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COMISIÓN DE SALUD PÚBLICA

(Sesión celebrada el día 28 de julio de 2020).

 

SEÑOR PRESIDENTE- Está abierta la sesión.

(Son las 13:36).

                                –Dese cuenta de los asuntos entrados.

(Se da de los siguientes).

                «-Carpeta N° 227/2020. DONACIÓN CRUZADA DE ÓRGANOS Y TEJIDOS. Se modifica el artículo 13 de la Ley n.° 14.005, de 17 de agosto de 1971, en la redacción dada por el artículo 6.° de la Ley n.° 17.668, de 15 de julio de 2003. Proyecto de ley con exposición de motivos presentado por la señora senadora Carmen Asiaín. Distribuido n.°163/2020.

                -Solicitud de audiencia de estudiantes de la Facultad de Medicina de la Udelar, próximos a iniciar el último año de la carrera, Ciclo Internado Rotatorio Obligatorio (Enviada por correo electrónico el día 8 de julio).

                -Informe de la Asociación de Química y Farmacia del Uruguay y la Facultad de Química relacionado con la reglamentación de la Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias, creada por la ley de urgente consideración. (Enviada por correo electrónico el día 22 de julio)».

 

(Ingresan a sala representantes de la Asociación de Supermercados del Uruguay).

 

                –Buenas tardes. Tenemos el gusto de recibir a representantes de la Asociación de Supermercados del Uruguay.

SEÑOR MENÉNDEZ.- Buenas tardes. Mi nombre es Daniel Menéndez, soy gerente general de la Asociación de Supermercados del Uruguay. Me acompaña el señor Guillermo Rey, secretario de la asociación y, además, es director del grupo Frigo.

                Queremos agradecer a la comisión que nos hayan recibido esta tarde para compartir nuestros comentarios sobre el proyecto de ley del senador Peña relativo al  desperdicio de alimentos.

Básicamente, cuando uno lee la exposición de motivos, es muy difícil estar en contra de este proyecto de ley. Esto ya lo manifestamos en el año 2016 cuando estuvimos en la comisión correspondiente en la Cámara de Representantes. Consideramos que es muy loable la actitud que está detrás de la iniciativa, compartimos su espíritu y desde nuestra perspectiva podemos aportar mucho en su operativa. Pensamos que el proyecto es bueno  pero, quizás, tiene algunos defectos y en ese sentido creemos que podríamos hacer aportes para mejorarlo por nuestro conocimiento en la práctica diaria de los alimentos.

                Comenzando por el artículo 1.°, consideramos que debería ser un poco más abarcativo en cuanto a las empresas que podrían colaborar con esta donación, fundamentalmente porque quizás el que menos tiene para dar es el supermercadismo. Después el señor Rey podrá explicar esto con mucha más precisión, ya que él está en este tema día a día, pero lo claro es que  no somos nosotros los que desperdiciamos más alimentos. Por ejemplo, la ley argentina estipula cualquier persona física o jurídica y no solamente los supermercados o las grandes superficies. En la exposición de motivos, el senador Peña dice que, según la OMS, el 50 % de los alimentos se puede llegar a desperdiciar, pero nosotros no desperdiciamos casi nada; es muy difícil que un supermercado desperdicie alimentos. Por su parte, la ley francesa habla de comercios y no de supermercados, justamente por eso. De los ejemplos que se ponen en la exposición de motivos, se habla de Taco Bell y Starbucks en Estados Unidos, que notoriamente son comercios que procesan alimentos y no de supermercados. Esto es un poco para llegar a lo que abarca el proyecto en el artículo 1.°, que es a las empresas.

                En el artículo 3.° se hace referencia a comercios de más de 200 metros y notoriamente somos los supermercados los que tenemos  esa superficie. Sin embargo, como explicará luego el señor Rey, no somos los que desperdiciamos más alimentos.

También sería importante para nosotros aclarar muy bien en el artículo 4.°, cuando se habla de quien levanta la mercadería –que serían las ONG–, que nuestros comercios deslindan responsabilidades una vez entregada la mercadería. Al respecto, el artículo 9.° de la ley argentina dice claramente que: «Una vez entregadas al donatario las cosas donadas en las condiciones exigidas por el artículo 2°, el donante queda liberado de responsabilidad por los daños y perjuicios que pudieran producirse». En este sentido, nos interesaría que esa redacción también sea más o menos incorporada al proyecto de ley para deslindar responsabilidades, porque después no sabemos el destino de esos productos una vez que salen del local.

El proyecto hace referencia a productos que no se pueden vender  pero que están en condiciones de ser consumidos. ¿Quién va a avalar ese tipo de definiciones? Los productos tienen una fecha de vencimiento: cuál se considera vencido, cuál  se considera apto para ser consumido y una vez vencido, qué pasa con el producto. En nuestro caso, los productos a punto de vencer se utilizan hasta el último día hábil de venta y después ya es un producto vencido; si se entregara antes de vencer podría entrar en un mercado negro que ya existe.

                En definitiva, nuestra posición  es que queremos colaborar mucho con esto porque nos interesa, el proyecto nos parece válido y simplemente nos gustaría ayudar más en la operativa, en la redacción y en la reglamentación de futuro, porque quizás haya algunos temas del día a día que no están tomados en cuenta.

SEÑOR REY.- Gracias por recibirnos. Soy secretario de la Asociación de Supermercados del Uruguay.

                Como bien decía el señor Menéndez, los supermercados, en nuestras negociaciones,  tenemos devoluciones pactadas con nuestros proveedores. Aplaudimos esta iniciativa y lo que queremos agregar, simplemente, es que debería ser más abarcativa, pues la industria específicamente puede llegar a tener más excedentes de lo que tenemos nosotros. Los importadores son los que, en definitiva,  reciben la mercadería del exterior y cuando está para vencerse no tienen otra opción más que destruirla, por lo que sería bueno que en este caso pudieran tener esta opción. Al respecto, también agregamos que en el caso de los importadores se podría pensar en  algún beneficio fiscal, pues retiran de puerto y pagan el IVA correspondiente y esto es una mercadería que se puede procesar de alguna manera.

Si bien en el proceso de estos últimos cuatro meses hemos aprendido muchas cosas, también entendemos que los ciudadanos de a pie y las organizaciones que funcionan en relación con este tema pueden aportar también; eso no quita que alguien quiera donar voluntariamente alimentos para determinada acción, lo pueda hacer. O sea, creemos que la ley tiene que ser más abarcativa y con ello podremos lograr mejores resultados.

En el caso de los supermercados, podemos tener productos próximos a vencerse con los cuales hacemos ofertas y otorgamos bajas de precios y, por regla general, los liquidamos antes de la fecha de vencimiento. Trabajamos en las góndolas sobre la base de la fecha de vencimiento.

