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SEÑOR PRESIDENTE.- Habiendo número, está abierta la sesión.

(Son las 13:07).

               –La Comisión de Ganadería, Agricultura y Pesca del Senado tiene el gusto de recibir a los representantes de la Asociación Nacional de Productores de Leche, de la Sociedad de Productores de Leche de Florida y de Lecheros de Rodríguez. Nos visitan hoy el señor Rodolfo Braga, el ingeniero agrónomo Walter Frisch, los señores Néstor Cabrera, Gerardo Perera, Javier Zampedri, Horacio Rodríguez y Oscar Peraza.

               La Comisión ya ha recibido delegaciones para analizar el tema de la lechería –a casi todas las  que nos visitan hoy– y también se han mantenido reuniones sobre el punto en el Instituto Nacional de la Leche para entender y dar una mano en la difícil situación estructural y coyuntural que tiene el sector en este momento.

SEÑOR BRAGA.-  Represento a la Asociación Nacional de Productores de Leche y, en primer lugar, agradezco que nos hayan recibido. Quiero aclarar que también nos acompaña Sergio Filgueira, presidente de la Intergremial de Productores de Leche, a quien no se incluyó en la lista porque no se sabía si llegaría o no.

               Nuevamente nos convoca la realidad del sector. La última vez que vinimos teníamos una situación bastante difícil, por todos conocida, que no ha cambiado sino más bien todo lo contrario, se ha agudizado. Al inicio del año otros acontecimientos justificaron la atención  y la prioridad del Parlamento, como lo fueron las lluvias y las inundaciones en el mes de abril y luego el problema de Dolores. Si bien el tema lechero salió del centro de atención de la actividad política, creímos que debíamos ceder ese espacio por esos hechos que relaté. Hoy nuevamente nos encontramos con una situación que no ha cambiado, repito, sino que se ha complicado más.

               Por lo tanto, era nuestro deseo venir a plantear aquí algunas inquietudes. En aquel momento se comentó por parte de la asociación que se estaba haciendo un trabajo y en este momento el compañero está repartiendo el informe a cada uno de los señores senadores. Allí están parte de los argumentos de lo que queremos expresar hoy. El sector lechero está bastante diezmado por esta situación y los precios internacionales de los lácteos no han cambiado. A su vez, este año el clima está un poco peor que el año pasado. El invierno pasado fue seco y generó mucho endeudamiento para alimentar al ganado, pero por suerte se pudo alimentar correctamente y pudo pasarse relativamente bien. Sin embargo, este año nos encuentra diezmados en la reserva, en las pasturas y en el bolsillo.

               En aquel momento la solución fue el Fondo de Financiamiento y Desarrollo Sustentable de la Actividad Lechera III (FFAL III), que atenuó bastante la situación, pero solo lo que refería a las cuentas del año 2015. En 2016 no ha cambiado nada, va transcurriendo y, en realidad, estamos más preocupados porque todos visualizamos que la situación es bastante más difícil. Hay algunas pruebas, hechos que se están dando, que así lo indican. De hecho, la remisión a planta está un 12 o 13 % por debajo del nivel del año pasado. Estamos hablando de un millón menos de litros diarios, lo que significa mucha leche. A su vez, el embarque a frigorífico está siendo muy fuerte. En el material que les entregamos hay una gráfica que muestra la tendencia en aumento que se da continuamente, y si la actualizáramos al día de hoy, estoy seguro de que se agrava más todavía.

               Por nuestra parte, en la asociación, luego de haberse en puesto en práctica el FFAL, pensamos que teníamos que seguir trabajando con los costos internos –ni qué hablar de porteras hacia adentro–, pero también tratando de poner alguna herramienta hacia afuera, en la medida en que pudiera ser estudiada por el gobierno, y ver qué ayuda podíamos tener para aliviar la carga. En ese sentido se planteó el trabajo que luego se llevó al Inale, y en el que también participó la intergremial. Sorprendentemente, nos ha llamado la atención la demora en la concreción o en la respuesta, sobre todo cuando se trata de medidas que favorecen principalmente al pequeño productor.

               Somos conscientes de que el problema es de precios y que el clima afecta muchísimo, pero se trata de un sector donde participa mucha gente y la realidad nos indica que se han perdido muchos productores. Según el informe que tenemos del Inale, en 2015 no ha sido demasiado el impacto; se han perdido setenta productores, pero no tengo dudas de que, con la realidad que estamos viviendo hoy, van a perderse muchos más.

               Pero lo que más preocupa –y seguramente después los compañeros hablarán de esto en detalle– es que esta situación podría continuar y necesitaríamos alguna señal por parte del Poder Ejecutivo; nosotros no podemos tocar los precios y los costos se han reducido al mínimo. Hemos realizado algunos planteamientos, pero todavía no hemos tenido respuesta. Sabemos que se está trabajando en el asunto, pero los tiempos apremian.

               Reitero: estamos muy preocupados porque cuando la situación cambie   –tenemos la convicción de que eso va a suceder porque en ningún país del mundo estos precios son sustentables–, va a haber muchos productores que, sin duda, van a tomar la decisión de dormir más tranquilos, pagar la deuda y liquidar el tambo cuando los valores se recompongan, pero este no es el momento, aunque hay muchos productores que ya se están endeudando fuertemente. En el informe que les entregamos también tienen una gráfica que señala el porcentaje de endeudamiento. Por suerte, todavía la morosidad es muy baja, como ha sido tradicional en el sector lechero. De todos modos, inquieta la pérdida que se pueda generar este año o el próximo cuando se recompongan los valores, pues hay mucha gente que se va a desvincular del sector.

               Creemos que entre todos debemos buscar algún mecanismo para solucionar el tema. Hay muchos productores que están con un endeudamiento personal importante y no están dispuestos a seguir endeudándose. Realmente ven como muy difícil continuar trabajando cuando deben ir a pedir plata al banco para pagar los sueldos de la gente o para pagar la luz o, incluso, vender, ya no la recría, sino la vaca que se tiene para producir.

               Existen muchos factores que nos están preocupando en gran medida, razón por la cual, sentimos la necesidad de plantear estos temas a los señores senadores para que, entre todos, podamos encontrar las alternativas o las soluciones que permitan mejorar las condiciones de trabajo.

               Si la comisión lo autoriza, le pediría al señor Frisch que realice alguna apreciación más puntual sobre la información que consta en el informe, sin perjuicio de los conceptos que luego puedan aportar el resto de los compañeros.

SEÑOR FRISCH.- Pertenezco a la Asociación Nacional de Productores de Leche.

               Ante todo, agradecemos que nos hayan recibido.

               Esta reunión fue solicitada hace dos o tres semanas, tras la cual contamos con la visita del señor ministro en nuestra sede de la Asociación, quien no tuvo respuestas a estos temas que fueron planteados por el Inale a fines del año pasado. Ya transcurrieron siete meses y queremos trasmitir nuestra molestia sobre la falta de respuestas; incluso, llegamos a ofrecer una nueva medida financiera.

               Con todo respeto, quiero hacer una corrección a mi exprofesor, señor senador Agazzi, en el sentido de que comparto que tengamos un problema coyuntural pero no un problema estructural. Digo esto, porque el Uruguay es altamente eficiente y debemos sentirnos orgullosos porque es uno de los países que produce a menor costo el litro de leche, además de ser el mayor exportador de productos lácteos de América Latina. Creo que ello habla a las buenas del buen estándar que tenemos pero, también, de la mala coyuntura en la que estamos. Hemos pasado la mala burbuja de los USD 5.000 en donde hubo una dislocación de todo lo que fue el mercado –se inflaron muchos precios y costos– y ahora estamos sufriendo parte de las consecuencias, llámese costos, arrendamientos, etcétera. De todas maneras, pienso que supimos aprovecharlo.

               El Uruguay ha sido nuevamente mencionado como un país ejemplo porque, en los últimos tres o cuatro años, aumentó un 20 % su producción de leche.

               A continuación, me referiré a los puntos que fueron presentados al Inale. Se trató de tomar el universo de productores que ronda los cuatro mil  –quizá haya un mal registro porque a nivel de los queseros este no existe– o un poco más, tratando de ser lo más general posible –más allá de estar en una cooperativa o en una gremial– y convocando a todos los productores, tanto chicos como grandes; obviamente la gran característica del Uruguay son los pequeños y medianos productores.

               Asimismo, tratamos de lanzar medidas de corto y mediano plazo. Como bien dijo el señor Braga, es claro que no vamos a cambiar la realidad; si bien tenemos un problema de precios, no queremos tener consecuencias de largo plazo en nuestro plafón de producción de leche. No es necesario tener demasiada memoria para recordar que el año pasado cerraron dos plantas industriales y que más de seiscientas personas –trabajadores del sector industrial– fueron enviadas al seguro de desempleo, cuya extensión representa un costo que asumimos todos, porque es parte del costo que tenemos a nivel de la sociedad. Como dirigentes gremiales responsables podemos permitirnos una baja en la producción de leche –coyuntura con la cual podemos pelear–, pero no así la pérdida de ningún productor. Más allá del problema de la edad    –obviamente tenemos un promedio elevado, característica del rubro agropecuario–, no estamos en condiciones de perder ningún productor más debido a un bajo, o nulo, margen de producción. Los datos oficiales del Inale demuestran que estamos con un costo de producción de leche que ronda los 27 o 28 centavos. Y, a su vez, la mayoría de los productores están recibiendo  26 centavos para abajo. Hoy en día el mayor precio es el que paga Conaprole, como también alguna otra planta, pero de ese valor para abajo. Hace cuatro meses había personas que recibían $ 4 o $ 3,90, dejando consecuencias nefastas para nosotros.

