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Carátula

SEÑORA PRESIDENTA.- Habiendo número, está abierta la sesión.

(Son las 9:40).

–Damos la bienvenida a los representantes de la Universidad Tecnológica. Informo que tenemos, como máximo, hasta la hora 11 para escucharlos porque para esa hora ya tenemos agendada a otra delegación. Por tanto, esperamos poder trabajar con holgura en la mañana de hoy.

Comunico a nuestros visitantes que la metodología de trabajo se basa en un análisis artículo por artículo. Los que tienen que ver con la Universidad Tecnológica son muy pocos, por lo que los pueden ir detallando y comentando uno por uno. Y si hay preguntas de los señores senadores y señoras senadoras les daremos la oportunidad para que las hagan.

SEÑOR SILVEIRA.- Buenos días. Para nosotros es un gusto estar hoy aquí. Sabemos que se trata de una instancia presupuestal, pero también entendemos que debemos presentar lo que ha sido el trabajo durante estos dos años de esta nueva universidad. Uruguay era uno de los pocos lugares del mundo en donde había una única universidad pública. De alguna manera y gracias a una acción conjunta del Poder Ejecutivo y del Poder Legislativo, a fines de 2012 se promulgó la ley y la venia parlamentaria para los nombramientos de los primeros consejeros se aprobó en enero de 2013. En un principio comenzamos a funcionar con un presupuesto que originalmente estaba destinado al ITS. Repito, llevamos dos años de trabajo.

                Tenemos una idea preliminar que, obviamente, podemos cambiar. No vamos a ocupar más de veinte minutos en lo que es nuestra intervención inicial. Incluso, les vamos a mostrar un video que consideramos que es bastante explicativo.

                Si uno mira el articulado de la ley de creación de la universidad, puede ver que teníamos como mandato el diseño de una nueva institución educativa terciaria universitaria con foco en el interior del país. Desde los primeros días que comenzamos a reunirnos vimos que cuatro años para pensar el diseño era un tiempo demasiado grande para lo que son las necesidades educativas del país. Por eso resolvimos que íbamos a hacer dos cosas en forma simultánea. Sí pensar mucho en el diseño institucional, pero también comenzar a trabajar con ofertas educativas en los diferentes territorios. Y las primeras acciones que realizamos apuntaban a concretar un relevamiento en el interior del país sobre una serie de factores que tenían que ver con qué cosas quería hacer la Universidad Tecnológica y en qué rama debería formar a los jóvenes. Para eso en el año 2013 se hizo un exhaustivo estudio de aproximadamente ocho meses. Allí se consideraron elementos que tenían que ver con las distintas regiones que componen el Uruguay y con un trabajo muy cercano con los actores territoriales. No voy a hablar de excelencia académica porque doy por descontando que una institución universitaria terciaria la debe tener, pero sí me parece que la Universidad Tecnológica cuenta con algunas características que la tienen que hacer distintiva. Desde el comienzo, la inserción en el territorio de la universidad fue una de las principales preocupaciones de este consejo y también de quienes trabajan en colaboración con nosotros. Trabajamos junto con el Congreso de Intendentes y con actores locales, fundamentalmente, del sector productivo y de servicios en cada una de las regiones, lo cual nos permitió tomar algunas decisiones como, por ejemplo, dónde se iba a centrar la oferta educativa y qué tipo de oferta se iba a tener. El Uruguay no es todo igual y el mandato de la ley decía que teníamos que crear los institutos tecnológicos regionales como las figuras de la Universidad Tecnológica en el territorio. La decisión de dónde crearlo y cuál iba a ser su especialidad fue uno de los resultados principales de este primer estudio de diagnóstico de situación. Las tres regiones en las cuales estamos actuando pretenden, en primer lugar, complementar la oferta educativa. No estamos superponiendo oferta educativa, sino complementándola. Un segundo aspecto que la hace bastante peculiar es la continuidad educativa. Nosotros tenemos mucha gente en el interior del país que llega a niveles universitarios, como es el caso de los tecnólogos de CETP-UTU que luego no pueden continuar sus estudios para una carrera terciaria universitaria de carácter profesional. Precisamente en eso hemos centrado nuestros esfuerzos en estas primeras ofertas que estamos haciendo.

                A partir de esa y de otras consideraciones se crearon tres lugares en los que hay una oferta educativa presente. Tenemos un instituto tecnológico regional en Fray Bentos, actualmente en construcción. Aclaro que nosotros no hablamos de ciudades ni de departamentos, sino de regiones, siguiendo el mapa de regiones del Congreso de Intendentes. Esa sería la región litoral oeste, que comprende fundamentalmente a Soriano, Colonia y Río Negro. Asimismo, tenemos un eje que es la región centro sur, que comprende a la ciudad de Paso de los Toros; quiero destacar que no estoy hablando del departamento de Tacuarembó, sino de esa ciudad porque la región centro sur abarca a los departamentos de Durazno, Florida y Flores, que tienen una identidad socioeconómica y productiva muy peculiar. Por último, tenemos una región muy diferente, que es la norte, donde hay una característica especial que es la de encontrarse en la frontera. Por lo tanto, cuando se diseña una oferta educativa para esa región es preciso tener en cuenta que es muy diferente hacerlo en ese caso que en el de las otras regiones. En la región fronteriza, necesariamente, los conceptos de binacionalidad e integración deben estar presentes, porque hay solo una calle de diferencia y la oferta educativa, de pronto, está más cercana en el territorio brasileño que en Montevideo.

                Esos son algunos de los aspectos que caracterizan a la Universidad Tecnológica en cuanto a lo que fue este primer estudio. Esta información va a estar más detallada en el vídeo que se va a ver a continuación, por lo que no abundaré en más datos, aunque posteriormente responderé las preguntas que se considere pertinente realizar.

                Hay algunos otros factores que desde un principio hemos considerado importantes. Uno de ellos, es que la Universidad Tecnológica tenía que ser una institución educativa terciaria universitaria que pudiera ser comparada y evaluada internacionalmente, así como certificada como institución educativa. Siempre insisto en este aspecto, aunque de esas evaluaciones resulte que somos los peores. El hecho es que si no nos podemos comparar y no se nos puede evaluar resulta imposible tener una educación de calidad. Fue así que se hizo un diseño institucional para el que recibimos un fuerte apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo. Realizamos diferentes actividades, cuando pensamos el diseño institucional, con más de veinte especialistas internacionales y hemos firmado hasta ahora cuarenta y dos acuerdos de cooperación con intendencias, con el Ministerio de Educación y Cultura, que es con el que nos relacionamos directamente, con organismos internacionales y con universidades de todo el mundo. En este momento estamos a punto de cerrar un acuerdo con algunas universidades australianas. Pensamos que la internacionalización de la educación tecnológica es hoy un imperativo, porque representa uno de los desafíos más grandes en la medida en que la tecnología tiene tiempos cada vez más cortos y se puede decir que se hace obsoleta en apenas cinco años. Nosotros entendemos el proceso educativo de aprendizaje en el marco de una institución que debe permitir que el aprendizaje ocurra; esa es nuestra tarea principal. Cuando llega un muchacho de 18 años a nuestra institución debemos pensar que va a estar activo en este Uruguay productivo hasta el año 2050 o 2060; esa es la expectativa de trabajo que va a tener un estudiante que ingresa hoy a la Universidad Tecnológica y eso es lo que tenemos que enseñar, fundamentalmente.

                Entonces, es una universidad flexible que está conformada sobre una estructura modular y tratamos de que haya una integración permanente entre la teoría y la práctica. Su proceso educativo está fundamentado, sobretodo, en proyectos. Desde el comienzo, el estudiante está vinculado al sector productivo. Se fomenta el emprendedurismo –aunque es una palabra que no me gusta mucho, porque está muy gastada–, es decir que el estudiante se anime y se desafíe a sí mismo a que cuando salga no necesariamente sea un empleado, sino que tenga la capacidad de llevar adelante sus propios emprendimientos. Eso exige una curricula diferente; por ejemplo, en cualquiera de las carreras la gestión del capital humano tiene que estar integrada, porque es parte de lo que le va a pasar en la vida.

Además, el mundo cambió mucho. Veinte años atrás teníamos una empresa como Kodak, que tenía casi un millón de empleados en el mundo, pero hoy desapareció y casi todos sus negocios quedaron en manos de Instagram, que tiene tres empleados. Ese es el mundo real al que tenemos que apuntar en el día de hoy. No sé si ese va a ser el mundo real dentro de cincuenta años, pero tenemos que preparar a nuestros estudiantes para eso.

Creo que con esos principios fundamentales –luego el consejero Chilibroste ampliará un poco más– podemos pasar a ver el video en el que se muestra el estado de situación: no somos fantásticos, no somos perfectos, somos lo que somos. Eso es lo que hemos hecho hasta ahora y tenemos una proyección a cinco años que también contamos allí.

Muchas gracias.

 

(Se exhibe video).

 

SEÑOR CHILIBROSTE.- Soy consejero interino de UTEC y antes de comenzar les quiero agradecer la oportunidad de estar aquí. La intervención realizada por el señor Silveira y el video que acaban de ver aportan información sobre el proyecto de presupuesto. Por lo tanto, no voy a ampliar esa materia sino, simplemente, hacer dos precisiones estrictamente relacionadas con el presupuesto, antes de ingresar en el debate.

                Esperamos haber mostrado que el presupuesto tiene atrás un trabajo exhaustivo y detallado sobre qué se quiere hacer, por qué se quiere hacer, dónde se va a hacer, qué resultados esperamos obtener, etcétera. Se tomaron muy en cuenta las señales vertidas desde el Gobierno sobre la situación externa, regional e interna y, como se ve en la propuesta presupuestal, el proyecto del Poder Ejecutivo y el de la UTEC son iguales en los dos primeros años.

