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COMISIÓN DE ASUNTOS INTERNACIONALES

 

(Sesión celebrada el día 30 de abril de 2020).

 

SEÑOR SECRETARIO.- Está abierto el acto.

(Son las 16:35).

–De acuerdo con el artículo 159 del reglamento de la Cámara de Senadores, corresponde designar presidente y vicepresidente de la comisión.

SEÑOR PENADÉS.- En virtud de los acuerdos a que se llegó entre todos los partidos políticos con representación parlamentaria, este año corresponde la presidencia de la Comisión de Asuntos Internacionales al Partido Nacional. Por tanto, en nombre de mi bancada, propongo para esa función al señor senador Abreu.

SEÑOR SECRETARIO.- Se va a votar la propuesta del señor senador.

(Se vota).

                –6 en 7. Afirmativa.

(Ocupa la presidencia el señor Sergio Abreu).

SEÑOR PRESIDENTE.- Habiendo número, está abierta la sesión.

(Son las 16:36).

Quiero agradecer a los señores senadores el honor que me han conferido.

Corresponde ahora designar al vicepresidente.

SEÑOR BERGARA.- Propongo al señor senador Bonomi.

SEÑOR PRESIDENTE.- Se va a votar la propuesta formulada.

(Se vota).

                –6 en 7. Afirmativa.

A continuación, deberíamos fijar el régimen de trabajo.

No sé si prefieren trabajar los días jueves a esta hora, como se ha hecho tradicionalmente, porque ha habido algunas propuestas. El señor senador Sartori me ha trasmitido la inquietud de reunirnos algún día previo al jueves, en un horario más temprano.

SEÑOR SECRETARIO.- El señor senador Sartori propuso que la comisión sesione los días lunes a las 12 horas.

SEÑOR PENADÉS.- Propongo seguir reuniéndonos los jueves, sin perjuicio de mantener el tema en la agenda para hacer una nueva ronda de consultas y decidirlo después.

(Dialogados).

SEÑOR PRESIDENTE.- Dese cuenta de los asuntos entrados.

(Se da de los siguientes).

–Carpeta n.º 88/2020. Segundo Protocolo Modificatorio al Tratado de Libre Comercio entre la República Oriental del Uruguay y los Estados Unidos Mexicanos – Aprobación. Mensaje y proyecto de ley del Poder Ejecutivo. (Distribuido n.º 18/2020).

–Carpeta n.º 140/2020. Mensaje del Poder Ejecutivo por el que solicita acuerdo para acreditar en calidad de Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la República ante el Gobierno de la República Argentina al señor Carlos Fernando Enciso Christiansen (Distribuido n.° 23/2020).

–Carpeta n.º 141/2020. Mensaje del Poder Ejecutivo por el que solicita acuerdo para acreditar en calidad de Embajadora Extraordinaria y Plenipotenciaria de la República ante el Gobierno de la Mancomunidad de Australia a la señora Dianela Joselina Pi Cedrés (Distribuido n.° 26/2020).

–La Comisión de Asuntos Internacionales de la Cámara de Representantes  remite nota invitando a participar de la reunión que se llevará a cabo el próximo miércoles 6 de mayo, la hora 13, a fin de recibir al señor ministro de Relaciones Exteriores, economista Ernesto Talvi, quien brindará información sobre los lineamientos generales en materia de política exterior.

–En lo que respecta a la Carpeta n.º 88/2020, que refiere al Segundo Protocolo Modificatorio del Tratado de Libre Comercio entre Uruguay y los Estados Unidos Mexicanos y que ha llegado al Senado, me ofrezco a hacer el informe por escrito porque, entre otras cosas, tengo la experiencia de haber negociado el primer tratado con este país; lo digo como ayuda de trabajo.

Por tanto, para la próxima sesión estará repartido el informe por escrito, que luego podremos elevar al Senado.

                Se pasa a considerar el mensaje del Poder Ejecutivo por el que solicita acuerdo para acreditar en calidad de Embajadora Extraordinaria y Plenipotenciaria de la República ante la Mancomunidad de Australia a la señora Dianela Joselina Pi Cedrés.

                Si los señores senadores están de acuerdo, la invitamos a pasar a sala a los efectos de tener la entrevista de estilo.

(Ingresa a sala la señora Dianela Joselina Pi Cedrés).

                –La Comisión de Asuntos Internacionales da la bienvenida a la señora Dianela Joselina Pi Cedrés, quien fue propuesta por el Poder Ejecutivo para ser designada como embajadora extraordinaria y plenipotenciaria ante el Gobierno de la Mancomunidad de Australia. Con mucho gusto la recibimos y le ofrecemos la palabra para exponer sobre tan importante responsabilidad que ostenta el cargo para el que se la propone.

SEÑORA PI CEDRÉS.- Buenas tardes para todos.

                Es un honor para mí ser recibida por la Comisión de Asuntos Internacionales del Senado, así como también es un honor y una gran responsabilidad haber sido propuesta por el Poder Ejecutivo como embajadora ante la Mancomunidad de Australia, país con el que tenemos históricos lazos de amistad y de cooperación pero, además, innumerables compromisos compartidos.

                Australia posee una de las democracias más antiguas del mundo. Su libro blanco de política exterior, que es del año 2017, se basa en una serie de principios fundacionales, que son los mismos que tiene Uruguay: la igualdad, la equidad, el Estado de derecho y el respeto mutuo. En el ámbito internacional claramente defendemos los mismos objetivos que Australia, es decir, un sistema internacional basado en reglas, el apoyo al multilateralismo, la defensa y promoción de los derechos humanos, el fortalecimiento de la democracia, la cooperación como forma de abordar los desafíos globales y la prevención  de conflictos como un pilar de seguridad.

                Como habrán visto en mi currículum, en estos veinte años de carrera diplomática me he especializado, sobre todo, en lo multilateral. Ingresé en el año 2000, tras dar un concurso de ingreso a fines de 1999 y allí estuve casi cinco años integrando la Dirección General para Asuntos de Integración y Mercosur, en la cual se tratan temas, fundamentalmente, económicos y comerciales.

                Posteriormente, fui destinada a la Misión Permanente ante Naciones Unidas en Nueva York y luego ante Naciones Unidas en Ginebra donde, fundamentalmente, llevé los temas de índole político. Esta experiencia multilateral me permitió observar de primera mano cómo los vínculos bilaterales permiten trabajar a nivel internacional de una mejor manera pero a la inversa, así como las alianzas en los foros internacionales permiten fortalecer el vínculo bilateral. Y con Australia trabajé, codo a codo, en innumerable cantidad de iniciativas. Por lo tanto, puedo asegurar a los señores senadores que Australia es un aliado natural de Uruguay en todos los foros internacionales políticos y económico–comerciales.

