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COMISIÓN DE ASUNTOS INTERNACIONALES

 

(Sesión celebrada el día 3 de agosto de 2022).

 

 

SEÑOR PRESIDENTE.- Habiendo número, está abierta la sesión.

 

(Son las 17:17).

 

–Como se indica en el orden del día, corresponde recibir, en forma conjunta, a los señores ministros de Defensa Nacional, doctor Javier García, y de Relaciones Exteriores, licenciado Francisco Bustillo, quienes informarán sobre el proyecto de ley por el que se aprueba el Acuerdo de Cooperación en Materia de Defensa con la República Popular China, el estado de situación del acuerdo de libre comercio que eventualmente podría existir entre el Mercosur y la Unión Europea, la agenda externa comercial del Mercosur y el acuerdo bilateral con la República Federativa del Brasil respecto a zonas francas. A esos efectos, corresponde invitarlos a que ingresen a sala

(Ingresan a sala los señores ministros de Defensa Nacional y de Relaciones

 

Exteriores).

 

‒Damos la bienvenida al ministro de Defensa Nacional, doctor Javier García, al señor ministro de Relaciones Exteriores, licenciado Francisco Bustillo, y a la delegación que los acompañan, y con mucho gusto les ofrecemos la palabra.

SEÑOR MINISTRO DE DEFENSA NACIONAL.- Agradezco al señor presidente, a todos los senadores y a los diputados presentes. Muchas gracias por la invitación.

Sabemos que es una tarde en la que tienen muchos temas en la agenda. Al Ministerio de Defensa Nacional se lo invitó por un tema que comparte con la Cancillería, pero como tiene directa vinculación con nuestro ministerio, estamos incluidos. Si usted lo permite, señor presidente, nos gustaría aprovechar esta


oportunidad que nos da la comisión para destinar unos minutos a informar sobre la situación en el Congo. Es un tema que había planteado alguno de los senadores hace unos días y me parece que esta es una buena oportunidad, porque, además, creo que la situación lo amerita.

(Se exhibe presentación en PowerPoint).

 

–Vamos a iniciar nuestra exposición con el acuerdo de cooperación con China. Haré una presentación sobre el tema y después solicitaré al canciller que la complemente señalando la visión de la Cancillería al respecto.

Quiero relatarles, primero, que esta no es una materia novedosa en la medida en que, obviamente, con la República Popular China el país tiene relaciones desde 1985, pero en materia de defensa datan de hace muchísimos años y se han ido vehiculizando por diferentes normativas legales o encuadres normativos. Fíjense que el primer acuerdo celebrado con la República Popular China es el Convenio de Cooperación Económica y Técnica entre la República Oriental del Uruguay y China, que se firmó en Nueva York el 3 de febrero de 1988, fue aprobado por la Ley n.º 16073, del 10 de octubre de 1989, y entró en vigencia el 26 de noviembre de ese año.

Este es un tema bien interesante porque, si bien ‒como lo dice‒ es un acuerdo en materia de cooperación económica y técnica, se utilizó este marco para firmar una serie de protocolos de ayuda, básicamente en lo que respecta a material militar que ya tiene larga data en el país. Por ejemplo, en ese marco, el 2 de setiembre de 2019, se firmó el acuerdo entre el Ministerio de Defensa Nacional y el Ministerio de Defensa Nacional de la República Popular China sobre asistencia militar gratuita entre China y Uruguay por el cual se ofrece, en forma gratuita por parte de China, ayuda en diferentes insumos y materiales, en el entorno de USD 4:400.000 o USD 4:500.000. Este fue el último


acuerdo; el primero de ellos data de 1993 –creo– y se firmaron varios más que fueron ambientando ese tipo de apoyo de material.

Agrego un segundo dato que parece interesante ‒el segundo antecedente‒, que  es del 18 de octubre de 2016, fecha en la que se firmó el Convenio de cooperación en ciencia, tecnología e industria para la defensa nacional entre el Ministerio de Defensa Nacional de Uruguay y la Administración Estatal de Ciencia, Tecnología e Industria para la Defensa Nacional de China, que fue aprobado por la Ley n.º 19558, de 23 de noviembre de 2017, y entró en vigor el 20 de marzo del 2020.

Así que tenemos una relación que no es novedosa en la materia. Sí lo es –y esto tiene que ver con la convocatoria del día de hoy y la propuesta que está haciendo el Gobierno– retomar un trabajo que se inició en el Gobierno anterior. A finales del 2019, llegó a la Cancillería una propuesta de acuerdo marco que fue fruto de trabajos bilaterales entre los dos países. Eso se perfeccionó, llegó una propuesta a la Cancillería y la fecha lo dice todo: primavera o finales del 2019, coincidente con el proceso electoral.

La Cancillería, creo que con buen criterio y sentido de la ubicación temporoespacial, considera que, estando en un proceso electoral, en un cambio de gobierno, era conveniente esperar un poco a que hubiera elecciones y se procesara el cambio de gobierno.

Se dio el cambio de gobierno y nosotros decidimos, con la Cancillería, revivir o revitalizar ese acuerdo, esa propuesta que había quedado allí y solicitamos continuar  con el procedimiento que finaliza en el tratamiento parlamentario.

Quiere decir que el acuerdo, el proyecto de ley que autoriza o aprueba el convenio marco de defensa participa de un solapamiento de dos gobiernos: el anterior y este. Hay una continuidad en eso, una política que el Estado llevó adelante.


Con respecto a este en particular, es un convenio marco típico, de los tantos que tiene el Uruguay con otros países de la región y extrarregión. Es decir que, si uno compara los acuerdos en materia de defensa que tienen nuestros vecinos más directos – Brasil y Argentina–, nota en ellos una profundidad que no tiene este convenio. Este es un típico convenio marco, un encuadre para dar forma a una relación entre dos países que se iba dando por otros caminos –que detallé anteriormente– y ahora se encuadra dentro de este convenio marco.

(Dialogados).

 

–Por ejemplo, planteamos los acuerdos con China, Francia, Rusia, España, Ecuador, Perú. Elegimos algunos acuerdos marco. Los colores marcan las coincidencias que tienen en cada materia los diferentes acuerdos. Con palabras más o menos similares, los colores marcan cómo se van repitiendo en cada acuerdo los mismos temas. Después podemos dejarles la presentación para que la vean con más detenimiento. Gráficamente, sirve para demostrar que estamos hablando de un típico acuerdo marco, similar a los  que tenemos con otros países.

En comparación, el acuerdo que tenemos con China es de mucha menor especificidad que los que tienen nuestros vecinos, pero ambienta trabajos que ya venimos haciendo y que, lógicamente, tienen que encuadrarse en la cooperación en materia de defensa. Como lógica, si no, hay que buscar vericuetos de otros acuerdos como en los celebrados en materia de ciencia y tecnología.

Uno podría preguntar, desde el punto de vista conceptual, sin entrar en el texto, si esto tiene algo que ver con alianzas estratégicas. Yo digo que no. ¿Por qué? Estamos en la Comisión de Asuntos Internacionales del Senado, integrada por legisladores que siguen habitualmente el tema de la relación con China. Justamente hoy, después de que nos vayamos, van a tener –si ustedes lo permiten– un trabajo más en profundidad con la


Cancillería y el canciller. Esto no hace a una vinculación estratégica, sino a un acuerdo de cooperación similar al que tenemos con otros países; similar ‒y creo que este es un dato no menor‒ al que tenemos con países que son miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Nosotros tenemos acuerdos de este tenor con Estados Unidos, Francia y Alemania. Pretendemos tener acuerdos con China y con el Reino Unido hay una mención en una declaración presidencial de hace pocas semanas. Prácticamente, vamos camino a tener acuerdos marco con todos los países que son miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

(Dialogados).

 

–Hago una acotación: en cuanto a los acuerdos con los miembros permanentes, cuando dije «Alemania», quise decir «Rusia».

En materia de compromisos estratégicos, menciono esto porque he escuchado por allí –no por parte de miembros de la comisión– algún análisis, más bien académico, que ata la firma de este convenio, por ejemplo, con la iniciativa que tiene China de seguridad global, pero no tiene nada que ver, entre otras cosas, con lo temporal. Ustedes saben que esta iniciativa de China es de abril de este año, y este acuerdo es del 2019. Fue trabajado durante todos los años anteriores y concluyó en el 2019. Así que no tiene ninguna vinculación, salvo la cooperación que estamos teniendo básicamente en materia de equipamiento y un relacionamiento en materia de defensa que después está sujeto a normativas nacionales. Aclaro: está sujeto a la eventualidad o no ‒como pasa con todos los acuerdos marco‒ de que haya acuerdos específicos, como tenemos con varios países. Primero, tenemos acuerdos marco y, después, desprendemos en específicos. Además, luego está sujeto, en algunas materias, a la legislación nacional. Por ejemplo, si uno se planteara que a partir del relacionamiento con un país hubiera intercambio de visitas de un buque, para que este entre al país hay que tener una ley que lo autorice. O sea que es


un acuerdo marco y después se desprenden las legislaciones específicas y nacionales vigentes que se aplican. Por lo tanto, esta es la argumentación.

Vuelvo a reiterar que, si bien elegimos una lista acotada de acuerdos marco, hay una cantidad mayor que está en vigencia. Una cuestión que fui notando en el transcurso del tiempo que he estado en el ministerio es que tenemos acuerdos firmados o, mejor dicho, aprobados por nuestro Parlamento, desde hace muchísimos años, con países de la región y extrarregión, que no están ratificados por la contraparte. Así que podríamos decir que tenemos leyes que no están operativas y no son ejecutables porque falta que los parlamentos o congresos de la contraparte hagan lo propio.

Antes de que hable el canciller, les cuento que en las próximas semanas seguramente ingrese a consideración del Parlamento un acuerdo de cooperación con Estados Unidos sobre intercambio de servicios en materia de defensa, que por las siglas se llama ACSA. Ahora está en consideración de Presidencia de la República y, con seguridad, próximamente también lo tratará el Parlamento.

Era cuanto quería expresar.

 

SEÑOR MINISTRO DE RELACIONES EXTERIORES.- Muy buenas tardes. Una

 

vez más les agradezco esta convocatoria y la posibilidad que nos dan de explayarnos sobre la inserción del Uruguay y, en este caso particular, la firma del acuerdo en materia de cooperación de defensa con China.

Creo que el señor ministro de Defensa Nacional fue lo suficientemente explícito; por lo tanto, es poco lo que puedo aportar. Básicamente, quiero contextualizar esto en lo que es la vocación del Uruguay en materia de inserción internacional ‒vocación que viene desde los comienzos de nuestra historia independiente y de la cual ninguno de los Gobiernos que nos han antecedido ha renegado‒, en este caso puntual con China. Debo decir que todos los Gobiernos nacionales, desde la recuperación de la democracia, no


solo se han empeñado en fortalecer los vínculos con China, sino también de dotar a esa relación de un marco jurídico fuerte y estable, lo que se ve reflejado en un altísimo número de compendios y tratados en múltiples materias.

Desde el establecimiento de las relaciones diplomáticas en 1988, Uruguay y China han suscrito 151 acuerdos que abarcan un alto y diverso número de sectores. Ellos incluyen convenios, memorandos de entendimiento, protocolos y planes ejecutivos, entre otros. Además, actualmente existen otros seis acuerdos cuyos textos están cerrados y se encuentran listos para su firma, la que se ha postergado por motivos propios de la pandemia, que nos ha impedido desplazarnos.

En este contexto se inscribe, precisamente, el acuerdo de cooperación en materia de defensa que hoy nos ocupa. Como bien señaló el señor ministro de Defensa Nacional, este acuerdo fue suscrito en setiembre de 2019 y las inscripciones encaminadas a su aprobación parlamentaria fueron retomadas por el actual Gobierno.

El texto que heredamos en el 2019 –es importante destacarlo– no ha sufrido modificación alguna. Por lo tanto, en el caso de este acuerdo, existe una continuidad del interés de los sucesivos gobiernos democráticos del Uruguay por fortalecer las relaciones con China.

Queda en evidencia la valoración positiva sobre los beneficios que este instrumento le aportará al país, como lo ha destacado el señor ministro de Defensa Nacional. Pensamos, entonces, que es un nuevo factor que va a fortalecer las relaciones en el marco jurídico que nos hemos dado con China. Su aprobación dará continuidad a los esfuerzos llevados a cabo por los distintos gobiernos desde 1985 y está en consonancia con las prioridades otorgadas por la actual Administración.

Me importa destacar que la actual coyuntura internacional, marcada por un incremento de las tensiones y por el conflicto en Ucrania, no hace menos pertinente la


celebración de este acuerdo, ya que este no constituye una alianza militar ni un compromiso de defensa mutua o una asociación de naturaleza similar. El acuerdo no implica en forma alguna una erosión de las posiciones internacionales sostenidas por el Uruguay, en particular con respecto a la reciente agresión militar de Rusia a Ucrania.

Este instrumento tampoco tiene como objetivo concertar posiciones en materia de defensa en los distintos fueros internacionales. No hay relación alguna entre el marco de cooperación que ambos países fortalecerán a través de él con los conflictos que, en definitiva, actualmente se encuentran en curso en el mundo. Por lo tanto, no compromete ni los principios ni las acciones de política exterior que lleva adelante nuestro Gobierno ni los que se han dado en los anteriores.

Es necesario volver a subrayar que se trata de un acuerdo marco, como bien apuntó el señor ministro de Defensa Nacional, es decir, un conjunto de lineamientos generales que proporcionan a las partes una serie de objetivos y propósitos, la identificación de grandes áreas de cooperación y las modalidades a través de las cuales se llevarán a cabo las distintas acciones en materia de cooperación.

Quiero hacer dos precisiones adicionales: una de las características de los acuerdos marco es que pueden requerir nuevos instrumentos complementarios para implementarlos de manera concreta, tal como está previsto en este acuerdo, específicamente en el artículo 7.º, referido a la celebración de posibles protocolos adicionales en áreas específicas de dicha cooperación. El orden jurídico nacional no se verá afectado, ya que se auditó que estos convenios contengan cláusulas que salvaguarden la legislación interna de cada parte, tal como está incluido en los artículos 1.º y 2.º de este acuerdo.

Finalmente, hay un aspecto que quiero destacar y que constituye una de las áreas de mayor relevancia desde el punto de vista de la Cancillería: la inclusión de las


llamadas misiones de paz dentro del ámbito de aplicación del acuerdo de cooperación  en el área de las operaciones internacionales. En efecto, el acuerdo subraya en su preámbulo el interés común en el mantenimiento de la paz y la seguridad internacional y en la solución por vía pacífica de los conflictos. Esto no solo está alineado con dos de los principios tradicionales de la política exterior del Uruguay, sino que su implementación redundará, seguramente, en un incremento de la capacidad que Uruguay ya tiene en razón de las distintas misiones y operaciones de paz en las que ha participado. La participación de nuestro país en estas operaciones ha prestigiado –creo que es algo en lo que estamos todos contestes– y constituye un ejemplo de la política exterior del Uruguay.

Es del caso recordar que China desempeña un rol central en el sistema de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas, inclusive en el diseño, financiamiento y aporte de personal de paz a dichas operaciones de mantenimiento. Su participación ha ido en aumento en los últimos años como consecuencia de su cada vez mayor relevancia como potencia global y Estado miembro clave en las Naciones Unidas.

Al ser miembro permanente del Consejo de Seguridad, China participa activamente en la elaboración y aprobación de los mandatos de tales misiones de paz. En términos de contribución con personal de paz, China se ubica actualmente en el décimo lugar del ranking como país contribuyente y es un importante contribuyente en materia financiera.

En suma, a nuestro juicio, la cooperación en este aspecto del acuerdo  contribuirá, una vez más, a fortalecer uno de los ejes de nuestra política exterior cual es las misiones de paz. Con relación a este último aspecto, es del caso mencionar que es un interés estratégico del Uruguay celebrar este tipo de acuerdos con los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Es claro que estos


países tienen un peso fundamental en las decisiones de este órgano, que es el que tiene las competencias exclusivas y excluyentes en el mantenimiento de la paz y la seguridad internacional. Existen ya acuerdos en esta materia con los Estados Unidos, Francia y Rusia. Esta posibilidad también fue conversada con el Reino Unido durante la reciente visita presidencial a dicho país.

Por tanto, la celebración del acuerdo con China daría continuidad a esta política que genera una mayor capacidad de interlocución y abre perspectivas de cooperación favorables para el Uruguay con los grandes actores del concierto internacional.

Finalmente, cabe agregar que nuestros socios del Mercosur –Argentina y Brasil– ya tienen su propio acuerdo en el área de defensa con China, así como también numerosos países de la región, tales como Chile, Ecuador y Perú.

Muchísimas gracias.

 

SEÑOR PRESIDENTE.- ¿Algún señor senador desea referirse a este tema o hacer alguna pregunta?

SEÑOR BERGARA.- Agradecemos la presencia de las delegaciones de ambos ministerios y apreciamos las presentaciones de los secretarios de Estado.

En general, compartimos las consideraciones hechas. En particular, con respecto al acuerdo que está sobre la mesa, nos da aun más tranquilidad y reafirmamos nuestro enfoque de que era un acuerdo marco, un acuerdo marco general que ya había sido suscrito en el gobierno anterior y que este retoma, sin modificaciones. Por lo tanto, no veíamos mayormente ninguna dificultad para el procesamiento parlamentario.

Cabe, entonces, aclarar que no fue la oposición la que planteó un obstáculo para que continuara el tratamiento parlamentario de este acuerdo. Por lo tanto, quería hacer esa aclaración porque eventualmente si persisten dudas, obstáculos o consideraciones


que puedan implicar que su tratamiento parlamentario no avance, creo que es una buena oportunidad para conocerlos e intercambiar.

SEÑOR DA SILVA.- Damos la bienvenida a los señores ministros de Defensa Nacional y de Relaciones Exteriores. Siempre es bueno tener información de primera mano.

En este caso, coincidimos con el señor senador Bergara y, como miembro informante, estoy dispuesto a procesarlo rápidamente, como todos los temas que están en el orden del día del Senado.

SEÑOR CAGGIANI.- Me sumo a los saludos a la delegación.

 

No voy a hacer consideraciones sobre el proyecto de ley en sí porque creo que los señores senadores Bergara y Da Silva ya lo adelantaron. Esta comisión aprobó de manera unánime el proyecto que luego se iba a considerar en el plenario, pero después por motivos extraparlamentarios volvió a la comisión. De igual manera, creo que es importante poder conocer los informes que trajeron.

Quiero hacer una pregunta a los señores ministros. Como este era un acuerdo marco de defensa con la República Popular de China y ya se tenía otro con Estados Unidos y Francia, quisiera saber si se tenía pensado realizar algunos otros con  miembros integrantes del Consejo de Seguridad de la ONU. Se ha mencionado al Reino Unido. ¿Hay interés de parte de Uruguay de firmar un acuerdo de cooperación en defensa en ese sentido?

SEÑOR MINISTRO DE DEFENSA NACIONAL.- Tengo aquí la declaración que firmó el presidente Lacalle Pou con el primer ministro del Reino Unido y en el capítulo de defensa dice: «El primer ministro y el presidente se comprometieron a mejorar la cooperación en defensa y seguridad en asuntos de interés mutuo. El Reino Unido continuará invirtiendo en oportunidades de capacitación y entrenamiento para las


Fuerzas Armadas uruguayas. Reconociendo el liderazgo de Uruguay, el Reino Unido brindará apoyo en áreas fundamentales de mantenimiento de la paz para apoyar a Uruguay como un valioso contribuyente a las operaciones de mantenimiento de la paz de la ONU, y ambos países continuarán asociados en el marco de la iniciativa A4P de Naciones Unidas. Ambos países, en el marco de su relación de amistad y cooperación humanitaria, se comprometieron a continuar desarrollando los vínculos ya existentes en la temática antártica». Esto es lo que dice a texto expreso la declaración conjunta.

Asimismo, quiero recordar que, al igual que con otros países, hay una larga tradición de cooperación con el Reino Unido. Tan así es que oficiales de nuestras Fuerzas Armadas, desde hace mucho tiempo, participan en cursos de formación. En misiones de paz hemos tenido relaciones, tanto con el Reino Unido como con organizaciones de la sociedad civil, pero que realizan un trabajo en conjunto con el Reino Unido. A modo de ejemplo, el año pasado firmamos un acuerdo en materia de protección a los niños que están en áreas donde hay contingentes de paz, sobre todo para prevenir el caso de abusos a menores. Es decir que hay una larga cooperación.

Como dijimos al principio, es voluntad del Uruguay tener acuerdos marco de cooperación con los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU. En el sentido de lo que estamos tratando hoy y el Reino Unido, son países con los cuales aún no tenemos y con ellos cerraríamos este círculo.

SEÑOR PRESIDENTE.- Al iniciar su exposición, el señor ministro de Defensa Nacional señaló que pretendía aprovechar esta visita para informar sobre la situación de los efectivos de las Fuerzas Armadas desplegados en la República Democrática del Congo. Entonces, para ordenar la reunión del día de hoy, le cederíamos nuevamente la palabra ya que los demás temas creo que son de exclusiva competencia de la Cancillería.


SEÑOR MINISTRO DE DEFENSA NACIONAL.- Si no le parece mal, tratamos este tema y nos retiramos.

SEÑOR PRESIDENTE.- De acuerdo.

 

SEÑOR MINISTRO DE DEFENSA NACIONAL.- Días atrás hablé con el señor senador Penadés y le pedí que gestionara la posibilidad de informar sobre este tema en la primera oportunidad que hubiera, en virtud de la situación particular que se está viviendo en la República Democrática del Congo, que no es novedosa. Nos acompaña el comandante del Ejército y el general Mangini, que es el director del Sinomapa. El comandante Fregossi, en sus épocas de jefe del batallón en el Congo, vivió situaciones particulares y similares, por lo que tiene una historia personal y profesional vivida. El propio subsecretario, coronel Elgue, fue jefe en esa zona y en tal sentido también tiene una larguísima experiencia profesional.