Ahora bien, quiero llamar la atención sobre lo siguiente. Conceptualmente es importante dar un mensaje claro al Parlamento –en este caso, al Senado– sobre lo que UTEC proyecta para los años posteriores a 2017, esto es, 2018, 2019 e, inclusive, 2020. No es que de veinte cosas vamos a pasar a hacer veinticinco, sino que se incorporan elementos que forman parte de esta propuesta de proyección de la universidad. Por ejemplo, para la etapa posterior de algunos cursos que se están presupuestando para comenzar ahora, se prevé la instalación de docentes radicados de alta dedicación, la capacidad de investigación, etcétera, para lo cual, si no tuviéramos el soporte financiero que se requiere en las etapas posteriores a 2017, lo que queda cuestionado es el concepto mismo del desarrollo de universidad. Este es el concepto que me interesa trasmitir y si es necesario después podemos ir a los detalles. Esto se lo hicimos saber con claridad al equipo del Poder Ejecutivo cuando discutimos estos temas. No tenemos problema en cumplir con los compromisos asumidos en estos dos primeros años con el ajuste presupuestal planteado, pero nos es ineludible contar con los recursos presupuestales que pedimos para el período comprendido entre el 2018, 2019 y, eventualmente, 2020, porque hacen que el proyecto de universidad que presentó Silveira y que muestra el video, se logre consolidar en su integridad y en su fundamentos.

                Esto es lo que fundamentalmente quería explicar como un elemento complementario al contenido del video y de la presentación de Silveira. Quedo abierto a todas las preguntas que quieran hacer.

SEÑOR CAMY.- Saludamos la presencia de la delegación representativa de la Universidad Tecnológica.

En primer término, queremos felicitar a la UTEC por el trabajo que viene realizando. Lo que se ha compendiado en este video, lo hemos conocido personalmente en casi todas las expresiones edilicias que se vienen conformando y en la presencia que tiene en los centros de estudio. En oportunidad de ser director de Ancap, estuve vinculado a lo que fue el pasaje del predio de La Paz, Colonia Piamontesa, de la vieja destilería de Ancap, a la Intendencia de Colonia, con el fin de lograr el objetivo que incluye lo relacionado a UTEC. También la Corporación Nacional de Desarrollo, cuando tuvimos oportunidad de integrar su Directorio, tuvo vinculación con las obras de UTEC.

Como hombre del interior quiero destacar, en primer lugar, la feliz iniciativa del Gobierno anterior de promover la UTEC, pero vinculándolo a algunos conceptos que se señalaban y que tienen que ver con parte del debate que estos días hemos tenido en relación a la transferencia de recursos al interior de la república. Esto tiene que ver también con una concepción del interior de la república no focalizada meramente en la vieja división administrativa que conforma los departamentos, sino en las realidades específicas que se expresan en las regiones. Un ejemplo de esto es el polo que UTEC ha desarrollado en el este de Colonia, en lo que es La Paz, Colonia Piamontesa, y en Nueva Helvecia, en la Escuela Superior de Lechería y la referencia, que recién señalábamos, de la vieja destilería de Ancap. Esta es una clara demostración de lo que veníamos diciendo, porque estamos hablando de una región donde el arroyo Cufré no separa dos departamentos, sino que los une. Y en oportunidad de visitar la Escuela Superior de Lechería hace dos meses, constatamos también la inversión muy importante que se hizo para el proceso industrial en relación con la carrera tecnológica de lechería, que se complementa, a su vez, con la que se desarrolla en La Paz, Colonia Piamontesa, muy cerca de allí. En su momento destacamos en el Senado de la República esa inversión e incluso también solicitamos un pequeño aporte que resta para culminar esa muy importante inversión.

En definitiva, señora presidenta, quizás cuando escuchemos las opiniones artículo por artículo nos pueda surgir alguna duda, pero partimos de la base de que en la Cámara de Diputados se aprobó por unanimidad lo que venía en el proyecto de Presupuesto inicial. Creo que es bueno destacarlo, fundamentalmente de nuestra parte, porque muchas veces, como partido que integra la oposición, nos ocupa el reclamo o la advertencia de lo que consideramos requiere de mejoras, no está bien o es insuficiente. Me parece que también, con el mismo énfasis, hay que marcar cuando estamos de acuerdo.

Para nosotros la UTEC es una experiencia muy buena y que hay que llevar a más. Saludamos su existencia porque está basada en un concepto muy adecuado de interpretación de la realidad de nuestro país, que está dividido en regiones, como bien señalaba y aportaba el video, muy distintas. Tenemos la región centro sur, la región fronteriza, la región sur metropolitana y la noreste, con su vinculación con las ofertas de países vecinos. Por tanto, con total franqueza me interesa que quede claramente marcado nuestro respaldo y apoyo. Nos ofrecemos para seguir aportando y construyendo esto.

SEÑOR DELGADO.- En el mismo sentido que lo hacía el señor senador Camy, nosotros queríamos dejar la constancia de que en su momento dimos el voto para que se creara la Universidad Tecnológica. Fue un voto, pero además una apuesta porque no había proyecto. Había una idea o una iniciativa y le dimos crédito por sí misma. Eso fue lo que quisimos hacer en el Parlamento cuando se creó la UTEC: elevar al nivel universitario la enseñanza tecnológica y descentralizarla. Además, en ese sentido hubo una insistencia muy grande del ex presidente Mujica y hay que reconocerlo. Sin embargo, imaginamos que esto tuvo y tiene muchas resistencias dentro de la propia formación tradicional, para decirlo en términos diplomáticos. Esto rompe con moldes, con estructuras y con historias, pero avanza hacia lo que viene y me animaría a decir que por primera vez trata de acercar la oferta educativa a la demanda de capacidades del mercado laboral de hoy y del futuro.

                Comparto lo que dijo el señor senador Camy. Dimos un voto de confianza para que se creara, incluso cuando no había proyectos y solo se hablaba de la creación de una institución y punto.

                El segundo tema al que quiero referirme tiene que ver con el financiamiento. Se creó la cáscara, está en los papeles, pero después hay que ponerle contenido. Tan así es que hoy la dirección no está completamente integrada, e incluso se prorrogan los plazos. A su vez, se aprobó un financiamiento que tiene que ver con el 10 % del impuesto al patrimonio. Queremos saber cuánto fue el ingreso por ese concepto desde que entró en vigencia hasta la fecha y a qué se destinaron esos fondos.

                Más allá de todos estos objetivos la presentación es muy auspiciosa          –compartible y auspiciosa– y muestra un centro descentralizado y moderno. Cuando uno se imagina la educación y el futuro, sobre todo en lo que tiene que ver con la formación tecnológica, se imagina esto. Este era un viejo reclamo en el Uruguay y también una necesidad. Ustedes son conscientes de que era un viejo reclamo. En nuestro país el concepto de universitario está muy asociado a lo formal y quizá en el futuro la formación termine teniendo todo un concepto tecnológico, a la que ahora damos todo un rango universitario, como corresponde y como pasa en la mayoría de los países.

                Tradicionalmente, en Uruguay había un concepto medio elitista de lo que era la formación profesional y se colocaba a la formación tecnológica en un escalón inferior. Creo que esto equilibra la balanza y da a la formación tecnológica el lugar que le corresponde.

Atado a la pregunta anterior sobre cuánto se recaudó y a dónde fueron los fondos más allá de lo presupuestal, fundamentalmente vinculados al 10 % de los ingresos por el impuesto al patrimonio –al día de hoy tenemos más o menos cuáles son las prioridades de la proyección de aquí al 2019 sobre el universo de estudiantes que se estuvo manejando– la realidad es que está acotado a muy poquitos estudiantes. Según los datos que tenemos son algo más de 170 estudiantes –no pasan de doscientos– y queremos confirmar que eso es así. Al mismo tiempo, deseamos saber cuáles son los motivos que impidieron que se avanzara más rápido en ese proceso de inclusión de la demanda estudiantil, que estoy seguro que es mucho mayor que eso.

SEÑOR AMORÍN.- Antes que anda quiero dar la bienvenida a los integrantes de la delegación de la Universidad Tecnológica.

                Quiero ratificar lo dicho por los compañeros del Senado en cuanto a que votamos la creación de la UTEC. Además tuve la suerte –en estas cosas hay que tener fortuna– de representar a mi partido en las conversaciones que tuvimos en verano de ese año con el expresidente Mujica. Él hizo algo que está muy bien y que fue muy positivo: llamó a representantes de los distintos partidos políticos para hablar sobre el tema de la educación. Fue muy amplio porque, en realidad, su idea original no era la creación de la UTEC, sino otra: dar autonomía a la UTU y más nivel. En las conversaciones que mantuvimos en las que todos aportaron su conocimiento, el expresidente Mujica aportó flexibilidad –a veces cuando se cuenta con la mayoría y se tienen los votos se escucha poco, pero en este caso se escuchó y mucho– y entre todos llegamos a este acuerdo que nos pareció muy importante por muchos motivos. Entre otras cosas, discutimos si era obligatorio que la Universidad estuviera radicada en el interior, porque a todos nos parecía fundamental. Entonces elaboramos una redacción de manera tal que los consejeros que llegaran lo hicieran así. En eso se trabajó bastante y entre todos los partidos políticos hicimos una apuesta importante.

                Además, a muchos nos parecía fundamental que hubiera otra universidad pública –además de la Universidad de la República– con otro perfil. En este caso hubo generosidad o un cambio de actitud de la Universidad de la República porque hace cinco o diez años hubiera sido imposible pensar en esto sin una férrea oposición de su parte.

                Todas estas cosas son positivas y hacen que entre tantos asuntos complicados de la educación, uno sienta que hay una luz de esperanza y que se puede trabajar para ir hacia adelante.

                Nos pone muy contentos que la UTEC esté funcionando bien; hicieron una muy linda presentación y ojalá todo se pueda realizar.

                Adelanto que vamos a votar todos los artículos tal como fueron votados en la Cámara de Representantes, pero como el articulado no da para mucho    –no porque tenga pocas cosas importantes, sino porque el mismo mensaje que ustedes enviaron es el que votó la Cámara– voy a referirme a un artículo porque quiero que expresen su fundamento. En el artículo 2º del mensaje que ustedes presentaron, que en realidad es el 591 aprobado por la Cámara de Representantes, solicitan que las asignaciones presupuestales destinadas a retribuciones personales sean de $ 100:000.000 en 2017, –que es lo que aprueba la Cámara de Representantes– y para los años 2018 y 2019 partidas de $ 311:446.000, de lo que no se habla. Nos gustaría que nos hicieran un comentario al respecto. Me parece que con este Inciso no vamos a tener mayores dificultades porque seguramente es de los artículos que van a ser aprobados por unanimidad.