                En este contexto no puedo evitar destacar el nivel de relacionamiento que hoy tenemos con Australia a raíz de los corredores humanitarios que han sido un punto de inflexión del vínculo bilateral. Si bien el señor canciller ha sido claro en demostrar que este gesto solidario no se hacía para cobrarlo sino como un imperativo ético, lo cierto es que hoy ya estamos viendo las consecuencias directas de haber tendido una mano y haber abierto las puertas, cuando ningún país lo hacía. A modo de ejemplo, Australia ya anunció que extenderá la visa de vacaciones y trabajo para todos los uruguayos. Además, nos ha concedido permisos absolutamente extraordinarios de ingreso a Australia. Eso nos permitió traer uruguayos que estaban en Indonesia, Nueva Zelanda, Papúa Nueva Guinea y Tailandia, ya que pudieron ingresar a Australia, tomar vuelos hacia América Latina y de allí volver a casa. Estoy segura de que el trabajo de la embajada en Canberra será beneficiado con este impulso del vínculo bilateral.

                Estuve trabajando en un proyecto de programa de gestión –que repartí porque seguramente no vamos a poder desarrollarlo en su totalidad– como forma de orientar la acción diplomática sobre la base de una serie de objetivos y acciones de corto, mediano y largo plazo, que dividí en cinco áreas: política, económica-comercial, cooperación, cultural y vinculación consular. Se trata de un programa de gestión en las que profundizaré y desarrollaré cuando –con vuestra venia– realice una serie de reuniones bilaterales que ya tengo previstas, con actores públicos y privados, sobre cada uno de los temas.

                Quiero destacar algunos puntos específicos de esas cinco áreas. En el área política, mi interés es fomentar con Australia un encuentro bilateral al más alto nivel, que hasta ahora no se ha dado. No tenemos institucionalizado un mecanismo de consultas políticas con Australia, pero sí una excelente relación bilateral que ha hecho que cada vez que Uruguay ha querido tener un encuentro, la respuesta ha sido favorable. El ímpetu recibido por los corredores humanitarios, creo que es una oportunidad inmejorable para tener, por primera vez, un encuentro al más alto nivel posible.

                Por otro lado, identifiqué una serie de acuerdos que están pendientes de conclusión y firma, algunos de los cuales datan de muchos años. Por lo tanto, voy a revisar el interés de Uruguay en mantenerlos para luego explorar la contraparte australiana. Hay uno, en particular, sobre seguridad social que me gustaría poder reimpulsar.

                En lo que tiene que ver con la convergencia natural de posiciones en foros multilaterales, creo que la embajada puede tener un rol importante, y colaborar con la cancillería y nuestras misiones en Ginebra y en Nueva York, para aunar posiciones en temas de la agenda de derechos humanos y en operaciones de mantenimiento de la paz. Al respecto, me interesa destacar que estamos elaborando nuestro primer plan de acción de mujeres, paz y seguridad, y Australia está elaborando el segundo, con lo que allí hay una veta interesante de colaboración.

Está también el desarrollo del concepto de responsabilidad de proteger, que nos une fuertemente a Australia –tanto en Nueva York como en Ginebra–; la implementación efectiva del convenio de la Organización Mundial de la Salud para el control del tabaco; temas de medioambiente, cambio climático, humedales, gestión de productos químicos y, sin duda, el Tratado Antártico que para Australia es una prioridad y para nosotros es un área de muchísima importancia.

                Respecto al eje económico-comercial, quiero destacar tres áreas fundamentales de este documento, que me gustaría fueran impulsadas por la embajada: identificar oportunidades de inversión australiana en Uruguay y colaborar en su captación; apoyar la labor del sector privado uruguayo, procurando ampliar las oportunidades de negocios allí, y buscar oportunidades tendientes a captar y transferir conocimiento científico-tecnológico para aumentar y mejorar la competitividad de nuestras empresas.

                Acá quisiera destacar especialmente que con Australia tenemos un acuerdo sobre promoción y protección de inversiones, del año 2001,  revisado y firmado en abril de 2019, cuyo trámite parlamentario está corriendo en ambas Cámaras. Eso lo dejo como tarea para los señores senadores, porque sería fundamental poder contar con este instrumento en vigor lo antes posible.

                También me gustaría reimpulsar un acuerdo que propuso Uruguay sobre cooperación en asuntos aduaneros, y fortalecer el área de convergencia en foros multilaterales; negociaciones agrícolas multilaterales –fundamentalmente en el marco del Grupo Cairns–;  negociaciones de la reforma de los subsidios a la pesca; Mipymes; temas de propiedad intelectual y protección de nombres aplicables a quesos. Ahí van a encontrar una serie de actividades que fueron identificadas.

                En el área de la cooperación, la idea es seguir el trabajo fuerte que ha venido desarrollando la Embajada en el área educativa, de investigación y desarrollo. Queremos buscar áreas de interés y captar fuentes de financiamiento, lo cual es bastante difícil para un país de renta media alta, como es el caso de Uruguay. Estoy pensando poner en marcha un mecanismo institucionalizado de cooperación con Australia –que no tenemos–, donde podríamos incorporar la cooperación triangular con Estados insulares, que son políticamente importantes para Australia. Con financiamiento australiano, Uruguay podría cooperar.

                Hay dos proyectos que me interesan particularmente en el área de minería y de valorización de productos agrícolas básicos, con la agencia federal australiana de investigación y desarrollo. Se realizaron contactos con el Ministerio de Industria, Energía y Minería, con la cancillería, con el Consorcio de Innovación Sur, con el LATU –me gustaría seguir explorando eso– y con las universidades australianas, que son agentes de proyección internacional para ellos, fundamentalmente con la Universidad de Tasmania y con la Universidad de Deakin. Esta última tiene un Centro de Estudios Australianos en Uruguay, pero además hay un proyecto para establecer en nuestro país un centro de excelencia en investigación aplicada en agricultura sostenible. Estamos muy cerca de cerrar el acuerdo; mi idea es ultimar los detalles para asegurar que esa inversión potencial quede acá y no se la lleven otros países de la región que también están interesados. Tengo conocimiento de que la Embajada de Australia ha seguido muy de cerca este proyecto, así que espero tener un aliado ahí para trabajar.

