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Carátula

 

SEÑOR PRESIDENTE.- Habiendo número, está abierta la sesión.

(Son las 15:08).

                –Dese cuenta de los asuntos entrados.

(Se da de los siguientes).

                «El señor senador Heber presenta, con exposición de motivos, un proyecto de ley por el que se establecen modificaciones a la Ley n.º 16.524, de 25 de julio de 1994, referente a la creación de un fondo de solidaridad para financiar el sistema para estudiantes de la Universidad de la República y del nivel terciario del Consejo de Educación Técnico-Profesional. Carpeta             n.º 791/2017.

                La Asociación Uruguaya de Empresas Aseguradoras, Audea, solicita fijar nueva fecha para concurrir a la comisión».

                –Tenían previsto concurrir en el día de hoy, pero se les va a fijar nueva fecha.

                Continúese dando cuenta de los asuntos entrados.

(Se da de los siguientes).

                «La Organización Nacional de Asociaciones de Jubilados y Pensionistas del Uruguay –Onajpu– y el Equipo de Representación de Jubilados y Pensionistas en el BPS –ERJP–, invitan a participar de una conferencia que se realizará el 5 de mayo del corriente año. (Se envió por correo electrónico).

                La Confederación Iberoamericana de Inspectores de Trabajo invita a la conmemoración de su 25 aniversario. (Se envió por correo electrónico).

                La Cámara de Representantes remite la versión taquigráfica de las palabras pronunciadas por el señor representante nacional Alejo Umpiérrez, referidas al despido de trabajadores de los viñedos de la empresa Agroland S.A., en el departamento de Rocha».

                –Además, se va a repartir una carta que llegó a la comisión de una ciudadana que explica un tema personal y funcional en el INAU.

                Antes de recibir al directorio del Banco de Seguros del Estado con relación al diferendo con el Centro de Talleres Mecánicos de Automóviles, el señor senador Mieres desea hacer un planteamiento.

SEÑOR MIERES.- Queremos solicitar que se invite, por parte de la comisión, a dos entidades que están protagonizando un conflicto porque sería bueno que pudiéramos tener aquí información al respecto. Me refiero a la cooperativa ACAC y a AEBU pues, como habrán visto los señores senadores en la prensa, ambas entidades están en medio de un conflicto muy complejo.

                Por tanto, sería bueno conocer el estado de situación y para ello sería oportuno invitar a las dos organizaciones para que nos digan en qué están y ver qué podemos hacer nosotros.

SEÑOR PRESIDENTE.- ¿Sería una invitación por separado?

SEÑOR MIERES.- Exactamente, señor presidente, por separado.

SEÑOR PRESIDENTE.- Es verdad; se trata de un tema de público conocimiento y quizás la comisión podría ayudar a encauzarlo.

Si no hay inconvenientes, se coordinará con ambas instituciones y se las invitará a que concurran a la comisión.

(Apoyados).

–Si no hay más planteos previos, puesto que ya recibimos a una delegación del Centro Talleres Mecánicos de Automóviles y seguramente la semana que viene vendrán los representantes de las aseguradoras, a continuación vamos a invitar a pasar a sala a la delegación del Banco de Seguros del Estado.

(Ingresan a sala las autoridades del Banco de Seguros del Estado).

–Es un gusto recibir en el seno de la Comisión de Asuntos Laborales y Seguridad Social del Senado a la delegación del Banco de Seguros del Estado, integrada por su presidente, señor Mario Castro; su vicepresidente, el contador Guillermo Porras; el director, licenciado Fitzgerald Cantero; la subgerente general, contadora Graciela Vidal y el ingeniero Álvaro Mota, director de la División  Reclamaciones.

Si no me equivoco, disponen de la versión taquigráfica, pero cabe aclarar que días atrás recibimos a los representantes del Centro de Talleres Mecánicos de Automóviles, quienes solicitaron audiencia para plantear el diferendo que mantienen con las empresas aseguradoras y con el Banco de Seguros sobre el tema del ajuste de costos de las reparaciones.  La comisión resolvió invitar al Banco de Seguros del Estado y a la Asociación Uruguaya de Aseguradoras, entidad que seguramente recibiremos la semana que viene.

