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Carátula

(Ingresa a Sala el doctor Bossano)

SEÑORA PRESIDENTA.- La Comisión de Salud Pública del Senado da la bienvenida al doctor Bossano, a quien hemos convocado para que nos brinde su opinión acerca del proyecto de ley de reproducción humana asistida. Con mucho gusto lo dejamos en el uso de la palabra.

SEÑOR BOSSANO.- Ya he venido a esta Comisión a los efectos de brindar algunas explicaciones sobre el aspecto técnico de este proyecto de ley de reproducción asistida.

He leído algunos debates que se han generado acerca de este proyecto y, en ese sentido, creo que es necesario aclarar que, desde el punto de vista genérico, las técnicas de reproducción asistida se aplican en personas estériles o infértiles y no en cualquier caso. Me parece que se ha desdibujado un poco lo que tiene que ver con las indicaciones para aplicar estas técnicas y hoy en día escucho hablar de que pueden ser utilizadas en el caso de mujeres solteras o que tienen pareja homosexual. Por nuestra parte, debo decir que lo único que pretendimos de esta iniciativa es que exista una normativa que guíe y proteja a quienes hacemos esto, a quienes lo reciben y al producto que de esto se logre. Por tal razón, estamos sorprendidos de las diversas opiniones que hemos conocido por la prensa y pensamos que, quizás, ellas se deban al hecho de que ha habido innumerables opiniones y grupos que han pretendido encajar en este proyecto de ley. Considero que no es ese el fin de la iniciativa y que con una ley de reproducción asistida se pretende lograr un marco regulatorio que brinde ciertas posibilidades dentro de los límites que se fijen y no de acuerdo con la opinión de grupos que sustentamos determinada conciencia o lineamientos que otras personas podrán seguir o no. Ëste es uno de los aspectos que me preocupan y que quería destacar.

Por otra parte, entiendo que a nivel público este asunto se está manejando de una forma casi grosera. Creo que los términos que se están utilizando afectan a quienes trabajamos en estas técnicas y a quienes las reciben. Me parece muy preocupante que quienes vierten ese tipo de opiniones son personas con investiduras muy importantes, religiosas en algunos casos y médicas y religiosas en otros. En este momento, se está empleando una terminología muy poco precisa como es, por ejemplo, afirmar que se están vendiendo embriones, lo cual me parece que hasta podría ameritar que se exigiera, por parte de un abogado que defendiera la posición contraria, una demostración de tales afirmaciones.

Quiero decir que estas actitudes nos han indignado, porque nuestro trabajo lo encaramos con el criterio de brindar una solución a quienes no pueden tener hijos de otra forma que no sea a través de estas técnicas y, en ese sentido, hemos dado la posibilidad de que existan más de ciento setenta chicos. Se ha hablado de relaciones o soluciones que pretenden ser intrauterinas, cuando en realidad sólo algunos espermatozoides se dan en ciertas posibilidades espermáticas o se está ante casos de trompas tapadas.

Como dije, creo que se está manejando mal este asunto, sobre todo desde el punto de vista de la publicidad. Sin embargo, en esta Comisión se ha tratado muy bien el tema; esto puedo afirmarlo sin dudas, ya que en lo personal he concurrido en tres ocasiones anteriores –ésta es la cuarta- y nuestra opinión técnica ha sido solicitada entre otras muchas. Indudablemente, este proyecto es perfectible y admito que hasta puede ser materia de opinión, pero no a los niveles en que se lo está manejando públicamente, porque considero que se trata de una falta de respeto por quienes trabajamos en esto y también por quienes estudian este tema en el Senado con gran capacidad.

Repito que hay aspectos de esta iniciativa que son muy discutibles y que, ni nosotros ni la religión, podemos llegar a dilucidar completamente. Ninguno de nosotros podemos conocer cuándo realmente se produce el inicio de la vida. De todos modos, entiendo que es necesario que exista un marco regulatorio para la protección de todos, y es por esa razón que hemos venido nuevamente a esta Comisión.

Aclaro a los señores Senadores que estoy dispuesto a evacuar todas las consultas que se desee formular desde el punto de vista técnico que, obviamente, es el que puedo manejar. En ese sentido, puedo brindar mi opinión y la de todo mi grupo, ya que estamos trabajando en esta materia desde hace catorce años.

Quisiera destacar que durante estos años le hemos dado la posibilidad de utilizar nuestras técnicas a personas de todo nivel social. Hemos asistido a pacientes hospitalarias, hemos tratado a pacientes sin costo alguno, a otras con costo y a otras las hemos atendido por lo que pudieran pagar. Por lo tanto, puedo afirmar sin dudas que no se trata de un negocio, como se ha pretendido decir, y tampoco se ha llevado a cabo una venta de embriones como si se tratara de mercachifles que venden embriones de a tres, cuatro o cinco, de acuerdo con lo que se pida, tal como se ha publicado en la prensa. Precisamente, nuestra intención es la de brindar una solución a personas que, teniendo un problema de esterilidad, puedan acceder al derecho de tener hijos.

SEÑOR RIESGO.- En primer lugar, quiero agradecer la visita al doctor Bossano. Debo decir que anoche estuve hasta las cuatro de la mañana escribiendo determinadas preguntas de orden técnico para formular al doctor. Como se sabe, no son muchos los médicos que se dedican a estas técnicas.

Por otra parte, quiero aclarar que estoy hablando a título personal y no en nombre de la Comisión cuando afirmo que soy partidario de las técnicas de reproducción asistida y no soy contrario a ninguna de ellas. Asimismo, me parece bueno decir que comprendo su molestia frente a las publicaciones que se han hecho en determinados medios de prensa. Sin embargo, quiero aclarar que ninguno de los miembros de esta Comisión se ha expedido públicamente sobre este tema en ninguna de las áreas. Al revés; creo que ha sido tratado con el máximo de los respetos, como merece un proyecto de esta naturaleza. No se trata de una iniciativa común y corriente, como podría ser un impuesto o cualquier otra iniciativa como las que podemos tratar en el Parlamento. Aquí estamos hablando de algo mucho más delicado y, por lo tanto, esta Comisión, aún con sus diferencias –que las hay- ha intentado considerarlo en el nivel público más bajo posible, manteniéndolo en este ámbito. Creo que esto es algo que le consta al doctor Bossano.

En realidad, tengo muchas preguntas para hacerle, porque se nos han creado muchas dudas a raíz de las informaciones que hemos recibido tanto de gente religiosa como de sectores no religiosos, como por ejemplo, de médicos, e incluso de ginecólogos que, por no tener acceso a la técnica, desconocen una cantidad de cosas, lo que les creó determinadas dudas que han traído y nos han trasmitido. De hecho, nos las han trasmitido no como una posición contra el proyecto de ley, sino como interrogantes para que podamos evacuar dudas que todos tenemos. A lo mejor no podré formular mis preguntas todas juntas, porque son alrededor de veinte. Para responder algunas de ellas, tal vez bastará con que nuestro invitado diga "sí" o "no", ya que en algunos casos, las interrogantes están enlazadas.

En el tercer inciso del artículo 1º se dice: "Estas técnicas podrán utilizarse también en la prevención y tratamiento de enfermedades de origen genético, cuando sea posible recurrir a ellas con suficientes garantías diagnósticas y terapéuticas y estén estrictamente indicadas." El doctor Cid, al realizar su exposición, dijo que esto era por problemas de salud, lo que comparto y acepto. Estamos hablando de personas que genéticamente padecen problemas de asma u otras enfermedades; acepto que estas personas sean tratadas, es decir, no estoy tan cerrado y por eso no digo que no, que al embrión no hay que tocarlo y que como la Naturaleza lo dispone debe venir al mundo. Mi pregunta es si este artículo no deja la puerta demasiado abierta hacia otras cosas.

SEÑOR BOSSANO.- Cabe aclarar que hay dos cosas que se entienden como genéticos. No se trata de alteraciones genéticas que vayan a provocar enfermedades de tipo inmunoalérgicas, asma, etcétera, porque eso no es evitable, ya que es génico, es decir, ocurre dentro de los cromosomas. Cuando se trata de pacientes con patología genética hereditaria, y que puedan tener, por ejemplo, hemofilia –en el caso de los varones- o síndrome de Meckel, que es una malformación de los riñones, que hace que no funcionen, pensamos que son merecedores de poder tener un embrión sano; cuando uno hace la extracción de una de las células para estudio –a través de una técnica llamada PGD- se puede transferir embriones normales. Entiendo que, genéricamente, esto no puede limitarse a determinadas cosas, señalándose que sí se puede llevar a cabo en esto y no en aquello, pero creo que es de utilidad para pacientes que tienen alteraciones cromosómicas, lo que impediría tener un porcentaje alto de patologías no sólo no viables, porque a veces son todas abortivas, o sea, van a chicos que se van a morir, como en el caso de la fibrosis quística, en la cual se vive dieciocho, diecinueve o veinte semanas y nada más, o vivirán dos o tres años. Creemos no tener la responsabilidad de eliminar eso, pero nos parece que las pacientes que han sufrido repetidos procedimientos en los que naturalmente han abortado por enfermedad de este tipo, podrían encontrar una opción en técnicas que son de reproducción asistida, con un complemento de un estudio genético de ese embrión.

