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COMISIÓN DE ASUNTOS LABORALES Y SEGURIDAD SOCIAL

(Sesión celebrada el día 2 de julio de 2020).

 

SEÑOR PRESIDENTE.- Habiendo número, está abierta la sesión.

(Son las 15:45).

 

(Ingresa a sala una delegación de trabajadores de los peajes).

 

                –Es un gusto recibir a Rossana Medina, Leticia Vitureira, Pablo Argenzio y Lourdes Otero, en representación de los trabajadores y las trabajadoras de los peajes.

SEÑOR ARGENZIO.- Buenas tardes.

                Mi nombre es Pablo Argenzio y soy integrante de la dirección del Sunca.

                Ante todo, quisiera agradecer a las señoras y señores senadores por la posibilidad de estar participando en la Comisión de Asuntos Laborales y Seguridad Social.

                Como integrantes del Sunca, de una rama de actividad del sector peajes, pedimos esta reunión como consecuencia de unas declaraciones que hizo hace un par de meses el actual ministro de transporte, el señor Heber, en las que realizó algunos planteos sobre el costo que tenía el salario de los trabajadores en el costo operativo para el Estado del peaje. En sus declaraciones se veía como una posibilidad cierta la cuestión de la automatización total de los peajes, dejando sin trabajo a 348 trabajadores, de los cuales más del 95 % son trabajadoras mujeres jefas de hogar. Por otro lado, más de un 60 % de estas compañeras están en la franja que tiene mayor nivel de dificultad a la hora de la reinserción laboral, porque son mujeres mayores de 40 años que viven en hogares monoparentales, además, y por lo tanto son el único sostén de sus hogares.

                Como sindicato, desde hace muchos años venimos discutiendo sobre la automatización que hoy existe y la tecnología 4G aplicada a los lugares de trabajo. Intentamos discutir y acordar, tanto con el Estado como con el sector empresarial, la posibilidad de que exista una capacitación para que los compañeros sean reubicados y se generen puestos de trabajo de calidad, que tengan una lógica en el nuevo tipo de trabajo que los peajes eventualmente van a tener. Por lo menos desde el año 2005, con el ministerio de transporte de aquel entonces, y hasta ahora, se tenía un acuerdo marco por el cual cada vez que se terminaba una licitación de puestos de peaje, se tomaban en cuenta los puestos de trabajo preexistentes para que las empresas que vinieran los asumieran, como forma también de aprovechar el conocimiento de la tarea y demás.

                Está claro que estos planteos que hizo el ministro Heber nos sorprendieron, en primer lugar porque nunca hubo una comunicación con el sector trabajador. Allí se manejaron algunos datos en cuanto a que cerca del 30 % del cobro de los peajes se volcaba a los salarios, y es un error. Eso más que duplica el costo del salario que manejan hoy los peajes a nivel nacional. En todo caso, hoy tenemos dos formas de contratación.

                Una de ellas es la concesión directa del Ministerio de Transporte y Obras Públicas con empresas constructoras. En un caso el porcentaje de cobro es del 16 % y en el otro, del 17 %. Además, parte de ese dinero se emplea en el mantenimiento de las rutas. Por lo tanto, está claro que los datos que maneja el ministro Heber no acompañan la realidad.

                Las otras dos concesiones que tenemos, que abarcan 13 de los 15 peajes, tienen un costo fijo que acordó el Estado, independientemente de la cantidad de vehículos que pasen, y que está en unidades indexadas. Allí, en los primeros contratos, se dispuso que una parte del cobro del peaje sería utilizado para el mantenimiento de las rutas. Hoy eso ni siquiera es así. Las empresas constructoras –en este caso Ciemsa y Consorcio Cruz del Sur, integrante de la empresa Serviam– cobran aparte el mantenimiento de las rutas, por fuera de la atención del peaje.

                Con respecto a todo esto, tenemos varias preocupaciones. Como organización, hace por lo menos diez años venimos empujando y no hemos encontrado por ningún lado socios para discutir hacia dónde se dirigen los peajes, cuál es la tecnología que se va a utilizar, si el sistema va a ser mixto o no, y qué tipo de peajes se piensa tener, es decir, si son peajes sombra, si no son peajes sombra, si son peajes con portal.

                También nos preocupan las dificultades que existen hoy. Me refiero, por ejemplo, a cómo se va a atender el tema de los extranjeros que pasan por el país. Hay un gran caudal de peajes, fundamentalmente en épocas de zafra, cuando vienen argentinos o brasileros, que ni siquiera es cobrado hoy en el país y, por lo tanto, es plata que se pierde.

                Se manejó el tema de las patentes. No sabemos si se tuvo en cuenta o no el pago efectivo que hay de patentes. Hay cerca de un 30 % de morosidad y hay patentes que no se pagan en el país. Por lo tanto, es claro que el peaje asociado a la patente no genera condiciones que hagan efectivo su cobro.

                Pero nuestra preocupación está centrada, más allá de lo económico, en el impacto social que tiene esto. No sé si el ministro lo tuvo en cuenta o no, pero estamos hablando de 348 trabajadores. En su gran mayoría los peajes están ubicados en zonas del país con una  falta importante de empleos de calidad. Recordemos que hay peajes en Mariscala, Los Arrayanes, Soriano, Lascano, Andresito, Mendoza Chico. Estamos hablando de localidades que no tienen grandes puestos de trabajo. Y en cada uno de los peajes, como consecuencia de los cuatro turnos que las compañeras tienen –tres fijos más uno rotativo–, trabajan cerca de 25 personas con un ingreso promedio de $ 60.000 por mes, y eso es volcado al mercado interno.

                Como decíamos, son puestos de trabajo de familias que en su gran mayoría son hogares monoparentales. Por lo tanto, también se genera una dificultad en compañeras que hace más de 20 años que  trabajan en esto y que tampoco han tenido capacitación, en primer lugar porque el Estado no nos ha dado pistas de hacia dónde va y, en segundo término, porque tampoco el sector empresarial ha empujado mucho para generar la concreción efectiva de la reconversión de los trabajadores. Ahora, de un día para otro, nos encontramos con el planteo del ministro de transporte. Es más, no recuerdo las palabras textuales, pero dijo que por unos cientos de trabajadores no se iban a estar parando las necesidades del Estado o del ministerio de transporte.

                Creemos que por ese lado no va la solución, porque los trabajadores de peajes aportan cerca de USD 7:000.000 anuales al mercado  interno. Esta cifra fue celebrada por el propio presidente de la república por lo generado en el contrato con UPM. Por lo tanto, hay también una contradicción en ese sentido.

