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COMISIÓN DE ASUNTOS LABORALES Y SEGURIDAD SOCIAL

(Sesión celebrada el día 6 de agosto de 2020).

 

SEÑOR PRESIDENTE.- Habiendo número, está abierta la sesión.

(Son las 14:40).

–La comisión tiene una serie de temas pendientes. El sindicato de la pesca y los representantes del Ágora, que es un programa de capacitación e inserción laboral de las personas con discapacidad visual, solicitaron ser recibidos en este ámbito.

Asimismo, tenemos pendiente recibir al Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca para tratar lo relativo a la situación del sector citrícola, a la Intendencia de Montevideo por el tema de Ascot y al Ministerio de Transporte y Obras Públicas por dos temas: Ascot y peajes.

A su vez, de la reunión con las personas con discapacidad surgieron algunas interrogantes, como la discontinuidad de ciertos programas de capacitación por parte de Inefop.

También está pendiente la consulta al Ministerio de Salud Pública y tratar la problemática presentada por el acceso al PAP de las mujeres en situación de discapacidad. Ese sería uno de los temas, pero podríamos ir a una evaluación más general de la problemática de las cuestiones de salud, lo que es bastante más complejo.

Incluso, la Comisión de Hacienda recibió una solicitud de audiencia remitida por estudiantes próximos a ingresar al último año de la carrera de medicina, lo que agregaría un asunto más a los ya expuestos.

Por otro lado, en la Comisión de Transporte y Obras Públicas recibimos al señor Quintas y allí canalizamos la discusión de Ascot. Pide que se le informe por qué no va a ser recibido nuevamente, pero creo que el señor Quintas no entiende que sí lo recibimos. Fuimos casi todos; éramos cuatro o cinco y, en realidad, las convocatorias a la Intendencia y al Ministerio de Transporte y Obras Públicas son para tratar, entre otras cosas, el tema del transporte que fue planteado en esa comisión.

En síntesis, creo que tenemos que organizar el trabajo de la comisión para priorizar las audiencias.

 (Se suspende momentáneamente la toma de la versión taquigráfica).

(Ingresan a sala los representantes de la Federación de Ancap y del Sunca).

              –Buenas tardes. Disculpen la demora, pero estábamos organizando el trabajo de la comisión.

              La Comisión de Asuntos Laborales y Seguridad Social tiene el gusto de recibir a una delegación de la Federación de Ancap y del sindicato de la construcción, a los efectos de referirse a la problemática del pórtland.

SEÑOR FERREIRA.-  Buenas tardes. Muchas gracias por recibirnos.

Mi nombre es Richard Ferreira y formo parte de la dirección del Sunca.

Solicitamos esta reunión para referirnos a una problemática que, si se quiere, es recurrente y tiene que ver con la industria nacional, específicamente, la industria del pórtland estatal. En las últimas décadas, esta discusión ha atravesado varias legislaturas, ya que permanentemente la industria del pórtland estatal ha estado amenazada a partir de diferentes planteos relacionados con su competitividad y el mercado interno y externo.

Hoy nuevamente tenemos sobre la mesa una situación que surge de un informe técnico que hace pocas semanas dio a conocer el directorio de Ancap –sobre la industria del pórtland estatal y, en particular, la planta de Paysandú–, que manejaba –y maneja– tres opciones.

Dentro de esas tres opciones, cada una de ellas significaría la pérdida de puestos de trabajo –las tres– de diferentes maneras, pero lo que más preocupa –si bien lo anterior es preocupante– es la posibilidad del cierre de la planta de Paysandú. En esta planta, más allá de los trabajadores estatales –luego Gerardo Rodríguez podrá informarlo con más detalle–, también conviven trabajadores tercerizados que están representados por nuestra organización sindical. Hoy son 82 trabajadores que, en definitiva, han desarrollado tareas durante décadas. Dentro de la plantilla tenemos trabajadores que tienen 25 y 30 años desarrollando tareas de producción y de servicios en las diferentes plantas, y también en la de Paysandú.

Entonces, este estudio técnico, obviamente, maneja estas posibilidades, basadas en el déficit que se dice que deja el pórtland estatal. Entendemos que ese estudio técnico debería ser un punto de partida y no un fin en sí mismo. Hay que tener claro que esto no es un tema nuevo y en definitiva, no solamente son las nuevas tecnologías sino que también la competencia ha venido operando en el mercado. Además de la empresa privada Cementos Artigas, es de conocimiento público que la empresa Cielo Azul este año termina de instalar una nueva planta en el departamento de Treinta y Tres. Es de prever que con esos niveles de producción, tanto estatal como privado, si solamente se piensa en el mercado interno, lógicamente va a estar saturado.

El gran problema o el gran desafío que nosotros creemos que tenemos hoy –y por eso les repartimos ese material– es que ese estudio técnico tiene que ser un punto de partida para pensar en una industria del pórtland estatal que puede ser competitiva y para ello de alguna forma se  tendrían que generar los grados de inversión para que se pueda tecnificar. No debemos quedarnos solamente con el dato del déficit que ha tenido durante los últimos años o en la última década. Creemos que si nos quedamos solamente con ese dato, en definitiva, no tendría razón de ser ni siquiera esta conversación.

A partir de esa realidad nosotros sostenemos y creemos que hay posibilidades de que la industria estatal se desarrolle, obviamente, con voluntad política, pero también con inversiones que generen mayor competitividad y, por lo tanto, mayores niveles de producción.

En definitiva, para que el Cuerpo lo sepa, en los últimos años, pequeñas inversiones que se han realizado como, por ejemplo, en la planta de Paysandú, han generado mejoras en los volúmenes de la producción. Y no estamos hablando de la construcción del tercer horno, que es parte de nuestra propuesta; es un horno que está en el sitio, que está para construir y que significaría duplicar los niveles de inversión, obviamente, bajando los costos. A partir de ahí podríamos tener una industria competitiva a partir de la competencia.

Para que los legisladores tengan una idea, esta industria, en los últimos años, tenía un déficit que era, según datos oficiales obtenidos en el año 2009, de aproximadamente 35 millones de dólares y a partir de la instalación de una balanza que facilitó la producción y el pesaje de los materiales, ese costo se redujo casi que a la mitad. Lo mismo ocurrió cuando comenzamos a generar energía a través del carbón en comparación con el fueloil. En este caso, no solo se redujo el costo, sino que también la producción pasó de 600 toneladas a 800. ¿Qué queremos decir con esto? Que, desde nuestra perspectiva, no es que nos alegre que una industria nacional genere números en rojo, pero creemos que, en definitiva, hay posibilidades de que se desarrolle.

En el documento presentado hablamos de la construcción del tercer horno y que su construcción no solo generaría puestos de trabajo, sino que también tendría una repercusión a mediano y largo plazo en lo que tiene que ver con los niveles de producción.

Quisiera mencionar también que hemos trabajado, fundamentalmente con los compañeros de la Federación Ancap, sobre las perspectivas de mercado que existen en la región, que creo que merecen un estudio y un trabajo, porque de existir nueva tecnología que sea competitiva, tendríamos mayores posibilidades no solamente de competir en el mercado interno sino también en el externo, exportando el producto.

              Entonces, para finalizar, quisiera decir que nosotros fuimos recibidos hace pocos días por el presidente de la república y le planteamos lo mismo que les estamos diciendo hoy acá: la necesidad que existe de entablar un ámbito de trabajo que estudie con profundidad la viabilidad del pórtland y que, a partir de ello, se encuentren vías de salida, antes de que se convierta en una situación irreparable. Repetimos, no es la Fancap ni el Sunca quienes dicen que hoy el país cuenta con una reserva de piedra caliza, sino el propio Gobierno y los propios estudios de la Dinama. Se cree que tenemos una reserva mínimamente de cien años por delante, y ni que hablar de la calidad de la piedra caliza en comparación con otros mercados. En este sentido, creemos que no sería un gasto sino una inversión y que se debería mirar esta cuestión no solamente en términos de soberanía, sino también como generadores de producción y de trabajo, mucho más en un momento –conocido por todos– de retracción, de aumento de la desocupación y de incremento del seguro de desempleo que experimenta el país.

              Consideramos que esta circunstancia podría generar una oportunidad para atender las dos situaciones que tiene el país: por un lado, la generación de empleo y la producción en la industria nacional y, por otro, la necesidad de inversión pública en varias áreas. Es conocido el déficit de vivienda que hay todavía en el Uruguay, por encima de las setenta mil viviendas; es conocida la importancia que tiene la infraestructura, más allá de lo que ya se ha hecho. Entonces, creemos que la industria nacional, la industria del pórtland estatal, debería jugar un papel fundamental en ese sentido.

              Asimismo, otra puntualización serían las compras del Estado. Con respecto a este tema, podríamos hablar de muchas situaciones que van más allá de la representación de la federación o del Sunca. En el caso de la industria de la construcción, del complejo construcción, que abarca más allá del trabajador de obra, tenemos una industria de la cerámica blanca y roja que está en una situación muy crítica.

El hecho de profundizar, de avanzar en atender la industria nacional a través de las compras del Estado generaría no solamente una señal sino también una reactivación en un sector que está muy deprimido, producto de la importación, muchas veces de países de la región.

