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COMISIÓN DE DEFENSA NACIONAL

(Sesión celebrada el día 14 de setiembre de 2020).

 

SEÑOR PRESIDENTE.-  Habiendo número, está abierta la sesión.

(Son las 14:04).

               –Damos la bienvenida a las delegaciones que nos acompañan en el día de hoy, integradas por autoridades de los Ministerios de Relaciones Exteriores y de Defensa Nacional.

                Las autoridades del Ministerio de Relaciones Exteriores son: ministro de Relaciones Exteriores, embajador Francisco Bustillo; director general de Secretaría, embajador Diego Escuder; jefe de gabinete, embajador Fernando López Fabregat; director general para Asuntos Políticos, embajador Pablo Sader; director de Relaciones Institucionales, embajador Ricardo Baluga, y de la Dirección General para Asuntos Políticos, la consejera doctora Verónica Crego.

               Las autoridades del Ministerio de Defensa Nacional que nos acompañan son: ministro de Defensa Nacional, doctor Javier García; subsecretario coronel (R) Rivera Elgue; director general de Secretaría, doctor Fabián Martínez; comandante en jefe de la Armada, almirante Jorge Wilson; director general de Recursos Financieros, contador Damián Galó; directora de Asuntos Internacionales, escribana Alicia Barbani; jefe del Estado mayor del Ejército, general Omar Carabajal, y el jefe del Centro de Operaciones de Paz, coronel Roberto Martínez.

El primer punto del orden del día es el siguiente: «Operación de Mantenimiento de la Paz de la Organización de las Naciones Unidas en la República Árabe Siria (FNUOS). Se autoriza el incremento del número de efectivos militares del Ejército Nacional a participar. Mensaje y proyecto de ley del Poder Ejecutivo. (Distribuido n.° 253/2020)». Si les parece bien, después de considerarlo liberaríamos a los representantes de la Cancillería y continuaríamos con el tratamiento de los otros temas junto con los representantes del Ministerio de Defensa Nacional.

               A continuación, vamos a dar la palabra al señor ministro de Defensa Nacional, a efectos de referirse a la misión en Altos del Golán y Siria.

SEÑOR MINISTRO DE DEFENSA NACIONAL.- Muchas gracias.

               Señor presidente, señores senadores, señores diputados: a pesar de que llevo unos cuantos años en esta casa es la primera vez que me reúno en una comisión en esta sala, así que por lo menos para mí es una novedad.

               Queremos agradecerles muchísimo el hecho de que nos reciban. Como es de conocimiento de los señores senadores y diputados, esto se originó a solicitud del planteo de un tema –que creo es el segundo punto del orden del día– referido a los instrumentos que prevemos respecto a la eventualidad de buscar un mecanismo financiero para trabajar en la reposición y modernización de equipos en la Armada Nacional. Luego se agregaron dos temas, el que vamos a tratar en primera instancia –como solicitó el señor presidente–, vinculado a la ampliación del contingente en Altos del Golán y la solicitud de autorización para participar en la operación Unitas.

               Vamos a comenzar, pero antes quiero agradecer al señor embajador Bustillo y a todo el equipo de la Cancillería que lo acompaña. En nombre del Ministerio de Defensa Nacional reiteramos el honor que significa para nosotros estar aquí.

               Este proyecto de ley tiene dentro de su horizonte el ordenador, la jerarquía y la distinción que caracteriza a los contingentes uruguayos para Organización de las Naciones Unidas. Como ustedes saben la participación del contingente uruguayo en Altos del Golán cumplió un año la semana pasada –es una misión que tiene sus años de historia–; nuestra participación data exactamente de un año hasta el día de la fecha. Participan 170 compatriotas y la Organización de las Naciones Unidas solicitó al Uruguay –y creo que es bueno destacar que no fue en virtud de una decisión circunstancial, sino de un análisis de lo que significa el despliegue uruguayo desde el punto de vista profesional– ampliar el contingente en aquella zona del mundo, de 170 a 210 efectivos de un contingente de infantería mecanizada.

               Agrego la urgencia del tratamiento de este proyecto de ley. Como ustedes saben, en nuestra vida parlamentaria siempre insistimos en la antelación que hay que tener entre la solicitud de autorización para el envío de contingentes y el tratamiento parlamentario, que no es este caso.

SEÑOR PRESIDENTE.-  Hemos fracasado.

SEÑOR MINISTRO DE DEFENSA NACIONAL.- Con total éxito.

(Hilaridad).

–Pero hay una explicación: la decisión de las Naciones Unidas fue hace tres semanas. Estábamos esperando –no lo podíamos hacer de otra manera– la confirmación de la Organización de las Naciones Unidas, que fue precisamente en el mes de agosto; eso llevó a que nos retrasáramos –a pesar de que seguramente iba a ser positiva, como lo fue– el envío del proyecto de ley.

Si me permiten, nos gustaría que el señor general Carabajal hiciera una exposición.

Todos nos hemos automandatado ser breves en virtud de la cantidad de temas que hay y por el trabajo que tienen ustedes.

SEÑOR CARABAJAL.- Buenas tardes, señor presidente, señores senadores y señores diputados.

               Tal como lo ha manifestado el señor ministro de Defensa Nacional, nuestro país recibió una invitación de la Organización de las Naciones Unidas para aumentar el contingente que actualmente tenemos en la zona de Altos del Golán, a los efectos de continuar con lo establecido en su mandato.

               Como ustedes sabrán, desde el año 1974 y luego de la culminación de la cuarta guerra árabe-israelí, se produjo una separación entre ambos beligerantes que llevó a la creación de una zona de seguridad, establecida por el mandato de las naciones unidas. Dicha zona es controlada por cascos azules y –como pueden observar en los diferentes monitores– están mandatados a cumplir la misión de mantener en alto el fuego existente entre ambos Estados y supervisar, no solo la operación de la separación de las fuerzas existentes, sino que sea cumplida a rajatabla esa área de separación y limitación.

A tales efectos, reitero, nuestro país recibió la invitación realizada por las naciones unidas para el incremento del personal, que responde a tres factores fundamentales: en primer lugar, la neutralidad de nuestro país; en segundo término, la aceptación de ambos continentes, ya que vamos bajo el Capítulo VI de naciones unidas, y, en tercer lugar, una evaluación que el propio contingente recibió en el área de misión, y para la cual naciones unidas catalogó de excepcional. Aceptados por ambos beligerantes, recibimos la propuesta de aumentar en cuarenta efectivos –un oficial y treinta y nueve efectivos del personal subalterno– para extender el sector que está al sur del área establecida.

Ustedes podrán observar en el monitor la cronología de los hechos: el 17 de abril se recibió la primera nota, a través de la misión que tenemos en Nueva York; el 20 de mayo el Ministerio de Relaciones Exteriores aceptó la invitación para incrementar esa facción; el 3 de agosto el Departamento de Operaciones de Paz de las naciones unidas confirmó a la misión permanente de nuestro país ante las naciones el incremento de la misión, y el 11 de agosto se elevó, a través del Comando General del Ejército por medio del Ministerio de Defensa Nacional, el proyecto de resolución para el incremento del mencionado personal en el área. 

Esa es la misión que tiene las fuerzas de las naciones unidas en el área: supervisar –lo pueden observar en la diapositiva– las líneas Alfa y Bravo. No hablamos de países; no se puede hablar de países, en virtud de que hay un terreno que está en disputa y ninguno de los beligerantes lo reconoce como sitio de la parte opuesta. Por lo tanto, hablamos de la zona Alfa y de la zona Bravo; sabemos a quiénes nos referimos, pero los llamamos de esa manera.

La misión que se puede visualizar en la siguiente diapositiva es la que tiene asignada la Compañía Uruguaya de Infantería Mecanizada de nuestro país: supervisar el sector sur de la misión de las naciones unidas, acorde a las órdenes impartidas por el mando de naciones unidas; controlar el sector de responsabilidad, y reportar cualquier actividad dentro del área de separación y de liberación. Es decir, observar y patrullar la zona de acción para verificar que se continúe con el cese de fuego.

En el primer renglón de la diapositiva se puede apreciar el número del personal desplegado que, actualmente, son diez oficiales y ciento sesenta efectivos del personal subalterno, que totaliza una cantidad de ciento setenta. A su vez, repito, el incremento que se prevé es un oficial y treinta y nueve efectivos del personal subalterno, que completan los doscientos diez efectivos en total.

Estos son los actuales medios que nuestro país tiene desplegado en ese lugar. Estamos hablando de quince vehículos blindados y siete de reconocimiento, ocho camiones, dos camionetas y una ambulancia.

Los señores legisladores pueden apreciar en el mapa que se proyecta tres círculos rojos, que son las actuales posiciones que nuestras tropas tienen en el terreno, y un espacio punteado en verde, que sería la nueva posición que ocuparía el personal correspondiente a este incremento, que sería desplegado en los próximos días. Eso obedece a la longitud del sector y a que hacia el sur había quedado una zona liberada en la cual no había ningún tipo de control.

               Es cuanto tengo para informar, señor ministro y señor presidente.

SEÑOR PRESIDENTE.- Muchas gracias.

               Tiene la palabra el señor ministro de Defensa Nacional.

SEÑOR MINISTRO DE DEFENSA NACIONAL.- Muchas gracias, señor presidente, pero creo que el señor canciller quería anticiparse.

SEÑOR PRESIDENTE.- Señor canciller: justamente, su convocatoria se realizó a pedido de algunos senadores de la Comisión de Defensa Nacional que, ante la solicitud de incrementar tropas, entendíamos imprescindible complementar el enfoque con la visión de la Cancillería sobre la evolución en esa zona. Es algo que nos va a ayudar a tener una mejor comprensión y composición de lugar a la hora de la decisión.

               Por lo tanto, con gusto, le otorgo la palabra el señor canciller, Francisco Bustillo.

SEÑOR MINISTRO DE RELACIONES EXTERIORES.- Muchas gracias.

               Es un gusto estar en la Comisión de Defensa Nacional de la Cámara de Senadores acompañada por la Comisión de Defensa Nacional de la Cámara de Diputados.

               Me voy a permitir complementar la primera parte de la presentación que hizo el Ministerio de Defensa Nacional a propósito –como bien apuntaba el señor presidente– de la trascendencia que tienen para el Uruguay las misiones de paz y en particular esta. Para ello voy a dar lectura a un documento que confeccionamos en la Cancillería para esta convocatoria.

Como es de conocimiento de los señores senadores, las misiones operativas de mantenimiento de la paz constituyen un eje fundamental de la política exterior de Uruguay. En ese sentido, la Ley n.º 18650, del año 2010, en su artículo 22 establece: «La participación de contingentes nacionales en Misiones de Paz constituye una decisión soberana que estará determinada por la política exterior de la República y en tal sentido tenderá a la promoción de los intereses nacionales en el ámbito internacional, la práctica de medidas de confianza mutua y la promoción de relaciones de cooperación y respeto entre los diferentes actores de la comunidad internacional, en consonancia con el derecho internacional».

               Deseo referirme brevemente a los antecedentes de la Fuerza de las Naciones Unidas de Observación de la Separación. Desde principios de marzo de 1974, la situación de las fuerzas armadas de Israel y Siria se tornó cada vez más inestable y se intensificó el fuego armado. El 31 de mayo de 1974 se creó la Fuerza de las Naciones Unidas de Observación de la Separación, mediante la Resolución n.º 350 del Consejo de Seguridad, tras la retirada acordada de las fuerzas de Israel y Siria del Golán.

               Desde entonces, la fuerza ha permanecido en la zona para mantener el cese al fuego entre las fuerzas de Israel y Siria y supervisar la aplicación del acuerdo de retirada. El mandato ha sido prorrogado sucesivamente desde 1974, cada seis meses, hasta 2011, año en que la misión fue retirada debido a enfrentamientos internos. El 21 de abril de 2012 –por Resolución n.º 2043 del Consejo de Seguridad– se autorizó nuevamente su redespliegue. El mandato actual de la fuerza fue establecido por el Consejo de Seguridad en su Resolución n.º 2530, de fecha 29 de junio de 2020.

               De acuerdo con los datos más recientes, el personal de la fuerza asciende a 1009 efectivos. Entre los principales contribuyentes de efectivos se encuentran: Nepal –356–, India –186–, Uruguay –173–, Fiyi –139– e Irlanda –134–. Nuestro país no solo participa con un contingente, sino también en los cuadros superiores de la fuerza, dado que el jefe del Estado Mayor de la fuerza –número tres en la jerarquía– es el coronel Martín Álvarez, del Ejército Nacional uruguayo, lo que significa un gran reconocimiento a nuestro país.

               El 31 de enero de 2019 se recibió una invitación para desplegar una compañía de infantería mecanizada ante la fuerza. El Parlamento nacional, a través de la Ley n.º 19757, de 24 de mayo de 2019, autorizó el despliegue de los 170 efectivos que componen esa compañía, quienes fueron desplegados en setiembre de ese año.

