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SEÑOR PRESIDENTE.- Habiendo número, está abierta la sesión.

(Es la hora 10 y 19 minutos)

La Comisión de Hacienda del Senado está convocada para tratar el proyecto de ley que grava con el Impuesto al Valor Agregado a las frutas y hortalizas.

SEÑOR HEBER.- Señor Presidente: en la sesión pasada de la Comisión de Hacienda, el Herrerismo -no puedo decir que en nombre del Partido Nacional pero sí de nuestro sector- planteó una serie de desviaciones, por llamarlo de alguna manera- de proyectos que hay en el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca. En aquella oportunidad solicitamos una rápida respuesta por parte del Gobierno y la obtuvimos al otro día. Básicamente, las cifras que se nos enviaron demuestran que los proyectos Nos. 747, 947 y 949 -que pertenecen al PREDEG- están comprometidos en su totalidad, quiere decir que, aparentemente, ahí no habría recursos suficientes como para financiar nuestro proyecto de no recaudar este IVA.

Voy a dejar en manos de Secretaría la información que tengo en mi poder para que se reparta a todos los señores Senadores a los efectos de que puedan contar con la propuesta presentada por el Partido Nacional, en carácter de memorándum.

SEÑOR ATCHUGARRY.- Quiero aclarar que Secretaría posee algunas correcciones de carácter técnico al proyecto, que no alteran de ningún modo su esencia. Efectuadas las consultas al Gobierno y en función de lo ya expresado en la sesión anterior, estamos solicitando la colaboración de los señores Senadores para encaminar este asunto. Si no hubiera mayoría en la Comisión, vamos a pedir que aunque más no sea se elaboren los informes en minoría a los efectos de poder tratar este punto en la sesión extraordinaria del día de mañana para que, tanto el Gobierno como los productores, tengan claro si existen o no mayorías parlamentarias para una u otra solución, o para ninguna, en cuyo caso habrá que encaminar las cosas de otra forma. Creo que interpreto el sentir de los cuatro Partidos, ya que todos tenemos la buena disposición de definir el asunto porque somos conscientes de que no hay más tiempo para decidirnos; si va a haber un subsidio, la situación sería una, pero si no los hubiera, habría que encaminar la obtención de créditos. De todas maneras, comprendemos que no queda más tiempo para tomar una posición.

Resumiendo, nuestra postura es la antedicha, como bien señaló el señor Senador Heber, a quien se le ha hecho llegar información por parte del Ministerio que obrará en manos de todos los señores Senadores, la que demuestra que no es posible, o por lo menos no sería conveniente, implementar un proyecto como el que se pretendía. Buena parte de esas partidas están comprometidas y, a su vez, han sido recortadas, lo que quiere decir que no habría un remanente disponible como para poder atender esta situación de emergencia.

Esta sería nuestra postura y estamos abiertos a escuchar alguna otra manifestación.

SEÑOR NÚÑEZ.- En primer lugar, voy a formular una pregunta. No entendí bien qué va a hacer el Herrerismo ahora que dispone de la información de que esas partidas están comprometidas. ¿Mantiene su propuesta?

SEÑOR HEBER.- El Herrerismo todavía no ha sesionado como bancada para adoptar una posición. En el día de ayer estuvimos hablando a nivel del Partido Nacional y lo cierto es que no disponemos de los recursos, lo que implica que la propuesta caiga por sí misma. Teníamos entendido que aquí existían recursos pero se nos informa oficialmente que no están, que fueron parte del recorte y que, además, los que hay están comprometidos.

SEÑOR NUÑEZ.- Desde ya adelanto que voy a ser muy breve, porque la situación del Encuentro Progresista-Frente Amplio ya fue expuesta en otras oportunidades.

Obviamente, estamos de acuerdo con la creación del Fondo de Indemnización y debemos buscar una rápida y pronta situación para esos productores afectados por fenómenos climáticos.