              Obviamente, no se puede comparar fríamente el precio del producto que se pone en obra en el país, porque sabemos que muchas veces esos productos vienen de diferentes partes de la región con trabajo precario, sin seguridad social. Esto ha llevado a un acorralamiento a la industria. En este caso podemos poner el ejemplo de la cerámica, pero también están en esa situación la vestimenta, la metalúrgica y otros sectores de la producción.

Por lo tanto, creemos que esta situación de país nos debería abrir una oportunidad para generar actividad en la industria. Esto no solamente favorecería –de esto estamos convencidos– a los trabajadores, sino también a una parte del sector empresarial con la que muchas veces hemos compartido mesas de discusión y de propuestas relacionadas con la reactivación de estas industrias, que por diferentes razones han estado y están al borde de desaparecer.

              Muchas gracias.

SEÑOR RODRÍGUEZ.- Buenas tardes. Muchas gracias por recibirnos. Mi nombre es Gerardo Rodríguez y soy el presidente de la Federación Ancap.

              Para nosotros es muy importante esta instancia, porque nos permite darle visibilidad a un tema que nos preocupa mucho y que nos ocupa.

              Lo primero que voy a plantear es una invitación a que cuando analicemos esta problemática tratemos de abordarla desde otro lugar, porque estoy seguro de que todo lo que tiene que ver con Ancap está entrampado dentro de las concepciones ideológicas que tenemos cada uno.

              Nosotros en los últimos años hemos sufrido una profunda crisis, y estoy seguro de que cada uno de nosotros tiene prejuicios sobre el rol de Ancap y qué sucedió en la empresa. Además, estoy convencido de que la mayoría de nosotros, quizás sin saber nada del pórtland, decimos «hay que cerrarlo» o «hay que defenderlo», sin adentrarnos en el problema, porque ya de antemano tenemos una posición tomada a partir del relato de lo que sucedió o no sucedió. Cada uno tiene su interpretación.

Pero creo que en esta cuestión lo que deberíamos hacer –lo digo con humildad– es tratar de analizar el tema del pórtland desde otro lugar.

Como bien decía Richard, el negocio del pórtland se asienta sobre tres pilares fundamentales.

Uno de ellos es la materia prima. El Uruguay es rico en piedra caliza. Tiene una riqueza mayor a USD 10.000:000.000. Nosotros disponemos de cifras de cuánto tiene Ancap. No las podemos decir porque la información se nos dio en forma reservada, pero son muy importantes. Se trata de una riqueza que tiene el país y que para industrializarla en beneficio del pueblo, se necesita un nivel de equipamiento tecnológico que permita hacerlo en forma eficiente, efectiva y competitiva, término que está muy de moda en estos tiempos.

              Voy a tratar de centrarme no en lo ideológico, sino en la conveniencia o no del procesamiento de la piedra caliza.

En ese sentido, en lo que tiene que ver con el pórtland, en los últimos años se invirtió muchísimo dinero pero no se culminaron esas inversiones. Faltó instalar ese horno que nos permitiría aumentar significativamente la cantidad de pórtland producido y bajar el costo de la tonelada de USD 150 a USD 90. Eso, indudablemente, está por debajo del costo a nivel internacional –Paraguay, Argentina, Brasil–, según el estudio de mercado que hizo Ancap.

La otra pata importante –además de la materia prima y el equipamiento tecnológico para industrializarla– es el mercado. A nosotros se nos decía que no había mercado. Sin embargo, se está instalando una multinacional en Treinta y Tres, que está a punto de salir al mercado. A nadie se le ocurre que una multinacional venga a instalarse y a invertir millones de dólares si no tiene la garantía de que esa inversión va a tener un retorno.

Ahora bien, con esta realidad sobre la mesa, Ancap encarga un estudio de mercado, sabiendo lo que sabemos todos: la riqueza que tiene el país, la situación de Ancap, el nivel de inversiones que se hizo y la situación del horno, que es un activo importante, pero faltan USD 100.000.000 para instalarlo.

Y cuando decimos esto, hay otro aspecto que se activa en nuestros prejuicios. Cuando uno piensa en USD 100:000.000, piensa que es un montón de plata. Y sí, es un montón de plata. Pero son USD 100.000.000 para industrializar USD 10.000.000.000. Es decir que necesito invertir uno para industrializar cien.

Como decía Richard, hay un déficit de infraestructura, un déficit importante de vivienda. Y acá quiero hacer referencia al estudio de mercado que hace Ancap. Ese estudio, que es, si se quiere, objetivo, se lee con la subjetividad de cada uno. Es lo que decía al comienzo de mi intervención. Ya tenemos una postura predeterminada, y queremos buscarle una lectura que termine de convencernos de que el camino que proponemos es el correcto. Entonces, Ancap va hacia la lógica del achique, hacia la lógica del cierre. Se discute si hacer o no inversiones en Minas, pero siempre se termina cerrando Paysandú o vendiendo el horno a un privado para que sea el encargado de industrializar la riqueza que tiene el país en piedra caliza.

Y ahí surge una pregunta. Si un privado puede venir a instalarse en Paysandú, comprarnos la piedra caliza a nosotros –porque eso es lo que se desprende de las conclusiones de Ancap– y lograr que su negocio sea rentable, ¿por qué no lo hacemos nosotros? Si puede venir un privado a Paysandú, comprar USD 8.000:000.000 y aun así el negocio le es viable, ¿por qué no lo hace Ancap? Tenemos que salir de la caja. No podemos quedarnos en que hay que cerrar.

Nosotros leímos el estudio que hizo Ancap, y una de las primeras cosas que dice es que Uruguay tiene un consumo per cápita de pórtland muy por debajo de Argentina y de Brasil. Esto podría ser admisible, pero también estamos por debajo de Paraguay. Y el consumo per cápita de portland no está referido a un consumo individual. Es un parámetro, digamos, de desarrollo del país. ¿Qué nos está diciendo esto? Que indudablemente hay un déficit importante de vivienda y de infraestructura, y que esta podría ser una oportunidad para ir en el camino de minimizar ese déficit o de hacerlo desaparecer.

Ese estudio que hace Ancap también dice que en la Mesopotamia argentina hay una oportunidad de desarrollo, de expansión, y que supuestamente los privados tendrían un estímulo para instalarse en Paysandú porque con eso y el mercado interno puede llegar a ser viable el negocio.

También dice ese estudio que dentro de la estructura del costo del pórtland, es muy importante el tema del traslado, del transporte.

La localización geográfica de Paysandú tiene ventajas y fortalezas que le permiten ser una oportunidad de negocio. Entonces, partiendo del mismo estudio que hizo Ancap, nosotros vemos una oportunidad, aunque el organismo entiende que debe cerrar o entregar a un privado. Por lo tanto, no podemos arribar a otra conclusión más que esta: en el fondo, esto tiene que ver con algo ideológico.

              Ahora vamos a referirnos a la otra situación, que no tiene que ver con el pórtland pero sí con el momento o la coyuntura económica que estamos viviendo.

              Todos sabemos que, desde hace cuatro meses, desde el advenimiento de la covid-19, el país y el mundo cambiaron. Se estima que este año la actividad económica del Uruguay va a caer alrededor de cuatro puntos del PBI y el futuro, en el 2021, es incierto; la demanda externa cayó abruptamente porque se desplomó el PBI mundial; hay una retracción de inversiones y del mercado interno como consecuencia de esta situación, además de una preocupante tendencia al alza de la desocupación. Nuestro país tiene que reactivar su economía de alguna manera. Según un estudio de la Cepal, el Uruguay es el país que menos inversiones ha hecho para salir del estancamiento económico y de la crisis social y económica que derivó de la pandemia.

              Nosotros pensamos que, indudablemente, el Estado debe tener un rol mucho más proactivo en cuanto a la inversión pública, como mencionaba mi compañero. Hay que reactivar el mercado interno, dinamizarlo, generar puestos de trabajo, sobre todo en un departamento como Paysandú, donde este tema ha golpeado por encima de la media del Uruguay. Entonces, acá tenemos dos aspectos importantes. Por un lado, en Paysandú está la oportunidad de salir –y está claro que esa mirada se debe tener a nivel nacional– a través del impulso de la inversión pública, que permitiría generar trabajo. La instalación del horno tres generaría entre 900 y 1.000 puestos de trabajo, directos e indirectos, eso tiene un derrame en todo lo vinculado al consumo interno y sería una importante inyección para dinamizar y salir de la crisis económica. Ahora bien, no se trata de hacer la inversión y después ver qué se hace, porque la lógica no es contratar mil personas para hacer un pozo y, después, otras mil para taparlo, sino que la contratación de esas mil personas para instalar el horno daría a Ancap la posibilidad de industrializar un recurso y una riqueza natural que tiene el Uruguay, cuyo valor es de alrededor de USD 10.000:000.000 y que, una vez procesada con la tecnología adecuada –me refiero al horno tres–, nos daría la posibilidad de bajar el costo de producción a niveles de competitividad en la región. Además, se podría apuntalar un programa de viviendas a nivel nacional y un proyecto de infraestructura que pusiera a nuestro país en los niveles de la región; en definitiva, significaría un salto cualitativo en lo que tiene que ver con el posicionamiento de Ancap, no solo en la región sino también en esta parte de la Mesopotamia argentina. Quiere decir que podríamos tener una mejor presencia en la región, cosa que deberíamos haber logrado ya hace mucho tiempo, pero no hemos podido.

