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COMISIÓN DE EDUCACIÓN Y CULTURA

(Sesión celebrada el día 16 de agosto de 2021).

 

SEÑORA SECRETARIA.- Está abierto el acto.

(Son las 12:10).

                –Hasta tanto no llegue la señora senadora Nane, corresponde designar presidente ad hoc.

SEÑOR PENADÉS.- Propongo a la señora senadora Bianchi.

SEÑORA SECRETARIA.- Se va a votar.

(Se vota).

                –3 en 4. Afirmativa.

(Ocupa la presidencia la señora Graciela Bianchi).

SEÑORA PRESIDENTE.- Habiendo número, está abierta la sesión.

(Son las 12:11).

                –Gracias señora secretaria y señores colegas.

                Dese cuenta de un asunto entrado.

(Se da del siguiente).

                «Nota de la Cámara de Escuelas de Educación Artística por la que solicita audiencia con motivo de la situación económica por la que está atravesando el sector, así como visibilizar la labor de las instituciones de educación artística del país».

                Corresponde recibir a los representantes de la ONG Otras Manos para abordar el tema de la presentación del anteproyecto de ley sobre educación emocional.

(Ingresan a sala los representantes de la ONG Otras Manos).

–Buenos días, gracias por haber venido.

En el día de hoy nos acompañan la señora Analía Olivera, directora institucional; la magíster Carmen Albana Sanz, promotora del anteproyecto de ley sobre educación emocional, y el señor Enrique Morrone, docente colaborador.

La forma de trabajo que tiene la comisión es escucharlos a ustedes y luego los señores senadores formulan las preguntas que estiman pertinentes. Las discusiones o comentarios entre nosotros los hacemos en el ámbito de la comisión, sin la presencia de los invitados.

Sin más, les cedemos el uso de la palabra.

SEÑORA OLIVERA.- Buenos días. Mi nombre es Analía Olivera. Soy la directora institucional de la ONG Otras Manos.

Ante todo quiero agradecer la gentileza y la deferencia de habernos recibido hoy.

En esta oportunidad, queremos decirles que, como institución, desde hace trece años venimos trabajando con el Ministerio de Desarrollo Social, atendiendo población en situación de calle –diría que hemos atendido a más del 10 % de la población en situación de calle en los últimos años–, y con el INAU en lo que hace al Plan CAIF y a los centros juveniles, atendiendo a más de quinientas familias. Podríamos decir que, como organización, nos encontramos en el alfa con los niños y en el omega con el resultado de algunas vidas.

Definitivamente, como se podrán imaginar, desde este lugar hemos visto todo tipo de cosas en estos últimos años y nos animamos a decir que, si muchos de los que hoy son participantes o usuarios de estos planes hubieran tenido en su niñez la oportunidad de acceder a esta propuesta, a este movimiento, a este río que se abre con la educación emocional, no sé si les habría cambiado la vida, pero, sin duda, muchos de ellos no estarían hoy ahí. No sabemos decirlo con exactitud, pero sí nos animamos a expresar que las personas que participan hoy, en definitiva, no están felices. A través de los años, nuestra organización ha tenido la experiencia de observar los procesos que van desde los niños hasta este lugar. Creemos que esta acción educativa, que es la educación emocional, da al individuo la posibilidad de desarrollar habilidades emocionales, porque puede tener muchos talentos, pero, si no tiene el desarrollo y la habilidad emocional, no va a poder expresarlos. Pensamos que esto puede hacer la diferencia en la generación presente y en las que vendrán y, sin duda, nos permitirá dar un paso como sociedad para nivelar un poco el escenario y no trabajar tanto en las consecuencias y las contingencias, sino en ser constructores de causa, atendiendo a los niños desde el inicio de la educación. ¡Ojalá que para las próximas generaciones esos números puedan cambiar!

                Muchas gracias por recibirnos.

                Esta es la arista del tema desde lo social y desde la experiencia y el motivo por el que nos animamos a hacer el planteo como organización. Creemos que este es realmente un río salutífero y de oportunidad para nosotros como sociedad.

SEÑORA PRESIDENTE.- Antes de que el siguiente invitado haga uso de la palabra, les pido disculpas a mis compañeros por una falta de consideración de mi parte, pues omití su presentación. Estamos presentes en sala los señores senadores Gustavo Penadés y Guido Manini Ríos, las señoras senadoras Liliam Kechichian, Lucía Topolansky y quien habla, la señora senadora Graciela Bianchi, y, vía Zoom, la señora senadora Carmen Sanguinetti.

SEÑOR MORRONE.- Buenos días. Soy Enrique Morrone, docente y director de una institución privada de Montevideo desde hace unos cuantos años; llevo más de treinta años dedicado a la docencia de aula y, para respaldar esta iniciativa de anteproyecto de ley que estamos presentando, vengo a aportarles mi experiencia de trabajo tanto en el aula como con colegas docentes, en los ámbitos formal e informal.

                En los últimos veinticinco años he tenido la oportunidad de poner en práctica muchas iniciativas que toman como pilar central el aprendizaje socioemocional y la evidencia hoy muestra a más de tres mil jóvenes que pasaron por esas experiencias. Entendemos que se trata de un momento muy particular que estamos viviendo como sociedad, no solo en el Uruguay, sino en el mundo entero. El potenciamiento exponencial que ha tenido el acceso al conocimiento gracias a la tecnología, que hoy permite que la información esté al alcance absolutamente de todos, ha hecho cambiar lógicamente el paradigma educativo y el docente ya no es la fuente exclusiva de conocimiento, como pudo haberlo sido para nuestra generación. Necesitamos incentivar el acceso a ese conocimiento en forma autónoma y responsable y eso se logra cuando todo ser humano se siente seguro de sí mismo y genera autoconfianza. Si su gestión emocional no le permite saber qué es lo que le está sucediendo, cómo puede lidiar con la frustración, el aburrimiento, la desidia o el enojo, muy posiblemente esa persona no tenga posibilidades de desarrollar sus capacidades cognitivas porque tampoco se puede vincular consigo mismo ni con sus pares.

La evidencia con la que hoy cuento y aporto al equipo de trabajo demuestra que esos aprendizajes se han hecho posibles gracias, justamente, a que hemos habilitado a muchos jóvenes a desarrollar estas habilidades que se aprenden y no formaban parte de nuestro currículo. Nuestro foco a nivel educativo ha estado en los contenidos enciclopédicos durante décadas como forma de acceder al conocimiento, pero hoy ese conocimiento está accesible a través de cualquier dispositivo digital. Lo que necesitamos es motivar a esos chicos, a esos niños, y también ayudar a los padres en este proceso bisagra que la generación de padres necesita acompañar para entender estas nuevas formas de acceso al conocimiento.

Entonces, entendemos que es clave y vital, por el presente y el futuro de niños y jóvenes, que los docentes tengan esto en cuenta. La formación docente es clave en este sentido para habilitarlos a que hagan uso de otras estrategias que no son las que tuvimos nosotros en nuestra experiencia como estudiantes y que requiere el siglo XXI. Evidencia de eso es que hoy nos encontramos con excelentes técnicos en el ámbito laboral –creo que a todos se nos vienen a la cabeza algunos ejemplos–, excelentes técnicos en programación, algunos incluso con posgrados, pero que no tienen la capacidad de comunicarse con un compañero de trabajo. Estamos encontrando también a responsables de recursos humanos en empresas y en ámbitos laborales que tienen que recurrir a un coach externo para que capacite a sus equipos en las mal llamadas «habilidades blandas», que entendemos son habilidades esenciales. Para que eso no nos pase en el ámbito laboral, necesitamos empezar en la escuela, en la educación inicial y, antes de eso, debemos empezar con la formación docente.

Por lo dicho, creemos que es muy importante la introducción de estas modificaciones a la Ley n.º 18437, porque van a enriquecer y a potenciar estos temas a los que me estoy refiriendo y permitirán lograr la transformación que necesitamos a nivel educativo en un momento de cambio de paradigma educativo.

SEÑORA SANZ.- Buenos días para todos. Mi nombre es Carmen Albana Sanz. Vengo de Barcelona, pero soy uruguaya. Nací y crecí en el barrio Borro y pasé gran parte de mi vida allí, hasta los veintidós años. Crecí en condiciones de extrema pobreza y no vengo aquí a hacer una apología de la pobreza, pero sí a decir lo importante que es esto como profesora, como madre y como uruguaya.

                Desde el 2017 estamos trabajando –yo desde Barcelona– de forma totalmente altruista con más de cuarenta y cinco escuelas uruguayas, con centros de educación no formal y con CAIF. Primero comenzó por ser una experiencia muy intuitiva. Yo estaba terminando un máster en la Universidad Católica gracias a una beca –lo hice desde España–, que tenía como objetivo estudiar qué pasaba en Barcelona con algunos colegios que estaban aplicando la educación emocional. Realicé la investigación en dos colegios, entre ellos, el colegio en el que yo estaba trabajando, y nos dimos cuenta, a través de esa investigación, de que las condiciones iniciales de los chicos cambiaban desde el momento en que se aplicaba la educación emocional. En ese momento estaba Tabaré Vázquez en la presidencia –permítanme contar esto, que es muy anecdótico– y ocurrió que en el barrio Borro, entre Aparicio Saravia y San Martín, mataron a un taxista. Quien lo mató había sido alumno mío y pensé: «¡Qué terrible! Se ha perdido una vida y una familia pierde a un ser querido». Es así que, de forma totalmente impulsiva, por la necesidad de hacer algo, le escribí al presidente, sin pensar que me fuera a responder. Me contestó diciéndome que era muy interesante y me dio las gracias. Esto me dio el puntapié inicial para comunicarme con algunas autoridades de Educación Primaria y de Educación Secundaria. Intenté hacerlo, pero no tuve éxito; no sé cuáles fueron los motivos por los cuales no me pude comunicar; quizá no era el momento. Desde mi investigación, me di cuenta de la importancia que tiene esto para los jóvenes.