                Es claro que como sindicato siempre hemos estado dispuestos a discutir las formas de reconversión, el ingreso de las nuevas tecnologías y cómo pueden generarse nuevos puestos de trabajo. Eso no nos asusta y estamos dispuestos a hacerlo, pero teniendo en cuenta que para nosotros la principal defensa es la de los puestos de trabajo de un conjunto de compañeras que hoy están pasando por una gran incertidumbre y un gran nerviosismo.

                Después de haber concurrido a la Comisión de Legislación del Trabajo de la Cámara de Representantes, fuimos recibidos por el ministro Heber y se comprometió a armar una comisión para estudiar el tema de los peajes. Esta reunión fue hace cerca de un mes y medio, pero hasta el momento no hemos tenido ningún tipo de respuesta. Nos comunicamos con el Ministerio de Transporte y Obras Públicas para ver efectivamente qué se estaba pensando sobre el tema, y lo preocupante es que en octubre vence el plazo que el ministerio de transporte tiene para dar los nuevos pliegos de licitación. Ahí efectivamente vamos a estar ante una situación extremadamente compleja, si es que esto no se tiene en cuenta.

                Es claro que hoy el país está viviendo una crisis producto de una pandemia mundial, pero también una crisis económica y fundamentalmente social. Han aumentado los niveles de pobreza; ha aumentado el desempleo; se han precarizado, incluso, varias condiciones de trabajo. Y acá estamos frente a una situación que afecta a un grupo para nosotros importante de trabajadores, pero hoy no tenemos un lugar cierto donde efectivamente ponernos a discutir y a trabajar sobre el tema.

                Estuvimos reunidos, insisto, con el señor ministro de transporte y nos dijo que nos íbamos a sentar a discutir, pero lo cierto es que el tiempo pasa y hasta el momento no hemos tenido por parte del Ministerio de Transporte y Obras Públicas ningún tipo de comunicación para ponernos a trabajar en este sentido.

                Esta es una preocupación sobre la que, promoviendo el empleo de calidad y que la crisis no la paguen los trabajadores, queremos empezar a trabajar o por lo menos prender alertas, para evitar una situación extremadamente compleja en uno de los sectores más complicados en términos de desempleo y, además, porque indirectamente se afecta todo un mercado interno, fundamentalmente anclado en sectores o poblaciones muy chicas.

SEÑORA VITUREIRA.- Mi nombre es Leticia Vitureira y soy integrante de la Dirección de la Rama Peajes del Sunca.

                Quisiera agregar a lo que dijo Pablo Argenzio que nos tomamos el trabajo de ver los números –que son públicos– de la recaudación anual de peajes, de la masa salarial y del costo de las empresas. No es real que seamos el costo mayor. El costo mayor está en las empresas que se contratan para operar peajes.

                Voy a tratar de explicarlo lo más claro posible, para que más o menos se entienda. El ministerio es el dueño de los peajes y contrata una empresa para operar, una empresa para mantener. Son varias concesiones, que salen todas de la misma recaudación. O sea que no solo le están cobrando al ministerio de transporte por la operación. Ahí hay una gran pérdida, que no es por el salario de los trabajadores.

                Cuando nos reunimos con el señor ministro le planteamos un montón de temas, entre ellos el del Sucive. En este caso se pierden más o menos $ 816:000.000 por el no pago de las patentes y porque no es obligatorio el pago del peaje con la patente. Se puede pagar una cosa indistinta de la otra.

                Con respecto al tema del turismo, podemos decir que entre enero y febrero de 2019 pasaron más de 260.000 vehículos sin pagar, lo que representa un estimado de $ 36:000.000.

                Quiere decir que hay muchas falencias antes de suprimir a los trabajadores.

                Lo que él propone son cuatro formas de cobro diferentes, que todavía no las tiene definidas y es lo que nos preocupa a nosotros, porque de esa definición va a depender nuestro trabajo. Una es el peaje free flow, que es un peaje de libre circulación, sin ningún trabajador. Otra es un free flow con efectivo, que sí genera mano de obra pero muy poca. Una tercera posibilidad es mantener la actual, que es mixta, o sea, telepeaje y manual. Y hay una cuarta opción que se está analizando, porque él tiene la intención de poner 15 peajes más en el país. Si eso se llega a cumplir, se generarían más puestos de trabajo, obviamente, pero es bastante inviable, porque estamos hablando de que el ministerio tiene que ahorrar y no tiene plata. Entonces ¿de dónde va a sacar para hacer 15 peajes? Ojalá se logre, porque daría más trabajo, pero según los números de que disponemos, la pérdida que hoy tiene el Ministerio de Transporte y Obras Públicas es de USD 18:000.000, solamente entre las deudas de patentes y los extranjeros que pasan sin pagar. 

                La propuesta que le hicimos fue la siguiente. En abril del año próximo se terminan los contratos con las empresas que están al día de hoy. Entonces, o se hace una prórroga de ese contrato con las mismas empresas o se hace una nueva licitación. Lo que queremos es que, independientemente de lo que suceda, estemos contemplados los trabajadores.

                En todas las formas de cobro se puede reconvertir el trabajo, que es lo que venimos pidiendo hace tres o cuatro años, es decir, que haya una reconversión de esos puestos de trabajo mediante capacitación con el Inefop, con el Focap o con cualquier otra institución. No lo hemos logrado porque hasta el día de hoy nadie nos ha dicho hacia dónde va esto, cuál es la forma de cobro que va a tener el peaje después de la próxima licitación. Si es free flow, se va a generar la validación de todos los vehículos que pasen y como habrá que procesar los datos que generen las cámaras, también va a dar trabajo. Pero si no sabemos en qué nos tenemos que preparar, va a ser muy difícil que esa reconversión se dé.

                Eso es lo que venimos pidiendo; lo hicimos, como dijo Pablo Argenzio, en la Comisión de Legislación del Trabajo y Seguridad Social de la Cámara de Representantes, es lo que le pedimos al ministro y es lo que venimos a pedir acá. Queremos tener la certeza de hacia dónde va esto para que los compañeros puedan capacitarse y tener chances de seguir trabajando.

                La realidad es la que se mencionó: somos todas mujeres que entramos hace quince o veinte años a trabajar, la mayoría somos jefas de hogar y es muy difícil salir a buscar trabajo con cuarenta y cuatro, cuarenta y cinco o cincuenta años, sobre todo por cómo está el tema del trabajo hoy en día. Entonces, creemos que esto va a contrapelo de lo que dice en cada entrevista el presidente de la república respecto a que lo quiere generar es más trabajo. Una decisión política de este tipo, que implica menos trabajo, va a contrapelo de esas declaraciones.

                Lo único que pedimos es saber hacia dónde va esto y que nos den la chance de capacitarnos para poder seguir trabajando.

SEÑORA OTERO.- Me llamo Lourdes Otero e integro la Dirección de la Rama Peajes.

