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SEÑOR PRESIDENTE.- Habiendo número, está abierta la sesión.

(Son las 15:09).

                –Dese cuenta de los asuntos entrados.

(Se da de los siguientes).

                «Solicitud de audiencia del Centro de Talleres Mecánicos de Automotores a fin de explicar la situación que atraviesan más de 170 empresas reparadoras de siniestros automotores y los motivos que desencadenaron la grave situación del sector, poniendo en riesgo más de 6.000 puestos de trabajo y la permanencia de más de 350 micro y pequeñas empresas.

- Oficio de la Junta Departamental de Paysandú relativo a las palabras pronunciadas por el señor edil Roberto Ciré, respecto de los trabajadores tercerizados de la planta de pórtland de Paysandú.

- Versión taquigráfica remitida por la Junta Departamental de Durazno de las palabras pronunciadas por el señor edil Oscar Rodríguez, referentes a la creación de un nuevo parámetro jubilatorio.

- Invitación a la actividad “Diálogo tripartito sobre el futuro del trabajo”, en el marco de la “Iniciativa sobre el futuro del trabajo”, promovida por la Organización Internacional del Trabajo y de la “Cultura del trabajo para el desarrollo”, impulsada por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y adoptada por el Gobierno nacional.»

 

 (Ingresa a sala la delegación del Centro de Talleres Mecánicos de Automóviles).

 

                –La Comisión de Asuntos Laborales y Seguridad Social recibe y da la bienvenida a los representantes del Centro de Talleres Mecánicos de Automóviles, señores Carlos Satragno, Darío Zucchino y Dayana Galaniena.

SEÑOR SATRAGNO.- Muy buenas tardes a los señores senadores. Desde hace muchos años integro el centro como directivo y a partir del año pasado cumplo la función de presidente.

                La inquietud de visitar esta comisión se debe a que desde hace un año y medio enfrentamos un problema de costos, vinculado con las liquidaciones que presentan las compañías de seguros. En concreto, estas empresas argumentan que, si bien reconocen que los costos nuestros en lo que a las reparaciones refiere son reales, no pueden enfrentarlos, porque hay otras empresas que lo hacen por menos plata y no pueden competir.

                Esta es la versión más argumentada del Banco de Seguros del Estado y en realidad es así. Sabemos que las otras empresas trabajan en un mercado distinto porque son compradores de repuestos y buscan precios en plaza para abaratar costos, pero cuando se presenta la reparación nos pagan menos por hora. Además, muchísimas veces las horas de reparación no concuerdan con nuestro presupuesto. En base a esto les hicimos ver que se abría una brecha que no correspondía con respecto a nuestros costos e íbamos a tener un grave problema. Esto es algo que ya preveíamos desde el año pasado.

                Cuando explotó el tema, el Banco de Seguros nos dio un aumento de un 7 % u 8 % como para compensar la cosa, pero nuevamente quedó por encima de las empresas privadas. En base a estudios del banco, esto le hace perder la posibilidad de captar clientes en el mercado de automóviles. Las otras empresas encuentran un nicho más importante y si bien el banco tiene más del 50 % del mercado, la institución nota que está perdiendo competitividad. De todas formas, les hicimos ver que el precio del repuesto es una parte de la reparación y la mano de obra es otra.

                A partir del año pasado y luego de un problema interno, el banco tuvo que tercerizar la parte de las tasaciones. Es indudable que cuando se fijan esos límites, a fin de hacer buena letra, la empresa que entra achica todo lo que puede de todos lados para que se vea la diferencia. Eso nos costó una adecuación, pero cuando uno se acomoda ve que nuevamente siguen las carencias y cada vez es peor. A fin de año renunciamos a un convenio que teníamos con el Banco de Seguros del Estado porque eso implicaba que no podríamos tomar las medidas correspondientes que, en realidad, debían ser contra todas las empresas aseguradoras. Eso nos complicó bastante porque el Banco de Seguros del Estado dijo: «Bueno, nosotros nos vamos a tomar dos meses, seguimos todo como está, el convenio funciona como si existiera, seguimos haciendo las reparaciones de hasta $ 50.000 más IVA sin tasador». A eso apuntaba el banco para poner paños fríos.