SEÑOR RIESGO.- En el mismo inciso, se habla de "suficientes garantías". Quisiera que se me aclarara ese aspecto.

SEÑOR BOSSANO.- Eso tiene que ver con el hecho de que cuando uno selecciona esos embriones, no es un eufemismo ni una forma de seleccionar rubios ni ojos celestes. No; se trata de seleccionar el embrión que tenga la posibilidad de transferirse, sin asegurar que se pueda llevar adelante un embarazo normal, pero sí salvando la patología genética que pudiera llegar a tener. Hoy en día, se están haciendo estudios de las células de esos embriones, con tipificación de doce sondas que nos dicen, por ejemplo, que el cromosoma "X" está bien, que el "Y" también, al igual que el "12", el "18" y el "22". En algunos centros, se están haciendo los cuarenta y ocho cromosomas. Eso evitaría tener posibilidades de malformaciones severas, e incluiría en una forma genérica –si se acepta- que se pudiera no limitar la posibilidad de esas pacientes.

SEÑOR RIESGO.- ¿No se podría cambiar el término "suficiente" por la palabra "total", por ejemplo, o por otra que dé una garantía más firme?

SEÑOR BOSSANO.- Estas técnicas de diagnóstico pre-implantacional deben tener por lo menos cinco años de aval, para que se pueda decir que sí son precisas y seguras. Hoy se sabe, por ejemplo, que una inyección intracitoplasmática de un espermatozoide en el óvulo, técnica que lleva ya más de ocho años, no ha acrecentado el número de chicos malformados. Estamos hablando de inyectar un espermatozoide, lo que es una invasión del óvulo por medio de un espermatozoide, pero se dio oportunidad a los hombres que tienen escasos espermatozoides obtenidos del testículo, porque no tienen espermatozoides eyaculados, a tener hijos sanos y normales. Y no por eso van a tener la patología que tienen ellos, que de pronto se deriva de una obstrucción de los deferentes por causas malformativas no vinculadas a los cromosomas.

Entonces, pienso que lo que plantea el señor Senador es válido y que el término podría ser modificado, pero lo que no es seguro es que estas técnicas puedan ofrecer una seguridad absoluta en veinticuatro, cuarenta y ocho meses o más. Por eso no podemos limitar que el avance técnico pueda decir que hoy tenemos doce cromosomas a estudio y que dentro de seis meses serán veinticuatro y tal vez cuarenta y ocho. Entonces, no puedo opinar demasiado sobre el término, pero sí creo que se trata de algo apto para todos. De todos modos, reitero que esa palabra es perfectamente modificable.

SEÑOR RIESGO.- En el artículo 2º se dice: "La mujer receptora de estas técnicas podrá pedir que se suspendan en cualquier momento, siempre que esa solicitud se realice previamente a la transferencia del preembrión al útero, debiendo atenderse a su petición. Por escrito y como requisito previo, la mujer deberá autorizar la donación de los preembriones que se hubieren obtenido a la clínica actuante en el procedimiento de reproducción". Al decir que la mujer "deberá", supongo que se está estableciendo esto como obligación.

SEÑOR BOSSANO.- En este aspecto creemos que si no ponemos antes el certificado que diga el destino que tendrán los embriones por parte de la pareja, pasa lo que está ocurriendo hoy en día, cuando hay embriones que han sido guardados, congelados, y con respecto a los cuales la pareja nunca más preguntó, y ni siquiera volvió a pagar el fide de tener la crioconservación, desinteresándose totalmente. Entonces, sería bueno que la ley contemplara la posibilidad de adopción en la donación de embriones, que no es muy diferente de la adopción normal en cuanto a las dificultades que tiene. Hay parejas que han tenido embarazos triples, dobles o simples, y no tienen más que determinado número de embriones guardado; la idea es que puedan ser donados o utilizados para una posible donación con firma anterior al procedimiento. Si ésta es posterior, muchas veces las parejas se olvidan de que tienen embriones guardados y, hasta el día de hoy, el problema importante que tenemos es que no podemos hacer nada, pues no tenemos amparo legal, por lo que lo único que nos resta es mantenerlos.

SEÑORA PRESIDENTA.- Esto forma parte del meollo del conflicto más importante que tenemos que resolver y que aún no cuenta con una solución científica. En cuanto al tema de la crioconservación, trae aparejado varios problemas: uno de ellos es que ustedes se encuentran con embriones crioconservados con padres desaparecidos –por decirlo de alguna manera- o que no quieren hacerse responsables y a la vez no tienen la posibilidad de reclamar tal responsabilidad.

Muchos de los interrogantes que tenemos en este proyecto de ley están vinculados al avance de la ciencia y a que -como muy bien decía el doctor- los procesos científicos no tienen velocidades regulares, de manera que la semana que viene pueden avanzar o estacionarse. De todas maneras, quisiera saber a qué nivel se encuentra el tema -por supuesto que me refiero a nuestro país- de la extracción de los óvulos o, si cabe el término, de la producción de embriones. Hago este planteo porque hemos escuchado distintos casos, desde que en una pareja se producen doce y se implantan tres, teniendo que crioconservar los restantes, hasta que –de acuerdo con lo expresado por algunos de los invitados que concurrieron a esta Comisión- en otros países, hoy día, prácticamente ya existe la posibilidad de producir dos o tres embriones o simplemente el número necesario para implantar, de manera que no haya excedentes o sobrantes, tal como se los ha denominado varias veces en el proyecto o en Sala.

Retomando lo que señalaba el doctor al principio de su exposición, este tema forma parte de las expresiones más controvertidas que nosotros hemos escuchado aquí y que han sido vertidas a través de la prensa. Entonces, repito, quisiera saber a qué nivel estamos desde el punto de vista científico.

SEÑOR BOSSANO.- Es muy claro; hoy día no existe posibilidad de repetir técnicas de criopreservación de gametos, óvulos, pero sí de espermatozoides que hace 25 años que se guardan. Los óvulos, por ser muy ricos en agua, al criopreservarse se congelan y pierden volumen, y para reexpandirse necesitan de crioprotectores. Los crioprotectores que hoy existen han llevado a que se estudien cuáles son los de mejor solución a que se reexpanda el óvulo para poder ser tratado. En el mundo hay nueve casos de nacidos de óvulos congelados.

Repito que se trata de una técnica experimental, por lo que hoy en día no es repetitivamente apta como para poder ser evitable; lo que hoy está en el tapete es no tener criopreservación de gametos fecundados, sino obtenerlos separados, lo que no molesta en absoluto, de manera de tener la prevención de guardar óvulos y esperma de quien sea, por ejemplo, en aquellos casos en los que se vaya a hacer un tratamiento canceroso o que le tengan que sacar un testículo o, en el caso de la mujer, que le vayan a realizar una terapia por leucemia y, entonces, se guarda un trozo de su ovario.

Todo eso está en proceso, en estudio y en el último Congreso europeo que se realizó en Viena, estuvimos presentes con el tema de la criopreservación de tejido ovárico y microestimulación de esos tejidos ováricos después del descongelado para estimular la ovulación. Seguramente que se llegará. El problema de los embriones es que de acuerdo con los resultados que tiene la técnica se hace una estimulación que cada vez es menos importante, con el fin de enfrentarnos a menos complicaciones de tener que criopreservar y, además, transfiriendo todos los embriones que se puedan conseguir. Por lo tanto, en una tasa de fertilidad del 20% de éxito en relaciones sexuales normales, que la pareja tiene naturalmente, esto de conseguir más óvulos ha llevado a que transfiriendo dos o tres embriones, nos dé una tasa de fertilidad de entre un 35% y un 40%. Esto significa que para estimular, para conseguir tres embriones, haya necesidad de tener un número de óvulos en la aspiración que oscile entre siete y diez. Con tres embriones, la tasa de fertilidad puede estar entre un 30% y un 40%.

Los óvulos que no fecundan son innumerables, porque naturalmente los embriones que no dividieron o si lo hicieron se estacionaron, vivieron mal o con asincronía, células grandes o chicas, con o sin fragmentos, opacos, constituyen una característica morfológica, pero no genética; entonces, lo pasamos al genetista que nos dice, por ejemplo, que el óvulo que fue fecundado tenía 47, 48 ó 43 cromosomas en lugar de 46. Al ser estimulados ya están capacitados mal y, por lo tanto, no van a fecundar. Así, la selección que se está haciendo no es arbitraria, en el sentido de que son los más lindos o los más feos; es una característica morfológica y nada más. Con el paso del diagnóstico PGD de la técnica de diagnóstico de preimplantación, al obtener una célula de ese embrión y poder hacer un análisis en 24 horas, que a las 72 estamos transfiriendo -es una técnica que está a implantarse en este país en el correr de este año, o a más tardar en marzo del que viene, ya que hay técnicos capacitados para eso y, además, contamos con los implementos necesarios- podríamos darle a este tipo de gente la solución de un problema de repetición de mal formados, tal como lo expresaba.

