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COMISIÓN DE EDUCACIÓN Y CULTURA

(Sesión celebrada el día 13 de junio de 2018).

 

SEÑORA PRESIDENTA.- Habiendo número, queda abierta la sesión.

(Son las 17:05).

                –Antes que nada, quiero informar que les va a llegar –si ya no les llegó– la invitación para la jornada que se realizará el día 21 de junio. Recuerden que hace un tiempo se les informó que el Ministerio de Educación y Cultura estaba invitando a educadores e investigadores mexicanos para presentar en Uruguay la experiencia de la ley de cultura mexicana. Se nos pidió que auspiciáramos el evento a través de la Comisión de Educación y Cultura. Prácticamente, ya está todo arreglado. Hoy llegan las invitaciones; el evento es a partir de las 17:00 horas y están todos invitados. Vamos a estar allí para moderar.

                Reitero que el Ministerio de Educación y Cultura realiza este evento en el marco de la presentación de la primera ley de cultura, probablemente, antes de fin de año; de allí su importancia.

                Asimismo, tenemos la propuesta del senador Martínez Huelmo de realizar un evento, en el mes de julio, en homenaje a Mandela, a quien solicitamos que haga llegar a la Secretaría de la comisión todo lo que tiene que ver con las invitaciones –sabemos que ya lo tiene pronto– para que en tiempo y forma se puedan enviar y llevar a cabo la promoción correspondiente. 

                Por otro lado, tenemos a consideración el proyecto de ley respecto a sitios de memoria histórica del pasado reciente que tuvo su modificación en la Cámara de Representantes. Deberíamos estar en condiciones de aceptar las modificaciones que se realizaron en el artículo 7.º. Si todos están de acuerdo, proponemos que se acepten las modificaciones del proyecto de ley para dejarlo definitivamente aprobado y que pase a ser considerado en las próximas sesiones del Senado.

                –Si no se hace uso de la palabra, se va a votar.

(Se vota).

                –4 en 5. Afirmativa.

                Hay una propuesta para que el miembro informante  de este proyecto de ley sea la señora senadora Moreira.

                Si no se hace uso de la palabra, se va a votar.

(Se vota).

                –4 en 5. Afirmativa.

                El próximo tema a considerar es el proyecto de ley que propone designar  al liceo n.º 8 del departamento de Rivera con el nombre de Eduardo Galeano.

                Si no se hace uso de la palabra, se va a votar.

(Se vota).

                –5 en 5. Afirmativa. UNANIMIDAD.

Hay una propuesta para que el miembro informante  de este proyecto de ley también sea la señora senadora Moreira.

                Si no se hace uso de la palabra, se va a votar.

(Se vota).

                –4 en 5. Afirmativa.

 

 (Ingresan a sala integrantes del Consejo Directivo Central de la ANEP y del Consejo de Formación en Educación).

 

–La Comisión de Educación y Cultura del Senado tiene el gusto de recibir a la delegación del Codicén, integrada por su presidente, profesor Wilson Netto, la consejera María Margarita Luaces, la consejera profesora Laura Motta, la consejera maestra Elizabeth Ivaldi y el consejero Robert Silva; por el Consejo de Formación en Educación, la Directora General Ana María Lopater, la consejera María Dibarboure, el consejero Edison Torres y el consejero estudiantil Santiago Arguiñarena.

Nos da mucho placer recibirlos en el marco de la discusión del proyecto de ley enviado por el Poder Ejecutivo de creación de la Universidad de la Educación. La primera delegación que recibimos fue la del Ministerio de Educación y Cultura  –por parte del Poder Ejecutivo– y otras organizaciones nos han solicitado audiencia.

Les adelantamos que estamos avanzando en el estudio del proyecto de ley de creación de la universidad y también en la búsqueda de acuerdos, más allá de algunas salvedades y las distintas propuestas que puedan surgir.

Tenemos un elemento en común: los integrantes de la comisión tienen una representación vasta de todos los partidos políticos y coincidimos en la necesidad de la creación de una Universidad de la Educación; este no es un hecho menor.

Después veremos los avances y los contenidos de la misma, pero nos pareció importante destacar que para nosotros es un tema interesante y que la búsqueda de acuerdos y consensos es responsabilidad de los integrantes de esta comisión a través de sus sectores.

                Sin más, les solicitamos que nos den su parecer sobre los comparativos que venimos realizando; así lo hemos solicitado a todos los invitados que han venido.

Solicito que envíen a Secretaría las propuestas sobre el articulado, aquellos elementos que crean que deben ser modificados o los puntos sobre los que tienen una opinión, en lo posible durante este mes, para tener el comparativo pronto al momento de la discusión del proyecto.

SEÑOR NETTO.- Es un placer estar en este ámbito. Compartimos absolutamente la relevancia de que el país avance sustantivamente en conformar una universidad de la educación y donde se encuentren las tres dimensiones de carácter universitario

–enseñanza, investigación y extensión–, confiando en los profesionales de la educación, en las formaciones y en la organización del conocimiento institucional, para avanzar y revertir situaciones en las que claramente hay que continuar trabajando en muchos aspectos, si bien hay un acumulado interesante.

