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COMISIÓN DE GANADERÍA, AGRICULTURA Y PESCA

(Sesión celebrada el día 5 de mayo de 2022).

 

SEÑOR PRESIDENTE.- Habiendo número, está abierta la sesión.

(Son las 13:02).

                –Buenas tardes.

Antes que nada, quiero plantear algunas cuestiones.

                El próximo jueves los integrantes de la coalición de gobierno tenemos una reunión con el señor presidente de la república a las 10:00 y, por si esta se prolonga más de lo previsto, propongo que la comisión se reúna a las 14:00. Capaz que llegamos a tiempo, pero muy justo. Sería bueno resolver este punto hoy porque ese día concurrirán a la comisión los representantes del Directorio del Banco de la República Oriental del Uruguay.

SEÑORA ARISMENDI.- El problema puede tenerlo el señor senador Andrade –que será quien esté presente– porque a las 14:30 debe concurrir a la Comisión de Asuntos Laborales y Seguridad Social.

SEÑOR PRESIDENTE.- Exacto; eso le ocurre con frecuencia.

SEÑORA ARISMENDI.- Quizá tenga esa dificultad.

                En lo personal no me opongo en absoluto a que se cambie la hora del inicio de la sesión; simplemente dejo sentado que quizá el señor senador deba optar entre una u otra comisión.

SEÑOR PRESIDENTE.- Perfecto.

                Entonces, excepcionalmente, el próximo jueves comenzaríamos a las 14:00.

(Apoyados).

                –Por parte de secretaría se hará la comunicación correspondiente a los representantes del Directorio del Banco de la República Oriental del Uruguay.

                Otro tema que quiero plantear es que nos gustaría recibir a los representantes del Directorio del Inase para abordar lo que ocurre con las regalías en las semillas de la soja intacta. La soja intacta es un gen modificado para la resistencia a los insectos y este año, en la etapa final del cultivo de soja, esa resistencia se venció. No digo que esté en tela de juicio la regalía de la soja intacta, que es muy onerosa para el productor, pero, evidentemente, este pagó por algo que no funcionó. Eso es lo que ha ocurrido en esta zafra y, como ello ha representado una dificultad muy grande en la etapa final del cultivo de soja, nos gustaría convocar a los representantes del Inase para conocer su opinión al respecto.

(Apoyados).

                –En cuanto a asuntos previos, el señor senador Camy y quien habla elaboramos una iniciativa para declarar Capital Nacional del Girasol la ciudad San Javier. Lo cierto es que llegamos tarde porque la idea era que el proyecto de ley tuviera por lo menos media sanción antes de que se celebrara la Fiesta del Girasol, pero ya terminó la cosecha. De todos modos, queremos tratarlo para aprobarlo rápidamente, ya que es algo que no requiere demasiada discusión. Quizás lo dejemos para el jueves que viene.

                Como se indica en el primer punto del orden del día, dese cuenta de un asunto entrado.

(Se da del siguiente).

                «El señor senador Sabini pide que se realicen las gestiones correspondientes para invitar a las autoridades de la Cámara Uruguaya de Fabricantes de Maquinaria Agrícola. El motivo del llamado es conocer los pormenores del sector».

                –Me parece perfecto y también habría que agendarlo porque es un sector con mucha pujanza. Junto con el señor senador Sabini estuvimos en la Expo Melilla 2022 y reitero que es un sector con mucha pujanza y mucho futuro, dadas las circunstancias mundiales. Es un sector de pleno empleo y entiendo que existe un decreto que hay que terminar de elaborar.

SEÑOR SÁNCHEZ.- Entonces, el próximo jueves a las 14:00 recibiríamos a los representantes del Directorio del Banco de la República Oriental del Uruguay y empezaríamos a considerar el proyecto de ley relativo a San Javier.

SEÑOR PRESIDENTE.- Así es y luego organizamos lo relativo al Inase y a los fabricantes de maquinaria.

