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COMISIÓN DE VIVIENDA Y ORDENAMIENTO TERRITORIAL

(Sesión celebrada el día 11 de agosto de 2020).

 

SEÑOR PRESIDENTE.- Habiendo número, está abierta la sesión.

(Son las 16:45).

                –Gracias por venir.

A partir del 31 de agosto, la comisión va a recibir el presupuesto nacional, particularmente el del Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial y, por obligación legal, el Plan Quinquenal de Vivienda. Entonces, más allá de recibir al ministerio para saber cuál es su plan, nos pareció que era razonable que las organizaciones empresariales, sindicales y cooperativas, que históricamente han estado vinculadas a la vivienda intersectorial, expusieran su punto de vista y cuáles consideran que son los principales ejes que debería tener el Plan Quinquenal de Vivienda del período 2020-2025.

SEÑOR GEJER.- Primero agradezco mucho la posibilidad que nos dan de poder participar.

                Como Asociación de Promotores Privados de la Construcción del Uruguay entendemos que, básicamente, se han tomado algunas medidas que van en la dirección de promover la construcción con los megaproyectos y la vivienda promovida. Pero creemos que todavía falta estimular un poco al otro sector grande de construcción de vivienda, que no está comprendido ni en vivienda promovida ni en megaproyectos, que son la gran mayoría de los promotores privados del Uruguay. Son los medianos y pequeños promotores que, en definitiva, terminan definiendo grandes megaproyectos y pienso que podemos sumarlos. Creo que por ese lado es un sector muy importante. Está la construcción en la costa que hoy en día da muchas posibilidades de mano de obra y de trabajo. Esa es una posibilidad de apertura.

                Lo otro es algo que surgió últimamente y es la construcción de viviendas para pasivos, financiadas por el Gobierno nacional. También había una propuesta para mezclar, es decir, para que no fueran viviendas solo para pasivos, sino que se pudieran mezclar diferentes capas de la población, porque los estudios han demostrado que no es correcto agrupar a los pasivos por un lado, y creemos que para el tejido social es bueno mezclarlos.

SEÑOR PRESIDENTE.- En cuanto a las viviendas para pasivos, aparte de la mezcla, ¿a qué se refería?

SEÑOR GEJER.- Había algún proyecto donde se proponía que las financiara el Estado, y a partir de ahí se están estudiando posibilidades.

Esto ingresó a estudio la semana pasada y se han manejado algunas ideas. Una de ellas es la construcción por parte del Estado, en una especie de PPP. Es decir, que se promuevan o se construyan por los promotores –que tengan la garantía de los promotores privados–, pero que puedan ser viviendas alquiladas. Un poco como las PPP, pero en vez de ser escuelas o lugares de formación, podría ser viviendas. Capaz que eso podría ser un estímulo para la construcción. De pronto, se podría dar una garantía por el mantenimiento de la vivienda con el pago a través de alquileres garantidos.

SEÑOR PRESIDENTE.- Perdón, pero en cuanto a lo de la vivienda promovida, ¿se refiere a lo del tope?

SEÑOR GEJER.- No; es la zona de vivienda promovida que se cambió en la última ley del año 2017.

SEÑOR PRESIDENTE.- Lo que se cambió fue lo del tope.

SEÑOR GEJER.- Se cambiaron varias cosas. Por ejemplo, se cambió el tope de exoneración de IRPF –se subió nuevamente– y se sacó la proporción establecida para viviendas de un dormitorio. Antes, era obligatorio construir un 50 % de viviendas de un dormitorio y el otro 50 % de viviendas de dos dormitorios o más. Ahora hay libertad para las viviendas de un dormitorio y, además, se permite un 20 % de unidades monoambientes, que antes no estaban dentro de la ley de vivienda promovida. Gracias a eso, sin duda, están entrando una gran cantidad de permisos nuevos para construcción; eso fue muy estimulante.

                De todas formas, yo me muevo un poco más en el otro sector –ni en el de la vivienda promovida ni en el de los megaproyectos– y que creo que por ese lado se podría hacer algo para estimular esa parte.

SEÑOR PRESIDENTE.- ¿Por ejemplo?  

SEÑOR GEJER.- Por ejemplo, habíamos analizado el tema del pago del IVA. De repente, el pago del 10 % del IVA se podría poner conjuntamente con la venta de las unidades, en vez de liquidarlo anualmente. Muchas veces pasa que se va liquidando el IVA y, en realidad, todavía quedan una cantidad de unidades a la venta.

                Después, hay otras medidas que, de repente, son municipales como, por ejemplo, la exoneración de tributos o de una cantidad de gastos –que significan costos altos de mantenimiento– mientras no haya venta de unidades. Sucede que hay edificios con unidades ocupadas y el promotor tiene la obligación de pagar los gastos comunes de las unidades, además de los tributos. De todos modos, eso es algo que no depende del Estado, sino más bien del Gobierno departamental, pero el tema del IVA puede corresponder al Estado y lo que se plantea es diferir el pago, más que nada.

SEÑOR LOZANO.- En el caso de las viviendas para pasivos, no entendí bien cómo sería el sistema, porque usted mencionó que serían para alquilar.

SEÑOR GEJER.- Como dije anteriormente, esto entró en la asociación la semana pasada y se trató en la reunión de directiva, se comenzó a hablar y se  formó una comisión para trabajar en el tema.

                Hubo interés por parte de varios promotores y se manejaron algunas ideas. Creo que el Estado propuso ser quien financiara la construcción. Entonces, se puede buscar la manera para que, una vez que el Estado las financie, el pago se haga a través de los alquileres, pero no lo sé. Quizás estoy siendo un poco atrevido. Habría que buscar una garantía.

SEÑOR LOZANO.- ¿Quién sería el propietario de las viviendas, entonces?

SEÑOR GEJER.- Creo que el propietario de las viviendas tendría que ser el Estado.

SEÑOR LOZANO.- ¿El ministerio?

SEÑOR GEJER.- No; no sería el ministerio.

(Dialogados).

-Capaz que fue una propuesta del Partido Nacional y todavía no participó nadie más. Está muy verde. Pero el financiamiento de las PPP, ¿cómo es? La construcción va por parte de las empresas privadas y luego se va devolviendo. Lo asocio más al tema de las PPP.

SEÑOR PRESIDENTE.- En este caso, podría ser un canon.

SEÑOR GEJER.- Podría ser eso. También está el tema del tejido social, entonces, capaz que habría que hacerlo junto con la Intendencia para que no fueran viviendas puramente de pasivos.

SEÑOR PRESIDENTE.- Desde que está el programa de vivienda para pasivos, siempre estuvo la idea de que no fueran en un 100 % para pasivos, pero nunca se modificó. Siempre estuvo la idea de que hubiera una mezcla de tejido social.

SEÑOR GEJER.- Creo que es importante estimular esa parte. No sé si aclaro o confundo, pero me parece bien dejarlo planteado para próximas reuniones.

SEÑOR LOZANO.- Todavía no está definido.

SEÑOR GEJER.- Creo que había una propuesta del Partido Nacional.

SEÑOR PRESIDENTE.- Trataremos de hacernos de la propuesta.