                El área cultural o la llamada Economía Naranja, sin duda creo que se puede fortalecer. Como les contaba, a raíz de los corredores humanitarios no solamente recibimos notas sumamente comprometidas y de alto nivel, como del primer ministro y de la canciller australiana, sino también –lo habrán visto en las redes– una gran cantidad de formas de reconocimiento provenientes del pueblo australiano, que ubicó a Uruguay en el mapa, que hoy tiene interés y curiosidad en conocernos, además de que muchos de ellos se comprometieron a hacerlo cuando se estaban yendo. Creo que el turismo acá puede ser un vector importante de desarrollo de la diplomacia cultural, y también el deporte, si tomamos en cuenta el crecimiento y el desarrollo que tiene el rugby en nuestro país.

                Quería destacar algo de lo que hablé esta semana con el canciller. Se está trabajando en el área cultural de cancillería con proyectos para exportar cultura nacional de nivel internacional. Se espera que la embajada de Uruguay en Canberra favorezca la promoción y haga una amplia difusión.

                Finalmente, en el eje consular de vinculación, la idea es que la embajada realmente se constituya en un verdadero apoyo a la diáspora. Cerca de diez mil uruguayos emigraron a Australia en los años 60 o 70, y otros diez mil forman parte de la segunda y tercera generación. Todos están bien arraigados a Australia, pero mantienen vínculos culturales y afectivos con nuestro país; eso lo quiero fomentar, sobre todo porque hay muchas agrupaciones de uruguayos que desarrollan actividades benéficas para escuelas rurales y hospitales en el interior del país. Por lo tanto, seguiremos trabajando en esa área.

                Sin querer robarles mucho tiempo, me gustaría hacer unas breves referencias –si el señor presidente me permite– a Nueva Zelanda, Fiyi y Timor Oriental, porque la Embajada de Uruguay en Canberra es concurrente en estos tres países. Entonces, quería hacer un muy breve pincelazo sobre ellos. Sobre todo, destaco a Nueva Zelanda, donde tenemos vínculos históricos, una mancomunidad de intereses comunes, somos aliados naturales en los foros internacionales y, además, a diferencia de Australia, somos muy similares en términos de superficie y población. El canciller se refería a Nueva Zelanda junto a Canadá y otros países nórdicos como esos socios que necesitamos para alianzas atípicas o estratégicas, por lo que la embajada en Canberra, en definitiva, va a ser un brazo ejecutor, además de fuente de información y contacto para esos proyectos que piensan trabajarse desde cancillería.

Como seguramente los señores senadores saben, desde febrero de 2018 formamos parte del D7, que está integrado por los países que lideran el gobierno digital y  liderado por Nueva Zelanda, lo cual representa otro elemento de acercamiento. Además, se está considerando la posibilidad de sumarnos al DEPA, una asociación de economía digital integrada por Nueva Zelanda, Chile y Singapur, que básicamente busca apoyar a los exportadores y a las pequeñas y medianas empresas para que aprovechen las ventajas de la economía digital. Pensamos que aquí lo central será trabajar en facilitar acuerdos de tránsito de personas y de establecimiento de inversiones. 

La réplica del acuerdo que ya tenemos con Australia seguramente no sea exacta, porque Nueva Zelanda ve el tema de inversiones en el marco de un acuerdo más amplio de libre comercio; de todas formas, creemos que hay que hacer el intento, además de reincentivar una propuesta que hizo Uruguay de acuerdos de cooperación en asuntos aduaneros, que me interesa.

Con Fiji, también somos socios, y más de lo que se conoce en el ámbito internacional. Actualmente, Fiji, al igual que Uruguay, es miembro del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas; diría que es un miembro muy activo, ya que impulsamos iniciativas juntos. Desde Fiji han intentado acercarse a nuestro país con propuestas de acuerdos, de cooperación técnica, de excepción de visas y de consultas políticas, que me parece que valdría la pena explorar e impulsar, porque eso daría otro dinamismo a la relación bilateral. A la vez, se han identificado oportunidades comerciales para Uruguay, sobre todo para el sector lácteo y el de arroz. Si bien Fiji produce estos productos, también es importador, porque funciona como nodo de distribución y de acopio en los demás Estados insulares. Por lo tanto, ahí se ve una buena perspectiva y ya ha habido conversaciones con el sector arrocero, que la embajada va a estar acompañando y facilitando. 

Y con Timor Oriental o Timor Leste –los dos somos miembros de la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa y  creo que eso es lo que más nos acerca desde el punto de vista cultural– existe un acuerdo marco de cooperación técnica, que no está firmado, a pesar de lo cual se ha avanzado en cooperación con este país. En lo personal, me interesaría firmar este acuerdo nuevamente, porque me parece que tener acuerdos por escrito y un marco de diálogo institucionalizado da otro dinamismo a la relación bilateral. Cabe señalar, además, que Timor Oriental está tratando de desarrollar su producción agrícola y para ello ha recurrido al Uruguay con financiamiento y apoyo técnico del PNUD. Una misión de técnicos en lechería de la UTEC estuvo analizando y estudiando la situación para el desarrollo de la industria lechera en ese país. Me parece que poder consolidar nuestra posición productiva allí nos abriría otra puerta más.

Quedo a las órdenes de los señores senadores por si desean formular alguna pregunta.

SEÑOR MAHÍA.- Buenas tardes y bienvenidos. Es un gusto recibir a la delegación en el día de hoy.

Me gustaría hacer unos breves comentarios.

Me parece de particular interés la exposición que ha formulado, pero quiero trasmitir una experiencia.

En lo personal, cuando en 2017 tuve la fortuna de presidir la Cámara de Representantes, uno de los destinos elegidos para ir en misión oficial fue Australia. En esa oportunidad, el embajador de la época en Australia, Ricardo Varela, trabajó con la gente del consulado en Sídney en una agenda muy intensa y jerárquica con distintas autoridades nacionales de cancillería. Se trabajó con lo que vendría a ser, en términos uruguayos, el BPS de allá y, ni que hablar, con las comisiones de asuntos internacionales del Parlamento.

Quiero destacar tres cuestiones para complementar y enfatizar el mensaje que  nos ha planteado la señora embajadora.

                Ese mismo año 2017, el expresidente Tabaré Vázquez había previsto ir a Australia, pero por razones de fuerza mayor no pudo concurrir. En ese momento estábamos bastante encaminados hacia la concreción de un acuerdo en materia  previsional que veo que acá está previsto. Este tema reviste especial interés por las características de la diáspora. Tenemos una cantidad de uruguayas y uruguayos que fueron a vivir a Australia estimulados específicamente por el gobierno para que lo hicieran y hoy muchos de ellos están en el rango de edad de percibir sus jubilaciones con una limitación: como no contamos con ese tratado que tenemos con otros países, no pueden venir –entre comillas– «libremente» al país para percibir la jubilación de su trabajo a lo largo de su vida,  porque una parte fue en nuestro país y otra parte importante en Australia. Esta es una consecuencia de las  limitaciones que hoy existen en esta materia. Entonces, sería importante  desarrollar esta área, por las distintas connotaciones que tiene desde el punto de vista humano, familiar, etcétera.