Como suelo decir públicamente, por algo hay una misión de paz en el Congo. Estamos hablando de que hay una razón de inestabilidad por la cual, justamente, a través de Naciones Unidas se decide que haya una misión de paz. Aunque parezca paradójico, el problema del Congo es que se trata de un país muy rico. Entonces, esa característica hace que haya complejas situaciones de enfrentamiento y de crímenes, en algunas circunstancias, vinculadas a las riquezas que están en el suelo congoleño.

Junto con el subsecretario, en nombre del Ministerio de Defensa Nacional, estuvimos acompañando al presidente de la república en la pasada Navidad, junto con el comandante del Ejército y el comandante de la Fuerza Aérea. Pudimos compartir una rica experiencia y también nos acompañó la representante del secretario general de Naciones Unidas, con quien tuvimos la oportunidad de hablar de esa iniciativa que se estaba manejando para poner fecha de fin a la misión en el Congo. En tal sentido, la representante del secretario general nos decía que la visión había cambiado un poco y


que no era una fecha límite, fría, sino que se planteaba en función del cumplimiento de metas. Quiere decir que la fecha de retirada estaría vinculada al cumplimiento de determinadas metas. No obstante, algunas ya se fueron cumpliendo y motivó que, por ejemplo, nuestra Fuerza Aérea redujera su contingente prácticamente a la mitad. Hay una compleja situación local y regional, lo que ha llevado a un empuje, en los últimos días, de situaciones que fueron bien complicadas y que implicaron la muerte de ciudadanos congoleños y también de personal de la ONU, de diferentes países; estoy hablando de la semana pasada y de la anterior.

Ustedes saben que el contingente uruguayo participa de lo que es la reserva del primer comandante, es decir, del comandante de todas las fuerzas de Naciones Unidas desplegadas allí, que es un general brasileño. En estos últimos días ha sido asignado para llevar adelante la protección, tanto del cuartel general de Naciones Unidas –que fue uno de los focos del ataque–, como de su base logística.

(Se suspende momentáneamente la toma de la versión taquigráfica).

 

SEÑOR FREGOSSI.- Trataré de ser breve, pero la situación requiere a veces una explicación de contexto.

Inicialmente saludo a los señores legisladores y a los integrantes del Ministerio de Relaciones Exteriores.

También quiero puntualizar que, además del coronel Elgue, tenemos la fortuna de contar con el general Mangini. Los tres fuimos comandantes de tropa en el Congo y hemos vivido circunstancias muy similares a las que se están produciendo hoy.

En la imagen proyectada podemos ver al volcán que entró en erupción en mayo del año pasado y que creó una serie de problemas. Esto resume, a mi criterio, la situación: un volcán que nunca se ha extinguido. Es un conflicto que viene, prácticamente, desde que tuvieron su independencia fáctica en 1960, y que cada tanto


hace erupción, como sucedió en estas últimas dos semanas, porque las causas prevalentes, las causas profundas del conflicto, se siguen manteniendo. Ese es el criterio.

El propósito es simplemente presentar la información y obviamente responder a las preguntas que tengan sobre la situación. Rápidamente me referiré al ambiente operacional, a algo de la historia, a la Monusco –Misión de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo–, a la unión de las crisis con los grupos armados y a las perspectivas que se pueden asumir ahora. Obviamente responderé las preguntas en cualquier momento.

En cuanto al ambiente operacional, consideramos que hay una dimensión política no solo en los integrantes del sistema político congoleño, sino también en su relación con la representante de la ONU, que ha sido ambivalente. Normalmente, los tiempos electorales a veces han hecho que se produzcan determinadas crisis con Naciones Unidas. También está la relación con los países vecinos, que ha sido muy importante y que a continuación vamos a subrayar. También está la influencia de los países vecinos, a veces extrarregionales, en la estabilidad del Congo.

Como decía el señor ministro, este país tiene su karma porque teniendo tantos recursos naturales ha sido motivo de tanto conflicto y de tanto interés internacional. Como dice en inglés en la proyección, eso alimenta las crisis. Por otra parte, tiene las características propias de que sus fuerzas armadas están integradas de determinada manera y eso no ayuda a que el conflicto pueda solucionarse; a veces son parte del conflicto. Los grupos armados ilegales que ahí operan –más de cien–, obedecen tanto a intereses locales como internacionales.


Quiero recordar que allá lejos, en el centro de África, tenemos otros contingentes en el Sinaí –en la imagen figura en azul– y más al norte, por los Altos del Golán, en la frontera entre Siria e Israel.

La geografía del Congo manda también en este conflicto. Se trata de un país que tiene una superficie catorce veces mayor que la de Uruguay, con su capital volcada hacia el lado oeste. Nuestras tropas, ya desde hace un tiempo, se encuentran al este del Congo, en Goma.

Los nueves países vecinos que se aprecian en la imagen –sobre fondo negro– son los que han tenido su influencia y su rol en la región. Incluso, hay algunos que están fuera de la región que aún siguen manteniendo su interés y su influencia en el Congo.

Tiene una población de 92:000.000. Son más de doscientos los grupos étnicos y, por lo tanto, más de doscientos los idiomas y lenguas que allí se hablan. Se encuentra en el lugar 186 de ingreso per cápita, de acuerdo con el Banco Mundial, y en el lugar 175 según el índice de desarrollo humano de Naciones Unidas, a pesar de tener tanta riqueza en su suelo. La mayor parte de los recursos se encuentra, justamente, en la zona este del país, que ha sido objeto de permanente conflicto. Hablamos de recursos energéticos y minerales que son de suma importancia para los distintos tipos de industrias: tecnológica, espacial, química, etcétera.

En cuanto a la historia, brevemente diré que en 1994 se produjo el genocidio en Ruanda, particularmente iniciado por la etnia hutu en contra de los tutsis. A partir de 1996 y 1997 –período en el que se da la primera guerra del Congo– una serie de países apoyan a Laurent-Désiré Kabila padre, para derrocar a Mobutu Sese Seko, que hacía más de treinta años que estaba en el poder en el Congo. Se hace del poder en 1997, pero a partir de ahí se inicia lo que se denomina la segunda guerra del Congo en la que intervienen, aproximadamente, doce países. En 2001 –casualmente el 18 de julio– es


asesinado Kabila padre, y su hijo, de entonces veintinueve años, se hace cargo del poder del país y después hay elecciones en las que resulta electo. En 2019 asumió el actual presidente, Félix Tshisekedi, que hizo una coalición con el presidente saliente, previéndose que las próximas elecciones tengan lugar en 2023.

La segunda guerra del Congo es importante porque, por un lado, intervienen países que pretenden invadir, como Uganda, Ruanda y Burundi y, por otro, países como Angola, Zimbabue, Sudán y, más al norte, Libia, que intervienen en apoyo del Gobierno de Kabila padre, crean esa zona gris que está entre medio y frenan el conflicto. Ahora bien, en esa retirada parcial de fuerzas extranjeras que permanecen en el Congo, van quedando más de cuatro millones de muertos y más de cuatro millones de refugiados y desplazados

Entre las consecuencias hablamos de la cantidad de refugiados y desplazados que hay en distintas partes del Congo; un sistema de justicia prácticamente inexistente; fuerzas de seguridad de defensa muy débiles, que son tildadas por crímenes de guerra y alto índice de corrupción, y esos grupos armados que quedan prevalentes en las distintas partes del Congo, pero particularmente en la zona este.

En 1999 se firma un convenio con Naciones Unidas para establecer una misión

 

de paz.

 

En 2001, por primera vez se empieza a desplegar Uruguay, por lo que llevamos más de veinte años desplegados allí; obviamente, es la misión que tiene más tiempo. La denominación inicial de Monuc, en 2010 se cambia a Monusco, lo que implicó también un cambio de actitud en la forma de operar por parte de Naciones Unidas, ya que pasan a ser operaciones de estabilización y se crea una brigada para ejecutar y apoyar operaciones ofensivas.


En la imagen vemos a la autoridad local, la representante del secretario general es la señora Bintou Keita –que pertenece a Guinea Ecuatorial–; la parte militar está a cargo de un general de Brasil y la policial, a cargo de un general de Mali, donde  también hay una misión de paz de Naciones Unidas.

Hay aproximadamente 14.000 efectivos militares, 660 observadores y 1600 policías que están operando en este momento en el Congo.

Nuestro contingente nacional se ha reducido progresivamente a 832 en total, de los cuales 758 corresponden al Ejército, Batallón Uruguay IV. Se cuenta con dos potabilizadoras de agua. Mientras tanto, la Fuerza Aérea quedó con los helicópteros y una unidad de 46, más algunos observadores militares que suman 18. De esta forma se totalizan los 832 que tenemos en el Congo.

Estamos particularmente en el este, en Goma –el dibujito verde es el batallón– y, más al sur, en Bukavu –en la provincia Kivu del Sur– está la unidad de la Fuerza Aérea con los helicópteros. Las flechas rojas indican las posiciones actuales donde están las UPA –unidad potabilizadora de agua–; hay dos funcionarios de OSE operando con nosotros.

Lo sucedido en las últimas dos semanas es una erupción más, al igual que anteriores crisis ocurridas. Puedo citar a Bunia en 2003-2004, donde como consecuencia de la lucha entre los grupos étnicos lendu y hema se produjeron grandes matanzas que llegaron incluso a provocar la intervención de Francia en esa zona, en una operación llamada Artemis.

En 2004 se produce una situación similar a la que está sucediendo hoy en la capital y en algunas ciudades importantes; incluso uno de los grupos armados toma la ciudad de Bukavu.


En 2007 hubo otra crisis grande que motivó la participación de Uruguay en la recuperación y rescate del personal que estaba en la Embajada de España, hecho bastante conocido aquí.

En 2010 hubo una intervención en la frontera norte por la acción de este grupo del Ejército de Resistencia del Señor.

En 2012 en Goma cae la ciudad a instancia del grupo M23, que es el que hoy está ocasionando los principales problemas de inestabilidad en el Congo. Ya tomaron la capital, pero, por presiones internacionales y luego de dos semanas, el grupo se retira de ahí.

Ahora, en julio de 2022, se han producido incidentes en Goma y también en Bukavu, que es donde está la Fuerza Aérea. Estos incidentes comenzaron hace un par de meses con el derribo de un helicóptero de Naciones Unidas atribuido al M23, en el que murieron ocho efectivos de Pakistán, uno de Rusia y otro de Serbia. Las Fuerzas Armadas congoleñas inician una ofensiva contra ese grupo armado del M23, pero militarmente no los pueden superar y actualmente este grupo ha ido recuperando territorios y ganando determinadas regiones a unos 90 o 100 kilómetros al norte de Goma.

Dos semanas atrás el presidente del Senado hizo unas declaraciones a la juventud de su partido, el partido de gobierno. Esto fue lo que propició estas protestas, demostraciones y saqueos por parte de elementos jóvenes, que son los que tradicionalmente usan para estos ataques a instalaciones de Naciones Unidas, casas particulares y autos de funcionarios de Naciones Unidas, con una violencia bastante importante. Todo esto ha llevado a que al día de la fecha haya unos 36 fallecidos.

El domingo pasado tropas de Tanzania, intentando regresar al país, reaccionaron violentamente ante un bloqueo y produjeron la muerte adicional de entre dos y cuatro


personas y quince heridos. Como mencionaba el señor ministro, el sepelio estaría por realizarse y eso podría ocasionar protestas adicionales.

Inicialmente, el presidente declaró que la Monusco debía irse, sí o sí, en 2024, independientemente de los planes de Naciones Unidas. Ahora ha suavizado sus declaraciones y ha dicho que hay que revisar la retirada de Naciones Unidas; incluso el presidente del Senado está siendo cuestionado por esas declaraciones iniciales que inflamaron el ambiente y propiciaron las protestas masivas.

Además, hay otra amenaza latente que se viene produciendo en forma sostenida y que tal vez en algún momento nos obligue a prestar mayor atención. En la imagen pueden observar los corredores del crimen organizado, los corredores de tránsito de armas, personas y drogas. Esto ha provocado que los grupos armados se apoyen en el islamismo radical, que no estaba presente en el Congo. Como pueden ver, tenemos en la zona de Nigeria, en Somalia, algo en Egipto, en Tunisia y también –se fueron más al sur– en Mozambique. Ahora hay un grupo armado que tiene esta ideología y que ha realizado grandes masacres, y ya se ha comprobado que tiene integrantes extranjeros y que capturan niños y los convierten rápidamente en los denominados «niños soldados», con un fuerte adoctrinamiento en el islamismo radical.

Las perspectivas desde el punto de vista de Naciones Unidas es que se trata de una crisis más que se está desarrollando de una manera muy similar a las anteriores. Al día de hoy, el Gobierno pidió la expulsión del portavoz de Naciones Unidas; en otra oportunidad han pedido la expulsión del jefe de derechos humanos. Otras veces quisieron que Naciones Unidas se fuera hacia el este, porque saben que las Fuerzas Armadas congoleñas no son capaces de resistir la presión de esos grupos armados alegadamente apoyados desde el exterior. De esa manera, motivan esa protesta a Naciones Unidas para que la comunidad internacional reaccione quitándole el supuesto


apoyo a esos grupos que están actuando y que las Fuerzas Armadas congoleñas no son capaces de frenar.

En lo personal, pienso que se va a continuar el proceso y que no nos vamos a retirar antes del 2024. Cuando fuimos, en diciembre, la señora representante dijo que no había un programa armado de retiro –se le preguntó específicamente– y hoy creo que tampoco existe. El número uno de Naciones Unidas de Nueva York fue al terreno a visitar y se tuvo que retirar por el incidente que mencionaba en la frontera con Uganda, con muertos y heridos. Así que sí va a haber un corte, pero en este momento sería una debacle muy grande retirar los efectivos de la Monusco.

Estoy abierto por si se me quieren formular preguntas.

 

SEÑOR PRESIDENTE.- Ha sido muy clara la presentación.

 

SEÑOR PENADÉS.- Quiero saber si en algún momento las fuerzas uruguayas se han visto bajo fuego o en alguna situación de conflicto que podría ser catalogada como peligrosa o algo por el estilo.

SEÑOR FREGOSSI.- ¿Se refiere a estas últimas dos semanas?

 

SEÑOR PENADÉS.- Sí.

 

SEÑOR FREGOSSI.- En estas últimas dos semanas, bajo fuego, no; nuestra base principal no fue atacada y nos asignaron defender inicialmente la base logística de la misión, que sí fue atacada. Ahí estamos hasta hoy y mañana dejamos esa base logística y pasamos a defender el aeropuerto. Hemos defendido el cuartel general y otras instalaciones de Naciones Unidas, pero no hemos sufrido acción directa contra los nuestros. Sí hemos tenido que repeler algunas de las protestas, pero no se ha empleado fuerza letal sobre los manifestantes. Hay todo un procedimiento establecido, con reglas de enfrentamiento o de empeñamiento –según como se traduzca ROE– que prevén un avance progresivo, y hasta este momento no hemos llegado a hacer uso de fuerza letal


contra agresores. Estamos obligados a defender las instalaciones de Naciones Unidas – no solo las nuestras–, pero en las últimas semanas no hemos estado envueltos en ningún incidente con fuego directo ni hemos recibido heridos.

SEÑOR CAGGIANI.- El informe ha sido muy extenso y muy bueno. Creo que todos hacemos acuerdo en que la presencia de Uruguay en las misiones de paz es muy importante y que nos destacamos en eso, no solo en cantidad de misiones y efectivos, sino en su calidad.

Quisiera saber si hay algún tipo de evaluación por parte del Ministerio de Defensa Nacional o del Ministerio de Relaciones Exteriores respecto a hasta cuándo vamos a seguir con estas misiones, no solamente en el Congo, sino en otros lados. Supongo que eso se evaluará permanentemente. No quiero extender la comparecencia del ministro, pero me interesa conocer si en esta nueva situación hay –o se está haciendo– alguna evaluación del Gobierno uruguayo al respecto.

SEÑOR MINISTRO DE DEFENSA NACIONAL.- En cuanto a la pregunta del senador Caggiani, definitivamente, la participación en misiones de paz es un sello muy fuerte del Uruguay. Diría que nuestros mejores embajadores en el mundo son los soldados en misiones de paz; lo digo sin ningún tipo de pudor y sabiendo a quién tengo aquí al lado. Lo digo con mucho orgullo porque estos «embajadores», entre comillas y también sin comillas, no hicieron ningún curso; representan al Uruguay sin ninguna formación profesional. Sin tener esas características –porque es otra su profesión y su misión–, son quienes más nos distinguen en el mundo. En esto, como decimos aquellos a quienes nos gusta jugar al truco, «hasta empardar, envido».

No hay reunión con embajador o representante extranjero que no abra con el reconocimiento a las misiones de paz. Por semana tengo alguna de estas reuniones y no hay ninguna en la que el primer punto no sea el reconocimiento a nuestras fuerzas en


misión de paz, y esto constituye una política que, como todos sabemos, a lo largo del tiempo ha consolidado al sistema político, lo que está muy bien.

La coalición de gobierno ha dicho expresamente, hasta en su programa Compromiso por el País –y contesto la pregunta como coalición de gobierno, porque es una cuestión política–, que su visión es la de consolidar o, mejor dicho, seguir consolidando esta participación y, si hay propuestas por parte de Naciones Unidas para participar en otros teatros, escenarios, evaluarlas con una visión positiva, con el ánimo de participar, pero como ustedes saben hay que evaluar caso a caso. Ese es nuestro objetivo, nuestra visión política y nuestra visión internacional en la materia.

SEÑOR MINISTRO DE RELACIONES EXTERIORES.- Quiero hacer una

 

pequeña acotación a propósito de hasta cuándo seguiremos. Diría que el Uruguay ha demostrado tener una vocación por la paz y mientras haya conflictos armados la vocación sería estar presente siempre.

Respecto al comentario que hizo mi amigo, el ministro de Defensa Nacional, debo advertir que asimismo los diplomáticos uruguayos somos el primer soldado, porque permanentemente estamos en defensa del interés nacional en todas las áreas en las que nos toca actuar.

Muchas gracias.

 

(Hilaridad).

 

SEÑOR PRESIDENTE.- Si no hay más preguntas, queremos agradecer la visita y la información que el ministro de Defensa Nacional y el resto del equipo han aportado a la Comisión de Asuntos Internacionales y quedamos abiertos para recibirlos en cualquier otra oportunidad.

SEÑOR MINISTRO DE DEFENSA NACIONAL.- Muchísimas gracias


(Se retira de sala la delegación del Ministerio de Defensa Nacional).

 

SEÑOR PRESIDENTE.- Para continuar con la sesión ‒quedan algunos temas para considerar, según el orden del día, que son de exclusiva pertinencia del Ministerio de Relaciones Exteriores‒, le damos la palabra al canciller, Francisco Bustillo.

(Se suspende la toma de la versión taquigráfica).

 

SEÑOR MINISTRO DE RELACIONES EXTERIORES.- Muchísimas gracias, una vez más.

Son muchas las cuestiones que nos convocan hoy. Preparé un repartido, al que voy a dar lectura y voy a ir comentando, sin perjuicio de lo cual, después ampliaremos en función de las distintas inquietudes que surjan, amén de que creo que esta es una oportunidad muy buena que nos damos; es una instancia que nos debíamos, precisamente para intercambiar opiniones. Han sido muchos los programas de televisión en los que los he visto compartir sus inquietudes y créanme que, en muchos sentidos, han alimentado el camino que nos hemos trazado; así que creo que es una buena oportunidad para seguir haciéndolo entre todos.

Voy a presentar a quienes me acompañan. Siempre digo que soy un buen hacedor de equipos. No sé si tengo otras grandes virtudes, pero sí soy un buen hacedor de equipos y creo haberme rodeado de excelentes funcionarios en esta gestión que he emprendido hace ya un tiempo.

Me acompañan el doctor Abadie, director de Prensa de la Cancillería; el secretario Sebastián Cavasín, que es uno de los integrantes de la Secretaría del ministro; el embajador Garofali, que es el director de Relaciones Institucionales, que imagino que interactúa seguido con todos ustedes; la embajadora Ana Inés Rocanova, directora general para Asuntos Económicos, que hasta hace pocas semanas estuvo trabajando como representante nuestra en la Aladi; la embajadora Alejandra de Bellis, que fue


nuestra representante en la Unesco y desde hace un tiempo está actuando como subdirectora general adjunta para Asuntos de Integración y Mercosur, acompañando al embajador Delgado ‒quien nos ha acompañado en otras oportunidades y creo que todos lo conocen‒, que es el actual director general para Asuntos de Integración y Mercosur.

También me acompaña Diego Escuder, director general de Secretaría, que si bien es la única designación política de todos los que me acompañan ‒el resto del equipo está conformado por funcionarios de la Cancillería, salvo el caso del director de Prensa‒, siempre ha estado vinculado a la temática internacional en razón de su paso  por la academia. Asimismo, está presente el embajador López Fabregat, que es el jefe  de Gabinete de la Cancillería y, a su vez, es a quien le ha tocado en suerte comandar el equipo que, junto al economista Labraga, nos hemos dado para incursionar en el estudio de factibilidad de un tratado con China y para las posteriores negociaciones que empezarán en breve.

