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COMISIÓN DE PRESUPUESTO INTEGRADA CON HACIENDA

(Sesión celebrada el día 6 de setiembre de 2018).

 

SEÑOR PRESIDENTE.- Habiendo número, está abierta la sesión.

(Son las 10:40).

                –Damos la bienvenida a la delegación de la Universidad de la República, encabezada por el rector Roberto Markarian, a quien acompañan Felipe Matontte de APEX; José Oliver de la Comisión Programática Presupuestal; Fernando Peláez, prorrector de Enseñanza; Sofía Senatore de la Comisión Programática Presupuestal de la FEUU; Alcides Galbarini de la Comisión Programática Presupuestal de Affur-PIT-CNT; Beatriz Ruiz, directora de presupuesto; María Simón, decana de la Facultad de Ingeniería; Gabriela Rossa, directora general de Administración Financiera; Graciela Ubach, Directora del Hospital de Clínicas; Mariana Gulla, directora general de Jurídica; Cecilia Fernández, prorrectora de Investigación y Andrés Cuña, delegado docente de la Comisión Programática Presupuestal.  

                Tiene la palabra el señor rector.

SEÑOR MARKARIAN.- Muchas gracias. Pido disculpas a los senadores que no saludé porque entré apurado y solo me crucé con algunos.

La presentación va a ser un poco más breve que la que hicimos en otras ocasiones. Tengo sobre la mesa los documentos que hemos presentado oportunamente y que fueron repartidos a los senadores. Algunos de ellos los listamos aquí y paso a leerlos: plan estratégico de desarrollo 2015-2019 que presentamos con motivo del Presupuesto y balance de ejecución presupuestal e informe cualitativo de la gestión, que son requisitos que exige la normativa vigente para los trámites de rendición de cuentas.

Una de las novedades de la presentación es que voy a empezar a hablando de algunos artículos.

Por otro lado, vamos a hacer referencia a un resumen breve de la solicitud original de la universidad, en el que se señala cómo está hecho el pedido que presentamos. La idea básica refiere a la meta que nos pusimos, que consiste en que para el 2019 el Estado invierta el 6 % en educación y el 1 % en investigación y desarrollo. El 6 más 1 que aparece en todos lados como consigna propagandística era una meta fijada para el final del período. Respecto a la evolución de la solicitud, hicimos una gráfica que va a aparecer en pantalla cuando lleguemos a ese tema. Para la rendición de cuentas lo que hicimos fue restar lo que el Parlamento y el Poder Ejecutivo promulgaron para los años anteriores. Modificamos el 6 más 1 adaptado al Producto Bruto Interno porque, como se sabe, las previsiones bajaron en los últimos años, por lo tanto el 100 del 6 más 1 bajó y en términos de peso el pedido también bajó un poco. Esa aclaración la hago de forma global porque está explicada en los documentos que presentamos y nos pareció que no valía la pena dar mucho más detalle que esto, porque el procedimiento es exactamente el que acabo de contar. El PBI bajó y el cálculo del 6 más 1 se hace sobre el 100 % de la previsión actual. Luego de eso tomamos la parte que le corresponde a la universidad de acuerdo a los años de ejecución más recientes.

                En las transparencias se pueden ver los números globales, los pusimos para tomarlos como referencia y mostrar la distancia que tenemos respecto a los pedidos que estamos haciendo y lo votado. También están establecidos los llamados proyectos transversales y una de las formas de presentación de la solicitud original que mantuvimos: adecuación salarial; mejoramiento de la calidad académica y las condiciones laborales –creo que cada tema es claro, y lo de transversales significa que  atraviesa toda la institución, no es referido a algún servicio, a Montevideo, al interior u otras divisiones que se pudieran hacer por áreas del conocimiento de acuerdo a como está fraccionada la institución, sino que abarca toda la institución–; investigación y fortalecimiento de postgrados –que también es claro–; acceso democrático a la enseñanza superior de calidad –tiene que ver claramente con las cuestiones de la formación de los estudiantes y de  tratar de que accedan más y que  los estudios se hagan con calidad–; fortalecimiento y calidad de la gestión; y  desarrollo institucional.

                Los números que están al final de la última columna es la resta de lo que pedíamos y lo que se nos dio. Todo el cálculo hecho –como explique anteriormente–  da esta cifra decididamente muy grande de $ 9.133:000.000. Aclaro de pique que esto no abarca lo que la Universidad de la República hace en salud que está presentado en otro lado.

                Pueden ver en la transparencia los artículos que hemos presentado y no han salido, porque hay una tanda que ya está incluida en la resolución de la Cámara de Representantes y damos por sentado que va a ser votado por la Cámara de Senadores. Entonces, preferimos, en aras de la brevedad, sacar lo que ya fue votado y poner solo lo que no ha sido contemplado tanto por la Cámara de Representantes como por el Poder Ejecutivo.

El primer artículo del inciso 26, Universidad de la República, contiene el monto total que indiqué anteriormente. La propuesta de la Cámara de Representantes –artículo  252– coincide con la del Poder Ejecutivo y propone una partida de $ 430:000.000 con destino al pago de retribuciones personales. A continuación, van a poder ver la relación de los números con el total, es decir, las proporciones de lo que se estaría otorgando.  Queda claro que el artículo se refiere exclusivamente a retribuciones personales y no distingue si ello se destinará a los cargos actuales o, eventualmente, a los nuevos. En períodos anteriores, el dinero fue utilizado con ese criterio, pero eso también se va a ver más adelante.

                En la lámina hay un comparativo donde se puede apreciar qué significan esos $ 430:000.000. No cabe duda de que el cálculo que hizo el Poder Ejecutivo fue hecho en base a un incremento salarial real del 3,5 % –ello se observa en el último renglón– y los números que aparecen arriba se refieren a nuestro presupuesto; es el 4,7 % de lo que pedimos y representa el 3 % del total del presupuesto.

                La comparación entre el 3 % y el 3,5 % muestra que efectivamente lo salarial ocupa un lugar muy relevante y eso es natural dado que básicamente nosotros somos una institución formadora de gente y, para ello, necesitamos personas. Por lo tanto, el porcentaje salarial en el conjunto del presupuesto es muy importante. Quiere decir que el hecho de que nos den poco representa el 3 % del total y solo el 3,5 % de la masa salarial.

                En la siguiente lámina se muestra un comparativo de lo que se estaría dando en los años respectivos.  En relación con lo que pedimos en el año 2016, se nos dio el 36 %; en el 2017 ese número fue bajando y llegó al 32 %.  Como saben los señores senadores, el presupuesto fue votado inicialmente por dos años y sabemos lo grave que ello es para una institución que planifica su trabajo en función de los resultados. En su oportunidad lo criticamos; la crítica se aplicó y se aplica respecto del pasado, pero como ahora estamos terminando hay que ver qué hacemos el año que viene.

                Para el 2018 nos otorgaron el 24 % y para el 2019 se nos estaría dando el 15 %.  Quiere decir que la cortedad de lo votado en la Cámara de Representantes resulta muy flaca.

                Las gráficas indican en rojo lo que solicitamos y en verde lo que se votó anteriormente –o sea lo que ahora está vigente–; a su vez, hay una leve curvita que sube un poco y que representa lo que resultaría de lo que se votó en la Cámara de Representantes para el año 2019.  Hay que mirar detalladamente para darse cuenta que hay un colorcito por arriba del verde, que en mi computadora se ve como violeta pero los colores cambian según las pantallas. La idea es mostrar que resulta muy poco en relación con la situación actual.

                El artículo 3.º refiere al Hospital de Clínicas. El pedido universitario es de $ 568:000.000, que se discriminan en $ 326:000.000 para gastos generales e inversiones en equipamiento y $ 242:066.103 para las obras de ejecución inmediata de la planta edilicia.  Recordarán los señores senadores que para gastar este dinero la universidad tiene un plan de refuncionalización, que fue oportunamente presentado y sobre el que fue consultado el señor presidente de la república. Recuerdo con mucha alegría la conversación que mantuvimos con el doctor Tabaré Vázquez cuando se puso a opinar sobre la propuesta que estábamos haciendo ya que trabajó en el Hospital de Clínicas. Por ello, en función de su conocimiento sobre el trabajo en el hospital, quería mover de un lado para otro algunas de las propuestas que le estábamos haciendo.  Lo cierto es que respecto a esto no obtuvimos nada. Debo aclarar que originalmente los $ 242:000.000 eran $ 11:000.000 y luego le quitamos lo que se votó en el presupuesto pasado. Me refiero a lo que se votó al final, es decir, a ese invento de darnos una parte de un impuesto a las botellas de cerveza. Como eso representaba más o menos $ 3:000.000, bajamos de $ 11:000.000 a $ 8:000.000, tal como figura en la pantalla.  Quiere decir que actuamos con honestidad total al plantear el asunto. Como nos dieron ese impuesto para esto, reducimos la solicitud.

                Quizás la señora directora del hospital pueda explicar mejor el tema, pero debo decirles que las obras que estamos llevando a cabo con estos $ 3:000.000 y con otros fondos que el hospital destina a obras se realizan de acuerdo al plan y son muy pocas porque el número que en su momento se manejó era de USD 120:000.000. Los  3:000.000 que recibimos este año y el pequeño adicional de nuestros fondos del que pudimos disponer se están utilizando de acuerdo a aquel modelo pero a escala ínfima. Debo destacar la idea de que tenemos que refuncionalizar siguiendo el plan votado por el Consejo Directivo Central –diría que bien visto tanto por la opinión política como por la opinión pública–; esa es nuestra pauta de trabajo en este sentido.

                Varios de los artículos siguientes están referidos a exoneraciones. El 1.7 es un rubro presupuestal para realizar movimientos, sobre todo, traspasos entre organismos del Estado. Para el año 2018 hay una partida importante que se está ejecutando de esta manera; es un traspaso de la Secretaría Nacional de Deportes de la Presidencia de la República hacia la Universidad de la República, para ser invertida en enseñanza terciaria. Entonces, esos montos se están destinando directamente al Instituto Superior de Educación Física y hemos respetado cerradamente esa voluntad del Parlamento de poner el dinero allá pero destinarlo para acá. Durante el primer año los traspasos fueron complicadísimos pero el segundo año ya están resultando bastante más razonables. Quiero que quede bien claro que la Cámara de Representantes votó que este dinero fuera incluido en el presupuesto universitario, así que a ese dinero no se le va a aplicar el aporte del 19 % –si se mantiene lo que fue aprobado–, pero hay otros movimientos de dinero entre distintos aparatos del Estado a los que querríamos que no se les aplicaran los aportes patronales.

                El artículo 5.º se refiere a cuestiones más generales; si se hiciera esto, daría una cifra de USD 36:000.000. Los entes de la enseñanza pagan el 19,5 % por concepto de seguridad social y los entes industriales –como una forma de llamar a otros entes autónomos– pagan el 7,5 %. Desconozco el origen de esta resolución pero es realmente sorprendente que se obligue a aportar más a los entes de la enseñanza que a aquellos que generan dinero, como es el caso de Antel y de UTE, entre otros. Entonces, estamos pidiendo que se aplique un descenso de aportes, del 19,5 % al 7,5 %, y es por eso que la cifra es tan importante: USD 36:000.000. Está claro que habría que discutir sobre este tema con la seguridad social pero nos parece de justicia que en caso de ser posible, se acceda a nuestra solicitud, teniendo en cuenta el aporte de otros organismos del Estado. Este tema no ha sido muy discutido y creo que merecería un debate, no en leyes presupuestales sino en leyes generales, para ver por qué se votó ese aporte en aquel momento y por qué no aplicarlo a los entes de la enseñanza.

                Los próximos tres artículos se refieren a indexaciones de créditos y a cuestiones del hospital –como gastos en salud–, a alimentación, a becas de ayuda económica y a obras. Estos dineros tienen un ciclo de crecimiento anual superior al de la inflación media y, por lo tanto, correspondería adaptar los valores de acuerdo con los índices vigentes en cada momento.

                El primero de estos se refiere a alimentación hospitalaria y estudiantil, medicamentos y material hospitalario. La alimentación estudiantil incluye los gastos que tenemos para alimentar a los más de dos mil quinientos becarios a quienes les damos la comida una o dos veces al día y, obviamente, el hospital también tiene gastos por alimentación. También se incluyen los gastos relacionados con el material hospitalario.

                El artículo 7.º considera las becas estudiantiles –lo separamos pero podría estar junto con el otro–, con una cifra bastante menor: USD 226.000 anuales; la otra es superior, es de USD 1:500.000, porque incluye también los gastos específicos del Hospital de Clínicas; y hay una tercera de USD 1:000.000 anuales destinada a obras, que para nosotros sería un extra. Obviamente, hay que adaptarse a las pautas de crecimiento, que en materia de obras ha bajado; antes era muchísimo más alto que la inflación media del país y ahora es solo un poco más alto, es por eso que la cifra no es muy abultada, pero es un dato que importa destacar porque, efectivamente, en el país hubo una amortiguación de las pautas de crecimiento de precios a nivel de obras.

El artículo 9º es una excepción a los artículos que están referidos ahí. En principio esto no tendría costo y nos facilitaría los trámites de importación que realizamos nosotros y que ahora son menos complicados ya que han ido mejorando por el buen trabajo de algunos ministerios, pero lo mejor sería que nos exoneraran de estas cosas. Recomendaría que algún grupo especializado estudiara qué consecuencias financieras podría tener; creemos que ninguna.

                El siguiente punto es complicado técnicamente, por lo que si les interesa aclararlo le puedo pedir a la directora general de jurídica que lo explique. Ella puede dar los detalles, aunque les reitero que es una cuestión operativa que no tiene costo y que nos facilitaría diversos trámites.

                A continuación vemos los artículos que no fueron contemplados en la Cámara de Representantes. Vamos a hacer la rendición de cuentas propiamente dicha, analizándolos desde nuestros objetivos estratégicos. En la parte superior de la transparencia aparece OE, que es la abreviatura de los objetivos estratégicos que son siete. Van a ser analizados uno por uno y se explicará qué es lo que hemos hecho con esos objetivos que nos planteamos cuando presentamos el Presupuesto en el año 2015. El primer artículo refiere a la demanda creciente en educación superior. Para enunciar el tamaño de la institución, básicamente podemos decir que hay cien licenciaturas, que son carreras de cuatro años o más; 45 carreras técnicas o tecnológicas que insumen entre dos y tres años; y once títulos intermedios. A su vez, hay una inmensa cantidad de títulos de posgrado: 32 doctorados, 87 maestrías y 183 especializaciones. Debo aclarar que en estas 183 están incluidas las especializaciones médicas. El número tan alto es porque todo especialista médico se formó allí. Ya se trate de otorrinolaringólogo, geriatra, etcétera, son decenas y decenas las especializaciones que hay en el país, sobre todo en la rama médica, aunque obviamente también están incluidas todas las otras que la universidad  ofrece en todos sus servicios. Después vamos a ver las cifras del interior respecto a esto mismo, pero ahora voy a completar la información. En el año 2004 teníamos 66 carreras de grado, ahora tenemos 96; teníamos 133 posgrados y en la actualidad son 302. Además de estas cifras impresionantes, hay más de mil cursos anuales de educación permanente. Son cursos dictados para dos categorías de profesionales. Originalmente el sistema fue montado para profesionales, pero desde hace varios años se incluyeron cursos para colaborar con la formación de personal obrero muy especializado. Eso es algo que nosotros podemos hacer bien, pero que no recae en la categoría de profesional de la universidad. No son egresados nuestros, con el criterio que se había concebido en un principio la educación permanente. Diría que abarca todas las áreas del conocimiento, aunque quizá haya más en el área de la salud. Este sistema es muy poderoso en las áreas agrarias. Todo esto ha servido para que el personal se mantenga actualizado, no solo de acuerdo a las normas que pudieran fijar los colegios, aspecto que se discute fuertemente; en particular es un tema muy importante para el Colegio Médico. Por el servicio que ofrece la universidad, en general se le cobra un arancel al mundo de los estudiosos que quieren avanzar en el país.                 