                En esta oportunidad con gusto vamos a escuchar la opinión de nuestros visitantes sobre el tema en cuestión.

SEÑOR CASTRO.- Estamos en un mercado que está en competencia desde el año 1995 –cuando se votó la ley de desmonopolización– y está  regulado por la Superintendencia de los Servicios Financieros del Banco Central del Uruguay. 

                En todos estos años se ha venido desarrollando el mercado en competencia y nos hemos adaptado a esa nueva circunstancia.  He venido acuñando una frase que es la siguiente: estamos en un mercado con una  competencia dura y consolidada. Nuestros competidores son representaciones de empresas multinacionales de seguros con mucho oficio en la industria. La competencia básicamente ha sido por precios, aunque también  por servicios y, además, se ha venido desarrollando  en forma particular en la cartera de automóviles. Seguramente los señores senadores, como consumidores, han estado bastante al tanto de lo que significa contratar un seguro, por el tema de los costos y por cómo se está moviendo el mercado con referencia a esto. Siendo  una cartera  que cobra primas y paga siniestros, se debe tratar de que esté equilibrada en cuanto a ofrecer costos razonables a los clientes, manteniendo también costos razonables con respecto al pago de siniestros.

                Desde el año 2013 el Banco de Seguros del Estado contó con un convenio con el Centro Talleres Mecánicos de Automóviles, que estaba regido por determinadas condiciones y precios, pero venció en diciembre del año pasado. Queremos señalar que previo a su vencimiento, el propio Centro Talleres Mecánicos de Automóviles lo denunció por su inconveniencia.  Tampoco para nosotros era fácil de administrar porque implicaba una serie de obligaciones extras  al propio giro como, por ejemplo, atender ciertas situaciones. El CTMA representa relativamente a los talleres porque el banco, además, tiene que atender problemáticas particulares de algunos de ellos. En realidad, el convenio no se mantuvo por la denuncia que realizó el centro.  A partir de ahí debemos tener determinadas garantías, por ejemplo, proveedores para reparar los automóviles siniestrados.

                Acabamos de hacer un llamado que iba a culminar el pasado viernes. Hay que aclarar que existen distintos tipos de talleres –grandes, medianos y más chicos– y, en general, el banco siempre fue el que pagó más en el mercado, pero dado el desarrollo de la competencia, básicamente por precios, hemos tenido que ajustar nuestros costos. Pasamos a ofrecer nuevamente el precio-hora superior del mercado, que es de $ 760 pesos a la categoría mayor, $ 720 a la segunda categoría y $ 550 a los talleres calle, a los que también se les hizo un ajuste.

Ayer resolvimos prorrogar el llamado hasta el próximo viernes y, a partir del 1.º de julio, aumentar a $ 820 el precio de la hora de taller para la categoría A y a $ 770 para la categoría B, y mantener el ajuste para los que llamamos «talleres calle», que son menores pero que trabajan sin mayores inconvenientes con ese valor–hora. En términos generales esa es la situación. Si bien trabajamos con el mayor precio–hora del mercado, también es cierto que las compañías de la competencia consiguen proveedores que ofrecen precios más bajo. Por lo tanto, estamos muy condicionados como para pagar los precios que pretenden o que determinan los talleristas; el problema es que este precio está regulado por el mercado y naturalmente tenemos que competir. Se habla mucho de las empresas públicas competitivas y de que el banco ha logrado adaptarse a la competencia. Comparto ese concepto: hemos hecho importantes esfuerzos para adaptarnos a ella, pero eso implica que no nos pasemos del precio que fijan los mercados. Creemos que esta última oferta –de una hora a $ 820– es muy razonable y, por lo que tenemos entendido, sin duda va a ser el mejor precio del mercado.

Nos dimos cuenta un poco tarde, pero llegamos a la conclusión de que de alguna manera estábamos subsidiando a la competencia porque éramos los que pagábamos más. Los talleres daban presupuestos por nuestro trabajo, pero después le cobraban menos a la competencia, por lo que estábamos haciendo un negocio muy inconveniente. Empezamos a ajustar los precios, a adecuarlos a los de la competencia y a corregir algunas ineficiencias que habíamos detectado. Enfrentar esa realidad nos ha costado mucho esfuerzo, pero creo que a esta altura no vamos a volver a subsidiar a la competencia ni a mantener rescoldos importantes de ineficiencia interna. Hemos iniciado una etapa distinta.