SEÑORA AYALA.- Muy buenos días. Muchas gracias por estar acá, por el informe y la presentación que nos han hecho.

                En realidad, lo único que quiero es manifestar la alegría que esto representa para nosotros y, más que nada, para quienes venimos de otros rumbos, de otros lares del país y sobre todo del norte. Felicito a todos los uruguayos –en especial a los del norte–, por permitirnos esta oportunidad que el país entero hace mucho lo viene pidiendo y ahora se concreta.

                Como decía algún senador, la Universidad de la República que conocemos ha empezado a tener ciertas aperturas y eso también es real, porque hoy está instalada en otros departamentos, no solo en Montevideo.

Cuando el Gobierno anterior en la persona del presidente, de Pepe, plantea al Congreso de Intendentes esta iniciativa, a todos nos cayó muy bien. Luego todos queríamos saber dónde estaría instalado algún instituto, porque cada uno quería que fuera en su departamento, sabiendo de antemano que no habría 19 institutos en el país, porque de ninguna manera sería ello posible. Lo bueno es que de alguna forma esto se regionalizó y está claro en el mapa del país que hay zonas en las que todavía hay que ubicar alguno más.

                También felicito al equipo –formado por todos los presentes– que sé que desde el inicio estuvo en el pensar, en el planificar y que ahora comienza a ejecutar. Qué lindo es ver en este equipo de presentación a alguien tan joven. La verdad, es una alegría ver que gente muy joven está abocada a este emprendimiento.

                En cuanto a los números, más allá de un peso más o un peso menos, hay que decir que lo bueno es emplearlo de la mejor manera. El hecho de que todavía no estén los números en personas, concebido como estudiantes –que queremos que estén– se debe a que estamos comenzando, iniciando, dando los primeros pasos en una nueva universidad. La Universidad de la República  –concebida desde hace muchos años en nuestra historia– recién ahora tiene una cabida mayor en la cantidad de estudiantes. Como aquí se dijo, durante muchísimas décadas fue muy elitista.

Hoy estamos iniciando este proceso o este caminar con esta nueva universidad.

Me alegro de estar en este lugar y poder votar el presupuesto que se ha solicitado para que en estos próximos años la UTEC pueda seguir caminando.

                Desde mi parte, daré todo el apoyo que sea posible, deseando que el interior crezca mucho más, porque es necesario. Creo que de esa manera comenzamos a dar la oportunidad que se merece nuestro país y la gente que vive en todo el territorio nacional.

                Muchísimas gracias.

SEÑOR MELÉNDEZ.- Buenos días. Gracias por venir a la comisión y por refrescarnos en la perseverancia de la creatividad frente a las situaciones adversas. Si hay algo que hizo la UTEC fue crecer contra mucho, con creatividad. Cuando la creatividad, que siempre la llevamos hacia el arte u otro tipo de actividades, la vemos en lo científico, es muy importante.

                Como bien decían algunos senadores, esto comenzó con una idea, pero las ideas simples adquieren creciente complejidad en los hechos que se realizan.

                Este proceso ha mostrado tres elementos para mí importantes. En primer lugar, una regionalización contextualizada con los actores locales. Nadie mejor para decir qué puede hacerse en un lugar si no son los actores locales. En segundo término, un pensamiento país, porque si bien cada contexto puede ser diferente, el país tiene una línea específica a desarrollar, tanto nacional como internacional. En tercer lugar, el internacionalismo de lo tecnológico. Estos tres elementos me parecen que son importantísimos y la clave para que este elemento creciera, más allá del apoyo de todos los actores políticos que trabajaron en esto.

Quien comenzó a guiar este elemento que, si bien lo hizo con otra intención, terminó en esto porque justamente las ideas flexibles y creativas terminan donde tienen que terminar y no donde caprichosamente uno quiere que terminen. Entonces, vamos a votar este presupuesto, vamos a apostar nuevamente –seguiremos haciéndolo– a la Universidad Tecnológica, a la creatividad de los docentes y a lo modular de la universidad flexible porque es la mejor forma de adaptarse a los cambios. A esos efectos, vamos a dar a ustedes todo el apoyo necesario, tanto desde esta casa como el personal para que se pueda llevar adelante lo que ustedes están pensando, así como todo aquello que los gurises que están trabajando interpelan, porque el desafío es desafiar el futuro.

                Gracias.

SEÑOR PARDIÑAS.- En primer lugar, quiero decir que para nosotros es un gusto compartir este momento con los representantes de la Universidad Tecnológica.

                Sin lugar a dudas, es una apuesta importante que el país está haciendo. En esto creo que vale tener presente que no solamente debe estar la voluntad política que hubo en el Parlamento nacional para crear esta ley, sino también la voluntad política que se ha empezado a ejercer fuertemente y que es la de avanzar en destinar recursos para la educación pública. En ese sentido, es lo que se comienza a destrabar mediante algunas acciones que se están haciendo en estos tiempos.

Creo que el hecho de que hoy tengamos una iniciativa presupuestal de un organismo del artículo 220, como es la UTEC, que concuerde con el Poder Ejecutivo en un mensaje único, expresa esa voluntad: por un lado, la de quienes tienen la obligación de pensar en el desarrollo de la institución             –seguramente, por eso fueron ambiciosos al requerir recursos– y, por otro, la voluntad política del compromiso de que esa mirada desde lo académico, lo profesional, desde la competencia técnica, también encuentre en la mirada política un respaldo para poder avanzar. Creo que no es menor tenerlo presente.

Lo otro es que, más allá de compartir las expresiones en torno a la presentación sobre los avances logrados, hay que rescatar lo que todavía para este quinquenio sigue siendo una limitante que tiene el país. Los que somos del interior convivimos con eso. Además, tenemos que dar respuestas y explicaciones cuando demandan la necesidad de oferta académica en todos los lugares del interior. La UTEC está viviendo el gran desafío de generar recursos humanos en el interior, de tener equipos de trabajo radicados. Si bien los avances tecnológicos y los nuevos desarrollos pedagógicos habilitan hoy otras formas de enseñanza, como es la educación a distancia, las aulas virtuales, hay temas, fundamentalmente en lo tecnológico, que si no hay presencia y actividad en el día a día en el territorio, en los laboratorios, en los talleres, es difícil lograr buenos resultados.

Entonces, creo que la limitante que debe estar sufriendo, sin temor a equivocarnos, el desafío de la UTEC, es la que seguramente permitirá a posteriori que desde esos centros regionales que hoy se señalan como focos de desarrollo, puedan luego acercarse a otros lugares territoriales. El gran tema que también tenemos que ir resolviendo como país es, una vez que tengamos instalados esos recursos, facilitar el desarrollo del entramado social y de las comunicaciones entre dichos centros y los otros lugares del interior, ya que la estructura radial de nuestro país dificulta la comunicación horizontal.

Considero que el desafío que hoy plantea la UTEC tiene que ser tomado en cuenta en la construcción de políticas públicas para facilitar el desarrollo de la oferta educativa de nivel y terciaria en el interior.

                Simplemente, voy a hacer una pregunta sobre el contexto general de la exposición que han hecho los consejeros, que tiene que ver con un elemento particular señalado por el consejero Silveira en torno al desarrollo de la frontera. En el material que presentó el Inciso se incluye el desarrollo de los departamentos de la frontera, donde es más crítica la situación en cuanto a recursos humanos y al impulso de la educación terciaria. Entre las propuestas o las líneas de acción que plantean en el proyecto está el trabajar y profundizar en los convenios con el Instituto Federal Sul-Rio-grandense (Ifsul) porque, lógicamente, la mirada estratégica del desarrollo de la frontera tiene que estar muy vinculada con la oferta educativa, y el compartir recursos humanos con Brasil ha creado una puerta de desarrollo de la educación terciaria en el área fronteriza. También está la Universidad Federal do Pampa (Unipampa), que tiene una estrategia de asentamiento de desarrollo muy fuerte en el estado de Río Grande del Sur, fundamentalmente en las ciudades de frontera. Deberíamos ver en qué etapa está esta tarea, esta posibilidad de desarrollar recursos humanos en forma conjunta y, sobre todo, de compartir propuestas curriculares que potencialicen la oferta en el área fronteriza.

                Muchas gracias.

SEÑORA PRESIDENTA.- Ha llegado a la mesa una propuesta en el sentido de que dado que hay acuerdo en los artículos, nos focalicemos en el 591, en torno al cual existe alguna diferencia de criterios, y analicemos el resto del articulado en forma global.

SEÑOR CHILIBROSTE.- Ante todo, queremos agradecer las expresiones de apoyo, que son muy bienvenidas. Tal como se expresó, el trayecto de construcción desde los inicios en el año 2013 hasta ahora no ha sido nada fácil. Como bien señaló el señor senador Delgado, es cierto que la aprobación de la ley de creación de la UTEC contenía, esencialmente, el proyecto de ley. Entonces, en realidad, para nosotros es una carga bastante pesada interpretar adecuadamente lo que expresa el proyecto y también lo que no expresa pero que estaba implícito.

                Antes de comenzar con las respuestas a las preguntas que se hicieron  –en especial, la de la señora senadora Ayala– queremos destacar el importante apoyo que tuvimos, que fue nuestro gran motivador y ayudó en nuestra tarea cumpliendo un rol trascendente. Me refiero no solo a los intendentes departamentales sino también a las comisiones de apoyo a la universidad, que constituyeron un elemento de presión porque, legítimamente, tenían la aspiración de que la universidad derivara recursos a cada lugar donde había una comisión de apoyo. Siempre decimos que no había 19 comisiones de apoyo sino 25 o 30, porque en Tacuarembó estaba la de Tacuarembó y la de Paso de los Toros; en Artigas estaba la de Artigas y la de Bella Unión, y así en varios lugares. Como decía, en todos los casos jugaron un rol muy importante, tuvieron una actitud muy constructiva y nos plantearon propuestas de brindar acceso a la educación terciaria pero con una fuerte articulación con las capacidades que ya había, fuera UTU, formación docente o la propia Udelar, si estaba presente. Siempre tuvieron una actitud de gran responsabilidad, mucha exigencia y mucha generosidad, porque sabían que cumplir con todos no era posible y que en algún momento les iba a llegar la noticia de que el ITR del norte iba a llegar a tal lugar y no a tal otro, pero cuando eso llegó las respuestas que tuvimos fueron muy positivas.