                A continuación vemos las carreras que hay en el interior. Me parece muy importante destacar que la universidad junto con el apoyo del Poder Ejecutivo y del parlamento hizo una gran inversión para desarrollarse en el interior. Es un proceso que sigue creciendo. Más adelante voy a explicar qué problemas podríamos tener, pero está claro que ha crecido. Además, hay un dato que no está aquí pero que lo tengo en la cabeza porque me parece particularmente impactante. Una parte de los programas que tenemos en el interior se llama PDU y  refieren al asentamiento de gente especializada, grupos de investigación en general, que trabajan en alguna área restringida del saber. No son proyectos de investigación propiamente dichos pero casi y son grupos formados entre tres y cinco personas. Se crearon 250 cargos en esa categoría y se han provisto 220, es decir que hay personal trabajando en cargos efectivos en esa tarea. Más de la mitad de esos cargos se proveyeron entre el 2015 y 2018, o sea que el proceso de crecimiento sigue a pesar de que no tenemos dinero nuevo –esto es lo que queremos destacar– porque el proceso de provisión de cargos es lento y lleva años. Incluso, hubo proyectos de readaptación de planes.  Por ejemplo, cuando el jefe, que tenía que venir de Escocia, no lo hizo por diversas razones, se tuvo modificar la estructura del plan. Conozco varios casos específicos similares.

                Entonces, la lentitud –lo diré de una manera un poco extraña– colaboró para que el ciclo de crecimiento se mantuviera aun sin haber dinero fresco, porque estábamos utilizando el dinero ahorrado en períodos anteriores. Es importante destacar este aspecto porque es muy específico de nuestro oficio: aunque no hubo dinero el crecimiento estuvo. El problema ahora es que los ahorros se acabaron y prácticamente no queda nada para proveer. Así que la crisis posible de crecimiento del interior es auténtica –no es una amenaza– y es realmente peligrosa la posibilidad de no crecer al ritmo alcanzado últimamente.

                El promedio de ingreso de estudiantes en el interior, entre los años 2012 y 2014, fue de 1700, en los últimos tres años fue de 4000. Esto es un promedio. No refiere a un año, sino al promedio de tres años por un lado, y al promedio de tres años, por otro. Esos datos muestran que el envión efectivamente continuó. Estamos mostrando los números para que se entienda bien por qué pasó eso.

                Los datos de la diapositiva pueden sorprender en relación a lo anterior. Las carreras técnicas y tecnológicas  representan la mitad de las carreras largas en el total de la institución, mientras que en el interior, las carreras técnicas son más que las licenciaturas o carreras de grado. Se trata de un fenómeno distinto que eventualmente puede merecer correcciones en nuestros planes de futuro, porque la institución no está concebida esencialmente para hacer carreras técnicas y tecnológicas, sino carreras de grado y de largo aliento, por decirlo de alguna manera.

Hay pocas carreras de postgrado y eso se debe a que los equipos recién se están conformando.

Cómo refleja esto la realidad de la institución, es realmente sorprendente. Los números –si uno los explica un poco– muestran cómo se está dando el crecimiento.

Tenemos ciclos opcionales –que son novedad en el interior–, y que atienden las áreas de estructura de la universidad. Esto sucede en el interior, no en Montevideo, y se está discutiendo si lo generalizamos. El hecho de que esto surgiera así fue como una presión que surgió por no tener equipos docentes grandes. Por lo tanto, si queríamos formar gente para que ingresara a estudiar ciencias básicas, ingeniería, arquitectura o química, no teníamos personal capacitado para los primeros años de todas esas disciplinas, pero podíamos hacer un ciclo básico que permitiera entrar a cualquiera de ellas, y eso fue lo que hicimos. Doy este ejemplo para simplificar, pero esto también ocurrió en el área social.

                La diapositiva que se aprecia muestra la evolución del ingreso de estudiantes. El total es el número que figura arriba y que incluye al azul, y el otro número –quizás sea el más importante– muestra alguna de las características que están en pleno estudio. Justamente hoy no se encuentra la directora general de planeamiento y presupuesto, señora Alba Porrini, porque está participando en un seminario analizando porqué lo que figura en verde no abarca todo. Lo que figura en verde representa a los estudiantes que ingresaron a la universidad e hicieron alguna actividad solo el primer año, pero también tenemos una cantidad muy grande de gente que ingresa pero no hace ninguna actividad en el primer año. Una de las preguntas que nos planteamos es por qué está sucediendo eso. Cuál es la razón para que un estudiante se inscriba y no avance en su carrera.

                Esto también se expresa en las becas del Fondo de Solidaridad donde el número de rechazos o de no pedido de renovación es muy grande, especialmente del primer año para el segundo. O sea que hay un problema típicamente educativo, sociológico –no creo que politológico– y sicológico, que lleva a que el ingreso no se acompañe con la prosecución de los estudios en la universidad.

                Disculpen los señores senadores que mezclo números con temas conceptuales, pero son aspectos que nos importan. Creo que algunas veces es bueno analizar las trabas que puedan tener las cuestiones presupuestales en relación con la filosofía de la educación.

                Lo que vemos a continuación es la relación entre Montevideo y el interior, que también es una cifra que nos alegra muchísimo. En el año 2000, el 4 % del ingreso se hacía en el interior –es el número verde que figura en la última fila– y en 2017, alcanzó el 15 %. Este año aumentó, pero solo un poco. Aclaro que esto es para estudiar en el interior. No son estudiantes del interior –eso es otra cosa– sino jóvenes que estudian, por ejemplo, en Tacuarembó, en Rivera, en Cerro Largo, en Salto y Paysandú –a donde van mayoritariamente– o en el este, lo que nos alegra mucho porque muestra el efecto que tuvo la inversión del Estado al darnos dinero para dedicarlo al interior del país. Fue algo impactante. Que al cabo de unos quince hayamos modificado tan radicalmente la estructura donde se ofrece la enseñanza es un fenómeno que se puede denominar como arrollador; es algo totalmente distinto. Basta con ir a la cercanía de los locales universitarios para ver cómo se modificó la vida de muchas ciudades. Siempre pido, a modo de ejemplo, que vayan a nuestro local grande en Salto y empiecen a mirar los alrededores, porque verán que está lleno de edificios de diez pisos, ya que la iniciativa privada notó que era una fuente de dinero ofrecer residencias estudiantiles.

                Hay algo que la intendencia de Tacuarembó está haciendo muy bien y es construir residencias estudiantiles con dineros estatales, destinando fondos de la intendencia y del BID a través de la OPP. Cuando no lo hace el Estado la iniciativa la tienen los privados, ya sea porque el departamento, la universidad o el sistema educativo no están en condiciones de ofrecer residencia a estudiantes de otros lugares para que vayan a radicarse allí. Esta es una de las claves del buen crecimiento; por ejemplo, es bueno que lo que se hace en Salto o en Paysandú sea para ese departamento. En esa zona, en una hora u hora y media de ómnibus uno se puede trasladar de un lado a otro; inclusive desde Artigas que está relativamente cerca.

                En definitiva, la idea de que gente de cualquier lado pueda ir a estudiar a un lugar específico del interior tiene que ser una de nuestras metas, pero no lo podemos hacer por los problemas que se han mencionado, salvo decisión expresa –como sucedió con el intendente anterior y el actual de Tacuarembó– de promover estas cosas que son tan positivas.

                Ahora vemos en la pantalla la curva de egresos de la universidad; se puede apreciar que hay un promedio de 6.482 estudiantes de promedio entre 2014 y 2016. Quiero agregar un dato muy personal –porque quien firma los títulos en la universidad es el rector– y es que al mes de setiembre ya llevo firmados seis mil títulos; esta mano ha firmado esa cantidad de títulos y todavía faltan tres meses, así que seguramente llegaremos a los diez mil. No solo se trata de títulos de licenciatura sino que abarcan todo lo que ofrece la universidad, es decir que se incluyen carreras cortas y posgrados, pero en su mayoría son títulos de licenciatura, lo que supone carreras de cuatro años o más. Estos números hay que decirlos porque el peso que realmente tiene la instrucción en la formación del personal superior se ve allí.

                Asimismo, quiero acotar que la curva de crecimiento es mayor que la de ingresos, lo que nos alegra mucho porque eso demuestra los esfuerzos que hacemos por mejorar el rendimiento de nuestros estudiantes. La curva de ingresos también es muy grande –ya lo vieron–, del orden del 4 % anual en los últimos ocho años, pero es mayor en el egreso porque ha habido un pequeño acortamiento en la duración de la estadía de los estudiantes en la universidad.

                En la pantalla se puede apreciar un programa del que hemos hecho poca propaganda, pero lo cierto es que de este tema se está hablando en ese seminario que mencioné anteriormente. Sistemáticamente hacemos un seguimiento de nuestros egresados porque nos parece clave. Si la universidad quiere estar al servicio del país, debe saber qué hacen los que egresan, cómo les va, si están contentos, etcétera. Por lo tanto, se hace un estudio muy detallado de una gran parte de los egresados. El dato que vemos en la pantalla corresponde a los egresados en 2013; se les hicieron preguntas en ese año y luego se les volvió a pedir datos en 2017 para saber qué hicieron y cómo les fue. Allí se pueden apreciar los números. Para decirlo en cifras redondas, el 94 % está trabajando a los cuatro años de su egreso; el 84 % declaró que su trabajo actual está bastante o muy relacionado con su título; el 64 % está satisfecho o muy satisfecho con su trabajo actual –estos números también hay que verlos desde el punto de vista del sistema educativo y del impacto que produce en la persona–; y el 74 % evaluó como positivo o muy positivo el modo en que la universidad le brindó su conocimiento, cifra muy importante porque estamos hablando de tres cuartas parte del total de los estudiantes.

La última pregunta puede parecer un poco extraña pero se les consulta sobre si volverían a estudiar en la Universidad de la República y siete de cada diez respondieron que sí lo harían. Estos datos importan y señalo que es el segundo estudio que se hace, dado que no se pudo cubrir de una sola vez a todos los egresados y se hizo por tercios de facultades, de lugares donde egresan estudiantes. Ahora estamos con el tercer tercio y terminando este ciclo; veremos si en el futuro lo podemos hacer en forma global y para todo el mundo. No necesito explicar aquí que para hacer bien esto se necesita gente que recolecte y procese la información y que la estudie, por lo que precisamos dinero para pagarle. También las preguntas tienen que ser bien hechas y para todo eso se necesita un conjunto de personas capacitadas de varias áreas, lo que cuesta dinero. De todos modos, nos parece totalmente necesario contar con estos datos si queremos vincular a la institución con el auténtico mundo del trabajo. No estamos atados al modelo de país actual y eso está claro –no tenemos un modelo de país propiamente dicho– pero  no puede ser que lo que hacemos choque con lo que necesita actualmente el Uruguay.

                El segundo objetivo estratégico tiene que ver con impulsar la investigación científica, tecnológica, etcétera. Hemos dado algunos números y como pueden ver en la diapositiva, el 11% de nuestros docentes tienen dedicación total. Como todos deben saber esto implica que, en principio, el docente no puede recibir otra remuneración y por eso la universidad les paga un 60% más de lo que ganaría sin la dedicación total, con cuarenta horas de trabajo. En los últimos seis años hemos logrado crecer muy regularmente y tenemos entre setenta y noventa personas que ingresan al régimen de dedicación total por año. Al comienzo de este período el porcentaje estaba en un 9% y ahora ascendió a 11%; actualmente tenemos pedidos para seguir haciéndolo. En los años anteriores, una de las principales preocupaciones de los «especialistas en presupuesto» de la universidad  era lograr tener dinero para hacer esto. Este es el único régimen que se aplica a los docentes que es controlado centralmente y son designados por el Consejo Directivo Central de la universidad y no la facultad respectiva. Por lo tanto, es un sistema central que hace que la calidad sea uniforme en todos lados. Hay servicios que tienen muchos docentes con dedicación total y otros que tienen muy pocos. Esto refleja dos situaciones: por un lado, que el pago que se hace a nivel privado para esa especialización es muy alto y, por lo tanto, el salario que ofrecemos no es competitivo y, por otro, que no hay gente capacitada. Destaco que ocurren las dos cosas.

                En la actualidad, tenemos alrededor de 50 docentes de Grado II, la mayoría jóvenes, que son aspirantes, pero en este momento no tenemos dinero para pagarles. La Comisión Central de Dedicación Total –que es un órgano muy respetado dentro de la universidad; a veces se vota en contra algunas cosas pero lo cierto es que en mi larga trayectoria he visto pocos casos– ha informado favorablemente, por lo que si tuviéramos la plata que se necesita, el martes que viene, cuando se reúna el Consejo Central, los estaríamos nombrando. Lo que sucede es que el dinero se agotó y no tenemos recursos para nuevos planes docentes y no docentes. Más adelante voy a hacer referencia a la creación de los no docentes, que son específicos.

                Como pueden ver en la diapositiva, en el 2017 hemos tenido 1573 egresos de posgrados y aquí aparecen los polos de desarrollo universitario, los PDU de los que hablé antes, que son 54. El 68% de los investigadores del Sistema Nacional de Investigadores, el CNI, son docentes de la Universidad de la República. Por lo tanto, ese porcentaje representa la capacidad creativa del país e incluye el 70% de las publicaciones. Esto demuestra que la universidad es la gran fuente de creación de conocimiento que tiene el Uruguay.

                En cuanto a la promoción del relacionamiento con la sociedad, que se conoce como extensión universitaria, en la diapositiva hemos puesto las cifras de los convenios nacionales e internacionales que firmamos en el 2017. Como pueden ver, está desglosado lo nacional e internacional. En cuanto a estos últimos, aclaro que son los convenios que firmamos con universidades e instituciones de investigación de diverso tipo en el exterior. Como deben saber, en 2017 firmamos una gran cantidad de convenios con países del Lejano Oriente como China, Japón y Corea.

Es bien sabido que todo está relacionado con un movimiento por el acercamiento del país a un mundo que, relativamente, desconocemos y con el que, en particular, el incremento comercial ha sido vertiginoso. No voy a explicar aquí la importancia que China tiene para el país y, por tanto, el esfuerzo que hacemos en lo que nos corresponde –que es la vinculación cultural de la lengua y de la investigación– va a ritmo acelerado.

                Los convenios nacionales son con los organismos del Estado o privados, para los que contratamos diversos tipos de servicios de intercambio que en el informe se nombran. Algunos convenios han tenido consecuencias y se han visualizado recientemente, por ejemplo, con UTE, para realizar investigaciones de interés para la propia gerencia de esa institución. Equipos nuestros se postulan para realizar investigaciones y UTE las financia. Eso, obviamente, se da en el marco de convenios que están en esta categoría y son los que en la imagen se muestran en color naranja; allí se menciona el porcentaje del 54 % y dice que son instituciones públicas.

                Aquí mismo hubo un cambio importante que se viene procesando bien, que es una modificación en nuestras estructuras de extensión universitaria. Este es un proceso que se vivió entre  los años 2015 y 2016 y tiene que ver con la concepción de la reestructura. Eso ha marchado bien y ha permitido volcar dinero en los servicios sacados del aparato central, de manera que las tareas de extensión y combinación de eso con la enseñanza –que es muy importante– se hagan en un lugar propiamente de trabajo y con las especificidades que tienen las ciencias sociales por un lado, la ingeniería por otro y la salud por otro. Son todas cosas distintas y cada uno trabaja con su métier.

                El objetivo cuarto es impulsar procesos de mejora en la gestión, capaces de sustentar eficientemente las transformaciones de la UdelaR. Aquí hay diversas cosas que hemos catalogado y voy a empezar por mencionar la que está al final.

                Tenemos la suerte de que en el sistema del Mercosur de acreditación de carreras hay nueve carreras acreditadas; la última fue la de Enfermería, por lo que hicieron un acto en el paraninfo este lunes. Me parece que esto es importante; se trata de un proceso propio asociado a la concepción política del Mercosur y se ha avanzado bien en el plano de estas cosas.