                Solamente quiero agregar –para no hablar sobre lo mismo– que, cuando nos reunimos con el señor ministro Heber, él nos aclaró esas tres formas que tiene previstas o planificadas hacia el futuro, sin tener claro cuáles son las otras formas de automatización. Lo que sí tiene claro –se lo preguntamos específicamente– es que el Telepeaje, que hace más de diez años que está instalado en los peajes y que con el paso del tiempo ha venido afirmándose, afianzándose, es la forma de automatización más eficaz que ha habido en peajes y es la que va a continuar en el tiempo. Y en el caso de esos quince peajes que él piensa poner –a los que llaman peajes fantasmas o algo así, porque no tienen cabina, solamente es una antena y cuando uno pasa se le cobra el peaje–, estos implican validar los tránsitos y esa validación es de 24 horas. El señor ministro comprometió –sabiendo que esa era una forma de automatización que se venía; está asegurado que esa queda; las otras van a ser formas alternativas, se va a buscar cuál es la mejor– la formación del resto del personal.

                La realidad es que el 5 de junio se hizo pública una promoción por la que si uno pasa y paga en efectivo, paga $ 120, pero si instala el dispositivo en el auto, paga $ 100 la pasada. ¿Qué hace esto? Que la colocación del dispositivo se esté acelerando de forma importante. En cinco días, en todos los peajes, llamaba poderosamente la atención la cantidad de gente que había ido a poner el telepeaje. Eso era sin la promoción que existe hoy en todas las cabinas de peaje por la que cuando uno para, mientras espera el vuelto, le informan con un cartel que ponga el dispositivo porque va a pagar $ 100 en lugar de $ 120.

                ¿Qué queremos decir con esto? Que ya hay mecanismos para formarnos, porque hay un personal que está formado pero que cubriría igual –aunque se sacaran los cajeros– el trabajo que genera ese peaje al cobrar por telepeaje. Pero si mañana se pusieran peajes fantasmas, por ejemplo en la ruta 102, hay un montón de personal –como las cajeras, que son las que tendrían más incertidumbre laboral porque no tiene el conocimiento para la validación– que no tiene el conocimiento para trabajar en ese peaje fantasma, más allá de que sean funcionarios de peajes.

                Entonces, eso es lo que nosotros le estamos pidiendo al ministro y lo que les estamos trasladando a ustedes. Como bien dijeron Pablo Argenzio y Leticia Vitureira, somos todos trabajadores permanentes, el que tiene menos tiene diez años de antigüedad y necesitamos salir de esta incertidumbre que tenemos hoy, porque tenemos trabajo ahora y tenemos la esperanza de tenerlo hasta por lo menos el 1.º de mayo, cuando cae esta licitación, ¿pero qué pasa con los 348 trabajadores después del 1.º de mayo? Es poco el tiempo; sabemos que las decisiones políticas son lo que son y quizá hoy tengamos la incertidumbre, pero mañana se decida que se hace todo automático, el ciento por ciento, y nosotros nos quedamos en nada.

                Quería recalcar esto para sumar a lo que ya se ha dicho.

SEÑORA MEDINA.- Soy de la Dirección de Rama Peajes.

                Sobre lo expresado por mis compañeros quiero destacar lo de la incertidumbre, aspecto al que se refirió Lourdes Otero, porque la llegada de estos carteles –que seguramente deben haber visto– ha hecho que los trabajadores no puedan trabajar tranquilos. Queremos darles cierta tranquilidad, por lo menos, mostrando que empezamos a trabajar en una comisión que analice hacia dónde vamos, cuáles son las herramientas y los objetivos que tenemos, si se va a trabajar en un sistema mixto y si se va a seguir cobrando. Advertimos que puede haber posibilidades, por ejemplo, en materia de Sucive. Según lo que nosotros vemos y los números que manejamos –mencionados por Leticia Vitureira– es real que existe una fuga en el cobro de peaje, porque los extranjeros no pagan. Eso ha sido planteado y, sin embargo, cada vez son más los casos que se presentan, sumado al de los camiones. Esto genera bastante pérdida.

                Queremos hacer hincapié en que, cuando se habla de que los sueldos son una pérdida, no podemos perder de vista que tenemos empresas en el medio a las que se les está pagando un porcentaje bastante alto.

SEÑORA OTERO.- Un 30 %.

SEÑORA MEDINA.- De lo que debería recaudar el Estado, un 30 % se está yendo a una empresa privada. Desde nuestro punto de vista, la pérdida mayor no es por los trabajadores, sino por esas empresas que tenemos en el medio, que se están llevando ese 30 %.

SEÑORA BIANCHI.- Buenas tardes y muchas gracias por haber venido.

                En primer lugar, veo que ya han tenido oportunidad de ser escuchados, más allá de haber obtenido o no respuesta por parte del Ministerio de Transporte y Obras Públicas. Este es un Gobierno que recién se instaló y, además, estamos viviendo una pandemia mundial bastante complicada.

                En segundo término, voy a decir algo que no es nada simpático, que lo manifesté en la interpelación de octubre de 2016, y es muy doloroso: el mundo va hacia la robotización. En consecuencia, debemos prestar fundamental atención a la reconversión y creo que, por lo que han expresado, nuestros visitantes lo tienen claro. Las primeras manifestaciones de esa robotización pasan por los call centers, los peajes, los expendedores de combustibles de las estaciones de servicio. Según una investigación que se hizo en 2016 por científicos uruguayos en base a lo que estaba sucediendo en otras partes del mundo –ya pasaron cuatro años–, en diez años el 49 % de este tipo de trabajos se iba a perder.

                Obviamente que nosotros vamos a hacer todo lo necesario para que se instale una mesa de negociación como forma de ayudar a la reconversión, pero, por más que no me gusta –debo decirlo con total sinceridad–, el mundo va hacia la robotización. De ahí que este sea un problema y un enorme desafío para quienes queremos defender el derecho de los trabajadores, porque, a su vez, no podemos interrumpir la evolución de la tecnología. Por supuesto que hablo por mí, porque no hicimos ninguna reunión previa –después tendremos la oportunidad de discutir el tema–, pero me siento en la obligación moral de decirles que desde hace tiempo se sabía que este tipo de trabajos estaba comprendido dentro del 49 % previsto que desapareciera en diez años, y ya pasaron cuatro.

                La mesa de negociación es fundamental y haremos todo lo posible por instalarla; ahora bien, como senadora del Gobierno me corresponde decirles que veremos la forma de canalizar este problema. Detener la robotización y la tecnología es imposible, porque obedece al funcionamiento del sistema capitalista que los está llevando a cabo. ¿A mí me gusta? No –y podríamos discutirlo–, pero es muy difícil frenarlo. Por lo tanto, debemos trabajar en ese sentido. Lo que sí les pido es un poquito de paciencia, porque ustedes sabían de esta situación y plantearon la reconversión a través del Inefop que, como fondo de reconversión laboral, tenía ese objetivo fundamental. Precisamente fue el Poder Ejecutivo anterior el que no depositó dinero al Inefop.