No queríamos dejar de hacer este reconocimiento público, especialmente al grupo de Artigas, que fue muy activo y resultó muy motivador para nuestro trabajo, y con el cual tenemos el compromiso de hacer ofertas específicas.

                Ahora me voy a referir a las preguntas que hacía el señor senador Delgado. Una de ellas tenía que ver con el financiamiento y debo decir que el impuesto fue la principal vía de financiamiento, aunque no la única, porque hubo fondos que el Parlamento había asignado al frustrado Instituto Tecnológico Superior, que nos fueron transferidos. La recaudación del impuesto de los años 2013 y 2014 fue de aproximadamente $ 330:000.000 y el destino de esos fondos se distribuyó una vez culminado el estudio de análisis del vínculo entre oferta y demanda, etcétera. Luego de definir dónde iban las localizaciones y, en algunos casos, de tomar la decisión de comenzar temprano con algunas carreras que ya estaban muy maduras porque ya se sabía quiénes ingresarían y cuál era la necesidad de esos perfiles, una parte se destinó a infraestructura, otra a recursos docentes y capital humano a fin de gestionar lo que empezaba a ser la UTEC, y la última parte fue para gastos de funcionamiento. Para hablar en números redondos, un 40 % se destinó a recursos humanos, un 30 % o un 40 % fue para la infraestructura y lo restante se usó en gastos de funcionamiento. No sé si esto responde a la pregunta, pero esos fueron el monto y los destinos de lo recaudado.

                 La segunda pregunta tiene que ver con el número de estudiantes y me parece muy interesante, porque es un tema que nos ha tensionado mucho. Cuando comenzamos con esto había varias posibilidades; una de ellas era la de no hacer nada, y me refiero a comenzar con las actividades, pero también existía la tentación inversa de empezar a desperdigar cursos por todo el país. Ninguna de las dos nos convencía como opción y por eso intentamos encontrar un balance entre ambas estrategias con algo que llamamos «construir haciendo». Esto significa que al mismo tiempo que tratamos de identificar lo que serían los lineamientos estratégicos de la universidad, la línea de conducción, su vínculo con el territorio y con el sector productivo –es lo que se muestra en el video–, se tomaron las decisiones regionales de comenzar con la oferta. Precisamente, quisimos empezar con una oferta que reuniera dos o tres características importantes y eso fue lo que priorizamos.

                ¿Cuáles fueron esas características? La primera de ellas es un elemento de calidad; si la UTEC quiere aportar algo distinto, tiene que lograr lo que no se consigue actualmente en el sistema educativo: que el estudiante que ingresa también egrese. Eso requería que fuéramos muy cuidadosos en lo que ofrecíamos y en la modalidad que íbamos a usar. Asimismo, debíamos arriesgar en el sentido de poner a prueba en el sistema educativo elementos que no son de uso común. Por ejemplo, tenemos requisitos de ingreso que están definidos según sea el origen, que puede ser bachillerato tecnológico o secundaria completos, y lo primero que hacemos es una prueba de diagnóstico. En función de ella ofrecemos actividades de nivelación, porque queremos dar todas las garantías posibles como para que ese estudiante no fracase, para que ese estudiante que ingresó a la UTEC egrese de ella con lo que vino a buscar.

                De alguna forma, esto nos llevó inmediatamente a ser restrictivos, muy específicos y a estar muy bien orientados en cuanto a los objetivos y a las posibilidades de dar soporte a la oferta educativa que hicimos.

                También nos gustaría destacar que no solamente queríamos mostrar vocación sino también dar respuesta a las necesidades de articulación. Voy a ser más específico en este aspecto. El egresado en industrias lácteas de UTU –que mencionaba el señor senador Camy– no tenía ninguna posibilidad de articulación con una oferta educativa donde pudiera seguir formándose. La licenciatura en lácteos y derivados claramente responde a una necesidad que tiene el país de formar gente en esa área y a una demanda de un montón de generaciones de egresados de la tecnicatura en industrias lácteas que si querían hacer una carrera universitaria debían volver al punto cero, sin ningún tipo de reconocimiento, es decir, a alguna de las ofertas universitarias actuales o de las que tenía la Udelar en aquel momento.

                Nosotros estábamos convencidos –y actuamos en esa dirección– de que teníamos que hacer una carrera que reconociera la educación terciaria no universitaria que ofrece UTU o UTU y Udelar en conjunto.

                Entonces, las carreras que se abrieron en Colonia La Paz reciben egresados de una carrera terciaria de UTU que es la de técnico en industrias lácteas. Por otra parte, para ingresar a la Licenciatura en Análisis Alimentario de Paysandú es necesario que el alumno haya egresado de tecnólogo químico, que es una oferta conjunta de UTU y Udelar.

                Queremos hacer énfasis en esas primeras carreras, porque priorizarlas con ese perfil mostraban una línea clara de dónde nos parecía que podíamos agregar valor y una señal nítida de articulación, tanto con UTU como con la Universidad de la República para trabajar en la construcción de un sistema terciario de educación pública.

                Eso nos llevó a buscar un balance que quizás pueda ser opinable, criticable, entre la cantidad y el perfil de lo que ofrecíamos.

                También estamos empezando a satisfacer ofertas en demandas que venían del sector productivo. Es el caso de la carrera de tecnólogo en mecatrónica, que se dicta en la ciudad de Fray Bentos por una demanda del sector industrial y todos los procesos de industrialización. A su vez, en marzo del año próximo comienza a dictarse en Durazno la carrera de tecnólogo en energías renovables, que es una respuesta a las políticas del gobierno en cuanto al cambio de matriz energética y que requiere del soporte en formación. Pero esa matriz de articular la educación técnica no universitaria con la universitaria permeó mucho y requirió mucho esfuerzo de nuestra parte para construirla.

                Para tratar los temas de desarrollo de frontera, voy a dejar a mis compañeros del Consejo para que los aborden.

                Con relación a la pregunta que nos formulaban acerca del balance, confirmo el número: 170. Pero creo que la decisión que tomamos hoy ya podemos evaluarla. Por ejemplo, hicimos una preinscripción para lo que va a ser la oferta de 2016 y tenemos 400 estudiantes. Eso se acompaña de una inscripción que en febrero, sin duda, va a duplicar esa cantidad. De esa manera, sentamos las bases para un crecimiento sostenido.  

                Si los señores senadores miran la proyección del presupuesto –ella tiene que ver con la discusión del artículo 591– verán que se incrementa anualmente, más un menos, en un 16 %, mientras que la proyección de la matrícula crece un 80 %. Claramente, es un sistema que ha invertido en generar bases en este período y que va a crecer con esa dinámica: a un 15 % o 16 % en su incremento presupuestal y a un 80 %.

                Podemos dar fe –o por lo menos tenemos un alto convencimiento– de que es lograble el crecimiento de la matrícula, es decir, que aumentará la cantidad de estudiantes que esperamos para los años venideros. Ya son 500 para el 2016, y estamos seguros de que vamos a dejar a muchos afuera porque, por ese requisito de seguridad en la calidad y en el éxito del proceso educativo, trabajamos con cupos. Luego, en los años siguientes, serían 1.200, 1.800, 2.500 y 3.000 en el año 2020. Es una proyección que está analizada y presupuestada en detalle año a año. Yo ahora estoy dando números redondos.

                Con respecto al incremento presupuestal después del año 2017, este claramente tiene que ver con el desafío de poder respaldar la oferta educativa, la oferta docente, con capacidades instaladas de recursos humanos de alto nivel, y no tanto con el proceso de inversión, que se va a concentrar en estos años.

Esos recursos humanos van a estar articulados con UTU, con Udelar, pueden ser parte del proceso de formación de docentes en el interior también y la necesidad de que esta universidad –como cualquier otra que quiera desarrollarse en el mundo– tenga capacidades de investigación. Esta investigación es distinta a la académica pura, pero que requiere inversión, equipamiento, gente altamente capacitada y con gran dedicación y, por supuesto, un alto nivel de articulación con el sector productivo.

                Esa es mi respuesta a las preguntas que se formularon, sin tocar la relativa a la frontera que hizo el señor senador Pardiñas, la que va a ser abordada por mis compañeros.

SEÑOR SILVEIRA.- Creo que nuestra preocupación por la frontera es muy clara en Rivera, o en la región norte, pero también es clara en Fray Bentos. La discusión de los gurises en Paysandú es si se vienen a estudiar a Montevideo o se van para Concepción. Para decirlo bien claro: quizás es más fácil ir para Concepción que venir para Montevideo, incluso, que quedarse en Paysandú, porque no hay toda la oferta educativa. La preocupación de la frontera para nosotros es fundamental porque entendemos que el conocimiento tecnológico, cada vez más, es universal. Si uno mira el monstruo que tiene al lado, que es Brasil, advierte que indudablemente la oferta educativa de Bagé es muchísimas veces superior a la que podemos tener en cualquier de nuestros departamentos del interior. Además, ir de Melo a Bagé es muy fácil. Digo esto para que se entienda por parte de aquellos que pueden estar más alejados de la realidad. Así funciona el mundo de hoy en la frontera. Entonces, el desafío educativo en la frontera es una preocupación.

                Este viernes se va a desarrollar una actividad comunitaria en Santana Do Livramento a nivel de las instituciones educativas brasileras, UTU y Udelar, que consiste en un taller de todo un día donde se van a discutir aspectos concretos de integración. A su vez, hay una propuesta puntual presentada al Ministerio de Educación en Brasilia para realizar una política de titulación compartida o doble titulación en la frontera.

Por otro lado, también hay problemas reales como la comunicación, ya que lo hemos vivido. Sabemos lo difícil que es llegar de Melo a Rivera o de Artigas a Rivera. Esto también tiene que ver con la política de frontera, con que la regionalización es parte de este proceso y con la internacionalización de la universidad.