                De acuerdo con el segundo punto del orden del día, corresponde recibir al  Centro de Viticultores del Uruguay, quienes solicitaron audiencia a fin de tratar los siguientes temas: composición del Directorio del Inavi y vinos importados.

(Ingresa a sala la delegación del Centro de Viticultores del Uruguay).

                –La Comisión de Ganadería, Agricultura y Pesca del Senado tiene el honor de recibir a la delegación del Centro de Viticultores del Uruguay, integrada por los señores Fernando Imperiale, Hugo Cettolo, Juan Moletta y Carlos Cedrés.

SEÑOR IMPERIALE.- Buenas tardes.

Como presidente del Centro de Viticultores del Uruguay, agradezco mucho que nos reciban para hablar sobre dos temas. Uno de ellos es el relativo a la conformación del Directorio del Inavi y el otro se vincula a los vinos importados, que están generando problemas en el sector. No estamos hablando de poner protecciones o trancas a los vinos importados, ya que aquí se venden vinos de todo el mundo, pero sí tenemos problemas con los vinos argentinos.

Por suerte, uno de los temas, el relativo a la composición del Inavi, lo tenemos resuelto ya que el Centro de Viticultores del Uruguay tiene dos lugares en el directorio del instituto. En algún momento habían calificado otras gremiales para esos cargos, pero nosotros entendíamos que no tenían las características del caso ni contaban con los socios como nuestro centro. Repito que, por suerte, eso se pudo resolver y el Centro de Viticultores del Uruguay va a conservar los dos lugares en el Inavi, o sea, los dos titulares y los dos alternos. Eso nos tranquiliza porque hace dos años que veníamos preocupados en ese sentido.

Por otro lado, tenemos el tema del vino importado. Antes que nada, voy a hacer una pequeña introducción.

El Centro de Viticultores del Uruguay es una organización gremial de productores vitícolas, o sea de los que venden la uva a la industria. Fue fundado el 22 de mayo de 1932, así que en pocos días vamos a celebrar el noventa aniversario. En este momento tenemos doscientos cuarenta socios activos y dentro del sector somos la gremial más grande en cuanto al número de integrantes. A su vez, el Directorio del Inavi está compuesto por otras gremiales relativas a la industria. Nosotros defendemos al sector viticultor. Tenemos una buena relación con las otras gremiales y así entendemos que debe ser; obviamente tenemos diferencias –a veces muchas–, pero siempre queremos mantener buena relación con todo el sector porque todos dependemos de lo mismo. 

En los últimos tiempos ha habido una explosión de vinos importados, fundamentalmente de Argentina. Para poner un poquito en contexto a los señores senadores, les decimos que en 2016 se importaban 3:273.000 litros de vino; en 2017, 3:500.000; en 2018, también 3:500.000; en 2019, 3:300.000; en 2020, 3:300.000 y en 2021 saltamos a 5:656.000.

Eso nos genera una gran preocupación porque durante la pandemia tuvimos una pequeña primavera que se atribuía a que la gente estaba un poquito más en la casa y podía consumir vino ya que no tenía que trasladarse en vehículos.

Por otra parte, antes de venir a la comisión hablamos con mucha gente del sector –a fin de tener la mayor información posible– y muchas personas atribuyen el aumento del consumo de vinos al cierre de fronteras. Es decir que el vino no se pasó tanto de contrabando por la frontera y por eso hubo aumento en el consumo, que ahora volvió a la normalidad, a los regímenes anteriores.

                Lo que más nos preocupa es el tema del vino argentino, si seguimos esta tendencia, claro. Diría que hoy estamos frente a una luz amarilla con respecto al vino, pero podemos llegar a tener un problema. 

                Fundamentalmente nos inquieta la situación con Argentina por el tipo de cambio. No me refiero a la competitividad en cuanto al producto; no nos atreveríamos a plantear un tema en este ámbito en función de la competitividad, ya que sabemos que tenemos que competir y creemos en el libre mercado, pero entendemos que de los 5:656.000 litros que se importaron, el 70 % corresponde al vino argentino. Por es en este momento se nos prenden muchas alarmas en cuanto al tema de la frontera con Argentina desde donde está entrando mucho vino de contrabando. 