Creo que este llamado va a resolver muchos problemas. En realidad, pasar de los $ 700 que se están cobrando hoy a $ 820 es más de un 16 % de ajuste. A pesar de que habíamos hecho otros ajustes –que el señor Motta podrá explicar mejor más adelante–, la oferta de $ 760 se debe a la inflación que hubo el año pasado. Entendemos que vamos a superar holgadamente el promedio del mercado y que los problemas se van a resolver. Los talleres están invitados para que se inscriban. Una vez que superemos esta etapa, vamos a tener que estudiar otros aspectos, por ejemplo, cómo reparar las piezas para utilizarlas como repuestos o encontrar otras alternativas que den mayor satisfacción. Nosotros aspiramos a pagar el precio justo sin dejar de considerar que estamos en competencia y que tenemos que adecuarnos a eso.

SEÑORA VIDAL.- Soy subgerente general y el área de reclamaciones depende de mí. Junto al señor Motta fuimos quienes, en principio, desarrollamos este llamado, cuya ampliación rige hasta el día de mañana. Por supuesto que este hecho fue avalado por el directorio.                

                La situación al día de ayer a última hora era que a este llamado se habían presentado 200 talleres, de los cuales, una cuarta parte, está afiliada al Centro Talleres Mecánicos de Automóviles; el resto forman parte de lo que denominamos «talleres calle». Pese a las movilizaciones que ha llevado adelante el mencionado centro, un grupo muy importante de talleres considera que la propuesta del Banco de Seguros del Estado es muy justa y les permite trabajar con márgenes de rentabilidad acordes a la realidad actual del mercado, del país y del mundo.

                En la versión taquigráfica de la sesión a la que concurrieron los representantes del Centro Talleres Mecánicos de Automóviles se hace referencia a que, en algunos casos, aspiran obtener un 30 % de rentabilidad en sus negocios. Quien hoy en día tenga un negocio y registre un 30 % de rentabilidad es algo de otra época, y no ya de otro país, sino de otro mundo.

El Banco de Seguros del Estado tuvo que adaptarse a la competencia para ingresar a un mercado en el que el precio juega un rol importante. En otro momento, si nosotros como empresa dábamos pérdida, se ajustaba la tarifa y seguíamos adelante; actualmente, los números se llevan mano a mano y las tarifas no se pueden subir graciosamente. De ahí, pues, que se deba controlar –y mucho– el costo siniestral. Creemos que un 20 % o un 30 % de rentabilidad es un porcentaje que no maneja ninguna empresa de porte en el país.

SEÑOR MOTTA.- Quiero hacer una acotación a lo expresado por el señor presidente Castro en cuanto a la evolución de precios de 2014–2015 en adelante.

                En la versión taquigráfica de la sesión a la que concurrieron los representantes del Centro Talleres Mecánicos de Automóviles se dice que no se respetaban los ajustes o que había inconvenientes de ese estilo. Cuando el 1.º de enero de 2015 se firmó el último convenio, se ajustó un 10 % la mano de obra y un 15 % la pintura, y a partir de ese momento comenzó a regir la paramétrica de que cada 1.º de enero se debería proceder a un ajuste en función de distintos indicadores. La paramétrica contenida en el convenio preveía un tope: el Banco de Seguros del Estado no podía pagar una hora mayor que el promedio de las compañías privadas. Ellos estuvieron de acuerdo y nosotros ajustamos en función de los resultados de la paramétrica.

                Eso llevó a que, a comienzos de 2016, la mano de obra se ajustara un 6,5 % y la pintura un 7 %, pero también empezaron los problemas en cuanto a que el precio de mano de obra no daba. Fue así que, en setiembre de 2016, hicimos un ajuste extraordinario de un 7 % de mano de obra y un 15 % de pintura, los dos componentes fuertes del taller, aparte de los repuestos. Lo que no se dice en ningún lado es que nuestra propuesta supone un 8,5 % en mayo, más un 8,5 % en julio para la mano de obra, mientras que la pintura ajusta un 20 % en mayo y un 8 % por encima.