Creo que lo óptimo sería no tener embriones, no criopreservar embriones, pero si una paciente consigue una buena calidad y de siete óvulos fecunda seis, no le puedo pasar seis porque el riesgo de múltiple es mucho más severo y puedo llegar a tener cuatro embarazos evolutivos que pesen 800 gramos cada uno. Entonces, a veces hay que balancear el riesgo y eso lo hablamos con la paciente. Antes y durante tenemos cinco embriones, de buena calidad en el sentido numérico, de división, de fragmentos son tres, por lo que tiene que saber que corre el riesgo de tener un embarazo triple, pero también de que si nosotros criopreservamos y pasamos sólo dos, lo que guardamos en la transferencia de la descongelación no pasa del 10%. En las mejores tasas de descongelación y transferencia de descongelado, no pasa del 10%. Esto sucede en nuestro Centro, aunque pueden haber otros que lleguen a un 14% o a un 15%, no más.

Hoy día, en nuestro Centro, en el que hacemos 250 procedimientos por año –lo hacemos durante todos los meses desde que empezamos- estamos capacitados para decir que no pretendemos tener criopreservación. Al contrario, estamos tratando de estimular menos, hacer cada vez más ciclos naturales. Aclaro que natural no significa que no sea con tratamiento, sino que en lugar de darle dieciséis ampollas de una hormona, le damos cuatro y si tiene cinco folículos, los aspiramos y conseguimos dos óvulos, fertilizamos y transferimos un solo embrión o dos. Esta es la tendencia mundial: tratar de tener menos riesgo de múltiples y menos riesgo de criopreservación. En el momento en que se pueda criopreservar óvulos se acaba el problema ético, moral, legal, etcétera. Pero creo que todavía estamos a un año o dos de tener una técnica reproducible que sea repetidamente útil.

SEÑOR RIESGO.- El artículo 6º expresa: "La mujer podrá ser usuaria de las técnicas reguladas por la presente ley de acuerdo a lo establecido en el artículo 2º, inciso primero, literal b.

Con excepción de lo contemplado en el artículo 2º, inciso primero, literal b, los procedimientos de reproducción asistida podrán ser solicitados por parejas heterosexuales. En todos los casos deberá firmarse la solicitud correspondiente. Desde ese momento los solicitantes son los responsables de todas las formas biológicas, derivadas de la utilización de estas técnicas durante todas las etapas, hasta el nacimiento o donación". No voy a entrar a la discusión sino que simplemente voy a formular una pregunta: ¿por qué también aquí no existe la responsabilidad de la clínica?

SEÑOR BOSSANO.- La responsabilidad de la clínica, en realidad, es respecto de la técnica, mientras que el producto es responsabilidad de la pareja, que es la única que determina y la única que tiene el derecho de decidir qué va a pasar. Tanto es así que hoy día pasa esto y nosotros no tenemos ninguna solución frente a embriones que tenemos criopreservados. Por lo tanto, la responsabilidad de la técnica es nuestra y la responsabilidad de la decisión de qué hacer con el producto es de la pareja.

Si, por ejemplo, a una pareja que tenga cinco embriones le digo que creo que tenemos que pasar los cinco porque hay tres que están bien y dos regular, y ella me dice que pase dos porque no quiere arriesgar, entonces, yo paso dos. Ellos deciden aunque yo entienda que los tres que quedan son de riesgo bajo de tener implantación después de criopreservarlos.

SEÑOR RIESGO.- Comprendo, pero aquí dice bien claro que: "Desde ese momento los solicitantes son los responsables de todas las formas biológicas, derivadas de la utilización de estas técnicas durante todas las etapas, hasta el nacimiento o donación". Pero, concretamente –supongo que es así, de lo contrario pido al doctor Bossano que me corrija- desde el momento en que se toma un gameto femenino y uno masculino, se produce el embrión y este pasará por el estudio de genetistas quienes darán las garantías del caso.

SEÑOR BOSSANO.- El embrión, en sus 72 horas iniciales, tiene la división propia, sin intervención de más nadie. Ese es el momento en que nosotros transferimos. En algunos casos, lo hemos hecho en el día cinco, que ya está en la etapa de blastocito. Desde el punto de vista técnico, nosotros entendemos que son considerados embriones después que tienen el macizo celular interno. Eso se logra después que está en blastocito, es decir, 96 células, quinto día. En esta etapa, estas células son seres de una característica cromosómica nueva, que están reproduciéndose en forma de una persona nueva, pero el embrión todavía no está configurado. Esto es así porque si le saco una célula a ese embrión y le hago un estudio genético, no disminuyo la facultad de reproducirse a un órgano cualquiera y estoy haciendo un estudio cromosómico.

Con respecto al aspecto cromosómico a que se refiere el señor Senador, no es que lo estemos haciendo todavía. Además, no estamos capacitados para saber si ese embrión se va a implantar, ya sea por causas vinculadas a lo cromosómico o porque no tiene el reloj biológico interno para seguir adelante con su división, que lo tuvo durante las 72 horas que estuvo en la estufa.

SEÑOR RIESGO.- Comprendo, pero no me cierra con el inciso tercero del primer artículo cuando dice: "Estas técnicas podrán utilizarse también en la prevención y tratamiento de enfermedades de origen genético".

SEÑOR BOSSANO.- Nosotros todavía no hacemos ese estudio genético, ya que son técnicas de avanzada, que se hacen en el Instituto Valenciano. En Latinoamérica también hay tres centros que lo están practicando, pero para determinados estudios genéticos. No toda persona que va a hacerse una reproducción asistida se hace un estudio genético; si no tiene antecedentes genéticos, no tiene por qué hacerlo.

SEÑOR RIESGO.- ¿Y si los tiene?

SEÑOR BOSSANO.- Si los tiene, se puede plantear hacerlo, pero no quiere decir que lo hagamos.

SEÑOR RIESGO.- ¿Se puede plantear por parte de la clínica o de los pacientes?

SEÑOR BOSSANO.- Si la paciente lo plantea, podemos recomendarle adónde ir; si no, lo hacemos nosotros, la enviamos, por ejemplo, a Chicago, donde lo hace perfectamente bien el doctor Juri Berlinski.

SEÑOR RIESGO.- ¿Allí tiene garantía absoluta?

SEÑOR BOSSANO.- En medicina no existe el término absoluto. Por ejemplo, si lo operan del corazón no le pueden garantizar que se vaya sano; la operación le puede solucionar el problema de obstrucción arterial, pero no puede asegurar que al otro día no tenga un infarto. En medicina reproductiva sucede lo mismo. La posibilidad de división celular está gobernada por el reloj del embrión, y el técnico lo único que hace es juntarlos, es decir, saltearse la posibilidad que tiene naturalmente esa pareja de hacerlo. Quiere decir que si hay bajo esperma, bajo número ovulatorio o pocas posibilidades de comunicación a través de las trompas, podemos solucionar ese problema, pero el técnico no tiene incidencia sobre la característica de la fecundación, la división celular o la composición cromosómica que haga ese embrión. Lo único que hace el técnico es poner el espermatozoide adentro para que se vaya su cola, ponga su centro, que es el núcleo, y los dos núcleos tengan la posibilidad de juntarse. Tan es así, que nosotros pretendemos que, por ejemplo, con la criopreservación –que podría ser un planteo viable como solución intermedia de todo lo que se está planteando- se guarden en pronúcleos. Pensamos que debe ser en pronúcleos, porque en su fecundación –que es en las primeras 18 o 22 horas- todavía no hay unión cromosómica nueva. De alguna manera, es una fecundación producida por una técnica, pero no hay entidad cromosómica nueva.

SEÑORA PRESIDENTA.- ¿Es un preembrión?