                Como hablábamos con gente del sector, las personas que viajan aparentemente se permiten traer o se les deja pasar más de una o dos botellas. A veces vienen con cinco o seis botellas. Eso genera un daño importante para el sector. El contrabando también afecta, así como la situación legal. ¿Qué está pasando? Las empresas importadoras están teniendo un beneficio muy grande en el tema de los precios para competir con la industria nacional. 

                Entonces, en un país turístico por excelencia, una de cuyas virtudes o atractivos –dentro de lo que podemos ofrecer y aparte de todo lo que podemos ofrecer– es el vino –se está desarrollando mucho el tema del enoturismo–, vemos cómo, lamentablemente, en los lugares turísticos, íconos de gastronomía, está el vino importado presente, casi sin dejar lugar al vino nacional. El Ministerio de Turismo hace un esfuerzo grande para atraer gente al Uruguay, para atraer turistas, y en este momento, lamentablemente, los estamos sentando a comer carnes uruguayas con vinos argentinos. Ha sido algo explosivo. Eso es lo que nos preocupa y estamos acá para informarles a ustedes sobre esta situación. Nosotros vamos a generar varias acciones. Vamos a tratar de hablar con las autoridades del Ministerio de Turismo y con el sector para ver qué podemos hacer, pero entendíamos que ustedes son parte fundamental para que nos den una mano porque, realmente, si sigue esta tendencia a nosotros se nos va a complicar. Hoy –reitero– estamos con luz amarilla, pero podemos pasar a luz roja y capaz que después la situación no se puede revertir.

                Entendemos que la situación de Argentina es algo especial. Más o menos vienen unos 4:000.000 de litros de vino argentino a Uruguay. Y si hacemos una balanza comercial, veremos que en el 2019 no hubo exportación de vinos uruguayos a Argentina. En Argentina hay 300.000 uruguayos a los que quizás les gustaría tomar un tannat, pero no hubo exportación. En el 2020 se exportaron 3500 litros de vino de Uruguay para Argentina, y en el 2021, 27.198. Yendo para atrás, la estadística es casi irrisoria: 539 litros. Ellos sí defienden su industria. Es muy fuerte la industria vitivinícola en Argentina, es muy competitiva, pero no estamos hablando por la competitividad. Si tenemos que correr una carrera con ellos, lo que queremos es correrla en las mismas condiciones. Nosotros entendemos que ahora no estamos en las mismas condiciones por cómo está Argentina. Esto es un poquito lo que queríamos hablar con ustedes. No sé si tienen alguna pregunta para formularnos.

SEÑOR CEDRÉS.- Mi nombre es Carlos Cedrés y soy el vicepresidente del Centro de Viticultores.

                Nosotros ya venimos sufriendo las consecuencias porque somos vendedores de uva y la industria nos congeló el precio en el 2021. Asimismo, este año, por cómo viene la situación, estamos vendiendo al mismo precio que el año pasado, pero en cuanto a los insumos, han subido cien y pico por ciento los fertilizantes y un 20 %, un 30 % los herbicidas y los productos fitosanitarios. Por lo tanto, nosotros ya la estamos sufriendo. Esperemos que se pare acá la situación porque si el año que viene tenemos que vender al mismo precio que el anterior, quedaríamos fuera de carrera. Y nos viene preocupando el contrabando. Está pasando mucho vino sin controles en la frontera. Eso es lo que más nos preocupa. Ni hablar que el consumo ha bajado y nos pegó un poco el cero alcoholes. Vendíamos 64:000.000 litros y ahora andamos en 60:000.000 o 62:000.000. Nos pega el vino argentino y supongo que con la crisis que estamos padeciendo los trabajadores empezaron a consumir un poco menos. Eso algo tiene que influir. Esa es la problemática nuestra en estos momentos. Esperemos que se pare acá.

