Poder Legislativo / República Oriental del Uruguay
 

Comisión Especial de
Equidad y Género

S/C
  Versión Taquigráfica N° 981 de 2017

CONGRESISTAS MEXICANAS

CAMPAÑA "NOVIAZGO SIN VIOLENCIA"

Versión taquigráfica de la reunión realizada
el día 27 de octubre de 2016


(Sin corregir)


 

PRESIDE:   Señor Representante Luis Puig.
 
MIEMBROS: Señores Representantes Gabriela Barreiro, Gloria Rodríguez y Stella Viel.
 
INVITADAS: Congresistas mexicanas señoras Laura Plascencia (Presidenta de la Comisión de Igualdad de Género, Karen Ramírez (Secretaria de la Comisión de Igualdad de Género, Flor Estela Rentería, Margarita Reyes (Consejera Social del Instituto Nacional de las Mujeres). Por "Noviazgo sin violencia", profesoras Yannine Benítez y Roxana Piñeyro.
 
SECRETARIA: Señora Myriam Lima.
 
PROSECRETARIA:   Señora Viviana Calcagno.  

 

SEÑOR PRESIDENTE (Luis Puig).‑ Habiendo número, está abierta la reunión.

La Comisión da la bienvenida a una delegación de congresistas mexicanas, integrada por la señora Laura Plascencia, presidenta de la Comisión de Igualdad de Género de la Cámara de Diputados; la señora Karen Ramírez, secretaria de la Comisión de Igualdad de Género de la Cámara de Diputados, la señora Flor Rentería y la señora Margarita Reyes, Consejera Social del Instituto Mujeres, que vienen acompañadas por el señor Armando Vivanco Castellanos en representación de la Embajada de México en Uruguay. Esta delegación está participando de una actividad internacional en nuestro país.

  Algunos compañeros integrantes de esta Comisión están asistiendo a otras actividades, por lo que no pudieron concurrir.

SEÑORA PLASCENCIA (Laura).‑ En nombre de la Comisión homóloga en México, agradecemos la disposición que tuvo esta Comisión para mantener este diálogo que, sin duda, enriquecerá muchísimo el trabajo legislativo en México.

  Felicitamos a Uruguay porque creó muchos marcos jurídicos que son ejemplos para Latinoamérica. Hay algunas leyes que llaman mucho nuestra atención en sentido positivo. ¡Ojalá en México podamos concretar los avances que se realizaron en Uruguay!

  Este es nuestro tercer día de actividades. Estamos participando de una conferencia regional de la Cepal sobre las mujeres. Nos llevamos gratas experiencias de los trabajos realizados, tanto de la conferencia regional como de este encuentro entre parlamentarias y parlamentarios.

  Estamos muy contentas de estar en vuestro país y muy orgullosas de sus avances.

SEÑORA BARREIRO (Gabriela).‑ Es un placer recibirlas. Con estos intercambios todos nos terminamos enriqueciendo. Sin duda, estas actividades que se han realizado, de las que Uruguay es sede, nos permitirán ‑más allá de los avances que se han logrado, todavía falta bastante‑ unificar nuestras distintas realidades, lo que colaborará para el futuro.

SEÑORA VIEL (Stella).‑ Bienvenidas. La jornada es importantísima, sobre todo el intercambio para esta América, que viene muy movilizada. Seguiremos buscando nuestro espacio, como corresponde, sin que nadie nos dé nada; debemos ganarnos nuestro espacio como mujeres y como seres humanos.

  El esfuerzo de todos en América debe ser ejemplo para otros países del mundo que están pasando dificultades tremendas.

SEÑOR PRESIDENTE.‑ Agradezco las palabras de la señora presidenta de la Comisión de Igualdad de Género.

  Hemos tenido avances en lo que llamamos una nueva agenda de derechos, que tiene que ver con aspectos de género y de derechos de las trabajadoras y los trabajadores. En los últimos años, Uruguay ha sancionado una legislación protectora de los derechos de la mujer. Sin embargo, sabemos que hay debes muy importantes en cuanto a los espacios que ocupa la mujer en los lugares de decisión. El Parlamento uruguayo es un ejemplo del escaso número de representantes mujeres.

  Provengo del movimiento sindical, y sabemos que a nivel de los sindicatos la situación es todavía más grave, ya que incluso en gremios en los que el 90% de sus integrantes son trabajadoras ‑en el de la salud, por ejemplo‑, la mayoría de los dirigentes son hombres.

  Si bien se ha avanzado en el Parlamento, reitero que el porcentaje de parlamentarias es todavía muy bajo. Si uno analiza los distintos proyectos de ley que fueron aprobados ‑por ejemplo el de interrupción voluntaria del embarazo‑, advierte que es un avance. Sin embargo, en sentido autocrítico decimos que el modelo que tenemos en Uruguay tiene una concepción de una sociedad machista y patriarcal. La estamos enfrentando, pero no queremos autoengañarnos en cuanto a los avances que se han procesado, que son trascendentes, porque hay importantes aspectos pendientes en materia legislativa.

  Si analizamos la brecha salarial ‑y creo que es uno de los aspectos que nuestros invitados estuvieron analizando en la conferencia de Cepal‑, en Uruguay es muy importante, pero no es el único caso en América Latina; tal vez no sea de los más graves, pero hay una diferencia muy importante, y esperamos que este intercambio nos permita en el futuro comparar legislaciones e incorporar los avances que haya habido en el mundo y, a su vez, aportar humildemente los que ha logrado la legislación uruguaya, partiendo de la base de que es muy importante todo el camino que tenemos por delante. Es más, con las compañeras presentes y con la Secretaría estamos pensando en una estrategia que permita jerarquizar la labor de esta Comisión, que no es permanente, sino especial, y como tal no está dentro de las más jerarquizadas de la actividad parlamentaria. Esto también refleja determinada realidad.

  En ese sentido, es muy importante el contacto que puedan mantener los integrantes de las Comisiones de ambos países para avanzar en acciones concretas que nos permitan, por ejemplo, incorporar los logros de otros países América y, a su vez, servir como referencia para avances que se han alcanzado en Uruguay.

SEÑORA RAMÍREZ (Karen).‑ Creo que Uruguay es un país que ha logrado muchos avances, en comparación con lo que se venido trabajando en México, y estamos interesadas en que nuestro país avance en estos temas.

  Actualmente, las mujeres constituimos casi el 50% de la integración de la Cámara de Diputados. Es decir que existe la inclusión. Sin embargo, ciertamente, nos falta trabajar en algunos temas.

  Agradecemos a la Comisión que haya aceptado nuestra solicitud para entrevistarnos en su Casa. Esperamos que este diálogo sirva para que podamos intercambiar ideas y seguir trabajando, y que lo que ustedes lograron podamos implementarlo en México, y viceversa.

SEÑORA RENTERÍA (Estela).‑ Agradezco infinitamente su hospitalidad.

  Me siento muy contenta de estar con ustedes. Me llena de optimismo ver que quien preside esta Comisión sea un varón, optimismo que aumenta cuando le escucho hablar. Por lo tanto, felicito al diputado presidente; de verdad, para nosotros esto todavía es un reto.

  Creo que ustedes han logrado grandes avances, y me gustaría que compartieran la experiencia, por ejemplo, de la ley de trabajo doméstico, que lleva diez años vigente. Nosotros hasta ahora no pudimos aprobar una ley de estas características. ¡Ni qué hablar del respeto a la decisión de las mujeres sobre su cuerpo! Esto para nosotros constituye un gran reto en nuestro país.

  Entonces, me gustaría pedirles que compartan la experiencia de estas dos leyes para saber qué podríamos hacer en México para acelerar los pasos que nos permitan contar con esas normativas, que consideramos de gran trascendencia.

