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SEÑOR PRESIDENTE.- Está abierta la sesión.

                (Es la hora 17 y 25 minutos)

                La Comisión de Asuntos Internacionales del Senado da la bienvenida al Embajador de la República Socialista de Vietnam, señor Thai Van Lung. Lo recibimos con mucha satisfacción y, sobre todo, nos gustaría escuchar sus impresiones y su visión respecto al Uruguay, ya que sabemos que está acreditado ante la República Argentina y es Embajador Concurrente en la República Oriental del Uruguay.

SEÑOR VAN LUNG.- Quisiera expresar al señor Presidente y a los demás integrantes de la Comisión de Asuntos Internacionales del Senado nuestra gratitud y la satisfacción que sentimos por poder venir a saludarlos y tener este primer encuentro, que es una oportunidad para acercarnos. Asimismo, desearía trasmitirles un saludo muy especial de parte de mi pueblo y, a través de ustedes, también al pueblo uruguayo.

                Para nosotros es un honor trabajar en el Uruguay. Algunos de ustedes deben saber que para Vietnam el Uruguay es un país amigo desde hace tiempo. En ese sentido, conocemos la historia del pueblo uruguayo, su vida, su cultura, su economía y, sobre todo, su voluntad para defender la identidad nacional, desarrollar su país y elevar el nivel de vida de su gente. Asimismo, sabemos que en el pasado este pueblo se mostró muy solidario con nosotros en la lucha que libramos contra las agresiones extranjeras para defender nuestra independencia y nuestra soberanía.

                En este momento y con ese mismo espíritu, el Gobierno uruguayo ha demostrado su interés y su deseo de impulsar relaciones oficiales, que son tradicionales a nivel del pueblo y de las masas. Precisamente, en estos días estamos preparando la visita que hará el Presidente de la República Oriental del Uruguay a nuestro país entre los días 18 y 20 de este mes. Consideramos que va a ser un acontecimiento histórico, porque significará un eslabón muy importante en las relaciones entre ambos países, ya que, a partir de entonces, vamos a tener más oportunidades e incluso más compromisos para ir profundizándolas.

                Como Embajador de Vietnam, aunque sea Concurrente, tengo toda la responsabilidad y la obligación de hacer lo mejor que pueda para contribuir con mi grano de arena a impulsar estas relaciones.

Yo estoy muy feliz de cumplir con este trabajo. Debo decir que mantengo buenas relaciones con algunos amigos uruguayos, pero es la primera vez que participo de un encuentro de esta altura y con este número de asistentes.

                Tengo que confesarles que, en el pasado, Vietnam fue bastante conocido para los países de esta área de América del Sur, pero creo que hay una falta de conocimientos más actualizados sobre la vida de nuestro país y de nuestro pueblo. De acuerdo con las informaciones que hemos obtenido a través de la televisión, de las películas, sabemos que todavía se conoce a Vietnam sobre todo por la guerra, pero lo cierto es que ahora nuestro país  es diferente, no en su naturaleza sino en la realidad de la vida de su pueblo.

                Quisiera compartir con los señores Senadores algunos elementos nuevos de nuestro país. Nosotros hemos tenido un desarrollo bastante rápido, aunque éramos un país tradicionalmente agrícola y nos calificábamos de subdesarrollado. Durante muchas décadas sufrimos duras guerras -como sabrán ustedes muy bien- que nos dejaron secuelas muy graves hasta ahora, aunque en gran medida hemos logrado superar las consecuencias. De todas formas, no es fácil acabar con todo eso de un día para el otro; necesitamos más tiempo, porque hay consecuencias visibles pero también las hay invisibles, que todavía debemos seguir superando. En general, el país ha cambiado, sobre todo a partir de 1986. La dirección de nuestro país optó por la política de renovación y, a partir de ese momento, tomamos una nueva vía para desarrollarnos.

                No quisiera abusar del tiempo y de la paciencia de los señores Senadores relatando tantos detalles pero, como consecuencia de este proceso de renovación después de más de veinticinco años, debo decir que hemos logrado un avance que nunca  hubiéramos imaginado. Por ejemplo, durante los últimos veinte años tuvimos un ritmo de crecimiento que alcanzó un promedio anual entre 7,5% y 8,5%, y hasta hubo momentos en los que alcanzamos el 9% anual.

                Nuestra economía ha avanzado de forma tal que ahora Vietnam se ha convertido en un destino de interés para muchos países del mundo. Para citar algunos ejemplos puedo decir que hemos firmado acuerdos bilaterales económicos y comerciales con la Unión Europea, con los Estados Unidos y hace poco ingresamos a la Organización Mundial del Comercio. Quiere decir que Vietnam ya no está separado del mundo sino que está integrado a todo el proceso de desarrollo mundial.