                Por lo tanto, si uno mira la evolución de los indicadores de IPC en los distintos años y si se tiene en cuenta que el mercado en competencia ajusta por este índice, se verá que todos nuestros ajustes están absolutamente por encima. ¡Todos! Se dice que no respetamos las paramétricas, pero hay una de ellas que tiene un tope y lo respetamos, como corresponde, porque así estaba en el convenio y por algo se escribió de esa manera, además de que ellos lo aceptaron. Los valores a los que hoy estamos llegando, con los nuevos ajustes propuestos, son los mejores del mercado sin duda alguna.

                En definitiva, aspiramos a que con estos números la ecuación sea más favorable según sus versiones, pero de todas maneras queríamos aclarar los porcentajes porque es importante tenerlos en cuenta.

SEÑOR PRESIDENTE.-  Me gustaría hacer algunas preguntas. En primer lugar quisiera saber cuál es el porcentaje del mercado que tiene el Banco de Seguros del Estado con respecto al resto de las aseguradoras con las que están en competencia.

                En segundo término, creo que ya se ha dicho que tienen un convenio que el centro de talleristas denunció en el mes diciembre…

SEÑOR MOTTA.- Fue denunciado bastante antes y cayó efectivamente el 17 de diciembre de 2016, fecha hasta la que tenía vigencia.

SEÑOR PRESIDENTE.- Entiendo que en el convenio se incluía una paramétrica de ajuste tanto del costo de la mano de obra como del de la pintura. Es decir que se había convalidado un convenio que tenía una paramétrica de ajuste de costos.

                En tercer lugar, me gustaría saber cuál es el sentido de este nuevo llamado. ¿Se trata de aumentar la cantidad de proveedores? De acuerdo con algunas declaraciones de prensa, en este proceso hubo suspensiones de algunos talleres –alrededor de veinte– y quisiera saber cuáles fueron las causas. ¿Ello estaría relacionado con este nuevo llamado o no tiene nada que ver y solo se busca ampliar la cantidad de proveedores al Banco de Seguros del Estado?

                Por último, tenía entendido que el mencionado llamado vencía el viernes pasado, pero hubo una prórroga hasta el viernes próximo y, además, si no entendí mal, tiene implícita una mejora en los precios porque pasaría de $ 760 a $ 820 la hora, a lo que imagino que hay que sumar el IVA.

SEÑOR MOTTA.- Así es, señor presidente. Eso sería a partir de julio.

SEÑOR PRESIDENTE.- ¿En esta instancia hay algún ámbito de diálogo? Seguramente, esto se lo volveremos a preguntar a las aseguradoras privadas.

                Sabemos que el Banco de Seguros del Estado tiene el porcentaje más importante del mercado y también es el que paga más; por lo tanto, debería       –digo «debería» porque es un mercado que no conozco– condicionar el precio de todas las aseguradoras. De hecho, se está haciendo un ajuste cercano al 16 %. ´

¿Existe un ámbito de diálogo con el centro de talleristas y también con las demás aseguradoras? ¿Hay una especie de acuerdo sobre los márgenes, aun en la competencia, cuando se estipula el precio, tanto de la mano de obra como de la pintura?

SEÑOR OTHEGUY.- Ustedes comentaban que mañana cierra el llamado al que se han presentado 200 talleres. ¿Cuántos talleres registrados debe tener el Banco de Seguros del Estado para cubrir la demanda de los asegurados?

SEÑOR CASTRO.- La participación del mercado se mide por la facturación y no por cantidad de autos. De acuerdo con los autos que tenemos asegurados posiblemente tengamos más del 50 %, pero por la facturación –que es lo que cuenta– tenemos el 42 % del mercado.

                La pregunta relacionada con la cantidad de talleres la va a responder el señor Motta.

SEÑOR MOTTA.- Tengo anotadas dos preguntas: la causa de la suspensión y lo relativo al número óptimo de talleres.

                Con relación al primer tema, la intención de los talleres fue trasladar la diferencia de precio que ellos entendían existía respecto a nuestras tasaciones. Ya había sido anunciado por la presidencia del banco que esa situación no era aceptable, es decir, que el asegurado no tenía que pagar ninguna diferencia y que el Banco de Seguros no iba a aceptar sobreprecios a tasaciones que entendía justas, de acuerdo con los actuales costos. Un conjunto de talleres sobrepasó esa línea y por ello se tomó la decisión de la suspensión por 30 días. En virtud de que tenemos un número importante de talleres, entendimos que no se iba a resentir el servicio y de hecho hoy se están procesando los siniestros sin mayores problemas, más allá de los ruidos que hay por esta problemática.