SEÑOR GEJER.- Vine más preparado por el tema de los predios que quedaban baldíos y desocupados, porque ese iba a ser el tema de la reunión, sino podría haber traído un poco más de información.

SEÑOR PRESIDENTE.- Entonces, nos gustaría saber si tiene alguna opinión sobre ese proyecto de ley.

SEÑOR GEJER.- En particular no. Pero creo que estaría bien que bienes que están en desuso, primero pudieran ser clasificados para saber si son patrimoniales o no, y una vez que se supiera eso, habría que derivarlos para ver qué uso se les puede dar. Muchos podrían ser reformados para viviendas y, de repente, algunos predios podrían demolerse para generar promoción de vivienda. Sin duda, es una idea positiva.

SEÑOR PRESIDENTE.- Le informamos que nosotros reformulamos ese proyecto de ley que tenía un componente urbano y otro rural, porque en la LUC, en el artículo 415, ya se incorporó lo urbano.

SEÑOR GEJER.- ¿Lo rural dónde iría?

SEÑOR PRESIDENTE.- En este proyecto de ley.

SEÑOR ANDRADE.- No hay duda que hay un objetivo con la vivienda promovida que se consigue y que es estimular la actividad económica. Muchas veces se redirecciona la industria a sectores donde la industria en general, por las reglas de mercado, no participa, porque si el metro cuadrado en la costa vale equis y en otras zonas de la ciudad vale menos, ¿cuál sería el estímulo para construir en otras zonas de la ciudad? Por eso se entiende que generar condiciones para la participación de la inversión privada tiene efectos positivos indiscutibles. Además, es la industria que multiplica el empleo.

A la vez, tiene un riesgo que es el que se intenta evitar: que el redireccionamiento de la inversión no genere que esas zonas se transformen en el mediano plazo en una zona selecta y provoque que el proceso de expulsión de sectores populares a la periferia se profundice y sea un problema. En general, es medio pronto para hacer un balance porque tiene poco tiempo la ley; primero era la ley de vivienda de interés social y ahora es de vivienda promovida. No sé si no sería bueno ver un mecanismo que simultáneamente a sostener la posibilidad de estímulos fiscales para favorecer   la  inversión  en la industria, contemple herramientas que no se transformen –creo que esto es parte de lo que se puede discutir con las delegaciones que vienen luego, el movimiento cooperativo y otras–, y que el direccionamiento no termine generando una condición que profundice el problema urbano. No sé si me explico. Es decir que en el sacrificio de corto plazo que tiene que ver con generar empleo y actividad económica, no generemos una circunstancia para que, por ejemplo, Cordón mañana no sea un nuevo Pocitos, en términos de posibilidad de vivienda. ¿Se entiende la preocupación?

SEÑOR GEJER.- Pero eso es en el sector de vivienda promovida tradicional.

La idea de viviendas para pasivos o para otros sectores de quintiles más bajos capaz que es en zonas más alejadas del Centro, por ejemplo, pensamos en los alrededores de la avenida General Flores o en zonas más perimetrales. Ojalá pudiéramos generar un Pocitos en las zonas más alejadas; eso lo puede intentar el Gobierno departamental, pero termina definiéndolo el mercado. Sin duda, se pueden estimular cosas.

Creo que el sacrificio no es tanto como el beneficio. Si bien se sacrifican tributaciones, se genera mucha mano de obra y se mejora las condiciones de vida en esa zona, porque ya existen los servicios de infraestructura, transporte, electricidad y agua, entonces se puede construir en esas zonas y no solamente en las céntricas. Obviamente, en las zonas céntricas el promotor privado tiene mucho más interés.

Habría que tratar de compatibilizar el interés del promotor con el interés del Estado. Seguramente el Estado tendría que financiar eso y capaz que es una oportunidad a través de algún mecanismo de devolución lenta; puede ser una posibilidad con una devolución a largo plazo.

(Se retira de sala el representante de la Asociación de Promotores Privados de la Construcción del Uruguay).

(Ingresa a sala la delegación de Fucvam).

SEÑOR PRESIDENTE.- Buenas tardes y gracias por venir.

La Comisión de Vivienda y Ordenamiento Territorial está realizando una serie de reuniones con organizaciones vinculadas al tema de la vivienda, con el objetivo de saber qué visualizan como las necesidades más importantes en esa materia, dado que todos los 31 de agosto del primer año de Gobierno se presenta el Presupuesto Nacional y el Plan Quinquenal de Vivienda. Seguramente, el ministerio, que está citado para la semana que viene, va a presentar algo. Nosotros hubiéramos preferido citar primero al ministerio y luego a las organizaciones para darles alguna idea del planteo del ministerio, pero hoy sus autoridades no pudieron venir. De todos modos, nos pareció útil conocer la opinión de Fucvam sobre cuáles serían las principales necesidades de un plan quinquenal para responder a las demandas de las cooperativas de vivienda, en este caso, por ayuda mutua. Luego recibiremos a Fecovi.

SEÑOR CAL.- Buenas tardes y gracias por recibirnos.

Mi compañera Alicia Puyo y yo somos integrantes de la dirección nacional de Fucvam que creo que no necesita presentación. Fucvam es la Federación de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua y de usuarios. No somos propietarios de nuestras viviendas, sino que la propietaria es la cooperativa y nosotros tenemos un contrato, un documento de uso y goce de la vivienda durante nuestra vida, y a ese documento le asisten los derechos de herencia. El vínculo con el bien es de uso mientras vivamos y eso tiene como efecto que nuestras viviendas nunca entran al mercado inmobiliario. No forman parte del stock de viviendas que manejan las empresas inmobiliarias en la oferta y la demanda.

Claramente, Fucvam tiene un modelo de construcción y ofrece un modelo de acceso a la vivienda para trabajadoras y trabajadores que consideramos adecuado, que satisface una necesidad, lo que es muy importante y que va a contrapelo del sistema capitalista que pone énfasis en la oferta y la demanda, en la posibilidad de compra y de adquisición de la vivienda, sin solucionar el problema del acceso a ella. Eso hace que haya mucha población que queda por fuera de la posibilidad de satisfacer la demanda, lo que trae como consecuencia un déficit habitacional que está entre 75.000 y 80.000 viviendas en todo el país.

                Los gobiernos han intentado paliar la situación, en el anterior la meta fue de 14.000 viviendas, pero no se llegó a cumplir. En este, la meta es significativamente superior y pensamos que va a ser muy difícil lograrlo, al menos con la calidad que nosotros concebimos.

                Claramente la no existencia del Fondo Nacional de Vivienda para nosotros es un problema porque hace que cada cinco años sectores claves de la vida nacional nos estemos disputando la parte de la torta del presupuesto correspondiente a vivienda. Salud, vivienda, educación, seguridad –aspectos claves de la convivencia nacional– quedamos metidos adentro de la misma torta que habrá que repartir. Por eso, para nosotros es fundamental que el Fondo Nacional de Vivienda se vuelva a reconstituir con aportes de los empleadores y de los trabajadores y trabajadoras. Eso aseguraría al Estado y a la ciudadanía un monto de dinero que se podría prever cada año en función de los aportes que harían los distintos sectores, permitiendo desarrollar una política de vivienda a mediano y largo plazo. Así se podrían satisfacer las necesidades de las cooperativas para que lleguen a terminar todos los trámites –que son bastante engorrosos y largos de sobrellevar– y una vez que lleguen al cuello de botella, cuando se tiene el proyecto aprobado y se está pronto para construir, con ese monto que ingresaría año a año, estarían en condiciones de establecer un cronograma adecuado. Como no existe, estamos ante esta circunstancia por la cual cada cinco años tenemos que venir a plantear y casi a llorar para que el presupuesto de vivienda sea superior.