              Reitero que la inversión de los USD 100:000.000 para la instalación del horno es muy importante. No manejamos cifras en forma irresponsable, pero la dimensión de la inversión hay que analizarla en relación con lo que puede significar para poder empujar y reactivar la economía de un departamento muy golpeado como es Paysandú y, también, si miramos hacia el futuro, poder desarrollar la vivienda, la infraestructura y el negocio del pórtland en la región, porque hay una oportunidad. 

SEÑOR PRESIDENTE.- ¿Los señores senadores tienen alguna pregunta o algún planteo para realizar?

SEÑORA DELLA VENTURA.- Quisiera hacer alguna pregunta sobre lo que estaban diciendo. ¿Hablaron de trabajadores tercerizados, de 25 a 30 años de trabajo?

SEÑOR RODRÍGUEZ.- Sí.

SEÑORA DELLA VENTURA.- Pregunto esto porque me quedaban dudas, ya que estuvieron tanto tiempo trabajando como tercerizados. A su vez, ¿hay importación hoy de pórtland?

SEÑOR RODRÍGUEZ.- En realidad, no, porque tampoco hay posibilidad de asumir compromisos a futuro con el nivel de producción que tenemos.

SEÑORA DELLA VENTURA.- Entendí que con este tercer horno podrían abrirse puertas hacia el mercado argentino, etcétera.

SEÑOR RODRÍGUEZ.- También. Y aprovecho la pregunta para decir que lo que se necesita es una política comercial de fuerte impacto y de posicionamiento en el mercado interno y en la región.

SEÑORA DELLA VENTURA.- ¿En qué está hoy la planta de Paysandú de la que estamos hablando? ¿Cuál es hoy la situación de esa planta?

              Asimismo, cuando hablaban de invertir cien millones para lograr diez mil millones, quería saber si se apunta a eso, al plan de vivienda, a la exportación. ¿De eso se está hablando cuando ustedes piensan en diez mil millones como ganancia? Esas serían mis preguntas.

SEÑORA BIANCHI.- Con todo respeto, digo que esta es la Comisión de Asuntos Laborales y Seguridad Social, no la Comisión de Industria, Energía, Comercio, Turismo y Servicios. No me siento capacitada –honestamente lo expreso, porque no estoy capacitada– para discutir temas que son industriales, temas de energía, de inversiones; de otro modo habría integrado la Comisión de Industria, Energía, Comercio, Turismo y Servicios. Yo creo que estuvo mal direccionada la entrevista, excepto por los casos laborales puntuales. Ese es el primer punto. Y esto es fundamental porque las comisiones parlamentarias se integran por decisiones políticas, pero voluntariamente por los legisladores, entendiendo o partiendo de la base de que las integramos por las especialidades que tenemos. Yo no puedo contestar, ni siquiera preguntar sobre algo que desconozco totalmente y en lo que en este momento no me voy a especializar porque hay compañeros que están especializados.

              En consecuencia, pediría que de ahora en más nos centráramos estrictamente en asuntos laborales. Lo planteo como una moción de orden o, si quieren, como una invitación a utilizar el tiempo de las comisiones, ya que desde el comienzo, desde antes de que entrara la delegación, sabíamos que estamos sobrecargados de solicitudes. Nosotros somos uno de los que hacemos venir a los trabajadores también. Yo me tengo que quedar en silencio porque no entiendo, y no estoy en la Comisión de Industria, Energía, Comercio, Turismo y Servicios. Entonces, solicitaría a la comisión que las preguntas se centraran sobre los temas laborales y que la intervención de la delegación se centrara sobre los temas estrictamente laborales que tienen pendientes, que les preocupan; no en lo macro, qué es lo que va a pasar en el mundo, qué es lo que va a pasar en el Uruguay, sino en lo concreto. Por ejemplo, lo que se decía de estos contratos que podrían caer, o de personas que podrían quedar sin trabajo.

              Es lo que quería decir, señor presidente, sin ánimo de coartar a nadie. Si no, va a ser un ejercicio absolutamente inútil para ustedes o, al menos para mí, que soy del oficialismo, sobre un tema que no entiendo.

              Y la otra cosa que me deja tranquila es que ustedes hablaron con el señor Presidente de la República, que los recibió, que les dijo cuál era la opinión del Gobierno y, en consecuencia, así son las reglas de juego en un régimen democrático.

              Pero lo que más me importa, señor presidente, es que nos centremos en los temas laborales.

              Gracias.

SEÑOR PRESIDENTE.- En primer lugar, queremos agradecer su presencia nuevamente. Nosotros hoy no vamos a poder laudar; en todo caso podemos tratar de ayudar a construir ámbitos que permitan pensar en una situación compleja. Es cierto que dentro de las perspectivas legítimas que se abrían en el informe estaba la del cierre de la planta y eso inhabilita la discusión de todas las demás posibilidades.

              En segundo lugar, creo que tiene razón la senadora Bianchi en un sentido: en muchos casos hemos intentado articular el trabajo de esta comisión con otras y no necesariamente fuera de este ámbito. Por ejemplo, cuando recibimos una delegación del citrus, más allá de que no estamos en la comisión de ganadería, intentamos articular el problema del citrus con esa comisión; o cuando recibimos un problema de transporte, tratamos de articular con la comisión de transporte. Creo que es bueno que aparte de la mano que podamos dar en materia de asuntos laborales a efectos de facilitar la negociación –no de hacer nosotros la investigación– también generemos alguna instancia con la comisión de industria en la que podemos participar nosotros, como comisión de asuntos laborales. Es evidente que si tenés una situación con los puestos trabajo por un probable cierre, más allá de la expertise industrial, tenés una circunstancia de negociación colectiva indiscutible. Una reestructura, una reestructura total o un cierre, implican componentes que hacen a la problemática laboral, máxime en esta circunstancia.

Entonces, lo que capaz que podemos hacer es pasar esta versión taquigráfica a la comisión de industria y ver la posibilidad de convocar a Ancap de forma articulada con esa comisión; puede tratarse de esta comisión con los integrantes de industria como invitados o al revés. En tanto, no parece haber mucha posibilidad de disociar el tratamiento de los temas laborales –esto es, la inminencia de quedarse sin trabajo– y eso se relaciona con las posibilidades industriales de desarrollo, vamos a tener que hacer el esfuerzo de tratar estos dos temas de manera articulada, más allá de la especificidad de las comisiones. Capaz que esa puede ser una variante. Este material está bastante completo, al igual que el de Ancap que hizo el Gobierno y que voy a hacer que se imprima para que se pase.  Insisto, creo que esta sería una forma, por lo menos de lograr espacios de pienso común.  En cuanto a la solución acerca de cómo se construye el ámbito, me parece que, en general, muchas veces en muchas problemáticas vamos a estar ante este tema donde habrá una pata en cada lugar.

SEÑORA BIANCHI.- Quiero aclarar que la forma en la que nosotros vamos a trabajar no la vamos a discutir frente a las delegaciones. Entonces, lo que pido es lo mismo que hace un rato. La intervención del señor presidente de este momento se refiere a cómo vamos a trabajar o cómo podemos trabajar en esta comisión y eso no se hace frente a las delegaciones. No voy a decir más nada.

SEÑOR PRESIDENTE.- Graciela…

SEÑORA BIANCHI.- No soy Graciela, soy la senadora Bianchi cuando estamos con versión taquigráfica y lo estoy planteando formalmente, porque tenemos que ordenarnos: recibimos a la delegación, escuchamos y opinamos en lo que podemos hacerlo, que en mi caso es la parte laboral; la parte de industria corresponde a  la comisión de industria. Si después nosotros vamos a articular o no, lo decidirá la comisión y, si no, las cosas se votan. Podemos ir por consenso, pero cuando se insiste en determinada orientación vamos por los votos. Eso es lo que yo no quiero y no quise nunca. En consecuencia, me parece que no corresponde que frente a una delegación se discutan estas cosas, porque lo que quiero es que me expliquen cuáles son los problemas laborales que hay ahora, porque el presidente de la República dijo que no se iba a cerrar y un montón de cosas. También escuché declaraciones de personas que están acá sobre las características de este Gobierno que me molestan sobremanera y, sin embargo, con toda la educación del mundo los escucho. Además, no se pueden juzgar intenciones y ese tipo de cosas, y las volví a escuchar. Ahora bien, yo lo que quiero es aprovechar el tiempo de la comisión de asuntos laborales y necesito saber cuáles son hoy los problemas laborales que tiene la delegación sindical, porque esa es la competencia de esta comisión.

              Gracias.

SEÑOR PRESIDENTE.- Es práctica frecuente de la comisión, hasta ahora, que con cada delegación que viene se ofrezcan alternativas de a qué delegaciones citar. Es frecuente hacerlo con cada delegación que viene; no innové ni en un milímetro. Si se va la delegación y la senadora quiere votar, lo hacemos, ¿cuál es el problema? No hay problema, no veo dificultad; se vota y se resuelve por voto qué hacer o qué no hacer. Lo que hice fue, como hacemos con cada delegación que ha venido hasta ahora y alcanza nomás con mirar la versión taquigráfica, buscar, tratar de pensar y reflexionar qué instancia, qué ámbito lo pudiera resolver. Y lo hice tratando de incorporar la preocupación de la señora senadora Bianchi con respecto a que hay temas industriales en los que sería bueno abrir el camino y que la comisión de industria estuviese integrada.

SEÑORA BIANCHI.- Son los que saben.

SEÑOR PRESIDENTE.- No entiendo la reacción de la señora senadora, la verdad que no la entiendo.