SEÑOR PRESIDENTE.-  Usted dice que hubo talleres que sobrepasaron la tasación del banco. ¿Esa cotización superior se trasladó al cliente o al Banco de Seguros?

SEÑOR MOTTA.- El procedimiento es el siguiente. Lo primero que hace el taller es ingresar la reclamación a la compañía. Dependiendo del tipo de siniestro, puede entrar con o sin presupuesto. En todos estos casos se trataba de siniestros que debían entrar sin presupuesto pero los ingresaron con presupuestos y con valores que para nosotros no eran válidos. Analizada esa situación, convocamos a algún asegurado para escuchar la versión del cliente –porque entendíamos que era importante saber qué había pasado en la relación cliente-taller– y comprobamos que efectivamente el taller le solicitaba al asegurado la diferencia de precio entre lo que había dicho el banco y lo que ellos creían era lo justo. Desde nuestro punto de vista, ello no es aceptable en el mercado de seguros porque no son las reglas normales de funcionamiento del mercado reparador, no solo en el Uruguay sino en el mundo entero.

                En cuanto a la cantidad de talleres, también hay que considerar la capacidad de producción. Puedo tener mil talleres que reparan un auto cada uno y por lo tanto esa cantidad puede no alcanzarme. Entonces, el número depende de la capacidad de producción de los talleres que coticen en este llamado. Tenemos que soportar una capacidad de producción mensual de un promedio que está entre 1.100 y 1.200 vehículos reparados. Por lo tanto, el número óptimo depende de quiénes se presenten al llamado pero también hay que considerar la calidad de reparaciones. Por algo había diferentes categorías de talleres más chicos o más grandes, todo dentro de la formalidad. Digo esto porque cada taller que se presenta al banco tiene que ser una empresa constituida y bajo el control del BPS, de la DGI, etcétera; no es que estemos desarrollando la informalidad.

Entonces, la competencia es parte de esto.

SEÑOR PRESIDENTE.- Quiero hacer otra pregunta, en complementación con la del señor senador Otheguy y tiene que ver con lo que se dice en cuanto a que el sentido del llamado es aumentar la cantidad de proveedores habilitados. En definitiva, ¿eso tuvo el objetivo de aumentar la cantidad de talleres porque había menos de lo que se necesitaba? ¿Cuál fue el sentido del llamado? Lo pregunto para entender un poco cómo funcionó este proceso.

SEÑOR MOTTA.- El sentido de esto es el siguiente. Desde el momento en que había un convenio con el centro de talleres, estos no firmaban nada con el banco sino que adherían a ese convenio que les habilitaba a presentarse para los siniestros. Desde que cayó ese convenio nosotros estamos en una posición absolutamente por fuera de regulación, por lo que tenemos una relación con el proveedor de esos servicios sin ningún marco que la regule. Entonces, pensamos que primero tenemos que ordenar esa casa porque algo que se regía por un convenio ahora no está regulado por nada. ¿Cómo funcionan los talleres? ¿Qué talleres pueden trabajar para el banco? ¿Cualquiera? Lo que se pretende, al no tener más el convenio, es poner otras reglas –que pueden ser compartidas o no, pero que son reglas al fin– para calificar a los talleres por su capacidad tecnológica, su  infraestructura, si dan algún servicio adicional al cliente y por distintos factores que hacen que tengan una puntuación. La compañía fija un piso mínimo de puntaje para entrar a una categoría u otra; de lo contrario, pasarían al sistema que denominamos «calle» –que tienen todas las compañías– que apunta a no cerrar la puerta para trabajar a ningún taller. Si el cliente lo elige es, simplemente, a un valor menor, nada más; no pasó el filtro, digamos, de puntuación mínima para calificar para este sobreprecio que la compañía está pensando pagar por una mejor calidad del servicio.