SEÑOR BOSSANO.- No, preembrión se le llama en los tres primeros días. En ese período, nosotros entendemos que el macizo celular interno -que es la célula que va a formar el ectodermo y el endodermo que es el embrión por dentro- no está formado cuando hay 8, 24 ó 36 células, sino cuando tiene 96 células. Ese macizo celular interno, si se hace una biopsia de esas células, son lo que hoy se llama "stem cells", que posibilitan la donación de líneas cardíacas, líneas renales y otras cosas. Pero es de esas células; si tomamos células de embrión de la periferia, posiblemente formará placenta u otra cosa, y no estamos hablando del embrión en sí. Por lo tanto, es preembrión, embrión, cigoto o como se quiera llamar, pero nosotros nos referimos al pronúcleo donde todavía no se ha formado nada de eso y lo único que hay es la periferia y el núcleo del óvulo como célula única y grande, y un núcleo del espermatozoide dentro. Si nosotros lo leemos a las 18 horas y vemos que hay dos pronúcleos, entendemos que hay una fecundación, pero no sabemos si va a dividirse o no. Si entró más de un espermatozoide y hay tres pronúcleos, descartamos ese embrión, porque tenemos una capacidad genética múltiple que no es de la especie humana. Si nosotros tenemos 46 pares y hay 23, 23 y 23, nos estamos excediendo; pero si tomo ese embrión que tenía tres pronúcleos en un día dos, va a estar dividido en cuatro células y no sabemos si tenía dos, tres o cuatro pronúcleos. Por eso, siempre tenemos que leerlo a las 18 horas y ver si realmente está fecundado con dos pronúcleos, con partes iguales del gameto masculino y del gameto femenino, sin haberse excedido. A veces hay una poliespermia –un exceso de espermatozoides- que penetra en el óvulo. Entonces, si nosotros pudiéramos guardar en pronúcleos, estaríamos sabiendo que después de descongelarlo y dejando pasar 24 horas, todavía no tenemos preembrión, embrión, cigoto ni nada formado. En varias partes del mundo se guarda y preserva en pronúcleo, y con mucho mejor éxito en la transferencia, porque hay una etapa de división celular apta, que no se consigue si se guarda en 96 células.

Comprendo al señor Senador en cuanto a que hay algunas terminologías que podrían ser más o menos abarcativas, pero eso excede el ámbito técnico. Creo que en ustedes está el poner la palabra justa, y en nosotros tratar de explicarles qué es el embrión y cómo podrían sancionar una ley contemplativa, sin dejar fuera a gente que pueda tener acceso a esta técnica.

SEÑOR RIESGO.- Entonces, usted está diciendo –si estoy entendiendo mal pido que me corrija porque no es mi intención que las cosas queden sin aclarar- que la vida humana no comienza en el momento de la concepción.

SEÑOR BOSSANO.- Si yo supiera cuándo comienza, estaría definiendo el comienzo de la vida humana con una propiedad que no puede tener ningún científico. Uno puede creer en Dios, en la ciencia o en las dos cosas, pero el comienzo de la vida humana no lo podemos precisar. Es más, no lo ha precisado nadie. En definitiva, pienso que es un tema filosófico, religioso e, incluso, legal, a partir del cual se podrán implementar determinadas conductas sobre el embrión o la vida humana; pero no es científicamente demostrable el momento del comienzo.

Todo lo que se puede saber es que hay división celular, pero si la vida comienza cuando el gameto masculino entra, cuando lo activa, cuando los pronúcleos están en contacto o cuando los cromosomas se fusionan y se dividen en una etapa de división celular o no, no podemos saberlo. Mucho menos podemos aceptar algunas teorías como la que dice que es cuando el embrión tiene latido cardíaco -me parece un horror- o la que señala que es cuando tiene cresta neural y sinapsis a ese nivel, lo que ocurre a las nueve o diez semanas. Estaríamos trasladando el inicio de la vida a una situación meramente funcional y creo que esto no es así, pero no podría decirle cuándo comienza la vida.

SEÑOR RIESGO.- Fíjese que si científicamente no me puede decir cuándo comienza la vida, más difícil es para nosotros que somos Legisladores y no científicos ni nos dedicamos a este tema. Comprendo la posición del doctor y la acepto. No la refuto en lo más mínimo, pero quiero que el doctor entienda que mucho de lo que nosotros pensamos con respecto a este proyecto de ley depende mucho de esa definición. Desde el momento en que la parte científica no puede decir claramente cuándo comienza la vida, pueden cambiar muchos aspectos en el concepto de este proyecto de ley.

SEÑOR CORREA FREITAS.- Luego de escuchar al doctor Bossano, creo que los sabios fueron los Legisladores que aprobaron el Código Civil, como Tristán Narvaja, porque allí se define cuándo se es persona y se señala que es el individuo de la especie humana nacido después de 24 horas. Después de la exposición del doctor Bossano, creo que en el Siglo XIX sabían más que nosotros hoy o, por lo menos, tenían una noción clara de este tema.

Quería dejar esta constancia, porque se trata de una ley, el Código Civil, que tiene más de cien años en nuestro país.

SEÑOR RIESGO.- No deseo discutir y menos con mi amigo el señor Senador Correa Freitas, que sabe que mucho lo estimo, pero ese no fue el concepto que recién planteó aquí el doctor Gonzalo Aguirre cuando dijo que el Código Civil es una norma que está por debajo de la Constitución. Fue claro y terminante y al final se lo pregunté dos veces para que me aclarara el punto. Pero repito que no quiero discutir con el señor Senador Correa Freitas porque en el tema constitucional me lleva una ventaja enorme. En esto voy de atrás y tendría que leer libros que muchas veces no terminaría de entender.

SEÑOR BOSSANO.- Quiero hacer una precisión. Esto no va a ser diagnosticado por nadie y no creo que ello se pueda hacer de aquí a mucho tiempo. Lo que sí considero es que esto es de aplicabilidad en determinado sector de la población que requiere un procedimiento para poder reproducirse y no se trata de buscar cuándo se inicia la vida o cuándo no, ya que en esa gama de discusión esto puede durar años. A mi juicio, no habrá posibilidades de identificar el momento cero y me parece que ése no es el problema. Pienso que lo único que podemos llegar a determinar es cuándo existe una actividad celular propia, cuándo hay dos células cuyos gametos ya están fusionados. Ese es el punto inicial del nuevo ser, pero cuándo lo comprende o no filosófica o legalmente no es lo que busca el amparo de este proyecto de ley.

SEÑOR RIESGO.- De cualquier manera, señora Presidenta, no voy a discutir con el doctor Bossano, sino que voy a hacerle preguntas para ilustrarme en el tema.

Lo que tiene que ver con el preembrión fue preguntado por la señora Presidenta y creo que quedó bien claro. Ahora, desde el momento en que el doctor con toda razón no me puede aclarar –y no quiero entrar a discutir- cuándo comienza la vida humana, la pregunta que iba a hacerle, pero no se la voy a plantear porque no quiero ponerlo en ese compromiso, es qué derecho tiene el preembrión durante el tiempo en que está crioconservado. Reitero que no le formulo esa pregunta al doctor, ya que él señala que no puede definir cuándo comienza la vida.

SEÑOR BOSSANO.- El señor Senador sabe que cuando nosotros criopreservamos esas células divididas, ya no en estado de pronúcleos –que para mí todavía no están fusionados- sino como dos, cuatro o más células, estamos guardando células que potencialmente pueden dividirse y constituir un ser humano. Eso me parece de mucha responsabilidad y, al ponerlas a criopreservar, muchas veces me pregunto qué derecho tengo yo, la pareja o quien sea, de tener determinados embriones, que pueden llegar a ser un humano, guardados en frío. Puede tratarse también de un saco gestacional anembrionado o un aborto espontáneo que, al transferirlo, no genere un embrión, pero en sí potencialmente es una célula reproductiva fusionada y evolutiva, no en estado de pronúcleo, porque los cromosomas todavía no están fusionados.

SEÑOR RIESGO.- De cualquier manera, no voy a entrar en la discusión de si tiene derechos o no.

SEÑOR BOSSANO.- Yo menos.

SEÑORA PRESIDENTA.- Para tratar de encontrar entre todos el camino, creo que nuestra dificultad es que nosotros tenemos que dar la fijeza de una ley a algo que es esencialmente dinámico y va a demostrar si tiene vida o no en la dinámica que tenga, pero nosotros nos tenemos que pronunciar antes de conocer eso.

Existe un desconocimiento del momento mágico exacto en que se dice: aquí hay vida. Nosotros tenemos que dar un marco y, seguramente, tendremos que ir acotando las pretensiones de este proyecto de ley. Personalmente, me ausenté unos días, estudié el proyecto -a veces uno precisa estar a distancia de lo que dice la prensa y de nosotros mismos- y realmente me pareció que quizás sea demasiado ambicioso, no solamente para el nivel de conocimientos que tenemos nosotros –salvo los señores Senadores que, justamente, están ausentes y por su formación pueden tener lógicamente más conocimientos que nosotros- sino, en general, por el estado de la ciencia. Creo que estamos tratando de legislar sobre cosas que todavía no se conocen y corremos mucho más riesgo de estar equivocándonos, más allá de que en este tipo de proyectos tenemos la humildad de saber que tal vez legislemos y en el próximo año tengamos que hacer retoques porque, gracias a la evolución y la dinámica, la ciencia puede ir más rápido, quizás, que este proyecto de ley que debe pasar por las dos Cámaras.

Por lo tanto, creo que nuestro conflicto, lejos de mejorar escuchando al doctor Bossano, empeora, pero también es parte del sinceramiento que nos debemos como Legisladores, saber hasta dónde podemos y realmente qué debemos amparar en un proyecto como éste. Me refiero a que debemos amparar a la pareja, al por nacer y a quienes ejercen estas técnicas.