                En definitiva, nosotros no pasamos cuentas viejas, pero sí tenemos que partir de una realidad y mentirle a los trabajadores nunca lo vamos a hacer. Obviamente, vamos a hacer todo lo posible para que la gente no quede sin trabajo.

                Todos los días tengo que pasar por un peaje y los primeros días de la pandemia había solo telepeaje y después vino el descuento en la patente, así que si hubieran querido implementar ese sistema ya lo habrían hecho. Es más, se implementó durante el primer mes y medio de la pandemia. Yo vivo en Estación Capurro y casi todos los días pasaba por el peaje que hay en San José. Después, cuando vi el recibo de la patente me lo habían descontado.

                Ustedes saben cómo funciona el sistema de cobro de peajes de los países desarrollados, que es a través de una computadora. Simplemente se deposita el dinero, te dan el ticket y hasta te calculan la distancia que vas a recorrer. Lo procesa la computadora. ¿Llegaremos a eso? Probablemente, porque es la evolución de la tecnología.

                La pregunta que les quiero hacer –más allá de comprometernos, reitero, a impulsar la instalación de una mesa de trabajo con el ministerio– es si cuando hablan de los extranjeros que no pagan se están refiriendo a las exoneraciones que reciben los turistas. Si es así, me gustaría que me lo explicaran mejor, porque realmente lo ignoro.

SEÑOR LOZANO.- Agradezco a los trabajadores del peaje su exposición porque fue muy clara. Me quedaba la misma duda que ya planteó la señora senadora Bianchi con respecto a los extranjeros. Si se trata de turistas, todos sabemos que una forma de incentivar su llegada –y es la política de los últimos años– es hacer exoneraciones para que vengan en mayor número. Este año ha sido muy particular y es difícil que se corte ese tipo de exoneraciones, porque eso significaría que casi no vengan turistas, aunque casi ni los va a haber.

             Por otra parte, entiendo su preocupación por el trabajo y creo que es una preocupación de todos. Me parece que esa es la principal causa de preocupación, no solo de la sociedad uruguaya, sino del mundo, porque afecta a todos.

                En definitiva, la forma de reconversión laboral que ustedes tengan va a depender, por un lado, de ustedes mismos y, por otro, de las herramientas que les den las distintas autoridades para que puedan hacerlo. Ahora bien, no creo que ponerse a pelear contra la tecnología sea lo correcto. La tecnología va a seguir avanzando acá y en cualquier lugar del mundo. Tenemos que buscar la forma de reconvertirnos.

                De todas maneras, me atrevería a decir que en el caso de que haya grandes cambios –no sé si los habrá; no sé qué les dijo el ministro–, no van a ser de un día para el otro; no es que de un día para el otro todos vayan a pasar por el telepeaje, porque la realidad dice que la gente y la idiosincrasia de la gente son distintas. En lo personal, puedo decirles que tengo el sticker del telepeaje y para mí es mucho más cómodo, sobre todo cuando hay mucha gente en los peajes. Sería un hipócrita si les dijera que me voy a poner a pelear contra el telepeaje, pero entiendo su preocupación en cuanto a las fuentes de trabajo. Repito que no creo que de un día para el otro se active el telepeaje para todos, porque eso no obedece a la realidad de nuestro pueblo. Por eso me parece que por un tiempo va a seguir habiendo trabajadores en los peajes.

                Además, una de las preocupaciones del Gobierno hoy es justamente el trabajo. O sea, nadie los va a dejar sin trabajo, pero eso no quiere decir que se descansen y que nunca vaya a haber un cambio, porque la tecnología no se detiene, sino que sigue avanzando. Por más que a algunos no les guste, en el mundo capitalista, en el socialista y en todos lados, la tecnología sigue avanzando. Esa es la realidad. Simplemente, quería manifestarlo acá.

                La duda que tengo es la misma que tiene la señor senadora Bianchi en cuanto a los extranjeros que no pagan el peaje.

SEÑOR DELLA VENTURA.- Gracias por haber venido y por ponernos en conocimiento de esta situación.

                En lo personal, me llega mucho todo lo relacionado con el peaje de Mendoza Grande –no Mendoza Chico como se mencionó–, porque trabajé veintiocho años allí. Hay exalumnas, hay madres, y sé que en su mayoría son mujeres las que están en ese peaje. Simplemente, quisiera ponerme a disposición para buscar una solución a esto.

                No quería dejar de referirme al tema que está en el tapete: la automatización y la tecnología. Evidentemente, vamos hacia eso y ustedes no lo han negado, sino que están tratando que se les reconvierta. Mi visión sobre el tema –y hace mucho tiempo que lo digo– es que en el mundo y en el Uruguay va a haber dos posibilidades nada más: se va a una renta básica y a que el ciudadano que no tenga trabajo reciba algo o se va a la reducción del horario para que en vez de que trabajen dos trabajadores, lo hagan dos. No le veo otra salida. Es cierto que vamos por ese camino y tenemos que asumirlo. El tema es cómo no se desampara a la gente. Evidentemente, vamos a poner todo de nosotros para que se instale la mesa que solicitan y pueda haber una reconversión.

SEÑOR NIFFOURI.- Quisiera dar la bienvenida a la delegación. Este es un tema que también nos llega de cerca por ser canario y estar pasando constantemente por peajes para ir de un lado a otro.

                Este es un asunto que hay que analizar y que siempre me llamó la atención. Es más, no termino de entender a dónde se destinan los recursos de los peajes; creo que este es un tema a trabajar. Uno siempre tuvo o tiene la idea –y creo que no es así– de que cuando se construían las carreteras se le daba la concesión de los peajes a la empresa constructora para que de esa forma se cobraran la obra, pero después se vencían esos contratos.

                Aquí brindaron una visión de esto y me surgió una pregunta. ¿Estos funcionarios trabajan para el Ministerio de Transporte y Obras Púbicas o dependen de una empresa? Quisiera que me lo explicaran porque alguna vez lo consulté y me dijeron que no eran trabajadores del ministerio, sino de una empresa.

                Por otra parte, ni que hablar que creo fundamental un diálogo con el Gobierno para ver el tema de la reconversión. Si se va a ir hacia la automatización de los peajes, me parece que hay que buscar mecanismos de reconversión.

                Visité hace poco tiempo un centro que monitorea la seguridad en Maldonado y comprobé que los peajes son algo importante en ese sentido, porque al pasar por ellos se toma la chapa del vehículo. Cuando pasa un auto con una chapa que está registrada en el sistema como robada, salta una alarma en ese peaje que avisa que está pasando un auto con una chapa robada. Tal vez, puedo dar alguna idea para la reconversión –acá tenemos un exministro del interior–, porque parte de esos trabajadores podrían terminar en esos lugares.