Hoy por hoy, resulta que en una reparación de $ 50.000 de repente hay $ 35.000 de repuestos, el taller tiene que ir a comprarlos, poner su dinero, hacer la reparación y después lo cobra, por supuesto. Le planteamos al banco cambiar un poco el sistema: que la reparación fuera de hasta $ 50.000 sin repuestos, pero dijo que no. De todas formas, el costo siniestral del banco bajó por equis motivos, pero tenemos muy claro que también bajó nuestra rentabilidad.

Entonces, las empresas privadas han aprovechado nichos pequeños y todo tiende a algo informal: hay empresas chicas que tercerizan y les reparan para ellas. Hasta ahora, el Banco de Seguros del Estado hace ese control muy bien, cosa de que ningún taller pueda hacer reparaciones si está fuera de lo legal. Integramos unas listas que están muy actualizadas, cobramos por una cuenta de proveedores, ellos reciben el certificado de DGI antes que nosotros y se nos retiene el 90 % del IVA en el momento del pago.

Quiere decir que está todo muy bien hecho. Pero, ¿qué pasa? Se ha dado que seguimos perdiendo, ya no rentabilidad, sino la capacidad de realizar los trabajos porque hay talleres que si precisaban cinco empleados tratan de quedarse con cuatro. Entonces, eso nos empezó a preocupar porque la mano de obra del taller es bastante calificada y resulta difícil reponer una persona.

                Otra de las cosas que vimos con el UNTMRA –incluso, hoy tuvimos una reunión– es que se va degradando la calidad. La persona que es oficial             –chapista, pintor o mecánico– en un taller, cuando pierde el trabajo está dos o tres meses rodando y cuando lo consigue nuevamente ya no ingresa como oficial sino como medio oficial. La empresa que lo toma no es que especule con eso, pero normalmente tiene que adecuar de vuelta toda su plantilla. Nos tiene bastante preocupados que los costos estén prácticamente en lo que nos pagan y sabemos qué sucede con una empresa que no tiene ganancia, que no repone una herramienta. Vimos todas esas realidades que, muchas veces, uno pone en la balanza.

                Entonces, en la última asamblea de este año resolvimos fijar nuestros precios. Cada taller tiene sus costos, le carga un porcentaje, que puede ser un 20 %, un 25 % o un 30 %. Eso nos dio que estábamos en un promedio bastante parecido –si bien hay más bajos–: de más o menos $ 1050 la hora. Ahora, el Banco de Seguros del Estado nos ofrece $ 740 la hora. Nos pareció algo que está lejos y en una carta le planteamos que tenemos que sentarnos a conversar para que más o menos empecemos a ver una recuperación de eso que ya prácticamente no es nada. Dimos como plazo el 17 y después de esa fecha tendremos que cobrar al asegurado –el que va a pedirnos la reparación– la diferencia entre lo que pague la compañía de seguros y el presupuesto del taller. Es bastante incómodo, porque tendrá que ser todo muy claro, muy a la vista. Nos reunimos con los corredores de seguros y ya nos dijeron: «Esto es una trancada para nosotros». Indudablemente, cuando el asegurado pague en el taller esa diferencia va a querer recuperarla en la empresa por el contrato que tiene. Se nos plantea un problema que no queríamos tener. Por otro  lado, varios talleres nos han manifestado que si tuvieran el dinero para pagar los despidos cerraban hoy. Como asociación, al Centro de Talleres Mecánicos de Automóviles esto nos preocupa bastante. Por lo tanto, la idea es que en los próximos días tengamos un acercamiento para iniciar una recuperación de ese costo.

Pienso que el Banco de Seguros el Estado es un poco el buque insignia en materia de formalidad y en otras herramientas que son necesarias para que una sociedad funcione. Por esa razón, tendría que ser el promotor de  una solución. No pretendemos cobrar esa diferencia al otro día, sino que paulatinamente vayamos recuperando parte de ella.  En esos términos se planteó el conflicto y nos molesta bastante que el dueño del auto termine siendo el rehén. Cuando una persona lleva su auto a reparar porque se le rompió le damos un presupuesto y siempre llegamos a un acuerdo, pero este caso es muy distinto porque hay un tercero que ahora dificulta el funcionamiento legal del procedimiento, que para nosotros es fundamental. En una sociedad todo debe ser transparente y legal porque lo informal sabemos que aparece muy rápido y luego de instalado es muy difícil sacarlo. En el interior hay talleres que no hacen las reparaciones de empresas privadas y el corredor de seguros le dice a la persona: «Vaya a aquel tallercito  que se lo hace por esta plata». Los colegas del interior nos dicen que les duele mucho perder el trabajo, pero les duele más que se desdibuje de esa forma y, al final, tengan que empezar a hacer lo mismo para subsistir.  Esto es un poco lo que sucede a grandes rasgos, también hay pormenores.