Quería comentar al doctor que cuando este proyecto se trató en el Plenario –por una moción del señor Senador Riesgo que había sido conversada antes volvió a la Comisión para tener esta ronda de conversaciones, más que para discutir y escucharnos- en algún momento se planteó en Sala –creo que esto tuvo sus motivaciones y que es bueno compartirlo con el doctor- que la sociedad se entera tarde de estas cosas. Salvo los que han necesitado este tipo de técnicas, en general, la gente conoce poco y es cierto lo que decía el señor Senador Riesgo en cuanto a que profesionales lindantes con la especialidad del doctor de repente no tienen ciertos conocimientos. La sociedad ha reaccionado tarde y no lo ha hecho en estado puro, sino que ha estado agredida por opiniones varias, algunas con mayor o menor conocimiento y otras con mayor o menor agresividad.

Como bien decía el señor Senador Riesgo –yo ya lo dije en Sala cuando tratamos este proyecto- en el Senado, en general, hablamos de proyectos que tienen que ver con la calidad de vida de la gente, pero aquí estamos hablando de la esencia de la vida misma. Por tanto, creo que es muy bueno que el proyecto haya vuelto a Comisión para tomarnos un tiempo. ¡Si será razonable que nos tomemos un tiempo para hablar de las condiciones de la reproducción asistida para las nuevas vidas, cuando nos encontramos con el problema de que no sabemos cuándo es el momento en que empieza la vida! ¡Menudo problema tenemos! Pero creo que de tan complejo que es, se nos va a ir simplificando el alcance que vamos a tener que darle a este proyecto para no estar queriendo ir más allá de lo que en la propia realidad científica está disponible, no sólo para nosotros sino para personas como el doctor.

SEÑOR CORREA FREITAS.- Quería realizar una pregunta complementando lo expresado por el señor Senador Riesgo.

El problema que se me plantea es que hay varias dimensiones: la jurídica, la política, la filosófica y la religiosa. Descartando las posiciones que cada uno de nosotros tenemos en la dimensión filosófica, religiosa o política, como bien define la señora Presidenta, tenemos planteado un tema de política legislativa y se trata de decidir en este tema. También tenemos una dimensión jurídica importante, que es el Pacto de San José de Costa Rica que fue mencionado por el señor Senador Riesgo hace un momento. Este Pacto está ratificado por el Uruguay y establece la protección de la vida desde la concepción. Entonces, le pido al doctor, si es posible, en su concepción de científico y de profesor, si nos puede dar alguna definición sobre cuándo comienza la concepción. No le pido que interprete el Pacto de San José de Costa Rica, porque fue aprobado en el año 1969 y ha pasado mucho tiempo, casi cuarenta años de aprobado; no le pido que me diga cuándo comienza la vida pero sí, por lo menos, si desde el punto de vista científico se puede saber desde cuándo hay concepción.

SEÑOR BOSSANO.- Para nosotros la concepción está dada en la etapa de la primera división celular; eso equivale a que no es el momento en que el óvulo es penetrado por el espermatozoide, sino en el momento en que hay una fusión de núcleos de ambos gametos iniciándose la primera división celular. O sea que esa etapa -que podrá ser antes o durante- lleva horas; entre 16 a 18 horas se hace la primera lectura que hay que realizar después de inyectar un espermatozoide, y tenemos que pensar que en ese momento existe la posibilidad del inicio de una división celular próxima a un individuo.

Con respecto a lo que el señor Senador pregunta, la etapa de individuación de esa fertilización no es todavía ese momento, porque el gemelo, el gemelar que se divide de ahí, son dos individuos: podrán ser muy diferentes y salen del mismo capital genético fecundado. Por lo tanto, a partir de la fecundación no se sabe por qué razón ese gemelo se divide en dos y de las dos células pasan a cuatro y de las cuatro pasan a ocho en células diferentes. Ese embrión que hoy lo teníamos como único y pensábamos que era una persona única, llamado individuación, no sabemos todavía por qué se dividió en dos. Por eso a veces nosotros afirmamos algunos conceptos que hablan sobre esta situación.

Lo que podemos interpretar como inicio es cuando existe la primera división celular y eso tiene actividad biológica y enzimática comprobada, es significativo de actividad o vida. Por lo tanto, respetamos la posibilidad de que eso sea un inicio de la vida en ese tipo de fecundación.

En cuanto a qué momento o qué segundo corresponde al de la concepción, debo decir que se trata de un transcurso, por lo que es algo muy difícil de individualizar. Con respecto al Pacto de San José de Costa Rica, creo que es merecedor de protección desde el inicio. No sé cuál es la interpretación legal que se hace sobre este tema, pero desde nuestro punto de vista consideramos este asunto muy vital también en lo que tiene que ver con la proyección. Entonces, no sé si va a constituir un individuo o no, pero esto es vital y se trata de células reproductivas; es decir, no estamos hablando de células sanguíneas, de glóbulos blancos o de glóbulos rojos, sino de células reproductivas con capacidad totipotencial de formar un individuo, por lo que creo que es merecedor de todo respeto desde su inicio. Legalmente, no sé cuando se inicia este comienzo.

SEÑOR RIESGO.- Pido disculpas al doctor si mis términos no son muy académicos, pues no soy médico y de pronto mis preguntas se perfilan para aclararnos una serie de dudas que tenemos, pues este proyecto de ley es muy complicado.

SEÑOR BOSSANO.- Muy complicado.

SEÑOR RIESGO.- Además, creo que corresponde que ustedes tengan un marco en el que se sientan protegidos, cosa que hoy no ocurre. Digo esto con toda sinceridad, aunque también debo decir que existen una serie de dudas que nos han llevado a realizar estas reuniones con personas idóneas en el aspecto jurídico y otras de primer nivel, como nuestro invitado, en el aspecto técnico.

Quisiera saber qué porcentaje existe de pérdida de embriones utilizando todas las técnicas que a esto atañen.

SEÑOR BOSSANO.- La pérdida natural es del 20% de fertilidad evolutiva. Por lo tanto, si una pareja en condiciones naturales, normales, tiene relaciones doce meses con una frecuencia sexual normal y está comprobado que están bien los gametos de ambos, hay un 20% de mujeres que embarazan y un 80% que no. Hablando en términos generales pero aceptados a niveles académicos, esto no quiere decir que las parejas que se ubican dentro de este 80% no hayan tenido fecundación, sino que los embriones que se produjeron el día 18, se implantaron el día 23, llegando la menstruación el día 28, no fueron implantados por sus características propias, llámese genéticas, enzimáticas, de coagulación o por déficit de implantación. Esto produjo que la especie humana sea la de más baja tasa de fertilidad, lo cual es lo natural. Si nosotros contemplamos que en esos tres días podemos llegar a saber qué tipos de embriones tengo, estoy tratando de conocer cuáles son los que tienen velocidad de división adecuada.

Debe entenderse que velocidad de división adecuada, en un laboratorio de alta tecnología como el que tenemos nosotros, significa que llegue a seis u ocho células un día tres, que tenga características de células iguales y no una grande y otra chica y que tenga muy pocos fragmentos de división. Esto, que es un embrioncito de seis u ocho células, si lo transferimos, uno solo no llega al 20%, dos pueden llegar a tener una tasa de embarazo evolutivo de un 35% si se transfiere un número de dos embriones de buena calidad en ese sentido seleccionados. Cuando digo esto me estoy refiriendo a que el embrión se implante, se produzca un embarazo con latido cardíaco presente y evolucione al parto. Es decir, la mano humana seleccionó quiénes fueron evolutivamente los que llegaron al día tres y el porcentaje que no fue evolutivo, naturalmente, en doce meses de relaciones también se perdía. Se puede decir que la tasa de fertilidad no está aumentada por la técnica, pero al ser más de uno, da la posibilidad de que se implante más.

Con respecto a la pregunta del señor Senador Riesgo, los que se pierden son los que no han sido evolutivos, los que no dividieron, los que se fecundaron con un espermatozoide inyectado y sin embargo no tuvieron pronúcleo, los que se dividieron en más veces, los que tienen más de un pronúcleo, es decir, elementos que si iban a la evolución se introducían dentro de los abortivos. Si dando un paso más, transfiero dos excelentes embriones a una mujer resultando un test de embarazo positivo, y a los 15 días a través de una ecografía se comprueba que el saco gestacional no tiene núcleo, quiere decir que es abortivo y que se trata de un huevo anembrionado, a pesar de que cuando lo transferí tenía 8 ó 10 células. Esto quiere decir que la división celular del macizo celular interno no se produjo hasta el momento en que lo transferimos. En ese sentido, no se puede transferir más del día cinco porque de lo contrario el huevo no anida en el endometrio. Entonces hay una ventana de cinco días y si tengo la posibilidad de seleccionar este número estoy eligiendo, más que nada, que esos embriones sean los evolutivos y no los de descarte.