Es importante tener esos peajes por un tema de seguridad también, más allá de la recaudación, que, como ya dije, es un tema que me preocupa, porque no termino de entenderlo. Sé que al final gran parte de la recaudación no termina siendo para que las rutas estén en buen estado, sino que termina en el intermediario. Como recién señalé, hay empresas intermediarias que al final terminan llevándose gran parte de esa recaudación. Entiendo que deberíamos evitar eso y que los recursos sean volcados donde realmente deben serlo.

SEÑORA SANGUINETTI.- Muchas gracias a la delegación por haber venido. Confieso que no sabía nada de peajes hasta que preparé esta reunión y me enteré de unas cuantas cosas.

                Voy a hacerles dos consultas puntuales.

                Entiendo que la señora Vitureira mencionó que hay unos 260.000 vehículos que no pagan. No sé si es la misma duda que plantearon los señores senadores que hicieron uso de la palabra anteriormente, porque también habló de los extranjeros, como dos cosas distintas. Entonces, me quedó la duda.

                Por otra parte, también mencionó una cifra de $ 816:000.000 relacionada con el Sucive y no entiendo a qué quiso referirse. Me gustaría que, de ser posible, me ampliara la información.

SEÑOR BONOMI.- Voy a hacer una especie de reflexión.

                Tengo claro que el mundo va hacia la tecnología y la robotización, pero cada forma tecnológica tiene que ver con una suerte de trabajo y cada actividad tiene reglas propias para ir cambiando. No existe una definición general en lo que respecta a la robotización. Cada actividad tiene una forma propia de ir cambiando.

                En otros países, por ejemplo, he visto sustituir dos galpones que tenían 500 trabajadores cada uno por un sistema robotizado que requería, en vez de 500, solo 4. Y me dijeron que el ahorro no estaba en el costo de la mano de obra, sino en la enorme disminución de los errores que se produce con la robotización. Pero también me dijeron que para instrumentar esa nueva forma de trabajo se obligaban a proporcionarles otro empleo a esos 500 trabajadores que quedaban desocupados.

                Cuando trabajaba en la pesca, vi cuando en Uruguay comenzaron a cambiarse los barcos pesqueros tradicionales por barcos factorías, con otro poder de captura. Y también se armó una discusión sobre la tecnología. Si uno apostaba a los buques factorías porque eran más rentables en el corto plazo, podía suceder que a mediano plazo dejara de haber pescado. De hecho, hoy no hay pescado en Uruguay. La pesca de la merluza cayó, tal como fue previsto incluso durante la época de la dictadura. En aquel momento hubo dos posiciones distintas y la que triunfó era la correcta: plantas y puertos para que los barcos las abastecieran. La otra posición defendía la necesidad de que hubiera buques factorías e instalaciones en puerto para darles servicios.

                Entonces, cada evolución tiene que ver con una forma propia que necesita la nueva tecnología.

                Luego de haber hecho esta reflexión pregunto, con respecto a la nueva tecnología en los peajes, cómo ven posible esa evolución y qué forma compensatoria se puede prever.

SEÑOR PRESIDENTE.- Creo que hay un debate que no existe, que es el de eliminar los cambios tecnológicos. En todo caso, el debate que está instalado es cómo lograr la incorporación de los cambios tecnológicos minimizando los impactos sociales. A veces no existe ninguna posibilidad de incidir para lograr minimizar esos impactos y, por lo tanto, el avance tecnológico, como en general está al servicio de maximizar el lucro a corto plazo, no tiene en cuenta el impacto social que puede generar. Pero es evidente que no hay ninguna bandera que se levante en contra de la tecnología.

                Yo conocí la industria de la construcción en la época de los puntales de eucaliptus, tablas de 15 y roldana. Nadie quiere volver a eso, por más que es evidente que los nuevos sistemas de encofrado generan que el mismo trabajo se logre resolver con la cuarta parte de la necesidad de trabajo manual.

                En este caso el escenario es diferente porque el Estado tiene una participación importante. Es cierto que las que construyen y mantienen las rutas son empresas privadas, como Hernández y González, o Ciemsa. En las licitaciones se establece que se tienen que hacer cargo del mantenimiento de las rutas y para eso se quedan con parte del cobro del peaje. Pero en este caso el Poder Ejecutivo tiene mucha incidencia en el ritmo que tiene la incorporación del cambio tecnológico. Y no hay arriba de la mesa un planteo de eliminar el telepeaje, que se lleva más de la mitad de los pasajes.

                Aquí hay que entender que están involucradas un conjunto, sobre todo, de trabajadoras. Y se trata de tomar medidas efectivas desde el punto de vista de la reinserción y no pour la galerie. Hay que pensar en medidas que minimicen el impacto, que surgirán de la mesa de negociación. Creo que no se puede adelantar cuáles pueden ser las variantes que se logren para que haya una reinserción eficaz, sabiendo que es una situación compleja, porque muchas trabajadoras viven en localidades donde no hay muchas alternativas de trabajo. Entonces, esto requiere tiempo para pensar. Me parece que el primer reclamo es que esto no se puede resolver en dos o tres meses. Y hay que tener en cuenta que ya, de hecho, hoy más de la mitad de los peajes se cobran por telepeaje. Es decir que pasan más autos que antes con menos cantidad de trabajadores.

                En lo personal me tocó atender una situación como esta en 2005, cuando un sector se quedaba sin nadie, y como eran empresas constructoras las patronas, terminó quedando esa negociación colectiva en el sector de la construcción. Pero me parece que el primer reclamo es de abrumador sentido común, esto es, que los ritmos de la incorporación de tecnología se acompañen de diálogo a los efectos de minimizar el impacto social que tiene la reducción de puestos de trabajo. Y ahí se verán quinientas variantes, que son las que se miden cuando se analizan estos temas: quién está cerca de la jubilación; qué alternativas laborales hay; qué programas de capacitación existen; cómo se distribuye el horario entre los trabajadores a los efectos de minimizar el impacto, etcétera. De ahí surgirá, entonces, un abanico de propuestas.

                De manera que me da tranquilidad el planteo que hace el señor senador Lozano de que no está en la agenda que sea de hoy para mañana, porque ahí sí no habría posibilidad de diálogo alguno.