El segundo tema al que me quiero referir, por su relevancia, tiene que ver con la educación. Tuvimos la oportunidad de concurrir a la Universidad Deakin y constatar la experiencia de intercambio que se ha hecho con Uruguay –en materia latinoamericana, con foco en nuestro país–, y coincido en la necesidad de lograr que no se pierda ese vínculo. Había cuatro estudiantes –dos de la universidad pública y dos de una privada– estudiando asuntos vinculados a ambos países. Por ejemplo, recuerdo un caso que involucra al departamento que compartimos con el señor senador Peña,  vinculado al ordenamiento territorial de la costa,  y otro, al exceso de lluvia previsto para aproximadamente el año 2030 y los efectos que podría tener sobre la economía, el desarrollo de los cultivos y el trabajo de suelo.

Ese tipo de experiencias concretas las conocí allí. Pude constatar el interés del intercambio y creo que es un camino que está abierto –tal como sucede en muchos campos–, por lo que podríamos dar un nuevo impulso en la materia. 

Termino con la última consideración, que refiere al vínculo con la diáspora. La comunidad está bastante organizada. En muchos casos –en algunas ciudades que conocimos–, esa comunidad está avejentada, por razones obvias del paso del tiempo, pero doy fe de que mantiene un vínculo muy estrecho con nuestro país a través de distintas organizaciones que han buscado la colaboración y el apoyo. Algunas veces esto es más fácil y otras no, pero es un aspecto también a tener en cuenta. 

Obviamente, no voy a hacer énfasis en lo que ya mencionó la señora embajadora con respecto al gobierno digital, que es una política pública de punta de este país, ni me voy a referir a otras áreas que se han desarrollado en política de seguridad o vínculos específicos con el gobernador general de Australia, que también tiene cercanía con nuestro país.

En síntesis, quería compartir con ustedes y con los colegas del Cuerpo esta experiencia. Creo que amerita que un país tan importante, con tantos uruguayos residentes y con tanta incidencia en esa región del mundo, tenga un trato preferente del Gobierno nacional en la perspectiva de esta construcción.

Ojalá esta experiencia humanitaria sirva para que no solo tengamos un embajador concurrente de Australia, sino que Australia finalmente resuelva volver y se establezca en nuestro país. Esta sería una aspiración que podríamos tener. 

Es todo cuanto quería decir, señor presidente.

SEÑOR BERGARA.- Para nosotros es un gusto recibirlos en la tarde de hoy y, en particular, a la señora Pi Cedrés.

Parece muy adecuada la propuesta de la señora embajadora cuya venia nos propone el Poder Ejecutivo, pero quisiera hacer una pequeña consulta. Cuando manejó los temas de innovación e investigación y enumeró una serie de instituciones para enlazar de alguna manera con sus pares en Australia, sobre todo, no nombró a la Agencia Nacional de Innovación e Investigación. No sé si tiene algo pensado en ese sentido o si por alguna razón no la incluyó.

SEÑORA PI CEDRÉS.- Simplemente tuve que hacer una muy breve presentación del plan de gestión, pero de hecho antes de irme a destino tengo prevista una reunión bilateral con la agencia. Hice algunas alusiones en particular porque quería hacer referencia a los dos proyectos específicos que están en marcha, el de minería y el de valorización de los productos agrícolas básicos. Pero sin duda que sí, señor senador; de hecho, forma parte de la agenda de reuniones que tengo prevista.

SEÑOR PENADÉS.- En primer término, quisiera pedirle a la señora embajadora si nos puede informar cuál es el monto del intercambio comercial que tenemos con Australia.

En segundo lugar, me gustaría preguntarle lo siguiente. Australia es un estado federal, pero no me queda claro si está abierto de tal manera que se les permita a sus estados tener relaciones bilaterales con otros países. Muchas veces, por el tamaño del Uruguay, no estamos en la agenda de prioridades –a pesar de que ahora, circunstancialmente, por lo relativo al corredor humanitario, podemos llegar a estar en el radar del gobierno federal australiano—, pero sí podemos tener intercambios con algunos estados que permitan, por su tamaño, ser mucho más alcanzables para los desafíos de nuestro país. Quisiera saber qué planes tiene en ese sentido, ya que en su informe maneja algo al respecto.

En tercer término, me quiero referir al Tratado Antártico. Me permito recomendarle a usted que insista y trate de intensificar nuestras relaciones en ese sentido, y sobre la presencia de Uruguay en la Antártida. Creo que compartimos intereses con Australia que deberíamos profundizar. En este momento, el secretario general del Tratado Antártico es un ciudadano uruguayo. Me parece que deberíamos aprovechar eso también para tratar de intensificar relaciones que quizás abran la puerta para alcanzar intercambios científicos o visitas a las diferentes bases, y por ahí estrechar relaciones.

Lo mismo ocurre con las misiones de paz, porque Australia tiene una larga tradición en ese sentido.  Nuestro país también tiene una larga tradición al respecto y creo que esa sería un área estratégica sobre la que también deberíamos intentar profundizar.

Me gustaría escuchar algún comentario de la señora embajadora sobre estos temas.

SEÑORA PI CEDRÉS.- Con respecto al balance comercial puedo decir que se trata del 0,08 % de nuestras exportaciones a Australia; no llegan a nueve millones. Es muy poco, y por eso creo que hay que tender a la complementariedad y a trabajar en cadenas conjuntas de valor, así como a tratar de intercambiar información sobre modelos de calidad y cooperación científica para la mejora de la competitividad, porque claramente no es un mercado al que nosotros aspiramos. Hay productos específicos, hay nichos de mercado –el caviar puede ser uno–, y me parece que hay que buscar por ahí, pero no va a ser un país con el que tengamos una relación de socio comercial.

Con respecto a lo que el señor senador planteaba acerca de los estados, la respuesta es afirmativa; hay oportunidades de cooperación y eso lo van a ver en el plan de gestión. Tengo ideas específicas sobre todo para los estados Victoria y Queensland, con los que compartimos población. Además, el estado de Victoria es donde tenemos más uruguayos en puestos de particular importancia. Hay áreas de cooperación y ellos se permiten trabajar con estados. Nosotros tenemos  acuerdos específicos de cooperación con algunos y me  gustaría fomentar otros.