Abro un paréntesis en este momento. Los productores y el Estado uruguayo están gastando dinero en un proyecto de investigación para el mayor desarrollo de la cuenca lechera –que es un FPTA–, originado en nuestra sede y, además, acompañado por el INIA. Allí se está investigando o tratando de encontrar la respuesta de por qué no se desarrollan mayores cuencas en todo lo que se llama la extracuenca. Me estoy refiriendo al litoral norte, al este y al noreste. Por suerte allí tenemos socios y, por ejemplo, en Artigas creo que habíamos conquistado seis. Como dije, ahí se está haciendo un gasto, una inversión y creo que la respuesta a esto es bastante lógica. Tenemos un costo alto, y hay productores en el norte que están siendo rehenes de una pequeña cuenca. Por ejemplo, una empresa se vendió a otra compañía y, obviamente, la tranca que teníamos en cuanto a la comercialización de productos lácteos hizo que los productores quedaran de rehenes porque no tenían otras plantas para remitir. Hoy en día tenemos un bajísimo volumen de leche en el norte. Además, se están deshaciendo cuencas lecheras y lo mismo sucede en el este del país. Entonces, más que perder leche, estamos pensando en el capital humano que estamos perdiendo y que no queremos que pase. 

               Todos ustedes tienen una copia de los puntos –aproximadamente eran diez–, pero reitero, no hay ninguna respuesta. Sí hay una respuesta sobre la devolución impositiva. Lo que más pedimos no son subsidios o subvenciones, sino que haya una renuncia fiscal. ¿Por qué? Porque demostramos que esto es una inversión. El sector lechero es el que más vuelca; de $ 1 que se produce se vuelca seis veces sobre el resto de la economía. Acá hay una participación del representante nacional José Andrés Arocena. Me voy a referir a los puntos 2 y 2.5 que tienen que ver con la devolución del IVA del gasoil hacia los pequeños productores, o sea, los que tributan por Imeba. No soy técnico en la materia, por lo que voy a repetir lo que nuestros asesores contables nos comunicaron. Estoy refiriéndome, reitero, a la devolución del IVA a los pequeños productores; se trata del Decreto n.º 62/003 que, de acuerdo a lo que nos contestaron, está vigente. Repito que la contestación proviene de los diputados Gerardo Amarilla y José Andrés Arocena, y está firmada por el Ministro de Economía y Finanzas. Por tanto, ante la consulta sobre la devolución del IVA del gasoil para los pequeños productores nos dicen que es del  1,1% de los ingresos a los productores por el Decreto n.º 62/003. En consecuencia, se limita al 1,1% de los ingresos y se establece a los contribuyentes que corresponde dicho crédito pago a los impuestos de DGI y BPS. Aquí figuran en forma muy explícita los montos de IRAE e Imeba. Establece que en el año 2015, el 62 % de los que contribuían al IRAE obtuvieron devolución del IVA sobre el insumo gasoil y demás; y en el caso del Imeba, el 0,4 %. El contador Martín Studer, de la Asesoría Tributaria de la Cámara de Representantes, especifica el porcentaje que obtiene ese descuento, pero hay una diferencia relacionada con los productores agropecuarios. Hace una clasificación de los pequeños productores y se refiere especialmente a los granjeros, hortícolas, frutícolas y floristas, que venden sus productos con IVA y sí tienen una devolución del IVA en sus costos, llámese gasoil, etcétera. ¿Qué pasa en el sector agropecuario? Los productores, que en su mayoría tributamos por Imeba, cuando vendemos nuestra leche a las plantas, el IVA se llama «IVA en suspenso»,  porque no se factura; este impuesto va para algunos productos y para otros no. Técnicamente, este decreto reglamentario es limitado hasta ahí.  Entonces, reitero, los productores lecheros no cobramos, no devengamos y no nos dan certificado de crédito para el IVA del gasoil, los fertilizantes y demás cosas. Nuestra intención con esto es tratar de blanquear la microeconomía. Imagínense la siguiente situación: yo rento Imeba; entonces, si viene un camión para trasladarme la ración por supuesto que le tengo que decir que lo haga en negro porque no tengo manera de descontar el IVA. El productor lechero paga el Imeba pero no tiene ningún certificado de crédito, tanto para el BPS como para la DGI.  Quería hacer esta acotación sobre la respuesta que nos mandó el representante nacional José Andrés Arocena.

               En cuanto al trabajo sobre asistencia financiera, el ministro lo vio de muy buena manera.  Hicimos el  cálculo del margen que teóricamente nos estaría faltando y el costo interno que estamos asumiendo y le pedimos al Poder Ejecutivo una tasa de interés acorde a la coyuntura actual, esto es, una tasa de interés baja y  en pesos, debido a que casi todos estamos rentando en pesos.

SEÑOR FILGUEIRA.- Antes de comenzar quiero agradecer a los senadores por habernos recibido y también a los compañeros de la Asociación Nacional de Productores de Leche por invitarnos a participar de esta reunión solicitada por ellos.

               Creo que en el correr de este año esta es la tercera vez que nos reunimos con ustedes y seguramente todos los senadores aquí presentes están en conocimiento de cuál es la realidad del sector. Nosotros, como productores lecheros y como gremiales también tenemos bien clara  cuál es la realidad del país. La de hoy no es la misma situación que la que vivíamos cuando vinimos a conversar en el mes de abril, porque han sucedido una serie de hechos que hacen que vengamos en un mal momento; esperamos que sea lo más breve posible.

               De cualquier manera, no vamos a hacer un diagnóstico de la situación porque los señores senadores tienen en su poder información acerca de la mayoría de los números, pero queremos dejar bien claro –básicamente están representados varios sectores del gobierno y de la oposición– que la lechería necesita inyección de fondos, no hay otra forma de mantener vivo este sector. El complejo lechero –con fábricas grandes y chicas, pequeños productores familiares así como medianos y grandes productores– precisa mantenerse armado tal como está, porque de lo contrario es imposible seguir empujando hacia adelante, como hasta ahora.

               En el foro del Inale que se realizó hace pocos días se demostró claramente –por parte de sus técnicos y de los de la Facultad de Agronomía– que a pesar de que el Uruguay tiene una serie de diferentes sistemas de producción lechera –más eficientes y menos eficientes,  más grandes y más chicos, con más inversión o menos inversión–, con los precios actuales, ninguno puede empatar.

               Hace unos meses dijimos que la pérdida que iba tener el sector en el semestre iba a ser de alrededor de  USD 66:000.000 y hoy están dadas las condiciones para decir que es real, que se perdió ese dinero.

               El endeudamiento más grande que tiene el sector no es con el banco, sino básicamente con los proveedores, que es muy difícil de medir. Hace pocos días, hablamos con un director de Conaprole, quien nos decía que el 50 % de las matrículas están en rojo y los productores cobran menos de $ 50.000 mensuales. Con ese dinero tendrán que vivir y, si les sobra algo, pagar alguna de las deudas que tienen con los proveedores.

               Si el Poder Ejecutivo, sea cual sea la forma, no le da al sector una inyección fuerte de dinero –insisto, sabemos cuál es la situación que vive el país– ya sea como dijo el compañero, dejando de lado el cobro de algunos impuestos en el futuro, el corrimiento de los vencimientos bancarios o brindando posibilidades para que los pequeños productores tengan algún descuento en sus costos –tales como el Imeba, o parte de los insumos como electricidad–, y si no logramos que en el sector aparezcan esos                    USD 60:000.000, va a ser muy difícil que el año próximo se mantenga de pie; esta es la realidad.

               Muchos productores no han desaparecido porque no quieren malvender su capital.  Pero si los productores tienen que seguirse endeudando, donde no cambie la realidad, no van a tener más remedio que vender sus vacas porque los propios proveedores los van a presionar, ya sea no entregándoles más insumos o ejecutándolos directamente.

               Esta es la situación. Tenemos que lograr que desde el Poder Ejecutivo se tome alguna medida –de diferentes formas– para que el sector pueda tener el alivio de no pagar, o recibir algunos créditos especiales para poder bancarse seis meses más para adelante hasta que se empiece a ver el sol.

               Esta es la realidad.

SEÑOR RODRÍGUEZ.-  Antes que nada quiero agradecer que nos hayan recibido.