Por otro lado, estábamos absolutamente de acuerdo con el planteo inicial del Partido Nacional en cuanto a que no es el momento de fijar nuevos impuestos; nosotros decimos que especialmente no es el momento de establecer nuevos impuestos al consumo; más especialmente, no es bueno el momento para aumentar la base del IVA. En primer lugar, sin adjudicar intenciones, pienso que esta ampliación de la base del IVA no es ajena a esa intención firmada por el Gobierno uruguayo de generalizar ese impuesto en el correr de este año. Pensamos que no es lo mismo generalizar el IVA incluido con anterioridad en las frutas y verduras que generalizarlo en el momento en que ésta se ponga en práctica.

En segundo término, nosotros creemos que no es momento de establecer impuestos y mucho menos impuestos al consumo. Específicamente no nos parece adecuado el tributo del IVA y ya hemos dicho que es un impuesto injusto que, además, no favorece la distribución del ingreso, sino todo lo contrario.

En nuestra opinión no se trata de un problema de instrumentos. Reconocemos que, tal como está ideado el presente mecanismo, tiene efecto similar al de un arancel y, de alguna forma, actúa como protección de esos productos. Queremos dejar claro, entonces, que no se trata de un problema de instrumento, sino de la oportunidad en que se aplica. De todas maneras aquí había tres posturas diferenciadas. Por nuestra parte estábamos en disposición, y lo estamos, de conversar sobre el planteo del Partido Nacional referente a la utilización de fondos ya establecidos en el Presupuesto Nacional, o sea, fondos especiales que en principio no tenían por qué haber tenido un destino fijo y que, en principio, aun cuando las previsiones del Gobierno así lo hayan establecido, no tenían por qué representar un aumento del gasto en términos generales. De manera que estábamos dispuestos a buscar una solución por ese camino y no a través de la creación de un instrumento de estas características, especialmente, en este momento.

Por otra parte, en la medida en que parece que esa solución fracasa, nosotros nos seguimos afiliando a la idea de crear un fondo buscando una financiación mediante impuestos directos. En este momento pululan las sociedades anónimas administradoras de inmuebles. Aclaro que soy muy responsable de lo que voy a decir: por mi conocimiento de estudios de abogados y contadores sé que hay un fenómeno de traspaso del patrimonio hacia ese tipo de sociedades anónimas, por el cual algunos empresarios quedan en insolvencia, previendo algunas situaciones económicas futuras o ya analizando la situación actual, pero lo cierto es que ese fenómeno implica el crecimiento de la cantidad y del patrimonio de estas sociedades anónimas. Estas sociedades anónimas, por un lado, ni siquiera pagaron el aporte al Banco de Previsión Social. Pero no es sobre el aporte a este Organismo que debe establecerse un impuesto, creemos que sí se puede crear un impuesto a este tipo de sociedades anónimas, pequeño, pero que ayude a solventar este fondo. Asimismo, tenemos ejemplos -ayer lo planteé en mi bancada- de que el propio Poder Ejecutivo nos envía, con motivo del proyecto de reestructuración de la Dirección General Impositiva, un impuesto sobre el cual hemos dicho públicamente -en el momento en que el señor Ministro lo presentó- que era compatible con nuestra concepción de lo que debe ser un sistema tributario. Me refiero al Impuesto al Control de las Sociedades Anónimas. Ese impuesto se crearía no sólo para las sociedades anónimas, sino especialmente para las SAFI y, como base, las gravaría en dos oportunidades, o sea, en ocasión de su constitución y al cierre de cada Ejercicio anual. Cabe aclarar que el impuesto se aplica sobre el capital mínimo vigente y no sobre el capital real. En la conversación con el señor Ministro, nos expresó que este impuesto recaudaría U$S 8:000.000, que era lo que iba a costar la reestructura de la Dirección General Impositiva, y su base imponible era el capital contractual mínimo vigente de la sociedad anónima.