Está también el director general de Asuntos Políticos, embajador Ricardo González, que ha ocupado el cargo en reiteradas oportunidades y es una garantía para todos nosotros, sobre todo en lo que hace a la continuidad. Como me han escuchado decir en reiteradas oportunidades, los resultados en la diplomacia, en las relaciones internacionales, se dan fundamentalmente por acumulación. Así que, en ese sentido, es una garantía tener a Ricardo González, porque es la historia viviente de muchas de las negociaciones que tenemos en curso, no solo en el ámbito económico y comercial sino también político.

También está acompañándonos el director general para Asuntos de Frontera, Limítrofes y Marítimos, que es el doctor Carlos Mata, que también es un viejo funcionario de la Cancillería que, entre otras cosas, tiene a cargo las comisiones


binacionales y el plan de fronteras –que es una de nuestras preocupaciones–, que hemos venido llevando adelante desde que incursionamos en la Cancillería.

Me voy a permitir dar lectura, entonces, a este trabajo que traemos que, de alguna forma, da respuesta a muchas de las inquietudes sin perjuicio, insisto, de lo que después seguiremos conversando en razón de las inquietudes que surjan en esta comparecencia.

Primero me voy a referir a la declaración conjunta y a los protocolos suscritos con la República Federativa del Brasil en ocasión de la reciente Cumbre de las Américas –esto fue en Los Ángeles–, en la que nos dimos la oportunidad de suscribir el acuerdo por zonas francas y el acuerdo sobre yerba mate, además de una declaración que, entre otras cosas, pasó revista también a la posición respecto a la modernización y el sinceramiento del Mercosur.

En relación con la declaración conjunta y los protocolos suscritos con Brasil, en ocasión de la reciente cumbre, haré algunas consideraciones. Permítanme  destacar, antes de adentrarme en el análisis más minucioso de lo alcanzado por medio de la declaración, que los acuerdos allí reflejados constituyen un importante logro para el Uruguay, porque se trata de un socio de importancia estratégica para nuestro país –no vamos a descubrir aquí lo que significa Brasil– y, además, es su principal contraparte comercial en el Mercosur.

A su vez, ello cobra aún mayor relevancia porque permite consolidar una visión de largo plazo, que era un objetivo de esta Administración y que suma, en definitiva, previsibilidad y certidumbre a las empresas que interactúan con ese mercado, a los trabajadores y también a los consumidores uruguayos que son, en definitiva, los que esperamos que se beneficien.


A continuación describiré con mayor precisión esos acuerdos que hemos alcanzado.

En materia de la modernización a que hice referencia, el primer elemento que destaco es que para Uruguay era esencial que en una declaración que aborda, entre otros aspectos, asuntos económico-comerciales con un socio del Mercosur –quizás el más importante que tengamos–, se hiciera referencia a uno de los principales planteos que ha realizado nuestro país dentro del bloque en los últimos tiempos, diría años. Me refiero a la necesidad de modernizar el Mercosur, en particular, en lo que refiere al funcionamiento de las negociaciones comerciales que asume el bloque vis a vis con los países y con otros bloques extrazona.

El tema de la modernización se aborda en tres párrafos de la referida declaración. Mediante esa declaración Uruguay y Brasil coinciden en que el Mercosur debe modernizarse en materia de relacionamiento externo, y para eso se afirma un elemento de carácter preceptivo: el Mercosur debe poseer, entre otros, formatos y mecanismos flexibles.

Se hace aquí un reconocimiento explícito a la necesidad de contar con formatos flexibles y, además, ambos países asumen que existen especificidades propias de cada socio y que es necesario contemplar los intereses y sensibilidades de cada uno.

Para Uruguay este aspecto es clave porque considera que el Mercosur actual no atiende las necesidades en materia de inserción internacional que precisa nuestro país. Va de suyo que todos sabemos y conocemos la cantidad de bilateralidades y flexibilidades que nos hemos dado, pero es importante que haya un texto que recoja, precisamente, todo lo que se ha venido dando en los últimos tiempos; me estoy refiriendo a muchos años atrás.


En el siguiente párrafo Uruguay informa a Brasil, en su calidad de socio del Mercosur, sobre las negociaciones que viene desarrollando con otros países extrazona. Esto último atiende a las actuales prioridades que tiene nuestro país en materia de agenda externa, en especial, las conversaciones y negociaciones con China y Turquía.

En el tercer párrafo sobre modernización, vemos la manifestación que hace Brasil. El elemento central es que Brasil no objeta la decisión de Uruguay de negociar con otros países y, además, señala su disposición a que el tema de las flexibilidades negociadoras tengan un tratamiento prioritario en el Mercosur, algo de lo que después dio cuenta nuevamente en ocasión del encuentro en Asunción del Consejo del Mercado Común. A su vez, ratifica la importancia de intensificar y diversificar la agenda externa del bloque, lo que Uruguay siempre apoyó en todas las épocas.

Asimismo, si bien para nuestro país el tratamiento de la modernización del Mercosur era de interés primordial, también teníamos otros asuntos que debían ser abordados en dicha declaración. Uno de estos temas es la cuestión del arancel externo común. En ese sentido, en la misma línea del planteo anterior, respecto a la necesidad de una modernización del Mercosur resulta importante destacar el acuerdo con Brasil para impulsar una revisión del arancel externo común. De la implementación del arancel externo común, que tuvo lugar en enero de 1995, no se efectuó una revisión integral de su estructura ni de sus niveles arancelarios. Compartimos con Brasil que el arancel externo común, tal como está, no refleja las necesidades que tiene el bloque hoy en día. La dinámica actual del comercio internacional exige un arancel externo común que permita a los Estados partes del Mercosur insertarse en las cadenas globales del comercio. Por eso se entiende que mediante una reducción del arancel externo común se podría contribuir a aumentar los niveles de productividad y competitividad, lo que a su vez tiene un correlato no solo a la interna, sino también en el intercambio de los socios


del bloque con el resto del mundo. En esa línea, Uruguay apoyó durante la presidencia pro tempore de Paraguay la propuesta de Brasil de reducir el arancel externo común para un universo de productos determinados.

Voy a hacer una pequeña acotación antes de seguir adelante. En alguna otra ocasión en que hemos concurrido a alguna comisión hemos tenido conversaciones con el senador Caggiani, quien precisamente nos cuestionaba por qué no acompañamos en una primera instancia la rebaja al arancel externo común propuesto por Brasil. Bueno, eran parte de las negociaciones que veníamos llevando adelante y, por suerte, dieron sus frutos. Realmente, hoy todos celebramos. Cuando digo «todos celebramos», no solo el Uruguay, sino también Brasil celebra el acierto de las negociaciones en que estábamos discurriendo en ese entonces.

En cuanto a zonas francas, previo a explicar el contenido y alcance de lo acordado recientemente con Brasil, permítanme hacer un breve repaso sobre este tema. Por regla general, las zonas francas se encuentran excluidas del régimen preferencial del Mercosur. Es decir que los bienes elaborados en zonas francas se consideran de la misma manera que los bienes producidos en otros países. Eso significa que deben pagar el arancel externo común que corresponda. Esta regla tiene como excepción las áreas aduaneras especiales existentes en Manaos y Tierra del Fuego en razón de sus particularidades A nivel nacional, a partir de la aprobación de la Ley de Zonas Francas en 1987, se ha llevado adelante una política que ha buscado dinamizar el régimen, incentivando actividades de especial interés para el país y promoviendo nuevas inversiones. No obstante, desde 1994 la producción realizada en zona franca no podía comercializarse con preferencias arancelarias en el mercado de los otros socios del Mercosur, implicando que los proyectos de inversión que se captaban en Uruguay necesariamente debían tener como mercado objetivo los que estuvieran por fuera de la


región. A partir del 2001 Uruguay y Brasil buscaron mecanismos tendientes a facilitar  el ingreso de algunos productos provenientes de zonas francas donde se excluyera el pago de aranceles. En 2014 Uruguay y Brasil decidieron incorporar al régimen preferencial de comercio bilateral, al Acuerdo de Complementación Económica n.° 2, por medio de un protocolo adicional, una lista reducida de productos elaborados en zonas francas de Manaos, Brasil, y las zonas francas de Colonia y Nueva Palmira en Uruguay. La vigencia de dicho protocolo adicional se renovaba anualmente, como todos ustedes lo saben, prorrogándose por última vez hasta el 31 de diciembre de 2021, ocasión en que empezaron las conversaciones que dieron cuenta de este acierto de la negociación en sí misma. Ese acuerdo bilateral que se firmó en 2014 y que fue prorrogado en siete ocasiones comprendió únicamente una lista reducida de mercaderías producidas en determinadas zonas francas, cuya vigencia es por un período determinado. Son los tres elementos que se vieron modificados, en este caso en favor de Uruguay y también de Brasil, a propósito de la firma de este acuerdo en Los Ángeles. Esta vigencia temporal generaba, en cierta forma, una falta de seguridad respecto a las condiciones de acceso al mercado brasileño y la necesidad de una renegociación año a año. En ese sentido, por medio del acuerdo recientemente firmado, se amplía considerablemente el alcance del régimen, dado que se incorpora la desgravación arancelaria a todas las mercaderías incluidas en el AC n.º 18 producidas en todas las zonas francas de Uruguay y Brasil por tiempo indefinido. En los hechos, el nuevo acuerdo permitirá el acceso de toda la producción uruguaya realizada en zonas francas con cero aranceles al mercado brasileño, sin límite de tiempo. Por esto, el protocolo firmado para Uruguay tiene un valor diría que casi equivalente a un acuerdo de libre comercio con Brasil.


En cuanto al acceso a mercados para los negocios ya instalados, este acuerdo implica adicionalmente la posibilidad de captar nuevas inversiones productivas que visualicen la conjugación del régimen de zonas francas uruguayas y el mercado brasileño como una combinación atractiva para instalarse en el país. Desde el Poder Ejecutivo se entiende que este acceso preferencial puede atraer proyectos de inversiones interesantes para las regiones fronterizas del país generando empleo de calidad en una zona muy necesitada de empleos productivos de calidad. Es preciso destacar que al ser el Gobierno el que concede las zonas francas y por lo tanto si los proyectos se aprueban, deberán necesariamente suponer una inversión relevante, generar empleos de calidad en zonas fronterizas, aumentar significativamente las exportaciones y los encadenamientos productivos con pymes locales.

Otro elemento para tener en cuenta con respecto al acuerdo alcanzado con Brasil en materia de zonas francas es que mediante este instrumento Uruguay está obteniendo y otorgando lo mismo que se concede en los tratados de libre comercio de última generación, en los que no hay exclusiones a efectos del tratamiento fiscal que cada país otorga a su producción. En efecto, Uruguay ha otorgado el 100 % de la preferencia en las zonas francas, en acuerdos que ha negociado recientemente, como es el caso de la Unión Europea y el EFTA, así como también los acuerdos que ya se encuentran vigentes con Israel y Egipto. A través de este acuerdo, lo que nuestro país hace ahora es otorgar esta preferencia a las áreas aduaneras especiales, a las zonas francas de Brasil y, en particular, a Manaos.

Del análisis realizado oportunamente por los colegas del Ministerio de  Economía y Finanzas, que son quienes tienen competencias sectoriales en la materia, podemos indicar que no se espera un gran incremento de productos provenientes de Manaos debido a los costos logísticos que implica el traslado desde allí al Uruguay.


En conclusión, en materia de acceso a mercados, sin duda, este protocolo es la mejor noticia para el país, diría que desde la firma del Tratado de Asunción, más que nada por su potencial en materia de captación de inversiones y generación de empleos de calidad.

Quiero mencionar algo que una vez le escuché decir al excanciller Enrique Iglesias: que la función primordial de la Cancillería y de los diplomáticos es generar pistas de aterrizaje. Creo que esta es una extraordinaria pista de aterrizaje que nos hemos dado, en este caso con Brasil. Esperemos que el sector privado y las distintas inversiones que vendrán sean un aliciente para captarlas y den cuenta de ello en el futuro.

Con relación a la yerba mate, el acuerdo alcanzado implica establecer un criterio técnico realista en materia sanitaria para evitar caer en una barrera no arancelaria que dificulte el ingreso de la yerba proveniente de Brasil a nuestro país y que veníamos padeciendo año a año. También en este caso el acuerdo tendrá una vigencia por tiempo indefinido. De esta forma, se asegurará que la provisión de este producto al mercado nacional se desarrolle sin mayores dificultades, ya que Brasil es nuestro mayor proveedor de yerba, y por la importancia que reviste este producto para nuestra población.

Entonces, ambos acuerdos alcanzados con Brasil se materializan bajo el formato de protocolos adicionales al Acuerdo de Complementación Económica n.º 2 de la Aladi, firmados el día 20 de junio próximo pasado. Actualmente, ambas partes nos encontramos cumpliendo con los requerimientos internos correspondientes para su incorporación a los ordenamientos jurídicos nacionales.

En lo que respecta a nuestro país, tengo el agrado de informar que Uruguay incorporó, por medio del Decreto n.º 226/022, el protocolo que refiere al comercio en


zonas francas uruguayas y brasileñas. El proyecto relativo a la yerba mate se encuentra en su etapa final y una vez firmado por los ministerios competentes será publicado en el Diario Oficial y comunicado a la Secretaría General de la Aladi. Los acuerdos entrarán en vigor una vez finalizada la incorporación de los mencionados protocolos por parte de ambos países y cuando se haya notificado a la Secretaría General de la Aladi. En el caso de Brasil, el procedimiento es aún más largo, razón por la que no han entrado en vigencia, pero sabemos que vienen discurriendo los pasos en el mismo tiempo y en la misma forma que Uruguay.

Respecto del plan de trabajo de la presidencia pro tempore de Uruguay, en ocasión de haberla asumido en este semestre que está discurriendo, se nos ha solicitado, precisamente, que informemos el plan de trabajo ante esta comisión. Como es de conocimiento, el pasado 21 de julio durante la 60.ª Cumbre de Jefes de Estado del Mercosur, nuestro país asumió –por la rotación alfabética– la presidencia pro tempore del bloque para el segundo semestre de 2022. Durante este período, nuestro país tiene la coordinación de todos los órganos y foros del Mercosur. Por tal motivo, quiero  adelantar que hemos estado trabajando internamente, tanto en los aspectos de carácter logístico-organizativo, como con relación al contenido que queremos dar a nuestra presidencia pro tempore. Para ello hemos venido trabajando estrechamente con las distintas contrapartes nacionales en el entendido de que este es un minucioso trabajo de articulación. Una vez culminado este ejercicio interno debemos proponer a los socios una agenda para todo el semestre en la que se indiquen los temas que se estarán abordando y, en particular, las prioridades asignadas por Uruguay.

Desde el punto de vista formal, el plan de trabajo que hemos diseñado supone un considerable esfuerzo en términos de cantidad de encuentros previstos. En efecto, estamos previendo un calendario con aproximadamente cien reuniones, que involucran


tanto el organigrama interno de órganos decisorios y demás instancias intrabloques como negociaciones externas del Mercosur.

A su vez, desde el punto de vista sustantivo, asumimos la presidencia pro tempore con el compromiso de contribuir con el proceso de integración, lo que requiere abordar los diversos obstáculos que hoy la impiden.

En ese sentido, la agenda del semestre se compone, por un lado, por aquellos temas que llamamos tradicionales, es decir, que forman parte de agenda de los órganos decisorios del Mercosur desde hace un tiempo a la fecha. Por otro lado, tenemos temas que han surgido más recientemente en las pasadas presidencias pro tempore sobre las cuales se continuará trabajando. Finalmente, tenemos aquellos asuntos que nuestro país identifica como prioritarios y donde Uruguay pondrá un foco muy particular de atención.

Voy a referirme a este último punto, que es el que marcará la impronta que queremos dar a la presidencia pro tempore de nuestro país.

En primer lugar, quiero resaltar que el objetivo central será consolidar la zona de libre comercio a través de su perfeccionamiento. Como saben, en más de una ocasión hemos reiterado que una amplia mayoría de los objetivos perseguidos en el Tratado de Asunción no se cumplen. Por el contrario, nos enfrentamos a un Mercosur con numerosos tipos de barreras sanitarias, fitosanitarias y técnicas, así como otras de carácter no arancelario. Pueden distinguirse, entre otras: retenciones a las exportaciones, demoras en la aprobación de licencias no automáticas, demoras injustificadas en la expedición de certificaciones, aplicación de normas técnicas y fitosanitarias no consensuadas por el bloque, restricciones para operar en moneda extranjera, etcétera, etcétera.


Todos estos inconvenientes que he mencionado evidencian que Uruguay no puede sentirse cómodo con el funcionamiento actual del bloque. Este no es un mercado común, tampoco una unión aduanera y claramente persisten dudas sobre el grado de avance de la zona de libre comercio que tiene hoy el Mercosur.

Paralelamente, en el abordaje que realizaremos de estos inconvenientes que impiden tener una zona de libre comercio sin disrupciones nos parece esencial poder culminar en nuestra presidencia los trabajos que permitan actualizar el régimen de origen del Mercosur, que es un instrumento de suma importancia para la circulación de productos intrabloque, elemento esencial en toda zona de libre comercio.

Es importante contar con un sistema que incorpore un enfoque moderno –el régimen actual data del 2009– y que se adapte a las negociaciones que nuestro bloque viene llevando a cabo con países y bloques extrazona. Consideramos de gran importancia que los trabajos técnicos culminen durante el presente semestre.

Otro de los temas que refieren a la modernización del bloque es el que compete al arancel externo común. En la pasada presidencia pro tempore de Paraguay se alcanzó un acuerdo entre los cuatro socios para reducir en un 10 % el arancel externo común para un universo determinado de productos. Si bien entendemos que representa un avance en materia de modernización del bloque, los intercambios en el estado de situación del arancel externo común deberán continuar durante nuestra presidencia pro tempore.

Quiero hacer aquí una acotación: en las conversaciones que mantuve en Asunción con otros cancilleres fuimos advertidos de que ese 10 % –que originalmente habían dado a Argentina y a Brasil un acuerdo que lo comentamos en alguna oportunidad–, en definitiva, fue observado, en el buen sentido, como cumplido por


Brasil, pero no así por Argentina. Esperemos que ahora este acuerdo de cuatro, es decir, la baja del arancel externo común sea cumplido por las cuatro partes.

Por otra parte, en la misma línea de los comentarios que ya he realizado, nuestro país considera que debemos continuar insistiendo con un sinceramiento y una modernización del bloque en materia de relacionamiento externo.

Una vez más, permítanme resaltar que el Mercosur debe contar con formato flexible que contemple los intereses y sensibilidades de cada uno de los socios. Las dimensiones que tiene nuestro país nos obligan a profundizar y llevar a cabo una agenda externa activa que permita desarrollar un profundo relacionamiento comercial con otros países. Esta agenda externa ambiciosa se debe poder llevar, idealmente, de manera conjunta con los demás socios del Mercosur, pero también de forma individual cuando ella no sea posible.

El estado de situación actual en el Mercosur no atiende las necesidades de inserción internacional de nuestro país. Me animo a decir que esto de lo que estoy  dando cuenta hoy podríamos decirlo cualquiera de los aquí presentes. Insisto: si hay algo que puedo afirmar con total tranquilidad es que todos los Gobiernos que nos antecedieron procuraron lo mismo que estamos proponiéndonos nosotros. Por eso creo que el valor de este encuentro es muy bueno en ese sentido. Tenemos un piso en común que es que todos queremos el Mercosur y su mejor inserción internacional. De lo que se trata es de darnos las posibilidades de avanzar, y hasta ahora no nos lo habían permitido. Nosotros, en ese sentido –y creo que es la gran diferencia–, en distintas ocasiones y toda vez que nos ha tocado en suerte expresarlo, hemos reivindicado el derecho que le asiste al Uruguay de avanzar en forma individual, si fuera del caso, lo que no significa renegar del Mercosur ni mucho menos no tener como primera opción siempre ir acompañados del resto de nuestros socios naturales en el mismo.


A su vez, continuando con otros aspectos que refieren al campo económico comercial, seguiremos impulsando diferentes sectores, de manera de dar mayor dinamismo y buscar el crecimiento de las economías de nuestra región. En ese sentido, buscaremos en nuestra presidencia pro tempore avanzar en lo que refiere al comercio de servicios. Proponemos para ello culminar con la Octava Ronda de Negociación de Compromisos Específicos en Materia de Servicios. Se trata de actualizar el Protocolo de Montevideo con la aprobación de nuevos anexos en reglamentación doméstica,  servicios postales y telecomunicaciones. En la misma dirección, intentaremos concretar avances en materia de contrataciones públicas e inversiones. Para este tema también contamos con el apoyo de nuestro Ministerio de Economía y Finanzas, así como de nuestra embajadora De Bellis, diría yo, y obviamente del embajador Delgado.

Del Uruguay vamos a abordar también otros aspectos que trascienden los aspectos puramente económico-comerciales. En ese sentido buscaremos actualizar la normativa que establece las prioridades en materia de cooperación del bloque, acompasándolas a las necesidades actuales del Mercosur. Si queremos atraer y ejecutar nuevos proyectos de cooperación internacional en el bloque, precisamos actualizar los lineamientos del Mercosur al sistema de cooperación internacional.

Por otra parte, continuaremos trabajando en la agenda institucional del bloque, en particular en la adecuación de la estructura institucional del Mercosur, con el fin de maximizar su eficiencia, teniendo en cuenta, entre otros aspectos, la capacidad contributiva de los Estados partes y la situación financiera de los distintos órganos del bloque. No tengo conmigo los números, pero claramente el país que diría que está al día es Uruguay, y sin embargo hay otros que están con un debe importante en materia financiera.


