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Carátula

 

 

COMISIÓN DE GANADERÍA, AGRICULTURA Y PESCA

(Sesión celebrada el 8 de agosto de 2019).

 

SEÑOR PRESIDENTE.- Habiendo número, está abierta la sesión.

(Son las 13:10).

Dese cuenta de los asuntos entrados.

(Se da de los siguientes).

«Carpeta n.º 1374/2019. Fondo de Fomento a la Granja. Se modifica el apartado i) del literal B) del artículo 8.º de la Ley n.º 17844, de 21 de octubre de 2004. Proyecto de ley aprobado por la Cámara de Representantes. (Distribuido n.° 2534).

La Cámara de Agentes de Pesqueros Extranjeros solicita audiencia a fin de informar la visión del sector con relación a la pesca ilegal».

–La presidencia propone que estos asuntos se incluyan en el orden del día de la próxima reunión. Como creo que será breve, también citaremos a la Cámara de los Agentes Pesqueros Extranjeros».

(Ingresa a sala la delegación Asociación de Obreros y Empleados de Conaprole).

                La Comisión de Ganadería, Agricultura y Pesca ha sido citada en el día de hoy para recibir en audiencia a la Asociación de Obreros y Empleados de Conaprole, quienes nos informarán su posición sobre el cierre de la Planta de San Carlos. Ha sido invitada especialmente la Comisión de Asuntos Laborales y Seguridad Social de la Cámara de Senadores.

                Damos la bienvenida, entonces, al señor Luis Goichea, secretario general, y a los directivos Damián Rodríguez, Álvaro Fernández, Judith Perazza y Marcos Barboza.

                Algunos de ustedes ya han estado presentes en otras ocasiones, por tanto, conocen el mecanismo de trabajo: los dejamos en el uso de la palabra para que expongan su punto de vista sobre la situación que plantean y, posteriormente, los senadores haremos las preguntas que consideremos pertinentes.

señor goichea.- En primer lugar, vaya el reconocimiento de nuestro sindicato por recibirnos en esta sesión; tenía entendido que iban a participar dos comisiones.

SEÑOR PRESIDENTE.- Fue invitada la Comisión de Asuntos Laborales y Seguridad Social, pero, hasta ahora, solo está la de ganadería.

SEÑOR GOICHEA.- Trajimos dos copias de la documentación para dejarles una a cada una de las comisiones, con posterioridad a nuestra exposición.

                Una vez más, agradecemos que nos reciban en la comisión y poder transmitir la visión de los trabajadores en torno a las distintas situaciones que se nos presentan.

                El pedido de audiencia surgió ante el anuncio del cierre de la planta industrial n.º 10 de Conaprole, ubicada en San Carlos; cierre que, por cierto, no compartimos. Entendemos que, no solo no es eficiente esa decisión que va a tomar la empresa, porque no tendría un resultado económico, sino que, además, se verá afectada aún más la situación de la gestión de la empresa y, por ende, lo que tiene que ver con el destino de la cooperativa. Como siempre se ha dicho, la cooperativa tiene como fin mejorar el precio de la leche para el productor. Pero, a esta situación, se le sumaría un importante costo social, que debería afrontar una localidad del interior, con las consecuencias que ello implica. No me refiero solamente a los cuarenta trabajadores efectivos de la planta, más los cinco o seis trabajadores contratados que también verán afectado su entorno familiar –muchos de ellos, radicados en Maldonado, han desarrollado su vida y han iniciado todo un proceso familiar, pues pertenecen a la localidad, salvo algunos que se asentaron allí por la posibilidad de trabajar en la planta–, sino también a los demás sectores que esa planta moviliza, tal como sucede en otras áreas o actividades industriales, en las distintas localidades. Aproximadamente quince o veinte empresas de la propia localidad de San Carlos, Maldonado, brindan distintos servicios a la planta, que la abastecen de distintas materias primas y de otros insumos que tienen que ver con el mantenimiento de la planta. A esto hay que sumarle la logística de la distribución.

                Debemos señalar que en esta planta el producto que industrializa, que procesa y envasa es la leche fresca, es decir, la leche que históricamente hemos defendido tanto el sindicato como el conjunto de la sociedad. Muchas veces se habla del carácter de cooperativa de Conaprole, pero debemos recordar que se creó por una ley de expropiación de otras plantas, con el objetivo prioritario de abastecer de leche al área metropolitana, aunque, posteriormente, se desarrolló para el resto del país para que los consumidores de ese momento recibieran una leche en condiciones adecuadas, con un precio razonable y que también la cadena productiva fuera eficiente. Es así, que la leche de Conaprole es una de las pocas, si no es la única, que sigue manteniendo un precio tarifado. El precio se establece a través de una paramétrica que se ajusta en marzo y en setiembre, salvo algunas excepciones en las que, como ocurrirá ahora en agosto, el precio se ajustaría en función de otras circunstancias.

La leche fresca es la que generalmente se consume en los hogares de menores ingresos. Pero, por su estructura, si no se dispone de cierta logística de envasado y de entrega en forma rápida, su calidad puede verse afectada y, por tanto, no llegar a destino en las condiciones adecuadas.

Conaprole tiene una fuerte participación en Montevideo, abasteciendo de leche y subproductos a la capital –por eso la planta principal de distribución de productos y envasado está ubicado acá–, pero, además, atiende a otros departamentos, debido a distintas acciones y decisiones de algunas empresas que fueron desapareciendo en ese mercado. Es así que Conaprole fue concentrando el abastecimiento, pero hoy podemos decir que lo fue relegando, a tal punto que la leche fresca no es un producto que llegue al conjunto del país, sino a las zonas pobladas más importantes.

 Esta planta que nos preocupa, abastece con 80 mil litros de leche fresca procesada a cuatro departamentos de la zona de la cuenca: Maldonado, Rocha, Lavalleja y Treinta y Tres, sin embargo, podrían verse seriamente afectados con la distribución de este producto. Entre otras cosas, porque ha habido un corrimiento –no porque la gente seleccione, sino porque no tiene otra opción– hacia la leche ultra, ya sea en bolsa o en caja, que tiene un valor mayor. Ese es el primer hecho.

Además, el proceso de elaboración de la leche fresca es distinto al de la leche ultra, ya que se requiere un proceso térmico mayor, lo que hace que la calidad de la leche para el consumidor común sea diferente. Por eso es común escuchar que es mejor consumir leche pasteurizada y fresca, porque tiene propiedades distintas al resto de las leches. Sobre este punto se puede investigar, pero lo cierto es  que el consumo se ha ido transformando y han aparecido algunas leches con determinadas propiedades que posiblemente abarcan a otros sectores de la población.

Por otra parte, queremos manifestar que esta decisión se tomó de manera inconsulta. Nosotros tenemos acuerdos celebrados entre la empresa y el sindicato, y acuerdos lácteos que establecen mecanismos de información cuando estén expresamente vinculados con las condiciones de la fuente de trabajo. El primer laudo se firmó en el año 2006 a nivel de toda la rama de la industria láctea. Pero debemos decir que este laudo, viene precedido de acuerdos históricos celebrados entre el sindicato y Conaprole, cuando no había consejos de salarios. En la década de los noventa tuvimos varias reestructuras; recordarán la concentración de la planta.  Hubo acuerdos donde Conaprole en una comisión mixta, paritaria, tenía que informar de todos los procesos que podían impactar en la mano de obra. Esto fue trasladado posteriormente al laudo de los consejos de salarios y se estableció que las empresas estaban obligadas a informar. Por eso, la reglamentación expresa: «Ante la introducción de nuevas tecnologías, reingeniería de sistemas y procedimientos; reestructuras y/o racionalizaciones, que traigan como consecuencia el cierre de sectores o modificación de las formas de trabajo, que puedan afectar la fuente laboral y derechos de los trabajadores, las empresas informarán a los respectivos sindicatos con la debida antelación y previa adopción de decisión por parte de las empresas». Este laudo se firmó en diciembre de 2006 y fue ratificado en cada uno de los consejos de salarios. El último laudo también ratifica esta consideración con respecto a las empresas, y expresa: «Información previa ante situaciones económicas y financieras que puedan afectar fuentes laborales. Ante la necesidad de adoptar decisiones, que por motivos económicos o financieros puedan afectar en forma grave las fuentes laborales, las empresas informarán a los sindicatos con la debida antelación y en forma previa a adoptar las mismas». Esto no fue cumplido por Conaprole. Es más, nosotros tenemos un ámbito tripartito –los señores senadores conocen el proceso conflictivo del año pasado porque nos recibieron en esta comisión– y el acuerdo firmado el 7 de setiembre establecía dos temas para tratar entre la empresa y el sindicato, con un plazo perentorio al 31 de diciembre. Uno era el de regímenes especiales a contrapartida de nuevas formas de trabajo.

En esa comisión, que está funcionando en forma tripartita desde febrero de este año, cuando fuimos a discutir el tema de la planta de San Carlos, Conaprole notificó que quería dejarlo para el mes de noviembre –antes del cierre– porque estaba analizando la situación económica de la planta y porque según la empresa los últimos ejercicios de la planta no habían tenido números adecuados. Pedimos esa información, insistimos en ello, pedimos que se aplicara el laudo, específicamente tuvimos dos reuniones en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social en forma tripartita, en mayo una, y el 18 de junio otra, con presencia y de delegados de la planta, del ministerio y de Conaprole, concretamente con las autoridades que tienen que ver en el relacionamiento con el sindicato que es el área de recursos humanos. En ambas reuniones se mencionó que no había ninguna decisión tomada, que estaban analizando la situación, que no tenían los informes acabados. En la última reunión de junio se mencionó que no pensaban antes de noviembre tener información al respecto; que nos quedáramos tranquilos; que previo a cualquier decisión, entre sesenta y noventa días antes, informarían al sindicato.

