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Carátula

SEÑORA PRESIDENTA.- Habiendo número, está abierta la sesión.

(Es la hora 17 y 7 minutos)

                La Comisión de Asuntos Laborales y Seguridad Social tiene mucho gusto en recibir a la delegación de la Comisión Tripartita Para la Igualdad de Oportunidades y Trato en el Empleo, asesora del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.

                Les cedemos la palabra.

SEÑORA PAYSSÉ.- Buenas tardes.

                En primer término, deseamos aclarar que venimos en calidad de Comisión Tripartita Para la Igualdad de Oportunidades y Trato en el Empleo, asesora del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Este Cuerpo está integrado por el propio Ministerio, por las áreas de la Inspección General del Trabajo y de la Dirección Nacional de Empleo, por el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES) y por representantes de los empleadores y de la central de trabajadores PIT – CNT. En este caso, además de los integrantes de la Comisión Tripartita, nos acompaña el doctor Miguel Oliveros por las cámaras empresariales, la Cámara de Industrias, y el señor Washington Beltrán por el PIT – CNT.

Por su parte, las integrantes de la Comisión aquí presentes son la doctora Laura  Acuña  por  las  cámaras  empresariales,  la  señora  Ofelia  Ogara  por  el PIT – CNT y la doctora Adriana Adano por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.

                En segundo término, vale destacar que solicitamos esta reunión porque a nivel de la Comisión Tripartita Para la Igualdad de Oportunidades y Trato en el Empleo queríamos tener contacto con la Comisión de Asuntos Laborales y Seguridad Social para señalar nuestro interés en que en este Período Legislativo se apruebe el proyecto de ley de acoso sexual.

                Por otro lado, debemos decir que la Comisión Tripartita tiene actuación permanente desde 1997 y, en ese ámbito, fue desarrollando diferentes actividades. Por ejemplo, apoyó la creación del Programa Promujer, de capacitación para mujeres a nivel de la Junta Nacional de Empleo. A su vez, en 1994, sancionó el Plan Nacional de Igualdad de Oportunidades y Trato en el Empleo, que luego fue incorporado al Plan Nacional de Igualdad de Oportunidades y Derechos, y a partir de este Período ha venido trabajando sobre el proyecto de ley de trabajo doméstico en la generación de la perspectiva de género en la negociación colectiva.

En primer lugar, solicitamos apoyo a la OIT para poder trabajar sobre este asunto. Concretamente, a partir de una propuesta que elaboró la doctora Martha Márquez –consultora de la OIT-, la Comisión, con la colaboración de la Dirección de Derechos Humanos del Ministerio de Educación y Cultura, comenzó a analizar el tema del acoso sexual en la relación alumno-docente o docente-alumno.                 Trabajamos en forma intensiva durante el año pasado y logramos este proyecto –quiero resaltar esto muy especialmente-, que es consensuado, porque tanto el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social como el Ministerio de Educación y Cultura, las Cámaras Empresariales y el PIT-CNT, nos hemos puesto de acuerdo. Ello no quiere decir que no se hayan hecho recíprocas concesiones o que sea fruto exactamente de lo que cada uno de los sectores pretendía, pero si estamos hablando de diálogo y acuerdo tripartito, creo que este es un producto en el que podemos apreciar ese acuerdo entre los tres sectores.

                Si los miembros de la Comisión me lo permiten, me gustaría que los dos actores sociales, es decir, las cámaras empresariales y el PIT-CNT, dieran su punto de vista y, obviamente, estamos abiertos para que, si hay alguna duda, nos realicen las preguntas pertinentes.

                Esto es, fundamentalmente, lo que les queríamos trasmitir, aunque desde ya reconocemos que el Poder Legislativo es libre y autónomo para tomar las resoluciones del caso. De todas maneras, nos parecía importante hacer referencia al acuerdo que llegamos sobre el texto en cuestión.

SEÑORA ACUÑA.- Represento en esta instancia, conjuntamente con el doctor Oliveros, a las cámaras empresariales.

Desde la Cámara de Industrias y la Cámara Nacional de Comercio y Servicios agradecemos a la Comisión de Asuntos Laborales y Seguridad Social por recibirnos en esta oportunidad para expresar la visión que tiene el sector empresarial sobre el proyecto de acoso sexual surgido en el ámbito de la Comisión Tripartita.

Como miembros de la Comisión, desde su origen –ya hace doce años-, sentimos un profundo compromiso al abordar los temas de género desde la órbita de la Comisión Tripartita, entendiendo que el tripartismo es la base del diálogo social.