Finalmente, quiero hacer referencia a uno de los asuntos que nos proponemos liderar e impulsar en el segundo semestre, como es el caso de la Agenda Verde. Consideramos que al día de la fecha el Mercosur tiene un gran déficit en materia de imagen y comunicación sobre temáticas vinculadas al medioambiente y al desarrollo sostenible. Este déficit repercute tanto en el frente interno como en el externo, donde el Mercosur es muchas veces el blanco de críticas desproporcionadas e injustas, producto de la desinformación que existe. Consideramos que los cuatro socios han llevado adelante progresos en materia ambiental que merecen ser destacados y contribuyen a esa imagen positiva del Mercosur en el escenario internacional. En este sentido, nos encontramos en esta etapa trabajando en coordinación directa con los ministerios e instituciones nacionales competentes, de manera de poder presentar al bloque iniciativas en este ámbito. Nos interesa poder desarrollar, entre otras temáticas, el concepto de prácticas agrícolas sostenibles en el Mercosur; asuntos relativos a seguridad alimentaria; el desarrollo de fuentes de energía renovables; transporte y movilidad; biodiversidad; acción climática, etcétera.

Aquí voy a hacer un paréntesis para referirme al acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur en esta área en particular. En ocasión de la anterior presidencia pro tempore del bloque, visitamos Berlín, París y Bruselas. En esa ocasión se cuestionaba el tratamiento de la Amazonía por parte de Brasil, y nosotros advertíamos –previamente lo había coordinado con los cancilleres del bloque– que en particular Uruguay tenía extraordinarios guarismos en materia de cuidado medioambiental, que no eran  exhibidos precisamente por muchos de los miembros de la Unión Europea. De ahí que cuando ellos hicieron conocer la aspiración de que hubiera una adenda en temas medioambientales al cuerpo central ya acordado con la Unión Europea, hicimos saber que era aceptable en tanto en cuanto fuera vinculante para ellos también, porque en esa


materia creo que Uruguay está a la vanguardia y definitivamente hay muchos países de la Unión Europea que es probable que no puedan calificar en los estándares que nuestro país sí califica.

En lo que refiere al relacionamiento externo del Mercosur, durante la presidencia pro tempore del Uruguay nos proponemos avanzar en ciertos frentes que identificamos como prioritarios para nuestro país.

Teniendo en cuenta que el punto siguiente de mi intervención consiste, precisamente, en la agenda de relacionamiento externo del bloque –es allí donde compartiré más información sobre las últimas novedades al respecto–, en este apartado me limitaré a mencionar cuáles serán las prioridades que Uruguay propondrá a los socios para impulsar durante la presidencia pro tempore.

Se trata de los procesos que involucran a la Unión Europea, al EFTA, a Corea del Sur, a Canadá, a Singapur, a Indonesia, a Vietnam, a Israel, a Ecuador, a Bolivia y a la Alianza del Pacífico.

Honorables miembros de la Comisión de Asuntos Internacionales, el plan de trabajo de la presidencia pro tempore es un documento vivo. Durante las próximas semanas seguiremos trabajando en el plan, nutriéndolo de mayores elementos.

En cuanto a la agenda de relacionamiento externo del bloque, previo a compartir con ustedes los puntos más sobresalientes al respecto, quiero hacer una precisión que entiendo no es menor y que guarda relación con lo mencionado en la primera parte de mi exposición cuando me referí a la declaración y los protocolos suscritos recientemente con Brasil.

No sé si corresponde esperar al senador Bergara.

 

SEÑOR PRESIDENTE.- No, puede continuar, señor ministro.


SEÑOR MINISTRO DE RELACIONES EXTERIORES.- Que conste en actas que quise esperarlo.

Destaco que desde el inicio de nuestro Gobierno, Uruguay ha realizado ingentes esfuerzos para promover la apertura del bloque al mundo y mejorar nuestra inserción internacional. Como se ha señalado en repetidas oportunidades, si bien en un mundo crecientemente globalizado e interconectado la inserción internacional se vuelve un hecho ineludible para la realización de los intereses de cualquier país, en el caso de Uruguay la inserción en el mundo es condición sine qua non para la realización de los intereses y objetivos de nuestro país. Por ello hemos estado, y seguimos estando, convencidos del sentido de la urgencia del planteo que viene realizando Uruguay, en el sentido de que es imperativo que la agenda externa del Mercosur recupere dinamismo y dé cabida a nuestros intereses y necesidades, algo que hemos escuchado también de parte de otros Gobiernos que nos antecedieron. Creo que compartimos la necesidad imperiosa de avanzar con el mundo en materia de inserción internacional.

En el contexto crítico que vivimos a nivel mundial, si no contamos con una contrapartida externa que esté a la altura de las circunstancias, las posibilidades de alcanzar las condiciones que habiliten al desarrollo de nuestros países se ven, cuando menos, seriamente interpeladas.

Siguiendo esta línea, al tiempo que reconocemos la vigencia que sigue teniendo el bloque a efectos del vínculo con la región, en el frente extrazona seguimos observando la persistencia de obstáculos que dificultan, cuando no imposibilitan, las negociaciones con terceros. Por ello, durante la presidencia pro tempore nos hemos planteado hacer un mejor aprovechamiento de aquellos beneficios que nos aportan los acuerdos regionales que tiene el Mercosur. Dicho en otras palabras, queremos profundizar en aspectos de acceso a mercados de países de la región, favorecer la


interacción con nuestros vecinos más inmediatos y facilitar políticas que beneficien directamente a la ciudadanía. Al mismo tiempo, en el frente extrazona, si bien compartimos la importancia de reconocer las necesidades y sensibilidades propias de cada Estado parte, no menos cierto es que resulta necesario que cada uno de los miembros fundadores realice sus mejores esfuerzos para seguir avanzando. En la actualidad es muy evidente para Uruguay que la agenda externa del bloque debe recobrar dinamismo y aspirar a una capacidad que permita adaptarse a las demandas de las contrapartes en los procesos de negociación.

Habiendo realizado esta consideración más general que explica las razones detrás de la decisión adoptada por Uruguay en cuanto a la disposición de conversar con terceros países para negociar acuerdos comerciales extrazona, voy a hacer un repaso de la situación de la agenda del frente externo del bloque, con especial hincapié en los procesos que han registrado novedades últimamente.

A efectos de organizar la exposición, en primer lugar haré referencia a los acuerdos que ya existen entre el Mercosur y otros socios, para luego compartir los desarrollos más recientes de las negociaciones que se encuentran en curso.

Con respecto a los acuerdos que ya se encuentran vigentes, a nivel de la región, como Estado parte del Mercosur, Uruguay ha suscrito acuerdos comerciales con todos los países miembros de la Aladi, salvo Panamá: con Chile en 1996; con Bolivia en 1996; con Colombia, Ecuador y Venezuela en 2004; con Perú en 2003 y con Cuba en 2006. A su vez, entre el Mercosur y México se suscribió en el 2002 un acuerdo que comprende exclusivamente el sector automotriz.

Como señalaba anteriormente, durante la presidencia pro tempore es intención de Uruguay realizar esfuerzos para promover un mayor dinamismo comercial con los países de la región. Para ello se trabajará en el perfeccionamiento y la profundización de


los acuerdos que ya están en vigor, así como se explorarán otros posibles temas de interés compartido, centrándose en particular en los acuerdos con Chile, Ecuador, Bolivia, y la continuación del diálogo con los miembros de la Alianza del Pacífico.

En la dimensión extrarregional, el Mercosur ha suscripto acuerdos con Israel, en 2007; con India, en 2003; con Sudáfrica, en 2008; con Egipto, en 2010; y con Palestina, en 2011.

Con excepción de los acuerdos con Cuba, India y Sudáfrica, que incluyen preferencias para un número limitado de productos, los restantes acuerdos suscriptos  por el bloque tienden a formar zonas de libre comercio con cronogramas de desgravaciones arancelarias que se completan, para lo sustancial del comercio,  en fechas variables según el país.

Entre las últimas novedades en cuanto a los acuerdos extrazona, cabe mencionar ejercicios vinculados al TLC con Israel –cuyas negociaciones, como están teniendo lugar aún, están bajo reserva–, y el acuerdo de preferencias fijas con India, sobre el cual hubo algunos acercamientos pero sin avances concretos por el momento. En el caso puntual de Israel, permítaseme decir que definitivamente, de las negociaciones que discurren en forma bilateral por parte de cada uno de los miembros del bloque, Uruguay es el que ha avanzado más y estamos prácticamente a punto de cerrarlas. Sin embargo, lamentablemente por el formato que se ha dado, va a ser muy difícil imaginar que en el corto o mediano plazo pueda dar a luz ese acuerdo, en razón de que necesitamos internalizarlo con su comisión administradora una vez que todos los países hayamos concretado nuestra negociación bilateral. Insisto en que nosotros hemos avanzado ciertamente, no así el resto de los países que componen el Mercosur.

En lo que refiere a las negociaciones en curso, el Mercosur se encuentra en proceso de negociación de un TLC con las siguientes contrapartes: la Unión Europea,


EFTA, Canadá, Corea del Sur, Singapur, Indonesia y el Líbano. Aprovecho para compartir aquí los recientes desarrollos al respecto, los cuales en buena medida coinciden con frentes que son prioritarios para nuestro país y así serán impulsados durante la presidencia pro tempore.

En primer lugar, quiero referirme al anuncio realizado el pasado 20 de julio durante la Reunión Ordinaria del Consejo del Mercado Común, sobre la conclusión de las negociaciones entre el Mercosur y Singapur. Se trata de un proceso lanzado en 2019, que se vio interrumpido por la pandemia. Tras haber sido retomado a fines de setiembre de 2021, hace unos pocos días se logró la finalización de dichas negociaciones. Uruguay considera de especial relevancia este proceso, en el contexto más amplio de su política exterior de acercamiento al sudeste asiático. En efecto, a la importancia estratégica que tiene Singapur como referente en su región y en el mundo, en materia de liberalización comercial, como centro de referencia en materia logística, financiera y de servicios en general, y de desarrollo basado en el conocimiento y tecnologías de punta, se agregan la posibilidades que se presentan para conectar a nuestra región con la economía internacional, en una coyuntura internacional de reconfiguración de las cadenas globales de valor y donde la Asean –de la cual Singapur es miembro– es una pieza importante. Singapur es, además, uno de los importantes inversionistas a nivel mundial y el primero a nivel regional, por lo que se entiende que un TLC contribuiría a alentar la llegada de inversiones de ese país y también de la Asean hacia nuestra región y nuestro país.

Con respecto al acuerdo Mercosur-Unión Europea, en las últimas semanas hemos venido recibiendo, por distintas vías, incluido el jefe negociador europeo, expresiones sobre el renovado interés de la Unión Europea en avanzar hacia una pronta concreción del acuerdo. Este nuevo espíritu de acercamiento se enmarca en el contexto de la invasión de Rusia a Ucrania y en la rápida reacción que América Latina ha tenido


ante ello. En concreto, la Unión Europea tiene disposición –así lo han hecho saber– para concluir esta etapa final de las negociaciones mediante el cierre a la brevedad de los pocos temas técnicos que quedan pendientes, como revisión legal y lista de usuarios previos de indicaciones geográficas. Quiero remarcar este último punto, porque es un tema muy importante y lamentablemente no hemos logrado terminar de concretarlo en estos últimos dos años. También está el tema de la voluntad para discutir sobre cómo acomodar las sensibilidades que tiene la contraparte en materia medioambiental, a la que hiciera referencia hace unos instantes.

Respecto al listado de usuarios previos, Uruguay se encuentra en condiciones para la revisión de la evidencia recabada. No obstante, se debe aguardar la conclusión del proceso interno de otros socios del Mercosur para que, una vez finalizado, el bloque pueda enviar a la contraparte europea la lista definitiva de usuarios previos.

A su vez, esta apertura para avanzar a nivel técnico es reforzada por una clara voluntad política de la Unión Europea de mantener encuentros de alto nivel, según lo han manifestado.

Quiero enfatizar aquí que la concreción del acuerdo con la Unión Europea seguirá siendo una prioridad de la política exterior del Uruguay. Nuestro trabajo y compromiso se mantienen intactos hacia ese objetivo, al igual que en la presidencia pro tempore de 2020. A tales efectos, durante la presidencia pro tempore se mantendrá una estrategia activa a diversos niveles, que implicará total disposición y creatividad para buscar soluciones que permitan concluir este proceso a la mayor brevedad posible.

En cuanto a la negociación con Corea del Sur, desde su relanzamiento en 2022 hasta la fecha y gracias a un importante esfuerzo que hizo Uruguay como coordinador de este frente, recientemente se logró concretar reuniones del grupo de especial interés del Mercosur, es decir, acceso de bienes a mercados y asuntos sanitarios y fitosanitarios.


Debo advertir que el impulso que le ha dado Uruguay no está compadecido por el impulso de otros socios del bloque, que lamentablemente no han acompañado este esfuerzo en muchas ocasiones. A eso se suma que en el pasado mes de abril tuvo lugar una reunión de jefes de negociación en la cual se realizó una evaluación de los trabajos técnicos mantenidos y se repasaron los intereses y aspiraciones de ambas partes. Durante la presidencia pro tempore del Uruguay, nuestro país privilegiará asimismo la negociación de un TLC con Corea, dada la importancia que representaría el eventual acuerdo en términos de impacto comercial al permitir a nuestro país acceder a un mercado de alimentos y bienes primarios altamente protegidos y con alto poder adquisitivo. Además de beneficios para agroalimentos y bebidas, estamos hablando de sectores tales como químicos, caucho y plástico, textiles y cueros y madera y papel, entre otros.

Otro frente que está comenzando su actividad es Indonesia. Tras el lanzamiento de negociaciones comerciales, que tuvo lugar el pasado mes de diciembre en la última Cumbre del Mercosur, se está llevando a cabo una serie de intercambios con la contraparte, incluida una reunión a nivel de jefes de negociadores, y se está definiendo la organización de los trabajos y un calendario que permita avanzar hacia la concreción de un acuerdo de libre comercio. Durante dos años Uruguay dedicó esfuerzos para alcanzar el objetivo de lanzar negociaciones con Indonesia, por lo cual ve con sumo agrado los resultados de este ejercicio. En este sentido nuestro país continuará apoyando de forma prioritaria este frente de negociación, muy particularmente durante la presidencia pro tempore, pero también más allá de ella, como lo ha venido haciendo, teniendo en cuenta los potenciales beneficios que un acuerdo de libre comercio con Indonesia podría suponer para colocar nuestra oferta en un mercado que es complementario del nuestro y que registra una demanda creciente para nuestra oferta


exportable. En este sentido se explorará la posibilidad de realizar la primera ronda de negociaciones durante el semestre en curso.

Con respecto a Canadá, recientemente, a fines del mes de mayo, tuvo lugar una reunión a nivel de jefes de negociadores a efectos de realizar un stock-taking de la negociación y definir próximos pasos con miras a una eventual ronda de negociaciones en formato presencial. En dicha oportunidad, Canadá reafirmó su compromiso con la negociación y señaló que se trata de un frente prioritario para su país. Asimismo, Canadá propuso la realización de rondas presenciales en el segundo semestre de 2022 y en 2023.

Si bien aún resta que los socios definan posición sobre las rondas en formato presencial, en línea con nuestro compromiso aperturista Uruguay ya adelantó su interés de mantener rondas presenciales, mediante las cuales reanudar la negociación y continuar los trabajos técnicos. Se trata de un frente prioritario para nuestro país, tanto desde el punto de vista político –ya que supone un acercamiento con un socio con valores compartidos y una arraigada vocación pacifista y multilateral– como en términos económico-comerciales, ya que implicaría, entre otros, obtener mejoras en el acceso para productos tales como carne vacuna, miel, alimentos procesados, y ampliaría el relacionamiento hacia nuevas tendencias regulatorias del comercio internacional, como ser: cuestiones medioambientales, laborales; comercio y pueblos indígenas; comercio y género, y mipymes, entre otros. Asimismo, desde el Grupo de Relacionamiento Externo del Mercosur, nuestro país promueve la participación activa del bloque en diálogos exploratorios que genere una mayor apertura hacia mercados más relevantes. Estos diálogos, que constituyen la frase previa al lanzamiento de negociaciones comerciales, en la actualidad están teniendo lugar con Vietnam, la Unión Económica Euroasiática, Nigeria, República Dominicana y El Salvador. En particular,


quiero destacar el diálogo con Vietnam, el cual ha sido impulsado por Uruguay desde sus comienzos y con el que seguimos comprometidos en lanzar negociaciones a la mayor brevedad posible en el entendido de que permitirá ingresar a un mercado con fuertes restricciones en materia agrícola.

Desde la presidencia pro tempore del Uruguay, al tiempo que continuaremos realizando nuestros mejores esfuerzos para instar a los socios a avanzar en estos frentes, seguiremos insistiendo en la necesidad de contar con formatos flexibles que permitan tener en cuenta no solo las sensibilidades de cada uno de los socios sino también poder realizar sus intereses. En tal sentido, hemos venido avanzando –como todos saben–, tanto con China como con Turquía. Con esto concluyo la exposición.

Obviamente dejé para el final el avance del eventual tratado de libre comercio con China y el de Turquía.

Hoy me acompaña, y no por casualidad, el jefe negociador del acuerdo con China, que podrá ampliar en detalle, sin perjuicio de lo cual me voy a permitir hacer algún comentario al respecto.

Lo primero que quiero advertir –y aclaro que no se trata de secretismo, pero sí  de la ponderación en cuanto a la reserva que debemos mantener– es que China nos dijo a texto expreso, en ocasión del primer documento que nos enviara para habilitar los trabajos de estudios de factibilidad, que este documento no puede ser público.

¿Qué significa el estudio de factibilidad entre Uruguay y China? He dicho gráficamente que de alguna forma lo que acordamos con China es avanzar y construir un edificio, pero lo que aún no sabemos es si va a tener diez pisos, veinte pisos o si será un rascacielos. En definitiva, el estudio de factibilidad que hemos llevado adelante en forma conjunta –eso es fundamental: en forma conjunta– da cuenta de que hemos


construido unos buenos cimientos para eventualmente levantar ese edificio en los pisos que nos demos la oportunidad de hacer.

Voy a hacer algunas precisiones respecto al estudio de factibilidad. Como es de conocimiento público, en setiembre de 2021, luego de que China aceptara la propuesta de Uruguay de negociar un amplio acuerdo comercial, los respectivos equipos de negociación –que, como dije hace unos instantes, en el caso de Uruguay fue encabezado por el embajador López Fabregat, acompañado, como coordinador alterno, por el economista Juan Labraga– comenzaron a estudiar conjuntamente la factibilidad de un posible acuerdo entre ambas naciones. El 13 de julio el presidente Lacalle Pou en Montevideo y el 14 de julio la portavoz del Ministerio de Comercio en Beijing anunciaron que los respectivos equipos de negociación habían dado por finalizado el estudio conjunto en forma exitosa.

El documento acordado es claro en concluir que un TLC entre Uruguay y China es viable y que brindará beneficios significativos a la población de ambos países a través de la liberalización y la facilitación del comercio y las inversiones. En sus conclusiones y recomendaciones el estudio conjunto expresa que para fortalecer los lazos económicos bilaterales y promover el desarrollo socioeconómico de ambos países, Uruguay y China están dispuestos a alcanzar un TLC y así lograr el pleno potencial en materia de cooperación económica.

El estudio de factibilidad no fue un ejercicio antojadizo; por el contrario, se basó en la excelente relación bilateral que se mantiene desde 1988 y el trabajo que continuamente se han dado todos los Gobiernos de Uruguay –diría que es casi una consecuencia natural de ese espléndido trabajo que todos hemos venido construyendo–, así como en los importantes flujos comerciales ya existentes y la notoria complementariedad económica entre ambos países. Por un compromiso de reserva


asumido con China que mencioné hace algunos instantes, que responde a no ventilar información económico-comercial de carácter sensible, el documento alcanzado que servirá de base para una futura negociación del TLC no será publicado.

Esta reserva no es secretismo, pues en todo momento el equipo negociador mantuvo contacto con los representantes de los diversos sectores del quehacer productivo nacional y se nutrió con sus aportes y contribuciones. Después voy a pedir al embajador López Fabregat que amplíe este punto y dé cuenta de la cantidad de veces que se reunió con los distintos actores propios del quehacer económico del país. En tal sentido, voy a mencionar algunos de los actores –quizás sean todos– con los que el equipo negociador sostuvo encuentros: el PIT-CNT, la Asociación Cultivadores de Arroz, la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información, la Cámara de Comercio Uruguay-República Popular China, la Federación Rural del Uruguay, la Asociación Nacional de Micro y Pequeña Empresa, la Cámara de la Industria Frigorífica, la Asociación de la Industria Frigorífica del Uruguay, la Cámara Mercantil de Productos del País, la Cámara de la Construcción del Uruguay, la Confederación de Cámaras Empresariales, la Gremial de Molinos Arroceros, la Cámara de Comercio y Servicios del Uruguay, las Cooperativas Agrarias Federadas, la Cámara de Industrias del Uruguay, la Unión de Exportadores del Uruguay y la Asociación Rural del Uruguay. Quizás me haya olvidado de mencionar a alguno.

Sin dudas, este contacto con el sector productivo continuará y seguramente adquirirá un mayor dinamismo una vez que se entre a la negociación del TLC propiamente dicha. De hecho, a la brevedad el equipo negociador estará iniciando una nueva ronda de contacto con los actores mencionados anteriormente. En realidad, eso comenzó en el día de ayer y ya se mantuvieron tres o cuatro reuniones con estos sectores, en esta nueva instancia que nos tenemos que dar. Una vez que se inicien las


negociaciones propiamente dichas, es fundamental y un requerimiento de todos los sectores y de las distintas cámaras tener un lugar en la sala de al lado, como dicen ellos, a fin de poder interactuar en la medida que eventualmente las negociaciones avancen.