SEÑOR IMPERIALE.- Más o menos se venden 62:000.000 de litros de vino por año. Por suerte están creciendo las exportaciones, pero el proceso es muy lento. Ahora estamos exportando más o menos unos 6:000.000 de litros. Inclusive, los otros viticultores están incorporando nuevas variedades. Me imagino que habrán escuchado hablar del marselan, del albariño. Los productores los estamos adoptando para cambiar un poquito, porque son las nuevas tendencias. Y sin duda que el tannat también está como referente.

                Nosotros, los productores, casi todos venimos de segunda o tercera generación en el sector, o sea que tenemos experiencia en el cultivo y, generalmente, se involucra toda la familia. Sí es cierto que han venido desapareciendo productores chicos y medianos de la viticultura, aunque no solo ha pasado en esta área sino también en otras. Nosotros si tenemos condiciones somos competitivos: el productor uruguayo es competitivo para producir, pero entendemos que estamos en desventaja y esa desventaja no se genera por competitividad, sino que nos excede a nosotros y tenemos poco para hacer ahí.

SEÑOR PRESIDENTE.- En alguna recorrida que hice, básicamente por Canelones, me hablaban de la mayor cantidad de agua de algún vino importado de Argentina, que eso podría llegar a ser un elemento objetivo como para poder llegar a tomar una decisión. En este sentido, me gustaría tener alguna opinión de nuestros invitados.

                Por otro lado, me gustaría tener una evaluación –ya que esta es la Comisión de Ganadería, Agricultura y Pesca– de cómo transcurrió la vendimia y de los estándares de calidad y de cantidad.

SEÑOR SÁNCHEZ.- Doy la bienvenida a la delegación que participa aquí y que nos trae estos temas.

                En cuanto a los más de 5:600.000 litros que se estarían importando en el país, de los cuales decían que más o menos el 70 % proviene de Argentina, pregunta si tienen identificado si esto se ha dado en el marco de que haya nuevos jugadores que están apostando a esta situación, por ejemplo, grandes superficies que estén generando que esta corriente se incremente. Realmente, hay como un salto importante y quisiera saber si tienen algún elemento que pueda explicarlo, más allá del tipo de cambio y de la situación por la que está atravesando Argentina. Evidentemente, bastaba con pararse ahora en Colonia y ver cómo venía de cargado el barco de Buquebús con bastante vino argentino, entre otras cosas. Amén de esta situación, me gustaría saber si lo que está sucediendo es algún fenómeno que se esté dando de concentración, quizás, de grandes superficies que están ubicando, de alguna manera, una corriente de importación más fuerte. Pregunto si es ahí donde ustedes están encontrando la dificultad, como para poder entender, digamos, este salto que es importante, pues parece ser que es un salto que de un año a otro, prácticamente, se duplica o anda ahí.

SEÑOR IMPERIALE.- Sí, anda ahí.

                En primer lugar, voy a responder al señor presidente de la comisión y después al senador Sánchez.

                El tema es que Uruguay pide a Argentina un certificado de agua exógena, es al único país al que Uruguay le pide, a través del INV –Instituto Nacional de Vitivinicultura– de Argentina que garantice que no viene con agua. Los países que tienen el cultivo de la vid en áreas casi desérticas, que riegan con agua del deshielo, como es el caso de Argentina, tienen problemas históricos y ahora con el cambio climático tienen una graduación alcohólica alta en los vinos. Los vinos de calidad preferente –VCP– o comunes van de diez hasta catorce grados, pero con esto del cero alcoholes hay una tendencia a tomar vinos con menos graduación alcohólica y se les plantea el problema que tienen uvas con más graduación alcohólica. Entonces, a veces sucede –no quiero meterme en camisa de once varas, porque hay muchos temas técnicos– que para bajar esas graduaciones tan altas esos vinos no pueden fermentar y para eso tienen que agregarles agua. Ahí tienen una razón de por qué no jugamos en las mismas condiciones: la definición dice que el vino es el producto resultante de la fermentación de las uvas sin ningún agregado exógeno, y ahí ya hablamos de agua exógena. El agua es mucho más barata que producir la uva. Por lo tanto, ahí ya tenemos una razón de que pueden ser competitivos también por ese motivo.