Si los señores senadores lo estiman necesario, pueden consultar al propio ministerio, porque esto consta en las actas. El martes tuvimos una reunión instalada por el señor ministro de Trabajo y Seguridad Social a raíz de este anuncio de la empresa y las autoridades fueron claras al señalarle a la empresa que Conaprole no había cumplido ni con el laudo –que es muy claro– ni tampoco había manifestado en las reuniones que tuviera esa información. Al día de hoy, todavía no ha entregado la información al sindicato.

Pero, después, parece que la empresa no quiere entregar la información al sindicato, aunque nosotros pensamos que todavía no la tiene. Es más, en lo que refiere a la explicación de que era por razones económicas, ya cambió el lenguaje de la empresa; ya no es porque la planta no sea rentable. Por cierto, es una planta rentable y eficiente e incluso los números que tenemos –porque, al igual que la empresa, conocemos su funcionamiento– dan que produce superávit. Sin embargo, ahora aparece sobre la mesa que, según la empresa, se deben hacer actualizaciones o inversiones en la planta, en algún caso, para poder cumplir con auditorías y con organismos nacionales como la Dinama. Nosotros tenemos claro que esa planta no es contaminante. Incluso, tenemos plantas más complicadas que recién están en el proceso de establecer plantas de tratamiento de efluentes y que hasta hace poco tenían plantas de decantación que terminaban contaminando toda la localidad.

Pues bien, la empresa no ha entregado ninguna información y, lo que es más preocupante, hace el anuncio públicamente, en una reunión que tiene con los productores, las gremiales y la Asamblea de los 29. Para nosotros, esto se debe a una serie de demandas que están haciendo los productores vinculadas a su situación, pero en realidad esta decisión no resuelve dicho contexto.

                Quiero aclarar que siempre hemos sido respetuosos y la información que ha manejado el sindicato se ha ceñido por los acuerdos. Ellos saben que toda la información que tenemos incluso la manejan organismos de la central, como el Instituto Cuesta Duarte, con total responsabilidad de parte de sus técnicos.

Tenemos otro acuerdo firmado el 23 de junio de 2009, en el que, respecto a comunicación de información, expresa que ambas partes deberán proporcionar en tiempo toda información relevante que permita un conocimiento adecuado de los temas a tratar –por eso reclamábamos el asunto de San Carlos–, pudiendo solicitar la reserva de la información por entender que la divulgación de la misma cause graves perjuicios a sus intereses, comunicando dicha decisión a la contraparte quien podrá solicitar las explicaciones que entienda necesarias y obtener respuesta a título confidencial.

                Hemos reclamado la información y hasta ahora Conaprole no la ha otorgado. En la reunión que tuvimos el día martes no ha quedado claro si la va a otorgar y si realmente la tiene, porque creemos que mucho de lo que se ha dicho no está respaldado por información concreta.

                Por último, respecto a este asunto, queremos manifestar que nosotros sí estamos preocupados por la situación de la producción a nivel primario, que es distinta de la situación industrial, por lo menos, en Conaprole. Se podrá decir que hay otras situaciones relativas a otras industrias, tenemos conocimiento de ello. Hay situaciones que están pasando y padeciendo otras industrias, tenemos conocimiento de ello. Somos parte de una federación en donde hemos negociado permanentemente distintas situaciones, algunas no se pudieron revertir, como fue el cierre de Ecolat Parmalat, Schereiber y Pili. Respecto a otras, como Calcar de Carmelo y Tarariras, Claldy de Young, o Indulacsa de Cardona y Salto, estamos en proceso de acuerdos en algún caso y en otros de discusión. Y tenemos el caso de Conaprole. Si es una empresa que tiene problemas a nivel industrial, nos sorprende porque quien tiene algún problema o dificultad a nivel industrial debería ser muy austero a la hora de manejar los recursos. Conaprole, a pesar de que tuvimos varias reuniones con la empresa en los años 2014 y 2015 por la caída de los precios internacionales de la leche en polvo, invirtió en la planta Rodríguez en los últimos tres o cuatro años USD 65:000.000. Es decir, solamente en la instalación de una planta desmineralizadora de suero y en una planta de nutricionales, sin contar todos los anexos que tuvo que ampliar, como calderas, recibo de leche, etcétera. O sea, en esa planta, el costo fue de USD 65:000.000. No ha tenido ni tiene negocios de nutricionales que, además, va a producir a granel. La planta desmineralizadora no se ha ajustado a las cuestiones técnicas establecidas, no ha llegado al nivel de desmineralización del suero que valorizaría más el producto, pero tampoco hoy tiene un valor importante para tener que modificar esa parte. Actualmente, si en esa planta se estuviera trabajando se complementaría, pero tendría que parar una de las dos torres de polvo que tiene. Las dos torres de planta Rodríguez procesan entre 2:000.000 y 2:400.000 litros de leche por día. Conaprole es una empresa que recibe 1.400:000.000 de litros de leche por año, más de 4:000.000 por día, y gran parte de la leche va para esa planta. 

Por lo tanto, tiene que diseñar –esto ya lo aprobó el directorio para el próximo año– la instalación de una nueva planta de polvo en Rodríguez, con un costo de USD 100:000.000. Además, tiene que ampliar la capacidad de generación de vapor y está negociando o buscando precios en Brasil de una nueva caldera que trabajaría con chipeado y no con leña –hoy la leña es más barata que los demás usos de combustible para caldera–, que costaría USD 35:000.000. Esas inversiones están previstas para el próximo año. ¿Qué quiere decir esto? Que además de resolver su problema de logística, tiene un problema de crecimiento que sabe va a tener que atender, con la contradicción de que los productores siguen desapareciendo, tal como lo dijimos aquí el año pasado. Podemos taparnos los oídos, pero mientras la matriz productiva sea la misma, van a seguir desapareciendo. Cada vez que se produzca más, se va a destinar a la leche en polvo y en Conaprole el 30% de la leche va para el mercado interno. En los balances 2016, 2017, 2018 –lo pueden ver porque es de público conocimiento, a través del Banco Central– se puede ver que Conaprole facturó alrededor de USD 860:000.000 en cada ejercicio, con ganancias netas, a pesar de que digan que no. Lo que sucede es que con esa ganancia terminan pagando deudas contraídas y también realizan inversiones.

                En el último ejercicio 2017-2018, el 30% de la leche en el mercado interno valorizó el presupuesto de Conaprole en USD 400:000.000. El 70% del mercado de exportación, con un 60% de leche en polvo, facturó USD 460:000.000. ¿Qué quiere decir esto? Que valoriza más la leche en el mercado interno y que cada vez que se produzca más –y va a seguir creciendo porque es la lógica del sistema–, los productores van a recibir mucho menos por su litro de leche.

A esto se agrega lo siguiente. En la ley de creación de Conaprole, que se mantuvo hasta el año 2000, cuando por ley de urgente consideración se quitaron los directores políticos –recordemos la ley aquel momento–, se dio autonomía al funcionamiento y se eliminó la base del desarrollo y crecimiento de la lechería. En relación al tema de la leche cuota, el volumen de leche estaba en alrededor de 300 litros promedio por productor y recibía un precio de un 30% más que el de la leche industria, que era el excedente. Con ese precio, el productor tenía seguridad y estabilidad. Hoy reciben un promedio de 10,35 por litro leche, lo que indica que los grandes productores reciben más y los pequeños reciben menos por la logística y la calidad de recolección y producción. Hay productores a los que les van a recoger la leche dos días después o en el día después de dos ordeñes, y hay a quienes después de ordeñar, les levantan la leche una vez que la temperatura del silo es la adecuada. Todos conocemos esa realidad. En lo personal, trabajo recibiendo leche y en el CIM y les puedo contar claramente cómo es esta dinámica que conocemos bien.

                Entonces, ¿qué implica esto? El valor de la leche cuota se castigó por parte de los grandes productores porque se decía que se subsidiaba la leche al pequeño productor, pero si hoy volviéramos al sistema base de leche cuota, el valor de esos litros –serían alrededor de 300 por productor, aunque hay quienes remiten 500, 1.000 o 100.000– implicaría un ingreso mucho mayor para el pequeño productor. No vamos a decir que con esto va a poder cubrir los gastos para subsistir, pero lo ayudaría aún más. Conaprole nos acaba de decir que alrededor de 400 productores no cobraron y tienen saldo negativo porque están endeudados. Al recibo del remitente van todos los gastos que tiene el productor porque los insumos muchas veces los compran a través de la cadena de Conaproble y Prolesa. Entonces, aparecen todos los créditos que solicitan al Fondo de Asistencia Lechera. Muchos de esos insumos se pagan en dólares y eso implica el crecimiento en dólares que reclama la industria, como Conaprole, porque el mercado externo paga en dólares. Todo esto hace que la situación del productor sea mucho más complicada. 

                Por lo tanto, el año pasado planteamos la posibilidad de crear un fondo de asistencia directa Pergamino horizontal: 2Pergamino horizontal: 2de distribución en el que la industria hiciera un aporte por litro de leche recibida para redistribuir en forma igualitaria y no según los volúmenes de leche, como se hace actualmente. El fondo de asistencia que creó el gobierno cuando aumento dos pesos el litro de leche, también es discriminatorio porque se hace por franjas y quienes más remiten son los que perciben más. Nosotros creemos que, si queremos una lechería inclusiva, se debería atender la situación de los pequeños y medianos productores para que puedan mantenerse. De lo contrario, va a suceder lo que ha pasado en muchos países del mundo, donde van desapareciendo, se va concentrando o algunos pasan a la informalidad.   