Posteriormente, me llamaron de la Universidad de Montevideo para ser profesora de un posgrado. Pregunté cuál era la asignatura y me dijeron que era Educación Emocional. En aquel momento, en la Universidad de Montevideo, que actualmente funciona, había treinta directores escogidos por la Fundación ReachingU para capacitar a treinta directores de todo el Uruguay; entre ellos estaba Enrique Morrone. Comencé a enseñarles, a formar a estos profesores con respecto a la importancia que tiene la educación emocional, pero no a formarlos solamente desde lo pedagógico, sino desde el punto de vista de la investigación educativa, esto es, qué ocurre en el mundo y qué ocurre en las escuelas cuando se aplican estos programas. Podemos llamarlo por el nombre que queramos: educación emocional, habilidades socioemocionales, inteligencia emocional, siempre utilizando el paradigma de educar lo que está dentro. La educación es sacar para afuera, pero la emoción implica mover lo que está dentro hacia afuera. Y es así que comenzamos con los directores y ellos se entusiasmaron. En 2017 comencé con dos escuelas. Ya dije anteriormente que era de forma totalmente intuitiva porque no sabía cómo hacerlo. Sin embargo, creé un equipo y hoy somos diez profesionales entre psicopedagogos, terapeutas emocionales, psicólogas y psicomotricistas. Hay uruguayos en este equipo. Estamos todos en Barcelona. Hasta la fecha, desde Barcelona, hemos dado formación a profesores, maestros y educadores de más de cuarenta y cinco centros educativos del Uruguay. Esto me llevó, con todos los datos que tenía, a realizar otra investigación en la que estoy embarcada en este momento, que es un doctorado en Blanquerna, en la Universidad Ramón Llull. Ellos quedaron muy sorprendidos con los datos que tenemos y por las evidencias que existen.

Cuando se aplica una innovación pedagógica como la educación emocional –lo explicaré resumidamente–, se necesita saber cómo están los alumnos al inicio, en marzo, y cómo acaban en diciembre. Hemos creado un instrumento de evaluación para medir estas competencias emocionales. Luego aplicamos, de forma totalmente gratuita, actividades de educación emocional y medimos los resultados en diciembre.

En agosto de 2019 hicimos una publicación a raíz de las visitas que realizamos a las escuelas del Borro, de Colón, de Lezica, de Rivera y de Paysandú. Recogimos los datos y la evidencia, sistematizamos los datos y notamos que la realidad había cambiado. ¿Cómo llegan esos maestros a mí? Porque uno le va contando al otro. Son las bases, los propios maestros los que se van dando cuenta de que esto es importante y de que los niños van cambiando.

¿Qué es la educación emocional y qué venimos a proponer con esto? Muchos de los maestros, que son las bases, están de acuerdo con que esto es importante. Hay una apertura muy buena por parte de este Gobierno. Yo leí que en abril de este año enviaron a las escuelas guías psicosociales y emocionales. Yo leí esas guías –puedo decir que están muy bien– y, desde mi posición de investigadora, digo que falta formación. Si no damos formación a los maestros, ellos no saben cómo hacer esto y cómo llevarlo a la práctica.

La educación emocional o la educación en las habilidades socioemocionales es una acción continua, sistemática y no se trata de decir: «Bueno, voy a innovar con un proyectito». No. ¿Por qué? Porque esto tiene que llegar a todos los niños del Uruguay. Hay muchos niños que están perdiendo la vida por una falta de sentido.

Yo tengo una hermana y ambas comimos de la basura y pasamos por lo mismo, pero hoy por hoy ella tiene una vida en la que está esperando a morirse. Y no tiene sentido que sea así, aunque esté sumida en dónde está: en el barrio Borro, sin trabajo y con una cierta realidad, porque sabemos que la pobreza es multifactorial. De todos modos, hay algo que está dentro de cada uno de nosotros que nos impulsa a tirar hacia adelante. Si en algún momento de nuestra vida algún profesor nos hubiese dicho que éramos importantes, quizás la realidad de muchos de nosotros no sería así. Yo crecí prácticamente sola y en una época muy dura. No sé si recuerdan, pero en Aparicio Saravia, entre Burgues y San Martín, había unas canteras –no sé cómo se le llaman ahora– que eran unos grandes basureros al costado del Cementerio del Norte; ahí comía. Hoy tengo cincuenta y un años. Me hice una experta en la basura y aprendí muchísimo. Ayer pasamos por un cuartel y comenté que íbamos allí y nos daban comida. Esa fue nuestra vida.

No vengo aquí a hacer una apología de la pobreza, Vengo aquí a decirles que los niños pobres viven situaciones muchas veces inevitables por la pobreza en la que viven, pero hay otra cosa peor: el sentir que no vales nada; esto es peor. Por lo tanto, muchas veces las familias tienen que cumplir una función para la que en este momento no están preparadas y es la escuela la que debe potenciar a estos alumnos en lo que tiene que ver con el aspecto socioemocional.

Cuando yo estaba en segundo año de escuela –era la época de la dictadura militar– me pusieron enfrente de una fila y dijeron: «Carmen es muy buena tocándome la cabeza, pero la cabeza no le da». Con estas palabras que a veces utilizamos los docentes –o cuando se nombra muchas veces a un niño y se le hace sentir que tiene un estigma negativo–, olvidamos que al final nosotros aprendemos de lo que vivimos, de lo que se nos da. Si en el barrio en el que estás ya eres fatal, vas a la escuela y encima tienes una maestra que te dice que no vales, terminas creyendo que no vales. Yo hubiese terminado creyendo que no valía. Y yo pensaba: «Pero si voy a la basura y sé lo que vale el kilo de plástico y las botellas de vidrio». No sé si se acuerdan –muchos son jóvenes–, pero antes el aceite venía en botellas de cristal. También sabía a lo que se vendía el aceite en botella de cristal de la marca Manzanares y lo que valía el hierro; entonces, me decía: «Pero yo no soy tonta». ¿Qué me faltaba? Aprender a leer y alguien que estuviera conmigo, pero no había.

                La educación emocional implica demostrar al niño que tiene una serie de habilidades y cuando hablo de habilidades –a veces los términos académicos no están bien– me refiero a competencias emocionales. Una competencia –la palabra está muy de moda, pero es necesario entenderla dentro del contexto pedagógico– es como una performance, es la capacidad que tiene un niño de afrontar adecuadamente el mundo emocional. ¿Qué pasa cuando vas a buscar un trabajo y no te sabes enfrentar a la situación, como decía Enrique Morrone? Hay que enseñar habilidades socioemocionales. ¿Por qué las queremos incluir –esto es un anteproyecto– dentro de la Ley General de Educación sin necesidad de modificarla más que en determinados aspectos orientativos de la educación? Porque las modificaciones prácticamente son ínfimas y esto lo pueden verificar si leen el anteproyecto. Tampoco implican un gran costo económico para el país porque se trata de crear una comisión que puede ser integrada por las autoridades educativas –perdón que no sé bien los términos, sé que han cambiado–, por ejemplo, lo que antes era el Codicén…

SEÑORA PRESIDENTE.- Sigue siendo el Codicén.

SEÑORA SANZ.- Ah, bueno. Entonces, como decía, se trata de crear una comisión educativa que potencie el desarrollo de habilidades socioemocionales, que eduque a los profesores que están ahora en servicio y también a los futuros formadores. ¿Cómo? Ya es competencia de ellos.

                Esta es la idea de la educación emocional. Aquí tienen lo que es la educación y por qué hablamos de educación, que es un término bastante pedagógico. Todos podemos ser educados en las emociones. Si queremos llamarles habilidades socioemocionales, podemos hacerlo, pero es una práctica educativa preventiva de determinados comportamientos de riesgo social como lo son la violencia, el bullying, el ciberbullying, el coqueteo con las sustancias nocivas, la droga, el suicidio, las depresiones. ¡Cuántas veces, en el fondo de todo esto hay una mala gestión emocional! 

Un niño emocionalmente estable está preparado para aprender. Así como un niño con hambre no aprende, un niño preocupado no aprende, un niño triste no aprende, si nosotros no estamos –igual que todos ustedes– emocionalmente estables, no hacemos frente a la vida, no encontramos sentido a las cosas. Como ya dije, la educación de las habilidades socioemocionales genera competencias y construcción de competencias socioemocionales; no es la panacea, pero algo soluciona.

Desde hace unos días la comunidad de Canarias ha sido la primera en toda España que –como resultado de una última investigación que se hizo– aplicó como ley una asignatura llamada Educación Socioemocional, quitando horas –fíjese bien lo que  digo– a Matemáticas y Lenguas, y no tocando Música, Huerto ni Arte porque son asignaturas que potencian a los niños; a través del arte y también del huerto se pueden aprender los contenidos programáticos. Si te haces una huertita, por ejemplo, bueno, ahí se puede aplicar perímetro, largo.  

La educación emocional, aparte de preventiva es transversal, atraviesa el currículo académico del alumno.

                El marco curricular de referencia nacional en nuestro país ya tiene una apertura a las habilidades, porque uno de sus bienestares es el emocional; de hecho, cuenta con esta herramienta desde que surgió el propio marco. Sin embargo, hasta ahora no se han aplicado. ¿Qué hay en Uruguay? Lo estoy investigando. Hay pequeños indicios de que alguien está haciendo algo: la sociedad civil Emocionarte, el programa Educación Responsable, la fundación Fundación ReachingU. ¿Hacia dónde vamos? No vamos hacia la igualdad de la educación, porque unos lo reciben y otros no. ¿Quién recibe la educación emocional? Los que pueden pagar Emocionarte, otros no. Tenemos que luchar para que nuestro país tenga la igualdad y equidad que le corresponde. Hay niños que se están perdiendo y el niño que se pierde en el barrio Borro, en el 40 Semanas o en donde sea, es una vida que pierdes tú y todos los uruguayos. Hoy por hoy, después de una pandemia, siete de cada diez niños de contexto crítico no comprenden el mensaje de un texto; tres de cada diez niños no lo comprenden en un contexto favorable. ¿Por qué? ¿Qué ha pasado? Estaban conectados y todos habían conservado los iPods  y las Ceibalitas. Tenemos que educar para la prevención. Les cuento que cuando yo iba a la casa de mi sobrina, quedaba azorada: ¡cómo vas a tener un iPod de esa manera, si es un instrumento! Mi sobrina me decía que no lo sabía usar y yo le dije «Por favor, guárdalo». ¿Qué pasa? Tenemos que educar. El Plan Ceibal está sumamente bien, pero mucho de los niños no tenían el operativo disponible. 

Estoy dando clases a casi noventa directores de escuelas de todo el país. Cuando nos reunimos, el problema de la pandemia fue básico: no había posibilidad de conectarnos con estos niños porque no tenían  el dispositivo. ¿Qué pasó? ¿El plan estaba mal? No, lo que faltó fue una prevención de esto. Hemos de educar para la prevención.

Pido disculpas por el tiempo porque nunca antes había estado en una órbita como esta y cuando entré aquí –déjenme decir esto y ya termino–, pensé: ¡mira yo, comiendo de las basuras y aquí! ¡Vaya si serán el mundo y la vida tan maravillosos que la educación te da oportunidades! ¡Es necesario apostar y no perder la esperanza, porque si la perdemos, estamos fritos!

En Cuenca Casavalle viven 44.000 personas en un contexto de pobreza o de pobreza crónica. ¿A qué me refiero cuando digo «pobreza crónica»? A que sus familias eran pobres, sus hijos son pobres y los hijos de sus hijos serán pobres. ¿Qué atraviesa por todo esto? ¡La educación!