Además, hemos dado impulso muy recientemente a los programas de evaluación institucional. O sea que una cosa es la acreditación de títulos y, otra, la evaluación de toda la institución; son cosas distintas, una es más amplia. Del dinero que obtuvimos hace dos años en la rendición de cuentas, destinamos un poco para crear algunos cargos que están trabajando en esta historia de la evaluación institucional. El equipo es coordinado por Roberto Kremer, un veterinario que ha dedicado mucho tiempo a estas cosas. Le hemos dado un impulso fundamental a esto porque tenemos que autoevaluarnos y, luego, tener una mirada de afuera sobre lo que estamos haciendo; nos hemos preocupado de que eso marche bien.

                De abajo para arriba, entonces, voy ahora a referirme a lo que dice en la imagen de estudiantes y su relevamiento continuo, que está en etapa de diseño. El seminario que está habiendo ahora tiene que ver con este asunto, que incluye a estudiantes, egresados y docentes y la idea es tener algún sistema permanente de datos. Estoy hablando de que no tengamos que hacer, cada tanto, censos sino tener uno continuo, de manera que la información esté actualizada año por año, lo que termina siendo hasta más barato y mucho más actualizado porque se tiene la información cada vez que se necesite. Este es un proceso que está andando muy bien y que se ha complementado anteriormente con un sistema integrado de enseñanza y de gestión administrativa. Aquí el aporte que tenemos de los servicios de informática de la institución es muy grande. Contamos con diversos aparatos que muchas veces nos cuesta unir para que trabajen juntos y por suerte, el aparato técnico –Seciu se llama la unidad que trabaja en esas cosas– nos ha permitido mediar entre diversas partes de la institución. Esta es una cuestión que suena rara, pero que cuando uno está en gestión, el evitar que la gente choque es parte de lo que tiene que hacer y eso se ha logrado, en particular, por las necesidades técnicas que hay para aplicar las nuevas tecnologías que esta gente hace muy bien.

                Queremos tener un aparato de planeamiento estratégico importante, que va a estar nutrido por la información y la evaluación. Hemos dado algunos pasos en esto pero nos hemos trancado otra vez por falta de dinero porque hacer bien esto implica contratar gente del exterior, los asesores que corresponda, locales, etcétera. Eso iría en desmedro de las funciones fundamentales y, por lo tanto, no hemos podido avanzar demasiado en eso, salvo en lo que están haciendo equipos asistentes como comenté, en particular, los de planeamiento y presupuesto, del Seciu y de la comisión central de enseñanza.

Estos son los números que mostramos todos los años y los señores senadores los conocen muy bien. La universidad gasta todo lo que se le da, por lo tanto, no podemos pedir que trasladen dinero de un rubro a otro, porque no sobra nada. Señalamos esto porque lo hizo la Cámara de Representantes con fondos de la UTEC pasando del rubro inversiones a sueldos y está registrado en el material que tienen para votar en esta instancia. No podemos pedir que pasen el 0.02 % que sería lo que resta, porque es nada.

                Queremos señalar que comenzamos el año con déficit, pero tenemos una maquinaria que controla mes a mes –están presentes las personas que nos asesoran en este tema–  aplicando un sistema interno  podría decirse  de «peajes»  y cuando se hace un movimiento de un lado para otro se aplica esta metodología para cubrir el déficit. A esta altura del año llegamos casi a cero con respecto al déficit y eventualmente tendremos un pequeño sobrante de dinero  y se han realizado los llamados pertinentes para distribuir ese dinero y cubrir necesidades perentorias esencialmente  en materia locativa. Utilizo el término esencialmente porque se puede invertir en otros rubros. El gasto es total porque la maquinaria está montada para que no pase de cien, porque al principio es ciento tres o ciento cuatro; gastamos más de lo que tenemos y terminamos con 100 gracias al instrumento que aplicamos  que permite que sobre un poquito que se redistribuye adecuadamente. Eso se discutió bastante, hubo protestas porque antes ese dinero tenía otro destino, pero ahora parecería que está todo muy bien aceitado.

                Ahora vamos a hacer referencia a las cuestiones que tienen que ver con el bienestar estudiantil.  Hay dos mil becas de comedores, y en la pantalla  aparece 2.232. Esto complementa  las becas del Fondo de Solidaridad que corresponden al año 2017. Las cifras de 2018 de este fondo son más o menos iguales –y la pueden observar en la pantalla en el último renglón–, se han otorgado 8.200 becas  con un monto por arriba de los $ 7.000 que no es una cifra extraordinaria.

Queda claro que nosotros no lo administramos, sino que hay una comisión honoraria que es la responsable. Para ello, tenemos un delegado que ha trabajado muy bien,  que tiene una larga trayectoria en la institución y ha colaborado  muy fuertemente para que el sistema mejorara y gastara menos en la administración, que es una de las críticas que se ha hecho desde distintos sectores. Esta crítica fue aceptada por el fondo y creemos que el mecanismo de corrección que se aplica es muy bueno. En la rendición de cuentas pasada se votaron algunas cosas que se aplicaron correctamente. Lo cierto es que el número de becas que otorgamos con nuestro fondo son las que están en pantalla y sumando diversos elementos  estamos hablando de alrededor de 4.300 personas que reciben este beneficio, y muchas veces son los 8.200 becarios que están debajo que reciben el monto que figura en pantalla.

                Estamos orgullosos porque hemos logrado abrir hace pocos meses el comedor n.º 2 –es una joya– que está en la misma manzana del Hospital de Clínicas, pero del lado opuesto, en diagonal con el hospital.  Es un edificio lujoso, hermoso y tiene gran espacio para que la gente no solamente vaya a comer, sino a convivir y a estudiar.

                Ahora pasamos a analizar  la evolución de la planta física. Como es notorio en el período presupuestal anterior hubo un gran incremento de construcciones. Debo aclarar que no incluye el Hospital de Clínicas, porque quedó aparte. En el año 2008 la universidad tenía  282.000 metros cuadrados edificados y ahora tiene 408.000. Si miran en la pantalla la curva azul que va por debajo representa las construcciones en el interior –los números son más bajos y figuran a la izquierda– se pasa de tener 40.000 metros cuadrados a 81.0000, es decir que duplicamos los metros cuadrados de construcción en el interior. Queda claro que el salto se da en esta curva con pendiente más alta entre los años 2012 y 2015 y hay un descenso menor, pero eso lo explico después y tiene que ver con la venta  de  un edificio grande. Queremos acotar que el metraje disminuyó por más que eso no se utilizaba. Se trata de un edificio que está al final de la calle Sarandí llegando a la escollera –para los montevideanos creo que es una explicación clara– y lo compró el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente.

El Hospital de Clínicas –solo para hacer una comparación– es importante tenerlo en cuenta. Tenemos un poco más de 400.000 metros cuadrados edificados en la universidad y el Hospital de Clínicas, solo su edificio, son 100.000 metros cuadrados. Eso muestra la importancia que tiene la obra que queremos hacer porque se refiere a un quinto de los metros cuadrados edificados de la Universidad de la República. Si uno suma 100 a 400 da 500 y 100 de 500 es un quinto.

                Estas son cuatro fotos de locales. La que está arriba a la izquierda es un local que inauguramos el viernes pasado en Rivera. Es un edificio pequeño pero hermoso. Tiene demasiados vidrios por lo que tenemos miedo que se  golpeen la cabeza contra ellos porque puede haber algún problema ya que al costado es todo campo. Lo que está arriba a la derecha es el local del ISEF, que fue concebido originalmente como un gimnasio del hogar estudiantil, que iba a ser la torre que está atrás, que es la Facultad de Ciencias. Recuerden que todo esto fue concebido como un hogar estudiantil en la época de Cassinoni y Maggiolo. Esto fue abandonado totalmente y se logró recuperar para la Facultad de Ciencias. Recuperamos el año pasado este local con un techo muy simpático con triángulos.  Dicen que el piso está a nivel de las grandes canchas de básquetbol de las ligas americanas. Me dijeron que la madera es un poquito distinta, por lo cual no es exactamente igual que los pisos de las grandes ligas, pero es de alta calidad.

                Lo que está a la izquierda lo inauguramos ayer. No queremos hacer propaganda y aclaro que esto es pura casualidad porque no elegí las fotos. Es el edificio del área de la salud no médica –porque hay algunas escuelas que dependen de la Facultad de Medicina– como enfermería, nutrición, parteras y tecnologías médicas, que van a trabajar acá.

                Esta foto está sacada desde la torre de homenajes del Estadio Centenario. Hay una grúa allí que está trabajando porque la obra va a continuar. Del plan global, lo que estamos haciendo es del orden de un tercio. Vamos a tratar de avanzar para tener la mitad de lo que concebimos y lo demás lo vamos a dejar por ahora en los cimientos, que están hechos para toda la obra. Creo que el total son 16.000 metros cuadrados que estaríamos construyendo aquí. Lo que inauguramos ahora son del orden de 5.000 metros cuadrados.

                Lo que está a la derecha es la Facultad de Veterinaria en Progreso. A la derecha está el Estadio de Peñarol, a la izquierda es Zonamérica. También pueden ver la ruta 8. Como ven en la foto, está hecha la caminería interna y el enterramiento de las cañerías de todo tipo como ahora se estila. Quizás antes de fin de año comencemos un tercio de las obras. Dentro de algunos años se trasladará ahí la Facultad de Veterinaria. Me adelanto a responder que estamos en plenas tratativas con la intendencia de Montevideo para ver cómo cotizamos el terreno que vamos a dejar libre en la calle Luis Alberto de Herrera. Se trata de un terreno valiosísimo por la zona de la ciudad en la que está y por ser muy grande. Quizás el valor sea más de USD 10:000.000.   

                Aquí ven algunos datos del Hospital de Clínicas, que es el objetivo estratégico seis. Los datos son aportes generales del año pasado. Se hicieron 155.000 consultas externas. Este dato impacta si uno está en el interior porque 155.000 creo que es más que la población de Salto. No sé exactamente cuál es la población de ese departamento pero debe rondar esa cifra. En todo caso es comparable. Se realizaron 50.000 emergencias; se pusieron 97 marcapasos en el IMAE cardiológico; se hicieron 11.000 ecografías, o sea que los números son muy importantes. No nos gusta el estado en que está el edificio y los salarios no son muy buenos,  pero tenemos una institución que atiende a este nivel a la salud pública del país.

                Aquí estamos destacando los problemas que tenemos con el poco dinero que se está votando en la Cámara de Representantes.

                A la derecha figura un dibujito de la tapa del libro al que están referidas las páginas 42 a 45. Es un procedimiento muy gráfico al estilo del metro de México que además de estar escrito el nombre, hay un simbolito para quien no sabe leer. En esas páginas se explica lo que queremos para la adecuación salarial que es financiar los acuerdos salariales que votamos en el año 2015, fundamentalmente, para los funcionarios especialmente no docentes pero también docentes. La mejora de la calidad académica es el proceso transversal número dos. Van a quedar trancados los ascensos y la extensión de horarios. Finalmente, el estatuto del personal docente está muy cerca de ser aprobado. Esta es una discusión que se llevó a cabo tres veces en la universidad y en este último año nos está quedando un artículo por votar, creo que se votará el martes 25 de setiembre.

                Tenemos grandes problemas respecto a la creación de cargos. Crecemos en alumnado pero no lo hacemos en el mismo nivel con los docentes. A nivel de los funcionarios no docentes, tenemos el gran problema que seguimos construyendo y no tenemos quien nos limpie, quien nos cuide y quien trabaje en las bedelías o bibliotecas. Es un problema crítico que se transformó en un problema conflictivo auténtico y valedero, más aún al no poder cubrir el ritmo de construcciones que mantenemos debido a una planificación detallada en la que no me voy a detener ahora, pero se las puedo explicar en algún otro momento.

Se podrán preguntar cómo construimos tanto cuando decimos que no tenemos nada. Hemos planificado bien el gasto y concentrado el esfuerzo, a la vez que mantuvimos la inversión en el interior. Lo que se gastó en un año está claro que se tiene para el año siguiente para hacer otra cosa. Hemos hecho una planificación de esas cosas, a pesar de que como les comenté antes, el ritmo de crecimiento de los costos de edificación son más altos que los ritmos de crecimiento promedio o de la inflación del país.

El proceso transversal número tres implica mejorar las condiciones de infraestructura en el trabajo; tenemos los problemas que allí figuran. Quisiéramos construir. Tenemos un plan de construcciones votado en el 2010 que fue financiado por el Parlamento en aquel momento. Diría que ahora estamos terminando la etapa del primer quinquenio, apenas entramos en el segundo quinquenio.

En este momento, estamos construyendo algo grande en la Facultad de Ingeniería –que no se ve desde la calle Julio Herrera y Reissig porque está en la bajada hacia la playa Ramírez; si no lo ven es porque está hundido–; estamos construyendo en la Facultad de Veterinaria; se  están haciendo un montón de construcciones más chicas en el interior; estamos avanzando en la obra que les mostré en el área de la salud, y quisiéramos darles un local nuevo a la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Al respecto, comenzamos tratativas con la Intendencia para hacer un trueque por un terreno muy grande que está en la calle Eduardo Acevedo entre Canelones y Maldonado. Antes era un lugar llamado de testing; ahora no sé.

Asimismo, estamos tratando de autorizar el uso de nuestros terrenos a la Facultad de Veterinaria para hacer un ensanche en la calle Luis Alberto de Herrera. El rector debe conocer de todo, hasta cuánto sale una bandita de terreno que permita tener vías separadas a esa altura de la calle Luis Alberto de Herrera.

El proyecto cuatro refiere a la investigación y fortalecimiento de posgrados. Ya mencioné el tema de la dedicación total y la situación crítica por la que se está pasando en ese sentido. Tenemos un programa de fortalecimiento de la investigación de calidad, que lo voy a explicar brevemente porque es una de las excelentes iniciativas que hubo en el período anterior.

La universidad no es uniforme, porque no todas las facultades tienen el mismo nivel de calidad y de investigadores. Esa es la pura verdad. No voy a dar nombres. Queremos que estos continúen o crezcan un poco, pero que suban más rápido los que están mal. Entonces, hay que hacer un esfuerzo especial; hay un programa específico que consiste en traer expertos extranjeros para que analicen la situación, les hagan recomendaciones y después se invierte un poco de dinero para que comiencen a trabajar con las orientaciones que se les han dado. El resultado fue muy exitoso. En psicología, por ejemplo, desde hace seis u ocho años ha habido un cambio radical. Estamos queriendo hacer lo mismo en enfermería y, eventualmente, en otras áreas, pero no tenemos dinero para incrementar este programa.

Luego tenemos la capacitación global de los recursos humanos de la institución, donde podría agregar de la capacitación del personal no docente, por más que aquí estamos hablando de la investigación, porque para hacer una buena investigación se necesitan laboratorios y gente que sepa manejar tubos de ensayo o tecnologías avanzadas.  Para hacer funcionar un microscopio electrónico no se necesita a una genia, sino gente capacitada para trabajar con esa maquinaria inmensa y también aire acondicionado, un edificio antisísmico y demás. En fin, se necesita una cantidad de personal que no es el que va a hacer la investigación, sino el que colabora con todo esto. 

                En esta categoría se incluye a la gente capacitada para esas tareas porque así se realiza  una buena investigación. Cito el ejemplo del microscopio electrónico porque lo conozco al detalle, sé quién lo hace y cómo es su construcción. También sé que si uno salta dentro del microscopio electrónico no se mueve nada y no tiene que moverse  porque se ve tan chiquito que, apenas se mueve algo, no se ve nada. Perdonen que sea tan gráfico con algunas cosas, pero es así. Si pasa un camión por la ruta 9 –estoy hablando de Rocha– vibra el piso y se pierde la visión porque estamos hablando de millonésimas de micras. Apenas se desenfoca el eje óptico no se ve. El aparato es auténticamente antisísmico por más que el sismo sea un camión que pasó por la carretera.