                En este momento, cuando termina un período presupuestal y empieza otro, hay 21 cooperativas de nuestra federación que ya sortearon toda la etapa de trámites y ya salieron sorteadas. No sé si los senadores saben cuál es el sistema por el cual las cooperativas acceden al préstamo. Una vez que cumplen con toda una serie de requisitos como obtener la personería jurídica, el terreno, la viabilidad del terreno ante la OSE por el saneamiento y todos los servicios para avanzar en el proyecto constructivo, se presentan en el ministerio y entran en un sorteo del que participan todos los sistemas cooperativos que existen. Me refiero a las cooperativas de ahorro previo, a las del plan sindical, a las de propietarios, a las que no están afiliadas a ninguna de las federaciones y a las de ayuda mutua afiliadas a Fucvam. Luego se hace un sorteo y el resultado es a suerte y verdad. De pronto son sorteadas cooperativas que hace cinco o seis años que están en la etapa de trámite, pero también una que tiene tres años de fundada y que quizás es la primera vez que participa en el sorteo, entonces, todas ellas quedan en condiciones de escriturar. Luego de participar en tres sorteos seguidos, sin haber sido sorteadas, al siguiente se procede a lo que se llama adjudicación directa, es decir que no se participa del sorteo y se adjudica directamente la vivienda. Eso trae como consecuencia que al cupo de viviendas que se iba a sortear cada vez se le va retaceando más por lo que mencioné. Este sorteo estaba previsto para diciembre, pero fue aplazado por la Administración anterior para el mes de junio y esta Administración, a su vez, lo postergó hasta diciembre.

(Intervención de un señor senador que no se escucha).

–La Administración anterior lo había previsto para el mes de diciembre, pero antes de terminar su período lo aplazó para junio de  2020 y esta nueva Administración –como era de esperarse– lo postergó hasta diciembre porque todavía no tenía toda la información del manejo ministerial y demás. 

En definitiva, en diciembre habrá un sorteo de 1000 viviendas, pero ya hay 753 que se otorgan por adjudicación directa. O sea que no se van a sortear 1753 viviendas, sino 1000, porque hay 753 de arrastre que ya están adjudicadas; un sorteo que inicialmente estaba previsto para 2000 viviendas. 

Decimos que hay 21 cooperativas que ya tuvieron la suerte de salir favorecidas en el primero, el segundo o el tercer sorteo, más otras a las que les corresponde el otorgamiento por el arrastre antes mencionado. Son 21 cooperativas que ya están en esas condiciones; hay algunas que fueron sorteadas hace aproximadamente un año y medio y todavía no han escriturado el préstamo. Claramente, esto tiene que ver con una asignación presupuestal que no es suficiente, porque aun si uno pensara que hubo una buena administración y una buena previsión, creemos que se le erró a los números. En realidad, cuando uno accede a un sorteo de 1000 o 2000 viviendas es porque están dentro del presupuesto. Sin embargo, no estaban; si hace un año y medio que están esperando para escriturar es porque esas cooperativas no han entrado en los montos presupuestales adjudicados a la vivienda durante el período anterior. Ahora entrarían en este nuevo presupuesto porque el compromiso de las autoridades es que una vez que supieran cuál sería el monto presupuestal asignado o, por lo menos, el piso del que empezarán a partir de la asignación del Ministerio de Economía y Finanzas, iban a tener una idea más aproximada como para establecer un cronograma de acceso a las escrituras.

Si ustedes le preguntan a Fucvam cuál es su mayor aspiración, les diremos que cuantas más viviendas podamos construir, mejor porque para nosotros la vivienda es la primera necesidad del trabajador que se afilie a una cooperativa. Sin duda, la apuesta de Fucvam es mucho más ambiciosa que llegar a la vivienda; nuestra canción establece claramente que construir la vivienda es el principio y no el final; nosotros modificamos los barrios y llevamos servicios a muchos sectores de la ciudad que no los tenían. 

Actualmente, la adjudicación de terrenos, el acceso a la tierra por parte de las cooperativas, en función de la cartera de tierras municipales –ahora también saludamos la iniciativa de la cartera de tierras nacional con los terrenos e inmuebles vacíos–, por lo general, es en zonas periféricas. Una aspiración muy grande que tenemos, en el marco de nuestra reivindicación por una reforma urbana, es que se dé lugar a la vivienda de carácter social para los trabajadores en los cascos centrales de la ciudad y que esto no quede limitado solamente al acceso del capital inmobiliario y financiero, que también podamos acceder a los servicios centrales y a las zonas en donde están los servicios culturales, educativos, etcétera. 

El acceder a una cartera de tierras en condiciones y adecuada en zonas centrales de la ciudad para nosotros es muy caro. Ya el viejo planteo de Fucvam, de la década del noventa, pasaba por la adjudicación de tierras en el marco de un pensar la ciudad de otra manera que no fuera solamente adjudicando terrenos en las zonas periféricas.

La zona donde habitamos las cooperativas tiene un cambio a partir de esa apropiación de esa porción de ciudad, en función de un proyecto cooperativo y de desarrollo cultural. Así es que en nuestros barrios encontramos bibliotecas, consultorios médicos, guarderías –las guarderías de obra evolucionan y terminan siendo centros CAIF; con el Programa Nuestros Niños, fueron centros de atención y educación en primera infancia, pero ahora casi todas están reconvertidas en centros CAIF– y escuelas. Por ejemplo, la escuela que está construida atrás del complejo Mesa 1, en Camino Carrasco –que se construyó con fondos de un programa que en este momento no recuerdo el nombre–, anteriormente funcionaba donde estaba la guardería de obra, dado que en algún lugar tenían que dejar a los chiquilines las compañeras y los compañeros mientras iban a la obra. Esa obra de ayuda mutua algunos compañeros la hacían cuidando y brindando un servicio educativo.

Ese desarrollo de la ciudad tiene que ver con un proyecto mucho más ambicioso que el de solamente construir una vivienda. Por eso decimos que, en una suerte de plano ambicioso, de reforma de la ciudad y de reforma en la manera de acceder los trabajadores y las trabajadoras a la vivienda, el cooperativismo de ayuda mutua y el carácter de usuarios es una alternativa que otros proyectos no la cumplen, porque se encierran en el proyecto de la vivienda y para quien habita esa cooperativa, termina ahí.

Compartimos muchos de los objetivos y de las propuestas presentadas por los compañeros de Fecovi y de Fecovisi, pero claramente hoy estamos hablando por la vivienda de ayuda mutua de usuarios vinculados a Fucvam.