               Voy a ser lo más breve posible porque los señores Braga y Frisch  han hecho una muy buena exposición sobre el diagnóstico de la lechería –que sin ningún tipo de dudas los señores senadores y nosotros lo sabemos– y el futuro, porque dependemos de un mercado internacional.  No obstante, quiero recalcar algunos puntos. Entiendo que este es un tema netamente político nuestro porque somos representantes de las gremiales y del país. Todos juntos tenemos que intentarlo; tratar de alguna manera de salvar este sector. Lamentablemente, a medida que ha pasado el tiempo nuestra situación se ha ido agravando. En el 2015 los diagnósticos indicaban que en el 2016 el problema se iba a resolver y, por cierto, no ha ocurrido así; por el contrario, los últimos pronósticos de personas que saben más del tema que nosotros hablan de una posible solución para el 2017 o el 2018, lo que a nosotros nos coloca en una situación muy grave. El señor presidente de la república, en una reunión que mantuvimos junto con los ministros de Economía y Finanzas y de Ganadería, Agricultura y Pesca, dijo claramente que estaba totalmente consciente de la situación actual de la lechería. Al respecto, nosotros mencionamos –y él coincidió con esto– que no queríamos repetir lo que había ocurrido con otros rubros, como la forestación, la ganadería ovina o la agricultura, que habían quedado limitados a unos pocos productores. Por nuestra parte, no queremos pasar de más de 3.000 productores a ser un sector integrado por 500 u 800 productores. La preocupación del gobierno, y en particular del presidente de la república, también era esa y al respecto nos dijo que juntos debíamos tratar de encontrar algún mecanismo para salvar este momento y seguir adelante. El señor Ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, en el mismo momento, nos dijo que debíamos tomarnos tiempo, es decir, comprar aire. Lamentablemente el aire que ciertamente necesitamos es dinero; no existe otra posibilidad de conseguir aire sin dinero. La cuenta es muy clara y va más allá de lo que ya se mencionó sobre los costos de producción     –que realmente hay que tratar de resolver– porque desafortunadamente los costos del litro de leche son muy difíciles de reducir. La prueba es que en el foro del Inale algunos técnicos de primera línea dejaron muy claro lo relativo a los costos de producción, que están entre 27, 28 y 30 centavos, y aclaro que estamos hablando de costos para sacar un litro de leche y no para mantener una lechería con reinversión. Estamos diciendo que la leche tendría que estar en más de 30 centavos, cuando hoy se ubica, en el mejor de los casos, en los 25 centavos. Obviamente, hay un desfasaje que resulta muy claro. En este año pasado, en que el productor recibió 25 centavos, si multiplicamos los dos mil millones de litros de leche por el déficit resulta ser el FFAL que los productores tomamos como crédito y que alcanza una suma de USD 80:000.000. Ese monto da exactamente para ponerle al litro de leche $ 1 o $ 1,20, que es lo que hoy los productores estamos necesitando.

               En consecuencia, tanto nosotros como el poder político en su conjunto, debemos tratar por todos los medios de salvar un sector que, lamentablemente, está complicado y lo estará mucho más. Esto lo decimos aquí y no hacia afuera, por ejemplo a través de la prensa, porque sabemos que hay gente que tiene problemas más graves que nosotros y, por supuesto, el gobierno debe enfrentar situaciones mucho más complicadas que la nuestra. Pero en este caso debemos esforzarnos todos, las gremiales, los productores y los políticos, para salvar este sector que está gravemente herido. En este aspecto quiero ser muy sincero, la única solución que veo para este problema es que se destinen entre USD 60:000.000 y USD 80:000.000 para que el litro de leche se ubique en $ 1 o $ 1,50. De esta manera, evitaríamos caer en un endeudamiento rápido que resultaría en muchísimos inconvenientes para el sector. Incluso quiero dejar planteado que en pocos meses –estamos hablando de octubre–  se comenzaría a pagar el FFAL, por lo que la solución que se nos ocurre –aunque nos han dicho que es difícil de lograr porque se requiere una ley– es que intentemos pagar intereses y correr la amortización.

               Creo que este es el trabajo que tenemos pendiente porque a las gremiales se nos están terminando los tiempos, en virtud de que los productores nos están presionando. Hace poco hubo un movimiento, ahora se está gestando otro y también se habló de que se va a realizar un cabildo en San José y otro en Colonia. Por toda esta situación, terminamos pagando las gremiales, porque llevamos 8 o 9 meses de conversaciones y a no ser por un crédito que tomó la lechería, prácticamente no hemos conseguido nada extra. Creo que es responsabilidad nuestra y de todo el sector político. No venimos a llorar ni a pedirles nada, lo que nosotros queremos es sentarnos a discutir cómo podemos salvar al sector.

               Muchas veces escuché al señor senador Mujica hablar –en oportunidad de su concurrencia a las gremiales– sobre el tema y cabe decir que en este sector el productor lechero que se va es muy difícil que vuelva a ser productor. Es una pena perder un sector –como dijo el señor Frisch– que a nivel internacional es muy competitivo por tener los costos de producción más bajos del mundo. Realmente sería un crimen perder esa materia prima que sabemos que no es fácil de conseguir.

               Antes de terminar quiero decir que esperamos poder seguir trabajando todos juntos.

               Muchas gracias.

SEÑOR PERERA.- Buenas tardes, mi nombre es Gerardo Perera y vengo por la ANPL.

               Evidentemente que con esta crisis, si no se toman medidas rápidas, van a quedar productores grandes y familiares por el camino. Esto va a producir, no solo un impacto económico, sino también un impacto social. En el sector lechero, el 70% son productores familiares y el 50% está por debajo de las 100 hectáreas.

Yo soy colono del Instituto Nacional de Colonización. Sabemos que las nuevas colonias que se han generado ahora son fraccionamientos muy chicos de 30, 40 o 50 hectáreas –se ha anexado alguna otra– y hay productores que producen, invierten y tecnifican en esa superficie. Pero cuando esos productores queden por el camino no van a poder reconvertirse porque no hay un rubro que tenga la sustentabilidad de la lechería en esa franja de hectáreas, por lo que no van a tener más opción que volver a la ciudad a ser asalariados y los sueños que tenían no los van a poder perseguir.

Desde la Asociación Nacional de Productores de Leche hemos creado una herramienta de financiamiento llamada «Tambo Joven» para nuevos emprendimientos, que apunta principalmente al relevo generacional. Nosotros todavía tenemos demanda. Los jóvenes se quieren hacer a la producción y tenemos que darles señales de que este rubro todavía va a seguir siendo sustentable. En este momento hay mucho productor familiar que, como todos los productores, está viendo alterados procesos básicos de la producción, y muchas veces para financiarse tiene que echar mano a una vaca que todavía puede rendir un año más, y cargarla a un camión para hacer frente a sus obligaciones. Por eso hay que destacar la importancia también social de este rubro.

Muchas gracias.

SEÑOR FRISCH.- Supongo que habrán escuchado en la prensa nuestro rechazo a las expresiones realizadas por el señor subsecretario de ganadería en el foro del Inale. Voy a manejar dos de los conceptos a los que se refirió y que rechazamos de plano. En primer lugar, dijo que este es un sector subsidiado, observación anacrónica debido a que a nivel mundial, el precio de la leche es político. Todos los países del mundo subsidian a cualquier precio para producir al máximo y después salir a comprar. Hay pocos países en el mundo que compran leche. Eso hace difícil la inserción en el mercado de la leche.

SEÑOR MUJICA.- Se trata de la seguridad alimentaria.

SEÑOR FRISCH.- Es correcto, señor senador. 

Uruguay tomó la decisión de subsidiar. Conaprole cumplió 80 años; no los vi en el cumpleaños. Justamente, Conaprole ha tenido monopolio sobre Montevideo por el autoabastecimiento y la seguridad alimentaria. Luego le sacaron el monopolio y se tomó la decisión nacional de ser exportador, de salir al mundo a exportar. Esas son decisiones que hemos tomado y hemos corrido el riesgo. Por eso, tenemos la debilidad de que el 70 % de nuestra leche depende de los precios internacionales y no solamente del mercado interno.

SEÑOR MUJICA.- Es que somos muy chicos.  

SEÑOR FRISCH.- Pero tomamos mucha leche.

SEÑOR MUJICA.- Si tuviéramos un mayor mercado interno, tal vez, podríamos amortiguar mejor la crisis.

SEÑOR FRISCH.- Pero yo lo razono por el otro lado y tiene que ver con el segundo concepto que vertió el señor subsecretario, en cuanto a que en este momento estaríamos dependientes de un solo país, que sería Brasil. ¡Bienvenido y bendito sea en esta parte el Mercosur, llámese Venezuela o Brasil! Además, quiero decir que Uruguay tiene cincuenta destinos para vender nuestros productos. Vamos hasta la China, pagamos el 10 % y todavía seguimos siendo competitivos. Hoy en día, por ahora, China no compra más.

SEÑOR MUJICA.- Ya empezó a comprar.

SEOÑR FRISCH.- Gracias por los comentarios, señor senador.

               Pero, además, hay otro concepto que también me parece que está equivocado. La inserción internacional no depende de nosotros, ni de los productores ni de los industriales. Es una decisión que le ha quedado corta al Uruguay. Con la política que tenemos, de ser agroexportadores, deberíamos tener mucha mayor penetración en otros mercados, pero los dejamos pasar; solamente tenemos cupos o cuotas, llámese Estados Unidos o México.

               Quiero hacerles un último cuento. Vendíamos espectacularmente la mozzarella a Corea. Ellos estaban contentísimos con nuestra mozzarella, pero hace dos años nos dijo que seguían comprándola si la rebajábamos un  35 %, porque hicieron un acuerdo con Estados Unidos de arancel cero y nosotros tenemos ese porcentaje de arancel. Nosotros no podemos competir con eso. Si tuviéramos otra estructura, con un país un poco más abierto, como Brasil, Fonterra estaría chica o los de Oceanía serían chicos con respecto al Uruguay para exportar.