Asimismo, fueron múltiples las ocasiones en la que quien habla compareció ante las Comisiones de Asuntos Internacionales de ambas cámaras del Poder Legislativo y brindó información sobre lo que se ha venido actuando en el marco de la negociación.

Sí podemos afirmar que se trata de un documento de carácter comprensivo, de amplia cobertura temática, que cumple así con los parámetros que requiere un TLC, de acuerdo con la normativa de la Organización Mundial del Comercio.

Además de exponer y analizar la realidad económico-comercial de ambos países y los flujos comerciales y de inversiones existentes entre ellos, el estudio establece los principios, las modalidades y los enfoques con los que se negociarán las materias de un posible TLC, a saber: comercio de bienes; reglas de origen; procedimientos aduaneros y facilitación del comercio; medidas sanitarias y fitosanitarias; obstáculos técnicos al comercio; defensa comercial; comercio de servicios; movimiento temporal de personas de negocios; inversiones; comercio electrónico; compras gubernamentales; políticas de competencia; derecho de propiedad intelectual; micro-, pequeñas y medianas empresas; cuestiones ambientales; reglas de transparencia; cadenas globales de abastecimiento; cooperación; medidas administrativas e institucionales, y solución de controversias.

Todos estos capítulos tienen la misma estructura; cada uno de ellos contiene una porción elaborada en forma conjunta por ambas partes, una desarrollada por Uruguay y otra redactada por China. En las secciones conjuntas se consigna la importancia y las posiciones coincidentes de ambas partes en las materias en cuestión, mientras que en las porciones nacionales de cada país se reflejan sus sensibilidades e intereses particulares con relación a estos temas.


En consecuencia, el estudio recientemente finalizado viene a proyectar un posible TLC, que no dudamos en catalogar prácticamente como de última generación.

Concluido el estudio conjunto de factibilidad, rápidamente el equipo negociador uruguayo contactó a su par chino para definir los próximos pasos a dar con miras al inicio de las negociaciones del TLC. Se ha de reconocer públicamente el trabajo –acá me permito hacer una referencia– no solo de quienes les tocó en suerte coordinar los equipos, que fueron el embajador López Fabregat y el economista Juan Labraga, sino también de todos aquellos que participaron, que fue un enorme número de personas; me animo a decir que fueron más de cuarenta personas las que estuvieron actuando prácticamente en forma diaria para ir confeccionando, elaborando y trabajando en forma conjunta con la contraparte china.

Entre otros que participaron están el Ministerio de Industria, Energía y Minería; el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca; la Dirección Nacional de Aduanas; obviamente, la APC del Ministerio de Economía y Finanzas; el LATU; la Dirección Nacional de Migración, del Ministerio del Interior; Presidencia, y el Ministerio de Educación y Cultura.

Una inquietud que escuché –y es razonable que se tenga– es cuáles serían las ventajas de firmar este TLC, y yo diría lo siguiente acerca del posible tratado. Desde hace varios años China es claramente el socio comercial más importante para el Uruguay, particularmente en lo que refiere al comercio de bienes. Esa relevancia comercial indudable es el resultado de una notoria complementariedad –como dije hace unos instantes– entre ambas economías, que deriva en la colocación fluida y permanente de los productos provenientes de cada uno de sus mercados. Cabe entonces preguntarse si, existiendo ya esa relación comercial voluminosa y permanente, es necesario y conveniente negociar un TLC, y no cabe otra respuesta que sí.


¿Por qué? Para fundamentar lo aseverado podemos señalar algunas de las principales ventajas que se alcanzarían. La primera es que lo que ya se coloca en el mercado chino puede ser exportado con mejores condiciones arancelarias. La segunda es que Uruguay no es el único exportador del tipo de productos que mayoritariamente se colocan en el mercado chino y, por lo tanto, sus exportaciones están en un marco de competencia permanente con los productos provenientes de otros países, muchos de los cuales ya poseen tratados de libre comercio con China y, en consecuencia, se ven favorecidos con cargas arancelarias menores o directamente inexistentes. En este sentido, debe subrayarse que países como Nueva Zelanda, que produce y exporta bienes iguales a los exportados por Uruguay, ya se encuentran en el tramo final de su período de desgravación arancelaria paulatina o ya lo han culminado. Eso implica invariablemente que están o muy pronto estarán en condiciones competitivas superiores a la de Uruguay.

Un TLC no solamente refiere a bienes y su desgravación arancelaria; también incluye los servicios en diversas modalidades y en ese campo hay sectores de servicios uruguayos que tienen todas las características para posicionarse ventajosamente en el mercado chino.

Asimismo, debemos referirnos a requisitos sanitarios y fitosanitarios que habilitan la colocación de productos exportados por Uruguay. Allí la negociación de un TLC daría la posibilidad de mejorar aún más las habilitaciones existentes, generar otras y crear mecanismos de reacción rápida ante situaciones problemáticas que permitan solucionarlas eficaz y aceleradamente.

Luego tenemos lo referente a las inversiones. Un TLC de actualidad tiene sin duda un capítulo referido a ellas y su negociación las facilita y las promueve. Las ventajas comerciales que otorgan las partes generan posteriormente un campo fértil para


las inversiones con el fin de utilizar ventajosamente esas oportunidades comerciales. Hay entonces una retroalimentación marcada entre ventajas comerciales e inversiones, proviniendo estas últimas no solamente de la contraparte del TLC.

Desde el punto de vista de las importaciones, una desgravación arancelaria otorga a productos uruguayos la posibilidad de acceder a insumos, maquinaria, etcétera, en términos más convenientes y con precios finales más accesibles. En función de lo que se prevé negociar se genera un dinamismo renovado en visitas de hombres de negocios y recursos humanos de calificación. El elemento cooperacional contenido en un TLC brinda la posibilidad de acceder, en forma facilitada, al conocimiento de los procesos y de propiedad intelectual de la otra parte, lo que deriva en una mejora de la productividad.

Finalmente, y sin pretender agotar la materia, corresponde enfatizar que la experiencia demuestra que en el caso de los TLC que se han firmado con anterioridad la puesta en práctica de esos acuerdos ha generado oportunidades de negocios y de producción que no se tenían en mente al momento de la negociación. Además, aquellos sectores productivos que no reciben tantos beneficios como otros son motivo de  especial tratamiento y se ven amparados con excepciones, plazos de desgravación extendidos y paulatinos, umbral de actuación, etcétera, dando así los tiempos necesarios para realizar reconversiones, desarrollar procesos de inversión tendientes a mejorar la productividad y competitividad. Asimismo, a los efectos –y con esto termino– de diversificar el riesgo comercial y no generar una dependencia excesiva del mercado chino, se llevan a cabo múltiples acciones para acceder a nuevos mercados y mejorar la calidad del acceso a los ya existentes. Es así como se comenzó un diálogo exploratorio tendiente a la negociación de un TLC con Turquía, se insiste ante los Estados Unidos de América en expandir el acceso a ese mercado, se propondrá al CPTPP el ingreso de


Uruguay, se promueve incesantemente la agenda de negociaciones externas del Mercosur, se propone mejorar los términos de los acuerdos de complementación en el marco de la Aladi, etcétera.

Para terminar, y antes de que me lo pregunten, no es mucho lo que me puedo extender respecto al CPTPP –sobre el que el otro día el señor presidente de la república hizo un anuncio–, en razón de que el presidente tiene previsto reunirse con los líderes, como hizo en su momento, al inicio del estudio de factibilidad, que dio cuenta de la intención de hacerlo. Pretende hacer lo propio con el acuerdo transpacífico denominado CPTPP.

A continuación, me permito ceder el uso de la palabra al jefe negociador por si quiere ampliar algo de lo que ya hemos comentado.

SEÑOR LÓPEZ FABREGAT.- Muchas gracias.

 

La verdad es que ‒salvo que haya preguntas concretas‒ en este momento no me atrevería a agregar nada, porque la exposición hecha por el canciller de la república ha tenido un nivel de detalle verdaderamente admirable.

SEÑOR CAGGIANI.- Aprovecho para saludar nuevamente a las autoridades de la Cancillería, a todos los integrantes de la delegación y a la nueva directora de Asuntos Económicos.

Quiero agradecer la exposición del ministro porque ha sido muy completa, y si repaso lo que pude ir anotando, sin duda también lo ha sido en términos de la convocatoria, que había divido en tres ejes. Uno de ellos tenía que ver con la firma de los Protocolos Adicionales 83.° y 84.° al Acuerdo de Complementación Económica n.° 2 en el marco de Aladi, y creo que al respecto fue bastante extenso el informe y que todos quienes tratamos estos temas consideramos que ha sido un buen acuerdo. Más allá de que después hay que ver el impacto que pueda tener, me parece bueno en términos de


modernización del bloque y que, además, beneficia sobre todo a Uruguay. No tener los plazos perentorios que tenía –que significaban negociar año a año–, la ampliación del comercio de bienes y la posibilidad de desarrollar zonas francas, sobre todo en el interior del país y en la frontera, sin duda, son cosas muy beneficiosas. Además, se le agrega lo de la yerba mate, que para los uruguayos es muy importante.

Yendo a cosas más concretas, también se hablaba sobre el plan de trabajo de la presidencia pro tempore de Uruguay ‒ya estamos en agosto, así que quedan pocos meses‒, que, por lo que se delineó, es bastante ambicioso. En términos de los objetivos y de las actividades, ojalá puedan lograr el resultado esperado, porque habla de aspectos que tienen que ver con mejorar la zona de libre comercio, de la situación del arancel externo común o de, por lo menos, comenzar una nueva negociación. También habla del sinceramiento y la modernización del bloque regional, que, como bien decía el canciller, creo que a esta altura ya es prácticamente una política de Estado en cuanto a lograr mayores niveles de flexibilización, sobre todo entre los socios del Mercosur, y a la situación institucional, que todos sabemos que es bastante precaria no solo en los aportes financieros sino también en el propio funcionamiento de algunos organismos. Con el senador Penadés compartimos integración en el Parlamento del Mercosur y sabemos de su precariedad y sobre todo de la situación política en la que se encuentra; en algún momento habría que discutir un reacomodo en ese sentido. También se menciona la cooperación internacional, el tema de la modernización del protocolo de contrataciones, compras públicas e inversiones y la Agenda Verde, que creo que es algo que, sin dudas, está destacando al Uruguay y que en términos de esta nueva geopolítica de la energía también lo incorpora al radar. Así que creo que sin duda para nosotros es muy importante.


Voy a mencionar algo que no apareció en la exposición, aunque seguramente sea parte del trabajo que están ajustando, porque el ministro decía que estaban delineando con los propios ministerios algunos aspectos que tienen que ver con el desarrollo de los temas fronterizos, sobre todo los de seguridad. El ministro del Interior, en alguna comparecencia ante el Senado de la república, planteó avanzar en una agenda de cooperación en materia de compartir información relativa a los temas de seguridad e inteligencia. Creo que esto puede ser interesante. No es algo que el Mercosur abarque, pero me parece que sería interesante, sobre todo para el Uruguay y para algunos lugares en donde se está viviendo una situación compleja. Esto no lo vi en el lineamiento general, aunque seguramente debe estar incluido en el trabajo.

Una cosa interesante de realizar, por lo menos para el Uruguay, y que tuvo algunos frutos, fue la convocatoria al grupo de vicecancilleres con el vicecanciller chino. En algún momento –creo que en el 2018– los lideró quien fuera vicecanciller, Ariel Bergamino, y me parece que también en el dos mil y pico estuvo funcionando.

Pienso que este es un ámbito que puede ser interesante, sobre todo para tratar de vehiculizar algunas posturas uruguayas en la región y también para acercar algunas partes que hoy están, por lo menos, no próximas en materia de relacionamiento diplomático. Esto puede ser algo a tener en el radar.

Esto lo tiro en términos más constructivos, para aportar; sé que ahí también puede generarse otro tema, pero me parece que ahí hay una agenda convergente en materia de integración.

Después hay, sin duda, temas más internos que tienen que ver con la integración. A mí me gustan, pero no quiero aburrirlos con ellos y, además, no creo que sean el punto central de la convocatoria. Hoy corresponde, más bien, hacer el anuncio y creo que todos estamos contentos de que se haya culminado el proceso de estudio de


factibilidad. De hecho, en algún momento públicamente se había dado una situación, por lo menos, de no concreción, por lo que creo que esto es bueno para el Uruguay. Me parece que todos los que nos expresamos públicamente cuando esto sucedió, lo hicimos de manera positiva y creo que eso, sin duda, es importante.

Tengo muchas preguntas sobre ese tema, pero voy a centrarme en dos o tres aspectos que me parece que son –esto ya lo hemos conversado con el canciller– como las líneas rojas en términos de las dos situaciones que se están viviendo en materia regional y nacional.

En materia nacional, el canciller ya nos informó que se han retomado las reuniones con los diferentes sectores de actividad del sector productivo, tanto la parte laboral como la empresarial. Creo que eso es positivo porque me parece que cuando se dio el anuncio hubo alguna reacción de algunas cámaras reclamando, sobre todo, la información del estudio.

Nosotros estamos, sobre todo, solicitando el estudio de factibilidad, porque ahí hay como elementos que todavía no nos quedan del todo claros. Nadie duda de que un acuerdo comercial entre Uruguay y China es conveniente para nuestro país y que, entre otras cosas, tenemos economías que son convergentes –complementarias, me acota el senador Bergara– y creo que eso es importante, sobre todo en un mundo en el que la escasez de alimentos, de agua dulce y de recursos energéticos cada vez es mayor.

Siempre estos instrumentos son objetivos para el desarrollo del Uruguay; no son fines en sí mismos y, a veces, estos instrumentos se pueden dar negociados de una determinada manera y teniendo un resultado concreto, en función, también, de las realidades geopolíticas, porque estas terminan condicionando las buenas intenciones que podamos tener cada uno.


Por suerte parto de la base de que tenemos un muy buen equipo negociador. Además, López Fabregat es escribano, por lo que sabe de acuerdos y de contratos, pero además creo que las treinta y cinco o cuarenta personas que están asesorándolo le dan una espalda muy importante. Deben ser menos que los chinos, pero seguramente eso es muy importante y creo que por lo menos nos genera cierta confianza.

Ahora bien, nosotros queremos saber sobre algunos aspectos que son importantes porque hasta este momento, más o menos, el Uruguay llegó. No se había hecho un estudio de factibilidad conjunto, pero sí un estudio de factibilidad de parte de la contraparte uruguaya o de Uruguay. Estaba integrando el equipo y lo coordinaba el economista Labraga y ahí se establecían, básicamente, tres o cuatro escenarios que daban cuenta de posibles aspectos positivos o negativos de un acuerdo comercial. Creo que, sin duda, esa es una de las cosas que a nosotros nos preocupan. ¿En este acuerdo comercial se valoró ese tipo de escenarios? Este es un estudio diferente porque, en realidad, se hace de manera conjunta con China, pero por lo menos para Uruguay se establecía un escenario positivo para poder avanzar en un acuerdo comercial; si lo hacíamos en conjunto con los socios comerciales era altamente positivo. Si lo hacíamos con la voluntad –creo que se mencionaba la aquiescencia– de todas las partes del bloque regional para avanzar de manera diferencial y que después cada uno se incorporara, también era positivo, sobre todo a nivel económico, a nivel de las cuentas nacionales del PBI, de cuánto comerciábamos, para no ser muy específico. Sin embargo, si lo  hacíamos sin la voluntad del Mercosur para avanzar, eso podía generar determinadas restricciones desde el punto de vista comercial, lo que hacía que no fuera tan apetecible desde el punto de vista económico. Esas también fueron parte de las valoraciones que se hicieron en su momento, seguramente con la contraparte de China, para avanzar o no. Esa es una de las cosas que a nosotros nos gustaría conocer, por lo menos ver cuál es la


valoración que surge de ese estudio, así como también saber si se ha planteado ese escenario y ver un poco más qué sectores son los que ganan y cuáles pierden. Interesa conocer sobre todo los que pierden porque, en realidad, todos sabemos más o menos un poco cuáles son los sectores que se verían beneficiados hoy si analizamos la situación desde el punto de vista estático. Si la analizamos desde el punto de vista dinámico, nos gustaría conocer los aspectos relacionados con el tema servicios, comercio de bienes, las inversiones y todas esas posibilidades. Ahí hay un elemento sobre el que a nosotros nos gustaría tener un poco más de información, sobre todo teniendo en cuenta que la Cámara de Industrias del Uruguay ha hecho un trabajo muy importante y que ha contratado a uno de los negociadores del acuerdo del TLC con Chile, que fue en diferentes fases. Ahora, por lo que tengo entendido, por lo que ha dicho el ministro, la idea es avanzar en un acuerdo de última generación. Chile lo hizo de manera diferente. También fueron años diferentes. Dentro de las preocupaciones que tenía la Cámara de Industrias, si bien él planteaba que para el Uruguay era altamente beneficioso, había algunos sectores que estaban preocupados que a él le preocupaba resguardar. Creo que también es importante conocer qué piensan la Cancillería y los negociadores en ese sentido, tener un poco más de información.

Hay otra cosa que nos preocupa, ahora en términos más regionales. El ministro decía que el acuerdo que se había alcanzado en Los Ángeles había confluido en una declaración conjunta de los cancilleres de Brasil y Uruguay que, entre otras cosas, posibilitaba la discusión en el bloque regional sobre la flexibilización de la agenda externa y, sobre todo, para tener diferentes velocidades. Creo que eso es importante. No es la primera vez que sucede, pero creo que es importante que quede expresada en una declaración. Después hay que ver qué sucede en la negociación misma del bloque


regional. Por eso a nosotros nos parecía también importante saber qué valoración está haciendo el Uruguay a ese respecto.

Por suerte, en nuestra región hay elecciones periódicamente. Todos los países tenemos elecciones y respetamos los procesos electorales. Esperemos que en Brasil suceda lo mismo. Seguramente va a haber elecciones el primer domingo de octubre, y capaz que en el último domingo de ese mes. Por lo que dicen las encuestas –hoy los brasileños dirán, porque van a votar 156:000.000 y es probable que el escrutinio, más allá de que el voto es electrónico, vaya a ser difícil– seguramente ahí pueda haber un cambio de orientación o, por lo menos, de los elencos gubernamentales, y no sé si de orientación de la política exterior. Considero que eso puede generar un cierto condicionamiento en términos generales. Me parece que esa también es una preocupación en cuanto a cómo nos puede afectar el avance del proceso negociador. Nosotros nos reunimos con el director general para América Latina de la Cancillería China, Cai Wei, quien también se reunió con diferentes autoridades nacionales y el ministro. Por lo menos él dijo públicamente cosas importantes. Creo que también el Uruguay tomó nota en ese sentido. No lo voy a leer porque estaba el ministro a su lado, o sea que sabe perfectamente lo que dijo, y sé que, además, se reunieron de manera personal y han tenido también algunas reuniones en ese sentido. Entonces, creo que pasó un aviso en términos de decir que China está convencida de avanzar en una negociación comercial con Uruguay, también con los socios del bloque regional, que no se quiere meter en los asuntos internos del Mercosur y que desearía que todo esto se hiciera de manera amistosa. Me parece que hay que seguir trabajando para ver cómo logramos tener voluntad o, por lo menos, para que los países de la región no estorben y podamos seguir avanzando en esto.


Por otro lado, paso a formular preguntas más concretas. Además de cuáles son los escenarios y el resultado de ese estudio conjunto, quisiera conocer cuáles son, por lo menos, los plazos que se establecen, no para culminar la negociación, sino para comenzarla en sí; me parece importante saberlo. Por lo que se ha dicho públicamente, ha habido algunas conversaciones desde el punto de vista bilateral para comenzar las negociaciones de manera urgente o lo más rápido posible. Me gustaría saber cuáles han sido las posiciones que se han recogido de los países de la región con respecto al comienzo de una negociación comercial, que es diferente a la fase en la que estamos y que, sin duda, es importante. Además, me interesa conocer aspectos de la negociación en sí, es decir, si ustedes prevén que esto puede demorar más de cierto tiempo y si se va a mantener el equipo negociador. Sabemos que, en realidad, los integrantes del servicio exterior pasan un tiempo en el Uruguay y otro en el exterior, lo que tiene connotaciones desde todo punto de vista. Entonces, también quería saber si se está pensando en el aspecto presupuestal.

(Dialogados).

 

–Me parece que eso es importante, porque se ha hecho todo un aprendizaje en el establecimiento del estudio de factibilidad; no sabemos cuándo van a terminar las negociaciones, y es relevante tener un equipo que pueda seguir la negociación hasta el final. Ojalá termine pronto, pero eso también tiene condicionantes. Por lo tanto, sería bueno saber si la Cancillería, el Ministerio de Economía y Finanzas o el propio Gobierno están pensando en alguna medida o normativa que permita conformar un equipo más estable para tener un grado de sustentabilidad desde el punto de vista económico.

Sobre el CPTPP 11, este año se dijo que se estaban haciendo los estudios de impacto que habían solicitado algunas instituciones académicas públicas y privadas, y


creo que también el Banco Interamericano de Desarrollo. En ese sentido, quisiera saber si ya se tienen los resultados de ese estudio y qué valoración hace el Uruguay. Lo digo porque, en primer lugar, vamos a ingresar a un acuerdo que ya está firmado, pero que, además, tiene una cola de ingresos. Están evaluando al Reino Unido; China y Taiwán también pidieron el ingreso, y eso lo veo como un problema, aunque calculo que empezarán por China. Entonces, creo que hay algunos temas que tienen que ver con dinámicas más exigentes en materia de regulaciones nacionales, entre ellas, la propiedad intelectual, que es una línea muy importante para el Uruguay, sobre todo para la industria nacional. Por lo tanto, me gustaría saber si ese estudio de impacto existe o hay una decisión del Gobierno de avanzar a pesar de que no aún no esté.