En el Estado de San Luis de Maranhão, que queda exactamente a 7.000 kilómetros, está del otro lado de Brasil, están interesados en hacer cosas en conjunto con la UTEC porque, increíblemente, el 90 % de la población no tiene acceso al agua potable y quieren apostar a la educación que, en parte, significa desarrollar la educación a distancia que es casi como llegar a la luna. No perdamos de vista que estamos hablando del mismo Brasil, pero en el sur es un país y el norte y nordeste, es otro. Entonces, cuando hablamos de internacionalización estamos hablando de una política de frontera educativa donde logremos la doble titulación, pero donde también reconozcamos créditos. Es por eso que también tenemos un sistema de créditos apoyado en una plataforma de gestión universitaria certificada internacionalmente que se llama Universitas 21. A veces se confunde la herramienta tecnológica con el proceso de aprendizaje. Quiero aclarar, como bien decía el señor senador, que todas estas herramientas no sustituyen la educación directa; no sustituye que un muchacho vaya a una empresa y que durante seis meses trabaje en un proceso productivo cotutoreado por un docente universitario y por alguien que está todos los días engrasándose las manos en una máquina o un proceso robotizado. Todas estas son cosas que a nosotros nos preocupan en lo que hace a la internacionalización.

Quería comentar a los señores senadores que siete estudiantes de segundo año de la carrera de lechería van a concurrir a Wisconsin durante tres semanas para practicar inglés. En realidad, puede parecer loco, pero el inglés es el idioma universal para un técnico. Hicimos un acuerdo con la Universidad de Wisconsin, a través de la embajada de Estados Unidos, que nos apoyó fuertemente, porque nos parece que es parte del proceso educativo: alguien tiene que entrar a la UTEC sin saber inglés, pero no puede salir sin saberlo. El inglés tiene que ser certificado, es decir, que tiene que servir acá, en Wisconsin, Australia, Japón o en Singapur, no importa donde sea. Para ello tuvimos que apoyarnos en una plataforma de aprendizaje denominada Pearson. Creo que eso es parte de la misma política.

Nosotros somos contestes de que puede ser molesto o generar una cierta cosilla aquello de que la UTEC tiene cupos, pero si no los tuviera –como bien decía Pablo Chilibroste–, creo que estaríamos mintiendo. Con los recursos que tenemos, con los estudiantes que van a la universidad, si piden que nuestros docentes formen 300 personas competentes en el área de la mecatrónica, hoy no podríamos cumplir. Y en este país el boca a boca es el que funciona. Las redes sociales existen desde que comenzó el mundo y no es un descubrimiento de ahora. El boca a boca hace que de los 63 estudiantes que tenemos en la carrera de tecnicatura en informática no abandonara ninguno hasta el día de hoy. Y a las 12 de la noche, cuando uno mira quién está en la red, puede ver que hay más de 40 estudiantes conectados. Esa es una realidad. Y la gran mayoría de quienes se anotaron en este período de preinscripción lo hicieron porque los sesenta y algo que están en la carrera les dijeron que se inscribieran porque está buenazo. Esa fue la realidad. Acá podemos hablar de la educación y, si quieren, podemos hacer una clase teórica, pero ese es el mundo actual. El boca a boca es la red social más importante que hay, más en un país de tres millones de habitantes y en el interior del país.

                Estas son las cosas que nos preocupan y creo que he contestado la pregunta del señor senador sobre la educación compartida a nivel internacional.

SEÑORA PRESIDENTA.- ¿Ha quedado alguna duda?

SEÑOR AMORÍN.- Creo que fue contestada la pregunta, en el sentido de que con los cien millones de pesos van a mantenerse en el nivel de alumnos que tienen y que si tienen más dinero van a poder crecer. Es así de fácil. Y, además, se van a constituir en una universidad en el concepto general de la misma, porque le van a agregar investigación, lo cual es básico para que la llamemos y sea de verdad una universidad.

                Muchas gracias.

SEÑORA PRESIDENTA.- Si no hay más preguntas, agradecemos a los representantes de la Universidad Tecnológica la información brindada.

(Se retiran de sala los representantes de la Universidad Tecnológica).

(Ingresa a sala el presidente del Directorio del Instituto Uruguayo de Meteorología).

La Comisión de Presupuesto Integrada con Hacienda tiene el gusto de recibir al presidente del Directorio del Instituto Uruguayo de Meteorología, ingeniero Gabriel Pisciottano. La idea es que realice una breve presentación general y luego una consideración de cada uno de los artículos.

SEÑOR PISCIOTTANO.- En primer lugar, me gustaría trasmitir a los señores senadores un par de comentarios, siguiendo la pauta de trabajo de esta comisión, que me parece extremadamente apropiada y natural. Para mí es un orgullo ser recibido en este cuerpo, del mismo modo que ha sido un orgullo y un honor que se me haya considerado para presidir el directorio de un organismo recientemente creado y, al respecto, me voy a permitir relatar algunas peripecias.

                Quiero trasmitir también, más allá de lo personal, el honor que este encuentro significa para la institución y para todos aquellos que hemos trabajado en este emprendimiento. Lamentablemente, hoy vine solo a esta reunión, entre otras razones, por algunas debilidades propias del Instituto Uruguayo de Meteorología.

                Quiero trasmitir que es un honor para la institución que se considere en este cuerpo el primer presupuesto, ya que el instituto fue creado como organismo descentralizado en el año 2013.

                En primer lugar, quiero recapitular la historia que da contexto a esta propuesta de base técnica que pretende organizar un instituto técnico, pero ciñéndose, naturalmente, a los principios legales y administrativos que concluyeron en una formulación legal.

El Inumet fue creado por ley –luego de algunas idas y venidas que no viene del caso retomar y que muchos de ustedes seguramente conocen– en octubre del año 2013, por la Ley Nº 19.158, promulgada a fines de octubre y puesta en funcionamiento con su legalidad plena en noviembre. El primer directorio que la ley preveía designar –presidido por quien habla– recién fue integrado en junio del 2014.

La ley preveía una cantidad de aspectos que, naturalmente, no estaban resueltos a nivel legal, sino que quedaban para su reglamentación por medio de un decreto. Fue bastante trabajoso lograr ese decreto, porque atañe a más de un ministerio: al de Defensa; al de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente –a mí me gusta decirle de Medio Ambiente, por obvias razones–, que es al que pasa a vincularse ahora, y al de Economía y Finanzas, porque debía reglamentarse cómo se transferían los créditos presupuestales, como estableció la ley. El 26 de febrero del corriente año, con la firma del presidente Mujica y de todos los ministros, ese decreto fue promulgado.

Naturalmente, como toda norma, ese decreto trata de encaminar una realidad y después los hombres trabajamos en el marco de esa norma. En realidad, me dio bastante trabajo plasmar esa realidad en el seno de esa norma; debimos interactuar con la Contaduría General de la Nación y otra cantidad de actores para que lo que el decreto había reglamentado se sustanciara. Fue así que recién en mayo de 2015 se creó el Inciso 032, del que ahora estamos tratando su nuevo presupuesto. La primera versión fue con la transferencia de los créditos que ese decreto realizó y la implementación de la Contaduría General de la Nación. A grandes rasgos, la ley de creación –que el decreto reglamentó y la Contaduría General de la Nación implementó en mayo– determina, por ejemplo, que todo el personal civil pasa al Inumet. Seguramente ustedes tienen el material –traje algunas copias ahora– donde están todos estos detalles por lo que no voy a abundar. Como soy ingeniero me gusta mucho trabajar con realidades materialmente sensibles y el número de personas es algo que da una idea del tamaño de las cosas. Durante el proceso de elaboración del presupuesto había algo más de 180 funcionarios y ahora seguramente deben ser algo más de 170 por el proceso natural de retiro y los numerosos impedimentos que tenemos para ejecutar algunos créditos disponibles y una maraña de normas no nos permite llenar los cargos aunque tengamos tareas que atender. Es así que desde que presido el Inumet, en 2014, no ingresó nadie. El año pasado eso se debió a motivos obvios, de rango constitucional, y este año hemos explorado una cantidad de vías en colaboración con la Oficina Nacional del Servicio Civil, la Contaduría General de la Nación y el Tribunal de Cuentas para tratar de nombrar observadores y otros cargos, pero todavía no hemos tenido éxito, ni siquiera para nombrar asesores de este presidente. Hay algunas dificultades que son naturales y otras que creo hay que remover; precisamente algunos artículos legales tienden a eso.

                En enero de 2013, cuando la comisión interministerial elaboró la ley, un informe de un consultor español daba cuenta de 212 funcionarios; cuando yo ingresé creo que había 188 y ahora son un poco más de 170. De eso 170 funcionarios, hay 40 que por mandato legal quedaron en el formato de funcionarios del Ministerio de Defensa Nacional porque tenían equiparación militar. Pasaron en comisión a trabajar en la anterior Dirección de Meteorología, actual Inumet, pero manteniéndose como funcionarios de esa cartera sin modificaciones en el régimen de trabajo. Eso nos genera en lo cotidiano una cantidad de dificultades porque hay conjuntos bastantes distintos de personal, con normas distintas para gestionar y hasta horarios diversos. Uno de los artículos atiende las inequidades y tiene su origen en ese tipo de cosas como, por ejemplo, nombramientos por distintas normas que generan diferentes horarios y retribuciones. La norma propone llevar esto a un formato más homogéneo.

Tomamos posesión del cargo en 2014, después el Poder Ejecutivo, con venia del Senado, mantuvo el directorio y por ahora tengo fuerzas para seguir presidiendo esto. En el documento aparece un cuadro donde se presentan los lineamientos estratégicos. En la sección relativa a la situación actual pueden ver el rubro inversión, es decir el equipamiento, que en un instituto técnico es muy importante. La magnitud de la inversión del presupuesto no era más del 1 %, 1,5 % o 2 %. Casi todo el presupuesto estaba centrado en las retribuciones personales. En la primera ocasión en la que interactuamos con el Poder Ejecutivo realizamos un gran esfuerzo para tratar de modificar eso, porque en un instituto de naturaleza técnica en el siglo XXI esto debe funcionar con una nueva base tecnológica, y las observaciones meteorológicas, que son la primera función que tiene un servicio meteorológico, deben estar fundadas, más que en personal trabajando con rutina, en equipamiento tecnológico automatizado adecuado a la tecnología de hoy. Esto ha sido parcialmente recogido como lineamiento presupuestal porque hemos interactuado con el Poder Ejecutivo y, ante las limitaciones que nos pautó para elaborar el Presupuesto, nos ajustamos.