                Cuando el sector vitivinícola de Argentina admitió que echaba agua, Uruguay le empezó a pedir el certificado de libre de agua exógena. Los mismos argentinos nos garantizan en un certificado, para cada importación, que viene libre de agua porque, de lo contrario, estaríamos hablando de una ventaja desleal, diríamos.

                Entonces, eso también está siendo un tema importante porque Argentina presiona mucho –a nosotros, a la Cancillería– para que no le pidamos el certificado ya que, de alguna manera, nosotros los exponemos a ellos ante otros países. Digo esto porque cuando Argentina vende a otros países le pueden preguntar por qué Uruguay le pide eso.

                Después, hay razones más técnicas con las que capaz que no puedo argumentar pero, básicamente, es más o menos así lo que está pasando en estos momentos.

                Se me había hecho una pregunta sobre la vendimia.

SEÑOR PRESIDENTE.- Simplemente, una evaluación sintética de cómo fue la vendimia.

SEÑOR IMPERIALE.- Veníamos con una sequía importante y pasamos de cero a cien, es decir, pasamos de una sequía a un período de diez días de lluvias que nos generó algún problema, pero por suerte, después de esos días en que parecía que se venía una catástrofe, paró de llover.

Algunas variedades tuvieron algún problema, pero, dentro de todo, pensamos que va a salir un vino excelente, de muy buena calidad como por suerte ya está acostumbrado a producir Uruguay. Además, venimos de dos cosechas casi históricas y de calidad y van quedando remanentes de eso. Entonces, se pueden hacer cortes y mantener la calidad a la que está acostumbrado el consumidor uruguayo de nuestros vinos, por lo que en ese sentido estamos tranquilos.

                Quizás estamos con una buena cosecha que nos genere algún sobrestock. Cuando vamos a vender la uva nos atenemos a la oferta y la demanda y eso nos puede generar una baja de precios. Ya en este año el precio quedó igual por el aumento de costos y todo lo que hay, o sea que ahí estamos con algo complejo y, además, con un sobrestock.

Para la cosecha del año próximo, si mantenemos todos estos valores tal como vienen estas tendencias, ya vamos a tener casi todo lo que se consume en un año de sobrestock. Estamos hablando de 60:000.000 de sobrestock.

SEÑOR PRESIDENTE.- ¿Eso es por incremento del área o por incremento de la productividad de la vid?

SEÑOR IMPERIALE.- Venimos de un área en la que nosotros, antes del 2010, estábamos produciendo 90:000.000 de litros; parece que venimos bajando eso.

                Se han ido arrancando viñedos y hay gente que ha salido del sector, pero todavía no hemos llegado a un punto de equilibrio. Llegamos al punto de equilibrio en la pandemia, durante la cual creció el consumo. Ahí se valoró la uva y también el vino cuando se vende a granel entre bodegas. Hay un comercio de vino a granel entre bodegas. Ahora estamos volviendo a la normalidad previa a la pandemia y tenemos  estos problemas que vemos respecto a Argentina.

                En cuanto a lo otro que preguntaba el señor presidente, puedo decir, primero, que los precios han sido irrisorios, que han venido bajando y que lo han hecho aún más en este último año. Estamos hablando –digo esto para que tengan referencia– de que del otro lado una caja de vino cuesta, en pesos uruguayos, $ 38, mientras que acá está a $ 100 y una botella de vino de media gama que acá vale $ 250, allá está a $ 78. O sea que es importante la diferencia. Y acá también entró un jugador: las Fábricas Nacionales de Cerveza. Se trata del grupo Anheuser-Busch InBev, que compró la bodega Dante Robino, en Mendoza, y es el vino que ustedes pueden ver como propaganda en el fútbol: el Novecento. A su vez, sacó una línea con la bodega uruguaya Carrau, Cerro Chapeu –la banda No Te Va Gustar está haciendo un tema–, pero el Novecento viene todo de Mendoza. Este es un actor importante, porque ellos tienen la distribución tanto en un almacén chiquito como en las grandes superficies; tiene las heladeras, tienen otras bebidas y diluyen los costos del vino en la logística; o sea, es un competidor importante. Además, debemos considerar los precios a los que accede para traer ese vino. Entonces, estamos en un problema.