Ya lo hemos manifestado en 2016: una de las cosas que nos preocupan es el mercado negro que esto genera. De acuerdo con la experiencia que hemos tenido con algunas empresas que lo realizan, entendemos que sería bueno que el producto vuelva a la industria o al proveedor, y que sea este el que le quite la marca –no las informaciones técnicas de cada uno de los productos– para que ese producto no llegue al mercado, tanto sea en forma de granel o en forma individual, dependiendo de lo que se trate. Ese puede ser un muy buen punto, también, para aprovechar la mercadería: que el importador y el proveedor tengan las manos abiertas para distribuir los productos con el Mides y con organizaciones como el Banco de Alimentos. En ese sentido, sería interesante que se genere también un registro de necesidades. Nos ha pasado en estos últimos meses que mucha gente ha querido colaborar con donación de productos y, como proveedores nos hemos encontrado que por distintos lados los productos terminan llegando al mismo punto. En definitiva, no estamos utilizando el 100 % ni efectivizando la entrega a cada uno de los necesitados.

Sí es muy buena la ley; sí creemos que tenemos que buscar una manera para que funcione.

Tampoco hay que olvidar el punto de vista fiscal y tributario porque, al tener donación de productos, nosotros podemos llegar a tener un problema en el sentido de que la donación nos puede salir más cara que la destrucción del producto, por la propia merma. Si bien podemos tener un porcentaje que nos beneficie en ese sentido, muchas veces hay que evaluar ese punto, hay que ver si el producto tiene Imesi o no, que es otro de los temas.

Como bien decía el señor Menéndez, hay productos que tienen una fecha de caducidad pero, en realidad, esa fecha está determinada a que el producto tenga el 100 % de su información. Luego de eso empieza una curva lenta que en el tiempo se procesa, pero hay productos que tienen una curva con una caída mucho más rápida; habría que estudiar un poco eso para poder darle lugar.

En el caso de los supermercados, por regulación departamental tenemos que tener una deposición de residuos. En el artículo 5.º del proyecto de ley se decía que pueden utilizarse para consumo animal y demás. En los convenios que tenemos con la gente que levanta nuestros residuos ya se nos pide que les demos por separado algunas devoluciones de hortalizas y de frutas, y ellos mismos después hacen una selección. Eso ya lo tienen canalizado.

También hay que tomar en cuenta un tema de los supermercados: al no tener un gran volumen de devolución, muchas veces el costo operativo de la ONG es elevado porque es muy poco lo que tenemos para devolver y hoy la logística es muy pesada en ese sentido. Por eso nosotros, desde la asociación, creemos que para que esto sea atractivo debería ser mucho más abierto; si alguna empresa o algún ciudadano quiere donar, por distintas circunstancias, sería bueno que el proyecto de ley lo permitiera.

Sí entendemos que debería haber un registro de aquellos que necesiten y un registro de quienes quieran donar porque, si no, sucede que terminamos donando en cualquier lado y muchas veces resulta que algunos no tienen y otros tienen de más. En realidad, entendemos que debería funcionar de esa manera.

Como bien decía el señor Menéndez, hemos estado viendo la ley de Argentina del año 2004 o 2005; entendemos que es muy amplia y nos puede ayudar muchísimo para que este proyecto de ley pueda servir y obtener así buenos resultados.

En nuestra operativa, los supermercados no manejan mucha cantidad de devoluciones, y eso es lo fundamental. Cuando nosotros retiramos un producto de la venta, posiblemente, al otro día, las condiciones de inocuidad ya no estén; hay que tener un sistema de frío para no romper esa cadena de frío. En invierno no tenemos problemas pero en verano un producto que pase 12 horas fuera del frío puede llegar a estar en condiciones no saludables de consumo.

                Estos son los temas que queríamos aportar a esta comisión; entendemos que es muy bueno y loable el uso de los alimentos.

SEÑOR MENÉNDEZ.- Si me permiten, con mucho gusto voy a dejar una copia para que después repartan.

SEÑOR PRESIDENTE.- En cuanto a la primera exposición, entiendo que lo que se plantea es que se tiene que abarcar a más de los que están incluidos, pero no necesariamente lo que esta le afecta al supermercadismo.

SEÑOR MENÉNDEZ.- A nosotros no nos afecta; simplemente, si la expectativa es que con nosotros van a recibir mucha mercadería para donar, no la van a encontrar porque no la hay. Ahora bien, por ejemplo, en el caso de un importador, no hay devolución y cuando le faltan 15 o 20 días para que la mercadería se le venza, los supermercados no se la recibimos porque entre que se factura, opera la logística, la entrega y va a la góndola, ya llega la fecha de vencimiento. Esa mercadería él ya no la puede vender. ¿Qué hace hoy? Esa mercadería la tiene que destruir. Esa mercadería podría ser procesada, por ejemplo, por un banco de alimentos, porque si se toma la fecha de vencimiento y el banco la reparte en tiempo o la elabora y la pone en un freezer, tendría seis meses de vigencia. En el caso nuestro, es muy difícil porque o bien el paquete se termina o la mercadería se liquida en los últimos 15 o 20 días con una oferta de 2 x 1 o un 50 % de descuento y no queda más. Muchas veces sucede también que hay acuerdos con el proveedor que si yo le compro mucha mercadería y me estoqueo, cuando está cerca del vencimiento me la cambia por productos con más vigencia y, entonces, no la tiramos. Las rotiserías de los supermercados puede ser que, a veces, tengan algo, pero, por ejemplo, un producto fresco de rotisería que se vence en el día de hoy, mañana no se puede consumir porque ya fue elaborado y en ese caso se usa, por ejemplo, como comida para los chanchos. Nosotros consideramos que se tiene que abarcar más para tomar en cuenta a esas empresas que sí tienen productos envasados que están por vencer que, incluso, están dentro de su fecha de utilización pero que no los pueden comercializar porque no tienen con quién hacerlo.

SEÑOR OLESKER.- Voy a hacer un comentario y dos preguntas.

                El comentario es que todos los que han venido han insistido con que los desperdicios de alimentos van más allá del comercio y parece claro que esa parte del artículo 1.° se va a tener que trabajar y modificar. Ustedes mencionaban algunos y acá también se nombraron  a los productores agropecuarios.

                Las dos preguntas son sobre la cuestiones que dijo el señor Rey. No entendí lo del mercado negro y lo relativo a las devoluciones pactadas. ¿Qué es lo que hace específicamente el supermercado con los productos? Yo comparto que el vencimiento es una curva, ¿no? Entonces, no puede ser que un día esté bien y al otro día no lo esté. Entonces, en primer lugar, me parece razonable que alguien evalúe esa curva, pero además el gerente habló de las devoluciones pactadas. Quería profundizar sobre este tema y, por otro lado, no entendí por qué se generaría un mercado negro.

SEÑOR REY.- Por regla general, nosotros recibimos productos y si hay algo que se tranca hasta la venta, la empresa que nos vendió lo recibe nuevamente y nos genera una nota de crédito. O sea que el que se queda con ese producto final es la propia empresa que provee el producto.

El mercado negro funciona muchas veces cuando se elimina –sea con acetona o con alcohol, dependiendo de la tinta– la fecha de caducidad. Ese producto por regla general, después lo vemos en las ferias. Lamentablemente, en Uruguay, el 65 % de las ferias lo maneja el Ministerio de Economía y Finanzas y un 35 % lo maneja la Intendencia de Montevideo. Desde hace 20 años que venimos bregando para poder tener algún control ahí; nos hemos encontrado con que productos que a nosotros nos roban de las góndolas terminan ahí, en las ferias; productos que están sin fecha de vencimiento, terminan en las ferias; existe un mercado de venta de carnes que no tiene la cadena de frío correspondiente en las ferias, sobre lo cual venimos discutiendo.