SEÑOR PRESIDENTE.‑ Personalmente, creo que el avance logrado con las trabajadoras y trabajadores del servicio doméstico tiene que ver con la recuperación en 2005 de la negociación colectiva en materia salarial y de condiciones de trabajo. En ese sentido, vivimos una larga época en la cual algunos avances que se habían dado a mitad del siglo XX en el Uruguay, como la instalación del consejo de salarios y demás, se desconocieron durante la década del noventa y no hubo posibilidad de negociación. En ese marco, se dio el desarrollo del movimiento sindical, la reivindicación de la negociación colectiva y la incorporación de dos sectores que fundamentalmente venían con un retraso muy importante por las dificultades de organización; me refiero al servicio doméstico y a los trabajadores y trabajadoras rurales. Fue necesario que el movimiento sindical tomara centralmente la reivindicación de estos dos sectores: el de las trabajadoras domésticas ‑que habían avanzado en su organización, pero la relación prácticamente individual con su referente patronal las limitaba enormemente‑ y el de los trabajadores rurales. A partir de movilizaciones importantes, a través de la concientización y de lograr que a nivel del Gobierno se avance en ese aspecto, se generaron aspectos de protección que nos permitieron avanzar en una consagración de derechos, pero fue algo que costó muchísimo.

  Tal vez haya costado décadas de denuncias, de plantear la necesidad de avanzar en los derechos de trabajadoras y trabajadores domésticos, de la ratificación de convenios de la OIT y de la concreción de la ley, pero esto ha permitido avanzar en la formalización de trabajadoras del servicio doméstico; a pesar de que estamos muy lejos de alcanzar un ciento por ciento, ha habido un avance sustancial.

  La ley de interrupción voluntaria del embarazo sigue el común denominador de las leyes de protección aprobadas en el país: el peso de la movilización social. Las organizaciones sociales en materia de defensa de los derechos de la mujer, en materia de equidad, se entremezclan con otras organizaciones que también trabajan contra la discriminación por orientación sexual y demás. Cuando esta ley se logró concretar, se escuchó mucho a las organizaciones sociales que venían trabajando en los derechos de la mujer; en definitiva, se tuvo en cuenta lo que implicaban en materia de mortalidad y de morbilidad los abortos inseguros en un sociedad que, como en otros temas, desarrolló durante mucho tiempo ‑y está presente hoy‑ una alta dosis de hipocresía, donde todo el mundo sabía el número de abortos por año, pero el tema no se abordaba con respecto a la mujer pobre, a la mujer trabajadora que, en definitiva, era la que pagaba los mayores costos en materia de mortalidad o de consecuencias de abortos inseguros.

  Nos parece que esta ley ha constituido un avance importante, pero como todas las leyes, debe ser evaluada en cuanto a los aspectos que se puedan mejorar y corregir. Inclusive, organizaciones de defensa de los derechos de la mujer han sido críticas con algunos de sus aspectos, en lo que tiene que ver, por ejemplo, con equipos multidisciplinarios a los cuales la mujer tiene que concurrir antes de tomar la decisión. Sin duda, esta ley no fue producto de la decisión de legisladores, sino que fue algo trabajado desde las organizaciones sociales. Se coordinaron los esfuerzos de las organizaciones sociales con la labor legislativa y ha habido un avance importante, como en el caso de otras leyes de protección; sin embargo, creemos que hay que seguir trabajando.

SEÑORA PLASCENCIA (Laura).‑ Sin duda, es importante el avance en este aspecto, pero también hay otras cuatro legislaciones que son de avanzada en el Uruguay y que llaman mucho la atención en América Latina, específicamente en México. Una de ellas es la ley que establece una pensión para hijas e hijos de víctimas de violencia doméstica; es lo que entendemos en México como violencia de género y que también ya tenemos regulada en un marco jurídico, tanto nacional como subnacional, para la atención de las mujeres víctimas de violencia, e inclusive, junto con otros países latinoamericanos ya tipificamos el delito de feminicidio en términos penales. Esta ley llama mucho la atención porque, precisamente, apunta a la protección de los menores que son víctimas en segundo nivel, como lo marcan diferentes convenios internacionales, de la violencia de género ejercida hacia sus madres que murieron.

  Otra ley que llama mucho la atención es la de subsidios por maternidad y por paternidad. La OIT, de la cual es miembro nuestro país, maneja un promedio de licencias por paternidad de dieciséis días; tengo entendido que en Uruguay es un número de días mayor y en el caso de México tenemos únicamente cinco días como licencia por paternidad, que es un período insuficiente. Hemos insistido al gobierno mexicano con diferentes iniciativas para que se incremente el número de días de licencia por paternidad, dado que así se equilibra la distribución del trabajo doméstico, del cuidado de hijos y de hijas y la responsabilidad de la madre y del padre en el cuidado de los menores.

  Otra ley que llama mucho nuestra atención es la ley de reproducción humana asistida. En el Estado mexicano se han realizado diferentes foros para analizar cómo legislar de manera pertinente este tema.

  La otra legislación que también llama mucho nuestra atención es de las más recientes: la creación del Sistema Nacional Integrado de Cuidados. El derecho al cuidado ha tomado relevancia en los últimos foros internacionales ‑sobre todo en América Latina‑, así como que se reconozca el cuidado como un derecho que tienen los ciudadanos en sus países y la obligatoriedad de cada Estado de dar cumplimiento y tener un sistema a disposición del cuidado, tanto de los menores como de los adultos mayores.

  Llama mucho nuestra atención cómo todo esto fue posible en Uruguay, y quisiéramos saber cómo está funcionando y qué fue lo más exitoso de estas legislaciones. Efectivamente, estos temas son parte de la realidad que estamos viviendo en México y estamos trabajando en ello.

  En lo que respecta a la Comisión, en nuestro país no es especial sino ordinaria y tenemos la facultad para dictaminar iniciativas de ley. Inclusive, elaboramos el presupuesto de egresos de la federación, que es en lo que nos encontramos en este momento. Cada año, el presupuesto de egresos cuenta con un anexo exclusivo para acciones de igualdad entre mujeres y hombres. Se entiende como un recurso especial presupuestal que cataliza, que acelera el avance de las mujeres hacia la igualdad, con acciones afirmativas. En nuestro caso, como Asamblea Nacional, contamos con la paridad horizontal y vertical. Por ejemplo, en México ya es un hecho que los cargos de parlamentarias y parlamentarios, tanto en la Cámara nacional como en los Congresos locales, son paritarios. Esa es una obligación en México; ya está normado por ley. También estamos impulsando que los cargos para presidentes municipales, alcaldesas o alcaldes también sean paritarios. Eso es parte del acontecer mexicano que estamos viviendo en la actualidad y que está próximo a aprobarse en los diferentes congresos locales.

  Por ejemplo, en el caso de la Comisión para la Igualdad de Género, estamos trabajando una iniciativa que propone la paridad para la integración del Poder Ejecutivo, tanto federal como estatal. Efectivamente, en los cargos ministeriales de México hay ausencia de mujeres; solamente hay tres en cargos ministeriales de primer nivel.

  También, en el caso de las comisiones hay subrepresentación. Actualmente, de quinientos legisladores, somos doscientas trece diputadas, lo que representa el 42% del total. A su vez, solamente el 32% de las mujeres presidimos las comisiones ordinarias de la Cámara; por lo tanto, tampoco es equitativa la representación en ellas ni en los órganos de decisión. En la Cámara de Diputados quienes presiden, por ejemplo, la Junta de Coordinación Política o la Mesa Directiva son hombres y nosotros no tenemos mucha participación.

  Es cierto que llegamos a la Cámara y tenemos un espacio en una presidencia de comisión, pero en los órganos de conducción aún estamos subrepresentadas.

  Estamos trabajando muy intensamente para que en México el acceso a los cargos de decisión política sea paritario en el Poder Legislativo, en el Poder Ejecutivo y en el Poder Judicial.

SEÑORA VIEL (Stella).‑ Las mujeres uruguayas somos testarudas. Somos conscientes de que se ha hecho mucho, pero todavía falta mucho.

  Seguramente, algunas compañeras de ustedes que estuvieron ayer en el Parlamento, se habrán enterado de que tenemos la ley de cuotas, pero va a desaparecer. Ahora, estamos peleando por la paridad, que es una lucha muy difícil. Volveremos a la ley de cuotas corregida.

  Creo que lo fundamental es estar. Las mujeres uruguayas están presentes.

