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Carátula

 

SEÑORA PRESIDENTA.- Habiendo número, está abierta la sesión.

(Son las 10:10).

               –Le damos los buenos días a la nutrida y maravillosa delegación de la Universidad de la República, que nos informará sobre el inciso 26.

               Tiene la palabra el señor rector de la Universidad.

SEÑOR MARKARIAN.- Buenos días.

En primer lugar, les agradecemos el hecho de comenzar la sesión a la hora prevista.

En cuanto a nuestra delegación, no sé si es maravillosa, pero no cabe duda de que sea muy nutrida. Efectivamente, dado el grado de descentralización que tiene la institución hay diversas partes interesadas en participar o en oír nuestras opiniones. Además, los señores senadores seguramente opinarán o preguntarán sobre la marcha de nuestra labor.

 La exposición está organizada con el apoyo de nuestros equipos técnicos de la manera habitual. Quizás en virtud de la situación política específica, hagamos mayor hincapié en nuestros planes y logros que en nuestros pedidos, para decirlo de una manera elegante, atendiendo a la situación puntual que se da en el país, aunque eso se irá viendo a lo largo de la exposición. El hecho de que varios miembros del Consejo Central no estén presentes porque están participando de una actividad en Presidencia relacionada con el buen o el mal uso del cannabis, es la mejor demostración del aporte de la Universidad al país. Que se recurra a nuestros técnicos para asesorar al Gobierno nacional sobre una cuestión tan candente, delicada y sensible, es una muestra acabada de que la institución como tal cumple un papel fundamental en la asesoría de los temas más importantes que el país tiene. Me estoy refiriendo a una jornada que se está llevando adelante en Presidencia de la República, con la participación del presidente, el decano de la Facultad de Medicina, la decana de la Facultad de Psicología, y creo que de autoridades de la Facultad de Enfermería; en algunos casos su participación se debe a razones técnicas y en otros de presencia ante un acto tan importante.

En la primera transparencia aparece esta linda foto que hemos utilizado varias veces porque decididamente es espectacular; no sé quién la sacó pero habrá que pagar derechos de autor. La exposición se refiere a los documentos básicos en los cuales fue elaborado todo el presupuesto que presentamos en 2015. Contiene el Plan Estratégico de Desarrollo –que es un libro que tiene la tapa igual a esa foto que vimos–, el Balance de Ejecución Presupuestal que presentamos recientemente, el Informe Cualitativo de la Gestión –que fue solicitado en particular por la OPP y por otros organismos del Estado– y el Proyecto articulado de rendición de cuentas, sobre el que voy a decir algunas cosas a lo largo de nuestra intervención.

La anterior rendición de cuentas y esta están basadas en lo que resolvió el Consejo Directivo Central en mayo de 2017 sobre la solicitud que realizamos en 2015, que fue elogiada en diversos ámbitos políticos del país, tanto parlamentarios como del Poder Ejecutivo. Allí están esbozados todos nuestros planes para el quinquenio. Los números de esa propuesta están basados en que pedimos el 6% del Producto Interno Bruto para la educación y el 1 % para las políticas de investigación y desarrollo. En esas cifras y en esa resolución genérica se basó nuestro pedido presupuestal, que hemos mantenido hasta ahora y que solo ha recibido ajustes en el PIB previsto para 2017.

Como se indica en la transparencia, la previsión ha descendido: para nuestro Instituto de Economía en 2015 era el 12 % y ahora es un poco menos del 8 %, mientras que para el Ministerio de Economía y Finanzas en ambos casos el porcentaje estaba un poquito por encima de nuestras previsiones, pero también bajaron fuertemente, por las razones por todos conocidas que no viene al caso explicar ahora. Lo cierto es que nos hemos adaptado a las cifras del Instituto de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas, por lo que el crecimiento que prevemos para 2019 no es el que preveíamos en 2015, que era del 12 %, sino un 7,53 %. En consecuencia, el monto absoluto del dinero que estaríamos solicitando, está adaptado al nuevo número del Producto Bruto Interno que, a valores de 2015 –que es como se eleva la solicitud presupuestal original–, dan la cifra indicada en el gráfico, que luego los señores senadores podrán analizar con más cuidado. No me voy a extender ahora en ello, pues son cuestiones técnicas.

               Importa señalar cómo se reflejan los datos antes mencionados en la solicitud actual. Resulta que, haciendo los cálculos de reducción –dado que el PBI es más chico que el que preveíamos–, no pedimos la misma cantidad de dinero, sino que hemos adaptado el 6 % más 1 % al número previsto para 2019, lo que nos da que podríamos pedir $ 8.059:000.000 a pesos de enero de 2017. Esa cifra, que es para el año 2019, la hemos dividido en dos partes, ya que pensamos en términos acumulativos. Como el pedido es para el final del período, para 2018 la solicitud es de $ 4.477:000.000 y para el año siguiente es un poco menor. La razón de esta diferencia –que surge luego de una discusión interna mantenida con todos los funcionarios de la Universidad que consideraron este punto– se debe a que, en la parte de adecuación salarial      –que es el primero de nuestros proyectos transversales, tal como consta en nuestro presupuesto–, estamos solicitando más para 2018 que para 2019. Eso es lo que hace que la cifra sea distinta en el crecimiento y que tengamos 9.000:000.000 finales –por decirlo en una cifra redonda–, de los que más de la mitad está puesta en 2018 y un poco menos en 2019.

               Así se hizo el cálculo, entonces, que fue fiel a lo que se resolvió en aquel momento. Pensamos que es una meta adecuada, que es una meta que el país se ha dado, que fue firmada por los partidos políticos oportunamente y, en particular, tomada por el Poder Ejecutivo en el planteo inicial. Sabemos pues el carácter de meta que se le ha dado y como tal la hemos incluido, porque no estamos solicitando esto de inmediato, sino a lo largo del quinquenio. Sabemos también que el Poder Ejecutivo propuso una previsión que fue aprobada en la Cámara de Representantes, en el sentido de que las metas planteadas sean discutidas nuevamente el año que viene en la instancia de la rendición de cuentas.

               En otro orden de cosas, se incluye una solicitud para el área de la salud. Como los señores senadores saben tenemos una estructura de salud en diversos rubros, ya que, así como la Facultad de Veterinaria hay otras que también se ocupan de la salud de algunos seres vivos. Pero la salud humana ocupa un lugar importante en nuestro presupuesto y más del 20 % del gasto corresponde al Hospital de Clínicas, que cumple un papel fundamental para la salud pública nacional. En ese rubro, estamos haciendo un pedido específico de $ 479:000.000 a pesos de 2015, de los que se nos otorgaron $ 220:000.000, o sea que falta el resto. Solicitamos, asimismo, a efectos de comenzar a implementar una gran transformación organizativa y edilicia del hospital de Clínicas, $ 11:000.000 anuales. Pedimos esta cantidad cuando presentamos el primer presupuesto y mantenemos esa solicitud. Luego comentaré en qué medida estas cosas han sido parcialmente satisfechas y añado que, en total, en el rubro salud –aclaro que esto no entra dentro del 6 % más 1 %, sino que corre en forma paralela– estamos pidiendo $ 628:000.000.

               A continuación, haré algunos comentarios sobre lo aprobado en la Cámara de Representantes, pues me parece que esa es la mejor manera de empezar a discutir la rendición de cuentas, además de que partimos de esa base.

               El artículo 191 dispone el agregado de $ 348:000.000 en el rubro Retribuciones personales –así se denomina en los textos aprobados–, lo que, en términos comparativos, es muy importante y representa menos del 3 % del presupuesto total de la Udelar y el 3,25 % de la masa salarial de la institución.