Seguramente, si gravamos, no el capital contractual mínimo, sino el real de las sociedades anónimas -especialmente de las SAFI- la recaudación va a ser mucho mayor. Creemos que entre las opciones que tenemos sobre la mesa para crear el fondo -en lo que todos estamos de acuerdo- podríamos haber buscado un consenso con la propuesta del Partido Nacional, porque no implicaba la creación de ningún impuesto. Sin embargo, en la disyuntiva, preferimos proponer un proyecto alternativo en el que se cree el fondo, pero con una financiación cierta. La iniciativa en cuestión todavía no ha tenido ningún tipo de sanción y el Poder Ejecutivo la envía para otro fin, pero no es la primera vez que esto sucede, porque ya en el ajuste fiscal utilizamos un impuesto que estaba creado para otro fin y que, sin embargo, fue aprobado en esa oportunidad.

Esta es la postura del Encuentro Progresista - Frente Amplio y en ella ratificamos la inoportunidad de la aplicación del instrumento Impuesto al Valor Agregado con las características particulares de efecto arancel para la creación de este fondo.

También quería señalar en otro orden de cosas que aquí se ha mencionado el conjunto de entidades que están de acuerdo con la propuesta del IVA. Al respecto, creemos que depende de cómo se plantee el tema. Si se expresa que no hay posibilidades de creación del fondo si no se vota el IVA, seguramente casi todas las gremiales van a aceptar la iniciativa, aunque no sea de buena gana. A pesar de ello, hemos tomado conocimiento de la posición de la Comisión Nacional de Fomento Rural, que es contraria a la creación del IVA y, en oportunidad de concurrir este fin de semana a Bella Unión, hemos conversado con la Asociación de Productores de Primor de Bella Unión y Tomás Gomensoro, la que nos planteó también su posición contraria al IVA. Les solicité que me mandaran su opinión por escrito y la puedo repartir a los integrantes de la Comisión. Allí, dicha Asociación expresa que no está de acuerdo con la aplicación del IVA. En definitiva, no es unánime la posición de los productores respecto a este tema.

SEÑOR ATCHUGARRY.- No sé cómo sugerirá la Mesa que trabajemos, pero está claro que además de la información que oportunamente nos hizo llegar el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca sobre la propuesta del señor Senador Heber, de cualquier manera, de haber sido posible, no era una iniciativa para votar, sino para que el Poder Ejecutivo utilizara facultades que ya tiene y, en este caso nos está diciendo especialmente que esos fondos no están disponibles por las razones que se expresaron.

Por otro lado, quiero dejar sentado como constancia -el propio Poder Ejecutivo se refirió al tema cuando habló de este proyecto- que, a juicio del Poder Ejecutivo, aquí no sólo se trata de obtener el ingreso que precisa y en la cantidad necesaria sino que, además, la iniciativa tiene un efecto en el sentido de establecer un marco de protección y de referencia a precios. Esto haría que el sacrificio a término, por tres años, del consumo respecto a los bienes importados, redunde no simplemente en reparar algunos daños que un sector de la producción ha tenido -que no es el único- sino que el sustento fundamental sería promover un crecimiento del rubro, lo que justificaría un sacrificio temporario del consumo. Reitero que no se trata simplemente de sacrificar el consumo para reparar algo, sino que vamos más allá de ese objetivo. De esta manera, se entiende que habría condiciones para elaborar una serie de programas.

Seguramente, el señor Senador de Boismenu tiene algún punto para agregar que involucra a otro subsector de la producción.

SEÑOR DE BOISMENU.- En la noche de ayer, ante las discusiones públicas que se realizaron sobre este tema, la Organización de Floricultores nos llamó a una reunión en la que, sintéticamente, nos preguntaron por qué no estaban considerados en esta propuesta.

La Floricultura de nuestro país está en dificultades y sufre las consecuencias de una importación del entorno de U$S 1:000.000 y actualmente existen 8 importadores y más de 50 productores nacionales. Luego de esa reunión hice algunos contactos más con la gente que adquiere el producto y que funciona dentro de este sistema y, desde el punto de vista político, consulté el tema en la mañana de hoy. Lamento que esto se plantee recién hoy de mañana, pero los productores están conociendo recién la situación, por lo que algunos productores del ramo, como los de Salto, nos solicitaron una reunión, que celebraremos en el día de hoy, ya que a medida que van tomando contacto con el tema empiezan a adoptar posición.