                En cuanto al Tratado Antártico coincido plenamente con lo señalado por el señor senador. En algunos aspectos no tenemos una postura absolutamente igual, porque ellos tienen una concepción un poco más soberanista del tema de la Antártida, pero en materia de cooperación científica sin duda alguna hay una veta muy interesante para trabajar con ellos.

SEÑOR PENADÉS.- Habría que tratar de aprobar la ratificación del tratado al que hacía referencia la señora senadora antes de que parta a su destino –que por el coronavirus me parece que va a tardar algunos días– como forma de demostrar el interés de Uruguay en estrechar relaciones con Australia. 

SEÑOR PRESIDENTE.- Ante todo agradezco a la señora embajadora por su presencia en la sesión de hoy.

Quiero resaltar sobre todo los tres ámbitos que generalmente se abordan  en  estos aspectos bilaterales: la política, los temas comerciales y la cooperación.

En ese aspecto es muy importante lo que se planteó respecto de la experiencia en el multilateralismo. Me refiero, por ejemplo, a la participación de Australia en el G20, la crisis que tenemos en materia de gobernanza multilateral y la similitud de intereses que tenemos con ese país en materia de estructura productiva. Por eso es que tenemos un comercio muy reducido: la realidad es que producimos casi lo mismo, sin perjuicio de algunos otros productos bastante extraños que tenemos en nuestra propia relación comercial.

 En cuanto a lo que mencionaban los senadores Penadés y Mahía, Australia tiene su característica. Hay un Libro Blanco editado por Australia sobre su política exterior, y sería bueno que muchos pudiéramos tomar algunos ejemplos como puntos de referencia, no solo en lo que son políticas de Estado, sino también en lo que hace a la definición del interés nacional, que está a veces mucho más allá de lo que generalmente se puede entender.

En materia de las fuerzas de paz, he tenido la oportunidad de conocer a una de las generales más importantes de Australia, que tiene una fuerte personalidad y que es la comandante de parte del ejército. Es una mujer que tiene una enorme experiencia y además es muy respetada en su carrera militar. De manera que en ese sentido allí la mujer tiene un rol importante.

También queremos hacer hincapié, en cuanto a lo cultural, en el tema de la Universidad de  Deakin. Sus representantes han venido a Uruguay y han firmado un acuerdo con el Consejo Uruguayo para las Relaciones Internacionales. Incluso, existen dos o tres docentes uruguayos que  están ejerciendo funciones en Australia. Esto tiene una enorme importancia en el desarrollo. La Universidad de Deakin está entre las cincuenta mejores del mundo y entre las primeras en materia de jóvenes. Y le ofrece becas y posibilidades al Uruguay en estos acuerdos que se han ido desarrollando, en particular en la cadena agroalimentaria y en la ciencia y la tecnología en lo que es el agregado de valor de esa cadena.

De manera que, más allá del tema comercial, hay mucho para trabajar.

Por otro lado, como mencionaba el señor Penadés, el primer ministro Morrison ha tenido un acercamiento muy fuerte con el Uruguay a raíz de la operación que todos conocemos. Además, Australia está dentro de la Commonwealth y su jefa de Estado es la reina de Inglaterra, de manera que, más allá de que tiene una total independencia y autonomía, es muy importante mantener este vínculo, porque es un muy buen socio también en lo que tiene que ver con la relación con Indoasia.

Por último quiero hacer una mención especial al tema del Timor Oriental. Uruguay participó durante mucho tiempo en su proceso de paz. Fue una lucha muy dura. Hago un paréntesis para decirles que vean en Netflix –quienes tengan tiempo– la película Sergio, sobre el embajador brasileño, a quien tuve el gusto de conocer. Murió trágicamente en Bagdad y fue el artesano de la diplomacia de Itamarati en la construcción del estado de Timor Oriental. Como ustedes saben, Timor Oriental era un territorio de dominio portugués que tuvo cantidad de dificultades, entre otras cosas, guerrillas internas, tribales y, además, religiosas. De modo que esto es muy importante porque ahí Uruguay también tiene su punto de referencia.

Así que, con todos estos temas por delante, le deseamos a la señora embajadora la mejor de las gestiones, en beneficio del país.

                Muchas gracias.

(Se retira de sala la señora embajadora Pi Cedrés).

–En consideración la venia solicitada por el Poder Ejecutivo para designar como embajadora extraordinaria y plenipotenciaria de la república ante la Mancomunidad de Australia a la señora Dianela Joselina Pi Cedrés.

Si no se hace uso de la palabra, se va a votar.

 (Se vota).

                –7 en 7. Afirmativa. UNANIMIDAD.

SEÑOR PENADÉS.- Propongo al señor senador Bergara como miembro informante.

SEÑOR PRESIDENTE.- Se va a votar.

(Se vota).

                –6 en 7. Afirmativa.

 

(Ingresa a sala el señor embajador Enciso Christiansen).

–La Comisión de Asuntos Internacionales del Senado le da la bienvenida al señor Carlos Enciso, propuesto por el Poder Ejecutivo como embajador extraordinario plenipotenciario de la república ante el gobierno de la República Argentina.

SEÑOR ENCISO.- Es un gusto para mí comparecer ante esta ilustre comisión del Senado.

Agradezco que se me reciba en un momento tan especial y complejo, en el marco de esta problemática mundial desatada por la irrupción del COVID–19. También nuestro país ha sentido el impacto, no solo en la prioridad sanitaria sino en la adaptación a la nueva normalidad que habremos de ir ganando. En especial, gracias a los señores senadores por recibirnos en este ámbito, pues sabemos que no ha habido comisiones que se hayan reunido en forma presencial.

Quiero agradecer también al embajador de Cancillería que, protocolo mediante, nos está acompañando.

De forma breve, pretendemos dejar algunos lineamientos genéricos acerca de cuáles van a ser nuestras ideas fuerza y nuestro plan de trabajo para presidir la misión diplomática en la República Argentina. Además, representa un honor para mí, desde lo personal, que el presidente de la república, doctor Luis Lacalle, me haya propuesto esta gran responsabilidad.

                Por supuesto, estas son unas ideas preliminares que serán oportunamente ratificadas, complementadas y, eventualmente, corregidas por el Poder Ejecutivo, así como también, obviamente, por el canciller de la república, economista Ernesto Talvi, con quien ya mantuvimos una reunión previa; en algún sentido, tenemos diferentes círculos concéntricos para ir, de forma complementaria, diseñando, trabajando, explorando y profundizando.