               En términos globales, el presupuesto de la Universidad de la República está por encima de los USD 400:000.000, la masa salarial, que ocupa un papel importante, es más del 80% y los porcentajes varían en virtud de esa importancia. En el pedido original solicitamos un aumento de $ 4.477:000.000, del cual en la Cámara de Representantes se aprobó el 7,7%. Es una cifra muy baja sobre la cual la prensa pregunta reiteradamente; precisamente, me lo acaban de preguntar antes de ingresar aquí.

               En la Cámara de Representantes se votó un artículo de los que no implican dinero y refiere a que los créditos asignados a inversiones que al 31 de diciembre no se hubieran ejecutado por razones fundadas, podrán transferirse. Es un pedido que la Universidad viene haciendo de larga data. No me animo a decir cuándo comenzamos a solicitarlo, pero personalmente he venido trabajando en temas presupuestales mucho antes de ser rector y recuerdo perfectamente que esas solicitudes se vienen haciendo desde hace mucho tiempo. Por suerte, esto ha sido incluido en el articulado votado por la Cámara de Representantes que, efectivamente, no nos permite gastar como quisiéramos fondos que pudieran quedar remanentes en el rubro de inversiones. Obviamente, no me refiero a dejar de gastar en partidas de sueldos y pasarlas para el año siguiente. Este es un aspecto muy importante y valoramos fuertemente que se haya aprobado en la Cámara de Representantes; esperamos que se ratifique en la Cámara de Senadores.

               Asimismo, hubo un incremento en el monto correspondiente al importe anual establecido en el numeral 18) del literal C) del artículo 33 del Texto Ordenado de Contabilidad y Administración Financiera del Estado –Tocaf–, aumentando de USD 5:000.000 a USD 10:000.000 las partidas para adquirir, ejecutar y reparar bienes o contratar servicios destinados a la investigación científica. Específicamente, se refiere a una materia, la investigación científica, que le es cara a la institución universitaria. Por lo tanto, consideramos que es un aporte muy positivo.

               Debo decir que posteriormente a que eleváramos la solicitud de rendición de cuentas, resolvimos hacer basas para lograr una modificación a una ley presupuestal del año 2001 que exonera a los Gobiernos departamentales a realizar trámites de importación de cierto tipo. Si bien no me voy a extender en el tema –en todo caso lo hablamos con la bancada y dejamos los textos–, lo cierto es que a esto viene asociada la posibilidad de hacer una excepción con la Universidad de la República a efectos de que los formatos de los modos de nuestras importaciones en materia de investigación científica, referidos en la declaración, no compitan con la industria nacional. Estamos convencidos de que la mayor parte de lo que importamos en ese rubro –en otros puede ser que no–, es imposible que exista en el país porque son bienes fungibles de alto costo, equipamientos o maquinarias que son exclusivos, incluso, de algunos países del mundo. Reitero que tengo aquí el material escrito y la fundamentación, pero no queremos agregarlo a efectos de no mezclar el contenido de la intervención. En la solicitud original no lo presentamos.

               La Cámara de Representantes agregó el artículo 268 que también es importante y refiere a los gastos para la refuncionalización de las obras del Hospital de Clínicas de una manera que los señores senadores conocen bien    –no lo voy a explicar ahora– porque el texto fue votado con claridad. Existen dudas sobre el monto, ya que no se sabe con exactitud cuánto dinero significa lo que está escrito allí. Se habla de USD 4:000.000, USD 5:000.00 o de USD 6:000.000, pero como digo yo: la vida lo dirá. Con ayuda de la autoridad central, estamos viendo cómo utilizar ese dinero en el hospital de Clínicas. Obviamente, es diferente si se trata de USD 4:000.000 o USD 6:000.000. Estamos deseando que se vote y que el monto se incremente por la vía que los señores senadores consideren pertinente, como así también que el proyecto de ley sea promulgado por el Poder Ejecutivo para comenzar a realizar esas obras tan caras no solo para la Universidad de la República y el Hospital de Clínicas, sino también para el país.

Con respecto a los USD 11:000.000 que habíamos solicitado, si se dan USD 4:000.000, la diferencia sería de USD 7:000.000 y si se dan USD 6:000.000, la diferencia sería de USD 5:000.000. Lo cierto es que es bastante menos de lo que planificamos. Debo decir muy firmemente y con mucha seguridad que si nos dieran los USD 11:000.000 que pedimos por año, estaríamos en condiciones de empezar parte de las obras de mejora radical del edificio del Hospital de Clínicas, refuncionalizado, a principios del año que viene. Nuestros equipos de arquitectos y de contables siguen trabajando con la perspectiva de poder ejecutar este dinero. No digo que si nos votan hoy estas partidas mañana vamos a estar licitando pero sí que estamos trabajando a los efectos de que podamos tener una licitación pronta a la brevedad, dada la importancia que tiene este tema para nosotros y para la nación.

               También se aprobó un artículo aditivo que dice que si la economía avanza en forma distinta a la que se supuso en las previsiones consideradas al momento de la presentación del proyecto de ley por parte del Poder Ejecutivo, podrían destinarse nuevos fondos a la ANEP, a la Universidad de la República, a la UTEC y al Sistema Nacional Integrado de Cuidados. Esta disposición habilita al Poder Ejecutivo a otorgar fondos y ojalá sea habilitada en caso de que sea necesario.

               Por otro lado, quiero hacer un breve comentario respecto de un artículo que se votó al final de la discusión de este tema. Concretamente, se agregaron tres artículos, desde el 271 hasta el 273, que refieren al Fondo de Solidaridad. Al respecto, nos gustaría que la discusión sobre el Fondo fuera hecha globalmente. El Fondo se votó hace muchos años durante el gobierno del Partido Nacional –si no me equivoco– con un determinado formato pero con el tiempo, en las leyes presupuestales y en distintas rendiciones de cuentas se fueron modificando diversos aspectos. Consideramos que eso ha sido un error y por lo tanto, querríamos que la discusión se hiciera en forma global. En ese sentido, el Consejo Central opina que el actual diseño del Fondo de Solidaridad vulnera el principio de equidad. Esto es parte de un texto votado por el Consejo Central de la Universidad de la República. No decimos que el Fondo sea perfecto; el hecho de que vaya emparchando el sistema una y otra vez, no nos parece correcto. Por lo tanto, reitero, deseamos que se plantee una discusión global respecto al Fondo, sobre la base de que este cumple una función esencial. En 2017 más de 8.000 estudiantes van a recibir beca. Esto no se puede modificar porque es un gran bien que el país tiene. Se habla de integrar un fondo nacional de becas y no sé qué más; no tenemos inconveniente en que ello se discuta pero si estas becas disminuyeran sería un grave retroceso en la democratización de la educación en el Uruguay. La Universidad de la República tiene más de 100.000 estudiantes. Si miramos la distribución de estas 8.000 becas observamos que claramente favorecen a estudiantes del interior, especialmente, a mujeres. Estos son aspectos que interesan a la nación; no es un ombliguismo universitario querer mantenerlos sino hacerle un bien al país para que la gente con menos recursos pueda tener una educación terciaria de calidad.

               En cuanto al llamado adicional, que también está mezclado en todo este asunto, debo decir con total seguridad que la mitad de las obras que estamos haciendo en este momento y las que vamos a hacer en 2018 y 2019 –que apuntan fundamentalmente a tener una gran facultad de veterinaria y moderna– se realizan con los aportes del Fondo de Solidaridad. Estoy hablando, repito, de la mitad de las obras. Estos son datos categóricos y de gran importancia para el país. Más adelante voy a hablar de las obras.