En términos generales, no se dijo nada sobre Turquía –supongo que luego se informará–, aunque después haré algunas preguntas más específicas.

Era cuanto quería decir.

 

SEÑOR MAHÍA.- Nuevamente doy la bienvenida a la delegación del Ministerio de Relaciones Exteriores; es un gusto compartir este espacio con ustedes.

Voy a hacer unos breves comentarios generales para decir acá lo que a veces uno, escuetamente, trasunta en una comunicación pública. Si no, siento que puedo tener cierta distancia entre una cosa y otra. En lo personal, prefiero no tenerla o poder ser más o menos preciso con una cosa u otra, pero intento tener la sintonía.

La intervención del señor ministro ha sido muy extensa, como suele hacerlo en esta comisión. Nosotros, obviamente, después analizaremos su contenido. Es claro que hay algunas cosas que son centrales. A otras uno las siente un poco laterales –como me sugiere el señor senador Bergara– en cuanto a la esencia de lo que venimos a discutir; pero, bueno, es el estilo, la característica y la decisión del ministro de comunicarlo en esos términos.


Quisiera conversar preferentemente de la situación del Mercosur y del eventual tratado con China. Tomé algunas frases de lo que acaba de manifestar el ministro, quien dijo que el Uruguay no se siente cómodo en el Mercosur actual. Más adelante habló de sinceramiento –lo ha dicho públicamente– y eventualmente –creo que usó esa frase– avanzar de forma individual si fuera el caso, deseando que fuera en su conjunto. La  serie de posibilidades que se plantea es tan amplia como difícil de concretar en comentarios.

Uno siente que la posición del presidente de la república es muy activa.  Tenemos la sensación de que se transmiten determinados anuncios que generan expectativa de tiempo mucho más breves de lo que las cosas están sucediendo. A partir de esos anuncios se debate en la prensa, en las redes sociales y demás. Sin embargo, desde nuestro punto de vista, la distancia entre el anuncio y la concreción es bastante lejana.

La segunda cuestión que quiero plantear, para ir por la parte de los acuerdos – quizá debería haber empezado por allí–, es que el señor ministro dijo que estamos esencialmente de acuerdo en algunas cuestiones que son centrales. Consideramos que el Uruguay tiene que trabajar en una línea de regionalismo abierto. Estamos convencidos de que cuanto mayor apertura tengamos en materia de inserción internacional, mejores posibilidades vamos a tener.

Desde el punto de vista de los tratados de libre comercio, la descripción que se hizo del TLC, el formato que se hizo acá es uno que, sin conocer contenidos con mayor especificidad, podría ser aplicable a otros y a varios. Entonces, es imposible ingresar con la descripción que acá se ha hecho en términos concretos.

Es más, para la oposición –no sé si hablo en nombre de mis compañeros o en el propio– lo esencial era tener mayor acceso o un acceso directo a lo que estamos


hablando cuando nos referimos a un acuerdo de prefactibilidad en camino. Sin esa información que el señor ministro acaba de decir que es reservada, estamos hablando de titulares, de anuncios y no de cosas concretas en cuanto a la información que desde nuestro lugar podemos avanzar.

Es más, cuando el señor ministro hablaba del número de delegaciones con las que se venía hablando por parte de Cancillería, presté especial atención. Hubo una variedad bastante amplia. Dentro de ello, el diálogo directo en la materia con la oposición no está. Tenemos una muy buena relación con los colegas de los distintos partidos que integran el Gobierno. También tenemos una relación muy cordial con las autoridades de Cancillería. El Uruguay tiene, por suerte –y es un valor–, un sistema político muy sólido, muy civilizado, de diálogo llano, pero aquí se han sugerido caminos que implican eventualmente avanzar en forma individual y además vemos el clima general que ha descrito el señor senador Caggiani. Entonces, el rumbo estratégico de la apertura de Uruguay en la región hacia el mundo se comparte, pero no vemos claridad en las acciones concretas o en los plazos de las expectativas que se están generando.

Por otro lado, Brasil va a celebrar elecciones en poco tiempo. Creo que algunos de los que estamos acá queremos que gane Lula. Espero que ninguno quiera que gane Bolsonaro, porque no es lo mismo. El escenario de las conversaciones hoy no es el mismo que el que puede darse si se concreta lo que se prevé que pueda pasar en Brasil. Es más, por lo menos por las referencias que uno tiene, uno de los poderes fácticos importantes que todos conocemos, que es Itamaraty, tiene una visión un tanto distinta de la de algunos voceros del actual Gobierno brasileño. Ni que hablar que la situación de Argentina es muy delicada y Paraguay ha expresado públicamente ciertas distancias. Entonces, en ese panorama de la región y no teniendo un conocimiento directo profundo


de aquello de lo que se está hablando, estamos viendo cuestiones que desde el punto de vista político no nos permiten decir que esto es algo más tangible y hablar de cosas concretas.

Por último, uno percibe que hay un entusiasmo fuerte en autoridades del Gobierno y al mismo tiempo una cautela muy importante por parte de algunas autoridades chinas que se han expresado sobre el tema. Hay como un timing distinto. Por lo menos es lo que uno está viendo acá. Obviamente, quizás unos tienen más necesidades que otros y ven de una manera distinta las cuestiones. Personalmente no me imagino que pueda pasar que el Uruguay se corte solo, no por interés directo de nuestro país o por lo que pueda ocurrir aquí, sino por la adhesión que ha demostrado China a la región y la importancia y el peso demográfico, económico y político del lugar donde estamos.

En ese sentido, insisto en que vamos a analizar la información. Quizá se nos ha brindado algún dato concreto que es relevante. Valoro lo de la yerba mate que ha señalado el señor senador Caggiani. Lo demás, lo vamos a ir analizando. Ojalá el Uruguay pueda ir por este camino. Yo recuerdo que hace un tiempo, a partir de una misión que tuvimos algunos parlamentarios en Australia, recibimos la visita de un diplomático de ese país que nos transmitió una cuestión que a mí me quedó grabada. Nos decía que en la década de los setenta Australia tenía como referencia de comparación de desarrollo económico a Argentina y que en ese momento venía como corriendo de atrás, y que desde esa fecha hasta ese momento –estoy hablando de hace dos o tres años– Australia había impulsado y concretado veintiséis TLC. Después habló del lugar en que estaba económicamente y de la importancia en el mundo que tenía Australia, y de cómo Argentina, respecto a esa época, había perdido largamente «la carrera», dicho entre comillas.


Insisto en que no estamos a favor de un TLC sin definiciones, tipo cheque en blanco. Queremos, sí, la inserción de Uruguay en el mundo, pero creemos que para poder desarrollar efectivamente lo que entendemos como una política de Estado, la información sensible que requiere una parte importante del Uruguay a la que representamos hoy no existe.

SEÑOR BERGARA.- Agradezco la presentación del señor ministro; creo que es ilustrativa del conjunto de tópicos que estaban planteados. Por cuestiones de tiempo y para habilitar la posibilidad de que haya respuestas por parte de la delegación, me voy a concentrar, esencialmente, en el tema del TLC con China, sin perjuicio de que pueda tocar los demás temas también. Mi intervención debe entenderse como complementaria de lo planteado por los señores senadores Caggiani y Mahía.

Nosotros vemos con buenos ojos que se negocie –por supuesto que sí– y se avance en la inserción externa del Uruguay. De hecho, como bien decía el señor ministro, esto es parte de un proceso de larga data, con lógica de política de Estado, incluida la negociación concreta con China, en donde en alguna instancia se inició y se llegó hasta donde fue posible, en buena medida por consideraciones que hoy también tenemos sobre la mesa y que tienen que ver con la reacción de los socios del Mercosur.

¿Aspiramos a que podamos dar pasos adicionales a los que dimos hace unos pocos años? Claro que sí, pero hay algunas cuestiones que queremos conocer cómo las está viendo la Cancillería porque son temas muy delicados.

En primer lugar, con respecto al estudio de prefactibilidad, podemos entender que China haya planteado la necesidad de la reserva. Imaginará el ministro que no es una respuesta agradable para los legisladores. Quizás lo que podría evaluar o considerar la Cancillería es elaborar un material que de alguna manera refleje los conceptos principales del estudio de prefactibilidad, obviamente omitiendo información que pueda


considerarse sensible para la negociación posterior o para negociaciones de China o de Uruguay con terceros países. Lo que intento es generar una propuesta que vaya a mitad de camino, pero que no nos deje totalmente en la nebulosa de lo que es un estudio de prefactibilidad probablemente de una de las acciones más importantes que tiene la inserción externa del Uruguay en estos años. Creo que sería muy bueno para el sistema político y para el país que pudiéramos acceder a una descripción del estudio de prefactibilidad, que obviamente no tiene que contener aspectos que puedan considerarse sensibles, pero sí un panorama que nos ayude a entender, de manera que no tengamos que actuar y razonar, como decía el señor senador Mahía, en clave de cheque en blanco. Un segundo aspecto que quiero abordar tiene que ver con el Mercosur. El señor senador Caggiani preguntó si se habían evaluado estos escenarios posibles de la negociación con China, en cuanto a si el Mercosur acompaña, avala o da la anuencia. Por supuesto que coincidimos en que lo mejor que puede pasar es que negociemos colectivamente, y lo segundo mejor es que lo hagamos con la anuencia de los países del Mercosur. El señor ministro relataba nuestra insatisfacción con el funcionamiento del Mercosur y con los incumplimientos sistemáticos que Argentina y Brasil, en particular, han hecho durante todos estos años de los acuerdos del Tratado de Asunción. También recordaba que ha habido momentos, incluso, de bilateralidad entre Argentina y Brasil, que tomaban decisiones que no solamente no consideraban, sino que a veces perjudicaban a los países chicos del bloque. Y mencionaba los diálogos que se tenía con los jerarcas, sobre todo de Argentina y Brasil, y la reivindicación del derecho de Uruguay a negociar individualmente, con la posibilidad de que los restantes socios del Mercosur se beneficien de los avances de esa negociación, como fue el caso, en su momento, del tratado con México. Yo escuchaba ese relato del señor ministro y, realmente, era como revivir cosas que vivimos. Recuerdo una durísima reunión entre el


entonces ministro Astori y el canciller brasileño Celso Amorim, en que se discutieron todas estas cosas.

El senador Caggiani planteaba si se había hecho una evaluación de los escenarios posibles, y yo voy con una pregunta un poco más allá: si los dos primeros escenarios, que son los más deseables, no fueran factibles, ¿hay alguna posición de la Cancillería uruguaya o del Gobierno uruguayo en cuanto a qué pasaría si realmente tenemos una reacción negativa de los países del Mercosur al proceso de negociación? Está claro que una cuestión lógica es que desde la perspectiva de China, que en su momento fue la que frenó el proceso de negociación, no necesariamente va a ser lo mismo negociar con el Mercosur o con su anuencia que hacerlo sin él. Además, parto de la base de que algunas ventajas que pueda tener para China el acuerdo incorporan el hecho de que, en el marco del acuerdo del Mercosur, inversiones o cuestiones comerciales que involucran a Uruguay tienen como norte un mercado bastante más amplio que el uruguayo.

Entiendo que la pregunta es delicada y si el ministro tiene una respuesta que pueda ir más allá de una respuesta general –porque está claro que todos estamos a favor del bien y en contra del mal–, no tendría problema en que pudiera darse sin versión taquigráfica.

Otro tema que también es un poco delicado pero que creo no podemos soslayar en el análisis del acuerdo con China es el marco geopolítico y cómo está el mundo. Hay una carrera, no sabemos hacia dónde, en la que claramente Estados Unidos y China tienen el primer plano del protagonismo. No parece ser –y yo también cito al contador Iglesias– solamente una disputa por intereses comerciales y financieros, sino que hay en juego temas de valores y cuestiones civilizatorias. Es un momento de mucha inestabilidad e incertidumbre, incluso sin considerar la «anécdota» –entre comillas– de


estos días de la visita de Nancy Pelosi a Taiwán. O sea, la cuestión geopolítica también importa. Algo mencionó el señor ministro y estamos de acuerdo, en el sentido de que sistemáticamente hay que seguir reclamando espacios, sobre todo en el terreno comercial con Estados Unidos, aprovechando eventualmente el tratado marco que tenemos firmado, pero está claro que también hay que evaluar que tanto Estados Unidos como China están mirando de reojo lo que hace el otro y ese es un tema que seguramente también se incorpora en el análisis. No podemos obviar, por ejemplo, lo que pasó con Australia. Ese país tiene acuerdos con China, pero en función del alineamiento de Australia con Estados Unidos las ventajas comerciales de esos acuerdos se debilitaron bastante por decisiones administrativas.

En definitiva, son factores que también tenemos que incorporar y, en todo caso, me gustaría tener una idea de cómo la Cancillería y el Gobierno uruguayo están evaluando estos aspectos.

En síntesis, quería plantear esos tres puntos: la posibilidad de tener un informe sobre el estudio de prefactibilidad –dado que no tenemos la posibilidad de leer el estudio mismo–; la situación concreta con el Mercosur y sobre todo qué postura tendríamos en caso de que el Mercosur no acompañe la negociación, y la evaluación de los aspectos geopolíticos, que involucran no solo a China sino también a Estados Unidos.

Muchas gracias.

 

SEÑOR PENADÉS.- Como lamentablemente se lleva versión taquigráfica de estas sesiones, uno no puede mantenerse en silencio cuando se escuchan una serie de razonamientos políticos que, por supuesto, no compartimos del principio al fin. Aquí se han hecho razonamientos que están disfrazados de preguntas pero esconden, además de


eso, un posicionamiento político muy respetable, pero del que parecería ser no se tiene la honestidad intelectual de reconocer como tal.

(Intervención del señor senador Bergara que no se escucha).

 

–No, yo le voy a pedir a usted que se calle la boca, porque yo lo escuché sin interrumpirlo. Además, no lo estoy acusando a usted tampoco.

(Intervención del señor senador Bergara que no se escucha).

 

–Yo le recomendaría que se callara la boca y que escuchara con respeto, porque usted es un atrevido, que generalmente no deja a hablar a los que no piensan como usted.

SEÑOR PRESIDENTE.- Mantengamos el orden, por favor.

 

(Dialogados).

 

SEÑOR PENADÉS.- Yo no lo insulté. Usted tiene por costumbre hacer razonamientos que considera sesudos y cree que todos los que venimos a hablar después que usted no tenemos el derecho de hacer las afirmaciones que se entienden del caso.

(Intervención del señor senador Bergara que no se escucha).

 

–Si quiere quedarse tranquilo, no me estaba refiriendo a usted. Si eso lo tranquiliza y lo seda, perfecto.

Entonces, lo que quiero decir, porque se lleva versión taquigráfica, es que uno  no tiene por qué tolerar que quienes además estuvieron en el Gobierno durante quince años vengan a poner, por ejemplo, en tela de juicio la reserva que el Gobierno debe tener sobre unos acuerdos. Ellos, cuando fueron Gobierno, mantuvieron reserva sobre tres temas trascendentales para el país y jamás nos informaron a nosotros. Todavía le voy a hacer una concesión al señor senador Bergara. Podría reconocerle a él la posibilidad de hacer esas afirmaciones, que no las hizo, porque no era legislador, pero algunos aquí han sido legisladores durante muchísimo tiempo y cuando eran Gobierno


yo no los escuchaba manifestarse de la manera en la que se expresaron hoy. Hay que tener también un poquito de memoria y de consideración, porque a mí me tocó ser oposición en tres Gobiernos del Frente Amplio y en muchas ocasiones no recibí información. Es más, los tres ministros de Relaciones Exteriores que tuvimos en ese período de gobierno en muchas oportunidades venían en las mismas condiciones que vino hoy el ministro Bustillo.

Quiero dejar esta constancia para que por lo menos quede la voz de algún parlamentario que está en el Gobierno y estuvo también en la oposición. Hoy viene un senador, muy suelto de cuerpo, a reclamar información, cuando él estuvo en Gobiernos que jamás informaron sobre nada en Uruguay en temas tan leoninos como el acuerdo con UPM o el acuerdo con Montes del Plata.  Entonces, en ese momento hay que   decir: «Muchachos, hay que tener un poquito de memoria. Vamos a tener un poquito de respeto por los demás». Se puede estar de acuerdo o no, pero no se puede decir que están de acuerdo con el tratado con China y después salir con una serie de precauciones o preocupaciones, porque entonces uno se pregunta: «¿Realmente están de acuerdo con el tratado con China o no?». Porque en un momento se habla de políticas de Estado y se reconoce que las gestiones se iniciaron en Administraciones anteriores, y después se pregunta: «¿Han consultado a los socios del bloque para estos avances?». La gran diferencia entre lo que hizo este Gobierno respecto de los anteriores es que este Gobierno avanzó a pesar de los socios del bloque.

Cuando aquí se escucha a algunos señores senadores hablar de la opinión de los socios del bloque, me recuerda, por ejemplo, el momento en que Argentina nos denunció ante la OCDE, en compañía de Brasil. Y ni que hablar cuando los puentes estuvieron bloqueados cuatro años por un Gobierno ideológicamente hermano del Gobierno de entonces, que era del Frente Amplio. Además, en ese mismo momento,


otro Gobierno ideológicamente hermano, de un partido que un senador acá acaba de anunciar que espera que gane nuevamente en Brasil, miró para el costado sistemáticamente. Por lo menos podrían haber dicho que los argentinos aflojaran un poco con Uruguay.

Entonces, la visión que estamos teniendo acá –y lo reitero– está vinculada a tratar de ubicar la situación en el contexto que debemos tener y que el ministro ahora informará. Lo que tenga que mantenerse en reserva se va a mantener en reserva, como ocurrió antes en otras oportunidades, esperemos que no con las consecuencias –ojalá sea así– que el Uruguay ha tenido que padecer por esos acuerdos logrados en otras oportunidades.

En materia de geopolítica en la región, yo estuve presente en la Cumbre del Mercosur en Paraguay, instancia en la cual el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil habló en los mismos términos que el canciller uruguayo. Entonces, cuando algún señor senador quiere venir a contarnos lo que es Itamaraty, quiero decir que escuché al ministro de Relaciones Exteriores –funcionario de carrera de Itamaraty– hablar de modernización y flexibilización del bloque. También escuché al canciller argentino hablar en términos en los que, a su manera y en su forma, también reconocía algunos problemas.

Entonces, cuando también estamos hablando de la geopolítica mayor, de la relación con los Estados Unidos y de la necesidad de tener esa relación –por supuesto que este Gobierno pretender tener buena relación con todo el mundo y con los Estados Unidos también–, lo que tienen que darse cuenta es que el Gobierno está llevando adelante una política que no tiene ningún tipo de preconcepto ideológico y que tiene la pragmática de la defensa de los intereses nacionales como bandera.


Algunos senadores se lamentaron de la carencia de información, cuando el ministro se pasó durante no sé cuánto tiempo hablando de lo que el Uruguay pretende hacer desde la presidencia pro tempore del Mercosur. Realmente es un contrasentido que para algunos el Uruguay supuestamente quiere violentar en forma sistemática los acuerdos con el Mercosur y que desde Presidencia se anuncie una agenda más que ambiciosa –que ojalá se concrete– con relación a los términos que busca tener con los vecinos y con los socios del Mercosur. Para el Gobierno uruguayo es importantísima la relación y el estrechamiento de vínculos con los Gobiernos del Mercosur, sin importar la orientación ideológica que cada uno tenga. Esos temas son de pura política interna de cada uno de los Estados. Por lo menos para este Gobierno, no existen familias ideológicas en materia de política exterior y lo ha demostrado con la posibilidad de tener un tratado de libre comercio con China, de avanzar todo lo que se pueda con la Unión Europea, de tener un tratado de libre comercio, de perfeccionar mucho más el TIFA con los Estados Unidos, de hablar con la Alianza del Pacífico y de vincularnos con Perú, Colombia y Chile. O sea que estamos siguiendo una política de apertura comercial, en la que el Uruguay insiste a través de las directivas que da el presidente de la república y el equipo de Cancillería de fortalecimiento y defensa de los intereses nacionales.

Ahora bien, como lamentablemente hace tantos años que estoy acá adentro, he oído muchas veces a los Gobiernos anteriores quejarse de que con el Mercosur no pasaba nada, pero solamente se quedaban en la queja. Ahora se pasa a la acción y esa acción va a tener consecuencias, claro que sí, pero hay que arriesgarse. Para un país como el Uruguay prefiero que, después de tantos años de inacción, se pase a un período de gobierno en que haya una fortísima acción para tratar de sacar la modorra en la que se encuentra el Mercosur y tratar de liderar lo que hoy el Uruguay está en condiciones


de liderar. ¡Por supuesto que sabemos de los riesgos! ¡Por supuesto que sabemos hasta dónde hay que apretar y hasta dónde no hay que apretar! ¡Por supuesto que sabemos los desafíos geopolíticos que hoy el mundo tiene, que son bastante más complicados que hace unas semanas!

Realmente, señor presidente, quería dejar estas constancias en nombre del Partido Nacional, porque una serie de aseveraciones realizadas por algunos senadores no reflejaban, por lo menos, el espíritu con el que tendríamos que haber venido a esta comisión.

Recuerdo una vieja enseñanza de nuestro colega hoy ausente, el senador Astori, que decía que las comisiones son para recibir información cuando comparecen las delegaciones y después discutir entre nosotros. Hoy muchos senadores han hecho preguntas legítimas, pero otros hicieron aseveraciones que fueron las que me obligaron a realizar esta intervención.

Quería dejar esta constancia. Muchas gracias.