                Antes de entrar en aspectos puntuales, haremos una breve reseña para enmarcar conceptos en la lógica general de la geopolítica del Plata. En ese sentido, nos gustaría recurrir a una frase muy significativa en este contexto que, a su vez, marca una tendencia histórica de relacionamiento entre nuestros pueblos: «Debemos mantener siempre» –refiriéndose al Uruguay– «el punto medio entre Itamarati y el Palacio San Martín, pero para ello siempre más cerca del Palacio San Martín». Dicho comentario, que a pesar de las décadas mantiene vigencia, fue realizado por el doctor Luis Alberto Herrera al también senador Eduardo Víctor Haedo y este lo compartió con el pensador uruguayo Alberto Methol Ferré. Este referente de la integración nos ilustra que Herrera tomaba en cuenta que había una asimetría geopolítica y de poder entre ambos puntos. Hablaba de asimetría geopolítica porque Uruguay afectaba los centros básicos de la Argentina –sus comunicaciones, o sea, las de Buenos Aires, de Rosario, de Córdoba– y. en cambio, no influía en ningún centro vital de Brasil. Methol agrega que Argentina es la frontera necesaria de Brasil con el mundo hispanoparlante de América del Sur. Si por el peso del poder –no con intención imperial– se disminuye a la Argentina en su relación con Brasil, eso también nos disminuye fatalmente. Si se le quiebra el espinazo a Argentina y pasa a ser una dependencia de Brasil, dependientes seremos todos, nadie puede subsanar eso.

                Además, afirma que debe quedar claro que no se trata de ningún enfrentamiento con Brasil sino todo lo contrario; es crear las condiciones para la fraternidad y la igualdad, porque todo el mundo hispanoamericano de América de Sur es equivalente, en extensión, en población y en recursos, al Brasil. Hay que generar las dos mitades, subraya.

                En cuanto a los lineamientos generales de nuestra misión y el plan de acción que se pretende llevar a cabo, es importante destacar algunos aspectos.

Los lineamientos pueden ser divididos en diferentes ejes de acción que irán transcurriendo en espacio y tiempo de forma paralela y complementaria. Podemos dividir el accionar de la misión diplomática en aspectos ya tradicionales que siempre hay que conducir y apoyar –en los que el rol de los diplomáticos y los servicios vinculados a estos son fundamentales para nuestro país–, en la recolección de información, en su posterior análisis y en la interacción concreta en los ámbitos de las cancillerías y también de las diferentes comisiones binacionales; si bien esto no es nuevo, se trata de un eje en el que se debe profundizar estratégicamente.

En este desafío, para nosotros crucial, se circunscriben la Comisión Administradora del Río de la Plata, la Comisión Administradora del Río Uruguay, la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande, el Comité Intergubernamental de la Hidrovía Paraguay–Paraná y el Comité Intergubernamental Coordinador de los Países de la Cuenca del Plata, además de otros ámbitos que tengan relación directa con asuntos de navegación e integración fluvial y fronterizos. A modo de ejemplo, en este orden podemos destacar la importancia prioritaria para este período del nuevo Gobierno, de la navegabilidad de barcazas en todo el río Uruguay y la necesidad de intervención en el norte de la represa de Salto Grande, respecto a lo que ya hay, además, algunos proyectos trabajados oportunamente por diferentes comisiones y que, evidentemente, precisan un impulso político en este momento.

Como siempre, por parte de la misión diplomática creemos que debemos tener un rol muy activo en el apoyo, generando los encuentros y los intercambios necesarios de los nuevos planes que este nuevo Gobierno ha puesto de manifiesto y de los ya avanzados por las respectivas delegaciones binacionales y las autoridades respectivas en tiempo y forma; me refiero a los temas de la protección del medioambiente común y la cooperación en diferentes temáticas.

Hoy existen diecisiete proyectos en curso a través de la cooperación binacional con Argentina. También merecerán toda nuestra atención la reactualización de la agenda económica binacional, de las potenciales zonas económicas especiales, de los temas del turismo, de la interconexión energética, el dragado de nuestros ríos, etcétera. 

En otro orden, desde el rol diplomático e institucional de la embajada, obviamente hay que mantener, y siempre mejorar, el relacionamiento con la Cancillería argentina y con el Gobierno en general, previendo y tratando de anticipar los naturales problemas y el punto de conflicto que puede haber entre nuestros países hermanos por diferencias de enfoque en temas de política internacional o asuntos bilaterales de nuestros gobiernos.

No estamos ausentes a lo que es la postura del Gobierno argentino en relación con la profundización de acuerdos con los países extrazona del Mercosur y las diferencias en el manejo de los tiempos para el abordaje de estas temáticas. Es una ardua tarea de conciliación y coordinación en el afán de seguir avanzando como bloque tras la consecución de objetivos económicos comunes.

Tampoco perdemos de vista que además del rol diplomático tradicional, la embajada en general y el embajador en particular tienen en paralelo una importancia en el accionar que quizá no se dé de la misma manera con otras misiones diplomáticas, que surge de entramados históricos, culturales, políticos que inducen al rol activo para con la sociedad argentina en general, con los estamentos del poder, con las representaciones políticas, sociales, económicas, culturales, etcétera.

Asimismo, esto cobra particular relevancia en lo que refiere al relacionamiento con la diáspora más importante que tiene nuestro país en el exterior. En la República Argentina en general y en la provincia de Buenos Aires en particular, sabemos de la importancia del trabajo y apoyo a la actividad consular y las múltiples actividades que pasan por dicha misión. En virtud de lo anterior, creemos que debe tender a generar una rápida actualización de información del embajador, generando la actitud de estar a la orden con grupos de interés, cámaras industriales, exportadores de nuestro país, en una necesaria puesta a punto de la agenda temática en común a impulsar, con el eje económico comercial como centro en la realidad de la balanza comercial ampliamente deficitaria para nuestro país –hoy ronda alrededor de los USD 650:000.000 de déficit; es una cifra de 2019–, y con una realidad en el sector servicio con principal foco en el turismo que también atraviesa un presente repleto de complicaciones a raíz de la situación cambiaria. En la República Argentina el dólar turista, la Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva y las consecuencias sanitarias y económicas de la respuesta al coronavirus van a estar también presentes en la agenda.  Dejo aquí un cuadro de comparación del saldo comercial de 2015 a 2019 –simplemente para que lo tengan– que reafirma estas breves líneas.

Creemos que el otro punto que no debemos desatender está vinculado con las medidas paraarancelarias de múltiples usos por parte de la República Argentina. Por ejemplo, las licencias no automáticas de importación. Por resolución número 1 de enero de este año, el Ministerio de Desarrollo Productivo volvió a introducir en el control, bajo la  denominación LNA, a unas 400 posiciones arancelarias en un total de 1600. Aproximadamente, esta cifra es el 30 % de lo exportado en 2019 por Uruguay, que quedaría sujeto al LNA. Obviamente, esto causa un importante perjuicio a un grupo no menor de exportadores uruguayos, por ejemplo en sectores de electrodomésticos, insecticidas, artículos de limpieza, comida para mascotas, etcétera.