                En ese sentido, y ya previo al envío al Parlamento de este proyecto, el 19 de abril de 2017, en un análisis y debate respecto a este tema, el Codicén y el Consejo de Formación en Educación establecieron un documento que pone en juego algunas orientaciones generales de la ANEP en torno al debate que en ese momento ya se estaba llevando a cabo de la ley de la Universidad de la Educación. Esto ocurrió en el departamento de Maldonado, concretamente en el Polo Educativo Tecnológico Arrayanes. En ese sentido, me gustaría hacer referencia a un antecedente que paso a citar.

                En aquel momento, el documento tenía, entre sus contenidos, elementos que me gustaría jerarquizar.

                Dice: «Es por ello que, teniendo en cuenta los debates en curso, el Consejo Directivo Central y el Consejo de Formación en Educación de la ANEP, cumpliendo con su responsabilidad constitucional proponen algunos criterios orientadores a ser tenidos en cuenta en la futura Ley de creación de la Universidad de la Educación:».

En aquel momento, se expresaba: «La nueva institución educativa de nivel superior se regirá según el art. 202 de la Constitución de la República, lo que implica crear un nuevo ente autónomo. Una educación universitaria de calidad debe trabajar con las más amplias libertades académicas».

El segundo punto que establecía el documento, era: «Integrará el Sistema Nacional de Educación Terciaria Pública contribuyendo al trabajo sustentado en la complementariedad de acciones, la cooperación institucional y la autonomía conectada lo que se corresponde con un organismo que se encuentre al servicio de la sociedad sin presiones de grupos o poderes de ningún tipo, garantizando la articulación y la coordinación con los diversos actores del Sistema Nacional de Educación y con la sociedad en su conjunto».

El tercer punto del documento, expresa: «Teniendo en cuenta los caminos transitados se considerarán los antecedentes ya registrados en acuerdos anteriores, en particular los artículos de fines y cometidos del anterior proyecto de Ley que obtuviera media sanción en Cámara de Representantes.

(4) Será necesario establecer los mecanismos de coordinación de la nueva Universidad con todos los organismos integrantes del Sistema Nacional de Educación. En especial, la coordinación con la ANEP a fin de mantener un vínculo entre las necesidades de la educación obligatoria y la institución que organizará la nueva formación de los educadores.

(5) La nueva Universidad asegurará la movilidad y navegabilidad horizontal y vertical de estudiantes y docentes dentro de la institución, así como con las demás instituciones terciarias, teniendo en cuenta los avances ya logrados en ese sentido en relación a la educación terciaria en el ámbito del SNEP.

(6) Contemplando la actual organización del CFE, con institutos de formación docente distribuidos a lo largo del territorio, la organización de la nueva institución contemplará criterios que articulen los niveles locales y regionales, con la necesaria unidad nacional».

En el último punto, se establece: «El CODICEN de la ANEP y el CFE acuerdan mayoritariamente» –es decir, no por unanimidad– «con un Consejo Directivo –órgano de conducción de la nueva Universidad– integrado exclusivamente por el Rector y por representantes de los órdenes docente, estudiantil y de egresados, todos ellos electos en procesos democráticos».

                Expresaba en ese momento: «La formación docente de nuestro país cuenta con una rica historia que resulta ineludible considerar, integrando en la nueva estructura su singularidad, las características que le son propias y los conocimientos acumulados en ese sentido. Asimismo, requiere de transformaciones académicas que resulten en el cumplimiento de las tres funciones universitarias:» –como hacía referencia al inicio– «enseñanza, investigación y extensión, aportando a la democratización y generación de conocimientos que contribuyan a la mejora de la calidad educativa. La creación de un nuevo ente de la educación requiere acuerdos sociales, políticos, cambios legales y recursos económicos, por los cuales se deberá trabajar de forma mancomunada».

                Esto expresaba el órgano rector de la ANEP en coordinación y en acción conjunta con el Consejo de Formación en Educación en aquel momento.

                En esta instancia, en acuerdo del Codicén y el Consejo de Formación en Educación, hemos entendido necesario hacer énfasis en cinco puntos que consideramos prioritarios al momento del análisis del proyecto de creación de esta universidad.

                El primero de ellos es que se comparte la necesidad, como ya lo hemos expresado, de la creación de una nueva universidad que promueva la mejora en la calidad de la formación de los profesionales de la educación. Nos parece indispensable, a esta altura y con todo lo que se viene llevando a cabo, terminar madurando un proceso con la conformación de una universidad de educación.

                El segundo punto es que se comparte que sea una institución con una forma de gobierno cogobernada por sus actores. Luego daremos espacio a cada uno de los actores para que exprese diferencias respecto a la conformación de este órgano cogobernado, más allá de lo que en mayoría, el Consejo Directivo Central de la ANEP y el Consejo de Formación en Educación han entendido –y ya se han expresado en función del documento anterior– respecto a cuál es el formato que respalda la presentación de este proyecto de ley.

                Por su parte, el tercer aspecto es que se comparte que sea una institución nacional que contemple la dimensión local y regional. En el proyecto de ley se establece un número ya determinado de regiones y eso debería, al entender de la Administración, establecerse en base a los criterios de construcción que la futura institución considere que deban darse.

                El cuarto aspecto está vinculado a los cargos electivos de conducción –rector y directores generales de carácter regional– que deberán poseer las máximas competencias académicas referidas tanto a la  titulación, como a la producción académica y a revestir el máximo grado académico en la carrera docente de la institución, elemento que entendemos debería de fortalecerse.