¿Las 14.000 viviendas que se planteó el Gobierno anterior son suficientes? Pensamos que no. Si el déficit es de 75.000 u 80.000 viviendas, es un déficit que, a lo largo de la historia y teniendo en cuenta cualquiera de los objetivos que se han fijado las Administraciones anteriores, no llega a cubrirse. Según información de prensa, este ministerio se ha planteado entre 40.000 y 50.000 unidades habitacionales, o sea, viviendas. Realmente no sabemos de dónde va a salir ese presupuesto. Recuerdo que el 0,5 % del presupuesto anterior estaba adjudicado a vivienda; creemos que ahora debe rondar el 5 %, 6 % o un 7 % para llegar a esa cantidad de viviendas y así cubrir el déficit habitacional. 

Nos parece que no se trata solamente de hablar de un número, de un porcentaje del presupuesto, sino de pensar seriamente en una política estatal que trascienda la Administración que está. Eso solamente lo asegura la reconstitución del Fondo Nacional de Vivienda. No es posible pensar una política de vivienda a nivel estatal que trascienda la Administración de turno, si depende pura y exclusivamente de la lucha presupuestal que se establece cada cinco años. Esa es un poco la postura que nosotros planteamos como cuestión de principio a la hora de hablar de política estatal de viviendas. Si nos preguntan sobre un porcentaje, seguiremos apostando al mayor que se pueda. El 0,5 % es irrisorio y vergonzoso para una política estatal que intenta cubrir una necesidad básica de los seres humanos, en este caso de los ciudadanos y las ciudadanas uruguayas. En particular, a nosotros nos afecta la realidad de los trabajadores y las trabajadoras que han elegido el cooperativismo de ayuda mutua y de usuarios para cubrir esas necesidades.

SEÑOR LOZANO.- Se dijo que en diciembre se van a sortear 1.000 viviendas, porque 753 ya están asignadas. ¿Eso significa que ya fueron sorteadas?

SEÑOR CAL.- No, esas 753 es lo que en la jerga de las cooperativas llamamos «viviendas de arrastre». Son cooperativas que ya participaron en tres sorteos y perdieron en los tres. Después de participar en tres sorteos, al cuarto se le llama «asignación directa». Ese día se cita a las cooperativas para estar y participar, pero ya saben lo que va a suceder. Hace pocos días salió la resolución de la ministra formalizando cuáles son las cooperativas que ya pasaron por los tres sorteos.

SEÑOR CAMY.- Simplemente quería disculparme por llegar tarde en virtud de una reunión que tuve en Presidencia de la República que  se atrasó.

Voy a proceder a leer después, detenidamente, la versión taquigráfica para poder comprender mejor porque capté una parte únicamente desde el momento en que llegué.  Es un gusto recibir a la delegación por lo que representa, por lo que implica esta temática. Les agradezco la comparecencia y en todo caso me comunicaría con ustedes después de haber leído la versión taquigráfica de la sesión.

SEÑOR ANDRADE.- Solo deseo dejar un par de constancias.

                Creo que, en realidad, el abordaje de la cuestión del hábitat tendría que ser el capítulo uno de cualquier mirada sobre el tema de la convivencia y la seguridad. Si hay algo que está estudiado es que los países con menor segmentación territorial y urbana son los más integrados y seguros. Hay una relación directa. América Latina es la zona más violenta del mundo, entre otras cosas, porque es la zona con la segmentación territorial más fuerte, cruda y dura.

                Por otro lado, tenemos que tratar de pensar el déficit en los aspectos cuantitativos, pero es muy difícil de estimar. Se forman alrededor de 10.000 hogares por año; de estos hay entre un 50 % y un 60 % que requiere viviendas nuevas. Muchas veces en la perspectiva que uno pueda hacer del déficit tiene que ver también hasta lo que pasa con el país. Si hay una fuerte emigración, el déficit se achica. Este es un ejemplo en términos de situaciones de perspectiva política-social que están relacionadas con la cuestión del hábitat. Un segundo elemento es el déficit de calidad de la vivienda. En general, tiene menos notoriedad que el asentamiento irregular, pero es de enorme gravitación. Si uno coloca ahí las viviendas en zonas inundables, con riesgo de derrumbe, agrietadas, etcétera, encuentra un conjunto de dimensiones que hacen a la cuestión de la vivienda, en lo que no hay mucho margen para la conciliación entre la lógica del mercado definiendo lo urbano o el Estado definiendo lo urbano. Al final, en general, el Estado define lo urbano y deja espacios al mercado en las definiciones que toma o el mercado marca la cancha y el papel del Estado es muy menor, porque no va a poder comprar la tierra al precio que el mercado coloca y se le restringen las posibilidades. Ese es un tema bien complejo para resolver. Alcanza con ver las decenas de miles de viviendas que están abandonadas y ociosas. Son dos cosas distintas. Respecto a las viviendas abandonadas hay una normativa, pero las que están ociosas cumplen un fin de especulación. Creo que para ese pienso, aparte de la razón del artillero, sin recursos no hay …

                La perspectiva del Fonavi me tocó acompañarla en la mesa de vivienda que se armó a fines de los 90. Después había una discusión porque si no lo blindás, podés tener el Fonavi, pero no ser ejecutado por decisión de la OPP. En definitiva, te quedaste con el Fonavi como bandera correcta y reclamando la deuda en la ejecución. Eso nos pasó durante muchísimos años. Creo que ese instrumento que está en la vieja ley de vivienda del 68 permite lo que hay que hacer: una política de Estado en materia de vivienda que trascienda la lógica de los períodos de Gobierno. Uno puede decir que el problema es la educación o el problema es la salud. Sí; tenés la mejor atención sanitaria, pero estás viviendo en una casa que está llena de humedades o tenés la mejor educación, pero no tenés dónde estudiar, entonces, en realidad, la cuestión de la vivienda en esto es transversal. Creo que la experiencia y el recorrido de Fucvam es un ejemplo en América Latina, logrando viviendas de calidad para un sector que, ni de cerca, el mercado puede resolver. Ningún cooperativista de viviendas de Fucvam podría acceder por la vía del mercado a viviendas de esa calidad. Esta es una de las herramientas –no la única– que nos tiene que ayudar a pensar la problemática.

Es la constancia que quería dejar.

SEÑOR PRESIDENTE.- Quiero hacer un comentario y dos preguntas acerca de lo expuesto.

El comentario tiene que ver con que, como decía el señor senador Andrade, el Fonavi proviene de la Ley n.° 13728 de 1968 y podría haber una confusión porque en el presupuesto quinquenal las inversiones en vivienda aparecen como financiadas por el Fondo Nacional de Vivienda. Este fondo como organismo inversor en vivienda existe, pero lo que yo entendí que planteaba Fucvam tiene que ver con el Fondo Nacional de Vivienda como organismo que tiene una asignación económica independiente de la asignación presupuestal. En aquel momento era del 2 % de la masa salarial, es decir un 1 % por parte del sector obrero y otro 1 % correspondiente al patronal. Después en 1978 tuvo algunos cambios, se le subió un punto más, en fin, pero más adelante se disolvió desde esa perspectiva. El Fondo Nacional de Vivienda se nutre ahora de la asignación que Rentas Generales realiza a partir de la distribución presupuestal.

                La pregunta que quiero hacer tiene que ver con las 21 cooperativas que ya fueron sorteadas; concretamente, quiero saber qué antigüedad tienen, aproximadamente.