                Otra de las propuestas está vinculada al tema de la enseñanza misma. Queremos colaborar con la permanencia de nuestros estudiantes y mejorar la equidad social y geográfica –ya me referí a estos puntos– y estamos avanzando claramente en estos dos aspectos porque hay un pequeño incremento en el ingreso de estudiantes del quintil más pobre de la sociedad. Tenemos la alegría de que con los esfuerzos que hace la sociedad uruguaya  ha aumentado el número de estudiantes.

                Asimismo, sigue aumentando el número de mujeres que ingresan a la universidad. Es interesante destacar que, en cuanto al número de becas del Fondo de Solidaridad, si bien el promedio de estudiantes universitarios es alrededor de dos por uno –el 66 % son mujeres y el 34 % son hombres–, el 70 % de las becas son para  mujeres. Estos datos muestran que la tendencia es muy notoria. Estamos hablando de mayorías totales de personal femenino.

                La articulación con el Sistema Nacional de Educación Pública es un gran problema –no voy a hablar ahora de este tema porque es más general y no hace solo a cuestiones presupuestales– que está planteado como preocupación. Dado que las discusiones se han centrado mucho en enseñanza primaria y especialmente en secundaria, hay que plantear también el problema de enseñanza terciaria y superior, que existe y, en particular, se da con la creación de instituciones sin coordinación. Perdonen que lo diga así de claro, pero las autonomías generan instituciones independientes y como no hay un marco legal que las obligue a la coordinación –dije «obligue»– trabajamos por separado.

                La situación de las carreras que mantienen cupos es otra preocupación, especialmente de los estudiantes, que atendemos muy fuertemente; no son muchas, pero las hay. Otra preocupación es mejorar la estructura no docente de apoyo a la enseñanza.

                Respecto al proyecto 6, Fortalecimiento y calidad de gestión, no me voy a extender porque ya hablé bastante. Se encuentran trabados los importantes planes de modernización de la gestión universitaria que tenemos y quisiéramos seguir avanzando.

                En la lámina vemos una serie de datos como la relación de metros cuadrados por alumno en la institución. Tal como pueden apreciar, hubo un aumento en un período en  que construimos mucho con el dinero que se votó en el período anterior, pero ahora  está descendiendo a pesar de que seguimos construyendo. Prácticamente, no estamos eliminando ningún local –seguimos usando casi todos los locales viejos, aunque algunos no– y, por lo tanto, el descenso de la cantidad de metros cuadrados para cada estudiante está llegando a la cantidad que había en 2011; eso nos preocupa mucho.  Por más que los nuevos locales son muy lindos y cómodos, lo cierto es que la mayoría son antiguos, como los de las facultades de Medicina, Veterinaria, Agronomía y Química. No nombro a las que aparentemente son más nuevas, pero tienen más de sesenta años, como las facultades de Arquitectura e Ingeniería; son paradigmas de la arquitectura nacional, pero tienen sesenta años. Aclaro que si estuviéramos en Irán o en China ya las habrían tirado abajo porque allí los edificios universitarios buenos deben tener diez años. Digo esto porque lo vi con mis propios ojos. Les pregunté: ¿por qué están tirando abajo eso? Me respondieron que era porque ya tenía quince años. Esta experiencia la viví en Teherán.

                La relación de horas docentes sigue la misma curva porque efectivamente no tenemos cargos nuevos.

                En lo que respecta al ingreso de estudiantes y el presupuesto, vemos que, efectivamente, la curva de crecimiento presupuestal –que es la que aparece en color azul– es mucho más baja que la de ingreso estudiantil.

                Acá viene algo que es totalmente nuevo y que les puede sorprender. Hemos resuelto mostrar gráficos comparativos en relación, por un lado, con los incrementos que se han dado a la ANEP y a la UTEC y, por otro, a nosotros. Habrán visto que en algún momento hablé de discriminación; capaz que me excedí con esa expresión, pero ahí están los números. En la situación actual, la ANEP tiene cerca del 80 % del presupuesto educativo público, la UdelaR el 17 % y la UTEC cerca del 4 % –eso suma más del 100 % porque fui redondeando para arriba todo–; y con lo que se estaría dio en la Cámara de Representantes, la ANEP pasaría a tener el 81 %, nosotros bajaríamos al 15 % y la UTEC mantiene más o menos su porcentaje. A nosotros nos preocupa esta situación porque no vemos ninguna razón para que la participación de la UdelaR en el presupuesto público de la educación disminuya. Lo que hemos descrito muestra que lo que queremos hacer lo estamos realizando, en particular la gran política de expansión en el interior y de consolidación de la investigación, pero son los números que están resultando y la verdad es que nos cuesta aceptarlo. Obviamente, vamos a aceptarlo, pero creo que debería hacerse un esfuerzo por tener una concepción más global del asunto.

                Como se ve en la parte de debajo en la lámina, estamos haciendo un cálculo del costo por estudiante de las instituciones para que se vean los resultados sorprendentes que da porque estos números no los habíamos manejado hasta hace unos meses. En el caso de la UTEC, tomando la cifra de 1739 –está en el documento de ustedes, así como en el balance de 2017; no son números inventados–, el dinero que van a recibir, lo que tienen y el aumento que se da de 102:000.000, resulta que cada estudiante cuesta cerca de USD 12.000. Los números nuestros, incluyendo al hospital de Clínicas, es menos de 4000 y, si sacamos a dicho hospital –claramente hay que sacarlo porque es salud–, cada estudiante cuesta 3000. Estos números son cálculos auténticos. Quizás alguien pueda decir que la UTEC tiene más de 2000 estudiantes el año que viene –los números que aparecen arriba en la gráfica son los de este año–, pero lo destacamos porque ahí están. La división podrá estar más hacia un lado o hacia el otro; en lugar de 11.800, puede dar 11.400, y el nuestro, en vez de 3000, dé 3200, pero esos son los costos verdaderos de las instituciones. La UTEC no se creó el año pasado, sino hace seis años; es decir, ya está en régimen, como en una mecánica de fluidos, está en estado estacionario, se mueve como un río, no como un torbellino, ¿no?

                Hemos resuelto agregar lo que aparece en esta otra lámina, que es un planteo para discutir. Se podrá decir que $ 9.000:000.000 es un delirio, pero no lo es porque es lo que necesitaríamos realmente de acuerdo con lo que el país dice que hay que invertir: 6 % para la educación y 1 % para la investigación y el desarrollo.

En esta otra lámina, está lo más urgente. Como decíamos, tenemos un problema real con el funcionariado universitario docente y no docente. Firmamos un convenio colectivo que es considerado por todos un gran logro. Quisiéramos, de pronto, no llegar a esos números, pero avanzar realmente en eso. Está claro que la institución universitaria es formadora de gente, por lo que el personal es una cuestión fundamental en la institución. Quisiéramos avanzar en la dedicación total –ya lo expliqué hace un rato–; ese número 50 es el que tenemos sobre la mesa de la Comisión Sectorial de Investigación Científica para que lo pasen al Consejo Directivo Central, ingrese y se apruebe. Así está, ¡eh! Lo dije gráficamente en la Cámara de Representantes: si me dan el dinero hoy, mañana se gasta. Así como acaba de ser dicho. El número 50 es bajo, porque quisiéramos mantener el ritmo entre 70 y 90; eso está en trámite y en algún lado se está estudiando. Ese es un balance de la situación hecho hace un mes y medio o dos.

No voy a hablar de las becas estudiantiles. Si se quiere favorecer el ingreso de gente de recursos más bajos hay que favorecer sus estudios. Las becas son un buen procedimiento; hay otros, pero ahí está referido a las becas que era un planteo que habíamos hecho.

                Sobre el interior no voy a hablar más. La verdad es que estamos al borde de no poder seguir creciendo a pesar de que querríamos continuar expandiéndonos, como lo exige el interior del país. Me he entrevistado con intendentes de todos los departamentos en los que tenemos gran presencia y me han confirmado que la universidad ha traído una gran transformación en cada zona donde está radicada. Ese proceso, que se ha hecho con mucha sinceridad, sin mirar colores políticos, creo que merece mucha atención.

                En cuanto a las obras, es uno de los puntos donde estamos más débiles y donde se necesitan más recursos. Hay que ir a la Facultad de Medicina para ver las condiciones en que está ese edificio que perfectamente podría transformarse en un espacio cultural del Siglo XIX o principios del Siglo XX. Hay que considerar que es un local de enseñanza y no un museo. Ni hablemos de la Facultad de Veterinaria. En el museo Vilamajó habría que hacer una facultad de ingeniería en el momento en que tengamos plata para hacer una nueva. Perdonen que traiga ejemplos que conozco muy de cerca ya que me formé y viví ahí durante toda mi vida. La sala del rectorado todo el mundo la elogia porque ha sido muy bien arreglada. El paraninfo ahora está destellante –les recomiendo que lo vayan a ver– porque lo hemos limpiado y remozado. Está como se hizo hace más de cien años, pero para mantenerlo se necesita dinero. Que la universidad quiera ser un símbolo de la educación superior, parece muy razonable. Da vergüenza ver a los estudiantes de derecho mirando por la ventana en salones en los que se mueren de frío. Perdonen que lo diga con tanta crudeza pero vivo y camino en ese edificio y es doloroso ver aquello. Los que están dando clases allí son los grandes profesores de derecho nacional.

                Gracias.

SEÑOR DELGADO.- Es un gusto saludar al rector Markarian y al equipo de la Universidad de la República.

                En primer lugar, lo quiero felicitar por la exposición: es muy nítida y no es la primera vez que esto ocurre. Creo que la universidad, cuando viene a exponer a la Comisión de Presupuesto integrada con Hacienda, tiene la particularidad de ser muy gráfica en los planteos, en las propuestas y en lo que se podría ver afectado en caso de que no se otorguen las solicitudes presupuestales.

                Leímos la versión taquigráfica de la comparecencia de la Universidad de la República a la Comisión de Presupuestos integrada con Hacienda de la Cámara de Representantes y allí vimos el pedido presupuestal y el nivel de ejecución de los créditos presupuestales aprobados en la rendición de cuentas pasada. Nos sorprendió la distancia. Hemos visto que, en general, hay poco incremento en casi todos los rubros. En este caso, la Universidad de la República está pidiendo $ 9.133:000.000 que, al valor del dólar a que se hacía referencia, serían alrededor de USD 325:000.000. En realidad, le otorgan $ 430:000.000 –unos USD 14:300.000– y, si le dan lo otro que había solicitado –que, en realidad, es producto de una rendición de cuentas anterior, un diferimiento presupuestal–, tendría $ 50:000.000 más. Por lo tanto, serían $ 430:000.000 más $ 50:000.000. Además de lo que pide la universidad, o sea, $ 9.133:000.000 –lo que significa entre USD 325:000.000 y USD 330:000.000, según la cotización del dólar en la fecha que se considere–, en el artículo 3.º se solicitan $ 19:000.000 adicionales para el Hospital de Clínicas.  ¿Este es el universo de cifras en el que estamos? ¿Es correcto?

SEÑOR MARKARIAN.- La corrección es totalmente menor: los $ 50:000.000 ya están en la universidad. Ahora están pasando de la Secretaria Nacional del Deporte, presidencia de la República, al inciso 26 que es el nuestro. Es movimiento de dinero de un lado para el otro. O sea, eso no es nuevo, ya lo estamos gastando.

SEÑOR DELGADO.- Coincido, por eso dije que esto ya estaba asignado en el presupuesto anterior; lo que están haciendo es la transferencia del monto por donde se paga.

                En definitiva, la nueva cifra es de $ 430:000.000. ¿Es correcto?

                Nos sorprende la diferencia tan grande. Obviamente, hay diagnósticos diferentes y no se trata solo de la disponibilidad de caja, porque uno puede tener problemas de disponibilidad de caja, pero negociar entre lo que pide –que siempre es en función de expectativas, quizás óptimas– y se da en función de los resultados de las necesidades de caja posibles. En este caso, es en función de lo posible. Ahora, en ningún otro inciso de todo el presupuesto vemos una diferencia tan grande. Estamos hablando de USD 360:000.000 contra USD 14:000.000. La verdad es que nos hizo mucho ruido esta diferencia tan grande. Está mal diagnostico o subvalorado presupuestalmente por parte del Poder Ejecutivo.

El rector lo comparaba con algunos otros organismos de la educación y después hacía una referencia a la posible afectación en el caso de que lo que se votó en la Cámara de Representantes sea lo que se apruebe en el Senado.

Quería pedir al presidente que reparta la presentación porque me parece muy gráfica y así podemos estudiar la con más tranquilidad.

Vi como afectaba, sobre todo, el tema de infraestructura, salarios, adecuación y dedicación total. No vi –capaz que lo puso– la afectación en el tema Hospital de Clínicas. Me parece importante conocer la asignación presupuestal que se pide y lo que hoy se da, que en realidad es un rubro general. La primera pregunta es ¿cómo afecta al funcionamiento del Hospital de  Clínicas?

La segunda pregunta tiene que ver con algunos procesos innovadores en el tema infraestructura. Hace un tiempo se aprobó un proyecto que tiene que ver con un polo, que en principio iba a ser agropecuario y ahora está dedicado a la Facultad de Veterinaria. Además, hay un polo vinculado a sanidad animal porque está parte de lo que es el Dilave, perteneciente al Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, ubicado en la ruta 8. Es un proyecto de traslado de la Facultad de Veterinaria a esa zona, que está aprobado. ¿En qué situación está? Los datos que tenemos es que está aprobado, no ahora sino desde hace mucho tiempo, pero nunca fue ejecutado. ¿Qué pasaría en este caso? Uno tiene que ponerse a ver diferentes opciones con el predio que hoy tiene la Facultad de Veterinaria que, obviamente, es de la Universidad de la República, pero a  su vez hay una parte que es patrimonio nacional. Por lo tanto, debe estar muy limitado en el tema de la construcción, aunque tiene un valor inmobiliario realmente importante. ¿Se está pensando en un fideicomiso? Creo que en principio excedería el costo de una nueva Facultad de Veterinaria.

Son las preguntas que queremos hacer al rector, porque más allá de la afectación que mencionó en la presentación, también está el tema de la dedicación total. ¿Esto baja los porcentajes de dedicación total? ¿Qué significa en el año lectivo que está en curso? 

                Asimismo, quisiera hacer una consulta sobre el artículo 5.º presentado por la universidad, que no tiene costo y tiene que ver con los aportes patronales y la seguridad social. Lo equiparaban a otros incisos, en particular, a empresas públicas. Acá presenta una disparidad importante con respecto a otros organismos del Estado. Según han evaluado, estamos hablando de USD 36:000.000. 

                Este asunto estuvo arriba de la mesa en la rendición de cuentas pasada.  Obviamente, esto tiene un costo fiscal pero también involucra un tema de justicia al equipararlo con algunos servicios y entes; o sea que no solo está en el sector privado, sino también en el público. Me gustaría saber si, más allá del tema presupuestal, han realizado alguna gestión adicional sobre esto, lo han planteado ante el Ministerio de Economía y Finanzas o han tenido instancias bipartitas. 

                Por último, quisiera aludir al artículo 9.º, sobre el que tenía una pequeña confusión.  Esta disposición no tiene costo y tiene que ver con las importaciones. Les solicitamos que detallen un poco más cuáles son sus fundamentos y, en caso de aprobarse, cuál sería su efecto. Este artículo 9.º tiene que ver con exceptuar a la universidad de su inclusión en un régimen general previsto para las importaciones.

                Gracias, señor presidente.

SEÑOR OTHEGUY.-  Saludamos a la delegación de la universidad que hoy nos visita; siempre son muy buenas sus rendiciones de cuenta porque nos aportan datos relevantes. 

                En principio, quisiera hacer un señalamiento. A veces es un poco incomprensible que se cuestione públicamente al gobierno porque incrementa el gasto en la rendición de cuentas y después se marque que se destinan menos recursos de los que solicita un inciso, como en este caso. Habría que tener cierta coherencia tan solo para saber qué estamos discutiendo, si el problema es el déficit fiscal y, por lo tanto, no hay que aumentar el gasto, o si no hay que cumplir con requerimientos que muchas veces se hacen justamente tratando de poner el foco en algo que es importante, más en el contexto en el que vivimos. Esto es simplemente un comentario.