Entiéndase que no es peyorativo el uso del término "descarte", sino que aludimos a los que no dividieron de cierta forma. No se trata de descartar embriones -como a veces se nos plantea- y seleccionar arbitrariamente. No; simplemente no dividieron. Es lo mismo que si uno pudiera poner un tejido renal a cultivar para hacer un transplante y este no prendiera en un riñón porque no tuvo una división celular adecuada. En un caso hablamos de células reproductivas y en otro de tejido renal. Entonces, se trata de un embrión de una calidad insuficiente para ser embriológicamente evolutivo.

SEÑOR RIESGO.- ¿También se tiene en cuenta los embriones crioconservados?

SEÑOR BOSSANO.- Los embriones crioconservados son detenidos, es decir, que llegaron a tener una evolución del día uno o dos y fueron congelados. Nosotros congelamos en pronúcleos, es decir, en el primer día cuando todavía no están fusionados.

SEÑORA PRESIDENTA.- ¿Después de 18 horas?

SEÑOR BOSSANO.- Después de 18 horas porque estamos congelando una división celular que todavía no se hizo y cuando se descongele sabremos si hay dos, cuatro u ocho células en dos o tres días y ahí transferiremos en iguales condiciones. Lo que sucede es que los embriones que se congelan tienen una detención de todo su potencial; por lo tanto la crioconservación no los afecta pero sí los detiene. Ese mecanismo de arranque en cualquier otro organismo puede verse dificultado después de la descongelación. No es verdad que se afecten genéticamente porque ya están formados ni es cierto que sufran afecciones aquellos chicos que nacieron por crioconservación. En nuestro país, solamente hay un caso de transplante de un embrión evolutivo crioconservado que tuvo éxito, dando como resultado un niño sano. Quiere decir que un embrión congelado se transfirió al útero y nació un hijo. Entre nosotros lo denominamos "el hijo varón del hielo" porque es el único niño que ha nacido por crioconservación, la cual estuvo seis meses, no llegó a mucho más que eso. Pero, en definitiva, tenemos uno solo.

SEÑORA PRESIDENTA.- Uno sólo frente a otros intentos.

SEÑOR BOSSANO.- En nuestras manos la crioconservación –teniendo en cuenta los centros con los cuales hemos intercambiado información- no dio más que un resultado bajo.

La posibilidad de la crioconservación debe estar en unos 130 embriones. Hay criopreservados, porque hubo supernumerarios y esto se debió a que las pacientes hicieron una superestimulación. Esto no está vinculado al intento sino a la respuesta ovárica excesiva frente a la medicación. Hoy en día esto está mucho más controlado debido a que no queremos tener muchos embriones criopreservados.

Entonces, si a nosotros nos limitan la criopreservación, lo que se limita son los intentos múltiples de las pacientes a implantarse varias veces. En otros países la criopreservación no está admitida pero está contemplado el pago de los procedimientos. Por lo tanto, la paciente podría hacerse cuatro o cinco procedimientos en Alemania sin criopreservación pero solo transfiriendo dos embriones por vez. Entonces, creo que una cosa es contemplativa de la otra. Si pudiéramos elegir la mejor técnica, siempre es preferible transferir en directo.

SEÑORA PRESIDENTA.- Con lo que aquí se ha dicho, se nos ha abierto otro panorama. Si no entendí mal, tendríamos un tema de costos. Si por un instante pudiéramos olvidar –sé que en este mundo no se puede hacer nunca y con respecto a nada, pero hagámoslo como ejercicio- el tema de cómo financiar todo esto ¿cuál sería el ideal?

SEÑOR BOSSANO.- Lo ideal sería realizar procedimientos con bajo número de embriones, es decir, con transferencia de dos como máximo para no correr riesgos y así evitar crioconservar. La crioconservación se da a raíz del deseo de conseguir éxito; para ello hay que estimular más los ovarios para conseguir más óvulos, tener más embriones y transferir más. Si puedo llegar a transferir en un quinto día de blastocisto –que es la técnica que se está utilizando cada vez más- ese embrión tiene una evolutividad muy buena porque se dividió en 96 células, o por lo menos en 48.

En cuanto a por qué implantar tres embriones, esto se debe a que, si el porcentaje de acierto es el 35%, transfiriendo tres tenemos la posibilidad de tener éxito con uno, pero siempre se corre el riesgo de tener un embarazo múltiple y esto no es fácil.

SEÑORA PRESIDENTA.- Hasta tres se tolera.

SEÑOR BOSSANO.- Pero para el médico no; es un estrés permanente.

SEÑORA PRESIDENTA.- Para la madre es un estrés permanente para toda la vida.

SEÑOR CORREA FREITAS.- Creo que uno de los temas centrales es la crioconservación.

SEÑOR BOSSANO.- Efectivamente, entiendo que es el tema central.

SEÑOR CORREA FREITAS.- Esto lo hemos palpado en las distintas entrevistas que hemos mantenido no sólo a través de la Comisión sino individualmente los Senadores con los diversos grupos y personas interesadas en el tema. Entonces, a los efectos de poder legislar con tranquilidad y seguridad, si nosotros nos ponemos de acuerdo y eliminamos las normas de este proyecto de ley con relación a la crioconservación, lo que podemos afectar es el costo futuro de este procedimiento.

SEÑOR BOSSANO.- Los procedimientos que se puedan repetir deben ser costo-beneficio. Es decir, una persona puede hacerse dos o tres procedimientos sabiendo que la ampara un seguro o si le dan la tranquilidad de que podría repetirlo. En mi opinión, la crioconservación es un problema, no un beneficio. Digo esto porque conlleva problemas de orden ético, moral, religioso y de resultados ya que no son tan buenos como los que se podrían esperar de una técnica que intenta solucionar un problema reproductivo en un primer, segundo o tercer intento. En este sentido, creo que se podría plantear una intermediación entre lo que está proyectado y lo que se puede proyectar.

SEÑORA POU.- Recuerdo haber hablado de este tema con el señor Senador Cid quien me dijo que no se trata solamente de un tema de costos porque en la etapa previa, la mujer es inundada de hormonas, lo que puede ser bastante agresivo. Supongamos que una pareja -en definitiva, es la mujer la que se somete a la inundación hormonal- lo hace en enero y fracasa ¿puede volver a intentarlo en el mismo año?

SEÑOR BOSSANO.- A las pacientes que tienen estimulaciones ováricas les planteamos que por razones de salud no podemos estimularlas más de dos veces al año. A las pacientes que tienen más de 40 años y van a su primer procedimiento de fertilización in vitro, le acortamos el plazo a tres meses. El riesgo de la múltiple estimulación con repetidos procesos menores a seis meses, se debe a que se está dando un nivel hormonal que el ovario tiene que recibir y, además de aspirarlo –que es un traumatismo específico, amén de la insuficiencia ovárica que puede ocasionarse al acortar la menopausia a menor edad por el hecho de haber gastado folículos en la estimulación- a largo plazo puede generar un riesgo de otro orden como, por ejemplo, problemas ováricos, quistes, folículos atrésicos o trastornos problemáticos de una mala inducción ovulatoria. Por lo tanto, si se limita el estímulo a efectos de contar con menos folículos pero poder repetirlo más veces, el éxito va a ser igual a causa del índice acumulativo. Desde ese punto de vista, se pueden realizar tres procedimientos. Lo que no puedo hacer es exponer a una paciente a tres procedimientos, aunque hay quien ha pasado por ocho –porque se hicieron tres con nosotros, tres en Buenos Aires, dos en otros lugares de la Argentina y otro en los Estados Unidos- y recién en el noveno tuvo su hijo. Sin embargo, y esto es lo importante, esas pacientes no contemplan que el riesgo de sufrir una patología propia del ovario es múltiple.

SEÑOR RIESGO.- Iba a hacer una pregunta respecto a si durante la técnica de crioconservación se pueden descartar daños al embrión, ya sea al congelar como al descongelar y de ser así cuál es ese porcentaje, pero durante su exposición, el doctor Bossano dijo que no existía riesgo. Asimismo, señaló que prefería –voy a utilizar un mal término, y es bueno que conste en la versión taquigráfica- utilizar "material fresco".

SEÑOR BOSSANO.- Se llaman "embriones frescos". En la transferencia con embriones frescos se usan aquellos que en ese ciclo tienen el estímulo y la obtención; los congelados son los que se pasan a criopreservación.

SEÑOR RIESGO.- Es decir que se prefiere a los embriones frescos que a los crioconservados.

Al día de hoy tenemos conocimiento de que, en el Uruguay, no se estarían usando gametos ni embriones traídos del exterior.

SEÑOR BOSSANO.- Por lo que he podido saber hasta ahora, no hay importación de gametos ni de embriones en ningún centro, pero sí sé que hay gente que se ha hecho procedimientos, por ejemplo, en Australia y los embriones quedaron allá. Obviamente, desconozco cómo hará esa persona para ingresarlos al país, por lo que le aconsejé que viajara de nuevo a transferirse, ya que entrar un material humano de este tipo, aunque sea propio, no sé cómo se puede hacer.