  Cuando se realizó la movilización en Argentina, me enteré de que era la primera vez que salían a la calle. En cambio, hace años que nosotras estamos luchando por el tema de la violencia, por la paridad, por el respeto, por el matrimonio igualitario

  Debemos reconocer que en este Parlamento, donde la mayoría son hombres, hubo apoyo cuando se votaron estos proyectos de ley.

  Por otra parte, quiero señalar que tenemos una bancada bicameral femenina en la que participan las mujeres de todos los partidos. Allí elaboramos proyectos de ley que luego son elevados a la Cámara. Este órgano nos da fuerza para seguir adelante. Tenemos compañeras realmente valientes que realizan propuestas aquí porque saben que su partido no se las va a votar; un ejemplo es el tema de la paridad. Se dejan de lado las divisiones de partidos y se trabaja en conjunto.

  Se les va a entregar un material a ustedes en el que consta la historia de la bancada bicameral y la lucha de las mujeres en el Uruguay.

  No podemos seguir soportando la violencia física, y tampoco la que se ejerce a nivel parlamentario, pues cada una de nosotros estamos donde estamos por una ley de cuotas. Nosotras creemos que ese no debería ser el rumbo a seguir. Debemos ocupar esos lugares porque lo merecemos.

  A nuestro modo de ver, la mujer tiene otro tipo de sensibilidad, y hay determinados proyectos de ley en los que tenemos que intervenir. Por ejemplo, planteamos una iniciativa respecto a la licencia por maternidad, que ustedes recién mencionaron. Los proyectos se tratan en las diferentes comisiones y luego pasan a la Cámara, que los vota.

  Consideramos que este intercambio es muy bueno porque en América se está sufriendo mucho por la situación de las mujeres, donde desde hace años ha habido un patriarcado muy fuerte

  Queremos pasar la posta de este tema a gente más joven que recién comienza su trayectoria política para que continúe trabajando en él. Esto nos parece fundamental.

  Por otra parte, quiero contarles que pertenezco a una comisión de mujeres de una ciudad del departamento de Canelones donde vivo. Hoy por hoy, estamos tratando un tema muy fuerte, como es el de la miss universo, que comienza en nuestro país con una miss Uruguay. No se trata solo de que la mujer muestre su cuerpo, sino que también se ven involucrados otros temas como, por ejemplo, la trata de personas, la droga, etcétera. Queremos desenmascarar ese instrumento que se armó alrededor de las misses. Hemos recibido amenazas de todos lados, pero no vamos a bajar los brazos. Esta es una pelea que se está dando a nivel de territorio, en esta caso, en el departamento de Canelones, con al apoyo del Intendente, pero tendría que ser a nivel nacional. Supongo que los demás países también deben tener este tema arriba de la mesa.

SEÑORA RENTERÍA (Flor).‑ ¿Cuántos departamentos tiene el Uruguay?

SEÑOR VIEL (Stella).‑ Tiene diecinueve.

SEÑORA RENTERÍA (Flor).‑ ¿Cuántas mujeres intendentas?

SEÑORA VIEL (Stella).‑ Solo una. En los municipios también pasa lo mismo con los alcaldes. Como podrán apreciar, no es fácil llegar a los lugares de poder.

SEÑORA BARREIRO (Gabriela).‑ Antes que nada, quiero precisar que yo represento al Partido Frente Amplio y, dentro de él, al Partido Socialista del Uruguay, que ha debatido este tema, y hace veintitrés años que tiene cuota femenina no solo en los cargos de representación, sino también en todos sus organismos de dirección.

  En ese sentido, hemos tenido un avance porque en el último congreso del año pasado se votó la paridad por unanimidad. Quiere decir que el Partido Socialista en sus listas de representación también va a ser paritario como lo es en sus cargos de dirección.

  Considero que el Parlamento nacional en el período anterior realizó un avance en este tema

  Y hoy seguimos rediscutiendo cómo tener una ley de cuotas, una ley paritaria. Como dijo la señora diputada Stella Viel, la bancada bicameral femenina se ha abocado al tema porque, lamentablemente, no hemos logrado que los distintos partidos tomen conciencia de él.

  Obviamente, ha habido un avance pero, como dijo el señor presidente, hoy la representación femenina en el Parlamento es poca, pero es más que en otros períodos. Sin lugar a dudas, esta es una batalla cultural que se viene dando en este y en otros países de Latinoamérica.

  Hago mías algunas cosas que dijo el presidente. Las grandes leyes que se han votado en el Parlamento han sido acompañadas con todas las movilizaciones populares, y eso ha sido muy importante para que hicieran cuerpo en la población. La central de trabajadores ‑como ustedes saben, tenemos una central única‑ ha sido también impulsora de muchas leyes importantes que tienen que ver con los derechos de los trabajadores y trabajadoras. Como también dijo el presidente, es indudable que hemos avanzado muchísimo en lo que tiene que ver con el trabajo doméstico, pero consideramos que falta, porque el Estado y las leyes no pueden controlar la relación que tiene la trabajadora con el patrón. De todas formas, creo que ha sido un avance para una población que estaba totalmente desprotegida. También avanzamos en lo que tiene que ver con los trabajadores y trabajadoras rurales, que también teníamos en el debe. Todas esas leyes han sido acompañadas por una política de Estado. Por ejemplo, el Sistema Nacional Integrado de Cuidados es una política de Estado que ha sido fundamental, porque da posibilidades sobre todo a aquellos sectores más vulnerables en los que las mujeres tenían que ocuparse de esas tareas y, por consiguiente, no podían salir a trabajar, tener ingresos y ganar algo de independencia. Lamentablemente, no había una política de Estado que se ocupara de esos temas.

  Creemos que hemos avanzado muchísimo en materia de derechos, pero por supuesto siempre falta.

SEÑORA RODRÍGUEZ (Gloria).‑ Les pido disculpas por haber llegado un poco tarde; estaba en otra reunión.

  Este tipo de intercambios es muy importante. Coincido totalmente con mis compañeras: en Uruguay no estamos bien en lo que tiene que ver con las mujeres. Hoy no tenemos nada; no contamos con una ley. Mujeres de todos los partidos participamos de la bancada bicameral femenina y es de destacar cómo funciona. Funcionamos como cuerpo y vamos más allá de los partidos políticos, porque nuestro objetivo es buscar la inclusión y participación de la mujer en los diferentes ámbitos. En eso, la bancada bicameral femenina es un ejemplo. Me siento sumamente orgullosa de integrarla, porque desde allí se han realizado muchas cosas que no se difunden, como tantas otras que hacemos las mujeres que pasan desapercibidas y no salen de nuestro entorno.

  Como manifestaban mis compañeras, la paridad nos está resultando sumamente difícil. Sabemos perfectamente que no vamos a contar con ese apoyo tan necesario. Yo pertenezco al Partido Nacional, partido de oposición pero cuando trabajamos en género estamos más allá de los partidos políticos; nos une ese único objetivo. La situación de la mujer es compleja a nivel general. Hay determinados sectores de nuestra sociedad en los que las mujeres están sumamente relegadas y sumergidas. En la periferia, el nivel educativo de las mujeres es bajo, y son madres desde muy jóvenes. En Uruguay estamos viviendo una situación sumamente compleja y es la de las madres adolescentes, prácticamente niñas. En los hospitales públicos hay un alto porcentaje de chicas de doce, trece y catorce años que son madres. Estas chicas no continúan sus estudios, lamentablemente, y no se puede avanzar. Tenemos una tarea muy importante para realizar especialmente en la zona de la periferia y también en las zonas rurales con las mujeres que viven en el Uruguay profundo, casi en aislamiento, y a las que muchas veces la información no les llega de forma directa. Hay colectivos en los que las mujeres tienen ‑o tenemos‑ menos oportunidades. En mi colectivo, el de afrodescendientes, el nivel educativo de las mujeres es inferior al de las mujeres no afro, y las tareas que cumplen son generalmente de servicio. Son muy pocas las mujeres profesionales y menos las que ocupamos cargos en el Parlamento. Lamentablemente, soy la única titular en un país en el que nos hemos destacado por nuestra democracia, lo que para nosotros es un orgullo; en este aspecto no estamos nada bien.