               Por otra parte, lo que se votó tiene algunas deficiencias muy notorias porque relaciona topes salariales con ordenanzas universitarias, lo que no tiene ningún sentido desde el punto de vista del derecho. Me refiero al artículo 273. Allí se expresa lo que estoy diciendo y lo relaciona con el sueldo de un prorrector de la Universidad. Así que si en el Consejo Central se nos ocurre mañana bajar $ 500 el sueldo de esa gente, se fijará en ese monto el tope de los salarios, de acuerdo con la ley. Lo mismo puedo decir respecto a las jubilaciones; el hecho de volver a los 25 años, en algunos aspectos puede ser correcto si es que ello está incluido en lo que se vote en esta ocasión.

Disculpen que vaya un poco rápido; supongo que ustedes estarán anotando las preguntas, las aclaraciones y las dudas que les queden respecto a los aspectos más polémicos que yo pueda estar diciendo.

               Los objetivos estratégicos de la institución fueron planteados en la presentación que se hizo en el año 2015 y están escritos –como se puede ver en la pantalla–, así que después los podrán leer con mayor tranquilidad. El primero de ellos refiere a los aspectos educativos, como es lógico, porque esa es la principal función y hace que nuestra institución exista. Allí se habla de brindar educación superior con equidad social y geográfica, formación humanística y pensamiento crítico, mejorando la calidad de la oferta pública.

               El segundo objetivo estratégico tiene que ver con la investigación científica, asociado a que se pueda realizar el primer objetivo con calidad y se vincule con la sociedad. Hace un rato estuve hablando del cannabis, así que no me voy a extender sobre el tema ni a mencionar en cuántos terrenos trabajamos. Aquí también se pueden ubicar todos los estudios sobre dengue, donde participaron activamente dos o tres facultades de nuestra Universidad, lo que supone otra muestra clara de la importancia de las investigaciones que se realizan sobre temas de gran trascendencia, aunque muchos de ellos son bastante abstractos si uno piensa que en el día de mañana serán utilizados.   

               El tercer objetivo tiene el título genérico de La extensión, que refiere a promover el relacionamiento con la sociedad, sus organizaciones, etcétera. Quiero recordar que estamos conmemorando los cincuenta años del Plan Maggiolo, pero no lo digo por el plan, que es algo esencialmente universitario y de gran perspectiva nacional –así fue concebido–, sino que me quiero referir a Maggiolo como una de las personas que concibió Salto Grande, para hablar de las cosas importantes que se hicieron en el seno de la Universidad. Yo conocí a Maggiolo mirando los modelos de Salto Grande; yo, Roberto Markarian, estudiante de ingeniería, conocí a Maggiolo mirando el modelo de Salto Grande que estaba en los fondos del Instituto de Mecánica de los Fluidos e Ingeniería Ambiental, aunque en ese momento no se llamaba así.

En definitiva, en este punto se destaca la importancia de la relación de la Universidad con los sectores más desprotegidos, con los más avanzados, con el emprendedurismo, etcétera; todo esto es parte de los rubros que están incluidos aquí.

El cuarto objetivo estratégico refiere a la mejora de la gestión. No me voy a extender en este aspecto porque son materias difíciles a escala de todo el país. Por suerte tenemos oficinas del Estado que están seriamente preocupadas por todo esto e intentamos avanzar en la modernización de la institución.

En el quinto objetivo se pretende mejorar los procesos y las condiciones de estudio; esto tiene el título genérico de Bienestar Universitario y lo cierto es que se ha trabajado en diversos rubros con el aporte de los funcionarios docentes y no docentes. Además, incluye las nuevas obras y la adquisición del equipamiento necesario.

En el sexto objetivo se procura contribuir a la calidad de la salud, lo que incluye, en particular, las actividades de toda el área de la salud de la Universidad. Uno habla de esto y enseguida piensa en la Facultad de Medicina y en el Hospital de Clínicas, pero también se incluye todo lo que tiene que ver con la odontología, con la salud mental a través de la Facultad de Psicología, con diversos aspectos de la Facultad de Ciencias Sociales, etcétera. Tampoco me voy a extender sobre este punto.

Por último, se pretende contribuir a la construcción de un auténtico sistema de enseñanza terciaria pública y colaborar en la formación de docentes.

Hay algo puramente informativo que me gustaría agregar y es que en la Comisión Coordinadora del Sistema Nacional de Educación Pública, que integramos con el Ministerio de Educación y Cultura, ANEP, UTEC y otros organismos, se ha abierto la discusión sobre la creación de unaUniversidad de la Educación. Lo estamos haciendo en un lenguaje rico y amplio, a fin de aportarle al Parlamento los elementos necesarios desde el punto de vista académico que posibiliten encontrar una mejor solución para el problema que tiene el país.

Con respecto a los objetivos, desglosados uno por uno, puedo decir que el primero refiere a la enseñanza. La Universidad otorga 96 títulos de grado, hay 45 carreras técnicas y tecnológicas, 11 títulos intermedios y 287 carreras de posgrado, entre las cuales se incluye este número grande de 169 de especializaciones y diplomas de la Facultad de Medicina. Cabe destacar que todos los médicos del país y sus especializaciones –reitero que me refiero a las especializaciones, no al título general– están incluidos en esa cifra, así que sigue teniendo gran peso, por más que las otras dos categorías estén en rápido crecimiento en virtud de grandes tendencias generales que se verifican en todo el mundo y a las que el país se ha adaptado correctamente. O sea que la gama de cosas que la institución hace es muy amplia. De ese total, hay 29 carreras de grado que están completas en el interior –es un dato que importa y es más reciente, pero ha evolucionado tan rápidamente, que me parece importante destacarlo–, hay 33 carreras técnicas y tecnológicas –si quieren títulos que no son de licenciatura que se otorgan en el interior, se puede mencionar desde lo forestal hasta cuestiones de salud y una variedad muy amplia relacionada con economía–, 4 carreras de posgrado –esto ha tenido menos desarrollo por la novedad del crecimiento que ha habido allí– y ciclos iniciales optativos, una estructura sobre la que la institución polemiza, pero hemos intentado que las áreas tengan entradas comunes para que después el estudiante pueda optar por continuar en una u otra facultad o en un servicio, haciendo una carrera más específica. Esta es una modalidad nueva, que si bien no está en experimentación, está en discusión cómo seguirla instrumentando adecuadamente. Como figura en la parte de abajo de la gráfica entre el 2007 y 2016, la oferta académica pasó de 41 a 81 carreras, que es la suma de todas ellas.

               En cuanto a la evolución del ingreso y egreso efectivo nos hemos sincerado completamente y nos pareció bueno mostrar los números que aparecen al principio, es decir, cuando la gente se inscribe en primer año de cada servicio. En el 2016 se inscribieron 25.000 personas, es una cifra impresionante, en la Universidad de la República para hacer estudios de grado. Pero si uno mira estos números un año después, porque efectivamente el abandono es relativamente importante, queda el 70 %, cifra que más o menos se mantiene. Quiere decir que hay gente que eventualmente se inscribe en varias carreras. En este sentido, puedo dar un ejemplo que conozco bien, porque fue el de mi hija. Ella se anotó en Ciencia Política, en la Facultad de Ciencias Sociales, e Historia, en la Facultad de Humanidades. Quiere decir que aparece dos veces, lo que hace que el número de ingresos aumente, pero al año siguiente, como se decidió por la Historia, desapareció en una de las categorías porque dejó la Ciencia Política y se dedicó a la Historia, lo que hace que el número de ingresos disminuya al 70 %, que más o menos se mantiene a lo largo de los años. Lo que es constante es el crecimiento, tal como muestra la gráfica, que es categórica. Quiere decir que la institución, en medio de sus dificultades, de todas estas cosas que planteamos con preocupación, sigue cumpliendo un gran papel.