SEÑORA PRESIDENTE.- Muchas gracias.

(Ocupa la presidencia la señora Silvia Nane).

SEÑORA PRESIDENTA.- Doy la bienvenida a nuestros invitados y pido disculpas por haber llegado unos minutos tarde. Saludo también a los demás integrantes de la comisión.

                Se abre la ronda de intervenciones de los señores senadores.

SEÑORA SANGUINETTI.- Saludo a la delegación y agradezco su visita; es un gusto escucharlos.

Me surge una duda y aclaro que soy una convencida de la importancia del aspecto socioemocional en el aula; inclusive, en su momento hice la formación en Disciplina Positiva en el Aula, trabajé en ReachingU y conozco muy de cerca muchos de los aspectos que se mencionaron. Como decía, me surgió una duda puntual cuando la señora Albana Sanz mencionó lo que sucedió en Canarias, que se sacaron horas de algunas disciplinas y se generó la asignatura Educación Socioemocional. Siempre he partido del entendido de que lo socioemocional, una vez que el docente está formado en estas competencias, permea todas las asignaturas; nunca creí que tuviera que haber una asignatura específica en donde se trabajara sobre esta temática. Por eso, la apreciación que se hizo me generó algunas dudas y me gustaría que se aclarara ese punto.

Muchas gracias.

SEÑORA KECHICHIAN.- Bienvenidos, es un gusto recibirlos. 

Siempre es muy reconfortante ver que hay uruguayos que están por el mundo y siguen mirando al Uruguay con esa pasión que la señora Albana Sanz nos está trasmitiendo. ¡Es muy reconfortante! Son uruguayos con la mirada en su país, a pesar de estar lejos. 

Creo haber escuchado que se mencionó una experiencia que se hizo cuarenta y cinco escuelas de Uruguay y me gustaría saber un poco más; por ejemplo, si se trata de la órbita pública, de la privada o si es una experiencia combinada y si hay una síntesis de dicha experiencia. No hay duda de que muchas veces los cambios en la educación requieren  experiencia, es decir, que podamos mostrar cosas concretas que obliguen a que haya cambios. Por lo tanto, quisiera saber si podemos contar con una síntesis que pueda aportar ejemplos concretos a nuestra discusión sobre el anteproyecto de ley que están presentando.

Nuevamente les agradezco.

SEÑORA SANZ.- Para responder a la senadora Sanguinetti, digo que hablé de una experiencia llevada a cabo por una comunidad concreta que utiliza dentro de su marco jurídico una asignatura. No estoy proponiendo a ustedes ni al Uruguay una asignatura; simplemente indico que es algo que ocurre en la comunidad de Canarias y sería un buen ejemplo a tener en cuenta.  En dicha comunidad había un índice de deserción escolar del 27 % –el mayor en toda España, aunque creo que no comenté este dato–, pero en tres años bajó al 20 %; si eso se logró considerando una asignatura es porque algo se está haciendo bien. 

Nunca podría decir qué se ha de hacer; solamente vengo a proponer que esto es una orientación y es necesario que lo piensen, que lo investiguen y tomen este anteproyecto que hicimos junto con el ministro del Tribunal de Apelaciones, Edgardo Ettlin. Trabajamos durante dos años, hoy es de ustedes y, para mí, es un orgullo que lo tengan aquí. 

¿Que puede tener errores? Puede ser. Por eso están ustedes en este ámbito, para poder hacer las enmiendas que consideréis adecuadas. 

Se preguntó también sobre las experiencias y, en ese sentido, debemos decir que nosotros las hicimos dentro de la órbita, es decir que tuvimos un paraguas académico que nos permitió trabajar. ¿Cómo hago yo, con un equipo que formo desde Barcelona, para trabajar aquí? Dado que trabajaba como profesora en la Universidad de Montevideo, el rector me dijo: «Veo que esto es interesante, que la gente se está moviendo y pidiendo porque llaman para hacer cursos. ¿Qué hacemos?». Y le dije: «Bien; pero yo no puedo hacer esto sola». Entonces, me dice: «¿Qué necesitarías para ayudar a esta gente?». Y en ese «qué necesitarías». Me ofreció una plataforma Moodle de conectividad. 

Actualmente hay un curso, pero la idea es que todos pudieran recibir este curso. En cuanto a la experiencia, los datos y la evidencia, en 2019 hicimos una jornada donde asistieron 650 personas, en el Colegio y Liceo Santo Domingo, sito en la avenida Gral. Rivera –¿puede ser?–, y además estuvo con nosotros la señora del actual presidente, durante las ocho horas que estuvimos nosotros ahí, observando cómo era todo esto. Ahí mostramos los datos de la publicación. Ese mismo año, en diciembre, que fue cuando me encontré con ustedes –me encontré a Elsa Capillera, que fue compañera mía de la parroquia; justo coincidimos–, vinimos a otra jornada donde hubo casi 730 personas en el Salón Azul de la Intendencia de Montevideo que nos prestaron.

¿Cómo se hace todo esto? ¿Cómo llegué a hacer todo esto? Por la voluntad del pueblo uruguayo. Yo estoy aquí por generosidad, porque alguien me pagó el pasaje, estoy durmiendo en la casa de las monjitas salesianas porque me lo ofrecieron. Estas son mis vacaciones, pero es para mi país. Las experiencias están, les puedo acercar la investigación. 

SEÑORA PRESIDENTA.- Muchas gracias. 

Escuché la presentación por la mitad porque llegué tarde. Estaba mirando ahora el anteproyecto. 

Creo que todas las experiencias que podamos poner a disposición de los gurises para que aprendan mejor y para que vivan mejor, tenemos la obligación y la responsabilidad de analizarlas con seriedad. 

Por supuesto que vamos a tomar este tema en la comisión. Venimos con un cronograma de trabajo y justamente estamos llegando al fin. Nos quedan por resolver un par de temas importantes, dar la discusión en la comisión. Pensando un poco en la planificación, creo que podemos tomar este tema luego de la discusión de la rendición de cuentas, quizás en octubre o noviembre. 

Estamos tratando de trabajar de forma ordenada para que no nos queden piolines desatados para la próxima integración de la comisión; la idea es tratar de dejar resueltas estas cosas. 

Así pues, vamos a poner este tema en la agenda y a tratarlo con toda la responsabilidad que entiendo amerita. Asumo que disponemos de sus datos para poder contactarlos en la medida en que vayamos tratándolo.  

Les agradezco muchísimo, creo que en nombre de todos los integrantes de la comisión. Particularmente agradezco a Carmen Albana Sanz por haber usado las vacaciones para poder traernos esto y hacerse de ese tiempo que lo entiendo muy personal, sobre todo cuando uno vive afuera que viene y tiene todos los compromisos familiares y, además, poder hacer esto. Muchas gracias. Creo que demuestra un gran compromiso. 

Nosotros estamos para trabajar para los gurises, por lo que cuenten con nosotros para dar un análisis pormenorizado al tema. 

SEÑORA KECHICHIAN.- Me impresionó mucho cuando dijiste: «Mira tú, yo hoy aquí, desde donde vine…», pero no debes tener ese concepto. Este lugar no es para elegidos, es la casa del pueblo uruguayo. Lo digo en serio porque a veces no logramos trasmitir esto y hay mucha gente que cree que traspasar las puertas del Palacio Legislativo es para algunos pocos elegidos. Cualquier persona del barrio en el que ahora estás trabajando si quiere venir a hablar con nosotros, tiene las puertas abiertas sin ninguna condición. Me parece que a veces no trasmitimos muy claramente qué rol tenemos que jugar en el vínculo con la sociedad. Quería expresarlo porque, como dije, me impresionó mucho cómo lo dijiste.

SEÑORA SANZ.- Tienes razón. Agradezco el tiempo y la escucha atenta.

Me estaba acordando que por 1888 nacía una niña llamada Helen Keller, quien al año y medio de edad, como consecuencia de la escarlatina quedó ciega y sorda. Sin embargo, gracias a una profesora pudo llegar a ser la primera mujer en reconocer los derechos de la mujer en los Estados Unidos y la primera congresista que obtiene la medalla de oro del Congreso de ese país. Un día, un periodista le preguntó: «¿Hay algo peor que no ver ni oír?», y ella respondió: «Sí, no tener una visión». No me cabe duda de que ustedes hacen todo lo posible y todo lo mejor, pero hay niños que se nos están muriendo; hay jóvenes que no tienen un sentido de vida y, por lo tanto, no tienen una visión y algo hay que hacer; tenemos que hacer algo.

De mi parte, muchísimas gracias.

SEÑORA PRESIDENTA.- Muchas gracias a ustedes.

(Se retiran de sala los representantes de la ONG Otras Manos).

(Ingresan a sala representantes de la UTEC).

La comisión da la bienvenida al doctor Rodolfo Silveira, consejero de la UTEC; al doctor Andrés Gil, consejero de la UTEC; al doctor Gabriel Delpiazzo, asesor legal, y a la señora Graciela do Mato, también consejera de la UTEC, qué le tocó participar vía Zoom, de forma remota, por una cuestión de aforo.

                La señora senadora Carmen Sanguinetti también nos acompaña en forma remota.

                Les vamos a dar la palabra recordándoles dos aspectos: por un lado, que se identifiquen antes de hablar para ayudar a las compañeras que realizan la versión taquigráfica y, por otro, que seamos respetuosos con el uso del tiempo ya que disponen de un lapso de entre treinta y cuarenta minutos.

Esta invitación surge a raíz de que en la sesión pasada de la comisión tuvimos la visita del sindicato de la UTEC, ocasión en la que nos trasmitieron algunos incidentes que habían tenido en materia de lo que ellos consideraban como libertad sindical y algunas desavenencias respecto a las evaluaciones. Entonces, nos pareció de orden escucharlos a ustedes para poder hacernos una figura de la situación y por eso les cursamos la invitación y, por supuesto, les agradecemos la presencia.

SEÑOR SILVEIRA.- Buenas tardes para todos. Vamos a tratar de ser breves y prácticos. En primer lugar, gracias por la invitación y por darnos la oportunidad de poder aclarar algunas cosas o, por lo menos, de conversar sobre algunos temas.

                Nos conocemos todos; con ustedes hemos intercambiado apreciaciones desde el 2013. Yo soy el más viejo del consejo y, repito, voy a ser muy breve.

                La UTEC comenzó con cuarenta y cuatro  estudiantes y hoy tenemos cuatro mil; estamos en nueve localidades del interior del país y en las últimas dos semanas ya firmamos con Lavalleja y Cerro Largo, o sea que vamos a estar en once a partir de fines de este año. Tenemos quinientos funcionarios, aproximadamente, entre personal técnico y de apoyo y personal docente con más del 90 % radicado en el interior.