  Por lo tanto, son muy importantes estos intercambios para poder recibir de ustedes y ustedes de nosotros, porque considero a esta situación sumamente compleja. Tenemos muchísimo para trabajar, aunque también es cierto que las mujeres uruguayas somos muy guerreras. Nosotros no nos quedamos, nos juntamos, hacemos marchas. Más allá de todos los obstáculos y palos en las ruedas que generalmente encontramos en nuestro camino, salimos adelante. Siempre digo que las mujeres caminamos sobre piedras, pero siempre estamos mirando las estrellas.

  Les doy la bienvenida; realmente es un gusto recibirlas.

SEÑOR PRESIDENTE.‑ Ustedes hacían referencia a algunas leyes que se han aprobado en los últimos años, y eso forma parte de un proceso que está identificado con lo que planteábamos hace unos instantes. Lo que tiene que ver con la pensión para hijos e hijas de personas víctimas de violencia doméstica responde a reclamos de la sociedad para hacer frente a una situación que se torna dramática cuando muchas veces, producto de la violencia contra las mujeres, niños o niñas quedan huérfanos de padre y madre. Los casos de violencia doméstica muchas veces terminan con el asesinato de la madre y el suicido del padre, y la violencia previa intrafamiliar que los niños soportan durante largo tiempo genera la necesidad de crear entornos de protección.

  El feminicidio no está tipificado en Uruguay, se viene discutiendo en relación a una modificación del Código Penal que se está analizando. El Código Penal data de 1934, es de inspiración Mussoliniana, y es imprescindible transformarlo en toda su dimensión, ya que las penas por el delito contra la propiedad en algunos casos son mayores a las penas por el delito contra la vida. Hoy hay toda una transformación y en ese marco organizaciones sociales, organizaciones en defensa de los derechos de la mujer, vienen planteando una realidad que nos parece más que preocupante: el aumento de las muertes por violencia contra la mujer. Por tanto, se hace imprescindible avanzar en esta discusión donde no hay un pensamiento único sobre esto pero se viene instalando el debate, la preocupación y para eso, sin duda, la movilización social se convierte en un aspecto fundamental de denuncia, de esclarecimiento. Es bueno generar presión para que los medios masivos de comunicación asuman un rol protagónico y no contribuyan a desinformar y a generar situaciones que realmente son deplorables.

  Durante mucho tiempo, en Uruguay ‑y todavía se sigue dando‑, los medios masivos de comunicación hablan de crimen pasional. Parecería que, producto de la pasión, se puede segar la vida de una mujer.

  De alguna manera, la denuncia de estos temas, el exigir que se llamen a las cosas por su nombre, ha significado algunos avances desde el punto de vista cultural. También ha posibilitado el avance en algunas leyes.

  El Sistema Nacional Integrado de Cuidados comienza a materializarse muy lentamente. Si uno tuviera que analizar cuál es el mayor avance logrado hasta hoy, podríamos decir que fue la instalación de un debate sobre cómo la sociedad y el Estado tenían internalizado que, en realidad, el tema del cuidado era responsabilidad de las mujeres. Las mujeres debían encargase del cuidado de los niños, de los adultos mayores y de las personas con discapacidades o enfermas, era algo que estaba integrado; era un costo que el Estado no asumía como tal. Empezar a discutir que el Estado debía asumir su cota parte en la participación de los cuidados así como también los hombres, es todo un fenómeno a discutir y una situación que no se resuelve en un solo acto.

  Nos parece que haber instalado esa discusión abre nuevos caminos desde el punto de vista cultural, de no dar por natural lo que ha sido una práctica sistemática durante años, tratar de interrogarse, tratar de analizar si corresponde que en una sociedad, la mujer sea la encargada de los cuidados familiares en tareas no remuneradas.

  Actualmente, se está llevando adelante la primera parte en cuanto a la capacitación de personas encargadas de los cuidados, en una primera instancia, para las personas con mayor grado de dependencia. Además, se empiezan a destinar presupuestos para esa tarea.

  Quiero señalar que la ley de cuotas ha sido de carácter temporal en Uruguay, tanto para elecciones nacionales como para elecciones internas en los partidos. Finalizó con las elecciones pasadas, donde se establecía que uno de cada tres integrantes de una lista debía ser de diferente sexo. ¿Qué pasó en la realidad? Pasó que en la mayoría de los partidos, ese tercer lugar debía ser integrado por mujeres, cosa que no decía la ley. La ley establecía uno de cada tres lugares, podía ser el primer lugar. En general, era el tercer lugar y si era de suplente, mejor todavía. Entonces, se generaba una situación en la cual la discriminación estaba planteada. Se han dado situaciones de mujeres electas que han renunciado a su cargo para que ingresaran hombres; lo que estaba acordado desde antes, aparentemente. Esto hace que estemos muy lejos de la realidad de equidad en representación, a nivel parlamentario sin duda. En el caso del Poder Ejecutivo, en cuanto a ministras en el gabinete, andamos en un 30%. Si mal no recuerdo el Ministerio de Industria, Energía y Minería, el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, el Ministerio de Turismo y el de Desarrollo Social están a cargo de ministras. Nos parece importante, pero sigue siendo insuficiente. Se vienen haciendo esfuerzos a nivel de los cargos fundamentales del Poder Judicial, pero también la disparidad es muy grande.

  A nivel del Parlamento hay diferencias abismales entre la representación masculina y femenina. Como vengo del movimiento sindical no puedo rehuir a esa situación porque también en la dirección del sindicato hay dificultades sumamente grandes.

  Por tanto, nos parece que hay aspectos en los cuales es necesario interrogarse a fondo. Los uruguayos somos muy afectos a decir que nuestra sociedad no discrimina. Eso es absolutamente falso; se discrimina por razones de género, por raza o etnia, por orientación sexual, etcétera.

  Ustedes me podrán decir que se ha avanzado en leyes fundamentales como, por ejemplo, la de matrimonio igualitario. Ha sido un avance fundamental. Ahora, seamos claros, eso no quiere decir que haya un correlato desde el punto de vista cultural y que la sociedad uruguaya haya avanzado tan rápido. La discriminación sigue existiendo; hay que seguir debatiendo para democratizar más nuestra sociedad. Una sociedad que discrimina no es una sociedad democrática, más allá de que funcionen todas las instituciones, más allá de que se vote cada cinco años, más allá de que se respeten las decisiones parlamentarias. Nos parece que estamos en presencia de una situación que amerita una mayor profundización en esos temas

  En el caso de la experiencia que ustedes relataban de paridad en el Congreso mexicano, debo decir que en nuestro país estamos muy lejos.

SEÑORA PLASCENCIA (Laura).‑ Hay dos temas que en México preocupan mucho y probablemente ustedes los conocen.

  En primer lugar, el grado de impunidad que tenemos las mujeres para que se castiguen los delitos cometidos en nuestra contra. Pongo un ejemplo, en México diariamente son asesinadas siete mujeres por el simple hecho de ser mujeres. La violencia de género en nuestro país es muy grave, aún contando con un andamiaje jurídico tipificado en el Código Penal. Estamos muy lejos de que las mujeres tengan acceso a la justicia.

  A nivel nacional, anualmente tenemos casi un millón de casos de violación o de abuso sexual contra niñas y mujeres. Sabrán que la población en nuestro país es de más de 110.000.000 pero anualmente tenemos esas cifras. Cuando revisamos el acceso a la justicia de quienes fueron víctimas de estos delitos, en México tenemos un 98% de impunidad. El sistema judicial está rebasado, no responde a la justicia para las mujeres en México. La paridad no es la panacea y lo hemos dicho en muchísimas ocasiones en México. La paridad no resuelve una ciudadanía o una sociedad igualitaria, sino que es el mecanismo o el medio para transformar, para incidir, para cambiar las cosas. En nuestro país, la paridad está muy lejos de resolver un problema de violencia en contra de las mujeres que accedemos a un cargo de representación.