               La evolución de los ingresos en el interior es otro tema que es de mucho interés, es decir, aquella gente que estudia en el interior porque, obviamente, la cantidad de gente del interior que estudia en la Universidad es muchísimo más grande, porque alrededor de la mitad de los que estudian en la Universidad de la República provienen en su ciclo secundario del interior. En el año 2000, el ingreso era del 4 % y, en el 2016, es del 16 %. Este número está creciendo aceleradamente y es algo de lo que realmente nos enorgullecemos. Después voy a dar las cifras de estudiantes totales, que es menor al 16 %, porque estas son cifras nuevas, de ahora, y está la inercia del proceso, porque la Universidad sigue siendo esencialmente montevideana, por lo cual esta participación va influyendo de a poco en el total. Como dije después voy a mostrar bien los números porque queremos mostrar lo que estamos haciendo y el esfuerzo que esto significa. Voy a agregar un aspecto más de gestión del rectorado y de los aparatos centrales: la consolidación de buenas Universidades en el interior da mucho trabajo, porque la reunión de tradiciones muy diversas del cuerpo docente académico de calidad, es complicada. Los docentes somos complicados; somos intelectuales difíciles de tratar, porque venimos con tradiciones muy distintas, están los que llegaron de los Estados Unidos. La gente tiene que reconocer las trabas reales que se tienen porque, por ejemplo, hacerme trabajar a mí en un área distinta a la matemática, les va a dar mucho trabajo, a pesar de que lo que haga sea inútil y lo que me propongan sea muy útil; da trabajo, porque el trabajo intelectual, el formarse para hacer las cosas bien lleva años y años. En mi caso fueron 55 años exactamente. Por lo tanto, el esfuerzo por hacer una Universidad buena en el interior juntando gente que, por ejemplo, viene de las mejores Universidades del mundo; otros, de Montevideo escapando de alguna situación concreta que tienen aquí, en su facultad, en el lugar donde están; otros que se incorporan nuevos, que vienen de otras áreas de la educación, del IPA, gente de Secundaria con muy buena formación que se incorpora a nuestros servicios, en particular, a los de enseñanza, donde colaboran con mucha eficiencia, y los nuevos del todo, es decir, todos los uruguayos que están en el exterior y que terminaron sus estudios de doctorado o maestría y se incorporan a su pueblo natal. Todo esto genera una combinación de gente muy novedosa y por eso es mucho más fácil hacer buena Universidad en la Facultad de Ingeniería, de Química o Agronomía, donde hay una tradición consolidada de trabajo, que en un lugar donde hay todo nuevo y todavía lleno de gente distinta. Hacer bien eso cuesta dinero y trabajo intelectual, y el hecho de que hayamos conseguido estos inmensos logros mezclando todo eso –incluyendo nuestras malas tradiciones, que las tenemos también–, implica un esfuerzo muy grande, que debe ser reconocido debidamente.

               Es probable que hable de algunas cosas con cierto fervor porque son de las que sufro por cuanto dedicamos un tiempo muy grande para que esto se haga bien y eso significa: trenzar, arreglar líos, contradicciones y desarrollos desiguales completos que es necesario frenar porque están yendo muy mal.

Todo esto pasa, simultáneamente, cuando uno crea tanta institucionalidad nueva como la que estamos instaurando, porque queremos hacerla igual que en Montevideo. No queremos que la nuestra sea una tradición universitaria localista, sino que la Universidad de la República esté en todo el país.

               En cuanto a los egresos, puedo decir que han crecido más que los ingresos y en la imagen estamos mostrando los números. Aquí hubo aportes muy importantes, por cambio de estudios en diversas facultades –muy particularmente la de Ciencias Económicas–, lo que da algunos efectos locales ciertos años y por eso hicimos la gráfica de a trienios pero, igualmente, se puede ver la escala de crecimiento. LaUniversidad de la República es el gran proveedor de profesionales avanzados en el país.

               En cuanto al segundo objetivo estratégico, debo decir que todo lo que ha habido sobre enseñanza se proyectó sobre la investigación. El número de docentes con dedicación total ha crecido mucho y ahora estamos en el 11 %.

Debo aclarar –porque de esto hablamos con algunos parlamentarios de todos los partidos y de las dos cámaras– que la dedicación total es lo normal en las Universidades grandes. Aquí solo tenemos el 11 % pero es un número que viene creciendo muy rápidamente ya que de menos del 4 % o 5 % hace 15 años, hemos pasado a la cifra actual.

               Esto es caro y la partida que le destinamos ahora está en cero, o sea que si una persona se presenta en estos días para la dedicación total, la Universidad no tiene dinero para destinar a eso. Estamos gestionando diversas cosas para liberar dinero de los «viejos» –entre comillas– que se van jubilando, etcétera, porque debido a la antigüedad y a los grados altos que tenemos le resultamos caros a la institución. Estamos tomando diversas medidas al respecto pero, como dije, estamos en cero.

Este es uno de los grandes temas por los que pedimos dinero para la institución; lo digo con total sinceridad porque así lo hemos hablado con muchos. El relativo al interior y este son de los más importantes para mantener la calidad de la institución.

               Hemos tenido 1.450 egresos de posgrado en el año 2015 y el número también sigue creciendo. Los 54 polos de desarrollo universitario son los equipos de investigación y cosas cercanas que hay en el interior. El 67 % de los investigadores del Sistema Nacional de Investigadores son docentes de la Universidad. Ese es el 70 % del que hablamos que cubrimos en el área de investigación del país. Se mida como se mida, los números dan, todos, parecido: alrededor de 70 %.

               Tenemos una política avanzada de convenios, tanto nacionales como internacionales, y estamos mostrando las cifras. Quizás los señores senadores ya hayan escuchado de la preocupación que tenemos por abrirnos hacia el oriente, crear el Instituto Confucio, y vincularnos con China. En eso estamos teniendo un gran apoyo del Poder Ejecutivo, del Ministerio de Relaciones Exteriores. Se trata de una política establecida, estamos invirtiendo dinero en esto y nos parece fundamental por dos razones: una es coyuntural y tiene que ver con el hecho de que el oriente se ha transformado en un problema de relación económica vigorosa para el país; no tengo que explicar nada a los señores senadores sobre este asunto. No obstante, hay un problema más intrínseco en esto y es que las Universidades son, cada vez más, del mundo. La mitad del mundo vive del otro lado –como dije con mucha precisión geográfica–, más allá del Oder y del Danubio. Estos son los ríos que, básicamente, separan a Hungría y a Rusia de la Europa Occidental. Hay otro mundo de aquel lado y casi no lo conocemos; no sabemos ni cómo saludar a la gente de ese mundo porque saludan, se paran y piensan distinto. Tenemos que conocer ese mundo, debemos entablar relaciones con él no solo para que nos compren soja y pasta de madera sino porque hay que conocer a los seres del mundo; esta cuestión es bien universitaria y la defiendo muy cerradamente. Por eso tenemos una política específica e invertimos. Justamente, estamos arreglando casas para instalar el Instituto Confucio, tenemos relaciones cercanas con diversas Universidades y se va a crear –esta es una novedad total– e instalar un centro de estudios uruguayos en una gran Universidad de Beijing. Quizá se sorprendan de lo que digo y piensen que Markarian está loco; no lo está. Se va a instalar un centro de estudios uruguayos en la Universidad que creó el sistema de control del tren bala de China; no es una Universidad del montón, sino una de las grandes Universidades de ese país. Ayer de tarde revisé el convenio que estamos por firmar. No voy a poder ir a firmarlo, pero estará presente la ministra de Educación y Cultura –no lo va a firmar porque no corresponde, dada la autonomía universitaria– en la inauguración del instituto. Esto se va a tramitar por vía diplomática.