Nosotros tenemos versiones anteriores de nuestra formulación presupuestal y los señores senadores podrían ver cómo la distribución de inversiones a través de los años estaba más concentrada en un escalón inicial y después se dilataba en el tiempo lo que inevitablemente hay que postergar, que es la generación y captación de recursos altamente calificados, porque no existen en el país; de manera que hay que tener mucha paciencia para ir generándolos en interacción con los organismos educativos y después ir captándolos e insertándolos. De modo que en la primera versión queríamos tener un escalón fuerte de inversión en tecnología para la red observacional de superficie y remota y en las versiones presentadas en conjunto con el Poder Ejecutivo hemos dilatado eso en el tiempo, tanto en lo que son observaciones de interés general, las estaciones automáticas, como las estaciones necesarias para una adecuada prestación, de acuerdo con las exigencias de las organizaciones internacionales, de la meteorología aeronáutica. Hay que tener en cuenta que en los aeropuertos del Uruguay hoy, en particular en Carrasco y en Laguna del Sauce –que tienen un interés especial y que gestiona y ordena Dinacia pero donde nosotros, por ley, prestamos el servicio meteorológico aeronáutico–, habría que incorporar algunos equipos. No voy a entrar en el detalle técnico, pero se trata de perfiladores de viento y otro tipo de prestación de meteorología aeronáutica especializada, cuya incorporación hemos venido dilatando en el tiempo. Quizás en el tercer o cuarto año, si las cosas funcionan más o menos como lo previsto, esto se podría concretar. El Uruguay podría haber tenido otro punto de vista –y nosotros también– y haber propuesto todo desde el inicio, pero no lo hemos hecho.

                Este es el contexto previo de la elaboración de este presupuesto y ya se derivan algunas pautas de cómo se hizo.

                Para la elaboración del presupuesto tuvimos en cuenta dos cosas solamente, como guía. Fue necesario mucho trabajo para esto, que al final se tradujo en 18 artículos que tuvieron pequeñas modificaciones en la Cámara de Diputados, por lo que entiendo. Creo tener aquí la versión que los señores senadores están considerando, pero no estoy del todo seguro.

                Lo primero que tuvimos en cuenta, naturalmente, fue los fines que la propia ley de creación del Inumet prevé, que son solo tres, y también los cometidos, que están en el artículo 3º de la ley y son muy numerosos: los literales van desde la A) hasta la R).

El primero de los fines es prestar los servicios públicos meteorológicos y climatológicos, consistentes en observar, registrar y predecir el tiempo y el clima en el territorio nacional y zonas oceánicas adyacentes y otros espacios de interés, de acuerdo con los convenios aplicables, con el objeto de contribuir –y esta es una pauta– a la seguridad de las personas y bienes y al desarrollo sostenible de la sociedad. Esto, necesariamente, si uno lo quiere cumplir, requiere hacer ajustes en el personal del instituto, en los equipos con que observa el sistema físico y en la forma en que se organizan y atienden esas tareas.

El segundo objetivo es algo bastante interesante y más difícil de cumplir que el anterior: la coordinación de actividades meteorológicas de cualquier naturaleza en el país. Recientemente hemos iniciado este objetivo a través de la instalación de un organismo que la ley prevé, que es el Consejo Nacional de Meteorología. Es un organismo interministerial integrado por los ministerios relacionados –con la defensa nacional, el medioambiente y la industria–, la Universidad de la República y el Sinae. Sin embargo, los señores senadores saben que coordinar es una palabra muy bonita, pero no es tan fácil generar acciones en esas coordinaciones. Tenemos algunas pautas de cómo lograrlo, atendiendo al relevamiento de redes que están en otros sistemas públicos y a coordinar el futuro de esas modificaciones de red. Esa es una pauta muy interesante, pero no tan fácil de llevar adelante.

El tercer fin es representar a la República Oriental del Uruguay ante los organismos internacionales en materia de meteorología, así como cumplir con las obligaciones asumidas ante ellos por el país. Soy el presidente del directorio y por esta ley, de acuerdo con las pautas del convenio que hemos suscrito, tengo la responsabilidad de representar al país en la Organización Meteorológica Mundial. Esa es una tarea sumamente importante. En realidad, a mí no me gusta viajar, pero no hay más remedio que interactuar. La atmósfera es una sola, el sistema climático es uno solo, la meteorología es una sola y para cumplir esa tarea el Uruguay puede aprovechar muchísimo la interacción con otros organismos de la región, con los servicios meteorológicos de la región y con la meteorología global. Hoy en el siglo XXI no hay manera de hacer meteorología si uno no está insertado en un sistema mundial y se necesitan pequeños recursos para prever la movilidad. Como presidente tengo esa tarea, pero con el presupuesto actual no tengo ningún recurso para cumplirla; es así de claro. Este año hubo un congreso de la Organización Meteorológica en Ginebra y no tenía fondos, pero con el apoyo de algunos amigos pude representar al país. A tal grado son las dificultades que tenemos. Por lo tanto, habría que incluir en el presupuesto el rubro gastos de funcionamiento, pero no para que yo haga turismo. La atmósfera es una sola. Las tormentas no presentan los pasaportes en las fronteras. La colaboración entre los países es lo más barato para poder observar, predecir y tomar la información que resulta de ese proceso que está al servicio del primer objetivo, que es la seguridad de las personas y de los bienes para el desarrollo sostenible de la sociedad. Sin interactuar con otros países hacerlo no es posible.

Los cometidos son numerosos y aunque no voy a nombrarlos todos quiero mencionar en particular el de meteorología aeronáutica, que implica la información meteorológica para la gestión segura de las aeronaves en los aeropuertos, que es muy desafiante, que requiere gran actualización y que debe ser atendida con mucha prudencia. Hemos tenido dificultades y hemos pasado por alguna situación indeseable, lo que ocasionó que el Poder Ejecutivo tomara medidas de esencialidad.

La elaboración de este presupuesto fue organizada con un pequeño grupo de apoyo a través del directorio y de algunos asesores. Quiero nombrar al señor Rafael Terra, doctor en ciencias de la atmósfera; al secretario general, el señor Federico Baz Uriarte y al economista Ramiro Almada, quienes no pudieron estar presentes por dificultades personales. En particular, quiero dejar constancia de que el profesor y doctor Rafael Terra y el economista Ramiro Almada trabajaron en forma completamente honoraria, cosa que el Uruguay debería agradecer. No he tenido manera de contratarlos, pero es un detalle del que quería dejar constancia.

Otro elemento en el que nos hemos basado al elaborar el presupuesto ha sido cuando el brigadier general Ariel Pérez –tuve el honor de interactuar con él– ocupó el cargo de director nacional de meteorología, se contactó con la agencia española de meteorología. Un grupo de gente con apoyo internacional trabajó y elaboró el proyecto Cliber que consta como antecedente en el documento que les entregué. Allí hay cuatro lineamientos técnicos institucionales que fueron desarrollados para modificar la realidad de la antigua dirección de meteorología y que hemos tomado como base –para no inventar el paraguas y recoger el trabajo como antecedente– adaptándolos a la fecha. La nueva realidad institucional no es una dirección nacional en el seno de un ministerio, sino un servicio descentralizado en interacción con muchos organismos públicos, de igual a igual.

                A continuación voy a dar lectura a los cuatro lineamientos estratégicos, que los señores senadores tienen desarrollados en el documento.

                El primero es la consolidación de un banco nacional de datos meteorológicos. Este es el único punto que el señor Ariel Pérez pudo desarrollar, aunque se enunciaron los cuatro rumbos estratégicos. Actualmente en el Inumet hay un banco de datos bastante adaptado a los tiempos, que hay que mejorar y completarlo con información que no está digitalizada. El Uruguay desde los inicios del siglo XX ha tomado las medidas –esta información es de gran valor a la hora de tomar decisiones tanto de obras como de gestión– y si no se digitalizan se pueden perder; algunos datos están en papel y los ratones se los pueden comer. Así de simple son las dificultades técnicas que puede tener el Inumet. Para superar las dificultades se necesitan pequeños rubros y quizás así podamos conseguir apoyo internacional para llevar eso a otro estándar.

También se necesita cierta inversión y recursos humanos en informática.

                El segundo punto es la racionalización, automatización, modernización del sistema de observación. Tal como decía hace un momento, tenemos una red de observación meteorológica en superficie. El Inumet gestiona alrededor de veinte estaciones meteorológicas y trescientos pluviómetros de manera un poco más indirecta –con la colaboración de agentes de policía en el caso de los pluviómetros– y hay que actualizarlo. Para eso se requiere hacer una inversión en equipos.

                Cuando interaccionamos con el Poder Ejecutivo les habíamos planteado hacer un escalón tecnológico sin ingresar en cosas como un radar meteorológico. Gente del Sinae y de algún otro organismo me rezongó por no haber incluido en la solicitud presupuestal instrumentos tecnológicos, no de hoy sino de hace veinte o treinta años, que tienen disponibles los países que ordenadamente quieren garantizar la seguridad de las personas y de los bienes. En algún momento el Uruguay tendrá que decidir cómo va a hacer para incorporarlos; un radar meteorológico tiene un costo del orden de USD 1:000.000 o USD 2:000.000, según el que se elija y cómo se gestione.

                En el presupuesto no hemos incluido ese gasto, sino cosas mucho menores como el upgrade de la red de estaciones básicas y algún pequeño equipo que el profesor Neco –que es un argentino, que me ayuda en algunas cuestiones de la universidad– le llama el radar del pobre, porque sustituye al radar pero con un costo mucho menor. Sin entrar en detalles técnicos, con un sistema de recepción de las descargas eléctricas se puede localizar –si las plotea en una pantalla en tiempo real– dónde se están desarrollando los eventos meteorológicos; en este caso no habría que gastar millones de dólares, sino cientos de miles de dólares. Eso sí fue incluido.