SEÑOR PRESIDENTE.- El llamado se hace, cuando cae el convenio, para un marco de proveedores habilitados que funcionan con el banco. Consulto acerca de los vínculos y el diálogo con las otras aseguradoras. A su vez, ¿con los talleristas ha habido instancias en ese sentido?

SEÑOR CASTRO.- Con las aseguradoras tenemos contactos informales pero ninguna coordinación de precios ni nada; esto es competencia pura y dura y cada una se las arregla como puede. Además, está prohibido por ley hacer carteles; existe diálogo pero nada más. En realidad, tenemos un buen relacionamiento con la competencia en términos institucionales pero en materia de trabajo hay poca cosa y no porque no tengamos voluntad en ese sentido sino porque creo que la realidad de la competencia hace que cada empresa tenga su propia estrategia. Así como el banco tiene una estrategia determinada, cada compañía tiene la suya y, hoy por hoy, hay algunas empresas que están haciendo rebajas  importantes y otras que aumentaron los precios. Es el dinamismo del mercado lo que hace que cada compañía trate de aprovechar las opciones comerciales que tiene y de asumir los costos que entienda pertinentes y, entonces, no hay posibilidades reales de coordinación de precios más allá del diálogo que pueda existir.

SEÑOR PRESIDENTE.- La otra parte de la pregunta tenía que ver con si después de la caída del convenio o de su término, en diciembre de 2016, ha habido alguna instancia de negociación o algún diálogo por parte del banco con el centro de talleristas.

SEÑOR CASTRO.-             No, en realidad, no. Ellos  denunciaron el convenio, se lanzaron en esta estrategia de cobrarles la diferencia a los clientes y nosotros optamos también por la estrategia de hacer un llamado y cubrir una lista de proveedores que nos permita dar garantía a los clientes de que, en caso de que tengan un siniestro, puedan arreglar sus coches.  El centro de talleristas empezó a desarrollar esta estrategia, hizo varias visitas, como dice por ahí en las actas, pero a nosotros no nos pidió entrevista hasta el día de ayer.

SEÑOR PRESIDENTE.- ¿Al directorio del banco?

SEÑOR CASTRO.- Sí. En realidad, nosotros también definimos la estrategia de hacer un llamado y hacer contratos particulares con los proveedores.

SEÑORA VIDAL.- Quiero decir, para complementar, que cuando nosotros hacemos la invitación la extendemos absolutamente a todos los talleres que tenemos en la base de datos y que trabajan con nosotros hasta el día de hoy. No fue una invitación a cuatro o cinco talleres, hicimos una convocatoria muy amplia y eso lo demuestra el gran número de talleres que se han presentado. El centro de talleres agrupa a un número de empresas reparadoras y afines, porque hay ciertas actividades que también están englobadas dentro del centro de talleres como, por ejemplo, las metalúrgicas y demás. Muchas veces se habla como que el centro de talleres es el único proveedor de talleres de reparación cuando son muchas más las empresas que integran el mercado reparador de automóviles. Particularmente, en el interior del país se cuentan con los dedos de la mano los talleres que están adheridos al centro de talleres. Incluso, algunas empresas reparadoras muy importantes históricamente han preferido trabajar a un precio menor para no integrar el centro de talleres que, en definitiva, consideran que mide a todos con la misma vara, independientemente del tipo de empresa o servicio que se preste. Por eso, nosotros en este momento que no hay ningún vínculo legal con los talleres consideramos que era fundamental un llamado uno a uno, firmar un contrato con cada una de las empresas, de manera que cada una en particular se comprometa ante el banco a prestar un servicio a un determinado costo y bajo ciertas normas de calidad que nos eviten conflictos con los asegurados cuando aquellos no se encuentran conformes con la reparación, sin tener que apelar, como se hacía hasta ahora cuando estaba el convenio, a una intervención del centro de talleres –en la que no siempre participaba el taller interesado–, a los efectos de dirimir si la reparación estaba bien hecha o si no lo estaba quién se hacía cargo.

SEÑOR PRESIDENTE.- Yo deduzco –de las palabras formuladas por la subgerente y por otros de nuestros invitados, aunque quiero saber si es correcta esta impresión– que el Banco de Seguros prefiere el sistema de llamados y de registro a proveedores –por llamarlo de alguna forma– que un convenio marco.