El tema que hoy nos convoca merece varias reflexiones pero, fundamentalmente, me interesa abordar básicamente dos áreas. Por un lado, en relación al tema de fondo me gustaría comentarles las perspectivas del sector empresarial y, por otro lado, la importancia que implica para el sector los consensos logrados a nivel tripartito.

Desde el sector empresarial hemos promovido específicamente el tratamiento de este tema en la órbita de la Comisión Tripartita. Como decía la doctora Sara Payssé, la Comisión recogió la iniciativa elaborada a instancias de la OIT y del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y, a través de su estudio, logró realizar un proyecto que contempla las necesidades de ambas partes.

Por lo expuesto, entendemos esencial que el proyecto se considere, dado que hoy en día es el que contempla las necesidades de las partes, estableciendo las responsabilidades correspondientes y brindando las garantías suficientes. Cuando  abordamos la discusión del proyecto en sí mismo, dejamos establecido desde el sector que había temas que nos parecían prioritarios, tales como la utilización de términos claros y no vagos o confusos, y las definiciones concretas que permitan que no existan malas interpretaciones en un futuro. Sobre todo entendíamos que, en primera instancia, había que poner énfasis en que el objetivo del proyecto era prevenir. Teniendo en cuenta ese punto de vista, establecimos que para el sector empresarial el tema de la responsabilidad era muy importante.

                Cuando se analizó inicialmente el proyecto que estaba en el seno de la Comisión Tripartita, entendimos que el sector empresarial no podía tener una responsabilidad objetiva plena y que debíamos dotar a las empresas de las garantías suficientes para que pudieran exonerarse de la responsabilidad, cuando nada tenían que ver con el supuesto acoso o con la conducta de acoso que allí pudiera generarse. Por eso, tal como se establece en la exposición de motivos, para que pueda hablarse de que existe una responsabilidad, debe haber dos conductas concomitantes: tener conocimiento del hecho y no haber adoptado medidas para corregirlo. Por tanto, aquella empresa que actúa diligentemente no debería ser responsable de una conducta que se da en su seno.

                En este proyecto se establecen responsabilidades para otros actores sociales y no sólo para las empresas; me refiero al sector trabajador y al Estado como empleador y coordinador de las políticas laborales.

                Por otro lado, nos parecía muy importante dar a la persona que estuviera viviendo -o que se considerase que estaba viviendo- una situación de acoso, el ámbito adecuado donde pudiera presentarse, con la posibilidad de decidir voluntariamente si ese ámbito adecuado para el tratamiento era la propia empresa o el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, más concretamente la Inspección General del Trabajo, el órgano competente para resolver. Pensamos que este tema es muy subjetivo y merece especial cuidado, de modo que no debería ser ventilado públicamente si la persona estima que no tiene que ser así.

                Otra consideración que entendemos esencial refiere a la indemnización. Nos parece que la indemnización que se establezca en caso de comprobarse una situación de acoso, debe estar enmarcada en lo que dispone nuestro régimen legal y ser coherente con él. Esa indemnización debería estar en función de la determinación del responsable de la conducta.

                En consecuencia, así como sentíamos la necesidad de estudiar este tema en el seno de la Comisión Tripartita por entender que es el mejor ámbito donde las partes podemos establecer nuestros derechos y garantías y asumir las responsabilidades, una de las prioridades que intentábamos contemplar como garantía para el sector empresarial era desalentar las denuncias con intenciones de daño o abusivas, y eso también está reflejado en el proyecto.

Con relación al segundo punto que me interesaba comentar, debo decir que el proyecto de acoso sexual realizado en la Comisión Tripartita surge después de un largo esfuerzo y de mucho trabajo, tal como dijo la doctora Payssé. Sin duda, se trata de un tema muy sensible, pero consideramos que ese era el ámbito donde debía ser tratado. Por eso, seguramente, el resultado no es el que cada una de las partes desearía que se instrumentara, pero sí es el fruto de un consenso, del diálogo social, y la concreción de aquello a lo que las partes pudimos llegar luego de recíprocas concesiones.

En ese marco, tuvimos una serie de enfrentamientos y discrepancias entre ambos sectores a nivel nacional, pero a pesar de esas diferencias que pueden surgir en distintos ámbitos, el sector empresarial decidió participar desde la Comisión Tripartita en esta negociación, apostando así al diálogo social y al tripartismo.