SEÑOR ZUCCHINO.- Siempre hemos sido tomadores de precio. Desde 2010 o 2011, luego de instalados los Consejos de Salarios –que están bien instaurados porque los salarios y los aportes a la previsión social se han valorizado y aggiornado acorde a las categorías– las actualizaciones por IPC deberían ser automáticas en base a una paramétrica. Esto no pasa; cada vez son menores y tardías. Por eso es que se va abriendo la brecha y ahora se planteó algo que parece ilógico. Es común que por el mantenimiento de un vehículo al particular se le cobre  $ 1.200 por hora. ¿Por qué se llega a esa cifra?  Porque en la parte mecánica hay un precio de mercado. Si se me ocurre cobrar  $ 2.000 la hora, probablemente sea porque trabajo con algún cliente muy exclusivo pero el promedio del mantenimiento, mecánica y trabajos de chapa y pintura es de $ 1.200 la hora.  A veces con eso solventamos la pérdida de la parte de reparaciones de siniestros. Hace muchos años los talleres se dedicaban a la reparación de autos particulares, con la chapa picada, y eso se ha dejado de realizar; ahora la industria nuestra se especializó en reparaciones de vehículos chocados.                             

Así fue como se abrió esa brecha enorme que nos colocó en una encrucijada. Desde la Audea, que no nos desconoce como centro, se nos planteó –como lo hizo ante el Ministerio de Industria, Energía y Minería– que en el mercado no había problema alguno, que conseguían los trabajos por $ 500 o $ 600; sin embargo, nosotros necesitábamos $ 1.200. A propósito de ello, en el ministerio dijeron que si lo están haciendo por esa plata, evidentemente hay algo que están dejando en el medio sin hacer. Pensamos que ello no tiene que ver con el trabajo porque este debe ser terminado y bien; en realidad, lo que se está dejando a un lado es la parte formal de los aportes, que es la carga más grande.

                Aclaro que a las compañías de seguros solamente les vendemos mano de obra y, a un particular, también el repuesto, en el que incluimos una utilidad.

                Supongo que la preocupación pasa por la fuente de trabajo, aunque es probable que no haya despidos masivos porque no tenemos tanta cantidad de empleados como puede tener una constructora, cuyo cierre provocaría que quedaran 1.500 personas sin trabajo. Nosotros agrupamos 6.000 puestos de trabajo directos pero al degradarse se irá transformando en algo que, hace tiempo, era bastante informal y se fue formalizando con el Banco de Seguros del Estado.

                Reitero el pedido que hicimos ayer ante otra comisión a la que tuvimos que asistir: queremos sentarnos alrededor de una mesa y mantener un diálogo de serios y no de sordos en el que propongo algo, lo entiendo, pero como estoy en competencia, no puedo.

                Hoy en día el Banco de Seguros del Estado tercerizó la parte de peritaciones con cuatro empresas privadas –que compiten entre sí–, ya sea por un problema interno de la institución, con los tasadores, etcétera.

                A través del Centro de Talleres Mecánicos de Automóviles se mandó una declaración del precio por hora que se pasará a cobrar a partir del 17 de abril. De ahí, pues, los treinta días que se establecieron para una negociación. Hasta el momento nadie llamó; evidentemente, estarán esperando ver si tomamos o no la medida. Dada la situación en la que estamos, la medida la vamos a tomar, aunque lo ideal hubiera sido tener una instancia de diálogo concreto.

                Con respecto a ese 50 % que tenemos de diferencia creemos que, si no se explica bien, podría llevar a pensar que las pólizas van a subir en ese porcentaje; sin embargo, de acuerdo con los estudios que hemos realizado, ello no incide más de un 7 % en el precio de las pólizas. Hay que entender que se pagará más por los autos que están siniestrados. Conviene aclarar que el parque automotor se multiplicó por tres, o sea que las compañías también facturan más. Los talleres tenemos trabajo lo cual, por un lado, es muy bueno porque antes había problemas en este sentido. Hoy en día, con los talleres llenos es difícil hacer entender que no se obtiene la rentabilidad necesaria para poder mantenerlos.