Le puedo decir la respuesta que hemos tenido por regla general, en la Intendencia sobre todo. Se nos ha dicho que muchas veces ni con la fuerza pública pueden entrar en las ferias a controlar eso.

A su vez, la asociación está trabajando con el INAC también en ese tema.

Ese mercado negro es de productos vencidos que son comercializados sin la fecha de vencimiento, y genera un volumen de ventas tal que después terminan robándonos para seguir funcionado. Eso es lo que nosotros vivimos permanentemente.

Es difícil de frenar; es difícil de controlar. Es caro controlarlo, también. Pero nuestro miedo es: depende de quién retira el producto y cuál es el destino que se le da. Ahí es donde tenemos nuestra preocupación.

En el sistema argentino la propia empresa recibe, reprocesa, cambia el packaging –lo lleva a un envase más grande, a un envase sin marca–, para poder entregarlo a algún lugar y que no se genere el mercado negro.

                No quiero decir que suceda, pero hemos escuchado que llegan productos a un lugar y después se venden por ahí. Pasó en las primeras semanas con el alcohol en el Pereira Rossell, en el Pedro Visca. Llegaban los camiones con alcohol, y a los dos días ya no había más y se vendía por Internet. Esa es una realidad que vivimos en el mundo de hoy.

                Nuestra preocupación, entonces, es que se genere ese mercado negro y, en definitiva,  que  haya productos que, sin que pueda saberse cuál es su curva de caducidad, lleguen al consumidor.

SEÑORA SANGUINETTI.- Ante todo, muchas gracias por la visita.

                Quisiera hacer una pregunta bien puntual. Nuestros visitantes mencionaron la ley francesa y trajeron esta ley argentina. Me gustaría saber si hay alguna otra legislación que para ustedes sea modelo, o si nos concentramos, como insumos, en estas dos.

SEÑOR MENÉNDEZ.- Trajimos la ley argentina más que nada por un tema de idiosincrasia rioplatense.

                El otro día vi un programa de televisión sobre un banco de comida en Canadá. Podría comentarles cómo trabajan ellos, pero es imposible hacer ese banco de comida en Uruguay. Tiene freezers, cámaras de frío, camiones, equipamiento. La forma como levantan la mercadería es imposible de replicar en Uruguay. Entonces, trajimos la ley argentina porque en esto nos podemos parecer. Estamos a años luz de parecernos a Francia o a Alemania. De manera que esto es lo más práctico.

                No hay que olvidarse de que si bien Montevideo –que es donde está la mayor concentración de gente– es un departamento chico, la logística del piqueo de la mercadería es costosa y no hay tantas ONG para poder hacerlo. Y uno tiene acá, por ley, que obligarse a firmar un convenio y a dejar la mercadería en la puerta. Pero ¿qué pasa si no viene porque no consiguió el camión o porque no puede pagar? Consideramos que la ley argentina es la que más se adecua a la situación nuestra. Por eso la trajimos.

SEÑORA SANGUINETTI.- Pido disculpas porque quizás no fui clara. Justamente la pregunta era considerando nuestra cultura. O sea que estamos alineados.

SEÑOR MENÉNDEZ.- Exacto.

SEÑOR PRESIDENTE.- Si nadie tiene más preguntas, agradecemos la presencia de la delegación de la Asociación de Supermercados del Uruguay y les adelantamos que estos insumos van a ser utilizados en los próximos pasos.

 

(Se retira de sala la delegación de la Asociación de Supermercados del Uruguay).

 

(Ingresa a sala una delegación de CanastasUY).

 

                –En nombre de la Comisión de Salud Pública damos la bienvenida a una delegación de CanastasUY, a quienes con mucho gusto les ofrecemos la palabra.

SEÑOR OITABEN.- Ante todo, de parte del equipo de CanastasUY queremos agradecerles por la invitación, que realmente nos honra.

                En primer lugar, queremos hacerles una confesión sincera: ninguno de nosotros somos especialistas en el rubro alimenticio. Lo que nos unió fue, con el corazón de la mano, como ciudadanos, una emergencia alimentaria que nos interpeló a la acción.

                Somos de rubros distintos, y nos encontramos en este mundo de CanastasUY, que tiene cuatro meses ya. Hemos entregado más de 200.000 canastas. Ahora Soledad Ferraro va a contar cómo empezamos, pero queremos ser sinceros en cuanto a que no tenemos la capacidad, el expertise, para decir si este proyecto de ley es bueno o malo. Sí creemos que está bueno que se hable del tema. Como uruguayos nos interpela que no es un tema de que no hay recursos, sino que están mal distribuidos. Entonces, desde ahí hay que trabajar para lograr que no falte un plato.

SEÑORA FERRARO.- CanastasUY surge cuando Juan Balsa y su esposa tuvieron la inquietud de cómo podían ayudar en la situación de emergencia que en ese momento estaba empezando.

                Es así que se ponen en contacto con Ruben Moreno, alcalde de Colonia Nicolich, para averiguar cómo se podía dar una mano y cuáles eran las necesidades, y en ese momento les responde que se necesitaban unas canastas.

                Después la demanda comenzó a ser mayor y ellos empezaron a llamar a amigos, a Joaquín, a Santiago, a vecinos. Así se fue formando esta gran familia –como me gusta decir a mí– en que se ha transformado CanastasUY.

                Nuestro único objetivo es poder ponernos en el lugar del otro y que no le falte un plato. Así fue cómo surgió esta idea. En un primer momento se atendieron las necesidades de Colonia Nicholich; después, llegamos al Cerro; luego, a Centro Providencia; más adelante, a Madres de la Cruz, y así se fueron sumando lugares hasta que se llegó a los 19 departamentos. Es una ayuda constante que llega a todo el Uruguay.

SEÑOR BALSA.- Lo que nosotros buscamos con esto era cubrir puntualmente la emergencia alimentaria que generó la pandemia. El único objetivo que tenemos es cubrir esta emergencia alimentaria para que no falte un plato. Pero no sabemos cuál va a ser la continuidad de CanastasUY. Estamos tratando de definirla.

                Obviamente, nos imaginamos cómo seguir ayudando desde ese lado, y entendemos el alimento como un vehículo para poder lograr otras cosas. Esto es lo que nos ha demostrado este proyecto. El alimento nos ha dado un pasaporte a la gente que lo necesita y que está dispuesta a reicibir otras cosas, porque a veces en algunos lugares eso está cubierto.

                En ese sentido, creo que hemos logrado un cambio a nivel social –por lo menos en nuestro entorno– en lo que es la donación o la empatía, el ponerse en el lugar del otro. Considero que eso ha generado algo positivo.

                Son activos que hemos logrado y estamos dispuestos a continuar bajo ese esquema.

                Obviamente, tengo entendido que nos invitan a hablar sobre el proyecto de ley, pero, más allá de que lo hemos leído, nuestra idea era ponerlos en contexto de cómo había surgido CanastasUY.

                Fue todo muy rápido. Fueron cuatro meses de mucha intensidad, generando 5000 canastas diarias. Eso, sin lugar a duda, nos pone en un lugar de mucho vértigo, porque somos un grupo de seres humanos que de un día para el otro armamos una empresa, una compañía, que generaba 5000 canastas diarias de alimento. Esas canastas diarias eran para tres días de alimento de una familia tipo de cinco chicos.