SEÑOR CABRERA.- Simplemente quiero reafirmar todo lo que han dicho mis compañeros y hacer énfasis en el planteo que se viene haciendo desde hace siete u ocho meses. Creo que los tiempos de los productores se van agotando. La propia gremial ha trabajado con las demás gremiales para buscar soluciones y no hemos tenido respuesta. Como decía Horacio Rodríguez, nuestros tiempos, como gremialistas, se están terminando y se nos está complicando cada vez más poder convencer a nuestros socios de que las soluciones van a venir. Creo que esa respuesta tiene que venir y no puede demorar mucho. La próxima semana hay una reunión en el Inale con el Ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca  y veremos qué nos propone, pero los tiempos se están agotando y hay que tomar medidas.

               Si bien las medidas que se plantean en este documento no son de gran impacto, creemos que es muy importante para el más pequeño de los productores. A su vez, si queremos salvar al sector, hay que mirarlo como un todo y necesita apoyo. No se salva la lechería con los productores chicos, sino que se salva toda. Ustedes sabrán cuál es el nombre que debe tener el fondo que necesita el sector, pero lo cierto es que precisa USD 80:000.000 o         USD 100:000.000 para poder salir esta situación. Actualmente tenemos una caída del 15 %, pero estamos seguros de que dentro de un año va a ser mucho peor y será mucho más costoso para el país recuperar lo que se vaya perdiendo.

Esto es cuanto quería comentar porque me parece que a todos, a los productores y a la industria, nos interesa que se tomen medidas lo más rápido posible.

SEÑOR RODRÍGUEZ.- Las gremiales quedamos muy preocupadas con las expresiones del señor subsecretario, no sé si por desconocimiento, porque es una de las personas que está manejando las políticas a aplicar.

               En cuanto a la inserción mundial y a la responsabilidad de la industria, puedo decir que estuve cinco años en Inale y creo que, de los ocho años que hace que existe, se ha estado continuamente planteando el tema y procurando abrir nuevos mercados porque, de lo contrario, iba a suceder esto, íbamos a quedar fuera del tratado. El Ministerio de Relaciones Exteriores siempre ha sido muy claro: dentro del Mercosur, todo, fuera del Mercosur, nada. No estoy diciendo que eso esté bien o mal, sino que de ninguna manera se puede responsabilizar a la industria. Eso es claro y determinante. También se responsabiliza a la industria de la diversificación de productos y eso demuestra otro desconocimiento del sector. Todos sabemos que en el mundo se comercializa leche en polvo, manteca y quesos y los otros agregados son: polvos de suero, agregados médicos, etcétera. Esto es el grueso. No se puede exportar helado o yogur. Si Uruguay tuviera posibilidad de entrar a Buenos Aires o a Porto Alegre, ya estaría solucionado el problema porque somos el sexto exportador del mundo, pero el volumen es muy chiquito. Si en lugar de 1:500.000 habitantes en Montevideo tuviéramos 5:000.000, el problema ya estaría solucionado.

               Reitero, nos quedamos muy preocupados cuando se responsabilizó a la industria de cosas que son claras; no hay ninguna duda en esto.

               Muchas gracias.

SEÑOR BRAGA.- Deseo agradecer la atención y extensión de tiempo que nos han brindado así como vuestra buena disposición.

               Quiero reconocer la excelente exposición del señor senador Mujica en el Congreso Fepal, en Chile, porque hacer emocionar a los productores fuera del país, no es poca cosa.

               En la última hoja cuentan con una descripción del sector agropecuario donde consta que los lecheros estamos pasando mal. Quiero que se queden con esas cifras que son importantes.

               Muchas gracias.

SEÑOR PRESIDENTE.- Según nos han informado, la semana que viene se va a llevar a cabo una reunión en el Inale con el señor Ministro y sabemos que el Poder Ejecutivo dará alguna respuesta. Muchos de los puntos que se nos han informado en el día de hoy, los venimos discutiendo, por ejemplo, cuando se capitalizó el Fondo de Financiamiento y Desarrollo Sustentable de la Actividad Lechera y cuando se dio un adelanto para que los cuatro exportadores con los que Venezuela tenía deuda, recibieran también su adelanto. Son temas que hemos venido siguiendo así que los hemos recibido con mucho gusto.

SEÑOR MUJICA.- En estos años de legislador, no es la primera vez que nos enfrentamos a problemas de este tipo, pero la crisis nunca fue tan grave. De todas formas, esta película ya la vimos. Me refiero a aquellos años en los que se discutió hasta la venta de Conaprole e, incluso, andaba gente revoloteando por ahí.

               Ahora bien, hay un punto muy importante  que es el de la inserción internacional. La cosa más difícil que hay, efectivamente, es lograr mercados que sean seguros. Y acá tenemos una definición como país. Yo les estoy hablando a orientales, no solo a lecheros, porque hay mucho ruido pero este es un problema nacional. Cuando se habla de que tenemos que abrirnos con la Comunidad Andina o con la Alianza del Pacífico, ¿nos vamos a integrar con Nueva Zelanda, con Australia y con Estados Unidos? Bueno, entonces liquidamos la lechería. Esto hay que tenerlo claro.

Creo que tenemos que integrarnos con los demandantes, no con los competidores. Este es un problema central para la agropecuaria entera, pero también para este sector. Y este problema hay que tenerlo claro, porque está clavado que necesitamos seguridad de mercados para tener cierta estabilidad. Si vamos a Estados Unidos, el excedente lo tira en México y el tratado de libre comercio que tenemos con México es ficto. Yo fui hace poco a Cuba; le están enviando patas de pollo a USD 500 la tonelada, y se los vende a Cuba. Que me digan si hay algún pollero que pueda producir pollo para vender a USD 500 la tonelada. ¡Tiene que ser mago! ¿Por qué lo hace? Porque es un país gigantesco, tiene un mercado interno que le amortiza los costos y lo que le sobra lo tira para afuera. Y nosotros con eso no podemos competir.

Este no es un problema de carácter ideológico ni nada por el estilo. Me quisiera integrar con Francia; hace quince años que peleamos por un tratado ¡pero en el año del golero nos vamos a integrar con Europa!, porque nos ponen la plancha. Sinceramente no veo otra cosa que agarrar la valija e ir para China y para Asia, donde están los demandantes. Y no me gustan nada, hasta por cultura. ¿A quién le vamos a vender la soja? ¿A Estados Unidos? Ahora tiene un cosechón en puerta ¡que dios nos libre!

Estos son problemas que tenemos que pensar, ¿para dónde vamos? Porque mucha de esta inestabilidad es consecuencia de la crisis del mercado. Si tuviéramos un mercado interno más fuerte, el doble de población, la situación sería otra. Ustedes saben que hay una diferencia entre el precio interno y lo que estamos facturando en el exterior, que es muy grave, pero el problema es que somos poquitos.

 Esto no es para comentar afuera; es un consejo que me dio un viejo de Conaprole hace años. En este momento Brasil nos está pagando USD 600 más la leche en polvo. Fonterra la está vendiendo a USD 2.400 y nosotros la estamos vendiendo a USD 3.000. Esto no soluciona el problema, pero es la diferencia entre la muerte y la vida. Pero no hay que hacer bulla con esto porque si no los productores de Brasil patean allá. Y eso es como un enemigo; es como en el truco.

En China hay voluntad de un acuerdo lácteo. Les puedo garantizar que esto es así, porque yo inicié la conversación. Lo que pasa es que nos salíamos un poco del Mercosur. Pero veo que ahora hay condiciones, y hay que empujar. No se callen la boca. Estamos en el medio de una estrategia de carácter mundial. Lo que se ha planteado de la Alianza del Pacífico y del Atlántico es para cerrarle el paso a la competitividad china, porque quieren meter todo adentro menos los chinos. Y nosotros tenemos que agarrar viaje con el que se descuide, pero nunca deberíamos quedar mal con China, porque si no, nos comemos el futuro. Se los digo para que lo piensen.

Si podemos arreglarnos con Europa o con el que sea, mejor, pero nunca tenemos que quedar enfrentados con China por la política internacional de aislamiento porque ese es el mercado más grande que tenemos. Digo estas cosas para que las piensen; no estoy hablando con tamberos sino con uruguayos. Este mundo es muy abierto para vender pero no para comprar; es para llorar. Soy viejo; vi caer al Partido Colorado por los términos de intercambio y vi firmar la primera Carta del FMI por el mismo tema. Lo que derrotó al país fueron los términos de intercambio desastrosos: cada vez teníamos que mandar más carne de cordero y más lana para poder comprar lo mismo. Estos problemas a la larga son determinantes.

               Les aconsejo que discutan estos problemas, a la luz de la conveniencia del sector que integran pero también del país. Digo esto porque yo escucho una audición a las 4 de la madrugada y en ese espacio oí algunos disparates.

SEÑOR BESOZZI.- Recojo el guante del senador Mujica –ayer hablamos de estos temas– pero  no le tiremos toda la responsabilidad a quienes nos visitan.

SEÑOR MUJICA.- Estoy de acuerdo.