El objetivo estratégico n.º 4 refiere a la gestión. Si bien no me voy a extender mucho aquí, podemos decir que se están haciendo grandes esfuerzos y queremos modernizar completamente nuestros sistemas de indicadores de información, etcétera. Para ello, hay gente que está sentada a mi lado, que está trabajando muy intensamente. Además, en la Comisión Sectorial de Enseñanza tenemos equipos que quieren mejorar estos aspectos que tienen que ver con los problemas de evaluación, que nos interesan mucho. Ahora estamos discutiendo sobre un sistema global de autoevaluación para que la institución tenga patrones comunes. Son temas delicados, que se discuten y se van resolviendo.

Aquí tenemos una gráfica que siempre presentamos. Estamos muy contentos de ejecutar todo o casi todo el dinero que nos dan. En la gráfica se ve que se ejecutó el 99.98 %, por lo que nos alegramos. Como ya comenté en otro lugar, nosotros comenzamos el año con déficit. Si uno mira el dinero que tenemos comprometido para gastar, el 1.º de enero comenzamos con déficit en dos o tres partidas. Por tanto, inventamos procedimientos para que los impuestos internos, los ahorros, los peajes de movimientos dentro de la institución, generen dinero para cubrir ese déficit. Tengo la alegría de comentar que el lunes nos enteramos que habíamos cubierto el déficit y que el sistema de peajes está generando dinero para gastar en inversiones urgentes. Ya hicimos un llamado que vence el 31 de agosto para distribuir el dinero que nos sobre de esos peajes internos.

Con relación a las condiciones de estudio, el objetivo estratégico n.º 5, podemos hablar del Fondo de Solidaridad, del sistema de becas establecido vía externa de la institución. Aquí se ve la cifra de 2016 que asciende a 7.942 becas, mientras que la cifra para 2018 es de unas 8.200. Aparte, tenemos nuestro sistema de becas que bonifica pasajes del interior. Además, tenemos 2.000 becarios de comidas, tanto en los comedores centrales de la institución, como en las cantinas de los servicios, así como otras becas menores, de apoyo económico, que cubren carencias del Fondo de Solidaridad en alojamiento y acuerdos con el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente.

En cuanto a la planta física, en la transparencia vemos una cifra que no habíamos mostrado últimamente pero que, luego de discutirlo con los equipos técnicos, consideramos bueno mostrarla. Aquí vemos una gráfica con los metros cuadrados que tiene edificados la institución. Se puede observar la lentitud del crecimiento hasta 2012. La línea azul indica lo construido en el interior y se mide con los números de la izquierda y la línea verde, refiere al total y se mide con los números de la derecha. Obviamente, la cantidad de metros edificados en Montevideo es muchísimo mayor que en el interior y, por tanto, la escala tiene que ser otra. Acá lo que importa es la gráfica de crecimiento. Se ve que la línea azul –los metros cuadrados edificados en el interior– ha crecido mucho más rápido que la verde. En el interior se pasó de 36.000 metros cuadrados en 2007 a 78.000 metros cuadrados en 2016, mientras que el total –sin los 102.000 metros cuadrados del Hospital de Clínicas– pasó de 282.000 a 414.000.

En esta transparencia vemos fotos de locales construidos recientemente o en proceso de construcción. Arriba, a la izquierda, se ve una construcción en Rocha; arriba, a la derecha, un local chico en Treinta y Tres, muy moderno, edificado en terrenos del INIA. Esto se hizo en colaboración con un organismo estatal ajeno a la institución, con el que tenemos una excelente comunicación.

               Abajo a la izquierda está el edificio de Tacuarembó, que se ubica en terrenos del INIA. Se está tratando de hacer un convenio de uso de diversas instalaciones.

Abajo a la derecha está el de Maldonado. En el terreno que está vacío es donde se instalará la Facultad de Veterinaria. Aclaro, para que tengan una idea de las dimensiones, que estamos edificando seis manzanas, pero el terreno es mucho más grande. Hablamos de más de 10 hectáreas, pero lo que se está utilizando no es el total. Esta es la gran obra que está haciendo la Universidad de la República.

 Tenemos la suerte de poder informar a los señores senadores que a la licitación que se abrió para hacer obras durante cuatro años se presentaron nueve empresas que están en trámite de calificación, pero varias de ellas quieren terminar antes de lo establecido. Eso es un problema para nosotros porque si terminan también tienen que cobrar antes. Estamos viendo cómo generamos dinero vendiendo edificios que son propiedad de la Universidad para financiar esta obra que obviamente todos queremos hacer. Vendimos el antiguo local de la Escuela de Sanidad Dr. José Scosería sito en la calle Sarandí, al fondo, antes de llegar a la escollera a la izquierda. El edificio que está ubicado ahí era nuestro, pero ya lo vendimos. Trato de ubicarlo geográficamente para que aquellos que vayan a la Ciudad Vieja puedan localizar el edificio del que estamos hablando. Ya cobramos el dinero de la venta de ese edificio.

El predio de la Facultad de Veterinaria todavía no está en venta porque está funcionando la Facultad, pero en su momento lo estará. Aquí está presente el decano y no quiero entrar en polémica con él. Aún no hemos resuelto si habrá algún traslado parcial o solo se hará el total. Si se decide hacer un traslado total, será cuando termine la obra; si se opta por traslados parciales, para algunas partes se podría entrar en tratativas. Por ejemplo, estamos tratando de llegar a un acuerdo con la Intendencia de Montevideo a los efectos de valorizar el terreno. Como los señores senadores sabrán, no se trata solo de la superficie del terreno, sino que según la altura que se habilite será el valor de lo que está en el piso.

Arriba a la derecha se puede ver un pequeño local que está en la calle Jackson y pertenece a la Facultad de Arquitectura.

A la izquierda se ve un hermoso edificio que está sobre la ruta nacional n.º 1 –que se puede ver a mano derecha cuando se va hacia Colonia– pertenece a la Facultad de Veterinaria.

Abajo a la derecha pueden observar un antiguo edificio. La obra básica fue construida en la década de los sesenta, sito en Malvín Norte y ahora es del Instituto Superior de Educación Física. Es un gimnasio que los arquitectos han recuperado haciendo una obra excelente, digna de ser vista. Fue concebido por algunos de los grandes arquitectos de la década de los sesenta y ahora es una hermosa sala de deportes realizada al mejor nivel de los patrones, en particular, de básquetbol del mundo.

Después pueden observar el edificio estrella nuevo de la Facultad de Información y Comunicación que está ubicado en las calles San Salvador y Jackson.

Lo que se ve atrás de este edificio, arriba a la derecha, es el Estadio Centenario y el edificio está enfrente. Es un edificio del área salud de la Universidad de la República.

Abajo a la izquierda pueden observar el aulario del área social y artística. Algunas obras están en construcción y otras terminadas, tal como se puede observar en las proyecciones. En las obras del aulario del área social y artística y la Facultad de Información y Comunicación –rodean a una iglesia que está en el medio de la cuadra–, hemos gastado en el orden de USD 20:000.000 a lo largo de muchos años. Figuraba en el plan inicial y es una obra que recomiendo visitar porque lo que se está haciendo ahí es un lujo. Está ubicada frente a la Facultad de Ciencias Económicas sobre la avenida Gonzalo Ramírez entre las calles Jackson y Eduardo Acevedo. Es una manzana, salvo la iglesia que quedó en manos del Obispado lo demás es nuestro; todavía no compramos iglesias.

               En la gráfica se representa lo relativo al Hospital de Clínicas y los planes que tenemos. Cuando hablo de los 11:000.000 por cuatro o de los 44:000.000, me estoy refiriendo a la parte roja que está abajo a la derecha, que es lo que haríamos si tuviéramos el total del dinero que solicitamos.

En grande, hay más cosas, entre las que se incluye una parte cardiovascular –que está nueva–, en donde se va a hacer nueva la emergencia, la sala de CTI y de cirugía, que es lo que aparece en rojo en ese plano. Me detengo por aquí en cuanto a esto, porque no es el tema central de hoy.