                En ese sentido, nos pusimos en un lugar en que estamos dispuestos a colaborar. Quizás podamos ubicarnos en el lugar donde el Gobierno o el Poder Legislativo nos indique que podamos llegar a ser útiles desde el sector privado, que es el objetivo de CanastasUY. O sea, hoy no solo venimos a tratar de explicar nuestra visión o por lo menos lo que interpretamos, sino también a ponernos a las órdenes para poder colaborar desde el sector privado en esto que nos mueve a todos, que es tratar de que la gente esté bien y pueda tener las mismas posibilidades.

SEÑOR OITABEN.- Podríamos haber hablado media hora de estos cuatro meses, porque hay historias increíbles, pero el objetivo tampoco es robarles mucho tiempo. De manera que estamos a las órdenes para ayudar y responder las consultas que crean pertinentes.

SEÑORA ASIAÍN.- Felicitaciones por la labor que hacen.

                Me gustó mucho esa idea de no solo atender lo material, sino a toda la persona. Creo que esto transforma no solo al destinatario, sino también al donante.

                Quiero hacerles una consulta bien puntual. ¿Ustedes cuentan con algún depósito? ¿Dónde almacenan? Porque es una cuestión logística que hay resolver con esa cantidad de canastas que arman.

SEÑOR BALSA.- El colegio Ivy Thomas, en Camino de los Horneros, nos prestó las instalaciones cuando estaba cerrado. Arrancamos ahí durante dos meses y medio. Y cuando había un ruido de que comenzaban de vuelta las clases, el LATU nos ofreció un depósito en el que nos instalamos y hoy tenemos unas oficinas. Allí hay un contenedor, donde trabaja un equipo administrativo de tres personas, y todo un depósito grande, donde se están produciendo todos los días hoy alrededor de 500 canastas.

SEÑORA SANGUINETTI.- Quiero darles la bienvenida y agradecerles por estar acá. Habíamos escuchado a algunos de ustedes en la prensa y creo que para todos hoy es un gusto recibirlos.

                Me parece que en lo que ha sido esta pandemia, ustedes son una de las tantas caras en donde uno puede concretar eso de la luz del Uruguay, en esto de que sociedad civil, Estado y sector privado tenemos que demostrar que podemos hacer, desde mi punto de vista, muchas más sinergias que la que estamos haciendo ahora.

                De manera que, más allá de este proyecto, en el futuro creo que ahí queda una puerta abierta para seguir profundizando. Me da la impresión de que tenemos bastante camino por recorrer en eso.

                Muchas gracias.

SEÑOR OITABEN.- Nosotros en CanastasUY algo que logramos fue trabajar en comunión  permanentemente con las otras ONG. Por ejemplo, hemos entregado canastas a más de 150 organizaciones sociales. O sea, hemos llevado canastas a ollas populares, a Techos, a Nada Crece a la Sombra, a parroquias, a trabajadoras sexuales, a las cárceles, al ejército. No nos importa a quién se entregan las canastas; lo que nos importa es que no falte un plato.

                Entonces, quizás desde ese ese lugar puedan encontrar en CanastasUY un socio a la hora de generar una comunión con ONG que se puedan arrimar a colaborar con esta ley, a la hora de la ejecución, más que nada.

SEÑOR PRESIDENTE.- ¿Cómo obtienen ustedes los insumos para las canastas? ¿Cuál es la vía de ingreso?

SEÑOR BALSA.- Se juntaron alrededor de USD 1:500.000 en estos cuatro meses, auditados por Guyer & Regules. Y eso se logró a través de la sociedad en sí misma, o sea, el movimiento de la sociedad fue mayormente el donante. Después hubo donaciones de empresas, pero realmente fueron las menos.

                En definitiva, se trata de recaudación de gente que se puso en el lugar del otro y comenzó a donar. Como decíamos al principio, creo que la sociedad en sí misma generó un cambio al ponerse en el lugar del otro en ese momento. Entendió lo que nosotros estábamos trasmitiendo, en el sentido de que había un problema, una crisis alimentaria, y realizó esas donaciones. El 99 % de las donaciones –tenemos alguna donación  específicas de alimento para celíacos– han sido de la gente más que de empresas.

SEÑOR PRESIDENTE.- Entonces, ¿cómo los afecta este proyecto de ley?

SEÑOR BALSA.- Para nosotros, este proyecto de ley es algo nuevo.

Hemos tenido bastante sinergia con el Banco de Alimentos, porque nos pusimos a la orden para trabajar con ellos. Lo que sucedió fue que en determinado momento nos empezaron a llamar para hacer donaciones de alimentos que no podíamos poner en las canastas –como huevos, carne, pescado o pollo– y, por tanto, decidimos ponernos en contacto con el Banco de Alimentos para enviárselos a ellos.

                Tal como estamos estructurados y funcionando hoy, este proyecto de ley no nos afecta en nada. Sí vemos dos cosas.

 En primer lugar, me parece interesante y positivo que se pueda llegar a donar esa cantidad de alimentos –como figura en el documento que leí– que hoy termina en la basura.

Por otra parte, por lo que he investigado, me hace ruido el hecho de que no vaya a generar un problema a nivel de la industria. Por ejemplo, nosotros estamos yendo a tres asentamientos del Cerro todos los domingos, en una experiencia piloto. La primera semana llevamos ropa y comida y vimos que la necesidad de la ropa era mucha y la de la comida también. Pero hace dos semanas nos dijeron que no fuéramos porque había lío. O sea que la necesidad se cubre hasta cierto punto y después empieza el mercado negro de alimentos, que puede afectar a la industria y al comercio.

Es decir que está buenísimo, siempre y cuando esté regulado con algún parámetro para tratar de evitar algo que puede llegar a ser un problema. Si está regulado, me parece que hay lugares en los que hay mucha necesidad y hay que tratar de arrimarse, justamente, para que no le falte ese plato de comida a quien no tiene recursos para obtenerlo. Cuando se tira comida a la basura, es un desperdicio que a uno le cuesta entender.

SEÑOR OLESKER.- Quiero decir que este es un proyecto que va más allá de la emergencia alimentaria; pretende resolver un problema más estructural de la distribución de los alimentos y tiene tres componentes: los que lo producen, los que lo consumen y, en el medio, los intermediarios, en el buen sentido.

                Entonces, me parece que con el trabajo que han realizado y los vínculos que han gestado, ustedes perfectamente podrían ser parte activa en ese proceso de intermediación. Como usted decía, la parte de alimentos se regula, aunque otros invitados nos han dicho que el proyecto de ley tiene algunas debilidades regulatorias y seguiremos trabajando en ellas.

En cuanto a la población que los requiere, hay una base de datos relativamente importante y ustedes mismos la han mejorado con este trabajo. Entonces, la clave de este proyecto de ley es mejorar la eficiencia entre ambas partes y me parece que quienes han trabajado en esto con un objeto exclusivo, que era la emergencia alimentaria, tienen buenas condiciones para hacerlo. No me refiero solo a ustedes, porque seguramente hay otros, pero va a requerir un esfuerzo importante y, por eso –ya se respondió a esa pregunta–, hay que tener en cuenta el tema del financiamiento. Con este proyecto no se pretende una intermediación voluntariada, porque eso termina no funcionando. Entonces, también es importante que las estructuras de intermediación tengan cierto grado de consolidación, funcionamiento y, obviamente, financiamiento, que podrá dar el proyecto.