                El quinto punto es que consideramos fundamental garantizar una transición ordenada porque ya existe una institución de presencia nacional, como es el Consejo de Formación en Educación, nuestra futura institución tendrá que, gradualmente, establecer y compartir espacios y recursos, y eso claramente requiere de una cuidadosa planificación en esa transición.

                Estos son cinco puntos de carácter general y luego, como bien ha hecho referencia la señora presidenta, hay un análisis que se ha hecho artículo por artículo. Acercaremos a la Secretaría algunas sugerencias o comentarios respecto al contenido específico de cada uno de los elementos que estos artículos contienen.

                Si la señora presidenta lo considera conveniente, cedería el uso de la palabra a algunos compañeros del Consejo Directivo Central que están presentes para que expresen su visión respecto a este proyecto de ley y así profundizar, si se entiende conveniente, en cada uno de estos puntos.

SEÑOR SILVA.- Es un gusto estar aquí; gracias por la invitación.

                La verdad es que estamos tratando un tema de importancia y lo primero de lo que queremos dejar constancia en la versión taquigráfica es que nos parece trascendente que el país discuta y, finalmente, logre un acuerdo para encontrar caminos de reconocimiento para nosotros, los docentes, con el fin de que podamos tener un título universitario, zanjando una discusión histórica en relación con la formación.

                En lo personal y respecto a los lugares que hemos ocupado, puedo decir que desde el 2003 –cuando estábamos en la  Secretaría General del Codicén– estuvimos trabajando en proyectos de ley que se presentaron en aquel momento. Luego, en el 2005 y sucesivamente en otras instancias, lo hicimos en representación de un partido político; esa actividad, obviamente, la tenemos vedada por el lugar que ocupamos y hoy estamos aquí en representación de los docentes, que fueron quienes, con su voto, dispusieron que estuviéramos en el Codicén.

                Entonces, para nosotros es importante ratificar, en este momento, que estamos en total acuerdo, además, con ese trabajo que hemos realizado desde hace mucho tiempo, con la creación de la Universidad de la Educación y con ese necesario reconocimiento de carácter universitario del título de los docentes de todo el país. En ese marco –lo discutimos en el Codicén y lo compartimos los cinco integrantes– reivindicamos la formación docente y su rica historia en el país desde José Pedro Varela en adelante, con una gran cantidad de maestras convocadas para desarrollar la educación, fortalecer y fomentar la creación de la nacionalidad efectiva en todo el Uruguay, uniendo un país con tantas procedencias diferentes, como ser, el Consejo de Educación Primaria y Normal, la Dirección de Formación y Perfeccionamiento Docente y el actual Consejo de Formación en Educación, que han realizado un trabajo a través de esta larga y rica historia de la formación docente, contribuyendo a que el país cuente con docentes de alta calidad, cosa que reivindicamos. Creemos que la creación de la universidad es un paso más en esa línea.

                En  particular y como consejero, hemos manifestado en el Codicén nuestra discrepancia con relación al proyecto de ley en cuanto a la estructura del cogobierno. Estamos de acuerdo en que exista participación de los representantes de los distintos órdenes en la conducción de la nueva entidad que se vaya a crear, pero nos parece que es un cogobierno incompleto. Consideramos que la actual integración del Codicén puede ser un ejemplo a tener en cuenta. Además, creemos importante que existan profesionales calificados para gobernar en el área de la que se trate, en este caso la universidad. También pensamos que esos profesionales deben ser designados mediante venia del Senado de la república, a propuesta del Poder Ejecutivo y que integren el gobierno de la Universidad de la Educación.

                En el marco del cogobierno planteado también tenemos discrepancias en cuanto a la forma de elección. Entendemos que es muy bueno –en el caso de la elección de los representantes que integren el cogobierno– que esa elección sea directa, como en el Codicén, y no una elección de segundo grado. Esto supone que quienes tienen incidencia directa en los distintos órdenes: docentes, egresados y estudiantes, puedan votar directamente a quienes se postulen para integrar los órganos y, en este caso particular, el órgano director que sería el Consejo Directivo.

                Con respecto a la estructura orgánica hemos manifestado –y sentimos la obligación de hacerlo acá– que la misma está hecha a imagen y semejanza de la Udelar, y si bien hay cambios de nombres, la estructura es la misma, así como la forma de elección. Integramos el cogobierno universitario durante varios años, fuimos electos por nuestros pares e integramos el consejo, así como el gremio de estudiantes, entonces, conocemos las bondades de la Udelar con su forma de gobierno, pero también somos conocedores de la necesidad de implementar algunos cambios.          

                Hay otra cuestión a tener en cuenta y es la limitación que la ley establece en cuanto a la posibilidad de acceder a los cargos de conducción. Desde el rector pasando por los directores de los institutos regionales y los directores de sedes, se limita a que hayan tenido experiencia durante determinado tiempo en entidades públicas de formación en educación. Creemos que esto es algo a discutir porque hoy por hoy es sabido de las bondades respecto de la interconexión y de que lleguen personas y profesionales formados de otros lugares y áreas, entonces, esta podría ser una limitante a considerar.  