SEÑORA SANGUINETTI.- Gracias por la participación. Tengo una pregunta puntual.

              El horno que costó USD 80:000.000, ¿en qué año se compró?   Y la inversión de la que estamos hablando de USD 100:000.000 que se precisa para acondicionarlo y demás, ¿fue una sorpresa? Siento que me falta una parte de la historia.

SEÑOR RODRÍGUEZ.- La compra del horno fue en el año 2012. A nosotros no nos consta que haya costado USD 80:000.000. Como tuvimos versiones diferentes en cuanto al precio, no podemos darle esa información. El tema es que cuando surge la recapitalización de Ancap, toda la crisis de Ancap, ese proceso de inversión del pórtland quedó trunco y no se terminaron las inversiones del pórtland que para nosotros eran fundamentales porque, de alguna manera, la instalación del horno, permitiría poder obtener los réditos, los resultados que se pretendían desde el punto de vista económico.

              Pediría autorización para decir algo sobre el tema de la señora senadora Bianchi.

SEÑOR PRESIDENTE.- Tratando de que no se prenda fuego todo ¡cómo no!, ¡encantado!

SEÑOR FERREIRA.- En mi primera intervención señalábamos que, en definitiva, no solamente los últimos estudios, sino otros estudios anteriores daban como resultado determinado déficit en la industria del pórtland. Cuando uno mira, por ejemplo, el año 2009, ve que había un déficit de alrededor de USD 35:000.000 y cuando uno mira el año 2019 el déficit que hay es de USD 8:000.000. Ahí pasaron dos cosas sin la construcción del horno que tuvieron que ver con mejorar el funcionamiento de la producción. Yo hoy hablé muy al pasar –porque no estamos en la comisión de industria, si no en esta– sobre la instalación de una balanza que facilitó y mejoró la producción y también hablé sobre la forma de generar energía con carbón y fueloil y eso generó, por ejemplo, que el costo pasara a la mitad. Pero, además, hay una cosa que está bueno analizar; que se construyera este horno no solamente permitiría mejorar los niveles de producción de pórtland, sino también permitiría atender un problema de los residuos departamentales y mejorar los temas ambientales, porque la tecnología también permitiría eso. Pero todo esto, señores y señoras, tiene mucho que ver con el pienso, porque el tema de fondo es el de la industria y el de la no pérdida de los puestos de trabajo.

En la reunión en la presidencia lo que nos dijo el presidente de la República fue que no estaba tomada la decisión de cerrar la planta de Paysandú, todavía. Y si existe un estudio técnico por el actual directorio de Ancap que da tres probabilidades y todas ellas son  de pérdida de puesto de trabajo, me parece que también es un tema de esta comisión y lo digo con todo respeto, porque no solamente estamos hablando de los trabajadores tercerizados, hay 82 directos que, para algunos pueden ser un número, pero para nosotros son 82 familias que, a su vez, viven en Paysandú, que generan actividad en el departamento y de ellas come el bolichero y todos lo demás.

Es un problema laboral que va más allá de las 82 familias de trabajadores tercerizados, y ni que hablar de los trabajadores que son directamente de Ancap.

Entonces, tenemos un problema laboral de posible cierre de la planta, porque nadie ha asegurado que esto no vaya a ser así. Lo que se nos dijo es que mañana, si los números no cierran, no cierran; por lo tanto, la decisión no está tomada hoy, pero nadie nos garantiza que no se tome mañana.

              Lo que pretendemos es ver cuáles son las voluntades políticas –independientemente de sus funciones y sus tareas– que hay a nivel nacional para encontrar una salida a este problema, que no es solamente de Paysandú y que tiene un costado social, un costado laboral y de pérdida de puestos de trabajo. En el caso de los tercerizados, hay gente que ha dedicado su vida a trabajar, que tiene veinticinco y treinta años de trabajo en esta planta; si se cerrara, el país tendría que reconvertirlos y redireccionar sus funciones porque, en definitiva, son jóvenes para jubilarse, pero para muchas empresas son viejos para trabajar.

              Nosotros estamos planteando esto en todos los niveles. A fines de este mes vamos a hacer una actividad –y los invitamos– en Paysandú a la que vamos a invitar a todas las organizaciones, a todos los representantes políticos y a la sociedad de Paysandú. Pretendemos que haya un compromiso de trabajar para salvar la industria y salvar el trabajo en un departamento que ha sido duramente golpeado durante los últimos años o décadas, con el cierre de las industrias por diferentes razones.

              Nosotros sabemos que esto tiene un costado que va por otro lado –de hecho, estuvimos reunidos con representantes del ministerio de industria–, pero también es un tema laboral, porque están amenazados puestos de trabajo.

              Gracias.

SEÑOR SARAVIA.- Agradezco que hayan venido a la comisión.

Me parece que al final el señor representante del Sunca centró un poco el tema.

              Yo conozco este tema profundamente; discrepo en algunas cosas que se han dicho, pero esta comisión no es el ámbito para discutir el aspecto técnico. Creo que la comisión de asuntos laborales podría sugerir a la comisión de industria que los reciba. Ahí podremos discutir esto. Si me toca suplir al señor senador Niffouri, yo la integro y no tengo ningún problema en considerar el tema.

              Conozco este tema profundamente porque integré la Comisión Investigadora de Ancap en representación de la oposición. Conozco detalle por detalle todo lo que ustedes están planteando; conozco los números, los estudié. Sé lo que cuesta un horno como el mencionado, sé que cuesta la tercera parte de lo que se pagó por él, tengo los recibos internacionales y los pedidos internacionales. Sin embargo, esta no es la comisión para discutir esto. A mí me gustaría discutir el problema que está ligado a este de Anca: los trabajadores que pueden perder el trabajo, las familias de ochenta y dos trabajadores tercerizados. Voy a decir solamente que  la comisión tiene que tomar ese tema como una preocupación.

El Poder Ejecutivo los recibió y ha sido claro en que se les va a buscar una solución y que todavía no está decidido que la planta vaya a cerrar.

Creo que esta comisión puede impulsar lo que ustedes están planteando, sobre la base del trabajo y de los trabajadores que están comprometidos en este tema. Este es el ámbito de diálogo para trabajar en el tema de los trabajadores que están comprometidos,  más allá de la discusión técnica de cierre o no, de los resultados económicos del portland en el Uruguay, de que existan o no –ya se probó y no existen– posibles mercados en la región.

A mí me gustaría que el señor presidente se contacte con el presidente de la comisión de industria para que esta delegación sea recibida, porque este es un tema técnico y allí hay gente que lo conoce. Entonces, podemos tratarlo ahí e, incluso, afinar algunos puntos para que se pueda trabajar en dialogo con el Poder Ejecutivo y el ministerio de industria, que en definitiva es también lo que plantean ustedes.

              Era cuanto quería decir.

SEÑOR RODRÍGUEZ.- Al respecto de lo mencionado por el senador Saravia, le agradezco que solicite el estudio de mercado que hizo Ancap, que es reciente y no estaba al momento en que se formó la comisión investigadora.

SEÑOR SARAVIA.- También tengo un estudio de mercado de la región que no condice con el de Ancap.

SEÑOR RODRÍGUEZ- Respecto a lo mencionado por la señora Bianchi, pensamos que este tema está íntimamente ligado al trabajo. ¿Por qué? Porque de los tres escenarios que desarrolló Ancap, uno fue hacer pequeñas inversiones en Minas y cerrar la planta de Paysandú. En ese caso, los funcionarios públicos que quisieran podrían pasar a Minas, pero los del Sunca irían a la calle. Eso, reitero, está vinculado al trabajo.

En el segundo escenario se hacen inversiones en Minas y se sigue el mismo camino: los funcionarios públicos de Paysandú pasan a Minas y quedan en la calle no solo los 82 del Sunca de Paysandú, sino también los 150 de Minas. O sea que quedan más de 200 trabajadores en la calle.

En el tercer escenario los compañeros del Sunca podrían permanecen –si los tomara el inversor privado– y los funcionarios públicos de Ancap se redistribuyen a otro lado.      Tratamos de contextualizar este asunto porque para nosotros la solución también está vinculada al trabajo. Hoy en día no puede ser ajeno a nadie que estamos viviendo una crisis en la que hay 200.000 personas en el seguro de desempleo, 200.000 sin trabajo, 200.000 o 300.000 que dependen de la economía informal y que vieron resentido su ingreso. Por lo tanto, la instalación del horno 3 sería la oportunidad de generar 1.000 puestos de trabajo. Entonces, díganme ustedes si eso no es esencialmente de trabajo.          

SEÑOR PRESIDENTE.- Creo que esto ha quedado claro. Les agradecemos y les vamos a informar los pasos que vendrán más adelante.

(Se retiran de sala los representantes de la Federación de Ancap y del Sunca).

SEÑORA BIANCHI- Voy a decir algo para que conste en la versión taquigráfica y no lo pienso volver a repetir.