SEÑOR MINISTRO DE RELACIONES EXTERIORES.- Voy a tratar de dar

 

respuesta a cada una de las inquietudes que se han planteado.

 

En primer término, el senador Caggiani manifestó su inquietud en cuanto a las fronteras. Como mencioné durante mi alocución, el plan de fronteras es preocupación de este Gobierno.

Si me permite el presidente, cedo el uso de la palabra al doctor Carlos Mata para que nos hable, justamente, del plan de fronteras que la Cancillería ha venido elaborando en coordinación con otros actores nacionales y obviamente en favor de lo que es revitalizar la frontera. Además, a propósito de lo que comentamos hace unos instantes,


creo que lo que hace a zonas francas es un elemento muy importante que va a coadyuvar en tal sentido.

SEÑOR MATA.- Muchas gracias señor presidente y señor ministro. Buenas noches a todos los integrantes de la comisión.

Con relación al plan de fronteras, debo decir que en el mes de febrero se hizo una presentación en la Cancillería de las bases de un plan de frontera. Allí se crea una institucionalidad que va a estar bajo la coordinación del Ministerio de Relaciones Exteriores y, como avance, se elaboró un proyecto de decreto que está siendo firmado por los ministros. De manera complementaria a la aprobación de ese decreto, ya se solicitó a todas las instituciones involucradas que designen a los puntos focales para trabajar desde este momento. Ese trabajo ya se está realizando. Para abreviar, la política que se está realizando en fronteras tiene que ver, básicamente, con los comités de facilitación fronteriza. En ese sentido, se realizó una primera reunión trinacional, en Barra do Quaraí, entre Brasil, Argentina y Uruguay, y la semana próxima, el 11 de agosto, se va a realizar una reunión del Comité de Facilitación Fronteriza Salto - Concordia. Posteriormente, en la primera semana de setiembre se reunirá el Comité de Facilitación Fronteriza de Tigre- Carmelo, y más adelante el de Paysandú-Colón.

En lo que refiere a Brasil, se va a hacer en la primera semana de noviembre la reunión de los cinco comités de frontera en distintas ciudades: Chuy, Artigas, Río Branco, etcétera. Como aquí se preguntaba sobre el tema de seguridad, debo decir que además de abordarse los temas de turismo, salud, enseñanza, etcétera –para eso son, en definitiva, las reuniones con los puntos focales, porque se abordan todos estos temas que incluyen básicamente a los ministerios pero también a la Universidad de la República, a la Universidad Tecnológica, a la ANEP, etcétera–, también se abordarán


los temas migratorios y de seguridad. Entonces, uno de estos temas, dentro de todos los comités, es el de seguridad.

Además, el 30 de agosto se va a realizar en Rivera un encuentro con Brasil sobre temas de seguridad. De parte de Uruguay participarán los ministros del Interior y de Defensa Nacional y del lado de Brasil, además de las autoridades equivalentes, participarán el gobernador del estado de Río Grande del Sur y el jefe de seguridad del estado de Río Grande, además de algunos legisladores.

Para hacer un resumen, estos son los trabajos bilaterales que se están realizando en forma muy intensa con Argentina y Brasil. También a nivel del Mercosur hay una comisión relativa a las políticas de frontera; allí Uruguay ya ha presentado algunas propuestas y, con la presidencia pro tempore de Uruguay del Mercosur, se van a incentivar esas reuniones, ya no bilaterales, sino en el ámbito del Mercosur.

Creo que estamos en un momento muy avanzado en cuanto a estas políticas y esperemos que los frutos se vean a corto plazo. Naturalmente estamos tratando de que participen aquellos órganos competentes en la materia, como el Ministerio de Defensa Nacional y el Ministerio de Salud Pública, y que bajo la coordinación del Ministerio de Relaciones Exteriores tengan la posibilidad o la potestad de decisión. Digo esto porque muchas veces pensamos –y está muy bien– en las grandes políticas públicas, pero a nivel de frontera en algunos casos –por aquel dicho de «problemas chicos para el mundo, pero grandes para el que está en el territorio de la frontera»– se pueden solucionar a nivel de autoridades medias con poder de decisión, sin perjuicio de elaborar esas políticas públicas generales, que son necesarias.

De forma muy breve, estas son las cuestiones que quería señalar y naturalmente quedo a disposición para contestar las preguntas que se quieran realizar.

Muchas gracias.


SEÑOR MINISTRO DE RELACIONES EXTERIORES.- Continuando con las

 

inquietudes que nos planteó el señor senador Caggiani, voy a referirme a la eventualidad de convocar al dialogo que se ha llevado adelante en algunas otras oportunidades entre el Mercosur y China a nivel de subsecretarios. Es una de las inquietudes que tenemos y que estamos manejando. Debo advertir, sí, que en anteriores ocasiones, cuando se planteó el tema a nivel del Mercosur, hubo negativa de parte de algunos de los países a plantear el diálogo, habida cuenta fundamentalmente de que cada uno de ellos tiene su propio diálogo. Es un poco lo que sucedió con Zelenski cuando planteó tener una conversación con todo el Mercosur; cada uno de los presidentes tuvo su diálogo con él por separado. En este caso, respecto al diálogo a nivel de subsecretarios, entiendo que la negativa de parte de los países –y ya no solo de Paraguay, que fue por razones obvias, sino de los otros países que manifestaron su negativa en ese sentido– obedece a que ellos tienen el propio.

En cuanto al estudio de factibilidad que se ha venido dando, viene a colación esto mismo. Si hemos tenido dificultades para elaborar un diálogo con China en función de que el resto de los países se ha negado, vaya si será trascendente lo logrado en cuanto al estudio de factibilidad, sin por eso dejar de esperar que los demás países se sumen.  En todo caso –como dijimos el otro día– anhelamos y auguramos que así lo hagan. Tenemos alguna señal en tal sentido; incluso el propio presidente argentino señaló por qué no íbamos todos juntos a un estudio. Nosotros decimos que el nuestro ya lo tenemos. Entonces, sería una buena ocasión para que cada uno de los otros países haga lo propio para poder avanzar al mismo ritmo que nos hemos planteado en Uruguay.

En cuanto a la importancia de avanzar en conjunto y de las garantías que hay que tener, es necesario mencionar al economista Labraga. Creo que ha sido alguien que nos ha dado una gran tranquilidad, dado que participó de etapas anteriores, cuando había


otra fuerza política ejerciendo en el Gobierno. Vaya que es garantía en razón de que trabajó en el estudio que hizo Uruguay en exclusividad y nos hizo conocer los pros y los contras de ese estudio, esto es, sus propias objeciones del estudio anterior que hizo. Me animo a decir que fue un actor fundamental que acompañó al embajador López Fabregat en la elaboración de este estudio de factibilidad en conjunto con China. Por supuesto que, además del estudio que hizo en su momento Juan Labraga, ni que hablar que también tuvimos en cuenta el que hizo la propia Cámara de Industrias, que contrató al chileno Rebolledo a esos efectos. A su vez, tuvimos en cuenta estudios previos nuestros realizados a nivel de la Cancillería, estudios del propio Ministerio de Economía y Finanzas y, por supuesto, de otros actores fundamentales que nos fueron acercando inquietudes.

Estamos convencidos de que, en la línea que nos hemos propuesto avanzar decididamente en favor de un acuerdo con China –hasta hoy en forma individual–, ese es el camino en el que tenemos que discurrir, evitando las asambleas permanentes con los socios para que en definitiva ellos se terminen sumando. Estamos convencidos de que así va a suceder y algún día el Mercosur todo tendrá su acuerdo con China.

No me animo a hablar de plazos, pero no tengo ninguna duda de que, si esta es una gran maratón de 42 kilómetros que hemos venido llevando adelante desde 1991 para la construcción de una relación con China, con seguridad vamos a entregar el testigo mucho más cerca de la meta, si es que no la hemos atravesado.

En cuanto a las sensibilidades, claramente son parte del estudio de factibilidad. En definitiva, el estudio de factibilidad, como dije hace unos instantes, no es otra cosa que los cimientos de ese edificio que pretendemos levantar junto con China o perfectamente podríamos decir que ya es parte integrante del acuerdo de libre comercio; si fuera un libro, sería el prólogo, y vaya que es importante. Por supuesto que se


tuvieron en cuenta las sensibilidades de los distintos actores, no solo las referidas al Uruguay, sino que también se está mirando con un ojo las sensibilidades de los otros socios del Mercosur. Eso es algo que van a tener en cuenta los negociadores cuando vayan avanzando, al mismo tiempo que va a existir esa sala o cuarto contiguo ‒insisto‒ donde van a estar los sectores interesados e involucrados para hacer llegar sus inquietudes, para ir entre todos los uruguayos armando ese acuerdo de libre comercio con China.

Destaco lo más importante ‒lo hemos venido conversando acá‒, que es que todos estamos de acuerdo en avanzar con China; me refiero a todos los partidos, a todos los sectores. Es claro ‒lo hemos dicho en reiteradas ocasiones‒ que Uruguay, en tanto en cuanto nos toque seguir gobernando, no va a renunciar a su derecho ‒que estamos convencidos de que lo tiene‒ de avanzar en negociaciones en forma individual, sin que ello signifique que lo que quisiéramos es que fuera con el Mercosur. Por supuesto que desearíamos que ese famoso consenso del cual muchos han hablado y que se ha transformado en un veto no existiera.

En razón de esto, vamos a seguir avanzando, en este caso con China, con Turquía o con cualquier otro actor internacional que pueda aparecer en el escenario. De hecho, con Estados Unidos estuvimos también conversando sobre esa posibilidad. Como todos sabemos, Estados Unidos hoy está inhibido de poder hacerlo porque no tiene la autorización del Congreso, pero estamos avanzando en el TIFA que nos hemos dado con ese país. Hoy en día estamos estudiando, conversando y negociando algunos protocolos que nos han alcanzado y que hacen a la facilitación del comercio, a temas vinculados a la anticorrupción y a las buenas prácticas regulatorias. Entonces, todo ese tema también lo venimos trabajando con Estados Unidos. No estamos mirando el


mundo con un solo ojo, tenemos un amplio abanico de posibilidades que nos estamos dando a partir de las distintas interacciones que están planteadas.

Sí estamos convencidos ‒lo hemos reiterado hasta el hartazgo‒ de que no podemos esperar por nadie, porque el gran problema que hemos tenido ‒lo han padecido todos‒ es esperar por el otro. Tenemos que avanzar con la certeza de que el otro se va a sumar.

Con respecto a la relación que tenemos entre los socios, sigue siendo amistosa, más allá de que, por supuesto, hay temas en los que nos ponemos de acuerdo y otros en los que no, y algunos ‒incluso este mismo tema‒ en los que hemos hecho acercamientos importantes. Recuerdo que hace un año y medio, casi dos, planteamos en el Mercosur flexibilizar la discusión, flexibilizar el avance de las negociaciones. Recuerdo esos primeros intercambios y también tengo presente lo que hoy han manifestado nuestros socios. Voy a compartir con ustedes algo que, en la última Cumbre del Mercosur en Paraguay, dijo el propio canciller França, de Brasil, quien expresó que su país ve con buenos ojos una flexibilización del bloque que posibilite una mayor inserción en los mercados globales. «Estamos dispuestos ‒dijo‒ a discutir con los socios, en las instancias apropiadas del bloque, formatos y mecanismos flexibles que atiendan las especificidades de nuestros países y preserven al mismo tiempo los elementos centrales de nuestro proceso de integración». Eso dijo França, canciller de Brasil, algo que compartimos y que suscribimos totalmente. El propio Lucas Ferraz, negociador del ministro de Economía de Brasil, también hizo referencias a esto y manifestó la necesidad de esa flexibilización negociadora para poder definitivamente avanzar.

En fin, han cambiado los vientos, en el buen sentido, con relación a la posición de Uruguay e, insisto, sin confrontar, simplemente en el intercambio de ideas y en la necesidad de todos de seguir creciendo. En ese sentido nosotros reivindicamos nuestra


pertenencia al Mercosur en todo momento, reivindicamos la región como tal, que es mucho más importante que el propio Mercosur, y anhelamos que todos sigamos creciendo.

Respecto a la posibilidad de la que se habla –me estoy adelantando en el tiempo a las respuestas– de que dentro de unos meses pueda aparecer Lula en el escenario, señalo que esa es una realidad, es una posibilidad cierta…

(Dialogados).

 

–Y dentro de un año quizás también en Argentina haya un cambio de gobierno y esté una administración de otro signo político. En fin, lo que no podemos es detenernos.

(Dialogados).

 

–Lo más importante, en definitiva, es no detenernos en eso en función de los procesos electorales, porque si lo hacemos lamentablemente no vamos a poder avanzar nunca.

En cuanto a si existen plazos de los intercambios, señalo que no; nuestra propia experiencia habla de que si los tuviéramos –que no es el caso– no los diríamos. Realmente ahí sí habría secretismo por una sencilla razón: porque cuando hablamos de un plazo fue a instancias de China, que dijo que íbamos a culminar el estudio de factibilidad en tres meses, pero pasaron tres, seis, ocho meses hasta que finalmente lo culminamos. La verdad es que nos vimos en una situación engorrosa, si se quiere, porque China se planteó terminar en tres meses el estudio de factibilidad. Entonces, no queremos repetir esa experiencia, pero sí seguimos trabajando como dijimos, en su momento, que seguíamos haciéndolo y los hechos nos han dado la razón.

El embajador López Fabregat ya ha tenido un primer intercambio posterior al estudio de factibilidad con su contraparte china y han establecido seguir manteniendo los equipos de trabajo y empezar a darse sus propios insumos para volver nuevamente a


encontrarse en los próximos días y semanas a los efectos de continuar elaborando lo que va a ser ya el acuerdo de libre comercio.

(Dialogados).

 

SEÑOR CAGGIANI.- Quiero hacer una consulta muy específica. Yo no hablaba de plazos de la duración de la negociación porque eso tiene otros interrogantes que seguramente no se vinculan solo con el ámbito regional o internacional, sino que quería saber cuándo se prevé, por parte de Uruguay, comenzar a negociar.

Esto lo consulto por algo bien concreto: porque ha surgido en algún medio de comunicación –de prensa escrita– que generalmente el procedimiento que establece China para empezar a negociar es la firma de un memorándum de entendimiento. Así lo hizo, por lo menos, con Ecuador. No sé si ese formato es el que se va a seguir con Uruguay –porque eso va a tener un hito concreto– o se va a avanzar en negociaciones de manera más confidencial. Es decir, quiero saber si se prevé un plazo para comenzar a negociar.

SEÑOR MINISTRO DE RELACIONES EXTERIORES.- No, en ese sentido diría que ya tuvimos un hito mucho mayor que un memorándum, que es el estudio conjunto de factibilidad. Ese es el gran hito entre Uruguay y China en estos momentos.

En cuanto a si va a haber memorándum o no, señalo que eso se dio con Ecuador. Eso se ha dado con algunos países y con otros no y, sin embargo, han avanzado las negociaciones y, en algunos casos, han culminado.

Si usted me pregunta si vamos a culminar y vamos a tener un acuerdo de libre comercio con China, yo le contesto que espero y anhelo que sí, pero no lo puedo garantir, como tampoco era posible hacerlo al momento en que iniciamos el estudio de factibilidad si íbamos a culminarlo y si los resultados iban a ir alentando,


eventualmente, seguir adelante porque se entiende que puede haber consecuencias beneficiosas para ambas partes.

Esos pasos se dieron y se fueron cumpliendo las etapas en forma exitosa y positiva respecto a lo que anhelamos.

Como comienzo tienen las cosas, ahora hay que empezar las negociaciones. En los próximos tiempos el embajador López Fabregat…

SEÑOR CAGGIANI.- Entonces, todavía no hay un plazo para empezar.

 

SEÑOR MINISTRO DE RELACIONES EXTERIORES.- No hay un plazo para

 

comenzar, sí hay una expectativa –me animo a decir– en función de ese intercambio primero que se hizo ya con la contraparte china una vez finalizado el estudio de factibilidad. Como se dijo, el estudio ya es parte integral del acuerdo, es el prólogo del libro.

Después se planteó una inquietud respecto al acuerdo transpacífico, el CPTPP y les cuento un poco la génesis: el 6 de enero de 2021 recibimos en la Cancillería al entonces canciller japonés, que después cambió. En ese intercambio, entre otras cosas, firmamos un acuerdo aduanero y planteamos la posibilidad de avanzar con Japón, ya sea en forma individual o con el Mercosur. La respuesta fue que en forma individual no y con el Mercosur tampoco porque venía de visitar Brasil y desde ese país le habían dicho que no les interesaba avanzar en un acuerdo del Mercosur con Japón.

Lo siguiente que nos planteamos, entonces, fue qué pasa con esto del CPTPP – Acuerdo Progresivo e Integral para la Asociación Transpacífica– y ahí estuvimos conversando con el canciller japonés –en tanto ellos, como miembros del acuerdo– sobre la viabilidad de, eventualmente, en el día de mañana, solicitar la adhesión al mismo. A partir de ese instante –obviamente, puesto en conocimiento al señor presidente– nos dimos la posibilidad de empezar a estudiar esa posibilidad. Hasta ese


momento no había decisión tomada. Estudiando esa posibilidad tuvimos un  intercambio, como marca el protocolo de adhesión, con los distintos países miembros del CPTPP. Fuimos interactuando y recibiendo respuestas a las inquietudes que les íbamos planteando en la medida en que para incorporarse es un requisito que haya buena disposición de parte de cada uno de los once miembros. Recabamos las distintas inquietudes. Nadie nos cerró las puertas y hoy en día –al mismo tiempo hacíamos eso– solicitamos distintos estudios. Hicimos el propio de la Cancillería, un estudio preliminar. El Ministerio de Economía y Finanzas también hizo el propio y, a su vez, les pedimos a tres universidades que colaboraran con un estudio independiente referido a la eventualidad de la adhesión al CPTPP. Concretamente, le pedimos a la Universidad de la República, a la Universidad Católica y a la Universidad de Montevideo. Entiendo que están empezando a trabajar sobre este tema, sin perjuicio de que también acudimos al Banco Interamericano de Desarrollo, al que le solicitamos la posibilidad de que hiciera su propio estudio en cuanto a la viabilidad de avanzar con un CPTPP para proveer  mejor al presidente. Nos decían qué pasaba si el presidente tomaba decisiones al respecto. Acoto que el presidente no toma decisiones a ciegas. Ahí está la responsabilidad de la Cancillería de dotarlo de los mayores y mejores insumos para mejor proveer; luego llegará el momento en que se reunirá con los líderes, les  comentará y posteriormente se tomarán las decisiones del caso. Adelanto que su decisión era avanzar en los estudios preliminares, con los que ya se cuenta.

Con relación a Turquía, no comentamos nada. Acá tenía alguna hojita para comentarles algo sobre los avances que se han hecho, pero como no la encuentro le daría el uso de la palabra al embajador López Fabregat, quien está actuando como jefe negociador con Turquía, junto al economista Labraga.


SEÑOR LÓPEZ FABREGAT.- Señor presidente: con respecto al caso de la negociación comercial Uruguay-Turquía, ya se ha iniciado un diálogo exploratorio tendiente a la negociación de un tratado de libre comercio. Se hizo una primera reunión a nivel técnico. Lo pactado establece que solamente en caso de diferendo en ese nivel técnico se sube a los jefes negociadores. En esa primera reunión hubo un intercambio de información respecto a las características de cada uno de los dos países en lo que tiene que ver con lo económico-comercial. Se prevé una segunda reunión para el mes de setiembre, pero durante este mes de agosto ya se va a intercambiar información para que esa instancia sea más fructífera, sobre los flujos comerciales existentes entre ambas partes y los socios comerciales relevantes, sobre cargas arancelarias y sobre reglas de origen. Asimismo, durante este mes de agosto se van a intercambiar posibles modelos de medición de impacto a ser utilizados.

Hasta ese punto es el avance que se ha tenido en el caso Uruguay-Turquía. Muchas gracias.

SEÑOR MINISTRO DE RELACIONES EXTERIORES.- Señor presidente: creo que hasta ahí fueron las inquietudes que nos acercó el senador Caggiani.

Ahora voy a hacer una acotación a propósito de la intervención del senador Mahía y respecto a un comentario mío de que no estábamos conformes con el devenir actual del Mercosur. No me acuerdo cuál fue exactamente la expresión, pero, efectivamente, no estamos conformes. Diría que por la experiencia –creo que es una experiencia compartida por todos–, definitivamente no podemos esperar nada que no sea de nosotros mismos. Ese es el camino que nos hemos trazado. Es más, me gustaría reiterar –hoy en día nadie las menciona– las declaraciones del canciller de Brasil, del economista a cargo del Mercosur, perteneciente al Ministerio de Economía de Brasil y las del coordinador nacional del Mercosur, que es de Paraguay. Este último decía que


quizás sea el momento de reflexionar sobre la institucionalidad que nos habíamos dado en el Mercosur. A su vez, el presidente argentino –como mencioné hace unos instantes– hablaba de la posibilidad de avanzar con China. Traigo esto a colación porque en algún momento se dijo: «Uruguay quiere romper o irse del Mercosur». Ni una cosa ni la otra; ni nos queremos ir –hemos dicho hasta el cansancio que, de ninguna manera, lo haremos; precisamente lo reiteré el otro día en el Consejo del Mercado Común– y mucho menos queremos romper relaciones. Diría que todo lo contrario, porque somos los únicos que estamos haciendo algo por el Mercosur, definitivamente. Hace mucho tiempo advertimos cómo languidece y creemos que nos debemos una reflexión serena para procurar, como planteamos en el propio programa de trabajo de la presidencia pro tempore, mejorar intra-Mercosur y ni que hablar en el relacionamiento externo, que está en el debe. Por lo tanto, lejos de acusarnos de romper o de irnos del Mercosur, somos los únicos que procuramos mejorar y hacer algo por él.