               ¿Qué se posterga con lo que se votó en la Cámara de Representantes? Voy a hacer una referencia breve. En el ítem 1, que refiere a la adecuación salarial, aparecen los proyectos transversales, es decir, no los planes estratégicos, sino una cuestión que fue presentada en paralelo. Nuestro pedido presupuestal tiene una doble trama, pues están los planes estratégicos y los planes transversales que, precisamente, son transversales al plan estratégico y respecto a eso fue que hicimos los pedidos presupuestales.

El primero tiene que ver con salarios. No vamos a poder financiar los acuerdos salariales que hicimos con docentes y no docentes –son acuerdos internos que están condicionados a la disponibilidad de dinero– y estamos muy tristes, diría yo, de no poder satisfacer las demandas, que consideramos justas, de todo ese personal.

El segundo proyecto transversal refiere al mejoramiento de la calidad académica y de las condiciones laborales. Acá hay cuestiones que tienen que ver con ascenso del personal docente y no docente, extensiones de horarios, creaciones de cargos docentes y de funcionarios técnicos, de servicios y de administrativos. Este es un problema grave en el interior, pues ahí crecimos muy rápidamente en estructura académica y edilicia, pero no lo hicimos paralelamente en la estructura de funcionarios. Voy a dar dos números que son bien representativos y que recuerdo de memoria –quizás pueda errar por un pequeño margen–: la distribución docente y no docente en la Universidad es 60-40, respectivamente. Acá está incluido el Hospital de Clínicas; hay que tener presente que con el cuerpo de enfermería el servicio es muy grande, pero reitero que el 60 corresponde a personal docente y el 40 al no docente.

               En el interior, la proporción es de 80 el personal docente y menos de 20 el no docente. O sea que está distorsionado en relación con lo global de la institución. Para poder crecer ahí y crear cargos necesitamos dinero. Aclaro que estamos rascando la lata. Ese es un problema grave y tenemos conflictos de diverso tipo con el personal, que estamos tratando de solucionar.

               En cuanto al mejoramiento de la infraestructura para el trabajo, las obras nuevas y el equipamiento, aclaro que el plan de obras que se elaboró en el rectorado anterior –que fue bien concebido en sus grandes líneas– estará en un poco más de la mitad de ejecución a fines de este quinquenio. O sea que tenemos en el debe grandes cosas que deberíamos hacer. De memoria se me ocurre la Facultad de Química y la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, con locales que antes eran de la Facultad de Psicología. Ni que hablar de lo que sucede en el interior por el crecimiento vertiginoso que tuvo la Universidad.

La sede de Salto, que es uno de los puntos representativos de la ciudad, ya quedó chica. Estamos en tratativas con el Ministerio de Educación y Cultura, con la DGI, en fin, con diversos organismos, para que nos presten locales a efectos de poder funcionar. Menciono el caso de Salto por citar un ejemplo, pero lo propio sucede en Rivera, Tacuarembó, en Maldonado, etcétera.

En el plano de la investigación, ya hablé de las dedicaciones totales. En lo que hace a la estructura académica, como comentamos, el 70 % de la producción de conocimiento original en el país se hace en la Universidad de la República. Estamos muy trabados y quisiéramos seguir trayendo gente del exterior. Ayer, yendo a la Facultad de Ciencias, me enteraba de que hay un 20 % de los egresados de alto nivel que están emigrando porque falta capacidad para mantenerlos en el país. Eso no sucede solo en la Universidad, como bien observó el decano, sino en todo el país, particularmente por problemas de inversiones en materia original que no se hacen suficientemente en el Uruguay.

El acceso democrático a la enseñanza tiene que ver con la equidad. Deberíamos seguir incrementando las políticas de becas, de mejor ubicación. Diría que la Universidad, por su sistema propio del Fondo de Solidaridad, está cubriendo –si uno distribuye la población uruguaya en quintiles de ingreso económico– el primer quintil, como se ve en la gráfica. Quisiéramos subir en esa escala y pasar a cubrir acabadamente el segundo quintil, pero para eso se precisa, otra vez, dinero, capacidad de construcción, hogares estudiantiles, etcétera. En este aspecto hemos avanzando fuertemente en el interior. Prueba de ello es que, con el apoyo de la Intendencia de Tacuarembó y la OPP, se va a hacer una residencia estudiantil muy importante.

               La siguiente gráfica que vemos en pantalla es muy representativa porque tiene que ver con las horas docentes por alumno. El pico de 1,79 % se da en 2017. Si todo continúa así, este porcentaje va a bajar. Como la población sigue creciendo –para orgullo de todos– y la cantidad de docentes no sigue creciendo –para tristeza de todos–, la proporción de horas por estudiante va a bajar de la manera que se indica ahí, volviendo a los números que teníamos en el año 2013. Esta gráfica nos permite comparar; está bien elaborada –es un tema que nos preocupa muchísimo– y muestra lo importante que es seguir invirtiendo en esta materia.

               La verdad es que entré al rectorado con la idea de montar una gran oficina de planificación, información y evaluación universitaria y no lo hemos podido hacer, en parte, porque no tenemos dinero. Además, para hacerla bien se necesita traer gente del exterior, especialistas, y no pudimos hacerlo. Hemos tomado medidas en la escala que podemos, pero no hemos podido montar un verdadero aparato interno que conciba a la institución a largo plazo.

SEÑOR DELGADO.- Saludo al rector Markarian, a los decanos y al equipo técnico de la Universidad de la República. Siempre es estimulante escuchar al rector, que además es muy didáctico. En este caso, su propuesta es bastante optimista porque hace gran parte de los supuestos sobre una proyección presupuestal que obviamente no es la que está en la rendición de cuentas, sino en el artículo 766 del presupuesto de 2015, que es un artículo programático donde se encomienda al Poder Ejecutivo llegar al final del período presupuestal con la asignación de un volumen de recursos equivalente al 6 % del producto bruto interno para la educación pública. El último artículo de esta rendición de cuentas va en el mismo sentido y las proyecciones presupuestales de la Universidad –por lo menos lo que hemos escuchado– se hacen sobre la base del 6 %. Es más, se agrega el 1 % de investigación y desarrollo. Quiere decir que la Universidad hace las previsiones sobre esos porcentajes del PBI.

               Recién el rector hacía referencia a asuntos que no podrán llevar a cabo a menos que San Expedito ayude, como lo han manifestado algunos. Hay que tener en cuenta que el Frente Amplio no va a abrir la rendición de cuenta para su discusión y mejora en la Cámara de Senadores. Vamos a intentar que se abra, pero el Frente Amplio tiene mayoría en el Senado y, por lo que nos han dicho, es poco probable que se haga.

               Por lo tanto, quiero plantear dos preguntas. La primera es: sobre esta base real –no sobre la supuesta del 6 % o 6 más 1–, con el presupuesto de USD 12:000.000 más algunas cosas que aparecen por el costado e, incluso, con algunas reasignaciones que se hicieron en la Cámara de Representantes, sintéticamente, ¿cuáles serían las restricciones más importantes de funcionamiento de la Universidad de la República a las que el rector hizo referencia al final de su exposición?

               La segunda pregunta es: en el rubro inversiones, con respecto a los convenios que se han hecho con funcionarios, ¿cuáles son los renunciamientos, según su proyección, que se originarían a partir de lo votado en la Cámara de Representantes?

               Por otro lado, quería consultar al señor rector sobre una innovación vinculada a la Universidad de la República y el Hospital de Clínicas. En la Cámara de Representantes se votó un artículo que no estaba en el mensaje original del Poder Ejecutivo y que tiene que ver con la reducción del subsidio al envase de vidrio de la cerveza, por medio de la cual se otorgarían más de USD 4:000.0000 por año al Hospital de Clínicas. Quisiera conocer la opinión del rector a este respecto.