  En México, ambas Cámaras están debatiendo respecto a tipificar la violencia política. Se está elaborando una ley para castigar esta situación y, además, cómo hacer para que las mujeres puedan acceder a cargos de representación política, sin que sean víctimas de violencia. En México para comunidades de usos y costumbres, de origen étnico o indígena, la paridad para las mujeres es más complicada. Actualmente, a nivel nacional, menos del 2% son presidentas municipales y cuando ganan una elección en su municipio originario, se enfrentan a diferentes situaciones, por ejemplo, dos compañeras presidentas municipales de origen indígena tuvieron que renunciar a su cargo para proteger sus vidas. Así de grave es la situación respecto a los varones cuando una mujer de origen indígena accede a un espacio de decisión.

  En México se está abordando la violencia política para asegurarnos no solamente la paridad para ocupar un cargo de representación sino también que nuestros derechos políticos sean respetados al igual que los de los hombres, que también vivamos libres de violencia política. En ese sentido, ayudó mucho una resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación relacionada con las suplencias porque originariamente en México los titulares eran varones y los suplentes mujeres. La Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó que era inconstitucional, incluso un fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial definió precisamente que los partidos políticos deben respetar la integración de las fórmulas. Luego, se procedió al cabildeo con los partidos políticos y el Parlamento para que se aprobara una reforma paritaria que fue posible gracias al presidente de la República. Si no hubiese sido de esa manera, quizás las mujeres todavía estaríamos luchando por un espacio de representación popular, por igualdad de condiciones.

  El gran reto que tenemos es acceder al espacio público sin violencia pero hay un gran índice de impunidad.

SEÑORA RENTERÍA (Flor Estela).‑ Encuentro muchas coincidencias. Es verdad que avanzar en el terreno legislativo no garantiza avanzar en el terreno cultural. En ese sentido, nosotros también tenemos un gran reto.

  Quisiera conocer algo más respecto al amparo de la seguridad social regulada en la ley de trabajo doméstico. Nosotros tenemos ese conflicto para concretar esa ley porque muchas de las trabajadoras domésticas no duran mucho en los trabajos. ¿Cómo se protegen sus derechos? ¿Cómo se regula la relación trabajadora‑ patrón? ¿Y las horas extras? ¿Cómo lo logró Uruguay?

SEÑOR PRESIDENTE.‑ En ese proceso complejo que les contaba que se dio en el marco de la aprobación de una serie de leyes de protección a los trabajadores, por ejemplo, la ley de negociación colectiva, la Ley de Libertad Sindical en la instalación de los consejos de salario para el sector doméstico, encontramos la dificultad de que no había contraparte de las trabajadoras. Seguramente también sea una de las dificultades que ustedes tienen. En ese proceso, se logró que un grupo de empleadoras constituyera la Liga de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios de la República Oriental del Uruguay convirtiéndose en la contraparte en los consejos de salario para analizar por ejemplo el salario mínimo del sector. Además, participa de las reuniones tripartitas en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Se logró con muchas dificultades; hubo un período en el que no lográbamos instrumentar los mecanismos de la negociación colectiva que nos parecía imprescindible porque no se constituía la contraparte. Eso nos resolvió un aspecto; hay otros que tienen que ver con leyes de carácter general por ejemplo de afiliación a la seguridad social con la obligación de establecer una situación de formalidad en el vínculo. Eso ha llevado a que hoy un sector importante de trabajadoras estén cubiertas por el Banco de Previsión Social, situación prácticamente inexistente en 2006.

  En ese marco, se pudo avanzar en la consagración de derechos para este sector; sin embargo, todavía no ha podido resolverse la situación de vulnerabilidad a la que muchas mujeres trabajadoras domésticas están expuestas debido a esa relación bilateral directa con el patrón. La situación de vulnerabilidad en estos casos es muy importante.

  Como la consagración de derechos a nivel legislativo no asegura su vigencia, hemos observado tanto en este sector como en otros que las leyes se cumplen en la medida en que existan organizaciones sindicales fuertes. Esto ocurre en el interior del país y con el sector doméstico en el que, a pesar de las enormes dificultades, se ha podido avanzar mediante la participación del conjunto del movimiento sindical, del Plenario Intersindical de Trabajadores y de la Convención Nacional de Trabajadores. Esta organización única de unión de trabajadores y trabajadoras uruguayos ha hecho un esfuerzo muy grande tratando de poner en práctica algunas premisas históricas del movimiento sindical que tienen que ver con constituir esa organización nacional escudando a los débiles. Muchas veces, ha sido la dirección del movimiento sindical la que ha llevado adelante negociaciones siempre con la premisa fundamental de que las trabajadoras y trabajadores domésticos se empoderaran de sus derechos y formaran su organización sindical, perseguida durante años y que últimamente lograra avances producto de la formalización del sector a través de la ratificación de convenios de la OIT y de la aprobación de leyes específicas.

  Estamos muy lejos de la que consideramos una situación real de protección a las trabajadoras, pero los avances han sido notorios. En eso tenemos que reconocer que el conjunto del movimiento sindical ha operado en función de proteger los derechos de los trabajadores y que el gobierno del Frente Amplio ha sido sensible.

  Aún estamos en un proceso; no podemos decir que la totalidad de las trabajadoras tengan cobertura de seguridad social o de que sus derechos se respeten, pero se ha avanzado. Inclusive, este proceso permitió detectar algunas situaciones extremadamente graves ‑aisladas, puntuales, pero sumamente graves‑, por ejemplo, trabajadoras domésticas bolivianas desempeñándose en situación de semiesclavitud durante jornadas de dieciséis horas en uno de los barrios exclusivos de Montevideo, en Carrasco, en casas de prósperas empresarias que les retenían el pasaporte; en fin, una situación prácticamente de secuestro.

  Hubo denuncias penales y en el Parlamento, y la opinión pública se sensibilizó.

  Quiero ser muy claro: este tipo de situaciones existen. En el último período, producto de algunas mejoras importantes en materia de protección social y salarial, en Uruguay la situación de los trabajadores mejoró, pero se ha dado una situación de inmigración, fundamentalmente de trabajadores y trabajadoras peruanos y bolivianos muchas veces vulnerables y que aprovechan algunos sectores a los que les parece que tener personas en situación de semiesclavitud es una meta importante a pesar de sus logros económicos. Estamos combatiendo esa situación pero esto también existe.

SEÑORA RAMÍREZ (Karen Orney).‑ Estamos teniendo una conversación muy provechosa sobre cómo trabajaron diversas leyes y las hicieron posible. Me llama mucho la atención que la sociedad civil haya estado tan de la mano con ustedes, trabajando para lograr todos estos hechos. Sin lugar a dudas, en México es una de las cosas que nos faltan: que la sociedad toda, que las mujeres, que estadísticamente somos las más violentadas ‑en México hay mucha violencia contra el género femenino‑, hagan un equipo y unan fuerzas.

  En cuanto a los distritos y a los Intendentes, el empoderamiento de la mujer en política en México es muy escaso. Por ejemplo, en mi Estado hay 212 municipios y solamente un 9% o 10% de los puestos de alcalde o presidente municipal está cubierto por mujeres. Seguimos trabajando, porque falta mucho por hacer.

  También escuchamos sobre el matrimonio igualitario. En México todavía no lo hemos logrado. Tenemos violencia contra los transexuales. Últimamente ha habido muchos asesinatos, porque todavía no se acepta esa situación. La verdad es que tenemos que seguir trabajando en unificar las fuerzas, haciendo uso de esta voz.

  La mujer tiene miedo de hablar porque la matan; no puede decir libremente lo que ella quiere. La mujer aún tiene miedo. Entonces, nosotras seguimos intentando hacer el cambio. Somos mujeres de diversas generaciones, con muchos años de trabajo en estos temas, y esperamos lograr algo.

SEÑORA REYES (Margarita).‑ Soy Consejera Social del Instituto Nacional de las Mujeres y pertenezco a la Junta de Gobierno.

  Como hemos visto aquí y en México, para avanzar en estos temas es muy importante la participación de los movimientos feministas y de los movimientos amplios de mujeres. En el caso de México, los institutos de las mujeres son organismos que apoyan mucho la transversalización de la perspectiva de género, entre ellas las leyes, y tienen una modalidad muy importante: están ciudadanizados. Esto empieza en el año 2000 y hace sinergia con las Comisiones de Igualdad y de Equidad y Género a nivel estatal y municipal. Nuestro país es infinitamente amplio; tiene mucha y muy diversa población.