Quería resaltar esto porque creo que ustedes están en buenas condiciones como para insertarse en lo que plantea este proyecto, más allá de que ingresaron a este trabajo por razones distintas.

SEÑOR BALSA.- En ese sentido, creo que nosotros tenemos que participar de esto. Es atractivo y cualquiera de nosotros estamos aquí para quedarnos en este trabajo.

De todos modos, pensamos que la sociedad se comportó de cierta forma porque estábamos cubriendo una emergencia alimentaria, lo que hizo que pudiéramos recaudar mucho dinero. A mi gusto, tenemos que buscar un modelo no asistencial, que sirva como vehículo para lograr otros objetivos. En definitiva, la idea es dar posibilidades de trabajo y otras herramientas a la gente, y que el alimento funcione como un vehículo.

Entonces, nosotros podemos llegar a ser receptores de alimentos a través de este proyecto de ley. Esto nos permitiría eliminar un problema que es el de cómo conseguir el alimento y solamente deberíamos conseguir el dinero necesario para mantener el alimento en cámaras frigoríficas o almacenado en determinado lugar.

                Sin dudas, el desafío es atractivo, pero tendríamos que recurrir a la sociedad para que aporte sin que la iniciativa se convierta en un modelo asistencial y sí permita lograr valor agregado.

SEÑORA TOPOLANSKY.- Creo que estamos en una situación que todos esperamos que sea transitoria. No obstante, hay dos problemas de fondo; uno de ellos es que en el mundo –y Uruguay no escapa a eso– hay desperdicio de alimentos, incluso en países no desarrollados.

Entonces, eso genera una cantidad de preguntas en cuanto a cuáles serían los caminos de aprovechamiento. Por ejemplo, también hemos conversado acerca de la transformación de alimentos que están en determinado estadio y que pueden servir tanto para animales como para fertilización. Ese es otro derivado, que está en un estadio diferente que el de la emergencia alimenticia.

Pienso que lo que aquí importa es que esta iniciativa pueda generar una conciencia colectiva acerca de que no hay que tirar comida, por decirlo de un modo sencillo. Además, es cierto que es un vínculo para otras cosas, porque en las reuniones que hemos tenido vemos que hay otras necesidades y también oportunidades.

                Hay que tener presente que las leyes pueden ser evolutivas y este puede ser un primer escalón, al que le siga una ley posterior, de acuerdo con lo que nos vaya pidiendo la realidad.

Por eso, del aprendizaje que se ha hecho en estos cuatro meses –porque hay mucha gente, por suerte, que se dedicó a ayudar–, hay que sacar conclusiones que puedan enmarcarse en el proyecto de ley –que, como señaló el senador Olesker, va más allá– y nos permitan canalizar.

Creo que todos los proyectos deben dejar un después, diría, porque eso nos va a mejorar como sociedad. Esto tiene una importancia muy grande; hay que cuidar que no llegue cualquier cosa al destinatario final y que no se perjudique al comerciante que está en el medio y vive de vender un producto, así como también tener en cuenta al inicial, ya sea un productor rural o un industrial. El proyecto de ley a lo que tiende es a ordenar ese mundo. Es bueno escuchar a toda la gente que tuvo dificultades, y los desafíos aparecen en la práctica.

SEÑOR OITABEN.- La senadora Topolansky hablaba del día después y eso es lo que nos interpela más al día de hoy. Al principio de la emergencia el modelo era claramente asistencialista y estamos felices con eso, porque a la gente con hambre había que darle un plato de comida y se acabó. Hoy en día lo que queremos es dar algo más, así que estamos más que a disposición, como ya ven, para dar ese debate juntos, tanto nosotros como Gastronomía Unida, Redalco y Banco de Alimentos. Creo que podemos juntarnos y ver cómo seguimos para adelante.

                Si se me permite, en lo personal, por la experiencia de CanastasUY, quisiera hacer una sugerencia –nunca daría un consejo–: que la persona que genera la donación tenga claro cuál será el impacto. Para nosotros –estoy seguro de que hablo en nombre de todo el equipo– uno de los éxitos de CanastasUY fue que estaba bien claro que si el ciudadano donaba $ 250 había una canasta de alimentos para una familia de cuatro a seis personas que comía durante tres días; ¿me explico? Era como muy claro. No juntábamos en un fondo para comprar una máquina que iba a procesar un alimento, sino que yo ponía $ 1.000 y con eso cuatro familias comían durante tres días; era muy fuerte. Nos pasó que luego de una nota en televisión el camarógrafo se acercó y nos dijo: «Tomen, para una canasta». Creo que está bueno, quizás, que a la hora de la aplicación de la ley el comerciante no sienta que lo obligan a algo, sino que sepa que al hacer esa donación tantas familias se beneficiarán. Ese fue uno de los grandes éxitos que tuvimos con CanastasUY.

SEÑOR TOPOLANSKY.- Se ha dicho algo muy importante. Hay otros sectores, como el de los celíacos, que tienen enormes dificultades, más aún en estas crisis. Ahí también se abren otras patas. La comida de los celíacos es carísima.

SEÑOR BALSA.- Y la de los diabéticos, también. Es un alimento mucho más caro aunque, obviamente, en la proporción son muchos menos. Con una ley así sería bastante fácil subsidiar a esa gente para que puedan pagar el kilo de arroz al mismo precio que lo paga una persona que no padece una enfermedad. Si eso pudiera contemplarlo la ley sería muy interesante.

                Estamos abiertos a seguir trabajando en esto. Tenemos un proyecto paralelo que me interesa comentar porque puede generar algo a futuro, sobre lo que sería bueno tener alguna otra instancia de este tipo. No sé si es el ámbito, pero podemos plantearlo.

                Nosotros estamos trabajando con asentamientos hace prácticamente tres meses; estamos acompañando y tratando de evaluar tres asentamientos en el Cerro: uno es el asentamiento «Del Che», otro es el asentamiento 3 y del último no recuerdo el nombre. Estamos yendo a ver la problemática que tienen y tratar de definir cómo ayudarlos a una transición para salir del asentamiento hacia una vivienda digna. Utilizando al alimento como un vehículo, queremos intentar buscar herramientas para relevar a la gente y armar un programa, así como lo tiene Mevir. La idea es intentar ordenar ese asentamiento para poder armar un caso de éxito y poder replicar el modelo en distintos asentamientos que hay en el Uruguay. Obviamente, el alimento como vehículo es el principal camino hacia eso.

                Es un proyecto que en alguna instancia nos gustaría hablarlo –no sé con quién correspondería– porque estamos bastante comprometidos con ese camino. De hecho, ya hay una chica –contaré una anécdota breve– llamada Paola que es la que lidera uno de los asentamientos en el Cerro y que ya está trabajando con nosotros; la hemos sumado al equipo. Es una chiquilina que uno no entiende cómo terminó en un asentamiento, porque tiene todas las capacidades para poder estar en otro lugar si hubiera tenido otras oportunidades. Seguramente las va a tener, porque su liderazgo, su compromiso y su forma de ser harán que pueda ser factor de cambio no solo para su asentamiento, sino también para otros.