(Intervenciones del señor senador Delgado que no se escuchan).

                –Una de mis preguntas tiene que ver con eso. Quisiera saber si está cuantificada esa variación que implicaría reducir los aportes patronales para la universidad. Creo que todos somos conscientes de la situación del sistema previsional del Uruguay y, por lo tanto, todo esto siempre es complejo.

                En segundo lugar, me gustaría saber si estaba cuantificado esto de exceptuar a la universidad en función de los artículos de la Ley n.º 17296. ¿La universidad tiene esa información estimada?  Nos serviría para luego discutir sobre la eventual inclusión y votación de este artículo.  

                Por último, me gustaría volver a una lámina que creo que hablaba del nivel de abandono en primer año y de las becas. Creo que este es un tema importante sobre el que probablemente la propia universidad y la ANEP tendrán cosas para aportar.

                Hay algo bastante destacable de estas nuevas generaciones: la adolescencia se prolonga en el tiempo. Incluso, hay un libro llamado Forever Young, escrito por un antropólogo norteamericano, que dice que la adolescencia en el siglo XXI en este mundo desarrollado se prolonga hasta la etapa adulta. A veces uno observa en sus propios hijos muchas contradicciones a la hora de definir su vocación, la idea de que la adolescencia se prolonga en el tiempo, falta de madurez y de claridad para tomar decisiones, etcétera. Creo que este es un tema importante, y quizás la universidad, en coordinación con la ANEP, tenga aportes para hacer, como para poder definir algunas estrategias que facilite a nuestros jóvenes la toma de decisiones a la hora de optar por una alternativa universitaria para su formación.

SEÑORA ALONSO.- Aprovecho la oportunidad para reconocer la buena presentación que hizo la Universidad de la República pero, sobre todo, para felicitarlos. En estas instancias, cuando vienen referentes, a veces –y en particular en estos ámbitos– somos muy críticos; lo hemos sido en muchas ocasiones, pero en el caso de la Universidad de la República quiero felicitar, en la figura del rector Markarian, a todo el equipo por lo que hacen teniendo en cuenta los recursos que se les asigna. Eso nos hace sentir orgullosos y yo soy parte de ese porcentaje al que se refirió el señor rector de personas que manifiestan que volverían a estudiar en la UdelaR.

                Me pareció muy interesante lo que planteó el señor senador Otheguy a propósito de que en el Parlamento tenemos la dificultad de cómo afrontar el presupuesto, pero también podríamos dar el debate –no es esta la oportunidad, ni mucho menos– de cómo llegamos a este déficit, por qué estamos en esta situación y cómo deberían redistribuirse las partidas que definitivamente no van a poder asignarse a los organismos a los que deberíamos dar prioridad. No voy a plantearlo acá, pero la solución –tal como se ha dicho en otras instancias– no está en poner impuestos o endeudarse, sino en distribuir lo poco que tenemos de acuerdo con las prioridades que se establezcan.

                Mi pregunta es más bien una reflexión. Siguiendo la línea planteada por el señor senador Delgado, la realidad es que la diferencia entre los $ 9.000:000.000 y los $ 430:000.000 es enorme –esas cifras están muy lejos– y, realmente, evidencia la situación crítica en la que podrían encontrarse algunos de los programas o proyectos de la universidad. El rector decía que no hay más plata para nuevos planes docentes y no docentes y la pregunta es ¿cuánto afecta, en particular a los programas y proyecto del interior, el hecho de que este presupuesto sea insuficiente para llevarlos adelante? Indudablemente, esto debe hacer que se planteen una enorme encrucijada. A veces hay que decidir si lo poco que tenemos va a destinarse a sostener lo que ya hay o vamos a seguir avanzando en determinados planes. La pregunta concreta es: en el caso de que este fuera el presupuesto final, ¿cómo piensan repartir este dinero para no afectar especialmente a aquellas prioridades que se hayan puesto?

SEÑOR HEBER.- Quiero saludar a la delegación de la Universidad de la República; realmente, es un gusto tenerla acá con nosotros.

                Ya ha habido comentarios por parte de nuestra bancada. Creo que, con picardía, se nos quiere decir que estamos haciendo un planteo. Quiero aclarar que los planteos vamos a hacerlos en sala, durante el plenario; acá solamente estamos preguntando y constatando realidades. Pero… touché.

                En aras de ayudar a la universidad, voy a formular dos preguntas, producto de la inquietud que tenemos por los recursos. Primero queremos saber cuántos estudiantes de nuestra universidad son del extranjero. ¿Hay convenios con otras universidades? Conocer ese dato nos podría ayudar.

Hay otro tema que nos interesa a los efectos de construir nuestra opinión al respecto. No queremos reavivar debates que ya se dieron en la universidad, pero los números que presentó el señor rector no nos quedaron claros. Seguramente esos datos van a estar en nuestro material de estudio, pero una planilla muestra que el costo por estudiante es de USD 3.000 sin contar el Hospital de Clínicas, mientras que la columna anterior dice que es de USD 3.800 si se incluye el Hospital de Clínicas. El hospital incide en todo el estudiantado en USD 800. Es caro; ¡es muy caro! Entonces, pregunto: ¿se ha abandonado o se ha descartado definitivamente la posibilidad de volver a dialogar sobre el planteo de invertir en el Hospital de Clínica a través de PPP? Los proyectos público-privados están funcionando en el Estado; ha costado mucho, pero parecería que están encaminados. El Ministerio de Economía y Finanzas está poniendo plata para prever gastos de amortización para el año 2019, en función de los proyectos, para rutas, centros de enseñanza, cárceles. ¿No sería posible –a fin de generar un clima de paz y tranquilidad– volver a hablar para conformar un proyecto público-privado para el hospital? No podemos quedarnos de brazos cruzados ante la falta de recursos.

Sé que el rector fue abanderado en esto y tuvo una discusión; no quiero reeditar esa discusión, sino simplemente saber si se agotaron las instancias para volver a plantear este tema. ¿No existe la posibilidad de volver a hablarlo? Me da la sensación de que en algunos casos hay anteojeras ideológicas, pero este solo es un tema de recursos y esos recursos los precisamos para el Hospital de Clínicas.

Yo tomo nota de cada comentario que hace el señor rector y lo escucho decir que el edificio no está en las condiciones que les gustaría. Dado que el hospital está brindando la atención que ustedes nos mostraron en pantalla, quería saber si tenemos que cerrar esa puerta definitivamente. Me parece que deberíamos darnos la oportunidad de plantear el tema con amplitud.

Sería bueno conocer esos dos datos, que me parecen importantes a los efectos de tener idea del estado de situación de la universidad.

SEÑOR DELGADO.- Olvidé formular una pregunta sobre el artículo 13 que envió la Universidad de la República, que tiene que ver con la vigencia de los certificados únicos y especiales del Banco de Previsión Social. Acá se está pidiendo que no se suspenda la vigencia de los certificados siempre que la Universidad de la República haya impugnado administrativa o jurisdiccionalmente los actos que establezcan las presuntas deudas por obligaciones tributarias o por sanciones. Esto será de aplicación una vez que exista sentencia firme. ¿Cuál es el fundamento de esto? ¿La casuística es muy grande? ¿Es habitual? ¿Cuál es el fundamento de esto –que, obviamente, no tiene costo–, que no se aprobó en la Cámara de Representantes? Además, ¿esto interfiere mucho con el funcionamiento o es algo excepcional?

Gracias.

SEÑORA AVIAGA.- Buenos días. Es un gusto recibir al señor rector Markarian.

                Hace un tiempo, cuando se inauguró el CURE en Lavalleja, estuvimos hablando en persona con el señor rector –lamentablemente quedamos por ahí, no avanzamos mucho más; me gustaría poder tener una charla más profunda al respecto– sobre temas que tenían que ver con la salud, el medioambiente y la investigación que se realizaba en Uruguay, y cómo se formaban los especialistas en la materia. En lo que tiene que ver con eso quería hacer algunas preguntas. ¿Ha existido algún avance al respecto? ¿Hay alguna planificación en la materia?

                En cuanto al impacto de los plaguicidas en la salud –en estos días se han dado muchas demandas judiciales con respecto a este tema en Estados Unidos, con estudios científicos a favor y en contra– quisiera saber si se están desarrollando investigaciones a través de la universidad. ¿Se están formando especialistas en las ramas vinculadas a producciones alternativas a la agroindustria que sean más amigables con el medioambiente? Quisiera saber, también, si en la formación de los profesionales de la salud hay una mirada especial hacia este tema, es decir, si se hace una conexión entre la salud y el ambiente en que viven las personas. Es un tema que preocupa a muchos uruguayos.

                La doctora Ciganda, del Ministerio de Salud Pública –especializada en temas de toxicología– nos decía que es bien importante capacitar en esta materia a los técnicos que se están formando y a los que ya están recibidos.

                Agradezco la comparecencia de las autoridades de la universidad y les pido si pueden evacuarme estas dudas sobre la situación actual.

SEÑOR PARDIÑAS.- Es un gusto poder dialogar una vez más con la representación universitaria, encabezada por su rector.

                En primer lugar, en lo personal tengo la confianza de que, más allá de esta disparidad presupuestal, la universidad seguirá ejerciendo esa capacidad de reacción y de resiliencia que tiene, manifestada en innumerables instancias presupuestales, incluso en situaciones mucho más deficitarias de la que hoy tiene desde el punto de vista presupuestal.

Algunas de estas demandas, fuertemente sustentadas en las argumentaciones que presentaba el señor rector, hoy son ampliadas en virtud de la respuesta que ha tenido a través del presupuesto la propia Universidad de la República. Un ejemplo de ello es, sin lugar a dudas, toda la presencia que hoy tenemos en el interior del país –ni que hablar del crecimiento estudiantil en la capital–, donde no solo hay respuesta en cuanto a apertura de formación, sino también en generación de infraestructura. Eso, sin lugar a dudas, amplía la demanda, y ahí surge la diferencia en los números que hoy estamos evidenciando. Tal vez en otras etapas de desarrollo de la universidad no era tanta la demanda en magnitud de cifras, pero sin lugar a dudas también era menos satisfecha, inclusive en lo que tiene que ver con temas que hoy están medianamente superados, como salarios más dignos para los trabajadores de la universidad y áreas de desarrollo que estaban vedadas, sin posibilidad de inclusión. Creo que esto confirma que nuestra universidad está dando respuestas al país y estoy seguro de que tendrá capacidad para responder ahora, a pesar de la situación en la que está.

                Además de estos comentarios me gustaría hacer una pregunta para ver si nos pueden ilustrar de una forma un poco más amplia. La inquietud tiene que ver con el sistema de becas, porque el señor rector dijo que el que ofrece el Servicio Central de Bienestar Universitario es complementario al del Fondo de Solidaridad. Me gustaría saber qué grado de cruce de información tienen ambos organismos, si el sistema sigue siendo tan eficiente como en momentos en que el equipo de Bienestar Universitario era quien le proporcionaba la información al Fondo de Solidaridad, y cuál es la estrategia de complementariedad como para poder avanzar en la atención del universo estudiantil. Como se ha señalado, muchas de estas becas se otorgan a quienes ya reciben la beca del Fondo de Solidaridad, así que quisiera preguntar si esto se hace en casos extremos. ¿Cuáles son los criterios para que determinados estudiantes acumulen beneficios de becas, generando la prescindencia de atención de otros demandantes?

                Muchas gracias.

SEÑOR PRESIDENTE.- Solicito al señor rector si nos puede dejar la presentación para que sea distribuida entre los integrantes de la comisión.

                Por otro lado, me sumo a las interrogantes de los señores senadores Otheguy y Delgado en cuanto a la fundamentación de los artículos 9.º y 13, porque de acuerdo con el artículo 463 de la Ley n.º 16226 ustedes ya cuentan con inmunidad fiscal.

                En definitiva, me gustaría saber si han cuantificado el costo del artículo 9.º y si pueden fundamentar el porqué del artículo 13.

                Muchas gracias.

SEÑOR MARKARIAN.- Voy a dar respuesta a lo que pueda y luego, si el señor presidente lo considera pertinente, solicitaré ceder el uso de la palabra al delegado de los funcionarios no docentes y a la directora del Hospital de Clínicas, quien seguramente podrá responder mejor que yo a las dos preguntas que se han hecho sobre dicha institución: el impacto de este incremento cero y la discusión sobre los PPP. Quizás la directora no pueda responder sobre esto último, porque es una cuestión mucho más general, pero creo que puede dar una primera aproximación.

                Las consultas específicas sobre los tres artículos voy a pedir que sean respondidas por integrantes de los equipos técnicos que me acompañan, aunque creo que ya me referí explícitamente al artículo 13.

                Con respecto a la facultad de veterinaria, puedo decir que se discutió mucho acerca de financiar la obra desde el comienzo con un fideicomiso, en el terreno actual, pidiendo un préstamo al Banco República. La discusión se llevó a cabo entre los años 2012 y 2014, y finalmente la institución no tomó posición, por lo que el tema quedó dando vueltas. A fines de 2014 resolvimos hacerlo con fondos propios, pausadamente, y reorganizamos los fondos presupuestales de obras para atender esa importante necesidad que tenía el país de contar con una facultad de veterinaria moderna y en un buen local. Durante los años 2015 y 2016 se destinaron fondos para hacer lo que mostré anteriormente en las fotos –se pudo apreciar que ya hay caminería, por ejemplo– y a fines del año pasado se llamó a licitación para llevar a cabo un tercio de la obra global, también con fondos propios. La licitación ya recibió su fallo y también pasó por el Tribunal de Cuentas, así que ya está todo encaminado para que empiecen las obras.

Debo decir que la financiación para la primera parte de la obra tiene un componente presupuestal y otro derivado del adicional del Fondo de Solidaridad –esto es sobre el total de lo que hacemos en obras, por lo que también aplica a la Facultad de Veterinaria–, que está financiando por mitades las obras que estamos realizando. Este adicional es dinero que viene a la universidad, no como el de las becas, que se gasta directamente. Aclaro que por ley tenemos tres finalidades para utilizarlo y dos de ellas permiten el gasto tal como lo estamos haciendo.

                En cuanto al terreno actual, debemos decir que pertenece a la universidad y que está resuelto qué tiene que quedar del patrimonio, que son los dos locales: el edificio central de la facultad y el hospital, que mirando desde la avenida está situado hacia la derecha. Discutimos mucho sobre el hecho de mantener el hospital porque, por su estado, no era claro que correspondiera, pero se resolvió que sí. Por lo tanto, sacando esas dos partes y sus alrededores para que queden disponibles, todo lo demás es terreno para la universidad. Estamos discutiendo con la intendencia qué quiere hacer desde el punto de vista urbanístico, en trazado de calles y demás, y llegamos a un acuerdo inicial; la intendencia hizo una propuesta que, si bien entendemos que no es la ideal, no nos pareció del todo mala, por lo que la aceptamos. Además, hay una discusión sobre los metros edificables en altura; creo que no cuesta nada imaginar que la altura decide precios, por lo que estamos en medio de esa discusión. Puedo mencionar las cifras que he escuchado sobre el valor, dependiendo de esas alturas, y siempre son superiores a los USD 10:000.000 e inferiores a USD 20:000.000. Aclaro que estos datos son totalmente informales porque habrá que ver cuál es la oferta. Si el mercado está totalmente deprimido de obras, quizás sea menos, pero si es el actual en este tipo de cosas, esas son las cifras que se han manejado.

Debo aclarar que la obra que estamos proponiendo es más costosa. Lo que licitamos ahora lo hará la empresa Stiler, y si pudiéramos continuar con ella –eso está permitido–, podríamos llegar a dos tercios de la obra. El costo total sería superior a los USD 30:000.000; ese sería el costo de las seis manzanas que pudieron ver en las fotos que mostramos.