                Ahora bien, la preocupación que manifiestan las trabajadoras es que los pliegos de la licitación se publicarían antes de octubre. Entonces, lo que planteamos es que no se dé en tan poco tiempo un proceso de cambio radical, sabiendo que estamos en un tránsito de cambios, porque las medidas paliativas, para tener efectividad, requieren otros tiempos. Incluso, hay documentos de ámbitos de negociación colectiva en el sentido de la formación profesional. Y no hacía falta ser un experto en cambios tecnológicos para saber que este proceso de cambio se estaba dando, porque si cada vez más vehículos utilizan el telepeaje, entonces el riesgo está latente.

                En resumen, no está arriba de la mesa la discusión de frenar el cambio tecnológico, que en este caso parece inevitable. Lo que se busca es regular los tiempos de las transformaciones, para encontrar acuerdos que mitiguen los impactos desde el punto de vista laboral, teniendo en cuenta que se trata de mano de obra femenina, compuesta por jefas de hogar que viven en zonas del interior donde hay poco trabajo y las apuestas a la reinserción presentan una complejidad mayor, por lo que van a requerir un esfuerzo mayor de diálogo y de acuerdo.

                En definitiva –e intento sintetizar–, será la delegación la que trate de manejar las variantes. Y lo que se señala es que se están escapando recursos por otros lugares –por eso creo que se planteó el tema del subsidio a los extranjeros–, lo que provoca un impacto mucho mayor en las cuentas que lo que se ahorraría del total de la mano de obra. En ese sentido, se podría empezar por otros lados para adecuar el funcionamiento.

                Eso es más o menos lo que entendí, pero en todo caso lo que podemos hacer es, como con todas las delegaciones, tratar de facilitar las instancias de diálogo y negociación. Nosotros no somos los que resolvemos, pero sí a veces podemos tirar puentes.

SEÑORA VITUREIRA.- Voy a ir por orden.

                En primer lugar, voy a responderle a la senadora Bianchi. Como dijo Óscar, no vamos contra la tecnología, sino a favor de la reconversión. Hasta ahora la tecnología ha avanzado, porque existe un cobro mixto. Cuando entré a trabajar en el 2003, existía solo el cobro manual. Supimos convivir con el cobro mixto. ¿De qué forma? No se ha agrandado la plantilla de trabajadores. Hay compañeros que se han ido con algún retiro incentivado o porque se han jubilado, y no hemos pedido que se suplan con otros.

                Se ha planteado también el tema de la pérdida del trabajo, el nuevo Gobierno y la pandemia. Sabemos que es nuevo el Gobierno, pero también sabemos que va a ser este Gobierno quien tome la decisión de automatizar, porque el pliego de licitación tendría que estar colgado antes de octubre para que se presenten las empresas, o quien dé una nueva prórroga a las empresas que están y autorice el cambio de la forma de cobro.

                También creo que hemos sido, como Dirección de Peajes y como Sunca, sumamente responsables con lo que es la plata de todos nosotros, porque los peajes es todo plata nuestra. No hemos tomado media hora de medida sindical por las declaraciones que ha hecho el ministro, que nos inquietaron a todos. Hasta el día de hoy nunca hicimos nada. Simplemente hemos ido al diálogo a todas partes. Fuimos a la Cámara de Representantes, hemos venido al Senado. Además, tratamos de llegar a algunos intendentes, por ejemplo al de Flores, porque en el peaje de Paso del Puerto las compañeras son todas de Andresito y allí hay cero posibilidad laboral. Lo mismo ocurre con las compañeras que están en Gregorio Aznárez, en el peaje de Capilla, el ex-Rausa, como le dicen algunos. En esa zona tampoco hay posibilidades de trabajo. Entonces, estamos tratando de llegar a todos lados para que entre todos busquemos una solución al trabajo.

                Por otra parte, nunca le planteamos al Inefop la capacitación porque nunca pudimos saber hacia dónde iba esto. Nosotros venimos pidiendo la capacitación, como dijo Andrade, en cada convenio colectivo. Tenemos una cláusula en el último convenio colectivo que habla de la reconversión laboral y la capacitación. Nunca, en todos estos años, pudimos ver hacia dónde vamos y en qué nos reconvertimos, porque de hecho el mismo ministro de transporte nos dijo que todavía no sabe qué decisión va a tomar.

                Voy a referirme ahora a los contratos anteriores. Nosotros ingresamos al sindicato en 2005, y en 2008 se terminó una concesión y arrancó otra. Al final del pliego de licitación del 2008, hay una lista de la plantilla de trabajadores que había en peaje. Viniera la empresa que viniera, el compromiso del Ministerio de Transporte y Obras Públicas con nosotros, que éramos privados, era que la empresa que licitara y ganara tenía que hacerse cargo de esos trabajadores. Vence ese pliego de licitación y viene el pliego del 2013. Si ustedes van al final, están todos los números de cédula, todos los peajes del país, y está el compromiso también de que la empresa que gane la licitación nos toma a todos los trabajadores. Ese es el motivo de la antigüedad que tenemos. Todos hemos pasado por varias empresas, pero con la tranquilidad de que en cada nueva licitación nuestros puestos de trabajo estaban garantidos y no iba a haber un despido masivo de trabajadores.

                También se nos preguntaba sobre el cobro automático y la exoneración al turismo. Entre enero y febrero hubo 260.000 vehículos extranjeros que pasaron sin pagar. Aclaro que otra cosa es la exoneración al turismo, cuando se regalaban cuatro pasadas por los peajes y todo lo demás. Desde 2013 o 2015 –no sé la fecha exacta– está vigente un decreto por el cual si un vehículo no tiene telepeaje y se mete en una cabina exclusiva de telepeaje, la barrera se levanta pero eso le genera una multa de dos pasadas al Sucive. Entonces, si un vehículo no tiene telepeaje –por ende, los argentinos, los brasileros, los paraguayos, todos los extranjeros que entran– y se mete en una vía exclusiva de telepeaje, el sistema levanta la barrera, el vehículo pasa y después se valida, a través de una computadora, que fue un vehículo impago y se deriva al Sucive para el cobro. Pero de acuerdo con la ley de tránsito no se pueda cobrar como una infracción de tránsito, porque no lo es. Entonces, eso se perdió entre enero y febrero.

                La morosidad que existe en el Sucive, aparte de eso que no se puede cobrar, está entre un 25 % y un 30 %, que son unos $ 5:000.000. Los $ 816:000.000 que calculamos surgen de que cada vehículo argentino que ingresa por Gualeguaychú, Colón o cualquier frontera evade varios peajes, no uno solo. El que entró por Gualeguaychú evadió el peaje de Mercedes, el peaje de Cufré, el peaje de La Barra, el peaje de Pando, el peaje de Solís, y fue a Punta del Este. Estamos hablando de cinco pasadas de ida y cinco pasadas de vuelta. Son diez pasadas por peajes en todo el país que no se cobraron. Eso, multiplicado por la cantidad que pasaron, da los $ 816:770.000.