SEÑOR ATCHUGARRY.- En consecuencia, más allá de que el proyecto no logre los votos, propondríamos que en la discusión del día de mañana en Sala se incluya la situación de los floricultores respecto a esta iniciativa. Es notorio que, a pesar de que a algunos no les agrade este proyecto de ley, otros quieren ser incluidos en el mismo, lo que nos reafirma nuestro convencimiento de que estamos en un camino válido.

Todos conocemos estos procedimientos, por lo que creo que para el trabajo de la Comisión sería bueno elaborar los informes e ir a Sala a efectos de tener 24 horas más de reflexión. Está bien clara la postura de cada uno, pero no tenemos otra solución que la que estamos planteando, por lo que pedimos esa instancia de reflexión. Todos tenemos el convencimiento de que se debe solucionar el tema, en un sentido o en otro.

No sé si la Mesa considera oportuno que, aunque no se vaya a votar, se haga un repaso de los artículos o que directamente cada uno concurra con el informe que entregamos a Secretaría. Estoy anticipándome y pensando que no alcanzarán los votos, por lo que sugeriría que, si se entiende del caso, se tome la votación y consulto si vale la pena analizar los artículos de este proyecto que, de todos modos, no va a tener la mayoría necesaria, aparentemente.

SEÑOR MICHELINI.- En primer lugar, no tenemos problema en habilitar la instancia para que el o los proyectos de ley pasen a Sala a efectos de ser discutidos en el día de mañana. No vamos a negar el debate ni la posibilidad de que la Cámara de Senadores discuta el tema y se pronuncie. Además, si tratáramos de hacer el esfuerzo sería inútil. Entonces, habilitemos la instancia para que ello suceda, más allá del aspecto formal de que si hay más de un proyecto de ley se deberá designar un miembro informante para cada uno, lo que, lógicamente, es un tema menor y se vincula al Reglamento de la Cámara de Senadores, todo lo que se podría obviar si existe flexibilidad del señor Presidente del Senado.

En segundo término, tampoco tenemos problema en analizar este tema -estoy hablando de la protección de la producción nacional, que es lo que venimos reclamando- dentro de una óptica global.

No me extraña que el tema de las flores esté arriba de la mesa; todos los rubros lo están. Pero hay un problema de precios relativos que lo va a corregir el mercado dentro de tres o cuatro meses. Sería conveniente que el señor Ministro de Economía y Finanzas nos llamara y discutiéramos este proyecto de ley que, en principio, no nos gusta. Quizás así llegaríamos a un acuerdo global. Pienso que no se trata de corregir algunos rubros y dejar completamente desnudos al resto sabiendo que vamos al abismo. Honestamente, me parece que eso es ingenuo. Digo esto, en caso de que el propósito sea corregir algunos de los precios relativos o proteger a este sector. Pero, si lo que se quiere es que Uruguay tenga los impuestos que se aplican en nuestros países hermanos -lo cual puede ser muy loable- para poder defendernos, de todos modos, volvería al razonamiento anterior. Para defendernos tenemos que usar los mecanismos simples y no los complejos, para analizar después este tema en forma particular. ¡Pero se nos cae toda la recaudación y la economía y parece que ésta fuera la única urgencia del Gobierno! ¿Cuál es el propósito del Gobierno? Quizás, se desea atender la situación de la granja -ahora se incluye al sector de las flores- en función de todo lo que pasó. En ese caso, habría que votar algunos recursos del propio presupuesto. Por ejemplo, el señor Ministro del Interior tuvo que enfrentar una situación de urgencia y el Ministerio de Economía y Finanzas no le daba el dinero, por lo cual recortó recursos de otros lados y los destinó para mejorar las cárceles. Entonces, tendríamos que buscar los medios para darles los U$S 4:000.000 o U$S 6:000.000 a la granja para que atienda su situación. Después, podríamos pensar con mayor tranquilidad cómo construimos el Fondo y le damos los recursos adicionales. No me quiero sentir atrapado, porque en un Presupuesto de más de U$S 4.500:000.000, según la cotización del dólar, no se pueden sacar U$S 4:000.000 o U$S 6:000.000 para atender la situación de la granja en función de los daños provocados por el huracán. Ahora se quiere llegar a una solución permanente que no existía el año pasado. Incluso, otros Senadores reclamaron con mucha fuerza una ayuda para este sector, pero siempre se prestaba oídos sordos y no se atendía este tema. Hoy se nos dice que es urgente alcanzar una solución completa y permanente, recargando los impuestos al consumo. Si se me dice lo contrario, entonces, será necesario desgravar otras áreas a fin de no aumentar la presión fiscal. Dicho de otro modo, si hay impuestos que son menos costosos para el consumo que otros, y éste está dentro de los primeros, entonces, sustituyámoslo por estos últimos, pero no aumentemos la presión fiscal.