En las modificaciones que se han hecho en la Cámara de Representantes se han quitado algunos millones de pesos, no de dólares, y quizás no habrá que hacer algunas de esas inversiones previstas. No es el momento de analizar esas opciones, pero algunas de las cosas que figuran en el listado –presupuestadas con detalle y fundamento técnico–, no se podrán hacer.

                En el material que entregué a la comisión hay un par de mapas donde los señores senadores podrán ver la versión de la red actual y otra con la red planeada. La red actual consta de veinte estaciones –algunas cerradas por falta de personal–, con un principio de funcionamiento de un operador con turnos. Quiere decir que si queremos mantener la estación operando las 24 horas, necesitamos de siete u ocho personas porque tienen hacer turnos y descansar en la semana, puesto que la atmósfera no para ni tiene feriados, sino que está activa todos los días del año, las 24 horas. Eso hoy no es posible. Si los señores senadores ingresan de noche a la página de Inumet, verán que solo hay observación meteorológica por la noche en la ciudad de Rivera, en el aeropuerto de Carrasco, en el aeropuerto de Laguna del Sauce y en Rocha.

                Quiero anunciar que por algún problema administrativo y algún sumario que está en curso, es probable que no tengamos disponible algún funcionario en Rivera, por lo que en algunas horas –de esas 24– quizás deje de funcionar el observatorio en los próximos meses.

                En realidad, la alternativa no es poner más gente, sino combinar y completar un poco de gente en algunas localidades –aunque conseguir recursos humanos técnicos calificados en el interior, no es tan fácil– con una automatización completa de la red. Cuando la red se automatiza en forma completa, puede tener disponible en una pantalla, en tiempo real, las medidas que hora a hora se captan. Eso no es tan caro, pero el Uruguay debe dar ese paso. Está propuesto darlo y en la versión inicial habíamos propuesto hacerlo en tres años, comprando seis estaciones meteorológicas automáticas, cada uno de los tres primeros años. En las interacciones con el Poder Ejecutivo lo hemos dilatado a los cinco años, pero creemos que es posible hacerlo a un ritmo mucho menor.

                Cuando se dilatan las inversiones puede tener el problema de que terminen siendo más caras y menos ordenadas, pero capaz que no hay más remedio. Así está planteada la propuesta.

                El tercer lineamiento estratégico es el mejoramiento en las capacidades de análisis, vigilancia y predicción. La predicción es meteorológica, los tiempos cortos   –horas y días– y climática, los tiempos son más largos, en meses, con tendencias. Por ejemplo, determinados fenómenos como la sequía son muy importantes para el agro y para la generación de energía.

                En ese rubro, en los tiempos cortos se requiere tener muy aceitado el punto anterior, que es la vigilancia atmosférica que depende de la red meteorológica y está vinculada con las inversiones en equipo y su mantenimiento. Cuando se sustituye una red tradicional de observación –como observadores personales, por una red automatizada–, si bien tiene menos gente en las estaciones, tiene que poner algún grupo de gente con muy alta calificación técnica que sea capaz de supervisar, comandar, mantener y corregir todos los defectos técnicos que se produzcan en tiempo real, porque no se puede tener una estación meteorológica y arreglarla a los veinte días. Eso no sería una estación automática, sino un cadáver moderno.

                Por lo tanto, si bien se propone menos gente en las estaciones meteorológicas, a su vez se propone, llamémosle, una pequeña cuadrilla de muy alta calificación técnica y capacidad de respuesta rápida para su mantenimiento. Así funciona, por ejemplo, en Brasil donde tienen 650 estaciones meteorológicas automáticas; allí no nombran ningún observador, pero tienen enorme capacidad de respuesta logística y rápida. Es un tema más de organización y de ingeniería, que de meteorología.

                En cambio, en la elaboración de productos se requiere que el banco de datos esté muy aceitado –allí hay capacidades informáticas y personal altamente calificado– y elaboración, tanto en servicios climáticos como en productos de predicción del tiempo meteorológico y su formulación para intereses aplicados específicos con recursos altamente calificados.

                El Uruguay tiene pocos recursos calificados en ese rubro. Ustedes saben que la gente que trabaja en la disciplina en Meteorología, Ciencias de la Atmósfera y el Clima procede solo de dos orígenes en el Uruguay, aunque hay algún egresado del exterior.

Uno de esos orígenes es la Escuela de Meteorología del Uruguay –que la ley mantiene en el Inumet y que fue creada en la década del cuarenta–, de donde salen los técnicos meteorólogos. La mayoría de la gente que actúa en meteorología tiene un título de técnico meteorólogo otorgado por esa escuela, que ahora firmo yo porque soy responsable –figura en el último punto– de su funcionamiento. Estamos en interacción con la Universidad de la República y la Universidad Tecnológica para ver la reformulación de esa formación. Esas cosas no se arreglan con voluntarismo ni con dinero solamente sino, a través del tiempo, con un esfuerzo sostenido y sí, también, con un poco de dinero. Pero los problemas de recursos humanos son mucho más delicados que presupuestar algo; es más una línea de mantener formación.

En las versiones iniciales del presupuesto habíamos propuesto algún fondo para estimular el estudio de las Ciencias de la Atmósfera tanto en la Escuela Técnica de Meteorología como en la Licenciatura de las Ciencias de la Atmósfera de la Universidad de la República, complementando un sistema que tiene la ANII, por ejemplo, de estímulo general. Pero creemos firmemente –no porque esté en esto– que el Uruguay necesita dar un paso fuerte en el estímulo de la formación de recursos porque si no esto no tiene solución.

                En la medida en que uno tenga una política seria de hacer una organización pequeña con alta calificación –hay que viabilizarlo y por eso hay algunos artículos legales propuestos–, a través del tiempo se puede modificar la capacidad de generar productos y brindárselo a todos los uruguayos, si son de interés general, con un principio de financiación en base a Rentas Generales, el 1.1., en el lenguaje presupuestal.

                También está la necesidad de interactuar con necesidades específicas. Por ejemplo, hay productos específicos para cosas del agro con las que estamos en interacción y muchas veces se financian vía un convenio específico que asigna recursos para ese fin. No se puede financiar el desarrollo de productos específicos con los recursos generales. Con estos últimos hay que financiar que estén disponibles los datos en buena forma para que todos los uruguayos puedan usarlos en todas las actividades técnicas y para que todas las decisiones con riesgo de bienes, personas y seguridad, o riesgos económicos se tomen de la mejor manera. Si la información no está disponible, eso no se puede hacer correctamente.

                También, en el caso de la información de los productos de pronóstico, si son de interés general, el principio con el que está –hay un artículo legal– es que sean de base abierta. En inglés le dicen una política de open data; no recuerdo con qué expresión en español redactamos eso en un artículo, pero figura como formulación legal. Esa es una variación respecto a la situación actual. Hoy hay una reglamentación y decretos que obligan a la institución a aplicarlos –porque están vigentes, naturalmente– y a cobrar determinados productos con ciertas reglas. Pensamos que eso condena al atraso del Uruguay, por lo que estamos proponiendo un artículo legal para modificarlo y una versión de que otras cosas se reglamentarán por la vía del decreto, pues no tienen por qué estar escritas en la ley. Si bien no implica necesariamente recursos, se necesita la norma.

                El último punto, como lineamiento estratégico, es lo que llamamos desarrollo institucional y capacitación. Recién dije que estamos en un proceso de interacción con la Universidad de la República y con la UTEC para reformular la Escuela Técnica de Meteorología del Uruguay, pero eso no agota la tarea porque tenemos que procurar el desarrollo en el sentido de habilitar la organización para diseñar los nuevos puestos de trabajo de un instituto técnico y las normas, el estatuto, los reglamentos internos para que esos funcionarios puedan trabajar con el potencial técnico y poder captarlos ordenadamente a través de concursos serios, lo que implica un desafío muy grande.

Quiero hacer notar que la administración que encontré en la antigua Dirección Nacional de Meteorología y en el actual Inumet es muy precaria; es más, me trajo recuerdos de mi infancia cuando vivía en mi pueblo natal. Esa es la realidad del Uruguay pero esa situación debe ser removida y ello requiere hacer un ordenamiento en lo institucional y también en lo administrativo. En lo institucional, es necesario tener la capacidad de interaccionar con los grandes usuarios. Es muy bonito decir que la meteorología tiene que estar al servicio del agro, del sector energético, de la aeronáutica, pero para todo eso hay que tener capacidad real de gestión para poder interactuar, y eso implica ir a reuniones así como elaborar documentos técnicos con todos esos actores nacionales de gran envergadura, y también a nivel regional y mundial. Sin esa estructura no se va a lograr; no se logra con el esfuerzo personal del presidente, hay que tener una línea de fortalecimiento institucional en ese sentido. La sola atención del previsto organismo interministerial, el Consejo Nacional de Meteorología, con el Sinae de Presidencia de la República y con la Udelar, el solo esfuerzo de citar ordenadamente con documentos para presentar, eso requiere de cierta organización y estructura. Por ejemplo, este documento presupuestal fue presentado en el Consejo Nacional de Meteorología, donde fue considerado –tal como quedó testimoniado en la resolución del directorio– y todos los sectores tuvieron la oportunidad de conocerlo en tiempo y forma y de opinar. Ese es un valor pero se requiere de capacidad interna de realizarlo. La ley prevé que ese organismo se reúna varias veces al año para supervisar la operativa cotidiana y hay que tener una pequeña secretaría que interactúe con todos esos organismos para poner a disposición los materiales y demás. En las primeras etapas eso se puede hacer con voluntarismo, pero en un régimen permanente es absurdo porque hay que prever cosas. Soy ingeniero y si bien puedo asumir desafíos actuando con mucha voluntad y esfuerzo en eventos, dentro de un régimen permanente no es correcto. Sería una irresponsabilidad de mi parte pretender que esas cosas funcionen sin prever los recursos necesarios.

De esta manera ha quedado presentado todo el contexto y los lineamientos de la propuesta. En el día de ayer el economista Almada y algún otro funcionario del Ministerio de Economía y Finanzas me acercaron un texto comparativo que contiene el articulado que fue elevado y el que aprobó la Cámara de Representantes, y las modificaciones introducidas resaltadas en negrita.