SEÑOR CAL.- Hay distintas realidades. Con respecto a cuándo fue sorteada la más vieja es de un año y medio.

SEÑOR PRESIDENTE.- Esto me lleva a mi segunda pregunta. Las 1000 cooperativas que se sortean a fin de año, ¿qué plazo tienen para la recepción de fondos promedio o teórico?

SEÑOR CAL.- Eso va a depender de la asignación presupuestal que reciba la actual Administración. Nosotros en el diálogo con las nuevas autoridades hemos planteado que en el cronograma que establezcan para la escrituración de estas cooperativas viejas, incluyan las 1000 viviendas que van a ser sorteadas en diciembre. De lo contrario, se van a solucionar las 21 que quedaron para atrás –aclaro que se trata de 21 asociadas a Fucvam, pero debe haber otro tanto pertenecientes a otras federaciones—y las cooperativas que sean sorteadas en diciembre van a empezar ese rosario de tener que esperar un año más. Por eso lo que planteamos es que si se va a establecer un cronograma, que se haga bien, incluyendo a esas 1000 viviendas a partir de la asignación presupuestal. Hubo información de que iban a solicitar ampliación de rubro.

SEÑOR PRESIDENTE.- ¿Esta situación podría ser asimilable al refuerzo presupuestal de 2017, cuando hubo un acumulado de terceros sorteos que no se pudieron financiar? Si se observa la evolución del presupuesto quinquenal en vivienda se verá que hay un pico –si no recuerdo mal en 2017– de 4000 cooperativas que recibieron financiamiento. Ahí hubo una acumulación. ¿Podría suceder una acumulación similar si no se previera el financiamiento?

SEÑOR CAL.- Claro; el tema es que si no se prevé se va formando un cuello de botella. Por ejemplo, si se prevén 2000 viviendas en cada sorteo se forma ese cuello de botella porque se van acumulando al pasar el tiempo y al irse formando nuevas cooperativas. La realidad es que no desaparece el déficit de vivienda y cada vez hay más cooperativas que llegan a terminar todos los trámites y presentan la documentación correspondiente para acceder al sorteo. Si no hacemos trampa al solitario, no hay que olvidar que en nuestro país han existido distintos mecanismos para entorpecer y enlentecer el avance de la formación de cooperativas. En algún momento se trataba de la adjudicación de la personería jurídica, en otros, el logro de las tierras y, en otro, la aprobación de determinado trámite en tal o cual organismo. Si no hacemos trampa en eso, cada año llegan 10 o 15 cooperativas en condiciones de acceder al sorteo. Entonces, empiezan a participar en una calesita, en un primer sorteo y en un segundo sorteo si no hubo cambios en la cooperativa y se siguió funcionando porque todo eso tiene consecuencias para las cooperativas. 

Perder un sorteo para una cooperativa provoca desánimo y frustración. Hay cooperativas que están cinco o seis años para tener todo pronto y cuando llegan al sorteo algunas aplauden porque salen sorteadas y otras se van con la cola entre las patas. Entonces, llegar al sorteo y no participar, luego participar en el segundo, pero ahí se suman otras 10 o 15 y todo eso va formando un cuello de botella. Las 2.000 que estaban previstas para dentro de un año no van a ser sorteadas todas porque hay 700 o 500 de arrastre, entonces, cada vez se van sorteando menos porque, como dije, hay que darles lugar a las que están por arrastre.

SEÑOR PRESIDENTE.-  Le agradecemos la presencia a la delegación y tomaremos en cuenta el planteo.

(Se retiran de sala los representantes de Fucvam).

(Ingresan a sala los representantes de Fecovi).

-Damos la bienvenida a los representantes de Fecovi.

                Como saben este año se aprueba el presupuesto quinquenal de vivienda y la Comisión de Vivienda y Ordenamiento Territorial ha decidido convocar a una serie de organizaciones de trabajadores, de empresas de la construcción y de cooperativas que tienen que ver con el sistema de vivienda para conocer su opinión sobre sus principales necesidades.

El 31 de agosto vamos a recibir el proyecto de presupuesto y el plan quinquenal. Si bien va a entrar por la Cámara de Representantes es lógico que hagamos la mirada en conjunto, por lo tanto, los convocamos para pedirles una opinión sobre las principales necesidades que creen que, sí o sí, deberían ser incorporadas en este presupuesto quinquenal. Nosotros operamos un poco como transmisores, más allá de que todas las organizaciones tienen vínculos directo con el ministerio y negociaciones. Como dije, nos parecía importante contar con su opinión.

SEÑOR PISCIOTANO.- Soy Ricardo Pisciotano y estoy acompañado por la señora Gianella Ciarlo directiva de Fecovi y el doctor Domostoj que es nuestro coordinador a nivel gremial y quien nos guía legalmente  cuando metemos mucho la pata.

                En primer lugar, aclaramos que no hemos sido llamados por el ministerio de vivienda como históricamente estábamos acostumbrados siempre que empezaba la preparación de los presupuestos para cada uno de los planes quinquenales.  No recuerdo con exactitud de cuántas, pero hemos participado en varias instancias en la Coavi, instituida por el propio ministerio a los efectos de que las federaciones y todas las partes interesadas estuvieran representadas en la elaboración del plan quinquenal. Hasta ahora –preguntamos la semana pasada–, aunque quedaron en convocarnos, no lo han hecho. Entonces, lo primero que queremos señalar es que creemos que es muy bueno para todas las partes que esto se discuta previamente.

Sabemos que estamos en una situación especial, que estamos en un año especial por el tema de la pandemia, lo que implica otro tipo de relacionamientos, pero, de todas maneras, exhortamos –y les pedimos que ustedes intercedan en la medida en que puedan– a que se nos convoque a la brevedad; sería importante a los efectos de afinar un poco las ideas que se están trabajando. El motivo de la citación que nos hicieron era otro –no lo teníamos muy claro en principio–, pero igualmente este tema es fundamental, porque marca cómo va a funcionar todo el tema vivienda, en especial para nuestro sistema, el sistema cooperativo.

Hay algunos señores senadores con los que nos conocemos desde hace mucho tiempo y les puede resultar un cuento reiterado lo que expresamos cada vez que venimos, pero brevemente queremos decir que nosotros estamos representando a más de cien cooperativas de usuarios de viviendas por ahorro previo, lo que implica casi el ciento por ciento de las viviendas cooperativas de usuarios por ahorro previo, y que hemos tenido un diálogo muy positivo con todas las administraciones que ha habido en el ministerio. Señalamos, además, que hasta ahora con el nuevo ministerio, más allá de estos inconvenientes que ha habido, hemos funcionado bien. Sin embargo, con la LUC y la pandemia –supongo que a ustedes también les pasó–, se vino el presupuesto de golpe, y lo que nosotros tememos es no poder ser escuchados en el propio ministerio. Por eso, especialmente agradecemos que ustedes lo tengan en cuenta, porque el presupuesto va a venir al Parlamento y es algo que vamos a plantear.