Precisamente lo que se está haciendo ­–y voy a decir exactamente lo que pienso­– es que con la presidencia de Óscar Andrade esta comisión se está convirtiendo en una especie de sucursal del PIT-CNT, para decirlo de una manera en la que  más o menos nos entendamos todos. Puedo hacer un análisis ideológico de que puede formar parte, incluso, de un proyecto político, pero me voy a quedar acá.                                                              Esto que acabamos de vivir, me lo imaginaba. Escuché las declaraciones del dirigente sindical de Fancap cuando salió y fue a los programas de televisión a decir disparates como: «Gobierno autoritario», «de ultraderecha». Leonardo Haberkorn, en Desayunos informales, le preguntó: «¿Y así fueron a dialogar?».                                                                       ¿Se va a cerrar o no la planta de pórtland? No lo sé; va a ser una decisión técnica y la comisión técnica que puede aportar desde el punto de vista parlamentario es la de Industria.

Ahora bien, si la comisión de asuntos laborales se va a poner a articular en todos los temas de todas las áreas del Estado uruguayo, tendrá que establecerse el régimen de sesión permanente.      Al presidente le consta que a mí me preocupan los temas laborales. Acabo de plantear que tenemos que recibir a los trabajadores de la Dinacia porque hay problemas de ceses de contratos laborales. 

SEÑOR PRESIDENTE.- ¿Por qué no van a la comisión de defensa?

SEÑORA BIANCHI.- No voy a contestar; cuando el señor presidente así lo desee, que pida la palabra y contesta.

              Fijemos un régimen de trabajo profesional, un régimen de trabajo adecuado, porque es lo que corresponde. Si no, la comisión se va a convertir en un foro de discusión ideológica y no estoy dispuesta –no soy la única– a que se transforme en eso; todos sabemos cómo funcionan las comisiones parlamentarias. La Comisión de Asuntos Laborales no es mediadora; para eso está el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Y si tenemos que citarlo a esta comisión porque entendemos que está omiso frente a alguna situación puntual o general, voy a ser la primera en levantar la mano para hacerlo, pero no somos nosotros los que tenemos que articular. Cuando esté la situación planteada podremos integrar una comisión con la otra, pero no como régimen de trabajo porque, si no, no vamos a hacer ni una cosa ni la otra.

              Reitero: no me obliguen a dar una opinión –en realidad, nadie me obliga a nada, ni el Presidente de la República– sobre el problema de fondo –que es lo que va, o no, a determinar pérdida de puestos de trabajo– si no tengo conocimientos del tema; no voy a decir que sé si no sé. La gente opina sobre todo, pero yo no. El hombre universal –como Leonardo Da Vinci– tenía lugar en el Renacimiento; ahora la especialización por conocimiento es cada vez mayor y el conocimiento se multiplica día a día, algo que ha sido medido por las mejores universidades del mundo.

Entonces, creo que al trabajar así perdemos eficacia. Incluso, al inicio de la comisión –antes de que se iniciara la toma de la versión taquigráfica– se planteó la discusión sobre la cantidad de delegaciones. Ese es un ejemplo.

¿Ya se tomó la decisión de fondo sobre si se va a cerrar o no la planta de pórtland? No; todo es especulación. Es más, los recibió el Presidente de la República; mejor ejemplo que ese, imposible.

Entonces, no llenemos el orden del día de la Comisión de Asuntos Laborales y Seguridad Social con otros temas cuando nos tenemos que dedicar, puntualmente, a las situaciones que ya están planteadas, como son los casos de los cantineros liceales, de las camionetas escolares o de la Dinacia, donde el mes pasado se dio de baja a tres trabajadores con contratos de función pública. Pertenezco al oficialismo y fui yo la que trajo esos casos a la comisión, así que no se puede decir que no me interesa; si no me interesara, no hubiera elegido esta comisión. Pero no estoy dispuesta a hacer el juego con respecto a los dos primeros puntos que mencioné; no los voy a repetir.

Trabajemos con calma y recibamos a esta gente, que tiene muchos problemas porque aún no se ha tomado una decisión. Pero esa decisión no la va a tomar la Comisión de Asuntos Laborales; en todo caso, lo hará la Comisión de Industria, los senadores que se dedican al tema industria. No todo tiene que ver con todo; eso es para los todólogos. Como no soy todóloga, pienso que no todo tiene que ver con todo. Y no me quieran vender el verso de que todos son temas que refieren a asuntos laborales porque no es así. Cuando se tome la decisión técnica, veremos qué sucede e intervendremos; seremos los primeros en defender los puestos de trabajo. 

Por otra parte, los funcionarios públicos tienen la gran ventaja de no quedarse sin trabajo; esa es la gran ventaja que tiene el Estado. Si hay tercerizados, veremos qué hacemos y trataremos de legislar, pero cortemos con esto. Lo planteé fuera de la versión taquigráfica varias veces, pero parece que no se entendió; ahora hablé negro sobre blanco.

SEÑORA DELLA VENTURA.- Entiendo a la señora senadora Bianchi cuando plantea el tema de la solución de fondo. Ahora, el límite de hasta dónde es un tema laboral y hasta dónde un tema de industria, en este caso –quizás en otros casos no– no aparece tan claro, porque está la preocupación de la pérdida de fuentes laborales, tema que compete a esta comisión.

¿Cómo se soluciona esa pérdida de fuentes laborales? En primer lugar, no cerrando la planta, analizando inversiones. O sea, se fundamenta su presencia en esta comisión ya que no vienen simplemente a decir que están preocupados porque se van a perder muchas fuentes de trabajo. Creo que han realizado una buena labor dando los fundamentos para que nosotros incorporemos en nuestro conocimiento las formas en las que esto debería darse. Eso en particular tiene que ver con industria. Está bien. Pero está atado y no es simplemente un proyecto porque queremos más industrias para el país. No se trata de eso, sino del peligro de que se pierdan fuentes laborales. Por lo tanto, me parece que está bien que lo hayamos tratado en este ámbito. Si hay voluntad de interactuar y de coordinar los trabajos en comisión, creo que eso también viene bien. No entiendo por qué no se debe hacer.

              En realidad, me molesta que se pongan a discutir delante de las delegaciones, me parce que no está bien. Tenemos que dar otro nivel a esta comisión y al Parlamento.

SEÑORA BIANCHI.- No se lo voy a permitir. ¡De ninguna manera! Se le tiene que llamar la atención, porque subestima y califica las opiniones de los demás senadores. ¿Está claro? Esta no es la Junta de Florida. Somos senadores de la Nación electos por la ciudadanía, así que más respeto. Y no califique porque hasta la señora Vicepresidente tuvo que llamarle la atención y cuesta que ella pierda la paciencia. Entonces, ¡vamos a respetar!

 Esta es una comisión del Senado de la Nación y la decisión de cerrar las plantas de Ancap es una decisión técnica, por lo tanto a la Comisión de Asuntos Laborales y Seguridad Social ni siquiera le corresponde opinar porque se supone que los que estamos acá  conocemos el tema de asuntos laborales. Yo declaro que de industria no sé nada. Es difícil escuchar que alguien diga que de tal tema no sabe. Estoy aburrida de decirlo: no sé nada. Entonces, ¿se va a cerrar? Yo que sé, si ni siquiera puedo opinar si está bien que se cierre porque no entiendo. Ahora, si creen que saben de todo los felicito, pero esta comisión es muy delicada y muy importante y puede cumplir una buena función. Para payar están los payadores.

SEÑORA DELLA VENTURA.- Me interrumpió, creo, la senadora.

(Dialogado).

 Comúnmente se pide la interrupción.

              En la Junta de Florida también fuimos electos por la ciudadanía. Simplemente se lo recuerdo. En realidad, me gustaría saber en qué momento la descalifiqué porque no sé cuándo fue.

              Reitero: me parece que el tema que trajeron tiene que ver con asuntos laborales y la preocupación tiene que estar por ahí.

              Muchas gracias.

SEÑOR BONOMI.- Cuando estábamos ante la delegación en determinado momento me vi tentado a intervenir y entrar en un debate que dijimos que no íbamos a tener delante de las delegaciones. No intervine y tampoco quise provocara el debate; preferí esperar a que no estuviera la delegación. Ahora, la delegación no está.

              Sé que hay decisiones y evaluaciones que tienen que ver con lo laboral, la industria o la ganadería, pero hay cuestiones que se conectan. Por lo tanto, si se toma una decisión en la industria que afecta a 100 puestos de trabajo se transforma en un problema laboral y nosotros no podemos analizar al margen de las razones por las que se llegó a esa conclusión. Si entendemos que determinado cambio provoca 100 pérdidas de puestos de trabajo pero beneficia al país es inevitable, no lo vamos a poder cambiar. Lo que vamos a tener que hacer es ver cómo atendemos los 100 puestos de trabajo a través de la reconversión o de otra manera, pero no vamos a resolverlo al margen de las razones que llevaron a eso.

              Muchas veces los trabajadores no vienen a decir que quieren seguir trabajando a cualquier precio, sino que esperan una alternativa que permita mantener algo que va a evaluar industria o ganadería, pero también lo va a evaluar esta comisión; es necesario que lo haga. Voy a poner un ejemplo: recuerdo cuando la Unión Europea en la década de los 90 pidió autorización a Argentina y a Uruguay para entrar a pescar con barcos de bandera comunitaria en nuestras aguas territoriales. En ese momento Argentina, es decir Menem, los dejó. El presidente Lacalle consultó a los armadores uruguayos, a los fabricantes uruguayos, a los sindicatos uruguayos –a los sindicatos del mar y de plantas–, y la recomendación fue que no entraran. Y no entraron, no los dejó entrar, pero consultó a los sindicatos para tomar una decisión que no era exclusivamente sindical sino que abarcaba más sectores. Entonces, tener en cuenta la opinión de los trabajadores organizados en el tema concreto no está de más, viene bien. Es cierto que tenemos posiciones ideológicas diferentes, pero no podemos tomar cada tema y dar rienda suelta al debate ideológico, sino que lo que hay que hacer es analizarlo, tal como lo planteó el secretario general de Fancap, que dijo que había que analizar lo que estaba pasando, a partir del último informe de Ancap. Por tanto, no podemos negarnos a que esta comisión se reúna junto con la de industria, o con quien sea, para profundizar la discusión o el intercambio. En algún tema puedo no entender –porque a mí me pasa como a la senadora Bianchi, que hay cosas que no sabemos–, pero del intercambio uno aprende y entiende lo que piensa el otro.