 Y señalo una cosa que no es menor. Como ustedes saben, la UTEC era una hoja en blanco. Estaba la ley de creación de la UTEC y nos dijeron: «Bueno, trabajen» y fue lo que tratamos de hacer. Hay diecinueve ofertas educativas que van desde el tecnólogo hasta las actividades de posgrado, que las empezamos en los últimos dos o tres años en la medida en que se fueron generando, primero, los grados.

Fue un gran desafío construir una universidad pública en un país que tenía ciento cincuenta años de tradición de una única universidad pública –una cosa bastante rara en el mundo, digamos–, pero con nombre y apellido porque, además, es una universidad tecnológica, o sea una universidad que está muy cerca del sector productivo –y esto lo decimos siempre y seguimos insistiendo en ello– y cuya base es el desarrollo territorial. Sería imposible pensar en una universidad que no sea apropiada por el territorio. Esa fue una estrategia que mantuvimos desde el principio y hoy tenemos consejeros distintos –soy el único que está desde el comienzo–, pero continuamos con esta misma filosofía. Por eso siempre dijimos que para lograr el acercamiento al territorio nuestro principal aliado fue el Congreso de Intendentes, más allá de las instituciones educativas, como las de enseñanza media, la universidad como colega y las universidades privadas que tienen actividad, con quienes dialogamos naturalmente. Los socios estratégicos dentro del territorio son, en primer lugar, los Gobiernos departamentales, y después las asociaciones gremiales, las asociaciones comerciales, las ligas, etcétera. Todos saben cómo se maneja la UTEC, eso se mantiene, y creo que todo eso fue lo que permitió que de cuarenta y cuatro pasáramos a cuatro mil estudiantes, lo que no es casualidad; la demanda estaba. Las carreras de la UTEC surgen de la demanda, nunca fuimos a buscar una carrera desde la oferta, por eso hay tantas. Tenemos una carrera llamada Mecatrónica, otra Mecatrónica Industrial, y otra que se llama Jazz y Música Creativa, porque entre el arte y la tecnología hay muchas cosas que están vinculadas; además, los territorios valoran mucho ese tipo de educación terciaria.

                Por otro lado, de la población estudiantil, casi el 90 % es el primer integrante de la familia que accede a la universidad –un dato que no es menor– y más del 60 % proviene de hogares de los quintiles de ingresos medianos y bajos, es decir, estamos acercando educación universitaria en el interior del país a gente que no tenía acceso, porque si tenemos cuatro mil estudiantes es porque estaban ahí, no hay otra explicación. Nosotros no hacemos marketing; eso en lo que hace a la oferta educativa.

Con respecto a la radicación de docentes en el interior puedo decir que, de esas quinientas personas, hay muchas que son profesionales o docentes que trabajan tanto como personal técnico de apoyo como en los cargos de docentes, que están radicados en el interior y curiosamente el 20 % de ellos son extranjeros, algo que no esperábamos y nos llamó mucho la atención, eso que hicimos dos planes estratégicos, uno en 2015 y el otro en 2020. No esperábamos tener ese éxito en captar docentes extranjeros de alto nivel que se vinieran a vivir a Uruguay.  Y acá estoy hablando no solamente de brasileños y argentinos, sino también de colombianos, venezolanos, cubanos, españoles y no recuerdo si hay algún otro de otra nacionalidad. Repito: llama la atención eso y creo que para el interior del Uruguay es un hecho bien significativo. Esa gente está radicada en esos lugares, trabaja, vive y gasta allí; en definitiva, trasmite cultura en ese lugar.

Otra cosa que vale la pena mencionar es la estructura de la UTEC, más allá de que su oferta educativa responde a un modelo diferente basado en la resolución de proyectos y problemas, pero como lo hemos repetido muchas veces, no voy a insistir en ello. Es un modelo educativo distinto, una apuesta distinta que pretende formar un tipo de profesional que esté muy cerca del mundo del trabajo del que hablábamos o del emprendedurismo o de la innovación, cosas que ya sabemos. Lo otro que no es menor es que la estructura organizacional también responde a eso. Y aquí quiero hacer énfasis en que nosotros tenemos una estructura organizacional que es exactamente igual a la cualquier universidad moderna del mundo, no hay muchas diferencias, porque no tenemos un coeficiente intelectual distinto ni tenemos grandes dificultades. La estructura organizacional de la UTEC responde a las estructuras más modernas, chequeadas por nosotros en todos los organismos internacionales, igual a cualquier otra universidad de primer nivel del mundo. Es una estructura de tipo matricial donde, fundamentalmente, hay un consejo directivo central que en la LUC el Parlamento lo prolongó hasta 2022 por última vez y que ha pasado por tres Gobiernos, donde todos nosotros pusimos nuestros cargos a disposición en su momento y fuimos renovados. Después hacia abajo hay seis direcciones, tres centros y luego carreras. No tenemos una estructura en cátedra, tenemos estructuras en carreras y en departamentos; tenemos estructuras de direcciones; y, tenemos, además, un tratamiento muy ágil de los temas, que creo que no es menor. Creo que eso es lo que nos permitió tener diecinueve ofertas educativas en seis años, en parte, porque en muchas cosas somos muy pragmáticos. Alguien podría decir que lo hacemos sin pensar, y no es así, lo pensamos mucho, y eso vale la pena aclararlo.

Con respecto a cómo funcionamos, lo hacemos de esa manera. Hay una activa participación de todos los niveles, estamentos de decisión o de autoridad. Hay un comité encargado de la parte educativa que está integrado por los directores de carrera y la gente especialista de la Dirección de Educación; hay un comité operativo administrativo que funciona con los directores y se encarga de la administración y de la operación; y tenemos una estructura muy ágil, porque es una universidad que está montada en la nube. El ejemplo más claro –y no voy a hacer referencia a la pandemia– es que en una semana nosotros teníamos todo virtualizado, porque ya lo estaba desde antes. Esto no quiere decir que eso sea una transformación digital, sino que fuimos capaces de transformar, en una semana, una actividad semipresencial en totalmente virtual. Obvio que ello tiene sus dificultades, que no será para siempre y que la educación virtual no sustituye a la presencial, pero que la educación virtual y la transformación digital es un camino que en el mundo se está encarando y fuertemente, no hay duda alguna. Así que por ese lado creemos que si hoy la universidad  tiene cuatro mil estudiantes, diecinueve carreras, está presente en once departamentos y tiene gurises que vienen de ciento cincuenta localidades y, a 2020, el 91 % de los estudiantes que se recibieron trabajan en el interior en un área específica en la cual se formaron, eso también es un primer resultado. No sé si es un impacto –porque todavía no tenemos los números correspondientes–, pero sí es un resultado claro de que la UTEC ha focalizado su tarea en donde nos mandaron a hacerlo: ustedes nos mandaron a hacer eso y es lo que estamos haciendo. Es bastante fácil.

Con respecto a la organización de la parte gremial y demás, consideramos importante aclarar que tenemos dos gremios: uno es el Situtec –cuyos representantes concurrieron a este ámbito la semana pasada– y otro, el Antutec. De acuerdo con el último recuento del mes de julio, el 13 % de los agremiados pertenece a la Antutec y el 11 % al Situtec. Esa es la forma en la que nos manejamos. Existen comisiones de acoso, de salud, etcétera.

SEÑOR GIL.- Soy consejero de UTEC.

Ante todo, gracias por recibirnos. Creemos que es muy importante aportar alguna información e intercambiar ideas con los señores senadores.

El punto que voy a abordar refiere a la evaluación de desempeño, tema que ha sido cuestionado. Entendemos que la evaluación de desempeño es muy importante para la institución y también lo es para el crecimiento de los colaboradores. 

El literal C) del artículo 13 de la ley de creación de la UTEC habilita la implementación de procesos de auditoría, evaluación y autoevaluación. Allí está planteado de forma genérica, pero entendemos que, en particular, la evaluación de desempeño de los colaboradores es una tarea muy importante. Creo que en este aspecto coincidimos todos.

En la evaluación de desempeño se han realizado numerosas sugerencias de dificultades, algunas de las cuales ocurrieron, pero según tengo entendido este sistema no surgió como consecuencia de que un día el consejo decidió implementarlo, sino que hubo todo un trabajo atrás, una asesoría y consultoría importante, que luego evolucionó internamente y se le fueron haciendo modificaciones. O sea que tiene un respaldo importante.

No voy a describir todo porque tenemos poco tiempo, pero está claramente reglamentado cómo se procede con la evaluación de desempeño y todas sus etapas. Si los señores senadores lo desean podemos dejar copia del material.

Se ha cuestionado el instrumento de evaluación de desempeño, o sea los componentes que fundamentalmente son dos. Uno, es el de evaluación de habilidades blandas, que puede ser considerado como subjetivo, pero me parece que cuando se presentó esta temática no se dijo que esa evaluación de desempeño de componentes blandos tiene asociados –o están definidos– los comportamientos observables que permiten evaluar ese componente. Por lo tanto, no es un tema subjetivo sino que está claramente encuadrado, tanto para el evaluado como para el evaluador.

                A su vez, fue incorporada, en una negociación tripartita ante la UTEC, la Antutec y la Dinatra, una evaluación de pares donde cada uno de los evaluados sugiere dos pares para que le hagan una evaluación. La evaluación de pares está centrada en las competencias de las habilidades blandas.

                El otro componente que no ha sido mencionado con énfasis es el de los objetivos. Dentro de la evaluación se establecen objetivos entre el evaluado y el evaluador; se trata de objetivos específicos, medibles, alcanzables y con un marco de tiempo asociado, que creemos que también es un elemento importante.

                Quiere decir que hay dos elementos: los componentes blandos y los componentes, diríamos, más duros. Eso está claramente establecido en el reglamento, en la Resolución n.° 614 que refrenda la negociación tripartita y en el Diccionario de Competencias del que les podemos dejar una copia, si les interesa entrar más en detalle.

                Creo que parte de la problemática es cómo damos garantías al evaluado y a eso me voy a referir un poquito más. La persona es evaluada obviamente por su supervisor o jefe –por decirlo de alguna forma–, que es lo que corresponde y que en general es lo que se hace, pero antes de la evaluación el evaluado tiene la posibilidad de solicitar no ser evaluado por su evaluador natural sino por un comité, y no tiene por qué dar explicaciones. Todos los colaboradores de la UTEC pueden decir: «yo prefiero que me evalúe un comité y no el evaluador». Ese comité está integrado por el evaluador, el supervisor de ese evaluador –o sea el jefe del jefe– y alguien del capital humano, de forma de asegurar que todo el proceso siga los cánones normales. Esa es una primera garantía que entiendo tiene el evaluado.