SEÑORA GALANIENA.- Quería agregar que en todos los años que llevo trabajando en los talleres –tengo dos– cada vez hemos ido reduciendo más el personal y cada vez trabajamos más nosotros ya sea yendo a buscar repuestos o haciendo la limpieza. Son tantos los años que trabajamos en este gremio, que creo que todos los talleres a esta altura podríamos tener más empleados, pero no los tenemos porque no podemos y multiplicamos nuestro trabajo; hacemos 14 horas por día para poder mantener nuestra fuente laboral. En mi caso, al igual que en la gran mayoría de los talleres, somos Pymes o microempresas, no hay grandes empresas. Esto es muy preocupante porque las Pymes hoy son una salida laboral para 6.000 puestos de trabajo que incluye a los dueños porque somos gente que trabaja directamente, mano de obra directa del taller en la producción.

Esto hay que cuidarlo y no tenemos respaldo porque ninguna de las compañías donde hemos ido a golpear las puertas nos ha dado una solución. Fuimos a los Ministerios de Trabajo y Seguridad Social y de Industria, Energía y Minería y es muy difícil buscar una solución. Además, la Audea no nos reconoce como centro de talleres. En la situación en la que estamos hoy –que no es la misma que la de la semana pasada– el Banco de Seguros tampoco nos reconoce como gremio porque envió una invitación a los talleres –me incluyo y todos los colegas también– para ser proveedores de ellos con un contrato bastante leonino. Obviamente que hay colegas que se ven en la necesidad de firmar, pero no son la mayoría; estoy hablando por casi 200 talleres, que representa el 90 % del trabajo, establecidos legalmente y que trabajamos todos los días en forma honrada. La semana pasada teníamos un convenio con el Centro de Talleres y este nos representaba a través de  su gremio en el convenio con el banco, pero hoy día el Banco de Seguros quiere hacerlo en forma unilateral, quizá para debilitar nuestra posición. Acudimos a todas las autoridades que pudimos porque son todas Pymes; el taller más grande cuenta con 45 empleados.

SEÑOR SATRAGNO.-  Agradecemos en nombre del Centro de Talleres esta atención. Estamos a las órdenes para responder cualquier pregunta que quieran formular. Nosotros estamos muy abiertos al diálogo porque, en definitiva, no nos creemos dueños de la verdad, pero sí tenemos una realidad que la podemos cotejar porque no tenemos diferencia en los presupuestos sino en los números. Indudablemente, al manejar la realidad de la empresa está todo arriba de la mesa.

                Agradezco a los senadores por el tiempo dispensado y estamos a las órdenes para llevar adelante la mejor de las negociaciones. ¡Ojalá todo sea para bien!

SEÑOR CASTEIGDEBAT.- ¿Qué porcentaje tiene el Banco de Seguros en el mercado?

SEÑOR SATRAGNO.- El Banco de Seguros tiene el 54 % o 55 % de las pólizas de automóviles. Ocurre que algunas aseguradoras presentan una oferta excepcional bajando pólizas para captar clientes, pero el banco no baja porque tiene sus políticas. En el caso del tres por dos, le da una seguridad de tener cautivo a ese cliente por tres años. Nosotros desconocemos la dinámica económica del banco; lo que sí sabemos es que el precio de las reparaciones no es problema para una aseguradora, pero el precio de los repuestos sí porque no lo pueden fijar y en el mostrador hay que pagar lo que en realidad no vale.