De apuro –porque nos citaron el día viernes y para otro tema–, elaboramos un breve listado con los seis temas que para nosotros es básico que estén en cualquier planificación de vivienda que se haga en el Uruguay. Lo primero es que, para el sistema cooperativo en especial, los créditos están parados; es decir, en este momento, no se dan créditos.

El segundo punto es que no hay tierras, en especial en las áreas centrales, más allá de que Fecovi se ha caracterizado por la transformación, en conjunto con el Estado, de zonas centrales de la ciudad, de manera tal que barrios muy deteriorados de la ciudad han podido ser revitalizados, y voy a dar los ejemplos típicos. El Barrio Sur hace mucho tiempo era una zona totalmente deteriorada, pero ahora están las Covisur y otras; es una zona casi pituca –podríamos decir– de la ciudad. Ahora tenemos el nuevo Barrio Sur, es decir, la zona de Palermo, al lado del Cementerio Central, a la que hemos transformado las cooperativas de viviendas, tanto las de ahorro previo como las de ayuda mutua; incluso hay un plan de viviendas de Cutcsa que completa un barrio que estaba totalmente deteriorado, por el que nadie pasaba. Hoy es un barrio privilegiado, tanto es así que frente al cementerio hay tremendas torres de inversores privados que ahora sí van a revalorizar esa zona. Es un trabajo en conjunto.

Esto muestra cómo el sistema cooperativo primero transforma la zona y permite que la gente no se vaya de allí –por el contrario, un montón de habitantes de esos barrios fueron los que conformaron esas cooperativas– y que hoy los inversores privados vuelven a trabajar en esa zona. Estas situaciones demuestran cómo, trabajando en conjunto, se pueden elaborar entre el Estado, los municipios y las federaciones criterios de transformación de la ciudad por los que ganan todos, y esto para nosotros es fundamental.

En cuanto al tema de las tierras en áreas centrales, cuando vino el primer llamado pensamos que había algo porque a veces aparecen terrenos que hace años que están sin uso. El ministerio tiene que tener claro esto y esperamos que se nos escuche.

                Tenemos que señalar –y desde el movimiento cooperativo lo agradecemos– que en la LUC había una modificación que prácticamente hacía que esos terrenos que obtuviera el Estado –los terrenos que estaban abandonados, sin uso–, no formarían parte de la cartera de tierras que iría al sistema cooperativo. Hay que reconocer que en su momento nos convocaron las comisiones del Senado y de la Cámara de Representantes y se logró cambiar eso en la LUC. Por ese motivo, agradecemos el haber sido escuchados. El hecho de que terrenos centrales puedan ser utilizados como corresponde para fomentar el desarrollo ordenado de la ciudad, le va a servir a todo el Uruguay. 

Asimismo, un tercer punto refiere a las escrituras; aquellos préstamos que ya hemos conseguido después de un largo peregrinar por todas las etapas que implica el conformar una cooperativa. La mayoría de los grupos cooperativos están conformados por personas de escasos recursos y muy jóvenes, que siguen apostando a proyectos colectivos y a largo plazo. Hoy en día decimos que la muchachada está para lo de mañana, pero a cinco años, ya no funciona. Sin embargo, siguen conformando cooperativas, que son proyectos –ellos lo saben– de cuatro, cinco, seis años, para un compromiso a veinte o veinticinco años. O sea que la realidad no se condice con lo que se dice de la muchachada. Se sigue apostando, pero tampoco podemos tirar demasiado de la piola.

Como decía, luego de todo ese peregrinaje –cooperativas que han conseguido hacer su proyecto, conseguir el terreno, comprarlo, conformar todo el equipo, gastar todo lo que corresponde para pasar los procesos, llegan al ministerio, se presentan, van a sorteo, a veces lo pierden, van a otro sorteo, salen sorteados y hacen todo el proyecto ejecutivo–, llegan a la escrituración y está queda trancada porque el ministerio no está otorgando préstamos. Es por eso que solicitamos especialmente que se acelere ese trámite. No se puede demorar más una carrera que lleva muchos años y transformarla en algo que es prácticamente imposible de llevar adelante porque son personas que están viviendo con los padres, de prestado en algún lado o pagando un alquiler y además tienen que esperar para poder conseguir su vivienda, cuando ya salieron sorteados, está todo pronto y solo falta escriturar. Creemos que es fundamental que se le dé andamiaje a eso para que camine.

                Como cuarto punto está el famoso tema del interés en los préstamos. Históricamente, todos sabemos que la ley de vivienda plantea que es fundamental que los préstamos a las cooperativas, como viviendas de interés social, tengan un interés que simplemente le permita a la administración pagar los gastos administrativos, pero que esos intereses no tengan como cometido obtener beneficios. Hoy en día, todo el mundo sabe que cuando se va a un banco de plaza para comprar una vivienda, el interés ronda el 5 % en unidades indexadas. O sea, un promotor privado, un particular, que incluso quiere aportar a algún fondo para hacer, no una vivienda, sino por un tema de especulación o de colocación de fondos, lo consigue al 5 %. Entonces, no puede ser que las cooperativas, que son viviendas de interés social para la gente que tiene menos recursos, mantenga la misma tasa de interés. Además, se genera una diferenciación. Esto lo discutimos, lo llevamos adelante –iba a decir que lo peleamos, pero no fue así porque llegamos a un acuerdo y recuerdo que Chiruchi estaba en el ministerio en aquel momento– y se logró que la tasa volviera a ser del 2 %. Luego tuvimos problemas en la Administración del Frente Amplio, pero con el senador Arana logramos que nuevamente la tasa fuera del 2 %.  Parece que es un camino que debemos recorrer sistemáticamente. Hemos sentido que se está trabajando al respecto y exhortamos a la comisión a que lo haga en la medida de sus posibilidades. No puede ser que la vivienda de interés social tenga el mismo interés que la vivienda que se compra –repito– para especular o como inversión; son absolutamente cosas diferentes.

                El quinto punto tiene que ver con el IVA. Si bien no afecta tanto –afecta solamente a un determinado sector, cuando se realiza la construcción–, lógicamente el IVA encarece. En definitiva –los señores senadores lo tienen claro, al igual que los que manejan los números–, el Estado se presta plata, pero se devuelve el IVA. De los $ 100 que salen para vivienda, no se va la totalidad; se van $ 100 menos el IVA. Sin embargo, cuando se hace vivienda promovida por parte de inversores, se descuenta el IVA. Entonces, es aún más injusto; no solo no estamos parejos, sino que estamos abajo.

                Esto se ha planteado y si bien no he sentido –tenemos que reconocerlo– a ningún actor de la política, de la economía o de la Administración anterior estar en contra, sigue sin obtenerse. Y es fundamental, porque permitiría, con menos dinero, construir más viviendas. Está clarísimo.

                Por último, queda un punto que para nosotros es fundamental: el famoso fondo de vivienda. Como los señores senadores saben, a los empleados se les quita un porcentaje de su sueldo que va para el fondo de vivienda –antiguamente se sacaba a empleados y empleadores, pero el aporte de los empleadores desapareció y ahora se plantea de otra forma–, pero no llega a ese fondo porque va para Rentas Generales y ahí desaparece. Entonces, creemos que, en vez de luchar quinquenio tras quinquenio para obtener préstamos  para  vivienda,  deberían establecerse –y está en la propia ley de vivienda; es fundamental que esté planteado– los rubros. Se podrá discutir qué otra cosa agregar a ese fondo de vivienda, pero está fuera de discusión que, si se le descuenta al trabajador para vivienda, tendría que estar ahí; es totalmente justo.