SEÑOR CASTRO.- A la luz de los acontecimientos sí, porque nosotros teníamos un convenio, fue denunciado, nos quedamos sin la seguridad convenida de un relacionamiento con los proveedores y tuvimos que hacer el llamado. Cuando resolvimos hacer el llamado estábamos sin convenio y teníamos que hacerlo.

El escenario de los talleres y las reparaciones es complejo. Entonces, como se decía recién, en caso de tener dificultades con un taller, teníamos que dirimirlo a través de un convenio con el centro de talleres, sin poder manejarnos en forma directa. Eso nos ha generado una serie de dificultades. En realidad, de alguna manera, el convenio era una especie de mecanismo de afiliación al CTMA porque establecía que los talleres que estaban dentro de él tenían determinadas condiciones y para poder tener convenio era necesario estar afiliado al centro. Por lo tanto, éramos el centro de afiliación del CTMA. En realidad, el resto del mercado está jugando de otra manera y nunca negoció con el CTMA, tal como lo dijeron aquí. Ellos tienen sus proveedores y obtienen mejores precios que nosotros. Por lo tanto, volvemos al principio porque la historia no termina con el sector de reparaciones sino que es un mercado que se origina con los seguros de automóviles y los costos. Nosotros afinamos un poco los criterios, los establecimos y la idea es poder tener un relacionamiento mejor y más fluido con los proveedores.

SEÑORA TOURNÉ.- Me gustaría hablar en nombre de un actor que no está presente y que pretendo representar; me refiero a los usuarios de los seguros que, además, somos la mayoría, más que los talleres y que el directorio del banco. Entonces, lo que me preocupa de todo esto es que cuando estuvieron aquí los representantes del centro de talleres, manifestaron que iban a tomar esta opción, una vez denunciado el convenio, en el sentido de cobrar a los asegurados por encima de lo que pagara el banco. Si no entendí mal, con la solución que ha dado el banco actualmente –con la nueva lista de proveedores y los contratos con los talleres en forma directa–, esa amenaza no existe porque si llevo mi vehículo a uno de los talleres registrados en la nueva nómina, eso no va a suceder. Es muy importante que esto quede claro, sobre todo para los asegurados.

SEÑOR CASTRO.- Como bien dijo el señor Motta, para nosotros es inaceptable que se cobre al cliente por encima. Lo dijimos con toda claridad porque hay un contrato por el que la aseguradora se hace responsable de los daños ocasionados en un siniestro, salvo el deducible. Por lo tanto, para nosotros eso es inaceptable porque  nos liga un contrato con el asegurado que naturalmente tenemos que cumplir. Además, eso de cobrar por encima de lo que el banco paga nunca se ha dado en la historia.

                Por otro lado, sería un descontrol absoluto porque no podemos recibir en la ventanilla a un cliente que viene a decir que le cobraron el 20% o 50% más. En treinta días habríamos alimentado un mercado de fraude escandaloso. Por nuestra parte, nos paramos muy firmes y pasamos los mensajes correspondientes. Esto no es algo que nosotros inventamos sino que el propio centro de talleres fue el que anunció que iban a cobrar por encima. Esa fue su estrategia pero nosotros aclaramos que no lo íbamos a aceptar y cuando comenzaron a hacerlo, el primer día suspendimos a diecisiete. Entonces, esto paró, la cosa cambió y mejoramos un poco la oferta. No queremos estar en permanente conflicto con un proveedor que además es intermediario, sino que nuestra intención es que trabaje con satisfacción y que brinde un buen servicio. Además queremos pagarle bien, pero si el mercado está funcionando con determinados  precios y condiciones no nos podemos alejar. También sabemos que los precios que ofrecemos están bastante acorde a la situación, son más razonables, no por lo que declaran públicamente, sino por lo que dicen privadamente. Pensamos que esto se va ir solucionando.

SEÑOR PRESIDENTE.- Agradecemos la presencia de los representantes del Banco de Seguros. Tenemos pendiente recibir a la Asociación de Aseguradoras Privadas para tener un panorama completo de la situación. Quedamos a la orden para colaborar en la búsqueda de soluciones para este tema.

 Se levanta la sesión.

(Son las 15:56).

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Montevideo, Uruguay. Poder Legislativo.