Entonces, me parece que a veces es de orden que si hay un tema que nos supera pueda encararse junto a otra comisión. En realidad, la decisión técnica la va a tomar el que tiene la potestad de hacerlo, pero cómo se resuelve el problema de trabajo después, está enriquecido por ese intercambio. Creo que nos está pasando seguido el hecho de ingresar en un debate previo que me parece que no conduce a nada y que no deberíamos tener.

SEÑORA SANGUINETTI.- Pensando de cara al futuro, creo que acá tenemos matices en cuanto al objeto de estudio de la comisión, por llamarlo de alguna manera. Quizás, para evitar futuros conflictos, deberíamos estar todos alineados en una reunión como ésta en cuanto a quiénes serán los próximos invitados. Con eso nos aseguramos minimizar los ruidos.

SEÑOR PRESIDENTE.- Pero todos sabíamos quiénes venían esta vez.

(Dialogados fuera de micrófono).

SEÑORA BIANCHI.- Quiero contestar una alusión, porque no quiero que de esto se deduzca –estoy segura de que el senador Bonomi no quiso hacerlo, pero puede interpretarse así– que a mí personalmente, más allá de lo que piense el Gobierno ya que por suerte yo pienso por mí misma, no me interesan los problemas laborales. Pero antes de iniciar la comisión –creo que el senador llegó un poco más tarde; quizás venga de otra comisión, porque yo sé que trabaja mucho, y lo mismo le pasó al senador Lozano–, lo primero que leyó el señor presidente fue la lista interminable de delegaciones que debemos recibir por problemas que ya están planteados para resolver desde el punto de vista laboral. Yo no me voy a alinear con nadie. Lo que tenemos que acordar, y que no hemos logrado hacer –aún no lo hemos logrado–, son los criterios que debemos manejar en la Comisión de Asuntos Laborales y Seguridad Social. Yo sabía que esto iba a pasar, porque era evidente. ¡¿Cómo vamos a plantearnos nosotros, desde la Comisión de Asuntos Laborales y Seguridad Social, qué va a pasar con equis cantidad de obreros que quedaron sin trabajo, si ni siquiera se resolvió el problema de fondo donde se tiene que resolver?! ¡A mí me parece que esto es chino básico! Yo estoy cuestionando esto desde el primer momento –así que disculpe senador Bonomi que se reiteren las discusiones–, y en parte soy responsable, no solamente por plantear las discusiones sino por seguir el interés del presidente en recibir a las delegaciones. Una o dos de las delegaciones que recibimos hoy –habíamos quedado en recibir dos– las propuse yo. O sea que no me estoy negando, al contrario, pero en los temas fundamentales debemos hacer las cosas como corresponde, porque si no, seguiremos con estos inconvenientes. Va de suyo que habrá problemas, pero ahora ya están planteados y debemos darles prioridad; eso es lo que estoy pidiendo. Los cantineros liceales se están fundiendo ahora. Eso es lo que planteo como criterio, al menos en estos momentos de urgencia y de emergencia.

SEÑOR PRESIDENTE.- Voy a hacer varias consideraciones.

              Primero, nosotros no quedamos en recibir a dos delegaciones, y eso está en la versión taquigráfica. La señora senadora Sanguinetti propuso recibir a cuatro, y consensuamos en esa posibilidad; ante la diferencia con la señora senadora Bianchi, que proponía recibir a dos, y con nosotros, que estábamos abiertos a recibir toda la cantidad de delegaciones que pudiéramos, se acordó recibir a cuatro, aunque podemos rediscutirlo. Pero quiero aclarar…

(Murmullos).

–Voy a pedirle a la señora senadora Bianchi que me escuche, así como yo lo hice –con mucho interés– cuando ella habló.

Quiero aclarar que la decisión que se tomó aquí fue la de recibir hasta cuatro delegaciones.

              Segundo, no fui yo quien decidió quiénes iban a venir, lo consulté con todos los señores senadores, ¡con todos!, y todos resolvimos, en principio, recibir a tres delegaciones.  Luego el señor senador Niffouri planteó la posibilidad de ampliar el número y le solicité que lo hablara con la señora senadora Bianchi por la sensibilidad que existe en cuanto al tema de la cantidad de delegaciones a invitar –yo no tenía ninguna dificultad en hacerlo– y en el día de hoy terminamos recibiendo a cinco delegaciones.

              Tercero, no es cierto que haya que esperar que alguien quede sin trabajo para poder poner alternativas arriba de la mesa. ¡No es cierto! Los trabajadores del citrus ¿quedaron sin trabajo? No, pero tienen tremendamente hipotecada la próxima zafra. ¿Hay que esperar a que queden sin trabajo para tratarlo? De ninguna manera. Los trabajadores de los peajes ¿quedaron sin trabajo? No, pero tienen una circunstancia de muchísima incertidumbre en la próxima licitación. ¿Hay que esperar a que queden sin trabajo? De ninguna manera. Los trabajadores del portland ¿quedaron sin trabajo? No, pero les presentaron un informe en el que todas las variantes son de abundante pérdida de puestos de trabajo. ¿Hay que tratarlo? Por supuesto que sí. Pero se plantea que no hay que ocuparse de esos sectores, que hay que esperar a que queden desempleados para después ver qué hacemos. Cualquiera que haya vivido de cerca algún tema laboral sabe que es mucho menos eficaz lo que se puede hacer después que está la decisión tomada. Pero bueno, tenemos criterios distintos.

              Ahora bien: propongo que se vote, si se entiende que es conveniente ese criterio. Votemos si el criterio debe ser que cuando hay problemas de trabajo tenemos que esperar a que las personas queden desempleadas para tomar las decisiones. ¿Eso es lo que se defiende? Por lo menos, es lo que he escuchado, entonces, pongámoslo en consideración y votemos. Yo creo que no es así, sino al contrario. Los cantineros ¿quedaron sin trabajo? No, pero están tecleando, y si no se toman medidas, van a quedar sin trabajo. ¿Vamos a esperar a que se queden sin trabajo para después atender el tema laboral de las pequeñas empresas que están en la cuerda floja? Yo creo que no, que sería un absurdo esperar a que se queden sin trabajo. Me parece que lo que se pone como argumento principal, el de que la decisión aún no ha sido tomada, es muy débil como para decir que no vamos a recibir a una delegación. Es obvio que cualquier delegación intentará expresar en qué situación se encuentra su actividad. ¿Hemos opinado sobre el tema de fondo? De ninguna manera, y alcanza con revisar las versiones taquigráficas. Lo que dijimos fue que sería bueno vincular a la Comisión de Industria, Energía, Comercio, Turismo y Servicios, y que deberíamos hablar con Ancap para ver cómo resolvemos el tema laboral, para saber si hay o no expectativas y qué se puede hacer, si se va a reducir, si hay una posibilidad de formación, si habrá alternativas laborales cuando se dé la reestructura, que no son técnicas. ¿En qué parte son técnicas? Quizá haya alguien que esté por jubilarse y pueda entrar en la primera tanda.

Cuando vienen acá, en general, pretenden que la comisión busque alternativas. Los de Enjoy ¿están sin trabajo? Están en seguro de paro, pero pueden estar sin trabajo si no se toman medidas. Hemos recibido a muchas delegaciones así y, en general, no entramos en una discusión de fondo acerca de las políticas de Ancap. ¿En qué momento lo hicimos? Lo único que dijimos fue que sería bueno recibir a la empresa, y que la parte de industria la trate la Comisión de Industria, Energía, Comercio, Turismo y Servicios, pero hay una parte que es claramente laboral.

Entonces, ninguna de las cosas que se resolvieron aquí da para que la señora senadora Bianchi tenga la reacción que tuvo, que sí es de descalificación. La  realidad es que todas las delegaciones que recibimos tienen problemas laborales, ¡todas! Pero lo que se vocifera es: «¡Ah, es un proyecto personal!», ¡y se habla del PIT-CNT! ¡Vamo’ arriba! O sea, todos tratamos de tener paciencia. Es verdad que estamos muy vinculados con los temas laborales porque en general los que vienen son sindicatos o empresas, pero las definiciones no fueron unipersonales –cosa que sí hicimos con la primera delegación, y no lo hicimos más–; abrimos el juego y expusimos los problemas y dijimos que algunos eran más urgentes que otros. Sí van a venir los frigoríficos y van a hablar de la industria frigorífica. Son seiscientos compañeros que están sin trabajo y van a tratar de exponer sobre temas que también son de la industria, pero en definitiva es un tema laboral; los seiscientos están sin trabajo y no sé si van a entrar, ahora o después.