                En consecuencia, el trámite de venta del terreno está planteado y la Facultad de Veterinaria se trasladará enteramente cuando esté todo hecho. Esta es una discusión que vamos a tener que enfrentar en su momento, porque cuando tengamos algo terminado tendremos que ver qué pasa, ya que va a ser difícil no ocupar una cosa totalmente nueva, teniendo en cuenta que están trabajando en condiciones muy malas. Esa es una decisión que les corresponde a ellos, aunque es totalmente entendible que quieran esperar porque los dos lugares están muy alejados, ya que uno es en el barrio Buceo y el otro por el kilómetro 20 de la ruta 8.

                Aclaro que los decanos de Veterinaria y de Agronomía no están hoy aquí porque debían asistir a la Rural del Prado para inaugurar algunas cosas –me pidieron autorización para no venir– que son muy importantes.

SEÑOR DELGADO.- Queda claro lo que ha expresado el señor rector y recuerdo perfectamente que en su momento se generó una discusión compleja respecto al fideicomiso y que al final decidieron hacerlo con fondos propios. En definitiva, con los fondos propios hoy se termina licitando solo por una parte de la obra. Además, la realidad es que piden $ 9.000:000.000 pero les otorgan $ 430:000.000, por lo que sabemos cuál será el resultado de esta ecuación. Mi pregunta es si hay alguna posibilidad de rever que las otras etapas se hagan por fideicomiso.

SEÑOR MARKARIAN.- Como sabe el señor senador, presido un organismo muy complicado, que para empezar a hablar, tiene veinte miembros. Con el grado de acuerdo y de apoyo que existe respecto a lo que estamos haciendo –no solo de la institución, sino del país–, no me parece que sea fácil cambiar la jugada. Lo digo así porque la decisión está tomada y se han hecho estudios para destinar estos fondos. Imagine el señor senador las discusiones internas que se han dado para decidir que vamos a priorizar la Facultad de Veterinaria y a postergar la de Humanidades y la de Química, que son las primeras que están en la lista para el momento en que tengamos algo más de dinero.

En lo personal, no veo factible que podamos cambiar la pisada, pero esta no es una resolución, sino una opinión que se le pide al rector; capaz que mañana aparece alguien en el Consejo Directivo Central que propone lo que sugiere el señor senador y se acepta.

                Ya que estoy, respecto a las PPP debo decir que la respuesta que podría dar es casi la misma. No veo que la universidad esté reviendo el esquema de trabajo respecto de la financiación. Las razones para el rechazo del sistema de PPP son dos, y una de ellas –a la que ya se hizo referencia– es la que tiene que ver con si el Estado va a cargar o no con la deuda. Ese problema se planteó. La ley dice que quien carga con la deuda es el ente o el organismo que contrata y, para decirlo rápido, eso nos asustó, porque si teníamos que cargar con una deuda de ese tenor a largo plazo, íbamos a tener que cerrar la Facultad de Agronomía y la de Veterinaria para financiar los costos del compromiso asumido con las empresas, ya que no es una sola.

                La segunda razón, que es más importante –porque, como se ha dicho, el Estado está pagando, ya que eso está incluido en la rendición de cuentas–, tiene que ver con los costos de las construcciones que se hacen por PPP. Las obras de hospitales son muy complicadas y el sistema de PPP obliga a un «diálogo» –entre comillas– con las empresas que ganen la licitación; siendo tan variado lo que un hospital exige, y a la luz de la experiencia internacional, contratamos un equipo –que fue sugerido por la Facultad de Ciencias Económicas– para que hiciera el estudio, y planteó grandes dudas sobre el asunto. Esa es la razón de la respuesta negativa en cuanto a entrar en ese sistema.

                Por lo tanto, nuevamente señalo que el tema se puede replantear, sí, y la sugerencia del senador podría ser considerada, pero no lo veo factible en lo inmediato.

                El tránsito de secundaria a la universidad es un gran tema. No cabe duda de que es muy importante y no solo está dificultado por razones presupuestales, sino que hay un problema de concepción del sistema entero que está en plena discusión en todos lados, en particular en la universidad. Debo decir que hay diálogo y se discute el asunto, pero no se encuentran caminos claros en cuanto a lo que la Universidad de la República y la ANEP deban hacer.

Creo que es una gran meta del sistema educativo público analizar este problema con detalle y, en particular, las vocaciones, los intereses, y porqué, una vez terminada secundaria, la gente entra a la universidad y a la UTEC pero luego no sigue. Porque algo parecido, aunque a menor escala, sucede también en la UTEC, a pesar de que tiene cupos y todo eso. Estamos hablando de cuál es la razón por la que los estudiantes se frustran al entrar y no quieran seguir haciendo lo que se les propone. Hay variadas razones, una de las cuales es que la diversidad del sistema educativo terciario no es lo suficientemente amplia como para satisfacer las demandas, y se encuentran con que lo que les ofrece la institución no es lo que ellos pensaban que podían encontrar, y no tienen muchas más opciones. Esta es una situación por la cual también el tránsito entre las instituciones terciarias se transforma en un problema crucial.

                Creo que esto no es materia presupuestal; pienso que podríamos abrir un espacio de diálogo sobre estas cosas, pero es un tema muy complicado. Estamos hablando de un problema universal, porque cosas parecidas se plantean también en otros lados.

Con respecto a los estudiantes extranjeros, iba a decir que no teníamos acá los números, pero me acotan que la cifra exacta de jóvenes que proviene de centros secundarios extranjeros es menor al 1 % del total del estudiantado universitario. Lo que está sucediendo ahora –que hay un número grande de inmigrantes en el país– no ha afectado muy fuertemente. Debo decir que tenemos algunos cuidados porque, en virtud de las restricciones al ingreso en dos países cercanos –Chile y Brasil–, hubo oleadas de gente que ha venido a estudiar aquí, no por estar emigrando de su país, sino porque los residentes en Chile o Brasil mandan a sus hijos a estudiar acá. Distinta es la situación de Cuba y Venezuela –son los países que se han nombrado acá–, porque hablamos de familias enteras que se han instalado en el país, y eso lo estamos atendiendo debidamente.

Por lo tanto, lo que puedo responder en este momento es que la influencia no es muy grande; y no creo que vaya a crecer mucho, porque aunque tenemos un intercambio con China y van a comenzar a venir estudiantes de ese país, son de grado avanzado que vienen, básicamente, para aprender el idioma, y no creo que modifiquen las cifras de ninguna manera. Por ahora puedo decir eso, pero podemos enviar la información más precisa, servicio por servicio si fuera necesario, porque está bien documentado.

                En cuanto a la incidencia de la carencia de cargos en el desarrollo de la educación, puedo decir que es un problema auténtico. Voy a dar ejemplos de lo que ocurre en el interior –que es donde lo estamos viviendo muy claramente, aunque también se da en Montevideo– con respecto a los funcionarios no docentes. La inauguración que se realizó en el departamento de Rivera se llevó adelante en medio de dificultades para proveer los cargos de limpieza y de vigilancia, y se han tomado algunas medidas tendientes a solucionar este problema. Estamos hablando de muy pocos cargos y eso muestra la gravedad de la situación por la que estamos atravesando, porque se trata de cuatro o seis cargos, no de cincuenta. Estamos tratando de enfrentar este problema estudiando caso por caso, analizando quién pueda querer ir a trabajar a Rivera, si hay algún cargo que por alguna razón se destituyó y quedó dinero libre, etcétera.

                En el local que se inauguró frente al estadio –que es un edificio muy grande– previamente se habían acordado fórmulas muy reducidas para que marchara bien, aunque no son totalmente satisfactorias. Está claro que en el próximo edificio que inauguremos los problemas pueden ser mayores y por eso es preciso que encontremos una solución global.

                En cuanto al personal docente, se mostraron gráficas que ilustran el tema. Podemos decir que un docente es capaz de atender a diez, quince, veinte o cuatrocientos estudiantes –solo se necesita un salón más grande–, pero claramente ello va en desmedro de la calidad de la formación. Una solución tan brutal como la que acabo de mencionar no la queremos.

También nos enfrentamos a un crecimiento estudiantil con aumento cero del presupuesto, lo que va a tener consecuencias importantes que no me animo a clasificar caso por caso. Esto no sucede solo en el interior, sino que también se da en Montevideo porque, como se sabe, la universidad sigue siendo mayoritariamente montevideana. Los números que dimos muestran que el 88 % del estudiantado cursa en Montevideo. El esfuerzo que hemos hecho es muy grande y tiene un impacto inmenso en el interior, pero en la escala global, los números son los que acabo de mencionar.

                Se preguntó, también, qué consecuencias tendrá esto en los próximos pasos. En lo personal, no me animo a decirlo categóricamente. No me cabe duda de que vamos a tener que discutir redistribuciones de fondos; lo digo con total seguridad, porque si se mantienen los 430 millones y la universidad quiere seguir atendiendo las demandas que tiene –que no es solo estudiantil, porque también están los temas de extensión, de investigación, y los problemas que enfrenta el Hospital de Clínicas– se van a tener que tomar medidas redistributivas sobre las que no me animo a pronunciarme ahora, porque merecen la discusión detallada de la institución.

                En cuanto a la pregunta que realizó la señora senadora Aviaga sobre problemas ambientales, puedo dar una respuesta general. La senadora recordaba una conversación que mantuvimos en el departamento de Lavalleja y yo la invito a continuar conversando sobre el tema, porque está claro que no es solamente presupuestal. La universidad tiene servicios que atienden todos estos problemas y lo afirmo con seguridad. Puedo nombrar, por ejemplo, a las Facultades de Ciencias, de Agronomía, de Ingeniería, de las que incluso conozco los equipos que están trabajando. El impacto que puede tener la parte presupuestal en el debilitamiento de estos grupos no me animo a decirlos ahora; habría que estudiar caso a caso qué es lo que puede pasar. Olvidé mencionar a la Facultad de Medicina, donde la doctora Ciganda es, además, funcionaria universitaria.

Estos son temas globales fundamentales y no cabe duda. Quizás no se perciba cabalmente la importancia de la institución que investiga y estudia esos problemas con cabeza nacional, porque no es motivo de escándalo; solo se ve cada tanto porque explota un tema aquí, una muerte allá y aparece el problema. Ahora, no cabe la menor duda de que nosotros somos los que tenemos la capacidad de atender estos temas; además, lo hacemos con entusiasmo. Muchas veces los equipos docentes protestan en un sentido, que no es el que tendría la institución, pero la libertad de cátedra es uno de los principios que nos rigen. Por lo tanto, la posibilidad de que la gente opine sobre el problema está planteada; está claro que no es la opinión institucional, sino la de un grupo de trabajo. Sinceramente, ahora no me animo a avanzar más en la respuesta.

En cuanto al sistema de becas y su complementación con el Fondo de Solidaridad puedo decir que las relaciones son buenas y el intercambio de información es grande. Se podría argumentar que se está repitiendo la finalidad del fondo económico y la respuesta es que sí, salvo que nosotros atendemos situaciones que el fondo por razones formales no puede atender. Nuestros equipos estudian los casos con la información que nos pasan, para no repetir todo y, de esa manera, se ve si el estudiante merece que sea atendido. Los montos son parecidos a los que maneja el Fondo de Solidaridad. De todos modos, es un número muy chico de becas; al lado de las 8000 del fondo, 200 o 300 es una cantidad pequeña, pero se atienden esas situaciones excepcionales. Si el estudiante demuestra, por ejemplo, que se atrasó en los estudios y no le dieron la beca porque no documentó bien su caso, pero se estudia su situación y se ve que había una razón totalmente atendible, la universidad se la otorga. Estos son casos notoriamente excepcionales. Lo otro es específico. Hay un convenio con el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente que permite atender situaciones de alojamiento. Tenemos situaciones  que son financiadas por dicha cartera y están aquellas de las que nos ocupamos nosotros. En total estoy hablando de 240.

                El servicio de comedor se hace de varias maneras. Los estudiantes, para recibir estas becas, tienen que tener a su vez becas del fondo. Las becas no son $ 7222 en la mano, sino que es eso y la comida gratis, una vez por día o dos. Este servicio se lleva adelante, tanto en los dos comedores grandes que tenemos en Montevideo –uno está ubicado atrás del edificio central de la universidad y el otro en el predio del Hospital de Clínicas–, como en las cantinas. Nosotros pagamos a los servicios de cantina de diversas facultades, y lo mismo hacemos en Salto. Estamos haciendo las gestiones para extender el servicio a Paysandú, que sería una cantina municipal, mientras que la de Salto es privada. Pagamos para que el estudiante con beca pueda comer allí. O sea, es un sistema de doble atención: uno de la institución universitaria y otro privado o ajeno a la institución, pagado también por la universidad.

                Sobre los pasajes no tengo nada que comentar; simplemente, se logran descuentos en las empresas de transporte.

                Por suerte la complementación es grande. El sistema de becas del fondo atiende casi todo lo que se le pide a quienes demuestran que tienen derecho. Lo mismo ocurre en el caso de los comedores; a todo el que ha pedido una beca de comedor se lo ha podido atender. El número de becarios no es igual a la cantidad de comida que damos por día; lo aclaro porque hay mucha gente que, por una razón u otra, no hace uso de ese derecho. Lo que está autorizado es ese número.

                Para que se explique lo relativo a los artículos 5º, 9º y 13, prefiero que se dé la palabra a la señora directora general de Jurídica.

                Estoy un poco corto de tiempo, por lo que antes de retirarme me gustaría pedir que luego se cediera el uso de la palabra a la directora del Hospital de Clínicas, al delegado de los funcionarios no docentes y al de los estudiantes.

SEÑORA GULLA.- Voy a comenzar por el artículo 13. Los artículos 663 y 664 de la Ley n.º 16179 condicionan una serie de actividades de las empresas –donde se incluyen los organismos del Estado– a tener la vigencia de los certificados, tanto únicos como especiales. Esa serie de actividades incluye, desde enajenaciones hasta el pago de convenios y otras actividades, excepto el pago de sueldos. Son amplísimas las actividades que no se pueden hacer si no se tienen al día esos certificados.

                Ha ocurrido –y ocurre regularmente– que el BPS intima a la universidad por el pago de una deuda tributaria. La universidad cuestiona esa deuda presentando recursos administrativos y, eventualmente, promoviendo una acción de nulidad. En esos casos la universidad se basa en razones de legitimidad y no de mérito; entiende que ese acto de determinación de la deuda no es legítimo. Pero ocurre que, pendiente esa impugnación que se realiza –y a veces con negociaciones que no son fáciles–, la universidad no recibe esos certificados, lo que le impide realizar todos los actos que están condicionados a la tenencia de esa certificación.

Estas disposiciones son de carácter general e incluyen también a las empresas, pero la universidad no se guía por un fin de lucro y todas esas actuaciones las hace por un interés público. Entonces, que tenga vedado hacer actuaciones que son guiadas por un interés público y no por un interés particular o de lucro, no tendría sentido cuando se está cuestionando la legitimidad del acto. Es por eso que estamos pidiendo que si estamos cuestionando eso, se nos entregue el certificado y se nos habilite a hacer las actuaciones que debemos hacer por disposiciones constitucionales, reglamentarias y legales vigentes. Ese es, en resumen, el motivo del artículo 13.

                El señor presidente consultó sobre la exigencia de inmunidad impositiva para la universidad. En efecto, el artículo 463 de la Ley n.º 16226 consagra una inmunidad de tipo impositivo. Sin embargo, cuando hablamos de aportes patronales, nos referimos a contribuciones especiales. Ese tema tiene una larga historia de juicios e impugnaciones que la universidad ganó en varios casos. La Ley n.º 16226, en su artículo 395 establecía una exoneración en beneficio de la  ANEP de los aportes patronales, pero no preveía lo mismo para la universidad. Después, por otra ley se extendió el régimen de exoneración de aportes patronales a la seguridad social hacia la universidad. En base a esa ley y a leyes de la década de los 60 –las exoneraciones tributarias de las entidades públicas de educación, entre ellas la universidad, son de esa época–, la universidad promovió y ganó juicios relativos a las exoneraciones. A partir de que la universidad ganó esos juicios, que establecieron su exoneración de los aportes patronales, se promovieron actos legislativos gravando a la universidad en materia de aportes patronales a la seguridad social. Quiere decir que hoy la universidad está gravada por el pago de aportes patronales a la seguridad social, con excepción de aquellos que provienen de recursos de libre disponibilidad, donde hay una disposición expresa.