               En lo que refiere al rol y al despliegue de la Compañía de Infantería Mecanizada de Uruguay –UMIC–, el mandato de Naciones Unidas para esta misión no solamente involucra la desconexión de las fuerzas, sino también verificar en el terreno que tanto Israel como Siria tengan los elementos necesarios y autorizados para desempeñar sus tareas en el marco del acuerdo del cese al fuego. Es importante señalar que esta misión se enmarca en el Capítulo VI de la Carta de Naciones Unidas, que refiere a la solución pacífica de controversias, cuyo mandato no incluye la protección de civiles, a diferencia de la misión en el Congo.

               En abril del presente año, nuestro país recibió una invitación del Departamento de Operaciones de Paz de las Naciones Unidas para desplegar una nueva sección de infantería mecanizada, integrada por otros 35 efectivos más.

Con fecha 20 de mayo, la Cancillería recibió comunicación del Ministerio de Defensa Nacional aceptando la invitación para participar con cuarenta efectivos, extremo que fue confirmado a las Naciones Unidas. Este nuevo despliegue requiere la autorización del Parlamento nacional, de conformidad con el mandato constitucional previsto en el numeral 12) del artículo 85. 

Como señalé antes, el mantenimiento de la paz y la seguridad internacional constituyen para Uruguay un eje fundamental en su política exterior y son piedra angular de su diplomacia multilateral. Su participación en las operaciones de mantenimiento de la paz reafirma su compromiso con estos altos valores y con el sistema de las Naciones Unidas, al tiempo que permite una mayor profesionalización de nuestro personal militar. 

En la medida en que la posibilidad de que Siria e Israel retomen negociaciones directas no se percibe cercana, esta misión de paz contribuye, al menos, con la estabilidad, el enlace e, incluso, con ciertos niveles de intermediación entre ambos países. Como precisé anteriormente, la operación fue establecida de acuerdo con el Capítulo IV de la Carta de Naciones Unidas, al cesar los entrenamientos militares directos no como resultado de un acuerdo de paz. En virtud de ello, una fuerza internacional con un mandato de las Naciones Unidas juega un papel fundamental en las comunicaciones, intercambios, aclaraciones y transmisión de mensajes o intenciones entre las partes; además, en muchos casos evita que se produzcan malos entendidos o errores de cálculo que podrían producir consecuencias indeseadas. Este es un rol discreto y reservado de la fuerza, pero sumamente efectivo. 

En estos momentos en que finaliza su misión en la zona, es dable destacar el gran reconocimiento, profesionalismo, habilidades y excelencia de nuestro primer contingente y de su comandante, el teniente coronel Ramón Ramírez, que en pocos meses no solo comenzó el despliegue de una nueva operación de mantenimiento de la paz, con todos los factores logísticos y técnicos que ello implica, sino que inmediatamente se integró a la misión y a sus fines, adaptándose a las condiciones políticas, militares y culturales en el terreno, que fueron complejas, desafiantes y completamente nuevas, no solo desde el punto de vista militar, sino también sanitario, en razón del covid-19.

Sin duda, esta misión de paz es distinta a las que hemos desplegado en el pasado en otras zonas en conflicto, pero es una exigencia ante la cual se debe aplicar el mayor profesionalismo y una gran vocación que permita contribuir a la causa de la paz en una región problemática. 

La solicitud de las Naciones Unidas de incrementar la cantidad de efectivos uruguayos desplegados en la fuerza constituye, pues, un reconocimiento a dicho profesionalismo y al compromiso del personal desplegado en la efectiva protección de los derechos humanos, el derecho internacional humanitario y la protección de civiles. Con la incorporación de nuestro contingente en Altos del Golán –aceptada por Israel y Siria–, que se suma a la participación de la Fuerza Multinacional de Paz y Observadores en la península del Sinaí, nuestro país marca presencia en su apoyo a la paz en la región, en consonancia con el principio de solución pacífica de controversias y en el marco del respeto internacional que caracteriza la posición de Uruguay.

En suma, la aceptación por parte de nuestro país de aumentar el número de efectivos desplegados, además de proporcionar una valiosa oportunidad de mejorar la participación en el sistema multilateral, refuerza nuestro auténtico compromiso de efectuar contribuciones significativas a la paz y seguridad internacionales. Con el despliegue adicional de efectivos militares en la fuerza, una vez más nuestro país marca presencia cuando la causa de la paz llama. 

Muchas gracias.

SEÑOR PRESIDENTE.- Como bien señalaba el señor ministro de Defensa Nacional, los tiempos apremian en este tema y por esa razón invitamos, para que participaran de esta instancia, a los integrantes de la Comisión de Defensa Nacional de la Cámara de Representantes. 

Una vez aclarado este aspecto, damos paso a la discusión sobre el tema.

SEÑOR RODRÍGUEZ.- Obviamente, me gustaría agradecer la presencia de los señores ministros de Defensa Nacional y de Relaciones Exteriores, y de los integrantes de cada una de las delegaciones.

Se trata de un tema bastante particular –ya lo decía el ministro Bustillo–, ya que no es una misión como aquellas a las que Uruguay está acostumbrado, por decirlo de alguna manera. Imagino que para el Centro Coordinador de Misiones de Paz habrá sido todo un desafío instalar esta misión en su momento, en la medida en que estamos hablando de una zona que no amerita mayores comentarios. Queda claro que nos referimos a una de las zonas históricamente conflictivas y, por lo tanto, la participación de uruguayos en esa área de seguridad conlleva un desafío importante. Desde la fuerza política analizamos en su momento la participación, dimos el aval y, de alguna manera, estamos satisfechos y alentamos la posibilidad de que se pueda extender y ampliar la participación de Uruguay en esta misión.

               Igualmente, tenemos algunas dudas. El señor ministro recordará que alrededor del mes de mayo se habló sobre la posibilidad de que el Gobierno uruguayo declarara Hezbolá como grupo terrorista. Solo el hecho de esa mención determinaba un escenario. Imagino que los efectivos que estaban en esa zona no tuvieron una de sus mayores alegrías al saber que un grupo que tiene una operatividad muy fuerte en ese lugar pudiera ser declarado grupo terrorista por parte de nuestro Gobierno, porque eso podía generar una situación de mayor tensión.

               En su momento, el ministro García nos decía que era un tema a discutir, a analizar por parte del Gobierno y que aún no había definiciones.

 La primera pregunta que vamos a plantearles a ambos ministros es si el Gobierno uruguayo ha seguido analizando esa posibilidad de incluir a Hezbolá dentro de la lista de organizaciones terroristas y si entienden que, eventualmente, esa situación podría afectar el desarrollo de la misión en Altos del Golán.

La segunda pregunta es si pueden relatar algunas de las situaciones que se han vivido durante este año. La valoración es positiva, insisto –creo que el ministro García lo decía y el ministro Bustillo, en su intervención, lo destacaba aún  más–, pero estamos hablando de una zona en donde quienes han participado y estado allí saben que permanentemente hay detonaciones y el conflicto está latente.

Por lo tanto, sería bueno que ambas comisiones de Defensa Nacional, tanto la del Senado como la de la Cámara de Representantes, pudiéramos tener una información un poco más detallada sobre cómo ha sido este año de misión en Altos del Golán.

Esas son las dos preguntas que quería formular, señor presidente. Muchas gracias.

SEÑOR PRESIDENTE.- Recogeríamos las opiniones de los diversos legisladores y después les daríamos la palabra a los ministros.

SEÑORA LAZO.- Gracias, señor presidente. Me sumo al agradecimiento y a la bienvenida a las autoridades.

               En el mismo sentido que el planteo que realizara el señor legislador Carlos Rodríguez, entendemos que es una alta consideración desde el punto de vista político y diplomático que tanto la ONU como los involucrados  –por decirlo de alguna manera– en el conflicto y también algunas potencias que tienen intereses geopolíticos en la zona otorguen a nuestro país ese reconocimiento al prestigio profesional y humano logrado por nuestras Fuerzas Armadas en todas las misiones de paz que se le han asignado.

Reafirmamos nuestra preocupación porque hemos escuchado muy atentamente lo que se plantea desde la Cancillería en cuanto a cómo está la zona en este momento y somos conscientes de que las tensiones en el Líbano también se han exacerbado debido a la presencia manifiesta de Hezbolá en el Golán. Allí está la milicia chiita libanesa, respaldada por Teherán, que lucha del lado del régimen sirio en el conflicto militar en ese país. Nuestra preocupación tiene que ver precisamente con preservar la integridad y la seguridad del contingente uruguayo en la zona.

Por supuesto que es un alto honor porque tiene que ver con la forma en que el Uruguay, a través del contingente que despliega, realiza su trabajo en la zona, ofreciendo la neutralidad o la imparcialidad que se hace manifiesta y que es tan necesaria en este caso para este conflicto. También sabemos que estos componentes están y queremos tener todas las garantías de que el contingente realmente va a tener esa garantía en materia de seguridad e integridad.

Muchas gracias, señor presidente.

SEÑOR CAMY.- Saludamos especialmente la presencia del señor ministro de Defensa Nacional, doctor Javier García, y del señor ministro de Relaciones Exteriores, embajador Francisco Bustillo, así como también a los componentes profesionales que integran las delegaciones que encabezan esta reunión.

               Estamos totalmente de acuerdo y vamos a respaldar los dos temas que convocan a esta reunión. Si bien, a mi juicio, el primer punto que estamos tratando ha sido escueto, los informes tanto del señor ministro García como del embajador Bustillo fueron muy contundentes y suman particular trascendencia a lo que entendemos tiene que ser un aval de esta comisión y esperamos que así suceda las consideraciones que llevaron a Naciones Unidas a emitirle esta invitación al Uruguay.

               La ampliación del contingente se sustenta en el reconocimiento a la neutralidad de Uruguay, en el reconocimiento de ambas partes que están en conflicto que consideran al país apto para estar presente en el rol o en la misión que se le asigna y, por supuesto, en la expresa evaluación sobresaliente que se tiene sobre la historia del país y de nuestras Fuerzas Armadas en este tipo de operaciones.

               Simplemente, quiero realizar una consulta adjetiva o de orden menor que tiene que ver con la procedencia de los treinta y nueve integrantes del personal subalterno y el oficial que van a engrosar el contingente. Quisiera saber qué guarniciones de la infantería mecanizada del país concurrirán, si pertenecen a un solo batallón o a más de uno; en fin, la pregunta es si eso ya está definido.

               Muchas gracias.

SEÑOR MANINI RÍOS.- En primer lugar, agradezco la presencia de las delegaciones, del señor canciller, del señor ministro de Defensa Nacional y de quienes los acompañan.

               Indudablemente, este pedido de ampliación de los efectivos es, una vez más, una ratificación del reconocimiento permanente –diría– que han tenido este tipo de misiones desde su inicio, hace ya algunas décadas. Las Fuerzas Armadas uruguayas no han dejado de cosechar elogios, reconocimientos y este tipo de pedidos que no hacen más que ratificarlos.

               A mi juicio, este incremento de efectivos implicará, indudablemente, un aumento del material, de los blindados y de los vehículos. Mi pregunta es si ese material está previsto y si el presupuesto para su acondicionamiento y su preparación también están previstos por parte del Ministerio de Defensa Nacional en su conjunto.

               Muchas gracias.

SEÑOR PRESIDENTE.- En virtud de que no hay más preguntas por parte de los señores legisladores, tiene la palabra el señor canciller.

SEÑOR MINISTRO DE RELACIONES EXTERIORES.- A propósito de la pregunta del señor legislador que tenía dos partes, entiendo que la primera de ellas me corresponde contestarla a mí.

               Concretamente, se refiere a Hezbolá. En ese sentido, quiero dejar claro que Uruguay no tiene listas propias de organizaciones terroristas. La legislación uruguaya no prevé otra categorización que las listas aprobadas por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Esta es una posición tradicional que no ha variado hasta el momento.

               Muchas gracias.

SEÑOR MINISTRO DE DEFENSA NACIONAL.- Contestado lo referido a Hezbolá, la otra pregunta que tengo anotada –y que está muy ligada a la tercera– refiere a si hubo situaciones complejas y, eventualmente, de riesgo en la zona. Agrego que nosotros estamos al sur de la zona en la que está operando la misión de paz. Hezbolá opera más al norte; en el sur están otros grupos.

               Obviamente, por definición, la participación en las misiones de paz indica que las zonas en las cuales se participa son áreas donde no hay una situación de normalidad. Por algo estamos allí junto a otros contingentes; de lo contrario, no habría una misión de paz. Por lo tanto, uno nunca puede descartar algún tipo de riesgo. De hecho, en nuestra larguísima historia en misiones de paz, hemos pasado situaciones complejas. Nuestro contingente en el Congo hace diez tuvo una situación compleja. Esto no es novedad. Me imagino que en el Gobierno anterior, cuando se tomó la decisión –que luego el Parlamento refrendó– de aceptar la participación en Altos del Golán, se evaluaron las mismas circunstancias que estamos analizando en este momento para solicitar la ampliación del contingente. Las circunstancias no han cambiado; son las mismas que evaluó el Gobierno anterior y no ha habido cambios significativos en este año de trabajo transcurrido allí.