Sinceramente, creo que es un error transitar por ese camino. Estoy de acuerdo en que este tema se discuta mañana u hoy mismo en el Senado. Pero si se quiere contar con el voto del Nuevo Espacio, tendremos que discutir la coyuntura, la situación que se está viviendo. Es un momento muy difícil para todo el país y el Gobierno no quiere abrir el diálogo con la oposición. Entonces, que no se diga que ante determinado problema se propone una alternativa que atiende parcialmente el panorama general. Lo que está en juego es saber si somos capaces de defendernos en esta coyuntura regional con estos precios relativos. ¡Discutamos esto! Después podrán presentarse éstas u otras iniciativas, pero no proyectos parciales que, en mi opinión, no son convenientes para la situación que vivimos. Además, hay que tener en cuenta la caída de la recaudación y de la producción nacional. Aparentemente, no es de recibo lo que podamos aportar algunos uruguayos. Considero que, al igual que los demás señores Senadores, tengo la suficiente capacidad e inteligencia como para hacer algunos aportes que, sin llegar a ser los mejores, puedan tener cierta utilidad.

SEÑOR PRESIDENTE.- No me ha quedado clara la posición del señor Senador Michelini. Insiste mucho en el tema de los precios relativos. Me gustaría saber cómo corregiría la distorsión de dichos precios y, sobre todo, qué postura tiene con respecto a los dos proyectos de ley que están a consideración de la Comisión de Hacienda, es decir, si está en contra de ambos y si propone alguno alternativo. Pido disculpas por hacer estas preguntas pero, como Presidente, debo saber claramente cuáles son las posturas de los diferentes integrantes de esta Comisión.

SEÑOR ATCHUGARRY.- Pensemos, por un momento, en que los precios relativos de Chile, Argentina, Brasil y Uruguay estuvieran alineados. Sin embargo, en lo que tiene que ver con este sector de la producción, los precios no estarían alineados con respecto al tratamiento fiscal interno de que son objeto.

En consecuencia, suponiendo que alguien tuviera la capacidad de decir cuál es el nivel correcto de precios relativos entre los tres o cuatro países -asunto que es muy opinable- habría un handicap por el sistema tributario imperante de nuestros vecinos en contra de nuestra producción. Por eso no creo que sea conveniente abordar el tema desde el punto de vista de los precios relativos. Tampoco considero oportuno pauperizar aún más nuestros precios relativos internos para corregir diferencias fiscales de otros países. En ese caso, tendríamos que pensar en una corrección de precios relativos de una dimensión que nadie desea.

De manera que el problema tiene que ver con el manejo fiscal entre socios, que no es corregible por aranceles, porque entre socios no podemos imponerlo. Es cierto que, a lo último, todo termina pagándolo el consumidor. Pero creo que una de las grandes virtudes de este proyecto de ley es que tiene un plazo, que son tres años. Siento que con este plazo se pueden dar algunos instrumentos a la granja que colaboren a ayudar a mejorar su situación. De lo contrario, si la acción del Estado es reparatoria, cabría preguntarse por qué ayudar a un sector y a otro no, por ejemplo, por qué a la granja y a la cebada no. Además, se podría cuestionar que se está imponiendo un sacrificio a toda la sociedad para mejorar a un solo sector. Siento que es más fácil decirle a la sociedad que haga un esfuerzo, porque estoy seguro que dicho sector se lo va a devolver en el futuro con creces, en lugar de decirle que ese rubro no contaba con seguro y hay que dinamizarlo de alguna manera.