Hoy en Rivera se venden 2500 litros de leche sin pasteurizar y la intendencia no hace ninguna gestión para controlar porque se trata de pequeños y medianos productores, y sabemos que es una decisión difícil. Artigas vende 7500 litros diarios. Entonces, estamos volviendo a aquella situación en la que el desplazamiento de los productores trae informalidad o una comercialización de productos que no cumple con la cadena de cuidados que debería tener. Por eso creemos que las soluciones para la lechería pasan por otro lado.

                El sindicato ha planteado reiteradamente a Conaprole y al Gobierno la creación de un ámbito tripartito integrado por los trabajadores, los productores y la industria, y Conaprole se ha negado permanentemente. Es más, hemos tenido reuniones con gremiales donde piden que no reciban al sindicato porque va a llenarles la cabeza con cosas que no son ciertas; esto lo dicen las gremiales que aún nos reciben; otras, a pesar de nuestra insistencia, ni siquiera nos reciben.

                También planteamos que estuviera presente la ANPL –con la cual hemos tenido varias reuniones donde hemos enfrentado las distintas visiones–, que tanto que dicen que son los dueños de los productores, pero en las dos oportunidades que llamaron a Conaprole para una reunión en ese ámbito, no se presentó.

 Con respecto a la eficiencia, la mejora de la gestión y la productividad tenemos documentos elaborados por el sindicato que estamos dispuestos a discutir. El Ministerio de Trabajo y Seguridad Social junto con el Ministerio de Industria, Energía, Minería y Turismo han tratado de promover esas instancias y Conaprole se ha negado sistemáticamente; incluso, ha sido convocado por parte de organismos del Estado. Si la empresa está tan preocupada por tomar acciones que mejoren su economía, no debería sentir temor de discutir con quienes convivimos diariamente y conocemos muchas de las situaciones que ocurren.

A nosotros nos preocupa que se tomen decisiones sin respetar los acuerdos y los laudos y sin brindar toda la información –decisión que se anunció el 16 de julio públicamente, de la que nos enteramos por la prensa, ni siquiera por asistir a una reunión formal–, porque esa actitud nos puede llevar por un camino que va en contra de todas las normas de buen relacionamiento que deberíamos tener.

Otro punto que nos importa aclarar tiene que ver con manifestaciones hechas por la prensa en las que muchas veces se dice que estamos en conflicto. No es verdad; nosotros no estamos en conflicto, sino que seguimos desplegando todas las acciones que entendemos son de movilización para juntar voluntades que lleven a que Conaprole desista de tomar esa decisión que se concretaría en marzo del año próximo.

Cuando Conaprole manifiesta públicamente que los trabajadores no sufrirán impacto porque van a mantener sus puestos de trabajo, nosotros decimos que el impacto no lo sentirán solamente los de la localidad, sino también, aquellos que deban optar por perder el trabajo porque su entorno familiar no puede trasladarse doscientos kilómetros a otras plantas o porque hicieron muchas inversiones. Varios compañeros ya vivieron este proceso y sabemos que es muy duro para el grupo familiar por las distintas complejidades. 

                Por eso, vamos a continuar demostrando al público y a la empresa que por este camino no se resuelve en nada la situación de la empresa y que es una decisión que va a afectar aún más a la sociedad. Y como la empresa es parte de la sociedad y recibe la compra de los consumidores e incluso hasta las acciones y beneficios que muchas veces se reclama al Gobierno, tendría que reconsiderar la adopción de una medida de este tipo. 

                Les vamos a hacer entrega de un material y, además, les dejaremos una planilla en la que estamos recogiendo firmas; obviamente no les vamos a pedir una firma acá, pero fuera de este ámbito, como cualquier ciudadano, tienen el derecho de dar su visión en cuanto a este tema.

SEÑOR RODRÍGUEZ.- Agradecemos que nos hayan recibido.

                Lamentablemente, cada vez que venimos aquí es porque estamos ante una situación compleja.

                Como obreros de la planta, vemos que lo más importante está enmarcado en lo social. Se trata de una de las pocas fuentes laborales de la zona y hay un perjuicio real, no sólo para la empresa en sí sino  para las quince o veinte empresas que lateralmente se vinculan a Conaprole. Además, vemos que hay un perjuicio social para los cuarenta compañeros –ellos van a ser reubicados en otras de las plantas industriales que tiene Conaprole–, sus familias, y todo lo que repercute en el entorno social de la localidad en su conjunto. Obviamente, es una empresa y funciona en términos económicos, por lo que son análisis que hay que hacer y, es más, nosotros los hemos hecho. Cuando estuvimos acá el año pasado, en el informe que les dejamos están claros los análisis de los últimos ejercicios; por ejemplo, en 2016-2017, observábamos que Conaprole cerraba con un superávit de alrededor de USD 69:000.000, y en 2017-2018, que cerraba con USD 57:300.000, con un dólar claramente en alza. Entonces, sabiendo que la empresa tiene que hacer inversiones, decíamos que podría haber alguna condicionante, pero cuando entramos a analizar lo que es la planta industrial de San Carlos en sí, si bien falta hacer un estudio más exhaustivo, en el primer análisis se ha observado que esa planta deja una rentabilidad mensual superior a USD 500.000. Nos parece que los argumentos se empiezan a caer para tomar este tipo de decisiones, con todo lo que enmarca; podría ser solo económico y uno ponerse frío para analizarlo, pero cuando hay números reales elocuentes, se demuestra que las decisiones son incongruentes  y van en perjuicio, no solo  de cuarenta compañeros y sus familias, sino también de una localidad que tiene a la planta industrial de Conaprole casi como única fuente de ingreso al área laboral. La verdad es que nos preocupa bastante este tema.

                También se ha especulado con que esto podría ser una salvaguarda para los pequeños y medianos productores, que tienen que ajustar el cinturón y, en ese sentido, se quiso seducir con ese lema. Como decía, a nosotros nos preocupa este tema y hemos tratado de volcar ideas para proteger, paliar o ayudar a los pequeños y medianos productores. No obstante, en la última reunión que tuvimos con el comité de recursos humanos de la empresa, ellos dejaron en claro que hay una situación por la que el 25 % de los productores hoy está cobrando cero pesos a fin de mes y el 40 % está por debajo de los $ 22.000 por mes. Entonces, cabe preguntarse si esto ayuda realmente a esa situación. Y la respuesta es no, no ayuda. La empresa proclama la preocupación por la pérdida de pequeños y medianos productores y realmente esto nos preocupa. En lo personal, soy chacrero y tengo un millón de vecinos, familiares y afines vinculados directa e indirectamente al agro. Escuchamos que la empresa dice que están desapareciendo los pequeños productores, que hay un 40 % que está en una situación sumamente crítica, y no tengo dudas –ojalá me equivoque– de que dentro de poco más de un año irán desapareciendo, van a tener que cesar sus actividades. Por otro lado, vemos que se hacen inversiones meramente especulativas, como mencionaba, gastando USD 40:000.000 para una planta, USD 25:000.000 para otra

–que no tiene mercado real– y tienen pensado invertir USD 35:000.000 para unas calderas y USD 100:000.000 más para una nueva torre. ¡Tengo, entonces,

USD 200:000.000 para utilizar de manera especulativa cuando están desapareciendo los productores y, además, cierro una planta que me deja rentabilidad! A mi juicio, es una decisión –no sé cómo denominarla– un poco frívola que nos preocupa porque no solo va en perjuicio de los cuarenta empleados de Conaprole –si fuera otra empresa también nos preocuparía–, sino de la sociedad en su conjunto.

                En gran parte, tenemos que ver –si bien es una opinión personal, creo que es compartida–, independientemente de los colores políticos, que estamos ante una situación compleja del país en la que existen parámetros que indican que este tipo de toma de decisión empresarial debería revertirse y buscar, entre todos, otras alternativas ya que el perjuicio no es solo para una empresa puntual y para las quince empresas que trabajan indirectamente para la misma, sino para la población en su conjunto, para la población de San Carlos con las escasísimas fuentes de ingreso que tiene en el área laboral.

                Muchas gracias.

SEÑORA PERAZZA.- En primer lugar, agradecemos habernos recibido en el día de hoy. Además de los muchos problemas que imagino que tienen, traemos uno más.

                Nuestra preocupación, como sindicato y compañeros que nos conocemos desde hace mucho tiempo, radica en que ya vivimos este tipo de reestructura y sabemos cómo impacta desde el punto de vista psicosocial en los trabajadores, en una familia formada por un matrimonio y dos hijos, niños o adolescentes que están estudiando.

                Conaprole dice que el trabajador no va a perder la fuente laboral ya que los va a reubicar en San Ramón o en el CIM, Complejo Industrial Montevideo. Quiero mencionar el caso de una persona que es un único hijo y su padre tiene Alzheimer y se pregunta qué hace ahora con él en el caso de que se tenga que ir a San Ramón o a Montevideo. Es decir que estos movimientos afectan nuestro entorno por la responsabilidad que tenemos como hijos. También se ven afectados los hijos de los trabajadores que están estudiando y tienen su vida en ese pueblo. Si bien los trabajadores todavía están en San Carlos, ya existe un caos a nivel familiar.

                Conaprole dice que va a contemplar los diferentes casos y que no se va a perder la fuente laboral. ¡Qué fácil es hablar sentado detrás de un escritorio con un aire acondicionado y todas las comodidades! Como sindicato expresamos que vamos a recorrer los caminos necesarios para revertir esta decisión de Conaprole.

                Es cuanto quería decir. Muchas gracias.