SEÑOR RIESGO.- Entonces, ¿usted consideraría bueno que se legislara en el sentido de no permitir la introducción al país de gametos ni de embriones no producidos en el Uruguay? Adelanto mi posición en cuanto a que no se permitiera ese ingreso.

SEÑOR BOSSANO.- Por mi parte, lo único que contemplaría es lo siguiente: ¿cómo se hace para que pacientes que se han hecho el procedimiento en otro país, pero que han fracasado o han abortado luego del embarazo –como un caso que tengo yo- puedan ingresar al Uruguay los embriones depositados a su nombre? Mencioné el caso de una paciente que viajó a Australia, fracasó y tiene allí los embriones, pero hasta el ginecólogo que la atendió ha fallecido, además de que ella no podría viajar nuevamente. Por lo tanto, en los casos en que se fertilizó y quedaron embriones depositados a nombre de una paciente en otro país, éstos podrían ser traídos.

De la misma forma me pregunto, ¿es verdad que son propios o no? ¿Cómo se documenta esto? Es algo muy difícil; creo que hay cosas que tendrían que ser limitadas y no debería entrar material genético reproductivo. No me refiero a otros materiales porque traer, por ejemplo, un riñón de Buenos Aires es algo que hoy se puede hacer; sin embargo, me parece que sería riesgoso traer embriones.

SEÑOR RIESGO.- En el artículo 4º se dice que: "Se transferirán al útero solamente el número de preembriones considerado científicamente como el más adecuado". Esto es algo que ya se mencionó anteriormente. ¿Usted considera que hay un número adecuado? Digo esto porque hay legislaciones que sí aplican determinado número de embriones.

SEÑOR BOSSANO.- La conducta alemana es determinar dos y la de la mayoría de los centros es pasar la menor cantidad posible, a criterio del laboratorio.

Creo que limitar el número mediante una ley estaría perjudicando el procedimiento; sin embargo, sí tendría que reglamentarse que, a criterio del laboratorio, no surgiera el riesgo de tener embarazos múltiples por todo lo oneroso y lo importante que ello es. Estimo que no debería limitarse a un número de dos cuando, por ejemplo, la paciente tiene tres y si se los transfiero y tiene posibilidad, ¿qué hago con ese que quedó afuera? ¿Lo criopreservo para no tener posibilidad ninguna en una criopreservación, o no tengo criopreservación? Supongamos que la ley me impide pasar más de dos y no tengo criopreservación porque también me limita a contar con ella, lo que es aceptable. Entonces, ¿qué hago con ese embrión? No lo puedo tirar; lo tengo que transferir. Esto se presta a que el número, en la indicación, sea difícil de manejar a nivel técnico.

Es cierto que en legislaciones que establecen el número de dos embriones, también hubo embarazos de tres porque uno se gemeló, y las pacientes reclamaron porque le habían pasado ese número. De todas formas, es algo que documentamos con fotografías de cada uno de los embriones, por lo que se pueden ver los que se presentaron en esa paciente y se transfirieron.

Alemania establece el límite de dos embriones y con eso bajó el estímulo y el costo. La paciente paga menos porque tiene que gastar menos en hormonas, ya que hoy es más cara la hormona que el procedimiento. Era la industria farmacéutica la que presionaba para tener el mayor estímulo y, por lo tanto, el gasto, pero hoy se pasa a la condición de tener un mínimo estímulo para obtener una respuesta; no más de cinco folículos, dos o tres óvulos y uno o dos embriones.

SEÑOR RIESGO.- ¿En qué porcentaje los embriones crioconservados son reclamados por los progenitores?

SEÑOR BOSSANO.- En un porcentaje muy bajo. Por eso nosotros planteamos en uno de los consentimientos actuales –no antes, pero ahora sí- que tenemos en la clínica, que nos digan y firmen, con anterioridad al procedimiento, qué es lo que van a hacer con los embriones. Este es un amparo que no tiene legalidad porque no existe ese marco, pero sí desde el punto de vista de qué hacer con los embriones.

Nosotros pensamos que debe haber un marco donde se diga qué va a pasar con los embriones, porque el porcentaje de abandono es grande, en el sentido de que se despreocupan tanto si logran el embarazo, como si no lo alcanzan. Por ejemplo, hay una paciente que tiene embriones crioconservados y un hijo nacido vivo de fertilización in vitro, pero se divorció y sus embriones están ahí. Asimismo, hay una doctora que tiene embriones guardados y dijo que no quería donarlos. Entonces, ¿qué es lo quiere? Nos dijo que no quería resolver todavía, ¿pero qué hacemos? Como no hay un marco regulatorio no sabemos qué hacer; lo único que sí hacemos es no tocarlos. Pero no es ético ni moral tener embriones guardados.

SEÑOR RIESGO.- Usted está diciendo que el término previsto para la crioconservación no existe, es decir que puede ser indefinido.

SEÑOR BOSSANO.- Es cierto, es un plazo indefinido, se puede guardar sin ningún problema y no tiene deterioro; está detenido en esa etapa.

SEÑOR RIESGO.- En el Uruguay, ¿cuántos embriones crioconservados hay? ¿En algún momento se llevó a cabo la destrucción de estos embriones en nuestro país?

SEÑOR BOSSANO.- Puedo afirmar que nunca tuvimos oportunidad de destruir ningún embrión, porque no tenemos los elementos como para poder actuar. Sí hemos tenido pacientes que han venido a buscar sus embriones y nuestra responsabilidad es entregárselos criopreservados, es decir, en un termo con nitrógeno líquido a 126 grados, y ellos deciden el destino de los mismos; eso ya no es responsabilidad nuestra. No obstante, solamente una o dos veces se ha dado el caso de que se solicite retirar los embriones.

Actualmente, tenemos aproximadamente 190 embriones criopreservados, que corresponden a unas cincuenta parejas. Nunca se ha destruido ninguno y nos encontramos ante el hecho de no saber qué hacer con ellos. Para dar una opinión personal, diría que creo en la adopción, que en nuestro país es muy dificultosa y lenta, y si los posibles padres superan los cuarenta años de edad ya no tienen posibilidades de acceder a ella. He conocido, por ejemplo, parejas que no pueden tener sus propios hijos y no han podido adoptar porque se casaron con 38 años y, como dije, después de los 40 no tienen acceso a este sistema, lo que me parece fuera de todo término. Entonces, creo que las personas que tienen embriones congelados podrían donarlos; si bien ello podría generar problemas filiatorios, también se pueden producir a través de la adopción, por ciertos datos.

Considero que tendría que haber un marco legal para los embriones que se encuentran en la situación ya mencionada. ¿Cuál es la primera mejor opción? No tener embriones. Teniéndolos, ¿cuál es la segunda mejor opción? Que se puedan donar.

SEÑOR CORREA FREITAS.- Pido disculpas a la Comisión y al doctor Bossano, pero debo ausentarme porque integro la Comisión de Asuntos Administrativos, que en el día de hoy se ha propuesto aprobar la Rendición de Cuentas.

SEÑOR RIESGO.- Creo que la visita del doctor Bossano en el día de hoy es muy importante para todos los miembros de la Comisión. Lamentablemente, algunos de sus integrantes tienen otros asuntos para atender pero, personalmente, quisiera poder realizar algunas preguntas más, ya que tenemos la posibilidad de que nos aclare una cantidad de puntos sobre los cuales había cierta confusión.

Uno de ellos es el relacionado con la crioconservación y me gustaría saber si tiene algún tipo de costo.

SEÑOR BOSSANO.- Efectivamente tiene un costo y es el que corresponde al nitrógeno líquido que debe reponerse cada mes. Normalmente, el costo de mantenimiento anual por pajuela criopreservada es de alrededor de U$S 220 y cada una de ellas se coloca en un termo individual. Es decir que por aproximadamente U$S 20 por mes se conservan todos los embriones.

SEÑOR RIESGO.- Tengo entendido que, por lógica, las mujeres utilizan con más frecuencia el método de fertilización directa, utilizando un término que quizás pueda estar equivocado.

SEÑOR BOSSANO.- Con respecto a esto deseo hacer algunas aclaraciones, ya que todavía se sigue confundiendo el término "inseminación" con "fertilización". La inseminación es la colocación del semen dentro del útero, lo que se hace comúnmente en aquellas mujeres que tienen dificultades coitales o un posible factor masculino intermedio, no severo. Por ejemplo, en el día de hoy realicé dos inseminaciones; una de ellas a una paciente que había tenido un cáncer de cuello por lo que se lo amputaron y, por lo tanto, fue necesario aplicar esta técnica para posibilitar el pasaje del esperma hacia arriba. En cambio, la fertilización es algo diferente ya que se deben transferir embriones ya fecundados.

SEÑOR RIESGO.- Me gustaría saber si, en su opinión, la inseminación es más frecuente que la fertilización.

SEÑOR BOSSANO.- Por cierto que la inseminación es bastante más frecuente.