En definitiva –y para terminar–, quiero destacar que desde el sector que representamos hemos asumido el compromiso de respaldar el proyecto consensuado, con la ilusión de que, por la vía de retoques parlamentarios, no se frustre el acuerdo que se logró en la Comisión Tripartita.

SEÑORA OGARA.- En primer término, quiero decir que represento al PIT–CNT  y también deseo saludar a los señores Senadores que han tenido la gentileza de recibirnos.

                Este proyecto de ley es de alto interés para las trabajadoras y los trabajadores y, como se sabe, surge del diálogo social y del consenso entre las partes, no sin haber atravesado muchas dificultades. Hace poco más de dos años, la Comisión Tripartita pidió asesoramiento a la OIT con respecto a esta iniciativa que, en principio, era de interés de ambas partes. En principio, el proyecto se frustró y se rompió el diálogo, pero el año pasado se retomaron los contactos. La negociación fue muy trabajosa porque, de alguna manera, si bien existía una inquietud común en tratar un tema que fue considerado sin éxito en muchas Legislaturas, había distintas ópticas y se defendían diferentes intereses. Por esa razón, muchas veces, el acuerdo tripartito estuvo en riesgo. Sin embargo, entendimos que por encima de esas cuestiones sobre las que teníamos distintos puntos de vista, había un interés general por el tema en sí, cuya naturaleza, además, es de derechos humanos.

                Entonces, en virtud de esa realidad y de la preocupación que teníamos en resolver un tema pendiente, tanto quienes integramos la central obrera como toda la sociedad, decidimos discutir y buscar todas las alternativas posibles para llegar a un acuerdo.

                ¿Por qué es esto tan importante para nosotros? Más allá de que hace años que se intenta aprobar un proyecto de este tipo sin haberlo logrado y de que existen antecedentes como el de Sarthou y el de Palomeque, así como otras iniciativas de modificaciones al Código Penal, entendemos que el resultado es satisfactorio porque, en primer lugar, tal como aquí se ha dicho, las definiciones son claras y, en segundo término, porque se establecen categóricamente las responsabilidades. Por supuesto, en el caso de la empresa, una vez que está en conocimiento de los hechos no sólo debe actuar con respecto a sus dependientes, sino también con relación a quienes no lo son pero de alguna manera se vinculan a ella, como es el caso de los proveedores. Estas responsabilidades tienen que ver también con el tema de la sensibilización y la capacitación de todas las partes, a saber, el Estado, las empresas y los sindicatos. A su vez, a la hora de hacer las denuncias, el trabajador o la trabajadora no sólo tiene la libertad de hacerlo en el lugar que le parezca, sino que tiene la posibilidad de hacerlo a través de su organización sindical, con el apoyo de esta.

                Por otro lado, hay que tener en cuenta que la investigación debe realizarse en un ámbito reservado, con todas las garantías para el denunciante y para los testigos.

                Hay que resaltar que el tema de la indemnización, por su parte, fue muy discutido y controversial. Si bien consideramos que estamos hablando de derechos humanos y de cuestiones de ética que tal vez no se paguen con nada, de lo que se trata es de empezar a cambiar una situación, ya que un proyecto de ley de este tipo ha querido ser aprobado en distintas Legislaturas sin que ello se haya podido concretar.

                Finalmente, los plazos que se plantean en esta iniciativa son cortos y se rigen por la ley de amparo. Es de destacar que la víctima siempre tiene la posibilidad, como en todos los casos, de acudir a la vía judicial en forma paralela, simultánea, o luego de haberse presentado la denuncia en la empresa.

                Por tanto, entendemos que este proyecto de ley es un avance sustancial para el movimiento sindical, al que estoy representando aquí. Hasta el momento, contamos con muchas denuncias que ni siquiera llegan a culminar su trámite en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, porque la prueba es muy difícil. Estas denuncias llegan al PIT-CNT cuando las compañeras –que ni siquiera tienen la posibilidad de ser despedidas- renuncian. Cuando estas personas son acosadas sexualmente y no aceptan ese trato, terminan sintiendo un acoso laboral moral y, al no soportar más la situación, simplemente deciden renunciar, con todo el trastorno que provoca a su autoestima, no sólo desde el punto de vista laboral, sino también social y familiar. Allí también sufren las consecuencias de haber renunciado luego de tratar de sobrellevar una situación que es más vieja que el agujero del mate, pues el acoso sexual siempre existió. Aquí lo nuevo es la forma de abordar el tema y la posibilidad concreta de que en esta Legislatura se lleve adelante esta iniciativa.