                En lo que tiene que ver con la profesionalización de la carrera, no compartimos lo que establece el proyecto de ley en cuanto a que todos los cargos de dirección –lo hemos manifestado en el consejo y los demás compañeros darán su posición– sean a través de elección o de designación directa. Creemos que es muy importante que exista la posibilidad de que haya concursos públicos abiertos que fortalezcan la profesionalización, en particular de quienes tengan la conducción de los 32 centros –a lo mejor serán más– que el proyecto denomina sedes de formación de futuros educadores. Entendemos que es bueno que se llegue a esos cargos a través de rigurosos concursos, como lo muestra la rica tradición de la educación pública en el Uruguay donde se va ascendiendo y se llega a los cargos a través de concursos. Queremos hacer notar –y así lo ha dicho el Codicén– que entre las exigencias para ocupar esos cargos no está establecida la obligación de tener un grado máximo. Tampoco hay una exigencia respecto a una formación académica destacada y se habla de algo que hemos puesto a consideración del consejo cuando lo discutimos en varias sesiones, vinculado a la formación equivalente. ¿Qué se quiere decir cuando se habla de formación equivalente? Si se exige título universitario, docente o formación equivalente, nos gustaría saber cuál es el concepto, ya que se nos genera una duda, sobre todo en el marco de la discusión de los cargos de dirección de sedes o institutos regionales. Tenemos algunas otras observaciones que compartimos con todo el consejo y que vamos a enviar por escrito en función de un acuerdo que tenemos.

SEÑORA IVALDI.- Es un gusto estar aquí, participando junto a mis compañeros de gestión de este proceso de construcción de la Universidad de la Educación.

                Mis palabras serán vertidas desde mi lugar de consejera del Codicén pero también de integrante de las primeras Asambleas Técnico Docentes del Consejo de Educación Inicial y Primaria y como participante de las Asambleas Técnico Docentes del Consejo de Formación en Educación, por haber sido profesora en formación docente desde el año 1998. Hablo sobre todo desde el lugar de consejera electa por la lista presentada por los docentes organizados en los sindicatos de la enseñanza que integran el PIT-CNT.

                En general, me sumo a la opinión de la mayoría del Codicén en relación a los cinco puntos señalados y sobre todo respecto a la estructura de cogobierno que se acordó en esa reunión de Arrayanes del año 2017. Este acuerdo luego se convalidó con los directores generales de todos los consejos desconcentrados por amplia mayoría.

                En lo personal, me interesaría hacer énfasis en cómo hemos llegado hasta aquí porque creo que estamos ante procesos de construcción y justamente hay un camino de rica historia en la formación docente en el Uruguay. Este camino fue iniciado con los Capítulos de la Educación del Pueblo de José Pedro Varela y por las primeras maestras como María Stagnero de Munar, lo que nos ubicó como uno de los primeros países de Latinoamérica que tenía todo el magisterio titulado. También quiero recordar aquella propuesta de Enriqueta Compte y Riqué de la facultad de pedagogía, que si uno la lee en este momento en que estamos tratando este tema, percibe que es de suma vigencia. Por eso creo que es importante considerar que no se está partiendo de cero, que hay una historia y que es necesario –este es mi punto de vista y lo hemos conversado en el Codicén– que en la exposición de motivos se visualice con mayor énfasis ese trayecto que destaca al Uruguay, como en tantos otros temas de la educación.

                En ese sentido, también quiero reivindicar el orden de los egresados, docentes formados y con experiencia que tienen el derecho y la obligación ética de hacer un aporte al gobierno de la universidad de la educación. En la organización actual no está prevista la participación de los egresados y si bien se proyecta que lo estén, desde mi punto de vista el plazo para que esto suceda es muy largo. En la ley se plantea la formación de un consejo directivo nacional provisorio, con tres miembros designados por el Poder Ejecutivo, uno en representación del orden docente y otro del estudiantil, pero no está presente el orden de egresados. El artículo 34 plantea un plazo de cuarenta y ocho meses, lo que implica cuatro años, para la primera convocatoria a elecciones para el representante de este orden. Por lo tanto, recién allí se estaría integrando el orden de egresados. En síntesis, vengo a plantear que este orden debería estar representado ya desde el consejo provisorio y que el plazo para la elección del consejo directivo nacional definitivo debería ser mucho menor, por ejemplo, en un tiempo máximo de dos años. Creo que también es necesario determinar con claridad quiénes son electores y elegibles –que no está en el proyecto de ley–, y al plantear la incorporación del orden de egresados estoy haciendo explícita mi adhesión al cogobierno.  No solo lo comparto por estar convencida de que es la mejor forma de gobierno que debe darse en la Universidad de la Educación, sino porque esa propuesta ha sido motivo de diversas resoluciones de congresos de educación de este país. En este sentido hay avances en la interna del Consejo de Formación en Educación que están detallados en la exposición de motivos, así como también todo el trabajo que este consejo viene realizando con la participación de los órdenes estudiantil y docente. A ello se agrega el documento emitido por la ANEP en Arrayanes en abril de 2017, que respaldó mayoritariamente esta forma de Gobierno. Creo que es una forma de garantizar la autonomía de la educación, también desde la Universidad de la Educación, ante los vaivenes políticos; también me parece que es parte constitutiva de la autonomía que se dé una forma de cogobierno en esta universidad.