                Espero que con esta explicación quede aclarada la consulta que se realizó. Quedo a las órdenes para cualquier ampliación.

                El fundamento del artículo 5.º tiene que ver con lo expresado anteriormente. Las universidades privadas están exoneradas totalmente del pago de aportes patronales. La universidad estuvo exonerada –según lo que expliqué– y luego pasó a estar gravada. Entonces, ahora quedan las universidades privadas con una exoneración total, otros organismos del Estado y algunas entidades privadas tienen una alícuota reducida del 7,5 %, mientras que la universidad tiene un 19,5 %.  Esa es la fundamentación de  acercarnos al 7,5 %, por lo menos en ese régimen. Insisto en que las universidades privadas están en un 0 %; están totalmente exoneradas del pago de aportes patronales.

                Lo establecido en el artículo 9.º, que refiere a las importaciones, no tiene ningún costo porque, simplemente, refiere a un tema de tramitación. Al respecto, tal vez nos pueda apoyar la decana de la Facultad de Ingeniería, que también promovió esta redacción. Simplemente se busca equiparar la situación de la universidad a la de los gobiernos departamentales, que no tienen que hacer la declaración que exige la normativa vigente. El trámite de la declaración, aunque se ha mejorado, como decía el rector, demora muchísimo tiempo,  y mantener la mercadería en tránsito –como a veces ocurre– genera problemas, ya que algunas veces puede tratarse de mercadería perecedera. Insisto se busca que esos inconvenientes se superen.

                Ojalá que los insumos que la universidad necesita fueran de producción nacional; de todos modos, esa declaración casi no es necesaria porque no existen insumos de  producción nacional en estos casos. O sea que la universidad se ve obligada a importarlos porque no se producen a nivel local.

SEÑORA SIMÓN.-  Esa ley o decreto –no recuerdo el rango de la norma– es de protección a la industria nacional. Estaríamos encantados de comprar insumos nacionales, pero se trata exclusivamente de material de laboratorio en general, a veces son instrumentos de medida –como en el caso de la Facultad de Ingeniería– o de material que se usa en medicina.

                Como recién decía la doctora Gulla, mucho de ese material es perecedero, con lo cual cada día cuesta mucho y si no tenemos que gastar en depósito. Además, el trámite también implica gastos.  Por nuestra parte no compramos nada que sea competitivo con la industria nacional, por lo que insisto en que este certificado podría ser obviado. En cuanto a las excepciones, además de los gobiernos departamentales hay algunos organismos que hacen investigación: el Instituto Pasteur, el Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable y la Agencia Nacional de Investigación e Innovación. Por lo tanto, la universidad sería totalmente asimilable, se ahorrarían costos y se mejoraría la operativa.

SEÑOR MARKARIAN.- Lamentablemente, tengo que retirarme categóricamente. Se cambió la fecha por solicitud nuestra y se fijó esta reunión en un momento en que tengo llena la agenda de trabajo. Pido disculpas nuevamente y saludo a los señores senadores.  Con mucho placer estoy abierto al diálogo que se nos ha propuesto.

                Voy a solicitar que la decana de la Facultad de Ingeniería –que es mi sustituto natural en el Consejo Directivo Central– que quede al frente de nuestra delegación. Entiendo que sería conveniente que la  directora del Hospital de Clínicas diera su punto de vista sobre la situación del hospital, y que tanto el delegado estudiantil como el de los funcionarios no docentes expresen sus opiniones sobre algunos de los temas que se han tratado.

                Buenas tardes.

SEÑORA UBACH.- La verdad es que me emociono mucho cada vez que vengo a estas instancias. Me da lástima que se haya retirado el señor senador Heber, quien dijo que el hospital era caro.

Me gustaría aclarar qué es lo que aporta el hospital universitario. Es el hospital general de agudos más grandes del país. Es un hospital universitario y por él pasan más de 9000 estudiantes del área de las ciencias de la salud. Además de su servicio asistencial –que es el más importante de los tres grandes hospitales de adultos del país– se producen 130 investigaciones clínicas básicas. No hay otra institución que aporte esta gran producción asistencial; este aporte es un orgullo para la universidad. O sea que es un hospital universitario que brinda asistencia de calidad, que hace docencia en esa cantidad enorme de estudiantes que transcurren por sus aulas y que tiene una producción de investigación de alta calificación.

                El 21 de setiembre el hospital cumple 65 años de inaugurado. En el hospital se hizo el primer trasplante renal del país. Ahora, en su desarrollo, concentra la tercera parte de todos los trasplantes renales del país. Trabaja, en un acuerdo biinstitucional, con el Hospital Central de las Fuerzas Armadas para los trasplantes hepáticos. Antes los uruguayos iban a hacérselos en Argentina, e ingresaban en una cola de posibles merecedores de trasplantes, después de los cuarenta millones de ciudadanos argentinos. Desde que los elaboramos en forma conjunta el hospital universitario y el Hospital Central de las Fuerzas Armadas, a 180 uruguayos se les ha hecho trasplantes hepáticos con los estándares más altos, si se los compara con los centros internacionales. Pero además logramos, por ser en este sentido un proyecto conjunto, que centros de alto nivel en Portugal, en España, en Argentina y en Brasil contribuyeran a la formación del personal para asegurar la continuidad del relevo a fin de que este programa no sea discontinuado. ¡Gran aporte e importantísima presencia de la universidad en este proyecto!

                Fíjense otra cosa que el sector rector olvidaba: en el hospital universitario está asentado, y pago por presupuesto universitario, el Centro de Información y Asesoramiento Toxicológico, que es un centro de referencia nacional y cumple un papel muy importante. Habrán visto que en todos los productos se indica: «En caso de intoxicación consulte al CIAT». El CIAT tiene un convenio con el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca en relación con el trabajo, la información y el asesoramiento de los agrotóxicos. Ese convenio reporta y permite pagar horas especiales para los docentes que se desarrollan en ese asesoramiento.

                A nivel del Ministerio de Industria, Energía y Minería hemos planteado que, dado que la industria es la que potencialmente genera riesgos de intoxicaciones, incluyera –para poner en su etiquetado «Ante dudas consulte al CIAT»– un pequeño canon renovable cada tantos años para el financiamiento de esas actividades, de esas horas de trabajo, de esas horas de asesoramiento.

                ¿Qué otra importancia tiene esto? El hecho de que eso se hiciera sobre la base de la información del contenido del producto que, en caso de intoxicación, se va a tener que informar, posibilitaría –como se hace con los agrotóxicos–, en base a un programa absolutamente confidencial, generar una base de datos para tener en el banco de antídotos  aquellos pertinentes en caso de intoxicación, de acuerdo con los componentes de ese producto potencialmente riesgoso para la salud de la población.

                Fíjense: ¡no son propuestas alocadas! ¡Tienen que ver con la búsqueda pertinaz, denodada, incansable de más recursos para la universidad teniendo en cuenta los aportes fenomenales que hace a este país!

                Los invito para el día 17 a participar del 65 aniversario del Hospital de Clínicas y me gustaría que nos acompañaran a recorrerlo. Del presupuesto universitario tenemos más o menos 1:500.000 para inversiones; ¡para nosotros es una cantidad que festejamos! Se dice que con todo lo que se necesita, 3:000.000 es una bicoca; reitero que para nosotros es una cantidad hermosa. Tenemos un plan de tres años que vamos aplicando en base a prioridades para racionalizar la mejora del hospital, pero es para obras. Imagínense en un hospital tan complejo, que está incorporando toda esta tecnología, lo que son 3:500.000, 4:000.000 por año, 1:500.000 para reposición de equipos. La renovación y un tomógrafo cuesta USD 400.000; hay que pensar en  cuánto nos sale todo el cambio de la matriz energética en el que estamos trabajando; la sala de máquinas: USD 500.000. Entonces, se darán cuenta de los ingentes esfuerzos que se hacen en el edificio, que no es todo hospital. La universidad ha tenido una consideración enorme para mejorar áreas de hospitalización, para hacer los estudios pertinentes, con asesoramiento de la Facultad de Ingeniería para lograr la refuncionalización del hospital. En ese sentido, ahora hemos realizado un convenio con el Ministerio de Transporte y Obras Públicas a los efectos de recuperar la sala de calderas. Todos esos esfuerzos de la universidad precisan un soporte extrauniversidad.

En cuanto a la incidencia que podría tener esto desde el punto de vista salarial, decimos lo siguiente. Con los trabajadores de la salud de ASSE tenemos una diferencia salarial –ni hablar del Banco de Seguros del Estado o del BPS–, pues tienen compensaciones especiales en las áreas de trabajo intensivo  y complejo, como son los CTI o las emergencias. Nosotros no tenemos nada; entonces, el personal viene al hospital, se forma y se va porque a veces la diferencia es de $ 20.000. Nosotros hicimos una solicitud para acompasar esta complejidad –considerando el aporte que hace el hospital universitario en el Sistema Nacional Integrado de Salud–, de $ 22:000.000 anuales para retener ese personal y avanzar y desarrollar estas áreas, para servir mejor, por las neurocirugías, por los trasplantes y por las neurocirugías de la epilepsia refractaria que se hacen en niños, siendo un hospital general de adultos. Disculpen si me emociono, pero la verdad es apenas un esbozo de la realidad y de lo que estamos necesitando.

 Me explicaban que hay temas que tienen que ser iniciativa del Poder Ejecutivo; trataremos de recogerla. De pronto podemos estudiar otras ideas y ver cómo podemos hacer. Por ejemplo, podríamos analizar este tema de la industria que mencioné antes.

Lo que les quiero decir es que esta universidad se maneja con un alto  nivel de responsabilidad. Se habla de la descentralización y del proyecto para extender el centro cardiovascular universitario al norte del país, pero ¿cuánto cuesta esa instalación? ¿Qué va a poner este hospital caro, como lo llaman? Va a poner a sus técnicos, a sus docentes ya formados, va a brindar un campo de formación para la gente que se viene a formar al hospital para después apoyar aquellas prácticas. Pero el hospital tiene que avanzar también en la instalación de la tecnología y en la formación del recurso humano. ¿Qué tecnología? ¡Señores: para formar personas en el ámbito de la salud se precisa teoría, práctica, pizarra y, fundamentalmente, asistencia! ¡Nosotros no queremos que la gente se forme por primera vez practicando en el paciente! Tenemos que incorporar laboratorios de simulación para que las destrezas en procedimientos que son dolorosos y riesgosos se desarrollen previamente a la aplicación en el ser humano.

¡Señores, eso es el edificio: una parte es un hospital de alta calidad de atención y otra es unidad   académica, con laboratorios! Entonces, está resultando baratísimo esto para el país.

SEÑORA SIMÓN.- A continuación cedería el uso de la palabra al representante de los funcionarios y al de los estudiantes. Después haré un resumen.

SEÑOR GARBARINI.-  Soy representante de los funcionarios e integrante de la Comisión Programática Presupuestal de la institución.

                Es emocionante también –no tengo otra palabra para definirlo– escuchar a la directora del Hospital de Clínicas, con la vehemencia que defiende los proyectos de la universidad. Si bien hay muchas tensiones y discrepancias a la interna, salimos juntos a defender esta institución por la que tantas veces nos hemos puesto la camiseta.

Los trabajadores no docentes de la Universidad de la República no podemos responder por la institución toda, pero hay algunas cosas que se han comentado aquí que nos gustaría puntualizar desde nuestra perspectiva, además de agregar información y esperar sensibilizar, en cierto sentido, para concretar algunos incrementos en cuanto al presupuesto.

                Un aspecto que se mencionaba era la distancia que había entre el pedido de la universidad y la concreción de recursos que se están asignando. Parte de esa distancia tiene que ver con los recursos que solicitamos para el incremento y ajuste salarial; son alrededor de $ 3.000:000.000. Lo verán en los cuadros que facilita la institución. Esto responde a que no solo en el tema salarial, sino en todos los aspectos, la institución hizo un plan de desarrollo estratégico a 5 años basados en la perspectiva de llegar, o al menos acercarse lo más posible, a la asignación del 6 % del PBI para la ANEP y una parte para la UdelaR, además del 1 % para investigación y desarrollo. Esa distancia entre lo que se planteó que se iba a otorgar y lo que se otorgó ha sido cada vez mayor. Por lo tanto, la distancia entre el pedido de la institución para cumplir con un programa discutido en sus espacios de cogobierno y de negociación colectiva, y la realidad, es cada vez mayor. No responde a una invención del último año, sino a lo que  ha sido esa diferencia entre el compromiso y el cumplimiento. Además, particularmente para los trabajadores no docentes, pero en general para los trabajadores, esto implicó la discusión de un convenio salarial con la institución, que fue discutido durante los años 2014 y 2015. Fue firmado en ese contexto, en esta perspectiva, y  la institución lo incluyó dentro de su programa estratégico.

                Los trabajadores del Hospital de Clínicas y los trabajadores no docentes de todo el resto de la institución firmamos este acuerdo salarial que implicaba un incremento para llegar al final del quinquenio a algo similar a lo que todos conocemos como la media canasta. Nosotros lo medimos en Bases de Prestaciones y Contribuciones, que serían 10. Hay que tener en cuenta que, con este incremento que se asigna en la rendición de cuentas, llegamos a cerca de 7 para el salario base de ingreso. Nuestros salarios están más bajos que el índice medio de salarios público y privado, y que el general. Los salarios de la universidad son más deprimidos. La doctora Ubach mencionó el caso específico del Hospital de Clínicas, pero no es la única área donde eso sucede. Tenemos situaciones, por ejemplo, con los técnicos informáticos y hay otras.

Además, este acuerdo salarial permitió hacer una proyección de ajuste salarial de todos los trabajadores; o sea, incluyó a los compañeros docentes. Allí se hizo, si bien con otra forma de distribución, una proyección de incrementos salariales para los docentes. Fue un acuerdo de negociación colectiva fruto del planteo de los distintos poderes ejecutivos de este último período: primero se debía discutir y negociar en la institución para  llegar a un acuerdo que luego sería validado en las rendiciones de cuentas. Hete aquí que nos encontramos, después de firmar ese acuerdo salarial, con que años tras años ese convenio no es cumplido por parte de las asignaciones que se dan a nivel de los presupuestos.

                Queremos mencionar una situación particularmente grave para nosotros, que se dio en este último año. En el debate, a nivel del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, con el delegado del Ministerio de Economía y Finanzas enfrente, este nos planteó que esta situación se daba a la universidad, y particularmente a los trabajadores, porque la institución no era políticamente solidaria con el Gobierno. Esos fueron los términos que utilizó en el debate. Eso nos pareció realmente una afrenta y esperábamos que no fuera la realidad, pero el desarrollo del debate de esta rendición de cuentas nos lo está confirmando.

                Como bien planteaba el rector en la gráfica, la Universidad de la República es la única de las instituciones de la enseñanza pública a la que no se le asignaron recursos extras en el debate de la etapa de la Cámara de Representantes. Se le asignó solo el 3,5 de ajuste e incremento a la masa salarial, que fue el techo que se fijó para todos los organismos de educación pública. No se le asignó un solo peso, pese a que hubo varios intentos y planteamientos en etapa de comisión y del pleno.  Es más, se votaron en contra o no se apoyaron los que se presentaron allí. Eso para nosotros constituye una clara discriminación a la institución y, particularmente, a un acuerdo salarial discutido y firmado, con un proceso de implementación de 5 años para llegar a un objetivo final razonable en cuanto a salario, que es el piso que pedimos todos los empleados públicos en nuestra convención de trabajadores. Además, implicaba el desarrollo de la carrera funcional, porque tenemos que capacitarnos para las tareas que cumplimos –algún ejemplo dio el rector, pero hay muchísimo otros que no menciono para no extenderme en la exposición–, la ampliación de un premio retiro para renovar la plantilla de funcionarios, que hoy se cumple en la institución, pero a medias –no es el objetivo completo–, y la concreción del 100 % del salario vacacional, un derecho que perdimos los trabajadores de la institución en épocas oscuras de nuestro país y  queremos recuperar al 100 %. Este incumplimiento genera un problema no solo en nuestras condiciones de vida –nosotros vivimos de nuestros salarios– sino que, además, le crea un problema importante a la institución.