                Dentro del proceso hace su autoevaluación y tiene una actividad de intercambio con el evaluador o con el comité evaluador donde discuten o intercambian ideas sobre los objetivos y la evaluación; se hace un primer borrador donde puede manifestarse en forma verbal lo relativo a su evaluación. Luego hay una parte escrita del evaluador que va al evaluado y este puede plantear en forma escrita sus discrepancias. Posteriormente, o sea al final del proceso de evaluación, tiene que manifestar si está conforme o no con la evaluación. Si está disconforme puede solicitar un tribunal de alzada, que va a analizar todo el procedimiento y los desacuerdos que haya en la evaluación. Es decir que desde el punto de vista de las garantías entiendo que están bastante aseguradas, aunque podrá haber más garantías.

                Se ha planteado que la evaluación de desempeño se ha utilizado como un instrumento de acoso, persecución y discriminación, lo cual obviamente es una opinión subjetiva y teóricamente posible, pero en la práctica no; si pensamos un poco en la organización, como señalaba el consejero Silveira, vemos que tenemos quinientos treinta funcionarios que han sido evaluados todos los años, diecinueve directores de carrera, tres directores del ITR y nueve direcciones diferentes en las que la evaluación no es realizada por el consejo; creo que este año en el consejo hemos evaluado a trece personas. Es muy difícil, aunque haya un plan perverso, crear un plan de tal forma de diseñar una persecución para algunos individuos. Creo que desde el punto de vista práctico, aunque tuviésemos la voluntad de hacerlo, no sería posible.

                Por último y para tratar de ser breve, quiero comentar que he participado durante veinte años en la Universidad de la República en evaluaciones, he participado durante diez años en un ministerio también en evaluaciones, en todos los casos con instrumentos distintos y criticables, sobre todo por aquellos que no son evaluados o no tienen un desempeño acorde, a veces con criterios correctos. Me parece que lo peor en lo que podríamos caer es en un sistema de evaluación donde el evaluador diga que todos son perfectos, excepcionales, que es lo que he visto que muchas veces hace la gente en algunas instituciones para acortar el camino y no generar antipatías personales. No es la idea de la UTEC; la idea es tratar de aplicar la evaluación de desempeño. Puede haber errores; es humano cometerlos y creemos que puede ser mejorable la evaluación de desempeño. Es más, en el consejo lo hemos discutido varias veces y está planteada la contratación de una asesoría para tratar de mejorar el sistema. De todas formas, creo que el sistema es bastante robusto, es bueno, están los papeles de cómo se debe hacer. Se los podemos dejar para que ustedes puedan formarse una opinión, más allá de nuestros comentarios.

SEÑOR DELPIAZZO.- Me sumo al agradecimiento de mis compañeros; es un gusto estar hoy en esta comisión para poder evacuar cualquier consulta y hacer aclaraciones.

                Antes de ingresar en uno de los temas que nos interesa, voy a hacer un agregado a lo que mencionaba el consejero Gil. Como decía, en la UTEC tenemos cerca de quinientos treinta funcionarios, no tengo el número exacto. En estos años se han hecho más de tres mil evaluaciones bajo este sistema que comentaba el consejero. Si ha habido diez problemas, capaz que es mucho. Digo esto para dimensionar la situación de la que estamos hablando. Lo mismo se puede decir respecto a las situaciones de acoso, hostigamiento, persecución, que se relatan como algo dramático, grave, señalando un clima de tensión, de miedo, de un histórico de persecución. Estas fueron algunas de las palabras que se utilizaron el otro día.

                No voy a hacer valoraciones al respecto, sino que me voy a limitar a contarles lo que ha hecho la UTEC. Entiendo que desde el principio ha demostrado un compromiso en cuanto a brindar a todos sus funcionarios condiciones de trabajo en un ambiente saludable, procurando evitar situaciones de acoso o de discriminación que en todo ámbito de trabajo pueden ocurrir, y a generar los procedimientos para que ese tipo de situaciones, si existen, se puedan tratar, investigar, aclarar y tomar las medidas que corresponda.

                Desde el principio, en 2013, la UTEC incorporó en su plan fundacional, en su proyecto educativo, por ejemplo, la perspectiva de género en los fundamentos propios y así lo viene midiendo, y en cada oportunidad que tenemos de rendir cuentas en el Parlamento se muestran los números al respecto. También se aprobó el Reglamento de Conducta y Convivencia Estudiantil; se brindaron diversas instancias de capacitación y sensibilización a los funcionarios sobre este tema. Recuerdo en concreto a la profesora Mangarelli, la decana de la Facultad de Derecho de la Universidad de la República, que tanto ha trabajado en estos temas.

En particular, para ir bien a lo concreto, la UTEC creó la Comisión Central sobre Prevención y Actuación ante el Acoso y la Discriminación, que está integrada por cinco miembros: uno de la Unidad de Capital Humano, dos por la dirección académica –previéndose expresamente que uno de esos dos provenga de algunos de los Institutos Tecnológicos Regionales que están en el interior del país–, un integrante del sindicato más representativo de la UTEC y un miembro externo con formación legal, todos con un respectivo suplente. De manera que hoy la comisión está integrada por representantes de los dos gremios que existen en la UTEC: uno en calidad de titular y otro en calidad de suplente. ¿Por qué se procuró esta integración? Para que sea plural y técnica, exclusivamente, de manera de jerarquizar el trabajo que hace la comisión y de garantizar un tratamiento que sea técnico e imparcial frente a cualquier denuncia de acoso que se pueda recibir. Esta comisión fue acompañada, además, por la aprobación del Protocolo de Prevención y Actuación en casos de Acoso y Discriminación, que justamente regula el procedimiento para que el funcionario y el estudiante sepan, frente a una situación en la que se sienten acosados, discriminados, maltratados, a dónde acudir y cómo es el procedimiento por seguir. Este protocolo tampoco fue un invento nuestro; para su creación se siguió el ejemplo de lo que hacen en la Udelar, en la ANEP y lo que ha hecho Plan Ceibal, simplemente para el ámbito o los entes de enseñanza y, en el caso del Plan Ceibal, es una persona pública no estatal, también vinculada al sector.  A su vez, se tomó en cuenta el protocolo que tiene el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.

 La enorme mayoría de los organismos públicos tiene comisiones de acoso con una integración plural y técnica muy similar a la que tenemos en la UTEC. En este marco, cada denuncia que llega es inmediatamente remitida a la comisión que la instruye, la investiga, adopta las medidas preventivas que eventualmente haya que adoptar y llega a una resolución.

¿Por qué hago reseña de todas estas actuaciones? Porque entiendo que hacen inverosímil la afirmación de que la UTEC se encuentra en una situación apocalíptica de extrema gravedad, pautada por el abuso, el acoso, el hostigamiento, el temor y la persecución. Sencillamente, esto no es cierto, y no porque lo diga yo, sino por todas estas actuaciones que acabo de reseñar. Además, cuando se invocaba una resolución de la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo –aclaro que no lo compartimos– tampoco se expresaba. Los invito a leerla y van a ver que tampoco dice de modo alguno que la UTEC se encuentra en esta situación de extrema gravedad a la que se hacía referencia. De hecho, la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo –creo que correctamente– se declara incompetente para pronunciarse sobre la existencia de vulneraciones de derechos laborales individuales o colectivos. Lo dice de manera expresa y formula recomendaciones para mejorar procedimientos de evaluación de desempeño funcional y, en este caso que me concierne, mejorar el protocolo de atención a las denuncias de acoso. La UTEC está y ha estado siempre abierta a toda posible mejora que, desde ya, es bienvenida.

La resolución de la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo sugiere revisar el protocolo en una instancia tripartita, entre el gremio, la UTEC y la Dirección Nacional de Trabajo del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. En esa instancia tripartita ya nos encontramos, siempre estuvimos abiertos a acceder a ese tipo de instancias y el Consejo Directivo Central lo ha manifestado siempre y seguimos abiertos para ese tipo de instancias, porque creo que es lo que corresponde. Lo llamativo es que la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo luego recomiende crear una comisión bipartita para atender las denuncias de acoso basada en las previsiones del Decreto n.º 291/007, que refiere a otra cosa. ¿Por qué digo que es llamativo? Primero porque se contradice. En un momento sugiere ir a una instancia tripartita para ver este tema y luego refiere la creación de una comisión bipartita; y segundo, porque confunde dos cosas. Una cosa es la comisión de acoso, encargada de recibir, tramitar e investigar las denuncias de acoso y discriminación, y otra muy distinta son las comisiones de seguridad y salud en el trabajo que prevé el Decreto n.º 291/007 que, justamente, tienen por objeto la prevención y la protección contra los riesgos que pueden derivar de la actividad. De hecho, en la UTEC este Consejo Directivo Central también ha creado una comisión bipartita de Seguridad y Salud en el Trabajo integrada por representantes de los dos sindicatos y dos delegados de la UTEC de manera paritaria, como lo ordena el decreto. Además, es una comisión que ha tenido una actividad muy intensa y que, justamente, tiene como asesores a técnicos prevencionistas.

En esta etapa de pandemia, la comisión ha tenido el rol de contemplar y regular las distintas medidas para trabajar en condiciones de seguridad y salud; ese es el objeto de este tipo de comisiones. No hay ninguna norma legal o reglamentaria que establezca que estas comisiones de salud laboral deben tramitar o investigar denuncias de acoso; tienen objetos distintos. Como les decía, prácticamente la totalidad de los organismos públicos cuentan, por un lado, con comisiones de prevención de situaciones de acoso y, por otro, con comisiones de salud laboral. Y, en el caso de las comisiones de acoso, tienen una integración plural y técnica distinta a la integración bipartita propia de las comisiones de salud laboral.

Por último, y para terminar, destaco que ni siquiera la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo tiene una comisión de acoso integrada de la manera que se propone y se recomienda para la UTEC. De hecho, la integración de la comisión de acoso de la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo es prácticamente igual a la que propone y tiene la UTEC en su comisión de prevención de acoso; también cuenta con cinco miembros y tiene una integración plural y técnica. Termino con esto, porque llama la atención que, casualmente, se haya recomendado otra cosa en la pretendida por el gremio denunciante.

SEÑORA DO MATO.- Simplemente, de acuerdo con la versión taquigráfica que se nos envió, tratamos de juntar los temas en estos tres o cuatro puntos que se han planteado: evaluación de desempeño, comisión de acoso, de seguridad laboral y demás, y planificación estratégica de la Universidad Tecnológica del Uruguay, que también se cuestionó mucho.

                De alguna forma, queremos plantear que nosotros llevamos dos planificaciones estratégicas nada más. Una que, efectivamente, se realizó en el 2015 para nuestro primer presupuesto quinquenal, el cual, sin lugar a dudas, se hizo de arriba hacia abajo, porque en el 2015 había cuarenta personas en la UTEC; y esta segunda planificación estratégica 2021‑2025, que se realizó como solemos hacerla. No es fácil hacer una nueva universidad. Hemos aprendido y ha sido un desafío constante con el cual estamos totalmente comprometidos, porque queríamos hacer una universidad acorde al mundo en el que vivimos. No queríamos replicar lo existente, sino acompasar los tiempos y, si podemos –cosa que no creo–, adelantarnos a lo que sería el mejor objetivo de lo que se necesita en el futuro mediato, 2030, y en el mediano plazo, 2050.