Quedo a disposición de los integrantes de la comisión para evacuar cualquier consulta que consideren pertinente.

SEÑORA PRESIDENTA.- Tenemos en nuestro poder el texto comparativo al que acaba de hacer mención. Los señores senadores del Partido Nacional plantearon considerar los artículos en bloque y no uno por uno; de esa manera, harían consultas sobre dudas generales más que específicas de cada disposición, que creo que quedaron bien explicitadas con la información general que ha dado el señor director.

                Nos gustaría preguntar acerca del artículo 612, porque tenemos la derogación de la Ley Nº 10.028, del 26 de junio de 1941.

SEÑOR PISCIOTTANO.- Creo que no tengo el mismo articulado.

SEÑORA PRESIDENTA.- Se trata del artículo 587 original, que ahora se transformó en el artículo 612 y habla de la derogación de la Ley Nº 10.028, que es la del Instituto Meteorológico del Uruguay. Se nos ha planteado que con la derogación de todo el texto quedarían algunas cosas pendientes como, por ejemplo, los artículos 8º y 9º de dicha ley. Esta es la duda que fue presentada en ocasión de la visita de los funcionarios a esta comisión, por lo que queríamos preguntarle si verdaderamente esto es así y si hay alguna forma de solucionar el tema.

SEÑOR PISCIOTTANO.- No recuerdo de memoria el contenido total de la ley, pero sé que la leí y es un texto muy antiguo, que tiene una versión muy vieja de lo que era la Dirección Nacional de Meteorología. Hace unos años conocí a quien fuera director en esa época, el señor Galimberti...

SEÑORA PRESIDENTA.- Vamos a mostrarle el texto de la Ley Nº 10.028, que quedaría totalmente derogada. Según nos han dicho, en la nueva formulación no se recogería el articulado original y se nos ha hecho hincapié en los artículos 8º y 9 º de la ley. Por lo tanto, nos gustaría pedirle una reflexión al respecto.

SEÑOR PISCIOTTANO.- Durante esta pequeña gestión de servidor público que estoy desempeñando me he informado de que al elaborar estas propuestas los organismos públicos tienen que interactuar con sus funcionarios. Así lo hemos hecho y puedo decir que esta formulación presupuestal también fue diseñada con el intercambio y el conocimiento de los funcionarios; incluso hemos modificado e incorporado algunas cosas junto con la agrupación de trabajadores, con la que hemos firmado dos convenios colectivos, uno el año pasado y otro durante este año.

                En realidad, me asombra un poco que esto se traiga ahora a colación. Si bien es un tema relativamente menor, he visto el estilo de redacción de esta ley y creo que es completamente inadecuado mantener el texto. Me parece que hay que adaptar las estaciones meteorológicas a los tiempos que corren y no a los de 1941. De todas formas, somos personas libres y responsables –por lo menos yo lo soy– y sabremos a qué atenernos, pero creo que no es una cuestión de principios. Estimo que se puede cometer un error al normatizar con la manera en que fue redactada esta ley de 1941, algo que hoy funcionaría sobre otras bases. Hace un rato dije que hay que automatizar la red de estaciones, o sea que las normas de funcionamiento serán de base técnica y los recursos humanos se tienen que adaptar a las funciones, pero no al revés. Ese es mi punto de vista; yo soy ingeniero industrial y, además, hoy estoy aquí como presidente de un directorio de un instituto técnico. Insisto en que me parece que eso es lo principal. Esto no es una administración burocrática que debe velar por la gestión de expedientes, sino por estar a la altura de los desafíos técnicos y para ello hay que modificar muchas cosas. Si empezamos manteniendo este tipo de cosas, creo que vamos a terminar mal.

                Yo digo las cosas claramente porque con medias tintas el Uruguay va a mal puerto. Sin embargo, estoy a disposición para que en otro momento podamos analizar redacciones alternativas si es que hay algún interés particular. No creo que sea la defensa de los intereses de los funcionarios el rumbo con el cual haya que elaborar el presupuesto de un instituto técnico que está dudosamente en nacimiento; también hay que ser responsables.

                Aquí hay que garantizar las cosas importantes primero. Y cuando eso esté garantizado, después podrán atenderse y desarrollarse la vida y el trabajo de todos los actores. Pero si hacemos al revés, me parece que vamos a mal puerto.

                En este sentido, Uruguay tiene diversas experiencias sobre cómo transitar por este tipo de asuntos. Los senadores, naturalmente, son totalmente libres de considerar estas cosas y de informarse como les corresponda. Y si les soy útil para ilustrar, ahora o después, mi punto de vista, estoy completamente a disposición para hacerlo.

SEÑORA PRESIDENTA.- Creo que quedó contestada la pregunta.

                ¿Hay alguna otra explicación o interrogante que quieran trasladar al señor presidente del Instituto Uruguayo de Meteorología?

SEÑOR PISCIOTTANO.- Disculpe, señora presidenta, quisiera agregar una consideración.

                En uno de los artículos –no domino los números– que fue suprimido en la Cámara de Representantes –antes era el 574 y ahora es el 599–, en la formulación original estaba prevista la creación de dos cargos de confianza: gerente técnico y gerente administrativo.

SEÑORA PRESIDENTA.- Se habla de secretario general.

SEÑOR PISCIOTTANO.- El cargo de secretario general ya existe, no se crea ahora. Disculpe la corrección o complementación, señora presidenta. En cambio, los cargos de gerente técnico y gerente administrativo sí fueron propuestos en nuestra iniciativa presupuestal.

SEÑORA PRESIDENTA.- Para ubicarnos en el texto del proyecto de ley, estamos refiriéndonos al artículo 599 actual, al 574 del enviado por el Poder Ejecutivo y al artículo 8º del mensaje del organismo. De esta manera, tenemos las tres referencias.

SEÑOR PISCIOTTANO.- No voy a entrar en las consideraciones acerca de cómo se fijan los salarios porque hasta en lo personal hay una gran confusión. Consulté varias veces a los organismos que, creo, son competentes para informarme acerca de los sueldos que corresponden. No lo digo porque me interese mi sueldo. Como lo planteé en la Cámara de Representantes, si yo quisiera hacer dinero siendo ingeniero, me dedicaría a otras cosas. Yo acepté esta responsabilidad porque creo tener la posibilidad de colaborar con que el Uruguay pueda tener, en corto plazo, un instituto técnico a la altura de los tiempos, integrado a la meteorología internacional. Y todavía me considero útil. Pero lo que personalmente no puedo hacer es entusiasmar a la gente solo con promesas y sin organizarla.

                Hace un rato dije que la administración del Instituto Uruguayo de Meteorología es muy precaria. Para mejorarla se requieren dos movidas grandes. Lo dije el 10 de junio de 2014 cuando asumí en el edificio de la Plaza Independencia: acá hay que tener una única columna técnica que sea capaz de gestionar los cambios –es el gerente técnico aquí propuesto– y una única columna administrativa que sea capaz de instalar y gestionar grandes cambios en la forma en que funciona la administración, por supuesto, de acuerdo con las normas, al derecho y respetando a todos los funcionarios en lo personal, en lo técnico, en lo laboral, en todo. Para eso fueron propuestos dos cargos: el de gerente técnico y el de gerente administrativo.

                Por motivos que desconozco, en la versión que hoy tienen los senadores a consideración, no está el gerente administrativo. Pero esa no era una ocurrencia desestructurada de este presidente ni del directorio del organismo, era un instrumento para poder gestionar cambios. Sin embargo, pueden tomarse otros puntos de vista.

                Nada más. 

SEÑORA PRESIDENTA.- Dejamos la constancia de que el artículo 8º, que presenta el instituto, habla de secretario general, gerente técnico y gerente administrativo, pero su presidente nos dice que el secretario general ya existe, pero está expresamente establecido en este artículo, por eso es que lo había mencionado. En la redacción del artículo que estamos considerando, que es el que viene de la Cámara de Representantes, no figura el gerente administrativo. Dejamos constancia en la versión taquigráfica de esta situación y, después, la comisión analizará el planteo correspondiente.

SEÑOR PARDIÑAS.- Quiero hacer una sola consulta que, tal vez, en parte, es de donde surgen las razones que tuvo la Cámara de Diputados al suprimir el cargo. ¿Las funciones del secretario general incluyen ser el referente y el conductor del área administrativa o no están comprendidas en el rol que cumple actualmente?

SEÑOR PISCIOTTANO.- En la actualidad quien ocupa funciones de secretario general, naturalmente, recibe todas las consecuencias de la actividad administrativa del instituto y, en particular, la interacción con el directorio. De modo que hace las veces de alguna gerencia administrativa. De todos modos, yo considero que son dos funciones distintas, porque una cosa es ordenar el funcionamiento de un directorio, que así fue creado en la naturaleza de la ley –requiere una secretaría general con altísimas capacidades de revisar las adecuaciones legales y la formulación de los proyectos de resolución de un directorio–, y otra un poco diversa es la gestión administrativa cotidiana vinculada a un organismo técnico y en interacción con organismos internacionales. Pero siempre se pueden compactar funciones. La tarea de gestión administrativa va a seguir existiendo y alguien la va a tener que comandar de una manera u otra. El cargo y la propuesta de gerente administrativo genera que esa posición el directorio la puede gestionar rápidamente, porque está formateado como cargo de confianza. Este es el origen por el cual la tarea de gerente administrativo está formulada de esa manera. ¿Por qué es distinta a la secretaría general? Esto se puede debatir o tomar opciones, porque no son cosas de principio. En la etapa inicial del Inumet sería muchísimo más sano que no estuvieran juntas estas dos funciones en una única persona por mil motivos, de desgaste, de independencia de las decisiones gerenciales administrativas, de las del directorio y secretaría general. Hay un conjunto de argumentos que se pueden considerar, pero son opciones. En el proyecto original nosotros propusimos tener dos fuertes gerencias, porque consideramos que es lo mejor.

SEÑORA PRESIDENTA.- Agradecemos la presencia de nuestro invitado, hemos tomado nota de sus planteos, así que oportunamente los analizaremos.

                Se levanta la sesión.

(Son las 11 y 54 minutos).

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Montevideo, Uruguay. Poder Legislativo.