  Me interesa hablar sobre el logro de la paridad. En los años noventa, empezamos a luchar por las cuotas de género. Dentro del movimiento feminista había posiciones en cuanto a que las cuotas de género eran un paso muy difícil, porque se revertían y volvíamos a empezar. Pero de la mano con la transformación de las instituciones, pudimos ir avanzando. Primero se consagró el 30% en igualdad de oportunidades, si los partidos políticos querían; pero no querían. Luego pasamos al 30% obligatorio. Más adelante, se logró un 60% y un 40%, pero nos establecieron una cuota de exclusión que decía: "En los casos en que los partidos políticos elijan a sus candidatos y candidatas por medios democráticos, el 60% y el 40% no procede".

  Fue una lucha muy fuerte. Nosotras nos preguntábamos: "¿Tenemos que luchar por la paridad como un derecho democrático, como un derecho humano?" En 2012, por la gestión del movimiento amplio de mujeres, que tiene las mismas características que tiene la bicameral aquí ‑hacemos alianza entre las mujeres de todos los partidos, de la sociedad civil, las diputadas y este entramado interinstitucional de las mujeres ciudadanizado‑, se logra hacer un cabildeo muy importante con la Presidencia de la República, al amparo de las resoluciones internacionales. Allí se logra que el presidente de la República mande una iniciativa para que haya paridad en los Parlamentos, en el Senado y en la Cámara de Diputados, a nivel federal. Pero este empieza a permear a nivel de las diputaciones en los Estados y comienzan los retrocesos de sí pero no.

  Tuvimos mucha sinergia con los tribunales electorales federales que empiezan a emitir resoluciones porque lo solicita la sociedad civil. A partir de ese entramado de la sociedad civil, comienza una transformación interinstitucional, que va más rápido que la de los partidos políticos, que es donde hay más resistencia. Desde luego, los sindicatos también tuvieron mucha resistencia.

  Fue importante cuando la Suprema Corte dijo: "No puede ser. La cláusula de exclusión para el 60% y 40% no procede". Cuando el presidente de la República por este cabildeo manda la iniciativa y es aprobada, empieza una transformación de la paridad horizontal y vertical, es decir, a nivel de las listas verticales y también de las presidencias municipales. En estos momentos, esa paridad horizontal y vertical no está en todas las legislaturas de los Estados o departamentos, como les dicen aquí, pero ha significado un cambio importantísimo para el avance de las mujeres. Quería trasmitir eso porque el movimiento feminista en México trae esa lucha histórica y nos parece que va a significar un cambio cualitativo muy importante.

  Lo que dice la diputada es muy importante: están matando a las mujeres, para que no accedan a las presidencias municipales. Tenemos una situación muy difícil en Chiapas, pero las instancias federales se están organizando para proteger y tutelar esos derechos. El hecho de haber logrado un derecho lleva a que visibilicemos la violencia, etcétera, y que las instituciones se tengan que adecuar.

  Aquí han dicho que gracias al movimiento se han logrado todas estas modificaciones en la ley. En el caso de la diversidad y de los matrimonios igualitarios, me llamó mucho la atención que dijeran que la sociedad no está avanzando al mismo ritmo. Yo tenía la idea de que la ley había avanzado a partir de la sociedad. Entonces, me gustaría saber cómo lo está tomando la sociedad.

SEÑOR PRESIDENTE.‑ Llevó mucho tiempo discutir esa ley. Sin duda, constituye un dinamizador de las transformaciones culturales en la sociedad, pero tuvo muchas dificultades, inclusive a nivel parlamentario. La discusión del matrimonio igualitario a nivel parlamentario llevó a plantear: "Estamos dispuestos a avanzar en un concepto de unión concubinaria, pero el matrimonio es sagrado. Por tanto, el matrimonio no puede ser consagrado hacia personas del mismo sexo". Ese planteamiento fue realizado en el Parlamento y llevó a discusiones muy fuertes. Los conceptos de una parte de la Iglesia formaron parte de la discusión parlamentaria. Por lo tanto, no es que simplemente tengamos retraso en el conjunto de la sociedad. Tal vez, el tiempo que transcurrió haya servido para avanzar culturalmente, pero esas trabas existieron: se planteó que la ley consagraba aspectos antinaturales. Se dijo que el matrimonio es entre hombre y mujer, y no se debe modificar. Se planteó una discusión muy fuerte, de fondo, con mucho contenido y con concepciones reaccionarias, apoyándose en aspectos extremadamente conservadores de un sector de la sociedad.

  En cuanto a la población transexual y sus dificultades laborales, de inserción social, recuerdo que ‑incluso a nivel de direcciones políticas‑ en una oportunidad discutíamos la ley de empleo juvenil, cómo incentivar la contratación de jóvenes en el ámbito laboral, partiendo de la base de que el desempleo juvenil era tres veces mayor que la tasa general de desempleo. La tasa de desocupación de los adultos estaba en torno a un 7% y la tasa de desocupación de los jóvenes en torno a un 21%. La ley, en sus fundamentos, hablaba de las dificultades de la inserción laboral de las personas trans, de la cortísima expectativa de vida ‑en torno a los treinta y tres años‑ por las condiciones que se dan, de expulsión de su casa, de tener como única alternativa la prostitución. Por lo tanto, hablábamos de la necesidad de establecer una cuota de contratación de los jóvenes transexuales. En el Parlamento se preguntó: "¿Y por qué dar privilegios a esta gente?". Estábamos tratando de consagrar un derecho que revirtiera la extrema situación de gravedad de un sector de la población.

  Falta procesar muchos aspectos de equidad en la sociedad, pero también falta hacerlo en las direcciones políticas, donde están planteadas discusiones muy fuertes.

  Desde que existe la ley de matrimonio igualitario, tal vez se haya ido allanando el camino, pero no todo lo que esperábamos. Seguimos teniendo planteamientos realmente preocupantes.

SEÑORA VIEL (Stella).‑ En cuanto a la participación de la sociedad civil, más allá de que somos muy hipócritas porque existe una discriminación muy fuerte, no es así nomás que se avanza en estos campos.

  Nosotros tenemos un don: estamos en la calle. Acá hay dos marchas muy grandes que se dan todos los años. Una es por verdad y justicia en todo el proceso de la dictadura y otra es la de la diversidad. Es impresionante ver esa marcha y estar dentro de ella. ¿Estamos por estar en la marcha o nos comprometemos como debemos? Tenemos que avanzar muchísimo en los derechos humanos en general. Todos tenemos derechos y obligaciones. Pero esa pantalla también existe acá. No es así nomás que el colectivo general acepta el matrimonio igualitario. Costó muchísimo lograrlo, pero todavía existe esa discriminación que está arriba.

  La otra parte que tiene que ver con la sociedad civil son las organizaciones feministas, que son muchas, pero hay una que nos marcó: Mujeres de Negro, que se ocupa de la violencia. Los varones empiezan a participar de esto, se empiezan a comprometer.

  No es justo compararnos con otros países. Todo esto cuesta y va a seguir costando. Hay mujeres machistas, hay mujeres a las que les cuesta entender por qué debe haber paridad, hay mujeres dentro de nuestros partidos que no van a apoyar esta propuesta, y todos lo sabemos. El problema no solo es por los hombres, sino también por las mujeres. Allí está la llaga puesta en estas sociedades patriarcales y muy hipócritas. En el Parlamento también, desde arriba hacia abajo y desde abajo hacia arriba.

  Tengo un nieto de ocho años. El otro día, estábamos hablando informalmente y me dice: "Abu, ¿qué es eso de gay? ¿Son los matrimonios del mismo sexo?". Le contesté: "Sí, mi vida". Él habla de esto en la escuela. ¿Saben cuál era la interrogante? Cómo podían tener hijos. A él no le preocupaba si era varón y varón o nena y nena, sino cómo podían tener hijos. Hablamos con él, no preguntó más y después lo trasmitió a los compañeros de la escuela. En la casa, se tiene que educar. Nos va a llevar muchísimos años, quizás los mismos años que pasaron para que no nos mataran más por brujas. Hoy hablaban de cómo asesinaban a las gobernadoras. Lo hicieron en tiempos remotos porque éramos brujas. Personalmente, creo que esos mismos años de lucha los debemos dar hacia adelante para ir marcando este territorio como mujeres, pero no por encima de los varones, sino caminando codo a codo con ellos.