               Con respecto a las últimas dos preguntas, estamos operando en el marco, como bien lo subrayó el canciller Bustillo, del Capítulo VI de las Naciones Unidas. Aparte, las diferencias de actuación en el marco de los Capítulos VI y VII ¡vaya que las hemos discutido profundamente en esta casa! En este caso, estamos dentro de nuestras primeras participaciones en misiones de paz, que fueron ambientadas y contenidas dentro del Capítulo VI; entre otras cosas, los propios contendientes que están allí y solicitan la participación, garantizan en buena medida la seguridad que se da en la zona. Esto tiene que ver con la segunda y la tercera pregunta.

               En cuanto a la última pregunta que formuló el señor legislador Manini Ríos, voy a solicitar que la responda el general Carabajal.

SEÑOR PRESIDENTE.- Tiene la palabra el general Carabajal.

SEÑOR CARABAJAL.- Se preguntó si el material y el equipamiento, así como el presupuesto para ello, habían sido previstos; al respecto, podemos decir que sí lo fueron y están en ejecución. Se prevé que los vehículos estén prontos a fines de diciembre y se piensa que van a ser enviados al área de la misión en el mes de febrero. Lo mismo podemos decir con respecto al equipamiento del personal, sobre todo, el de invierno. Quienes han estado en esa zona saben que el invierno es muy complicado porque las temperaturas llegan a los 20 grados bajo cero. Por lo tanto, también el personal va a tener ese equipamiento. El presupuesto ya fue previsto, evaluado y asignado en los rubros correspondientes a ese equipamiento.

               El señor legislador Camy preguntó de dónde proviene el personal. La mayoría es de San José y tenemos cinco integrantes que forman parte de la logística, tanto el ranchero como el responsable de las comidas, los mecánicos, etcétera, que son de Montevideo. Reitero que la mayoría son de San José.

SEÑOR MINISTRO DE DEFENSA NACIONAL.- A nadie le extraña que el Uruguay sea un país conocedor de la zona porque no solo estamos allí por esta misión, sino que estamos en el Sinaí desde hace muchos años. Recuerdo haber ido con el entonces presidente Sanguinetti en su segundo mandato; incluso, esto está en el marco de los acuerdos de Camp David. A trazos grandes, el trabajo que desplegamos nos es muy familiar.

Hago una anotación al margen que creo oportuna y me parece bueno destacar. Con respecto a esta última misión, la de Camp David, Uruguay tiene una larguísima tradición de trabajo y estamos tratando de continuar un trabajo que se inició en el Gobierno anterior, que es tratar de lograr que la primera comandancia del contingente pueda ser para un oficial uruguayo. Este fue un trabajo que se inició hace dos años y lleva su tiempo, pero tomando conocimiento de esta circunstancia nos pareció bueno continuar con esta línea de trabajo y ver la posibilidad de que haya un comandante de la fuerza en el Sinaí de nuestra nacionalidad, compatriota nuestro. Este es un trabajo que, como dije, lleva su tiempo, pero creo que refuerza la imagen o las señales que damos en coincidencias en este tema.

SEÑOR PRESIDENTE.- También quiero acotar que a todos los uruguayos nos enorgullece la excelente evaluación que se hace de nuestras tropas en todos los contingentes de paz y, en particular, en este. Quiero trasladar la tranquilidad que dan las afirmaciones del señor canciller con respecto a que no estamos evaluando ninguna posibilidad de declaración de organización terrorista Hezbolá. Eso, sin duda, alteraría la lógica de neutralidad, que es uno de los méritos que justamente las Naciones Unidas resaltan de Uruguay para hacer este tipo de ofrecimiento, que, reitero, nos jerarquiza y enorgullece a todos.

SEÑOR ABREU.- Doy la bienvenida al señor ministro de Relaciones Exteriores y al señor Ministerio de Defensa Nacional. He escuchado con atención y simplemente quiero hacer una puntualización.

Como ustedes saben, es muy importante definir que las fuerzas de paz en las que nosotros nos involucramos no solo son una proyección de nuestra política exterior, sino que también están en el ámbito de las Naciones Unidas y solamente concurren a solicitud de los Estados para que puedan estar presentes en cada uno de los lugares donde son convocados. Esta situación es especialmente delicada, más allá de que el Uruguay mantiene su línea de acuerdo al Capítulo VI de Naciones Unidas –si no me equivoco–, donde están especificadas las características especiales.

Recuerdo las preguntas que se hicieron al principio. Saben muy bien que los Altos del Golán son muy delicados y han sido reclamados a partir de la Guerra de los Seis Días. Además, hay muchos actores que están en juego; incluso, tengo el registro de la reunión que hizo Hezbolá con Hamás, donde hicieron un planteo muy duro sobre el posicionamiento de la Liga Árabe en materia política en relación con el acuerdo celebrado entre Estados Unidos y Bahréin, que avanza en los acuerdos con los países árabes, por decirlo de alguna manera. Otro actor es Irán. Como bien saben, los iraníes no son árabes, sino persas, de manera que no son del área de la política. Es importante resaltar que, en determinado momento, en los Altos del Golán si mal no recuerdo fue en el año 2014 hubo que retirar las fuerzas de paz porque había enfrentamientos muy importantes. Además, últimamente hasta el ejército ruso ha establecido determinadas proposiciones.

En síntesis, este es un tema muy complejo, pero, desde el punto de vista del derecho internacional y del Uruguay, nuestra tradición en política exterior nos alinea con la solución pacífica de las controversias, con la defensa en contribución a la paz y, en particular, con las características de los capítulos que refieren a nuestra participación, la presencia y el prestigio que el Uruguay, las Fuerzas Armadas y su política exterior se han ganado en este tema de las fuerzas de paz.

Vuelvo a insistir en que esto es más delicado por todos los temas que están involucrados, pero en modo alguno significa que el Uruguay vaya a cambiar su posición en ningún aspecto de fondo, sino que, desde mi punto de vista, sigue aportando a la solución pacífica de las controversias, a su política exterior y, sobre todo, a que las Fuerzas Armadas de nuestro país sean un brazo más que armado –aunque, en realidad, está el Capítulo VI de Naciones Unidas– para que también en el ámbito de la comunidad internacional podamos canalizar todos los temas por la vía de la paz y del relacionamiento que permanentemente está desafiado por posiciones excesivamente violentas o no dialogantes, como nos muestran no solo la historia, sino también el presente.

               Por lo tanto, con este comentario y el agradecimiento a las delegaciones, señor presidente, quería apoyar con énfasis la ratificación de nuestra política exterior y, sobre todo, el rol de las fuerzas de paz en el ámbito de la comunidad internacional.

               Muchas gracias.

SEÑOR PRESIDENTE.- Agradecemos la presencia del señor ministro de Relaciones Exteriores, del señor ministro de Defensa Nacional y sus asesores.

 

(Se retiran de sala el señor ministro de Relaciones Exteriores y sus asesores).

 

               –Continuamos con el análisis del segundo tema del orden del día, relativo al fideicomiso de la Armada, que fue lo que motivó la solicitud de audiencia del Ministerio de Defensa Nacional.

SEÑOR MINISTRO DE DEFENSA NACIONAL.- De acuerdo, señor presidente, pero antes quiero mencionar que el subsecretario, coronel Elgue, recién me señalaba la participación de los efectivos también en el Líbano como forma de reforzar la presencia nacional en la zona.

               En cuanto al segundo tema, tal como hemos hablado en otras circunstancias –y también lo hemos dicho públicamente–, la situación por la que están pasando nuestra Armada Nacional y la Fuerza Aérea –el ejército quizás en menor grado, justamente por las posibilidades que da la participación en las operaciones de paz  y también en cuanto a modernización de equipo– es crítica. La semana pasada, en la comisión de presupuesto dije que el Uruguay, como país, está al borde de la indefensión y que nosotros no podemos garantizar nuestra soberanía en vastas áreas del territorio nacional, por la sencilla razón de que no tenemos medios para llegar a esas áreas o no tenemos posibilidades de ejercer soberanía allí. No podemos hacerlo en algunas zonas de nuestro mar; fue público y notorio el episodio que se vivió un mes atrás –que no es extraordinario– cuando una flota de barcos piratas, clandestinos, estaban robando la pesca, recursos que son nuestros, trabajo de los uruguayos, riquezas y que no podemos garantizar que no se las lleven, quienes hoy roban nuestros recursos, sobre todo en el litoral este. La semana pasada hubo otro episodio, no del porte del que acabamos de mencionar pero con un par de barcos que estaban pescando allí. Diría que esto es cuestión de todos los días; como se dice en la jerga, pescan contra el alambrado y esperan alguna presencia de nuestra fuerza nacional para cruzar al otro lado. Reitero que estamos hablando de millones y millones de dólares que nos están robando. En un estudio que hizo la Armada Nacional, se pudo saber que el 6% de nuestro producto bruto interno pasa por nuestro mar, por las diferentes actividades que allí se desarrollan, desde el turismo hasta la pesca, con lo que implica el comercio y la producción. Por lo tanto, teniendo en cuenta que las capacidades presupuestales que tenemos para reponer equipamiento indispensable hacen imposible –por la situación que enfrente el país– incluir los recursos necesarios para estos bienes en las leyes presupuestales, como país tenemos dos posibilidades. Una de ellas es renunciar al ejercicio de la soberanía y abandonar esto –no califico lo que significaría esta circunstancia– y, la otra, buscar los mecanismos que nos permitan garantizar un ejercicio soberano, dotando a la Armada Nacional –a la fuerza aérea pero vamos a hablar de la Armada Nacional– del equipamiento indispensable para hacerlo.

               A continuación, van a ver una presentación de la Armada Nacional y les pido que presten atención a los números. Aquí también había dos actitudes: una especie de pudor que esconde, que intenta camuflar la realidad, o decir la verdad. Nosotros optamos por esta última, primero porque es nuestra obligación decir la verdad y también para hablar en forma clara porque, en definitiva, el Parlamento y los legisladores, depositarios de la soberanía, deben conocer todo esto y actuar en consecuencia.

Por lo tanto, la idea es que, primero, la Armada Nacional haga una breve presentación de la situación actual, un diagnóstico de nuestro equipamiento y luego verán la propuesta que empezamos a transitar. No hay ningún capítulo cerrado, es una idea que estamos transitando y todavía tiene un tiempo de trabajo pero, de todos modos, nos pareció oportuno que el Parlamento la conozca.

SEÑOR WILSON.- El concepto de lo que voy a exponer es –básicamente– lo que pidió el señor ministro en cuanto al estado actual únicamente del material naval flotante. Algunas de las diapositivas ya fueron presentadas en la comisión correspondiente de la Cámara de Representantes y se hicieron las actualizaciones pertinentes desde ese momento hasta ahora.

En agosto de 2016 se hizo una presentación de similar tenor ante la Comisión de Defensa Nacional de la Cámara de Senadores, de la cual extraemos estas conclusiones.

En las conclusiones se decía que la capacidad actual del Estado mediante el empleo de la Armada Nacional en sus espacios de jurisdicción era crítica y al límite del cumplimiento de las tareas que se nos pautaban. Básicamente, la situación se agravaba año a año. Como podemos ver, en el último renglón se señala que la capacidad militar de las unidades de la Armada era prácticamente nula. Eso se mantiene vigente y agravado por el transcurrir de cuatro años más. 

La Armada Nacional básicamente cumple tres roles en su funcionamiento. Acá aparecen analizados dos de ellos. Por un lado, hablaremos del rol militar. Al día de hoy tenemos capacidad nula y ninguna de las unidades flotantes posee algún valor residual como unidades militares. En cuanto al rol marítimo, tenemos una cierta capacidad limitada, apoyándonos en el cumplimiento de las tareas de búsqueda y rescate en el mar y de vigilancia, en la medida en que la disponibilidad de las unidades lo permite. Particularmente hace un mes se rompió el buque que iba a dar apoyo a la Campaña Antártica. El ROU 26 Vanguardia tiene problemas de cigüeñal en uno de sus motores principales, lo cual lo inhabilita para desempeñar esa tarea. Quiere decir que al día de hoy tenemos fallos para apoyar al Instituto Antártico en el abastecimiento de la base. 

En la imagen que aparece a continuación vemos el movimiento de tránsito que hay en el ámbito de jurisdicción de la Armada Nacional en un día cualquiera.

En la siguiente diapositiva se ve una foto de observación de un avión de patrulla marítima que siempre está frente a nuestras costas.

En esta otra imagen ingresamos al tema que nos solicitó detallar el señor ministro, o sea el estado de situación del material naval flotante. Por un lado, separé los buques de las fuerzas de mar y, por otro, las lanchas de la Prefectura Nacional Naval. El concepto de separación de estos medios es que la fuerza de mar es la que sale a los espacios abiertos y la prefectura opera básicamente en proximidades de los puertos en tareas afines. 

Estamos viendo ahora una foto del año 1994, tomada después de la incorporación del material.

En la siguiente diapositiva vemos la realidad actual. Las mismas unidades que en algún momento estuvieron en esa formación, en esa línea, hoy se encuentran desafectadas y listas para su venta como chatarra.