                Otro tema es el transporte de carga. Si los vehículos argentinos de transporte de carga, que pagan $ 775, pasan por una vía de telepeaje, la barrera se abre de igual manera, y es muchísimo mayor la pérdida. Allí están incluidos los camiones que entran por Brasil, por el lado del peaje del Cebollatí, el peaje de Garzón y todos los peajes que están cerca de la frontera.

                Todas estas pérdidas representan el doble de lo que genera el gasto del personal.

                También se mencionó el tema del monitoreo de cámaras. Hoy por hoy, aparte del telepeaje, hay otra forma de cobro. Son cámaras que generan tres fotos de la matrícula cuando el vehículo pasa –tanto si paga como si pasa por la vía de telepeaje– y eso es lo que se manda al Sucive, porque cuando el usuario va a pagar tiene que saber qué es lo que está pagando. Hay una intención, según el ministro Heber, de hacer un convenio con el Ministerio del Interior por un monitoreo de esas cámaras y trabajar en conjunto entre el Ministerio de Transporte y Obras Públicas y el Ministerio del Interior para el control de deuda de patente con las intendencias, de vehículos robados y todo lo demás. Eso hoy no existe. Por ejemplo, hace un tiempo pasó un auto robado que había sido vinculado con el caso de una nena que murió en Las Vegas. Cuando vinieron a pedir datos, se encontraron con que esos datos no se pueden dar, ni hay nada que el Ministerio del Interior pueda hacer. Sí tiene cámaras el Ministerio del Interior, pero no son las que detectan al usuario que va pasando, con la matrícula, etcétera. Nosotros por ese lado vemos una reconversión.

                Se dijo también que en Semana de Turismo se trabajó. Yo trabajé en Turismo como supervisora y validé a toda la gente que había pasado. Si bien se trabajó, también las pérdidas fueron grandes, porque hay que tener en cuenta los vehículos que no tenía matrícula, los vehículos que pasaban pegados a otro, más todo lo que no se pudo cobrar al Sucive. No fue tan espectacular como se dijo. Y no se está viendo que cuando la recaudación de un peaje es en efectivo, el dinero entra automáticamente al banco, pero con esta forma de cobro automático se puede cobrar dentro de un año, dentro de dos meses, dentro de cinco o dentro de diez. Nada obliga al pago del peaje por Sucive. Entonces, están recaudando la plata a plazo fijo, cuando el usuario quiera pagar. De la otra forma eso no sucede, porque se le cobra al usuario argentino y al uruguayo y la plata se puede utilizar de inmediato.

                También hay otra realidad que nos preocupa. El Ministerio de Transporte y Obras Públicas no tiene dinero –eso fue lo que nos dijo el ministro–, porque hay un fideicomiso hasta el año 2034 por el cual toda la recaudación de peajes está comprometida. Entonces, quizás por ese lado entendemos que quieran ahorrar con los trabajadores, pero no es la forma.

                La discusión que estamos dando acá es que hay mil formas de operar y de recaudar sin la necesidad de prescindir de nosotros, porque esa tecnología de la que estoy hablando genera otro tipo de trabajo como, por ejemplo, la validación y el control de cámaras. Nosotros hemos presentado muchas propuestas, porque en otros países cuando uno va por una ruta le dan información sobre la visibilidad, si hay media calzada, si la ruta está cortada, la demora que hay si hay accidentes, y eso también lo pueden hacer los trabajadores detrás de un monitor y no necesariamente en una caja de cobro. La validación de la que se habla generaría muchísimas fuentes de trabajo, más aún si el ministro de Transporte y Obras Públicas logra poner los otros quince peajes. Eso implicaría que la validación fuera mucho mayor.

                La idea que nos trasmitió el señor ministro es que quiere poner entradas rápidas a Montevideo por las rutas 1, 5 e Interbalnearia. En el caso de San Luis, pasa por el peaje de Pando y, si quiere llegar en veinte minutos a Montevideo, la idea es crear una autopista que le podrá cobrar $ 20, $ 30 o $ 40 por tramo, pero llegará mucho más rápido. Lo mismo sería para la entrada a Montevideo por las rutas 5, 1, 14, 26, 24 y 7. Eso está bárbaro, siempre y cuando todo lo que se genere lo tengamos los trabajadores del peaje y nos den la posibilidad de reconvertirnos.

SEÑORA BIANCHI.- A veces pienso que no hablo español, pero lo digo con todo respeto: yo no soy la patronal. Nosotros somos senadores de la república y estamos tratando de mediar en una situación que está clarísimo que es grave y nos preocupa. Nadie va a adjudicar a ningún partido político la voluntad o intención de dejar a trabajadores sin su fuente de trabajo y eso subyace en las intervenciones. Esa es la primera cosa que quería aclarar.

                Por otro lado, me referí al Inefop y a por qué la reconversión no se hizo antes, justamente, porque desde hace mucho tiempo se sabe hacia dónde va el mundo. Como ya dije, creo que este es un problema que el capitalismo va a tener que resolver, porque sin los trabajadores no va a poder sobrevivir. Está claro que en este momento no me voy a poner a intentar resolver un sistema que no me gusta nada, pero debo admitir que, cuando probamos los otros, salieron mal.

                Lo cierto es que el Inefop existe desde el 2008 y a eso hice referencia, no a otra cosa. No pueden decir que no sabíamos hacia dónde iba la situación porque desgraciadamente sí lo sabemos. Me pregunto por qué se hace esto en el comienzo de un gobierno –no lo hago como reproche, sino como constatación de la realidad– y no se intentó encontrar una solución con tiempo.

                Como dije ya tres veces, ahora vamos a intentar formar esta comisión de trabajo para reconvertir a los trabajadores y encontrar nuevos puestos de trabajo. No acepto que se diga –porque no es así– que hay una decisión tomada, más allá de lo que haya dicho el ministro y de las conclusiones que se puedan sacar cuando dijo que no tenía plata. No se va a dejar a esas familias sin trabajo de un día para el otro.

SEÑOR PRESIDENTE.- Hace quince años la tecnología en los peajes era casi inexistente y la cantidad de trabajadores superaba los quinientos. No estamos en el mismo lugar que hace quince años, porque en este lapso de tiempo la cantidad de trabajadores bajó a algo más de trescientos y más de la mitad de los autos pasan por telepeaje. Lo que digo es que se ha dado un proceso gradual de disminución de trabajadores sin la necesidad de despidos, porque las personas se jubilan, se retiran o se van.

                Entonces, en principio la intención es intentar que el proceso tecnológico se haga sin cambios demasiado traumáticos. Dado que hay un cambio de administración, habrá que fijar criterios que reitero no van en la dirección de negar el cambio tecnológico sino de encontrar zonas de acuerdo.