SEÑOR GARÍN.- Antes que nada, saludo a la Asociación de Obreros y Empleados de Conaprole. Me gustaría hacer una pregunta y luego un breve comentario.

                Si no comprendí mal, se presentó un anuncio de cierre. Hoy la planta está funcionando y tiene un anuncio de cierre para más adelante. ¿Eso es así?

SEÑORA PERAZZA.- Así es.

SEÑOR GARÍN.- Gran parte de los temas que nos han planteado, hace un año estaban en el mismo punto, pero con los números de ese momento. Hablaron de utilidades, estrategia de producción, de industrialización, propuestas referentes a las decisiones que se estaban tomando  en el caso concreto de Conaprole. También dejaron planteado  un punto que  a mi entender es muy importante; me refiero a la estrategia de producción de la cadena lechera que va más allá de la  mencionada cooperativa, aunque sea la principal. Se habló de la orientación general de la estrategia productiva y de comercialización, así como de los productos a comercializar. 

                Sigo insistiendo en que es un tema muy relevante porque da la sensación que hay que pensar un poco más detenidamente cuál va a ser la estrategia que se va a seguir con respecto a la lechería. Si observamos el calendario, la estrategia productiva aplicada actualmente parecería que se mantiene en los mismos términos  porque  ustedes dan por bueno que se está instalando una tercera planta de leche en polvo. Durante varios años esta estrategia nos viene demostrando que hay crecientes procesos de sustitución de productores más grandes por otros más pequeños –hay menos productores, pero hay más leche– y además, se percibe un proceso constante de sustitución de  trabajo por capital, porque algunas tareas que antes las hacían los productores, ahora se utilizan máquinas.  Además, si se  va a seguir trabajando en la línea de lo que en la exportación son genéricamente  commodities   no se puede esperar más que lo que decía Einstein: Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes. Me pareció muy bueno el planteo que han realizado pero  es similar al que realizaron el año pasado.

                Con respecto al ámbito tripartito tengo la percepción de que está trancado en el mismo punto. Nos consta que el Gobierno ha realizado algunos intentos en este sentido, pero le quedan unos pocos meses de gestión. No quiero justificar con esto que no se sigan haciendo esfuerzos para buscar soluciones porque de hecho somos parte de la bancada de gobierno y con la información que nos han brindado trataremos de seguir indagando. Nos han señalado, por ejemplo, que la discusión con la empresa en el ámbito tripartito no estaría funcionando. Trataremos de estudiar cómo podemos avanzar en la definición de una estrategia porque con la que se trabaja actualmente se corre el riesgo  de que se llegue a una situación de cierre de una nueva planta –como viene sucediendo en los últimos tiempos– y, de acá a un año vendrán nuevamente los trabajadores y plantear que hay una más para cerrar. Esperemos que podamos hacer la inspección, pero capaz que sea para la planta de San Carlos. Lo que no vamos a hacer es una inspección para el proceso que genera este modelo de producción que tiene enormes consecuencias sociales, tanto para los trabajadores, como para los pequeños productores.

                Quería hacer estos comentarios, reiterando que vamos a trabajar para abordar esta problemática. A modo de reflexión, creo que debemos trabajar más a fondo, en una instancia donde se sincere la estrategia a seguir, a efectos de buscar una solución más estructural para los problemas laborales.

                Era cuanto tenía para decir.        

SEÑOR PRESIDENTE.- La Presidencia aclara que está presente el señor senador Pardiñas, hombre que proviene de zonas rurales y conocedor de la producción. Como también nos aclara, es miembro de la Comisión de Asuntos Laborales.

SEÑOR PARDIÑAS.- A esa comisión llegó una solicitud de audiencia de esta misma delegación, pero quedamos en ir monitoreando la situación a partir de esta entrevista.

SEÑOR PRESIDENTE.- Perfecto. Registramos ese hecho.

SEÑOR BORDABERRY.- De acuerdo con el Reglamento del Senado, cuando uno tiene un interés personal o familiar en un asunto tiene que declararlo, por lo que quiero hacerlo antes de participar en esto. Uno de mis hermanos es productor tambero en la zona de influencia y remitente de la planta de San Carlos, así que tengo un interés personal en este asunto y el deber de declararlo porque, obviamente, si esto sigue adelante se va a ver afectado. Por lo tanto, no voy a hablar del asunto en sí porque, obviamente, involucraría intereses personales, pero sí me voy a permitir hacer una pequeña reflexión sobre la situación de la lechería en general.

Hoy está en la prensa la noticia del cierre, en Durazno, del tambo de la señora Alba Caorsi, una productora que conozco de niño y de las mejores que hay. De sus 150 vacas en ordeñe se ha embarcado casi la totalidad. Esta es una realidad que se está dando en todo el país en un sector en el que hace unos años, todo el mundo alentaba a que se siguiera invirtiendo, a que se invirtiera mucho más porque iba a crecer; eso es lo que se les decía.

Alba, por suerte, no hizo caso a esos alientos porque, si lo hubiera hecho, hoy no estaría embarcando a sus vacas sino que tendría un cartel de remate en el campo. Eso se lo planteó y hasta tenía el proyecto pero, por suerte, no lo hizo.

Creo que aquí hay un tema mucho más de fondo y es si los costos de producir para los productores son o no los adecuados. Si cada vez hay menos leche, cada vez también va a haber menos plantas; de eso no hay ninguna duda. Creo que por ahí empieza el asunto. Todos queremos que las plantas estén abiertas y que haya trabajo, pero acá hay un problema en el mediano y en el largo plazo: que si no hay materia prima no se va a poder producir. Esta es la realidad más grande.

Quizás se abra una ventana pero eso va a llevar mucho tiempo. Hablo del acuerdo con la Unión Europea, por el que puede haber algún tipo de mejora en algunos rubros. Con el presidente, el señor senador Baráibar, estamos en la Comisión de Asuntos Internacionales y allí el canciller nos dijo que ese acuerdo podría implicar a la producción de quesos y otras cosas, pero eso tampoco va a ser el año que viene, ni el siguiente ni el otro y, entretanto, hay que llegar a ese momento.

Me tocó vivir una situación similar con otro rubro, el de la bebida, siendo ministro de Industria, Energía y Minería en los años 2003 y 2004. Quienes habían adquirido las plantas de Montevideo de Fábricas Nacionales de Cerveza, de Minas de la Salus y de Lavalleja de Norteña –una empresa brasileña internacional– anunciaron que iban a cerrarlas. Aducían que, en realidad, con una planta les daba para producir para todo el país y exportar, pero se encontraron soluciones para que no quedara nadie en la calle. Nos anunciaron –de la misma forma en que lo hacen hoy nuestros invitados– el cierre de la planta de Paysandú. Ante eso planteamos un modelo exportador más agresivo, pero ellos dijeron que no porque, en realidad, ¿a quién iban a exportar? ¿A ellos mismos, que son los que están en Brasil y en Argentina? A pesar de esto recuerdo que reconvertimos la planta de Paysandú, con una inversión muy grande, en una maltería; a su vez, reconvertimos a los trabajadores en plantadores de cebada para que no quedaran sin trabajo; en lo personal, celebro que nadie quedara en la calle. Todo se adaptó a la nueva realidad que sigue hoy en día, pero eso fue a partir de que existiera materia prima para poder producir. Me parece que podrán encontrarse soluciones para que no se cierren las plantas, podrá cumplirse con los convenios y podrá hacerse todo lo que viene haciéndose acá, pero las plantas van a seguir cerrando si siguen cerrando los tambos.

Esa es la realidad. Si no nos damos cuenta de que hay que hacer algo, estamos perdidos con respecto a ellos. No podemos echarle la culpa a los precios porque, lamentablemente, somos tomadores de precios internacionales, y todos miramos la página de Fonterra a cada rato cuando estamos cerrando temas. Podemos sí hacer intentos –y reconozco esto como un aporte del Gobierno– para que cuando entremos con nuestros productos a otros mercados no paguemos aranceles y eso se convierta en mayores ingresos, pero al final del día está el costo de producir en el país.

                En definitiva, podemos brindar soluciones para que no cierre una planta o acontezca otra cosa, pero a largo plazo la actividad no va a tener suerte. Y es por eso, quizás, que hoy en el Uruguay hay más inversión en árboles que en vacas.

(Ocupa la presidencia el señor senador Bordaberry).

SEÑOR PARDIÑAS.- Ante todo, quiero disculparme por llegar un poco más tarde a la reunión y no haber podido escuchar el informe que realizó la delegación que estamos recibiendo.

                Quisiera hacer algunas preguntas, que no sé si ya no se habrán planteado.

                En cuanto a lo que se han enterado por medio de anuncios de prensa –tal como mencionó el señor senador Garín–, me gustaría saber si no ha habido una comunicación formal en los ámbitos de negociación colectiva con el sindicato. Queremos saber, también, si se ha iniciado algún proceso por el cual haya algún anuncio o notificación a trabajadores de una fecha de pase a seguro de paro o de que ya los estén colocando en esa situación. Estos son pasos previos que siempre las plantas dan cuando inician estos procesos de cierre; así sucedió en el caso de pili, y así fue también cuando se discutió la viabilidad de Coleme. Esa es la primera respuesta que quisiéramos tener.