En esta planificación 2021-2025 en particular, nos asesoramos para saber lo que pasaba en el mundo; para llevarlo en forma correcta, técnicamente –no subjetivamente según lo que nos parece– consultamos a una asesoría muy importante que realizó el análisis de cómo llevar adelante esto y qué va a necesitar el Uruguay de 2021 a 2025 para formar jóvenes para el mundo del trabajo en 2030. Esto se llevó adelante durante el segundo semestre de 2019 y se realizaron reuniones abiertas en cada una de las sedes de la UTEC con la presencia de la consultora y de todos los que quisieran ir, no solo internos de la UTEC, sino también externos. Cerca de trescientas organizaciones formaron parte de estas reuniones y dieron su opinión –eso está totalmente documentado– sobre lo que se necesita para el Uruguay que queremos. Por lo tanto, esa planificación no fue hecha desde la cabeza, sino desde el territorio en todos los lugares, con la presencia algunas veces de los consejeros y otras no, pero sí con toda la comunidad de cada uno de los lugares en donde se estipularon los ejes.

Hay tres ejes principales dentro de la planificación con respecto a dónde teníamos que ir porque este país necesitaba educación terciaria universitaria y ahí se estipuló claramente que las zonas eran la sede del ITR Este, en Lavalleja, donde firmamos y cumplimos, tal como lo dijimos en el primer año, y la sede del ITR Norte, que firmamos el 9 de agosto para empezar la modificación en el viejo molino Gramón de Cerro Largo. Nos queda aún una gran deuda con Artigas, que esperamos poder solucionar.

En esa planificación estaba planteada la extensión territorial para la cual ya firmamos y comenzamos a trabajar en el segundo semestre, con ofertas educativas acordes al lugar –porque tampoco inventamos las ofertas, sino que, como dijo mi compañero, salen de la demanda– y vamos a estar extendiéndolas tanto como podamos de acuerdo con –no debo olvidar decirlo– los recursos presupuestales.

El tercer eje, que nos interesa mucho, es el que tiene que ver más con el fomento a la innovación y la vinculación. No quiero extenderme en esto, pero todos saben que la innovación pura, la vinculación y el emprendedurismo están centrados en Montevideo y necesitamos urgentemente atender el interior.

En el período 2021-2025, los que no creíamos que nos íbamos a avasallar con la tecnología lo hicimos, como ya dijimos, y creamos tres líneas transversales en ese plan estratégico. Una línea muy importante es la transformación digital, que no es simplemente la virtualización de clases, sino que desde todo el territorio del Uruguay se pueda tener un modelo híbrido, que nunca va a suplantar la presencialidad, pero crea lo virtual, concentrando después los recursos con la colaboración de todos los actores –y aquí estoy hablando de intendencias, comunidad y empresas– para recibir a esos chiquilines en su parte práctica, como se decía antes.

Hablamos del Centro de Vinculación Global porque no entendemos una universidad centrada en el Uruguay, sino internacionalizada totalmente y trabajamos desde el inicio en ese sentido. En nuestra última sede que inauguramos en San José, la Universidad de Mondragón, con lágrimas felicitó a los treinta jóvenes que en esa sede se formaron en emprendedurismo e innovación. A uno de ellos hasta le tuvimos que crear la posibilidad de que empezara a trabajar antes de que terminara los estudios. Quiero recalcarlo: el 98 % de los estudiantes está trabajando en su área en el interior del país.

El tercer centro transversal es el Centro de Desarrollo de Personas.

Para terminar, quiero decir que la planificación estratégica 2015-2020 tuvo que hacerla el consejo porque no había nadie más; en cuanto a la de 2021-2025, se trabajó en territorio con más de trescientos actores externos y todos los actores internos que quisieran participar.

Nuestra planificación está publicada, es un orgullo para nosotros y ha sido reconocida a nivel internacional porque permanentemente trabajamos a ese nivel con un excelente trabajo; solo nos resta poder cumplirla.

Quedamos a disposición de los señores senadores, aunque de todas formas el trabajo está publicado en la página web.

Ese era otro de los temas que, de acuerdo con la versión taquigráfica, podría ser interesante discutir.

Nada más. Muchas gracias.

SEÑORA BIANCHI.- Intentaré ser breve. Debo decir que conozco muy bien el trabajo de la UTEC desde los orígenes. La vida quiso que me nombraran consejera del Consejo Consultivo de Enseñanza Terciaria Privada cuando integraba el Codicén, pero se olvidaron de que me habían nombrado y seguí aun después de haberme ido de allí. Era algo honorario, nadie quería ir y por eso fui.

Allí tuve la oportunidad de descubrir un mundo universitario internacional y nacional que no conocía. Fue una oportunidad impresionante para confirmar algunas cosas que uno sentía y también fue producto de cursos hechos con la Universidad a Distancia de Madrid, que realmente nos permitieron darnos cuenta –con todo el dolor del alma– de que tenemos que actualizarnos rápidamente.

La UTEC es eso; es una universidad distinta, de las que quiere el mundo nuevo. Parece que si uno pretende cambiar la Udelar es sacrílego, pero es al revés, es porque la queremos. No quiero que un rector tenga que discutir su comité académico, en tres ocasiones, con la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay y que recién la cuarta vez pueda concretarlo. ¡Eso es un disparate histórico! Pasé dos veces por la Udelar, así que la quiero como queremos todos a la educación pública.

Ustedes son una universidad pública, nacida desde el pie, a la que tenemos como referente; debemos tender a parecernos cada vez más a lo que hizo la UTEC hasta ahora y lo que seguirá haciendo. Tengo que decir que el otro día realmente me sentí muy mal cuando tuve que escuchar las cosas que escuché porque sé cómo trabajan ustedes. Hemos ido a visitar los distintos centros –aunque menos de lo que hubiéramos querido–, conocemos a la gente que está estudiando, al igual que a muchos profesores, y realmente parecía que estábamos caminando en un mundo de lo desconocido.

Simplemente quiero decir –algo ya expresé en la intervención pasada que ustedes habrán leído y sigo pensando lo mismo– que cada vez trabajaré más para que todas las universidades que tengamos, especialmente las públicas que son las que aseguran realmente el principio de igualdad, dispongan de una planificación estratégica, ofrezcan a los estudiantes la solución para insertarse lo mejor y más rápidamente posible en el mercado laboral, y no sigan sacando médicos, abogados, escribanos –no quiero nombrar más carreras–, porque lo que se genera es una cantidad de chicos que después se ven frustrados por la vida, por la realidad. En definitiva, después nos preguntamos por qué tenemos las cifras que existen en otros ámbitos.

Les reconozco y siento la necesidad –no voy a decir como colega porque no quiero ser atrevida; ustedes son profesores universitarios y yo soy profesora de la educación media– de decir que no hay cosa que le duela más a un docente –que deja la vida en la docencia, porque no nos dedicamos a ella por la parte económica– que el hecho de que se nos difame. Nosotros, con mucha paciencia –al menos yo–, tuvimos que escuchar el otro día algunas cosas, y quiero expresarles –obviamente, cada uno habla por sí mismo– mi reconocimiento. Además, evidentemente están haciendo las cosas bien; de lo contrario, no surgirían ese tipo de ataques que ya conocemos hace mucho tiempo. Yo tengo sesenta y siete años y lo viví de todos los colores.

Además, me molesta mucho –lo dije en aquel momento– y en algún momento tendremos que ver qué hacemos con la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo que se presta a este tipo de manoseos; yo se lo adjudico a la integración político-partidaria, que creo que es el defecto de la herramienta. No estoy en contra de la herramienta, sino de cómo fue elaborada, pues ha tenido el atrevimiento, incluso, de emitir juicios sobre proyectos de ley que la Comisión de Constitución y Legislación, que yo integro, no había empezado a tratar. Por lo tanto, no es solamente con ustedes.

Quería que quedaran las cosas bien claras y darles todo el apoyo de mi parte y de las autoridades que yo represento acá, porque realmente los sentimos como un orgullo y es por ese camino que nosotros tenemos que andar la enseñanza universitaria. Muchísimas gracias, no quiero decir más porque me afecta. Me imagino que cuando ustedes leyeron la versión taquigráfica se tienen que haber sentido muy afectados, porque uno hace todo realmente con afecto. Reitero: cualquiera de nosotros, si nos dedicáramos a otras profesiones, ganaríamos muchísimo más.

Muchas gracias y cuenten siempre con nuestra colaboración.

SEÑORA TOPOLANSKY.- Buenas tardes. Damos la bienvenida a la delegación.

Leí con mucha atención el material que nos dejó la otra delegación.

Tuve la suerte de participar en la discusión cuando se creó la UTEC y, a partir de ahí, seguí el proceso, que es relativamente corto.

Cuando dimos esa discusión hubo algunos ruidos –vamos a decirlo elegantemente– y se discutieron algunas cosas que se reiteran, pero hubo una votación unánime en este Parlamento, y para mí eso tiene un valor enorme. No hubo un solo voto en contra de la creación y el sentido que se le quería dar a esa universidad. Por supuesto que hicimos ese esfuerzo, pero es verdad que los mandamos a la guerra con un palito porque todo lo demás había que inventarlo. Sin embargo, teníamos la confianza de que, como la necesidad estaba, la descentralización se materializa en hechos y el país también lo necesitaba, iba a marchar. Y seguimos teniendo confianza; no nos ha defraudado la realidad.

Después de leer la versión taquigráfica del otro día y el material que nos dejaron, llegué a la conclusión personal de que hay un cambio cultural. Esta universidad supone un cambio cultural que recién se está digiriendo. Eso, probablemente, siga durante un tiempo porque estas cosas no son ni por papeles ni por decreto, sino que es la vida misma la que hace que se vayan superando. Por eso, cuando llegué a esa conclusión, pensé que estas reuniones valieron la pena. Nos faltaría escuchar al otro sindicato. Tampoco sabía que había dos sindicatos; me enteré ahora.

Principalmente, lo más importante en el caso de la UTEC es conocerla en territorio. Cuando la consejera do Mato nombraba a la UTEC de San José, recordé la impresión que tuve –que puede ser subjetiva– al ver aquella cárcel –eso era una cárcel enclavada en el corazón de la ciudad– y lo que surgió de ahí, pero, sobre todo, la oportunidad para esos jóvenes que pudieron tenerla a mano. Esta universidad fue pensada con un modelo distinto a la Udelar; no soy partidaria de hacer comparaciones porque la Udelar tiene una larga historia y un capital acumulado enorme en el país; en lo personal, pienso que tiene una dimensión que no existe en otras partes del mundo. Me refiero a la cantidad de alumnos. Eso, a su vez, le genera algunos problemas pero son cosas que la misma universidad tendrá que discutir en su momento. También abarca una temática muy grande y, en consecuencia, esa también es otra dificultad.

