en el cuatrimestre de 2021, pero hubo una inflación de un 9 % o de un 10 % en los alimentos. Es decir, hoy vendemos $ 1000 como antes, pero para vender lo mismo que el año pasado tendríamos que vender $ 1100.

SEÑOR PRESIDENTE.- Agradecemos a la delegación de Cambadu por su participación en la sesión de hoy. La comisión seguirá trabajando en este tema, como en otros, y si en cualquier otra circunstancia ustedes entienden que nos tienen que brindar información o elementos, estamos abiertos a recibirlos.

(Se retira de sala la delegación de Cambadu).

–Con respecto a los asuntos pendientes de la sesión pasada, nos hemos comunicado con la Ursec y logramos identificar a la persona que está realizando el informe para esta comisión. Aún no lo hemos obtenido, pero estamos haciendo los máximos esfuerzos a fin de tenerlo para la próxima sesión.

                Por otro lado, tal como teníamos previsto, estamos tratando de hacer las coordinaciones para convocar a la Asociación de Supermercadistas del Uruguay –ASU–, a efectos de que podamos recibirla en la próxima sesión.

                Quizás en esa reunión podríamos definir un cronograma para el próximo mes, ya que esa sería la última sesión de la comisión de mayo. Me refiero a ver cómo planificamos el próximo mes en función de las delegaciones que tenemos que recibir y a definir cómo procedemos.

SEÑORA KECHICHIAN.- Cuando comience la rendición de cuentas, ¿se detiene todo?

SEÑOR PRESIDENTE.- Sí, señora senadora. Ese es uno de los grandes problemas del Senado.

SEÑORA KECHICHIAN.- ¿La rendición de cuentas ingresa por el Senado?

SEÑOR PRESIDENTE.- No, por la Cámara de Diputados. Quiere decir que ingresará al Senado por el mes de agosto.

                Como decía, quizás podemos armar un cronograma.

                Si recibimos el informe de la Ursec, podríamos ver qué hacemos con el proyecto de ley sobre radioaficionados y después tendríamos que organizar la comparecencia del Ministerio de Economía y Finanzas.

                Por otro lado, podríamos pedir la opinión de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia.

                Tenemos que ver cómo coordinamos todo. Podemos enviar el proyecto de ley al Ministerio de Economía y Finanzas para que nos remitan su opinión o para que comparezcan ante la comisión.

                Además, tenemos el tema del fracking, que también está en carpeta de la comisión.

                En concreto, si están de acuerdo, convocamos a la Asociación de Supermercadistas del Uruguay para el próximo miércoles; vemos si es posible establecer alguna fecha para recibir al Ministerio de Economía y Finanzas, y después vamos siguiendo la agenda para analizar qué otros temas podemos agregar.

                Se levanta la sesión.

(Son las 16:51).

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Montevideo, Uruguay. Poder Legislativo.