                Por otra parte, nos gustaría que nos pautaran cuál es la curva de remisión que está teniendo la planta, por lo menos desde hace un año. Ese es un problema que estamos teniendo en la lechería del Uruguay: si bien estamos incrementando la productividad en algunos sectores de producción, también estamos perdiendo producción global, lo que lleva a una readecuación del sistema, que incluye rediseño de las plantas y cuáles trabajar. Lo mismo sucede con la industria frigorífica; hoy día hay dueños de varias plantas y según la oferta de ganado se determina en qué planta faenan y en qué plantas van a parar, van a hacer mantenimiento y pasar su personal a seguro de paro. ¿Por qué? Porque, lógicamente, tienen la posibilidad de ir adecuándose al ciclo de precios y de costo para obtener una mayor viabilidad en el proceso. En el caso de la lechería, estamos viendo ese tema porque, por ejemplo, el grupo Lácteos Gloria ya contrató personal en Colonia y está empezando a hacer negocios para comprar leche, o sea que hay un proceso de reducción de la remisión pero aun así está habiendo acciones de algunos actores de la cadena que están buscando oportunidades.

                En principio, es esa la información que necesitamos tener para contextualizar el análisis. El tema de los costos es importante; de eso no hay duda. Sin embargo, creemos que hasta ahora se ha pagado más con la pérdida de mercados o con la pérdida de oportunidades de exportación que ha tenido el país; lo han pagado más los pequeños productores que incluso la propia industria.

En ese sentido, habría que ver cómo podemos encarar este proceso a fin de obtener una solución global para la cadena. Ha sido una demanda permanente de nuestro país el hecho de generar valor en nuestros productos agropecuarios para la exportación, pero ocurre la paradoja de que, en el caso de la lechería, los productos con más valor agregado son los más difíciles de colocar y con los que tenemos más dificultades para competir. Justamente, son los que están más condicionados en el mercado internacional y eso también pesa en la capacidad de agregar valor que tienen nuestras plantas, nuestras industrias.

                Creo que es un tema que también deberemos tener presente en el análisis.

(Ocupa la presidencia el señor senador Baráibar).

SEÑOR LÓPEZ VILLALBA.- Muy buenos días a la delegación.

                Vengo de los pagos de los tambos, es decir, Santa Lucía, 25 de Agosto, Rodríguez, Cardal, etcétera; nos hemos criado en esa zona y conocemos la historia. Recién le comentaba al señor senador Garín que ya hace alrededor de cincuenta y cinco años, cuando veníamos a estudiar a Montevideo en ferrocarril, la ingeniera agrónoma Berti –quien ya se había recibido y era docente en la facultad de agronomía; además, sus padres eran productores de leche– se planteaba qué dificultades habría en el futuro con la industria lechera. Ella se refería a los subproductos y a las posibilidades de competencia –reitero–, ya hace alrededor de cincuenta y cinco años; eran conversaciones informales, pero se daban entre los que estábamos interesados en el tema. Con el tiempo fuimos viendo que distintos productores, amigos, hijos, tuvieron que entregar sus campos o cerrar sus tambos y los tambos chicos fueron comprados por tamberos más grandes. En un pueblo chico nos conocemos todos y sabemos quién es quién, quién trajo tecnología y quién pudo sobrevivir.

                Ahora bien, este tema es muy específico y me parece que hay un problema –no cabe duda–: ¿qué estrategia se va a seguir, en forma integral, con la industria lechera en el Uruguay? Hoy la globalización nos ha llevado a que ya no produzcamos para nosotros y lo cierto es que los distintos convenios nos van a dar posibilidades, pero también obligaciones. ¿Qué sucede? Que desde hace muchos años en la industria está sucediendo algo que ya comentaba el señor senador Pardiñas. Por ejemplo, la industria frigorífica tiene relación con la industria del cuero. ¿Cuántos millones de pares de zapatos importados consumimos? Ya no se procesa el cuero que sale de nuestras propias plantas; prácticamente sale en el primer proceso y sin valor agregado. ¿Por qué? Una vez nos explicó un economista que el solo hecho de procesar el cuero, con toda la cadena completa, implicaba unos ciento ochenta días de recuperación de esas divisas. Por lo tanto, la industria del calzado fue desapareciendo –solo hay talleres– al igual que todo lo que era manufactura, y esto sucede a nivel mundial, tal como lo mencionaba el señor senador Garín.

                ¿Qué nos planteamos con la industria lechera específicamente? ¿Cómo nos ubicamos en el mundo? ¿Con qué productos o subproductos? ¿Cómo manejamos el mercado local? ¿Qué va a pasar con los pequeños productores? ¿Qué va a pasar con todo lo que se viene hablando desde hace cien años en el país? En mis pagos, la reforma agraria prácticamente tiene cien años; había pequeños productores, algunos un poco más grandes y otros un poco más chicos, pero eran pequeñas fracciones de campo de cuarenta, setenta u ochenta cuadras. ¿Qué va a pasar con todo lo que se viene dando? Algunos predios fueron comprados por productores más grandes, la tecnología fue sustituyendo  a la mano de obra y la gran mayoría de los tamberos chicos se fueron al pueblo, a Santa Lucía y algunos pasaron muy mal hasta sus últimos días. Amigos míos y gente conocida, terminaron sufriendo necesidades básicas después de haber tenido su tambo y criado su familia.

                Insisto, como reflexión dejo planteada la pregunta de qué estrategia se va a seguir. Este es un tema de estado –deja de ser un tema de sector– como tantos y hay que ponerle un pienso entre todos: los trabajadores, los tamberos y los industriales.

                Conozco perfectamente lo que es Conaprole. Con gran parte de los cooperativistas y con algunos directores nos criamos juntos. Conozco a fondo toda la problemática y las distintas opciones que se fueron dando, como ser, cuando se abrieron las fábricas de helado. Me pregunto si ha sido la solución definitiva abrir plantas en todo el interior del país para solucionar el problema de la pasteurización de la leche. Lo que se decía que ocurría en Rivera y Artigas, también sucedía en nuestro pueblo: los inspectores departamentales salían con la policía para detener al pequeño lechero que terminaba ordeñando sus vaquitas para vender la leche a escondidas en el pueblo. Lógicamente eso ocurría hace 40 años, pero hoy estamos retrocediendo. Creo que esto nos hace pensar en que hay un todo, algo integral que es una estrategia y habrá que ver qué es lo que está pasando en el mundo. Habrá que ver qué posibilidades reales tenemos de colocar nuestra producción y en qué cosas.

                Como ya dije, una docente de la facultad de Agronomía, hija de tamberos, hace años me decía que, en el futuro, no iba a ser fácil colocar nuestros productos.

SEÑOR PRESIDENTE.- Hace unos días en la comisión recibimos a una delegación de los campos de recría, un tema muy vinculado con la producción lechera y, en muchos aspectos, sus planteos coinciden con las inquietudes de los invitados. Ellos plantearon la dificultad de que hoy les está sobrando  campo porque los tamberos no están enviando vacas para el todo el proceso de recría porque eso tiene un costo y no saben si luego de cumplido el proceso, va a ser rentable o no; entonces, se van constriñendo a la  producción más elemental con el riesgo de que muchos terminan cerrando.

                Uruguay es un país agropecuario, es una gran pradera. Es más, hace poco estuve en el congreso de la raza Aberdeen Angus –un congreso a nivel mundial– al que asistieron productores de casi todas partes del mundo y allí se dijo que Uruguay –puede sonar como algo muy lírico– es la última pradera natural que queda. Por supuesto que es opinable, pero estuve en el congreso y eso fue lo que se dijo. De todas maneras, si eso no es exacto, no está tan alejado de la realidad. Como dije, este es un país agropecuario en el que la mayor altura está cerca de San Carlos y es de unos 500 metros.

Por lo que hemos visto  la producción de citricultura –hemos estado en la Comisión de Asuntos Internacionales recibiendo informes–, aparentemente, no genera un problema grande con relación al espacio disponible.

También se ha buscado una complementación entre la producción de ganado y la plantación de árboles, aunque en determinado momento se pensó que eran incompatibles.

La leche también es un producto de consumo, esencial, que no tiene sustituto. Los productos que pueden verse como sustitutos son distintos a la leche, como producto de origen  natural animal.

Más allá de esta situación, comprendo la angustia que están viviendo los trabajadores de San Carlos. La compañera describió las vivencias de la gente en cuanto a los problemas personales, laborales y familiares. Lo comprendo.

Todo esto me lleva a decir que este tema –creo que lo expresó el senador López Villalba– es de política de Estado. Cualquiera sea el Gobierno que asuma en marzo del año que viene va a tener que abordar este tema con mucha seriedad. Espero y aspiro que todas las fuerzas vivas estén trabajando en ese sentido.

Escuchamos el informe que ya habíamos tenido oportunidad de conocer en otra ocasión en que concurrieron a la comisión.

Tengo una pregunta para hacer y de pronto puedo pecar de ignorante –pido que pongan esta palabra en la versión taquigráfica; no la digo descuidadamente– al realizarla: ¿cuál es la razón por la que Conaprole está planteando la necesidad de cerrar esta planta? De pronto ya lo dijeron y no lo entendí. ¿Qué porcentaje de gastos significa la planta de San Carlos en relación con la producción general de Conaprole? ¿Cuáles son las razones que ellos manejan? Si se habla de rentabilidad, no creo que se solucione con esta medida.

Por otro lado, ustedes dijeron que era rentable la planta de San Carlos. Debemos recordar que está muy cerca de uno de los mayores polos de desarrollo turístico del país como Punta del Este, Maldonado y Piriápolis. Es una zona que necesita un abastecimiento práctico, rápido, eficiente, para una población de alto consumo que requiere de un producto que sigue siendo esencial como es la leche y sus derivados.

Entonces, ¿qué van a hacer al cerrar la planta? ¿Qué van a hacer con esas instalaciones que creo son bastante nuevas?

Repito que me gustaría saber las razones por las que se cierra la planta y qué se va a hacer en el caso de que se deje de producir leche. No sé si están en condiciones de responder; de cualquier manera,  quiero dejar planteadas estas interrogantes.