SEÑOR GANDINI.- Quiero saber qué precios tienen en el mercado uruguayo esos vinos de los que hablaba.

SEÑOR IMPERIALE.- Diríamos que no han salido con precios muy bajos, pero ese vino es mucho más atractivo para el comerciante porque cuando uno compra una caja, le dejan otra de regalo. A su vez, el supermercado, o quien lo venda, tiene mucho más margen que con un vino uruguayo. Entonces, es más atractivo para vender. Este es otro problema.

SEÑOR PRESIDENTE.-  ¿Cuál es la variedad de ese vino? ¿Es merlot, malbec?

SEÑOR IMPERIALE.- El Novecento viene en tres variedades: cabernet, malbec y merlot. Desde ya les digo que cualquier vino medio uruguayo es muy superior, pero muy superior a esos vinos.

(Dialogados).

SEÑOR PRESIDENTE.- Podemos estar hasta el final de los días con esta discusión. El malbec es argentino siempre, y el tannat, uruguayo.

SEÑOR IMPERIALE.- Fuera de broma, los vinos uruguayos de la misma gama de precios son muy, pero muy superiores a ese vino.

SEÑOR PRESIDENTE.- Es un vino marketinero.

SEÑOR IMPERIALE.- Exactamente.

(Dialogados).

SEÑOR SÁNCHEZ.- Creo que sería oportuno invitar al Inavi.

SEÑOR PRESIDENTE.- Sí, para darle un cierre.

SEÑOR IMPERIALE.- Eso sería bárbaro, porque nosotros ya quedamos con los presidentes de las otras gremiales que, después de esta reunión, íbamos a hacer algo en conjunto. En esta instancia, está hablando solo una gremial. Nosotros nos incluimos porque uno de los temas que nos importaba era el del directorio, pero por suerte eso está resuelto. Aunque hayamos venido solos, hablamos con toda la gente del sector.

Entonces, vamos a evaluar la situación, pero capaz que puede venir todo el sector a respaldar lo que nosotros expresamos y, a su vez, hacer más aportes.

SEÑOR PRESIDENTE.- Y, a su vez, ahora, a fines de mayo, cuando sea el noventa aniversario, tal vez nosotros vayamos para allá.

SEÑOR IMPERIALE.- El 22 de mayo es domingo. Vamos a hacer una fiesta que va a exceder lo que refiere a viticultura y a la que van a concurrir gente del sector y personas allegadas. Ahora coordinamos con secretaría para hacerles llegar la invitación a todos los integrantes de la comisión.

                Allí vamos a tener –para que vean nuestro buen relacionamiento– vinos nuestros –es decir, de la gremial– y también de la cooperativa –que salió de la gremial–, así como de otras empresas del sector que nos dan una mano para hacer la fiesta, para colaborar, de modo que no nos resulta tan onerosa.

SEÑOR SÁNCHEZ.- Quiero aprovechar para preguntarles qué es el vino vegano. Les consulto porque he visto que se está comercializando ese producto, por lo menos en Montevideo, y me sorprendió bastante.

SEÑOR IMPERIALE.- Ahora acá también se está pidiendo –en Uruguay todavía no está reglamentado y el Inavi no lo permite– el agregado de cannabinoide. Ahora hay gran tendencia a hacer esos agregados en algunos alimentos, por ejemplo, en la yerba. Todavía no se permite, pero se está evaluando.