                La idea de la UTEC se trajo de la Universidad Nacional de Lanús, sobre todo la composición de su dirección, porque lo que se quería era que hubiera un cable directo con la realidad. Creo que eso es valioso, sobre todo para los pagos en donde está asentada. Se puso la expresa condición –y esto no es discriminatorio, aclaro– de que Montevideo no estuviera ahí, porque sabemos que este país que nació de este puerto y de esta ciudad, tiene un gran poder de succión. Por eso era bueno cambiar la flecha. Y he podido conocer a algún estudiante de Montevideo que ha ido a vivir la experiencia de estudiar en el interior; la flecha empezó a tener circulación hacia el otro lado y eso me parece crucial para la integración del país.

                Probablemente las Regionales de la Udelar, con el paso del tiempo también podrán tener ese papel. Voy a decir una utopía con la que se puede estar de acuerdo o no, pero me gustaría que algún día, por ejemplo, la Regional Norte de Salto –o el CURE de Rocha– levantara vuelo y pudiera ser la universidad de ese departamento. He recorrido todo porque, si no, tengo la sensación de que es como un embudo. Y la UTEC tiene esa virtud.

                ¿Qué es lo más importante? Que todos estamos aprendiendo; los que votamos la ley, los alumnos que concurren, los docentes, los que investigan allí y la sociedad. Estamos aprendiendo a construir un edificio nuevo, que no es rival de nada sino que es cooperante y no solo con la Udelar, sino también con la UTU. Quizás el consejero Gil estará de acuerdo conmigo en que si un docente, durante muchos años hizo docencia en un lugar, probablemente traerá aspectos positivos, pero también defectos. Esas cosas se dan y, para mí, no es algo tan dramático si las sabemos manejar.

                Para resumir, digo que este ruido es producto de un cambio cultural que se está dando y que nosotros tenemos que ayudar a que sea completo y, además, a que surjan otros. También me sorprendió cuando surgió lo de la UTEC de Mercedes. Al principio no lo entendí –lo digo con franqueza–, pero después conocí el lugar y, sobre todo, hablé con la gente de ahí y me di cuenta de que tenía un esquema. 

                Entonces, creo que nosotros, como Comisión de Educación y Cultura del Senado, tenemos que actuar de puente entre todas las partes –nos faltaría escuchar a esos otros docentes–, pero sobre todo que se sepa que este es un ámbito donde se puede venir a plantear cosas para tratar de seguir creciendo juntos en un proyecto que es un proyecto país.

Agradezco la visita, la información y de más está decir que soy hinca de la UTEC, pero eso lo pueden obviar.

SEÑORA PRESIDENTA.- Tengo tres o cuatro puntos para consultarles también, si me permiten los señores senadores, de algunas cosas que fui tomando nota en la sesión pasada.

                Ustedes mencionaron el porcentaje de afiliados de los dos sindicatos y quiero saber si los dos están afiliados al PIT-CNT o hay uno que sí lo está y el otro no, porque me pareció haber entendido eso. Simplemente lo pregunto a modo de aclaración.

Yo tenía la sensación de que a ustedes los había visto hace poco y, claro que sí, pues estuvieron en la Comisión de Ciencia, Innovación y Tecnología, pero no acá, y es verdad que se los dije. Todavía no vi las respuestas, pero sé que me contestaron. Como decía, tenía la sensación de que nos habíamos visto hace poquito, y estaba bien, pero no fue acá. Entonces, quiero consultarles –de algunas preguntas que se hicieron ahí; que suerte que están acá porque este es más del ámbito de la Comisión de Educación y Cultura– respecto a la implementación del cogobierno, en el sentido de si tenemos algo que vamos a ver reflejado en la rendición de cuentas, porque creo que ya habíamos comentado que en el plan estratégico no estaba en forma concreta. El otro día acá tampoco quise usar mucho más tiempo con esta pregunta, porque estábamos en la otra comisión.

                Con respecto al plan estratégico –días pasados dije que lo iba a leer con detenimiento y así lo hice–, quiero hacer una consulta sobre algunas cosas que últimamente han venido surgiendo en cuanto al plan de Formación Profesional Básica de la UTU –FPB– que ustedes lo mencionaron como una pata de ingreso, sobre todo, en la Regional Este. ¿Cómo ven eso? ¿Lo siguen manteniendo? Lo pregunto en función de las características que está tomando el ingreso al FPB en este contexto.

                En cuanto a los incidentes sindicales, me pareció entender –después lo verifiqué en la versión taquigráfica y era correcto– que el sindicato mencionó que había habido algunos despidos sin haber pasado por la evaluación previa. Como en ocasión de una visita anterior de ustedes había entendido eso, quiero aclarar esa situación para que no nos quede confuso en las dos versiones taquigráficas.

                También quiero decir que en la otra sesión, días pasados, no percibí animosidad respecto de la institución en ningún sentido y eso también es de orden señalarlo; era, más bien, la posición encontrada, sí, en varios temas. Creo que también en ese momento dijimos que todos quienes estamos acá somos admiradores, muchas veces coautores y, otro tanto, cómplices de este proyecto de la UTEC que entendemos, por supuesto, que debe seguir adelante, pues está en plena construcción. En eso estamos todos de acuerdo.

                Muchas gracias.

                No quería quedarme con esas dudas.

SEÑOR SILVEIRA.- Voy a referirme, ante todo, a la gobernanza de la UTEC. Cuando hablamos de cogobierno parece que fuera el único tema y, en realidad, acá hay un problema de gobernanza de la UTEC.

                Hoy por hoy está definida con este consejo que se prolonga hasta diciembre de 2022. Vuelvo a repetir que nosotros hicimos algún intento en el 2018 o 2019, de ver algunas cosas, porque también aprendimos durante siete años.

Personalmente pienso, por ejemplo, que fue una gran idea –y creo que en eso coincidimos los consejeros; Andrés Gil es el más nuevo, pero lo hemos discutido también– el hecho de meter adentro de la UTEC o en su gobernanza al sistema empresarial y a los trabajadores; ese fue un gran avance. Para mí, ese era un cambio de cabeza; estoy convencido de ello y me gusta.

Quizás lo que haya que hacer sea reglamentar la ley; eso es lo que habría que hacer ahora. Aquí hay algunas cosas que son de la UTEC y que tienen que ver con si se va a hacer algún cambio o a concretar alguna sugerencia respecto a estos seis o siete años, pero dependen mucho de lo que se reglamente en esta casa o en los ámbitos que corresponda: Poder Ejecutivo, etcétera. Tenemos que interactuar entre todos y era lo que había quedado, creo yo, de la rendición de cuentas del año pasado respecto a empezar a trabajar para llegar a fines del 2022 con algún planteo en ese sentido. Esto, en lo que hace a la gobernanza de la UTEC, que creo que es mucho más que el cogobierno.

SEÑORA BIANCHI.- Perdone que lo interrumpa. Voy a ser clara: coincido con usted, pero sé por dónde hay dificultades. Esto lo planteo yo, no lo plantea usted.

SEÑOR SILVEIRA.- Esa es la tarea que tenemos por delante en cuanto a gobernanza.

                ¿Por qué no se hacía mención en el plan estratégico? Porque el plan estratégico tenía mucho más que ver con afinar en lo técnico y en lo académico –en lo que era posible afinar más– que en lo político, porque ahí hay un factor que nosotros no controlamos. Los tres consejeros que estamos acá firmamos la renuncia el mismo día que nos nombraron; estamos acá producto de nombramientos políticos, no fuimos elegidos por voto, digamos, de orden ni nada por el estilo.

                En lo que hace al asunto de la gobernanza de la UTEC en este período, habrá que trabajar hasta el 2022 para tratar de ver si se reglamenta la ley tal como se creó o se introducen cambios en base a todos estos años. En este sentido, voy a referirme a un tema muy menor; haré una referencia concreta. En la ley hay algunas cosas que llaman la atención; por ejemplo, dice que los directores de los ITR tienen voz pero no voto. Entonces, uno piensa en eso funcionando en el territorio, porque hace siete años que estamos pateando en el interior. Es difícil pensar en que un director del ITR, que asume esa responsabilidad –tiene cinco sedes; estoy pensando en el de Fray Bentos, en el que está en Paysandú, el que está en Colonia, el que está en Soriano y el que está en Río Negro– y tiene un montón de actores, después no pueda votar. Pienso que hay cosas que habría que reajustar, pero no soy político. Aclaro que no tengo la más pálida idea de eso; solo puedo –o podemos– contarles cuál ha sido este transcurrir. Creemos que ese aspecto es importante.

Con respecto a la pregunta sobre la existencia de dos sindicatos, digo que sí, efectivamente, hay dos. Honestamente, sé que el Situtec está en el PIT-CNT porque hemos tenido instancias tripartitas, incluso, con el presidente del PIT-CNT y demás para tratar temas concretos. La Antutec no sé si está haciendo su trámite, no tengo idea. Respecto a los sindicatos, yo pregunté cuántos afiliados había porque iba a venir acá; de no haber sido así no tendría ni idea de eso. No es tarea del consejo, me parece que no corresponde que yo opine ni me meta en nada que tenga que ver con eso.

Creo que había alguna pregunta más para contestar…

SEÑORA PRESIDENTA.- Una es respecto a si existía alguna nueva derivación considerando la situación actual del FPB. Lo otro que les había preguntado era sobre los despidos, para aclarar ese punto, pero me lo pueden contestar después, no se preocupen; les mandaremos la versión taquigráfica.

SEÑOR DELPIAZZO.- Gracias por permitirnos aclarar ese punto, también, que nos quedó pendiente.

                En esto no hay ni despidos ni sin evaluación; que quede claro. Despidos no, porque lo que ocurre en UTEC es por mandato del legislador y las designaciones son a término. Entonces, lo que ha ocurrido un puñado de veces es que, al cabo del plazo contractual acordado, no se ha dispuesto la renovación –lo que es muy distinto a un despido– y en todos los casos ha sido de manera fundada, motivada. No comparto que se diga que fueron despidos, y mucho menos arbitrarios.

                Nuevamente, para dimensionar este tema, señalamos que en casi nueve años de trabajo de la UTEC, hubo quince casos a los que no se les renovó el contrato. Muchas veces escuché decir al consejero Silveira –entre otros– que tienen responsabilidad, como administradores de los fondos públicos, de tener gente que demuestre idoneidad y voluntad para el puesto de trabajo para el que fue contratada y que cuando en las evaluaciones de desempeño se demuestra de manera fundada que no es así, la decisión responsable es no renovar el contrato porque justamente se están administrando fondos públicos.