SEÑOR BESOZZI.- Nosotros como sistema político tendremos que incentivar el camino que ayer comentábamos y profundizar las relaciones con China y con Asia, para ver si podemos abrir nuevos mercados. Tenemos que asumir la responsabilidad junto con el gobierno y tratar de hacer cosas.

               Por otro lado, me parece que todo lo que se ha hablado en esta sesión tendríamos que enviarlo a los Ministerios de Ganadería, Agricultura y Pesca y de Economía y Finanzas.

(Apoyados).

SEÑOR PARDIÑAS.- Varios de estos temas ya fueron planteados al ministro en la reunión que se celebró en el Inale. Fueron parte de la agenda y seguramente serán parte  de la agenda de la próxima reunión. Por lo tanto, planteo el matiz de que no se trata de que el gobierno no haya dado una respuesta. Creo que ha venido dando respuestas. Justamente, uno de los temas centrales de la reunión pasada fue el asunto de Venezuela. En ese sentido, el gobierno hizo un esfuerzo y dio respuestas. Tal vez, estos           USD 5:000.000 que Conaprole dispuso para que en mayo y en junio hubiera un incremento de precios, tienen que ver con que también recibió plata a través del crédito puente. Yo no quiero entrar en una polémica pero si queremos encontrar soluciones, no podemos decir que de un lado no hay voluntad de dar respuestas, que se es omiso o que simplemente el subsecretario se extralimita en lo que dice. Debemos tener la suficiente tolerancia y entender que a veces puede existir otro punto de vista o,  más bien, que existe otro punto de vista.

               Considero que acá tenemos que ver de qué forma podemos seguir buscando alternativas. Hace tiempo atrás, cuando discutíamos este asunto con ustedes, veíamos que la inyección de recursos era necesaria pero ello tenía como limitante la capacidad de endeudamiento del sector. Esos son elementos que a veces es necesario considerar en el tiempo. Me consta que el crédito para retención de vientres y una baja en la presión fiscal a través del Imeba, son temas que hoy están estudiando los Ministerios de Ganadería, Agricultura y Pesca y de Economía y Finanzas. Es cierto que todos los sectores  están pidiendo tolerancia o alivio fiscal. Esa es una realidad; uno toca en un lado y saltan otros. Entonces, hay que ver como se arma eso. 

               Me parece importante que sigan planteándose estas alternativas. Aquí hay algunas que, realmente, son ingeniosas, son buenas. A veces hacen mucho énfasis en algunos elementos que todos sabemos tienen poca incidencia, porque la tarifa de UTE y el precio de los combustibles no inciden en nada en los costos de la leche. Y en cuanto al arrendamiento para el sector –el 60 % tiene tierra arrendada y se les puede abrir un horizonte para tener mejores condiciones de plazo y disminuir el Impuesto a la Renta de las Personas Físicas–, puede ser una alternativa para darles tranquilidad de saber que no van a tener problemas de dónde producir en el futuro próximo.

               Lo que quiero rescatar de todo esto es que, para nosotros, el sector lechero es estratégico. El gobierno lo ha venido pautando para el desarrollo de la producción, para el desarrollo de la familia rural, para el desarrollo del afincamiento de la gente en el campo y también para el desarrollo del agregado de valor. Es el sector de producción de alimentos donde tenemos mayor agregado de valor; sin embargo, también es donde tenemos mayores dificultades. Hoy colocamos celulosa en China sin ningún problema, pero no colocamos los productos elaborados a partir de la lechería con la misma fluidez.

               Para finalizar, quiero hacer referencia a algo que también planteó el señor senador Mujica. En este momento Uruguay está discutiendo veinte acuerdos con China, y alguno de ellos tiene que ver con la lechería. En este sentido, la semana pasada tuvimos una entrevista con el embajador uruguayo en ese país. Uno de los temas que se está analizando es este porque, realmente, hay posibilidades y potencialidades para hacerlo. Sin duda, tenemos que adaptar nuestra producción a lo que exigen esos mercados, porque a veces tenemos cierto retraso en el desarrollo de productos específicos, no en el aspecto tecnológico. 

SEÑOR PRESIDENTE.- Si los señores senadores están de acuerdo, como presidente de la comisión propongo que invitemos a los representantes del Inale y al ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca. De esta forma, hacemos un seguimiento continuo de la situación y estamos al tanto de lo que está ocurriendo. Vamos a buscar la manera de que sea posible hacerlo a corto plazo.

SEÑOR BESOZZI.- Pero hay temas que corresponden más al ministro de Economía y Finanzas que al de Ganadería, Agricultura y Pesca, señor presidente.

SEÑOR PRESIDENTE.- Que venga el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca con los representantes que quiera. Si él considera que para tratar estos asuntos tiene que venir otro integrante del Poder Ejecutivo, así lo hará. En todo caso, lo consultamos.

SEÑOR RODRÍGUEZ.- Estuve escuchando lo que decía el señor senador Besozzi y quiero contestarle. Nosotros en ningún momento dijimos que el gobierno no nos respondió. El gobierno nos contestó claramente: Mercosur sí, Mercosur no. Y yo no estoy discutiendo políticas internacionales porque es algo que no sé. Lo que no puedo aceptar de ninguna manera es que el subsecretario de Ganadería, Agricultura y Pesca me diga que la culpa es mía. ¡De ninguna manera! También dijo que se había remitido leche a Venezuela sin la segura garantía, y eso tampoco es así porque el presidente de la república lo dijo claramente: embarquen la leche. Después nos enteramos. Pasamos cinco meses repitiendo como unos tontos cosas que no sabíamos. Y claramente el presidente de la república dijo: embarquen la leche que hay seguridad. Eso fue lo que dijo. Y no fue culpa nuestra.

               Lo del mercado internacional tampoco es culpa de los productores. Y las políticas del gobierno las hace el gobierno, no los productores. Quiero que eso quede bien claro. 

SEÑOR PRESIDENTE.- En toda compra que se hace, antes era usanza dar una yapa. Los comentarios del señor Rodríguez fueron la yapa.

SEÑOR BESOZZI.- Creí que había quedado bien establecido y claro lo que vinieron a plantear. Creo que el sector no admite más créditos. Fueron los créditos que pudieron captar, los que pudieron otorgárseles. Pero hoy no se trata de un problema de créditos porque no van a poder pagarlos y van a terminar fundiéndose pagando créditos.

               El sector tiene un problema que no es solamente productivo, sino que     –como se planteó aquí–, como país, tenemos que ver el problema social. Debemos tenerlo más que en cuenta porque se trata de un sector familiar, muy social y que, sin duda, hay que considerarlo. Es por esa razón que pienso que hay que trabajar sobre el tema.

               En cuanto a lo que decía el señor senador Cabrera, no sé qué nombre hay que ponerle, pero hay que tirar un salvataje que no pasa por un crédito –y creo que es eso lo que nos vienen a decir– sino por echar una mano a un sector que, si no lo salvamos, el país va a verse menguado en un área productiva fundamental para el desarrollo. Esto tiene que ver con lo que decía hoy el señor senador Mujica.

SEÑOR PINTADO.- Apenas desde 1995 que estoy en esta casa y la verdad es que siempre nos hemos acostumbrado a escuchar a las delegaciones y a no entrar en la tentación que todos tenemos de dar nuestra opinión y demás.

Sinceramente, creo que todos somos conscientes del problema y no en balde la comisión los ha recibido en todas las oportunidades que lo entendió necesario o ustedes lo solicitaron. Aclaro que esto no va para parte de las gremiales porque yo también fui sindicalista y lo que tenemos que hacer es representar lo que tenemos acá y punto, además de tener una visión global de país. Por lo tanto, no quiero pasar la responsabilidad para ese lado pero, de este lado, de lo político, creo que el principal objetivo es encontrar una solución y el cómo importa tanto como aquella. Digo esto porque, si en un país que tiene limitaciones por todos lados, salimos con la bandera de que le vamos a dar a uno, la cola de los demás será terrible. Además, los que no reciben no entienden la importancia estratégica de algunos sectores, porque todos se transforman en estratégicos. Esta situación la viví con mi compañero de trabajo que me reclamaba una restructura; ahora bien, cuando la restructura le tocaba a la tarea de él, decía: «¡No!, era para los demás, no para mí».

Somos todos grandes y algunos tenemos varios años en esta casa. Pienso que habría que hacer todas las gestiones que sean necesarias para encontrar la solución al problema que nosotros entendemos debe resolverse. Después, las medidas, siempre tendrán una diferenciación sobre el cómo y de qué manera, pero lo que es claro es que hay que contemplar todo el panorama siendo consciente del bien que queremos proteger. Y se debe contemplar a todos los actores para que todos sean parte de la solución y no parte del problema.

Creo –como bien dijo el señor presidente– que este es el ánimo con el que vamos y debemos trabajar. Es más, si tengo que mantener reuniones que no sean públicas con la autoridad que sea porque contribuye a la solución, mejor. Todo lo otro contamina toda resolución. Insisto que no es responsabilidad de nuestros visitantes; estoy hablando de este lado.

Durante toda la vida he escuchado hablar de política de Estado, pero cuando se agarra un micrófono se acabó la política de Estado y todo el mundo entra en la competencia y zafa de la cooperación. En lo personal, creo que hoy precisamos más cooperación que competencia.