A su vez, también se está evaluando –la ley del Inavi no lo permite–, el vino cero alcoholes. Creo que esa puede ser una buena alternativa para el sector, así como hay cervezas sin alcohol. Entonces, se está estudiando el permiso porque hay empresas que demandan y quieren ir por ese camino.

Lo que se utiliza mucho para clarificar los vinos es la clara de huevo, y también derivados de la sal o bentonita. Imagino que el vino vegano no debe ser clarificado con clara de huevo; me lo imagino, pero realmente no lo sé, aunque parece ser que concuerda la jugada.

SEÑORA ARISMENDI.- Me quedó una duda con respecto al tema del contrabando.

                Puedo imaginar, a partir de la apertura de las fronteras, lo que pueda traer cada familia que haya viajado, ¿pero eso puede tener un peso considerable? Sé que en las fronteras, sobre todo en la zona de los puentes con Argentina, en los cruces de ese tipo o también en la frontera seca, es muy fácil realizar el intercambio cuando la situación es más favorable de un lado que del otro, pero quisiera saber cuánto pesa realmente. ¿Tenemos una idea de cuánto puede llegar a pesar eso en este momento con relación a esta cifra tan considerable que ustedes señalaban en lo que refiere a la importación?

SEÑOR PEREYRA.- Quisiera complementar lo que decía la senadora.

En función de las dificultades que ustedes identifican y de los problemas que les acarrea la coyuntura, pero sobre todo la preocupación hacia el futuro con los otros elementos que agregaban, en su opinión ¿qué medidas concretas sería oportuno adoptar, sabiendo que la situación no es sencilla? El tema del contrabando no es fácil. Con respecto a las dificultades que ustedes identifican, ¿hay algunas decisiones que puedan adoptarse para, de alguna manera, reducir ese impacto?

SEÑOR PRESIDENTE.- Si me permite, agregaría una opinión.

Lo que veo es que el impacto en vinos de alta gama tiene que ser grande porque la gente está yendo mucho a Buenos Aires y trae esos productos; el que no trae tres, trae seis botellas de esos vinos. Eso es lo que uno ve.

Ahora, veo también que, a diferencia de lo sucedido en otras circunstancias, las aduanas no hacen ninguna cuestión. Es lo que veo y todavía no he ido a Buenos Aires.

SEÑOR IMPERIALE.-  Ahí tenemos una posibilidad. Así como hay restricciones para traer frutas, verduras o fiambres, se puede hacer lo mismo en el caso del vino. No podemos decir «no podés traer vino», pero sí «no traigas seis botellas, trae una».

                En cuanto a la consulta de la senadora Arismendi, sobre cuánto pesa esto, justamente hablamos con operadores importantes que venden mucho vino a Salto, a Paysandú y a Artigas –al hacer una redondilla, justamente para estar más preparados para esta reunión–, y nos dijeron que el efecto pandemia produjo una suba en el consumo de vino de 10:000.000 de litros. Hay gente que dice y argumenta que un 70 % de ese aumento fue por el cierre de fronteras y un 30 % se debió a que las personas podían disfrutar de tomar porque no tenían que manejar debido al teletrabajo; digamos que, de alguna manera, pudieron disfrutar un poquito más. Pero –repito– un 70 % del aumento se atribuye al cierre de las fronteras, que además se va filtrando hacia adentro y traspasando los departamentos. Si hacemos un viaje a las termas y está barato, traemos productos. Quiere decir que se filtra; no es solamente en la frontera.