                Otra de las políticas es que quizá el Banco de Seguros tenga el problema de que ahora está pagando los costos de la tercerización que hizo en cuanto a las tasaciones. No sabemos a cuánto asciende, pero sabemos que es mucho. Indudablemente, cuando ponen eso en el balance tienen que decir que los números no les dan. Nos queda claro que en negociaciones anteriores cuando la hora estuvo en el entorno de los $ 1.000 nunca dijeron que estaba mal. Inclusive, por conversaciones que se filtran sabemos que ellos piensan que a lo mejor está bien que se paguen $ 2.000 por la hora de trabajo, pero dicen que tienen que atenerse a la competencia. Para poder competir ellos tiene que pagar eso. Nosotros le habíamos ofrecido reparar las piezas de los vehículos que no fueran vitales para que no se pagaran $ 20.000 por una puerta. En realidad, esa puerta se podría reparar con mucho menos y quedaría perfecta. Si bien el trabajo lleva la mano de obra de un oficial y de un chapista, se repara y queda bien. El Banco de Seguros tiene la política de que cuando el coche tiene menos de cinco años paga el repuesto original y eso es carísimo. Por ejemplo, no podemos entender que una puerta lateral de un Hyundai H1      –que hay muchísimas en el Estado– valga $ 100.000. A veces pensamos que lo nuestro es una gota en el océano, porque un repuesto de esos para una reparación chica como, por ejemplo, un paragolpe no puede costar $ 20.000. Una semióptica cuesta USD 1.500. La tecnología aumentó muchísimo los costos.

                Reitero que estamos a las órdenes para cualquier consulta.

SEÑOR CAMY.- En primer lugar, agradezco la presencia de nuestros invitados.    Supongo que la comisión solo va a realizar preguntas y que después se definirá cuál va a ser el régimen de trabajo que sin duda va a requerir la comparecencia de algunas de las partes que fueron aludidas.

                Quiero hacer dos preguntas concretas. Cuando se dice que la agremiación nuclea a ciento setenta empresas que forman parte de la agremiación –y los correspondientes puntos de trabajo que mencionan en la nota que nos enviaron– ¿eso pasa solo en Montevideo o esos números reflejan lo que pasa en todo el país?

Cuando dieron su parecer ante el Ministerio de Economía y Finanzas, el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y el Ministerio de Industria, Energía y Minería, ¿tuvieron alguna respuesta concreta? En el caso del ministerio de trabajo quiero saber si hubo alguna consideración sobre lo que ustedes llaman el «desconocimiento» por parte del Banco de Seguros sobre el núcleo organizado que representan.

SEÑOR SATRAGNO.- Nosotros nucleamos a cuatrocientos sesenta talleres en todo el Uruguay. Debido a problemas normativos, no pudimos federarnos con los talleres de todo el país, aunque esa era nuestra intención. Tenemos socios del interior a los que les devolvemos la cuota para que no se debilite esa asociación. Es algo estratégico, le pedimos al Banco de Seguros que el precio de la hora de reparación no sea diferente en Montevideo, sino igual al interior. Entonces, la única forma que encontramos fue que esos talleres formaran parte del CTMA, que es nuestra sigla. En Montevideo hay 174 talleres que fijamos el precio –hay otro tanto que funciona en la parte de reparación de  mecánica o son talleres chicos que el banco llama «talleres de calle»–, por lo que constituimos casi el 90 % del mercado reparador.

                Con respecto a la otra pregunta, vale decir que el Ministerio de Industria, Energía y Minería fue el que más se preocupó por este tema y está prácticamente concretada una reunión con el director nacional de trabajo. También nos reunimos con el ministro Munro, a quien le pareció algo disparatado tomar ese precio, pero en realidad le hicimos ver que somos tomadores de precio por una circunstancia que se viene dando desde hace muchos años, por eso hace un mes fijamos nuestro precio.

                Hoy a la mañana tuvimos una reunión con la cúpula de la UNTMRA porque hay un runrún en el sentido de que estas medidas pueden llevar a los talleres a reducir su personal, enviando gente al seguro de paro o a eliminar puestos de trabajo. El sindicato está preocupado porque no quiere que nos pase eso y como en realidad tenemos muy buena relación en los consejos de salarios nos propusieron hacer una acción en conjunto. Los problemas de los talleres –a pesar de que hay una cláusula de paz– son muy aislados y particulares. Nos plantearon volver al Ministerio de Industria porque integramos la Cámara de Industria y desde ahí empezar de nuevo la ronda para explicar y buscar puntos de encuentro entre los integrantes del Poder Ejecutivo y la empresa. Todos tendemos a pensar que el Banco de Seguros va a ser el buque insignia y atrás se tendrán que alinear los otros, porque ya pasó una vez, quedan en total desventaja y se les complica muchísimo, pierden mercado muy fácilmente.

SEÑOR ZUCCHINO.- El ministro Munro se agarraba la cabeza porque no podía entender que el precio no se ajustara automáticamente y con la paramétrica del IPC. Estuvimos reunidos una hora y media y decía: «No sé cómo ayudarlos. No puedo obligar a una empresa privada, salvo que haya un problema de empleo grave o notorio. No sé de qué forma los puedo ayudar. Déjenme pensar para ver qué se me ocurre».