Era cuanto tenía para decir.

SEÑOR PRESIDENTE.- Muchas gracias por andar con el problema al hombro y haberlo traído aquí. Ahora todos somos cómplices.

 

(Se retiran de sala los representantes de la Asociación Nacional de Productores de Leche, de la Sociedad de Productores de Leche de Florida, de Lecheros de Rodríguez y de la Intergremial de productores de Leche).

 

(Ingesan a sala representantes de la Asociación de Façoneros de Pollos Unidos).

               –La Comisión de Ganadería, Agricultura y Pesca del Senado tiene mucho gusto de recibir a los representantes de la Asociación de Façoneros de Pollos Unidos. Hace un tiempo atrás por nota nos habían pedido ser recibidos. Creo que ya habíamos mantenido algún contacto con ustedes cuando hubo otros problemas, aunque quizás algunos siguen estando.

               En la tarde de hoy nos acompañan Gustavo Clavijo, José Luis Rial, José Luis Strazarino, Ricardo Ardáis, Juan José Prando, Fernando Sanabia, Washington Crosa y José Luis Cherici.

               Les cedemos el uso de la palabra para que nos expongan su planteo.

SEÑOR CLAVIJO.-  Vamos a plantearles cuatro puntos: la situación actual del sector, la del mercado mundial y nacional, la problemática social actual y la propuesta de la AFPU.

               En una primera instancia les vamos a contar un poco nuestra situación. Actualmente el sector lo integran 373 familias, de las cuales su principal ingreso es el façon. A esto podríamos añadir 300 familias más porque podemos agregar a los empleados de las granjas. Sumado a eso, hay muchos empleados relacionados con molinos, frigoríficos, choferes y todo lo que involucra a la cadena avícola. Según los datos,  este sector genera una fuente de trabajo cada 1.000 metros cuadrados, pero en los últimos años, de 2009 a 2014, desaparecieron el 44 % de granjas y explotaciones vinculadas al sector y esta situación continúa agravándose.

               En nuestro país, la producción de carne de ave se produce mayoritariamente en manos de façoneros y un 10 % por parte de las empresas integradoras.

               La composición de los costos en el período 2013-2015, según los datos de Opypa 2015, es el siguiente. Los costos de alimentación se ubican entre el  52% y  54 %;  seguidos de los costos de la faena, de 21 % a 22 %; y  de los pollitos BB, entre el 13 % y el 14 %. Por su parte, el pago de façón está entre el 9 % y el 10 %.

               Durante los últimos años, el sector se ha beneficiado por el aumento del consumo de carne de pollo per cápita, que actualmente se ubica en los 24,4 kilogramos por habitante. Consideramos que se debe continuar promoviendo este aspecto a través de un plan estratégico del sector.

               Para referirse a la situación de los mercados regionales y nacionales le vamos a ceder el uso de la palabra al señor Strazarino.

SEÑOR STRAZARINO.-  Soy productor de la zona de Canelones desde 1993. Queremos trasmitir a los señores senadores la situación de la avicultura en estos años. Personalmente, era productor desde los tiempos de Granja Moro, donde la avicultura tuvo un fuerte desarrollo por las exportaciones; luego trastabilló con la crisis de 2000, 2001 y 2002 y retomó su expansión en los años 2003, 2004 y 2005, cuando las empresas nacionales se ordenaron un poco, absorbiendo el mercado que había dejado Granja Moro –que se había ido del país–, e intervino otra empresa exportadora. Aquí hubo un auge en la avicultura que nos sirvió para hacerla un poco más profesional porque en los inicios la producción avícola era muy rudimentaria, prácticamente se hacía a mano, a tolvas manuales, con galpones más chicos y sin las condiciones que requiere la exportación. Esa expansión que tuvimos por el auge de la producción aviar, ayudado con el tema de las compras de Venezuela, hizo que muchas empresas se pudieran preparar mejor, con mejores galpones y equipamiento, y tener otros costos un poco más saludables.

En los últimos tiempos surgió el problema bien conocido de la no exportación a Venezuela, que era uno de los mercados para los que más se vendía. De alguna forma, el tamaño de nuestras empresas está preparado para producir por lo menos un 30 % o un 40 % más de lo que el país necesita consumir.

               Hoy, prácticamente, las ventas son al mercado interno en donde aun criando un 25 % menos de lo que podríamos criar, tenemos un 30 % o 40 % de  sobreproducción ociosa, lo que hace que el problema sea más que nada de crecimiento y  sustentabilidad. Lamentablemente, la forma de sobrevivir que tienen los productores y las empresas es aumentando un poco más la producción  para poder sobrellevar los costos fijos.

En la avicultura no es posible hacerlo porque estamos topeados en el mercado, entonces, la única opción que vemos es el mercado de exportación. En la evaluación que hemos realizado nos dimos cuenta que eso es posible, más que nada, gracias al sistema sanitario que tiene nuestro país –tenemos una buena sanidad a nivel mundial– y el recorrido que han hecho los productores de carnes rojas, ya que a nivel mundial estamos bien vistos como un país que dice lo que le pasa –es decir no esconde nada–, incluso, frente a los problemas de la fiebre aftosa y demás, salió haciendo las cosas bien. La cuestión no es que en un país, en una familia o en una empresa no haya problemas, sino cómo los enfrentamos y resolvemos. Entiendo que habla mejor de nosotros o damos una mejor imagen en el mundo cuando frente a un problema lo resolvemos y no cuando no tenemos dificultades.

Estamos acá porque creemos mucho en la avicultura; hemos vivido de esta actividad y creemos que nuestros hijos también lo podrían hacer, porque tiene un gran potencial a nivel de venta internacional. Tenemos granos, producciones y buen clima, por más que no sea el ideal y si lo comparamos a nivel mundial es muy bueno para la crianza de pollos, incluso es más propicio que el de Brasil y Argentina.

A nivel nacional nos estaría faltando juntar todas las armas que tenemos para buscar una estrategia en conjunto. Desde hace unos cuantos años formamos parte de la  mesa de trabajo avícola y puedo decir que algunas veces nos hemos ido a nuestras casas con mucha bronca, porque venimos y venimos, pasamos horas alrededor de una mesa y nada. Estamos acostumbrados a otra cosa: si tenemos un problema, por ejemplo,  cambiar un poste de un alambrado, agarramos la pala y lo cambiamos. Estamos acostumbrados a un sistema que no compatibiliza con el político. Por eso, nos cuesta entender los tiempos y los pasos que hay que seguir; no conocemos realmente cómo es  el tema a nivel político, burocrático, que sé que todos los países tienen.

Insisto, en las mesas negociadoras algunas veces nos hemos ido con mucha bronca, otras veces contentos. Las últimas veces nos hemos ido con la idea de que tenemos más perspectivas para el futuro, porque nos hemos dado cuenta de que hay un cambio de actitud, más que nada del Ministerio, donde hay un camino a seguir. Si bien se han hecho cosas –incluso con la parte veterinaria se han seguido otros caminos–,  queremos trasmitir que en este momento frente al grave problema que tienen los productores, hay que seguir trabajando  ya que hay varias familias con cese de pago y con grandes problemas económicos. Hoy estamos criando entre un 30 % o  40 % menos de nuestras posibilidades, lo que hace que nuestra rentabilidad sea prácticamente cero; solo estamos sobreviviendo.

La posibilidad real que tenemos para exportar es a Argentina –estoy hablando de una venta rápida– que nos permitiría aflojar la cantidad de aves que tenemos en el país; hay una empresa que está haciendo todos los trámites y aparentemente estaría adelantada en ese sentido. Sabemos que faltan pocos requisitos, algunas cartas y visitas a fin de habilitarnos y, al respecto, solo faltaría resolver un problema de caminería que, según tenemos entendido, no es importante. Asimismo, hay otros mercados a mediano y largo plazo. La mesa avícola nos pidió  un proyecto a mediano y largo plazo, lo que hemos llevado a cabo a nivel de façoneros, porque estamos dispuestos a esforzarnos para que el país pueda ser exportador. No queremos que el gobierno o el ministerio resuelvan todo por nosotros; por el contrario, estamos dispuestos a adecuar las granjas, a profesionalizarnos y a reconocer los errores que tenemos, como todo el mundo. Sabemos que la única opción para sobrevivir es crecer, y para eso tenemos que exportar.

               Por lo tanto, nuestra visita, más allá de que sabemos que los señores senadores conocen el sector, pretende simplemente trasmitir de primera mano nuestra preocupación, porque por sobre todo, tenemos esperanzas en el sector y estamos seguros de que el problema tiene solución. De todos modos, necesitamos del sistema político y de su preocupación; no decimos que no estén preocupados por el tema y somos conscientes de que deben tener un millón de problemas más graves que el nuestro para atender, pero para nosotros la avicultura es lo más importante, porque es lo que nos va a permitir pagar nuestras cuentas y asegurar un futuro para nuestros hijos.

               En definitiva, para la exportación el mercado más cercano que tenemos es el de Argentina y, en ese sentido, esperamos que desde este ámbito nos puedan ayudar.