                Siempre ha habido evaluaciones de desempeño. Como explicaba el consejero Gil, el funcionario tiene la garantía de acudir a tribunales de alzada, además de elegir un comité de evaluación. En algunos casos el tribunal de alzada está conformado por un representante del evaluador, un representante del evaluado y un tercer representante que se designa de común acuerdo. Lo que ha ocurrido en alguna oportunidad es que no se logran poner de acuerdo los dos miembros del tribunal de alzada para elegir el tercer miembro. En ese sentido, hemos propuesto distintas alternativas como, por ejemplo, pedir a la Oficina Nacional del Servicio Civil que designe al tercer árbitro, pero esa solución no ha sido aceptada; también, propusimos solicitar al Ministerio de Educación y Cultura que designe a un tercer miembro, para que la institución no tenga participación y así se hizo, aunque tampoco sirvió esa herramienta, fue cuestionada e impugnada, dejando truncas esas evaluaciones.

Por lo tanto, la evaluación, que entendemos como garantía del funcionario y como instrumento necesario de buena gestión, tampoco puede servir de excusa para prolongar contratos eternamente cuando se están poniendo trabas para que se puedan terminar en forma. Entonces en algunos casos se ha dispuesto la no renovación en función de la evaluación de desempeño original.

SEÑORA PRESIDENTA.- Era importante esa aclaración.

SEÑORA KECHICHIAN.- La verdad es que no quise opinar porque me parece que la convocatoria no era para evaluar a la UTEC, puesto que en forma unánime pensamos que ha sido maravillosa la idea de su creación y cómo se ha enraizado en cada uno de los lugares del territorio donde está actuando. La convocatoria tenía como fin concreto el dar respuesta a algunas expresiones muy fuertes que se habían escuchado decir de parte de un sindicato. En lo personal, esas expresiones no me sorprenden porque hace muchos años que vengo escuchándolas, pero me parecía bueno que se respondiera.

                Por suerte, estamos ante un hecho muy bueno como es la UTEC que, sin lugar a duda, es una de las revoluciones en la educación más importantes que hemos tenido en los últimos años y que ha sabido incorporar a los que sí entendimos. A nosotros también nos costó entender; el señor Silveira se acuerda. Nosotros trabajábamos con Jazz a la Calle, con la Intendencia de Soriano, y la verdad que cuando vimos el curso de música jazz y música creativa, y vimos a ese argentino que estaba al frente hablar con esa pasión y decir que no había encontrado un lugar en el mundo para desarrollar todas las ideas que tenía, recuerdo que pensé que estábamos ante un cambio radical en cómo muchos de nosotros entendíamos la educación y cómo nos metíamos en los territorios. Porque en Soriano hablar de jazz no es lo mismo que hablar de jazz en ninguna otra parte del Uruguay; es una realidad, más allá de que el Este ha tenido históricamente grandes exponentes, y lo reivindico, también, pero es asombroso ver como culturalmente está enraizado en la sociedad, y así nos ha pasado con otros temas en Fray Bentos y en Rivera. Me parece que en ese sentido no hay duda alguna del rol que vinieron a jugar. A veces siento que los convocamos para cosas muy concretas y después nos vamos por las ramas, más allá de que es importante escuchar todo lo que ustedes tenían para decirnos sobre cómo han encarado el plan estratégico, que las autoridades se queden en sus cargos hasta diciembre de 2022, cómo debe procederse con la reglamentación, etcétera. Son todas cosas que quedan en manos de lo que esta comisión pueda hacer.

Una vez más les agradecemos la tarea, la cabeza abierta y la innovación que representa la UTEC para la educación en el Uruguay.

SEÑORA PRESIDENTA.- Es verdad, quizá la parte de la reglamentación podamos ponerla como otro de los puntos a considerar. Desde ya comprometemos a nuestros invitados a trabajar juntos en ese sentido. 

SEÑORA BIANCHI.- No sé qué es irse por las ramas, a pesar de que sé lo que estrictamente significa.

Cuando tenemos la oportunidad de conversar con gente tan bien formada como ustedes, de la que tenemos tanto para aprender –porque, al menos, yo solo sé que no sé nada, sobre todo, de educación universitaria–, me interesa todo lo que pudieron contestar y agregarnos y, a su vez, que nosotros podamos colaborar con las cosas muy graves que se dijeron en la sesión pasada. Si yo aplico un criterio jurídico, los acusaron de delitos. Las palabras son lo que tienen que ser. En consecuencia, no es que discutí alguna cosa. ¡No! ¡Los acusaron de cosas muy graves! Y esto hay que decirlo, porque este es el ámbito.

Lo que sí necesitamos para la gobernanza es el trabajo de ustedes porque, evidentemente –esta debe ser la enésima vez que lo digo y lo repito en varios ámbitos, pues nos hemos visto en instancias de rendición de cuentas, de presupuesto, el año pasado–, hay un conjunto de legisladores que no estamos dispuestos a replicar el gobierno de la Udelar. ¿Eso significa luchar en contra? No; es una realidad distinta y, ya que surgió, vamos a aprovechar la oportunidad. Y nadie mejor que ustedes para que nos ayuden, porque nosotros no podemos tener la experiencia y la riqueza que tienen ustedes para hacer distinta la gobernanza. Esta fue naciendo como respuesta a la realidad, fue naciendo por la capacidad de ustedes, fue naciendo por la capacidad de los estudiantes, por la distinta perspectiva que la mayor parte de los estudiantes y la mayor parte de los docentes aplicaron; de lo contrario, no sería un 11 % o 12 % los que vinieron a decir disparates acá, y yo me hago cargo de lo que digo.

En consecuencia, tenemos que trabajar en conjunto. Pido a la señora presidente que tome en cuenta esto que estoy diciendo, porque sé que le interesa en el mismo sentido profesional. Cuanto más nos alejamos de determinadas cosas, más nos acercamos a algo que no quiero calificar, porque puede dividirnos y eso no es lo importante. 

Mi especialidad es la gestión; tengo una especialización en gestión, que tuve que hacer en el exterior, y puedo decir que en Uruguay cuesta terriblemente entender que la gestión es una especialización. Ahora bien, la gestión es muy importante porque si se traba no podemos avanzar en lo técnico, en lo académico o en las innovaciones. Yo siempre uso el mismo ejemplo: la gestión son las venas, son las arterias por la que circula la academia. Si la gestión entorpece, en lugar de facilitar, la academia no progresa. Y acá lo que hubo fue un equilibrio casi espontáneo, porque no había otra cosa escrita y ustedes lo fueron elaborando con los alumnos, los profesores y funcionarios en general, y esa experiencia la tenemos que plasmar, tal vez en alguna modificación de la ley. Cada vez me inclino más por que sea así, porque la reglamentación no puede innovar; debe estar de acuerdo con la ley. Lo que han hecho ustedes es toda una innovación y eso hay que plasmarlo. Cuando la ley se votó por unanimidad no existía la experiencia; en consecuencia, eso es lo rico de los países inteligentes, cultos y con formación ciudadana. O sea que con la experiencia vamos modificando nuestras opiniones, porque pensar como hace un siglo y medio, para mí es como decía Cicerón: estar condenados a la infancia permanente. Así que, en ese sentido, necesitamos mucho apoyo y trabajo de ustedes, porque son los que nos tienen que decir por dónde hay que ir, porque personalmente tengo formación jurídica y en educación, pero no estoy en condiciones de armar la gobernanza de una universidad con las características fundamentales que tiene la UTEC.

                Gracias, señora presidente.

SEÑORA KECHICHIAN.- Como lo expresado queda registrado en la versión taquigráfica digo que cuando hablaba de «irnos por las ramas» me refería a que hoy convocamos a los representantes de la UTEC para obtener respuestas concretas vinculadas a la presencia del sindicato porque el tiempo es muy valioso para todos. Lo que ustedes dijeron por supuesto que fue muy importante; toda la información que se nos brinde de cómo está funcionando hoy la UTEC es muy valiosa, pero como  vamos a  tener que seguir trabajando mucho juntos –como bien decía la señora senadora Bianchi: porque los precisamos ya que obviamente muchos de nosotros no podemos aportar desde la mirada que ustedes puedan tener– hice ese comentario. Efectivamente, cada vez que venimos aquí nos sentimos en la necesidad de abarcar todos los temas y creo que ese también es un problema que a veces tenemos en esta institución; para ser más concretos, cuando hablamos de gestión también debemos referirnos a esas cosas. Seguramente nos vamos a seguir viendo, no porque lo que ustedes nos han dicho hoy no haya sido sumamente importante, sino porque venían para hablar sobre un tema concreto. Si hubiéramos venido para analizar muchas otras cosas, capaz que todos habríamos venido preparados de otra manera.

Les agradecemos su presencia y si la frase «irse por las ramas» fue inapropiada, la retiramos, pero no tuvo en absoluto ninguna calificación peyorativa.

SEÑORA PRESIDENTA.- Si no hay más comentarios, agradecemos la presencia en sala de los representantes de la UTEC y también de la consejera Graciela do Mato, quien se ha conectado vía Zoom con la comisión. 

SEÑOR SILVEIRA.- Muchas gracias.

(Se retiran de sala las autoridades de la UTEC y se da por finalizada

la conexión vía Zoom con la consejera Graciela do Mato de la UTEC).

SEÑORA PRESIDENTA.- Antes de finalizar la reunión quiero comentarles que la secretaria Verónica  Kaprielian nos preparó un material donde figuran los asuntos pendientes al 16 de agosto, que les vamos a enviar vía correo electrónico, ya que ahora nos detenemos en virtud del tratamiento de la rendición de cuentas, así vemos cuáles priorizamos para volver a tratar.

                El segundo tema que deseo consultarles tiene que ver con las declaraciones del día de ayer del doctor Robert Silva respecto a los bachilleratos, donde menciona una hoja de ruta que honestamente no logré encontrar, ni en el plan nacional ni en este otro documento relativo al plan de transformación y demás. ¿Les parece bien si se la pedimos?

SEÑORA BIANCHI.-  Sí, vamos a pedírsela.

SEÑORA PRESIDENTA.- Yo lo leí ayer atentamente, busqué la palabra «bachillerato» pero no la encontré.

SEÑORA BIANCHI.- Yo también lo leí y estoy de acuerdo con la señora presidente, así que vamos a pedírselo por escrito para que diga concretamente cuál es la hoja de ruta a la que hace referencia.

SEÑORA PRESIDENTA.- Exactamente. Perfecto, eso es lo que quería comentar.

                Se levanta la sesión.

(Son las 14:19).

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Montevideo, Uruguay. Poder Legislativo.