Estoy consciente de que el tema de los precios relativos le preocupa al señor Senador Michelini. Más allá de que se pueda dar o no una discusión más amplia al respecto, el problema es el mismo. En otros países también se cobran impuestos que son devueltos a sus productores. Ese asunto es ajeno al de los precios relativos.

Humildemente, solicito que los señores Senadores reflexionen este tema hasta el día de mañana; incluso, no existe ningún inconveniente en que se presente un informe en minoría.

Muchas gracias.

SEÑOR PRESIDENTE.- El señor Senador Michelini había solicitado la palabra, pero le pido excusas porque quiero hacer un brevísimo apunte.

Pregunto al señor Senador Atchugarry si es verdad que, de última, siempre paga el consumo. Eso sucede siempre que estemos hablando de tributos indirectos, como en este caso; pero hay otras ocasiones -que también son posibles- en las que no paga el consumo.

SEÑOR MICHELINI.- Tiene razón el señor Senador Atchugarry en cuanto a que son distintas las discusiones de cómo equilibramos los precios relativos y cómo equilibramos las políticas fiscales. Creo que lo fiscal depende de lo productivo y mientras no se equilibren un poco los precios relativos, no podremos corregir las distorsiones que haya en materia fiscal. Por más que logremos una simetría mayor en los aspectos fiscales, con los precios relativos que tenemos, seguramente serán otros los que producirán y también otros los que recaudarán, pero no nosotros.

Debemos pensar que cuando uno habla de precios relativos lo que intenta es equilibrar todo lo relacionado con el contrabando. Más allá de los aspectos represivos, mientras existan estas diferencias, no hay forma de solucionar el tema.

Me parece que fui claro, pero ahora el señor Presidente me da una oportunidad más de clarificar esto. Cuando hago referencia a los precios relativos, estoy diciendo que el Gobierno reconoce una distorsión monetaria, que tuvo como punto de partida el mes de enero, que fue cuando hizo el cambio de la pauta devaluatoria, hasta diciembre, fue fijada en un 33 % o más...

SEÑOR PRESIDENTE.- La pauta es hasta junio.

SEÑOR MICHELINI.- ...hasta diciembre, la pauta es ésa. En mi opinión, esa modificación no alcanza. Entonces, eso es lo que hay que discutir. ¿Cómo se corrige? ¿Cómo se le pone un motor a la economía? ¿Se tiene que volver a usar el instrumento devaluatorio? ¿Se otorgan subsidios aunque la OMC nos tire de las orejas? ¿Se buscan dobles cambios, cambios diferenciales, u otros mecanismos? Eso es lo que quiero discutir. Adelanto que no me afilio a ninguno, sino a no quedarnos estáticos en la situación en que estamos. Si en definitiva terminamos apoyando un instrumento que corrige el problema en parte y luego se incorporan estas medidas que, si bien no me gustan, pueden terminar solucionando algunas de las distorsiones, lo hacemos en el entendido de que esto forma parte de un paquete. En un paquete, como ocurre en la política, cuando se hacen acuerdos y se negocia, hay cosas que pueden gustarnos y otras que no.

Para que el señor Presidente lo tenga claro -y también quede constancia de ello en la versión taquigráfica- digo que este proyecto de ley tal cual está no me gusta, no por lo loable de su objetivo -que sí lo es- sino por su financiación. Tampoco me gusta que se aumente la carga impositiva, porque creo que si lo hacemos tendríamos que bajar otros impuestos y encontrar los recursos necesarios para cubrir esos U$S 4.500:000.000.