SEÑOR CLAVIJO.- En primer lugar, quiero decir que la razón por la que creemos en la avicultura es porque, a nuestro juicio, la producción de pollo tiene muchas ventajas. Concretamente, hoy estamos logrando que con 1,700 kilos de ración balanceada se obtenga un kilo de carne en 40 días. En todo el mundo hoy se está imponiendo la carne de ave porque a nivel de los costos de los granos se obtiene muy rápidamente, lo cual es importante en un mundo que está creciendo. Desde el punto de vista productivo, con relación a otras carnes, como la de cerdo y la de vaca, la de pollo compite muy bien.

SEÑOR SANABIA.- Como productor y como integrante  directivo de AFPU, quisiera invitar a los señores senadores a realizar una visita a alguna de nuestras granjas, así como a la parte industrial del sector. La idea es que los señores senadores puedan ver la forma en que trabajamos y, aprovechando esa instancia, plantearles algunas de nuestras inquietudes. El año pasado, con el anterior presidente, habíamos realizado la misma invitación, pero la visita no se llegó a concretar. Sin dudas, para nosotros sería un placer que nos pudieran acompañar en una gira de esa naturaleza.

SEÑOR CLAVIJO.- Quiero mencionar un tema vinculado con una problemática social, ya que en el último mes hemos perdido alrededor de 40 productores. La mayoría hemos cedido un 10 %, porque entendemos que eso era necesario para poder seguir trabajando. Se trata de una situación delicada que, si la ilustráramos con un semáforo, podríamos decir que estamos con una luz amarilla. Sin dudas, la necesidad de lograr nuevos mercados es imperiosa. Necesitamos  el apoyo del Ministerio, de las empresas, de los façoneros y de sus aportes para acondicionar las granjas. Esta situación se viene dando desde hace mucho tiempo. Tampoco se han dado respuesta a aquellos productores que han quedado en el camino. Si bien hoy existe un seguro que cubre los siniestros producidos en las granjas, nuestra idea es seguir trabajando para que se cubran los eventos sanitarios y el desempleo producido por la crisis. En este sentido, los productores están desfinanciados –más allá de que muchos han recibido el apoyo del ministerio a través de distintos proyectos– y sin tener un trabajo para seguir adelante.

               Con respecto al IVA, vamos a hacer un análisis, y una propuesta.

SEÑOR STRAZARINO.- Con el IVA tenemos una historia bastante larga –que deben conocer– que empezó hace unos años atrás con la operación desplume en la avicultura. Históricamente, el IVA en el pollo era un impuesto muy complicado para cobrar. Las empresas «escondían la leche», como solemos decir. Esto hizo que el sector no fuera muy transparente. En la operación desplume se demostró que no era que las empresas lo cobraban e iba para el bolsillo, ni siquiera lo tomaban como un costo, sino que era una forma de competir entre ellas y como lo podían eludir, lo sacaban directamente. Eso ocasionó una debacle que llevó a que muchas empresas estuvieran intervenidas y algunas hasta demandas, porque había un impuesto que no se pagaba. La ley es para todos y si nosotros pagamos la patente, las planillas, la contribución, el agua y la luz, las empresas tienen que pagar sus impuestos.

Durante el período en que el señor senador Mujica fue ministro impulsó que nos exoneraran de ese impuesto. Eso ayudó a que el sector progresara –a la vista está que después de eso se hicieron muchas inversiones– y que las empresas pudieran competir lealmente porque si bien hay empresas que no les complica evadir, a otras sí. Realmente fue un tiempo donde la lucha fue pareja porque nadie pagaba más ni menos que el otro. A partir de julio del año pasado, se puso nuevamente el impuesto en el marco de que estábamos haciendo una venta muy grande a Venezuela. Todos creíamos en eso               –supongo que nuestro presidente también y por eso fue que hizo esos anuncios tan importantes–, por eso los distintos sectores como el de los lácteos y el avícola estábamos contentos de que íbamos a tener una proyección de venta de varios años, y si teníamos que afrontar ese impuesto no iba ser tan complicado, porque el negocio iba a absorber todo. Sin embargo, la realidad fue totalmente diferente. Se nos cortó el mercado más importante que teníamos dejando a la única empresa exportadora del país con una deuda de seis o siete millones de dólares. Eso hizo que se desacelerara la proyección que se tenía para el país. El gran problema se produjo al poner el IVA ficto y se empezó a pagar casi $ 20 por pollo por adelantado. Se consultó varias veces al Ministerio de Economía y Finanzas respecto a por qué debía ser así, y se nos dijo que es un sector muy difícil de controlar y la única forma de hacerlo es poniendo un IVA ficto. La historia del sector muestra que es muy complicado controlar que paguen el IVA y, entonces, lo cobran en la faena.

               Hoy en día, los números cantan y le hemos dicho al Ministerio de Economía y Finanzas y a la DGI que la empresa que  tiene el 24 % de la producción del país paga 47 % del impuesto. Es decir que hay empresas que no pagan y ahí volvemos nuevamente al gran problema de la operación desplume. Esto significa que no hay paridad de circunstancias y las empresas realmente no están pudiendo competir. Incluso, algunas no han pagado algunos costos.

               Como asociación de façoneros, queremos que se ponga el problema arriba de la mesa y se nos permita tener unos seis meses sin impuesto. Yo sé que eso es imposible o difícil, pero necesitamos ordenarnos. Posiblemente en poco tiempo el sector pueda realizar una exportación, por lo que nos ayudaría muchísimo si se dejara sin efecto el impuesto por seis meses. Yo sé que todos los sectores deben estar pidiendo no tener impuestos,  pero nosotros tenemos que pedir por lo nuestro.

               Además, hay que ver cómo es realmente el impuesto y cómo se podría cobrar. Habría que dejar de aplicar un ficto y hacer uno real, que se pueda deducir. Hoy en día hay un costo y el pollo llega a la cadena productiva con       $ 20 más, es decir que el carnicero, al marcar su ganancia, toma el producto con el IVA incluido. O sea que es muy complicado y se encarece tremendamente.

               Lamentablemente, también vemos que hay mucha producción de pollo que no compite lealmente. Entonces, queremos poner ese tema sobre la mesa y poner nuestra asociación al servicio del bien común, de la avicultura. Si tenemos que ser parte de un proyecto, con el Ministerio de Economía y Finanzas o quien sea, para tratar de sanear toda la situación y lograr que seamos lo más transparentes posible, estamos dispuestos a hacerlo. He visto a mi padre pelear contra el IVA desde que tengo uso de razón y cuando se lo cobraban era como que lo insultaran. Sin embargo, yo viví el cambio de país; se empezó a pagar impuestos y la cosa cambia. Estoy de acuerdo en que hay que pagar impuestos, porque queremos un país transparente y mejor para nuestros hijos y nuestros nietos, y no uno que anda del lado oscuro, como hace unos años. No quiero el país en el que mi viejo renegaba por pagar algún impuesto, quiero el otro; pero, para tener ese otro país, todos tenemos que ser lo más coherentes posible con todo.

               Lo que le pedimos hoy en día al sistema político es tratar de que haya gente que conozca de la avicultura, de los impuestos, de lo que es una planta de incubación, etcétera. Nosotros estamos para trasmitir nuestros conocimientos, pero queremos que del otro lado haya ese tipo de gente, que nos consulte y que trabaje en conjunto. No queremos que a cada momento le tengamos que pedir permiso y no nos den bolilla para nada, porque creemos que nosotros tenemos el conocimiento y, más que nada, la necesidad de que el sector crezca.

               Entonces, queremos poner este tema del IVA arriba de la mesa; la panacea sería sacarlo, pero no hay forma de que la gente no pague impuestos y el país progrese. Sin embargo, si tiene que existir un impuesto, pedimos que lo saquen por un tiempo para evaluar de qué forma ponerlo y emparejar la situación.

SEÑOR CLAVIJO.- Tenemos varias situaciones. Por un lado, tenemos esta rebaja del 10 % a los productores, que fue planteada por la industria y que, viendo la realidad, no quedó otra alternativa que aceptar. A su vez, tenemos empresas que están tomándose 180 días para pagar un cheque. Estamos en una situación complicada.

Con respecto al IVA hemos visto que la falta de controles ha llevado a que dejó de ser un costo para unas empresas y pasó a ser una competencia desleal. Cuando era un costo para todos, no era un problema porque todos pagaban lo mismo –como sucede con los granos o con la energía eléctrica–, era un costo que se sumaba pero cuando, de alguna forma, pasó a ser una competencia desleal, a algunos, por hacer las cosas bien, se les complica permanecer en el mercado.

               Viendo esas situaciones, lo que planteamos –les dejamos el informe por escrito– es tratar de recuperar ese 10%; llegar a un acuerdo entre las empresas, el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca y el gobierno para lograr que los productores recuperen ese dinero que necesitan para invertir, achicar los plazos de pago   y que de esos $ 20 por pollo, se obtenga una rebaja real. Esta es la propuesta que tiene la Asociación de Façoneros de Pollos Unidos con el fin de no dejarlos en las arcas de las empresas sino de ver cómo se distribuyen en toda la cadena.

SEÑOR PRESIDENTE.- Si entiendo bien, en materia de IVA lo que plantean es un tema tributario. Sugieren que la forma de aplicarlo no se convierta en un factor que distorsione, ya que IVA ficto hay en otros rubros. El problema es cómo funciona en la avicultura, porque ustedes tienen a los façoneros, la industria, los distribuidores, el comerciante que lo vende, etcétera. La carne roja también tiene IVA ficto, pero se aplica distinto que en la avicultura. Entiendo que lo que ustedes dicen es que que el IVA ficto, entre otros, está distorsionando la cadena.