Quiero decirles que vamos a seguir trabajando aunque es cierto que estamos muy cerca de un período especial de la vida parlamentaria y  del país. Vamos a convocar a los sectores directamente involucrados como Conaprole y a los organismos del Estado. Más allá del receso parlamentario, las comisiones pueden seguir funcionando. En este ámbito, por lo menos, el tema tendrá una atención suficiente. Lo digo porque sé cómo piensan los demás miembros de la comisión, más allá de los aspectos prácticos que habrá que instrumentar.

De esta manera, vamos a sentirnos solidarios con la angustia que tanto ustedes como los trabajadores puedan tener y, además, podemos ver si de esas conversaciones surge una reflexión que lleve a cambiar una idea o a replantear esta idea con otra alternativa para, finalmente, llegar a una solución de fondo.

SEÑOR FERNÁNDEZ.- Quiero hacer una pequeña introducción para contestar lo que el señor senador estaba planteando.

                Yo vengo de San Ramón, de una familia de exproductores lecheros que tuvieron que cerrar allá por el año 2000, y pasé por lo que decía el senador de vender leche sin pasteurizar a escondidas en la calle, porque teníamos que seguir comiendo ya que mi padre, como tantos productores chicos, quedó en el camino. Antes de entrar a Conaprole,  trabajé en distintos tambos, pero en el último lo hice instalando máquinas de ordeñar. Quiere decir que he estado en diferentes ámbitos y he visto diferentes realidades. Entonces, a veces cuando uno se pone el zapato de los problemas que tienen los demás, los puede entender de otra manera. ¿Por qué se toma esta decisión? Como lo explicaron mis compañeros, nosotros todavía no hemos tenido un planteo formal.

Voy a dar mi interpretación de una situación que estoy viendo y aclaro que todo lo que digo lo sostengo en todos los ámbitos. Como dije, estuve en la parte de los productores y ahora vengo como trabajador de AOEC. Para nosotros, la empresa ha tomado una decisión política ante la presión y el reclamo de los productores

–principalmente los pequeños–, que es más que valido. Más allá del costo que algunos mencionaron y del respaldo que sabemos brindó el Gobierno hacia los productores que están con problemas –sin entrar a hacer política–, es cierto que no ha habido soluciones reales. Nos cuestionamos y preguntamos cómo una cooperativa –porque esto no es una empresa privada– no está sosteniendo el problema que sufren los pequeños productores –algunos grandes también–, los que se embarran todos los días para ordeñar y se tienen que levantar a la madrugada, no los que pagan para que le trabajen sus tambos. A esos productores chicos la cooperativa no los está defendiendo. Vemos inversiones millonarias, especulativas, como decían los compañeros pero, sin embargo, están dejando que desaparezcan los productores. Tenemos una visión sobre este tema.

La respuesta que la empresa iba a tener en noviembre, la dio en julio cuando los productores decidieron pararse firmes frente a la cooperativa a reclamar el aumento del precio de la leche. Esto es más que justo porque están pasando mal y porque la industria Conaprole –no otra–, lo puede hacer por los números que se manejan. Digo esto porque nosotros lo vivimos de adentro y sabemos dónde se pueden hacer los ajustes.

                Para nosotros es una decisión política y una respuesta sacar de la discusión el precio de la leche. Los productores se fueron con una visión, capaz porque les vendieron espejitos de colores diciéndoles que iban a tener una mejora con el cierre de la planta. Los números que nosotros manejamos indican todo lo contrario, que lo van a pagar y que, lamentablemente, los productores chicos de esa zona van a ir desapareciendo. Es real, ya no se pueden sostener, porque vienen mal por el bajo precio que les paga la industria. En realidad, si cualquiera de nosotros está mal económicamente no sale a arreglar la casa, sino a tapar los agujeros. Por eso, si supuestamente Conaprole estuviera mal, no estaría haciendo esas inversiones. ¡Me alegro de todas las inversiones que vienen a la industria! Sin embargo, dicen que no tienen mercado, pero por un lado están desapareciendo los pequeños productores y, por otro está subiendo la materia prima, cada vez hay más leche, entonces, es medio contradictorio.

Nosotros visualizamos que la reestructura que quiere hacer hace mucho tiempo la empresa es concentrar la producción de leche en pocos productores muy grandes y hacer que desaparezcan los productores chicos, que fueron los que formaron la cooperativa, los que le dieron la fuerza. No les interesan, y lo digo porque yo lo viví del otro lado también.

Insisto: a la industria no le interesa salvar a los productores chicos y, además, quiere reducir el número de puestos de trabajo. La leche que no envasa en la planta de San Carlos la va a envasar en el CIM, Complejo Industrial Montevideo. Pensemos en todo lo que eso les genera no solo a las familias involucradas, sino a los proveedores de esa planta. Hasta el momento Conaprole no nos ha demostrado que eso le interese porque si, en realidad, le preocupara la situación del productor chico lo primero que haría sería concurrir a esas instancias en las que la ANPL –Asociación Nacional de Productores de Leche– ha querido reunirse.

                Nosotros nos reunimos en dos instancias en la ANPL, cruzando la calle, frente a Conaprole, sin embargo la dirección de la empresa no fue. ¿Por qué? Porque cuando se juntan las tres partes –más allá de que quizás las primeras instancias sean de discusión y las otras sean para buscar soluciones reales– no quiere ir. Hasta el día de hoy Conaprole sigue diciéndole al pequeño productor que el trabajador tiene la culpa del problema que está pasando. Estoy convencido de que el trabajador tiene mucho para aportar y también para mejorar.

                Entiendo que en un ámbito real donde estén representadas las tres partes podemos caminar y mejorar la realidad; no estoy hablando del trabajador, sino del productor chico,  que si desaparece me va a doler muchísimo, porque vengo de abajo.

                Hemos agotado las instancias con las gremiales, le hemos solicitado a la dirección de la empresa que se reúna con nosotros, pero no ha querido. ¿Por qué no quiere? Porque no le interesa, no le sirve que se sepan muchas de las verdades ocultas que hoy tiene la empresa.

                Quienes trabajamos en las diferentes plantas vemos cuál es la realidad,  cómo se fuga un montón de dinero y vemos las malas acciones ya que la producción y los mercados internacionales no se cuidan como corresponde.  Insisto: esto lo vemos desde adentro. Entonces, reunirnos con los productores y mostrarles la otra cara de la moneda genera una situación complicada para la dirección. Por esa razón la directiva de la empresa no se junta con nosotros.

                Me hago cargo de lo que digo; quizás no sea políticamente correcto, pero me gusta decir las cosas como son. El día que la dirección de la empresa –sea la que sea– se reúna con los trabajadores y los productores, no para sacarnos los ojos, sino para buscar soluciones reales, más allá de quien esté en el gobierno, podremos encontrar soluciones. Puede estar cualquiera en el gobierno, quemar los cartuchos, pero si la empresa sigue manejándose como hasta ahora, mirando para el otro lado cada vez que desaparece un productor chico, la situación será esta. Como dije: me duele que esté pasando esto. Tengo familiares y amigos que se han quedado por el camino después de haber trabajado toda una vida, sin embargo la lechería sigue creciendo –¡sigue creciendo!– y la empresa sigue mirando para el costado.

                Por lo tanto, debemos sincerarnos y buscar seriamente una solución. Insisto: no pasa por las políticas que pueda tener el gobierno porque cualquiera sea, puede inyectar un montón de medidas para mejorar, y si la cooperativa sigue manejándose como hasta ahora, vamos seguir el mismo rumbo, es decir, que se concentre la leche en pocos productores muy grandes y fuertes, y sigan desapareciendo los productores chicos.

No nos olvidemos que también se viene la reestructura de los trabajadores; no nos quedemos solo con el cierre de la planta en San Carlos. La dirección quiere abrir esta puerta para seguir haciendo reestructuras porque no le interesa la leche fluida, sino concentrar la producción en polvo. Si los señores senadores observan el proceso que se ha venido dando,  verán que han apostado a eso. Esta es una cooperativa, no un emprendimiento privado. Siempre comparo Conaprole con el Estado –el gobierno– porque es lo más parecido. Insisto: este no es un emprendimiento privado y lo que hay que hacer es gestionarlo bien para que todo funcione bien, ya sea para los trabajadores como para los productores.

SEÑOR GOICHEA.-  Quiero hacer una aclaración para que no se malinterpreten algunas de las expresiones vertidas aquí. Se ha dicho que no tenemos ámbitos de relacionamiento con la dirección de Conaprole. No es así.

SEÑOR PRESIDENTE.-  Es bueno aclararlo.

SEÑOR GOICHEA.- Tenemos ámbitos frecuentes, permanentes y constantes, y como dije al iniciar mi intervención, desde febrero hasta fin de año, contamos con un ámbito tripartito en el ministerio donde semanalmente nos reunimos dos horas los días martes para tratar los temas que habían sido producto del conflicto y los que podían surgir.

                Ese es un ámbito frecuente, que el ministerio instaló a nuestro pedido porque veníamos atrasados en la discusión­.  El convenio alcanzado en setiembre de 2018, cuando salimos del conflicto, decía que había que analizar en forma bipartita el régimen y la antigüedad, producto del conflicto, pero si no se avanzaba,  el ministerio debía intervenir.  Desde febrero nos estamos reuniendo.