                Sabemos que esta Comisión de Salud Pública está discutiendo este proyecto de ley, pero nos parece interesante ver la posibilidad de ordenar algo de eso.

SEÑOR PRESIDENTE.- Sin lugar a duda, toda esta problemática tiene varias aristas; no es solamente la alimentación. Es todo un combo que hay que considerar a la vez.

                Si nadie desea hacer uso de la palabra, solo nos resta agradecerles la presencia y decirles que tomaremos en cuenta los insumos que nos han proporcionado.

SEÑOR OITABEN.- Brevemente, quiero acotar que lo que nos une hoy es la Comisión de Salud Pública; por lo que ustedes están trabajando todos los días, a nosotros nos une dar una mano. Entonces, cuenten con nosotros para otras ideas que tengan. Acá, más allá de la alimentación, hay un grupo de ciudadanos que hemos demostrado ser muy eficientes y transparentes. Entonces, para las ideas que tengan con respecto a la sociedad civil, ya sea por temas de vivienda, cárceles, alimentos, cuenten con nosotros como grupo humano para apoyar al Gobierno, del color que sea, porque queremos un mejor país, con el que soñamos todos los días.

SEÑORA FERRARO.- La finalidad es ponernos un poquito en el lugar del otro y hacer una sociedad más justa, que todos tengamos mejores oportunidades. Es nada más que eso; no tenemos otra finalidad. Para eso estamos unidos.

SEÑORA TOPOLANSKY.- En la Comisión de Vivienda y Ordenamiento Territorial tenemos a estudio algunas cuestiones relacionadas con asentamientos y capaz podamos ahí conversar con ustedes, hacer alguna conexión.

SEÑOR OITABEN.- Espectacular.

SEÑOR PRESIDENTE.- Muchas gracias nuevamente.

(Se retira de sala la delegación de CanastasUY).

 

(Ingresan a sala estudiantes de medicina).

                                –La Comisión de Salud Pública del Senado da la bienvenida a una delegación de estudiantes de medicina.

SEÑORA KENNY.- Somos estudiantes de la Facultad de Medicina de la Udelar. Ingresamos el 1.° de agosto al Ciclo Internado Rotatorio Obligatorio y el tema que nos trae es el siguiente: de 579 compañeros que ingresamos hay 196 que no reciben remuneración. Como hemos hablado con algunos senadores consideramos que es una situación completamente injusta: no reciben salario ni seguridad social. Estamos en un año de pandemia y en el que se vota la ley de presupuesto. Por lo tanto, entendimos que era una oportunidad para tratar el tema y para que se solucione estructuralmente ya que esta situación no es nueva sino que se arrastra desde hace algunos años; normalizamos algo que no está bien. Nos tocó a nosotros darnos cuenta de que teníamos que hacer algo para que a las autoridades que les corresponde solucionar esto se sienten a hablarlo y a discutirlo. Año a año ha habido reclamos de la asociación de estudiantes y la Facultad consigue, dos, tres, cinco o diez cargos, pero crece mucho más la cantidad de alumnos que los cargos. El año que viene van a ser  230 o 240. Por lo tanto, consideramos que es el momento de prestar atención a esta situación y buscar soluciones.

SEÑOR PRESIDENTE.- ¿Cuál es el monto que recibe un internado?

SEÑOR PORTELA.- El monto que recibe cada interno depende de la institución en la que esté trabajando. Por ejemplo,  el Hospital de Clínicas tiene un sueldo, ASSE tiene otro y hay instituciones privadas que tienen otro tipo de sueldo. En el caso de ASSE son 256 cargos pagos y el sueldo nominal ronda en los $ 26.000 –con los descuentos quedan alrededor de $ 20.000 en la mano– por 44 horas semanales. En general son 24 horas en puertas de emergencia de las instituciones de todo el país.

                                El internado rotatorio obligatorio se divide en cuatro rotaciones de tres meses de duración y una de ellas hay que hacerla en el interior del país y las otras dos en centros universitarios  que están en Montevideo, Salto y Paysandú. Por lo tanto, implica no solo un gasto para la gente del interior que tiene que venir a Montevideo, sino también para los estudiantes de Montevideo que tienen que ir al interior. Además, hay hospitales en el interior del país donde ni siquiera se tiene en cuenta la estadía del interno. Entonces, eso implica que tengamos que pagar entre nosotros alquileres,  comida y viáticos. Por lo tanto, lo que pedimos es el sueldo de ASSE para que sea parejo para todos porque hacemos la misma cantidad de horas y tenemos las mismas obligaciones e incluso podemos ser denunciados por mala praxis. Sin embargo,  hay compañeros, colegas, que no reciben remuneración por la tarea que están brindando, que es una asistencia; lo que nos separa del título de médico es simplemente un año de la carrera, porque nos exigen los exámenes y tener todos los cursos aprobados para poder hacer el internado.

SEÑOR PRESIDENTE.-  Ahora bien, presupuestalmente esto tendría solución a partir del 1.º de enero y entiendo que ustedes empiezan el internado ahora, el 1.º de agosto, así que habría algunos meses que no estarían ni siquiera incluidos en el presupuesto.

SEÑOR PORTELA.- Nosotros vemos esto como un único problema, pero con dos soluciones posibles. La primera sería a través del presupuesto, que es la manera de solucionar no solo a nuestra generación sino también a todas las que vienen. También tenemos el problema de que nosotros ya arrancamos el sábado; pase lo que pase, el 1.º de agosto ya arrancan los internos hasta el 31 de julio del año que viene. Entonces, en este contexto de pandemia en el que también nuestras familias se están quedando sin trabajos y están yendo a seguro de desempleo con menos remuneración, ¿qué hacemos nosotros con ellas? Por eso, mientras tanto, queríamos pedir una partida de emergencia u otra forma de remuneración para estos 200 compañeros que quedan sin sueldo. Más o menos, sacando las cuentas en el aire, serían unos 100.000 dólares mensuales que se estarían necesitando para la cobertura de todos ellos pero, como les digo, no está estudiado bien el tema de aguinaldo y todas esas cosas, pero en números redondos la cifra andaría por ahí.

SEÑORA KENNY.-  Sería como una solución urgente y transitoria. También estamos en conversaciones con Fepremi –los prestadores del interior– que están muy dispuestos a generar nuevos cargos, por lo que en la segunda rotación ya no serían 200 las vacantes, sino menos. Entonces, pedimos esa partida de emergencia pero para que se vaya disminuyendo a medida que baje la cantidad de colegas que quedan sin remuneración.

SEÑORA TOPOLANSKY.- Es decir que estos internados tienen una fuente pública y una fuente privada.

SEÑOR PORTELA.- Sí.

SEÑORA TOPOLANSKY.- La fuente pública lo que podría ameritar es lo que se llama un «refuerzo de rubro». El presupuesto este año entra más tarde que en el resto del período, por lo que, aunque se ponga que entre en vigencia inmediatamente, una vez que esté aprobado –que es algo que se puede hacer– igual existe esa emergencia. De hecho, serían seis meses o un poco más, sin nada.