En la próxima imagen vamos a considerar desde el año 1980 hasta el presente, haciendo hincapié en los años 2008 a 2020. En cuanto a incorporaciones de material, podemos decir que se compraron dos lanchas SAR, con los dineros que le quedaban a la Armada Nacional por las misiones de paz. Y en el mismo período se dieron de baja las tres lanchas vigilantes construidas en Francia en los años ochenta, un buque barreminas –porque su recuperación era imposible, con las actuales capacidades de la Armada Nacional– y una de las fragatas portuguesas que fueran compradas en el año 2008.   

En esta otra diapositiva se muestra que en la Armada Nacional definimos las capacidades que brindan los buques de acuerdo a este criterio. Básicamente, nuestras unidades se encuentran entre capacidad nula, crítica y limitada. Únicamente el balizador Sirius tiene capacidad aceptable. En la siguiente imagen hablamos del balizador Sirius y de las dos lanchas SAR que se compraron. En esta planilla no ingresa el Capitán Miranda porque el rol del buque, además del adiestramiento, apunta al rol diplomático de la Armada Nacional. 

Haciendo un repaso rápido de los buques, empezamos por la Fragata Uruguay, que hace alrededor de un mes tuvo una importante avería en una de las líneas de eje y, por lo tanto, se encuentra en condición crítica. Necesita entrar a dique para ser reparada y en este momento el dique nacional tiene al ROU 04, que es el siguiente buque de la lista, en reparación mayor con tareas de remotorización. La expectativa es que a principio del año que viene el ROU 04 esté reparado, con su capacidad de propulsión adecuada, y vuelva al servicio activo y, por ende, fundamentalmente a los apoyos a la Campaña Antártica.

Siguen tres lanchas guardacostas, una del año 1963, otra de 1953 y otra de 1958. La embarcación ROU 12 tiene capacidad crítica. Se trata de un casco de aluminio donado por Estados Unidos. El casco está torneado y es muy difícil hacer la puesta a punto de líneas de eje, cajas reductoras y motores principales.  Con respecto a los otros dos guardacostas, uno está operativo, en este momento está haciendo tareas de patrullaje en el río Uruguay, y el otro se encuentra en el dique Mauá en tareas de mantenimiento.

               El balizador ROU 21 es el único con capacidades aceptables de los buques de casco color gris. Después tenemos el Oyarvide, que hizo básicamente la campaña de estudio de extensión de la plataforma continental; está fuera de servicio. Sus desgastes hacen que sea imposible la recuperación; habría que pensar en su reemplazo o, en su defecto, en la remotorización.

               El ROU 23 tiene la capacidad limitada, esto es, puede ser usado pero tiene limitaciones importantes en sus capacidades.

               El ROU 26 ya mencioné que tiene un problema en el motor principal.

               El ROU 27 es una unidad menor, un remolcador que alterna con uno de los guardacostas en tareas de vigilancia en el litoral del río Uruguay.

               Los dos barreminas tienen problemas de propulsión. Son buques fabricados en la ex República Democrática de Alemania, con tecnología obsoleta y no tienen posibilidades de remotorización.

               Las dos lanchas SAR son las que se compraron con recursos de las misiones de paz de Naciones Unidas. Están aceptables, una está desplegada permanentemente en La Paloma y la otra, en Montevideo.

               En esta otra diapositiva se pueden ver las lanchas de Prefectura. Las tres primeras son embarcaciones construidas en los años sesenta por el astillero Cassarino. Tenemos dos fuera de servicio, están para desguace, y una sola en Montevideo con capacidad limitada. Después, en los años noventa se compraron nueve lanchas clase 44 pies del Servicio de Guardacostas de Estados Unidos. De esas están quedando básicamente cinco con capacidad de recuperación y sostenimiento. La intención es recuperarlas y ponerlas en el ámbito del río Uruguay por el concepto de preservación, pues son muy afectadas por la salinidad de nuestras aguas.

               En esta otra diapositiva, en el mapa que está abajo, pueden ver los radares que están operativos. La Armada también propugna por un servicio de VTS que permita el conocimiento de lo que sucede con respecto al tráfico marítimo y fluvial frente a nuestras costas. Esa sería la máxima expresión de lo que sería un sistema de VTS.

               Traje impreso y también entrego en formato digital las características de los buques que estaría requiriendo la Armada. Básicamente se engloban en tres conceptos: buques de 1500 toneladas o más son aquellos que encararían las tareas o asignaciones en el ámbito marítimo nacional e internacional. Son buques con concepto de OPB; no son de valor militar sino para tareas de patrullaje y representación. La extensión máxima que tenemos asignada va hasta el meridiano 10 oeste; estamos hablando de diez veces la extensión de nuestro país hacia el interior del océano Atlántico. Nunca pasa nada hasta que se hundió en esa zona el Stellar Daisy, con lo cual queda demostrado que no estábamos en condiciones porque el alistamiento de un buque para participar llevó más de quince días, me refiero a poder enviar el ROU 04, requiriendo apoyo de Argentina, Brasil y Estados Unidos para la localización y el apoyo a los náufragos.

               Hablé de las 1500 toneladas básicamente; la capacidad mínima de armamento y cubierta de vuelo para operación del helicóptero embarcado son los conceptos. Son buques desarrollados a partir de conceptos mercantes, no tienen la fortaleza y la robustez de un buque con condiciones militares.

               Después, la segunda gama para operar en lo que es el frente marítimo hasta el entorno de las setenta millas desde la costa, son embarcaciones del entorno de hasta quinientas toneladas de desplazamiento, no tienen cubierta de vuelo y el armamento es mínimo. Apuntaría, básicamente, al despliegue en La Paloma para combatir la pesca ilegal, el tráfico ilegal y el apoyo en caso de salvaguarda de la vida humana en el mar.

               En la última columna figuran los buques del entorno de las cien toneladas. Sería el reemplazo de los guardacostas para tareas SAR básicamente y patrullaje de frontera.

               La siguiente diapositiva es el complemento. Básicamente este es un resumen. El comando de la fuerza de mar, si le incluyo el Capitán Miranda y considero el ROU 04 recuperado, daría un 47 %, siete de quince buques disponibles en condiciones de uso con capacidad limitada. Si considero la Prefectura, el promedio es 25 % y entre los dos estamos en un 36 % o 37 % de disponibilidad de medios para las tareas encomendadas a la Armada.

Pasamos a la siguiente diapositiva que contiene un detalle de la proyección para el 2023 en caso de no incorporar unidades. Las unidades que quedarían en servicio serían ROU 04, buque multipropósito con una planta propulsora nueva, balizador ROU Sirius –que es el del año 80–, las dos lanchas SAR y el Capitán Miranda. Y si hacemos la proyección al 2030, quedaríamos con el Capitán Miranda.

               A modo de resumen, la capacidad en el rol militar es nula; en el rol marítimo es limitada y, en el diplomático, es adecuada considerando las misiones de agregadurías del Capitán Miranda y algunas salidas de buques a puertos extranjeros del entorno como Brasil y Argentina.

               Con esto daría por finalizada mi exposición.

SEÑOR MINISTRO DE DEFENSA NACIONAL.- Esta situación catastrófica –no se puede catalogar de otra manera– es para un país que tiene más mar que tierra, porque como todos sabemos, a partir de la extensión de nuestra plataforma continental tenemos más agua que tierra.

               La penúltima placa –cuando uno dice diapositiva o slide suena un poco antiguo; faltaría decir filmina–, que refiere a las unidades flotantes y a la supervisión de la desafectación al 2023, es bien gráfica en cuanto a lo que estamos viviendo. Al 2023 –que es pasado mañana–, estarían en funcionamiento el ROU 04 General Artigas –un buque logístico–, el balizador, las dos lanchas de rescate y el Capitán Miranda. Si nosotros no tomamos medidas, esta sería la situación de la Armada Nacional dentro de dos años en un país que tiene más mar que tierra.

               Entonces, señor presidente, consideramos que es urgente tomar medidas. Y ni hablar de lo que significaría esto si avanzamos en el proyecto de la hidrovía, con todo lo que es nuestro litoral oeste y con todo lo que se está viviendo todos los días. Hoy de mañana se informaba por parte de la Armada la requisa de un contrabando, algo que es una cuestión de todos los días porque hoy cruzar el río Uruguay es cuestión de minutos. Entonces, a lo que significa la capacidad para ejercer la soberanía se agrega también un tema de seguridad pública.

               En este sentido, como decía, empezamos a trabajar. Ya estuvimos reunidos con la Corporación Nacional para el Desarrollo con la idea de un fideicomiso; estamos en los primeros e iniciales pasos, los que me parecía oportuno trasladar aquí, porque queremos involucrar al Parlamento en esta tarea. Así que le cedería la palabra al contador Galó, que es el director general de Recursos Financieros,  si el señor presidente –que bien sabe de todas estas cosas– me lo permite.

SEÑOR GALÓ.- Me toca presentar los temas en los que está trabajando el ministerio para, de alguna manera, buscar una alternativa para el financiamiento de la renovación de los medios navales, los que están en una situación crítica como demostró en la presentación el comandante en jefe de la Armada.     En breve voy a realizar una presentación en la cual les voy a contar en qué consiste el trabajo que está desarrollando el ministerio.

               Primero, es importante ver el presupuesto de la Armada. En realidad, estamos hablando de una cifra del entorno de los 98 millones de dólares, de los cuales en estos últimos tres años se destinó a inversiones entre un 5 % y un 9 %. El incremento en el período 2018‑2019 se debe a la compra de los Bell 412, que según creo el próximo jueves llegan a la base de Laguna del Sauce. La composición del próximo presupuesto implica que las inversiones van a estar en el entorno del 7 %.

También quería mostrarles esta placa que presentamos en oportunidad de concurrir a la Comisión de Presupuesto integrada con la de Hacienda. Es la fotografía de los últimos diez años de las inversiones del Ministerio de Defensa Nacional en todos sus organismos. Esto incluye solo los recursos presupuestales. La línea que aparece en azul muestra el total de ejecución en inversiones. Aquí hicimos un estudio y desglosamos específicamente las compras de equipamiento militar, que figura con una línea roja. El gap, la diferencia entre lo que se invierte y el total de inversiones, así como la ejecución en inversión de renovación de medios militares, más allá de la ejecución de algún gasto o inversión vinculada a la infraestructura y demás, se explica en gran parte por gastos –por más que sean inversiones– en el mantenimiento de plataformas que hoy tiene el ministerio.

SEÑOR PRESIDENTE.- Eso corresponde todo al Ministerio de Defensa Nacional.

SEÑOR GALÓ.- Sí, eso todo corresponde a defensa.

               Ahora me voy referir a la evolución de la Armada Nacional, que tiene el mismo comportamiento. La media de los últimos años –más allá de unos picos puntuales que se explican por la compra del 412– es de seis millones de dólares por año y se proyecta que el próximo presupuesto sea también del entorno de los seis millones.

               Esta fotografía de la evolución de las inversiones de la Armada nos demuestra que gran parte de la inversión es para mantener plataformas que hoy se tienen.

               Este es un análisis previo para entrar a lo que implica el fideicomiso y por eso es importante la visualización en números.

               La Armada Nacional tiene una recaudación, por distintas tasas que cobra –figura con una línea verde–, que en 2019 alcanzó 14 millones de dólares y se proyecta que será constante, dentro de un escenario pesimista, y que estará en un valor de 13 o 14 millones en los próximos años.

               La línea roja corresponde al presupuesto que se asigna a la financiación 1.2 referida a la recaudación.

SEÑOR PRESIDENTE.- Es la parte del presupuesto de la Armada Nacional que se financia con recaudación propia.

SEÑOR GALÓ.- Exactamente.

               La línea azul, que aparece en el medio, corresponde a la diferencia entre el presupuesto que se asigna y la recaudación, que se vuelca a rentas generales. Estamos hablando de un promedio de 10 millones de dólares en estos años.

               La intención de la propuesta que se presentará consiste en utilizar parte de esa recaudación para renovar medios militares.

               Entonces, ¿cuál es el esquema del fideicomiso?

SEÑOR MINISTRO DE DEFENSA NACIONAL.- En resumen, la Armada Nacional recauda por diferentes tasas de tráfico marítimo –en números gruesos– un promedio de 14 millones de dólares. De esta cifra rentas generales toma un promedio de 8 millones y en la Armada Nacional queda de 6 millones. Esto es un resumen de lo que acaba de señalar el señor Galó.

SEÑOR GALÓ.- El señor ministro se refiere al primer año 2019 cerrado. El resto es una proyección.

SEÑOR MINISTRO DE DEFENSA NACIONAL.- Ese es básicamente el histórico.

SEÑOR GALÓ.- Este es un esquema del fideicomiso –como muy bien decía el señor ministro– y estamos en la instancia de las primeras reuniones en la CND.