  Esto nos va a llevar muchos años más. Por eso, hoy hablaba de pasar la posta. Son muy jóvenes y detrás de ustedes vendrán otras generaciones. Estas luchas no pueden quedar en la nada; al contrario, quedarán en la historia escrita en defensa de nuestras mujeres, de nuestro género.

SEÑOR PRESIDENTE.‑ Agradecemos la presencia de la delegación. Ojalá nos visiten otra vez y podamos seguir realizando este intercambio de las diferentes realidades, aprendiendo mutuamente.

(Se retira de sala una delegación de congresistas mexicanas, integrantes de la Comisión de Igualdad de Género del Poder Legislativo del Estado de México)

(Ingresa una delegación de organizadoras de la Campaña "Noviazgo Sin Violencia, 50 días de reflexión")

——La Comisión tiene el agrado de recibir a las señoras Yaninne Benítez Villar y Roxana Piñeyro, para que nos comenten en qué se encuentra la campaña. Se llevó a cabo una actividad en el Parlamento, que reunió a muchos jóvenes de distintos barrios de Montevideo y del interior, con el fin de difundir la necesidad de lograr cambios culturales en nuestra sociedad para combatir la violencia, en este caso, de género.

SEÑORA BENÍTEZ VILLAR (Yaninne).‑ Agradecemos a la Comisión y a los integrantes de la bicameral femenina, que han estado trabajando junto a la Red de Género.

  La Red de Género comienza sus actividades en 2009. Esa vez logramos reunirnos con la campaña "Nunca más a mi lado" de No Te Va Gustar y muchas organizaciones más. La Red de Género de ANEP la integran Primaria, Secundaria, UTU, Formación Docente y representantes de Inmujeres, además del Ministerio de Educación y Cultura, Ministerio de Desarrollo Social, IMPO y representantes de la bancada bicameral femenina de los tres partidos.

  Esta integración nos permitió desarrollar una campaña de impacto masivo en todo el país. La idea fue lanzar la campaña junto al grupo No Te Va Gustar ‑que creo fue el protagonista principal del evento‑, tratando de empezar el 6 de octubre una reflexión sobre noviazgos libres de violencia por cincuenta días, hasta el 25 de noviembre.

  En el interior se organizaron distintas actividades con representantes de Inmujeres, de los centros de documentación y referencia del Programa de Educación Sexual de la ANEP, y con la ANEP. Una fue observar la campaña, que fue trasmitida por Vera +, por TV ciudad y por streaming a todo Uruguay. Esto permitió que la campaña involucrara a estudiantes de todo el país, desde Bella Unión a Montevideo. Acá se realizaron varios eventos, algunos en liceos, otros en UTU y en la pantalla del IMPO.

  Ahora estamos desarrollando diversas acciones vinculadas con la campaña de reflexión en liceos y demás.

SEÑORA PIÑEYRO (Roxana).‑ La campaña pide que en estos cincuenta días de reflexión se trabaje en producciones a nivel de las comunidades educativas, en cada subsistema.

  Las producciones son abiertas. Los chicos y chicas están preparando audiovisuales, videos, afiches, es decir, plasmando las reflexiones en un material que se pueda difundir posteriormente.

  Ahora se está subiendo parte de esas producciones a una fan page llamada "Noviazgos Libres de Violencia, 50 días de reflexión", donde se muestra en qué estamos.

  En todo el país se está participando, y damos fe de ello porque estamos haciendo un seguimiento con nuestros docentes referentes, quienes nos consultan sobre cómo proseguirá la campaña. La idea es que esta campaña finalice el 25 de noviembre y que las producciones se difundan no solo en la página, sino en el acto que llevará a cabo en la explanada de la Intendencia de Montevideo el Ministerio de Desarrollo Social.

  Son incontables las producciones que tenemos desde el 6 de octubre. Por ejemplo, tenemos un video traducido en lengua de señas por estudiantes de la Tecnicatura de Lengua de Señas de la Facultad de Humanidades y Ciencias, que también están trabajando en un material que haga referencia a esta reflexión. El 6 de octubre hubo estudiantes de UTU filmando el acto de la explanada de la Intendencia. No fue mucha la gente que estuvo mirando en la pantalla el lanzamiento de la campaña, pero sí estuvieron estudiantes de la Tecnicatura en Audiovisuales de la UTU filmando y haciendo entrevistas a las personas que circulaban. Esto es una parte de lo que ustedes pueden ver en la fan page a la que los invitamos a entrar para apreciar mejor lo que les estoy trasmitiendo.

  La bancada bicameral femenina nos estuvo acompañando en las diferentes reuniones de esta campaña y también participó el día 6 de octubre.

SEÑORA BENÍTEZ (Yaninne).‑ También a través del Congreso de Intendentes encontramos un apoyo interesante para difundir la actividad.

SEÑORA BARREIRO (Gabriela).‑ Este es un tema que nos interesa a todos, por lo tanto, no podíamos estar ausentes. Queríamos saber en qué estaba la campaña y en qué podíamos colaborar desde la Comisión para su difusión. El Parlamento, como institución, no puede estar ausente en un tema tan importante y tan sensible como es la no violencia en el noviazgo, que a veces es donde comienza todo en una sociedad que ha cambiado en los últimos años y donde todos estamos comprometidos con la temática. Por eso solicitamos este intercambio. Capaz que debemos tener algún contacto más con ustedes porque tenemos algunas ideas que queremos compartir.

SEÑORA BENÍTEZ (Yaninne).‑ Nosotras somos las que agradecemos. Es un gusto y un placer que nos acompañen en esas reuniones que tenemos, que son muy numerosas; cuantas más personas estemos allí más podemos pensar juntos para lograr nuevos acuerdos y nuevas acciones. También ahora tenemos el Día de la No Violencia y es muy interesante reunir una temática con la otra.

  Todo lo que tenemos que hacer es comprometernos en avisarles a ustedes ‑nos dirán cómo‑ cuándo es la próxima reunión. Habitualmente nos reunimos los días lunes; ya hicimos una devolución del 6 de octubre y la próxima está para ser fijada.

SEÑOR PIÑEYRO (Roxana).‑ Toda ayuda que se sume a estos objetivos será bienvenida. Después podríamos ir afinando los temas.

  Nosotros ya habíamos recibido ayuda en algún otro momento para traer chiquilines desde otras partes en oportunidad de los eventos. Ellos quieren venir a Montevideo y algunos quieren participar del evento. Quizás podíamos ir viendo alguna forma de traer algunas delegaciones de departamentos un poco más lejanos. A veces las producciones no son las que quisiéramos difundir, pero la idea es que ellos quieren llegar y capaz que podemos coordinar algo con ustedes.

SEÑOR PRESIDENTE.‑ Como lo planteaba la señora diputada Barreiro, nos interesa participar junto con ustedes en esto. Aportaremos en lo que esté dentro de nuestras posibilidades. Es una temática de preocupación de la Comisión y supongo que del conjunto del Parlamento.

  Nosotros venimos trabajando en la posibilidad de llevar la problemática que aborda la Comisión al territorio. Nos hemos planteado realizar recorridas en el interior del país en contacto fundamentalmente con organizaciones sociales. Lo hicimos en Paysandú, en Maldonado, en Rocha, con algunas experiencias por demás interesantes. Por ejemplo, en la última experiencia que realizamos el mes pasado en Rocha, en una actividad en la Junta Departamental nos encontramos con la participación de delegaciones, por ejemplo, de mujeres rurales, que nos interiorizaron sobre su trabajo, sobre los aspectos productivos y culturales.