                                Debemos aclarar que esta es una comisión de salud y en realidad este tema es mucho más para la comisión de presupuesto que va a encarar ahora el presupuesto nacional y tiene la posibilidad de conversar con el Poder Ejecutivo. Nosotros no tenemos iniciativa económica, pero sí podemos conversar y hacer una minuta de comunicación o un planteo para que se cubra esto. Lo que se puede hacer es trasladar la versión taquigráfica de esta comisión a la comisión de presupuesto o que ustedes concurran a ella –ustedes deciden lo que les parezca mejor– para encontrar una solución transitoria –como dijeron ustedes– y después establecer una partida en el presupuesto, que debería tener una movilidad, porque nunca se sabe cuántos van a ser.

SEÑORA KENNY.- Se puede calcular.

SEÑORA TOPOLANSKY.-  Si hay una forma de estimarlo, la partida debería contemplar eso, porque es la única forma que tenemos de preverlo.

                                La conversación con la parte privada de la salud, ¿desde dónde se hace?

SEÑORA KENNY.- Desde la Junasa.

SEÑORA TOPOLANSKY.- Entonces, también habría que conectarse con ellos para ver cómo se puede desarrollar esa conversación, porque el sistema es uno solo: un sistema integrado de salud con  pata pública y pata privada.

                                Creo que es importante que esto quede para los compañeros legisladores que van a tratar el presupuesto, para lo definitivo.

                                En cuanto a lo otro, podemos conversar acá con los demás señores senadores la posibilidad de hacer una minuta de comunicación, solicitándole al Poder Ejecutivo ese puente, pero la parte definitiva tiene que hacerse en el presupuesto.

SEÑORA KENNY.- Si se puede solicitar la minuta de comunicación, ya es un paso.

                En cuanto al presupuesto, en el día de mañana tenemos una reunión con el señor senador Gandini, pero también hemos solicitado audiencia a la Comisión de Presupuesto.

SEÑORA TOPOLANSKY.- Eso es muy importante.

SEÑOR PRESIDENTE.- Gandini está en la Comisión de Hacienda.

SEÑORA TOPOLANSKY.- Pero la Comisión de Presupuesto y la Comisión de Hacienda trabajan juntas.

SEÑOR PRESIDENTE.- Estoy totalmente de acuerdo con lo que expresa la señora senadora Topolansky, en cuanto a que la minuta de comunicación debe salir de la Comisión de Presupuesto, pero podemos trasladar la versión taquigráfica a esa comisión, más allá de la reunión que ustedes mantengan.

SEÑORA ASIAÍN.- Pido disculpas pero tuve que ausentarme de sala durante un momento y quizás ya se expresó lo que voy a preguntar ahora. Quisiera saber por qué se produjo este desfasaje, esta carencia o esta falta de provisión de fondos en este momento. ¿Es algo que se repite año a año? ¿Esta cuestión se viene repitiendo desde el 2008 y no se previeron los fondos para el Ejercicio 2020?

SEÑORA KENNY.- Cuando se hizo obligatorio el internado en 1989, se determinó que todos los practicantes internos –con título habilitado por el MSP–, por tratarse de un trabajo,  tenían que ser remunerados. Con el correr de los años, aumentó el ingreso de la matrícula de estudiantes y a partir de 2008 empezó a haber cada vez más estudiantes. Incluso, hubo un pico en 2015 y se superpusieron dos generaciones en el internado porque hubo un cambio de plan, en el que se redujo un año la carrera. En ese momento, hubo un poco más de movimiento, pero nunca se llegó a contemplar a todos los estudiantes. Gracias a Dios cada vez hay más estudiantes universitarios. Hoy en día entran tres mil; la generación que entró al internado este año fue de mil cuatrocientos o mil quinientos y ahora están entrando tres mil. En estos años se duplicó.

                                Entonces, por un lado eso está bárbaro, pero nunca se contempló la posibilidad de crecimiento y que por lo tanto se debían buscar puestos en mutualistas o en el interior, así como un mayor presupuesto. En definitiva, esa flexibilidad que tiene el presupuesto quinquenal para adaptarse año a año, no se contempló.

SEÑORA ASIAÍN.- Integro la Comisión de Presupuesto, así que me voy a enterar si comparecen.

SEÑORA SANGUINETTI.- Justamente preparando la reunión de hoy vi lo que pasó en el 2015 y demás. Es así que quisiera saber qué respuestas recibieron en años anteriores porque ya llevan muchos años con este tema. Claramente, si hoy están aquí es porque no han habido respuestas satisfactorias.

SEÑORA KENNY.- Lo que nosotros conocemos es la historia de quienes hoy ya son médicos. Sabemos que se hizo el reclamo a nivel gremial, ante la Udelar, ante el consejo de la Facultad de Medicina y ahí se lograron algunos cargos, pero no sabemos muy bien cómo fue la interna. Cuando este año planteamos hacer un llamado de atención y una movida para lograr que todas las autoridades estuvieran al tanto de esta problemática – económicamente hablando es realmente importante que doscientos trabajadores de la salud queden en la calle; el trabajo se va a cumplir igual, nadie se da cuenta de quién está remunerado y quién no porque el compromiso del practicante interno es siempre el mismo y es fuerte, sea remunerado o no– encontramos respuestas en todos los ámbitos en los que nos hemos presentado.

SEÑOR PORTELA.- Quiero recalcar que nosotros somos estudiantes de medicina, somos representantes de la generación actual que va a cursar el internado de medicina, pero no pertenecemos a ningún gremio ni hacemos política partidaria. Nosotros estamos acá hoy porque lo creemos injusto y queremos subsanar esto de una vez por todas. Queremos encontrar una solución estructural para este problema pero no solo por nosotros sino por todos los que van a pasar por esta situación en el futuro.

SEÑORA KENNY.- De hecho nosotros no somos nada; simplemente nos juntamos para este tema y la generación se unió como nunca antes porque los comentarios que nos hicieron los que pasaron por esto en años anteriores es que solo seguían la pelea quienes no estaban remunerados, cosa que no está sucediendo este año en esta mesa y tampoco el otro día cuando fuimos a la plaza. Todos estamos en la misma, ayudamos para hacer la comunicación en las redes y salir en los medios. Tanto quienes reciben remuneración como quienes no, estamos muy alineados y unidos porque no buscamos la división ni bandera política sino que se trata de justicia para el trabajador sin importar qué color tenga.

SEÑOR PRESIDENTE.- En el pasado, algunos médicos ya recibidos, ¿quedaron sin la remuneración durante el año de internado? ¿Hicieron su trabajo durante todo ese año sin percibir nada?

SEÑOR PORTELA.- Sí, hay algunos casos y este número ha ido creciendo cada vez más. Quizás por eso ahora se hace más visible para nosotros y para todas las generaciones posteriores a la nuestra.

SEÑOR OLESKER.- Integro la Comisión de Presupuesto cuya presidencia ocupa el señor senador Penadés y por eso me gustaría conocer algunos números. Se dice que la generación abarca a 580 estudiantes y que 196 no tendrían financiamiento. A su vez, se dice que ASSE tiene 256 cargos. ¿Los 196 que faltan son cargos de ASSE?