Se mencionó que el presidente hizo una serie de anuncios y pocas concreciones. Llevamos dos años y medio en el Gobierno y diría que en materia de política exterior – no me meto en las demás temáticas; ha habido muy buenos anuncios y concreciones en otros temas– precisamente hemos estado trabajando en el más absoluto silencio, como lo he dicho en alguna ocasión, por formación o deformación profesional, y expuestos a la crítica. Hoy desembarcamos en un excelente acuerdo de zonas francas y en un acuerdo muy bueno en materia de yerba. Hemos instalado la flexibilidad para la sana discusión en el Mercosur, y esa no es una cosa menor. También concretamos el estudio de factibilidad con China con quien, además, estamos advirtiendo –brevemente y Dios mediante– un acuerdo.

SEÑOR MAHÍA.- Quisiera dejar algunas constancias.

 

Las citas que hice de sus palabras forman parte de apuntes que tomé de su propia


intervención; no van en el sentido de una eventual ruptura del Mercosur. Tomé nota y está en la versión taquigráfica.

Hay otra cuestión –he estado en contacto con el excanciller de un Gobierno anterior–, pero no es motivo de esta convocatoria, por lo que no voy a entrar en polémica con nadie sobre cuestiones que hacen a Administraciones anteriores a las que pertenezco. Sí quiero dejar constancia de que mi intervención fue en función de las afirmaciones –podrá haber acuerdo o no con lo que diga–, pero es lo que pienso, más allá de lo habitual, que es preguntar. Normalmente, formulo preguntas, pero cuando las autoridades están presentes, a veces dejo constancias políticas.

SEÑOR MINISTRO DE RELACIONES EXTERIORES.- Definitivamente, lo tomé como una inquietud natural y lógica que nos acercaron. Al mismo tiempo y a propósito de la necesidad de dejar constancias, también quiero dejar una. Jamás van a escuchar de mi boca una crítica de las demás Administraciones; de ninguna manera, entre otras cosas porque fui embajador durante otras Administraciones, tanto del Partido Colorado como del Frente Amplio. La verdad es que me sentí muy honrado con esas designaciones y trabajamos muy bien en todos los sentidos. Además, me consta el esfuerzo de todas las Administraciones anteriores. Simplemente –y quizás hago mías las palabras del señor Penadés–, hemos tomado la decisión y el temperamento de tener conversaciones que vayan en la línea de modernizar y sincerar el Mercosur. Digamos que son matices, por decirlo de alguna forma, pero, reitero, no hay ninguna crítica a Administraciones anteriores; no cabría de mi parte.

En cuanto al secretismo y demás, reitero que no hay secretismo; sí hay reserva. Incluso traje aquí unas menciones de Philippe Cahier –a quien todos conocen– que habla precisamente de la reserva con la que debemos conducirnos. Entiendo la inquietud


del señor senador Bergara. Vamos a tratar de ver si podemos elaborar algo para compartir en los próximos días.

Decía Philippe Cahier que, sin querer entrar de nuevo en el problema de la diplomacia abierta o secreta, es necesario, sin embargo, señalar que teniendo lugar la negociación, principalmente mediante cambios de notas y demás, se precisa un mínimo de secreto. Sería gravemente incorrecto publicar tales notas –me estoy refiriendo en este caso concreto, al estudio de factibilidad– sin que existiera acuerdo de ambas partes o antes de transcurrido cierto lapso de tiempo o de que se llegase a buen destino. En este caso, definitivamente, no hay acuerdo y, reitero, a texto expreso, la parte china solicitó la reserva en cuanto al estudio de factibilidad.

Lo mismo hace en el tratado teórico y práctico de derecho diplomático y consular Daniel Antokoletz, quien también menciona la reserva necesaria.

A su vez, la propia Ley sobre el Derecho de Acceso a la Información Pública, en el artículo 9.º establece: «Como información reservada podrá clasificarse aquella cuya difusión pueda: […] B) Menoscabar la conducción de las negociaciones o bien, de las relaciones internacionales, incluida aquella información que otros estados  u  organismos internacionales entreguen con carácter de reservado –como es el caso de lo que construimos en forma conjunta– al Estado uruguayo».

Con esto no estoy despreciando la inquietud del señor senador Bergara sino todo lo contrario. Lo entiendo y vamos a procurar acercar –si no es por escrito, aunque sea en diálogo que esperamos mantener en los próximos tiempos– las respuestas a las distintas inquietudes que se vayan plasmando.

A su vez, y sin perjuicio de la reserva con la que nos hemos conducido, el propio presidente habló con los distintos líderes, no solo de la coalición de gobierno sino


también con el presidente del Frente Amplio en su momento. Volvió a hacerlo también hace unos días y con los líderes de la coalición.

En cuanto al anuncio del estudio de factibilidad, me reuní con el entonces presidente del Frente Amplio. Lo mismo voy a hacer en los próximos días para comentar acerca de todo aquello sobre lo que podamos dar tranquilidad a todas las fuerzas políticas.

Con relación al hecho de que próximamente va a haber elecciones en Brasil, ya hemos hablado en ese sentido. También las va a haber dentro de un año en Argentina. Sin embargo, nosotros no podemos quedarnos en la anécdota de lo que desearíamos tener como Gobierno vecino, ni mucho menos detenernos en esas consideraciones cuando está de por medio el bienestar de todos los uruguayos.

Además, voy a ser muy claro. Creo que, como se dijo, si llegara al Gobierno en este caso el presidente Lula, estoy convencido de que él no querría un mal para el Uruguay. Así que, en todo caso, alentaría que siguiéramos avanzando y, a su vez, buscaría cómo beneficiarse de esos avances de Uruguay, en este caso con respecto a China.

En cuanto al escepticismo que ganó en algún momento el avance de las negociaciones, los anuncios que Uruguay había venido haciendo, hoy la realidad muestra que había negociaciones, que hay concreciones y anuncios de ambas partes. En su momento se cuestionó que solamente Uruguay hiciera anuncios. En este caso los hubo y de parte de China también.

Reitero lo que dije anteriormente: esto no asegura el éxito final, pero no hay duda de que venimos por buen camino. La relación es cada vez más estrecha con China en el buen sentido, esto es, venimos trabajando con mucha facilidad de parte de los negociadores y avanzando en un tiempo prudencial.


Como dije hace unos instantes, esperemos cruzar la meta. Si no fuera así, estamos convencidos de que vamos a entregar el testigo a quien  corresponda mucho más cerca de ella.

Con respecto a un cheque en blanco, reitero lo que ya he manifestado a los senadores Bergara, Mahía y Caggiani en cuanto a que vamos a tratar de elaborar todo aquello que podamos para compartir con ustedes, si no es en forma escrita, aunque sea oralmente. No ha habido en ninguna parte el pedido de un cheque en blanco. Simplemente compartimos, insisto, en este intercambio que es muy saludable para todos, el avance que venimos haciendo que, reitero, es algo anhelado por todos.

También debo advertir que en su momento –y me consta porque son compañeros míos– las negociaciones que se llevaron adelante con la Unión Europea, con el EFTA y con varios actores internacionales no eran moneda de intercambio ni mucho menos de exhibición pública sino todo lo contrario. ¿Cuál es el estado de las negociaciones con la Unión Europea? ¿Cuáles son los beneficios y las sensibilidades? Ninguno de nosotros lo conocemos en detalle. Me animo a decir que probablemente no sean todo lo halagüeñas que muchos se imaginan porque en toda negociación uno deja cosas por el camino y logra otras.

Con respecto a la inquietud del señor senador Bergara en cuanto a conocer en detalle, reitero que vamos a hacer lo posible por darle la mayor información, pero en esta reflexión que nos debemos de zona de libre comercio y demás, insistimos en que precisamente lo que nos debemos en la reflexión –y esa es la posición de Uruguay–, es lograr concretar la zona de libre comercio del Mercosur, que es el estadio cercano que tenemos hoy en día por delante.

En cuanto a la negociación en sí misma, la posición de Uruguay es clara. Nuestro primer y gran deseo es ir acompañados en cualquier negociación –eso va de


suyo–, porque nos asiste el derecho de avanzar en forma individual, y esa es la palabra clave. Digo esto –incluso esto ha ocurrido con alguna negociación de la que di cuenta que estábamos avanzando– porque, en realidad, quienes estamos en las mesas de negociaciones hemos advertido permanentemente palos en la rueda de nuestros vecinos, en un caso Brasil, en otro Paraguay y en otro caso Argentina. La verdad es que no se avanza y nosotros tenemos la necesidad de hacerlo. Como he dicho en alguna ocasión, lo único que no podemos permitirnos es la inmovilidad. Entonces, vamos a alentar y a augurar que se sumen los demás, pero preservando el derecho a avanzar, a concretar y a ejecutar las negociaciones a las que lleguemos.

(Se suspende momentáneamente la toma de la versión taquigráfica).

 

–Con respecto a las negociaciones, reitero algo que acabo de manifestar, no esperamos una reacción negativa de nuestros socios. De hecho, insisto, vuelvo a lo que mencionaba hace unos instantes: la primera reacción negativa de hace un año y medio o dos se ha transformado hoy en la posibilidad cierta, anhelada por todos, de reflexionar juntos y ver cómo podemos avanzar. En definitiva, eso es lo que queremos. Reitero una vez más que de ninguna manera nos sentimos inhibidos ni impedidos de hacerlo. Nos asiste el derecho. Es posible que cambie la conducción del Gobierno de Brasil –eso lo dirán las urnas–, pero también es posible o probable que cambie la conducción del Gobierno en Argentina.

En cuanto a la reflexión del señor senador Bergara sobre la coyuntura actual, creo que de alguna forma se viene reconfigurando el tablero internacional, por lo menos es lo que a todas luces estamos advirtiendo. De alguna forma se viene realineando lo que era la vieja bipolaridad. De alguna forma, empieza a constatarse ese elemento, lo que en definitiva nos lleva a insistir en la política que venimos desarrollando, que no es otra que algo que han compartido todos los Gobiernos en el Uruguay: el


multilateralismo. Nosotros tenemos necesidad de apostar al multilateralismo y no casarnos –dicho en el buen sentido– con un bloque ni con otro, sino simplemente mantener la independencia. Reitero los principios rectores que hacen al Uruguay, que son la solución pacífica de las controversias y la solidaridad internacional. Manteniendo la mejor relación posible con los Estados Unidos, con la Unión Europea, con China y con Rusia si fuera el caso –más allá de la condena que nos merece la barbarie que hicieron con la invasión a Ucrania–, la aspiración de Uruguay, repito, el principio rector que nos mueve es, precisamente, promover la paz y para ello no necesitamos alinearnos. En cuanto a los avances, hemos procurado en todo momento mantener un justo equilibrio, tanto en lo nacional –en atender las inquietudes de las distintas fuerzas políticas– como en lo regional, teniendo en cuenta sensibilidades de nuestros socios; en definitiva, como dije hace unos instantes, siendo contestes con la situación que estamos viviendo en lo internacional y atendiendo a esa problemática que, sin ninguna duda, no llegó para mejor sino para peor. Consideramos que debemos seguir apostando por el

multilateralismo, que ha dado grandes beneficios al Uruguay.

 

SEÑOR LOZANO.- Quiero manifestar mi agradecimiento al señor ministro Francisco Bustillo y a toda la delegación que lo acompaña. Hoy hicieron una muy completa exposición de tópicos muy diferentes, como el acuerdo marco de defensa con China, la declaración conjunta de acuerdos con Brasil, los acuerdos de relacionamiento externo, los tratados de libre comercio del Mercosur, el de China y los acuerdos de frontera. También deseo agradecer la sinceridad con que respondió el señor ministro a las preguntas que se le formularon.

En nombre de mi partido –que, como saben, es nuevo–, Cabildo Abierto, debo decir que durante todos estos años nos mantuvimos informados, aunque no teníamos la oportunidad de estar acá, como señaló el señor senador Penadés.


Creo que debimos haber aprendido que en materia de política exterior los que juegan son los intereses, los objetivos nacionales y la agenda estratégica que se sigue para la consecución de nuestros fines y no el voluntarismo o tratar de relacionarnos con los países que tienen ideologías parecidas a la nuestra. Esto es otra cosa, no es lo mismo y entonces no coincido con algunas manifestaciones que se hicieron en sala. Lo correcto es que nuestras relaciones en política exterior persigan nuestros intereses y no una ideología.

Muchas gracias por la completa y, sobre todo, muy profesional exposición.

 

SEÑOR CAGGIANI.- Quiero dejar una constancia.

 

En primer lugar, saludo al ministro y a la delegación del ministerio por su amabilidad y por la información brindada. Sin duda hay puntos de encuentro y de entendimiento en aspectos muy importantes para todo el Uruguay en general, sobre todo para la producción y el trabajo nacionales. También nos llevamos puntos de preocupación acerca de algunas exposiciones del ministro, más que nada por la falta de información en algunas áreas. Comparto que parte de la tarea que debe realizar la Cancillería tiene un manto de sobriedad y, también, de no publicidad, pero siempre existen ámbitos para poder intercambiar información. De hecho, hemos tenido muchos intercambios sin versión taquigráfica a fin de recibir información de primera mano. Creo que la puerta queda abierta en ese sentido para poder recibir la mayor información posible. El señor senador Bergara planteaba la posibilidad de tener un estudio corto sobre todos los escenarios. En realidad, se han hecho una serie de consideraciones y precisiones acerca del avance que parece emprender el Uruguay y queremos conocer un poco los impactos que este trabajo podría tener sobre todo en el ámbito de la producción nacional y en la inserción internacional que para el Uruguay todo es muy importante. Siempre es importante contar con mayor información porque estos temas terminan acá.


Se aprueban en el Parlamento nacional, se ratifican o no, y siempre tener esos datos es importante.

Creo que también es importante manifestar al ministro que el Frente Amplio planteó en su momento –y lo sigue haciendo, por cuanto es importante que lo pueda recoger– la posibilidad de tener un ámbito multipartidario de equipos técnicos que puedan seguir, en el cuarto de al lado, en el cuarto contiguo o en la misma mesa, para poder avanzar en materia de información y sobre todo en el trabajo conjunto, principalmente para ayudar en las contingencias nacionales, regionales e internacionales, y que esto llegue a buen puerto, es decir que en este mundo tan incierto, de mucha incertidumbre en materia no solo multilateral y política sino también comercial, podamos seguir abriendo puertas sin que se nos cierre ninguna. Creo que esa es la preocupación de todos. Sin duda es menester planteársela aquí.

SEÑOR PRESIDENTE.- Desde la presidencia saludamos la presencia del señor ministro y de su equipo, y les agradecemos la amplia información que han dejado a la Comisión de Asuntos Internacionales. Creo que todos los asuntos han sido respondidos de buena forma, bien detallada, así que reiteramos el agradecimiento.

(Se retiran de sala el señor ministro de Relaciones Exteriores y sus asesores).

 

–La comisión sigue sesionando porque tiene algunos asuntos para tratar.

 

SEÑOR PENADÉS.- Ha ingresado a la comisión la reiteración de las solicitudes de venias para la designación de embajadores en la República de Armenia y en la República de Turquía.

Como creo que había sido una condición respetada por el Frente Amplio de que se pudieran votar dos en forma conjunta, como han llegado dos, propongo entonces que se voten. Los dos embajadores han presentado el informe a la comisión. El embajador postulado para Armenia se encuentra allí y creo que ha hecho su informe por escrito.


Creo que estamos en condiciones de votarlas en la noche de hoy para de esta manera acelerar los trámites que el Gobierno ha solicitado para su designación.

SEÑOR PRESIDENTE.- Se trata de temas que estaban en los asuntos entrados. La venia para la designación del embajador ante el Gobierno de Turquía ya tiene miembro informante designado y, si no me equivoco, es el senador Lozano.

Se va a votar.

 

(Se vota).

 

–6 en 6. Afirmativa. UNANIMIDAD.

 

Ahora corresponde votar la venia para la designación del embajador ante el Gobierno de la República de Armenia.

Se va a votar.

 

(Se vota).

 

–6 en 6. Afirmativa. UNANIMIDAD.

 

Se propone como miembro informante al señor senador Caggiani. Se va a votar.

(Se vota).

 

–5 en 6. Afirmativa.

 

Dese cuenta de los asuntos entrados, porque muchos de ellos van a ser tratados en la noche de hoy.

(Se da de los siguientes).

 

«Carpeta n.° 714/2022. Acuerdo de servicios aéreos entre el Gobierno de la República Oriental del Uruguay y el Gobierno de Catar – Aprobación. Proyecto de ley aprobado por la Cámara de Representantes. (Distribuido n.° 1043/2022).


Carpeta n.° 716/2022. Acuerdo sobre Localidades Fronterizas Vinculadas – Aprobación. Proyecto de ley aprobado por la Cámara de Representantes. (Distribuido n.° 1042/2022).

Carpeta n.° 728/2022. Acuerdo entre el Gobierno de la República Oriental del Uruguay y el Gobierno de la República de Turquía sobre promoción y protección recíproca de inversiones – Aprobación. Proyecto de ley aprobado por la Cámara de Representantes. (Distribuido n.° 1059/2022).

Carpeta n.° 749/2022. Convención mundial sobre el reconocimiento de las calificaciones relativas a la educación superior – Aprobación. Mensaje y proyecto de ley del Poder Ejecutivo. (Distribuido n.° 1096/2022).

De acuerdo a lo establecido en el artículo 2.° del Reglamento de los Grupos de Amistad Interparlamentaria, el señor senador Amín Niffouri solicita se proceda a la creación del Grupo de Amistad Interparlamentaria con el Reino de Arabia Saudita».

SEÑOR DA SILVA.- Dado que concurrieron las autoridades de los ministerios de Defensa Nacional y de Relaciones Exteriores proponemos que se considere el Acuerdo de Cooperación y Defensa con la República Popular China, para que sea aprobado en la próxima sesión del Cuerpo.

SEÑOR PRESIDENTE.- En consideración.

 

Si no se hace uso de la palabra, se va a votar.

 

(Se vota).

 

–6 en 6. Afirmativa. UNANIMIDAD.

 

Se propone como miembro informante al señor senador Da Silva. Se va a votar.

(Se vota).

 

–5 en 6. Afirmativa.


SEÑOR PENADÉS.- En los asuntos entrados figura también el Acuerdo de servicios aéreos entre el Gobierno de la República Oriental del Uruguay y el Gobierno de Catar. Se trata de un acuerdo de los tradicionales pero, en realidad, Uruguay viene bastante atrasado en su firma. Como consecuencia, hay todavía alguna posibilidad de que firmado este acuerdo pueda ser interesante para alguna empresa aérea catarí estudiar la viabilidad de iniciar un acercamiento con nuestro país.

Abusando de la generosidad de los miembros de la comisión propongo que lo votemos para incluirlo en el orden del día de la próxima sesión; de lo contrario, comprometámonos a hacerlo antes de que finalice el mes de agosto.

SEÑOR CAGGIANI.- De nuestra parte no hay problema en aprobarlo, a los efectos de permitir que pueda existir algún tipo de inversión en ese sentido.

A su vez, tenemos un acuerdo logrado con el señor senador Penadés, después de mucho trabajo, para votar una declaración en el marco de los cuarenta años del tema Malvinas, para llamarlo de una manera genérica. Sobre esto se llegó a un texto de acuerdo –del que todos estamos informados–, por lo que sería bueno aprobarlo en el transcurso de este mes.

SEÑOR LOZANO.- La verdad es que no hemos tenido acceso a la declaración final, por lo que pedimos considerarla la semana que viene.

SEÑOR PENADÉS.- No hay inconveniente.

 

SEÑOR PRESIDENTE.- Hay un distribuido que se envió por correo electrónico, pero, como señaló el señor senador Penadés, no hay inconveniente; lo dejamos para la próxima sesión.

SEÑOR PENADÉS.- No tengo inconveniente, el texto ya fue acordado y creo que se distribuyó por correo electrónico.


SEÑOR CAGGIANI.- La idea era que se aprobara y fuera incluido en el orden del día del miércoles próximo.

SEÑOR PRESIDENTE.- Ahora corresponde considerar el Acuerdo de servicios aéreos entre el Gobierno de la República Oriental del Uruguay y el Gobierno de Catar

Se va a votar.

 

(Se vota).

 

–6 en 6. Afirmativa. UNANIMIDAD.

 

Se propone como miembro informante al senador Da Silva. Se va a votar.

(Se vota).

 

–5 en 6. Afirmativa.

 

Ahora, corresponde considerar Acuerdo sobre Localidades Fronterizas Vinculadas que informaría el señor senador Caggiani.

Se va a votar.

 

(Se vota).

 

–6 en 6. Afirmativa. UNANIMIDAD.

 

A continuación corresponde considerar la Convención mundial sobre el reconocimiento de las calificaciones relativas a la educación superior, que informaría el señor senador Mahía.

Se va a votar.

 

(Se vota).

 

–6 en 6. Afirmativa. UNANIMIDAD.

 

En consideración el Acuerdo entre el Gobierno de la República Oriental del Uruguay y el Gobierno de la República de Turquía sobre promoción y protección recíproca de inversiones.


Se va a votar.

 

(Se vota).

 

–6 en 6. Afirmativa. UNANIMIDAD.

 

El         senador        Niffouri          propone         la      creación        del       Grupo        de      Amistad Interparlamentaria con el Reino de Arabia Saudita.

Se va a votar.

 

(Se vota).

 

–6 en 6. Afirmativa. UNANIMIDAD. Se levanta la sesión.

(Son las 21:04).

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Montevideo, Uruguay. Poder Legislativo.