Entonces, no entiendo el criterio cuando se dice que estos temas no nos tocan. ¿Cómo no nos van a tocar? ¡Es evidente que nos tocan! ¿Qué es lo que se plantea? ¿Que vayan a la Comisión de Industria, Energía, Comercio, Turismo y Servicios, que la Dinacia vaya a la Comisión de Defensa Nacional, que otros vayan a la Comisión de Educación y Cultura? ¡No! Claramente nos corresponden a nosotros, aunque se nos podrá decir que no los podemos abordar todos y se nos podrá recomendar no entrar en el fondo industrial. No sé quién entró en el fondo de la industria y habló de las toneladas de clínker. ¡Ninguno de nosotros lo hizo!

Me parece que podemos acordar criterios sin pasarnos por arriba. En ningún momento intentamos pasarle por arriba a ninguno de los señores senadores miembros de la comisión, sino que por el contrario tratamos de consensuar el trabajo. No se puede esgrimir siempre la hipótesis de que lo que estamos tratando de hacer es molestar al otro. Tampoco hicimos consideraciones políticas. La otra vez en la Comisión de Transporte y Obras Públicas una delegación estuvo media hora pegándole al Frente Amplio y, ¿cuál es el problema? No tuvimos ninguna dificultad, los escuchamos tratando de que no se desborde. No voy a aceptar que se diga que hay un criterio de trabajo que apunta a pasarles por arriba a los demás integrantes de la comisión. Las delegaciones que vinieron las definimos entre todos, sabíamos los temas que se iban a considerar y tratamos de articular la información para que todos la tuvieran. Claramente todos los temas que se tratan acá son laborales; algunos serán más relevantes que otros, pero para mí todos son importantes y es tarea de la comisión tratar de resolver esas cuestiones. 

SEÑORA BIANCHI.- No dije de ninguna manera que no hubiera aspectos laborales y tampoco que esperáramos que la gente quedara sin trabajo, Pido que no se use la manipulación porque no lo voy a permitir. ¡Al revés! Dije que este es un problema mucho más de fondo y que sí tiene aspectos laborales, pero que no es tan urgente.

Acá en el Parlamento la población decidió 60 % a 40 %. Hasta ahora he tratado de manejar la situación –lo digo a nivel personal; no lo he hablado con mis compañeros de la coalición–, pero por algo la gente votó como votó y estábamos acostumbrados a que se nos arrollara con las mayorías absolutas en los últimos quince años. He tratado de no ir a los votos y lo he dicho fuera de la versión taquigráfica, en la versión taquigráfica, en WhatsApp, pero siento que el oficialismo está siendo arrollado y tiene más votos en este momento. En consecuencia, pretendo tratar de acordar; de lo contrario, se va a votar. 

No voy a discutir más. Cuando se reciba a la próxima delegación no voy a intervenir. No me digan o den a entender que no tenemos nada que ver con los aspectos laborales. Desde que tengo uso de razón trabajo y, además, soy abogada laboralista. 

Ahora, en la única parte del discurso en que la delegación se refirió a un problema laboral específico, urgente y a tener en cuenta fue cuando señaló que había posibilidades de que quedaran sin trabajo los tercerizados si se cierra la planta. El resto fue un discurso absolutamente político que nada tuvo que ver con el ámbito laboral ni con el industrial. No voy a decir más nada sobre el tema. Pido que pase la próxima delegación y de ahora en más votaremos los criterios de trabajo, porque es imposible ir contra una decisión que se tiene tomada de pretender pasarnos por arriba. No lo vamos a permitir y lo digo no a nivel personal, sino por la gente que nos votó, que son 60 % contra 40 %. Tuve que aguantar todos estos años –y en especial en los últimos cinco años en la Cámara de Representantes– que nos dijeran: «Nosotros tenemos la mayoría» y nos pasaran por arriba. No queremos actuar de esa forma, pero tampoco vamos a permitir que, distorsionando lo que nosotros decimos, diciendo cosas que no quisimos decir en absoluto y, conociéndonos como nos conocemos, sabiendo qué intereses nos mueven –estemos en el partido político que estemos– se nos pase por arriba en el sentido absolutamente jurídico de la palabra. Podría decirlo de otra manera, pero no me interesa. Quiero que quede bien claro. 

Vamos a recibir a la próxima delegación y fijaremos el orden del día con el criterio correspondiente, que es levantando la mano.

SEÑOR LOZANO.-           Creo que esta Comisión de Asuntos Laborales y Seguridad Social, en particular, es tremendamente abarcativa. ¿Qué no corre por el lado del trabajo? Todo pasa por el trabajo. Todos queremos lo mejor para los trabajadores de nuestro país. Estoy convencido de que todos los que estamos acá somos solidarios con los problemas relativos al trabajo. No creo que acá haya ningún egoísta que quiera conseguir todo para un sector y nada para otro. Podemos tener distintas visiones en cuanto a esta problemática, pero todos somos sensibles y solidarios ante los problemas de los trabajadores. Estoy convencido de que a todos nos importan los problemas de los trabajadores; sobre eso no tengo ninguna duda.

              En ese sentido, me permito decir que, como este ámbito es tan grande y transversal que pasa por todos lados y no hay nadie que se salve del trabajo, debemos tener mucho cuidado de no duplicar tareas que les corresponden a otros, porque existe un Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, un PIT-CNT, un Sunca, un UNTMRA o la gremial que sea. Creo que es un ámbito tan amplio que si les vamos a dar prioridad a todas las delegaciones y todas tienen la misma prioridad, al final ninguna va a tener prioridad. Para mí lo que hay que atender es a las delegaciones que realmente tienen un problema serio. No me niego a venir a la comisión a estar las horas que sean necesarias, pero no quiero estar ocupando un lugar que no me corresponde. Si hay un ministerio de trabajo y hay un ministerio de industria, ellos tienen que ocuparse. Nosotros debemos tomar los problemas que tienen los trabajadores y nada más. Toda esa parte ideológica, orgánicamente preparada, la verdad es que no me interesa y realmente la escucho y, particularmente, no me afecta, pero cuando ya es algo que está medio armado, un poquito me molesta. Entonces, si hay que hablar de trabajo, hablemos de trabajo, pero no traigamos aspectos ideológicos porque creo no vamos a ir por buen camino. Atendamos los problemas del trabajo y a todos por igual, pero a los que realmente lo necesitan. En eso, me parece que todos tendríamos que estar contestes. Pero si vamos a atender a todos, diría que para empezar tendríamos que sesionar, por lo menos, tres veces por semana. De esa manera estaríamos duplicando lo que le corresponde hacer a otro poder del Estado, como es el Poder Ejecutivo. Nosotros no vamos a suplantarlo porque quien entiende en materia de relaciones laborales es el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social; si no, vamos a tener eternas discusiones que no van a conducir a nada.

              Muchas gracias.

SEÑOR BONOMI.- Solamente quiero dejar constancia de que acá no existe la voluntad de pasarle por arriba a nadie; además, eso es imposible. En lo personal, estoy completamente de acuerdo en que esto se decide por votos y acá el debate ha sido sobre la forma de trabajo. La resolución que la comisión adopta es por votos y después el tema se lleva al plenario, que también decide por votos. Entonces, no existe la posibilidad y, mucho menos, la intención. Ha habido una discusión sobre la forma de trabajar en la comisión, pero no en cuanto a las resoluciones de la comisión.

SEÑOR PRESIDENTE.- Tenemos una dificultad que vamos a tener que resolver.

              El hecho de que las delegaciones vengan al Parlamento porque no encontraron otro ámbito de negociación es algo que pasó toda la vida. Podemos decidir que no las recibimos.

(Intervención de la señora senadora Bianchi fuera de micrófono).

              En general, las delegaciones que vienen al Parlamento son aquellas que golpearon otras puertas y tienen los demás ámbitos truncados.

SEÑORA BIANCHI.- ¡El propio Presidente de la República se metió en medio de una movilización! Hace años que no veía algo así. ¡Y no me haga hablar más! Vamos a recibir a la próxima delegación. ¡Por favor, tenemos que trabajar!

SEÑOR PRESIDENTE.- ¿Terminó, senadora?

SEÑORA BIANCHI.- Sí...

SEÑOR PRESIDENTE.- Bueno, porque yo quiero terminar de hablar. ¿Puedo?

SEÑORA BIANCHI.- Sí.                                                                                                                                        

SEÑOR PRESIDENTE.- Le agradezco, ¡le agradezco de corazón!

En general, respecto al planteo que hace el señor senador Lozano cuando afirma que hay un ministerio de trabajo, cabe acotar que entonces a cada delegación que tuviera una serie de conflictos podríamos decirle: «¡Vaya al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, al de  Industria, Energía y Minería o al de Defensa Nacional!». No ha sido esa la manera de funcionar de la Comisión de Asuntos Laborales y Seguridad Social ni de la Comisión de Legislación del Trabajo y Seguridad Social de la otra cámara; ¡nunca! Siempre recibieron a las delegaciones, ¡siempre! Me parece que eso hace a la calidad del trabajo parlamentario. Es más, hasta hemos recibido a trabajadores que no son de un sindicato, grupo o espacio; se reciben. Ahora bien, eso puede gustar mucho o puede gustar menos, pero intentamos que todo sea con respeto. ¡Los recibís!

Después, ¿tenemos que priorizar? Fue lo que discutimos antes de empezar y durante esta semana; no se impusieron las delegaciones, sino que las definimos entre todos poniéndonos de acuerdo. Hagámonos cargo cuando definimos –entre todos, porque lo comunicamos a todos– las delegaciones que van a venir y digamos, por ejemplo, tal vez esta no porque tiene otra instancia y priorizamos a otra. Nadie lo dijo; al contrario.