                Asimismo, la vida de nuestro pueblo ha mejorado muchísimo y la inversión extranjera también ha aumentado en gran medida durante los últimos años. Nosotros interpretamos que la inversión extranjera es un elemento para determinar hasta dónde llega la confianza y la esperanza que depositan los inversores, los socios extranjeros, en la economía de nuestro país en general. Por ejemplo, el año pasado la inversión extranjera fue de un poco más de   US$ 8.000:000.000 y ya este año hemos llegado a los US$ 10.000:000.000

 por lo que esperamos superar los US$ 13.000:000.000. Este es un acontecimiento que vale la pena resaltar porque antes de la renovación prácticamente no teníamos inversiones extranjeras y, ahora, después de veinte años, hemos llegado a esas cifras. 

                También hemos logrado un incremento muy importante de las exportaciones, con un crecimiento promedio anual de más del 20%. Tenemos relaciones económicas y  comerciales con casi todos  los países más grandes económicamente y con los centros económicos  más importantes del mundo.

                Podemos decir que ahora, en general, Vietnam es diferente. Si alguno de los señores Senadores visitó nuestro país hace algunos años y vuelve a hacerlo  ahora, va a ver  un Vietnam diferente. Incluso, hasta para nosotros mismos cuando volvemos a la patria,  después de dos o tres años, hay cosas que nos sorprenden. Quiere decir que los cambios en Vietnam han sido y siguen siendo muy rápidos. Esto en cuanto al aspecto interno del país.

                Ahora bien, también en lo externo, hemos desarrollado relaciones internacionales muy valiosas.  Actualmente, Vietnam es miembro de todas las organizaciones internacionales más importantes del mundo. A este respecto, puedo mencionar un acontecimiento muy significativo. Hace poco más de un mes, nuestro país logró ser electo miembro no permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas  para el período 2008-2009. Para nosotros es muy importante porque confirma el prestigio y la posición internacional de Vietnam. Nosotros aplicamos una política de apertura no solamente interna sino también internacional. Se trata de la política de diversificación de las relaciones y de vínculos multilaterales. Ahora podemos decir que ya estamos hombro con hombro con otros países en este proceso de integración internacional. Desarrollamos relaciones internacionales oficiales, o sea, a nivel del Gobierno, pero también a nivel partidario y parlamentario, porque somos integrantes de la Unión Parlamentaria y del Parlamento regional. A su vez, tenemos relaciones con organizaciones de masas y sociales. Es decir que nuestra política exterior ha registrado avances con el mismo sentido de renovación, ampliando relaciones, con el principio de que en Vietnam estamos dispuestos a ser amigos y socios confiables de otros pueblos del mundo.

                Nosotros no hemos fallado a la confianza de los amigos, que durante la guerra nos apoyaron para que tuviéramos la paz, la independencia y la libertad. Ahora que las logramos, no nos detenemos allí, sino que seguimos con una nueva lucha por desarrollar el país, por elevar el nivel de vida del pueblo y por contribuir a la estabilidad, la seguridad y el progreso internacional. Repito que en ningún momento nos olvidamos de los sentimientos de los amigos, que a través de sus acciones, de su colaboración y de su coordinación, sea en el terreno político, diplomático o económico, nos han dado un respaldo muy importante, tanto en el pasado como en la actualidad. Por lo tanto, quisiera reiterar aquí el agradecimiento de nuestro pueblo hacia otros pueblos amigos del mundo y específicamente hacia el pueblo de este país amigo, el Uruguay. Una vez más quisiera expresarles el cariño, el respeto y el afecto que tenemos para con ustedes y para con todo el pueblo uruguayo.

SEÑOR PRESIDENTE.- Muchas gracias, señor Embajador.

SEÑOR BARÁIBAR.- Señor Presidente, señor Embajador: es un honor contar en nuestra Comisión con la presencia del señor Embajador de Vietnam, Thai Van Lung, y del Consejero Comercial, Duong The Hung. Quiero informarles que en esta Comisión de Asuntos Internacionales estamos presentes representantes de todos los partidos políticos que integran el Senado de la República: el señor Senador Julio María Sanguinetti, dos veces Presidente de la República; los señores Senadores Sergio Abreu -que fue Ministro de Relaciones Exteriores del Uruguay- y Luis Alberto Heber, del Partido Nacional; así como el señor Senador Bentancor y quien habla, del Frente Amplio.

Más allá de los buenos vínculos que nuestro país cultiva con todas las naciones y el reconocimiento a la variedad de culturas, incluso aquellas que pudieran estar más lejanas a nuestras tradiciones y costumbres, Vietnam tiene para mucha gente, para mucha gente de este país y, diría, muy especialmente para mucha gente de mi generación, una significación muy especial.