                La Universidad de la Educación debe enmarcarse en los principios de libertad de opinión y de cátedra, elementos fundamentales para una institución que tendrá a su cargo la producción de conocimiento. A mi juicio, esto debería estar explicitado en la ley.

Por otra parte, creo que en las disposiciones transitorias también sería importante que quede explícito que las asambleas técnico docentes, que han sido parte fundamental en este proceso de construcción, sigan funcionando con su actual reglamentación, mientras las autoridades definitivas de la Universidad de la Educación no resuelvan otro sistema de organización docente.

                Otro tema importante es garantizar la validez y la vigencia actual y futura de los títulos otorgados. Esto también se relaciona con el orden de los egresados para que los títulos de quienes ya hemos transitado por la formación en educación tengan validez como título universitario.

                Para terminar quiero decir que la creación de una Universidad de la Educación no constituye una panacea milagrosa. No debemos caer en el error que por pasar a otorgar títulos universitarios se solucionan todos los problemas o se están fundando recorridos en los cuales ya tenemos larga historia. No es una panacea milagrosa pero, sin duda, puede contribuir a la mejora de la educación en general siempre que su mirada, junto con la de la  Universidad de la República, esté puesta en la realidad que se vive en cada territorio.  Aspiro a una Universidad de la Educación  que no sea parte de la práctica educativa, y para eso es importante que dentro de sus cometidos se agregue lo que fue explicitado por ANEP en la declaración de Arrayanes: establecer mecanismos de coordinación de la nueva universidad con todos los organismos del sistema nacional de educación pública, pero especialmente con ANEP, a fin de mantener un vínculo entre las necesidades de la educación obligatoria y la institución que organizará la nueva formación de los educadores.

                La declaración de Arrayanes también refiere a la necesidad de acuerdos sociales, políticos, y recursos económicos. En esto me permito hacer un paréntesis para referirme a la jornada que estamos viviendo en el día de hoy los docentes en el Uruguay, deteniendo nuestras actividades a nivel nacional ante anuncios de incumplimiento de promesas presupuestales. Creo importante dejar constancia  que también la creación de una universidad necesita presupuesto.

                Finalmente afirmar que la creación de una Universidad de la Educación es un imperativo que debería concretarse a la brevedad y con disposiciones transitorias que habiliten su funcionamiento inmediato.

                Gracias.

SEÑORA LOPATER.- Muchas gracias por esta oportunidad de dialogar con ustedes.

                El Consejo de Formación en Educación está unánimemente a favor de la conformación de la Universidad de la Educación. No solamente responde a viejas aspiraciones de maestros, docentes y profesores, que son las carreras con más trayectoria, sino también a la urgencia que nos plantea un cambio del contexto que desafía al sistema educativo y que nos replantea la formación de los educadores.           

El Codicén –la Anep– está embarcado en una transformación importante de la educación a todo nivel y de los consejos desconcentrados, en la que busca articular y coordinar, fundamentalmente para lograr una educación más inclusiva. Ese modelo más inclusivo que creo que estamos construyendo entre todos, necesita docentes que realmente tengan una cabeza y una cultura apropiada para esa inclusión. Por eso quisiera referirme a las transformaciones en las que estamos embarcados, a las limitaciones que nos impone la actual estructura legal que tenemos y cómo nos podría beneficiar el tener una estructura universitaria.

                Creemos que las universidades no se decretan. Hay un largo proceso y otro un poco más cercano por el cual creo que estamos transitando ya hacia la universidad. La ley actual de educación estableció claramente la necesidad de una formación universitaria para los educadores. El Codicén, en junio de 2010,  haciéndose eco de esa intención que se plasma en la ley –que incluso proponía la creación del IUDE como instituto universitario para la formación de los docentes– crea un consejo desconcentrado para la formación de los educadores. Estimo que ese fue un hito muy importante en ese tránsito hacia la universidad. Inmediatamente después vino un plan común para los educadores –el plan 2008–, la organización de las coordinaciones académicas y el reconocimiento de la necesidad de la investigación como un componente muy importante en la formación de los educadores.

                El actual consejo, que asumió en el año 2015, se propuso una serie de líneas de acción que buscan lograr, en lo posible, el nivel universitario en la práctica, ya que en aquel momento se presentaba como un poco lejana la posibilidad de una universidad de la educación. Es así que estamos impulsando –y ya de hecho lo hemos empezado en una de las carreras– un plan diferente para la formación de los educadores que, entre otras cosas, está creditizado, facilita los pasajes horizontales con la universidad y con otras instituciones de educación terciaria, busca un docente con una mentalidad abierta, flexible, inclusivo, establece el perfil de los educadores en general y el perfil particular de cada una de las carreras.

                Como decía la consejera Ivaldi, todo esto lo estamos haciendo a través de estructuras en las que participan estudiantes, egresados y docentes. También estamos empeñados en una transformación de la estructura docente. Se ha propuesto al Codicén una reforma del capítulo 14 del estatuto del funcionario docente, la cual organiza a los docentes de formación en educación –o sea, a los formadores de formadores– en grados que van del primero al quinto. Por supuesto, se trata de grados concursables y las efectividades son renovables a través de concursos. Como el capítulo 14 todavía necesita la aprobación de los sindicatos por medio de una bipartita del Codicén con la Ceceu, estamos tomando medidas para impulsar los concursos entre nuestros docentes.