                Básicamente, esos son los grandes puntos que nosotros creemos que deben ser considerados.

                Tenemos una preocupación que ya planteamos en esta Casa cuando se trató la LUC. El movimiento cooperativo –esto no es un tema corporativo, es un tema de realidades, más allá de que nosotros representemos a la federación y, por lo tanto, al movimiento cooperativo– es una realidad en el Uruguay. Todos sabemos lo que representa, conocemos la historia del movimiento cooperativo, sabemos cómo ha administrado los dineros del Estado y sabemos que tiene morosidad cero. Hay que tenerlo bien claro: en el caso del usuario, pagamos una sola cuota y la pagamos toda junta; por lo tanto, hay morosidad cero. Podrá haber momentos en los que discutamos qué se nos quiere cobrar, pero a la hora de pagar está, en una sola cuota, toda la cooperativa. Además, tenemos nuestro fondo de solidaridad y nuestros fondos internos para cuando hay problemas. Incluso, ahora tenemos los subsidios –una ley brillante– y hay que agradecer al Parlamento que haya acompañado esa iniciativa que para nosotros es fundamental y es muy justa con todos los uruguayos.

Por lo tanto –reitero–, es fundamental que el sistema cooperativo aparezca explícitamente señalado en el presupuesto.

                Todavía no hemos tenido acceso, pero en los distintos ámbitos en los que hemos trabajado en ningún momento aparecen –como en otros momentos– específicamente señalados los recursos que se van a destinar al fondo cooperativo y eso nos preocupa muchísimo.

                Básicamente, era eso lo que queríamos señalar. Estamos a las órdenes por si hay alguna pregunta.

SEÑOR ANDRADE.- Me gustaría saber un poco más –quizás tienen la información; si no, nos la pueden hacer llegar después– sobre el numeral 3, es decir, sobre las cooperativas que hoy tienen todo pronto y están paralizadas. ¿Lo tienen cuantificado?  

SEÑOR PISCIOTANO.- Oficialmente no, pero le puedo decir que hay una lista de catorce cooperativas. Estoy hablando de todo el sistema cooperativo, no me refiero solo a Fecovi. Cuando nos referimos a Fecovi estamos hablando de tres cooperativas, es muy poco desde el punto de vista económico, pero muchísimo lo que significa para compañeros que hace cinco años que tenían todo pronto.

SEÑOR ANDRADE.- Para ese cooperativista es su vida.

SEÑOR PISCIOTANO.- Exacto.

SEÑOR CAMY.- En primer término, quiero agradecer la presencia de Fecovi y reconocer su trayectoria y la seriedad de esta organización.

                En los puntos 4 y 5 sobre  la tasa de interés de los préstamos y la exoneración de IVA a los materiales de obras cooperativas, más allá de los tiempos y los cambios que se lograron, ¿hubo alguna consideración aparte de lo que puede ser la situación coyuntural fiscal de los distintos Gobiernos para hacer lugar a estos dos reclamos por los cuales no hayan sido tenidos en cuenta? Sacando la opinión circunstancial del Ministerio de Economía y Finanzas de cualquier Gobierno, porque generalmente en el tema fiscal la exoneración siempre supone una opinión negativa de esa cartera, más allá de los Gobiernos, ¿hay algún argumento o fundamento? Porque parece ser muy convincente y sólida, hasta muy lógica y si se quiere obvia, la argumentación de estos dos puntos.

SEÑOR PISCIOTANO.- Es bien claro, nosotros en el sistema cooperativo tenemos un dicho: una cosa es cuando un político está acá y otra cosa cuando está afuera. Cuando están afuera, nos prometen. Perdón porque no me expresé bien, cuando dije «acá» quise decir cuando se está en el Ministerio de Economía y Finanzas, ese es el problema. En general el Ministerio de Economía y Finanzas tiene una visión muy economicista del tema y deja de lado la parte social y la justicia social.

Por ejemplo, hay compañeros que están pagando el 5 %, uruguayos comunes y corrientes, que están comprendidos en la franja a la cual acceden por tener ingresos bajos. Hay que tener claro que para acceder a préstamos de este tipo no se puede superar determinada cantidad de ingresos. Además, tiene que hacer su declaración jurada y se cruzan todos los datos a nivel informáticos hoy en día, es decir, si tiene una entrada legal, va a aparecer, no puede mentir. Entonces, accede al préstamo, pero después resulta que uno de los argumentos a plantear es decir que hay subsidios. Justamente el subsidio está cuando alguien se queda sin trabajo y es de justicia. Si en la familia son tres que trabajan y dos se quedan sin empleo, hay un solo ingreso y se subsidia hasta que consigan trabajo. Ahora bien, lo que parece totalmente injusto es que como hay subsidios, el  vecino  que  accede  a préstamos  por estar en la franja tenga un interés mayor– ese es el argumento– para poder pagar lo que no sale de otro lado. No sé si queda claro.

El Ministerio de Economía y Finanzas dice: bueno, pero están los subsidios. Entonces se pierde. Y esto es absolutamente al revés, porque en la medida en que el interés baja, los subsidios van a ser menores y la cantidad de subsidiados va a ser tanto menor que, prácticamente, no aparece una justificación seria. Repito, desde el punto de vista social es totalmente injusto que se le haga pagar a gente porque se dice: este puede entrar en una cooperativa porque no tiene mayores ingresos, pero ya que lo que tenemos acá le hacemos pagar lo que no pueda pagar otro. Eso es absolutamente injusto.

SEÑOR CAMY.- Relató el caso de las tasas de interés en el punto 4 y dijo que, en algún momento, fue considerada la fijación en el 2 %. Y puso el ejemplo de cuando fue ministro Chiruchi, así que debe haber sido en el segundo gobierno del doctor Sanguinetti.

SEÑOR PISCIOTANO.- En 1996.

SEÑOR CAMY.- En el caso de la exoneración, ¿nunca rigió?

SEÑOR PISCIOTANO.- El IVA, no.

SEÑOR CAMY.- Nunca fue concedido.

SEÑOR PISCIOTANO.- Desde luego, hasta que no apareció la exoneración del IVA a los promotores privados, no se había manejado. En su momento lo habíamos planteado. Fecovi fue de las primeras que lo planteó y en aquel momento nos dijeron que era una reasignación, que era muy complicado, que no había recursos. Ahora de un día para el otro nos encontramos con una ley que promueve la vivienda de interés social a US$ 140.000 o US$ 180.000 la de dos dormitorios, que obviamente está a años luz de lo que nosotros estamos planteando que se viertan los dineros de toda la sociedad. Nosotros entendemos que los inversores tienen que venir y que hay que darles facilidades, pero si se piensa en lo que invierte el movimiento cooperativo y lo que va a ser con respecto a toda la inversión que hay, no movería la aguja, pero sí permitiría construir más viviendas cooperativas. Esa sería una muy buena manera de señalar el apoyo al sistema cooperativo sin mover tanto la aguja económicamente. Incluso voy a decirlo bien claro, esto también hace que todo sea mucho más transparente en la construcción. Ahí hay que mostrar exactamente en dónde se hacen las compras y se acaba con toda una discusión. Lo digo porque a veces hemos escuchado que hay problemas con las cooperativas por el tema de la mano de obra benévola. No, no; nosotros estamos a favor de esto justamente porque como es una administración plural, necesitamos que las cuentas estén bien claras. No se trata de que yo me ponga de acuerdo con otro y compremos, que una cosa vaya por un camino y lo otro no esté documentado. Tiene que estar todo documentado. En una cooperativa tenemos que hacer nuestros balances y tiene que estar todo claro. Entonces esta sería una forma para tener mayor control y para nosotros esto sería increíble.