SEÑOR MUJICA.- Pretenden que el consumidor sienta menos el IVA para que aumente la demanda. Esto lo discutimos en la época en que estábamos en el ministerio: que aumente la exportación de vacas y se consuman más pollos.

SEÑOR BESOZZI.- Quisiera saber en qué momento de la cadena se cobran los $ 20, qué le falta a los frigoríficos de pollo para poder exportar y a qué países. En algún momento, cuando estuvimos visitando sus criaderos, nos plantearon cierta problemática en el tema exportación pues podían hacerlo a terceros países, pero no existía la posibilidad de otros mercados. Se estaba trabajando en ello y hay que reconocer que en el presupuesto quinquenal, el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, incorporó unas partidas para comenzar ocuparse de estos puntos sobre los que ustedes se quejaban que al ministerio sanitariamente le faltaban algunas cosas.

SEÑOR STRAZARINO.- Los $ 20, se cobran desde el comienzo, en el matadero. Cada diez días se realiza una declaración jurada donde consta que se faenaron equis cantidad de pollos y se paga el ficto. Incluso se abona por animales que en ocasiones pueden ir dos o tres meses al frío. No se cobra en la venta, con una factura, como en la mayoría de los impuestos. En este caso se faena, el matadero hace una declaración jurada y se paga ese impuesto cada diez días ante el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca.

SEÑOR BESOZZI.- ¿El control es la declaración jurada?

SEÑOR STRAZARINO.-  Así es; la declaración jurada de la planta de faena.

Con respecto al ganado, que tiene IVA ficto también, tenemos un excelente sistema de monitoreo con el tema de la caravana. Podrá algún mataderista  del medio que lleva para la carnicería decir que ese bicho en lugar de pesar 280 kilos de carne, pesa 220, pero ese animal no puede dejar de existir. En el caso de los pollos, los lotes son de 20.000 o 30.000 animales en un galpón. Nosotros, que nacimos entre los pollos, a veces entramos en un galpón y no sabemos si hay 15.000 o 22.000. Entonces, es un rubro muy complicado para poder llegar a que todo el mundo pague el impuesto. Esto hace que, lamentablemente, la situación se complique y quede deshonesto uno con otro competidor.

SEÑOR CLAVIJO.- En cuanto a la segunda pregunta, hoy vemos al ministerio, después de que la consultoría chilena entregó un informe, con otra postura. Incluso hay una resolución del 31 de mayo que vemos con muy buenos ojos, porque son cosas que estaban faltando. El ministerio dio un plazo de 60 días para que esos planes de inocuidad y sanitarios estén prontos. Entendemos que hoy hay otro andamiento que no estaba hace un año o dos. Pero los tiempos nos apremian. Sabemos que los procesos ministeriales llevan un plazo, pero estamos en un brete y quizás necesitamos respuestas más rápidas.

A lo que apunta la asociación es a llegar a los mercados más exigentes, como lo hizo Chile en su momento y lo está haciendo también ahora. Si conseguimos vender el pollo trozado a cualquier parte del mundo, se podría lograr un mejor precio. Pero sabemos que antes de llegar a eso necesitamos tener habilitado el camino del medio, que son los mercados para poder ir sobreviviendo. El objetivo es no desaparecer antes de que se logre llegar a esos mercados mucho más exigentes, que llevan más tiempo. En esa situación, los que vemos que están más cerca son Argentina, Singapur, Hong Kong, Sudáfrica, que son países de media exigencia y que serían una solución para un momento en el que el país tiene muchas posibilidades de producir y muchos productores sin trabajo. Esto nos llevaría a que muchos pudieran reintegrarse a la cadena de producción. Hoy estamos produciendo 8 pollos por metro cuadrado donde podemos producir 10. Incluso, hay productores que han invertido en galpones túnel, que es una tecnología de punta que en otros países ya existe. Esos galpones necesitan 12 a 13 pollos por metro cuadrado y hoy trabajan con 10. Es decir que estamos deprimidos en los ingresos, en el tiempo, perdiendo productores, y cuando trabajamos, ingresamos menos pollos por metro cuadrado.

               La otra consecuencia que tenemos es el alargamiento de los plazos de pago. Esta es una situación que nos afecta a nosotros y a las empresas. Y nos terminamos peleando por un mercado muy chiquito.

               El manual que entregamos fue elaborado por la asociación junto con las empresas y con el aporte del ministerio en su momento. Nosotros estamos haciendo permanentemente aportes para ayudar a que la avicultura salga adelante. Sabemos que somos un eslabón que no toma las decisiones, pero sí tenemos el deber de acompañar todo aquello que dé posibilidades de que el sector crezca.

SEÑOR STRAZARINO.- El miedo más grande que tenemos no es el problema de ahora, porque en el campo estamos acostumbrados a malas cosechas, a que llueva y se pierda todo un año de la producción, etcétera. Siempre estamos preparados para buscarle la vuelta el año siguiente. Vi a  mi viejo fundirse tres veces: con la tablita, con la aftosa, etcétera, pero también lo vi después levantar cabeza y  comprar un cero kilómetro. No le tengo miedo al problema de hoy; le tengo miedo –lo hemos hablado entre los productores– a la firma de tratados de libre comercio con unos y con otros. ¿Cómo hacemos para venderles a algunos países si no estamos habilitados por ellos para hacerlo? Ese es el gran problema. Tuve la suerte de ir a un congreso de avicultura en Bolivia –en momentos que se estaba tratando el tema del ALCA– y allí habló un productor mexicano que nos instó a que abriéramos los ojos y que no nos durmiéramos. Concretamente dijo que si un diputado o un senador, no por maldad sino por desconocimiento, firma un tratado  que sea perjudicial, podía borrarnos de la avicultura. Nos aconsejó que estuviéramos cerca del gobierno y hablando sobre los grandes problemas. A veces los gobernantes, queriendo arreglar un problema desarreglan otros que para nosotros pueden ser fatales. Si el país firma un tratado de libre comercio con países que están preparados para vendernos a nosotros a mitad de precio –como puede suceder con Estados Unidos, que venden a $ 21 el cuarto de pollo–, ¿cómo competimos? Eso no lo imaginé yo sino que lo vi cuando pedí a los despachantes de aduana el desglose de la importación. Es imposible competir con esos precios. Si estamos habilitados a vender la pechuga a Estados Unidos a USD 5.000 la tonelada, que nos manden los cuartos; ¡comeremos los cuartos, si a nosotros nos encantan! Pero si nos dicen que no estamos habilitados a venderles, ¿cómo hacemos? ¿Qué herramientas tenemos? Eso es lo que tenemos que trabajar en conjunto, más que nada los avicultores. No venimos acá por las cinco o seis empresas que existen –todos somos mortales– sino por la avicultura. Es cierto que al venir a pedirles a ustedes que nos den una mano ayudaremos a las empresas a que ganen más plata. Nosotros queremos a la avicultura; esta no termina en un Fredy Balbi, en Frontini, en Calpryca  o en Tenent. La avicultura somos nosotros y nuestros hijos y lo que pase dentro de 30 o 40 años, lo tenemos que generar ahora.

SEÑOR PRESIDENTE.- Eso lo tenemos claro. Leíamos también la versión taquigráfica de la sesión en que concurrieron a la Comisión de Ganadería, Agricultura y Pesca de la Cámara de Representantes, donde plantearon estos mismos temas. En realidad, hoy no tenemos el problema que aquejaba a la avicultura hace unos años en relación con los granos. El gran tema era que no teníamos la producción de granos necesaria como para convertirla en carne. Eso vino después con el desarrollo de la agricultura. Vengo de participar en un seminario en la provincia de Santa Fe, Argentina. Si  en aquellos años hubiéramos dicho que íbamos a exportar carne de pollo a la Argentina nos habrían dicho que estábamos locos. Ellos desarmaron los tambos y el aparato productivo porque los tapó la soja y ahora hay que rearmarlos. Tienen que importar del Uruguay; es de locos.

               Quedamos con este tema en la Comisión. Vamos a ver qué hacemos con los problemas de la avicultura –como dijeron ustedes– y no de los façoneros. Veremos los contactos que hacemos con los compañeros de la Comisión. A mí se me ocurren algunas cosas pero todavía no las quiero plantear porque todavía no estoy muy seguro. Después que leamos la versión taquigráfica de esta sesión veremos a quién convocamos  para obtener alguna respuesta y ver cómo podemos apoyarlos.

SEÑOR BESOZZI.- No tenemos que desaprovechar la invitación que nos acaban de hacer.

SEÑOR PRESIDENTE.- Eso lo coordinamos entre los miembros de la Comisión.

SEÑOR CLAVIJO.- Desde la asociación queremos que la avicultura sea considerada como política de Estado. Agradecemos que nos hayan recibido. Siempre que venimos a estos ámbitos, nos hemos llevado una buena impresión. Por eso insistimos en ser recibidos y ser escuchados por ustedes.

SEÑOR PRESIDENTE.- Se levanta la sesión.

(Son las 14:59).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Montevideo, Uruguay. Poder Legislativo.