SEÑORA KENNY.- No, también están los 93 del Hospital de Clínicas, 15 de la Intendencia…

SEÑOR PORTELA.- Mi compañera está hablando de los remunerados. En el sector son 256 en ASSE, 93 en el Hospital de Clínicas, 15 en convenio de la Facultad de Medicina con la Intendencia de Montevideo, 16 en convenio con la Asociación Española, 2 en convenio con el Hospital Británico y 2 más en convenio con Fepremi. Con respecto a esto último, estamos en conversaciones con Fepremi para aumentar ese cupo en todas las mutualistas del interior.

SEÑOR PRESIDENTE.- Entonces, a ASSE irían a trabajar los 252 más los 196.

(Intervenciones fuera de micrófono).

SEÑORA TOPOLANSKY.- ¿Y el SMU no dice nada de esto?

SEÑORA KENNY.- Estuvimos en reuniones con ellos pero no concretaron nada hasta ahora. De hecho, dijeron que es la primera vez que se ocupan de los internos, teniendo reuniones. Nos dijeron que iban a trabajar en la búsqueda de cargos…

SEÑOR OLESKER.- La suma de lo que se acaba de detallar da un total de 384 y quedan 196.

SEÑORA KENNY.- Esos 196 restantes se reparten entre ASSE y el Hospital de Clínicas.

SEÑOR OLESKER.- Entonces, los 196 son públicos.

SEÑORA KENNY.- Sí.

SEÑOR OLESKER.- Para estos 196 debería haber una partida de refuerzo presupuestal, más o menos la mitad para ASSE y la otra mitad para el Hospital de Clínicas.

SEÑOR PORTELA.- Lo que sucede es que esto implica rotación cada tres meses y por lo tanto ese número va cambiando.

SEÑORA KENNY.- También está el Hospital Militar y el Hospital Policial, que no dan remuneración. Incluso, si el estudiante ya es remunerado y rota en uno de estos hospitales, pierde la remuneración.

SEÑOR PORTELA.- Lo que sucede es que se lo considera un cargo honorario. Hay colegas a los que les interesa rotar en estos hospitales porque quieren hacer una especialización que no está disponible en el Hospital de Clínicas o en ASSE y que además pueden darse el lujo de no percibir un sueldo.

SEÑORA TOPOLANSKY.- Quiere decir que eso no es independiente del lugar donde uno vaya a parar. Lo ideal sería que fuera independiente.

SEÑOR PORTELA.- Independiente o lo mismo para todos, pero eso no es así.

                SEÑORA TOPOLANSKY.- Uno puede aterrizar en oncología porque le interesa ese lugar o en otro lado...

SEÑOR PORTELA.- Por ejemplo, en el Hospital de Clínicas son 20 horas de guardia en el servicio y 24 horas de puerta de emergencia. Independientemente de la tarea que hagamos, como mínimo hacemos 24 horas de puerta de emergencia, tanto en el Hospital de Clínicas como en el resto del territorio nacional.

SEÑORA KENNY.- Otro dato es que en el caso de la intendencia son becas. Entonces, si uno tiene un trabajo paralelo y toma uno de los cargos de la intendencia, no puede cobrar, porque ya tiene un trabajo.

SEÑORA TOPOLANSKY.- Es decir que el formato jurídico es una beca.

SEÑORA KENNY.- En los 15 cargos de la intendencia, sí.

SEÑOR PORTELA.- Solo en la Intendencia de Montevideo.

                Quiero aclarar que nosotros venimos acá y pedimos el sueldo no solamente por el tema económico, sino por el tema de seguridad social que implica todo eso. Me refiero a las enfermedades laborales a las que estamos expuestos en nuestra tarea como médicos.

SEÑORA ASIAÍN.- Pido disculpas pero integro la Comisión de Constitución y Legislación, de manera que me tengo que retirar.

SEÑOR PRESIDENTE.- Les adelantamos que vamos a trasladar la inquietud a la Comisión de Presupuesto, más allá de la reunión que nuestros invitados puedan tener en ese ámbito.

SEÑOR PORTELA.- Les agradecemos porque a partir del sábado también vamos a estar con el tiempo acotado, realizando las tareas que nos corresponden.

SEÑOR PRESIDENTE.- ¿Los 196 practicantes internos que no perciben ingresos son los últimos en cuanto a calificaciones? ¿Cómo es el criterio? ¿Por qué quedan atrás?

SEÑOR PORTELA.- El criterio que se utiliza, por lo general, es una prueba, que vale 70 % para armar un ranking, y la escolaridad. Es un concurso público de ASSE, o sea, es ASSE quien se encarga de armar el ranking.

                Este año, en un contexto de pandemia, no estaban dadas las garantías para hacer una prueba, porque había que juntar a 580 personas en un mismo lugar, con el mismo tiempo. Entonces, la prueba se anuló y se pasó a tomar solamente la escolaridad como válida para el 100 % del ranking.

                A su vez, el año pasado, en la última sesión del Consejo de Facultad de Medicina, se cambia el criterio de escolaridad para el internado. Antes se tenía en cuenta la escolaridad entre cuarto y sexto año de la carrera de doctor en medicina, y actualmente se tiene en cuenta desde el primer año de facultad. Esto también implica un cambio en las reglas de juego cuando ya estábamos cursando, porque hay compañeros que trabajaron y descuidaron quizás en otras cosas los primeros tres años de la carrera, pensando en que eso no iba a tener relevancia hoy en los números. Pero al final del año pasado se votó que se tomara en cuenta desde primer año de facultad y, además, como dije recién, no tuvimos prueba. Y la prueba hace que el sistema sea más justo, aunque quizás la palabra no es «justo», porque siempre se mantiene la injusticia de que tenemos las mismas obligaciones, hacemos las mismas tareas, tenemos la misma carga horaria y corremos los mismos riesgos. Entonces, de pronto un colega que está al costado de otro no cobra, aunque está haciendo la misma tarea y también está enamorado de lo que hace, porque por algo elegimos esto.

SEÑORA LAZO.- ¿Ustedes dicen que de todo ese rango de cupos, solamente dos estarían reservados al ámbito de los prestadores privados?

SEÑOR PORTELA.- No; son 20, de los cuales 16 son de la Asociación Española y dos son del interior.

SEÑORA LAZO.- Parecería que hay un horizonte amplio desde el punto de vista de apostar a que los prestadores privados logren conveniar.

SEÑOR PORTELA.- Estamos trabajando con Fepremi. Empezamos a trabajar en esto desde hace dos o tres meses, pero llegamos tarde. Fepremi va a poner más cargos a disposición. Lo que pasa es que por los tiempos burocráticos, van a entrar recién para la segunda rotación. Pero es un tema a explorar también en el sector mutual en Montevideo y área metropolitana. Este número va a ir incrementándose año a año y van a tener que encontrar lugar donde ubicar a todos estos practicantes internos, porque ya tenemos el título habilitante del Ministerio de Salud Pública.

SEÑOR PRESIDENTE.- Agradecemos, entonces, a la delegación de practicantes internos que nos ha visitado, y veremos qué podemos hacer al respecto.

SEÑOR PORTELA.- Muchas gracias por recibirnos.

SEÑOR PRESIDENTE.- No habiendo más asuntos, se levanta la sesión.

(Son las 15:03).

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Montevideo, Uruguay. Poder Legislativo.