Quiero aclarar que estamos al 5 % pero, en realidad, el interés es del 7 %. El 5 % es para los buenos pagadores, el que se atrasa pasa al 7 %, o sea que paga más que cualquier deudor común y corriente. En este caso es todavía más grave porque algunos lo tienen y el movimiento cooperativo ni siquiera puede acceder a algo que se otorga con riesgo.

SEÑOR CAMY.- ¿Siguen existiendo cooperativas que están pagando desde antes del año 2008 el 2 %?

SEÑOR PISCIOTANO.- Ese es un problemita que tenemos. Faltaría que en las asambleas nos sentáramos separados los que están al 2 % y los que están al 5 %.

SEÑOR CAMY.- Hijos y entenados.

SEÑOR PISCIOTANO.- Exactamente. Se genera toda una situación. Además, se bajó el valor de la tasación, entonces, les dan menos préstamo ahora y les cobran más intereses. Los que somos más veteranos, los que tenemos el pelo blanco y estamos en cooperativa desde hace tiempo tuvimos interés al 2 % y el préstamo que teníamos era mucho mayor.

SEÑOR LOZANO.- Primero quiero agradecer a la delegación. La consulta que quiero hacer es la siguiente. Para que cualquier sistema funcione la morosidad tiene que estar más o menos dentro de las previsiones. No sé si ustedes han estimado cuál es actualmente la morosidad que existe en este sistema de usuarios; no de propietarios, sino de cooperativas de usuarios. Me gustaría saber si tienen un porcentaje o un número para saber de cuánto es la morosidad en la actualidad.

SEÑOR PISCIOTANO.- Obviamente que no puedo decirle con exactitud el número. Además, puedo  hablar  por  las  afiliadas  que,  repito, son casi el 90 %.  Puede haber alguna cooperativa –conozco tres o cuatro–, pero no conozco todo el espectro. Sí puedo decirle que históricamente, es decir que no es un problema de ahora, cuando se hablaba del índice de morosidad en el Banco Hipotecario lo tenían clarísimo. El que siempre tuvo el nivel de morosidad más bajo en el Banco Hipotecario y se repite en la Agencia ahora, es el sistema cooperativo de viviendas de usuarios.  Y el porqué es muy sencillo. Mi cooperativa es de las más grandes del Uruguay con cuatrocientas diez. Nosotros ya terminábamos de amortizar e íbamos una cuota y si alguien no pagaba nosotros internamente veíamos qué hacíamos con esa persona.

Vamos a ser bien claros, si tenía problemas laborales le financiábamos de un fondo de socorro, se pagaba la cuota y se le dejaba la cuota sin intereses ni nada, hasta que consiguiera algo, pero nosotros íbamos con un cheque con todo. Entonces, el Banco Hipotecario de aquel momento ni se enteraba si había atrasos. Más del 90 % de nuestras cooperativas están terminando de amortizar; incluso, hay algo muy interesante porque algunas están por fuera del sistema oficial porque han hecho algún proyecto con la banca cooperativa. Vamos a ser bien claros, al principio la banca cooperativa estaba medio asustada por el problema de la morosidad. De las tres cooperativas, dos terminaron de amortizar; una lo hizo a quince años y otra a veinte con morosidad cero en las dos cooperativas. Y reitero  que cuando hubo algún problema interno –en un caso hubo una persona que se fue de la cooperativa porque se había quedado sin trabajo y luego optó por irse del país– el resto de la cooperativa se encargó de pagar la cuota. Por lo tanto, a la banca cooperativa se le pagaba la cuota entera y esa es una garantía más. Invito a que  pidan los antecedentes desde la época del Banco Hipotecario hasta ahora y  busquen información en el banco sobre en qué lugar la morosidad es  menor y verán que es en las cooperativas de viviendas de usuarios, porque es una hipoteca única.

SEÑOR LOZANO.- ¿Qué sucede con la vivienda de esa persona que se va?

SEÑOR PISCIOTANO.- Se la entrega a la cooperativa y esta hace un llamado. En general, en principio, es un llamado interno. No quiero quitarles su tiempo, pero, por ejemplo, en mi cooperativa hay cuatro pisos por escalera y, por lo tanto, los más viejos vamos tratando de encontrar una vivienda en los pisos más bajos y tenemos la oportunidad cuando alguien se va o fallece. También la muchachada joven ocupa las viviendas de los pisos más altos, pero eso lo negocia la cooperativa. Reitero que nosotros pagamos la cuota a la administración de la cooperativa y esta paga una sola cuota.

SEÑOR PRESIDENTE.- Nosotros recibimos las preocupaciones –también hizo el planteo Fucvam– y vamos a preguntar al ministerio por qué no se ha convocado a la Coavi, como se ha hecho en todos los presupuestos quinquenales desde los noventa. Vamos a trasladar esa preocupación y tengamos claro que los puntos cuatro y cinco que planteó el senador Camy requieren iniciativa del Poder Ejecutivo; uno porque es una exoneración y el otro, por ser una modificación de la tasa de interés también la necesita. Vamos a pedir si pueden incluir esto en el presupuesto y si al menos se puede hacer una presupuestación de estos puntos. En el caso de la exoneración de IVA es más dinámico porque depende de las cooperativas que se inscriban, la relación entre la mano de obra, pero puede haber un promedio. En el caso de la tasa de interés, están identificadas las cooperativas que no están al 2 %. Ya se habían hecho ambos cálculos, por lo que se pueden actualizar para que nosotros también tengamos herramientas para analizar estos dos puntos.

                En cuanto a la existencia de un fondo de vivienda directo, que tenga un camino por fuera de la asignación presupuestal también fue planteado por otras organizaciones así que más o menos hay cierta coincidencia en las cuestiones que se han planteado y nosotros veremos cómo está esto en el presupuesto quinquenal.

SEÑOR PISCIOTANO.- Tenemos acá una publicación que hicimos el año pasado sobre un estudio de cinco cooperativas de ahorro previo y ahí están los costos,  el IVA e, incluso, hay modelos para vean cómo funcionan. Además están los porcentajes y hay varias gráficas que aclaran el tema. Por tanto, les dejaríamos este material para que lo vean.

SEÑOR PRESIDENTE.- Les agradecemos que hayan venido y les haremos llegar la versión taquigráfica.

                Se levanta la sesión.

(Son las 17:59).

 

 

 

 

 

 

Linea del pie de página
Montevideo, Uruguay. Poder Legislativo.