                Podría decirse que el pueblo vietnamita contribuyó a arraigar en nosotros ese valor esencial que es la libertad, y a mostrarnos hasta dónde es posible el coraje cuando todo un pueblo defiende el patriotismo y la dignidad. ¡Cuántas veces, en las manifestaciones estudiantiles y populares de aquella época, contra la agresión, unimos el legado de libertad y de dignidad de Artigas, nuestro héroe nacional, a la gesta vietnamita con la que nos solidarizábamos. Vietnam nos enseñó ese valor tan alto que es la solidaridad. Nos convocó a ser solidarios, a aprender la solidaridad como una cualidad que los seres humanos debiéramos cultivar siempre.

                Es conocida por todos la larga lucha de los vietnamitas contra las agresiones a su tierra, con gestas como la larga guerra contra el colonialismo francés y luego la resistencia a la cruenta intervención de Estados Unidos, que costó millones de vidas, entre ellas la de muchísimos niños, mujeres y ancianos, en aquellos bombardeos e irrupciones militares contra poblaciones indefensas.

                El triunfo de Vietnam fue un símbolo, una gran enseñanza sobre ciertos valores del género humano, que hicieron que un pequeño país, por entonces muy pobre y castigado, pudiese vencer a la tecnología militar y el poder físico de una potencia inconmensurablemente más fuerte.

                Es una gran enseñanza para la historia: los débiles que pelearon por su libertad, por su patria y por el sagrado derecho a la autodeterminación de los pueblos, terminaron siendo los vencedores.

                No terminaron ahí las enseñanzas vietnamitas, porque la larga reconstrucción del país reiteró la valentía, la paciencia y la tenacidad en tiempos de paz. Y entre esas enseñanzas hay que destacar la inteligencia política y el coraje cívico para reinsertar una nación en el mundo, seguir aportando a la paz, ahora desde la reconstrucción nacional y una capacidad de relacionamiento con el mundo que incluyó hasta a los poderosos países que otrora intentaron su avasallamiento y destrucción.

                Los vietnamitas hicieron realidad el principio de contribuir efectivamente a las relaciones diplomáticas, culturales, económicas y comerciales con todas las naciones, independientemente de ideologías, historias y políticas internas. No debe haber sido fácil para ellos. Por eso también en este caso podemos seguir hablando de hazaña.

                Este Vietnam pujante, que no olvidará la guerra, abre nuevos caminos en este mundo que sigue siendo conflictivo y competitivo. Y abre sus puertas a la amistad, a la paz, a la tolerancia, a la construcción de un mundo mejor. Sólo cabe el agradecimiento.

                Y este Vietnam contemporáneo está hoy presente en esta sala, a través de sus representantes, el señor Embajador y el señor Consejero Comercial, para expresarnos su amistad, que por supuesto retribuimos, y su deseo de intensificar las relaciones entre Uruguay y Vietnam.

                La gira que el señor Presidente de la República emprenderá en breve por ese país será sin duda una excepcional oportunidad para profundizar esos lazos de amistad y para que los uruguayos conozcamos más directamente la realidad de una nación que tiene tantas cosas para mostrarnos.

                Será la posibilidad de nuevas enseñanzas para nosotros, así como de más y más profundos vínculos entre los pueblos de Vietnam y Uruguay.

SEÑOR BENTANCOR.- Para nosotros es un placer recibirlos en este ámbito. Además, quiero felicitar al señor Embajador por su excelente español, que ha manejado con total fluidez.

                Queremos decirles que a nuestra generación, en la juventud, le tocó recorrer las calles de nuestro país reclamando por la paz y la autodeterminación de los pueblos, en ese caso de Vietnam, sintiéndonos absolutamente identificados con su causa.

                Es cierto lo que dice el señor Embajador en cuanto a que tenemos una imagen diferente de Vietnam. Sigue reverberando el tema de la guerra a través de medios de prensa y de películas, al punto que no se sabe bien, si uno las mira, quién ganó esa guerra, porque según ellas parece que hubieran sido otros los que la ganaron.

Recuerdo que en un viaje que realicé -entre los años 1986 y 1987- a lo que todavía era la Unión Soviética, pude ver un afiche turístico de Vietnam, que me dejó impactado por la belleza de los paisajes que mostraba, semejantes a los más cercanos de Brasil, con playas muy hermosas y aguas preciosas. Pero eso era Vietnam, del que nosotros, desde acá, teníamos la imagen oscura de un país castigado por una guerra infame.