En el medio hay muchas cosas que van opacando el tema; si bien para nosotros es lo más importante, entendemos que hay otras cuestiones más grandes que hacen que quede en espera. Esta es la realidad.

SEÑOR PRESIDENTE-  Agradecemos a la delegación su comparecencia. Vamos a seguir discutiendo el tema en comisión.

SEÑOR SATRAGNO.-  Muchas gracias a los señores senadores.

 

(Se retiran de sala representantes del Centro de Talleres Mecánicos de Automóviles).

 

SEÑORA TOURNÉ.- Este tema, colegas, se abordó en el día de ayer en la Comisión de Industria, Energía, Comercio, Turismo y Servicios. El planteo es atendible y con el presidente pensábamos que, tal vez coordinando acciones entre esa comisión y la nuestra, podríamos iniciar un diálogo, por lo menos con las autoridades del Banco de Seguros del Estado a nivel de la presidencia de su directorio. Me parece que eso nos daría la otra parte de la película, porque la situación planteada es compleja pero también lo es la del banco.

 Entonces, propondría que el señor presidente coordinara, a su vez, con el presidente de aquella comisión para que pudiéramos desarrollar, así, alguna entrevista coordinada.

SEÑOR CAMY.- Quiero decir algo en la misma línea que lo expresado por la señora senadora Tourné.

En realidad, no sé en qué estriba que temas de esta naturaleza se deriven, como en este caso, concomitantemente a dos comisiones. Por lo menos en este caso, y a juzgar por esta nota –salvo que haya sido de otro tenor la que fue a la Comisión de Industria, Energía, Comercio, Turismo y Servicios–, lo que están advirtiendo es de la posibilidad de que se desenlace un conflicto que pueda traer aparejadas pérdidas de puestos de trabajo, por lo cual parece ser lógico que vengan a nuestra comisión.

                Estoy de acuerdo en juntarnos los integrantes de las dos comisiones. Íbamos a sugerir la convocatoria de las autoridades del Banco de Seguros del Estado y también de las empresas aseguradoras, porque el porcentaje del mercado del que se habló es de 54 %. Eso quiere decir que medio mercado está atendido por las empresas restantes y uno también puede tener derecho a pensar que estas van «prendidas» –entre comillas– del Banco de Seguros del Estado que, en los hechos, regula el mercado.

                Así que nos parece interesante contar también con la otra opinión y conocer la postura de la otra parte en juego en esta situación.

                Esa era la sugerencia que, si se tiene a bien, queríamos hacer desde el Partido Nacional.

SEÑOR CARÁMBULA.- Sin perjuicio de seguir esos pasos en función, en parte, de la premura al acercarse la semana de turismo, de repente podríamos facultar al presidente para que empiece alguna gestión. Conozco a las autoridades del Banco de Seguros y, sobre todo, a su presidente, que es muy abierto, por lo que podríamos empezar por ahí, sin perjuicio de lo que ha dicho el señor senador Camy en el sentido de convocarlos a la comisión. Hablo de adelantar camino, sobre todo, por la premura de lo que han planteado nuestros visitantes.

Al mismo tiempo, me parece que habría que chequear lo que se puede estar gestionando desde el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, es decir, qué podemos hacer a los efectos de tener toda la información para que después de la semana de turismo hayamos podido ganar tiempo en esas gestiones.

SEÑOR PRESIDENTE.- Tomando en cuenta lo planteado por los señores senadores sugiero lo siguiente: haría contactos con las autoridades del Banco de Seguros del Estado para ver el estado de situación de este tema dentro de esa institución. También lo haría con el Ministerio de Industria, Energía y Minería, que me parece que es el competente en la materia, más allá de conversar también con los representantes del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.

Entonces, apuntaríamos a citar, para la próxima sesión de la comisión, a las autoridades del Banco de Seguros y de las aseguradoras privadas, en función del planteo del señor senador Camy, coordinando con la Comisión de Industria, Energía, Comercio, Turismo y Servicios del Senado.

                No habiendo más temas a tratar, se levanta la sesión.

(Son las 15:59).

 

 

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Montevideo, Uruguay. Poder Legislativo.