SEÑOR AMORÍN.- Antes que nada, quiero dar la bienvenida al equipo de la Udelar.

               Tal como acostumbra, el señor rector ha hecho un informe ágil, ameno y profundo. En realidad, cuando venimos a escucharlo siempre nos vamos con algo nuevo, con entusiasmo en cuanto a cómo van funcionando las cosas.

               La pregunta que voy a hacer es muy menor y la voy a formular porque me quedó la duda. El rector dijo que la proporción de docentes y administrativos en Montevideo es de 60-40, con la salvedad de que seguramente en el Hospital de Clínicas hay muchos más no docentes que docentes. También mencionó que en el interior hay más de un 80 % de docentes frente a menos de un 20 % de no docentes. Imagino que en las distintas facultades esa relación varía. ¿Existe algún parámetro internacional de cuántos funcionarios docentes frente a funcionarios no docentes hay en las Universidades? Es decir, ¿hay un porcentaje óptimo a este respecto? Aclaro que esto es siempre teniendo en cuenta que las diversas facultades tienen distintas proporciones.

SEÑOR OTHEGUY.- Saludamos a la delegación de la Universidad de la República. Siempre es un gusto escucharlos y ver algunos resultados que son ampliamente auspiciosos para el país. Como hemos dicho en otras oportunidades, la evolución de la Universidad en el interior del país es un tema de equidad y de verdadera descentralización y creo que siempre es buena cosa ver esto reflejado en los números de la exposición del rector.

               Concretamente, quisiera saber si han evaluado qué impacto pueden tener las modificaciones al Fondo de Solidaridad –que es un tema que nos preocupa–, sobre todo en la cantidad de becas, ya que el rector se refería a 8.000 becas planificadas.

SEÑOR MARKARIAN.- Voy a intentar responder en orden, ya que son preguntas con poca intersección.

               Los datos sobre las restricciones que nos impone la relación entre lo que se votó en la Cámara de Representantes y lo que pedimos figura en alguna de las transparencias que exhibimos. En todo caso, puedo hacer alguna jerarquización que no se hizo, ya que se trató de cubrir por rubros. En las transparencias nos referimos a los PT, proyectos transversales, y en negro se pone el título respectivo. Con la propuesta de la Cámara de Representantes se posterga y se detallan los ítems postergados.

El impacto más importante tiene que ver con la cuestión salarial, que fue motivo de una amplia discusión. Tanto las autoridades como los funcionarios estamos contentos de haber llegado a acuerdos sobre cómo deben evolucionar los salarios en la institución. Los montos globales permitían hacer los acuerdos que habían sido planteados y lo cierto es que estamos muy lejos de haber hecho eso. Hemos cumplido con los acuerdos salariales en términos de favorecer a los sueldos más bajos, en particular los no docentes, dentro de las distribuciones extras que hemos hecho respecto de los aumentos por inflación. Por ejemplo, la partida que se asignaría ahora es incremental y aun no hay ninguna resolución tomada sobre cómo distribuirla, pero quizás se vea con ese enfoque, como se hizo en períodos anteriores. La verdad es que estamos muy lejos de cumplir con lo que deseamos y, efectivamente, pensamos que nuestro personal en general, docente y no docente, tiene remuneraciones bajas.

               En cuanto a los temas del interior, que ya mencioné, debo agregar que estamos muy contentos por lo que hemos hecho. Hemos llevado a cabo una planificación del gasto muy cuidadosa, en el interior fue muy rápido y tuvimos una cantidad muy grande de dinero en un corto período. Ante esto, tomamos las medidas adecuadas para reutilizar las economías. Voy a dar un ejemplo muy claro: si uno tiene un equipo y se decide que va a tener siete cargos docentes, estos no se proveen de un día para otro. Se ha dado muchas veces que aunque hay un cargo creado desde hace seis años, todavía está sin proveer porque no aparecen buenos candidatos. No queremos simplemente llenar cargos sino que nos interesa que los postulantes tengan la jerarquía que aquellos requieren. Muchas veces se ha bajado el nivel del llamado, pasando de grado cuatro a dos, porque podemos conseguir candidatos para este nivel. Ese dinero se ha utilizado y se sigue utilizando. Parte de las obras que planificamos y estamos haciendo en el interior, son pequeñas en relación con el todo, pero se están llevando a cabo en Paysandú, Salto, Maldonado, Rivera y Tacuarembó. Estas son las obras que se votaron recientemente en el consejo central y casi todas están financiadas con ahorros, que hemos adjudicado al interior. Estamos hablando de un buen ciclo de reutilización de dinero de partidas docentes para cuestiones de inversión. Si uno analiza el presupuesto y no la ejecución, puede ver que eso ha hecho que la crisis no sea tan grande como debería ser. Si se analiza el presupuesto, uno diría que es imposible que esto siga funcionando porque no hay ni un peso nuevo. Ahora bien; creo que si no aparecen fondos frescos esa situación va a entrar en crisis muy rápidamente. Está claro que eso es así; hay voluntad de crecimiento por parte de la institución y también capacidad de hacerlo. Los procesos de consolidación están en marcha, queremos departamentalizar las estructuras en el interior, para que sean parecidas a una institución de calidad y no pequeños grupos dispersos. Eso está en trámite, pero necesitamos construir mucho más. Obviamente, esto no va a ser de un día para el otro porque estos procesos requieren tiempo, pero va a haber una crisis auténtica.

               En cuanto a las partidas para creación de cargos docentes, los números están a la vista. En efecto, si no creamos cargos docentes y no tenemos dinero para la dedicación total, entraremos en una crisis decidida. Se puede decir que si un profesor puede atender a diez alumnos también puede atender a quince, pero eso implica un 50 % más, y está claro que eso va en desmedro de la calidad de la institución. Nosotros peleamos, no solo para que la enseñanza se democratice sino para que sea buena. Y lo cierto es que democratizarla en términos numéricos es más fácil que mantener la calidad. Lo digo con total sinceridad. Entonces, la disminución de la calidad va a ser un proceso natural por la pérdida de la capacidad de atender debidamente y con patrones semejantes al estudiantado que, reitero, afortunadamente sigue creciendo.

               Como ya comenté, en relación a la dedicación total, la comisión de presupuesto –que integramos varios de los que hoy estamos aquí– ha intentado mantener fuertemente el flujo de conceder la dedicación total para aquellos casos que han sido evaluados positivamente. El dinero que sobra se destina a eso y, por suerte, la institución ha reaccionado positivamente. Sin embargo, francamente, en este momento estamos imposibilitados de hacerlo y, por lo tanto, la Universidad va a estar en el brete de no poder seguir concediendo dedicaciones totales, no solo al ritmo en que venía haciéndolo que era del orden del 70 % u 80 % cada año, sino que el año que viene ese porcentaje será de cero.

               En lo que respecta a la consolidación de los planes de estudio, se llevó a cabo una rediscusión a la luz de las nuevas ordenanzas y de nuevas situaciones a nivel mundial, dado que no solo cambian los celulares, sino que se están dando grandes innovaciones en el trabajo intelectual, cultural y académico. Este ritmo de cambio se ve en los objetos y determina la necesidad de que haya gente pensando en temas muy nuevos. Varios temas que han estado en el tapete en Uruguay recientemente tienen que ver con eso; hablo de los taxis que no lo son, de los mecanismos para comprar en el exterior con tarjeta de crédito o del tema del cannabis. Si lo analizan, podrán ver que una cantidad de cosas tienen que ver con problemas nuevos que enfrenta la civilización humana. Para enfrentar todo esto se necesita gente bien formada, y para hacerlo correctamente hay que modificar el modo en que se enseña, lo que tiene que ver con los planes de estudio.