Creo que el segundo proyecto de ley mejora algunos de los aspectos que acabo de señalar. Por supuesto, no puede resolver lo que tiene que ver con los precios relativos porque, por un lado, el que lo presenta no es Gobierno -supongo que en ese caso aplicaría políticas distintas, y me consta- y, por otro, no sé si por esta vía se van a recaudar los recursos a que se ha aludido.

Por lo tanto, si tenemos distorsiones, estamos en una situación económica difícil y el Gobierno pide a este Parlamento -es decir, a todos los partidos- que se apruebe alguno de estos instrumentos; pero personalmente soy partidario de discutir todo, lo global, porque la cosa está muy embromada. Estoy hablando de discutir la economía en general, cómo nuestros productores se van a poder salvar de la hecatombe y si, finalmente, el mercado no termina corrigiendo lo que artificialmente se le ha impuesto. Eso es lo que quiero analizar.

Insisto en que el proyecto de ley que nos ha enviado el Poder Ejecutivo y las propuestas que se han hecho -que en este caso resumen la posición mayoritaria- en función de la situación económica que vivimos, no representa una solución. Repito que no me gustan estos proyectos de ley y no los voy a votar tal cual están, salvo que en un paquete se pueda acordar algo más amplio. Como en cualquier negociación, uno debe tener en cuenta los beneficios y los perjuicios que se puedan implicar.

SEÑOR DE BOISMENU.- En esto venimos trabajando desde enero, por lo menos, en lo que me es personal, aunque admito que algunos pueden haber empezado antes. Entonces, si hacemos un paquete con la cebada, el trigo, los floristas, creo -y esto lo sabe mejor el señor Senador Michelini, que tiene más experiencia parlamentaria que yo- que tendremos estaqueados a los granjeros por seis, siete u ocho meses más y no respetaremos absolutamente lo que denominamos políticas de estímulo.

Los economistas hablan aquí -y también los que trabajaron para llevar adelante la manifestación de hoy- de gravar importaciones, y algunos sostienen, como usted, señor Senador, que la política arancelaria realista es mejor; pero también esto supone una "tocada" de la moneda que puede llevar a causar daño a otros. Entonces, ir ligero por las piedras podría provocar una hecatombe.

El tema es que aquí usted tiene un sector chico, muchas veces postergado, que necesita una salida -y no por el viento- y, por lo tanto, como sabe mejor que nadie el señor Senador Michelini, en estos casos hay que "tocar" la economía con mayor pragmatismo para solucionarlos. Es posible que si salimos de esto, habrá que buscar otras soluciones. A nivel empresarial, cuando tenemos este tipo de problemas, somos partidarios de ir arreglando las cosas de a poco; si atropellamos y queremos arreglar todo de golpe, terminaremos no arreglando absolutamente nada.

SEÑOR MICHELINI.- Se ha producido una caída en la recaudación fiscal, porque no hay producción. Por lo tanto, hay que poner en marcha la producción y, para hacerlo, hay que mejorar los precios para nuestros productores y empresarios. Eso requiere una mejora de las condiciones de los precios relativos. Y cuando uno lo hace, algunos productos se le vuelven más caros al consumo, sobre todo, los importados, y por supuesto los bienes de contrabando. Uno de ellos es la fruta y la verdura importada. Entonces, como pienso que el mercado los va a corregir igual, más temprano que tarde, al imponer este impuesto a las frutas y verduras, quizás en dos, tres o cuatro meses estemos gravando doblemente a estos productos.

En fin; si se modifican los precios relativos y ello trae como consecuencia una suba en los productos importados, particularmente, en las frutas y en las verduras -a las que también estoy subiendo aquí- que son fundamentales para los niños, estamos resolviendo mal las cosas. Digo esto independientemente de que en un mundo soñado, ideal, con precios estables en la región, con un acuerdo monetario a nivel de todos los países que la componen y en relación con este impuesto, tal vez podríamos aplicar un tributo de esta índole.

Yo no quiero terminar subiendo hoy los productos importados, como lo plantea el primer proyecto de ley, y luego, dentro de tres meses, aumenten nuevamente en el mercado. Entonces, en el caso de la fruta, tendríamos una doble corrección, un doble aumento. Me parece que esa no es la solución.