               Como decía este es un esquema y lo que se pretende es utilizar un entorno de los siete millones de dólares por año, de la recaudación que hoy mantiene la Armada, y destinar esa recaudación a un fideicomiso por un período. Por ley, en realidad el fideicomiso tiene un plazo de 30 años. Estamos analizando escenarios para destinar los recursos al fideicomiso para, de alguna manera, poder contar con un financiamiento que nos permita adquirir el equipamiento. Como saben bien el fideicomiso genera un patrimonio independiente del Ministerio de Defensa Nacional, y por lo tanto no incrementa la deuda pública. ¿Qué marco normativo estamos usando? Obviamente, la Ley n.o 17703. Con respecto a la contratación con el fideicomiso, nos vamos a amparar en el literal D) –ya cambió con la LUC– del artículo 33 del Tocaf, numerales 1 y 35, que son los que hablan de la contratación directa con organismos del Estado y con fideicomisos.

               Una de las claves que queremos manejar –estas son líneas de trabajo– con los procesos de compra consiste en dejar todas las puertas abiertas, ya sea cuando se trate de compras gobierno-gobierno o, si eso no es posible, mediante la coordinación de procesos competitivos para, de alguna manera, obtener mejores resultados y utilizar más eficientemente los recursos.

               Con respecto a la gestión financiera –quizás aquí sea importante presentarla–, debemos decir que se manejan dos comités: uno de seguimiento y otro técnico. Este último, entre otras cosas, se va a encargar de elaborar las especificaciones técnicas de los llamados. Es decir, los requerimientos del material que tiene la Armada Nacional se va a transcribir en un pliego de condiciones. Entendemos oportuno la participación de la Armada y del Ministerio de Defensa Nacional desde el punto de vista de la parte técnica del material pero, obviamente, tanto el Ministerio de Economía y Finanzas como la Oficina de Planeamiento y Presupuesto son factores claves, sobre todo, para evaluar el tipo de inversión que se va a proyectar en el caso que se tenga que tomar una decisión. Por su parte, en cuanto al comité de seguimiento, entendemos relevante que tanto jerarcas del Ministerio de Economía y Finanzas y de la OPP, como así también representantes de la comisión parlamentaria –estamos hablando de compras muy importantes por un plazo bastante extenso– tengan participación. Es importante que el seguimiento de este tipo de adquisiciones tenga un componente de control sobre el material que se va a adquirir.

SEÑOR MINISTRO DE DEFENSA NACIONAL.- Cuando recorrimos las sedes partidarias y hablamos con todos los partidos políticos, señalamos que uno de nuestros objetivos era que se garantizara el mayor grado de transparencia sobre los procesos de compra. ¿Por qué? Porque, obviamente, son compras costosas –todo este es material caro– pero, aparte, porque esto debe ser parte de una política de Estado. Cuando se compra un barco, no lo hace para su Gobierno, sino que atraviesa los períodos. Entonces, nos parece que el fideicomiso debe tener, en alguno de sus niveles –lo ubicamos aquí, en el comité de seguimiento–, la participación plural, que todo lo que se haga se pueda ver y ejercer los debidos controles; no es que sean necesarios, sino que para nosotros son imprescindibles. Después veremos si se hace a nivel de comisión legislativa o de autoridades de partidos políticos –eso lo charlaremos con los partidos, que es lo mejor–, pero eso en todo caso es táctico; lo estratégico es que queremos que haya participación plural.

SEÑOR GALÓ.- Otro aspecto que está alineado con la transparencia es que nosotros queremos que cada procedimiento de adquisición, previamente, deba ser intervenido por el Tribunal de Cuentas de acuerdo con lo que determina la Constitución.

               El último elemento clave de este tipo de adquisiciones tiene que ver con el ordenador del gasto. Por los montos y el tipo de compras, obviamente será el Poder Ejecutivo.

               Hicimos un estudio muy abstracto de dos escenarios, en los cuales se elaborarían fideicomisos de USD 7:000.000 y de USD 5:000.000 por año, a tres tasas. La del medio es la tasa media del Banco Central. Es un estudio muy conservador. Entendemos que lo que se podría estar recibiendo a treinta años permitiría conformar un patrimonio de unos USD 137:000.000, y en un escenario de veinte años serían cerca de USD 104:000.000. Allí se puede ver toda la escala de las distintas tasas. Aclaro que es un análisis primario para, de alguna manera, visualizar con qué recursos se podría contar para adquirir equipamiento naval.

               Creo que por acá estaría terminando la presentación.

SEÑOR MINISTRO DE DEFENSA NACIONAL.- Las tasas que cobra la Armada son nutrientes del fideicomiso. Sin duda que hay que pensar en algunos elementos que pueden aparecer en el futuro y, de hecho, ya ha ocurrido. Me refiero a la eventualidad, por ejemplo, en caso de que haya descubrimientos de monedas, tesoros, etcétera se incluiría lo que le corresponde a la Armada Nacional dentro del fideicomiso. De hecho, hay en el Banco República una cuenta donde está depositado lo obtenido de algunos descubrimientos que se hicieron en el pasado y es una cifra –en moneda americana– no menor. También podría haber otros ingresos para el fideicomiso. Nos parecía una buena idea presentar lo que habitualmente está en el giro normal de la institución. 

El otro componente necesario para la renovación de equipamiento es la cooperación internacional. Históricamente este recurso lo han utilizado todos los gobiernos democráticos hasta la fecha para poder nutrir su parque de buques que tiene, como todos sabemos, una ventaja y una gran desventaja. La ventaja es que realmente se compran materiales en relativo buen estado a precios que están signados por lo político, lo diplomático, es decir, por la amistad que existe con los países que se está negociando y los precios son relativamente accesibles para nuestra realidad. También es verdad que pasamos a tener de cada pueblo un paisano, y la logística necesaria para mantener equipamientos que tienen diferente  procedencia y tecnología, requiere tener un taller para cada barco y eso supone una multiplicación de costos.  Esto lo estamos viviendo. La foto que  mostró recién el comandante de la Armada Nacional da cuenta de diferentes barcos e idiomas. Esa es una línea y estamos trabajando en ella porque, como se dice en el barrio: «Es lo que hay, valor», es lo que tenemos.

Si este es un tema de borrador, lo que voy a decir ahora está un escalón abajo. Estamos pensando en esto. Hablamos de un fideicomiso en materia de equipamiento y también en algunas líneas de trabajo para llevar adelante lo que llamamos como la transformación patrimonial en la Armada y en la Fuerza Aérea con grados de avance diferente, siendo el de esta última el que tiene el mayor. En tono de reflexión quiero señalar que la Armada Nacional tiene un patrimonio muy importante en Carrasco en la primera línea de la costa porque tiene varias hectáreas –me refiero al viejo hotel Miramar– y es donde funciona la Escuela Naval. Tiene una ubicación geográfica que debe tener un valor inmobiliario muy importante, y nos preguntamos si es lógico –no solo funcional– seguir manteniendo la Escuela Naval en esa ubicación teniendo a pocos kilómetros de acá en Laguna del Sauce  donde la base aeronaval Capitán Carlos Curbelo, que es un predio inmenso ubicado en un área como es el eje Maldonado – Punta del Este que se está constituyendo   como claustro universitario con universidades públicas y privadas, servicios educativos de tercer nivel, etcétera. ¿No sería lógico pensar en una transformación patrimonial realizando los activos, utilizando el producto de lo que puede significar ese predio inmenso en Carrasco, trasladando la escuela naval a Laguna del Sauce –que tiene un puerto como el de Piriápolis a 15 minutos–, y utilizar estos fondos para adecuar todo allí, pero, al mismo tiempo, para descentralizar a la Armada Nacional? Nosotros, prácticamente a cinco minutos de donde estamos ahora, tenemos todos los recursos de la Armada Nacional –que, aunque poquitos y viejos, están aquí– y tenemos necesidad de reforzar nuestra presencia en el litoral este y también en el litoral oeste.

Esto nos serviría, entre otras cosas, para descentralizar el despliegue y darle importancia a una base naval en el litoral oeste, en Fray Bentos; allí hay un embrión de base pero no están los recursos o, mejor dicho, los recursos que tenemos son muy pocos. La visité, con el comandante y con oficiales de la Armada Nacional, hace un mes y medio atrás y constaté que se está haciendo alguna instalación muy precaria junto al puente, pero estamos precisando –lo decíamos recién–, en materia de seguridad y de tránsito marítimo, tener la capacidad de ampliar nuestra presencia en el litoral oeste del río Uruguay; eso sería muy importante.

               Entonces, estamos pensando en la posibilidad –lo subrayo: pensamos en la posibilidad– de ejercer una transformación patrimonial y reubicar nuestra Escuela Naval en un lugar geográfico que se está transformando en un centro académico de tercer nivel y de grado universitario, al que le agregaríamos enseñanza profesional militar –en este caso, naval– y que tiene un puerto como el de Piriápolis –que está al lado– y un aeropuerto que está en la propia base naval; estamos hablando de un lugar que si a alguien le preguntan dónde quiere estudiar me parece que lo elegiría porque la ubicación geográfica es magnífica. Al mismo  tiempo, utilizaríamos estos recursos para las readecuaciones que estábamos planteando.

En el caso de la Fuerza Aérea eso está más avanzado; ha hecho ya estudios de factibilidad –que quizás sean en lo que tengamos que pensar para la Armada– para también hacer una transformación patrimonial y utilizar toda el área del comando de la Fuerza Aérea, allí en Mendoza e Instrucciones, lo que es Boiso Lanza, que tiene el predio del comando más la Escuela de Comando y Estado Mayor Aéreo más la pista. Hablamos de un predio muy importante y la Fuerza Aérea está pensando –y este nos parece un razonamiento que va en línea con lo que planteamos recién para la Armada Nacional– en poder mejorar la utilización de los recursos y concentrar lo que es toda la tarea de enseñanza en Pando, donde está la Escuela Militar de Aeronáutica y al comando de la Fuerza Aérea concentrarlo en Carrasco –en el viejo aeropuerto está la base aérea n.º 1–, es decir, poner comando y oficinas en Carrasco y todo lo que significan los aspectos académicos y de formación en Pando.

Obviamente, nos consta que ya hay interesados por ese predio inmenso; creo que la Intendencia de Montevideo tiene interés en parte de ese terreno para una terminal de ómnibus y también hay interés en él para cooperativas de viviendas –o para viviendas en diferente figura jurídica–, pero a nosotros nos permitiría mejorar la disposición y la logística, ahorrar fondos y darle racionalidad a algo que sabemos que no es fácil. Todos aquí somos orientales y sabemos que este tipo de modificaciones muchas veces generan resistencias y, al fin de cuentas, no hay ningún cambio que se haga con facilidad, pero en este caso serían oportunos.

Quería trasladarles, en un plano menor de razonamiento, que también estamos interesados en llevar esto adelante por razones de utilización de los recursos, pero más que por eso por la racionalidad y mejora del servicio que se está prestando.

               Este era el razonamiento que quería comunicar, señor presidente.

SEÑOR MANINI RÍOS.- Primero que nada quiero manifestar que referente a lo expuesto por el contador Galó me han surgido algunas dudas.

¿La duración de la vida útil del material que se va a comprar es superior al tiempo de demora de fideicomiso? Esta es una de las preguntas. También quiero saber si en el material que se va a comprar se prevén sus costos de mantenimiento y si tenemos alguna idea de precios, porque supongo que estamos hablando de ajustarnos a esos 130 y pico de millones como máximo, es decir que quisiera saber qué es lo que se va a comprar y si está previsto el mantenimiento. Hemos visto hace pocos años, en la compra de un avión, que el problema más grande no fue su costo sino mantenerlo, después, año a año. Pregunto cuál es la realidad de eso y si es que hay algún estudio al respecto.

               Asimismo, quiero hacer simplemente un aporte, sin ningún ánimo de contradecir, porque tal vez la idea es válida. Hace unos años, siendo ministro Fernández Huidobro –recuerdo esto porque participé de la discusión–, se tenía la idea de llevar la Escuela Naval a Laguna del Sauce; incluso, la idea era más compleja, ya que se pensaba llevar las tres escuelas juntas a un predio que hay allá, pero en su momento se planteó una gran problemática con el tema de los profesores, que deberían concurrir diariamente, que no había, etcétera. Supongo que eso ya estará todo considerado. Lo digo simplemente como un aporte, porque en su momento esa discusión abortó a raíz de las complicaciones que había desde el punto de vista didáctico, de la enseñanza. Simplemente quería decir esto.

SEÑOR ABREU.- Señor presidente: en primer lugar, quiero agradecer al señor ministro de Defensa Nacional su exposición y sus manifestaciones sobre los dos temas que ha abordado, que son muy importantes.

El primer tema es el relativo a los aspectos puntuales y las dificultades que hoy tiene el Uruguay en relación con su territorio marítimo y la respuesta que le podemos dar desde el punto de vista de los recursos en materia de defensa, protección y control. El segundo está vinculado a una reforma mucho más importante que tiene que ver con la reorganización del Ministerio de Defensa Nacional, en todas sus ramas, algo de lo que obviamente tomamos cuenta.