                También queremos impulsar, en todo lo que nos permite nuestra actual estructura, la investigación, y por eso hemos firmado convenios con la ANII. Ya estamos en la segunda cohorte de investigadores en un programa que se llama el CFE Investiga, donde hemos establecido las líneas de investigación conjuntamente con la ANII. Por supuesto que también estamos buscando una transformación de la estructura académica.

                Pero para todo esto tenemos limitaciones y muy especialmente para lo que es la investigación. En este momento estamos llevando a cabo varios posgrados con la Udelar y tenemos cuatro maestrías, algunas con la Udelar y otras con universidades como Flacso-Uruguay o alguna argentina. Si hoy queremos organizar un posgrado, no podemos hacerlo porque ni siquiera tenemos un diploma por cuenta del Consejo de Formación en Educación; necesitamos a alguien que dé el título. No se trata de que no queramos compartir actividades porque estamos plenamente integrados a la educación terciaria pública y tenemos muchos puntos de encuentro con la UdelaR. Por tanto, nos interesa compartir actividades, pero también quisiéramos poder impulsar nuestros posgrados de acuerdo a lo que realmente necesitamos, sin tener que acordar con otros, aunque, por supuesto, la cooperación y la coordinación con otras instituciones son muy importantes. De modo que allí tenemos un límite.

                Tampoco hemos podido organizar a nuestros docentes como queremos, pues dependemos de que ese capítulo 14 se apruebe, de que reciba la anuencia de los sindicatos. A esto se agrega que no tenemos una estructura docente que se acompase con el nivel universitario.

                Por todas estas razones, decimos enfáticamente: se necesita la Universidad de la Educación y se necesita con cierta urgencia. Transformar a los educadores es una necesidad imperiosa, no es simplemente algo más a lograr, sino que se impone si en verdad pretendemos transformar a fondo la educación que, como sabemos, requiere de ese proceso.

                Con respecto al proyecto de ley, en general nos parece que está bien, como también consideramos muy importante que consagre la participación de los órdenes. Precisamente, nosotros ya estamos experimentando con la participación de los órdenes y podemos decir que estamos convencidos de que la participación lleva al crecimiento de los actores y al cambio de cultura también. Eso es lo que estamos experimentando, aun con las limitaciones que tiene la actual estructura.

                Hay algunos detalles del proyecto que se podrían mejorar, pero oportunamente se los haremos llegar junto con el Codicén.

                En síntesis, esto es lo que queríamos explicar, porque a veces no se sabe en qué está el Consejo de Formación en Educación y, a veces también, se dice que no hay nada positivo y que la universidad sería un sello que se le pondría a una realidad que está como estancada. Pero no es así. Es una realidad que tiene sus limitaciones, por supuesto, y cosas por superar, pero estamos tratando de transformarla. Por eso, lo que logremos transformar en este momento se va a incorporar a la nueva universidad, porque, como los señores senadores saben, la nueva universidad incorporará íntegramente el Consejo de Formación en Educación.

                Muchas gracias.

SEÑORA LUACES.- Quisiera hacer una pequeña síntesis, pues considero que hay elementos importantes a recuperar.

                Sin duda alguna, debemos dejar en claro la necesidad de creación de la Universidad de la Educación. La opinión es unánime y sostenida por todos. Somos parte de un gobierno de carácter democrático y también ha quedado claro que existen algunas diferencias o discrepancias en cuanto a la estructura de gobierno y de elección, así como con respecto a algunas limitaciones que establece el propio articulado.

                Del mismo modo, queda claro también que necesitamos que en lo que respecta a algunos elementos necesitamos que sean más explícitos, como es el caso del vínculo natural que ha habido por años con la ANEP; lo cierto es que en este proceso no se puede ser fundacional por más que lo que se va a crear es una universidad de la educación. No se empieza de cero. La gente tiene su historia y las instituciones también.

                Como hay una historia, quería recalcar esos dos elementos que, por supuesto, los haremos llegar porque somos conscientes de que los señores senadores necesitan conocer todas las posiciones.

                Hemos discutido con el Consejo de Formación en Educación pero, particularmente, con el Consejo Directivo Central, que es donde podemos plantear estas discrepancias, pues ello nos lleva a ser más críticos y, tal vez, a poder afinar la mirada. Los legisladores tienen que atender muchas cosas y esta es una.

                A modo de síntesis, una cosa son las posiciones de consenso –lo que estoy diciendo es lo que vamos a enviar a los señores senadores, aunque también enviaremos los puntos de disenso que forman parte de las discrepancias que serán tema de discusión de los representantes–, pero también hay algunas particularidades que queremos sumar. Algunos aspectos tienen que ver, por ejemplo, con la inclusión o no de algunos organismos; en el caso de la ANEP la consejera Ivaldi fue muy clara. Tanto en la exposición de motivos como más adelante, y en algunos artículos en particular, hay cosas que parecen menores pero que tienen que ver con la redacción de artículos y hacen a lo normativo, por ejemplo, la denominación de los títulos. Una ley puede durar mucho tiempo; las cosas pueden cambiar y tenemos como aprendizaje previo lo que ha ocurrido con la ley orgánica de la universidad; me refiero a las cosas que permite o no permite la Universidad de la República. Se deber ser explícito en el vínculo con la Anep y también en cuanto a la organización. Cuando se dice que la elección estará a cargo de la Corte Electoral, hay que ver en el articulado que se presenta en qué casos va a ser. Se hace referencia a leyes, pero no necesariamente todos sus artículos están directamente vinculados; de manera genérica sí, pero no en particular porque muchas veces se describen facultades, como en el caso de la Universidad de la República. A su vez, se hacen precisiones. Por ejemplo, cuando existe una delegatura hay que decir en quién recae, sobre todo cuando es una delegación de carácter legal. Hay cosas que no pueden quedar de esa manera. Y así podríamos mencionar un montón de cosas más, entre ellas, el número de regiones que se establecen, el número de instituciones, el número de integrantes, etcétera.