                Además, hemos mantenido reuniones frecuentes con recursos humanos, con la empresa, más allá de períodos de dificultades, independientemente de ese ámbito y fuimos recibidos en diciembre del año pasado, y ahora el 22 de julio de este año, por el Comité de Recursos Humanos,  aunque nosotros queríamos reunirnos con el directorio. El Comité de Recursos Humanos está integrado por el presidente de Conaprole, por un director de los cinco que integran el directorio, por el gerente general de Conaprole y por la actual gerenta de recursos humanos. En marzo del año pasado había ingresado un gerente que renunció en diciembre, producto del conflicto que tuvimos durante su gestión, porque quien está al frente de las relaciones laborales en una empresa es la gerencia de recursos humanos. Renunció a la empresa y nosotros sabemos que fue un proceso muy complicado.

                Me desempeño como secretario general del sindicato de Conaprole, elegido ininterrumpidamente desde el año 1990, cada dos años –hubo un intervalo de dos años en que no estuve–, y puedo decir que durante toda la carrera de relación con Conaprole, hubo16 gerentes de recursos humanos o jefe de personal, en treinta y pocos años. Es muy difícil esto.

                Antes del anuncio del 16 de julio a los productores, estos venían demandando una serie de cosas –producto de la situación que viven especialmente los pequeños y medianos– sobre bases que entendemos no son correctas. Se ha instalado –para nosotros a impulso de algunos exrepresentantes de Conaprole, que han estado en determinadas directivas y hoy no están– la idea de que la cooperativa hay excedente de personal.  Se dijo que había personal excedentario en un lugar, que eso lo hacía inoperante, y que por ahí se podía solucionar el problema. Se ha llegado a hablar de 200 trabajadores excedentarios de un total de 1800 efectivos, pero hay 200 a 300 contratados en forma frecuente. Recuerden los señores senadores la dimensión del conflicto del año pasado,  en junio y agosto –en julio hubo un impasse–, con la única medida de trabajo a reglamento. Lo dijimos acá; estábamos en un caos. El trabajo a reglamento implica no cambiar de turno ni de sección y no hacer horas extra ni descanso. Entonces, ¿hay excedentarios? Conaprole se basa, como muchas empresas que han ido tecnificándose, en puestos de trabajo con 5, 6 o 7 personas por puesto sin relevo por licencia o enfermedad.  Tenemos un importante número de horas extra pero de personal contratado. Entonces, si hay personal excedentario no contraten a 200 personas en Conaprole. ¿De dónde surge? Esto lo hemos dicho a las gremiales de productores.

                Aclaro que las mismas palabras que dijimos al directorio y al ministerio, las decimos acá.

                Esta barra de productores se reunió en Florida, por fuera de las gremiales de productores y de toda institucionalidad –por llamado abierto dijeron que se concentrarían frente a Conaprole el 16 de julio–, a realizar una demanda en momentos en que el directorio tenía una reunión ordinaria con la asamblea de los 29, que es el organismo de gestiones y de control. También hicieron una movilización frente a la casa de Gobierno –con todo derecho–, pero esa barra brava se paró como frente a un club de fútbol a decir:  «venimos a pedir que saquen al técnico». ¿Y el anuncio que hizo la empresa? Por eso decimos «violentando los acuerdos», porque nos estamos reuniendo desde febrero en un ámbito tripartito, porque tenemos los laudos y reclamamos ante una situación dada  y porque en la previa Conaprole dijo que estaba viendo los números de la planta de San Carlos. Si ustedes observan el convenio. verán que se tendría que haber informado al sindicato las razones y los motivos para poder analizar el tema –por eso dice «en forma previa»–, sin embargo, el 16 de julio termina haciendo el anuncio de dos temas: la renuncia del gerente general, como un estímulo, porque también había reclamos hacia él por varias acciones que tomó –cobraba un salario de USD 20000, pero ya tenía un relevo hacía un año– y el cierre de la planta de San Carlos, que implica cuarenta puestos menos de trabajo. Esa es la realidad. Desde hace tiempo dicen que sobra personal sin darse cuenta que despedirlos no va a ser ni rentable, ni eficiente, ni económico.

Quiero aclarar el tema del gerente general, porque incluso se publicó una nota y conocemos el tema de verdad.  El gerente general de Conaprole entró en el año 1998, tuvo dos años de vínculo con el sindicato, luego nunca más. Se lo hemos dicho al directorio porque vamos a las reuniones. Cabe destacar que el gerente anterior, Alberto Souto, de tradición conaprolera que no tenía ningún título –muchos lo deben haber conocido–, estuvo más de veinte años al frente de la gerencia general de Conaprole. Junto a otros tantos directores de una Conaprole distinta fueron los que promovieron un desarrollo diferencial. Pero el objetivo de este hombre, en los planes quinquenales que empezó a diseñar, era que la empresa funcionara con 1000 productores y 500 trabajadores: ¡la Conaprole del futuro! A eso vamos a llegar si seguimos con las medidas que van en ese sentido.

En el momento en que él entró, había cerca de 2800 productores, y hoy hay 1800 matrículas. Como hay productores que tienen más de un establecimiento se calcula que puede haber 1600 productores como tales. Entonces, en veinte años hay 1200 productores menos, y se ha afectado la producción lechera con crecimiento mediante.

Si queremos una lechería inclusiva, donde el pequeño y mediano productor tenga su espacio de desarrollo y mantención, hay que buscar una ley de lechería que los contemple. Para esto hay que tomar acciones y medidas como muchos países lo han hecho. Si creen imprescindible mantener a los productores en el agro, en el campo trabajando, con el esfuerzo que eso implica, hay que hacerlo con subsidios que tienen que surgir en primer lugar de la propia industria, teniendo en cuenta el caso de la industria nacional y cooperativa. Así es como nosotros concebimos una sociedad. De lo contrario, el crecimiento de los volúmenes de leche con destino a la exportación va a ir en detrimento de los pequeños y medianos productores.

Nuestro país es el primer consumidor lácteo per cápita: doscientos veinticinco litros de leche por año. Esto se puede chequear. Está por encima de los países de América como Estados Unidos, y tantos otros, que a veces se ponen como ejemplo; y estamos cuartos o quintos en el mundo. La realidad es que ese crecimiento –esto lo mencionamos el año pasado cuando concurrimos a esta comisión–, y ninguna de las medidas que se tomaron y que se siguen tomando, como el fondo de asistencia o dilatación de pago de deudas o de moras, favorecieron al productor. Habrá nuevamente una reunión con el Banco de la República. Para el productor la leche aumentó dos veces este año: $ 0,50  en marzo y $ 0,30 ahora –dicen que va a aumentar nuevamente–, pero esto sigue favoreciendo a los grandes productores. Esa es la realidad que tenemos; si no nos sacamos la venda y seguimos reclamando que aumente el precio de la leche en forma igualitaria, van a seguir desapareciendo los pequeños productores.

Desde el año pasado hasta ahora hay un promedio que refleja que cada cuarenta horas desaparece un productor, tal vez sí, los números no los tenemos, pero van a seguir desapareciendo y va a seguir creciendo la lechería. No es real que no crezca la producción de leche, porque los grandes productores –que ya no son productores, son empresarios porque, como mencionaba mi compañero, tienen varios establecimientos– siguen creciendo –o se instalan capitales como los neozelandeses–, van a seguir desarrollando la lechería que se destinará a la exportación y eso implicará que se reduzca el precio relativo al valor que recibe el productor, y los pequeños no van a poder subsistir y seguirán desapareciendo. Si dijimos que es desde que asumió, son 1200 productores menos en 20 años, eso significa 60 por año. Y el año que viene habrá 60 menos. En determinado momento se llegará a una cifra de productores que reflejará el piso de la producción.

Entonces, si queremos un país que produzca leche para seguir exportando, hay que analizar la ecuación. Entendemos que se debería volver al valor de leche cuota que, como se decía, se destinaba para el mercado interno –que valoriza más– y el excedentario, que es producido por los grandes productores, que se pague menos porque tienen una ecuación distinta. De lo contrario, hablamos de un subsidio; que la industria haga un subsidio y que se distribuya en forma igualitaria y no por volumen de leche.

Sin embargo, todos los caminos que se han adoptado ahora van en sentido contrario. Por lo tanto, van a seguir desapareciendo y el Estado, la sociedad, va a terminar pagando, porque un productor que desaparece termina en los cordones de la ciudad.

Por eso, es necesario mirar la ecuación en el total. ¿Qué gana el Estado, el país o la sociedad con el hecho de que sigan desapareciendo? Es preferible incentivar la permanencia y decirles a los grandes productores, de una vez por todas, que hasta acá van las ganancias de ellos. No precisamos que se enriquezcan unos pocos en detrimento de otros. Concebimos una sociedad distinta. Por algo, no hemos logrado estos ámbitos. No hay una ley de lechería. Dicho de otro modo, si hablamos de un gasoil productivo, es para quienes más lo necesitan y no para otros que tienen sus negocios. Pero de esos temas no se habla a nivel político ni de la sociedad y cuando queremos ahondar –como lo hemos intentado con la instalación de ámbitos a esos efectos a través del Inale–, no se avanza. No se ha podido avanzar en una ley de lechería, a pesar de que, como se dice muchas veces, hay que beneficiar a los que menos tienen para que puedan mantenerse.

Es ahí donde está el problema de la lechería.

SEÑOR PRESIDENTE.- Nos ha quedado bastante claro.

SEÑOR GARÍN.- Disculpen que vuelva sobre la misma pregunta. En este momento hablamos de la amenaza que significa un anuncio de prensa, que es confirmado por Conaprole pero no comunicado en ningún ámbito formal. Con el sindicato no se ha confirmado, por lo que vamos a averiguar si con los ministerios lo ha hecho.

SEÑOR GOICHEA.- El martes pasado en el ministerio –donde estuvimos– lo anunciaron, pero no entregaron toda la información. Está faltando conocer cuál es la razón de esa la decisión.