También hay que tomar en cuenta el aspecto del fideicomiso, que es un aporte novedoso, habida cuenta de las restricciones presupuestales que tenemos. Es un instrumento que podríamos utilizar para atender en forma puntual las urgencias que hay en materia de territorio marítimo, que no son nuevas. Nosotros participamos –y los señores senadores deben saberlo– el 28 de julio de 2014, siendo ministro el exsenador Eleuterio Fernández Huidobro; la comisión estaba integrada por nosotros, el doctor Lacalle Herrera, el exministro Rosadilla, Baráibar, el excanciller Rodolfo Nin Novoa, Jorge Saravia y la senadora Topolansky. Por unanimidad, el Senado de la república emitió un pronunciamiento que resumo, hablando del valor estratégico del Atlántico Sur y señalando las dificultades que tenemos en condiciones de neutralizar la incursión de flotas en la zona económica exclusiva y en las futuras plataformas continentales. Hay que tener en cuenta que en aquel momento todavía no se había concretado la extensión de nuestra plataforma continental a las 350 millas, como establecía, o como logramos la autorización por parte de las Naciones Unidas en el tratado del mar. Es muy importante –para que vean que ya hace seis años de esto– la declaración que el Senado hizo después por unanimidad. Se indica que el Estado, a través de las unidades navales, debe ejercer el control, de modo tal que las medidas de fiscalización establecidas le permitan defender efectivamente los intereses nacionales. Y hace una referencia –el señor ministro la conoce muy bien– que dice que la Armada Nacional no dispone de buques adecuados para cumplir con estas tareas que hoy se desempeñan por los modernos patrulleros oceánicos. Finalmente, señala que, en conclusión, los miembros de la comisión manifiestan su voluntad de que, en los tiempos que corresponda y de acuerdo a los procedimientos, la Armada Nacional pueda contar con patrulleros oceánicos adecuados a los objetivos mencionados en la presente declaración.

Esto era parte también de un estudio más profundo que había hecho el ministro Fernández Huidobro, incluyendo un avión F-14, un F-15, para tratar de que, desde el punto de vista de la Fuerza Aérea, se pudiera tener llegada en un tiempo bastante eficiente al borde de la plataforma continental para realizar los controles. Estamos hablando de cientos de millones de dólares, si no me equivoco. Pero, en este caso –y hago hincapié en esto porque hay una coincidencia política general, que no sé si continúa, pero en 2014 era unánime–, hoy tenemos que buscar los elementos que defiendan no solo el interés nacional, sino la riqueza y los elementos vinculados precisamente al desarrollo y a la complementación de toda la escala económica del país. Quiero hacer esta mención para que, acoplado esto con lo que ha dicho el señor ministro –que es muy importante– y lo que ya tiene consenso político de las diversas fuerzas, veamos la urgencia que tenemos en materia de plataforma continental y del sur. Esa urgencia se siente cada día más, en virtud de que no solo hemos ampliado este tema, sino que además hay flotas –como muy dijo el señor ministro– que hoy están actuando con presiones sobre los recursos. Ya lo tuvimos por parte de una flota europea de habla castellana que con los permisos de pesca que realizó durante todo un tiempo –en particular por la Argentina– ejerció una enorme presión sobre los recursos que tenemos, incluso compartidos, como el caso de la merluza, que tiene un tránsito importante y debemos evitar que se vaya depredando en perjuicio de nuestros propios intereses. En los ejemplos que podemos imponer existe –como saben, el año pasado se planteó y es un tema a analizar– la posibilidad de tener una flota china, que estaría instalando unos cientos de barcos en el puerto de Montevideo para realizar desde allí un sistema de pesca con las posibilidades –entre otras cosas– de no tener el debido control, no solo por la falta de recursos, sino por la «habilidad» –entre comillas– de las flotas chinas de pesca, que tienen características muy especiales. Digo esto porque considero que ambos temas son importantes: el general y, en particular, el del territorio marítimo, de la zona exclusiva de pesca, de la zona exclusiva económica y, sobre todo, la extensión de la plataforma continental. Con el mecanismo del fideicomiso, por lo menos, deberíamos empezar a dar respuesta a estos temas, porque la verdad, señor presidente, es que llevan años y años, y, como todos sabemos, a pesar del ritmo al que el mundo va adelantando, nosotros nos quedamos con una declaración unánime de todos los partidos representados en el Parlamento hace seis años.

               Gracias, señor presidente.

SEÑOR RODRÍGUEZ.- Hace tiempo que venimos tomando contacto con estos temas. La Comisión de Defensa Nacional de la Cámara de Representantes en pleno se reunió con el almirante Jorge Wilson y todo su Estado mayor, y se planteó que la principal preocupación era justamente el tema que hoy también nos preocupa, y que insisto compartimos.

               La posibilidad de utilizar el instrumento del fideicomiso como forma de solucionar esas dificultades –no solo en el caso de la Armada, sino de nuestras fuerzas– ha estado presente varias veces y desconozco los motivos por los cuales nunca se llegó a concretar. Hoy el señor senador Manini hacía referencia al exministro Eleuterio Fernández Huidobro, que más de una vez planteó la posibilidad de hacer uso de algunos de esos bienes –el señor ministro mencionaba ahora alguno de ellos– como forma de obtener dineros extrapresupuestales y dedicarlos –insisto en que es algo que todos compartimos– a la necesidad de actualizar las plataformas en el caso de la Armada Nacional. Como bien decía el almirante Jorge Wilson, esto no sería con carácter militar, sino para cubrir otras de las necesidades o de las misiones que tiene la Armada.

               Había anotado algunas preguntas, como el monto total del fideicomiso, que después fue detallado y podríamos resumir que estaría entre 67 millones y 137 millones, en función de las distintas opciones que se manejan. Ese sería el dinero que la Armada o el ministerio podrían utilizar para compras efectivas.

               Me parece muy acertada la pregunta que hacía el señor senador Manini con respecto a si se incluía, además de la compra, el mantenimiento y el tiempo que eso conlleva, ya que pagar durante veinte o treinta años es como comprar un auto que dura dos años y pagarlo en diez; después el vehículo no anda más y hay que seguir pagándolo. Por lo tanto, está bueno tener la información –quizás la Armada o el ministro ya cuentan con ella– con respecto a cuáles serían las posibles plataformas que se podría adquirir, cuáles serían los costos y si ha habido ofertas. En algunos medios de prensa surgió la posibilidad de que Israel le hubiera realizado una oferta de algunas plataformas a la Armada. Quisiera saber si, en ese sentido, hay adelantos.

               Asimismo, quisiera hacer otra pregunta por desconocimiento. Estamos hablando de que se van a afectar recursos que hoy van a rentas generales. Son recaudaciones que hace la Armada hoy y van a rentas generales. Lo que no va a rentas generales es lo que se afectaría al fideicomiso; o sea, lo de rentas generales se mantendría de la misma manera. Yo lo entendí al revés y por eso me surgió la duda.

SEÑOR MINISTRO DE DEFENSA NACIONAL.- De los catorce millones, ocho van a rentas generales y seis no. Estamos hablando de estos seis.

SEÑOR RODRÍGUEZ.- Los que hoy quedan en la Armada son los que se estarían destinando al fideicomiso. Por lo tanto, entiendo que no sería necesaria ninguna autorización parlamentaria. Esa es mi consulta: si es necesaria o no alguna autorización parlamentaria. Parecería que no.

La otra pregunta es si habría una renuncia a rentas generales, ya que es dinero que actualmente se está destinando allí.

En ese sentido van mis consultas.

SEÑOR PRESIDENTE.- Quisiera expresar dos dudas que me surgieron.

               En primer lugar, quisiera mencionar que yo había entendido, igual que el señor legislador, que el monto que se afectaría era el que iba a rentas generales, con lo cual le iba a preguntar cómo había hecho para negociar y que quedaran en el Ministerio de Defensa Nacional esos montos, sobre todo cuando hay gente que considera que hacer estas cosas significa librar cheques voladores.

               En segundo término, obviamente agradezco la presentación. Creo que es importante que nos dejen en claro este panorama, del cual tenemos que ser conscientes y sensibles. Entiendo que todavía está en una etapa preliminar de confección. Tengo dudas acerca de involucrar temas de la comisión parlamentaria en la comisión de seguimiento. Me parece que hay roles que deben mantenerse diferenciados porque hay un conflicto de interés en temas de control y transparencia. Me parece bien la intención de la transparencia, pero creo que en todo caso habrá que canalizarlo a través de los partidos o mediante otros mecanismos y no por medio de integrantes del Poder Legislativo.

SEÑOR MINISTRO DE DEFENSA NACIONAL.- Con respecto al tema del mantenimiento al que el señor senador Manini hacía referencia, quisiera mencionar que tenemos un parque de barcos de sesenta años, de los cuales la mayoría vinieron con un tránsito bastante abundante. Estos barcos requieren un costo importante de mantenimiento; recién el comandante daba una idea de ello. El presupuesto muestra una inversión importante que está destinada a mantenimiento. Esto se puede ver en la gráfica; es el gap entre lo rojo y lo azul. Lo rojo es la compra y el gap que techa la línea azul es lo que está incluido para mantenimiento. La pregunta era si estaba previsto y no solo contesto que así es, sino que agrego que hay fondos que hoy se destinan a mantenimiento, que ya no se destinarán al mantenimiento de barcos que no van a andar más. Por lo tanto, obviamente la previsión sí está incluida.

               Por otra parte, con respecto a lo que planteaba el señor diputado Rodríguez acerca de la autorización parlamentaria, quisiera mencionar que la venida a esta Casa, en principio, no es a instancia de una autorización parlamentaria; reitero que esto es en principio. Habrá que ver si, jurídicamente, el compromiso de fondo que atraviesa en el período no requiere algún tipo de autorización. Estamos comenzando las consultas jurídicas en ese sentido.

               Con respecto a lo que manifestaba el señor senador Manini Ríos, el planteo de la Escuela Naval es bastante anterior, viene del año 1990. Recuerdo que el presidente Lacalle Herrera había planteado una inquietud en cuanto a esto por los años noventa; después –como decía el señor senador– hubo otras iniciativas. Realmente, no sé cuál es la razón por la que no se llevó adelante, lo que creo es que es posible y necesario. No importa por qué no se realizó antes; creo que ahora hay que empezar a trabajar en esto.

Entiendo el planteo de los docentes, pero si eso fuera válido, en Uruguay no habría descentralización universitaria, porque esta se realizó, en buena medida, con docentes de Montevideo que viajaron a Salto –recuerdo que en mi época de estudiante trabajé mucho por la Regional Norte de Salto– y, si bien ahora hay una masa crítica académica, sigue existiendo un trabajo de traslado de docentes. Nuestro país tiene un problema en ese sentido, hay que romper con esa lógica centralizadora y, sin duda alguna, todos debemos poner algo para lograr igualdad de oportunidades para todos los uruguayos, independientemente del lugar geográfico en el que nacen.

También digo que desde la Ciudad Vieja o el oeste de Montevideo a Carrasco se debe tardar lo mismo que de Laguna del Sauce a Carrasco, y en horas pico, más. Asimismo, advierto que se van a requerir algunas adecuaciones curriculares, que son fáciles de lograr. Por ejemplo, si hay un docente que da clases tres veces a la semana, hay que conseguir que dé una sola vez a la semana, concentrar sus horarios para que pueda ir y volver o, en todo caso, alojarlo en un lugar allí. De lo contrario, se podría resolver con algo sencillo, como un circular de ómnibus, porque estamos hablando de una distancia –como todos sabemos– de una hora del centro de Montevideo.

En resumen, el planteo del señor senador Manini nos lo han hecho y creo que es algo que podemos superar. No puede terminar siendo una limitante el traslado de los docentes cuando todos queremos, reitero, igualdad de oportunidades. También hay estudiantes que deben desplazarse, que no son de Montevideo pero se trasladan a Montevideo a estudiar. Entonces, tenemos mucha esperanza de lograr las contribuciones de todos para superar ese obstáculo.

Sobre el planteo que hacía el señor presidente Bergara, yo hago el mismo razonamiento: me parece que para el comité de seguimiento la comisión legislativa no es lo indicado; veo más adecuadas las estructuras partidarias. Pero en esto vale el fondo de la cuestión, y este es que si hay varios ojos y tienen diferente color, van a ayudar mucho a la transparencia en este sentido.

Creo que, a grandes rasgos, respondí las consultas realizadas.

SEÑOR MANINI RÍOS.- Simplemente, quiero decir que tal vez coincido con todo lo que está diciendo el señor ministro. Hice el aporte de qué fue lo que se discutió en su momento y por qué se trancó, nada más. Estoy de acuerdo con que se pueden encontrar soluciones a ese tema de distintas formas, pero en su momento ese fue el obstáculo mayor que trancó lo previsto.

SEÑOR ZUBÍA.- Me inicio en esta legislatura sin mayor conocimiento de los temas, que, por lo que pude apreciar, vienen siendo tratados desde hace años.

               Me surge alguna pregunta a partir de los planteos que se efectuaron, sobre todo, por parte de la Armada Nacional. Se advirtió lo perimido que está el parque a los efectos de los distintos tipos de trabajos que realiza la Armada Nacional: el trabajo estrictamente militar –por favor, me corrigen si me queda alguno fuera del tintero–, el trabajo operacional de salvataje, el trabajo operacional de vigilancia y algunos otros trabajos, inclusive el de la Prefectura. Se planteó, como decía, lo perimido que está el parque, principalmente en materia de embarcaciones, para esos trabajos.