               Hemos seguido cambiando los planes de estudio. Cuesta cambiarlos, porque no queremos ir para abajo, sino para arriba. Queremos mejorar, no solo los locales y los profesores sino la estructura de la enseñanza, y eso se ve muy dificultado. Querríamos hacer una revisión de la aplicación de las nuevas ordenanzas que elaboramos al respecto y nos está costando, nuevamente por falta de dinero. Creo que hemos dado suficientes ejemplos además de los que aparecen en las tablas de la transparencia.

               En cuanto al tema del Hospital de Clínicas y el dinero que se votó de esta manera tan peculiar, decimos que no lo hemos discutido detalladamente porque, como señalamos al principio, no conocemos los montos. Nuestra voluntad es utilizar ese dinero para comenzar el ciclo de refuncionalización que también hemos concebido teniendo en cuenta, obviamente, algunas urgencias que tiene el Hospital, pero no podemos dar una respuesta acabada. Mostrábamos lo que haríamos con los once millones; ahora bien; si fueran cinco millones, se podría pensar que se haría la mitad, pero la respuesta es no. Obviamente, no podemos hacer la mitad de la emergencia o la mitad de una sala, de modo que tomaremos una decisión estratégica que nos permita evaluar en qué nos vamos a concentrar. Pero esa es una discusión que se va a tener que dar. Estamos empezando esa discusión, de manera que cuando termine este trámite parlamentario –que ustedes conocen mejor que nosotros– rápidamente tengamos la capacidad de cuantificar el monto y ver cómo lo vamos a invertir. Quizá la directora del Hospital quiera dar más información al respecto. Por mi parte, es cuanto puedo decir por ahora.

               En cuanto a la relación docente y no docente, no puedo dar una respuesta. Y no me gusta inventar respuestas. Lo que digo es que la proporción de 60-40 es un término presupuestal, no estamos hablando de gente. Lo aclaro porque a veces nos podemos extralimitar; está claro que en promedio los docentes ganan más que los no docentes, por lo que el número puede ser distinto. Pero hablar de 60-40 ha facilitado diversas discusiones sobre la distribución de dinero nuevo y es la proporción que se ha mantenido. Puede que un año sea 58-42; otro, 61-39, etcétera, pero más o menos es así. Lo cierto es que la diferencia con el interior es tan grande que no da para discutir precisiones. En lo personal, doy ese número porque es más claro, pero el proceso fue ese; cuando la Universidad recibió dinero nuevo para invertir en el interior hizo un gran esfuerzo académico, convocó a docentes, construyó locales y postergó la inversión en materia de personal de apoyo –para decirlo de manera genérica–; aclaro que eso abarca desde la limpieza de los salones hasta el atender un microscopio electrónico de un millón de dólares que, efectivamente, existe, y la Universidad lo tiene en el interior. Estamos hablando de diversos niveles de necesidades. Por ejemplo, cuando creemos el laboratorio llamado P3 en Salto –y esperamos poder terminarlo el año que viene–, se van a generar más necesidades en cuanto a mantener con cuidado una estructura que tiene aire acondicionado, hay que limpiar el filtro, limpiar el local y el entorno, y todo eso se va a transformar en algo crucial porque será un lugar de alta peligrosidad biológica. No lo digo para asustarlos, pero lo cierto es que un laboratorio se crea para eso, para guardar bichos –y otras categorías de seres vivos– raros y peligrosos.

               De modo que en cuanto a la relación docente y no docente, no me animo a hablar en términos universitarios genéricos, pero en nuestro caso es verdaderamente notorio lo que ocurre.

Tenemos un nuevo encargado de la parte del interior. Estamos encarando eso. Me informaron que ayer la comisión formó un equipo a fin de ver cómo hacemos para financiar algunos cargos en lugares «explosivos», particularmente en el este.

También tenemos problemas de capacitación. Hay que trasladar gente, se dan situaciones nuevas, falta experiencia, no hay jefes que puedan «educar» –entre comillas– a sus funcionarios. Es notorio que eso sucede y nos está trayendo problemas en todos lados, no solo en el este.

               Con respecto a las modificaciones al Fondo de Solidaridad, la primera respuesta que puedo darles es que las modificaciones no impactan de inmediato. Se bajó de treinta y cinco a veinticinco años; en realidad se volvió a los veinticinco años de aportes, pero todavía no hace veinticinco años que funciona el Fondo y, por lo tanto, no hay nadie que haya estado pagando esa cantidad de años, menos aún treinta y cinco. De manera que esa resolución va a cambiar los números dentro de tres años exactamente.

No sabemos qué impacto pueda tener esa extraña resolución por la que si uno se jubila en una caja deja de pagar el Fondo. Realmente, esa es una manera de favorecer a la gente que paga en una caja porque quiere cobrar $ 5.000 más de jubilación, para que se borre de allí con un ahorro de $ 15.000 por año del Fondo de Solidaridad. Así es como opera ese sistema, pero sobre esto no tenemos ninguna cuantificación. Alguien me ha hablado de los militares, en nuestro caso podemos hablar de los médicos, pues sé que están afiliados a muchas cajas y que se borran de una y dejan de pagar, cosa que    –hablando francamente– me parece un tanto absurda.

En definitiva, podría tener un impacto fortísimo, de todos modos, hay que analizarlo cuando esa modificación esté operativa.

               En cuanto al tope de los gastos de funcionamiento, recientemente hemos hecho estudios detallados sobre cuánto se gasta en la administración y podemos decir que entre el 6,95 % y el 7,3 % del total que recibe el Fondo se destina a ese rubro que, por cierto, es una cifra alta y ha motivado alguna resolución del Consejo Directivo Central. Por supuesto, debemos ayudar en el control. Se ha topeado, pero esa disposición regirá a partir de 2020, o sea que no se aplicará de inmediato. De hecho, estoy haciendo una interpretación de la ley que tengo aquí en la mesa, por si aparecen más dudas sobre este punto.

               Debería mencionar la cuarta modificación, pero en este momento no la recuerdo.

               En una respuesta corta y global, podría decir que de inmediato, salvo lo de la jubilación, no va a haber impacto alguno.

Sobre el tope de los sueldos, ya adelanté algo, pero destaco que se topearon los sueldos de los funcionarios del Fondo, lo que se hizo en base a la condición de organismo autónomo de la Universidad de la República, pero, aunque no lo fuera, igualmente podría controlar los sueldos, porque los de los funcionarios son resueltos por la Udelar. Y ese es un caso. Hay una ordenanza que establece cuánto ganan los prorrectores. Es una ordenanza, que no tiene que ver con ninguna ley, en todo caso, tiene que ver con la Ley Orgánica de la Universidad de la República, que se debe respetar, por supuesto, y que establece que dentro de las atribuciones del Consejo Directivo Central está la de fijar sus salarios. Al parecer, se podría estar transformando un salario que está topeado por una ley y que es resuelto por la Universidad de la República. Es una situación muy extraña. Por eso decimos que se debe repensar este asunto y, eventualmente, ir para atrás en algunos de los aspectos que referí, como el de las jubilaciones. Dicho de otro modo, debemos tomarnos un tiempo para repensar este sistema bajo el principio de que los montos globales no deberían ser tocados, porque le hacen un inmenso bien al país, más allá de las protestas que pueda haber –que sabemos que existen– de parte de quienes lo aportan.

SEÑORA PRESIDENTA.- Agradecemos profundamente el didáctico informe que nos han brindado. Es un placer escuchar los informes de la Universidad de la República, que siempre nos enriquecen. Diría que llevamos alguna ideíta anotada para el futuro, que conversaremos en otra oportunidad.

               Muchísimas gracias.

               No habiendo más asuntos, se levanta la sesión.

(Son las 11:23).

Linea del pie de página
Montevideo, Uruguay. Poder Legislativo.