                Muchas gracias. 

SEÑORA BERAMENDI.- Nosotros también queremos agradecer esta posibilidad que tuvimos de participar del ámbito tripartito junto con la Dirección Nacional de Empleo del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, representando al Poder Ejecutivo.

Fundamentalmente, voy a referirme a lo que el Instituto Nacional de las Mujeres, como organismo rector de las políticas de género, quiere enfatizar. Comparto totalmente el desarrollo del proceso que llevó a que hoy contemos con un proyecto tripartito, el que supuso un gran esfuerzo. Supongo que todos los aquí presentes imaginan lo que pudo haber implicado construir un proceso de diálogo en el que, como bien expresaron la delegación empresarial y la del PIT-CNT, hubo un esfuerzo de ambas partes para dejar por el camino algunas cosas a los efectos de llegar al consenso.

Una de las motivaciones más importantes es combatir una de las formas más frecuentes de discriminación de las mujeres en el ambiente de trabajo. En ese sentido, en el Instituto Nacional de las Mujeres estamos recibiendo permanentemente testimonios –no denuncias, porque no somos un organismo receptor de denuncias– o solicitudes de apoyo de muchas mujeres que sufren el acoso sexual –ayer, hoy y la semana pasada– en el ambiente de trabajo y que, muchas veces, son despedidas apenas hacen la más mínima insinuación de poner en palabras lo que están viviendo o lo circulan en el ambiente de sus compañeros, porque esa información llega a quienes toman las decisiones en el mundo empresarial. También hay que tener en cuenta el deterioro que esto supone en la salud psíquica y física de quienes lo sufren. Estamos hablando de una conducta de uso abusivo del poder que es rechazada por la persona que la padece, lo que produce gran tensión y estrés sostenido. Cuando trabajamos en talleres de violencia de género, vemos que de cada cinco mujeres que participan, cuatro –y tal vez quede corta– reconocen haber vivido alguna situación de acoso sexual al estar sometidas a relaciones de trabajo en las que la asimetría de poder es importante. Sin duda, esto también tiene mucho que ver con la vida de las empresas y con la posibilidad de generar ambientes de trabajo más eficientes. Los lugares donde el acoso sexual está presente se transforman en ambientes irrespirables; todos quienes los hemos conocido sabemos que pueden llegar a ser tremendamente distorsionantes en la vida del trabajo de una empresa. Por lo tanto, además de perseguir el fin principal, que es combatir una forma de discriminación, nos parece que el proyecto también tiene un valor agregado en términos de hacer más sano el ambiente laboral, permitiendo que en el Uruguay haya empresas dispuestas a reconocer que un ambiente de trabajo libre de acoso sexual hace a una relación de ese nivel más eficiente.

Asimismo, quiero señalar que esta ha sido una bandera que las mujeres del movimiento sindical han tenido desde hace muchos años. A su vez, me parece muy interesante que nuestro país cuente por primera vez con un proyecto que alcanza un nivel de consenso de este tipo, que puede ser ejemplar para la región y para el mundo. Además, a nuestro juicio, esta iniciativa tiene un valor agregado muy fuerte, que es su reconocimiento no sólo en los ámbitos privado y público, sino también en el de la docencia. Todos los que estamos aquí debemos conocer alguna situación en la que una joven es acosada, muchas veces aprovechando situaciones de vulnerabilidad identificadas, como la ruptura de un vínculo familiar o el distanciamiento del padre o de la madre por alguna circunstancia. Esto sucede a nivel de los liceos, de las facultades o de la educación física. Al respecto tenemos numerosos testimonios de jóvenes que, justamente, esta semana están padeciendo una situación de estas características sin saber qué hacer.

                En consecuencia, nos parece importante contar con una normativa clara, porque creemos que este es un proyecto de ley que tiene una pretensión de integralidad –está muy cerca de considerárselo integral– en su abordaje. Realmente, lo sentimos como muy necesario. Esperamos que el hecho de haber tenido hoy la posibilidad de estar en este ámbito para expresar a los señores Senadores lo que nos motivó a trabajar intensamente desde diversos lugares durante mucho tiempo y el consenso al que hemos arribado en este organismo, operen a nivel del Senado como algo que permita un diligenciamiento del tema con la celeridad que, a nuestro juicio, obliga el daño que provoca en las personas que lo sufren –fundamentalmente, las mujeres–, así como también en el funcionamiento de la vida de las empresas. Es claro que, desde el punto de vista de una iniciativa compartida con el PIT-CNT y con el Estado, las empresas se están colocando en nuestro país en un lugar muy importante.