La pregunta es: ¿qué expectativa puede haber, inclusive a nivel de otros países? ¿Qué tipo de parque náutico –lo voy a llamar así, aunque quizás la denominación técnica sea otra– o de naves se requerirían para la vigilancia efectiva de nuestro mar territorial y de nuestras zonas limítrofes? Lo pregunto para tener una idea de la relación que hay entre los montos que se destinarían al fideicomiso y las reales necesidades como para contar con un parque mínimo operativo.

En lo personal –reiterando las disculpas por no contar con los conocimientos que pueden tener otros legisladores en atención a su pertenencia a anteriores comisiones de defensa o a su contacto con estos temas–, visualizo que, en principio, en el mundo contemporáneo y sobre todo en el marco de la vigilancia, deben haber cambiado los mecanismos tradicionales de barcos de gran porte, porque parecería que  la vigilancia, que sería el elemento central, eventualmente se podría desarrollar incluso con fuerza aeronáutica para disuadir.

Por lo tanto, en términos de embarcaciones y de gastos, ¿cuáles serían las necesidades efectivas como para cumplir mínimamente con las funciones?

SEÑOR MINISTRO DE DEFENSA NACIONAL.- Durante la intervención del comandante se mostró una placa que se veía muy mal, pero allí había un planteo relativo a los recursos y creo que sería conveniente aclararlo.

SEÑOR PRESIDENTE.- ¿Acerca de los tres tipos de embarcaciones?

SEÑOR MINISTRO DE DEFENSA NACIONAL.-   Sí, señor presidente.

SEÑOR WILSON.- He comprendido la pregunta y voy a aprovechar para responder también al señor senador Manini.

La Armada hace un planteo relativo a tres tipos de buques de diferentes categorías, pero ninguno de ellos de valor militar. Como se ha dicho, los países se han orientado hacia el hecho de que las tareas de patrullaje se hagan con embarcaciones de bajo costo. Al hablar de bajo costo se apunta a dotaciones reducidas, capacidades reducidas a bordo, pero gran autonomía que permita permanecer más tiempo en el mar.

Se han recibido ofertas de múltiples países; una de ellas fue la de Israel, pero también hubo de Italia, de Rusia, de China, de Alemania y de España, y me voy a permitir mostrar un compendio de las distintas ofertas en cada una de las categorías.

En realidad, como la Armada no sabe el monto, hoy por hoy escuchamos todas las ofertas, incluso de material nuevo. En el caso del buque de mayor tamaño, hablamos de un entorno de 65 a 70 millones de dólares –60 millones de euros en promedio–; son buques que las armadas del mundo están incorporando para reducir los costos en lo que hace a las tareas de patrullaje. Cabe destacar que una fragata o una corbeta ronda los 400 millones por el sistema de armas, que es lo más valioso que porta.

Asimismo, se reciben ofertas por naves de segunda mano; en algunos casos son OPV que están siendo radiadas del servicio de algunos países, con un update o un refit previo a la entrega a la Armada uruguaya. Sin duda, los precios son muy inferiores. 

En el caso de los buques intermedios, el costo de los nuevos oscila entre los 30 y 40 millones de dólares cada uno y, el de los más chicos, entre 12 y 20 millones de dólares por unidad. Como dije antes, ninguno de ellos tiene valor militar; son buques concebidos bajo estándares de marina mercante. 

Por otro lado, me gustaría hacer una puntualización. Como comandante de la Fuerza de Mar, en el año 2016 planteé algo que estaba en línea con lo que leyó el señor senador Abreu; había salido esa propuesta y, en función de mi cargo, realicé el pedido de renovación del material. El ministro del momento dijo que había que hacer un balance entre la Armada que se pretende y la Armada que el país se puede dar.

En este caso, vuelvo a entender que esas palabras son lógicas porque no es la Armada la que compra, sino que es el país el que hace el esfuerzo. Sin embargo, me gustaría dejar claro que la ausencia de la Armada en el ámbito de la jurisdicción que tiene asignada el país significa un Estado fallido en el mar; no habrá nadie que cumpla con el rol policial. Esto no va por la defensa de la soberanía o la jurisdicción, porque con estos buques es muy difícil pretender esos objetivos, pero si no se está, es un Estado fallido, sería similar a la ausencia de la policía en todo el territorio nacional. 

SEÑOR MANINI RÍOS.-  Esto del Estado fallido suena fuerte. Quisiera saber –aunque capaz que esto es más bien competencia del canciller Bustillo– qué tipo de sanciones puede tener el país por el incumplimiento de sus obligaciones en medio del Océano Atlántico.

SEÑOR MINISTRO DE DEFENSA NACIONAL.- Creo que el comandante en jefe puede contestar esa pregunta.

SEÑOR WILSON.- Básicamente, la ausencia del Estado en esos ámbitos jurisdiccionales refiere a acuerdos internacionales. El caso de la salvaguarda de la vida humana en el mar hasta el meridiano 10 oeste está dentro del marco de la Organización Marítima Internacional. El Estado se hace responsable de brindar todos los apoyos; la ausencia implica que o Brasil o Argentina, o Brasil y Argentina se hagan cargo de aquellos espacios donde nosotros no estemos. No sé si con ello le aclaro pero, básicamente, son acuerdos que el Estado ha firmado, compromisos adquiridos que si no se cumplen, se pierden.

SEÑOR MANINI RÍOS.- Está bien pero, el hecho de que se hagan cargo Argentina y Brasil, ¿qué implica para Uruguay? ¿Qué deuda o qué sanción puede recibir el país por no asumir su obligación?

SEÑOR WILSON.- Sanción, creo que ninguna, lo que sí hay es una pérdida de la posibilidad de tener, como un Estado ribereño de esta margen del Océano Atlántico, presencia en ámbitos  en los cuales cada país se divide. No sería una sanción sino la pérdida de esa posibilidad.

SEÑOR MINISTRO DE DEFENSA NACIONAL.- En lo que respecta a la pregunta que hacía el señor senador Manini Ríos, de hecho ya estamos en esa circunstancia y ya la vivimos, tuvimos que abandonar tareas que nos correspondían por haber acordado que las íbamos a asumir.

               En cuanto a la pregunta del señor representante Rodríguez, el comandante recién señalaba una cantidad de países. En el período pasado, a instancias de quien habla, en la Comisión de Defensa Nacional del Senado se dio una circunstancia muy particular: golpeaban la puerta de los senadores, representantes de empresas múltiples. Recuerdo que una vez en la sala Ortiz les dije: « A todos los que estamos aquí se nos ha golpeado la puerta. Entonces propongo que todos los proveedores concurran a la Comisión de Defensa Nacional del Senado y bajo versión taquigráfica se reciban las ofertas ». Y fue así como se procedió. Todos los oferentes que así lo desearon pasaron por la Comisión de Defensa Nacional del Senado. Me pareció que era un elemento más transparente en lugar de que hubiera empresarios haciendo lobby por los diferentes corredores del palacio. Yo propuse que concurrieran a la comisión y que hicieran sus exposiciones bajo versión taquigráfica.

               Gracias, señor presidente.

SEÑOR SANGUINETTI.- No voy a formular preguntas sino dos o tres comentarios.

               En primer lugar, los fideicomisos están de moda; es como «fundación»: cada uno que tiene alguna idea habla de «fundación». Yo siempre les pregunto: ¿Y el fundo? ¿Cuál es el fundo? Primero hay que tener el fundo y con los intereses del fundo sobrevivimos.

               Lo que decía el legislador Rodríguez es clarísimo: la resistencia siempre es a lo que llaman «rentas asignadas»  –nuestro presidente puede hablar mejor que yo de eso–, que es de rentas generales porque, naturalmente, son recursos que se tienen y que están incorporados al presupuesto. Me parece que la Armada hace bien en buscar ese camino; es un camino más genuino, más auténtico, no es decir  «pido por pido» sino que aporto una solución. Entonces, creo que por ese camino se va bien.

               A su vez, la provisión de material siempre ha sido difícil. Todos los Gobiernos, desde siempre, hemos estado en esta vuelta y hemos vivido historias de todo tipo. Esa vieja fragata que está ahí, era una fragata francesa; fue un reclamo que le hice al entonces presidente Miterrand –fíjense de qué tiempos les estoy hablando– pidiéndole ayuda y también tratando de que nos compensaran porque las lanchas no habían funcionado demasiado bien. Me refiero a las lanchas vigilantes a las cuales se hacía referencia recién. En fin, hay mil historias. Siempre ha sido así y va a seguir siéndolo.

               Ahora bien, los países que fabrican armamento siempre tienen la necesidad de defender sus industrias; de ahí las facilidades, los apoyos y la búsqueda de nuestras relaciones exteriores habituales. Eso es lo que siempre se hizo y es lo que hay que hacer del mejor modo posible.

               Quiero hacer un último comentario sobre el traslado de la escuela. Para empezar, todos los traslados de escuelas han generado un debate. El traslado de la Escuela Militar a Toledo fue toda una historia, hasta produjo algunos retiros militares históricos. A su vez, tenía la connotación de que iban a un seminario religioso, por lo cual también había un debate lateral muy particular. Recuerdo decir al arquitecto Payssé Reyes: No, yo puse esto y lo otro; puse fe. ¿Cómo hacemos ahora? Y yo le contestaba: Bueno, pondrá soberanía, patria, república. No es ese el problema, pero en fin, siempre fueron problemáticas.

               Respecto a la iniciativa de colocar a las tres escuelas en el mismo lugar, incluía un debate adicional porque en ese momento había una iniciativa de unificar las escuelas, lo que generó también una reacción bastante fuerte sobre la especificidad de cada una de las fuerzas.

               El traslado de la Escuela Naval fue todo un tema; la vieja escuela no daba para más, era un desastre. Entonces, se usó un viejo hotel que había fracasado: el hotel Miramar, que fue la segunda versión del Hotel Carrasco, más moderna, treinta y cinco años después. Un hotel casino que nunca marchó, nunca tuvo éxito y que al final quedó ahí abandonado hasta que un día se vio esa posibilidad. Si bien el edificio era magnífico, siempre se dijo que la localización era inadecuada.

               La localización de Maldonado parece muy lógica. Además, Punta del Este y toda esa área está creciendo muchísimo en materia educativa. No creo que no exista la posibilidad de manejar allí un cuerpo de profesores. Ni qué hablar en áreas generales. Ya hay universidades instaladas, hasta de medicina ahora. De modo que hay allí una capacidad instalada incuestionable; hay un centro de formación docente. Es decir que hay una masa crítica de educación que lo hace un lugar adecuado. Y la localización para la Armada es un destino natural. Tiene más lógica estar más cerca de un puerto que estar en la situación en que se está hoy, en el medio de la playa, porque es una localización más turística que militar o educativa. Es una localización típicamente turística, por eso nació como un hotel, como un hotel casino; esa fue la idea, pero funcionó pocos años.

               De modo que me parece que se trata de una idea interesante a desarrollar por el valor patrimonial incuestionable que tiene ese territorio. Si mal no recuerdo, una parte del predio se vendió en algún momento, creo que fue en la época del gobierno militar.

SEÑOR WILSON.- No, se vendió entre su primer gobierno y el siguiente.

SEÑOR SANGUINETTI.- Bien. Una parte, entonces, se había vendido. Pero hoy ese predio tiene un valor formidable e incuestionable. De modo que sería excelente llevarlo a cabo; creo que es una iniciativa a darle vuelo porque va a aportar un recurso relativamente rápido y más efectivo, además de tratarse de un recurso propio.

               Agradecemos muy efusivamente al señor ministro por todos sus esfuerzos; con la Armada, compartimos y compartiremos sus inquietudes como siempre lo hemos hecho.

               A veces no se entiende bien lo que son los roles de las fuerzas. La fuerza de tierra no se entiende bien, a veces, lo que está haciendo. Pero seguro, ahora con la pandemia hay que cerrar la frontera. ¿Quién cierra la frontera del norte? Avanzan los de Gualeguaychú; bueno, ¿quién pone una fuerza disuasiva en Fray Bentos para que estos no avancen y tomen por asalto la intendencia? Parecen episodios anecdóticos pero no lo son, sino que es el ejercicio normal de la vida del Estado.

               De modo que, señor ministro, esperemos que todo el mundo exprese la comprensión que aquí se ha manifestado, para encontrar la solución. Y, sin ninguna duda, se la va a encontrar.

SEÑOR PRESIDENTE.- La presentación ha sido profusa, interesante, aleccionadora, así que agradecemos al ministerio, así como a los legisladores, por el intercambio.

               Nos estaría quedando un tercer tema, vinculado con la carpeta n.º 279/2020, sobre la Conferencia Final de Planificación de la Operación Unitas LXI en Ecuador.

SEÑOR MINISTRO DE DEFENSA NACIONAL.- Voy a hacer una breve presentación, en virtud del tiempo que le hemos quitado a los señores legisladores, pero también esto tiene sus plazos.