SEÑOR PRESIDENTE.- El señor Senador Atchugarry había propuesto una metodología de trabajo cuando estaba culminando el análisis de la Comisión, que ha tenido a consideración dos iniciativas. Una de ellas se originó en un Mensaje y proyecto de ley del Poder Ejecutivo y la otra fue presentada por el Encuentro Progresista-Frente Amplio. Asimismo, hubo un intento frustrado del Partido Nacional, porque aun cuando no era materia legal, se confirmó la no disponibilidad de recursos al respecto.

Si se desea que la Comisión eleve los dos proyectos de ley en consideración, con sus correspondientes informes, vamos a tener que votar. De lo contrario, no vamos a poder hacer otra cosa que un informe, valga la cacofonía, informal; esto es, no resultando de un trabajo de Comisión que informe al Cuerpo acerca de dos proyectos que están a consideración. Por lo tanto, sugiero que se voten en el mismo orden en que fueron presentados y que se compruebe si existe o no mayoría para alguno de ellos; en caso de que la hubiera, de todas formas, propondría que llegaran los dos proyectos de ley a Sala con sus respectivos informes. En el caso de que no exista mayoría relativa para ninguno de los dos, con más razón todavía apoyaría esta última idea. Luego veríamos cómo presentamos los informes pero, de cualquier forma, el paso previo es votar si la Comisión está de acuerdo.

SEÑOR MICHELINI.- No estoy de acuerdo con el procedimiento que plantea la Mesa. Creo que la Comisión puede elevar los dos proyectos de ley a discusión del Plenario, sin tener que votarlos ahora.

SEÑOR PRESIDENTE.- Ello no impide elevar los informes; en todo caso, la Comisión dirá si acompaña el criterio del señor Senador Michelini o el de la Presidencia, en el sentido de que se voten los proyectos de ley ahora.

Si los señores Senadores me permiten, voy a leer el artículo 156 del Reglamento, que, entre otras cosas, dice lo siguiente: "Si existiese discrepancia en la Comisión, y no pudiese establecerse mayoría, cada fracción o miembro en minoría podrá presentar su informe por escrito o verbalmente".

No conozco ningún método que confirme si existe o no mayoría, que no sea la votación; no conozco otro. Por eso sostengo que, reglamentariamente, hay que votar, si es que se desea que haya informes formales de la Comisión. Informes informales puede haber en cualquier caso.

SEÑOR MICHELINI.- Cuando se vota como señala el señor Presidente, es correcto; en ese sentido, no tendría ninguna discrepancia. He participado muchos años en la vida parlamentaria y en algunas ocasiones se han hecho acuerdos políticos en Comisiones, por los cuales se ha resuelto elevar los proyectos de ley que existan para que figuren en el orden del día del Plenario. Al respecto, no veo ningún problema reglamentario, pero si la Mesa entiende que se debe aplicar el otro mecanismo, que actúe en consecuencia.

SEÑOR PRESIDENTE.- Está a consideración el proyecto de ley presentado originalmente por el Poder Ejecutivo, que luego tuvo un par de versiones adicionales.

(Se vota:)

- 4 en 9. Negativa.

Ahora pasamos a votar el proyecto de ley que presentó el Encuentro Progresista - Frente Amplio.

(Se vota:)

- 3 en 9. Negativa.

Entonces, se van a remitir al Plenario los dos informes en minoría.

Consulto a los señores Senadores si los informes van a ser escritos o verbales.

SEÑOR ATCHUGARRY.- Sugiero que sean verbales.

 

 

SEÑOR PRESIDENTE.- Los miembros informantes serán el señor Senador Atchugarry, por el proyecto de ley del Poder Ejecutivo, y el señor Senador Núñez, por el del Encuentro Progresista - Frente Amplio.

Se levanta la sesión.

(Es la hora 11 y 10 minutos)

 

 

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Montevideo, Uruguay. Poder Legislativo.