                Nosotros les queremos acercar elementos que les faciliten una lectura vista. Tengan la seguridad de que todos los que estamos acá, más allá de las discrepancias, creemos en la importancia de tener una Universidad de la Educación. Lo primero que nos mueve es eso. Después vienen los detalles.

SEÑORA MOREIRA.- Sería muy bueno contar con esa información.

Les pido disculpas pero debo retirarme porque tengo que ir a dar clase. Ustedes me van a entender mejor que nadie.

SEÑORA MOTTA.- Es un gusto estar aquí compartiendo con los miembros de la Comisión de Educación y Cultura algunas reflexiones sobre lo que sería la creación de la Universidad de la Educación. Sin duda estamos frente a una situación muy trascendente para todos los educadores del país y para el país. La creación de una Universidad de la Educación completaría creaciones anteriores como la de la Universidad Tecnológica –la Utec–, y junto con la Udelar permitiría expandir la educación terciaria y universitaria a todo el país y se avizoraría un futuro diferente para todos en cuanto a la formación. Eso presupone un gran esfuerzo de la ANEP para seguir mejorando los porcentajes de egreso en los niveles medio y para que más estudiantes puedan acceder a ellos.

                Ya se ha dicho bastante pero quiero reforzar algo que se ha señalado en la exposición de motivos sobre la importancia de crear la Universidad de la Educación. Se encomendó su análisis al Sistema Nacional de Educación Pública, al Codicén, al Consejo de Formación en Educación, a la ATD del Consejo de Formación en Educación, a la Udelar, a la Utec y al Ministerio de Educación y Cultura.

                Creo que esto es realmente importante porque, de alguna manera, reúne a aquellos organismos que tienen que ver con la educación y que pueden aportar miradas diferentes llegando a la creación de esta universidad como está reflejado en la exposición de motivos.

                En segundo lugar, parecería que con todo lo que se está haciendo actualmente en el Consejo de Formación en Educación –que es bastante–, sería suficiente. Sin embargo, entendemos que es necesario dar el paso hacia la conformación de una universidad de la educación, porque ello ampliaría la mirada de las funciones que tiene que tener este organismo, es decir, no solo la enseñanza sino también la función de investigación y de extensión.

                Me voy a detener un poco en la función de investigación en el sentido de que la educación y el país necesitan de la innovación, fundamentalmente, en el aspecto pedagógico para atender las nuevas poblaciones que hoy tenemos en los centros educativos y que, afortunadamente, van a seguir ingresando a nuestro país. Estamos alcanzando niveles históricos de integración a la educación media-básica y media-superior, lo que supone la existencia de una reflexión y una creación innovadora sobre las maneras de abordar el hecho educativo. Esto es en una mirada hacia la mejora de la calidad, obviamente, de los profesionales de la educación que atienden los diferentes niveles educativos.

                Asimismo, quiero detenerme en la conformación de lo que sería el gobierno de la próxima Universidad de la Educación porque es necesario destacar los niveles de acuerdo por encima de los niveles de desacuerdo. Existe un nivel de acuerdo en el que es posible conformar una universidad de la educación con un organismo de conducción que sea cogobernado. En ese sentido, seguramente, los señores legisladores tendrán que hacer un gran esfuerzo para llegar a un acuerdo en cuanto a cómo se conforma ese organismo cogobernado. Hay diferentes posiciones que han quedado claras aquí, pero confiamos en que es posible llegar a acuerdos de tal forma que no representen un obstáculo para la creación de la Universidad de la Educación. Por lo tanto, creo que tal vez haya que poner énfasis en las características de quienes dirigirán esos organismos, de tal manera que den las mayores garantías posibles para que efectivamente representen lo mejor de la academia en la conformación de un órgano de dirección de una universidad.

                Muchas gracias.

SEÑOR TORRES.- Quiero dejar constancia de que, representando a los docentes del Consejo de Formación en Educación, hemos venido trabajando a partir del año 2006, durante mucho tiempo, en la idea de poder tener una institución de carácter universitario y en  la posibilidad de discutir un proyecto que dé una respuesta a lo que durante mucho tiempo el país pensó que era la formación de grado. De esa manera, entregaba al profesional al ejercicio de su profesión sin tener una institución que asegurara esa formación que es necesario mantener.

En ese sentido creo que el poder pensar una institución de carácter universitario implica concebir esa formación inicial como una formación abierta que, de alguna manera, dé respuestas al desarrollo de otras funciones que se han ido estableciendo a partir del plan 2008, como es la investigación, la extensión y la enseñanza, pero que dan cuenta también de ese proceso de producción de conocimiento que tiene que tener una institución que forma educadores, en este caso, profesionales de la educación.