SEÑOR GARÍN.- O sea, hay una primera señal oficial de esa decisión, sin perjuicio de que todavía no se ha entregado la documentación.

Me llama bastante la atención, porque, al parecer, es una decisión que se va a tomar el año que viene, que todavía no se ha presentado la documentación para hacer los análisis correspondientes en los ámbitos formales y, sin embargo, llevamos ya un mes y medio de su anuncio. No puedo olvidarme que estamos en agosto de 2019. Pero, quería sacarme esta duda, porque, en última instancia, cuánto hay de comunicación y de brindar información en ámbitos formales y cuánto se está manifestando en un ámbito de generación de opinión pública sobre un evento que va a pasar el año que viene, sobre el que ya llevamos un mes y medio y sobre el que tenemos por delante algunos meses para saber si será así o no.

                En algún momento citaron uno de los puntos del laudo, en el que se expresa que las empresas informarán a los sindicatos con la debida antelación y en forma previa a adoptar las medidas. Está claro que al sindicato no le han comunicado y la decisión formalmente para ustedes no está tomada, sin perjuicio de que se han enterado que, en otro lugar, a otros interlocutores, les han dicho que está la decisión tomada.

Lo cierto es que hace un mes que estamos generando la sensación de que se va a cerrar una planta, pero en ningún lugar hay una constatación fehaciente de ello y la consiguiente presentación de la documentación que corresponde como para adelantarse a las decisiones.

 Además, de acuerdo con la pregunta planteada por el señor senador Pardiñas, no se han hecho anuncios de envíos al seguro de paro, porque esa sería otra forma de visualizar el camino hacia un eventual cierre. Por lo tanto, en este momento estamos discutiendo sobre señales de una posible decisión.

Lo menciono en estos términos, porque me llama la atención y porque como ya adelantaba el señor presidente, nos da la oportunidad de invitar a algunos organismos del Estado y a la propia Conaprole para que sustancie más significativamente lo que hasta ahora son cosas borrosas pero que ya generan inseguridad y alarma, al menos en la localidad donde se va a procesar el cierre.

SEÑOR GOICHEA.- En la reunión del martes pasado en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social estuvimos presentes todas las delegaciones: el Director Nacional de Trabajo, la gerente de recursos humanos Rosario Irabuena, la integrante del área de recursos humanos Valentina Egorov, el representante de Conaprole Daniel Cruz y su abogado asesor, Daniel Riva, así como una delegación muy importante del sindicato. En esa ocasión se le manifestó a Conaprole la sorpresa por la forma en que se había trasmitido esto, sin respetar los ámbitos tripartitos ni la firma del acuerdo del laudo, cosa que sí respetaron el resto de las empresas que integran la CILU. En esa instancia, se aclaró que el año pasado, en el momento de la negociación de los regímenes entre Conaprole y  AOEC, antes del conflicto, cuando todas las plantas fueron con los jefes y los delegados de todos los sectores –allí estuvo presente la planta 10 de San Carlos–, el Director Nacional de Trabajo dijo que, al discutirse este tema en el Ministerio, Conaprole expresó que la planta 10 era eficiente, que tenía una buena gestión y un compromiso importante de los trabajadores. Es más, que no se puede mandar a nadie al seguro de paro porque los cuarenta trabajadores son imprescindibles y hay cinco contratados. Sin embargo, el anuncio está hecho para marzo del año que viene; en el primer trimestre del próximo año va a cerrar y a cesar sus actividades. Entendemos que si hay algo que no es eficiente no se necesita esperar siete u ocho meses; es hoy. El argumento no es que ahora esté dando pérdida –primero se decía que los números estaban en rojo–  sino que aparentemente con esa decisión se va a mejorar la gestión de Conaprole porque se va a procesar en el complejo industrial Montevideo, que se dice tiene capacidad ociosa. Trabajo en el CILU, conozco la situación en el área de envasado de leche y los problemas para el envasado de leche fresca, la prioridad que tiene el área metropolitana, con Andiprolac a la cabeza, una presencia empresarial que marca pautas. Tan así es que la distribución de leche se hace durante la noche y Conaprole nunca pudo modificar el horario, cuando eso implica un costo mayor. Si bien ha querido cambiar esto, el peso político que tiene la distribución en el área metropolitana y en Montevideo, tanto de la leche como de los demás productos, lleva a que la prioridad del abastecimiento sea en esta área. Eso está bien, porque la mitad de los habitantes están en la capital y en las regiones más cercanas. Por eso nosotros decimos que el abastecimiento del resto del interior, como Soriano, Colonia, Canelones, Florida y Durazno es posterior al del área metropolitana y se cubre con esta planta. A la mayoría de los departamentos, salvo a las capitales, no llega la leche fresca.

Mientras tanto, la planta que está en Maldonado, que envasa 80 mil litros de leche, hace más de diez años que tiene ese envasado y mantiene el mismo padrón de gente. 70 u 80 mil litros en este período, pero alcanza los 100 mil o 110 mil litros en el período estival, o sea, es eficiente y da ganancias. Además, están Rocha, Maldonado, Lavalleja y Treinta y Tres y a veces el área este de Canelones cuando acá tenemos problemas, lo que indica que cambiar la infraestructura va a implicar que no se va a emplear la misma logística. Por más que Conaprole diga lo contrario, la leche fresca es la que deja menos rentabilidad porque está tarifada, a diferencia de la leche ultra, la de caja, que, si bien tiene vaivenes, deja otro tipo de rentabilidad. Nosotros decimos que indirectamente a Conaprole no le interesa la leche fresca, pero la mantiene porque es real que hay una presión social, que por cierto nosotros defendemos, por lo que implica para el conjunto de la sociedad.

Nosotros decimos que es importante mantener esta plantea, porque, habiendo una cuenca de 120 mil litros de leche, no sería eficiente traer 80 mil litros de leche cruda hacia Montevideo para pasteurizarla, envasarla y llevarla a Maldonado para distribuirla a esos cuatro departamentos. ¡Hagan números de los fletes! ¡Hagan números de la gestión y de los distribuidores!  Por eso, insistimos en que no sería eficiente. El hecho es que existe una demanda de los productores y que con esta medida se puede demostrar que se puede bajar el padrón de gente, tal como lo reclamaban. Por algo, algunos salieron a aplaudir esa decisión, sin tener ningún elemento de retorno.

En síntesis, esto puede de ser más ineficiente y puede perjudicar aún más a la empresa en el futuro.

SEÑOR PRESIDENTE.- Les agradecemos mucho la presencia. Creo que ha sido una exposición muy rica y exhaustiva donde nos informaron sobre distintas vivencias, lo que nos ayudará en el trabajo de la Comisión de Ganadería, Agricultura y Pesca en aras de generar un espacio de consulta y de diálogo entre los distintos sectores involucrados en la actividad lechera y en la agropecuaria en general.

(Se retira la delegación de la Asociación de Obreros y Empleados de Conaprole).

                –Si los señores senadores están de acuerdo, entiendo que habría que definir si se invita a los distintos sectores que están directa e indirectamente involucrados con la actividad lechera. En todo caso, propongo que se invite a Conaprole, al Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, a la Asociación Rural del Uruguay, a la Federación Rural, a las Cooperativas Agrarias Federadas, al Inale y al INIA.

SEÑOR PARDIÑAS.- Por mi parte, sugiero que se remita la versión taquigráfica de esta sesión a la Comisión de Industria, Energía, Comercio, Turismo y Servicios.

SEÑOR GARÍN.- En mi opinión, hay que consultar al ámbito tripartito de la lechería. En primer lugar, a Conaprole, porque está mencionada a título expreso, y luego a la Asociación Nacional de Productores de Leche, que participa en representación de los productores en Conaprole. Los trabajadores ya estuvieron, así que restaría convocar a los ámbitos de gobierno, creo que el Inale nos puede ayudar a traer luz y, en virtud de las declaraciones que se hicieron aquí referidas a los ministerios de trabajo e industria, yo citaría a los dos ministerios, que es el ámbito tripartito en el que se pueden tratar algunas de las cosas que se denunciaron. Por mi parte, esas serían las delegaciones que deberíamos recibir.

SEÑOR PRESIDENTE.- Yo planteaba citar a la Asociación Rural del Uruguay y a la Federación Rural del Uruguay.

SEÑOR GARÍN.- A mí me parece que deberíamos llamar a los organismos vinculados directamente a la problemática.

                En otro orden, quiero plantear un tema adicional. El otro día hablábamos de la problemática de la Mesa Coordinadora de Campos de Recría lechera y, en tal sentido, pienso que deberíamos citar al Instituto Nacional de Colonización, conjuntamente con el Inale, ya que este tema lo han tratado juntos en los campos de recría de la producción lechera. Me refiero entonces a hacer llegar a estos dos organismos la versión taquigráfica de lo expresado por la mesa de recría y hacer una invitación conjunta, a efectos de escuchar la contraparte.

SEÑOR PRESIDENTE.- Al Instituto Nacional de Colonización ya le enviamos la versión taquigráfica e, incluso, se decía allí que si ellos tienen interés en concurrir con mucho gusto los recibiríamos.

SEÑOR GARÍN.- En el caso de que decidan venir, sugiero entonces hacer una invitación conjunta, es decir al Inale y el Instituto Nacional de Colonización, porque han trabajado este tema en forma conjunta. De esta manera, los recibiríamos en una sola vez. Dejamos en manos de la secretaría la tarea de coordinar esta visita, ya sea en agosto o en setiembre.

(Se suspende la toma de la versión taquigráfica)

(Son las 14:55)

 

 

 

 

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Montevideo, Uruguay. Poder Legislativo.