(Dialogados).

SEÑOR LOZANO.- Quisiera hacer una aclaración. Me parece que el ámbito real de la negociación colectiva no es este, ¡no lo es!

(Dialogados).

–Con todo respeto, cuando usted dijo que era acá y no en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, yo no lo creo así.

SEÑOR PRESIDENTE.- No dije eso.

SEÑOR LOZANO.- Bueno, por lo menos así lo entendí.

SEÑOR PRESIDENTE.- Lo que afirmo es que, muchas veces, hay delegaciones que pasaron por el ámbito tripartito y piden para venir al Parlamento. Y, ¿qué hacemos? ¿No las recibimos?

Estos trabajadores del frigorífico que vamos a recibir, ¿no han ido al ministerio? Sí, lo hicieron. Los de la prensa –que vienen después– tuvieron una instancia anteayer en la que no avanzaron, siguen con los despidos y vienen a denunciar. ¿Qué les decimos? ¿Que no vengan? ¿No los escuchamos? Los del Colectivo Cantineros Unidos han mantenido reuniones hasta con el presidente y el ministro la semana pasada, y ahora vienen al Parlamento a defender su iniciativa.

O sea que nada de lo que está pasando acá es nuevo.

SEÑOR SARAVIA.- Si me permite, yo entro y salgo en este ámbito, pero al igual que el señor senador Bonomi somos un poco viejos acá, por lo que conozco y respeto mucho el reglamento.

En cuanto a lo de recibir a las demás delegaciones, hay que tener en cuenta el criterio histórico acá adentro, porque esta es la caja de resonancia del pueblo. Por lo tanto, tenemos que ver y recibir a todo el mundo.

Hace un momento, cuando intervine y le dije a los muchachos del sindicato que no iba a discutir el tema industrial con ellos porque correspondía a la Comisión de Industria, Energía, Comercio, Turismo y Servicios, y solicité que el presidente hiciera una gestión con dicha comisión para que los recibiera –ahí tenemos que discutir otro tema, pero acá debemos focalizarnos en el trabajo–, me refería a eso mismo. Esta es la caja de resonancia y cuando ellos presentan una nota, nosotros los recibimos; históricamente ha sido así. Nadie deja de recibir a nadie en ningún lado. ¡Históricamente ha sido así! El criterio de trabajo es darles un tiempo y que se focalicen en el tema. Si hay otro tema complementario que tiene que ver con el trabajo –en este caso, el posible cierre de la planta industrial de Ancap de Paysandú–, tenemos la obligación de canalizar las preocupaciones, por ejemplo –como en este caso–, hacia la Comisión de Industria, Energía, Comercio, Turismo y Servicios, para que también los reciba, y quizás también hacia el Ministerio de Industria, Energía y Minería, y al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Esa es la misión de la comisión.

Históricamente, el criterio de trabajo entre nosotros –para respetarnos– es escuchar a las delegaciones y no entrar en discusión entre nosotros, delante de ellos, ni con ellos; no hay que intercambiar ni discutir con la delegación.

También es cierto que –y eso es responsabilidad del señor presidente– hay que pedirle a la delegación que no haga valoraciones políticas, porque si me dicen que el cierre de una planta es un tema ideológico, yo diré «No, usted está equivocado», empezaremos a discutir y no terminaremos más.

En definitiva, creo que ese es el criterio que deberíamos adoptar; me refiero a recibir a todo el mundo y si hay otros temas vinculados, como legisladores tenemos la obligación de trasladarlos a la comisión que corresponda o trasladar la preocupación al Poder Ejecutivo. Eso genera el funcionamiento normal de la comisión. Digo esto porque tengo muchos años acá adentro, al igual que el señor senador Bonomi, con quien hemos coordinado bancadas y conocemos del tema. Siempre se ha trabajado de esa manera y, sobre todo, no debemos entrar en discusión con los invitados ni entre nosotros. Hay que fijar un tiempo –por ejemplo, quince minutos– y tener cierta tolerancia –tal vez, de cinco minutos–, pero tenemos la obligación de recibirlos a todos. Si hay que hacer sesiones extraordinarias, las haremos, pero me parece importante que adoptemos un criterio de este tipo, como históricamente ha sucedido en el Senado. En este caso, por ejemplo, es el pedido de un senador de que también a la Comisión de Industria, Comercio, Turismo y Servicios se le traslade la inquietud y que los invite a concurrir –si ellos están de acuerdo, porque tal vez no quieran ir a esa comisión–, y se podría convocar también al ministro de industria, plantearle el tema y decirle que nosotros, senadores de la comisión de industria que entendemos sobre el tema, tenemos esta preocupación que está ligada a una preocupación de la Comisión de Asuntos Laborales y Seguridad Social del Senado porque quedan desocupados tantos o cuáles.

Me parece que ese sería un buen criterio y no tendríamos estas discusiones que no conducen a nada.

SEÑOR PRESIDENTE.- Quiero aclarar algo.

              Se nos presenta un problema y usted, como integrante de la comisión, propuso una forma de resolverlo. ¿Eso habilita una discusión de carnicería entre nosotros? No. Propuso una forma de resolverlo. Dijo: mirá, me parece bueno que esto pase a la comisión de industria y que se hagan gestiones. Tiene todo el derecho. Yo hice lo mismo: propuse una forma de resolverlo. Dije: sería bueno integrar, capaz, trabajo con industria. Una propuesta es tan legítima como la otra. ¿Esto da para que nos piquemos para leña? ¿En qué lugar del mundo? ¿Me explico? ¿Me explico, senador Saravia? La misma iniciativa que usted colocó arriba de la mesa de decir bueno, hay un problema y me parece que la mejor forma de canalizar este lío es por acá. Lo único que dije fue que me parece que la mejor forma de resolverlo, ya que hay aspectos colocados de industria, sería integrarlo a industria y, de repente, que algún senador de esta comisión pudiera participar para seguir la parte laboral.

(Intervención de la señora senadora Bianchi que no se escucha).

              –No me interrumpa, senadora.

(Intervención de la señora senadora Bianchi que no se escucha).

              –No me interrumpa. Capaz que la otra forma es mejor que esta, pero hicimos lo mismo, señor senador Saravia. Propusimos una forma de resolverlo.

(Intervención de la señora senadora Bianchi que no se escucha).

              Ahora, usted propuso una forma de resolverlo. Lo escuchamos con respeto y no armamos un escándalo. Lo que hice fue proponer una forma de resolverlo. Y de golpe, estalló la bomba nuclear. ¿Me explico?

(Dialogados).

SEÑORA BIANCHI.- La función del presidente de las comisiones tiene, incluso, limitada la posibilidad de intervenir. Por eso siempre digo lo mismo: se matan para ser presidentes de las comisiones …

SEÑOR PRESIDENTE.- Nadie se mata.

SEÑORA BIANCHI.- ... y no es bueno.

SEÑOR PRESIDENTE.- Nadie se mata.

SEÑORA BIANCHI.- Sí, se matan. Algunos, sí. Y no es bueno porque la función del presidente es, precisamente, todo lo contrario de lo que usted está haciendo.

SEÑOR PRESIDENTE.- Capaz que tengamos que elegir a otro presidente.

SEÑORA BIANCHI.- ¡No!

SEÑOR PRESIDENTE.- Propóngalo, y vote, senadora.

SEÑORA BIANCHI.- ¡No!

SEÑOR PRESIDENTE.- ¿Qué dice la mayoría?

SEÑORA BIANCHI.- Acá no estamos en una asamblea del Sunca. ¿Está claro?

SEÑOR PRESIDENTE.- Con los analfabetos.

SEÑORA BIANCHI.- Entonces, usted es un presidente de la Comisión de Asuntos Laborales y Seguridad Social del Senado que se debe remitir al reglamento.

SEÑOR PRESIDENTE.- ¿Y?

SEÑORA BIANCHI.- Eso es lo que estoy pidiendo desde la primera sesión. ¿Está claro?

SEÑOR PRESIDENTE.- Haga votar el reglamento, senadora.

SEÑORA BIANCHI.- Por favor. Vamos a hacer entrar…

SEÑOR PRESIDENTE.- Haga votar el reglamento, senadora.

SEÑORA BIANCHI.- No, no me interesa.

SEÑOR PRESIDENTE.- ¿Qué parte quiere hacer votar?

SEÑORA BIANCHI.- Usted, después, estúdielo.

SEÑOR PRESIDENTE.- Sí.

SEÑORA BIANCHI.- Estudie el reglamento y va a ver que está limitada la …

SEÑOR PRESIDENTE.- Hágalo votar, senadora. Tiene todo el derecho.

SEÑORA BIANCHI.- No, no me interesa en absoluto. ¡Yo quiero trabajar!

SEÑOR PRESIDENTE.- ¡Ajá!

SEÑORA BIANCHI.- No quiero darle al viru, viru, ¿me entiende?

SEÑOR PRESIDENTE.- Se nota.

SEÑORA BIANCHI.- Sí, sí. Yo trabajo en serio. Y eso no me lo pueden negar.

              Quiero recibir a la próxima delegación.

(Dialogados).

 

 

 

 

 

 

 

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Montevideo, Uruguay. Poder Legislativo.