En cuanto a  la inversión extranjera directa, no podemos desatender el hecho de seguir impulsando lo que es el principal flujo de inversiones que recibe nuestro país. La República Argentina representa casi el 20 % del total de IED, o sea de la inversión directa que recibe nuestro país, siendo el primer origen de tan importante ítem, obviamente, los capitales argentinos en nuestra tierra. A modo de ejemplo se puede subrayar que Uruguay es el segundo país con presencia de franquicias argentinas; tiene 88 franquicias, solamente es superada por Paraguay con 89. 

También pretendemos desarrollar el rol de la embajada en cuanto y tanto darle una impronta mucho mayor a la presencia institucional y política del embajador y su equipo en descentralizar la gestión hacia las provincias del vasto territorio argentino en general y recorrer in situ todas las misiones consulares en particular, encarnando un papel muy activo en la cooperación subnacional entre gobernadores cercanos a nuestro litoral, intendentes, con el objetivo de generar un mayor intercambio, profundizando las relaciones y el hermanamiento mediante intendencias, gobernaciones y municipalidades. Hay algunos ejemplos virtuosos entre hermanamientos que han tenido resultados interesantes en múltiples aspectos, entre algunas gobernaciones o municipios de ambos lados, pero creo que también hay que tener, en esta etapa, una impronta fuerte en ese aspecto descentralizador y subnacional.

No debemos olvidar el importante rol que desarrollan las cuarenta y cuatro misiones diplomáticas adscriptas en Buenos Aires, concurrentes ante el Gobierno de nuestra república. Sería importante también para la misión profundizar y estrechar lazos en materia  política, económica, comercial, cultural, cooperación y consular migratorio. Algunos países en esta situación deben tomar mayor relevancia en el intercambio comercial y cultural para con Uruguay, sobre todo en el entendido de que muchos de ellos provienen de áreas geográficas pujantes en cuanto al desarrollo económico futuro: África, Magreb, Asia y países del Medio Oriente.

Finalmente, como miembro que fui de esta casa durante algunos meses y también de la Cámara de Representantes, a lo largo de varios años, de más está decir que estaré a la orden y pondré mucha atención a la posibilidad de generar intercambios parlamentarios, grupos de amistad, y ante en el requerimiento de cualquier gestión por parte de este Cuerpo o de algunos de los señores legisladores en particular.

Quedamos a las órdenes para evacuar alguna duda y escuchar alguna reflexión o recomendación ya que, reitero, lo expuesto se trata de una estructura muy preliminar compuesta –situación mediante de las urgencias y prioridades actuales– más que nada por ideas fuerza y la base del que creemos debe ser el eje de nuestra gestión en la embajada uruguaya en la República Argentina.

Obviamente  quiero comentarles que también hemos tenido –a pesar de las dificultades presenciales– un intercambio con el actual embajador Lescano y con su equipo. De buena forma hemos recibido alguna información que nos ha llevado a tener, en esta situación especial, independientemente de los servicios de Cancillería –la semana pasada estuvimos con direcciones generales al tanto de las áreas más vinculantes también con nuestra misión– la colaboración –es bueno decirlo– de las autoridades en Buenos Aires.

De mi parte quedo a las órdenes. Muchas gracias por su atención.

SEÑOR PENADÉS.- Por supuesto que Argentina es nuestro principal socio y destino diplomático.

 Si no entendí mal, el señor Enciso dijo que la balanza comercial con Argentina es de USD 650:000.000 desfavorable. ¿Es así?

SEÑOR ENCISO.- Ese es el déficit de bienes. Obviamente, no está cuantificado –es más intangible– el rubro servicio y el impacto negativo de este último año respecto al turismo.

SEÑOR PENADÉS.- O sea que ellos nos importan a nosotros USD 650:000.000 más de lo que nosotros le exportamos a ellos.

SEÑOR ENCISO.- Prácticamente son USD 355:000.000 en exportaciones y USD 968:000.000 en importaciones, hablando en números redondos. Eso hace la diferencia de USD 613:000.000, correspondiente al año 2019.

                Es algo endémico que viene desde la década de los setenta, por lo menos –el presidente de la comisión es experto en esta temática–, mucho antes del Mercosur.

SEÑOR PENADÉS.- ¿Hay algún estudio en materia de servicios que refleje a cuánto asciende el intercambio comercial que tenemos con Argentina por turismo, etcétera? Bueno, sabemos que el 80% del turismo proviene de Argentina y que son mil millones de dólares.

SEÑOR BONOMI.- Me perdí parte del intercambio final. La pregunta del senador Penadés estaba referida a bienes, pero la balanza comercial de bienes y servicios es absolutamente favorable para Uruguay. De todas maneras, no me había anotado para hacer uso de la palabra debido a eso.

Cuando empezó hablar el futuro embajador, citó a Herrera y el punto medio entre Itamaratí y el Palacio San Martín, como que había que saber dónde estaba ese punto medio. A este respecto, quisiera solamente destacar que no es posible que haya una política de relacionamiento sin tener en cuenta eso, y tampoco no es posible una política de relacionamiento regional con el mundo si ese equilibrio no se produce. Hago este comentario porque a veces en el debate político tendemos a fijar nuestro relacionamiento por la proximidad o lejanía con las posiciones políticas que se manejan dentro de cada país, y nosotros tenemos que tener el rumbo puesto en lo que es el relacionamiento con el país y no con el sector político que gobierna. En el período pasado muchos teníamos diferencias sustanciales con el Gobierno argentino. Pero en diversos temas, incluso en el Ministerio del Interior, tuvimos muchas más posibilidades de acuerdo en el último lustro que antes –por ejemplo, en cuanto a migraciones, acuerdos migratorios, controles, intercambio con las policías– y, sin embargo, la diferencia política existía. Y en el debate muchas veces hacemos pesar más la posición que uno toma, más por el Gobierno que está en cada país que por la valoración que uno hace sobre esa frase que se leyó al principio de la necesidad de relacionamiento con los países para poder fortalecer el posicionamiento de la región en el mundo.

                Quería dejar sentada mi opinión sobre este punto.

SEÑOR BERGARA.- Es un gusto recibir al futuro embajador.

Quisiera hacer dos o tres reflexiones.          