SEÑOR LEZAMA.- Quiero decir que tengo una posición muy especial sobre este tema porque simplemente soy suplente, por el término de quince días, de la señora Senadora Percovich. Si bien la señora Senadora tiene antecedentes suficientes al respecto, no me ha significado ninguna incomodidad seguirle el trillo que ella misma ha marcado. Es recién ahora que veo este proyecto de ley y, como abogado que está acostumbrado a leer rápidamente, debo decir que me pareció muy bien logrado porque contempla buenas definiciones y medidas y establece principios de justicia. En definitiva, tal como está redactado, lo considero una muy buena base de trabajo.

                Con relación al problema real, en algún momento miré a la señora Carmen Beramendi y recordé cuando accidentalmente me desempeñé como Presidente de una empresa pesquera no tradicional. A pesar de ello y de que era dirigida por gente que, desde el punto de vista social, estaba dispuesta a proteger los derechos de todos los trabajadores, teníamos conocimiento diario de episodios y de costumbres de esta naturaleza. Pero, claro, había industrias que, en ese sentido, estaban mucho más abajo, aunque espero que ahora hayan podido levantar el nivel. De todas maneras, este era un problema muy serio que ya en aquel momento advertíamos, pero no teníamos forma de proteger a las compañeras que eran objeto de acoso sexual.

                En lo personal, tuve oportunidad de seguir los pasos de la señora Carmen Beramendi, que trabajó en esa época en Promopez, y sé cuál es el rol que está cumpliendo.

                Simplemente, quería declarar públicamente mi satisfacción por habernos encontrado nuevamente.

SEÑOR BELTRÁN.- Soy Washington Beltrán y represento al Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT, junto con la compañera Ofelia Ogara.

                Voy a mencionar solo algunos conceptos, porque no es mi intención repetir lo que aquí se ha mencionado por parte de mis compañeros que, de alguna manera, ilustran claramente la manera en que se ha venido trabajando en torno a este proyecto en el que ha participado el conjunto de los actores sociales y políticos del país.  Por lo general, se nos identifica con enfrentamientos continuos –de alguna manera esto sucede– que en el transcurso de la historia han tenido lugar permanentemente, debido a los intereses de los trabajadores y de los empresarios. De cualquier manera, recorrer un ámbito de estas características, con el reconocimiento de cada una de las partes de cómo pesa en las decisiones finales de un proyecto de esta naturaleza, nos parece de suma relevancia. Varios valores agregados tiene, entonces, un proceso así, y creo que uno de ellos es dar un mensaje al conjunto de la sociedad en un tema tan particular como este, que nos involucra a todos y en el que, de alguna manera, barremos hacia abajo de la alfombra en forma permanente. Nos cuesta, en una sociedad con las características de la nuestra, abordar este tipo de temas, reconocerlos, identificarlos y actuar en consecuencia.

Entonces, creo que corresponde destacar la responsabilidad con que se han movido las partes, en un trabajo muy prolongado que, en varias oportunidades, ha estado interrumpido en el diálogo, pero no en la investigación y en el proceso de elaboración, brindando elementos de juicio que luego se fueron consensuando.

Por lo tanto, el que hacemos en el día de hoy no es un mero trámite. Sabemos que la Comisión de Asuntos Laborales y Seguridad Social es la que deberá definir este tema, pero para el conjunto del movimiento sindical este es uno de los proyectos de ley que en esta Legislatura deberían ser resueltos. De manera que nos permitimos realizar una exhortación, con el mayor de los respetos, al Cuerpo que ustedes integran, para que en forma definitiva se haga justicia con una de las leyes que ha sido postergada durante mucho tiempo en este país. Creo que las garantías que hoy se dan, por el ámbito en el que este trabajo se procesó, son de suma relevancia.

SEÑORA PRESIDENTA.- Por nuestra parte, queremos agradecer a los invitados por la comparecencia en el día de hoy y expresarles nuestro reconocimiento por el trabajo realizado, que será tomado como un insumo para que la Comisión pueda deliberar. A su vez, contamos con ustedes para formular las consultas que eventualmente puedan realizarse, o si hay propuestas alternativas o situaciones que nos cueste definir.

(Se retira de Sala la delegación de la Comisión Tripartita

Para la Igualdad de Oportunidades y Trato en el Empleo,

asesora del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social)

 

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Montevideo, Uruguay. Poder Legislativo.