A modo de reflexión personal, quisiera agregar lo siguiente. Vemos que Alemania pasó por una devastación brutal en su momento y se recuperó al punto de convertirse en una gran potencia; Corea ha pasado más o menos por lo mismo, así como Japón, que también fue destruido en gran parte durante la guerra. Y a veces, en países como los nuestros, que gozan de la enorme dicha de vivir en paz -más allá de algunos períodos de interrupción democrática- uno se pregunta por qué, si disfrutamos de la ventaja comparativa de no haber tenido guerras ni catástrofes climáticas, etcétera, nos cuesta tanto encauzarnos en el camino del progreso. Por eso, vemos con una sana envidia el ejemplo de otros países. La  pregunta es si es necesario pasar por tantas situaciones, más allá de que, sin duda, deben fortalecer mucho la unidad nacional y el ímpetu de avanzar de un pueblo. Sin embargo, no creemos que sea necesario atravesar por ellas.

Nos alegra mucho poder mantener este tipo de conversación con ustedes. Ayer no más, durante la sesión del Senado, a propósito del tema educativo, el señor Senador Sanguinetti se refirió a la  manera en que algunos países han manejado la cuestión de la educación, haciéndola avanzar hasta tal punto que se ha visto un cambio -cuantitativo y cualitativo- en la inteligencia, en el aprovechamiento de las nuevas tecnologías y en la innovación.

Nuestro país está intentando avanzar y superar las dificultades de un mundo global muy competitivo. Somos productores de materias primas básicas, de “commodities”, sin una gota de petróleo; y nos es difícil. Sin embargo, tenemos una cantidad de cosas que nos gustaría compartir con ustedes, mediante un acercamiento político, tal como ha señalado el señor Embajador. Sin duda, la presencia de nuestro Presidente en su región va a dar lugar  a que  podamos ampliar y profundizar nuestras relaciones. Además, en lo personal, formamos parte -como miembros- del Parlamento del MERCOSUR, y nos interesa la manera en que ustedes están viendo el proceso de este Mercado Común y la posibilidad de suscribir acuerdos que beneficien a nuestros países, que son los destinatarios de todos los esfuerzos que uno, como su representante, viene a hacer a esta Casa.

Por lo tanto, reitero mi satisfacción de contar hoy con su presencia y espero que esta sea la primera de una larga serie de visitas e intercambios en la que podamos aprender unos de otros.

SEÑOR PRESIDENTE.- Agradezco la presencia del señor Embajador, y quiero destacar la importancia que tienen para nosotros no solo los relacionamientos políticos, sino los aspectos comerciales, así como la posibilidad de aumentar nuestro comercio con Vietnam, actualmente muy reducido. Nuestro país exporta a Vietnam unos US$ 11:000.000, e importa US$ 3:000.000 ó           US$ 4:000.000, con un superávit a nuestro favor de US$ 8:000.000. Reconozco que son cifras casi insignificantes; sin embargo, para un país como el nuestro es muy importante ingresar en el mercado externo y, sobre todo, en el área del Pacífico.

                De manera que esperamos que, entre otras cosas, la visita del señor Presidente de la República Socialista de Vietnam nos permita aprovechar de un mercado más dinámico y también tener ventajas del “doi moi” vietnamita, de forma tal que también nosotros podamos aprender que la modernidad a veces pasa por encima de exageradas -a veces- etiquetas mentales, que en vez de darnos la posibilidad de prosperar nos condenan.

                También sé que la relación con Argentina y Brasil no es muy importante. No se trata de cifras significativas; si no me equivoco, estamos hablando de US$ 130:000.000, US$ 150:000.000 ó US$ 200:000.000 de exportaciones argentinas y brasileñas, que no es lo mismo que está haciendo Chile, que comienza a tener una expansión muy fuerte y, sobre todo, un balcón al Pacífico lo que, de alguna manera, nos demuestra a todos que en ese aspecto también radica el dinamismo de las exportaciones.

Además, hay que tener en cuenta, sobre todo, la relación que hoy tienen los países asiáticos en lo que significa la cultura, la educación y la modernidad. Basta analizar el régimen de registro de patentes de los países de la zona, para darnos cuenta que nosotros también tenemos mucho que aprender y que estamos muy por detrás de naciones que han sufrido guerras terribles pero que, sin embargo, van a la cabeza de la modernidad y que también son capaces de ejercer, con creatividad, políticas de innovación y tecnología como las que a nosotros nos gustaría tener.

                Así que, en nombre de la Comisión de Asuntos Internacionales del Senado, quiero agradecer nuevamente la visita del Embajador de la República Socialista de Vietnam, señor Thai Van Lung, y su asesor, a quienes les deseamos una buena estadía en el Uruguay. Les adelantamos que estaremos en contacto con ustedes en cualquier otra oportunidad que estimen conveniente.

                No habiendo más asuntos que tratar, se levanta la sesión.

                (Así se hace. Es la hora 17 y 57 minutos)

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Montevideo, Uruguay. Poder Legislativo.