Nosotros realizamos unas quince inseminaciones por mes, y aproximadamente unas veinte fertilizaciones; pero cada uno de nosotros, en consultorios particulares que no realizan técnicas de reproducción asistida, igualmente hacemos inseminaciones sin ningún problema, ya que no se trata de una técnica compleja sino que se trae la muestra y se coloca dentro del útero.

SEÑOR RIESGO.- ¿Se tiene conocimiento de cuántas son las personas que tienen problemas de esterilidad o infertilidad en nuestro país?

SEÑOR BOSSANO.- Hicimos un estudio que presentamos en la Sociedad de Reproducción y en la Sociedad de Ginecología, en el que incluimos una encuesta a nivel nacional –porque en Salud Pública nadie ha llevado un registro de las consultas- entre ginecólogos, urólogos y endocrinólogos, y quedó de manifiesto -en 560 respuestas que se aportaron dando información de a quién habían tratado, a quién no y a dónde se derivaban los pacientes- que el 17% de los pacientes tenían problemas de fertilidad en la pareja, entendiéndose que podía provenir de parte de uno u otro de los integrantes. Cabe destacar que se trata de un número bastante importante para la poca población que tenemos que, además, presenta un bajo índice de reproductividad.

SEÑOR RIESGO.- Quisiera saber si en nuestro país se utiliza alguna técnica de inseminación o fertilización heteróloga; si es así, quisiera conocer el porcentaje.

SEÑOR BOSSANO.- La inseminación de donante o heteróloga –nosotros la llamamos de donante porque creemos que es más preciso- se produce en el caso de que los pacientes tengan absoluta azoospermia, por lo que no se pueden obtener espermatozoides. Ésta es una consulta muy frecuente, generalmente se da una por mes y, en lo que me es personal, he obtenido 170 nacidos vivos provenientes de inseminación de donante. Además, desde que existe un banco esto ha mejorado, porque es más selectivo, más estudiado y genéticamente comprendido, y se puede acceder a un grupo sanguíneo y características fenotípicas parecidas a las del esposo. Entendemos que es una técnica que dentro de la pareja aporta una solución al hecho de que el hombre ya no puede hacer más nada por su pareja, lo que muchas veces motiva, incluso, la separación de la misma. Además, nunca tuvimos una experiencia negativa -entendiéndose como tal una malformación, por ejemplo- y quienes la han utilizado buscan la posibilidad de tener un segundo hijo con la misma muestra que el primero, para obtener hermanos reales, ya que les ha ido bien con este procedimiento. También tiene una ventaja social, ya que se produce un embarazo que la mujer cursa pero que lo vive la pareja. En lo que tiene que ver con el porcentaje de utilización de este método, podemos afirmar que, en el año, se realiza a unas 12 o 14 parejas. Por lo general, el acierto, el embarazo, se produce en el primer, segundo o, como máximo, en el tercer ciclo.

SEÑOR RIESGO.- Hasta ahora, usted hizo referencia al donante masculino, pero quisiera que nos informara acerca del femenino.

SEÑOR BOSSANO.- Además del donante femenino, es decir, la ovodonación, también existe una tercera parte que es la que corresponde a la donación de embriones. No obstante, la masculina es la más frecuente y la femenina es mucho más compleja, porque la ovodonación requiere la estimulación de una persona extra o de alguien que tenga óvulos supernumerarios que puedan ser utilizados para donación.

En cuanto a mi experiencia personal, en el Centro hemos hecho tres procedimientos, logrando un solo embarazo evolutivo a una paciente argentina que concluyó con el nacimiento de una niña sana.

Reitero que es muy difícil conseguir donantes ya que no es frecuente.

Por ejemplo, se dan casos como el de hermanas mellizas que una tiene útero y la otra ovarios, que vienen a plantear la posibilidad de la ovodonación. Siempre hemos tratado de que ésta sea anónima y que no exista relación familiar con el producto, para que, por ejemplo en el caso anteriormente mencionado, la persona que es muy buena y desea donarle un óvulo a su hermana para que tenga su hijo, no termine siendo tía, prima y hermana, o toda esa mezcla que podría producirse como consecuencia de ello. Éste es un planteo bastante frecuente.

SEÑOR RIESGO.- ¿Cuál es la situación en lo referente a la donación de embriones?

SEÑOR BOSSANO.- La donación de embriones no se ha planteado porque no podemos tocarlos. Por lo tanto, no hemos tenido donación de embriones ni posibilidades de hacerlo. Incluso, cuando se han producido ovodonaciones las hemos tenido que enviar al Brasil, ya que en San Pablo hay un centro que trabaja mucho en este tema.

(Se suspende momentáneamente la toma de la versión taquigráfica)

SEÑOR RIESGO.- ¿Usted es partidario de la fertilización de la mujer sola?

SEÑOR BOSSANO.- En mi criterio, esta técnica no es para mujeres solas. Siempre dije que este proyecto adolece de un error, que surge del hecho de que se le han ido agregando elementos y contemplando nuevas situaciones. Ésta es la solución de la esterilidad para la pareja heterosexual. Creo que las homosexuales deberían buscar otra solución; y en el caso de las mujeres solas, yo no estoy autorizado ni estoy dispuesto a asumir la responsabilidad de eliminar el padre. Si la pareja después se separa, es un problema que habrá que considerar en su momento, pero no me parece ético que de antemano estemos decidiendo, o por lo menos posibilitando, que un niño nazca sin padre y viva sólo con la madre.

SEÑOR RIESGO.- ¿Usted establecería una edad máxima para la aplicación de estas técnicas?

SEÑOR BOSSANO.- Evidentemente, la mujer cada vez tiene más actividades, lleva más adelante su maternidad y tiene la posibilidad de casarse más tardíamente. Si la mujer tiene reserva ovárica, no nos interesa que tenga 42 ó 45 años, y esto hoy se puede establecer bien, a través de procedimientos ecográficos y mediciones sanguíneas. Es decir: las mujeres que tienen capacidad de respuesta ovárica son aptas para someterse a esta técnica. Pero no sucede lo mismo con las que entran en la menopausia, porque en ese caso la mujer sería una mera transportadora del embrión. Creo que esta hipótesis está fuera del contexto de lo que queremos hacer, por lo menos en este país.

SEÑOR RIESGO.- ¿Cuál es el límite que establecería, entonces?

SEÑOR BOSSANO.- El límite estaría en que la paciente tenga reserva ovárica. Si los FSH estradiol están por arriba de 15, no entra en el programa.

SEÑOR RIESGO.- ¿Qué opina del alquiler de útero?

SEÑOR BOSSANO.- No creo que el útero sea un bien alquilable; de modo que la paciente que no tiene útero y no puede llevar adelante una gestación, lamentablemente no puede tener un hijo, del mismo modo que yo, después de que tuve un infarto, no pude jugar más al fútbol.

SEÑOR RIESGO.- Somos dos, doctor Bossano.

Señora Presidenta: de mi parte, sólo me queda agradecer al doctor Bossano por su presencia, y destaco que, sin desmerecer a los otros invitados que han venido a informarnos su punto de vista, su exposición ha sido sumamente útil, porque nos ha aclarado una serie de dudas y eso nos va a ayudar a tomar determinada posición frente a estos proyectos de ley, máxime teniendo en cuenta que se trata de una persona reconocida a nivel nacional e internacional en el manejo de estas buenas prácticas. De la misma manera, el doctor Bossano encuentra algunos elementos que sería bueno que estuvieran en la ley, y quizás nos ayude hoy, sin darse cuenta, a simplificarnos una cantidad de problemas y a evitar enfrentamientos que no son buenos. Creo que todos los que han venido a esta Comisión tienen que ser conscientes de que legislar sobre esta materia es enormemente difícil, porque podemos llegar a estar jugando, de pronto, a ser Dios.

SEÑORA PRESIDENTA.- Nosotros también queremos agradecer al doctor Bossano por su presencia. Como muy bien dice el señor Senador Riesgo, su exposición seguramente ha arrojado una luz importante sobre este tema, y créanos que para nosotros esta es una tarea de enorme responsabilidad, lo mismo que para el Plenario, que va a recibir este proyecto seguramente modificado.

Los señores Senadores que no han estado presentes van a tener la oportunidad de leer la versión taquigráfica, por lo que podrán conocer su pensamiento y seguramente estarán de acuerdo en que ha sido muy útil su visita.

SEÑOR BOSSANO.- Quiero agradecer a todos ustedes por recibirme y estoy dispuesto a venir todas las veces que sea necesario para aportar mi punto de vista técnico. Debo decir que en todas las oportunidades en que he asistido a esta Comisión, este tema ha sido tratado como se debe, con una altura que es la que merece un asunto como la reproducción asistida, donde se trata de humanos.

SEÑORA PRESIDENTA.- Se levanta la sesión.

(Así se hace. Es la hora 17 y 37 minutos)

 

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Montevideo, Uruguay. Poder Legislativo.