                Antes de la pandemia del coronavirus, uno podía tener como foco de preocupación –en el sentido de atención– que la situación argentina en los terrenos económico y social era realmente muy mala. Se habla de que por encima del 40 % de los argentinos viven bajo la línea de pobreza y tienen altos niveles de marginalidad, es decir, de extrema pobreza. Y a veces esas son las situaciones que hacen que más allá de que en general hoy día no hay países que estén florecientes, en el diferencial con Uruguay, se den oleadas, en este caso de argentinos, que se vienen a nuestro país. Ahora, en plena pandemia, no sabemos cómo va a procesarse esa situación, pero no sería de extrañar que una vez dominada la COVID-19 –que no sabemos cuándo será–pudiera existir una intensificación de un contingente de argentinos que, al menos transitoriamente, opten por residir en Uruguay; eso dará trabajo a la embajada y al consulado.

                En general, nuestro país ha avanzado hacia la facilitación de la inmigración, e históricamente lo ha hecho con Argentina. Si no estoy mal informado, la mayor parte de los inmigrantes que viven en Uruguay son argentinos.

                La otra reflexión apunta a la preocupación que mencionó el señor Enciso con respecto a la decisión de Argentina de no participar –suponemos que transitoriamente–  en las negociaciones extraMercosur, o sea, en acuerdos que se están dialogando con este mercado. Evidentemente, eso es preocupante, pero tenemos claro que la pandemia le está poniendo un paréntesis a todo aunque, de todas maneras, la definición política no es menor.

                Mi consulta concreta es si en el marco de este primer acercamiento que está teniendo de cara al tema de la embajada, tiene alguna perspectiva o información de cómo puede avanzar ese tema, si es algo que se va a consolidar como una cuestión preocupante o si es una cuestión transitoria. Lo pregunto porque, sin duda, para Uruguay son muy importantes los acuerdos que haga el Mercosur con terceros países o terceras regiones.

SEÑOR ENCISO.- Agradezco las reflexiones vertidas.

                Con respecto a la pregunta del señor senador Bergara, hasta que la venia no se haya concedido, no corresponde tener contacto alguno con autoridades o representantes del Gobierno argentino y, de hecho, no lo hemos tenido. Sí tenemos conocimiento –extraoficialmente– de algunos contactos de alto nivel que tuvieron lugar con integrantes de nuestro actual Gobierno, lo que puede darnos la percepción de que esta situación –independientemente de algunas declaraciones y posturas que se tuvieron, sobre todo por la reacción más fuerte del Gobierno paraguayo al inicio de esta problemática– va a tender a distenderse en un futuro y las aguas van a volver a su cauce.

SEÑOR PRESIDENTE.- Agradezco su intervención y me gustaría hacer hincapié en nuestra relación, que es lo más importante y que tiene otro tipo de conexión que va más allá de los aspectos político, comercial y de cooperación, que es el vínculo multilateral, regional y bilateral.

                Tradicionalmente, con Argentina tenemos lo que siempre hemos definido como la intensidad de los afectos. Es decir, tenemos tanto acercamiento con tanta fuerza como a veces tantas distancias con la misma fuerza agravada por el tema de la asimetría. Cuando un país más grande toma decisiones importantes y nos quiere afectar, siempre tiene muchas más posibilidades que nosotros, que de alguna manera somos un país que se ha caracterizado por ser defensor del derecho, de las normas, del cumplimiento de las obligaciones y de la seguridad jurídica.

                Precisamente, ayer le envié al señor Enciso un link porque el señor ministro Felipe Sola compareció en el Senado argentino para tratar este tema. Allí quedaron claramente demostrados los intereses regionales de las provincias y, sobre todo, la tendencia más autárquica y nacionalista de Argentina para evitar o tener cierta reticencia a la apertura comercial, que es el motivo principal que ha dado lugar a las discrepancias y al planteamiento que ha tenido últimamente con Brasil respecto a estos temas.

                De todas maneras, esto es parte de nuestra historia, es lo que denomino la «trenza porteña-lusitana», a la que vamos a estar siempre atados y, obviamente, sus integrantes no van a poder desvincularse; Argentina y Brasil están condenados a entenderse porque para Argentina, Brasil es el principal mercado y todas las acciones que pueda tomar, no solo desde el punto de vista geopolítico sino también comercial, están vinculadas con los temas comerciales.

                Me gustaría que se retomara el tema de la hidrovía, que me consta ha sido de preocupación del señor Enciso.

                Además, quiero hacer una mención que, creo, es de justicia: reconocer, más allá de su lamentable fallecimiento, la gestión que tuvo al frente de la cartera Felipe Michelini. Lo quiero decir porque he estado al tanto del tema y sé, por las informaciones que he tenido, que Felipe fue un hombre que defendió con mucha firmeza y con mucha prolijidad el interés nacional. Entre otras cosas, durante su gestión se llegó nada menos que a finalizar las obras del famoso dragado a 34 pies del canal Martín García. Tan reticentes fuimos que firmamos esas notas reversales hace 25 años y todavía estaban por cumplirse.

                Esto también avala expresado por el señor senador Bonomi: el tema de los gobiernos puede ir y venir, pero, en realidad, las relaciones bilaterales entre países pueden estar más allá de algunas simpatías o empatías que se tengan. Esto es muy importante.

Quería transmitir esta cuestión de la hidrovía  y, sobre todo  defender, en esta política nueva de Argentina –o por lo menos en esta etapa post coronavirus, que va a ser muy intensa–, no solo el tema del Mercosur, sino particularmente e la visión geopolítica bisagra que el Uruguay siempre ha mantenido, desde su origen histórico artiguista, con respecto a lo que significa para nuestro país la política de los círculos concéntricos. La relación bilateral con Argentina ha tenido siempre características muy especiales, pero es parte de nuestro estilo permanente de vida que tenemos que administrar con respaldo político, con profesionalidad y, a veces, con mucha paciencia.

Quería hacer hincapié en eso porque sé que Enciso está preocupado por ese tema.

Muchas gracias.

SEÑOR ENCISO.- Les agradezco y quedo a las órdenes, como siempre.

(Se retira de sala el señor Carlos Enciso)

                (Se suspende momentáneamente la toma de la versión taquigráfica)

SEÑOR PRESIDENTE.- Se va a votar si se concede la venia solicitada para designar al señor Carlos Enciso como embajador en la República Argentina.

(Se vota).

                –7 en 7. Afirmativa. UNANIMIDAD.

                Propongo al senador Penadés como miembro informante.

                Se va a votar.

(Se vota).

                –6 en 7. Afirmativa.

                Se levanta la sesión.

                (Son las 17:49).

                 

 

 

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Montevideo, Uruguay. Poder Legislativo.