Me gustaría detenerme en lo que mencionaron las autoridades sobre el desarrollo de la institución, particularmente en el interior del país. En estas últimas dos semanas hemos inaugurado edificios nuevos, lo que para los trabajadores universitarios debería ser una alegría. Sin embargo, nos encontramos ante una situación de sinsabor muy compleja, porque se están inaugurando nuevos edificios y no hay funcionarios para atenderlos. Por ejemplo, el edificio de Rivera fue inaugurado el viernes pasado y hoy no hay quien lo abra ni lo cierre, no hay nadie para atenderlo. Esa situación hace que el edificio no pueda ser utilizado, que nuestros compañeros de la portería del centro universitario de Rivera tengan que decirle a los estudiantes y a los docentes que el edificio fue inaugurado pero que no puede usarse hasta que haya funcionarios, y que por lo tanto, sus expectativas de mejorar sus condiciones de estudio, de investigación y del ejercicio de la enseñanza no pueden cumplirse. Esto se suma a la situación muy ajustada que tenemos en cuanto a la cantidad de funcionarios, no solo para los nuevos edificios. En el que se inauguró ayer en Parque Batlle hicimos una manifestación en contra del proceso de tercerizaciones que se están dando allí porque no han ingresado funcionarios; en este momento hay alrededor de treinta que van desde otros edificios a atender ese pero, según los datos de la propia institución, se necesitan treinta y cuatro más para cubrir la atención en esa nueva sede universitaria. Y esos funcionarios no están porque no hay presupuesto.

Entonces, a la universidad se le exige continuar su desarrollo –sin lugar a dudas, es algo positivo– pero, además, tiene que atender las necesidades de investigación y las necesidades académicas de una matrícula en crecimiento y no cuenta con recursos para hacerlo, particularmente en materia de funcionarios. Esto va a perjudicar la calidad del proceso de enseñanza que se está dando. Cada vez que los docentes tienen que elegir a alguien que les haga el cuidado y el apoyo técnico a sus investigaciones, optan por un funcionario de la universidad, porque está capacitado, porque genera confianza; no eligen una empresa tercerizada porque no saben qué día va a cambiar el funcionario ni si tiene la capacitación adecuada como para atender los aparatos, las investigaciones y el proceso de vigilancia de esos laboratorios.

                En definitiva, la Universidad de la República está resintiendo la calidad de los servicios que brinda debido a que no cuenta con los recursos necesarios. Los funcionarios nos ponemos la camiseta para llevar adelante el proceso de desarrollo de la institución, pero llega un punto en que no podemos atender el crecimiento de la superficie y en que nuestros salarios nos obligan a tener multiempleo, lo que hace que no podamos brindar la misma calidad de servicio. Además, firmamos un convenio –vamos a enviarles una copia para que se adjunte a la documentación– que para nosotros fue una gran expectativa y no se cumplió. Venimos de un período de incrementos salariales importantes –no me refiero a este sino al anterior– que se ha frenado absolutamente, lo que genera una situación muy compleja en la interna de la institución y va a generar mayor conflictividad, puesto que gran parte de las contradicciones que tiene la institución en la interna se deben a la escasez y al ahogo presupuestal que sufre.

                Esperamos que todos estos factores, tales como salarios, carrera funcional y creación de cargos, sean atendidos, al menos proporcionalmente a como lo fueron en los demás organismos de la educación pública. De lo contrario, va a quedar claro que lo que nos dijo ese delegado del Ministerio de Economía y Finanzas era cierto: a la Universidad de la República se la discrimina porque no es políticamente solidaria con este Gobierno.

SEÑORA SENATORE.- Buenos días, soy miembro de la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay y delegada ante la Comisión Programática Presupuestal

                Ante todo, quiero agradecer a los integrantes de la comisión por permitirnos hacer uso de la palabra. Nos parece importante dejar claro que acompañamos totalmente el pedido presupuestal que solicita la Universidad de la República. Entendemos que contempla las necesidades que tenemos los estudiantes universitarios e incluye los puntos de nuestra plataforma presupuestal. Hemos participado del proceso de elaboración de este pedido, que se dio en el 2015, y –como bien se señaló– está basado en la promesa del 6 % del PIB, en la participación que tiene la Universidad de la República en ese 6 %, y en el 1 % para la investigación. En base a todos esos elementos fue que la universidad elaboró su solicitud presupuestal. Llegamos a este año, justamente, con lo que se había solicitado en aquel momento para el año 2019 más todo lo que no nos dieron los otros años. Eso también genera un acumulado que explica lo que se plantea sobre la gran diferencia, más allá de que ni siquiera se está atendiendo lo que se planteaba para este año. Esos 430:000.000 son muchísimo menos.

                Por otro lado, también se comentó que la forma en la que se había otorgado el presupuesto en estos años había sido una complicación extra para la universidad y para su planificación. Se hace un esfuerzo muy grande para poder ejecutar cada peso que nos otorgan, y planificar más a largo plazo también es difícil. En particular para los gremios ha sido complicado estar todos los años discutiendo el presupuesto.

                Para hablar un poco de los ítems que ya se comentaron quiero decir que la universidad se proponía que a fines del quinquenio iba a tener 5.000 becas propias de 5 BPC por doce meses –estoy hablando de apoyo económico–, pero al final de este período lo que tenemos son tan solo 300 becas de apoyo económico, de 2 BPC, por diez meses. Es claro que es muy insuficiente. Incluso si tomamos las becas del fondo de solidaridad, en total son 8000, pero en la universidad hay más de 120.000 estudiantes, así que creemos que sigue perpetuándose la inequidad porque no solo hay muchos estudiantes que saben que no van a poder acceder a una beca, sino que además los que sí van a alcanzarla van a tener que salir a trabajar, y eso también complica el estudio.

Otro aspecto importante que reivindicamos es la necesidad de que haya turnos nocturnos que permitan que los trabajadores puedan estudiar. Es algo que no está garantizado en todas las facultades, ni en todas las carreras de la universidad, y realmente nos preocupa.

Por otro lado, hay carreras y cursos  que siguen teniendo cupo. Eso va en contra de que podamos elegir lo que realmente queremos estudiar y también es una cuestión presupuestal.

Obviamente nos preocupa el nivel salarial de los docentes y de los funcionarios de la universidad. Entendemos que no puede ser que no tengamos salarios dignos que permitan retener a los mejores docentes, así como formar y tener la cantidad de funcionarios necesaria. El incremento que se propone es de 430:000.000. En la Cámara de Representantes nos preguntaban si iba a bajar la calidad de la enseñanza que estamos brindando y nosotros creemos que sí. La matrícula de estudiantes sigue creciendo; va a haber menos docentes para más estudiantes y menos funcionarios para más estudiantes. La planta física sigue creciendo y tampoco tenemos más funcionarios para eso.

En definitiva, se propone este aumento pero la situación es crítica. Se planteaba el concepto de resiliencia como algo bueno, pero realmente creo que es algo malo. Reitero: estamos en una situación crítica. El hecho de que haya poco presupuesto y que la universidad siga haciendo las cosas, supone que todo recaiga en sus docentes, en sus estudiantes y en sus funcionarios. Podemos ver que se siguen haciendo muchas cosas, pero también tendríamos que ver en qué condiciones se hacen y cómo se va a seguir adelante. Está claro que hay muchas cosas que no se van a poder seguir desarrollando.

Muchas gracias.

SEÑORA AVIAGA.- En primer lugar agradecer la exposición.

En cuanto al hospital de Clínicas, quiero decir que trabajé toda mi vida en la salud –antes de llegar al Parlamento– y entiendo profundamente lo que sienten y la emoción que manifestó la señora directora al expresarse en sala. Ojalá que desde nuestro lugar podamos mover algo como para colaborar ante la situación que están viviendo los trabajadores, los estudiantes y los usuarios. En verdad, ese el fin de todos los que trabajamos en esta área tan sensible.

 SEÑORA SIMÓN.- En primer lugar, agradezco profundamente por habernos recibido, por la paciencia, la atención, la inteligencia y la sensibilidad con que nos han escuchado. No esperamos menos del Parlamento, pero nos alegra que así sea.

                Quería hacer algunos comentarios. Resumiré y tal vez repetiré parcialmente algunos conceptos que ya se dijeron, pero trataré de ordenarlos un poco mejor.

                La universidad en este caso está muy decepcionada con este aumento presupuestal, que ni siquiera tuvo ningún cambio en la Cámara de Representantes, a diferencia de lo sucedido con otras instituciones. Le preocupa, incluso, una diferencia de trato con la educación privada, de exenciones impositivas. Hay todo un conjunto de situaciones que consideramos muy perjudiciales.

                La universidad naturalmente seguirá trabajando y haciendo lo que tiene que hacer. La universidad no desaparece; si desapareciera sería como si planteáramos la desaparición del país, porque el Uruguay es un caso muy raro. Un país de 3:300.000  habitantes, más o menos, es chico en casi cualquier lugar del mundo, y una universidad con más de 100.000 estudiantes es grande en cualquier del mundo. Entonces, tenemos una universidad muy grande en un país muy chico.

                Por lo tanto, la universidad es depositaria de una gran responsabilidad, de una enorme responsabilidad, que incluye al sistema educativo completo, lo privado –sus profesores obviamente salen de la universidad, no vienen de otro lado–, y apunta a la calidad de todo. En la calidad de la universidad reposa el futuro del conocimiento del país.

                Esto no quiere decir resiliencia, quiere decir cumplir con nuestro deber. Seguiremos cumpliendo con nuestro deber lo mejor que podamos. No creo que ninguna política pública pueda basarse en la resiliencia. En todo caso, me parece un poco arriesgado.

                A veces, cuando mostramos lo que hacemos, corremos el riesgo de que alguien diga «Pero están bárbaros. No precisan más. Están haciendo las cosas muy bien», pero no se ve lo que no podemos hacer. Lo que se ve, lo que podemos mostrar, es que invertimos bien, juiciosamente, con responsabilidad y con visión de futuro, en edificios –que se ven más fácilmente–, pero sobre todo en grupos humanos que son mucho más caros que los edificios.

                Se planteó el tema de la dedicación total. La dedicación total es eso: invertir en grupos estables que se dediquen a la universidad. Sin duda la universidad precisa profesores de dedicación total y también profesores en dedicación parcial, porque en carreras de tipo profesional –como la de ingeniería o arquitectura– se precisa también enseñar a ser director de obra o cuestiones que deriven del ejercicio profesional. Sin embargo, tenemos menos profesores en alta dedicación de los que desearíamos. Mucho menos. Habrán visto que con el 11 % en el mundo, más o menos se llega a la mitad, y en ello se basa la investigación. Esa la inversión en grupos humanos.

                Creo que se muestra que invertimos con responsabilidad en edificios, instrumentos y sobre todo en grupos humanos de buena calidad. Lo más caro que hay  es la mala calidad. Si hiciéramos algo mal, que no fuera de calidad, que no fuera durable, ahí sí que estaríamos invirtiendo mal.

                Entonces, si tomamos edificios como ejemplos, la gente los ve muy lindos. En realidad, son dignos, ya que de lujosos no tienen nada; y son lindos también porque están bien hechos, pero no tienen materiales lujosos, tienen materiales durables. Eso quiere decir que usamos con responsabilidad los recursos y que hemos logrado planificar, en un contexto de recursos escasos e imprevisibles –que son cosas distintas–, de acuerdo a cómo se dieron los presupuestos estos últimos años, como consecuencia de múltiples factores. El hecho es que fue difícil prever.

                Quería mencionar algunas acciones que estamos llevando adelante, que entiendo deben quedar manifestadas aquí. Por ejemplo, no es que no nos preocupe; nos preocupa mucho el abandono estudiantil, el perder estudiantes y por eso estamos investigando más para saber qué fenómenos se conjugan para que eso ocurra, pero no solo estamos estudiando. Tenemos equipos dedicados a facilitar ese tránsito, a hacer espacios de orientación, de consulta para los estudiantes y hemos logrado poner talleres que permiten tener un sentimiento más temprano de la profesión. Pretendemos que se manejen no solo con conceptos teóricos sino que haya talleres en los primeros años, pero eso es muy caro en materiales y sobre todo en horas docentes.

                Por otro lado, estamos haciendo algunas especializaciones en colaboración con la ANEP que, en su mayor parte, las siguen profesores de educación media. Entre ellas puedo mencionar geografía –creo que fue la primera–, matemática, física y gramática del español. Creemos que el hecho de contribuir al perfeccionamiento del cuerpo docente es una de las mejores cosas que podemos hacer por la educación media.

                Quiero aclarar que la universidad no se plantea que sabe más que Formación Docente, no; sabe de otras cosas y puede complementar los saberes disciplinarios en áreas que, a su vez, pueden enriquecer a los estudiantes. Obviamente, esto no se conoce tanto porque se hace en grupos chicos, pero tiene un enorme efecto multiplicador.

                Las horas docentes que no tenemos repercuten, como es lógico, en las condiciones de estudio. El estudiante habla de las condiciones de estudio y de grupos demasiado masivos, lo que sin duda influye en el abandono. Hay muchos estudiantes que se sienten perdidos en un grupo masivo, acaban de entrar y de repente no se animan a ir a clases de consulta o a algunas instancias más personalizadas que les podemos ofrecer en forma más o menos limitada. Las condiciones de estudio tienen que ver con la cantidad de horas docentes y con los locales. ¡Hay que ver clases de doscientas personas! Es difícil animarse a preguntar y hay mucha gente que no es menos capaz, pero se siente perdida o decepcionada en ese ambiente. El hecho de hacer más turnos también supone más cantidad de horas docentes.

                Tampoco se ven carreras que están aprobadas por todos los claustros, pero que no han llegado a ponerse en funcionamiento. Sería un acto de irresponsabilidad dar inicio a una carrera nueva cuando no tenemos fondos porque, por ejemplo, el primer año estarán solamente los que cursan primero, pero el segundo año habrá que atender a los que cursan primero y segundo, y así sucesivamente hasta que se complete la carrera, por lo se necesitarán recursos incrementales año a año. Entre ellas hay varias carreras en el interior del país; son muy interesantes. Por ejemplo, las hay relativas al riego, a la biotecnología, etcétera.

                De todas formas, tenemos otras que sí se están haciendo, que son muy jóvenes y algunas todavía no tienen egresados como, por ejemplo, ingeniería forestal, ingeniería biológica o alguna licenciatura en riego. He nombrado las que conozco más, pero también hay técnicos en administración que contribuyen a una gran necesidad nacional: se precisan más profesionales. En casi todas las profesiones hay más demanda que oferta, existe lo que podríamos llamar desocupación negativa. Una vez que se empiezan a dar los servicios que la gente realmente necesita, por ejemplo, en salud, las cosas cambian. En determinado momento se dijo que sobraban médicos, pero después resultó que no era así, lo que sucedía era que había gente no atendida. Cuando se empezó a atender a la gente resultó que faltaban médicos.

                En ingeniería –que es lo que tengo más cerca– es claro que se precisa mucho más gente si aspiramos a tener un país desarrollado con una industria que a su vez genere empleo.

                En definitiva, no se trata de que la universidad esté pensando en sí misma sino que piensa en el país por esa responsabilidad que le cabe, no solo por su tamaño sino por su especialización, la investigación y la cantidad de funciones que reposan en ella.

                No quiero alargar más mi exposición.

                Muchas gracias.

SEÑOR PRESIDENTE.- Agradecemos mucho la presencia de la delegación de la Universidad de la República.

                                Se levanta la sesión. Volveremos a las 15:00 horas.

(Son las 13:29).

 Presentación de la UDELAR

 

 

               

 

 

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Montevideo, Uruguay. Poder Legislativo.