                Asimismo, comparto la declaración que se ha hecho porque fui parte de ella pero, además, debemos pensar en las características que tiene nuestra institución al tener una cobertura nacional lo que, de alguna manera, facilitaría el desarrollo de ese entramado necesario para fortalecer académicamente la construcción de regiones, asegurándonos la presencia en todo el territorio nacional para formar educadores con las diferentes ofertas que tenemos actualmente.

                A su vez, también hay que explicar que estos procesos de participación que nos permitieron la construcción de las comisiones de carrera con integración de estudiantes, docentes y egresados, han dado cuenta de las posibilidades de transformación curricular que nos dio ese espacio, pero también de empezar a mirar la institución desde otro lugar, que tiene que ver con ese diálogo profundo en cada uno de los territorios. Esto asegura y permite que en este proceso de avance haya un desarrollo de estructuras de cogobierno, tanto a nivel nacional como local. Esto permitirá fortalecer el progreso de la región con otros mecanismos que después se irán desarrollando. Me parece que estos elementos hacen a un proceso que no se inicia ahora sino hace mucho tiempo, que ha ido madurando y que hoy no lo pensamos en la medida de lo que podemos hacer, sino por lo que los educadores uruguayos no pueden hacer cuando no tenemos una universidad. Y lo que no podemos hacer los educadores uruguayos es seguir fortaleciendo académicamente nuestra profesión para atender las necesidades y problemáticas que tenemos hoy en el sistema educativo, sin tener en cuenta que a través de la investigación se crean conocimientos que permiten en los distintos contextos dar soluciones.

                Esta es una reivindicación muy larga que la podemos relacionar con la próxima celebración relativa al movimiento de Córdoba; no solo hay que tener libertad de cátedra para opinar, sino también libertad de elección para investigar. Aquellos problemas que son propios de una región necesitan ser investigados en ese contexto y se deben establecer comparaciones con otras instituciones o universidades para permitir el desarrollo del conocimiento. Entonces, me parece imprescindible poder manifestar estos aspectos que han sido el horizonte con el que hemos trabajado durante este tiempo los docentes del Consejo de Formación en Educación.

SEÑOR NETTO.- En primer lugar, me gustaría entregarles algunas copias de los documentos a los que hemos hecho referencia y del punteo que creemos importante tener en consideración.

                En segundo término, quisiera expresar que esta temática se está discutiendo en Uruguay de una forma distinta a la que se hizo hace cinco o diez años. Quiero ser claro con esto. Hoy la presencia de la descentralización de la Universidad de la República, de la UTEC en el interior del país y del trabajo que aquí se ha expresado en función del avance que se intenta dar en este sentido a través del consejo de formación de educación, nos hace de alguna manera enlentecer –el término no es debilitar– el proceso de fortalecimiento de un verdadero sistema nacional de educación terciaria pública. Por tanto, si así lo entienden mis colegas y compañeros en el marco del Consejo Directivo Central, hoy el país vive un momento distinto. 

Podemos entrar en una situación muy compleja: que las instituciones de por sí se den formatos de organización por el desarrollo profesional de quienes las componen.  Esto sería así por la necesidad de que este desarrollo profesional se plasme en la socialización del conocimiento, pero se podría dar sin tener la estructura legal que lo respalde. La propia demanda de formaciones de carácter universitario en el perfil profesional docente y la articulación territorial que hoy sostiene con la Universidad de la República y con la Universidad Tecnológica del Uruguay,  seguramente requerirán  de una exigencia mayor de análisis y discusión. Se trata de un tema complejo y que está laudado en términos de cogobierno, pero sería importante presentar  su formato y la transición a formatos futuros.         

Para culminar, quiero decir que es imperioso continuar en un proceso de organización de las instituciones y del conocimiento en función de la realidad que vive el país. Muchas veces, el hecho de quedar atados a discusiones –todas comprensibles– no permite un desarrollo de mejor calidad de todo el conocimiento generado a nivel terciario en el país, lo que es un elemento de preocupación.

Por tanto, desde nuestro lugar, desde nuestro ámbito, promovemos –por respeto a los docentes y  a toda la población, particularmente, la del interior– que se desarrollen los acuerdos necesarios para que esta estructura logre consolidarse. De esa manera, se podrá avanzar en este sistema nacional de educación terciaria con esta nueva experiencia de descentralización de la universidad y con la presencia de la Universidad Tecnológica, teniendo en cuenta la absoluta necesidad de que los perfiles profesionales de la educación estén en un orden de estructura y de jerarquía que permitan el desarrollo integral de nuestro país.

Muchas gracias.

SEÑORA PRESIDENTA.- Agradecemos la información brindada, que ha sido muy clara, y volvemos a insistir en la necesidad de este material y de las modificaciones que han propuesto ustedes, para poder incluirlas en el comparativo.

                Tenemos tiempos parlamentarios que nos apremian, pero este proyecto es prioritario para esta comisión y creemos que en el próximo mes –porque después tenemos rendición de cuentas– deberíamos votarlo, de manera que la Cámara de Diputados también pueda hacer el abordaje necesario.

                Se levanta la sesión.

(Son las 18:23).

 

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Montevideo, Uruguay. Poder Legislativo.