  También hubo una delegación de la Escuela N° 72 de Rocha, pública, que nos llamó muchísimo la atención y nos sorprendió muy gratamente. En quinto año se había realizado un estudio, por parte de la maestra y de niños entre once y doce años, sobre en qué trabajaban las mujeres de la zona ‑salieron al barrio a entrevistarlas‑ y llegaron a conclusiones que desarrollaron allí. Una niña de unos once años nos dijo que las mujeres trabajan de empleadas de comercio, cuidando niños, cuidando enfermos y en limpieza. Ella sacaba como conclusión que las mujeres trabajan fuera del hogar haciendo las mismas tareas que realizan dentro del hogar. Nos llamó la atención la rigurosidad con que se había hecho ese trabajo, con entrevistas, con contactos, y donde se tenía como conclusión el abandono de los estudios a temprana edad. También tenían como hipótesis de trabajo que había dificultades en el relacionamiento entre los estudiantes, a veces con los profesores y muchas veces jovencitas que quedaban embarazadas muy jóvenes y dejaban de ir al liceo a estudiar por el bullying, la burla y demás.

  La primera conclusión que uno saca es: ¡si tendrá condiciones de aportar la educación pública cuando niños de quinto año son capaces de hacer ese trabajo conjuntamente con sus maestros! Muchas veces, cuando se discute sobre la educación no se tienen en cuenta esas experiencias realmente reconfortantes que hablan de una enseñanza pública en el Uruguay que tiene carencias, dificultades, pero también aportes enormes. Esa misma tarde recibimos a alumnos del Liceo N° 2 de Rocha, que estaban haciendo un trabajo sobre violencia doméstica; eran jóvenes entre catorce y quince años. En este caso, el aporte de la enseñanza es fundamental, en la medida en que canaliza esas inquietudes e involucra a los jóvenes.

  La idea que teníamos era trabajar en territorio. Entonces, nos reunimos en una localidad a 80 kilómetros de la ciudad de Paysandú con mujeres rurales, quienes nos plantearon sus expectativas, el desarrollo productivo que estaban llevando adelante, así como también las dificultades generadas muchas veces por la falta de conexión que, según ellas, sería muy bueno tenerla para que los jóvenes se nuclearan e hicieran trabajos allí

  Queremos que esta actividad tenga continuidad, y por eso estamos comenzando a trabajar con organizaciones sociales y docentes de las zonas de Marconi y Casavalle, con la idea ‑esto es algo que tenemos que redondear en la Comisión, porque lo habíamos manejado en general‑ de realizar en los próximos meses una actividad sobre violencia intrafamiliar en territorio, ya sea en la plaza de Casavalle o en el Centro Cívico "Luisa Cuesta", para nuclear a la población de la zona en torno a un aspecto que nos parece fundamental que no quede simplemente en reuniones académicas ‑que son importantes‑, sino que se pueda desarrollar esa batalla cultural.

  Nuestra voluntad es participar en estas actividades y en las reuniones que se van a realizar en estos cincuenta días de reflexión, y quedar vinculados para seguir trabajando en estos temas que nos ocupan de la misma manera. Ese es el objetivo.

SEÑORA BENÍTEZ (Yaninne).‑ Me parece que ustedes han tenido una excelente idea. Nosotros estamos asistiendo a la XIII Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe de la Cepal, que se está llevando a cabo ahora. Esta mañana en una mesa de trabajo se decía más o menos lo mismo que la conclusión que sacó la niña de la escuela de Rocha: las mujeres tenemos trabajo de servicio. Es muy interesante que el mundo adulto tenga esa visión, pero más interesante aún es que estudiantes de quinto y sexto año de escuela se den cuenta de esa realidad. Eso lleva a los estudiantes a reflexionar.

  Con respecto al embarazo en adolescentes, una investigación que se lanzó hace poco tiempo muestra que las chicas quedan embarazadas uno o dos años después de desvincularse del sistema educativo. Debemos hacer el esfuerzo para que sigan afiliadas al sistema educativo, para que no se vayan, porque el estudio protege. Es sabido que cuanto más estudian, más tarde comienzan sus relaciones genitales, y más se postergan los embarazos en las adolescentes. Es muy importante que desde la escuela los chicos estén haciendo ese tipo de investigaciones.

SEÑORA PIÑEYRO (Roxana).‑ Quiero hacer un par de precisiones.

  Siempre se llega a la conclusión de que los trabajos realizados fuera del hogar son los mismos que las mujeres hacen en sus casas y, además, muchas veces no son remunerados. En este sentido, el Sistema Nacional de Cuidados está trabajando sobre ese tema.

  Con respecto a las actividades en Casavalle en las que ustedes quieren participar ‑allí ya hay un trabajo en territorio‑, nosotros podemos hacer las conexiones con algunos centros educativos en el caso de que las necesiten. Debemos reconocer la labor docente y el trabajo que se ha hecho en esa zona; de otro modo, estas campañas no tendrían éxito.

  Por otro lado, quiero señalar que anteriormente nos habíamos contactado con la secretaría del diputado Gerardo Amarilla, a efectos de plantearle una iniciativa relativa a maternidades y paternidades responsables. Nosotros llevamos esa iniciativa a los centros educativos, pero la repercusión no fue la que esperábamos. No teníamos los materiales para hacer una publicación con reflexiones que partieran de nuestros estudiantes de bachillerato en cuanto a maternidades y paternidades responsables. Este es un aspecto que tenemos que reforzar, porque la maternidad no involucra solo a una persona; surge de una relación de dos.

  Sin embargo, la respuesta que obtuvimos en otros temas, y específicamente en el de la violencia en el noviazgo, fue importante.

SEÑORA BARREIRO (Gabriela).‑ Sabemos que en las zonas de Casavalle y Marconi se viene desarrollando un trabajo multidisciplinario, donde los centros educativos tienen un gran peso. Por esa razón, serían de mucha ayuda las conexiones que nos puedan proporcionar, porque nosotros arrancamos de cero, más allá de los contactos que cada uno en forma particular pueda realizar.

  Más allá de esta campaña específica, que termina en cincuenta días, creo que tenemos que iniciar un trabajo más continuo que exceda esta actividad porque la problemática sigue.

  Como dijo el señor presidente, esta Comisión está abordando el tema no solo desde el ángulo de la violencia, sino también analizando las realidades que se viven en las distintas zonas del interior y de Montevideo.

  Tenemos muchas ideas que vamos a compartir con ustedes. El Parlamento tiene que ir al interior más profundo, a esos lugares donde la gente tiene dificultad para desplazarse. La población debe saber que el Parlamento ha demostrado sensibilidad ante este tema, y que nosotros colaboramos a través de las distintas comisiones. Tal vez deberíamos realizar alguna actividad para que los estudiantes que no conocen el Parlamento lo puedan visitar, debatir algunos temas, y sentirse que forman parte de esta Casa.

  Les agradecemos por habernos recibido, y nos mantendremos en contacto.

SEÑORA BENÍTEZ (Yaninne).‑ Nos parece interesante destacar la presencia de estudiantes en este tipo de jornadas.

  El Consejo de Educación Secundaria llevará a cabo el sábado un primer encuentro de formación de docentes en violencia en el noviazgo. Y a partir de la hora 14, en el liceo Zorrilla se va a realizar una mesa con estudiantes, quienes les van a dar a los docentes los "piques", como dicen ellos, que hay que tener en cuenta en este caso.

  Si algunos de ustedes quieren concurrir, serán muy bien recibidos.

SEÑOR PRESIDENTE.‑ Les agradecemos su presencia y la posibilidad de que puedan enviarnos los contactos de Casavalle y Marconi, a efectos de coordinar esa actividad con la secretaría de la Comisión.

SEÑORA PIÑEYRO (Roxana).‑ Tenemos en UTU un centro educativo comunitario, el CEC Casavalle, al que ingresan chicos y chicas mayores de quince años, de poblaciones muy vulnerables, que han desertado del sistema educativo. Es un centro pequeño, con pocos estudiantes pero con una problemática importante que está ubicado al lado de la plaza de Casavalle. Se está trabajando muy de cerca con los docentes de ese centro porque la violencia es moneda corriente. Todos los días tenemos un problema importante allí. Si hay alguna actividad, algo que se está llevando a cabo, les pasamos el contacto del centro para que puedan realizar alguna actividad en común.

  Muchas gracias.

SEÑOR PRESIDENTE.‑ Les agradecemos su presencia en el día de hoy.

Se levanta la reunión.

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Línea del pie de página
Montevideo, Uruguay. Poder Legislativo.