SEÑOR ARGENZIO.- Con respecto a la preocupación por los tiempos, quiero decir que incluso desde antes de su  asunción –el día 5 de febrero– el señor ministro hizo una declaración en Telenoche 4 sobre la preocupación que tenía por los peajes y su costo. Siempre se relaciona el 30 % del costo de la administración a los salarios de los trabajadores. Está claro que  hay empresas privadas que también dejan un margen de ganancia, pero no se pregunta cuál es ese margen. Es claro que  sí hay una preocupación en cuanto a la cantidad de salarios, el costo de la seguridad social, entre otros elementos. Diez días después de asumir su cargo y dos días antes de declararse la pandemia, el 11 de  marzo, en una nota en el diario El País vuelve a señalar la misma preocupación basándose en las dificultades del costo salarial de los trabajadores de los peajes. El 5 de mayo en radio Del Molino FM nuevamente insiste con el tema y esta declaración fue, incluso, posterior a la reunión que tuvimos en la que nos aseguró que los puestos de trabajo no se iban a perder.

Quiero que los senadores tengan claro el tema. No seguimos la lógica de los viejos trabajadores anarcos que prendían fuego las herramientas. En ningún momento se planteó eso. Reafirmo lo que planteó Óscar en el sentido de que en este proceso que lleva quince años se ha incorporado tecnología y se han reducido los puestos efectivos de trabajo de los peajes. Cuando se pierde un puesto de trabajo, ya sea por un acuerdo, porque la persona se jubila, es despedida, renuncia o por el motivo que sea, el trabajador no es sustituido.

                No quiero decir que no exista esta preocupación, pero el problema es ver cómo esa tecnología se incorpora. Quisiéramos saber cuál es el costo –en todo caso para el señor ministro– de que hoy 25 compañeras jefas de hogar en la ciudad de Mariscala se queden sin trabajo y sin una posibilidad cierta de reinserción laboral. Eso también tiene un costo social.

Queremos saber cuáles son los plazos ciertos que esto tiene, cuál es la intención y cómo generamos un camino de diálogo. Queremos sentarnos a discutir con el ministerio sobre qué es lo que piensa hacer hacia el futuro –y no porque desconozcamos la incorporación de tecnología; convivimos con ella desde hace quince años–, cuáles son los tiempos, cuáles son los ritmos y cuáles son las posibilidades de reinserción laboral existentes con una tecnología que va a seguir avanzando. Esto es algo que todos tenemos claro, pero aspiramos a que no genere un impacto social en un sector vulnerable de la población.

SEÑORA MEDINA.- En respuesta al tema de las concesiones, quiero señalar que tenemos quince peajes en el país, de los que trece son por licitación y dos por concesión directa.  Estos dos últimos tienen la recaudación en su poder y de ahí se vuelca a lo vial. Con respecto a los otros trece, hay dos empresas que toman un porcentaje fijo de la ganancia en unidades indexadas y el ministerio se hace cargo de lo vial. Ahí hace nuevas concesiones con empresas que muchas veces son las que tienen también la operativa. Por esta operativa es que cobran ese porcentaje en unidades indexadas, y nosotros pertenecemos a ellas. Somos trabajadores privados, pero siempre está presente el ministerio, que es el dueño.

                Nosotros hace quince años que estamos y nos sentimos trabajadores de los peajes y no de la empresa, porque siempre hubo un compromiso de que los trabajadores íbamos a quedar, fuera cual fuera la empresa que viniera.

                Como decimos, este cambio se está dando hace quince años y en forma paulatina. ¿Qué nos pasa ahora? Que ahora viene una tecnología; nosotros no nos negamos a ella, pero queremos sentarnos a discutir sobre lo que ya venimos hablando, o sea de qué forma y a dónde podemos ir; hay un montón de lugares a donde nos pueden redistribuir, desde el Sucive a las cámaras de validación. Necesitamos sentarnos a hablar ya porque en abril de 2021 se termina la licitación con Consorcio Cruz del Sur y Ciemsa. Puede haber una prórroga o puede salir una licitación ahora en octubre. Entonces, a nosotros nos apremia tener una comisión y empezar a trabajar ya.

                La diferencia que tenemos con respecto a los gobiernos anteriores es que la licitación estaba lejos y, como dijo la compañera, había un compromiso firmado en el sentido de que los trabajadores iban a continuar, que es lo que ha pasado: solo se fueron los que se retiraron por diferentes motivos.

SEÑOR NIFFOURI.- ¿Generalmente por cuánto tiempo se hace la licitación?

SEÑORA OTERO.- Por cinco años.

SEÑOR NIFFOURI.- ¿Y en estos tiempos ha cambiado la empresa?

SEÑORA OTERO.- Se hizo una en 2008 y otra en 2013, que vencía en el 2018 y se prorrogó por dos años; ahora, por pliego de licitación, hay chance de una nueva prórroga o llamar a una nueva licitación.

(Intervención del señor senador Niffouri que no se escucha).

SEÑORA VITUREIRA.- En resumidas cuentas, las empresas pasan y los trabajadores de los peajes siempre nos mantuvimos en el mismo lugar. Las licitaciones son siempre por cinco años con la opción de extenderlas hasta cinco años más.

SEÑOR NIFFOURI.- Comentaron que supuestamente las autoridades del ministerio les habían dicho que había un fideicomiso hasta el año 2034.

SEÑORA OTERO.- Hay un documento del fideicomiso financiero de la Corporación Vial del Uruguay, que consta de 640 hojas, que puedo enviar por mail a la comisión.

SEÑOR NIFFOURI.- ¿Cuál es el compromiso del fideicomiso?

SEÑORA OTERO.- Supuestamente se generó para hacer las rutas y todo lo demás.

                Entonces, eso hay que pagarlo. Hay un compromiso de pago. Puedo enviarlo para que lo lean. Es bastante largo.

SEÑOR NIFFOURI.- ¿Cuándo se generó ese fideicomiso?

SEÑORA OTERO.- No recuerdo, pero va hasta el 2034.

SEÑOR PRESIDENTE.- Creo que en el 2002. Fue una de las propuestas ante la emergencia. Ahí se crearon un montón de peajes que no estaban.

SEÑORA OTERO.- Esa es una realidad que existe y que no hay que desconocer porque es parte de la recaudación, que el senador preguntaba a dónde iba.

SEÑOR PRESIDENTE.- Nos comprometemos a hacer gestiones con las autoridades. Creo que hay consenso en el sentido de que es necesario acelerar el proceso de una mesa de diálogo. Vamos a enviar la versión taquigráfica al señor ministro y ver las posibilidades de que se instale. De no ser así, convocaremos a ver qué pasa.

                Les agradecemos mucho su participación en esta comisión.

(Se retiran de sala los trabajadores de los peajes).

 

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Montevideo, Uruguay. Poder Legislativo.