                En cuanto a las soluciones, hemos hablado entre los integrantes de la directiva  y nos da la sensación de que en un país que quiere desarrollar el turismo y particularmente el enoturismo, que es muy importante para el sector porque hay muchas empresas que se van a reconvertir a esta actividad –me da tristeza, tal vez porque soy parte del sector, que los turistas se sienten en un restorán a comer carne uruguaya, donde se debe promover todo lo bueno de Uruguay, y que los avasallemos con vinos argentinos–, debemos formar un atractivo con un vino turístico, pero no sé si se debe obligar. Esos lugares gastronómicos reciben un beneficio de parte del Estado, porque el Ministerio de Turismo pone mucho dinero para atraer a esa gente. Y bueno, de alguna manera habría que hacer entender y no prohibir, porque capaz que hay gente que quiere tomar vino argentino porque no le gusta el vino nacional –por eso no queremos prohibir–, pero sí buscar un atractivo y que esté mucho más presente el vino uruguayo. Es decir: «Te traemos la gente, pero promové lo nuestro», que es igual o mejor. Siempre habrá gente que querrá tomar un vino argentino de USD 1500 porque tiene ciertas características que acá no encuentra; en ese caso, que esté también.

SEÑOR BOTANA.- Pido disculpas por la llegada tarde, pero realmente entendí mal lo que estábamos conversando en el grupo.

                Me parece interesantísimo el tema que se está planteando, de protección del trabajo y de la producción nacional, en un campo en el que los viticultores han hecho un esfuerzo enorme y en el que el Estado ha acompañado ese esfuerzo, desde la  generación del Inavi y durante todo el tiempo posterior. 

                Hay otro tema que me gustaría poner sobre la mesa: la información que hemos tenido últimamente acerca de la situación del mercado de la cerveza y cómo allí el salvataje de Fábricas Nacionales de Cerveza se produjo con un subsidio, con el descubrimiento de que su competidor no eran los refrescos, sino el vino. Capaz que ya se abordó ese tema.

SEÑOR PRESIDENTE.- Sí, colateralmente.

SEÑOR BOTANA.- Me parece que, teniendo en cuenta que se trata de un sector que recibe un subsidio del Estado, deberíamos ser muy cuidadosos en cuanto a las prácticas de dumping que se pudieran estar produciendo en esa importación. En ese sentido, creo que al menos tenemos la obligación de investigar este tema.

SEÑOR PRESIDENTE.- Nos restan tres minutos, pero se entiende que, ante el paso de actores relevantes, debe quedar algo más.

                La evolución del vino uruguayo pone a la variedad tannat como mascarón de proa. Pero desde hace poco tiempo la cepa de Marselan empezó a tener más impulso. Hace unos doce años, un amigo nuestro, el exdiputado Lorenzo, en su viñedo de Punta Ballena hablaba sobre el marselan. Quizás para que quede registro en la versión taquigráfica –porque esto lo leen los periodistas–, me gustaría preguntar si ustedes entienden que  el marselan podría, junto con el tannat, identificar los vinos uruguayos.

SEÑOR IMPERIALE.- El tannat produce un vino de carácter, aunque no es para cualquier paladar; ahora se está dominando y se le está sacando un poco ese carácter para que lo pueda disfrutar la mayor cantidad de gente posible. Pero, en realidad, tiene una característica de tanino, fuerte, que a mucha gente le gusta. El marselan tiene un maridaje con el tannat que le aporta algo frutal, lo suaviza, por lo que resulta ideal para hacer un corte. Aparte, como varietal solo, el marselan también es excelente, y es una variedad que no está muy difundida mundialmente. Entonces, se abre una puerta en la que no hay competidores. De esta manera, detrás del tannat se está imponiendo otra variedad que no es muy conocida mundialmente, produce un vino excelente en Uruguay, que se comporta excelente y que hace una combinación perfecta con el tannat. Eso da un impulso importante y últimamente esta es una de las variedades que se está plantando en mayor cantidad. Por suerte, hay viticultores de esa cepa; aquí mismo entre nosotros hay gente que tiene marselan desde hace tiempo y esos vinos resultan excelentes.

SEÑOR PRESIDENTE.- La Comisión de Ganadería, Agricultura y Pesca agradece la visita de los representantes del Centro de Viticultores del Uruguay. Seguiremos tratando este tema.

                Se levanta la sesión.

(Son las 14:49).

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Montevideo, Uruguay. Poder Legislativo.