               Como todos los legisladores saben, por diferentes circunstancias, la participación uruguaya en las Operaciones Unitas tiene una larguísima historia que data de principios de la década del sesenta. Diría que casi ininterrumpidamente el Uruguay, junto con sus vecinos del continente, participó en diferentes instancias o ediciones de la Operación Unitas. Salvo circunstancias anecdóticas que cortaron esa continuidad, esta ha sido la historia de la participación uruguaya, prácticamente, hasta el año 2010. Diría que en este Uruguay democrático todos los partidos políticos en el Gobierno, o sea, los tres partidos que han ejercido el mismo, tomaron la decisión de participar en la Operación Unitas. Reitero, esto fue así hasta el 2010. Después, en 2011, hubo una interrupción por razones políticas; así fue planteado dentro de la legitimidad de los partidos que ejercen los gobiernos.

               A partir de la edición que se da este año comprendimos que era importante retomar nuestra participación en este tipo de operaciones. Los países que forman parte de ella tienen, si uno midiera esto en términos ideológicos: gobiernos de todo pelo y señal. Para esta edición de la Operación Unitas, los países que van a participar, tanto de nuestro continente como de fuera de él, son de regímenes de gobierno democrático de diferentes signos. Estoy jugando de memoria, pero ustedes tienen el listado en su mesa de trabajo: Argentina, Chile, Brasil, Perú, Colombia, Ecuador –que, a su vez, es el país sede en esta edición–, México, España, Alemania, Estados Unidos, Australia. El listado lo tienen los señores legisladores. Ustedes saben que la organización del plan de actividades se hace el año anterior. La Armada Nacional no había previsto la participación; lo hizo el año pasado. Particularmente le solicité a la Armada Nacional que si había posibilidades de participar, así se hiciera.

               La participación en la Operación Unitas este año tenía –estamos en un año de pandemia– una serie de actividades preparatorias que fueron modificándose de acuerdo a la circunstancia epidemiológica del mundo. Estamos llegando a los plazos finales. Tanto es así que remitimos al Parlamento un proyecto de ley con la participación uruguaya en dos fases: en la preparatoria y en la operación misma. 

               Advierto que después de la presentación que hizo el comandante de las Fuerzas Armadas sobre el tema que estuvimos discutiendo anteriormente a nadie se le pasará por la cabeza que estamos planteando participar con medios navales cuando no los tenemos. Estamos planteando la participación con oficiales que, tanto en la etapa de planificación prevista como en la etapa de operación, van a embarcarse en medios navales de otros países para poder participar desde allí de forma muy acotada porque serían dos oficiales en la etapa de planificación y cuatro oficiales comandantes para la fase operativa que van a embarcarse, reitero, en naves de otra bandera. Es la forma que se ha utilizado en las últimas operaciones Unitas de los años 2009 y 2010. Lo que se hizo fue participar en la etapa de planificación embarcándose en una nave de Estados Unidos y en una nave Argentina –creo– en la última experiencia del año 2010.

Para la Armada Nacional, para el Ministerio de Defensa Nacional y para el Gobierno esto es muy importante, porque la  circunstancia que estamos viviendo es desde el punto de vista de las capacidades que podemos desarrollar a partir de nuestras capacidades en plataformas que son muy limitadas. No tener plataformas ni capacidad de adiestramiento sería para nosotros algo muy grave. En estas operaciones se trabaja mucho en lo que los profesionales llaman la interoperabilidad con armadas de otros países, donde hay tecnologías que no disponemos, por lo menos por el momento, pero que tenemos que adoptar y aprender de ellas ante la eventualidad de que podamos llevar adelante lo que venimos a presentar hace minutos atrás. Otro aspecto importante es la capacidad de  relacionarse desde el punto de vista profesional y diplomático con armadas de otros países para participar en esta operación que es una de las pocas que hay de esta extensión y con este grado de participación de tanto países; por ello, nos parecería desafortunado no tener esa posibilidad o renunciar a ella.

 Por eso solicitamos la autorización parlamentaria en algo en lo que  asumo la responsabilidad de dar un paso más. En ediciones anteriores no se solicitó autorización parlamentaria para la participación en las etapas de planificación con observadores, sino que lo hizo el Ministerio de Defensa Nacional a sola firma, por decirlo en términos básicos. Como comprenderán estamos hablando de una misión que fue muy discutida y a pesar de que participaron todas los Gobiernos me pareció que era de un criterio político indispensable no dar el debate por cuotas y arrebatarle al Parlamento –aunque no sería totalmente– una parte del debate. Me pareció que era oportuno pedir autorización en esta etapa de trabajo y de planificación que en otras circunstancias no se pidió.

Quisimos ser absolutamente transparentes más allá de alguna interpretación jurídica usada en el pasado más reciente que se utilizó para obviar la etapa parlamentaria.

 Aclaro que quizás haya que modificar el proyecto porque según nos informó el comandante esta etapa de planificación que se iba a hacer en forma presencial se va a realizar vía zoom por las razones que  todos conocemos.

               Hasta el momento la última Operación Unitas de noviembre está en camino, así que el proyecto de ley solicita la autorización para dos etapas aunque modifica la etapa de planificación que va a ser vía electrónica y no presencial.

               Los costos los va a asumir el Estado uruguayo. En años anteriores se le pidió ayuda a Estados Unidos, pero nosotros consideramos que debe asumirlo el Gobierno nacional. Estamos hablando de gastos limitados: cuatro pasajes, el alojamiento y la manutención mínima para la participación de los oficiales en Ecuador.

               Muchas gracias.

SEÑOR ABREU.- Muchas gracias por la información. Considero que dados los nuevos roles que hay en el Poder Ejecutivo, en el gobierno y en las instituciones, sería bueno que en estas operaciones también participara la Secretaría de Inteligencia Estratégica de Estado porque tiene que ver mucho con la historia más antigua, pero también es cierto que hay una receptividad y que podría ser bueno un análisis de inteligencia estratégica. Digo que la Secretaría de Inteligencia Estratégica de Estado podría hacer una evaluación en una forma distinta a la que podría hacer la marina o las Fuerzas Armadas respecto de este tema. Simplemente es una contribución al culto.

SEÑOR RODRÍGUEZ.- Voy a empezar diciendo que el señor ministro García le evita un problema a nuestra fuerza política en cuanto al apuro para tratar este tema porque, por lo menos, la primera autorización que solicitaba al Parlamento quedaría por el camino, es decir, la participación de las fuerzas entre el 21 y 24 de setiembre y quedaría,  por lo que dice, la segunda parte.

               Como fuerza política no está de más reconocer que no es un tema sencillo para el Frente Amplio y no lo ha sido, no por el hecho de que la fuerza de mar tenga la necesidad de participar de determinadas actividades de intercambio con otras fuerzas, sino particularmente por estos ejercicios de los que estábamos hablando. Me refiero a los ejercicios Unitas y si nos tomamos el trabajo de leer las versiones taquigráficas podremos ver que suscitaron bastante debate. El ministro García participó en varios de ellos, imagino que el hoy senador Sanguinetti también lo debe haber hecho, al igual que algún otro legislador. Quienes conocemos al ministro García vemos que hoy, de manera muy inteligente y sin escapar a la verdad, deja a los tres partidos autorizando la participación en este tipo de misiones como las Unitas. Debemos reconocer que este tema ha traído complicaciones al Frente Amplio y también dificultades a la hora de definir. Entonces, con respecto a este punto nuestra postura es pedir tiempo.  Y le agradezco al ministro aunque, en realidad, este no es un tema del ministro sino que es consecuencia de las contingencias que ha generado la covid-19 que nos ayuda dando tiempo para definir cuál va a ser la postura de nuestra fuerza política ante esta autorización. Insisto que en una primera etapa nos sorprendía porque como hacía referencia el señor ministro en otras oportunidades los observadores habían participado sin la necesidad de la anuencia parlamentaria y siempre hay un bache o diferentes interpretaciones con respecto a si corresponde o no el trámite de autorización parlamentaria cada vez que efectivos de las Fuerzas Armadas salen de nuestro país. Reitero que el Frente Amplio va a conversar sobre este tema y, por lo tanto, en el día de hoy no tenemos posibilidades de adelantar una opinión al respecto.

SEÑOR MINISTRO DE DEFENSA NACIONAL.- Como decía, en otras circunstancias –años 2009 y 2010– se participó a punta de autorización ministerial. Tengo aquí adelante las resoluciones y no solo se hizo en actividades de planificación sino que también se embarcaron oficiales en las operaciones mismas, sin haber pasado por el Parlamento. No tenía conocimiento de esto y me enteré cuando me preparé para traer la información con la mejor calidad que pudiera a la comisión. Hay una del 12 de marzo de 2009 que tiene la firma del ministro Bayardi y otra del 2010 con la firma del entonces ministro Rosadilla. Allí se hablaba de misiones oficiales.

               Desde el punto de vista del ministerio, obviamente nosotros pedimos las dos autorizaciones, aun sabiendo que según la biblioteca jurídica más aplicable la primera podría no ser considerada una participación en una operación, sino un trabajo de planificación del Estado Mayor, por lo que podría hacerse sin autorización. No obstante, nosotros queremos traerlo aquí.  Si no fuera así –y acá hacemos una acotación, señor presidente y señores legisladores–, lo hacemos en el entendido de que vamos a participar a sabiendas del Parlamento y que estamos no digo autorizados porque no hay una plena autorización, pero sí que venimos aquí a pedir autorización para participar y la Comisión de Defensa Nacional y todos los partidos políticos saben que vamos a hacerlo lealmente en una misión de planificación con los observadores. Y se deja sentado y se interpreta por parte de la comisión que hay que pedir la autorización para la propia operación. Digo esto porque con esta misma transparencia nos gustaría que después no se exprese que se participó en una misión de autorización que no fue autorizada. Trajimos el pedido de autorización, entonces, entendemos que se da por bueno que no se requiere autorización parlamentaria, que se va a participar en esta fase de planificación previa y que se ha pedido autorización sobre la intervención o, mejor dicho, sobre la participación en la maniobra típicamente dicha.

Esa era la aclaración que deseábamos formular.

SEÑOR PRESIDENTE.- Aprovechando la presencia de los miembros de la Comisión de Defensa Nacional de la Cámara de Representantes me gustaría saber si todos entendemos la misma situación. 

               Como comisiones de ambas cámaras tomamos nota de esta participación que, si entendí bien, no implicaría la salida del país sino una actividad vía zoom o por alguna plataforma –para no hacer propaganda– y, por lo tanto, entenderíamos que ahí no se necesitaría la autorización formal del Parlamento. Entonces, ¿quedaríamos a la espera del envío de parte del Poder Ejecutivo de la autorización para las operaciones o esta solicitud ya operaría de esa manera? 

SEÑOR MINISTRO DE DEFENSA NACIONAL.- Esta sería la solicitud y tendría la redacción que la comisión le haga. Acá figuran las fechas y todo lo demás. 

SEÑOR PRESIDENTE.- En ese caso, se tendría más tiempo para trabajar.

               Si no hay más intervenciones, liberamos al señor ministro de Defensa Nacional y a su equipo, a quienes agradecemos enormemente por su presencia, así como a los colegas legisladores de la Cámara de Representantes. 

Luego continuaríamos con la sesión. 

SEÑOR MINISTRO DE DEFENSA NACIONAL.-  Gracias señor presidente y señores legisladores, para nosotros es un honor haber participado de la reunión. 

(Se retiran de sala el señor ministro de Defensa Nacional, sus asesores y los señores legisladores de la Comisión de Defensa Nacional de la Cámara de Representantes).

SEÑOR PRESIDENTE.- Señores senadores: si les parece bien para cerrar la actividad de hoy, tendríamos planteado que de los dos proyectos, la carpeta n.º 278, vinculada con el incremento de efectivos en la operación de mantenimiento de la paz de la Organización de las Naciones Unidas en la República Árabe de Siria, y la n.º 279, sobre la Conferencia Final de Planificación de la Operación Unitas LXI Ecuador 2020, este último seguiría en carpeta, no se votaría hoy y en todo caso se discutiría con más tiempo, más bien la autorización eventual para la parte operativa del tema. O sea que la carpeta n.º 279 no se procesaría hoy, a no ser que alguien quisiera plantear algo diferente.

Si no se hace uso de la palabra, se va a votar –si les parece bien– la carpeta n.º 278, sobre el incremento del número de efectivos militares del Ejército nacional.

(Se vota).

–5 en 5. Afirmativa. UNANIMIDAD.

Propongo al señor senador Sanguinetti como miembro informante.

Si no se hace uso de la palabra, se va a votar.

(Se vota).

–4 en 5. Afirmativa.

Queda el tema de la propuesta para la visita de la Base Aérea Cap. Juan Manuel Boiso Lanza. Como me acota la señora secretaria, la Fuerza Aérea nos propone que podría ser el viernes 2 o el viernes 9 de octubre de mañana, con almuerzo.

(Dialogados).

–Personalmente, no tengo problema con ninguna de las dos fechas.

SEÑOR MANINI RÍOS.- A mí se me complicaría el viernes 2.

SEÑOR PRESIDENTE.- Entonces, la fijamos para el viernes 9, a las 10:00.

(Apoyados).

–Se levanta la sesión.

(Son las 16:22).

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Montevideo, Uruguay. Poder Legislativo.